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Siembra directa en suelos arenosos

LA PRIMER JORNADA UN PRODUCTOR EN ACCIÓN DEL GRUPO REGIONAL GUAMINÍ TUVO COMO MARCO LAS LOMADAS ARENOSAS DE LA ZONA DE CASBAS A UNOS KILÓMETROS AL NORTE DE GUAMINÍ, PAISAJE QUE SE RECONOCE COMO ENTRE LOS MÁS REPRESENTATIVOS DE LA ZONA. Y SE MOSTRÓ CON SUS VIRTUDES Y LIMITACIONES A FINES DE NOVIEMBRE DONDE SE PUDIERON VER TRIGOS ESPIGADOS, MAÍCES Y GIRASOLES EN LAS ETAPAS VEGETATIVAS, Y SOJAS EMERGIENDO.

Raúl Carvajal, es productor y asesor por naturaleza, es miembro de la Regional Guaminí de AAPRESID, y desde hace 10 años trabaja en sociedad con el grupo Los Grobo, campos en arrendamiento en el partido de Guaminí y alrededores. Uno de los establecimientos en su esquema productivo es “El Boyero”, caracterizado por tener un planteo mixto, en el que conviven ganadería de producción propia con agricultura por contratos, allí se citó a productores y técnicos de la zona para esta edición de Un Productor en Acción regional.

En el esquema rotacional de “El Boyero”, la soja de primera tiene la doble función de ser la herramienta para bajar la presión de malezas y el de permitir un interesante margen agrícola. “Arrancamos con grupos IV largos a 52,5 cm entre hileras, y luego acortamos ciclos y distanciamientos”, comentó Carvajal. Todos los lotes se fertilizan con fósforo y azufre, y se inoculan independientemente de tener o no historia sojera previa. En sojas de segunda, se utilizan grupos cortos (III y IV corto) y se siembra a 35 cm.

En cuanto a trigo se utilizan un 70% de materiales de ciclo largo y el restante de cortos. Fertilidad y sanidad son los puntos a cuidar. Para el manejo sanitario, seleccionan materiales de buen comportamiento a enfermedades, y monitorean la evolución de los principales hongos. En caso de ser necesario, o en variedades que de antemano se saben susceptibles en enfermedades foliares, se aplican fungicidas. En girasol, realizan siembras de octubre en adelante. En lotes complicados por malezas utilizan híbridos resistentes a imidazolinonas.

El maíz, se siembra del 20 de septiembre en adelante, seleccionando híbridos por su potencial productivo en la zona. En todos los casos, el maíz se siembra sobre trigo/soja de segunda, seleccionando los mejores lotes. La fertilización incluye el aporte de nitrógeno, fósforo y azufre. El sorgo, reemplaza al maíz en los lotes de menor aptitud.

Todos los lotes se fertilizan con fósforo y azufre y se inoculan independientemente de tener o no historia sojera previa.

Los suelos de la zona en SD.

Los suelos arenosos de El Boyero no desentonan con los zonales que “tienen baja fertilidad en general, ya que el contenido alto de arena limita el contenido de materia orgánica a no mas del 3% en casos muy buenos, con pisos alrededor del 1%” afirmó Hugo Kruger especialista en suelos de INTA Bordenave. Son suelos de alta capacidad de infiltración dada su textura y de poca retención hídrica, ésta ronda los 0,8 mm de agua por centímetro de profundidad. “Son suelos que con la SD han modificado profundamente en cuanto a su potencial productivo ya que con labranzas se volaban con la consiguiente erosión generada” apuntó.

Manejo de malezas en girasol

Nicasio Rodriguez de INTA Anguil, comentó que “en nuestros sistemas de producción interactúan malezas y cultivos, de esta interacción surgen u$s 80 millones anuales en perdidas”. Todas las plantas que emergen en un lote sin la intención de ser cultivadas reciben la denominación de malezas (Figura 1).

En girasol el período crítico libre de malezas es muy corto. Para obtener el 97.5% del rendimiento se necesitó un período de 21-30 días libre de malezas, para un 95% en 11-19 días libre de malezas (ver Gráfico 1). La respuesta de porcentaje de pérdida de rinde a un incremento en el período libre de malezas puede explicarse como una declinación en peso seco y densidad de malezas en relación al incremento del período libre de malezas.

En SD sabemos que hay un cambio de malezas, ya que hay modificaciones en el manejo, y en este nuevo sistema el glifosato es la herramienta fundamental con la ayuda de productos residuales. Hay diferentes ventanas de intervención, en preemergencia con los herbicidas convencionales y postemergencia se puede actuar por ejemplo con imidazolinonas en los nuevos girasoles con tecnología Clearfield. En caso del uso de CL las aplicaciones deben realizarse entre 2-4 hojas de malezas, y 2-4 del cultivo, no mas para evitar efecto paraguas del girasol sobre las malezas, siempre dentro de los 30 días en que debe estar libre el cultivo de malezas, la residualidad de este producto va de unos 40 a 60 días relativo a las precipitaciones.

Hay malezas problema como Viola, que es muy tolerante. Otra maleza que está presentando complicaciones para su control es el yuyo esqueleto. En cuanto a la generación de resistencias es de importancia la mezcla y rotación de herbicidas. “Tenemos que pensar en el manejo de las malezas resistentes o tolerantes en la rotación de cultivos” enfatizó.

Refiriéndose al barbecho dijo que “es muy importante, sobre todo en estos suelos de poca capacidad de retención hídrica como los de estas zonas, el 40% del rendimiento del cultivo esta explicado por el agua que almacenamos en el barbecho”.

