Separata medios agosto 2016

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Separata

AGOSTO 2016

PATRIA - UNIÓN - PROGRESO

ACORE 55 años

ISSN 0123-2894 Circulación nacional

SEPARATA ESPECIAL

Artículos y notas de interés publicados en los medios de comunicación sobre el plebiscito y el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc.

Esto fue lo que decidió la Corte sobre el plebiscito Por: Juan Esteban Lewin

Medio: La Silla Vacía

Plebiscito: por qué sí, por qué no.

Fecha: 18 de julio de 2016

La decisión la tomó la Corte en una sala extraordinaria, justo dos días antes de que Juan Manuel Santos instale una nueva legislatura en el Congreso. 7 magistrados votaron

a favor de la ponencia de Luis Ernesto Vargas que, como contaron varios medios hace un mes, proponía aprobar el plebiscito con un par de limitaciones.

Votar 'no' Que el plebiscito es una farsa, sin duda. Pero mejor participar que abstenerse. Por: Salud Hernández-Mora

Medio: El Tiempo

Fecha: julio de 2016

Recordé a Chávez y la oposición venezolana. Para dejar constancia ante el planeta de que el coronel era un dictadorzuelo, los opositores no concurrieron a las elecciones legislativas del 2005. El resultado fue una Asamblea unicolor. Con el paso del tiempo, al mundo se le olvidó la razón. Por eso cambié de opinión. Que el plebiscito es una farsa, sin duda. Que el Gobierno y los suyos cuentan con todos los

recursos y los críticos con nada, también. Que comprarán voluntades a mansalva y las Farc harán campaña con armas, lo sabemos. Pero mejor participar que abstenerse. Así sea para marcar el gol del honor, igual que el voto en blanco. En democracia no se hace el ridículo por votar en conciencia. Llevo perdidas todas las elecciones desde que me hice colombiana, y da igual. Y ahora hay motivos para el ‘no’. Van algunos.

El hijo de un secuestrado por las Farc presidirá el Congreso de la paz Mauricio Lizcano hizo su primera campaña con la bandera de la liberación de su padre Óscar a Tulio quien padeció un traumático calvario de ocho años Por: Iván Gallo / Medio: Las Dos Orillas / Fecha: 21 de julio de 2016

Lo primero que hizo el presidente Álvaro Uribe al enterarse el domingo 26 de octubre del 2008 de que el congresista Óscar Tulio Lizcano se les había volado a las Farc después de 8 años de cautiverio fue llamar a su

hijo Mauricio quien siendo Representante a la Cámara desde el 2006 había dado la batalla incesante para que a su padre no se lo tragara para siempre la manigua chocoana.

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Segunda Brigada saldría del norte de Barranquilla

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SEPARATA MEDIOS/ agosto / 2016

Corrección (parcial) del engendro Por: Rafael Nieto Loaiza

Medio: El Colombiano

La Corte Constitucional avaló la ley del plebiscito para refrendar los pactos entre Santos y las Farc.

Arregló parte del engendro: el Presidente quería hacer del plebiscito un mecanismo de reforma constitucional, “jurídicamente vinculante”, es decir, quería convertirlo en un referendo escondido. La Constitucional aclaró que los efectos del plebiscito “tienen un carácter exclusivamente político” y “no implican la incorporación de un texto normativo al ordenamiento jurídico”. Dicho de otra manera, para que lo aprobado en La Habana modifique la Constitución y se convierta en leyes tendrían que realizarse los trámites pertinentes en el Congreso. Sin embargo, la corrección es inocua: como Santos había precavido esa posibilidad, hizo aprobar a las malas el llamado “acto legislativo para la paz”, para introducir lo pactado por vía de considerarlo parte del bloque de constitucionalidad. Ahora la Corte tendrá que ser muy cuidadosa. Si en el plebiscito había trampas peli-

Votar 'no' Por: Salud Hernández-Mora

grosas, el “acto legislativo” es un campo minado con toda clase de barbaridades que sustituyen la Constitución, dan poderes autoritarios al Presidente, hacen del Congreso un eunuco, y cercenan de manera grave la democracia y el debate parlamentario.

La Corte también dio un paso adelante al decir que el plebiscito “no es someter a refrendación el contenido y alcance del derecho a la paz sino solamente auscultar la voluntad del electorado sobre la decisión pública contenida en el Acuerdo Final”. Es decir, no cabrá una pregunta tramposa del tipo “¿usted quiere o no la paz con las Farc?”. Se aprobarán o no los pactos de La Habana, no si se está o no a favor de la paz. Sin embargo, la decisión de la Corte está llena de vacíos (el comunicado, para ser precisos, porque como es costumbre la sentencia no está redactada) y tiene una decidida tendencia a favor del sí. Para empezar, aceptó que bastaba con

Medio: El Tiempo

Recordé a Chávez y la oposición venezolana. Para dejar constancia ante el planeta de que el coronel era un dictadorzuelo, los opositores no concurrieron a las elecciones legislativas del 2005. El resultado fue una Asamblea unicolor. Con el paso del tiempo, al mundo se le olvidó la razón. Por eso cambié de opinión. Que el plebiscito es una farsa, sin duda. Que el Gobierno y los suyos cuentan con todos los recursos y los críticos con nada, también. Que comprarán voluntades a mansalva y las Farc harán campaña con armas, lo sabemos. Pero mejor participar que abstenerse. Así sea para marcar el gol del honor, igual que el voto en blanco. En democracia no se hace el ridículo por votar en conciencia. Llevo perdidas todas las elecciones desde que me hice colombiana, y da igual. Y ahora hay motivos para el ‘no’. Van algunos. 1. La amenaza de Santos fue falsa, las Farc no volverán a lo mismo. Aunque quisieran, no podrían hacerlo. La salida sería renegociar varios puntos de la agenda que son intragables. El resto de sapos habrá que engullirlos.

2. Nada de cultivos de lechugas como castigo por crímenes atroces. Los jefes deben pasar por la cárcel de 5 a 8 años. Y no dar el salto a la política. Sería su escuálido “sacrificio” por la paz. 3. Es hora de la verdad, no más altanería ni mentiras. ‘Timochenko’ asegura que no hicieron nada malo; ‘Márquez’ dijo en febrero del 2015 que soltarían a los niños y aún andan diseñando una innecesaria hoja de ruta (fueron miles los menores desmovilizados sin parafernalia); otros capos afirman que no maltrataron guerrilleras, que los abortos forzados son invento, y así hasta el infinito.

4. Aún no han aceptado, como mínimo gesto de paz, que cometieron crímenes ni han pedido perdón. Dejar de asesinar

Fecha: 24 de julio de 2016

Fecha: julio de 2016

no supone una concesión a los colombianos, es una obligación.

5. No puede permitir un Tribunal Especial por encima de las altas cortes. Ni un cuerpo legislativo que se incorpore al bloque constitucional, ni leyes habilitantes para el Presidente. Si la paz de Santos es tan buena, por qué temerle al debate en el Legislativo y al Poder Judicial. Si le torcieron el brazo a la democracia, será porque hay cosas oscuras que ocultar.

