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Manejo de cultivos en Mar del Plata
Una exitosa jornada a campo de la Regional Mar del Plata, donde se abordaron los cultivos de gruesa con ensayos en la zona.
Soja, girasol, maíz, cultivos de servicio y herbicidas fueron las temáticas abordadas en la jornada a campo organizada por la Regional Juan Manuel Fangio el pasado 28 de febrero, en el establecimiento El Silencio ruta 226, KM 26 (Mar del Plata).
El primero en disertar fue la Ing. Agr. Alejandra Marino de INTA quien mostró los avances del estudio “Cultivos de servicios: cosecha de forraje en el sudeste bonaerense” (Briguglio et. al). En el mismo se evalúa el efecto de la fertilización nitrogenada y la utilización forrajera de avena sobre la producción de la soja sucesora.
En el establecimiento El Silencio se efectuó la siembra de avena (04/04/2018) y se establecieron tratamientos 0 (0N) y 100 (100N) kg N/ha, sin cosecha o con una, dos o tres cosechas del forraje acumulado.
La especialista mostró que la producción forrajera aumentó con la fertilización nitrogenada (Cuadro 1). Al finalizar su ciclo, la biomasa aérea de la avena cosechada el 29/06 no difirió de la no cortada (Cuadro 2), lo que representa un producto adicional de 80 (0N) o 108 (100N) kg carne/ha.
Cuadro 1 Producción de forraje y de carne (conversión 15:1) según la utilización forrajera y la fertilización nitrogenada de avena.
Marino explicó que resta presentar datos de biomasa radical incorporada por avena y el rendimiento del cultivo sucesor, lo que aportará a la utilización eficiente de cultivos de servicios en los sistemas agrícolo-ganaderos regionales.
A modo de conclusión, la ingeniera agrónoma comentó los beneficios de los cultivos en el sistema agrícola pero aún no se sabe qué impacto tiene la cosecha de forraje en el cultivo de servicio. En cuanto a los cultivos de servicios en sistemas mixtos, la cosecha de forraje no afectó el rendimiento del cultivo sucesor soja. Respecto a las diferencias de aplicación de Nitrógeno, las mismas se empezaron a registrar después del segundo corte y aún faltan datos de biomasa de raíces y de rinde en soja para todas las situaciones.
Cuadro 2 Biomasa aérea acumulada al 29/10 y respuesta a N (kg MS/kg N aplicado) de avena según la fecha de la última cosecha de forraje y la fertilización nitrogenada.
El Ing. Agr. Diego Ligier habló sobre calicata y salud del suelo. Si bien durante los últimos años el INTA ha venido realizando grandes esfuerzos en actualizar y generar nueva información de suelos a nivel nacional, dicha información como la existente en otras instituciones públicas y privadas, carece hasta hoy de una gestión integradora que permita su uso en la toma de decisiones a distintas escalas.
“La generación de conocimiento relacionado con la potencialidad y resiliencia de los suelos dentro de su agroecosistema es clave”, remarcó Ligier y explicó que a partir de una mirada integral del ambiente, esta problemática puede ser abordada desde diferentes aspectos. Esto permite conocer cómo son afectados las funciones y los procesos que ocurren en el suelo ante distintos usos y tiempos de aplicación. La detección temprana de la degradación del suelo (por erosión, compactación, pérdida de materia orgánica, sobrepastoreo, acidificación, salinización, sodificación, entre otros), o su previsión, constituyen demandas de los productores agropecuarios que requieren ser atendidas.
En esta línea, el especialista detalló que el uso del suelo produce alteraciones estructurales y funcionales que condicionan su productividad, siendo necesario conocerlas y cuantificarlas. A través de la identificación de los indicadores que representen los diferentes estados, trayectorias y tendencias, se puede lograr que el suelo se mantenga dentro de ciertos límites que garanticen su capacidad productiva de manera económicamente viable.
El monitoreo de la calidad de suelo requiere indefectiblemente contar con la definición de zonas homogéneas, preferentemente a nivel de serie o de unidades de perfil, para poder comparar lotes o áreas que presenten características intrínsecas similares.
Al finalizar, Ligier analizó el perfil del suelo, estructuras, agregados, almacenamiento de agua. “Necesitamos una lista de variables para analizar la salud del suelo, desarrollar indicadores y realizar un diagnóstico para ver qué problema tenemos y con qué frecuencia, para luego pensar en un plan de sistematización”, concluyó.
‘Maíz: manejo de fecha de siembra y densidad’, fue el título de la presentación del Ing. Agr. Anibal Cerrudo. Según el especialista, el éxito de las alternativas de manejo elegidas reside en el entendimiento de las bases funcionales que rigen la generación del rendimiento de los cultivos y una caracterización precisa del ambiente donde crecen.
“La tasa de llenado de grano es directamente proporcional a la temperatura y el agua. En esta época del año, los maíces pueden crecer de 150 a 200 kg por día”, explicó el ingeniero y agregó que hay que mirar el tallo ya que la sacarosa se acumula allí. Además, los tallos por biología se ahuecan y los saprofitos no se comen la sacarosa sino la fibra, lo que favorece el quiebre y vuelco.
