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Julio de 2001 Editorial Raíces democráticas en España Mayor Carlos H. Espinosa Argüello
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DIRECfi'A
~·dente
GR.. R ael S...,,ulio Molino
Priml'r \ icepre idente J c \lanuel Sandoval Be/alcazar
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St:gundo Yicepresidente .JCHI. Eduardo León Pedraza Neíra
'it:cretario General Ejecutivo H. Carlos H. Espinosa Argüe/lo Yocales CO CO. CO. TC. CO. C \!Y J/Y CF CF CO. CO.
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Urgencia de una Guardia Civil Rural General Alvaro Valencia Tovar Fundamentos Políticos de una Reforma Militar en Colombia Mayor General José Roberto lbáñez Sánchez Un antipatriótico conflicto General Luis Alfonso Mejía Valenzuela Corolario Mayor Jaime Gómez Aponte La batalla de Islandia Almirante Orlando Lemaitre T. Hace cincuenta años, la entrega de la bandera del Batallón Colombia General Alvaro Valencia Tovar País en la lupa de un General
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Las ideas y tesis expuestas por los autores de los artículos publicados son de exclus iva responsabilidad de éstos y no reflejan necesariamente el criterio de la Asociación . Mingobierno Resolución No.0286 (Febrero /82)
• la Revista del nuevo milenio ynuevo pensamiento sta entrega de la nueva Revista ACORE cierra un ciclo de entrañable importancia y trascendencia para las letras colombianas y la historia militar y abre una nueva perspectiva, por cuanto si bien es cierto que se enmarca como ayer en los designios de nuestra Asociación, también despeja nuevo escenario de divulgación del pensamiento, acorde con los tiempos que transcurren. Tienen las revistas, a diferencia de los periódicos, la característica de ser escritas y leídas sin premura. Se elaboran con cariño, dedicación y largas horas de investigación y trabajo. Ofrecen la posibilidad de interpretar testimonios y elementos de reflexión duraderos. En ellas pueden los lectores moverse por verdaderos caminos de ilustración y, según la orientación y el estilo que se les impriman, profundizar, comparar, controvertir y originar en la intercomunicación con los editores, vida cierta y real de procesos que enriquecen auditorios, afectos por el conocimiento y la actualidad de sus criterios. las revistas no se leen para desaparecer. Se conservan, coleccionan y empastan por unidades cronológicas. Se constituyen en documentos de consulta y se hojean muchas veces en bibliotecas pnvadas de estudiosos, en la universidad y en todos los lugares donde se atesora la cultura. Son compañeras de viaje y de reposo. Son también lugares distantes o próximos del tiempo, a los cuales se accede siempre con la curiosidad y el recuerdo de rincones donde se dejó subrayada una idea. una cita concreta, un cuadro estadístico o textos que p1erden o recobran actualidad. las revistas son fuente sorprendente de comunicación entre eruditos e investigadores, que mueven correspondencia universal. Dan vida a amistades, impulsan preguntas y disquisiciones e integran la más extraordinaria red de pensadores que intercomunicados por esta instancia del saber jamás llegarán, pese al internet, a ser desplazados del espac1o que ocupan. Para nosotros la Revista ACORE,como debe deducirse de lo expresado hasta aqui, ha sido el más rico y hermoso legado que la Asociación hasta la fecha deja para que se haga escrutinio y análisis del pasado. En sus páginas se registraron momentos estelares de la historia de Colombia, de la ciencia y la tecnología, de la táct1ca, la estrategia, la logística y la cnt ca de momentos que tuvieron rehevancia para nuestra sociedad. No son una friolera cuarenta años y hoy con renovado entusiasmo actualizamos el formato, la diagramación, los colores y el papel para que el compromiso s1ga vigente, ampliemos la cobertura, lleguemos a auditorios nuevos y presentemos con la ayuda de la tecnología, renovado soporte editorial. Vamos a abordar los temas que en esta hora cruc1al de nuestra Patria, ilustren el debate para que al mismo tiempo dejemos la constancia histónca de cómo nos hemos comprometido desde siempre con Colombia y con nuestro pueblo. Vamos a reiterar que nunca hemos estado en silenc1o y que de este trance fuimos insomnes analistas para que nuestras voces no vayan a ser ignoradas cuando deba estudiarse, en el futuro, el d1fícil tránsito al siglo XXI. Internamente nuestra Revista, con pesar, registra la partida de su director el señor mayor general José Roberto lbañez Sánchez, quien por casi un lustro procuró la vida de esta empresa a la cual imprimió con devoción y total entrega sus mejores esfuerzos. El, como persona, como militar, como ciudadano y como historiador, de los más connotados de nuestro país, h1zo toda un época. Mane¡ó con tino, con la sencillez que lo caracteriza y con sabiduna, cada una de las ed1c1ones que le correspondieron. Jamás se dejó llevar del protagonismo ni del afán de ftguración, y de modo afectuoso y comedido se hizo acompañar de un selecto consejo de dirección que en todo caso, nos llenó de orgullo y nos proporcionó la satisfaccion de contar con un medio muy reconoc do de d1vulgac1ón. Hoy recibe el cargo el señor coronel, Germán Aragon Bautista, de quien sobra hacer exaltación, por cuanto, quienes lo conocemos, sabemos de sus altas calidades y desde luego le auguramos éxitos tan destacados como aquellos que logró frente a nuestro periódico, por espacio de cuatro años. Su experienCia y dotes personales hacen del señor coronel Aragón, el nuevo adalid para la magna empresa que debe abordar.
Mayor Carlos H. Espinosa Argüello
nvariablemente experimento sorpresa, incomprensión y mucho de fastidio, cuando en nuestras charlas coloquiales y algunas de mayor altura, aparecen personajes que hacen gala de hispanofobia de la cual se ufanan y con las mismas pasan a renglón seguido, a lamentarse de que nuestras tierras no hubieran sido descubiertas, conquistadas y colonizadas por un pueblo distinto del español.
Queda desde luego claro el concepto de que, quienes asr se expresan, sufren de mutuo desconocimiento de la hlstona y por supuesto del m1smo síndrome que afecta por Igual a los 1béncos de cuna y los hispanoamericanos en qUienes la nostalgia y la añoranza, de los vínculos perdidos no encuentra paliativo. A manera de ejemplo, c1to una curiosa VIvencia que expenmenté en Sev1lla, cuando en una hermosa tarde de verano paseaba sin rumbo definido por esas callejuelas encantadoras, donde a partir del siglo XV empezaron a entrecruzarse nuestras exóticas culturas. Tentado por la curiosidad de no se qué abalorios exhibidos en la v1tnna de un tenderete, pasé sus puertas haciendo mover una cortinilla de la cual pendían sonoras campanillas que me anunciaron a una abuela alegre y descomplicada. Luego de mis preguntas por los objetos que me interesaron y de las respuestas de esta señora ella se quedó mirándome un poco
pensativa y me dijo: usted no es de aquí. ¿De dónde viene? Igual respondí, con simplicidad: soy americano. La señora, hiZO un curioso gesto de pícara comprensión y de duda, que reforzó con sus palabras: Hombre que usted habla demastado b1en el castellano, para ser de la Aménca. En ese punto empieza la comprensión de cuánto nos desconocemos, porque para no engañamos igual hablan quienes sin saber la posición geográfica de la Península repiten desdeñosos y agraviantes comentanos, en nuestra Hispanoamérica. En círculos de amigos españoles, sin pretensión alguna y en otros de mayor hon-
tascas selvas del trópico virgen defendidas hasta la muerte por la brava nación caribe.
dura se encuentra que para ellos América es una antigua derrota y frustración del Imperio, de las cuales no saben y no quieren saber nada. Los días hispanos de gloria, mucho más justos y más anteriores, que los del imperio Británico, han sido borrados por modernos y revolucionarios escritores para quienes la vigencia de nuestras culturas carece hoy, de la carga de reivindicaciones sociales y políticas de la moda contemporánea para descalificar lo avanzado de la estructura de las leyes y del derecho española que rms de un siglo de ventaja, ya llevaba frente a las concepciones de los enciclopedistas franceses y de los postulados precursores y subsiguientes de la Revolución Francesa.
La colonización española, trabajo de siglos, para el cual no había manuales de instrucción ni derroteros de valía para seguir como modelo, copió lo mejor de los medios de expansión romanos atenuados por los dictados de la cristiandad y por muy elaborados ingredientes jurídicos de un tenor excelso como se puede colegir del libro Tercero página 163, la obra HISTORIA SOCIAL DE ESPANA Y DE HISPANOAMERICA de Juan Beneyto: "un problema de mayor trascendencia, que anda implícito en lo social no menos que el de las aljamas y morerías, es la situación de los conversos. La doctrina de la unidad del g énero h umano abría los brazos de la cristiandad a quienes se bautizasen. Llega a decirse por eclesiásticos y por letrados que no solo los conversos podían ocupar cargos de honra y de dignidad, sino que debían ser favorecidos con ellos. La reacción de la Iglesia fue favorable a los conversos y actuó sobre las cofradías que so color de piedad rechazaban a los descendientes de moros y Judíos ... Si de momento se gana la batalla por los conversos, lo es por gracia de la DOCTRINA de la UNIDAD DEL GENERO HUMANO, más no sin nfluio de vinculaciones que aquellos tenían con la nobleza y con la clerecía. En el caso toledano intervinieron el cardenal Torquemada, los obispos Don Alonso de Cartagena y Don Lope de Barrientos y el de Don Francisco de Toledo, todos ellos descendientes de Judlos.
No en balde se predicaban aforismos como aquel de que "lo que natura no da Salamanca no lo presta"
O dan en Espana y en la lberoamérica, que el Renacimiento corresponde exclusivamente a España y a Italia. Que la poderosa Madre Patria era la única nación suficientemente grande política, social, cultural y militarmente capaz de adentrarse en la empresa y desde luego en los costos de, la que se conoció como época de los grandes descubrimientos geográficos y del adecuado empleo de la más avanzada tecnología para los navegantes.
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No en balde se predicaban aforismos como aquel de que "lo que natura nc da, Salamanca no lo presta"
Las PARTIDAS de ALFONSO X, los Codex y las LEYES DE INDIAS dan fe de cómo a la consolidación de la Unidad del Género Humano, fue revolucionario espíritu de la conquista, la catequización y la comprensión de que nunca la América fue una colonia como tal sino una extensión del imperio allende los mares donde las provincias disponían por lo menos teóricamente de igualdad con España y de que se nacía español americano con prójimo amado como así mismo, por cada peninsular.
La España de que hablamos para su reivindicación y la nuestra, esa grande, futurista y tan generosa como se podía ser entonces. Si bien es cierto que nuestra colonización fue inmensamente dura y de corte militar, suavizada a medias por la clerecra, es igualmente cierto que nuestras costas paradisíacas no podían tener más de un kilómetro de ancho como antesala de la formidable barrera que conformaban las espesas y glgan-
Citando al autor de la referencia, vale transcribirse " ... por eso los agrupamientos sociales quedan asociados al común destino de la vida pacífica y de la terrena felicidad. La Unidad cuaja sobre raíces credenciales, y fundamentalmente en torno a la conciencia religiosa. Hay un fondo indiscutido e indiscutible: el dogma cristiano y la unidad del Reino, por lo que combaten los bandos y las asonadas, las banderías y la amistades bulliciosas. Exíminis dirá: que el fin del principado es la imposición de la paz, de la tranquilidad ciudadana. Porque esa es su tarea es razón que el prínc1pe retenga el monopolio de la ley.
Urgencia de una guardia civil rural* General ALVARO VALENCIA TOVAR
a propuesta presentada por el Presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Doctor Jorge Visbal Martelo en la Asamblea de Afiliados de la entidad, suscitó opiniones encontradas. Rechazos que comenzaron por el del propio Jefe del Estado, hallaron eco enardecido en las Organizaciones de Derechos Humanos y en medios políticos y periodísticos. También apoyos, como el del ex-gobernador de Antioquia, Doctor Alvaro Uribe Vélez y un tanto tímidos de agricultores y agrupaciones de diverso tipo, desesperados por el abandono, la indefensión y la inseguridad. Timidez explicable por el temor de recibir el denigrante titulo de "paramilitar" o de amigo de tales organizaciones criminales Lo grave es que el debate aún en comienzo ha carecido de profundidad. Por una parte, la propuesta de Visbal Martelo, vitoreada en la Asamblea Ganadera, no fue respaldada por una explicación sobre el cómo se realizaría, lo que dio pie a que se asociara con la noción de autodefensa y conducta criminal. Resulta forzoso, pues, hacer claridad en torno a un proyecto que el autor del presente artículo ha venido presentando en sus columnas tanto de El Tiempo
como de los doce periódicos de provincia servidos por la agencia noticiosa Colprensa. Ignoro si el Presidente de Fedegán coincida con lo que se expondrá a continuación, pero intuyo que si .
Situación del agro colombiano No requiere descripción pormenorizada. Los medios noticiosos nos la describen a diario con rasgos dantescos. Al abandono y la marginación proverbiales en un país de mentalidad urbana que ni conoce ni entiende los problemas rurales, se agrega el flagelo de bandas fuera de la ley: sean de naturaleza subversiva, de autodefensas surgidas como respuesta, o de simple delincuencia común. Los métodos genocidas de unas y otras, la extorsión, el chantaje, el secuestro, generan éxodos masivos cuyo destino es, o engrosar el lumpen miserable que acordona las ciudades incapaces de absorber los torrentes migratorios y proveerles trabajo y servicios mínimos, o los cultivos de coca y amapola, mientras el reclutamiento de menores deshace la célula familiar y abre para niños y niñas un horizonte de crimen y muerte. Cualquier organización criminal puede afectar la existencia de un municipio con grupos de diez a quince hombres. La Policía que guarnece las cabeceras no tiene capacidad ni está entrenada para operar en el campo, lo que determina indefensión total para la población campesina donde no haya cobertura del Ejército. Y no la hay, porque esta Fuerza, sobre extendida en un inmenso territorio prop1cio para la lucha guerrillera, carece de efectivos suficientes para proteger la población dispersa y cubrir simultáneamente los miles de objetivos vulnerables por bandas
móviles que se desplazan a cubierto de la oscuridad y de la selva, amparados a la vez por el silencio aterrorizado de los campesinos abandonados a su triste suerte. ¿Por qué, entonces, no elevar el pie de fuerza de Ejército y Policía? Serfa lo deseable. Pero un Estado en quiebra no puede hacerlo. Si la Fuerza Pública actual afronta precarias condiciones en todos los órdenes ¿qué ocurrirfa con un aumento de sus efectivos por lo menos al doble de su nivel actual? ¿De dónde saldría el material de guerra, el equipo, la logística requerida para movilizar y sostener cien mil hombres más? Eso para no hablar de los cuadros de mando y el proceso todo de formación y capacitación de los mismos.
Experiencias ajenas y propias Francia con su Gendarmería, Italia con sus Carabinieri, España con su Guardia Civil, Perú con sus Montoneros o Ronderos, Chile con sus Carabineros, Venezuela con sus Fuerzas Armadas de Cooperación o Guardia Nacional, han logrado remediar problemas de inseguridad rural y mantener la paz pública. Los mencionados países europeos tienen experiencias bien antiguas. España, por ejemplo, acabó con el bandolerismo desatado en los campos a raíz de las guerras carlistas del Siglo XIX con una Milicia Nacional organizada en apoyo del Ejército. En Colombia, al término de la violencia bipartidista de 1947-53, se organizó en los Llanos Orientales bajo el mando de un oficial del Ejército en retiro, una división rural del DAS compuesta por guerrilleros desmovilizados, que acabó con el abigeato y la criminalidad común que subsistió después de la paz y se prolongó hasta bien entrado en ejercicio el Frente Nacional. En el Tolima, ya bajo el gobierno de Alberto Lleras Camargo, se organizaron autodefensas que aseguraron la paz conquistada por el Frente Nacional, compuestas por querrilleros que se comprometieron a cumplir instrucciones del Ejército hasta que el retomo de la paz hizo posible su extinción sin traumatismo alguno. También bajo el gobierno del Presidente Guillermo León Valencia, y al amparo de la ley promulgada para el efecto, se organizaron autodefensas bajo control militar que hicieron posible la pacificación de diversas regiones.
Creación de una Guardia Civil o Milicia Nacional La Constitución de 1886 preve fa una Milicia Nacional organizada por la ley. La de 1991 suprimió tal posibilidad, lo que haría necesaria una reforma de la Carta, bien sencilla por cierto. Bastaría modificar el Artículo 216 que dice: «la Fuerza Pública estará integrada en forma exclusiva por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional "• suprimien-
do las tres palabras subrayadas y agregando: La Ley podrá organizar una Guardia Civil Rural dependiente del Ministerio de Defensa. Se tendría así una quinta rama de la Fuerza Pública, lo que obedecería al principio constitucional del monopolio de las armas en manos del Estado y, al crear el nuevo organismo bajo dependencia del Ministerio de Defensa como lo están la Policía Nacional y las Fuerzas Militares, se aseguraría el control, la vigilancia y el funcionamiento de la Guardia con los mismos patrones de éstas, su reglamentación propia en lo disciplinario y funcional, así como la vigilancia de las Inspecciones de las Fuerzas Militares y del Ejército, dentro de la conocida figura de Q.Qll1rQ1 operacional de éste.
Fundamento constitucional El Articulo 216 de la Constitución establece que ce Todos los ciudadanos están en la obligación de tomar las armas cuando las necesidades pol!ticas lo exijan para defender la independencia nacional y las Instituciones públicas••. El texto subrayado establece un mandato inequívoco que en la situación actual del país adquiere vigencia irrefutable. No sólo las instituciones sino la sociedad misma y el Estado de Derecho se hallan asediadas por una subversión violenta y sin escrúpulos frente a las cuales resultan insuficientes las Fuerzas Amadas sin que exista la capacidad financiera del Estado para fortalecerlas. De esta realidad se desprende la urgencia de que la ciudadanía tome las armas dentro de la Constitución y la ley, creando otro cuerpo amado de la nación a un costo radicalmente inferior para cumplir el mandato constitucional ya referido.
Organización y estructura l. Concepto general Consistiría en un organismo armado del Estado, de nivel nacional, dependiente del Ministerio de Defensa y adscrito al Comando General de las Fuerzas Militares como parte de la Fuerza Pública, de carácter estrictamente defensivo y estructura prramidal jerarquizado bajo vigílancta militar y civil, con reclutamiento, instrucción y permanencia rural de carácter permanente.
2. Estructura La dependencia del Comando General de las Fuerzas Militares se fundamenta en la necesidad de coordinación estrecha con el Ejército en primer término y con las demás Fuerzas por jurisdicciones territoriales, así como con la Policía Nacional cuando sea pertinente por proximidad a poblaciones guarnecidas por dicha Fuerza.
3. Organización La organización territorial de la Guardia seria por Reglones bajo control operacional de Divisiones o Brigadas según resulte más indicado. A nivel División existiría una Inspección a cargo de un Coronel del Ejército en servicio activo y la vigilancia civil estaría a cargo de las respectivas gobernaciones. A nivel Brigada, la Región estaría a cargo de un teniente coronel en servicio activo o de la reserva y se subdividiría en tantas Subregrones como Unidades Tácticas permanentes dependan del Comando de Brigada. Esto significa que ni las Brigadas Móviles ni las unidades de contraguerrilla o de astgnación transitoria a Unidades Operativas Mayores y Menores tendrían responsabilidad sobre las Regiones y las Subregiones, distinta al control ope,-..,~;;;;;;;:~ racronal donde la Unidad Operativa así lo disponga.
A n~vel Unidad Táctica, cada Batallón o unidad equivalente tendría a su cargo una Subregión comandada por un mayor o cap tán de la reserva o en servicio activo. La Subregión contemplaría Compañías de la Guardia a razón de una por cada cabecera municipal inclu das en su área de responsabil dad, las que podrían ser comandadas por of1c1ales o suboficiales de la reserva del grado de sargento hacia arriba.la Compañía estana compuesta por Secc1ones correspondientes a las veredas, al mando de alguaciles escog1dos dentro de habitantes de la misma vereda por su prestigio en la comun1dad y cond clones de liderazgo evidenciadas en la Instrucción militar. En veredas muy extensas o pobladas, se organizarán escuadras al mando de distinguidos 12 y 22 en calidad de comandantes y reemplazantes dentro del mismo criterio selectivo. La tropa estaría formada por agricultores y ganaderos propietarios de parcelas o arraigados a las regiones por vinculado-
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subversiva o de autodefensas y preservarlas de la delincuencia común, con lo cual se contribuiría a la fase de aislamiento propia de toda estrateg a contrainsurreccional. Luego se avanzaría hac1a áreas medianamente alteradas, para terminar en las consideradas rojas o de anfluenc1a subversiva o de autodefensas.
Instrucción y entrenamiento Se adelantaría por el término de tres meses la instruccion básica por veredas o agrupaciones de veredas según la extensión terntorial, la densidad de población y los instructores disponibles. Versaría sobre materias esenciales para la función
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GUARDIA NAL. - - - - - ( ARMADA t=::
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Nota: La activación de las unidades de la guardia nacional se haría progresivamente comenzando por las zonas menos afectadas por presencia guerrillera esporádica con el fin de prevenir su deterioro, utilizar las experiencias que se obtengan en el proceso y evitar que las organizaciones nacientes puedan ser atacadas antes de su consolidación debidamente protegida por la fuerza pública.
nes laborales permanentes, con el denominativo de vigilantes. Su permanencia al servicio de la Guardia sería continua dentro de los 18 y los 45 años de edad. Los grados de alguacil y dlstln· guido se concederían por términos fijos de dos años, que podrían ser confirmados indefinidamente según los merecimientos demostrados.
Activación Una vez creada, la activación de la Guardia seria gradual, co~~~~~menzando por regiones sanas con el fin de evitar la penetración
protectiva (manejo de armas individuales, comunicaciones, técnicas de información sistemas de vigilancia diurna y nocturna, sistemas de alarmas y otras afines con la misión. En lo teórico, la formación de conciencia de patria y democracia, símbolos nacionales, respeto y protección de tos Derechos Humanos y bases del Derecho Internacional Humanitario en lo que compete a su nivel y fundamentos de ética militar así como conocimiento de reglamentos y régimen dis-
ciphnario y penal propios de la institución que los incorpora. En cuanto a entrenamiento, se realizaran ejercicios periódicos sobre alarmas, defensa personal, seguridad regional y otras materias pertinentes.
Administración y logística Se concedería una bonificación que podría ser hasta de un 40% de la que recibe un soldado regular, habida cuenta de que prosiguen faenas agrícolas normales los miembros de la Guardia y un estipendio al personal con grado que se tasaría según disponibilidades presupuestases. Una política similar se aplicaría para oficiales y suboficiales de reserva, considerando que no trabajarían de tiempo completo en la institución. Se entregaría un uniforme cada dos años, para uso exclusivamente en los entrenamientos y actos especiales, diferente a los de Ejército y Policía. (Color gris por ejemplo). A las faenas habituales concurrirían los agricultores en traje civil. lnsigmas y distintivos serían objeto de reglamentación especial. Únicamente se proveerían amas defensivas, como escopetas y revólveres, fabricados por la Industria Milita o mcautados por las Fuerzas Armadas y autorizados por el Servicio de Material de Guerra, que llevaría los inventarios correspondientes. Responsables de la distribución, mantenimiento, consumo de munición en entrenamiento, instrucción y funciones protectivas autonzadas, serán los niveles de autoridad militar establecidos para la Guardia, sujetos a inspección superior.
Análisis de la propuesta En la situación actual de indefensión campesina e imposibilidad de aumentar las capacidades de las Fuerzas Armadas en la medida necesaria para proveer seguridad a los campos, el Estado no puede permitir que se continúe asesinando a sus ciudadanos rurales, amedrentándolos, secuestrándolos o forzando su desplazamiento inhumano hacia los narcocultivos o hacia la miseria de asentamientos citadinos sin esperanza de redención. Las alegaciones en contra de cualquier forma de organización campesina provienen bien de sectores mal informados sobre la naturaleza de esta propuesta, bien de sectores antagónicos con las Fuerzas Armadas o con el mismo Estado. Se argumenta que ello equivaldría a involucrar a la población civil en el conflicto, desconociendo una tersa realidad: la población cjvil ya está siendo involucrada en el conflicto bien por el reclutamiento de sus jóvenes y niños, bien por hallarse situada entre los fuegos cruzados de guerrillas, autodefensas y narcotraficantes.
