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[New] COMPARACIÓN DE FUENTES DE NITRÓGENO EN MAÍZ DE SEGUNDA EN EL SUDESTE BONAERENSE
Cecilia Crespo1, Pablo Barbieri1, Dalila Fernández1, Lucas Pfeifauf1, Florencia Accame2, Sebastián Bordenave2, José Cermignani2, Germán Berg2, Lucas Kelly3, Josefina Omaña4 1Unidad Integrada Balcarce, (INTA-FCA) 2AAPRESID
Introducci N
3Técnico Productor Agropecuario
4YARA Argentina
El cultivo de maíz sembrado luego de cereales de invierno ha cobrado relevancia en el sudeste bonaerense en los últimos años. La combinación de la alta demanda de nutrientes que el mismo presenta, y la baja oferta que el suelo ofrece debido al consumo de los cultivos antecesores, combinada con una elevada inmovilización de nitrógeno (N) en los residuos, suele producir una marcada deficiencia de este nutriente en el cultivo.
En la zona, se han generado 3 años información en estas secuencias, donde se determinaron repuestas al agregado de N de mayor o menor magnitud dependiendo de las condiciones climáticas (Crespo et al., 2022). Normalmente, bajo siembra directa (SD), los fertilizantes nitrogenados son aplicados sobre la superficie del suelo. En estas condiciones, las fuentes de N como la UREA, pueden resultar menos eficientes debido a las pérdidas por volatilización bajo la forma de amoníaco (N-NH3) (Barbieri et al., 2003). La magnitud de las pérdidas en sistemas de SD es afectada por factores ambientales (humedad, temperatura y viento), de suelo (pH, capacidad bu er, capacidad de intercambio catiónico, materia orgánica,) y de cultivo (cantidad y tipo de residuos de cosecha, y fuente y dosis de N) (Ferguson et al., 1984; Sainz Rozas et al 1999; Barbieri et al., 2003). Las pérdidas por volatilización son más elevadas cuando las temperaturas del suelo se incrementan en un rango de 10 a 50ºC (Hargrove, 1988). Por ende, para maíces de segunda, fertilizados entre diciembre y enero, se esperarían mayores pérdidas de N como consecuencia de aumentos en la temperatura del suelo. Evaluaciones realizadas en Rafaela mostraron pérdidas de N por volatilización del 36% para aplicaciones de urea sobre superficie en V6 bajo SD (Fontanetto y Keller, 2006), mientras que, en maíces tardíos, en Rafaela y Pergamino, las pérdidas fueron de hasta el 40%. Para el Sudeste Bonaerense, se han determinado pérdidas por volatilización inferiores al 15% (Sainz Rozas et al., 1997) en maíces sembrados en octubre, y escasas o nulas diferencias en rendimiento y eficiencia de uso de N (kg grano kg N aplicado-1) (Sainz Rozas et al., 1999). La menor temperatura y la mayor capacidad bu er de los suelos del Sudeste Bonaerense estarían explicando las diferencias observadas entre localidades.
No obstante, no existe información para el sudeste bonaerense referido a las pérdidas por volatilización de N-NH3 para maíces de segunda ni de la eficiencia de uso de N (EUN, kg de grano/kg de N aplicado) cuando se utilizan diferentes fuentes de N, por lo que el presente estudio adquiere relevancia.
El objetivo de esta red de ensayos es evaluar dos fuentes y 3 dosis de N sobre el rendimiento en maíz de segunda.
Materiales y métodos
Se realizaron 4 ensayos en 3 sitios experimentales ubicados en Mar del Plata, Balcarce y Tres Esquinas, correspondientes a la regional de AAPRESID Juan Manuel Fangio. En cada sitio, se sembró maíz en el mes de diciembre, siendo el antecesor una gramínea. El diseño del ensayo fue en bloques completos aleatorizados con 3 repeticiones. Se evaluaron dos fuentes de N: Urea y Nitrodo- ble, en dosis de 30, 60, 90 kg N ha-1, además de un testigo sin fertilización nitrogenada, como se muestra en la Figura 1. Los tratamientos se establecieron en el estadio V3 del cultivo. La fertilización se realizó al voleo, en cobertura total. En todos los sitios se aplicó superfosfato triple de calcio (18-46-0) a razón de 150 kg ha-1 a fin de evitar deficiencias de P.
