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Universidades y Derecho

Lic. Francisco Melchor Sánchez

Abogado postulante en las áreas civil, penal, mercantil, familiar administrativo, amparo y laboral

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Catedrático en Universidades en el Estado de Tlaxcala

Abogado titulado por La Facultad Libre de Derecho de Tlaxcala

Candidato a Maestro por parte del Instituto Internacional del Derecho y del Estado

Cédula Profesional: 6759029

Hoy aprovechando que nuestro sistema educativo, por lo menos en México goza de un periodo de descanso de quince días, por los motivos navideños que invaden no solo a nuestro país sino al resto de nuestro bello plantea, pretexto idóneo para mandar un fuerte abrazo a quienes nos leen con mucha intención y a los mismos quienes les deseamos lo mejor de los buenos deseos desde nuestra trinchera.

Volviendo a la data que nos ocupa, en los últimos tres o cuatro años me he llevado la enorme sorpresa de que nuestro derecho se ha teorizado de muchas formas, por lo menos en nuestro país que es México, o por lo menos en nuestro Estado que es Tlaxcala, o no lo se si en el lugar donde nos prestan un poquito de su atención, es decir, desconozco si solo sea un problema local que hay que atacar o se ha convertido en un obstáculo en varias localidades, esto lo digo y me atrevo a comentarlo por el hecho de que a parte de mi labor en el litigio, abordo mi profesión docente en varias universidades,

10 abogados 24-7 mismas que en ocasiones ponderan una calificación que las virtudes a desarrollar en un alumno, a veces creo que estamos errados en la forma de evaluar, pero no es un problema de alumno hacia maestro o de los directivos, es un problema que debemos abordar y, sobretodo, debemos resolver.

El porqué de lo anterior lo encontramos en que me he llevado la sorpresa de que día con día los aprendices de esta bella ciencia jurídica no quieren o no les gusta razonar, lo que es más, me he llevado el mal sabor de boca de que no les gusta ya ni leer, esto nos complica el trabajo, nos complica llevar un asunto a la praxis, nos llena el mundo de piedras a un razonamiento que necesitamos, ponemos dieces, nueves o si no somos objeto de análisis por parte de los directivos de la universidad para saber si el que tiene razón es el alumno o el maestro, he encontrado a personas que desean llenar una libreta de apuntes sin sentido que solo terminaran en una fogata de año nuevo por ejemplo,

pero al análisis crudo en realidad requieren de esas libretas para MEMORIZAR, no para estudiar, se entiende muchas veces que estos pasantes buscan un documento tristemente que los avale como profesionistas de las leyes que un abogado verdadero, una vez la persona que me enseño a trabajar en el arte del litigio me dijo una frase que nunca olvido y que me hace llevar en alto mi título profesional, ese dicho rezaba: “HAY ABOGADOS CON TITULO, PERO TITULOS SIN ABOGADOS”, ello hoy más que nunca me queda claro.

Cuáles son los resultados del entronque jurídico académico que muy a flor de piel expuse en el párrafo anterior, aquí alguno de ellos:

a) Falta de profesionalismo y una falsa idea de lo que la carrera de derecho conlleva como responsabilidad, es decir, que todo sea fácil, así como exigir un diez a un maestro, se le pueda pedir a un juez que la sentencia salga a nuestro favor.

b) Hábitos de estudio, es difícil ya encontrar uno que no sea la memorización, tal vez en ella no tenemos la culpa como maestros o como alumnado, este es un viejo fósil del sistema educativo, pues me he encontrado con personas que no leen, por lo tanto no razonan, escriben con faltas de ortografía estando en un nivel casi profesional y ya no digo en las demandas que redactan ya como leguleyos, pensamos que una demanda solo es pedir un “machote” a un abogado y todo está resuelto

c) Metodología y técnicas de desarrollo, estas simplemente están olvidadas, si alguien se dedica a la docencia como un servidor se dará cuenta inmediatamente que lo que digo no es solo en mi estado o País, aquellos alumnos que “exponen” un tema se ha convertido en un aburrimiento para el mismo público, creen que exponer es pasar a leer y con bombo y platillo leen sus diapositivas que solo son un copiado y pegado de la primer página de internet que apareció en su buscador.

d) Los maestros también tenemos responsabilidad en ello, me he encontrado sobre todo con maestros de poca experiencia llevar bajo el brazo mil libros para tratar de explicar un tema, algunas veces leyendo, y muchas otras que me espantan dictando, como si el alumnado fuese un niño de primaria al cual se le dificultara todo.

