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Salvado por poco de la muer te
La víspera del Día de Nuestra Señora de Lourdes, el P. Norberto Pozzi, un Carmelita de 71 años, iba al volante de su coche en dirección a las remotas aldeas de la sabana cuando una mina explotó justo debajo de él. Milagrosamente, el italiano, que lleva 43 años trabajando en la República Centroafricana, sobrevivió.
El Hno. Igor Joffin (34) de Francia iba sentado en el asiento del copiloto: “La detonación fue enorme y lanzó al coche fuera de la carretera, destruyendo completamente la parte delantera. Ocurrió en una fracción de segundo”. El Hno. Igor logró liberarse, pero el P. Norberto resultó gravemente herido. Dos trabajadores de la zona que también viajaban en el coche y que sólo resultaron levemente heridos sacaron del coche destrozado al misionero, que sangraba profusamente.
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El lugar del accidente está a 22 kilómetros de la ciudad de Bozoum, en un camino de tierra, pero la ayuda no tardó en llegar. “Un motorista dio media vuelta al oír el estruendo. Sentamos al P. Norberto entre el conductor y otro hombre en la moto para sujetarle”, relata el Hno. Igor. En el hospital de Bozoum, el misionero recibió transfusiones de sangre y le extrajeron fragmentos de mina de las heridas, y al día siguiente fue trasladado en helicóptero a la capital. Allí arrancó una carrera contra la muerte, hasta que finalmente llegó a Italia para su posterior tratamiento. Por desgracia, al final tuvieron que amputarle el pie izquierdo, que había quedado completamente destrozado. No obstante, según sus compañeros, al poco tiempo el P. Norberto “recuperó su buen humor”.
Esa no fue la primera vez que el misionero escapó a la muerte. Su hermano biológico, Claudio Pozzi, recuerda: “Una vez, Norberto fue tiroteado al pasar junto a una posición rebelde. Escapó en su coche, y cuando llegó a casa, descubrió un agujero de bala en el reposacabezas. Casi le impacta en la cabeza”. Pozzi se emociona: “Un amigo me dijo: ‘¡Ha tenido mucha suerte!’ Pero, ¿fue sólo suerte? Yo no lo creo. Dios previó las oraciones de innumerables personas, y la Santísima Virgen, muy venerada por Norberto, acudió en su ayuda antes de que supiéramos que teníamos que rezar por él. Pese a todo el dolor, ¿cómo no sentirse inundado de gratitud?”.
Al igual que el P. Norberto Pozzi, innumerables sacerdotes y religiosos arriesgan su vida día tras día anunciando el Evangelio en África. Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya a decenas de miles de ellos con intenciones de Misa y ayudas al sustento para que puedan seguir dando testimonio de Cristo.