Para ver tema residualidad de un herbicida total o no selectivo para un determinado cultivo debemos realizar biotests, es decir poner a germinar semillas del cultivo en tierra del lote, esto lo hacemos si no han llovido 200 mm en el ciclo, que en general son suficientes para la degradación de los productos en dosis normales.

Tecnologías en Maíz.

“En cada zona de producción tenemos un potencial de rendimiento que está determinado por el agroecosistema, éste está limitado por factores determinantes de rendimiento, que en general son la oferta de agua y nitrógeno, así se llega al rendimiento alcanzable, que es afectado por factores reductores y llegar al rinde logrado” comentaba Gustavo Duarte en la parada de maíz, cultivo determinante y fundamental para los planteos agrícolas en SD.

“Debemos optimizar la producción de biomasa aérea total, que luego se particiona a granos”.

En la estructura de cultivo podemos pensar en densidades de 65000 plantas por hectárea para ambientes limitados o de baja productividad, y 70 a 80 mil plantas para planteos de alta producción. Un problema a solucionar, y que año a año sigue mostrando deficiencias es relativo a la calidad de siembra, la uniformidad tanto espacial como temporal generan pérdidas que son difíciles de evaluar, no se debería llegar a mas de 10% de desvío para tener planteos lógicos para buenos rindes.

Malas distribuciones de cobertura en las cosechas tienen implicancias en la distribución en profundidad generando heterogeneidad temporal de emergencia produciéndose plantas dominantes y dominadas, y es sabido que la mayor producción por planta de las dominantes no compensa la pérdida de las dominadas con el consiguiente deterioro en el rendimiento por unidad de superficie.

En cuanto a fechas de siembra el objetivo es ubicar la floración, período crítico del cultivo de maíz (PC: quince días antes y después de la misma), en un mes con lluvias apropiadas, es decir garantizar la oferta de recursos optimizadas a floración. En este sentido a eficiencias de uso del agua de alrededor de 20 kg MS/mm podemos apuntar a un rinde objetivo de unas 10 tn/ha.

En la selección de los materiales tenemos en cuenta no solo el potencial del hibrido, sino además la estabilidad de los mismos y tolerancia a estrés, en tal sentido la información zonal es de vital importancia, no solo de rinde, también de enfermedades y plagas.

La nutrición es otro de los aspectos a manejar, en fósforo corregimos a un umbral crítico de 18 ppm a la siembra, el nitrógeno tiene funciones de expansión de hojas, y por tanto captura de radicación lo que lo hace fundamental para lograr buenos cultivos, para esto definimos la oferta ambiental de NO

3 hasta los 60 cm de profundidad. La condición de aplicación es no después de 6º hoja expandida (V6). El azufre muchas veces no presenta respuestas pero si es un elemento que ayuda a mejorar la eficiencia de uso de nitrógeno por parte del cultivo.

Las malezas son otro de los factores reductores, tenemos tecnologías disponibles para su adecuado manejo en el cultivo en rotación, desde los herbicidas convencionales hasta los resistentes a imidazolidonas y los recientes RR, que completan un buen espectro de herbicidas.

Nutrición nitrogenada en soja.

Marcelo Sagardoy, reconocido especialista en microbiología, comentaba en esta parada en el marco de un cultivo de soja en emergencia que “A partir de esta reacción química N 2 + H 2 > NH 3 (a alta presión y temperaturas controladas) se produce cualquier ferti- lizante nitrogenado, esta misma es la que realizan las bacterias del genero Rhyzobium en soja a una atmósfera de presión y temperaturas normales” y es la base con la que los cultivos de leguminosas se aíslan parcialmente de la disponibilidad edáfica de N para producir rendimientos aceptables. Por esto es que debemos prestar suma atención en lograr que esa simbiosis entre bacteria y leguminosa alcance su máxima expresión de manera de maximizar el aporte nutricional al cultivo en términos de nitrógeno.

Los inoculantes comerciales deben tener 1 x 109 bacterias por mililitro de producto para alcanzar niveles satisfactorios de infección en la planta de soja, por esto es de suma importancia el manejo de los inoculantes para que esta cantidad se mantenga hasta el momento de la inoculación de la semilla previo a la siembra.

El desarrollo tecnológico actual ha posibilitado la protección de las bacterias por medio de los protectores que son geles que cumplen el rol de mantener la humedad de las células de las bacterias. Su objetivo es garantizar la viabilidad de las bacterias sobre la semilla hasta que aparezcan las raíces en el proceso de germinación. En la medida que ésta se demora (por diferentes condiciones de falta de humedad de suelo o temperatura por ejemplo) el número de nódulos disminuye por una menor cantidad de bacterias viables sobre el tegumento de la semilla, éstos protectores aseguran una mejor nodulación a campo.

“A pesar de esta función primordial de la simbiosis Rhyzobium leguminosa, no siempre obtendremos respuestas en la inoculación, en USA solo el 65% de lo ensayos tuvo respuesta” comentó Sagardoy y continuó diciendo que “muchas de las cepas que quedan en el suelo pierden eficiencia por lo que se aconseja inocular siempre, aún en lotes con vasta historia sojera”, al respecto dijo que en suelos de varios años de soja, hay nodulación en mayor profundidad, ya que las poblaciones están naturalizadas.

Para finalizar la jornada, Enrique Moro, presidente del grupo Regional agradeció a los colaboradores, empresas auspiciantes y disertantes, e invitó al asistente a escuchar a Gustavo Grobocopatel, quien expresó su visión del sector por estos días. Y nos desafió a agregar valor a nuestra producción como estrategia para mantener el crecimiento sostenido.

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