6. Venden la ignominiosa oferta a los militares de que les conviene la paz porque amnistiarán los ‘falsos positivos’. Hay uniformados rectos, como el capitán Durán Caselles –condenado de manera vil por dar de baja a un guerrillero secuestrador–, que no pretenden regalos deshonrosos sino un juicio imparcial para probar su inocencia. Los culpables que asesinaron civiles y mancillaron el uniforme, que sigan presos. 7. El principal problema de Colombia se llama corrupción, está en la raíz del resto de plagas. Para buscar respaldos al proceso de Cuba y a su plebiscito, el Gobierno escogió desde el inicio senderos torcidos, embarrados. Empezando por la falsa premisa de que es una guerra civil cuando en un bando son unos 30.000, financiados con narcotráfico, minería ilegal, extorsión y secuestro, y en el otro, 44 millones.

8. Es un plebiscito politiquero a favor de Santos, no de la paz, anhelo de todos los colombianos salvo de Farc, Eln, Epl y ‘bacrim’. Que hay que negociar, sin duda, imposible derrotarlos mientras haya narcotráfico, corrupción desbordada e instituciones débiles. Pero bajo otras condiciones, no otorgando tal cúmulo de derechos y prebendas a los capos. Votar ‘no’ es emitir una señal de alerta. http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/ votar-no-salud-hernandez-columnista-el-tiempo/16652293

un umbral de aprobación del 13 %, es decir, 4.514.802 votantes, con el censo electoral de hoy. Mucho menos de los 6.673.050 que votaron el referendo del 2003. Y mal contados, apenas cien mil más de los 4.397.090 de colombianos que sufragaron hace 60 años en el plebiscito de 1957, entonces más del 90 % del electorado, una prueba de que cuando los asuntos tienen el favor ciudadano, las mayorías se movilizan.

Después, la Corte decidió no darle valor a la abstención, contrariando su propia tesis jurisprudencial. Y ni siquiera dio espacio al voto en blanco como manifestación de una “abstención activa”. Ya no es inusual que la Corte se eche para atrás de acuerdo con las circunstancias, pero los permanentes giros de posición solo generan inestabilidad en las reglas de juego e inseguridad jurídica y prueban que la Corte está altamente politizada. Resulta evidente que los magistrados comparten el miedo del Gobierno de que el plebiscito se hundiera por falta de votantes.

Además, la Corte no se atrevió a establecer la financiación pública de las campañas. El Gobierno lleva ya meses haciendo propaganda a favor de los acuerdos con los dineros de todos los colombianos, incluyendo los de quienes tienen dudas sobre ellos. Si faltara algo, el Tribunal avaló que los funcionarios públicos hagan campaña. Es decir, al uso de los recursos públicos habrá que sumar el de la maquinaria burocrática. Y la presión presupuestal del Presidente y del Ministro de Hacienda a gobernadores y alcaldes. Al final, la decisión de la Corte hace que la mesa quede absolutamente desbalanceada a favor del sí. Para rematar, la Corte ni siquiera estableció la obligación de que el plebiscito se realice con las Farc desmovilizadas y desarmadas para que no haya ningún riesgo de coacción al elector. Si no basta la propaganda oficial, el fusil estará ahí para presionar a los escépticos. Y el Tribunal termina con esta bomba: el resultado del plebiscito “solo podría ser desvirtuado en el futuro a través de un nuevo llamado institucional a la voluntad popular”. ¿Abstención o votar no? Hay que esperar el contenido del acuerdo final.

http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/correccion-parcial-del-engendro-CD4621141

La seguridad ciudadana en el posconflicto “Yo sé que los colombianos todavía no nos sentimos seguros. Hay robos, atracos, extorsiones, agresiones que generan miedo en la población, que nos hacen mirar para todos lados al caminar por la calle o simplemente al tomar un bus”. Esto dijo el presidente Santos hace un año, y evidencia que uno de los grandes desafíos del Gobierno nacional y regional es la seguridad ciudadana. Por: Claudia Morales

Medio: El Espectador

En 2011 fue creada la Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana que incluye las pautas que deben tener en cuenta los alcaldes para construir los Planes Integrales de Seguridad y Convivencia Ciudadana (PISCC), que son ejecutados por las entidades responsables de la seguridad ciudadana, evaluando periódicamente su efectividad para hacer los ajustes necesarios. Lo que acaba de leer es el ideal para diseñar las políticas públicas de seguridad, pero eso no ocurre en todos los municipios del país, bien sea por ignorancia o por negligencia. Cerca de la firma de los acuerdos con las Farc es una obligación generar una alerta tanto en el Gobierno nacional como

Fecha: julio de 2016

en las demás entidades responsables de la supervisión del diseño de estas políticas, porque muchos alcaldes no han construido los PISCC y hay profundas inquietudes ante los nuevos escenarios como resultado de lo que pacten en Cuba. Dos problemas fundamentales detectan los expertos consultados para esta columna: no existe una radiografía real de lo que pasa en los municipios en materia de criminalidad, y el escaso pie de fuerza de la Policía Nacional. Ustedes oyeron a los candidatos a las Alcaldías durante las campañas prometiendo su incremento, a pesar de que eso es prácticamente imposible en la mayoría de los casos. Seguridad / Sigue página 3


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Democracia: ¿Ocaso o Transformación? Por: Humberto de La Calle

Medio: La Silla Vacía

en realidad, pese a la multifacética apelación a la democracia participativa en la Constitución, la práctica ha sido bien distinta.

Nació en medio de una maraña de temores, acentuados después. La exaltación chavista o el triunfo del Brexit, han hecho pensar a muchos que por fortuna no caminamos más en la dirección de la democracia directa.

Agrega Raffaele Simone que “el sistema democrático se ha vaciado de contenido”.

A ese paradigma se le antepone ahora lo concreto, lo específico: lo indígena, lo afro, lo sindical, lo campesino, lo gay.

Al serio examen crítico de lo que ocurre en el primer mundo sobre los métodos acreditados de gobernanza, hay que sumar las preocupaciones criollas, cuya valoración se ha acentuado a partir de los diálogos de La Habana para poner fin al conflicto con las FARC.

La segunda tronera viene de un examen microscópico del poder: influencia de los grandes capitales, financiación de la política, dañado y punible ayuntamiento entre el Ejecutivo y los flamantes “representantes del pueblo”. Es decir, democracia aparente como mascarón de proa de un sustrato plutocrático.

Pareciera una simple frase destinada a causar impacto pasajero, pero en verdad está inscrita en una reflexión profunda sobre el estado de la democracia. Y no proviene propiamente de un militante de ese nuevo populismo ramplón que recorre el mundo como un fantasma.