Se entregaría un uniforme cada dos años, para uso exclusivamente en los entrenamientos y actos especiales, diferente a los de Ejército y Policía. (Color gris por ejemplo). Alas faenas habituales concurrirían los agricultores en traje civil. Insignias y distintivos serían objeto de reglamentación especial.
La vigilancia militar estaría a cargo de los Inspectores de Fuerza y del Comando General y descendería por los niveles divisionarios y de brigada hasta la Unidad Táctica. La Ley determinaría el tipo de vigilancia civil que se ejercería, y que mcluiría gobernaciones y alcaldías así como los organismos de control del Estado.
Seria una paradoja inaceptable que el Estado sea el único que no pueda organizar a los habitantes del agro para que contribuyan a su protección a la de la sociedad y la del propio Estado. Existen las bases filosóficas establecidas por la Carta Constitucional, además del derecho a la legitima defensa. De lo que se trata en la propuesta, es de darle legitimidad constitucional y gubernativa a este concepto. La previsión de la Carta del 86 sobre una Milicia Nacional, jamás se puso en vigencia. Experiencias desastrosas sufridas con autodefensas criminahzadas, no pueden tomarse como argumento contra la organización de un cuerpo armado equivalente a los que autoriza la Constitución del 91, o sea Fuerzas Militares y Policía Nacional. Tampoco las entidades conocidas como Convivir pudieron llenar la finalidad protectiva de la población rural, lo que deja como última opción la Guardia Civil dentro de la organización propuesta en las presentes consideraciones.
El poder nacional en cualquier país está formado por la trilogía planteada por Clausewitz: Gobierno, Ejército y Pueblo. Faltando la presencia activa de este último el trípode pierde estabilidad . La presente propuesta va dirigida a lograr el aporte de la población civil, con preferencia en las áreas rurales por cuanto en las urbanas existen las compañías de vigilancia privada. Esto último crea otro contrasentido: lo que se autoriza por ley en zonas urbanas donde la acción protectiva de las autoridades es más efectiva, se niega al campo donde la población se halla Inerme ante la confluencia de diversas formas delictivas. • Un estudiO completo sobre la creaCión de una Guardia Naaons del que el presente artículo es una sfntesls, fue presentado por el autor a la Comisión Consultiva Externa de las Fuerzas Milítares en diCiembre de 7999
Fundamentos políticos de una reforma militar en Colombia Mayor General JOSE ROBERTO IBAÑEZ SANCHEZ
nte la realidad de la crisis nacional, a al cual concurren tantos factores de descomposición que la hacen multicausal, intrincada y multiforme, hablar del fortalecimiento o reestructuración militar no tiene sentido práctico si no se miran las circunstancias estructurales que dificultan, limitan o desvían el ejercicio del poder político y la convivencia social, afectan la legitimidad del Estado y debilitan su autoridad frente a los agentes de violencia que lo perturban o combaten. La corrupción generalizada de la administración pública, el elevado índice de desempleo, la ineficacia en la administración de justicia, la impunidad rampante, la falta de unidad nacional y ausencia de liderazgo político, han influido decisivamente para que las instituciones encargadas de la seguridad y la defensa nacional, hayan tenido que luchar frente a la subversión armada a veces en condiciones de aislamiento o cuando menos de incomprensión.
mldad que lo sobrecoja, mientras quienes lo combaten de alguna manera se benefician, aún cuando sus métodos criminales los Ilegitimen en mucho mayor grado. Son estas circunstancias las que han dado al conflicto colombiano carácter persistente, sm claras posibilidades de ser defimdo por medios pohticos o m11itares: con el agravante que, como los gobiernos no han tenido una poHt1ca permanente e mtegral de seguridad y defensa nac1onal, han dejado a las instituciones armadas sin objetivos definidos ni estrategias adecuadas para alcanzarlos, teniendo estas que cubrir tamaño vacío con actuaciones por propia iniciativa, muchas veces a pedido de la autoridad civil que le ha cedido tamaña responsabilidad.
Un Estado democrático fundamenta su seguridad y defensa en su legitimidad, no solo formal sino en la realidad del ejercicio del poder. En la medida en que pueda ser puesto en entredicho, bien porque sus vicios le impidan satisfacer las necesidades reales de la comunidad o porque haya sido fruto de actos de fuerza o arbitrarios, sus banderas de lucha se desvanecen y las instituciones encargadas de garantizar su existen....,:;;;;;;;;~ cia pierden vigor en proporción directa con el grado de ileglti-
1. Acabar con la corrupción de la administración pública
Por lo anterior, todo esfuerzo militar que se desarrolle tiene que estar acompañado paralelamente de los esfuerzos del Estado en los campos político, económico y social, para atacar las causas generadoras del conflicto que padecemos, de no ser así dicho esfuerzo puede resultar inútil y hasta inconveniente. Así se ha probado en Colombia en muchas de las operaciones militares que se han realizado, las cuales por haber carecido de la acción integral del Estado, no tuvieron mayor efecto para recuperar el orden público y alcanzar la paz en esas regiones y en algunos casos mas bien contribuyeron a perturbarlo.
La corrupción de la administración pública es una costumbre enquistada en las ratees hlstóncas de la política colombiana. desde la imposición de la autoridad colonial española hasta la época republicana, que ha tenido variado grado de intensidad y hoy a -
canza dimensión de amenaza para la estabilidad institucional. Por esta razón y por ser un mal que afecta a la sociedad antes que a los Individuos, luchar contra ella es difícil mientras perviva la clase política tradicional, contaminada con la creencia de que el poder es para servirse de él en beneficio propio antes que en interés de la colectividad a la cual representa. Para el conflicto colombiano, la excesiva corrupción de la administración pública genera múltiples efectos. Lleva a la sociedad a perder la fe en los hombres y en las instituciones que la ngen y genera recelo y desmoralización en sus diferentes sectores: en las clases altas y med as resistencia a la tributación por la desconfianza en la función distributiva del Estado, mientras en las clases bajas se multiplica su perverso ejemplo, impregnando el tejido social de mala fe, desinterés público, e inseguridad. En segunda instancia desmoraliza al Estado y a las instituciones encargadas de salvaguardarlo, hasta limitar moralmente su defensa. Finalmente, fortalece a la subversión, la cual resarce razones de lucha que ha perdido como consecuencia del fracaso del sistema socialista en el mundo. Es indispensable por tanto una profunda reflexión o autocrítica de la clase política o su relevo del manejo del Estado so pena de que éste termine siendo su víctima. Porque la comunidad cansada de ser explotada y perdida su credibilidad en la autoridad, puede llegar a preferir un sistema autoritario capaz de remediar el problema por esta vía, tal como está sucediendo en otros países vecinos y cuyo ejemplo empieza a repercutir en la opinión nacional, o la subversión la aprovecha para alcanzar sus fines. Si el objeto de la seguridad y a defensa nacional en una democracia es el de preservar y mantener la vida del Estado que la comunidad ha escogido como forma de vida política, económica y social, el ejercicio del poder debe ser legítimo para que quienes lo combaten por la vía armada carezcan de razones de lucha. Pero en Colombia, el Estado con visos ilegítimos dados por la corrupción, se defiende de una subversión en mayor grado ilegítima por la criminalidad de sus medios de lucha, condición que no sólo ha dado a nuestro conflicto carácter indefinido, sino que lo ha degradado con prácticas como el terrorismo, el secuestro y el narcotráfico con las cuales la subversión ha encontrado medios financieros poderosos para seguir retando al Estado, en pe~uicio de la comunidad que p aclama reivindicar, de sus Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario. En el marco militar, la corrupción de la administración pública puede ser más grave que la propia acción guerrillera directa. Pues al perder el Estado razones de lucha y co-
brarlas sus enemigos, el efecto desmoralizador trasciende espiritualmente. Si esto no ha tenido mayor gravedad, es porque la subversión con sus oscuros propósitos y criminales medios de lucha ha adquirido mayor grado de ilegitimidad y las Fuerzas Militares han mantenido su unidad, disctplina y estructura monolítica, a pesar de la persistente y tenaz campaña psicológica adelantada en su contra por presuntas violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario. Por otra parte, las Fuerzas M11itares aún cuando no han logrado marginarse de la corrupción que afecta a otras instituciones estatales y algunos de sus miembros de manera aislada o individual han caído en estas prácticas, han sido oportunamente sancionados, limitándose así la impunidad en sus filas. Por tal razón y por los correctivos operacionales que los mandos han promovido en los dos últimos años, la Institución ha recobrado su capacidad combativa contra la subversión, hasta el punto de asestarle recientemente golpes contundentes. Por eso los grupos guerrilleros han enfocado su actividad no contra la unidades militares sino hacia el terrorismo contra las fuentes energéticas del Estado y la población civil indefensa, con ataques a poblados guarnecidos por escaso número de policías, secuestros y extorsiones mas1vos e indiscriminados, dentro de la estrategia de las diferentes formas de lucha. que está buscando legitimar con el suculento plato que le ofrece la corrupción política. La auto denominada ce Ley 003" de las FARC, por medio de la cual, este grupo subversivo plantea combatirla, es una demostración clara de tales intenciones, que pueden encontrar eco en alguna parte de la sociedad. Constituida la corrupción de la administración publica en principal amenaza contra el Estado, éste debe diseñar una política concreta para combatirla, con objetivos, metas y plazos definidos y estrategias sencillas y efectivas para alcanzarlos. Lo cual implica en primer lugar la revisión completa del régimen legal, que por ser fruto de la clase política tradicional, ha dejado resquicios jurídicos y éticos por donde ésta usufructúa el presupuesto de la Nación sin mayor riesgo. Particular consideración merece el régimen electoral corroído por el vicio de la clientela, que compromete a elegidos y electores en compromisos deshonestos. En segunda instancia, punficar los mecanismos de nombramiento de Fiscal, Procurador, Contralor General de la Nación y de otras Instituciones de control del Estado, con el fin de que a estos cargos lleguen colombianos no sólo instruidos y capacitados para desempeñarlos, sino probos y desligados de cualquier compromiso político; además, a los delincuentes llamados «de cuello blanco» se les debe enviar a cárceles comunes sin privilegio alguno y negarles el ejercicio de cualquier función pública. Es decir hacer efectiva la sanción social anexa con la penal. Pero como las leyes no son suficientes para enfrentar esta lucha, el espíritu de la democracia participativa expreso en la Constitución, debe hacerse realidad en el ejercicio administrativo del Estado. Para ello es indispensable crear instancias y organizaciones de veeduría ciudadana de carácter nacional, regional y local, sistematizar todo el presupuesto nacional, centralizado y descentralizado, para que las entidades de control y la misma ciudadanía puedan detectar cualquier desviación de las partidas, contratos, etc., denunciar cualquier irregularidad y fiscalizar así la inversión pública de manera eficaz. También hay que liquidar las organizaciones donde haya imperado la corrupción y trasladar sus funciones a otras que hayan demostrado honestidad y eficacia y mantener a los elegidos para cargos públicos lejos del manejo administrativo de los recursos del Estado. Mientras este no recobre su autoridad moral a través de una lucha a fondo y persistente contra la corrupctón ~~~~
de la administración pública, será difícil erradicar la violencia, la subversión y en general la delincuencia ~u~ a diar~o no~ flagela y la acción sacrificada de la fuerza publica continuara siendo estéril.
2.- Lograr la unidad y el liderazgo nacional El segundo requisito político y s?cial imP_rescindibl~ para la reforma militar es el de lograr la umdad nac1onal y el hderaz~o político, tan frágiles en la present~ c~sis como consec~~nc1a de la debilidad del Estado por la perdida de sus valores etlcos, por la costumbre y cultura de violencia incubad~ en la población, por su ignorancia en los temas de segundad y por .el manido desfase entre la formalidad jurídica y la realidad soc1al que muestra dos países distintos: el político y el nacional, los cuales como ya lo ad:'ertimos c?inci~en ap.ena~, en al~u~a~ circunstancias. De ah1 la ausenc1a de 1dent1f1cac1on del IndiVIduo y la comunidad con el Estado y la insolidaridad social, a pesar de los graves problemas de inseguridad imperantes. Tamaño fraccionamiento político y social tiene su primera manifestación dentro del mismo Estado, en el cual el principio constitucional democrático de la división tripartita del poder, ha sido interpretado por cada uno de los Órganos del Poder Público como de independencia absoluta para actuar, algun~s veces en contra vía unos de otros, inclusive dentro de las mismas instituciones del judicial, ejecutivo y legislativo, generado elevado grado de anarquía y de conflictos jurisdiccionales, característicos de nuestra historia política. Se ha desconocido la norma constitucional que obliga a los poderes públicos a actuar ~rmónica y coo~dinadament~ en cuanto se refiera a la conqUista o mantenimiento de los fl~es esenciales del Estado, los cuales están definidos en el preambulo y artículo 2 de la misma Constituci.ón. De tal ma~era, todo cuanto se relacione con defender la un1dad de la Nac1ón y asegurar a sus integrantes la vi~a •. la convi~encia, el trabajo, la justicia, la igualdad. el conoc1m1ento. la hbe~ad y la paz, o a servir a la comunidad, promover la prospendad general, garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución, facilita.r la pa~i.cipación_ ciudadana en las decisiones que afectan la v1da poht1ca, adminiStrativa y cultural de la Nación, defender la independencia, m~nte ner la integridad territorial de la Nación y asegurar !a convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo, _l~s Organos. del Poder Público están obligados a actuar armomca y coordinadamente. Condición que no tiene vigencia en el medio político colombiano, y explica la contradicción de que, pesar de ser nuestro país uno de los más violentos e inseguros del mundo, hasta hoy ha carecido de políticas de seguridad y defensa nacional integrales y permanentes y de una ley marco para proteger y garantizar su existencia frente a las amenazas que lo acechan. En lo anterior ha tenido mucho que ver la peregrina falacia fo~ada en algún sector político, de que nuestras doctrinas de
seguridad nacional se forjaron en el Cono Sur en la época de las dictaduras, las cuales por asegurar la primacía del pod~r militar sobre el civil tienen carácter antidemocrático y represivo. Cuando en la realidad militar colombiana, en función de la defensa y seguridad nacional jamás se ha~ ~doptado. otr~s enseñanzas que las derivadas de la hermeneut1ca constitUCIOnal y de la leyes que la desarrollan. Pero se aprovechó hábilmente esta tesis en el medio político para desarmar la voluntad de defensa del Estado con su aceptación tácita. Lo más grave ha sido que con el fin de complementar el desarme de la voluntad del Estado con el de la comunidad, tal ~~liiil.... propaganda ha sido complementada con otra aún más ladina:
la de ilegitimar lo que es de derecho na!ural en toda sociedad humana desde los tiempos más primitivos: la legítima defensa colectiva. Si para defender la vida ante _una agresión injusta o en estado de nec~s1d_a~ existe el derecho legítimo de defensa IndiVIdual, con mayor razón la comunida~ ~n ~u conjunto ante el mism? tipo de agres1on tl~ ne igual derecho, máx1me cuando la autondad no tiene capacidad de hacerlo, como ocurre en muchas regiones del país. Pero sostener ésta tesis hoy es matricularse en la extrema derecha y ser tildado automáticamente de u paramilitar». Situación a la que ha contribuido la acción criminal de las autodefensas campesinas, surgidas como reacción contra los abusos de las diferentes guerrillas. El desarme de la voluntad del Estado y de la comunidad, ha tenido como efecto inmediato el que el primero ha desactivado_ sus organismos civiles básicos para la seg.un?ad y defensa nacional, como la _ConseJ~na y Secretaría Ejecutiva del ConseJo Supenor de Seguridad y Defensa Nacional, en.cargada de analizar, diseñar y sugerir al gob1e~no las políticas al respecto; y la segunda, _sin protección de la autoridad, esta reacc1onando masivamente contra el gobierno en aquellas áreas que éste ha ofrecido despejar para facilitar las conversaciones de paz. A la falta de coordinación entre los organismos e instituciones del Estado y el quebrantamiento de su voluntad y el de la comunidad para defenderse. se suma la ignorancia en el seno de los dos en materia de seguridad y defensa nacional. Si como ya lo vimos ésta se expresa en el Estado, en la comunidad el tema ha sido desconocido, sólo cuando se ha visto asfixiada por la violencia que la circunda y martiriza, ha reaccionado en las ciudades y zonas menos afectada~ con tímidas aún cuando numerosas manifestaciones públicas y en las áreas más peligrosas con situaciones de hecho para exigir protección, ejercicio de a~torid~~ y no pocas veces resistir algunas d1spos1c1ones gubernamentales. La insolidaridad social también se manifiesta en la conducta de buena parte de la juventud colombiana, al ~?nos en l.a~ cl~ ses alta y media con relac1on al serv1c1o militar obligatorio, las cuales siguen creyendo que éste deber recae exclusivamente en los estratos socioeconómicos bajos urbanos y campesinos. Cuando en cualquier país desarrollado ante situaciones de guerra o conflicto el cumplimiento de este deber ha llevado al sacrificio de buena parte de sus generaciones universitarias. Los pálidos empeños de algunos gobiernos por educar a la comunidad para su seguridad no han logrado los fruto~ d:seados. Por esta razón el Estado debe d1senar y realizar una campaña de educación con tal fin y
para ayudar a construir una genuina sociedad civil, con conciencia de solidaridad e Identidad con los intereses nacionales, despojada de individualismo y egoísmo, dispuesta a colaborar con las autondades cada vez que sea necesario, puesta en pie de lucha para demandar la paz que su desarrollo necesita y activamente partícipe en el proceso de toma de decisiones para la seguridad.
su clase dirigente, que no se visualizan fácilmente en situaciones de crisis pero que están ocultos en la sociedad a la cual sirven.
Para lograr el apoyo nacional a los esfuerzos del Estado en el mantenimiento del orden público, es indispensable que la comunidad tenga suficiente conocimiento de los problemas de seguridad para que adquiera el criterio objetivo que la apreciación de cada situación demanda.
Para lograr el apoyo nacional a los esfuerzos del Estado en el mantenimiento del orden público, es indispensable que la comunidad tenga suficiente conocimiento de los problemas de seguridad para que adquiera el criterio objetivo que la apreciación de cada situación demanda. Porque en los conflictos internos la opi· nión nacional es el epicentro de incidencia del desarrollo de los hechos y éste es una condición que el Estado debe comprender, so pena de que sus esfuerzos en el campo bélico resulten estériles. Razón por la cual los Hderes de la comunidad deben dedicar su esfuerza a la construcción de la sociedad civil en pro de su unidad, toma de conciencia y valor para superar la crisis.
Otro aspecto que hace relación con la obtención de la unidad nacional es el liderazgo político. Una de las consideraciones que causa mayor desazón, es que a pesar de haberse desarrollado nuestra historia sobre los pilares del caudillismo, en el presente no ha aparecido un líder capaz de convocar y concretar la unidad nacional que la situación de la crisis reclama. Los caudillos que han surgido, producto de la clase política, stn condiciones de genuino liderazgo, no han pasado de ser caciques de montoneras con mayor vocación para ati· zar la dialéctica politiquera, satisfacer la clientela y dividir a la comunidad que para fomentar la unidad nacional y producir decisiones de Estado, destinadas a satisfacer los Intereses supremos de la Nación. Los líderes son producto de las virtudes del pueblo y de
Colombia debe buscar sus líderes no en el ámbito político sino en el social, donde las reservas morales de la Nación permanecen latentes en muchos hombres y mujeres pertenecientes a los sectores académico, cultural, empresarial, gremial, sindical eclesiástico, militar o independiente. La elección del próximo presidente de la República puede ser una coyuntura apropiada para tal fin. En nuestra historia hay varios casos de superación de crisis agudas por medio del liderazgo. Baste citar la que tuvimos hace cien años como consecuencia de la guerra de los mil días, cuando el país dividido por el resentimiento y la venganza, empobrecido al extremo, degradado y desmoralizado por la cercenación territorial de Panamá, encontró su tabla de salvación en la egregia fi· gura del general Rafael Reyes, quien con un manejo político orientado hacia la reconciliación, la unidad nacional, la recuperación económica y el trabajo lo sacó de la postración y del feudalismo en que vivfa y lo proyectó en el camino de la modernización, del capitalismo y del progreso.
En el medio político y académico suele señalarse que otro de los problemas que limitan la unidad nacional es el no tener una visión clara del Estado que todos queremos. Sin embargo creemos que el Estado está defimdo formalmente, sólo que no tiene concreción práctica en la realidad social. Lo que implica simplemente el hacer cumplir la Constitución y la ley, mediante el afianzamiento de la autoridad, dejando de lado las utopías que han contribuido a la división. El logro de éste ob· jetivo requiere obviamente de un líder político con prestancia moral y social, fuerza de voluntad y poder de convocatoria nacional que genere credibilidad, confianza y fe en su acción. Sin éste liderazgo, será muy difícil superar los problemas que nos embargan, sobre todo obtener la reconciliación y lograr la paz por la cual clama con angustia el país.
3.- Recuperar la justicia y reducir la impunidad Otro fundamento imprescindible de cualquier reforma militar en nuestro medio es el de recuperar a la justicia su eficacia y reducir la impunidad a niveles normales. Porque la incapacidad del Estado para identificar, perseguir, capturar, juzgar y castigar a los criminales de cualquier índole de manera severa, oportuna y ejemplar, es el factor que ha tenido mayor influencia en la situación de violencia e inseguridad persistente y recurrente que nos sobrecoge y abruma. La justicia es fundamento del Estado de Derecho y consecuentemente de la democracia por cuanto el objeto esencial del contrato social es el que los individuos gocen de libertad-~--~.
