Huella de Carbono en sistemas productivos bajo Siembra Directa

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“Huella de Carbono en sistemas productivos bajo Siembra Directa”

INFORME TÉCNICO

COORDINACIÓN GENERAL

EMPRESAS AUSPICIANTES

Índice

> HUELLA DE CARBONO

Objetivos

Agradecimientos

Bibliografía 03 08 11 19 20 21

Conceptualización

Ubicación geográfica

Caracterización edáfica y climática

Descripción productiva

¿Qué es la huella de carbono agrícola?

Cálculo de la huella de carbono

Fuentes de emisión

Resultados huella de carbono

Emisiones totales asociadas al manejo por cultivo

Emisiones totales asociadas al manejo por tonelada

Contribución de cada factor a la emisión total por cultivo

Conclusiones

NOTA

Reservas de Carbono Orgánico del Suelo y su Relación con la Intensificación de la Rotación en la Chacra Pergamino-Colón

NOTA

“Argentina y sus compromisos internacionales de reducciones de emisiones”

HUELLA de CARBONO

La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) es una organización integrada por una red de productores agropecuarios que partir del interés en la conservación de su principal recurso, el suelo, adoptaron e impulsaron la difusión de un nuevo paradigma agrícola basado en el sistema de siembra directa.

La Red de Carbono se conformó a partir de la identificación de una demanda específica y compartida entre productores, asesores, ingenieros y técnicos, los cuales han identificado y caracterizado la necesidad de desarrollo de conocimiento abordando la temática de carbono con el objetivo de permitir mejoras en los sistemas productivos.

Este enfoque busca aumentar la productividad sin los efectos negativos asociados a las prácticas tradicionales de labranza, representa una respuesta genuina al dilema actual entre la producción y la sustentabilidad abordando la necesidad de producir alimentos, fibras y biocombustibles manteniendo en equilibrio las variables económicas, éticas, ambientales y energéticas de nuestra sociedad.

Partiendo del compromiso con una agricultura sustentable y convencidos de la importancia de medir el impacto ambiental de las actividades productivas para comenzar a desarrollar estrategias de mitigación contra el cambio climático, se ha propuesto el presente acuerdo de vinculación.

OBJETIVO

Generar información sobre huella de carbono en sistemas de producción agrícola bajo siembra directa en diferentes regiones del país, por hectárea y por unidad de producto generado.

Este proyecto incluye la combinación de datos de stocks de carbono orgánico de suelos e historia agrícola real y reciente en lotes de producción de productores participantes de la red, y el uso de la plataforma Puma para calcular la huella de carbono de dichos sistemas de producción.

Agradecimientos

El avance, análisis y presentación del presente informe fue posible gracias al invaluable aporte y dedicación voluntaria de numerosos productores y técnicos que participan activamente en la Red de Carbono de AAPRESID, brindando una vasta cantidad de información crucial para nuestro trabajo.

Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a Sebastián Galbusera, Especialista en Mitigación del Cambio Climático y Huella de Carbono, por su colaboración en el análisis de datos, la revisión del informe y en la generación de conocimiento.

Asimismo, reconocemos el apoyo de las empresas auspiciantes que permiten el desarrollo de una herramienta tan relevante y necesaria como lo es el informe de huella de carbono en sistemas productivos agrícolas bajo siembra directa.

CONCEPTUALIZACIÓN

Cálculo de las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) que componen la Huella de Carbono en suelos bajo un sistema de siembra directa para cultivos agrícolas.

Socios Aapresid de diversas regiones productivas.

Campañas 2021-2022 y 2022-2023. En una próxima etapa de procesamiento de nuevos datos, incorporaremos la campaña 2023-2024.

Generar los resultados a nivel de sistemas de cultivos y secuencias de cultivos.

Conocer la magnitud de cada fuente de emisión de acuerdo al manejo agronómico aplicado y al rendimiento de cada cultivo.

Ubicación geográfica

Para georreferenciar los datos productivos, se empleó el mapa de zonas agroecológicas desarrollado por la Bolsa de Cereales como parte de su Proyecto de Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA). (https://www.bolsadecereales.com/imagenes/MetodologiaReTAABC.pdf)

ReTAA se trata de un sistema nacional de relevamiento y recopilación de información desarrollado con el propósito de caracterizar la situación tecnológica y productiva de los principales cultivos de grano (trigo, cebada, maíz temprano, maíz tardío y de segunda, soja de primera, soja de segunda, girasol y sorgo) en cada temporada agrícola y en todas las zonas

productivas de Argentina. Emplea una zonificación basada en criterios agroecológicos como el tipo de suelo y el régimen de precipitaciones, entre otros, donde se obtiene un total de 17 zonas relevadas sobre el área agrícola nacional.