Primero están los problemas estructurales de la idea liberal. La base es una sociedad de iguales que decide racionalmente delegar en algunos pocos la toma de decisiones bajo el supuesto de que estos pocos solo actúan previa discusión sensata enderezada únicamente al logro del bien común. Ya de por sí esta idea ha ido envejeciendo. Es como un gabán raído que, no obstante, no oculta cierta nobleza añeja. Las troneras son varias: la idea de la igualdad ha sido reemplazada por la visión postmodernista de lo específico.

Juvenal, un destacado líder indígena, me dijo hace pocos días: “Bogotá queda demasiado lejos de Colombia. La democracia no se vale solo por las intenciones sino por el resultado. En un esquema de voto igualitario, los indígenas no tendremos nunca acceso. Somos una minoría humana que posee un territorio enorme, desprovisto de representación real”. En esencia, es la noción misma de ciudadanía la que está en quiebra. Cada vez menos personas creen que la ciudadanía desnuda es la habilitación de la representación. Seguridad / viene página 2

La encuesta de percepción ciudadana del año 2015 elaborada por la red de Ciudades Cómo Vamos en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga mostró que en promedio un 35% de las víctimas denuncia los delitos, pero quienes reciben las denuncias, es decir la Policía y la Fiscalía, no cruzan ni comparten la información. Es histórico: los celos y la poca cooperación entre las diferentes entidades responsables

Representación como lugar de encuentro es una idea rota. Ahora tenemos una democracia que juega en diversos tableros. La irrupción de los movimientos sociales es una realidad que desborda los conceptos originarios.

La tercera tronera viene de la ética: corrupción, beneficio personal, finlandización de las decisiones por interés inconfesable.

Por su lado, la otra inspiración fue tomada del socialismo. La igualdad de escuela, techo y pan aun a costa de ese utópico ciudadano racional en libertad. Pero la utopía socialista se ha topado con viejas predicciones hechas realidad: la inequidad es un caballo desbocado. Habría más. Pero basta por ahora. En 1991 afrontábamos ya esos padecimientos y es en ese entorno donde surge la idea de la democracia participativa como una noción redentora. Si usted matizaba el ejercicio que Ortega y Gasset llamó acrobático, consistente en la creencia de que unos pocos representan a los demás, y en vez de eso le entrega la decisión a cada quien, habría encontrado el vellocino de oro.

El supuesto era que la democracia directa era una panacea que corregía el vicio originario de la representación. Pero

de la seguridad son palos en la rueda e impiden la erradicación del delito. En 2014 el vicealcalde de gobernabilidad de la Alcaldía de Medellín, Luis Fernando Suárez, dijo, “cuando nos sentamos con Sipol, Sijin, CTI, una de las cosas que hemos visto con preocupación es que cada uno tiene una información, pero son muy malos para compartirla”. Mientras tanto, la comunidad reclama mayor presencia policial en las calles,

de cámara. Segmentos bien intencionados, en cambio, trabajan en las refacciones del edificio, con la creencia de que la estructura está sana: normas sobre partidos políticos, financiación de campañas, sistema electoral, ampliación y refinamiento de la representación.

En cambio, lo que sí ha ocurrido, es un crecimiento inorgánico de mecanismos informales de participación ciudadana, arropados bajo el manto de la insatisfacción.

Otros buscan por el lado de los movimientos sociales. Una pista alternativa como suele ocurrir en ciertos festivales del arte pictórico: un salón de rechazados. No digamos que un circo de dos pistas para no caer en la ácida diatriba. No pocos juegan el juego ciego de la insatisfacción que se nutre a sí misma.

El riesgo no es la protesta. El riesgo son las limitaciones de la protesta. La incapacidad de encauzar acciones y metas mediante procedimientos eficaces. La protesta no como medio, sino como fin.

La disyuntiva no se resolverá súbitamente. No se ve algo que ocurra de la noche a la mañana. Pero lo que sí es cierto es que el armazón representativo que hoy tenemos está mostrando grietas.

Dignidades campesinas, paros caminoneros, la desvelada voz étnica, el clamor por la apropiación de la identidad sexual, en fin, manifestaciones superpuestas y fragmentarias cuyo denominador común es la protesta y la antipolítica.

Y en el territorio de la democracia participativa, surge una cuarta tronera de reciente cuño: Democracia no es tanto método para decidir por mayoría, sino instrumento para proteger las minorías. Los derechos pesan más que la estadística. Recientemente se planteó el tema a propósito del Plebiscito por la Paz. Se dijo que la mayoría podía derogar la paz de modo que la pregunta era inconstitucional. Es un simple sofisma. Sólo un tonto preguntaría si se debe buscar la paz. La verdadera pregunta se referirá al método que se negocia en La Habana. Pero detrás del sofisma un tanto oportunista, hay una realidad de fondo: Aún la mayoría tiene un límite, luego la democracia directa también lo tiene. No resuelve todos los problemas de la democracia.

¿Qué sigue? Primero hay que refinar el diagnóstico sobre el sitio preciso en que nos encontramos. Una especie de GPS que señale si estamos en el ocaso de la democracia liberal, o en el amanecer de una nueva gobernanza postmodernista. O también, aunque suene difícil, si las sombras son pasajeras y hay un nuevo futuro para la democracia representativa. En Colombia hay un mosaico de acciones centrífugas. Una “clase política” miope prefiere seguir en el banquete sin pensar en las consecuencias. Como los pasajeros del Titanic embelesados con la música

y eso implica un aumento considerable en el presupuesto general de la nación para atender los compromisos salariales, de dotación, ascensos y pensión, entre otros, y el Gobierno nacional no tiene plata. Incorporar gente tampoco es fácil. En 2012 Santos prometió 20.000 policías más en 2013, y para lograrlo flexibilizaron los estándares de selección con las nefastas consecuencias que ya conocemos. El encargado de ese desastre fue el general (r) Palomino.

Y la mayor porción de nuestros ya casi cincuenta millones de habitantes, bastante desentendidos, embargados en la lucha por el condumio, la faltriquera, léase la simple supervivencia.

De la Mesa de La Habana surgen ideas, por ahora acaballadas en los dos escenarios: mejoramiento del funcionamiento representativo pero a la vez revisión de sus linderos a fin de buscar una arquitectura más incluyente.

Antes de un diagnóstico final, que quizás se demore, lo que sigue en el inmediato futuro es escoger entre la nostalgia del autoritarismo o la acción cuidadosa y transicional buscando conducir las aguas de los conflictos sin desbordamientos cataclísmicos. Lo que sí es cierto es que terminado el conflicto interno militar, el conflicto social perdurará. El reto es no matar el tigre y asustarse con el cuero. Ante el fragor social, lo peor sería dar marcha atrás y llamar a somatén para reiniciar la guerra. Ese será el momento de la serenidad, de la mente abierta para asimilar el conflicto y para impulsar el cambio. No será el momento del retroceso. Habrá mucho de talante.