dentro del respeto por el derecho de los demás. Ya lo dijo Bolívar; ce El e¡ercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad» y cela lmpumdad es la madre de todos los delitOS», Por que si estos quedan impunes, los malhechores sienten estimulada su act1v1dad proclive y los ciudadanos afectados en su vida, honra o bienes, dec1den resolver sus conflictos por si m1smos, protegerse por cualquier medio u organizarse para hacerse ¡ust1c1a por su propia mano. Sin justicia no puede sobrevivir el Estado porque el libertinaje, la anarquía, la tiranía del más fuerte, terminan por sentar la anarquía en el desarrollo de la vida soc1al; tal como en alguna medida sucede entre nosotros, cuando las estadísticas nos sitúan como a uno de los países más violentos e inseguros del mundo. A pesar de que los últimos gobiernos han realizado esfuerzos en pro de recuperar la justicia y han destinado grandes recursos para su fortalecimiento, no ha sido posible lograr su eficacia por varios factores que lo han impedido y mas bien han contribuido a acelerar la impunidad. Algunos de estos factores vienen enquistados en nuestra historia como la politización de la justicia, la limitada capacidad investigadora de las autoridades, su falta de coordinación, el vicioso régimen carcelano y la carencia de una política criminal; otros han aparecido como causas directas de la crisis, como el narcotráfico que permeó la sociedad y generó la cultura del enriquecimiento rápido y de la degradación moral, la venalidad o negligencia de los jueces, la falta de agilidad en el procedimiento penal, la carencia de tecnologías y medios modernos de sistematización de la información y las estrategias judiciales de ruptura planteadas por la subversión para evadir la justicia y desmoralizar a la fuerza pública. Hay corrupción en la administración pública porque sus delincuentes llamados de «cuello blanco" son tratados de manera privilegiada por el Estado, asignándolos a confortables mansiones, donde gozan de bienestar, cierto grado de libertad y no reciben la sanción penal y moral como lo establecen los códigos; campea la delincuencia organizada porque ha encontrado en la impunidad sofisticadas formas de constituir verdaderas y poderosas empresas criminales insertadas en la economía formal e informal. Hay subversión armada porque la sociedad y el Estado han sido influenciados por las estrategias de ruptura y los jueces frente a ella son simpatizantes, están coaccionados, atemorizados o son venales. Y estas formas criminales, se confunden con la delincuencia común, al amparo de leyes que parecieran estar diseñadas más para proteger que para castigar al delincuente. Convertida la impunidad en acelerador de la violencia en Colombia, el Estado debe dedicar su esfuerzo de manera pnontana a combatirla, para lo cual se requiere de una cruzada nac1onal con apoyo internacional y de una política cnmmal reasta que restablezca el e¡erc1c1o de la justicia en todo el terntoo nac1onal stn d1scnmmacion m privlleg1os. Para efectos del tema propuesto, sólo nos detendremos someramente en algunas acc ones pnontanas que el Estado necesita emprender para contrarrestar y reduc r la impunidad. En pnmer lugar contrabalancear las Estrateg1as ¡ud c1ales de ruptura por parte de la subversión, las cuales practicadas en as tres u t mas décadas, han logrado mmar la autondad del Estado con el cambio de las reglas del juego judicial, al dejar s n trascendencia en los estrados los hechos y circunstancias de a acc1on cnminal, y propagarse hacia la opinión pública la mpugnación total o parcial del orden establecido. Situación q e ha permitido a los acusados convertirse en acusadores para desmoralizar a la fuerza pública. o qu ere dec1r lo antenor que toda la justicia haya cardo en
las redes de tales estrateg1as o que el país haya carecido de ¡ueces capaces de administrar justicia. Muchos de ellos han ofrendado sus vidas en el cump 'miento de su deber y otros se han mantenido insobornables. Pero cuando se ha tratado de delitos políticos, la subversron ha sabido desVIar el curso de las investigaciones y tergiversar los hechos en detrimento del Estado y en benef1cio de los acusados, generando alto grado de impunidad para ésta modalidad delictiva. Impunidad acrecentada por las simpatras ideológicas de algunos jueces, por el afán publicitario de otros que creen obtener prestancia profesional procesando y condenando a militares, especialmente si son de alta graduación, por simple venalidad, indignidad o por la falta de valor de otros para cumplir con su deber como lo manda el ejercicio de una profesión respetable. Sobra decir que de tales estrategias de ruptura también han sacado buenos dividendos el narcotráfiCO y la delincuencia organizada, al compás de los demás factores perturbadores de la justicia ya citados. De ahí la necesidad de recuperar la dignidad y el correcto ejercicio de la función jurisdiccional. Sobre todo definir y poner en ejecución una política criminal a mediato y largo plazo, integrada y realista, para los problemas que afronta Colombia, que permita luchar contra la impunidad de manera d'recta, precisando quienes son los delincuentes, ubicándolos en sus escondites o guaridas, capturándolos y sancionándolos conforme con la ley, para lo cual es indispensable tecnificar y modernizar los servicios de inteligencia e investigación criminal y obtener la colaboración de la ciudadanía. Es contradictorio en Colombia el hecho de que la alarma social produc1da por las dimensiones de la criminalidad de todo tipo, no se traduzca en efectiva colaboración de la comunidad para denunciar los delitos, colaborar con las autoridades en ubicar y capturar a los delincuentes. Razón por la cual no hay suficientes pruebas para condenarlos y hacer la justicia más operante y eficaz. El Estado debe hacer más fácil la denuncia med1ante la educac1ón de la ciudadanía sobre as formas y mecamsmos de colaborae ón con las autondades. Otra cons derac1ón trascendental es la de d sanar un programa de protección a los ¡u eces mucho más efect1vo que el de la llamada cc¡ust e a sm rostro», cuya bondad en éste campo tuvo buenos resultados aún cuando mucho de¡ó que desear en el propio terreno de la admmistrac1ón de justicia. Casi se podr(a afirmar que dada la abolición de la ce justicia sin rostro», es necesario crear un cuerpo de escoltas especializado en proteger a los jueces. Las anteriores medidas deben estar
acompañadas por un sistema de control que permita exigir mayor rendimiento en el trabajo judicial, seguir a los funcionarios ociosos, negligentes o venales, investigarlos, sancionarlos, sacarlos a la luz pública y obtener así mayor eficiencia en la administración de justicia para que tengan cabal cumplimiento los mandatos y términos establecidos por los códigos penal y de procedimiento penal y recobrar la credibilidad ciudadana en la justicia. Otro aspecto esencial en este campo es el del régimen penitenciario, tan degradado en los últimos años y que tantos problemas ha causado al país por el nivel de corrupción alcanzado, el grado de hacinamiento en las cárceles y las condiciones infrahumanas como son tratados los presos. Se hace indispensable someterlo a una revisión detallada con el fin prevenir y evitar que se siga delinquiendo desde las cárceles, obtener que la pena cumpla su función resocializadora y el castigo no se convierta en fuente de criminales cada vez más poderosos y atrevidos. Los objetivos deben ser claros y los medios para lograrlos efectivos. Podemos señalar como fundamentales para la reforma del régimen penitenciario, la construcción de cárceles en sitios apropiados, más seguras, modernas, sofisticadas y estrictas en sus sistemas de control para delincuentes de alta peligrosidad. Así mismo reorganizar, modernizar, disciplinar y moralizar los cuerpos de guardianes, seleccionar personas de alta probidad, valor y energía para directores de los distintos centros de reclusión del pafs También es conveniente revisar el proceso de formación jurfdica de los funcionarios y de los abogados que ejercen su profe· sión en las diferentes áreas del derecho. Esta carrera profesional responde a nuestro desarrollo político y social desde los propios orígenes de la nacionalidad y por tal razón ha copado las aulas universitarias mostrando natural inclinación de los colombianos por el derecho. Pero tal proliferación de abogados y la saturación del mercado profesional ha generado algún nivel de degradación social y económica en su ejercicio, al punto de denominarnos peyorativamente como cepaís de leguleyos». Hay que verificar si los programas académicos responden a los principios éticos, a las necesidades sociales, al Estado democrático y participativo que nos rige y a otra serie de condiciones que tienen que ver con el normal desarrollo de la vida política y económica. Hacer más exigente desde el punto de visto académico y moral la carrera del derecho, con el fin de contribuir a su rescate espiritual y social. De la mis-
ma forma, dignificar a los Jueces y Magistrados de la República, para que a estos cargos puedan acceder sólo los más competentes y probos de los abogados, para lo cual es necesario establecer un sistema de ascenso por méritos y no por gestión personal, tal como sucede en otros países, donde éste título es visto por la comunidad como símbolo de prestancia, honradez y sabiduría.
4.- Superar la crítica situación de desempleo Los desequilibrios soc1o económicos de la Nación son por sí mismos causas objetivas de subversión contra el Estado, de violencia ciudadana e inseguridad. Porque directamente generan condiciones negativas para el normal desarrollo y progreso de la población, que conducen a la falta de oportunidades de trabajo y a la delincuencia. En Colombia esta circunstancia es especialmente sensible en la JUVentud y en la mujer que de manera masiva y año tras año llegan a la edad de incorporarse a la vida económica productiva y no puede lograrlo, pese a las garantías formales establecidas en la Constitución Nacional. Por eso el desempleo es fuente de alimento humano para el narcotráfico y la guerrilla sin que éstos hagan mayor esfuerzo en reclutamiento, sobre todo cuando el índice llega al 20%, que representa en cifras cerca de tres millones de desempleados que vagan por calles, campos y ciudades y por simple necesidad de sobrevivir buscan o aceptan cualquier tipo de labor por irregular o delictiva que parezca. De tal manera, en la realidad del conflicto colombiano, la labor de reclutamiento de hombres y mujeres para la guerrilla se la sirve en bandeja el Estado con su desacertado manejo de la economía e incapacidad para generar desarrollo, progreso y empleo para la población. Máxime cuando la subversión armada cuenta con un sistema financiero ilegal pero efectivo, que le permiten pagar a sus hombres a veces mejores sueldos que el Estado, o cuando no puede hacerlo, cuenta con instrumentos coactivos rigurosos, entre los cuales está la pena de muerte para sancionar a quienes se resistan a enrolarse en sus filas. Además somete a los guerrilleros a un proceso de adoctrinamiento ideológico basado en el marxismo leninismo, que hoy ante su fracaso mundial ha cambiado con el señalamiento de los visos de ilegitimidad que presenta el Estado, sus debilidades y vulnerabilidades para estimular el espíritu combativo de quienes sirve en sus filas Sin embargo, son muchos los guerrilleros que con frecuencia desertan de las filas de la subversión armada cuando son .... .,__.....~
retenidos en ella más por la coacción moral de ser vinculados a delitos, por la incorporación de otros familiares como padres o hermanos, que por la satisfacción económica. Por eso cuando visualizan el menor mecanismo de subsistencia en la vida ciudadana e incluso cuando ven en las fuerzas militares que combaten un mecanismo de protección para sus vidas o de trabajo en ellas fácilmente desertan de sus cuadrillas. Razón de más para que se deba tener siempre un programa de protección, indulto o amnistía para desertores de los diferentes movimientos guerrilleros y de otros grupos armados ilegales con suficientes garantías de seguridad y compromiso de buena conducta. Las razones anteriores obligan al Estado colombiano a diseñar y a poner en ejecución una política macro-económica a corto y mediano plazo, orientada a la generación de empleo tanto en las ciudades como en el campo, complementada con políticas en los distintos sectores de la economía nacional que busquen satisfacer la oferta de trabajo calificado y no calificado, para que se puedan reducir los preocupantes índices de desempleo que ofrece el país en distintas regiones de su territorio y que promueven la incorporación de jóvenes a la subversión.
El informe Chenery elaborado durante la administración del presidente Betancourt establecía tres fundamentos para generar empleo en Colombia, que en apreciación de varios especialistas siguen guardando vigencia.
El informe Chenery elaborado durante la administración del presidente Betancourt establecía tres fundamentos para generar empleo en Colombia, que en apreciación de varios especialistas siguen guardando vigencia. El primero es una taza de cambio que limite la revaluación del peso y estimule la producción y las exportaciones, el segundo es el promover un crecimiento económico sostenido y el tercero, quizás el más importante y sensible en los momentos actuales, es el de promover la capacitación, especialización y educación laboral, como quiera que gran parte del desempleo se debe a que el mercado de trabajo exige cada vez más personas adiestradas, técnicas y especializadas que el país no puede cubrir con sus actuales estructuras formativas y educativas. Sobre todo es necesario dar alguna especialización a quienes desertan del proceso educativo normal, durante el bachillerato y los que quedan por fuera del cuello de botella que se forma al pasar a la universidad. Quizás el país necesite mucho más técnicos con alguna base cultural que profesionales universitarios. La política anterior debe estar sustentada en la voluntad institucional oficial y en los organismos gremiales, industriales, artesanales, financieros y administrativos privados. Porque mientras se mantengan los levados índices actuales de desempleo y se nieguen oportunidades de trabajo a la juventud, estos compatriotas que anualmente entran al mercado laboral en busca de un mejor destino, la guerrilla seguirá alimentando fácilmente sus efectivos y será cada vez más difícil someterla y alcanzar la paz a través del diálogo.
5.- Redefinir la función militar y policial Pese a que las misiones y funciones de la Fuerzas Militares y de la Policía Nacional están definidas formalmente, en el conflicto colombiano se han confundido. Las primeras son una institución bélica y coercitiva cuya finalidad primordial es la t'!""'lliiiiiiiiiiiííill" .... ~ defensa de la ·soberanía, la independencia la integridad del
territorio nacional y el orden constitucional. La Policía Nacional es un cuerpo de naturaleza civil con la misión de mantener las condiciones para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz.
De acuerdo con tal enunciado, la institución militar por su esencia coactiva siempre actúa armada y en conjunto, por la cual depende directamente del Presidente de la República y las demás autoridades cuando requieran su empleo tienen que formularlo por escrito, justamente para prevenir y evitar que los conflictos sociales sean reprimidos por la fuerza. Mientras que la Policía Nacional, como fuerza eminentemente preventiva frente a sus conciudadanos puede actuar con armas o sin ellas, individual o colectivamente y depende a través de sus comandantes locales y regionales de los respectivos alcaldes y gobernadores. Deslindadas así sus características formales, en términos concretos a las Fuerzas Militares les compete la defensa externa frente a la agresión de otros Estados que pretendan violar su soberanía, independencia o integridad territorial y la defensa interna cuando se trate de amenazas contra el orden constitucional. A la Policía Nacional en cambio le corresponde la seguridad de la ciudadanía y la consecuente preservación de la convivencia y de la paz. Sin embargo, en la práctica de nuestro desarrollo histórico hasta el presente no ha sido posible el deslinde funcional por varios factores. En primer lugar por la interpretación de la autoridad española sobre el orden público colonial que lo puso en cabeza de su ejército e impuso esta costumbre; luego porque superada la guerra de la independencia, en el siglo XIX, los militares fueron llevados de la mano por el ambiente político, caudillista y regionalista que generó varias guerras civiles. Esta condición politiquera del ejército fue corregida a comienzos del siglo XX con la reforma militar del general Reyes que lo nacionalizó y profesionalizó, reafirmándose luego su imparcialidad con la prohibición del ejercicio del sufragio a sus miembros. En cuanto a la Policía Nacional, apenas
si existió rudimentaria en los primeros años de vida republicana en medio de la anarquía y como instrumento político de represión de los diferentes gobiernos nacionales, departamentales y municipales. Su primer intento de profesionalización ocurrió a finales del siglo XIX cuando se trajo una Misión Francesa, pero apenas se concretó a mediados del XX durante el gobierno del general Rojas Pinilla con su nacionalización y militarización hasta quedar como cuarta fuerza militar, sustraída del mando directo de gobernadores y alcaldes y ubicada en el Ministerio de Defensa, ocupado por un general. Condiciones estas últimas que se han venido corrigiendo parcialmente desde el primer gobierno del Frente Nacional que la desligó del mando militar, sin perder sus características castrenses y de la Constitución del1991 que puso a los comandantes de policía regional y local al mando directo de los gobernadores y alcaldes, aún cuando institucionalmente sigue haciendo parte del Ministerio de Defensa. De esta forma, en el presente, seguramente mientras dure el conflicto que padecemos, pretender desligar del todo las funciones de las dos instituciones resulta difícil. Tanto porque la guerrilla ha criminalizado sus acciones y frecuentemente se vale de las organizaciones de delincuentes para atacar a la población civil indefensa y hasta amenaza la integridad territorial y soberanía del Estado, como porque el narcotráfico y otras formas de crimen como el secuestro, la coacción y el chantaje son fuentes primarias de sus recursos financieros, resultando complicado saber que institución debe actuar en una u otra determinada situación. Pero además, el desbordamiento de la violencia en gran parte del territorio nacional y el déficit de efectivos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional para mantener o recuperar el orden público, ha llevado a que muchas regiones y poblaciones del país carezcan en un momento dado de policía o de fuerza militar o de las dos al mismo tiempo. Razón de más para que allí los policías tengan que cumplir funciones militares y los soldados funciones policiales, pues de otra manera sería ampliar el vacío de autoridad y agravar la situación de inseguridad y violencia en tales regiones o poblaciones. Sin embargo y para prevenir y evitar que los conflictos sociales sean fuente de violencia como consecuencia de emplear la coacción antes que la prevención, en aquellas pocas zonas del país donde la situación de orden público sea de normalidad o en la medida en que se pueda rescatar la tranquilidad en regiones afectadas, es conveniente que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional recuperen cada una sus funciones constitucionales y características que les son propias. Pero este proceso ·de deslinde funcio-
nal debe ser gradual, metódico y estar acompañado de un intenso programa de acercamiento de las dos instituciones a la comunidad, principalmente de la Policía Nacional cuya labor así lo requiere. Pero sobre todo, los gobernadores y alcaldes deben tener en cuenta que por mandato constitucional son los responsables directos del mantenimiento o recuperación del orden público en sus respectivos departamentos y municipios. Que cuando éste se altere deben analizar en primer lugar el origen de la perturbación, si es de orden político, social o económico deben solucionarlo con los instrumentos administrativos y legales puestos a su disposición, jamás emplear la fuerza militar como forma de cubrir tales deficiencias. Incluso cuando se detecte que los hechos están destinados a alterar la paz, es necesario que pongan en juego todos los instrumentos de persuasión, conminen a los organizadores a responsabilizarse de los hechos y si no lo logran, emplear a la Policía Nacional de manera preventiva. Sólo cuando ésta haya sido desbordada y la violencia amenace de manera grave a la población o se trate de reprimir o combatir cuadrillas armadas y organizadas militarmente, se debe pedir el empleo de la fuerza militar. De manera paralela se debe estudiar la posibilidad de recuperar a la Policía su genuina naturaleza civil y preventiva no sólo mediante su acercamiento a la ciudadanía, sino desligándola del Ministerio de Defensa, especializándola y regional izándola para que pueda cumplir las diferentes tareas que conlleva esta función en otros ministerios y organizaciones que tienen responsabilidades de policía, como lo son el de gobierno, justicia, transporte, medio ambiente, etc.
6.- Recobrar la autenticidad del fuero militar Un Estado garantiza su existencia frente a amenazas de otros Estados u organizaciones armadas internas que pretendan cambiarlo por la fuerza, mediante una organización militar moderna, profesional, eficiente y subordinada al poder civil. Pero en medio del conflicto o de la guerra, la forma más expedita para alcanzar tales condiciones en la organización militar es la de mantener su moralidad, legitimidad, disciplina y unidad monolítica. La vida militar en campaña moldea la personalidad y actuación del soldado en constante sufrimiento, en disposición al sacrificio, en condiciones de mando y obediencia absoluta dentro de las atribuciones del superior y obligaciones del subalterno, requisito fundamental sin el cual es difícil preservar la vida de los hombres, de la organización y de la propia Patria. Así la disciplina se constituye en bien jurídico supremo. Pero como el conocimiento de estas condiciones de la guerra o del conflicto, propias de la vida castrense, son desconocidas e ignoradas en el medio ciudadano y consecuentemente en la administración normal de la justicia, en bien de ella, los militares que cometen delitos por causa y razón de la guerra o del servicio, deben ser juzgados por quienes conocen y han vivido tales condiciones como son los miembros de los Tribunales Castrenses, tal como lo consagran casi todos los regímenes legales y democráticos del mundo. Porque el fuero militar es una institución universal, no exclusiva de Colombia como lo creen algunos y es además una excepción al principio general de igualdad ante la ley, pues los tribunales ordinarios que administran justicia al común de los ciudadanos están impedidos constitucionalmente para juzgar a los militares por delitos cometidos por causa y razón del servicio. Caso en el cual dicha excepción al principio general de igualdad ante ley . se convierte en garantía para el Estado de derecho, porque salvaguarda los intereses de la institución encargada de garantizar su existencia.
Pero para que el fuero militar pueda aplicarse en Colombia, tal como lo establece la Constitución Nacional y el respectivo código penal militar, se deben cumplir dos condiciones: que el delito sea cometido por un militar en servicio activo y que dicho delito tenga causalidad en la guerra o en el servicio. Condiciones que dan a este fuero carácter institucional, no personal, pues a los militares retirados no los cobija, menos a los particulares, los cuales están sometidos a la jurisdicción ordinaria. Lo mismo sucede con los militares en servicio activo cuando cometen un delito que no tenga relación con la guerra o el servicio. Pero como efecto de nuestro largo conflicto, en Colombia el fuero militar se ha tergiversado desde cuando, conforme con la Constitución y la jurisprudencia antenores se aplicó a civiles y conforme con la nueva Carta hoy se ha extendido de manera indiscriminada a los miembros de Policía Nacional. En el primer caso por delitos políticos y en el segundo, sin analizar que por su naturaleza civil y preventiva, los actos del servicio de los miembros de esta institución están relacionados en su mayoría con los ciudadanos que poco tienen que ver con la situación de guerra, salvo cuando se trata de acciones de defensa y combate contra guerrillas u organizaciones armadas ilegales. La consideración precedente no significa que la Policía Nacional cuya lucha con la fuerza militar es complementaria con el mismo sentido heroico y patriotismo, deba quedar excluida de protección frente a las organizaciones criminales. Si se trata de acciones derivadas del combate contra grupos armados y equipados militarmente debe tener este fuero o en otros casos gozar de un fuero policial, para no desvirtuar el fuero militar. De la misma forma, cuando un militar en servicio activo comete un delito que no tenga causa en el servicio tampoco debe gozar de él. Fruto de algunas fallas en la Justicia Penal Militar, mucho menores que en la ordinaria, las estrategias de ruptura a que hemos hecho referencia lograron presentar el fuero militar en el medio jurisdiccional colombiano como una forma de encubrimiento y lo empeñaron en desconocerlo, sobre supuestos falaces: que quienes investigan y juzgan son partes en el proceso y consecuentemente carecen de equidad o que, por predominar en la organización militar el espíritu de cuerpo, la subordinación jerárquica, la obediencia estricta y la lealtad, la probidad e imparcialidad de la justicia no puede garantizarse. Con estos argumentos el fuero militar ha sido restringido hoy en lo penal y disciplinario, con grave perjuicio para la moral institucional, para la justicia de quienes con valor y sacrificio defienden el Estado frente a la subversión armada y desde luego para la eficacia en el combate. Sin tener en cuenta que cualquier hecho de armas puede ser tergiversado y presentado de manera contraria para hacer llevar a sus participantes ante tribunales civiles integrados por juristas que nada saben de las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que actuó o de las argucias de la guerrilla, cuando no son simpatizantes de ella.
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El Estado colombiano debe garantizar por tanto el fuero militar en su sentido auténtico. Tal vez, para satisfacción de la justicia ordinaria podría convenir que en materia penal la Corte Suprema de Justicia actuara en última instancia y en lo disciplinario la Procuraduría General de la Nación. Pero sin que en todas las demás instancias tenga que ver la jurisdicción ordinana o los entes subordinados de la Procuraduría General. De o contrano las operaciones militares seguirán siendo interferidas y las denuncias infundadas continuarán proliferando con e co objeto de neutralizar y desmoralizar a los militares.
Desde luego y como sucede en toda entidad humana, algunos militares delinquen, porque a pesar de los parámetros morales en que se fundamenta la institución es imposible que pueda sustraer a todos sus miembros del ambiente degradado que los rodea. Pero en estos casos la acción punitiva de la jurisdicción penal militar ha sido eficaz, oportuna y ejemplar. La Fuerza pública es el brazo armado de la justicia y como lo ha venido haciendo, debe colaborar con ella en todos sus requerimientos y la seguridad de sus magistrados. Pero el Estado debe reconocer que las circunstancias especiales del conflicto colombiano determinan a quienes lo defienden con las armas de la Nación de manera crítica y difícil. Sin que esto quiera decir que los delitos cometidos por los militares queden impunes al amparo del fuero militar, porque la justicia penal castrense es, como lo señalan las estadísticas, mucho más eficaz que la justicia penal ordinaria, donde los índices de impunidad, como lo dijimos son alarmantes.
7.- Aclarar la no deliberancia y la obediencia debida Los principios de «la no deliberancia» y de «la obediencia debida» que rigen en Colombia a la fuerza pública, están consagrados en la Constitución Nacional para encausar la actuación de sus miembros dentro de la más estricta disciplina interna e imparcialidad externa y protegerlos de las circunstancias especiales derivadas del servicio, que no tienen explicación en otra organización. Sin embargo una y otra han tenido una maliciosa o equivocada interpretación en el medio político y jurídico, fruto del desconocimiento o de la propaganda. En efecto, si buscamos el origen y desarrollo histórico comparado de estos principios democráticos universales, encontramos que el primero se refiere al cumplimiento estricto de las órdenes militares, como fundamento de la disciplina, bien jurídico indispensable para la existencia de toda organización castrense. Significa que al mil tar no le es dado racionalizar las órdenes, no puede deliberartas sino cumplirlas en las circunstancias de modo tiempo y lugar como las ha recibido. Pero desde el espíritu de nuestros legisladores radicales se ha interpretado la no deliberancia como una prohibición al militar a pensar en política. Cuando la institución armada es esencialmente política, ya que su razón de ser es la defensa del Estado y éste es el objeto mismo de la política. Otra cosa es, como lo señala la norma constitucional, que al militar en servicio activo le está ccprohibido ejercer la función del sufragio, e intervenir en actividades o debates de partidos o movimientos políticos». Prohibición explicable a la luz de nuestra historia política intolerante y fratricida y desde
~uego ~a~a mantener la disciplina militar, la 1mparc1alldad en los conflictos políticos de sus 7onciudadanos y el espíritu nacional que son mherentes a las instituciones Armadas. Pero el militar como ser humano piensa, no puede sustraerse a la dialéctica de los asuntos de su propia vida, menos frente a los intereses nacionales por los cuales lucha y debe rendir hasta su propia vida. La seguridad y la defensa nacional por ejemplo, que es una política de Estado sobre la cual se edifica la misión constitucional de las Fuerzas. ~ilitares y toda su estrategia, táctica y log1st1ca, debe ser objeto de las más profund~~ reflexiones y estudio por parte de los m1lltares, pues no de otra forma podrían defender a la Nación y garantizar su existencia.
