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Editorial

CONTACTO ESTRECHO

“No es amor el amor que se transforma con el cambio, o se aleja con la distancia” (William Shakespeare).

Tal vez una de las frases que más nos dieron miedo en estos últimos tiempos de pandemia haya sido: “Soy contacto estrecho”. Esto significa que tuviste una relación cercana con alguien contagiado por COVID-19 y que no solo deberás aislarte por prevención: es probable que en horas más tú también tengas el virus.

En estas tristes épocas, no solo hemos experimentado de cerca las garras de la muerte, también hemos vivido algo terrible: la separación física debido al aislamiento de familiares y amigos.

Tal vez antes te quejabas por ir a la escuela cada día, pero ahora valoras el hecho de relacionarte personalmente otra vez con tus compañeros y tus profesores.

Es que Dios nos creó como seres sociales y no es natural para nosotros estar distantes o alejados de aquellos que queremos.

El problema de nuestro mundo es mucho más grande que una pandemia que nos separa. El problema se llama “pecado” y es el originador de todas nuestras distancias, ya que él ha marcado una separación extrema entre nosotros y Dios (Isa. 59:1, 2). Pero esos mismos versículos aseguran también que la mano de Dios no se acortó para salvar. Por medio de Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe (Heb. 12:1, 2), obtenemos perdón y victoria, dado que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hech. 4:12).

Dios quiere restaurar su relación con nosotros. Él nos llama “su pueblo cercano“ (Sal. 148:14, DHH). Él te conoce y entiende tu dolor, y sabe de tus lágrimas. Es también su dolor y son también sus lágrimas. La promesa es segura: “El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza” (Sal. 34:18, DHH).

El amor de Dios hacia nosotros nunca cambia. Él quiere estar cerca de ti hoy, si se lo permites, porque “el Señor está cerca de los que lo invocan” (Sal. 145:18). Cuando eso ocurra, notarás que todo lo que él te dice es para tu felicidad: “Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandamientos son verdaderos” (Sal. 119:51) y “en verdad, Dios está muy cerca, para salvar a los que le honran” (Sal. 85:9, DHH).

Dios quiere tener un contacto estrecho contigo hoy: “Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca” (Isa. 55:6).

No te contagiará. Al contrario, te dará la verdadera sanidad, la que nada ni nadie te pueden dar.

Por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

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