Una visión sin arrogancia, sin temor del “ensayo y error”, distribuyendo el ojo y el oído de la autoridad en un escenario genuinamente plural para ir construyendo con paciencia de abeja obrera un nuevo tejido que permita una gobernanza sostenible. http://lasillavacia.com/historia/democraciaocaso-o-transformacion-por-humberto-de-la-calle-57183

Que las Farc dejen de ser un actor del conflicto no significa que los delitos que aquejan a la comunidad dejen de existir. Por eso debemos exigir claridad al presidente, a los alcaldes y gobernadores sobre sus planes para garantizar la seguridad ciudadana. Muchos deseamos el fin del conflicto con esa guerrilla, pero a la par también queremos honestidad en el desarrollo de otras políticas públicas. http://www.elespectador.com/opinion/seguridad-ciudadana-el-posconflicto


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SEPARATA MEDIOS/ agosto / 2016

Esto fue lo que decidió la Corte sobre el plebiscito Por: Juan Esteban Lewin

Medio: La Silla Vacía

Plebiscito: por qué sí, por qué no.

La decisión la tomó la Corte en una sala extraordinaria, justo dos días antes de que Juan Manuel Santos instale una nueva legislatura en el Congreso. 7 magistrados votaron a favor de la ponencia de Luis Ernesto Vargas que, como contaron varios medios hace un mes, proponía aprobar el plebiscito con un par de limitaciones. Solo se opusieron los dos magistrados más conservadores, Gabriel Eduardo Mendoza y Jorge Pretelt. El argumento principal para aceptar la constitucionalidad del proyecto de la ley estatutaria que permitirá que haya un procedimiento especial para convocar un plebiscito para que los colombianos refrenden o no el Acuerdo Final con las Farc es que los cambios que le hace a la ley de mecanismos de participación para esa única vez son razonables y democráticos.

Con esta decisión, la Corte dejó listo el camino para que arranquen las campañas a favor o en contra del plebiscito o por la abstención. Estas son las principales dudas que aclaró, según el comunicado que leyó su presidente, María Victoria Calle: 1. Sí será plebiscito.

Aunque la ley habla de “plebiscito”, varias voces habían indicado que en el fondo no era tal. Por ejemplo, en enero el ex magistrado auxiliar RODRIGO UPRIMNY EXPLICÓ EN SU COLUMNA EN EL ESPECTADOR QUE en realidad se trataba de una consulta popular pues mientras el plebiscito busca saber si la gente apoya una decisión de un Presidente, la consulta es una pregunta que puede no tener nada que ver con decisiones del Gobierno. Algunas intervenciones de expertos ante la Corte argumentaron que el proyecto de ley era exequible pero no era un plebiscito. Por ejemplo, EL COLECTIVO DE ABOGADOS JOSÉ ALVEAR RESTREPO LE PIDIÓ “modular su fallo y cambiar la expresión “plebiscito” por la de “mecanismo especial de refrendación para la paz”, figura más acorde con la finalidad constitucional que se busca”.

Sin embargo, para la Corte es un plebiscito: declaró exequible el título del proyecto con la condición de que se entendiera que el Acuerdo no es una norma sino una decisión política, y por lo tanto solo es obligatorio para Juan Manuel Santos. De ahí en adelante, él deberá implementar esa decisión por otos mecanismos, como decretos o el fast track en el Congreso que creó el Acto Legislativo para la Paz.

Aunque la respuesta a esta pregunta podría parecer menor, podría tener grandes consecuencias para el futuro, pues la Corte sentó una jurisprudencia que permite una figura que mezcla elementos de consulta y plebiscito a pesar

Fecha: 18 de julio de 2016

de que las diferencias políticas y legales entre ellos dos.

Por ejemplo, en un plebiscito la decisión popular solo obliga al gobernante actual (es decir, a Santos), mientras que por definición una consulta o un referendo es obligatoria para todas las autoridades. Y si se trata de un plebiscito, la campaña está directamente vinculada al Gobierno porque busca el apoyo de los votantes a una decisión política específica, mientras que si es una consulta o un referendo puede no reflejar una decisión concreta del Gobierno. 2. Será una sola pregunta.

La refrendación se hará con una sola pregunta. Esto es una gran ganancia para el Gobierno puesto que tanto el uribismo como intervinientes que no son opositores al proceso de La Habana, como el CONTRALOR GENERAL, habían pedido que se sometiera a consideración cada uno de los puntos del Acuerdo Final. El Gobierno ha defendido la tesis de que un acuerdo de paz es integral. La Corte le dio la razón al Gobierno, bajo el entendido de que se trata de un plebiscito, que por definición tiene una sola pregunta, que debe ser respondida SI o NO, y que según la ley que bendijo la Corte debe ser sobre la aprobación o no del Acuerdo Final de La Habana. 3. Se necesitarán unos 4,5 millones de votos para refrendar el Acuerdo Final.

La Corte decidió que es constitucional el umbral definido en el proyecto del gobierno que decía que debía obtener “una cantidad de votos mayor al 13% del censo electoral vigente y superar los votos depositados por el no”. Como ese umbral de votos es diferente al de todos los demás mecanismos de participación, en la Corte se debatía si se debía aplicar o cambiar. Al final decidió mantenerlo, argumentando que la Constitución no prevé un umbral para el plebiscito, por lo que la ley puede definirlo, y que la cifra es razonable. 4. Si gana SI pero no pasa el umbral, no se refrenda. Aunque en principio el plebiscito solo tiene efectos si gana el sí y pasa el umbral, en la Corte se discutió una fórmula para que también aplicara si era mayoritario pero no pasaba el umbral.

Como CONTÓ SEMANA, por lo menos un magistrado en la Corte que presentó LA POSICIÓN DEL CONSTITUCIONALISTA FRACÉS JEAN-MARIE DENQUIN para argumentar que si el plebiscito no pasa el umbral pero gana el SI habría que entender que sí hay que aplicar los acuerdos porque hubo un plebiscito consultivo. Pero finalmente la Corte no aprobó esa posibilidad. 5. No es claro qué pasa si gana el NO.

La Corte no se refirió a los efectos de una eventual victoria del NO, algo que tampoco define explícitamente esta ley del plebiscito. Por eso, para conocedores como el profesor Jorge Iván Cuervo, aún no es claro qué pasa si gana el no: si se entiende que los votantes le dijeron al Presidente que no están de acuerdo con negociar y por eso debe pararse inmediatamente de la mesa de La Habana, si la orden de los votantes es la de renegociar (y, al tratarse de una sola pregunta, tampoco sería claro exactamente qué puntos) o si, en todo caso y como el Presidente tiene facultades para negociar, puede seguirlo haciendo o no. 6. No habrá voto en blanco.

A pesar de que en los medios se debatió la posibilidad de que la Corte permitiera el voto en blanco en el plebiscito, como PROPUSO el abogado JOSÉ MANUEL ACEVEDO y defendió RODRIGO UPRIMNY EN LA SILLA VACÍA, la Corte no abrió esa puerta. 7. El Congreso no está obligado a convocarlo, pero la tiene difícil.