Pero los políticos tradicionales, con cierto grado de incomprensión y de perversidad se han preocupado por imponer •<la no deliberancia» extrema a los militares prohibiéndol~s p~nsar en po~ítica para impedir que racionalicen y cuest1onen sus actuaciones poder continuar sirviéndose de ella en s~ propio beneficio y usufructuar impunemente el ~stado para acrecentar su pecunia, sometiendo a la angustia y pobreza a las grandes masas de población. Así interpretado este principio conviene revisarlo y aclarar que no se refiere a coartar la facultad de pensar de los seres humanos, máxime cuando están armados y jamás podrán comportarse irracionalmente llevados de la mano, justamente de quienes han sido en gran medida causantes de la crisis que aflige a la Nación. La pr~hibición a los militares de ejercer el sufrag1o, que hoy ha sido abolida en la mayoría de países civilizados y desarrollad?s.• P?r ser una especie de «Capitis d1mmut10•• en el ejercicio de los derechos ciudadanos, puede tener alguna justificación histórica en nuestro medio. Pero en la medida en que el conflicto se solucione y superemos la intolerancia valdría la pena revisar la norma. El principio «la obediencia debida» se ~efiere ~la excepción de responsabilidad por 1nfracc1on a una ley derivada de una orden superior, caso en el cual, dicha responsabilidad ?orresp?nde a quien emite la orden y no a qUien la eJecuta. Pero aún así, cuando un su~alterno crea que de dicha orden puede denvarse la comisión de un delito lo advertirá al superior y si este insiste r~querirá la orden por escrito, finalmente su conciencia le dirá si debe cumplirla. Pero «la obediencia debida», a pesar de estar reglamentada de manera expresa en los reglamentos militares, ha sido señalada como la obediencia ciega de los subalternos a las órdenes militares, sobre el presupuesto de la mala fe de quienes las emiten, sin tener en. ~uenta que ello·s han sido preparados espmtual y moralmente para ejercer el
mando sobre fundamentos responsables y éticos.
8.- Reestructuración militar Una vez planteados los fundamentos políticos de una reest~ucturación militar, veamos cuales serían los aspectos esenCiales en el seno de l~s Fuerzas Militares. Muchos son los problemas que las agob1an y afectan en las circunstancias nacionales esbozadas. Para efecto del presente estudio conviene desentrañar las carencias y falencias más trasc~ndentales mediante el análisis de cada una de las grandes áreas en que se estructura la actividad militar en busca de subsanar las primeras Y. corregir~~~ segundas: el recurso humano en su régime~ ~e 1nc?rpo~ac1o~ y entrenamiento, la organización y el dispositivo, 1~ mt~llgenc1a, la estrategia y la táctica, la movilidad y las comun1cac1ones, la logística y la administración. Si en el futuro inmediato la Nación colombiana logra reestructurar una. fuerza militar altamente eficiente y disuasiva, el Estado podra recuperar su fortaleza frente a la subversión armad:'l, t.anto para el proceso de paz en marcha como para la continUidad de una guerra más intensa.
A.-Observación estricta de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario. ~obre este tema ta~. trajinado en el ambiente nacional y part.lcularmente en el m1l1tar, lo que debo decir es lo que están hac1endo desde hace varios años las Fuerzas Militares: un gran esfuerzo por educar y extender el conocimiento y práctica de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario a todos su hombres. Los resultados obtenidos conforme con las estadí~ti~a.s de las mismas organizaciones protectoras de tales pnnc1p1os han llevado a que desciendan a niveles mínimos las violaciones por parte de los miembros de la Fuerza Pública.
B.- Incorporación y reclutamiento Los países de~arr?llados ?on_ afán imperialista, afirman que el avance de la c1enc1a y la tecmca han modificado el balance del po.der militar en el campo de combate. El desequilibrio estratégico ya no se da por factores cuantitativos sino cualitativos. Es decir, las grandes masas de ejércitos están siendo r~legadas en fa~or de ejércitos profesionales pequeños, capaCitados, modernizados y tecnificados, tal como lo demostró la guerra del Golfo Pérsico. Sin embargo, para la situación del conflicto colombiano tal apreciación no es tan válida. Colombia carece de avances téc~lcos y científicos, así como de recursos económicos necesanos para c~nformar una fuerza militar modernamente equipada Y profesional. Pero además, las peculiaridades de lucha de contra ~uerrillas impli?~n una masa humana capaz no sólo de c?_mbat~r a la subvers1on armada sino de aislarla de la poblaCion ctvll y de controlarla territorialmente. El primer aspecto a tener en cuenta en el recurso humano de las Fuerzas Militares es su moral, motor de lucha sin el cual cualquier reforma resulta inocua. Napoleón decía que en la guer_r~ "el éxito militar depende de los factores morales en proporclon d~ 3 a_! con relación a los materiales", por ello ante la penosa s1tuac1on de que el Estado no pueda motivar las razon.es de lucha, queda en manos del liderazgo militar el propiCI~rlas y llevar a lo~ hombres mediante el ejemplo, el entrenamiento y prestancia personal en el combate al máximo esfuerzo y sacrificio. '
E~ t:'lles condi?i.ones, corresponde al cuerpo de oficiales y subofiCiales adqUJnr una mayor capacidad de liderazgo. Con~-~~~~
nivel de degradación moral imperante en las barriadas de las grandes y medianas ciudades; circunstancia que obliga a los comandantes al enorme esfuerzo de instrurr, entrenar, moralizar y controlar.
e~t~ fin es ind!spensable diseñar el perfil del oficial y del subOfiCial en tunc1ón del futuro nacional y de cada uno de los escalones del mando y analizar el sistema de selección e incorpora~ión, los programas de formación profesional en las respectivas escuelas militares y de suboficiales y de capacitación en los centros o Institutos que tienen esta tarea. De la misma forma el sistema de ascensos, rotación en diferentes cargos, estímulos, ascensos, protección social etc.
Una vez finalizado tal proceso es necesario reformar los correspond_ientes estatutos de carrera de oficiales y suboficiales, con el frn de adaptarlos a las necesidades y realidades del país y de sus perspectivas. Tareas en la cual se debe buscar asesoría de técnicos y especialistas en manejo de los recursos humanos en el país o de ejércitos de otros países mas tecnificados y profesionales que el nuestro. La profesionalización de las Fuerzas Militares que se está completando en el nivel de soldados con la incorporación de más soldados voluntarios después de concluir su servicio regular es un avance extraordinario. Desde luego no se debe acabar de manera total con la incorporación de soldados regulares tanto porque la situación económica del país no lo permite, como porque no se puede perder el espíritu del mandato constitucional que así lo dispone. Pero el servicio m11itar obligatono no puede segurr descansando de manera exclustva sobre las masas populares de campesrnos labriegos y ciudadanos pobres como ha sido tradicronal en nuestra hrstorla. Del servicto mrlitar regular deben parttc par jóvenes de las clases medias y altas para enseñarlas a defender la patria y no discnminar este deber de los colombianos Estos soldados bien seleccionados, entrenados y mandados pueden combatir a la subversión de manera directa o al menos servir en organizaciones de apoyo de combate o de apoyo de seMcros para el combate. La continuidad de este sertrad e onal también es necesario para purificar un tanto la de a gunos núcleos de soldados afectados por cierto
Otra discrimrnacrón que hay que acabar de raíz es la de los soldados bachilleres, quienes , gracias a providencias judiciales claramente inconstitucionales y elitistas que nadie ha sabido demandar, no pueden ser empleados en combate. Esta circunstancia hace que este tipo de soldados en el momento militar presente no tenga la menor relevancia con relación a los regulares, menos a los profesionales. Sin embargo los bachilleres que quieran prestar su servicio voluntano como soldados regulares o profesionales, que los hay en gran número dada la situación nacional de desempleo, deben incorporarse como tales. Los soldados profesionales, a pesar que desde el nacimiento de ésta modalidad de servicio militar han sido permanentemente incrementados, su número es aún insuficiente para integrar las unidades de combate que la situación requiere. Por fortuna los mandos están adelantando tal programa hasta donde las circunstancias presupuestales lo permiten. Otro problema de personal que ha afectado la moral militar y las operaciones, es la sindicalización del personal civil al servicio del ministerio de defensa. Como los civiles no deben someterse a riesgo personal alguno, en las zonas de combate o de intensa violencia, servicios esenciales para las tropas en los cuales hay especialistas o técnicos de tal clase como los de sanidad, transporte etc. se han VIsto limitados. Es necesario prever su remplazo por técnrcos y especialistas m.litares.
C.- Organización y dispositi\'O La organización mrlitar colombiana tienen su origen en la reforma militar del general Rafael Reyes de 1907, con las modificaciones y adaptac1ones sucesivas a las escuelas prusiana y norteamericana en el eJército y la fuerza aérea e inglesa en la armada nacional que se han presentado en el siglo. Pero además, las Fuerzas Militares han pro-
curado adaptar su organización a la realidad del país, en particular a las circunstancias del combate irregular. En relación con el dispositivo, su origen se remonta también a la reforma militar de comienzos del siglo, con modificaciones e incremento a raíz del conflicto con el Perú, de la violencia política de los años cincuenta, de la situación fronteriza y de las actuales condiciones de la guerra contra la subversión armada. Sin embargo, son varias las críticas que desde distintos ángulos se han formulado a la institución en estos campos. En primer lugar, el Comando General de las Fuerzas Militares que es el máximo organismo de mando, por el hecho de ser peculiar de Colombia ya que en otros países sólo funciona el Estado Mayor Conjunto, es criticado por su presunto carácter superfluo, burocrático, absorbente y centralizador. Es necesario demostrar su necesidad como comando unificador de la dirección estratégico-militar u orientarlo hacia la jefatura del Estado Mayor Conjunto. Para algunos analistas, la organización militar actual mantiene lineamientos convencionales no tan convenientes para las peculiaridades de la guerra irregular que se libra en el país. Se afirma por ejemplo que la organización divisionaria, concebida para otorgar cierto grado de autonomía y autusuficiencia regional militar y darle más énfasis operacional a las brigadas liberándolas de aspectos administrativos, no cumplió tal cometido por egoísmos y prejuicios de mando existentes y en cambio si creó mayor burocracia. También hay que establecer si es verdad que existe proliferación de organismos de planeamiento extendidos en toda la organización, restando mandos a las unidades de combate y entrabando el mando y la administración. Porque como se sabe, la concepción y diseño de las operaciones irregulares obedecen a principios de sencillez, seguridad y sorpresa que no requiere de tantos escalones de planas mayores y estados mayores. A la razón anterior se suma la organización del sector descentralizado del ministerio de defensa, que mantiene en los algunos institutos a oficiales y suboficiales que bien podrían estar al mando de unidades de combate. En cuanto al dispositivo militar permanente, su dispersión ocasiona debilidad militar en todas partes y fortaleza en ninguna. Hay exceso de instalaciones cuartelarías y sub-utilización de las mismas; cerca de una quinta parte de los efectivos militares se ocupan en vigilancia de cuarteles, razón por la cual las unidades tácticas no pueden em-
plearse completas, se dificulta su reemplazo y descanso del combate y se limita su reentrenamiento Tal vez sea necesario concentrar dos o tres unidades tácticas en un mismo cuartel.
D.- Instrucción y entrenamiento Se considera que es éste otro de los aspectos que ha tenido gran incidencia en el resultado negativo de las operaciones. La instrucción cíclica sigue siendo convencional, restrictiva de la iniciativa individual, saturada de materias, algunas del primero y segundo ciclo, no indispensables para el tipo de lucha de contraguerrillas que se libra en el país. A su vez el entrenamiento no alcanza el necesario realismo, intensidad y ambiente geográfico como lo indican los cánones de la guerra irregular, en la cual el combatiente individual cobra mayor importancia que en la guerra regular. Si se quiere tener unidades más eficaces, el entrenamiento debe ser mucho más intenso y realista, como lo dicen los norteamericanos, ~la guerra debe ser un descanso» Por la razón anterior la instrucción y entrenamiento merecen una revisión estructural de los sistemas, planes y programas de tal manera que el soldado al entrar al cuartel no pierda su iniciativa, se forme y fortalezca física y espiritualmente como combatiente. Es posible que el antiguo método de centros de instrucción sea el más aconsejable para liberar a las unidades de combate de ésta actividad y facilitar un dispositivo mejor acondicionado al tipo de guerra que se libra. Ello también contribuiría al descanso y a un sistema de reemplazos o rotación de los cuadros en combate y en instrucción. La formación de oficiales en las Escuelas Militares, que frecuentemente ha sido objeto de estudio y revisión, no ha sido suficiente para obtener muy buenos comandantes en el campo de combate y conseguir condiciones óptimas de liderazgo militar. Ratificamos que se requiere estructurar el perfil ideal del oficial colombiano en los distintos escenarios futuros y con base en él conformar los programas de formación y capacitación profesional.
E.- Inteligencia Esta actividad, la más criticada, reformada y reforzada en los últimos años, por sus resultados obtenidos aún está lejos de responder a los requerimientos de la guerra que libramos. Pareciera que sobrevive una mentalidad anclada en conceptos teóricos convencionales que no responden a nuestra situación y prevalecieran intereses institucionales dislocados de la dirección central en cabeza del Presidente de la República. En primer lugar hay que revisar el Centro Nacional de Información CINAI, puesto de manera ilógica e inconsulta, quizás por intereses políticos, bajo la dirección del Ministerio de Gobierno, cuando en cualquier país democrático del mundo está a las órdenes directas del Presidente de la República. Quien maneja la información maneja el poder. El Departamento Administrativo de Segundad, que es el organismo fundamental de inteligencia del Estado, no ha podido cumplir esta misión por estar dedicado a prestar serv1cios de vigilancia y escolta de personas, misión que corresponde a otras instituciones. Todo el mundo lo dice pero nadie lo remedia. En la inteligencia aún persisten egoísmos institucionales cuando se trata de situaciones trascendentales que puedan generar prestigio. Se hace imperioso desligar de una vez por todas la actividad de inteligencia de las operaciones consecuentes.
Así, la inteligencia militar a pesar de los esfuerzos realizados es la que menos resultados brinda. Requiere su revisión a la luz de la realidad operacional en las distintas áreas. Si es del caso buscar asesoría de organismos de otros Estados que hayan demostrado su eficacia y puedan modernizar y tecnificar la inteligencia militar colombiana en sumo grado, es necesario hacerlo sin espera. La contra-inteligencia militar ha funcionado para prevenir y evitar infiltraciones, pero no para controlar la conducta de los uniformados, es necesario orientarla hacia éste propósito. Finalmente, es necesario barrer con los prejuicios existentes en el planeamiento y manejo de la documentación clasificada, que ha limitado o restringido la diseminación y conocimiento oportuno de la información. La inteligencia no es para guardarla en las bóvedas de seguridad sino para que la conozcan las personas u organizaciones interesadas.
E..,- Estrategia y táctica
ventaja.
Las Fuerzas Militares deben contar con medios de . , comunacac1on modernos, de gran alcance y cubrimiento, que garanticen el mando, enlace y apoyo efectivo a grandes distancias como lo impone el tipo de guerra que se libra en el país.
Ya advertimos como la causa para que las Fuerzas Militares no hayan podido diseñar una estrategia militar apropiada al conflicto, ha sido la carencia de una política de seguridad y defensa nacional que precise funciones institucionales y fije objetivos a corto mediano y largo plazo. Porque sin ésta política resulta difícil concebir una estrategia militar que la desarrolle y consecuentemente, una táctica que responda a la realidad y modalidades de la lucha de contra guerrillas en nuestro medio. Esto a pesar de que ha sido Colombia uno de los Estados más inseguros en el marco interno.
Contrasta con tal actitud del Estado, la de la subversión armada que ha sabido plantearle una guerra integral en todas las esferas de la actividad con el propósito indeclinable de derribarlo. Aún más, la estrategia militar subversiva ha sido consecuencia de la política, entendiendo que en el tipo de guerra planteado, lo trascendental es la conquista del hombre antes que el dominio geográfico. Este último sólo ha cobrado importancia por la dimensión de la masa subversiva últimamente alcanzada y por los diálogos de paz. Así se explican los golpes contundentes que ha recibido la fuerza publica y las consecuentes críticas en los círculos del pentágono norteamericano donde se habla de la incompetencia de los militares colombianos, criterio que se ha extendido al ámbito nacional con visos desconfianza. Si las Fuerzas Militares han perdido la iniciativa, la libertad de acción y la ofensiva en beneficio de la guerrilla, cuyas estrategias y tácticas irregulares si han tenido éxito, hay que recuperar el manejo de estos principios de la guerra. El aparato militar del Estado no puede dejarse imponer el combate en el sitio y momento seleccionado por el enemigo, 22 poroue este pr'ncipio de la estrategia es definitivo para obtener _,_,_ _l"'--e e o hay oue buscar la forma de quitarle a la guerrilla tamaña
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Las pretensiones guerrilleras de dominar la cordillera oriental, ciertas áreas estratégicas y fronterizas importantes, o aislar a las grandes ciudades, que vienen siendo alcanzadas metódica y efectivamente, hay que hacer todo lo posible por contrarrestarlas, e impedir la facilidad con que la subversión armada se concentra y dispersa para dar golpes contundentes y evitar su localización posterior. También hay que superar la incapacidad de manejo de los medios de comunicación social con apoyo gubernamental y del sector privado que las dirige, mantener personal especializado y entrenado en esta materia que tanto pesa en un conflicto como el que padecemos.
El Estado Mayor Conjunto debe dedicar mayor tiempo y esfuerzos al análisis de los objetivos y estrategias de la subversión armada, para buscar contrarrestarlos con una estrategia militar general, coherente con la realidad política, económica y social del país, que sirva de guía a cada una de las Fuerzas y unidades operativas y tácticas. Llevar a la realidad lo planeado, que muchas veces se queda bien empastado en los cajones de los escritorios. No sólo la falta de inteligencia militar en el campo de combate ha sido la causa de los últimos desastres operacionales. La conducción táctica al parecer ha tenido fallas que se explican por un planeamiento operacional inadecuado y mal ejecutado. La condición de masa y capacidad que ha logrado la guerrilla debe llevar al mando a la revisión de los dispositivos tácticos de pequeñas unidades estáticas y permanentes de vigilancia de puntos vitales o estratégicos; de unidades retiradas y geográficamente aisladas de posibilidad de apoyo inmediato; de movimientos terrestres motorizados en zonas selváticas o de cordillera expuestos a la sorpresa y la emboscadas; de poca y nula explotación del terreno como ventaja táctica; de no aprovechamiento del poder de fuego
de las armas de acompañamiento mediano y pesado; en fin, de dotaciones de armas, munición y equipo.
G. Movilidad y comunicaciones El fundamento de una fuerza militar moderna radica a más de un intenso entrenamiento profesional, en la movilidad y las comunicaciones: una y otra facilitan la maniobra, es decir la concentración de masa en el lugar y momento que se desee, así corno la articulación del mando de las distintas unidades que participan en las operaciones, condiciones fundamentales en el tipo de guerra que se libra en Colombia. Resulta inocuo modificar el dispositivo militar, tecnificar y modernizar la Inteligencia y estructurar una estrategia adecuada si las Fuerzas Militares no cuentan con la movilidad necesaria o carecen, como en la actualidad, de un sistema de comunicaciones eficaz, seguro e inmediato. En la guerra irregular el elemento vital de la movilidad es la fuerza helicoportada. Ella permite llevar a grandes distancias el poder militar requerido en un momento dado. Pero una fuerza de tal naturaleza debe contar con tres tipos de helicópteros: de reconocimiento, de combate y protección y de transporte. Los primeros son aeronaves muy rápidas y dotadas de elementos de detección infrarrojos que permiten ubicar las concentraciones humanas en cualquier tipo de terreno, quebrado o plano, descubierto o boscoso: los segundos están dotados de sistemas de armas aire tierra que les permite cubrir y proteger con su fuego tanto a las aeronaves de reconocimiento como de transporte. En Colombia, por carencia presupuesta! no se ha contado con equipos de combate de esta naturaleza y cualquier analista se sorprende de que las Fuerzas Militares hayan salido bien libradas al utilizar el helicóptero solamente como medio de transporte sin mayor protección contra el de fuego. Dada la topografía del país, las condiciones selváticas donde actúan las guerrillas y las enormes distancias que deben cubrir las Fuerzas Militares, el material de transporte terrestres que poseen es insuficiente e inadecuado. Se requiere la adquisición o adaptación de transporte con relativa blindaje y cierta capacidad de fuego que brinde alguna protección a los desplazamientos y marchas tácticas que frecuentemente se deben realizar las tropas para cumplir su misión. En cuanto a medios de comunicación, es inconcebible que mientras la guerrilla cuenta con todos los medios técnicos y modernos, generalmente teléfonos celulares o radios de gran alcance y cubrimiento, todavía se encuentren unidades ·militares enlazadas por sistemas de radio obsoletos, sometidos
alas condiciones del tiempo y del terreno. Razón por la cual en los momentos en que son sorprendidas, lo primero que pierden es el contacto con las unidades superiores o de apoyo. Las Fuerzas Militares deben contar con medios de comunicación modernos, de gran alcance y cubrimiento, que garanticen el mando, enlace y apoyo efectivo a grandes distancias como lo impone el tipo de guerra que se libra en el país.
H. Logfstica y administración Con fundamentos estadísticos y proyecciones presupuestales recientes, el Departamento Nacional de Planeación sostiene el argumento de que Colombia es una país atípico; a mayor inversión en seguridad hay un mayor grado de inseguridad. Por tanto el gasto militar no puede seguir en escalada pues estamos poniéndonos a la cabeza en América latina en este sentido y paralelamente estarnos perju<fiC&ndo el desarrollo económico y social del país, retroalimentando de tal manera la inseguridad. Tal argumento sólo es cierto parcialmente si tenemos en cuenta que el presupuesto de la Policía Nacional está inmerso en el de defensa, cosa que no sucede en los otros países latinoamericanos. Además, el enorme potencial financiero de la subversión armada, su escalada terrorista y la necesidad de proteger la infraestructura energética del país es en la práctica una inversión necesaria. Otra consideración que ha hecho carrera en el ámbito de Planeación del Ministerio de Hacienda, es la de una supuesta mala administración del sector centralizado y descentralizado del Ministerio de Defensa Nacional debida a la carencia de manejo empresarial de sus recursos por la falta de formación técnica de quienes los regentan. Argumento que según ellos es válido especialmente en el sector descentralizado, donde quienes dirigen los distintos institutos son generales o almirantes en uso de buen retiro, la mayoría de los cuales carecen de formación técnica universitaria aún cuando poseen alguna experiencia práctica. Las apreciaciones anteriores, nuestros críticos las acompañan con el supuesto de que los militares están perdiendo la guerra por estar dedicados a lo que no saben y no les corresponde y son magnificadas con el ejemplo histórico de la revolución de Mac-Námara en los Estados Unidos en la década de los al\os cincuenta, en la cual los militares del Pentágono fueron relevados por tecnócratas, gracias a cual el aparato de defensa norteamericano incrementó su capacidad administrativa y de gestión. Tales argumentos están orientados a reemplazar en los cargos directivos del sector defensa a los militares activos y retirados por civiles tecnócratas: consideración aceptable siempre y cuando dichos reemplazos se generaran por esta exclusiva razón, sin influencias políticas o intereses mezquinos. Pero conociendo las ambiciones, deshonestidad y mala fe de algunos políticos, porque también son políticos los que manejan la Hacienda Pública, no estaría lejos el día en que resultaran quebrados o intervenidos los institutos descentralizados del sector defensa, empezando por la Caja de Sueldos de Retiro de las Fuerzas Militares; tal como ya aconteció con la antigua caja de vivienda militar hoy promotora de vivienda y en cierta forma con el sistema de salud de las Fuerzas Militares al intentar privatizarlo y lanzarlo a la competencia, como si el Estado no tuviera la obligación de atender a los militares como sucede en las demás naciones. Conviene sin embargo conocer los argumentos que se plan-. . . . . . .
tean sobre algunos institutos descentralizados para preparar su defensa. En cuanto a la industria m!litar se afirma que es de las pocas que está enmarcada en el sector defensa, cuando en la generalidad de países desarrollados pertenece al sector privado, por las condiciones gerenc1ales y de mercado que demanda. De la caja de sueldos de retiro de las Fuerzas Militares se d1ce que no genera los rendimientos financieros que otras del mismo tipo en el país, por falta de capacidad empresarial, circunstancia que la ha llevado a tener invertidos sus activos en bienes Inmuebles, los más seguros, pero los que menos rentabilidad brindan. Que los militares como servidores públicos debemos quedar cobijados por el sistema social-pensiona! colombiano.
pectos estructurales de mayor trascendencia analizados, señalando las organizaciones que, dadas sus funciones deben responsabilizarse del estudio, análisis o acción respectiva. En primer lugar ha· cer un estudio a fondo de lo que debe ser el militar del presente y del próximo siglo para diseñar su perfil. Con base en él, revisar los programas de selección formación y capa· citación militar, así como el estatuto orgánico de la carrera de oficiales y suboficiales con miras a obtener comandantes • líderes o cuando menos incrementar la capacidad de los mandos en todos los niveles de la organización. Esta tarea puede desarrollarla la Universidad Militar, la Escuela Superior de Guerra y las Escuelas Militares de formación, institutos o centros de capacitación y un comité de ofi· ciales en uso de buen retiro.
