El deleite de visitar
H
ablar de Culiacán, es hacer que tus papilas gustativas saliven al imaginarse el sabor del aguachile, de los ostiones frescos, ¿o por qué no? El acentuado sabor del chilorio, digno representante culinario del destino.
¡Te dijimos que se te iba a antojar! Y es que Culiacán es igual de picante y sincero que su gente, este destino fundado en 1531 es un importante polo de desarrollo del noroeste mexicano y está ávido porque lo visites y explores sus encantos.
¿Cómo llegar y dónde dormir? Dirigirte a Culiacán es posible vía terrestre y aérea. Tiene vuelos directos con las principales ciudades del país, como: Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México y Chihuahua. Para el Bajío la aventura hacia la capital sinaloense puede ser magnífica desde el traslado, las carreteras sorprenden con sus paisajes e incluso, entre Durango y Sinaloa, la nueva autopista tiene una obra de ingeniería digna de postal: el Puente Baluarte Bicentenario. En temas de hospedaje la diversidad se hace presente con propiedades pertenecientes a cadenas, de corte boutique o aquellas con arraigo en la zona, ¡pero eso sí, la calidez de los locales es indiscutible!
Conociendo los lares Antes de que te pongamos la mesa con el festín de aromas y sabores, deja que te contemos un poco sobre los pueblos y cultura que enmarcan a la perfección. El paseo por el centro histórico es infaltable, desde lo lejos apreciarás las torres de la Catedral de Nuestra Señora del Rosario y la plazuela Álvaro Obregón hace “ojitos” para que la camines y compres algún antojito, u observes alguna presentación cultural. La naturaleza también se desborda en el Jardín Botánico, un espacio de 10 hectáreas con más de 1000 especies botánicas y donde el visitante aprende de la conservación e investigación científica del medio ambiente, ¡una conexión natural digna de vivir!
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