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CONVERSACIONES DE HANGAR — Aplicaciones Efectivas de Bajo Volumen
Dr. Diego Martin Oliva | diegomartinoliva@gmail.com Ingeniero Agronomo
¿Luego de un periodo de receso, previo a la campaña de aplicación de fungicidas en gran parte de la República Argentina el grupo de empresas de aplicación con la que habitualmente trabajo me encomendó la tarea de analizar hasta cuándo se pueden reducir los litros por hectárea a aplicar sin perder eficiencia de aplicación?
Si bien todos tenemos en claro que el resultado económico de una empresa de aplicación aérea esta directamente relacionado al ancho de trabajo, a la distancia de sus traslados y a los litros por hectárea que se deben aplicar nos resulta muy interesante analizar en términos de eficiencia de aplicación cual es el límite mínimo con el cual se puede trabajar en los bajos volúmenes oleosos.
Como primera instancia de análisis no podemos obviar que la configuración y posición de la barra de aplicación es determinante de cuantas gotas son las que llegaran al objetivo, tal como puede verse en la foto de adjunto si se cargan los vórtices de las alas las gotas se elevan y se pierden
Este efecto que en años anteriores era intencionalmente buscado debido a la fase de vapor que tenían algunos fitosanitarios, en la actualidad sabemos que si las gotas entran en los vórtices finalmente se pierden, efecto muy notorio mientras menos cantidad de gotas se produzcan por bajos volúmenes de aplicación.
De igual forma es que también debemos considerar que tipo de percha es la que estamos usando dado que según sea la posición relativa de la percha de acuerdo al perfil alar será el efecto de arrastre de flujo que tengamos (down wash) como se puede apreciar en la foto de adjunto.
Todos estos efectos aerodinámicos logrados a partir de una adecuada configuración / calibración del equipo pulverizador son absolutamente críticos al reducir el caudal de aplicación dado que la cobertura se puede ver seriamente afectada.
Ahora bien, si suponemos que estructuralmente el equipo de pulverización está en perfectas condiciones y nos ponemos a analizar en términos teóricos cuantas gotas se producen de acuerdo al tamaño de las mismas y a los litros por hectárea podremos tener una primera aproximación sobre cuál es el límite inferior sin perder eficiencia.
Para ello vamos a aplicar la formula volumétrica:
A partir de la cual sabemos que por ejemplo si aplicamos 5 litros de caldo / ha totales y tenemos una rotura de gotas que nos dará que el 68% de las gotas que se produzcan serán de 100 micrones (rotura intermedia en una distribución normal) sabemos que el resultado teórico corresponde a que sobre el objetivo deberían llegar 95 gotas / cm2.
Entonces… ¿porque llegan mucho menos cantidad de gotas?, ¿cuánta eficiencia estamos perdiendo por gotas finas de poco diámetro volumétrico medio para caldos oleosos?
Entonces ¿es posible lograr buenos resultados con bajos volúmenes de aplicación? La respuesta estará directamente relacionada a dos variables de análisis, ya que en teoría la producción de gotas y la orientación de las mismas están aseguradas considerando los parámetros anteriormente descriptos 1. Demanda atmosférica, la cual limitara la estabilidad y permanencia de cada gota producida. 2. Biomasa entre la unidad formadora de gotas y el objetivo a alcanzar.
Vamos a analizar ambos casos en particular.
Para analizar la demanda atmosférica debemos conocer como incide tanto la temperatura como la humedad relativa ambiente, siendo esta última mucho más limitante en términos de permanencia de las gotas producidas. Hoy sabemos que a menor humedad relativa ambiente mayor tasa de evaporación, haciendo que las gotas tengan poco tiempo de vida (se evaporan).
Estudios llevados a cabo hace unos años determinaron el tiempo de vida de una gota de 100 micrones (diámetro típico de una pulverización aérea) está directamente relacionado a la demanda atmosférica y a la densidad aparente del caldo. Ahora bien, la densidad aparente solo es posible modificarla con una adecuada química del caldo.
En el grafico se puede observar el tiempo de evaporación para gotas de 100 micrones con diferentes concentraciones volumen en volumen de aditivos en una atmosfera controlada. para cada tratamiento, ya que no es lo mismo lograr una buena cobertura existiendo poca o nula biomasa (fungicidas en cereales de invierno – trigo o cebada) FOTO 1 dado que solo se debe alcanzar la hoja bandera, pero ya es bastante mas complicado lograr la misma cobertura con una desarrollo de biomasa importante (fungicidas en soja o en maíz).
Es decir, se hace limitante el tipo de aditivo reductor de evaporación, que se use en la aplicación aérea dado que como primera medida inicialmente debe emulsionarse correctamente y luego deberá modificar la densidad aparente del caldo para preservar de la demanda atmosférica la mayor cantidad de gotas pequeñas posibles. Para analizar la biomasa, que se encuentre entre la unidad formadora de gotas y el objetivo es importante considerar los diferentes escenarios que se puedan plantear
Finalmente podríamos concluir en:
Las pulverizaciones de ultra bajo volumen (5 lts /ha o en su defecto 0,5 gl / acre) son perfectamente posibles y altamente eficientes (70 gotas / cm2) si se consideran los siguientes parámetros.
1. Configuración y calibración del equipo de aplicación.
2. Demanda atmosférica, % de humedad relativa ambiente.
3. Química del caldo, o capacidad reductora de evaporación, Densidad aparente del caldo
4. Análisis de los criterios biológicos de la aplicación (cuanta biomasa hay antes del objetivo).