Conviene sin embargo conocer los argumentos que se plantean sobre algunos institutos descentralizados para preparar su defensa.
En relación con la universidad militar se dice que es la única en el mundo que depende del ministerio de defensa y no del de educac1ón; que su razón de ser de apoyar al ministerio de defensa no se cumple porque se ha dedicado a desarrollar carreras universitarias tradicionales, ayudando a saturar el mercado nacional. Ha manera de chiste de mal gusto se dice que la universidad militar ha sido diseñada para ser regentada por generales que no han pisado una universidad. Del Hospital M1litar y del sistema de salud para las Fuerzas Militares, se mantiene la tendencia a meterlo dentro del mercado competitivo del país como si el Estado, como sucede en casi todos los países, no tuviera obligación de prestar este servicio a los militares. En otros institutos hay críticas tendientes a restringir según ellos "el régimen de privilegios de que gozan los militares", los cuales deben acogerse a los organismos de recreación oficiales, al régimen de vivienda imperante en el país, etc. En relación con el sector administrativo centralizado del ministerio de defensa, que está bajo el control directo del mando militar en sus distintos niveles, al parecer no hay mayores problemas, como no sean críticas sobre el manejo de los fondos internos cuyos dineros se dedican a actividades protocolares superfluas o a reformas de dependencias en perjuicio del apoyo de las operaciones. En los pasillos del ministerio de hacienda se ha fo~ado la idea, con cierto criterio peyorativo, que para oficinas cómodas y lujosas, las de los militares Las consideraciones precedentes nos llevan a pensar que en el gobierno nacional no hay un ambiente propicio para que las Fuerzas Militares logren mayor apoyo presupuesta!. Todo lo contrario son las primeras víctimas de los ajustes fiscales sin consideración con sus programas de inversión y desarrollo o con la situación de violencia imperante. Por la antenor razón, las Fuerzas Militares deben desarrollar toda su iniciativa para obtener recursos del ministerio de defensa. La revisión de la organización y del dispositivo militar por ejemplo podría dar margen a la venta de algunos de sus bienes inmuebles, a volver óptimos servicios de bienestar, alimentación, sanidad etc.
Recomendaciones militares Las recomendaciones militares sólo comprenden los as-
Teniendo en cuenta los problemas generados por la sindícalización del personal civil al servicio del ministerio de defensa, que limita su empleo en zonas de combate, es necesario reemplazarlo por militares en serví· cio activo previa capacitación o especialización y procurar acabar con la sindicalización. Función que puede desarrollarla directamente el departamento de personal del Comando General de las Fuerzas Militares. En beneficio del mando de unidades de combate, es necesario revisar los cuadros de combatientes que trabajan en los Estados Mayores entidades administrativas o institutos descentralizados del Ministerio de Defensa y prever su remplazo con militares incapacitados físicamente. previa capacitación técnica, o con personal militar retirado o civil especializado. Esta labor la debe cumplir el Estado Mayor Conjunto. Hacer un estudio a fondo de la necesidad de mantener el Comando General de las Fuerzas Militares o transformarlo en el Estado Mayor Conjunto que funciona en la mayoría de países; así mismo revisar la organización divisionaria para que adquiera autosuficiencia operativa y le de a las bngadas mayor carácter operacional liberándolas de ciertos lastres administrativos. También puede ser necesario evaluar el sistema intendencia! que no operó por egoísmos de mando. Este análisis lo debe realizar de manera directa el Estado Mayor Conjunto.
tren la delincuencia común. No es menos complejo y difícil el problema que constituyen los millares de individuos que tienen que desplazarse a las fronteras con los países vecinos y que en la actualidad despiertan inquietudes relativas a la contaminación y propagación del conflicto colombiano en esos territorios y sobre sus respectivos pobladores. 3. Complejidad del Conflicto.
Dentro de las perversas modalidades del conflicto colombiano, es sensato y pertinente reconocer que las capacidades de lucha, tanto de los movimientos rebeldes como de los demás grupos armados ilegales, incluyen no sólo las capacidades demostradas desde hace largo tiempo en diferentes acciones militares en las cuales, sus objetivos de alcance inmediato - políticos, económicos y militares- han sido alcanzados sin que el Estado haya podido evitarlo Para el propósito de la presente memoria, sólo como ejemplo, importa señalar los devastadores e inhumanos ataques a poblaciones inermes y ajenas al conflicto bélico; la voladura de oleoductos y de torres de energía eléctrica; el asesinato selectivo de colombianos por la única razón de tener ideas políticas diferentes a las de sus asesinos; las inexplicables y horripilantes masacres de humildes campesinos, y las imprevisibles acciones terroristas muy usadas en las contiendas de la actualidad y materializadas en actos dinamiteros de consecuencias desastrosas sobre objetivos insospechados. Es también oportuno señalar la atroz modalidad delictiva que hoy aflige a la sociedad colombiana, modalidad que se sufre en la formas de extorsión y secuestro, o la novedosa forma, practicada sorpresivamente y con gran frecuencia en diversos lugares de vías muy transitadas y que consiste en la instalación de retenes ilegales, destinados a la retención de los transeúntes con el fin de explotarlos económica o políticamente, o de ambas condenables maneras. Tampoco conviene subestimar el bloqueo de las vías de comunicación terrestres y el consecuente aislamiento de zonas importantes del país, como los que desde mediados de sep-
tiembre y comienzos de diciembre del año 2000, esto es, durante casi tres meses, sufrió el departamento del Putumayo como consecuencia del, PARO ARMADO dispuesto por las FARC, asf como las Interrupciones del tránsito producidas en otras regiones del país, antes, simultánea y con posterioridad al mencionado paro, mediante retenes armados establecidos por diferentes frentes guerrilleros, acciones que sin duda representan una capacidad militar de los movimientos armados que actúan fuera de la ley, cuya posibilidad de repetición no se puede desconocer. El aislamiento del departamento del Putumayo por el paro armado, es una señal que merece cuidadoso análisis, pues el hecho se produce en una sección fronteriza con una superficie de más de diez y ocho mil kilómetros cuadrados (18.000 kms.2), una población de trescientos cincuenta mil {350.000) habitantes y una red fluvial que por formar parte de la cuenca del Amazonas conecta una porción muy importante del territorio nacional con el de los país vecinos del sur y que, en una situación de gran desorden público y carencia de solidez del Estado colombiano, podría motivar en aquellos de sus habitantes, afligidos por necesidades sociales, económicas y de seguridad, la búsqueda de soluciones para tales problemas, acudiendo a líneas de acción aún más perjudiciales para la unidad nacional y por ende, probablemente peligrosas con respecto a la integridad territorial de la Nación El caso de Putumayo no es la ún1ca funesta hipótesis posible que surge como consecuencia de la prolongación y agravamiento del conflicto interno, cuyas probabilidades de recrudecimiento y extensión están ligadas al manejo que el gobierno nacional le sepa dar al proceso de reconciliación entre los colombianos y a la forma como se aplique el llamado «Plan Colombia" en la lucha contra el narcotráfico, puesto que este delito y el del comercio ilegal de armas, debido a sus gigantescos rendimientos económicos, no tienen barreras morales ni fronteras nacionales. El narcotráfico es un jugoso negocio de carácter mundial y por tanto es una utopía, un engaño y un error político, estratégico y táctico, pretender liquidarlo o siquiera reducirlo, combatiendo el cultivo de la hoja de coca en Colombia, Bolivia, Perú o Ecuador, o en cualesquier otro país donde tal cultivo constituya una forma de supervivencia para el aborigen o para el campesino que sólo sabe trabajar como agricultor. Combatir tal cultivo sin sustituirlo por otro que sea legal y suficientemente lucrativo para que pueda sobrevivir con su familia el mentado campesino, es promover la protesta violenta y lanzar al desesperado a la solución de tomar las armas en cualesquiera de los bandos apátridas e ilegales. Y es también una utopía y por tanto un cruento, inútil y costoso esfuerzo, pretender acabar con el el ilícito comercio de drogas sin eliminar o siquiera reducir los gigantescos rendimientos del negocio, los cuales se apoyan en consumo insaciable y en la consiguiente segura e incontrolable demanda.
Hasta el momento se desconoce cual es el centro de gravedad del llamado Plan Colombia en su intención de servir la estrategia para conseguir la paz nacional.
Dentro de los factores adversos que agravan el conflicto, es rmprescindible tener en cuenta el problema que para el Estado representa el movimiento ar-~-~~~~·
mado de las Autodefensas, cuyas inhumanas y criminales actuaciones no pueden justificarse como actos generados con el sano propós1to de defender los intereses y derechos que el Estado Colombiano no le puede proteger a sus asociados. Actuaciones cuyas características en cuanto a magmtud, frecuencia, crueldad y sevicia, desbordan la posibilidad de ser creíbles como actos ejecutados por seres racionales, mentalmente sanos. Acciones que no t1enen humana justificación como defensa de ninguna clase de objetivo. No es juicioso pues considerar de forma mañosa, la ex1stenc1a Ilegal de seme¡ante movimiento armado y de su inhumana conducta, como la consecuencia del también cnminal accionar de la guernlla subversiva, pues, la razón de fondo de la existencia de ambos se halla en la 1ncapac1dad del Estado para cumplir sus responsabilidades y deberes. 4.- El Plan Colombia. Hasta el momento se desconoce cual es el centro de gravedad del llamado Plan Colombia en su intención de servir la estrategia para conseguir la paz nacional. Se acepta, aún oficialmente, que existen motivaciones sociales y económicas que han generado el descontento de una gran masa de la población, descontento que debido a la indolencia por parte del Estado se ha convertido en subversión armada, cuyas características y capacidades en contra de la seguridad de los asociados constituyen problema que requiere la sensata solución de una negociación polftica. Se acepta que el Estado libra tres ccguerras o conflictos»: Contra las guerrillas subversivas, contra las Autodefensas y contra el Narcotráfico. Es indudable que la delincuencia común ha desbordado la capacidad operativa del instrumento judicial de la Nación y que las acciones de los delincuentes son cada día más frecuentes sobre el ciudadano inerme y desprotegido. También es de forzosa aceptación que el Estado necesita consolidarse y fortalecerse, y que semejante objetivo sólo podrá conseguirse previa reconciliación y firme unidad de todos los asociados. No cabe duda de que el fortalecimiento del Instrumento Militar es esencial para que la República se pueda consolidar como un Estado de Derecho, pero semejante objetivo nacional no debe depender del extranjero, pues al producirse esa circunstancia, tal Estado, estaría demostrando su incapacidad de ser una entidad política independiente, ya que estaría entregando su soberanía nacional a la potencia condueña de la fuerza pública. Ese Estado ya no podría ser calificado como soberano y en su calidad, quizás, de semisoberano, sólo podría aspirar a la «generosa» protección y al seguro dominio de su ocasional benefactor. En semejantes condiciones las relaciones bilaterales nunca podrían ser de cordial respeto, esto es, las propias de estados igualmente soberanos, sino, las de resignada y rencorosa sumisión del pueblo débil ante el poderoso. Tampoco cabe duda de que con el sólo fortalecimiento del instrumento militar, ningún Estado podrá conseguir una legítima y pac1fica gobemabilidad de sus asociados. Un punto difícil de evaluar es la sensibilidad de los colombianos con relación al concepto de Soberanía Nac1onal. En la época que viv1mos, comienzos del siglo XXI, tal concepto se ha desvanecido dentro de la esperanza de la llamada .. seguridad Cooperativa», y los estamentos sociales defensores del statu quo del establecimiento político colombiano, se acercan más a esta últ1ma clase de segundad. No obstante, es necesario aceptar que del tradicional concepto de soberanía nacional depende la unidad y fortaleza necesarias para que un pueblo esté siempre decidido a defender, sin limitación de sacrificios, la integridad, la independencia y la dignidad de su patria. 5. Las relaciones con los E.U. de Norteamérica.
Es forzoso aceptar que las relaciones de Colombia con los Estados Unidos de Norteamérica han sufrido, desde sus comienzos como estados libres, un pasado durante el cual, en algún grado, se ha visto afectada la limpidez de la imagen de la soberanía nacional de Colombia a través de la inevitable dependencia económica y de su reverente actitud como país débil con respecto al poderoso. Las relaciones de carácter bilateral -con excepción del caso de la intervención norteamericana en contra de Colombia con motivo de la separación de Panamá- han tenido la cordialidad propia de dos pueblos con una enorme diferencia de poder. Dos pueblos que supuestamente tienen que navegar en busca de su destino en la misma embarcación, pero donde el pequeño y débil, carece de la capacidad para elegir camarote y desde luego para decidir sobre el puerto de arribo. En el siglo XIX los intereses comunes de Colombia y los Estados Unidos de Norteamérica se motivaron en la necesidad de construir un canal interoceánico a través del Istmo de Panamá, pero tal comunidad de intereses terminó con la segregación del entonces departamento colombiano, la cual fue consumada con el apoyo armado de la mencionada potencia del norte. En la actualidad, los intereses comunes a Colombia y los Estados Unidos de Norteamerica, fuera de su tradicional y -para el país en desarrollo- vital intercambio comercial, siempre favorable al pa1s industnalízado y fuerte, están ligados por la lucha contra el narcotráfico, ilícito negocio que, no obstante const1tuir actividad ejercida mundialmente, se pretende acabar con la extinción en Colombia de los cultivos de la hoja de coca, sin tener en cuenta que d chos cultivos pueden ser realizados en muchos otros lugares geográficos del planeta tierra y que semejantes ilegales labores agrícolas, motivadas en causas de tipo social y eco-
futuro de esa Nación. Con respecto a la Seguridad Cooperativa y según el coronel norteamericano Glenn R. Weidner, último comandante de la recientemente clausurada ESCUELA DE LAS AMÉRICAS , tal escuela fue cerrada como consecuencia de que la llamada ce Guerra Fría"' terminó y por tanto, había que crear un nuevo instituto con la misión de orientar la Seguridad Cooperativa del Hemisferio y porque, en palabras del citado coronel, «Hoy día la idea de seguridad está cambiando, es mucho más ampiJa que simplemente confrontación armada entre sectores, tiene que ver con la idea del progreso Sociar.2
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J nómico, se han acrecentado en medio de un conflicto bélico Interno cuya duración supera los cuarenta años y cuyo escalamiento puede proporcionar consecuencias imprevisiblemente desastrosas para Colombia.
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Concebir el movimiento subversivo en Colombia como un problema narcoguerrillero, cuya solución consiste en acabar con el ilícito negocio de la droga, es condenar al país a una guerra sin término, puesto que tal negocio es mundial y los negociantes más beneficiados por el mismo se hallan en los países desarrollados, donde, sin duda, van a parar las descomunales ganancias producidas por el pernicioso e ilícito negocio, ganancias que se multiplican con las producidas por actividades conexas entre las que se destacan, el lavado de dólares y la venta de armas y precursores químicos. En la actualidad, la magnitud y complejidad de los problemas nacionales son descomunales. La conexión inextricable de factores adversos, estimulada por el común denominador de la pobreza y el engañoso aliciente del fácil enriquecimiento, se ha convertido en problema muy difícil de resolver por un Estado sin consolidar y por tanto sin el adecuado poder público para gobernar con la suficiente legitimidad de un estado de Derecho.
6. De la Seguridad cooperativa. La utilización del instrumento «Seguridad Cooperativa», así como del empleo de los mecanismos Internacionales para resolver conflictos internos nacionales, requieren ser considerados teniendo en cuenta su incidencia sobre la soberanía de aquel Estado que se ve obligado a esa clase de protección y sobre los consiguientes perjuicios para el
Aunque el coronel Weidner en la entrevista que concedió a la Revista Semana, Edición N2' 972, diciembre 18-25 de 2000, hace una ade· cuada apreciación del conflicto armado colombiano, es imposible vislumbrar de qué forma y en qué condiciones podría aplicarse el concep· to de la Seguridad Cooperativa del Hemisferio Occidental al conflicto subversivo en Colombia. No cabe duda de que cualquier Estado, que se considere soberano, tiene entre sus deberes ele· mentales el de asegurar la total autonomía de sus instituciones y obviamente, entre éstas, la que corresponde al manejo de su Fuerza Pública. Si la seguridad y defensa nacionales de una comunidad que aspire a organizarse como Estado, dependen de una potencia extranjera, tal comunidad carece de independencia y sus decisiones no pueden ser consideradas como soberanas. Sus decisiones no serán el producto de su auténtica voluntad, sino el reflejo de los intereses de su supuesto protector. Sus conflictos internos y los que pudiesen surgir con sus vecinos -conflictos por muchos considerados como improbables pero que de conformidad con la experiencia son posibles y además sorpresivos- quizá puedan llegar a ser resueltos mediante la utilización de mecanismos internacionales. Sin embargo, cualquier sentencia definitiva, impredecible en cuanto a la defensa de los propios intereses patrios, deja siempre el interrogante sobre cuáles pueden llegar a ser los objetivos e intereses del interventor que imponga la desición final, Ante interrogantes como los precedentes, es razonable que países como Colombia, sus vecinos y otros similares en poder y desarrollo, no deben renunciar a la defensa que ofrece el principio Internacional de la ceno intervención», principio cuya utilización debe constituirse en instrumento esencial para la defensa nacional. A las Fuerzas Militares de Colombia corresponde el deber de liderar la defensa de tan trascendente prin· cipio, pero semejante cometido sólo podrá ser realizado con éxito por una sociedad cuya unidad nacional esté basada en el propósito de tener una patria soberana, digna, respetable y próspera. Y esa clase de unidad nacional sólo podrá alcanzarse con la reconciliación de los colombianos mediante un nuevo pacto social y su sometimiento voluntario a la Ley básica que se apruebe como resultado de una patriótica negociación poli· tica. NOTAS 1. CAPLAN C. Osear. (Cap. del Ejército de Chile) Oicciona· rio Militar. Santiago de Chile: Instituto Geográfico Militar, 1944, Pags. 359-360 2. REVISTA SEMANA Edición N' 972, diciembre 18-25 de 2000
Mayor JAIME GÓMEZ APONTE
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rt omo su nombre lo indica éste escrito corresponde a lo que se deduce de lo mostrado como la realidad que vive el pueblo colombiano; no nace del deseo o simple intención para tomarlo con inclinación de éste o aquel lado: parte de la cruda realidad mostrada y demostrada a través de la noticia diaria con fundamento en estadísticas crecientes de una violencia generalizada que afecta la seguridad requerida para el desarrollo de la vida y compromete día por día a un número mayor de gentes ajenas al conflicto. Los medios informan lo que está sucediendo como última noticia, como flash informativo del panorama desolador. Igual lo hace el relámpago que momentáneamente con su resplandor, muestra a los aterrados habitantes los efectos de destrucción y muerte, para luego sumirlos en las penumbras de la incertidumbre de una tor, menta que continúa con mayor fuerza.
En anterior escrito, Revista ACORE No. 95 diciembre de 1997, me referí a la guerra en su sentido amplio considerado por la humanidad, como accionar de lucha para el logro de un fin idealizado o sentido como necesidad de subsistencia. Tomando como fundamento el sentido de su significado que se desprende de los principios que la rigen y de la exigencia que se le hace en cuanto a requisitos que debe cumplir, podemos concluir fácilmente que la confrontación armada que vive el pueblo colombiano no responde a estos para poderla llamar guerra. No aparece un fin idealizado o perseguido que lo justifique, como tampoco se asume con definición clara, a un enemigo
como objeto y blanco de lucha. Las reglas establecidas y requeridas por sentido humanitario para poder darle éste calificativo, no son tenidas en cuenta; todo lo contrario son violentadas y llevadas a extremos de barbarie y terrorismo con el uso de armas no convencionales y ataques a gentes indefensas en condiciones de impotencia por edad, inferioridad física y estado de necesidad. Un segundo artículo Revista ACORE No. 98 septiembre de 1998, hago referencia a la violencia de manera más concreta, para concluir que la estamos viviendo de manera generalizada; su origen tiene causas diferentes, actores igualmente distintos, amparada por la falta de autoridad y de justicia que reprima el delito y castigue al delincuente. Haciendo referencia al diálogo, analizamos como, no solamente es conveniente sino necesario, especialmente cuando se trata de mediar en un conflicto interno o familiar. Se puede dialogar en medio de la guerra o la violencia, casi como una condición impuesta por las circunstancias, pero ese dialogo requiere que esté condicionado al conocimiento de las razones o causas que motivan el enfrentamiento, para proponer y buscar soluciones. El temario de las conversaciones debe ser concreto, tener relación estrecha y única con el motivo de la confrontación. Los interlocutores deben oírse mutuamente para sacar conclusiones y llegar a acuerdos que requieren inmediato y total cumplimiento. Lo contrario convertirá al diálogo en una gritería que enardecerá los ánimos para acrecentar el conflicto. El diálogo requiere claridad y
manidad en su conjunto y lleva consigo como bagaje todo lo realizado como hechos reales y sentidos.
neamente, pero no exentos de verse involucrados directa o indirectamente, con el transcurrir del tiempo y su accionar generalizado y envolvente. La violencia generalizada y creciente que vive el pueblo colombiano, amenaza llegar a los extremos de la intolerancia, con el peligro de la confrontación total reservada al juicio final, en el que la humanidad dividida en dos bandos conocidos como el bien o el mal, colocados a la derecha o a la izquierda ya no para esperar resultados de un juicio a su comportamiento, sino enfrentados en una lucha que determine su destino. Todo, absolutamente todo en el acontecer de la vida de la humanidad, tiene un límite, un lindero que diferencia el día de la noche, que con el fugaz presente pone fin al pasado y da comienzo al futuro. El pasado tiene todo el tiempo vivido por el hombre individualmente o por la hu-
El presente es efímero marcado por el tic tac del reloj y dura en el tiempo tan solo lo que demora dar el paso siguiente, pero tiene la enorme responsabilidad de mejorar todo un pasado y definir el futuro.
El futuro es incierto en duración y acontecimientos. El presente es efímero marcado por el tic tac del reloj y dura en el tiempo tan solo lo que demora dar el paso siguiente, pero tiene la enorme responsabilidad de mejorar todo un pasado y definir el futuro. Esta violencia por las consecuencias y secuelas que deja, nos está llevando a un cambio de cultura de la sociedad colombiana, donde el ser humano se está quedando solo, como lo estuvo en la época de las cavernas, enfrentado a los peligros que ya no son solamente los que causa la naturaleza o los animales feroces, sino los que parten de la intención pervertida del hombre. La juventud con su cimentación de libertinaje, que nace de unos derechos naturales, con desconocimiento y práctica de las normas de comportamiento que los hace compatibles, atraída por el dinero fácil, ante las pocas posibilidades de conseguir un trabajo honesto y el uso de la violencia como único medio para su subsistencia está creando esa nueva cultura peligrosa como generadora de la muerte y destrucción. El peligro es latente, pero no debemos anticiparlo, con la indiferencia, falta de voluntad y mezquindad en cuanto a la responsabilidad y sacrificio que nos involucra y compete. Es el momento de hacer un alto en las hostilidades a todo lo que signifique muerte y destrucción producido por las armas, a los desórdenes que causa la imposición pretendida con ventajas, a la oposición tomada como medio para llegar al poder sin la definición clara de beneficio generalizado encaminado a la estabilid~d , consolidación y progreso que se requreren para acondicionar la paz que todos manifestamos querer. Las puertas de dialogo todavía están abi rtas para llegar al entendimiento: el destino del hombre no es simplemente vivir sino el de convivir para luego morir en paz.
Almirante ORLANDO LEl\1AITRE T.