En esta primera etapa exploratoria, seleccionamos establecimientos productivos ubicados en cinco zonas contrastantes (Fig. 1): NEA Oeste (II Oeste), Centro-Norte de Córdoba (III), Sur de Córdoba (IV), Santa Fe Centro (V centro), Núcleo Norte (VI), Centro de Buenos Aires (X) y Sudoeste de Buenos Aires - Sur de La Pampa (XI).

Caracterización edáfica y climática

La República Argentina es reconocida por su vasta extensión territorial y diversidad geográfica, albergando zonas productivas de gran importancia a nivel mundial. La caracterización climática y edáfica de sus regiones juega un papel fundamental en la producción agrícola y en la sustentabilidad ambiental del país.

Desde el árido o semiárido noroeste hasta las fértiles llanuras pampeanas y las húmedas

regiones del sur, Argentina presenta una variabilidad climática realmente significativa. Las condiciones climáticas, como la distribución de las precipitaciones y la temperatura media anual, varían ampliamente entre las diferentes zonas productivas. Estos factores climáticos determinan qué especies pueden cultivarse de manera efectiva y qué prácticas agrícolas son más adecuadas para optimizar la producción en cada región.

Figura 1. Zonificación ReTAA (Bolsa de Cereales de BA).

La zona pampeana, por ejemplo, caracterizada por un clima templado y precipitaciones moderadas, es ideal para el cultivo extensivo de cereales como el trigo y el maíz. En contraste, las regiones áridas del norte del país, requieren técnicas agrícolas adaptadas a la escasez de agua y a las altas temperaturas, favoreciendo cultivos como la soja, el algodón y la vid en territorios irrigados.

Además de la climatología, las características edáficas desempeñan un rol crucial en la producción agrícola. La composición del suelo, su textura, estructura y nutrientes disponibles influencian directamente la productividad de los cultivos. Por ejemplo, los suelos profundos y fértiles de la región pampeana son ideales para cultivos intensivos debido a su alta capacidad de retención de agua y nutrientes.

La caracterización climática y edáfica de las zonas productivas agrícolas de Argentina no solo es fundamental para optimizar la producción agrícola, sino también para promover prácticas

agrícolas que preserven los recursos naturales y mitiguen los impactos ambientales adversos. Este enfoque integral es esencial para asegurar la continuidad y la prosperidad de la agricultura argentina en un contexto de cambio climático y demanda alimentaria creciente a nivel global.

En este sentido, la plataforma PUMA cuenta con un geoservicio integrado que permite la obtención automática de valores a partir del polígono de cada lote. Los datos claves utilizados son: precipitación, temperatura media, evapotranspiración potencial, carbono a 30 centímetros y porcentaje de arcilla. Las bases de datos utilizadas son: East Anglia University (Climate Research Unit) para clima, y el ISRICWorld Soil Information – SoilGrids para carbono en suelos.

Según los datos proporcionados por el geoservicio de suelo de Puma, se muestran los valores promedio de carbono inicial y arcilla para cada una de las regiones bajo análisis (Tabla 1).

1. Valores promedios de C inicial y final.

Tabla

Descripción productiva

Durante las campañas agrícolas 2021/2022 y 2022/2023 se analizaron los datos de manejo de 7 productores que cultivaron en un total de 11 campos, los cuales estuvieron divididos en 36 lotes, con Índices de Intensificación Relativa (IIR) que oscilaron entre el 33 % y el 80 %. El IIR es una herramienta importante para evaluar la eficiencia en el uso de la tierra y la intensificación de la producción agrícola en una determinada área. También es un indicador útil para planificar el uso futuro de los suelos y para comprender mejor los cambios en su utilización a lo largo del tiempo.

La superficie de las dos campañas analizadas, en términos de cultivos observados se concentró principalmente en el maíz y la soja, seguidos por la vicia (como cultivo de servicio fijador de nitrógeno) y el trigo. Tanto el maíz como la soja estuvieron presentes en todas las regiones analizadas.

Los puntos georeferenciados de la Fig. 2 representan todas las situaciones productivas analizadas.

Figura 2. Sistemas agrícolas productivos bajo análisis.

¿QUÉ ES LA HUELLA DE CARBONO AGRÍCOLA?

Según la norma ISO 14067:2018 “Gases de efecto invernadero — Huella de carbono de productos — Requisitos y directrices para cuantificación” expresa que la Huella de Carbono de Producto (HCP) es la suma de las emisiones y remociones de GEI en un sistema producto⁽¹⁾ expresadas como CO₂ equivalente y basadas en una evaluación del ciclo de vida utilizando la categoría única de impacto de cambio climático. En el caso de la plataforma PUMA los resultados se expresan utilizando la unidad funcional “tonelada de grano base comercial” y “hectárea”.