Una de las diferencias que tiene este plebiscito con los otros mecanismos de consulta ciudadana es que, según el proyecto, tendrá un paso mucho más rápido por el Congreso, en el que éste tiene menos margen para negarse a convocarlo: mientras que normalmente debe aprobarlo explícitamente, en este caso tendría que rechazarlo explícitamente.

Es decir, mientras normalmente el Congreso tiene que tramitar y sacar adelante el proyecto de convocatoria, para este plebiscito una de las dos cámaras tiene que votar explícitamente en contra para que no siga adelante. Si no vota, el Presidente puede convocarlo. Como eso quiere decir que el Congreso tendrá menos margen para hundir el plebiscito, si así lo considera, FUE UNO DE LOS PUNTOS que resaltó el Procurador General, Alejandro Ordóñez, para decir que el plebiscito era autoritario. La Corte no le dio la razón a Ordóñez. 8. Se puede aplicar muy rápido.

Además de que el Congreso solo puede vetar la convocatoria y no tiene que aprobarla explícitamente, tiene un tiempo muy corto, de un mes, para hacerlo. Ese mes se cuenta como parte del plazo para hacer el referendo, y que puede ir de uno a cuatro meses desde cuando el Presidente le informe al Congreso la intención de hacer el plebiscito.

Eso quiere decir que la campaña será más o menos rápida, según decida Santos, pero no pasará de 4 meses. Este fin de semana, Rafael Pardo, Consejero de Santos para el posconflicto, DIJO QUE ESPERABAN votar el plebiscito en septiembre. Para esto, tendrían que “antefirmar la paz” de aquí al 7 de agosto, que es una idea que el presidente Santos está considerando seriamente COMO CONTÓ LA SILLA VACÍA.

9. Los funcionarios públicos podrán hacer campaña. El proyecto permitía a los funcionarios hacer campaña en cualquier sentido, algo que el Procurador pidió a la Corte que se cayera por inconstitucional. El proyecto decía que “los servidores públicos que deseen hacer campaña a favor o en contra podrán debatir, deliberar y expresar pública y libremente sus opiniones o posiciones frente al Plebiscito”, pero para Ordóñez el que los funcionarios participaran es inconstitucional.

Sin embargo, la Corte decidió que sí es constitucional permitir que los funcionarios participen de la campaña, con el argumento de que ésta no es partidista. En eso mantuvo la jurisprudencia que había emitido en el pasado, por ejemplo frente al referendo que impulsó en su momento Álvaro Uribe. 10. Los partidos y políticos, sin campaña.

La Corte aceptó el condicionamiento que traía la ponencia de Luis Ernesto Vargas, de que en las campañas no se pueden incluir promociones a los partidos políticos. Por ejemplo, no se podrá decir "Arriba el SI liberal" ni "Vote NO por el Centro Democrático", o ideas similares. Según parece del comunicado leído hoy, la Corte también prohibió que lo hicieran personas con intereses electorales claros, y así le cerró la puerta a que la hagan quienes buscan hacer campaña criticando la negociación de La Habana (como Alejandro Ordóñez) o defendiéndola. Y también le bota un salvavidas al vicepresidente Germán Vargas, quien ha evitado tomar un partido claro y ahora tiene un motivo claro para no hacerlo. 11. Habrá una gran publicidad para divulgar los acuerdos.

El proyecto establece que el Gobierno hará una publicidad grande del Acuerdo Final en todo tipo de medios, incluyendo sitios web y redes sociales oficiales, periódicos, radio y televisión (con cinco minutos prime time diario en estos dos últimos, durante mínimo un mes). Aunque el proyecto dice que esos espacio son para asegurar “la publicidad y divulgación del acuerdo final” y “generar un debate amplio y suficiente”. La pregunta era si esa campaña era solamente pedagógica, para difundir los acuerdos, y aparentemente la Corte señaló que solo es para eso. 12. La oposición tendrá campaña, pero no como la de divulgación.

Aunque el uribismo ha pedido tener un espacio para una campaña más amplia, y el Procurador Alejandro Ordóñez buscó que la campaña de divulgación del Acuerdo quedara en manos de la Registraduría y no del Gobierno, la Corte no hizo ningún cambio en este punto. Por lo tanto, la oposición política y quienes se oponen a la negociación podrán hacer campaña, no con el despliegue en medios de la publicidad para divulgar los textos sino con las condiciones generales que definió la LEY DE MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA y que son iguales a las de las campañas por el SI.

http://lasillavacia.com/historia/esto-fue-lo-quedecidio-la-corte-sobre-el-plebiscito-57118


Edición 562

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¿En qué momento se jodió la exploración? Por: Jaime Checa Jiménez Presidente Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos.

Me tomo un respiro para reflexionar acerca de lo que está pasando con la industria del petróleo en Colombia y me abruma lo que veo. Con un sentimiento de incredulidad, observo como se desmorona la exploración justo en el momento en que el país más la necesita. La industria, fiel a su esencia, lucha y se adapta. Se reinventa cada día y no cesa de trabajar para cumplir con sus metas y compromisos al tiempo que no abandona el banquillo de los acusados, desde donde explica una y otra vez, con voz ya cansada, en qué consiste su

labor y cómo la adelanta cumpliendo con todos los requisitos de ley, como corresponde. No entiendo en qué momento se nos olvidó que estamos haciendo sísmica y perforando pozos desde hace más de 50 años sin que se hayan presentado impactos ambientales catastróficos como los que se han anunciado tan irresponsablemente. ¿A qué horas, un puñado de falsos expertos asustaron un país entero y en qué negro instante ese país entero se tragó el cuento?

En cuestión de pocos años, las empresas de sísmica quedaron reducidas a escombros. Las poquísimas que subsisten luchan para sobrevivir y ya son centenares los profesionales y técnicos calificados que están desempleados. Los costos de los levantamientos sísmicos entraron en una espiral alcista sin fin; los paros, las amenazas, las exigencias no tienen límite. Hoy en día, los cronogramas y los presupuestos son de humo y la sísmica es un animal famélico que camina cansado mientras le cuelgan gordas sanguijuelas. Mientras escribo, en varios lugares del país se encuentran paralizados los frentes de trabajo debido a paros y bloqueos que invocan razones ambientales, pero que en el fondo están alimentados por viles intereses comerciales. La rapiña por cupos de trabajo, vehículos y contratación de todo tipo de bienes y servicios se convirtió en un monstruo de mil cabezas que asusta. De verdad, ¡asusta! En días pasados estuve en el Meta. Las comunidades se preparaban para una movilización en contra de la industria petrolera, con su grito de batalla: “agua sí, petróleo no”. Se estaba instalando una mesa hídrica y los altavoces resonaban llamando al pueblo a cerrar filas en contra de las petroleras. ¿De cuándo acá resultamos tan preocupados por el agua? Entre Granada y Puerto Lleras pude ver plantaciones de palma que se extienden hasta donde la vista alcanza. Cada palma necesita 300 litros de agua al día. Hay 143 palmas por hectárea, es decir que cada hectárea necesita unos 16 millones de litros de agua al año. En el