La batalla de andia TECEDENTES A los 60 años del histórico acontecimiento. Finalmente, después de muchos meses de búsqueda, el 21 de mayo de 1941, uno de los aviones Spitfires, destacados para el efecto, a solicitud del Almirantazgo Británico, descubrió y fotografió dos barcos de guerra alemanes fondeados en un fiordo noruego, muy cerca al puerto de Bergen. Uno de estos barcos fue identificado por los ingleses, como el acorazado Bismarck, el más nuevo, bello y poderoso acorazado del mundo. El otro buque resultó ser el nuevo crucero pesado Prinz Eugen. Para esa fecha, Inglaterra sufría las consecuencias de la "Batalla del Atlántico". Durante el año de 1940, las pérdidas de la marina mercante aliada, fueron de 1.059 buques con 3.991.641 toneladas hundidas. De estas 2.186.156 toneladas debidas a las incursiones de submarinos, y con 1.805.485 por las unidades de superficie. Por otra parte ya Alemania se afianzaba en la costa francesa y se prolongaba hasta el norte con Holanda, Bélgica, Dinamarca y con toda la costa noruega. Con la entrada en escena de estas dos poderosas
unidades alemanas, el Almirantazgo Británico se aprestó a impedir su salida al Atlántico, y allá unirse a los cruceros Hipper, el Scharnhorsty Gneisenau. Para ello era necesario vigilar todas salidas al Mar del Norte, que los alemanes tendrían que cruzar. Era la consigna entonces "Interceptar y destruir al enemigo". Para el cumplimiento de esta misión entra en acción la Home Fleet al mando del Almirante Sir Jhon Tovey con las siguientes unidades: 2 acorazados: King George V y Prince of Wales 1 crucero de combate: Hood 2 cruceros pesados: Norfolk y Sulffolk 8 cruceros ligeros 12 cazatorpederos Además contaba con dos unidades pesadas puestas a sus ordenes en Scapa Flow: 1 porta-aviones: Victorious y 1 crucero pesado: Repulse El Almirante decidió dividir sus unidades pesadas en dos Fuerzas: una compuesta por el Hood y el Prince of Wales a ordenes del Vicealmirante L. E. Holland, la que se dirigí-
ría ese mismo día hacia el norte, a Islandia. La otra fuerza pesada consistiría de su buque insignia King George V y el Victorious, a
Buque
Bismarck
BALANCE DE FUERZAS
de las unidades participantes Prinz Eugen
Hood
Prlnce of Wales
Desplazamiento
50.900 Tm
19.042 Tm
48.360 Tm
43.700 Tm
Principal
8 x 380 mm
8x203mm
8 x 381m
10 x 356 mm
Secundario
12x150mm
16 x 133 mm
Cintura
230mm
80mm
305 mm
348-374 mm
Torres
130-360 mm
160mm
127-381 mm
150-324mm
Cubierta Superior
50-80 mm
25mm
38mm
Cubierta Acorazada
18-120 mm
30mm
75mm
Armamento
Blindaje
los que se uniría más tarde el Repulse y con esta Fuerza el Comandante en Jefe cubriría las salidas al sur de las Islas Feroe. La batalla de Islandia, también conocida como del estrecho de Dinamarca, fue un combate naval de poco mas de un cuarto de hora. Un duelo de titanes en que los buques de guerra más grandes de la tierra el Bismarck y el Hood se vieron obligados a medir sus fuerzas dando como resultado el hundimiento del segundo de ellos.
Cronología: El día 21 de mayo el 81smarck y el Prinz Eugen son detectados cerca al puerto noruego de Bergen; La flota Británica se apresta a impedir la salida al mar del Norte de los buques alemanes. El día 22, al atardecer se supo por reconocimiento aéreo, que los buques alemanes ya no estaban en Bergen. El día 23 a las 19:22 horas, cuando el crucero Suffolk, patrullando en el estrecho de Dinamarca, sumido en la bruma, navegaba por una franja fuera de la niebla, un v1gfa avistó a las dos unidades alemanas, que se hallaban a una distancia de siete millas, por lo que maniobró hasta situarse a unas 15 millas por popa, manteniendo contacto radar y sin ser avistados, enviando al mismo tiempo una sene de mensajes inalámbricos informando su situación.
124- 150 mm
LA BATALLA 24 de mayo Al amanecer de este día mejoró la visibilidad. A las 05:43 La Fuerza Alemana constituida por el acorazado Bismarck y el crucero Prinz Eugen, con rumbo 220° y velocidad 28 nudos avista por babor y a unas 19 millas la segunda unidad y se toca "zafarrancho de combate"; los hidrófonos de Prinz Eugen habían detectado el ruido de buques por babor. Inicialmente los buques enemigos fueron tomados como cruceros pesados, pero pasados pocos minutos y al irse reduciendo las distancias pudieron establecer que se trataba de buques acorazados. En esos momentos la Fuerza Británica, compuesta por el crucero de batalla Hood y el acorazado Prince of Wales se aproximaban rápidamente con rumbo 2802 y a 28 nudos. El Comandante británico era el Vicealmirante Holland, se encontraba con su insignia izada a bordo del Hood y trataba de acortar distancia antes de abrir fuego. El Almirante Alemán Lutgens a bordo del Bismarck, se vio forzado a aceptar el combate. Asf a las 05:49 el Almirante Holland ordenó concentrar el fuego sobre el buque que iba a la cabeza, el Prinz Eugen, creyendo que era el Bismarck. En ese momento los buques ingleses cayeron 20 grados a estribor a 3002 para acelerar la aproximación. A las 05:52 e instantes antes de abrir fuego, Holland identificó al Bismarck y ordenó cambiar de blanco, sobre el buque "mas a la derecha", pero el Hood inexplicablemente, continuó apuntando al Prinz Eugen, y a esa hora abrió fuego, seguido 30 segundos mas tarde por el Prince of Wales y ya con la distancia reducida a unas 12.5 millas. Ambos buques abrieron fuego, sólo con sus torres de proa, deb1do a su agudo ángulo de aproximación. La
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primera salva del Prince of Wales, cayó a la derecha, a popa del Bismarck; la 2ª, 311 y 4ª salvas cayeron largas. Las primeras salvas del Hood cayeron cortas respecto al Prinz Eugen Las salvas británicas caían ya peligrosamente cerca, sin embargo los cañones alemanes permanecían en silencio, pero por fin cuando Holland caía con sus buques 20 2 mas a babor. A las 05:55, lo que les permitió a los alemanes identificar, hasta ahora, al Crucero de Batalla y al Acorazado {clase King George V) y fue cuando el Bismarck y el Prinz Eugen respondieron, abriendo fuego sobre el Hood. La primera salva del Bismarck cayó corta. A las 05:56, la quinta salva del Prince of Wales volvió a :aer larga, pero con la sexta horquilló al Bismarck. El tiro 1nicial de los alemanes había sido excelente, y A las 05:57 el Prinz Eugen había alcanzado al Hood a la altura del palo mayor provocándole un grave incendio y uno o más proyectiles de 12" habían alcanzado municiones de artillería antiaérea situadas en la cubierta alta. No obstante el Bismarck también había sido alcanzado. A las 06:00, los ingleses volvieron a caer otros 20 2 a babor pudiendo por fin utilizar sus torres de popa. Pero A las 06:01, y a una distancia inferior ya a 9 millas, la quinta salva del Bismarck alcanzó al Hood, atravesó su coraza vertical, y penetro en uno de los pañales de municiones de las torres de popa, haciéndolo saltar por los aires. Los horrorizados espectadores contemplaron "una vasta erupción de llamas que se alzó entre los mástiles del Hood a una altura de muchos pies-quizá unos mil- en medio de la cual se vio ascender al cielo una gran bola incandescente". El fuego de la explosión duró apenas uno o dos segundos y cuando desapareció, "el lugar en donde se encontraba el
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Hood, estaba cubierto por una enorme columna de humo; a través de ella se distinguían la proa y la popa del buque levantándose muy altas, mientras la parte central de la nave se hundía". El Hood, el mítico Hood, orgullo de la Royal Navy y durante veinte años, el buque de guerra mas grande del mundo, se había hundido en apenas dos minutos. Ni siquiera hubo tiempo de ordenar el abandono del buque. El Vicealmirante Holland con todo su Estado Mayor, el comandante del Hood Capitán de Navío Ralph Kerr, todos perecieron y de una dotación de 1.421 hombres sólo se salvaron tres, que fueron recogidos por el destructor Electra y desembarcados mas tarde en Reykiavik. Una vez hundido el Hood, el Bismarck concentró su fuego sobre el Prince of Wales, que ahora se encontraba en clara desventaja. El acorazado británico había tenido que maniobrar para evitar colisionar con los restos del Hood, lo que lo acercó más a los alemanes. A las 06:02 el Bismarck alcanzó al Prince of Wales en el puente, matando atodos los presentes menos al Capitán de Navío, Comandante de la Unidad, y a otro hombre. La distancia había caído hasta los 14.000 metros, cuando a las 06:03, el Prince of Wales, lanzó una cortina de humo y se retiró del combate después de encajar tres impactos mas del Bismarck y otros tres del Prinz Eugen. El Prince of Wales disparó tres salvas más con la torre cuádruple de popa, pero con fuego local, ya que la cortina de
humo le impedía usar el d1rector de tiro; no logró algún impacto. A las 06:09, cuando la distancia alcanzó los 22.000 metros, los alemanes cesaron de disparar y terminó la batalla. A los británicos debió parecerles increíble, que los alemanes mantuvieran su rumbo en lugar de perseguir al averiado Prince of Wales.
RESULTADOS El Prince of Wales recibió cuatro lmpacts de 15" del Bismarck y tres de 8" del Prinz Eugen. Como ya sabemos un proyectil de 16" alcanzó el puente. Otro deshizo la dirección de tiro de la artillería secundaria, y otro la grúa del hidroavión. El último penetró bajo la linea de flotación sin hacer explosión. Dos proyectiles de 8" del Prinz Eugen penetraron por debajo de la línea de flotación a popa por donde penetraron unas 600 toneladas de agua. El otro alcanzó un cañón de 5.2". En total murieron 13 hombres y su velocidad máxima quedo reducida a 27 nudos. Del lado alemán el Prinz Eugen no fue alcanzado durante la batalla, sin embargo el Bismarck había recibido tres impactos, de 14". El primero lo alcanzó bajo la línea de flotación, por debajo del cinturón acorazado, atravesó el casco y explotó contra el mamparo anti-torpedos. El segundo impacto se produjo en el castillo de proa, por encima pero cerca de la línea de flotación. Un proyectil penetró por la banda de babor, atravesó el buque y salió por estribor, sin explotar, dejando un boquete de metro y medio de diámetro. El castillo embarcó 2.000 toneladas de agua y dos secciones quedaron inundadas. El tercer impacto no tuvo mayores consecuencias. Como resultado, la proa se sumergía ligeramente bajo el agua y su velocidad máxima quedó reducida a 28 nudos. Su poder de fuego quedó intacto.
HUNDAN EL BISMARK La destrucción del Hood estremeció a toda la marina: era el buque más grande de toda la flota y en lo que respecta a la combinación de potencia de fuego, velocidad y protección se consideraba hasta entonces, como la nave más poderosa del mundo. Y en su primera batalla, después de estar bajo el fuego enemigo tan solo unos minutos, se había desintegrado en una gigantesca explosión. Una vez el Prince of
Wales, abandonó la batalla, el Bismarck continuó su marcha hacia el suroeste a alta velocidad, dejando como único rastro una mancha de aceite en su estela. La fuerza del Almirante Tovey quedaba a más de trescientas millas de los buques Alemanes y al momento de recibir la información sobre el resultado del combate, decidió avanzar a la mayor velocidad que podía desarrollar su escuadra. Los cruceros Norfolk y Suffolk, que habían sido la fuerza de persecución toda la noche anterior, hasta entrar en escena el Hood y ahora reforzados con el Prince of Wales, continuaron la persecución a una distancia de 15 a 18 m1llas sm mucha dificultad, aun cuando los alemanes hacían continuamente movimientos evasivos, con el propósito de evadir a sus perseguidores. Esto y las condiciones atmosféricas- lluvia y niebla -lograron después de 31 y media horas que, por una parte, el Prinz Eugen se desprendiera del Bismark y que éste con sus maniobras y aumento de velocidad, lograra escapársele a los ingleses, no sin antes haber tenido varios contactos, con intercambio de fuego de artillería y haber sufrido un ataque aéreo procedentes del Victorious, con resultado de un impacto de torpedo de 16" sin mayores consecuencias. Desde el día anterior el Almirantazgo había ordenado a sus buques capitales, que estuvieran en el Atlántico, converger hacía la interceptación del Bismarck. Entre estas unidades mayores, muchas de ellas fueron retiradas de las escoltas de los muchos convoyes que navegaban en el Atlántico. Otras y la más importante era la Escuadra H, del Vicealmirante Sir James Somerville, que se componía del crucero de combate Renown (gemelo del Repulse), el porta-aviones Ark Royal, el crucero Sheffield y seis cazatorpederos, que se encontraban en Gibraltar; el crucero London que escoltaba un convoy de Gibraltar al Reino Unido; el crucero Edmburg, que se encontraba cerca a las Azores; el acorazado Ramilles, que se encontraba en mitad del Atlántico, acompañando un convoy; y el acorazado Rodney que escoltaba al barco Britanic. Y así, seis horas después de la destrucción del Hood, se sumaron a la cacería: dos acorazados; un crucero de combate; un porta-aviones; tres cruceros y nueve cazatorpederos. De tal manera, se dispuso de una concentración de buques de guerra que, por la
extensión del área comprometida y su misión, no tenía paralelo en la historia. Para determinar en donde se encontraban y en que dirección navegaban los buques alemanes, Sir John Tovey con su Estado Mayor, habían llegado a la conclusión de que existían tres principales posibilidades. 1) Que marcharan al encuentro de un buque-tanque, y lo más probable era que lo buscaran en el área del Estrecho de Davis o muy al sur, hacia las Azores o hacia las Canarias; 2) Que se dirigiera a un astillero en la costa atlántica francesa; 3) Que regresara a Alemania para ser reparado. Esta era la situación según Sir John, ¿Pero cómo la veían en las otras unidades?. En la mayoría y principalmente de acuerdo a sus posiciones, actuaron por lo menos inicialmente, y mientras aparecía el Bismark, sobre la base de las dos primeras posibilidades.
ba mas cerca y en mejor posición para interceptarlo. Se dispuso que el Ark Royal continuara con sus aviones a mantener contacto con el enemigo y esperar una posición apropiada, dentro de cuyo radio de acción aérea, quedara el Bismarck, para ser atacado. El crucero Sheffield fue destacado para establecer contacto de superficie. Sin embargo antes de lograrlo, ésta Unidad se encontró que era blanco de los Swordfish de la fuerza de ataque, que poco antes había sido enviada por el Ark Royal contra el Bismarck. Por deficiencias en las comunicaciones, ellos no sabían de la presencia del Crucero en el área y antes por el contrario, creían como se les había advertido, que cualquier barco que avistaran cerca de la posición dada, sería el enemigo. En el ataque aéreo equivocado, le fueron lanzados mas de diez torpedos, los que afortunadamente fueron felizmente esquivados por el buque.
Poco tiempo después, el Sheffield estableció contacto con el acorazado alemán, y así sirvió de puente y guía a la fuerza de ataque aéreo, informándoles "enemigo a unas 15 millas". Y un instante después, pudo observar a proa, el resplandor de las granadas y escuchar las explosiones del nutrido cañoneo.
Para el amanecer del día 26 y basados principalmente en las líneas radiogoniométricas de orientación, se tenía dispuesto cubrir la ruta que conduciría el Bismarck hacía el puerto francés de Brest, y se dispuso a efectuar reconocimiento aéreo, a pesar de la mar gruesa y del violento balanceo del Are Royal que había obligado, no solo a éste, sino a las demás unidades acompañantes, a reducir su velocidad; y con más de tres horas de retardo pudo despegar el primer "Swordfish". Dos horas más tarde se recibió el mensaje de unos de los aeroplanos informando haber descubierto un acorazado, indicando posición, rumbo y velocidad.
Ahora, habían localizado por fin al Bismarck; treinta y una horas y media después de iniciada su búsqueda, exactamente el mismo tiempo que había durado su seguimiento por el Norfolk y el Suffolk, antes de escapárseles. Sin embargo, no fue el Swordfish el que hizo el esperado descubrimiento. En realidad, minutos antes que éste, un Catalina (el Z del escuadrón 209) que había despegado de su base, en Islandia, desde las 3 a.m., avistó lo que le pareció un acorazado, por lo cual viró por su popa para acercársela y así a las 10:30 horas, confirmó y comunicó que se trataba del Bismarck. En ese momento la Fuerza H era la que se encontra-
Poco tiempo después, el Sheffield estableció contacto con el acorazado alemán, y así sirvió de puente y guía a la fuerza de ataque aéreo, informándoles "enemigo a unas 15 millas". Y un instante después, pudo observar a proa, el resplandor de las granadas y escuchar las explosiones del nutrido cañoneo. El ataque se había iniciado y se prolongó por mas de media hora.
No había terminado el ataque cuando desde el Sheffield advirtieron que el Bismarck alteraba el rumbo notoriamente, y en principio asumieron que como era natural, pudiera estar zigzagueando para evitar los torpedos, sin embargo momentos mas tarde éste abrió fuego y obligó al Sheffield a cambiar de rumbo y alejarse a toda velocidad. Sólo una hora mas tarde, después de regresar los aviones al Ark Royal, fue cuando se pudo establecer que el Bismarck había sido impactado por dos torpedos: uno, hacia la mitad de la nave, y el otro lo había alcanzado de la mitad hacia la popa del barco, impacto que causo daños en el sistema de gobierno del buque. Para estas horas, un escuadrón de cinco torpederos destacados al área, como observadores, uno de ellos in-
formaba que hab a Bismarck. Y ya a los últimos av o c1ones confirmara trazado dos c1rc cidad y que aparento~c-o do con la proa ha Ya entonces S acercarse al B sma tanda para ello e suministrarían los ca.:za~t::.1oe<12·os ba para ello y lo co sus acorazados K y pidió al Vicealm vara su Fuerza H a al sur, lo suficiente operación de los a Casi a media n bo el Bismarck, fac ros, proceder a e ec ataque de tres de e por el otro, aproxi"'':lirvinc:"" de proa del enem g sus torpedos al m s go, las condiciones y la efectividad de Bismarck por otra buques maniobrar e ataques se efectua dades que se le p·roc,,...,.-o.. ~·-·~..., quienes una y otra carse, quedaban rc..,,,.,.n Bismarck, quien po ria, dirigía el fuego Radar. Los caza-to·"""~1:'~ ataque nocturno tro de ellos sus cua sin lograr algún 1 '~'""""~· disparar ninguno P madrugada, ya las • difícil debido a los obligada reduce ón de
B smarck se encontraba ahora bajo el fuego concentrado de tres naves, y su ef1cac1a artillera decrecía notonamente. El King George y el Rodney continuaron navegando a una distancia de 12.000 yardas y descargando todo su poder de artillería sobre el Bismarck y antes de ve ver a invertir el rumbo, se arrojaron al enem1go 6 torpedos a 11.000 yardas por el Rodney y 4 a 16.000 por el Norfolk. Todavía a estas horas, y al quedar el Rodney en pos ción delantera y con todas sus baterías en acción, quedó nuevamente bajo el fuego enemigo, aún cuando este era débil. La distancia ahora de los buques ingleses estaba en 8.500 y 11.000 yardas y así una vez mas, volVieron a castigar con el fuego de sus baterías principales y secundarias. El Bismarck se acababa paulatinamente y los ingleses continuaban castigándolo, pero ni se hundía ni arriaba el Pabellón. A las 10:00 el Bismarck era una verdadera ruina: sin mást1l ni chimeneas; sus cañones inactivos, apuntaban en todas las direcciones; su interior era un infierno en llamas y había tripulantes quienes saltaban por la borda para morir ahogados. A esta hora y a 3.000 yardas, el Rodney le lanzó un torpedo que lo alcanzó por la mitad. Pl'ro aún ondeaba su Pabellón y aparentemente desafiante. Ante ésta situac1ón y la escasez de combustible, los Acorazados emprendieron el regreso a casa. No sin antes dar la orden de que cualquier buque que tuviera torpedos, lo torpedeara. El Dorsetshire, a las 10:20 se acerco a 3.500 yardas y le disparó dos torpedos por estribor, uno sólo de los cuales hizo explosión y luego por babor, a las 1Oy 36 le d1sparó otro mas, desde 2.500 yardas, que fue el '"tiro de gracia". "El poderoso leviatán con el pabellón todavía en alto, se inclinó silenciosamente a babor" "puso la quilla al a re y desapareció bajo las olas" Para encontrar y hundir al Bismarck, fue necesario emplear de principio a fin, el siguiente y notable número de buques de guerra:
Ocho Acorazados; Dos Portaaviones; Cuatro Cruceros, con cañones de 8 pulgadas; Siete Cruceros; Veintiún Caza-torpederos; Se1s Submarinos, mas un smnúmero de Aeroplanos, con base en tierra.
Bibliografía consultada: Cap1tan Russe/1 Grenfe/1 El ep1sodio del Bísmarckn (5 edictón, Sep. 1963) Textos varios, consultados en Internet
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ace cincuenta años, la entrega de la bandera del Batallón Colombia En el aniversario de la entrega de la Bandera del Batallón Colombia. Bogotá, mayo 11 de 2001
General ALVARO VALENCIA TOVAR
ómo pasa la vida! La expresión nostálgica nos asalta cada vez que miramos hacia atrás en busca de episodios memorables, de momentos intensos, de horas signadas por la felicidad o la tragedia. Cinco decenios, diez lustros, cincuenta años nos separan de la mañana luminosa de mayo de 1951, cuando en la plaza mayor de nuestra capital, en formación de parada, el Batallón Colombia recibió de manos del Jefe de Estado el tricolor que acompañaría su viacrucis sangriento por la corrugada península asiática donde libraba cruenta lucha por la libertad. Acto cargado de emoción para quienes deberíamos marchar al Asia enigmática para unir el esfuerzo colombiana al de catorce naciones del orbe que luchaban por salvar a Corea del Sur del yugo rojo que pretendieron imponerle. Sentimientos encontrados entremezclaban la avidez de aventura propia de la edad temprana, la incertidumbre ante un destino indescifrable, el dolor de alejarse de la patria amada, el dejar un entorno de amores, de rostros familiares, de cosas que nadie sabía si habría de contemplar otra vez. Sobre toda esa urdimbre de imágenes, la incorpórea pero apasionante de la libertad. Esa libertad por la cual lucharon nuestros próceres, afrontando vicisitudes y padecimientos o cayeron en los - :40. ,...,... cadalsos de la Reconquista con su nombre en los labios.