⁽¹⁾Sistema producto: es el conjunto de procesos unitarios con flujos elementales y flujos de producto, que desempeña una o más funciones definidas, y que sirve de modelo para el ciclo de vida de un producto.

La huella de carbono agrícola es una medida que evalúa la cantidad total de emisiones de GEI

Cálculo de la huella de Carbono

Los cálculos de huella de carbono (o emisiones de GEI principalmente CO₂, CH₄ y N₂O) contabilizan los gases emitidos y absorbidos de la atmósfera durante un período de tiempo determinado para un territorio previamente definido.

En este caso, los datos de la actividad son aquellas emisiones y absorciones antropogénicas que se refieren únicamente a los GEI generados como consecuencia de las actividades humanas a través de las actividades directas agrícolas como tránsito de maquinarias, aplicación de fitosanitarios y fertilizantes, usos del suelo, manejo, residuos de cosecha, etc.

Las emisiones indirectas son aquellas que se

producidos directa o indirectamente por las actividades agrícolas a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto. Esto incluye las emisiones derivadas de la producción de insumos agrícolas, como fertilizantes y pesticidas, la maquinaria utilizada en la producción, el transporte de productos agrícolas, así como la liberación de GEI por el suelo y la biomasa durante el cultivo y el almacenamiento.

La medición de la huella de carbono agrícola ayuda a comprender el impacto ambiental de las prácticas agrícolas y puede guiar la implementación de estrategias para reducir las emisiones de carbono y promover la sostenibilidad en la agricultura. Los resultados de la cuantificación de la HCP se expresan en masa de CO₂ equivalente por unidad funcional.

generaron fuera de la empresa debida a la producción de los insumos utilizados en el campo: producción de fitosanitarios, fertilizantes y combustibles. También involucra a la producción de la energía eléctrica utilizada.

Los factores de emisión son coeficientes que permiten cuantificar todas aquellas emisiones o absorciones de un gas por unidad de actividad (IPCC, 2019). Estas mediciones suelen basarse en datos recopilados de mediciones de bases de datos o guías del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y se calculan como un promedio para determinar una tasa representativa de las emisiones asociadas a un nivel específico de actividad bajo ciertas condiciones de funcionamiento (Fig. 3).

Potencial del calentamiento global

El potencial de calentamiento global es una medida que compara el impacto climático de diferentes GEI en términos de su capacidad para retener el calor en la atmósfera durante un período específico, generalmente 100 años, en comparación con el CO₂. Los gases con un potencial de calentamiento global más alto tienen un impacto climático más fuerte por unidad de masa en comparación con el CO₂ durante el período de tiempo considerado (IPCC, 2019).

Todos los reportes de resultados se expresan

en CO2 equivalente, esta métrica permite realizar una suma de todas las emisiones en una unidad común. Dado que existen distintas alternativas para definir las equivalencias de los gases a CO₂ equivalente, el calculador tiene incluida la posibilidad de cambiar los valores según se requiera. Los valores utilizados en el Calculador PUMA para el análisis fueron: CO₂: 1, CH₄: 25 y N₂O: 298. Estos valores son los indicados en la Directiva europea de energías renovables - EU 2018/2001 para certificar materias primas con destino biocombustibles a la Unión Europea.

Figura 3. Metodología de cálculo de GEI.

Fuentes de emisión

Las fuentes de emisión son todos aquellos procesos, actividades o mecanismos que liberan a la atmósfera un GEI o un precursor de cualquiera de ellos. El dióxido de carbono (CO₂), el óxido nitroso (N₂O) y el metano (CH₄) son los GEI antropogénicos de la atmósfera terrestre. Además, la atmósfera también contiene cierto número de halocarbonos y otras sustancias que contienen cloro y bromo, contemplados en el Protocolo de Montreal (Tabla 2).

El CH₄ es el componente principal del gas natural y está asociado a todos los hidrocarburos utilizados como combustibles, a la ganadería, a la agricultura y a la gestión de residuos sólidos y líquidos. La fuente antropógena principal de N₂O

es la agricultura (la gestión del suelo y del estiércol), pero hay también aportes importantes provenientes del tratamiento de aguas residuales, del quemado de combustibles fósiles y de los procesos químicos industriales. El CO₂ es un gas de origen natural, subproducto también de la combustión de combustibles fósiles procedentes de depósitos de carbono fósil como el petróleo, el gas o el carbón, de la quema de biomasa, y de los cambios de uso del suelo y otros procesos industriales (por ejemplo, producción de cemento). Es el principal GEI antropogénico que afecta al equilibrio radiativo de la Tierra. También es el gas utilizado como referencia para medir otros GEI, por lo que su potencial de calentamiento global es igual a 1.