“Esta es la hora de Colombia’’ excombatientes de El Salvador Por: Redacción / Medio: Diario del Sur / Fecha: 18 de julio de 2016

En Pasto se dieron cita diferentes personalidades internacionales que compartieron las experiencias de sus países en procesos de reconciliación y búsqueda de paz. La capital fue el escenario en donde ellos escucharon los alcances que, en regiones golpeadas como Nariño, tienen los últimos acuerdos firmados en La Habana. 11 líderes de Kenia, Filipinas, El Salvador, Guatemala, Azerbaiyán, Estados Unidos, Irlanda, y Reino Unido, conocieron los procesos en el marco de la Cumbre de expertos internacionales: Reintegración, reconciliación y construcción de paz, desarrollado por la ACR. Entre los invitados que arribaron a la capital nariñense se encontraron Miriam Coronel Ferrer, María Ofelia Navarrete, Facundo Guardado, John Alderdice, Henry Robinson, George Kogoro, Walter Rodríguez, Gustavo Porras y Virginia Bouvier. Ellos se mostraron positivos frente a lo que vive Colombia en la actualidad y la

esperanza de paz que florece en cada territorio, pese a las dificultades sociales que atraviesa el país. Dentro de este diálogo de saberes, Facundo Guardado Guardado, quien fue comandante guerrillero durante la guerra civil en El Salvador, y candidato presidencial en el 1993, habló sobre cómo las experiencias mundiales pueden aportarle al proceso de paz en Colombia. ¿Cuál es el aporte que El Salvador puede hacerle al proceso de paz en Colombia?

El Salvador es exitoso por haberle puesto fin a la violencia por motivaciones políticas, y esa es la gran oportunidad que tiene Colombia, este es un país, que como cualquier otro tiene una cantidad de dificultades, pero en este momento se deben saber cuáles son las prioridades. Colombia ha vivido por muchos años con violencia y este es el momento de inaugurar un nuevo momento histórico en el cual las diferencias se diriman en las urnas y en el debate, pero sin conflicto, eso lo llevará a muchas posibilidades de

progreso y de desarrollo para enfrentar lo que viene para el país. ¿Es posible llegar al perdón?

Se debe poner los ojos en el presente y en el futuro, lo colombianos no van a ponerse de acuerdo en el pasado, además de que no es necesario, pueden seguir discutiendo sobre lo que pasó , pero lo importante es que puedan entenderse en las cosas básicas sobre qué quieren para sus hijos y para sus nietos. ¿Qué decirle a ese ciudadano que está expectante ante esta situación?

Es difícil, pero debemos intentar formar nuestros propios criterios de lo que está sucediendo para poder ser actores de cambio y para contribuir a un país mejor. Tenemos que tomar un poco de distancia del camino al que siempre va la ‘manada’ y antes de irnos en la avalancha saber por qué estamos ingresando en ella. En el mundo por suerte hay una conexión y una información muy grande, por

2011, había 162.000 hectáreas de palma sembradas en el Meta, que consumen más de 2.500 millones de metros cúbicos de agua al año. Pero no, la mesa hídrica es contra la industria del petróleo que no consume ni la milésima parte de eso. ¿Tendrán licencia? ¿Tendrán plan de manejo ambiental? Alguno de los campesinos que me contó que la Palma les estaba secando el agua, ¿habrá salido en el noticiero? También había enormes plantaciones de plátano, arroz, yuca, maracuyá, piña y grandes extensiones dedicadas a la ganadería. ¿Será que a los miembros de la mesa hídrica les interesará el tema de los fertilizantes, fungicidas y demás químicos que deben estar llegando al río Ariari? No tengo nada en contra de la Palma, pero es evidente que el discurso ambiental en contra de la industria del petróleo es una burda pantalla y veo también una inmensa manada de borregos.

Tengo dolor de patria; hoy me invade la desesperanza. Miro alrededor y no encuentro razones para estar optimista, por más que tengo espíritu explorador y los retos me motivan. ¿Qué vamos a hacer si en cuatro años o menos se esfuman los ingresos del petróleo? ¿Con qué vamos a apalancar la educación, la salud y las obras de infraestructura que necesitamos? Tengo muchas preguntas, pero pocas respuestas. Por eso, aquí sentado, viendo cómo nada pasa, no puedo evitar parafrasear a Plinio Apuleyo Mendoza y preguntarme ¿en qué momento se jodió la exploración? Tomado de: portalinformativoindustrial.com

ejemplo, en estos días en El Salvador se decía que la corte anuló la ley de amnistía de la firma de la paz de hace 25 años, y me entero aquí en Colombia, a cientos de kilómetros. Sabemos que no va a pasar nada grave, la Asamblea va a encontrar una forma de resolver el tema de manera civilizada, ese es el camino que debemos procurar seguir.

Colombia seguirá teniendo diferentes problemas, es no quiere decir que tengamos que aceptarlos y ser indiferentes ante ellos, pero hoy es el momento de hacer ese cambio, es una gran oportunidad. De las dudas no nos preocupemos porque siempre habrá, pero en la medida en que se dé certeza a los ciudadanos de que se va cumpliendo eso generará confianza. ¿Qué experiencias resalta en Pasto?

En Pasto uno encuentra un ánimo impresionante, un deseo de la gente de salir adelante, de construir un camino para dejar el pasado, de trabajar respetando las diferencias e identidades. Yo creo que Nariño puede irse convirtiendo en un ejemplo de cómo trabajar en los nuevos desafíos que trae el proceso de paz. Colombia no ha tenido una oportunidad como esta, yo tengo la convicción de que van a salir a delante. http://diariodelsur.com.co/noticias/local/esta-esla-hora-de-colombia-excombatientes-de-el-salvador-223427


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SEPARATA MEDIOS/ agosto / 2016

El hijo de un secuestrado por las Farc presidirá el Congreso de la paz Por: Iván Gallo

Medio: Las Dos Orillas

Fecha: 21 de julio de 2016

Mauricio Lizcano hizo su primera campaña con la bandera de la liberación de su padre Óscar a Tulio quien padeció un traumático calvario de ocho años

Lo primero que hizo el presidente Álvaro Uribe al enterarse el domingo 26 de octubre del 2008 de que el congresista Óscar Tulio Lizcano se les había volado a las Farc después de 8 años de cautiverio fue llamar a su hijo Mauricio quien siendo Representante a la Cámara desde el 2006 había dado la batalla incesante para que a su padre no se lo tragara para siempre la manigua chocoana.