Por ella recorrieron el trópico bravío sobre las cumbres del Ande y transitaron por los ardores de valles y llanuras en proeza gigantesca y combatieron en campos de batalla que el tiempo ha cubierto de polvo pero la historia recogió en sus páginas mejores. Imposible no rememorar en esa hora cenital de nuestras vidas, las hazañas pretéritas de quienes todo lo entregaron para que su patria fuera libre y soberana, así como los lugares por donde transitaron en su duro peregrinaje que por nueve años osciló entre la gloria y la tragedia. Mientras el Batallón inmóvil rendía honores en la plaza que ha sido corazón de la patria en la ceremonia de entrega de los colores nacionales, volaba la imaginación hacia ese pasado de grandeza, sacrificios y generosidad que dio vida a la República. Era como enlazar dos edades distintas y conformar con ellas un solo cuadro inmenso de lanzas y aceros heridos por el sol. Ya el 1 de noviembre de 1950, del viejo muelle de La Machina en Cartagena de Indias, había zarpado la Fragata Almirante Padilla con destino final los mares del Asia, donde se uniría a la Séptima Flota, integrada por buques de larga y gloriosa tradición marinera para combatir por la misma causa. En esa vetusta plataforma asomada al mar de los piratas y los velámenes que sitiaron la ciudad heroica, ante la muda presencia de los siglos convertidos en pie-
dra de murallas cargadas de histori~. rememoramos el año pasado la partida de la nave insignia de nuestra Armada. Sobre el muelle, viejos veteranos se d1eron cita para el reencuentro con un pasado que se convirtió en leyenda. Sus camaradas de tierra estuvimos allí en fraterna demostración de que los hombres de armas formamos un solo haz de voluntades, unidos por los mismos sueños e iguales esperanzas. El Presidente tomó en sus manos la bandera de guerra. La bordaron como la de Antomo Nariño llevara en 1814 a la Campaña del Sur as damas bogotanas como muestra de ternura y afecto por los soldados que emprendían el VJa e hacia lo desconoc do Unas breves y emotiVas palabras acompañaron la entrega al abanderado del Batallón, genera Gabriel Puyana Garc a "Teniente, a su honor de soldado confío la bandera de la patria". Al abandonar la p aza para desfilar por la Ca e Real que presenc ara e andar victorioso de os vencedores en Boyacá ciento veinte años atrás el cortejo pasó frente a la vieja casa colonial donde unos golpes Iniciaron a historia de la nac ón colombiana. Prolongar esa historia, agregar a os aureles de las viejas batallas u a sus nombres engastados en la memona perdurable de las edades otros con títulos extraños,
Se han disminuido nuestras filas desde que regresamos de Corea. Son muchos centenares de hombres los que ya no responden a la lista. El toque de silencio cerró sus vidas y el himno del compañero acompasó su marcha para reunirse con los camaradas de la gran aventura. Pero mientras quede uno solo de nosotros, habrá un cálido recuerdo para los que se fuer~n, un latido del corazón por la libertad que defendimos y un reflejo de oro en la memoria donde atesoramos las imágenes de la gran aventura.
sería deber y tarea de los días venideros. Ya no serían Calibío, Cachirí, Casanare, Vargas, Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junín, Ayacucho. Añadiríamos otros, aun ignorados. ¿Lo haríamos bien? La guerra olvidada pretende desconocerlos. Pero quienes sobrevivimos a la cruzada cubierta de silencio, los grabamos para siempre en la memoria. Sang-yan-ni, Kumsong, el Valle de lmje, Kum-wha. Otros, sin nombre, lo recibieron en bautismo colombiano: El Chamizo, Don Polo, el Viejo Calvo. O en números inertes como las pupilas que en sus cumbres se cerraron para siempre: Cerro 400, Cerro 180, Cota 569. Confundidos con sus denominaciones los rostros de nuestros hombres impresos para siempre en las pupilas, con nitidez que los años no podrán borrar. Héroes de una epopeya que prolonga en el tiempo la que escribieron con mejores títulos pero con idéntico valor los fundadores de la Patria. No se escuchaban a lo largo del desfile las voces clamorosas que acompañan las marchas del Ejército en las conmemoraciones del 20 de Julio y el 7 de Agosto, fechas estelares de nuestra historia. Había silencio. Recogido y asombrado silencio en unos cuantos rostros empañados en lágrimas. Allá, henchido de orgullo el pecho bajo el uniforme de soldado, marchaba el hijo. O más allá, un hermano, un amigo, un familiar. O, simplemente, un soldado colombiano, con la modesta grandeza de ese vocablo heroico. Con ellos se iba algo de la propia vida. Y para quien marchaba con paso marcial, quedaba atrás un amor, un afecto entrañable, algo, también, de la propia existencia. En la Plaza de Santander había más gente. Alguien aplaudió. Los aplausos se contagiaron, sonoros, con calidez de adiós. En
una pausa, se alcanzó a oír una vocecita infantil. ¡Adiós, papitol. Resumía cuanto en esa hora transitaba por el alma de un pueblo que sigue viendo en su Ejército el bronce bruñido de la gloria y el símbolo encamado de lo que hizo grande a Colombia. En esa ceremonia inolvidable hemos querido fijar quienes partimos de Buenaventura a bordo del Aiken Victory para emprender el fabuloso periplo del Batallón bautizado con el nombre de la Patria, el comienzo del itinerario que nos llevaría a Corea y a su desmesurado escenario de cumbres y abismos, para tallar la historia que el mundo ha olvidado, pero Corea recuerda con gratitud y emoción. Presenciando ahora lo que es esa república moderna, pujante, donde las cicatrices de la guerra desaparecieron bajo una renacida epidermis de autopistas, ferrocarriles, industrias, agricultura que alimenta a su propio pueblo y en gesto de noble fraternidad a la Corea del Norte que no puede hacerlo bajo el yugo de un comunismo anacrónico, sentimos que no fue en vano nuestro modesto aporte a su libertad. Esa nación, de reducido espacio geográfico, supo sacar de la da atlcha bajo la invasión de 1950, su admirable grandeza contemporánea. Haber luchado por ela. por su soberanía y su independencia, senlalaqn un privilegio para quienes hoy la considaramos retazo de nuestra propia patria, porque aobre sus cumbres calcinadas por el fuego y la metralla, cayeron muchos de los nuestros para dar origen a una imperecedera fraternidad. Excelentísimosaftararll 1 1oi WonJongChan. La presencia de su palrta. la República de Corea, en este lugar, está viva no salamellle en usted como representante diplomélico ana ooes1r0 gobierno, en los miembros de su c:li*lgLida Embajada y en el bello monumento de~ de sus montañas donde reposan las cerizas de quenas por ella y por su
libertad entregaron la existencia, sino en la memoria y en el corazón de cada uno de nosotros. Admiramos profundamente a su país porque fuimos testigos del coraje, el valor sin límites y el espíritu de sacrificio con los que defendió su suelo, su nación y su libertad. y porque LllOS soldados colombianos escribieron sobre la nieve del invierno subártico que cubrió las cumbres enhiestas desfoliadas por el fuego, una hennosa historia de entrega, bizarría y fraternidad que enlazó para siempre a nuestras dos naciones. Se han disminuido nuestras filas desde que regresamos de Corea. Son muchos centenares de hombres los que ya no responden a la lista. El toque de silencio cerró sus vidas y el himno del compañero acompasó su marcha para reunirse con los camaradas de la gran aventura. Pero mientras quede uno solo de nosotros, habrá un cálido recuerdo para los que se fueron, un latido del corazón por la libertad que defendimos y un reflejo de oro en la memoria donde atesoramos las imágenes de la gran aventura. Señor Embajador: ruego a usted, en nombre de los jóvenes que hace medio siglo tuvimos el privilegio de combatir por su patria y que hoy, con el peso de los años sobre los hombros que ento.nces cargaron la mochila y el fusil seguimos considerando la lucha que libramos corno el más bizarro y digno momento de nuestras vidas, expresar al señor Ministro Kim Oong Sin, nuestra profunda gratitud por el otorgamiento de la Medalla de Honor que el Ministerio de Defensa a su cargo ha enviado por su conducto para honrar nuestra bandera. Cierro esta evocación de un ayer que sigue iluminando nuestros recuerdos, con un trozo del bello poema de Housman que de alguna manera interpreta los sentimientos que hace cincuenta años albergaron nuestros espíritus:
País en la lupa de un general El general (r) Gabriel Puyana Garcra decidió hacer un recuento de la historia contemporánea del país según sus vivencias. Ahora descifra las claves de su obra.
sus 75 años, pero fortalecido en la contundencia de su archivo y el poder de su memoria, el general Gabriel Puyana García aceptó el consejo que su amigo Gonzalo Canal Ramírez le dio desde Quito en mayo de 1975. Y 26 años después desenvainó sus sables, afiló sus recuerdos, desentrañó secretos y escribió su testimonio de soldado. Desde su primer tambor de hojalata con el que marcó los ritmos de su infancia en su natal Bucaramanga, o su primera cabalgadura en una yegüita negra retinta de nombre Chispa, sus Vivencias de un ideal atraviesan la historia contemporánea de Colombia, descubren conjuras y devalan el estilo de un hombre que soñó ser torero y terminó de general. "No voy a ver muchos cambios que se avecinan en el país si se quiere de verdad superar la actual crisis. Pero heredé de mis padres sensibilidad, coraje y honor a la verdad. Eso dejo en mi libro•, observó el general Puyana García, acomodado en un estudio privado donde resaltan un busto de bronce de Simón Bolívar y sus trofeos como múltiple campeón de torneos ecuestres. Con repaso de fotos y documentos y degustando un chocolate santafereño, el general Gabriel Puyana descifró con El Espectador las claves de su libro. Vocación militar sin ambición política, repudio ·a la lascivia del dinero fácil y laboriosidad y disciplina para cerrarle el paso a quienes abusan o suelen aprovecharse de las arcas del Estado.
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Caudal y cronología de hechos inéditos. Como la proclama que los tenientes del Ejército, encabezados por José Joaquín Matallana, suscribieron en 1949 para invocar un alzamiento y oponerse a la decisión del presidente Mariano Ospina Pérez
..No voy a ver muchos cambios que se avecinan en el país si se quiere de verdad superar la actual crisis.
de cerrar el Congreso. "Éramos muchachos y queríamos hacer algo para evitar que se multiplicara la violencia". "Si fracasamos abrimos los arsenales y le entregamos los fusiles al pueblo", alcanzó a sugerir uno de los noveles tenientes. Pero fueron disgregados y Gabriel Puyana Garcfa terminó en los Llanos Orientales, donde enfrentó los rostros de la muerte de la denominada violencia de la década de 1950. Y por azares del destino conoció a la sugestiva y esbelta Teresa Aguirre. Y agrega en su obra el general Puyana García: "Más por capricho que por necesidad, esta mujer ejercía la más antigua de las profesiones. Tenía un cuerpo hermoso, se movía con ademanes felinos y arrogancia. Su fama de buena hembra había tras-
ción de Eduardo Franco o Guadalupe Salcedo, la insurgencia era gente salida de las cárceles después del 9 de abril. Con figuras como Rafael Uribe Uribe o Benjamín Herrera, habría sido distinto. Pero se trató de una guerrilla que fue orientada por los 'Cheitos' Velásquez•. Pero el Llano quedó atrás porque se cruzó la saga de la guerra de Corea. Entre junio de 1951 y octubre de 1952, Gabriel Puyana, como combatiente a las orillas del río Pukhang u oficial de enlace en Tokio, experimentó uno de los capítulos de la denominada Guerra Fría. Cuando retornó a Colombia, lo aguardaba otro ciclo protagónico: el tiempo del general Gustavo Rojas Pinilla. Época polarizada y critica con su propio balance: "El general Rojas tuvo momentos estelares. El13 de junio de 1953 que cetuvo el desangre del país o el 10 de mayo de 1957 porque con una simple seña suya se hubiera causado una tragedia nacional. Pero hoy sigo pensando que el general Rojas obró más como un militante político conservador que como un soldado de la República". Después vino el Frente Nacional. "En mi época lo apoyé con criterio algo infantil. Pero no imagine que ese contubernio llegaría a producir el derrumbe de los partidos políticos y todo se iba a convertir en una distribución de prebendas", sostiene hoy Puyana, aunque desde sus días de Mayor ayudara a preservarlo, enfrentando por igual a chusmaros, guerrilleros o pájaros. Como en el cañón de Aures (Valle), donde mandaban las cuadrillas de doña Guillermina, hasta que en 1962 fue detenida . por el asesinato de un te-
niente. "¿Ignora que soy diputada del pueblo? Verá lo que le pasa por sus abusos", le increpó doña Guillermina tras ser detenida. Y Puyana le respondió: "Su condición de mujer, más no de señora, me obliga a respetarla. En cuanto a lo de diputada, creo que a usted le sobró el di y el da".
Y agrega con evidente sarcasmo: .. Hoy dicen que el expresidente Alfonso López habla y pone a pensar al país. Lo mismo hicieron los ambiciosos fouché o Talleyrand en Francia. Oaños atrás lo había dejado escrito el famoso Maquiavelo. Porque el doctor Alfonso López tiene una mentalidad tremenda basada en la perversidad que puede hacer pensar a cualquiera en Colombia ...
Inventario de anécdotas para un oficial del Ejército que convirtió cada orden superior en un acto de lealtad, aunque su corazón tuviera que dividirse en partes iguales. Como le ocurrió en 1964 en el Gobierno Valencia, cuando sobrevino la crisis de Estado con el general Alberto Ruiz Novoa. Nunca lesionó su admiración ni su amistad con el saliente Ministro de Guerra, o con su sucesor, el general Gabriel Rebeiz Pizarro. No obstante, de aquel episodio histórico también quedaron lecciones: "Cuando los generales se dividen, aprovechan los políticos. Y no hay cosa peor para una democracia que un General se vuelva demasiado importante. El Ejército debe respaldar a quien el pueblo elige, aunque se equivoque a menudo. Porque, creo que fue Churchill quien lo dijo: 'Al menos la democracia le da opción al pueblo de elegir a sus opresores"'. Y añade convencido: "Lo que pasa es que hoy imperan dos errores en Colombia: una clase dirigente codiciosa y egoísta y una tremenda falta de autoridad. Hay que volver a exaltar la pulcritud de nuestros abuelos. Y hacerles sentir todo el peso de la ley, más que a los raponeros de las esquinas, a los inmorales a quienes el país les dio la opción de tener poder y educación, y siguen abusando de los dineros públicos". Y como estaba previsto en su destino: a los 46 años de edad, Gabriel Puyana García alcanzó rango de general. Era 1972, caía el telón del Frente Nacional, y en el escenario político se gestaba una decisión que hoy le impone comentario: "Nos merecemos la suerte que tenemos, porque si el país fue capaz de renunciar al liderazgo de Carlos Lleras Restrepo por Alfonso López y Turbay Ayala, no nos podemos preguntar por qué estamos mal". Y tres años después de su ascenso a general, fue precisamente el presidente López quien lo llamó a calificar servicios. En sus Vivencias de un ideal, así lo evalúa: "Cuando el presidente López, muy a pesar suyo, empezó a tener que aceptar que los cuatro millones de sus electores se convertían en ~ el mismo número de arrepentidos, la .-..,_4.._5-r-
El general Gabriel Puyana García (a la Izquierda), en sus tiempos de oficial, alfado del general Á/varo Valencia Tovar
figura del general Valencia Tovar le resultaba no sólo incómoda sino también riesgosa·. Y salieron del Ejérc1to los generales Valencia y Puyana. ¿Preparaban un golpe? ¿Amenazaban la democracia? El general Puyana se toma la cabeza, ajusta su chaleco y responde: •Ante su desgaste como gobernante optó por eludir a los líderes del Ejército. El punto de partida fue la orden a la tropa de suspender operaciones contra el Eln, que estaba vencido. En cambio permitió que se reorganizara en el sur de Bolívar". Y agrega con evidente sarcasmo: "Hoy dicen que el ex presidente Alfonso López habla y pone a pensar al país. Lo mismo hicieron los ambiciosos Fouché o Talleyrand en Franela. O años atrás lo había dejado escrito el famoso Maquiavelo. Porque el doctor Alfonso López tiene una mentalidad tremenda basada en la perversidad que puede hacer pensar a cualquiera en Colombia". ¿Represalia o simple aversión? Lo cierto es que desde su cuartel de invierno, el general Puyana rompió el silencio y legó una ve~sión de la historia donde no quedan títeres con cabeza. Estas son sus reflexiones finales: "Cuando Turbay dijo que había que reducir la corrupción a sus justas proporciones nos reímos pero tenía razón. Fue el más claro exponente del político nuestro y usó su pragmatismo para gobernar. De Belisario Betancur pienso que nunca entendió que una paz a cualquier costo es una guerra perdida de antemano. Sobre Virgilio Barco creo que fue uno de los últimos presidentes que vale la pena recordar. En cuanto a César GaVIria, aún tengo dudas sobre cómo lo va a juzgar la historia. En cambio de Ernesto Samper, lo tengo claro: le hizo perder a Colombia el
sentido de la decencia y la dignidad. Pero aclaro. No sé quién me fastidia más, si Samper o su ministro Botero. De esos dos personajes no se sabe cuál es peor. Sobre Andrés Pastrana, lo digo en el hbro: la falta de gobernabilidad y su débil liderazgo, como la de la mayoría de sus altos colaboradores, se sienten a fondo. Se experimenta la sensación de movernos sin rumbo. Sin objetivos, porque se han desdibujado en las ansiedades de una Nación amedrentada. ¿En cuanto al futuro? Aunque conservo la fe, no sé cuántas generaciones pasarán hasta que la educación, el trabajo honesto y la franqueza vuelvan a conducimos. Por lo pronto, a doña Elvira Cuervo, a quien respeto mucho, quiero recordarle que en el Museo del DAS o de la Policía hay un pabellón que guarda aditamentos de criminales. Allí debería reposar la toalla de Marulanda Vélez. ¿Y de las elecciones? Por ahora, mi próximo voto será por master white, es decir, un sufragio en blanco. Y espero que el país no siga siendo esclavo de las buenas imágenes. Para qué digo más. Mi vida se resume en un aforismo de mi padre, que en mayo de 1975 consigné en un escrito al presidente López: 'Más vale un instante de pie sobre la propia miseria que toda una vida de holgura arrastrada sobre las rodillas".
(6 de agosto de 1824) Brigadier General RAUL MARTINEZ ESPINOSA
por entonces se encontraba en Lima y le ofreció el apoyo de sus tropas, que estaban listas para entrar en acción.
ntecedentes de la campaña por la libertad del Perú. El Libertador Simón Bolívar visualizó la Campaña Libertadora del Perú en una apreciación política y estratégica que cobró vida cuando al librarse de una emboscada tendida por el enemigo en el estero de Casacoima en 1818 expresó: "Conquistaremos el Imperio del Sol. Perú será nuestro». Razones estratég cas Just f1caban esta campaña cuyo objetivo pnnc pal era neutralizar la amenaza que representaba en el sur del continente americano a presencia de los españoles. Aunque las v ctonas del General José de San Martín, en Argentina, Chile y Perú podrían llevar a a conclusión que tal eventualidad era poco probab e, toda vez que los intereses de Jos EJerc tos Libertadores confluían en el mismo ob etivo estratégico, la liberación total del Peru. Con este propósito en mente, concibió la organización de un ejérc1to mtegrado por veteranos y conscriptos de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Ch le y Argentina, que conformarían una fuerza internacional expedicionaria, cuya meta sería derrotar al Ejército Español en el sur. El 16 de junio de 1822 Bolívar llegó a Quito procedente de Pasto. La ciudad lo recibió con gran fervor patriótico, y a petición del pueblo le entregó el mando político y mi· litar. Se comunicó con el General José de San Martín quien había libertado al Perú y
Los dos Libertadores acordaron una entrevista por cuanto debían definirse: la anexión de Guayaquil al Perú y una forma de gobierno que se ajustara a la situación e intereses de los países libertados. El 25 de junio de 1822 San Martín llegó sorpresivamente a Guayaquil. Se le rindieron los honores reglamentarios y fue recibido con muestras de simpatía por parte del pueblo. Durante los días 26 y 271os Libertadores estuvieron reunidos en absoluta privacidad. Aunque no se conocen a ciencia cierta los temas tratados en estas conversaciones, los resultados fueron muy positivos para Bolívar pues constituyeron para él, una verdadera victoria política y diplomática. Poco después de concluida la reunión, se conoció que San Martín había comentado que Jos dos Libertadores no cabían en el Perú, dando a entender que su presencia en la Campaña Libertadora ya no era necesaria. Bolívar atendiendo a que la situación en Lima era caótica trasladó allí al General Antonio José de Sucre con el encargo de preparar el Plan de Campaña. Estaba a la espera de la autorización del Congreso Colombiano para desplazarse al Perú ante las insistentes peticiones del Gobierno y del Congreso de ese país, para que condujera personalmente la Campaña. Las condiciones del Perú eran francamente anárquicas toda vez que José de la Riva Agüero y José Bernardo Torre Tagle se disputaban la Presidencia. Este estado de cosas ameritaba la presencia del Libertador y algunos acontecimientos posteriores la justificarían. En marzo de 1823 fue firmado un tratado de alianza y amistad entre Colombia y Buenos Aires para soportar la campaña del Perú, lo cual suponía un apoyo decidido para la conducción de la guerra que sería encomendada a Bolívar, a petición del Gobierno Peruano. En junio del mismo año el Congreso de Colombia autorizó el desplazamiento de Bolívar al Perú quien zarpó de Guayaquil con destino al Callao y llegó a Lima el1 2 de Septiembre. Fue recibido con gran entusiasmo y se le brindó una espléndida recepción. El 1o de septiembre el Congreso Peruano le concedió "la suprema autoridad militar». En este marco legal, el Libertador inició una descomunal actividad para preparar la campaña, acción que se vio frenada cuando de regreso de Trujillo y de paso por Cativilca cayó enfermo gravemente y estuvo al borde~
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de la muerte. Para iniciar el año de 1824, el Congreso Peruano expidió una Ley por medio de la cual se le reconocía como Pacificador de las Provincias del Norte. Posteriormente el mismo Congreso ante una situación política y militar Insostenible, decretó la concentración del poder absoluto en la persona del General Simón Bolívar.
Situación particular Ejército colombiano y auxiliar del Perú El Libertador aún enfermo y a pesar de las dificultades de todo orden que se le presentaban, abrió el1 O de mayo de 1824 la Campaña Libertadora del Perú, en su condición de General en Jefe de las tropas patriotas. Una vez recibidos los efectivos enviados por Colombia, emprendió una difícil marcha desde la costa del Pacífico hacia los Andes. Fijó como área de reunión el Cerro de Paseo con miras a iniciar desde allí las operaciones. La marcha fue lenta y penosa por las condiciones difíciles del terreno y el clima. En los primeros días de agosto las unidades alcanzaron la pampa de Sacramento, en donde Bolívar junto con su Estado Mayor y sus Edecanes, pasó revista de sus tropas integradas por 2 divisiones de Infantería y una División de Caballería. Efectivos: 8.080 hombres.
Ejército realista Por esa época el Virrey Lasema disponía de tres agrupaciones militares: al Norte un Ejército a órdenes del General José de Canterac; al Sur otro Ejército a órdenes del General Jerónimo Valdés y en el Alto Perú las tropas del General José de Olañeta. Contaba además con las guarniciones del Cuzco y el Callao. El total de efectivos era de 18.000 hombres. El General José de Olañeta desconoció la autoridad del Virrey, motivo por el cual éste ordenó a Valdés que marchara a someterlo, sin apreciar que la prioridad estratégica era enfrentar a Bolívar quien concentraba sus tropas al norte del Cerro de Paseo. En estas condiciones solo quedaban disponibles las fuerzas que comandaba Cante rae: 2 Divisiones de Infantería, 1 de Caballería y 9 piezas de Artillería con untotal de 8.300 hombres, para comprometerlas con las patriotas. El Libertador aprovechó tan feliz oportunidad para iniciar la acción ofensiva.
El escenario de las acciones El territorio peruano se halla atravesado por la Cordillera de Los Andes en dirección Noreste Sudeste. Partiendo del Nudo de Laja en Ecuador entra separada al Perú en dos alineaciones que se vuelven a juntar en el Nudo de Paseo denominada La Cordillera Blan....,!iiiii¡¡¡¡¡¡¡¡p-111\_c a hacia el Qccldente y La Cordillera
Negra que avanza en dirección Norte-Sur. El clima cae dentro de la zona tropical pero presenta variaciones debido a la disposición de su relieve.
Marcha de aproximación El Ejército Realista acampó en el Valle de Jauja. Desde allí inició el movimiento hacia el norte en dirección al Cerro de Paseo, pasando por Reyes y por el desfiladero oriental de la Laguna de Reyes. El 5 de agosto Canterac llegó a Carhuamayo, dejó allí la Infantería y la Artillería y continuó la marcha para efectuar un reconocimiento de las posiciones patriotas en Paseo. En la misma fecha el Ejército Libertador llegó a Conocancha. Allí Bolívar recibió la información que Canterac se hallaba concentrado en Carhuamayo y apreciando que podría replegarse hacia el Sur, ordenó que a las 4:00 a.m. del 6 de agosto sus tropas iniciaran un desplazamiento a marchas forzadas hacia Reyes para cerrarle el paso y forzarlo a combatir. Organizó su dispositivo colocando en la vanguardia la División de Córdova, en el centro el Ejército Peruano con el General La Mar y en la Retaguardia la División del General Lara. Sobre la marcha obtuvo informaciones mas precisas que le indicaban que el enemigo regresaba rápidamente con dirección al sur. Hacia las 2 de la tarde al llegar a una altura los patriotas observaron que la columna del Ejército español retrocedía. Entonces Bolívar dispuso que el General Argentino Mariano Necochea se colocara a la vanguardia con 7 escuadrones de Caballería, seguidos por la Infantería al trote. Organizó su Puesto de Mando a la retaguardia de la Caballería, acompañado de los Generales Sucre, La Mar y Santa Cruz.
En los primeros días de agosto las unidades alcanzaron la pampa de Sacramento, en donde Bolívar junto con su Estado Mayor y sus Edecanes, pasó revista de sus tropas integradas por 2 divisiones de Infantería y una División de Caballería. Efectivos: 8.080 hombres.
