5 minute read

Marquemos la diferencia

tebrales, el soporte sobre el cual se levante todo lo demás. A mi juicio, el verdadero origen de una sociedad enferma radica en la falta de estos principios y valores; de ahí lo importante que es procurar sembrarlos de una buena manera entre quienes nos rodean y sobre los cuales tenemos alguna ascendencia; logrando de esta manera garantizar comportamientos más adecuados, teniendo muy claro que la mejor forma de compartirlos y difundirlos, con total congruencia, es a través del ejemplo.

Luego de esto, se hace imperativo identificar nuestro propósito superior, el “Para Qué” de nuestra de vida, la razón de nuestra existencia y por supuesto actuar de acuerdo con este propósito. El mío, por ejemplo, es servir y generar valor a los demás y todo lo que hago gira alrededor de este postulado. Determinar este marco es muy importante, ya que hace que nuestra vida realmente tenga sentido y nos permite fortalecer las bases para marcar la diferencia. Además, cuando se tiene un propósito en la vida claro, los demás lo notan y lo valoran enormemente.

Advertisement

Igual pasa en el mundo corporativo; las empresas que de mejor manera afrontaron la pasada pandemia, son las que tienen bien definido su propósito superior y actúan de acuerdo con él. De hecho, los clientes valoran significativamente las empresas que se mueven de acuerdo con un propósito definido.

Dentro de un mundo tan globalizado, en el cual todos tenemos posibilidades similares y acceso a todo tipo de información; si queremos diferenciarnos dentro de este bosque, debemos definir una ruta con una actitud y un comportamiento que nos permitan hacer parte de aquellos que marcan la diferencia. Teniendo muy presente que esta definición es una decisión personal de cada uno, es decir, nadie lo hace por uno. Somos nosotros los llamados a tomar el camino que nos permita salir de zonas de confort, obviamente si lo que queremos en la vida es ser diferentes a la gran mayoría.

Para ello debemos construir un proceso de vida en el cual los principios y valores de cuna, esos que deben ser innegociables, los de toda la vida, sean las columnas ver-

Actuando de esta forma vamos consolidando un liderazgo integral, entendido como el conocimiento y el liderazgo que debemos tener primero de nuestra propia vida. Al ser unos verdaderos líderes integrales, podemos estructurarnos para comenzar a liderar equipos de personas. Es impensable que, si no tenemos la capacidad de ejercer nuestro propio liderazgo, tengamos las habilidades para liderar a los demás. Por ello es fundamental tener muy presente que los líderes no nacen, los líderes se hacen. Quiere decir esto que está en nosotros llegar a serlo, es nuestra decisión, de nadie más, pues somos los únicos dueños de nuestra vida. En consecuencia, todos podemos llegar a ser líderes, en diferentes actividades, tareas y niveles jerárquicos; sólo es querer serlo y entender que tenemos que formarnos para lograrlo.

Tomada la decisión de ser unos verdaderos líderes, es fundamental implementar unas pausas que nos permitan hacer evaluaciones de todo lo que vamos recorriendo en la vida, con mucho detenimiento, conciencia y responsabilidad, un juicioso autoanálisis de lo que hemos trasegado para ratificar lo que se haya hecho bien, y para entender y corregir lo que haya que rectificar, en caso de que sea necesario. Sólo haciendo estas pausas, logramos que el camino de la vida sea lo suficientemente claro y por ende nos rinda más.

En esta parte del proceso, debemos tener mucha apertura y mucha sinceridad con nosotros mismos, de tal forma que nos demos la oportunidad de desaprender para aprender. Recuerden que en cualquier momento de la vida podemos cambiar; muchas veces nos engañamos bajo paradigmas equivocados y asumimos que después de los años no lo podemos hacer, pero esto es falso. Siempre lo podemos hacer, obviamente si tenemos la suficiente voluntad de hacerlo y convertimos esa voluntad en hechos reales.