El joven abogado de la Universidad del Rosario tomó un avión desde Cali hasta Quibdó. Lo que más le impresionó al abrazar a su padre no fue sentir sus huesos forrados en la piel producto de la desnutrición, el paludismo y la amibiasis que le había generado ocho años de extenuantes caminatas por selvas inexpugnables, de banquetes compuestos de caldos de mico, de espesas sopas de oso hormiguero, de cogollo de palma seca. No, no fue la flacura ni la barba que le rozaba el pecho sino el hecho de que su casi siempre locuaz padre no pudiera hablar con coherencia. Tal vez la tortura más grande que sufrió Óscar Tulio Lizcano por parte de las Farc fue que le prohibieran, durante años, dirigirle la palabra a sus captores. Para este economista y profesor de la Universidad Nacional conversar había sido su placer máximo hasta que la cuadrilla Aurelio Rodríguez de las Farc lo secuestró el 5 de agosto del 2000 en Río Sucio, Caldas, el departamento que lo había elegido, un par de años atrás, como Representante a la Cámara.

Fueron ocho años en donde a Lizcano se le olvidó lo que era dormir en una cama, cubierto de un techo de verdad. Fueron más las noches que pasó caminando. A veces eran 30 días de incesante marcha huyendo del Ejército que, para ahogar y desmoralizar a los guerrilleros, les bloqueaba las entradas de comida. Para recuperar algo de fuerza lo único que quedaba era beber una sopa en donde muchas veces flotaba un ratón de monte. El menjurje casi siempre le producía al congresista vómito y diarrea. El dolor constante en el estómago podría mitigarse con una conversación, pero en los improvisados campamentos los únicos que tenían derecho a hablar eran los comandantes. Para no enloquecerse mataba las interminables horas de aburrimiento selvático cortando pedacitos de árboles y armaba con ellos un salón de clases en donde él, durante días enteros, propiciaba debates en donde recitaba largos fragmentos de Karl Popper y Adam Smith, dos de sus pensadores económicos favoritos. Cuando los guerrilleros que lo cuidaban se hartaban de sus largos monólogos lo callaban a la brava. En el profundo silencio en el que vivía lo único que contra-

rrestaba sus dolores físicos y sicológicos era pensar en Marta Arango, la mujer que lo había acompañado durante 30 años. En Manizales ella y sus dos hijos, Juan Carlos –quien también fue secuestrado por las Farc en el 2006– y Mauricio, esperaron durante años una prueba de supervivencia. A cientos de kilómetros de donde estaba su familia. Allí los rescató el Eando el Eprimera encuesta de Consultorcito por la paz para refrendar o rechazar el Acuerdo Final negociaÓscar Tulio Lizcano podía sentir la angustia que le generaba a su familia no saber si estaba vivo o muerto. A principios del 2008 tuvo por primera vez la oportunidad de escribirle a Marta. Una carta y 16 poemas no fueron suficientes para desahogar la rabia, la impotencia, el dolor que le producía su ausencia: Soporto sin tí con porfía, todo el silencio de la noche linda mía, mi barquerita: El que ama debe vivir escribió en uno de sus poemas éste hombre que se había formado con los versos de Jaime Sabines, de Neruda y de Mario Benedetti.

Ese año 2008 el cerco que le había impuesto el Ejército a la Aurelio Rodriguez se había estrechado hasta el estrangulamiento. El hambre y la baja moral afectaban a la tropa. En julio de ese año un guerrillero se le acercó hasta donde dormía y le propuso fugarse con él. Lizcano, a sus 62 años, no se sentía con la fuerza suficiente como para moverse en la selva. Tres días después volvió a ver al guerrillero desertor amarrado sobre un bejuco, minutos antes de que las Farc lo fusilara. A partir de allí, como pudo, se empeñó en ir ahorrando energía para una probable fuga. El 7 de octubre la situación para los guerrilleros que lo tenían secuestrado se hizo insostenible: alias Moroco, uno de los hombres más importantes de la cuadrilla sí tuvo éxito en su intento por desertar. Cuando el Ejército lo interrogó Moroco dio coordenadas exactas, detalles milimétricos que permitirían el rescate del congresista.

Wilson Bueno Largo, alias Isaza, quien a finales del 2007 había reemplazado a alias Sebastián en la comandancia de la Aurelio Rodríguez, al ver que la situación era cada vez más crítica, buscó una noche cerrada a su secuestrado en su cambuche, le ordenó ponerse las botas y juntos empezaron a perderse en el monte. Fueron 3 días de una caminata en la que Lizcano creyó desfallecer. Cada vez que Isaza le preguntaba cómo estaba él mentía y le decía que bien aunque las sangrantes ampollas en los pies, la fiebre y la diarrea se lo estaban comiendo vivo. En la travesía lograron burlar un anillo de seguridad de 40 guerrilleros hasta llegar a un lugar cerca al río Támana, justo en los límites de los departamentos de Risaralda y Chocó. Allí los rescató el Ejército.

Salió del shock que le produjo su abrupta liberación sólo cuando vio a su barquerita (la que gobierna su barca), a Juan Carlos y a Mauricio quien, en los 8 años de su secuestro, había pasado de ser un joven y brillante abogado recién graduado a uno de los políticos con mayor proyección del país.

Los demonios que conoció en su cautiverio sólo pudieron ser exorcizados un año después cuando en su libro Años de silencio, editado por Planeta, pudo por fin gritar el padecimiento de estar amarrado durante años a un bejuco en la selva. Ahora su hijo menor, el senador Mauricio Lizcano, acaba de elegido para asumir la

presidencia del Congreso, el parlamento que por los asares de la política y la guerra, será conocido como el Congreso de la paz. En su primera intervención como presidente, Lizcano recordó la barbarie sufrida por su padre y aseguró: “Yo pernodo a las Farc por ese hecho”, y aún más, pidió a sus colegas que el proceso de paz sea aprovechado para “mejorar el respeto por el contradictor político y no sembrar la semilla de nuevos conflictos”. Su padre Óscar Tulio, respira paz y orgullo como nadie.

http://www.las2orillas.co/el-hijo-de-un-secuestrado-por-las-farc-presidira-el-congreso-dela-paz/


Edición 562

/SEPARATA MEDIOS

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El último intento para juzgar al M-19 Por: Redacción Judicial

Medio: El Espectador

Fecha: julio de 2016

En la demanda le piden a la CIDH que declare responsable al Estado por la falta de investigaciones y sanciones en contra de los miembros de esa guerrilla que participaron en la toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985.

Víctimas de la toma del Palacio de Justicia viajarán a Washington para entregarle personalmente la demanda al secretario de la CIDH. Foto: el espectador.com

La próxima semana, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se presentará uno de los interminables capítulos de la toma del Palacio de Justicia en 1985. Treinta años después de la sangrienta toma y retoma que cobró la vida de al menos 94 personas, entre ellas once magistrados, y la desaparición de once más, las familias de dos agentes de la Policía que murieron enfrentados a la guerrilla del M-19 le pedirán a la CIDH que declare responsable al Estado colombiano por la falta de una investigación seria y oportuna en contra de quienes idearon, planearon y ejecutaron la toma. Durante más de un año, el abogado Felipe Useche trabajó en la elaboración de la demanda que presentará ante la

Comisión, acompañado de uno de los hermanos del capitán Héctor Talero, uno de los oficiales fallecidos. En el documento, de 141 páginas, detalló la manera en que los cerebros de la toma al Palacio de Justicia quedaron exentos de cualquier responsabilidad penal y cómo el Estado creó lo que él define como una estrategia para impedir que se investigara y sancionara a los responsables de las graves violaciones de derechos humanos que ocurrieron entre el 6 y 7 de noviembre, hace 30 años. Su petición está enmarcada en un lío político y jurídico que comenzó cuando el Gobierno de Virgilio Barco entabló diálogos de paz con el M-19. Las conversaciones fueron exitosas y en marzo de 1990 entregaron sus armas y se desmovilizaron para convertirse en grupo político. El problema, que hoy reaparece, es que los guerrilleros y altos mandos fueron indultados y amnistiados por delitos como el de rebelión. Dentro de ese grupo de combatientes que no enfrentaron ninguna consecuencia judicial estuvieron los altos mandos que planearon la toma.