Tabla 2. Principales fuentes y gases evaluados en el presente estudio.

Emisiones por residuos de cosecha

Emisiones por fertilizantes sintéticos

Emisiones por quema de combustibles

Emisiones por producción de insumos y combustibles

Este enfoque nos permite evaluar con precisión las actividades operativas primarias, proporcionando una base sólida para implementar estrategias de reducción de emisiones en las operaciones principales. Fuente Descripción

Emisiones directas e indirectas por el nitrógeno de residuos de cultivos (sobre la superficie y debajo de ésta), incluyendo de cultivos fijadores de nitrógeno y de forrajes durante la renovación de pasturas

Emisiones directas e indirectas de N2O de suelos gestionados por la aplicación de fertilizantes con nitrógeno sintético

Emisiones de CO2 por la aplicación de urea y cal

Emisiones de la oxidación intencional de materiales para proporcionar trabajo mecánico a un proceso

Emisiones provenientes de la producción de las sustancias químicas y combustibles utilizados en el lote

Es importante señalar que el análisis de la huella de carbono realizado se centró exclusivamente en las emisiones directas generadas hasta la tranquera, excluyendo los impactos asociados con el transporte y almacenamiento.

N2O

CO2 N2O

CO2 N2O CH4

CO2 N2O CH4

RESULTADOS HUELLA DE CARBONO

Un gráfico boxplot, también conocido como diagrama de caja y bigotes, es una herramienta gráfica que proporciona una representación visual de la distribución y la variabilidad de un conjunto de datos. Consiste en un rectángulo (la "caja") y dos líneas (los "bigotes") que se extienden desde la misma.

En el centro del boxplot, la línea horizontal que divide la caja en dos partes es la mediana y facilita la comprensión si la distribución es simétrica o asimétrica. Esto significa que el 50% de los datos se encuentran por encima de esta línea y el otro 50% por debajo.

La caja en sí misma representa el rango intercuartílico (IQR), que es la diferencia entre el tercer cuartil (Q3) y el primer cuartil (Q1). El Q3 representa el valor por encima del cual se encuentra el 75% de los datos, mientras que el Q1 representa el valor por encima del cual se encuentra el 25% de los datos. Por lo tanto, se puede decir que la caja abarca el 50% central de los datos.

Los bigotes se extienden desde los bordes de la caja hasta ciertos límites. Cualquier valor que caiga más allá de estos límites se considera un valor atípico y se muestra como un punto individual.

Emisiones totales asociadas al manejo por cultivo

La Figura 4 representa las emisiones totales de GEI (kgCO₂e/ha) en cada uno de los cultivos asociadas a factores de manejo mencionados también en la Tabla 2 como quema de combustibles fósiles, fertilización con insumos sintéticos, aplicación de fitosanitarios, producción de energía, producción de fertilizantes, insumos y semillas, y emisiones por residuos de cosecha.

En dicha figura se puede visualizar una gran variabilidad de los datos para el cultivo de trigo y en menor medida en el cultivo de maíz, probablemente explicados por la producción y el uso de fertilizantes de base nitrogenada como urea.

Las mayores huellas de carbono asociadas al manejo por cultivo también se observaron en trigo y maíz, sobre todo en aquellos lotes con bajos

rendimientos, donde a pesar de recibir una considerable inversión en insumos eso no se tradujo en aumentos de producción. Asimismo, se detectaron mayores emisiones en los lotes con una intensa aplicación de nitrógeno por hectárea, subrayando la importancia de encontrar la dosis óptima adecuada para aplicar en cada caso.

Es importante señalar que este análisis es parcial, ya que en esta primera instancia no hemos considerado la variación del carbono en el suelo. Al aplicar una mayor cantidad de nitrógeno como fertilizante de cultivos, se incrementa la cantidad final de rastrojo que se incorpora al suelo, lo cual puede alterar los resultados obtenidos hasta ahora. Por lo tanto, es posible que estos resultados se vean modificados una vez que se incorpore esta variable adicional en la evaluación completa.

Figura 4. Emisiones totales asociadas a la superficie.

Los resultados obtenidos a partir de los datos aportados por productores Aapresid que fueron analizados en este proyecto se compararon con la bibliografía nacional disponible y con valores de emisiones por hectárea reportados para cada cultivo sobre la base de información de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Dichos valores se

representaron con un punto rojo dentro de cada barra de la Figura 4 (maíz: 1246 kgCO₂e/ha, Bongiovanni y Tuninetti, 2023; trigo: 469 kgCO₂e/ha, Bongiovanni y Tuninetti, 2021; soja: 403 kgCO₂e/ha, ReTAA, 2012-2022, soja 2da: 365 kgCO₂e/ha, ReTAA, 2012-2022).

