Revista Arkeos. Octubre 2009 De cómo (casi) fue demolida la Huaca Pucllana Autor: Rosabella Álvarez-Calderón
Era Miraflores, eran los años 50, era el óvalo Agustín Gutiérrez. Predominaba el estilo norteamericano en la arquitectura, las casas con jardín delantero y pequeñas cercas de madera pintadas de blanco. Predominaban las diversiones al estilo de Estados Unidos: el Crem Rica y sus helados, la pista de patinaje en el Parque Salazar, los cines de barrio y de estreno incluyendo el Alcazar, que en su semana de inauguración proyectó una película diferente cada día (aunque claro, si tenias carro te podías ir al autocine de Limatambo). Unas décadas antes había comenzado la expansión de Miraflores hacia los terrenos de las antiguas haciendas Barboncito y Surquillo, las tierras que rodeaban la Huaca Juliana. Los vecinos de la huaca se quejaban del polvo y tierra que invadía sus casas, la municipalidad veía los alrededores como un serio problema de higiene pública. Es Miraflores, es el año 2009, es el óvalo Gutiérrez. Predomina el estilo de edificios modernos de líneas minimalistas, el Alcazar es ahora un multicine con luces brillantes y una fachada de vidrio, y la Huaca Pucllana es ahora un importante centro turístico. Hay restaurantes y tiendas de moda donde la gente linda va a comer y dejarse ver. Hay gente paseando a sus perros y corriendo sobre la vereda que circunda la huaca. Desde que comenzaron las excavaciones y puesta en valor en 1967, la Huaca Pucllana ha revelado una asombrosa cantidad de información y valiosos hallazgos. Los arqueólogos que trabajan ahí creen que Pucllana aún tiene mucho que revelar. La gente ahora valora la Huaca Pucllana, no solo los arqueólogos. Sin embargo, no todos saben qué tan cerca estuvo esta huaca de ser demolida para dar paso a la expansión urbana. Cuadriculando la Huaca Pucllana Los barrios, casas, edificios, calles y bodegas que hoy en día rodean avenidas tales como Angamos, Comandante Espinar, Arequipa y el óvalo Gutiérrez fueron, hasta hace unas pocas décadas, los terrenos de la hacienda Surquillo. La transformación de las antiguas
Revista Arkeos. Octubre 2009 tierras de cultivo en ciudad fue obra de la Compañía Urbanizadora Surquillo S.A., propiedad de Tomás Marsano. En un plano de 1933 (figura 1) vemos que los planes originales de urbanización de la zona incluían un área destinada para una plaza o un parque, pero no la huaca Pucllana. Es más, se puede ver que, salvo el óvalo Gutiérrez, nada interrumpe el damero casi perfecto que la urbanizadora buscó crear. En ese entonces, Pucllana –entonces llamada Huaca Juliana- se salvó de ser destruida. No obstante, el plano también muestra que en 1933 se consideraba que la huaca Pucllana era solo el montículo y no se tomaba en cuenta las extensas áreas de uso residencial, administrativo, religioso y funerario que había alrededor.
“Está comprobada la inexistencia de elementos arqueológicos” Era el año 1952, era alcalde de Miraflores Iván Blume. Las tierras alrededor de Pucllana ya se encontraban urbanizadas y el montículo de adobitos cubierto por siglos de tierra y polvo había sobrevivido. En vez de un damero perfecto, la presencia del montículo de Pucllana dio lugar a un barrio interesante con calles sinuosas y cortadas, con manzanas en formas rectangulares, triangulares y bizarras. Desafortunadamente, un artículo publicado ese año en la Revista Municipal de Miraflores revela que la zona tenía dos grandes problemas: el primero, la gran cantidad de escombros ubicados cerca y alrededor del montículo que implicaban,
Revista Arkeos. Octubre 2009 según la Municipalidad, un gran problema de salud e higiene pública. Para resolver este problema, se construyó un muro de adobes y cemento alrededor del montículo (figura 3) para evitar que se acumulen escombros y basura, y se propuso un plan para sembrar 8000 árboles en los alrededores de la huaca, que también resolverían el problema del polvo y tierra que invadían las viviendas de los vecinos. En otras palabras, aunque es cierto que la presencia de basura sí era un riesgo a la salud publica, también se podría ver tras estas medidas un intento de “domesticar” y “civilizar” la huaca, de imponer orden y adecuarla a la ciudad moderna.
El segundo problema era de tránsito, ya que la presencia del montículo implicaba que algunas calles como General Borgoño habían sido cortadas. Se habla, por ejemplo, del “rodeo que se tenia que dar por las calles García Calderón, Independencia y María Parado de Bellido para trasladarse de la octava a la décima cuadra de Borgoño” (p. 19). Hoy en día podemos decir que más que un problema de tránsito, el verdadero problema era que la huaca traía una dosis de desorden a lo que las autoridades y urbanizadoras querían que fuesen calles perfectas y ordenadas dentro de una ciudad moderna. En un distrito que se ufanaba de su “espíritu renovador y progresista” (ver figura 4), tal vez la huaca era un incómodo recordatorio de un pasado que ellos no comprendían.