Canterae observó el movimiento de la caballería patriota y a su turno alistó la suya, por cierto bien montada, para enfrentarla, en la
creencia que se trataba de un conjunto débil. Desconocfa que estaba constituida por gauchos argentinos, guasos ch1lenos y llaneros colombianos acostumbrados desde mños a cabalgar con singular destreza y habilidad. Al anochecer, Bolívar ordenó que sus tropas se reunieran en la pampa bajando a la llanura por el desfiladero. El moVImiento se h1zo lento por lo escarpado del terreno. Las unidades fueron organizadas en linea o formación de batalla cerca del desfiladero, con el pantano a sus espaldas.
tad, "volvieron caras» como ya lo habfan hecho en las Queseras del Medio a onllas del rfo Arauca. Como fieras se batieron dejando el campo cubierto de cadáveres y heridos enemigos sembrando el desconcierto y la confusión entre los españoles que ya no pud1eron recuperarse para segu1r combatiendo. Al respecto un testigo de este encuentro d1jo lo sigwente: ce Esto era lo que precisamente convenfa a nuestros famosos e invencibles llaneros porque seguían llevando tras de ellos a los jinetes españoles y cuando se velan con dos o tres persiguiéndolos, se daban vuelta, los esperaban y Jos lanceaban con la mayor facilidad ... (Participación de Colombia en la libertad del Perú. General Carlos Cortés Vargas). Mientras tanto una tercera parte de la Caballería realista trató de forzar el paso por el desfiladero y el pantano que lo separaba del grueso de la Caballería patriota. Allí también los Húsares de Colombia y los Granaderos de los Andes combatieron con especial coraje y bizarría.
Las tropas de Canterac ya estaban dispuestas en formación de combate.
La batalla Canterac lanzó su Caballería al galope contra la Caballería Patriota. 1.300 jinetes españoles se abalanzaron violentamente en alocada carrera. Los patriotas, en correcta formación e im1 pertérritos, esperaron la 1 1 avalancha. El enemigo 1 1 1 inexplicablemente se detuvo a escasos ~5 pasos de la línea patriota. En un arranque de osadía, valor y arrojo, los granaderos colombianos como una tromba arrollaron la cerrada formación de los españoles. Las lanzas de punta «acorazonada» penetraban firmemente en laS COStillaS de lOS Convucloau contnncantes y los jineC2j- Patriota• tes caían. Rota la línea ~ Eopollolu enem1ga, los patnotas sobrepasaron e dispositivo realista y salieron a la pampa perseguidos por los españoles. S1n embargo no todos los ganaderos pud e ron romper el cerco. Algunos quedaron combatiendo con los Húsares de España que no habían participado en la persecución. los españoles reorganizados nuevamente reiniciaron el hostigamiento a los patriotas que a todo galope y en desorden se dispersaron por la pampa. Con gritos de victoria y exclamaciones de júbilo, anticipadamente celebraron la derrota infligida a los patriotas. Pero esos bravos llaneros que en mil combates le habían dado tanta gloria a la patria por causa de la líber-
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Los Coroneles Laurencio Silva y Lucas Carvajal, el Coronel Alejo Beruix y otros oficiales y jinetes lograron llegar a la planicie y sembrar la muerte entre los españoles.
Pero los Granaderos de los Andes del Perú quedaron entre el pantano, lo cual fue aprovechado por los realistas para causar serias baJas. El General Inglés Guillermo Millar tomó entonces el mando de un escuadrón de Caballerfa Peruana y trató de penetrar a la llanura pero fue arrinconado contra el pantano. Solo quedaba de reserva el Escuadrón Húsares del Perú comandado por el Coronel Argentino Isidoro Suárez quien pudo avanzar sin oposición, colocándose a la retaguardia de los españoles que atacaban a Millar. Se abalanzó sobre ellos y los arrolló con furia y desenfreno. El Libertador buscó apoyo en las tropas de Infantería que no habían alcanzado a comprometerse en el combate pero cuya intervención posterior no fue necesaria. Por efecto de las acciones la distribución de las fuerzas realistas, quedó sobre extendida y amenazada por el frente y~ ~~~~-
la retaguardia en una situación desventajosa. Los mandos españoles principiaron a dudar del posible éxito de su operación. Su frente se había modificado en virtud que el grueso de la caballería se habla movido hacia el camino que va a Reyes en persecución de los Granaderos que los atacaban y los hacían huir. El encuentro duro escasos 45 minutos, en combate cuerpo a cuerpo con lanzas, sables y espadas y se escucho el ruido de las armas, las interjecciones de los combatientes, la voces de mando de lo comandantes, el relinchar de los caballos y los toque de corneta que completaban tan infernal estruendo. El flamante General José de Canterae, tan desmoralizado como lo estaba su tropa emprendió la retirada presurosa hacia el sur. En el informe rendido al Virrey sobre esta batalla le manifestó: «En este instante sin poder imaginarse cual fue la causa, volvió grupas nuestra Caballería y se dio a una fuga vergonzosa, dando al enemigo una victoria que era nuestra». Memorias de Camba Tomo 2 Pag. 472. Quizás por efecto de la oscuridad de la noche y la consecuente fatiga del combate, no se cumplió, por parte de los patriotas la persecución y la explotación del éxito. El campo de batalla quedó sembrado de 230 muertos realistas y de los despojos de esta cruenta lucha. A las bajas causadas por los patriotas se sumaron incontables heridos, prisioneros y desaparecidos. En las filas patriotas se contabilizaron 45 muertos y 99 heridos, un balance favorable si se tiene en cuenta lo encarnizado de la batalla. La noche selló esta gran victoria patriota y fue la última que dirigió el Libertador Simón Bolívar.
El encuentro duró escasos 45 minutos, en combate cuerpo a cuerpo con lanzas, sables y espadas y se escuchó el ruido de las armas, las interjecciones de los combatientes, las voces de mando de los comandantes, el relinchar de los caballos y los toques de corneta que completaban tan infernal estruendo.
Conclusiones y consecuencias Dos factores se conjugaron en Junín para dar la VIctoria a los patriotas. En primer término la genialidad de Bolívar como
estratega, táctico, líder y conductor, condiciones que puso en juego para sacar de la nada un ejército bien dotado y bien entrenado con una moral y una mística a toda prueba y con un ejemplar espíritu de combate. En segundo término la calidad de los oficiales, algunos ya curtidos en otros combates que constituyeron el andamiaje de este ejército de Colombianos, Venezolanos, Ecuatonanos, Peruanos, Chilenos, Argentinos e Ingleses y que no vacilaban en ofrendar su vida para lograr la Independencia del yugo Español. El General José de Canterac a pesar de disponer de un ejército con excelentes oficiales y tropas, bien armado y equipado, sufrió un sorpresivo descalabro que minó su moral hasta el punto de salir huyendo en una retirada vergonzosa para las armas de España. Pero más que los hombres, lo vencieron la mística, el espíritu de cuerpo, la moral, la intrepidez, y la malicia de los patriotas.
La Batal!a de Junín, prueba de fuego para el ejército republicano, constituyó el preludiO de Ayacucho donde, con un golpe mortal y definitivo a las huestes españolas quedaría sellada la libertad de Aménca,
Bibliografía "Historia de las Fuerzas Militares de Colombia" Tomo 11- Capítulo VI -La Gran Colombia por el SenorGeneral Alvaro Valencia Tovar; Participación de Colombia en la Libertad del Perú del Señor General Carlos Cortés Vargas; Los textos "Bolívar patnota e internacionalista» y «El pensam1ento de Simón Bolívar» del Señor Teniente Coronel Alberto Lozano Cleves; «Breve biograffa de Simón Bolfvar» de Luis A. Bohórquez Casal/as· «Bolívar genio, constitución y carácter" de Mauro Torres; «La Batalla de Junín» por José Antonio del Busto; Extracto del «Compendio de Historia del Perú" Lima 1983.
Coronel ALFREDO FORERO PARRA
La verdad sobre
Old-Baldy ara el historiador la verdad prevalece sobre los héroes, porque éstos se pueden crear, inventar, pero la verdad no, porque entonces pierde su carácter de verdad. Teniendo en cuenta que el 23 de marzo de este año se cumplió un aniversario más del combate de Old-Baldy, quiero ofrecer un testimonio sobre la verdad de esta acción militar, llevada a cabo en la península de Corea, como un homenaje a quienes allí entregaron su vida y a quienes participaron en esta batalla. Old-Baldy es el nombre de una altura, dentro de una cadena de cerros, situada un poco al norte del paralelo 38 y que remata al oriente suavemente sobre un gran valle. De constitución rocosa y arenosa; la que por razón de su escasa vegetación, en gran medida causada por los continuos bombardeos a que era sometida, fue bautizada con el nombre de «Oid-Baldy» o «Viejo Calvo".
La posición geográfica de Old-Baldy, en términos militares poseía un gran valor estratégico porque servía de centinela sobre una avenida de aproximación desde Corea del Norte hacia el corazón mismo de Corea del Sur. Por dicha avenida se facilitaba el desplazamiento de tropas y de toda clase de material blindado; pero, a su vez, desde la posición de OldBaldy era posible dar la alerta temprana sobre movimientos significativos y contener o retardar cualquier avance enemigo; en virtud de lo cual se convirtió en un importante objetivo militar para los dos bandos y, por ende, en escenario recurrente de combates. A finales del año pasado tuve la oportunidad de leer varios artículos escritos por veteranos de Corea en el periódico El Tiempo, atinentes a la acción de Old-Baldy. Estas publicaciones se produjeron con ocasión del cincuentenario del inicio de la guerra de Corea, que se cumplió el 25 de Junio del año 2000; confrontación armada en la cual Colombia participó con un batallón de infantería y con una unidad naval. La pretensión de este escrito no es otra que la de realizar un análisis sobre un aspecto muy puntual del combate de OldBaldy, este es la orden de operaciones de relevo impartida por el comando del Batallón y las consecuencias que de tal orden se derivaron. Se trataba de relevar a la cp. B por parte de la •--iiii'í;~~iiit.
necesario que divida en dos partes la acción militar en consideración: La primera parte tiene que ver con las doctrina o principios tácticos empleados en el planeamlento y la orden de operaciones del relevo en posición de la cp. B ' por la cp. e del mismo eatallón, emanada del Comando del Batallón, a cargo del Teniente Coronel Alberto
RulzNovoa. La segunda parte 18 ntflere al desempeño y . . . . clón de las tropas en la deo. fensa del ceno. La cp. B Inicialmente repelló en forma coordinada la embestida ~ enemiga produciendo Jnclu. so una buena cantid.S de PtM/cl,.. ,_,. combate, 110' ColotniM bajas en sus filas. Poeleo ·11113 ·CONa (Co (r)Pamt) C.P.C. rtonnente, con las tropas de refuerzo de la cp. C, la defensa se llevó a cabo con núcleos de,..._ cp. C, en Old-Baldy, el dfa 23 de Marzo de 1953. tencla, combates cuerpo a cuerpo y accioDe los artfculos aparecidos en el periódico El Tiempo, dos nes Individuales. me han llamado particularmente la atención: uno, escrito por Lo positivo y meritorio es esta segunda el Soldado Jaime Jaramlllo, el dfa 16 de septiembre de 2000, parte, o sea el daaampel\o en el combata de en el cual critica la concepción de la operación de relevo y, Old-Baldy, por el cual las tropas cololnbla· otro, que es la Inmediata respuesta del General Valencia Tovar al primero, de fecha 23 de septiembre pasado, publicado en el nas se granjearon la admiración de los eJir· citos del mundo. Se trató de su más granmismo diario y en el cual el General pretende refutar la posidioso y sublime acto de herofsmo colectivo, ción del Soldado Jaramlllo y justificar esta aocl6n militar. AJ hilo realizado dentro de la que se ha registrado de esta d'ISCUslón, me propongo presentar mi propia considecomo una de las más terribles y encamlzaración de los hechos, más cercana a la crftica del aoldado daa batalas de la guerra de Corea, junto a JaramDio, pero Intentando hacer ciertas precisiones en rela-&unker Hir, Bone·. "The Hook". "Luke·a ción con la versión que éste ofrece. Castle•, "'Snalper Ridge• y "'Bioody Rldge". El suscrito como Subteniente en aquella época era el CoEn Old Baldy los soldados colombianos elemandante del segundo pelotón de fusileros perteneciente a la ron testimonio de valor, arrojo y sacrtftcio concp. B, que el dfa 12 de Marzo de 1953 ocupó las posiciones de tra un enemigo diez veces superior en efec· Old-Baldy. Me fue asignada entonces la delloílda réeponsabllitlvos. dad de defender e1 flanco derecho de 1a Companra, apoyado por cinco tanques, cuatro en el valle y uno como casamata En lo que reapecta • pilrte, me Identifico con la poalcl6n del Soldllblindada, siendo mi sector el más peHgroso del frente de combate. do ..........uo, quien dice q.- .. eom.n. . . . . Batall6n, T....._ Coronel Rulz En mi calkllld ele oombldlente, q• vivió. alntló y ..... Novo.. orden6 el relevo en ce..uón conrlment6 en ame propia la conduccl6n ele la..._. de tra toda la formaa clálca, • decir, Old-IIMiy Yel po.t8l'ior ....... del.......,, creo pGIIIf contra tocloe loa prlnclploe t6ctlcoe q.la autoridad eutlclente .,.,. lndiCIIr loe .a.to. y errores deben obaelwrM .... eata claae ele opede esta acción militar¡ y hoy más que entoncee, por contar raclonea. Por esta ru6n el cometido no con m.yores elementos de juicio corno oflcltllauperlor en pudo cumpllne y el relevo • convirtió en una operación de retu.zo a la cp. B, uao de buen retiro, con un vuto bllga)e ele conocimientos en forma lmprovlada y cleaordanada, aln ...................ry~Hera. apiiCIIcl6n de t6cllca alguna. En la Revlata Militar, NWn. 16, de Diciembre de 1959 y en la Tanto el General Valencia como el SolRevista de Acore, Núms. 54, 55 y 56 de 1987, escrl)f en forma dado Jaramllo lncunan en una equlvocacl6n de narración, el combata Old-Baldy, titulado "Fuego sobre Oldal decir que el relevo era de la cp. B por la Baldy". En c:lcho escrito sugeñ los garrafales errores tlk:llcos cp. A. La cp. A estaba en primera Knea de que se presentaron en la operación de_.. ralevo, pero a procombate a la Izquierda de la cp. By la orden pósito, el suecrtto no quiso ent.merar1os como conclusiones, de relevo a la cp.B la recibió la cp. C, que se sino que los dejó al libre juicio del lector. 81'1C01draba de reserva del Batalón. Estas InPara entrar en materia sobre el objeto de este articulo, es exactitudes se deben quizás al hecho de que
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en el momento de los acontecimientos el Capitán Valencia se hallaba en Bogotá y el Soldado en la Oficina de Enlace en Tokio. En la famosa orden de operaciones del Comando del Batallón que nos ocupa, advertí gran cantidad de errores tácticos que tal vez contribuyeron a elevar la cuota de bajas propias y a reducir el tiempo de resistencia en Old-Baldy. A continuación indico las más sobresalientes: 1. No hubo reconocimiento previo, por parte de los comandantes de la cp. e, de las posiciones de la cp. B. Este grave error, tal vez el principal por todo lo que implica, se traduce en la ausencia de empalme, de reconocimiento del terreno, de emplazamiento de ametralladoras y de armas de apoyo así como de puestos de comando y de combate de los comandantes, de identificación de áreas críticas propias y enemigas, de ubicación de puestos de escucha, de distribución de casamatas y trincheras, de elaboración de planes de fuego y de red de comunicaciones, etc. En consecuencia, ya iniciado el combate y en horas de oscuridad, el arribo de la cp. a las posiciones de la cp.B se hizo en forma caótica, entorpeciendo inicialmente la conducción de la defensa. Era tal la desorientación general, que sabe Dios cuantas bajas se produjeron por las propias tropas.
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2. El relevo empezó a conducirse a la luz del día, por avenidas de aproximación perpendiculares a las posiciones de Old-Baldy, las cuales eran observadas por la artillería enemiga, en virtud de lo cual comenzó a infligirle las primeras bajas a la cp. C. 3. Días atrás habíamos sido informados por el Comandante de la cp. B, Capitán lrner Perea Sarasti, que dadas las baJas que habíamos sufndo en días antenores, el 21 de marzo un peloton de fusileros de la cp. C nos reforzana con una escuadra para cada pelotón, pero esto no se cumplió. Parece ser que esta Unidad se retacé o tuvo inconvenientes, lo cierto es que nunca pasó de la posición de los morteros de 60 mm, del cuarto pelotón
de la cp. B, cuyo comandante era el Teniente Claves Lombardy. La ubicación del cuarto pelotón, detrás de los pelotones de primera línea, se encontraba en las estribaciones del cerro de West View. 4. Se le ordenó a la cp. C relevar a la cp. B, que llevaba 11 días en el frente de combate sobre el cerro Old-Baldy; pero no se tuvo en cuenta que esta Unidad apenas trece días atrás había desarrollado la operación Bárbula, o sea el ataque al cerro 180, en donde sufrió considerables bajas. Entre otras calamidades, el Comandante de un pelotón, el Subteniente Andrade, había sido herido. De manera tal que la cp. C no se había repuesto aún del impacto psicológico. 5. Esta misma Compañía, que se encontraba de reserva en una línea atrasada percibió intensamente lo que acontecía en el frente de combate, en especial en Old Baldy, en vista de que las evacuaciones de muertos y heridos se hacían por su sector; además todo era escuchado por los radios de comunicaciones 6. Los requerimientos elevados en mi caso al Comando Superior, sobre remplazo de bajas de personal y armamento, no fueron atendidas. Sólo dos horas antes del ataque me enviaron 5 fusiles (FA) desarmados, engrasados y empacados, en lugar de las ocho ametralladoras livianas que había solicitado con anterioridad. 7. Se presentó un tiempo de indecisión para destacar los puestos de escucha en forma oportuna, en razón de que la orden de la cp. B era esperar el relevo. Debido a la situación reinante, solicité nuevamente al Comando de la cp. B para destacarlos, pero finalmente la orden de aprobación la recibí del Comando de la cp. C que había reemplazado al Comando de la cp. B, el cual abandonó en forma precipitada la posición, sin que se hubiera efectuado el relevo de la Unidad. Esta indecisión fue muy grave para el caso particular de mi pelotón, pues una escuadra con una ametralladora liviana fue sacrificada por el camino y no pudo dar protección a los tanques del flanco derecho en el valle, de manera tal que éstos se replegaron permitiendo que el enemigo en gran cantidad pe-
Posiciones frente combate, ocupadas por Batallón Colombia - 1953 ·Corea (Co (r) Forero Parra) C.P. C.
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netrara por este sector. 8. Tardó mucho tiempo el Comando del Batallón en relevar a la cp. B. Las unidades que se destacaban en Old-Baldy solían ser relevadas a los cinco u ocho días máximo, por el castigo que allí recibían, pues por efecto de los bombardeos enemigos se causaban muchas bajas. La Unidad de los Estados Unidos, a la que habíamos relevado en este cerro el 12 de Marzo, sólo había permanecido cinco días en el cerro. 9. No hubo coordinación entre los fuegos de apoyo de artillería de los escalones superiores y los del Comando del Batallón, así como con los de las Unidades subalternas; por lo tanto, todos, a eso de la media noche, desencadenaron intenso y aterrador bombardeo sobre las propias tropas, pero igualmente sucedía con la artillería enemiga, que también causó bajas en sus tropas. Esos momentos que viví bajo la granizada de fuego de artillería de parte y parte, posteriormente me sirvió de inspiración para titular "Fuego Sobre Old-Baldy" el escrito narrativo que publiqué en las revistas de Acere y Militar, recordando la orden recibida de disparar especialmente las armas de trayectoria curva. 1O. El enemigo, creo, aprovechó esta errada operación para lanzar un ataque principal, con una superioridad de diez a uno, sobre Old-Baldy, tratando de ocultarlo a través de un ataque de finta o engaño a un puesto avanzado de la Cp. A (DALE). La posición perdida como consecuencia de este ataque, posteriormente, en audaz contraataque comandado por los Tenientes Calixto Cascante y Gustavo Rodríguez Monroy, fue recapturada. El 24 de marzo, alrededor de las 07:30 hrs., tropecé en las estribaciones del cerro con una Compañía norteamericana que tenía la misión de contra-atacar y recuperar el cerro. Dicha misión no pudo cumplirse y, después de que esta Compañia sufriera también un considerable número de bajas, se tomó la decisión de convertir Old-Baldy en tierra de nadie. Tal cosa se hizo mediante el bombardeo intenso y continuo, durante dos o tres días, por parte de la aviación norteamericana. Al narrar este episodio, no puedo dejar de mencionar la tremenda odisea vivida por el Teniente Pedro Caycedo Yacup, comandante del primer pelotón de la cp. B. Gravemente herido y solo, el Teniente Caycedo permaneció cinco días, refugiado en un accidente del terreno, una pendiente del cerro, intentando protegerse del infernal bombardeo aéreo. Fue rescatado por una patrulla norteamericana, pero de todas maneras perdió una de sus piernas. En igual forma, reverente me inclino ante la memoria del compañero y amigo Subteniente Luis Alejandro Bernal Baquero, quien fue inmolado en esta acción de locura en el infernal cerro, al tratar de cumplir con su misión de relevar al primer pelotón de fusileros de la cp. B. Este oficial, ejemplar comandante, demostró valor, arrojo y tesón en el desarrollo del ataque al Cerro 180, trece días antes, como coman~íi!iiii~--· dante del pelotón de apoyo.
Es necesario destacar el hecho de que, por orden del Gobierno Nacional, se conformó una Comisión encargada de investigar lo sucedido en la acción militar de Old-Baldy. La Comisión estaba integrada por el General Régulo Gaitán y por el Capitán Valencia Tovar y arribó a Corea unos días después de producirse la batalla. Particularmente, nunca vi esta Comisión y, menos aún, tuve conocimiento de los resultados de la investigación; pero lo que me resulta más difícil entender es como pudo salir bien librada la responsabilidad del Comando del Batallón. Por otra parte, quiero advertir que, al narrar estos hechos, no consideré pertinente hacer referencia a los desacuerdos sobre criterios tácticos entre el Comando del Batallón y el Comando del Regimiento 31 para esta operación.
Para cerrar este escrito encuentro oportuno hacer un breve comentario sobre las invitaciones que a veteranos de la Guerra de Corea han cursado algunas asociaciones o el Gobierno del amigo país de Corea del Sur. Lo ha hecho por intermedio de su Embajada en Santafé de Bogotá y las ha dirigido a la Asociación Colombiana de Veteranos de la Guerra de Corea, como un reconocimiento a quienes allí estuvieron luchando hombro a hombro con las fuerzas Militares de su país, ayudando a mantener la soberanía de una nación libre. Estas invitaciones también tienen el propósito de permitirle a los distintos combatientes establecer la diferencia entre el país que se conoció durante la guerra y la actual Corea, pujante y progresista, que hoy hace parte de las naciones con mayor desarrollo económico del mundo.
El 24 de marzo, alrededor de las 07:30 hrs., tropecé en las estribaciones del cerro con una Compañía norteamericana que tenía la misión de contra-atacar y recuperar el cerro. Dicha misión no pudo cumplirse y, después de que esta Compañía sufriera también un considerable número de bajas, se tomó la decisión de convertir Old-Baldy en tierra de nadie.
Desde mi punto de vista, han de considerarse veteranos de la guerra de Corea a Armisticio de Pan Mun Jong, firmado entre las dos Coreas, el 28 de julio de 1953. siempre que adicionalmente se hayan hecho merecedores del distintivo de combate, el que con honor se ostenta tras cumplir con la condición de haber permanecido en el frente de combate entre, creo, 30 o 90 días al menos, de forma continua o interrumpida; o en su defecto, por haber tomado parte en una acción militar.
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8MIIOLOI PA Desde ~ 834, el Cóndor Vultur Gryphus es el emblema de libertad y soberan ía de Colombia, y como tal hace parte del Escudo Nacional. Es el ave voladora más grande del mundo, alcanza los tres metros de envergadura, y se encuentra solamente en la cordillera de los Andes.
La PaJlma de Cera del Quindío Esta palma, cuyo nombre científico es Ceroxylon quindiuense, es la más alta del mundo. Originaria de los Andes colombianos, crece entre los 2.300 y 3.000 mts sobre el nivel del mar y necesita aproximadamente cincuenta años para desarrollar su máxima altura, la cual puede llegar hasta los 70 metros. Es fuerte y flexible, de tronco blanco y anillos negros. Es el árbol nacional, adoptado mediante la ley 6 ~ de ~985.
La Otquídea
Conocida también con el nombre de lirio de mayo, la orquídea fue adoptada como flor emblemática colombiana por la ley 3 del 9 de mayo de ~ 834. La Academia Colombiana de historia señaló a la variedad Cattleya labiatae trianae (nombre dado en honor del naturalista bogotano José Jerónimo Triana) como Flor Nacional.