Fig. 1. Disposición de los distintos tratamientos en el ensayo.
A la siembra del cultivo de maíz, en cada sitio experimental se tomaron muestras de suelo y se determinó el contenido de materia orgánica, pH, P extractable (P-Bray), Nan (0-20 cm), y N-nitrato (0-20, 20-40 cm y 40-60 cm).
Tabla 1. Algunas características del suelo en los sitios experimentales: pH, materia orgánica (MO), fósforo extractable (P-Bray), nitrógeno potencialmente mineralizable (Nan) en 0-20 cm, y N- NO3- (0-60 cm).
En el estadío R1-2 se realizaron mediciones del índice de verdor (IV) empleando en clorofilómetro Minolta SPAD 502. En madurez fisiológica se colectaron las espigas de 5 m lineales en dos surcos centrales de cada parcela y se desgranaron empleando una trilladora estacionaria. Luego se determinó el contenido de humedad y el rendimiento expresado al 14,5% de humedad.
Se realizó análisis de la varianza utilizando el procedimiento ANOVA incluido en el programa estadístico INFOSTAT (Di Rienzo et al., 2011). Cuando las diferencias entre tratamientos fueron significativas se empleó el test de la diferencia mínima significativa con un nivel de significancia de 0,05.
Resultados
1) Condición climática
Las precipitaciones durante la campaña fueron de 423, 341, y 438 mm, para Balcarce, Mar del Plata, y Tres Esquinas, respectivamente. Los balances hídricos mostraron, en general, cierto déficit en los meses de enero a marzo. Los mismos fueron más marcados en Tres Esquinas.
Fig. 2. Balances hídricos de maíz para los sitios de estudio. Precipitaciones (Pptaciones), evapotranspiración real (ETR) y déficit decádico.
2) Índice de verdor
En ningún sitio se determinaron diferencias entre fuentes para las dosis evaluadas sobre el IV. Por lo tanto, se promediaron las mismas para cada dosis a fin de evaluar la respuesta a la fertilización (Figura 3). Se determinó respuesta a la fertilización nitrogenada en todos los sitios hasta la dosis de 60 kg ha-1. Los aumentos en el IV derivados del agregado de N fueron de 13 a 20%.
Fig. 3. Índice de verdor en R1 del cultivo de maíz de segunda en las distintas localidades para los tratamientos de fertilización nitrogenada. Las barras verticales indican el error estándar de la media. Letras distintas indican diferencias significativas entre tratamientos.
3) Rendimiento en grano
Los rendimientos de los distintos sitios se encontraron en el rango de 2800 a 6000 kg ha-1. En ningún sitio se determinaron diferencias entre fuentes para las dosis evaluadas (Figura 4), aunque, en promedio entre dosis, Nitrodoble presentó un rendimiento 3% mayor a Urea. Dado que no se determinaron diferencias significativas entre fuentes de N, se promediaron las mismas para cada dosis a fin de evaluar la respuesta a la fertilización. Se determinó respuesta a la fertilización nitrogenada en los sitios Balcarce y Mar del Plata, mientras que en Tres Esquinas no se encontraron diferencias entre dosis de N (Figura 5).
Fig. 4. Rendimiento en grano del cultivo de maíz de segunda en las distintas localidades para los tratamientos de fertilización nitrogenada. Las barras verticales indican el error estándar de la media.
Fig. 5. Rendimiento en grano del cultivo de maíz de segunda en las distintas localidades para los tratamientos de fertilización nitrogenada. Las barras verticales indican el error estándar de la media. Letras distintas indican diferencias significativas entre tratamientos.
Se determinó una relación débil entre el IV y el rendimiento en grano (Figura 6). Esto es así, ya que las diferencias entre tratamientos detectadas por el SPAD en floración, no fueron determinadas en el rendimiento en grano. El déficit hídrico ocurrido en el período crítico del maíz en los distintos sitios probablemente afectó la respuesta a la fertilización nitrogenada, obteniéndose así, rendimientos similares para las distintas dosis de N.
Fig. 6. Relación entre el índice de verdor (IV) y el rendimiento en grano del cultivo de maíz de segunda.
BS. AS.