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Por el Reino de los Cielos dejan atrás sus familias y sus hogares

Echan de menos a sus padres y hermanos, y, sin embargo, los 44 jóvenes que se preparan para el sacerdocio en la archidiócesis de Manaos, en Brasil, lo han dejado todo para “encontrar algo más grande: el Reino de Dios”, como resume Adelson, de 18 años de edad.

La mayoría de ellos proceden de aldeas ubicadas a orillas del Amazonas -alejadas varias jornadas de viaje en barco de la ciudad más próxima-, y pertenecen a diferentes tribus indígenas. Adelson, de la etnia maraguá, nos dice: “Estoy muy contento de estar en el seminario para poder un día enriquecer a la gente de mi cultura con los conocimientos de la fe que estoy adquiriendo en mi formación como sacerdote Con la gracia de Dios no solo pido perseverancia para mí, sino que también rezo por todos los jóvenes seminaristas deseosos de servir a Dios y a las comunidades urbanas, rurales e indígenas. Hay una gran necesidad de sacerdotes activos y totalmente dedicados a la evangelización de nuestro pueblo. Por ello, todos los días rogamos en la capilla por vocaciones sacerdotales para nuestra Iglesia”.

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Pero las familias de los futuros sacerdotes son pobres, por lo que los padres apenas pueden apoyar materialmente a sus hijos, y, además, como consecuencia de la crisis económica y la pandemia, las colectas han disminuido, lo que dificulta cada vez más que la Iglesia local pueda pagar su formación Por todo ello precisan de ayuda urgente para no tener que enviar a jóvenes vocaciones de vuelta a casa; concretamente, este año necesitan 602.000 pesos. Djavan, perteneciente a la etnia macuxi, da las gracias a todos los que hasta ahora han apoyado su formación: “Sin la ayuda de los benefactores del seminario de San José, yo no estaría aquí”.

Los benefactores desempeñan un papel importante en la formación de un sacerdote. ¿Pueden estos futuros sacerdotes seguir contando con vosotros?

Conversando con el Señor: Un seminarista reza ante el Santísimo

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