Disminuir la densidad ya no es una herramienta tan buscada debido a que los híbridos hoy en día tienen mayores capacidades para sobrepasar el estrés. “Cuando el factor limitante es el agua disponible, la mejor estrategia es evitar la coincidencia del periodo crítico de floración con períodos con alta probabilidad de ocurrencia de estrés hídrico”, recomendó Cerrudo. El objetivo es ubicar la floración del cultivo de maíz en períodos con mayor probabilidad de ocurrencia de precipitaciones y/o menor demanda atmosférica, lo que resulta en un balance hídrico más favorable.
Otra cuestión que presentó Cerrudo son las consecuencias del atraso en la fecha de siembra que, por un lado, implican un mayor período de barbecho, lo que frecuentemente permite incrementar el contenido de agua en el suelo a la siembra. A su vez, retrasa la fecha de madurez fisiológica y ubica la fase de secado de granos en condiciones más desfavorables, por menor temperatura y mayor humedad relativa.
Respecto a las densidades, comentó: “No estamos pensando en un sistema más conservador si bajamos la densidad, porque los híbridos no son tan susceptibles como antes. La alta tasa de crecimiento está relacionada directamente con la cantidad de granos”. Un planteo conservador sería aquel que realmente deje descubierto el suelo y permita ahorrar agua.
La densidad de siembra tiene alta influencia en la cobertura que logra el cultivo, por lo que es determinante para la intercepción de radiación y el consumo de agua del cultivo.
“Si vamos a restringir bajando densidad, realmente tenemos que bajar no solamente por debajo del umbral sino todavía más. Cuando los recursos por planta son escasos durante el periodo crítico de floración, además de reducirse el crecimiento, se reduce la partición de asimilados a la espiga, llegando a observarse plantas estériles en casos extremos. Ante un escenario de bajos recursos disponibles para el cultivo, debemos reducir la densidad de plantas para mantener el nivel de recursos por planta y evitar problemas de partición a espiga”, detalló Cerrudo.
A modo de conclusión, el ingeniero recordó que la fecha de siembra y la densidad del cultivo son relevantes para maximizar la estabilidad del rendimiento. Sin embargo, según se mencionó, los mecanismos y procesos sobre los que estas prácticas de manejo tienen influencia, no son los mismos. La fecha de siembra es central cuando la estrategia es el escape. La densidad de siembra, en cambio, busca adecuar la cobertura del cultivo y asegurar un nivel de crecimiento por individuo durante el periodo crítico que maximice la partición a estructuras reproductivas.
El Ing. Agr. Nicolás Martínez Cuesta, de INTA, brindó un diagnóstico de Zinc en maíz. Según explicó, el Zinc (Zn) es el micronutriente más limitante para la producción de cultivos alrededor del mundo. En los suelos agrícolas de la región pampeana argentina, la disponibilidad de Zn disminuyó entre un 40-70% respecto de sus niveles prístinos, debido a la escasa o nula fertilización/reposición con Zn. Por consiguiente, en los últimos años surgieron reportes de respuesta en rendimiento en grano a la fertilización con Zn en cultivos como maíz, trigo y soja. En este contex- to, la deficiencia de Zn en la RPA ocupa el cuarto lugar en importancia, después de las de nitrógeno, fósforo y azufre.
Imagen 2 Diego Ligier resaltó la necesidad de cuantificar las alteraciones del suelo a través de indicadores.
Figura 1 Mapa de Argentina indicando la ubicación de los ensayos.
El maíz es uno de los cultivos extensivos más sensibles a la deficiencia de Zn. Los síntomas de esto en hojas de maíz se presentan como una clorosis internerval en la lámina. La deficiencia de Zn subclínica, también llamada deficiencia marginal, reduce los rendimientos de los cultivos sin la aparición de síntomas visibles. Los suelos que causan deficiencia de Zn subclínica pueden no ser detectados por años, a menos que se realice un análisis y un diagnóstico sobre los mismos.
Para un manejo racional de la fertilización con Zn, es necesario desarrollar adecuados métodos de diagnóstico. La concentración de Zn total no es un buen indicador de la disponibilidad de este para las plantas, debido a que es un nutriente poco móvil en el suelo. Es por ello que existen diversos extractantes utilizados como indicadores de la disponibilidad de Zn: DTPA y Mehlich-3 (Tabla 1).
Para calibrar umbrales de disponibilidad de Zn, el grupo Relación Suelo-Cultivo de la Unidad Integrada Balcarce, coordinó una red de 55 ensayos de maíz, cubriendo un amplio rango de condiciones edafo-climáticas (Figura 1). Hubo respuesta a la fertilización con Zn en el 30% de los ensayos y estuvo asociada a la concentración de Zn disponible en el suelo en presiembra (0- 20 cm). Los umbrales críticos calibrados son de 1 ppm para DTPA y 2 ppm para Mehlich-3 (Figura 2). Ambos extractantes tuvieron una capacidad similar de predecir el rendimiento relativo de maíz.
Imagen 1 Una exitosa jornada a campo donde se abordaron los cultivos de gruesa con ensayos en la zona.
Zinc disponible en suelo.
Cabe destacar que de este último informe colaboraron Nicolás Wyngaard, Hernán Sainz Rozas, Nahuel Reussi Calvo, Walter Carciochi, Mercedes Eyherabide y Pablo Barbieri.
Figura 2 Relación entre el rendimiento relativo (Testigo/ Fertilizado con Zn) y la concentración de zinc Mehlich-3 (Zn-M3) (A) y zinc DTPA (Zn-DTPA) (B) (0–20 cm) CT: umbral crítico de zinc estimado para un rendimiento relativo de 97%. CI95%: intervalo de 95% de confianza para CT.