Revista Arkeos. Octubre 2009
Lo que más parecía extrañar a las autoridades municipales, sin embargo, es que estas obras no se pudiesen realizar más rápido si es que, según ellos, la huaca Pucllana no contenía restos arqueológicos. Esta afirmación se puede ver en varios artículos publicados en las revistas editadas por el Concejo distrital: Estos trabajos (la apertura de la cuadra 9 de la calle General Borgoño, cruzando la zona arqueológica) se han ejecutado bajo la supervigilancia del Consejo Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos Históricos y después de haber efectuado cuidadosos y detenidos estudios y cateos de los cuales ha resultado que no existe en la zona descampada para la apertura de esta nueva cuadra en General Borgoño ni en sectores aledaños, ninguna especie arqueológica del más mínimo valor (Revista Municipal de Miraflores, Año I, julio 1952, No. 5: 19). Sin embargo, y como podemos ver en el siguiente texto, la Municipalidad sí tenía un cierto interés en que se hagan estudios en la huaca. No obstante, también afirmaba que la tarea de limpiar, restaurar y estudiar el mismo cuerpo del monumento pero no las áreas aledañas de la huaca Pucllana era responsabilidad del Patronato de Arqueología. “(…) es de esperar que el Patronato Nacional de Arqueología (…) ejecute los estudios encaminados a establecer si esta Huaca tiene auténtico valor histórico permitiendo, en caso contrario la utilización de su parte superior para un centro de atracción y parque público, etc, o aún autorizando – si se estima conveniente- su demolición para aprovechar su superficie para construcciones (Revista Municipal de Miraflores, Año I, julio 1952, No. 5: 19). En 1952 las autoridades de la Municipalidad no veían una pirámide hecha de adobitos dispuestos al estilo “librero”, no veían plazas, murallas, plataformas, recintos y entierros. En 1952 veían un enorme cerro cubierto de polvo y tierra, y un descampado lleno de basura y escombros de cuestionable valor histórico, especialmente dado que un estudio previo supervisado por el Consejo Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos Históricos había indicado que “no habían restos arqueológicos”. Considerando que actualmente los trabajos de investigación en la huaca Pucllana continúan tanto en la pirámide principal como en la zona de las plazas y las plataformas (la “zona descampada”)
Revista Arkeos. Octubre 2009 y se siguen realizando importantes hallazgos, vale cuestionarse qué criterios y métodos se usaron en ese entonces para evaluar el valor y potencial arqueológico de la zona. Hoy en día sabemos que la Municipalidad estaba equivocada al afirmar que “no habían restos arqueológicos del más mínimos valor” y es probable que la intervención del Patronato de Arqueología fuera lo que salvó a Pucllana en 1952. No está de más preguntarnos cuántos sitios arqueológicos habrán sido destruidos o serán destruidos porque los arqueólogos “no los vieron” o porque las evaluaciones indicaron que “no existían evidencias arqueológicas”. Igualmente, no podemos descartar el tema de las agendas y motivaciones: ¿Cuántos sitios arqueológicos han sido o serán destruidos porque mucha gente los ve como un estorbo, porque no ven más que cerros o ruinas, o porque se encuentran donde uno quiere construir?
Las obras de apertura de nuevas calles y saneamiento de los alrededores de la Huaca Juliana, que inició el Concejo y que han continuado sus actuales propietarios, se han visto paralizadas por disposición del Patronato de Arqueología, no obstante que está comprobado, por los sondeos verificados la inexistencia de elementos arqueológicos (Revista Municipal de Miraflores, Año IV, diciembre 1955, No. 46: 22).
Para el año 1955, las obras de apertura de las calles Independencia, María Parado y Bellido y General Borgoño habían sido ya paralizadas en dos ocasiones: la primera fue cuando la Compañía Urbanizadora Surquillo S.A. argumentó que los terrenos en los que estaba la huaca eran de su propiedad y no “de la ciudad”; la segunda fue cuando intervino el Departamento de Monumentos Históricos del Ministerio de Educación, el ente responsable de la protección de los monumentos históricos y arqueológicos en aquella época. Afortunadamente, Pucllana se salvó una vez más y fue en 1967 que comenzaron los trabajos preliminares de investigación a cargo de Isabel Flores. En 1982 comenzó el Proyecto de Investigación, Conservación y Puesta en Valor de la Huaca Juliana (el nombre fue cambiado a Pucllana en 1984) y con los años se construyó una sala de exposición, un museo de sitio, laboratorios, una chacra con plantas tradicionales, un restaurante, entre otros ambientes. Es Miraflores, es el año 2009. La Huaca Pucllana no solo se salvó, sino que ahora tiene un valor y es parte de la personalidad del barrio. Hoy en día ya parece increíble que la actual entrada a la zona arqueológica iba a ser la cuadra nueve de la calle General Borgoño (ver figura 5). Sin embargo, no se debe olvidar lo cerca que estuvo la huaca Pucllana de ser eliminada, no se debe olvidar que muchísimas huacas y sitios arqueológicos en Lima no tuvieron la misma suerte y fueron destruidos por autoridades y urbanizadoras que los veían como obstáculos a la expansión urbana de la ciudad de Lima.
Revista Arkeos. Octubre 2009
Bibliografía Concejo Distrital de 1933 Memoria del Concejo Distrital de Miraflores. Lima.
Miraflores
1952a Obras de saneamiento en la Huaca Juliana. En: Revista Municipal de Miraflores, Año I, No 5, julio 1952: 18-20. 1952b Editorial. En: Revista Municipal de Miraflores, Año I, No 7, setiembre 1952: 11. 1955 Editorial. Revista Municipal de Miraflores, Año IV, No 46, diciembre 1955: 22. Pimentel, Cynthia 2009 El valor de la Pucllana: la huaca de Lima. En: Variedades, semanario del Diario Oficial El Peruano, Año 101, 3ra etapa, No. 130: 2-4. http://pucllana.perucultural.org.pe – Portal oficial del museo de sitio de la Huaca Pucllana