Lo de arriba solo son algunos ejemplos, los resultados en la práctica diaria son más graves de lo que parecen, es decir, abogados titulados o sin serlo que prefieren y les aterra el hecho de que un proceso sea de carácter oral y no escrito, prefieren mil veces

el segundo aunque sus textos carezcan de las más mínimas reglas gramaticales u ortográficas, pasantes que se prestan solo a cargar el portafolio o la agenda del titular del despacho por tener miedo a avanzar dentro del ámbito jurídico, esa seguridad que no les empleamos al momento de obligarlos a participar o a exponer con argumentos, a pedir una fecha con un actuario o diligenciarlo, porque simplemente a ellos no les dicen conceptos de memoria como siempre ellos quisieron tener, abogados frustrados porque su promedio de diez no está funcionando para que el juez nos dé la razón en todo momento, abogados que no tienen la iniciativa de crear una demanda, un escrito o un acuerdo sin la ayuda de un formato que nos oriente a terminar y que el jefe nos felicite por ese razonamiento lógico jurídico que no existe en realidad

Podríamos seguir con esos problemas pasados de la universidad a la práctica pero solo nos dan tres cuartillas y creo que no alcanzaría a describirlas todas sin dar algunos tips que he empleado como ideas para la implementación de mejores abogados que buena falta nos hace en este periodo de tiempo,

porque habrá que decirlo que son un complemento indispensable su conocimiento fresco y tecnológico con el saber de muchos de mis compañeros maestros.

Los siguientes ejemplos han sido implementados por el suscrito y han funcionado en un 80% de los casos, debemos partir que la palabra UNIVERSIDAD, proviene de la universalidad de ideas que surgen al reunirse dos o más personas, eso hacían los griegos y eso posteriormente fue adoptado por los romanos y demás, creo que nada nos costaría volver a ello cuando nuestra materia sea teórica o aburrida en el lenguaje de los muchachos, tocar temas actuales, de interés que hagan que estos chicos opinen y vayan formando su propio criterio, utilizando a las nuevas tecnologías como estandartes que construyan nuevos pensares.

En materias que no constituyan un cien por ciento de teoría o un cien por ciento de práctica, podemos buscar a base de sus dispositivos móviles Jurisprudencias, créanme que se van a sorprender de la velocidad con que la encuentran, y que tal vez a nosotros nos costó un día, horas o minutos, pero que ellos en segundos ubicaron y, por ende, decidieron leerla y ya encarrilados hasta analizarla, porque estamos en su “onda”, ellos no se meten a la nuestra pero que padre es invitar y que acepten tu invitación. Pienso en lo concreto que sería más viable erradicar toda exposición en donde solo se dediquen a realizar una lectura interminable, será mejor dar el tema y crear un juicio a su imaginación procesalmente hablando y crear una atmosfera de aciertos y errores que se pueden ir corrigiendo al momento, al principio resultara difícil pero como académicos debemos tomar la postura de que se prefiere un error dentro de una aula que dentro de una sala de juicios.

Por ultimo debemos entender que en materias como procesales, o aquellas que sugieran prácticas como en el amparo, o que requieran de una total practicidad, no nos gane el ejemplo del maestro que nos dio la materia a nosotros, mejor imaginemos como nos hubiera gustado haberla aprendido y llevemos a la práctica, es decir, en un semestre que nos lleva de enero a junio, podemos ocupar de enero a marzo teoría y el resto de ese periodo ocuparlo en un taller de practica donde existan todos los puestos posibles en un juzgado de primera instancia, un juez, secretario de acuerdos, litigantes y un largo etcétera que permitan la interacción con un futuro inminente.

Como reflexión, para todos aquellos que tenemos la dicha de estar frente a un grupo de personas de todo tipo de pensar, tenemos en nuestras manos no un trabajo que nos garantiza un sueldo seguro a la semana o a la quincena o al mes, más bien contamos con una responsabilidad hermosa de crear miles de pensares que ayuden a nuestra ciencia a evolucionar más rápido y con buenos criterios, pues en ellos están los futuros o presentes legisladores, jueces y aplicadores tanto como interpretadores de nuestras máximas como gobernantes y gobernados.... hasta pronto…

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