A partir de aquí, debemos utilizar una de las principales herramientas para marcar la diferencia: La consolidación de lo que yo he llamado El Plan Estratégico de Nuestra Vida. Tengamos presente que Empresa que se respete tiene su plan estratégico, que le sirve como su hoja de ruta, partiendo de un detallado análisis de lo que ha sido su historia, su presente y el entorno en el que se mueve. En este proceso usualmente participan sus directivos y otros colaboradores de diferentes niveles para que haya un mayor compromiso.

Si las empresas lo hacen, por supuesto nosotros lo debemos hacer con lo más importante que tenemos, con nuestra vida. Es algo que nos debemos permitir, regalándonos el espacio como un ejercicio personal de total honradez con nosotros mismos. Si como lo hemos venido recomendando, ya hemos fortalecido nuestros valores y tenemos un propósito definido, ahora los invito a que, en un papel, a partir de un análisis DOFA, identifiquemos nuestras fortalezas, nuestras debilidades, amenazas y por supuesto nuestras oportunidades. De esta manera encontramos de muy buena forma cuales son los mejores caminos para una vida exitosa. Después de contar con el plan estratégico, tenemos que llevarlo a la acción, no podemos permitir que sólo quede escrito en un papel. Se debe convertir en el plan de vuelo que nos evite andar por la vida sin foco y sin control.

Ya con una estrategia definida, acompañada de unas buenas oportunidades, nos queda agregar un ingrediente fundamental: Las 7 características que nos van a permitir marcar la diferencia. Empecemos por la Transparencia, ese valor innegociable que le permite a uno mirar a los ojos a los demás con total tranquilidad, esa honestidad que ge - nera confianza en los otros por tener un comportamiento pulcro en todas nuestras acciones. Sigamos con La Pasión; esas ganas de tragarnos el mundo todos los días, esa hambre de querer triunfar, de ponerle especial empeño a todo lo que emprendemos, que es fundamental en todo proyecto. Continuemos con la Humildad, característica muy visible en los verdaderos líderes, que saben reconocer sus errores, levantar la mano para pedir ayuda y aceptar el éxito de los demás, que adicionalmente debe traer de la mano la gratitud, virtud que a mi juicio debe tener todo ser humano. Otra característica notable para marcar la diferencia es Saber Comunicar; siempre he sostenido que es más importante comunicar bien que gerenciar, dirigir o gobernar bien. Encuentra uno infinidad de ejemplos de empresas, organizaciones y gobiernos que tienen múltiples inconvenientes por no comunicar bien. La Persistencia debe acompañar todos los procesos; se debe insistir una y otra vez con disciplina, rigor y orden hasta lograr lo que nos hemos propuesto. Este es un reto enorme para los emprendedores, que, por falta de paciencia y perseverancia, tiran la toalla antes de tiempo. Recordemos que un fracaso no es el fin, es más bien un peldaño adicional para llegar al éxito.

Por último, la Solidaridad y la Espiritualidad, son las otras características de la Gente que Marca la Diferencia. La Solidaridad genera empatía, conexión, apoyo permanente y colaboración con los demás. Fortalece de muy buena manera el trabajo en equipo, con todo lo que esto implica para una organización. Y La Espiritualidad nos lleva a esa paz interior que todos los líderes deben tener, al poner el ser por encima del tener, sobre la base de un buen propósito y unos valores poderosos.

Finalmente, debemos recordar que el sol brilla por igual para todos; es decir, hoy en día todos tenemos posibilidades, aprovecharlas es una decisión personal de cada uno de nosotros. Procuremos encontrar oportunidades donde el resto solamente pueden ver problemas; debe ser así de simple, lo decidimos, lo hacemos; nadie lo hace por uno. Además, de verdad, no es tan difícil hacerlo. Los invito a que tracemos la ruta y demos el paso para hacer parte de la Gente que Marca La Diferencia, contribuyendo de esta forma a tener una mejor sociedad, que a su vez permita tener unas empresas mejores y de esta manera lograr que nuestro universo sea mucho más amable y con mayores oportunidades para todos.

This article is from: