REVISTA MI PYME + PRODUCTIVA
Marquemos la diferencia
Luis Guillermo Buitrago Castro Liderazgo y Comunicación Estratégica luisgbuitrago@gmail.com www.luisguillermobuitrago.com
D
entro de un mundo tan globalizado, en el cual todos tenemos posibilidades similares y acceso a todo tipo de información; si queremos diferenciarnos dentro de este bosque, debemos definir una ruta con una actitud y un comportamiento que nos permitan hacer parte de aquellos que marcan la diferencia. Teniendo muy presente que esta definición es una decisión personal de cada uno, es decir, nadie lo hace por uno. Somos nosotros los llamados a tomar el camino que nos permita salir de zonas de confort, obviamente si lo que queremos en la vida es ser diferentes a la gran mayoría. Para ello debemos construir un proceso de vida en el cual los principios y valores de cuna, esos que deben ser innegociables, los de toda la vida, sean las columnas ver76
tebrales, el soporte sobre el cual se levante todo lo demás. A mi juicio, el verdadero origen de una sociedad enferma radica en la falta de estos principios y valores; de ahí lo importante que es procurar sembrarlos de una buena manera entre quienes nos rodean y sobre los cuales tenemos alguna ascendencia; logrando de esta manera garantizar comportamientos más adecuados, teniendo muy claro que la mejor forma de compartirlos y difundirlos, con total congruencia, es a través del ejemplo. Luego de esto, se hace imperativo identificar nuestro propósito superior, el “Para Qué” de nuestra de vida, la razón de nuestra existencia y por supuesto actuar de acuerdo con este propósito. El mío, por ejemplo, es servir y generar valor a los demás y todo lo que hago gira alrededor de este postulado. Determinar este marco es muy importante, ya que hace que nuestra vida realmente tenga sentido y nos permite fortalecer las bases para marcar la diferencia. Además, cuando se tiene un propósito en la vida claro, los demás lo notan y lo valoran enormemente. Igual pasa en el mundo corporativo; las empresas que de mejor manera afrontaron la pasada pandemia, son las que tienen bien definido su propósito superior y actúan de acuerdo con él. De hecho, los clientes valoran significativamente las empresas que se mueven de acuerdo con un propósito definido. Actuando de esta forma vamos consolidando un liderazgo integral, entendido como el conocimiento y el liderazgo que debemos tener primero de nuestra propia vida. Al ser unos verdaderos líderes integrales, podemos estructurarnos para comenzar a liderar equipos de personas. Es impensable que, si no tenemos la capacidad de ejercer nuestro propio liderazgo, tengamos las habilidades para liderar a los demás. Por ello es fundamental tener muy presente que los líderes no nacen, los líderes se hacen. Quiere decir esto que está en nosotros llegar a serlo, es nuestra decisión, de nadie más, pues somos los únicos dueños de nuestra vida. En consecuencia, todos podemos llegar a ser líderes, en diferentes actividades, tareas y niveles jerárquicos; sólo es querer serlo y entender que tenemos que formarnos para lograrlo. Tomada la decisión de ser unos verdaderos líderes, es fundamental implementar unas pausas que nos permitan hacer evaluaciones de todo lo que vamos recorriendo en la vida, con mucho detenimiento, conciencia y responsabilidad,