Emisiones totales asociadas al manejo por tonelada

La Figura 5 muestra las emisiones totales de GEI en kilogramos de CO₂ equivalente por tonelada de producto producido para los cultivos de renta (humedad base comercial) y en tonelada de

materia seca para el cultivo de servicio vicia. Estas emisiones se relacionan con los mismos factores de manejo mencionados previamente.

Figura 5. Emisiones totales asociadas al rendimiento.

Es importante considerar las emisiones totales de GEI asociadas al manejo ya que en algunos casos, prácticas como la fertilización pueden incrementar las emisiones por hectárea. Sin embargo, si estas prácticas mejoran el rendimiento del cultivo, el cálculo de la huella de carbono por tonelada de producto producido suele resultar menor. Por lo tanto, aunque ciertos manejos agrícolas puedan aumentar las emisiones por superficie cultivada, es fundamental evaluar el impacto neto en la huella de carbono por unidad de producción. Los resultados derivados de los datos

proporcionados por los productores asociados a Aapresid fueron contrastados con la literatura nacional existente y con los niveles de emisiones por tonelada reportados para cada tipo de cultivo cosechado según los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Estos valores se visualizan gráficamente mediante puntos rojos ubicados dentro de cada barra representada en la Figura 5 (maíz: 178 kgCO₂e/tn, Bongiovanni y Tuninetti, 2023; trigo: 148 kgCO₂e/tn, Bongiovanni y Tuninetti, 2021; soja: 143 kgCO₂e/tn, ReTAA, 2012-2022; soja 2da: 128 kgCO₂e/tn, ReTAA, 2012-2022).

Contribución de cada factor a la emisión total por cultivo

El gráfico de torta, también conocido como gráfico circular, es una herramienta visual que permite representar de manera fácil e intuitiva los datos numéricos obtenidos en forma de un círculo dividido en segmentos proporcionales a los valores que representan. Además, es útil para resaltar la proporción de cada factor de emisión en relación con la emisión total, lo que ayuda a

comparar y entender la distribución relativa de dichos datos.

Los siguientes gráficos representan la contribución de las distintas fuentes de emisión en la huella de carbono total de cada cultivo (Fig. 6, 7, 8, 9, 10 y 11). Los mismos están expresados como el % de influencia sobre el total de las emisiones del cultivo de referencia.

6. Contribución de cada factor de emisión en maíz.

Figura

7. Contribución de cada factor de emisión en trigo.

8. Contribución de cada factor de emisión en sorgo.

Figura
Figura
Figura 9. Contribución de cada factor de emisión en soja.
Figura 10. Contribución de cada factor de emisión en soja 2da.

11. Contribución de cada factor de emisión en vicia.

El gráfico de torta, también conocido como gráfico circular, es una herramienta visual que permite representar de manera fácil e intuitiva los datos numéricos obtenidos en forma de un círculo dividido en segmentos proporcionales a los valores que representan. Además, es útil para resaltar la proporción de cada factor de emisión en relación con la emisión total, lo que ayuda a

comparar y entender la distribución relativa de dichos datos.

Los siguientes gráficos representan la contribución de las distintas fuentes de emisión en la huella de carbono total de cada cultivo (Fig. 6, 7, 8, 9, 10 y 11). Los mismos están expresados como el % de influencia sobre el total de las emisiones del cultivo de referencia.

Figura

Dentro de los cultivos de gramíneas como maíz, trigo y sorgo los ajustes para reducir las emisiones de GEI pueden realizarse en los factores directamente relacionados a la producción y utilización de fertilizantes de base nitrogenada. Mientras que en cultivos de leguminosas como la soja, estos ajustes de reducción de emisiones deberán hacerse dentro de las actividades de producción y aplicación de insumos de fitosanitarios (herbicidas, fungicidas e insecticidas) y su correspondiente quema de combustible fósil por el tránsito de maquinaria que dicha actividad implica.

En resumen, resulta fundamental desarrollar estrategias como el manejo integrado de plagas y fertilización variable como medidas clave para optimizar el uso de fertilizantes e insumos agrícolas. Estas medidas no solo mejoran la eficiencia en el uso de recursos y promueven la sustentabilidad ambiental, sino que también contribuyen significativamente a la mitigación del cambio climático al reducir las emisiones y al mantenimiento de la salud del suelo a largo plazo.

Figura 12. Acumulación de factores de emisión en cultivos.

La evaluación y análisis de la huella de carbono en sistemas agrícolas bajo siembra directa demuestra la importancia de la intensificación y diversificación de cultivos tanto por sus beneficios a nivel de mitigación de emisiones como en la sustentabilidad ambiental y económica de las labores agrícolas.

La intensificación de cultivos permite maximizar el uso de recursos disponibles por unidad de superficie, reduciendo así la huella de carbono por hectárea y por tonelada. Este enfoque optimizado no sólo mejora la eficiencia del uso de insumos, como fertilizantes y agua, sino que también contribuye a la captura y almacenamiento de carbono en el suelo, crucial para la mitigación del cambio climático. En una próxima instancia, se llevará a cabo un análisis adicional de la dinámica del carbono en los suelos que resulta fundamental para obtener una visión integral de los impactos ambientales asociados a nuestras actividades. La dinámica del carbono en el suelo juega un papel crucial en la capacidad de los suelos para actuar como sumideros de carbono. Por otro lado, la diversificación de cultivos no solo promueve la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a fluctuaciones climáticas y enfermedades, sino que

también reduce la dependencia de fertilizantes sintéticos y fitosanitarios, que son responsables de significativas emisiones de gases de efecto invernadero durante su producción y aplicación.

Es crucial destacar que, si bien la agricultura contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero debido al uso de insumos (principalmente por fertilizantes de base nitrogenada y fitosanitarios) estrategias como la siembra directa y la adopción de buenas prácticas agrícolas pueden mitigar estos efectos negativos. La optimización en el uso de insumos y la promoción de sistemas agrícolas más diversos y resilientes son pasos fundamentales hacia una agricultura más sustentable y menos intensiva en emisiones.

En resumen, la integración de la intensificación y diversificación de cultivos no solo reduce la huella de carbono por tonelada de producción agrícola, sino que también fortalece la capacidad de los sistemas agrícolas para adaptarse a un clima cambiante contribuyendo positivamente a la mitigación del cambio climático a través de prácticas que preservan y mejoran la salud del suelo y la biodiversidad.

Bibliografía

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Reservas de Carbono Orgánico del Suelo y su Relación con la Intensificación

de

la Rotación en la Chacra Pergamino-Colón

La Chacra Pergamino-Colón ha trabajado durante varios años en el estudio de las reservas de carbono orgánico del suelo (COS) y el impacto de la intensificación de la rotación en estas reservas. Al finalizar su primer ciclo (2011-2020), la Chacra demostró que la intensificación de la rotación permite aumentar la captura de carbono en los suelos hasta una profundidad de 20cm, aunque también se observó que los sistemas más intensificados emitían mayores cantidades de gases de efecto invernadero.

En el segundo ciclo, se decidió continuar trabajando para lograr sistemas neutros en carbono mediante la intensificación y el manejo adecuado. Además, se amplió el estudio para incluir las reservas de carbono hasta una profundidad de 50cm.

El último Informe de Avance de Resultados de la Chacra se enfocó en conocer y caracterizar las reservas de COS (en Mg C.ha 1) en los siete lotes de los ensayos de larga duración, hasta 50cm de profundidad. También se realizó una proyección de la evolución de estas reservas (hasta 20cm) utilizando el modelo AMG, que simula la dinámica del carbono en función de la rotación, los rendimientos, el sistema de labranza, el tipo de suelo y el clima. Este modelo, validado en el ciclo anterior de la Chacra con datos de nueve años de análisis, es una herramienta práctica y sencilla de usar.

Caracterización de los lotes

Los siete lotes de los ensayos de larga duración fueron seleccionados de manera tal de representar los suelos más comunes de la zona: Argiudoles típicos (La Oración (LO6) y Santa María (L59)), Argiudoles vérticos (San Nicolás (L20 y L36) y La Posta (LP1)) y Hapludoles (Las Balas (FL2 y BT5)). Los lotes de la Chacra son bastante homogéneos, salvo los lotes con suelos Hapludoles, que presentan varios ambientes

Observaciones de las Reservas de COS

En los primeros estratos del suelo (Fig. 1 A & B), se observó que las reservas de COS tienden a ser mayores en los lotes intensificados que en los lotes no intensificados para todos los tipos de suelo. Esto se debe a que la parte superior del perfil está en contacto con el rastrojo en sistemas de siembra directa, por lo tanto tiene una mayor respuesta a las diferentes intensidades de rotación propuestas en el ensayo y a los efectos de los agroquímicos en ella. Cabe notar que, para los Hapludoles, esta tendencia se observa

diferenciados por su productividad (alta y baja).

Cada ambiente edáfico seleccionado para el proyecto posee un lote proveniente de una rotación intensificada con cultivos de servicio (CS) (LO6, L36 y BT5) y uno o dos lotes que vienen de rotación de tercios trigo-soja-maíz-soja, rotación tradicional de la zona (L59, L20, LP1 y FL2).

solamente en los ambientes de baja productividad, mientras que los ambientes de alta productividad no presentaron diferencia.

A mayores profundidades, en los Argiudoles típicos y vérticos, no se notó un efecto de la intensificación de la rotación sobre las reservas de COS (Figura 1.C&D). En los Hapludoles, los ambientes de baja producción siguen diferenciándose a favor del lote intensificado.

Reservas de Carbono Orgánico del Suelo y su Relación con la Intensificación de la Rotación en la Chacra Pergamino-Colón.

B C DEl análisis de COS hasta los 50cm permite valorar de forma más precisa las reservas de COS en el suelo y distinguir el efecto de los manejos en el mediano y largo plazo. En este estrato adicional (20-50cm), las reservas aportaron entre 24 y 32 Mg ha 1 al contenido total de COS, sin considerar

Figura 1. Reservas de COS (Mg C. ha 1) de cada lote a 0-5 (A), 0-20 (B), 0-30 (C) y 0-50cm de profundidad. Lotes FL2 y BT5: Hapludoles; Lotes LO6 y L59: Argiudoles típicos; Lotes LP1, L20 y L36: Argiudoles vérticos.

los ambientes de baja productividad de los Hapludoles (Figura 2). En el perfil completo 0-50cm se observó que es significativamente menor las reservas de COS presente en los ambientes productivos de BP con respecto a los demás.

Proyecciones con el modelo AMG

Se proyectó la evolución de las reservas de COS durante 30 años, usando una rotación fija tanto para los lotes intensificados como para los de rotación de tercios, y rendimientos históricos de cada explotación. Vimos que los lotes no intensificados tienden a mantener sus niveles de carbono, mientras que los lotes intensificados aumentaron sus niveles de carbono hasta un límite superior de 52 Mg C. ha-1 para los suelos Argiudoles y de 38 Mg C. ha-1 para los Hapludoles (Figura 3). Sin embargo, debido a las

Figura 2. Reservas de COS (Mg.ha 1) de los lotes de la Chacra Pergamino-Colón a 0-20 y 20-50cm de profundidad. Lotes FL2 y BT5: Hapludoles; Lotes LO6 y SM59: Argiudoles típicos; Lotes LP1, SN20 y SN36: Argiudoles vérticos.

aproximaciones utilizadas y a las incertidumbres inherentes a las proyecciones a largo plazo, es preferible considerar las tendencias de los modelos en lugar de centrarse en valores puntuales. A su vez, es importante remarcar que la estabilización de las reservas en los lotes con rotación tradicional, no toma en cuenta el riesgo de erosión en periodos de barbecho, que puede reducir su calidad con respecto a otros parámetros del suelo.

CBLos lotes de San Nicolás se encuentran en una área afectada por erosión hídrica, , no obstante, los mismos tuvieron una tasa de incremento mayor a los suelos Argiudoles típicos, los cuales no presentan problemas de erosión. Además, la captura de C en los Hapludoles es más lenta por ser suelos más arenosos. Reservas

Figura 3. Proyección de las reservas de COS (Mg. Ha 1) simulada con el modelo AMG para suelos Argiudoles vérticos (A), Argiudoles típicos (B) y Hapludoles (C). En verde la proyección para el lote con rotación de tercios, en rojo para el lote intensificado y en azul para el lote con historia de rotación de tercios que fue intensificado.

CONCLUSIONES

Los datos analizados corresponden a un muestreo inicial de los lotes de los ensayos de larga duración de la Chacra Pergamino-Colón, sirviendo como línea de base para evaluar los efectos de la intensificación y del manejo después de tres años. Se observó que las rotaciones intensificadas con CS tienden a tener más COS que las rotaciones no intensificadas en los primeros 5cm de profundidad. Sin embargo, a mayor profundidad (0-50cm), las reservas totales se igualan.

El modelo AMG simuló además, que, a largo plazo, intensificar las rotaciones permite aumentar la captura de COS, a diferencia de las rotaciones de tercios, que mantuvieron sus niveles de carbono. Comparando la evolución de las reservas de COS con la iniciativa 4 por mil, que propone aumentar las reservas de COS globalmente un 4% anual para compensar las emisiones de GEI, se concluye que las rotaciones intensificadas con CS cumplen con este objetivo, mientras que las rotaciones de tercios no lo logran.

“Argentina y sus compromisos internacionales de reducciones de emisiones”

Lic. Maria Lourdes Manrique Ing. Sebastián Galbusera

Expertos en inventarios de gases de efecto invernadero y Plataforma Puma 5), las emisiones de GEI de 2020 totalizaron en 376 MtCO2e, siendo los sectores de Energía y de Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Otros Usos del Suelo (AGSOUT) los principales emisores, con una contribución del 45% cada uno.

Al ratificar la Convención Marco de las Naciones sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1994, la Argentina asumió diferentes compromisos a nivel internacional, entre ellos el de reportar frecuentemente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de las actividades antropogénicas. Desde 1997 se han reportado tres Comunicaciones Nacionales (1997, 2008 y 2015) y cinco Informes Bienales de Actualización (2015, 2017, 2019, 2021 y 2023), y todos cuentan con un Inventario Nacional de GEI (INGEI). Estos Inventarios deben realizarse siguiendo las metodologías aprobadas en el marco de la CMNUCC y elaboradas por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y su reporte debe cumplir con los requisitos de reporte también aprobados por la CMNUCC.

Según los resultados del último INGEI incluidos en el Quinto Informe Bienal de Actualización (IBA

En la figura a continuación, se observa la evolución de las emisiones de cada sector del INGEI y se puede apreciar que mientras el sector Energía ha tenido un aumento sostenido desde 1990 hasta 2016 (presentando una pequeña caída en los últimos años principalmente por el impacto de la pandemia de COVID-19), el sector AGSOUT ha disminuido su contribución en las emisiones totales del país desde el año 2000, aumentando en 2020 por la disminución de la cobertura de bosque nativo asociada en gran parte a una mayor prevalencia de incendios.

“Argentina

Respecto al sector AGSOUT, una forma de reportar las emisiones a nivel doméstico es dividiendo las emisiones en tres subsectores. Uno de ellos es el subsector Ganadería que incluye las emisiones provenientes de la fermentación entérica y la gestión del estiércol tanto a campo como en condiciones de poco oxígeno o anaeróbicas (sin incluir las emisiones del suelo), que desde 1994 ha disminuido su contribución en el sector, presentando fluctuaciones asociada a la cantidad de existencias de bovinos. Por otro lado, se encuentra el subsector Agricultura que incluye

las emisiones provenientes del uso de fertilizantes, quema de biomasa, residuos de cosecha y la producción de arroz, y ha presentado un aumento de sus emisiones desde 2012. Por último, el subsector de Silvicultura y Otros Usos de la Tierra incluye las emisiones y absorciones provenientes de los cambios en el uso del suelo, el manejo del bosque nativo, la silvicultura y los productos de madera recolectada. Este último subsector presenta grandes fluctuaciones generadas por cambios en la legislación vinculada a la protección de bosques nativos y condiciones climáticas.

“Argentina

Es importante destacar que existen numerosos desafíos para la realización sistemática y continua de un Inventario Nacional de GEI que cumpla con los requerimientos internacionales. Un ejemplo es la existencia de datos para mejorar las estimación de carbono del suelo, pudiendo utilizar modelos de estimación más sofisticados y adecuados a las circunstancias nacionales, que puedan reflejar las mejoras en las prácticas agrícolas. A su vez, existe una gran necesidad de mejorar las estimaciones de emisiones proveniente del uso de fertilizantes nitrogenados.

Asimismo, la Argentina ratificó el Acuerdo de París en 2016 lo que significa que a partir del 2024 deberá atravesar un proceso de reporte y revisión más riguroso que aquel asociado a los

Informes Bienales de Actualización. Otro compromiso que surge del Acuerdo de París es la presentación, cada cinco años, de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) que contienen los compromisos en materia de mitigación y adaptación de los países. La Argentina presentó su Segunda NDC en 2020 y a finales de 2021 presentó una actualización en su meta de mitigación, aumentando la ambición en la reducción de emisiones de GEI al 2030. A nivel doméstico, en 2022 se presentó el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático que incluye las acciones de mitigación y adaptación que está realizando el país que contribuyen a alcanzar la meta de la Segunda NDC.

Referencias

Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático: https://ciam.ambiente.gob.ar/images/uploaded/recursos/370/2022%20Plan%20 Nacional%20de%20Adaptacion%20y%20mitigacion%20al%20Cambio%20Clima tico_con%20Anexo%20y%20VF.pdf

Segunda NDC: https://unfccc.int/sites/default/files/NDC/2022-06/Argentina_Segunda%20Contri bución%20Nacional.pdf

Actualización Segunda NDC: https://unfccc.int/sites/default/files/NDC/2022-05/Actualización%20meta%20de %20emisiones%202030.pdf

Quinto Informe Bienal de Actualización: https://ciam.ambiente.gob.ar/images/uploaded/recursos/372/BUR5.pdf

Informe Nacional de Inventario del Quinto Informe Bienal de Actualización: https://unfccc.int/sites/default/files/resource/argentina-bur5.pdf

Sistema Integrado de Información Ambiental: https://ciam.ambiente.gob.ar/repositorio.php?tid=9#

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