Por esa época, la jueza sin rostro Clemencia García de Useche, madre de Felipe Useche, tenía a su cargo el expediente de la participación de los jefes del M-19 en la toma. En 1992, García modificó los delitos por los que estaban siendo procesados y dijo que debía prevalecer la investigación por los actos de terro-

El sí a la paz

Por: Óscar Alberto Díaz García.

La paz entre naciones se puede obtener mediante la firma de un tratado; es el fin de la guerra. Un armisticio suspende las hostilidades de común acuerdo. Al aplicar normas de este carácter entre las fuerzas legales de un Estado y grupos rebeldes, se llega al cese bilateral del fuego. Transitorio, pasajero, si una de las partes lo incumple de forma significativa. Y para que sea significativa la manera, no se requiere que las fuerzas militares bombardeen un campamento guerrillero o que la subversión se tome un batallón, como en otros tiempos. Un muerto diario, un soldado, un suboficial, un policía o dos cada rato, van sumando. Además, resulta incomprensible que la subversión en lugar de atacar objetivos puntuales, agentes del Estado, militares

o policías, se dedique también a la extorsión de la población civil (‘Timochenko’ lo niega) y al chantaje, bajo la amenaza de sus armas, que aún sin lucir al hombro siguen bajo sus camas. Si estos nuestros guerrilleros tan sólo fijaran como objetivo a cada funcionario del poder ejecutivo corrupto, a cada juez, magistrado, o congresista torcido, o a cada militar o policía abusivo o delincuente –que los hay–, vaya y venga; me declaro sedicioso. Apoyaría su revolución. Pero la realidad del país es bien diferente; hay tanta miseria dentro del Estado pero también en la guerrilla, que el ciudadano del común, el trabajador, el honrado, no sabe qué hacer. Piensan que dándole un sí a unos acuerdos entre dos grupos de personas, unos en representación del gobierno, otros en representación de sí mismos y

rismo que esa guerrilla había ocasionado en noviembre de 1985, como el incendio del edificio, y que por eso les imputaría cargos, pues esa clase de conductas no estaban amparadas dentro de la ley de amnistía e indulto que ya el presidente César Gaviria había revisado. Leyes como estas son consideradas, en la demanda que llegará a la CIDH, como parte de la estrategia del Estado para impedir la investigación de los responsables de la toma. “Si bien la Ley 77 de 1989 autorizó al Gobierno a otorgar indultos en el marco de un proceso de paz, señaló también que no se podía aplicar a los homicidios cometidos por fuera de combate, con sevicia o colocando a la víctima en estado de indefensión. Las autoridades judiciales se han abstenido durante más de treinta años de investigar a los dirigentes del M-19 que idearon, organizaron y ejecutaron la toma del Palacio de Justicia”, dice la petición de Useche. La osadía de la jueza Clemencia García le ocasionó toda clase de problemas pues su determinación de investigar a los guerrilleros resultó ser un inconveniente, más político que judicial, al gobierno de Gaviria. Todas sus decisiones fueron tumbadas por otros jueces y la Fiscalía ordenó una investigación penal y disciplinaria en su contra, que incluso le costó la privación de su libertad durante varios años, en una celda en la que compartió con guerrilleras que ella misma había condenado. En 2003, la Corte Suprema de Justicia acabó con su calvario y dijo que Clemencia García era completamente inocente. Aunque el proceso en contra de los responsables de la toma siguió su curso, pues se logró probar que los delitos que ocurrieron en la toma del Palacio de Justicia no podían ser indultados, en noviembre de 2009 un juzgado penal de Bogotá decretó la prescripción de la acción penal y el archivo definitivo del caso en el proceso contra el M-19 por los hechos del Palacio de Justicia. En ese momento, Felipe Useche ya había here-

no del pueblo, va a llegar la paz; con un agravante: el desconocimiento del fondo del acuerdo. La gente quiere la paz, desea el fin de esta guerra fratricida; muchos al opinar nos exponemos a las críticas ácidas, amenazantes a veces y sobre todo a la incomprensión del mismo gobierno, cada vez que encontramos y denunciamos posibles errores en el proceso de La Habana.

Transcribo, porque me identifico con él en su pensamiento, una frase de Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien dice: “El acuerdo firmado por las Farc y el Gobierno Santos en La Habana hace unos días tiene una parrafada que establece los términos de la nueva guerra y condena como “actividad criminal” tanto la actuación de gentes como Uribe y el Procurador que se oponen a la forma en que se ha hecho la paz. Allí se establece que gobierno y Farc unirán sus esfuerzos para combatir a quienes se opongan a la consolidación y la refrendación de la paz, es decir, al plebiscito. Es muy grave. Estamos

dado la lucha de su mamá y presentó una apelación que fue atendida por la Corte Suprema de Justicia en 2010, que explicó que, a la luz del Tratado de Roma, los delitos de lesa humanidad no pueden prescribir y es un deber del Estado seguir investigándolos.

En abril de 2013 el Juzgado Segundo Penal del circuito se pronunció de nuevo sobre el caso y, por el delito de homicidio agravado, condenó a 30 años de prisión a los miembros del M-19 que habían muerto en Palacio. Pero también absolvió a los guerrilleros por la muerte de varios miembros de las Fuerzas Militares, entre ellos el capitán Héctor Talero. Este detalle sirvió para que Useche planteara de inmediato la apelación de la sentencia. Hasta el momento van dos años y siete meses sin que se conozca el resultado de la apelación. Con el lento y casi nulo avance de la justicia colombiana en este capítulo de la historia de la toma del Palacio de Justicia, Felipe Useche tuvo el tiempo suficiente para componer en 141 páginas la injusticia que considera han vivido los familiares de las víctimas por la falta de condenas y actos de perdón por parte de quienes idearon la toma. Además de pedirle a la CIDH que condene al Estado por su estrategia que impidió la investigación y sanciones, dice que la amnistía que recibieron los miembros del M-19 que participaron en la toma debe declararse ineficaz, pues se olvidaron de que lo que ocurrió esos 6 y 7 de noviembre fue un atentado en contra de los derechos fundamentales. Entre otras peticiones requeridas a la CIDH están: que se realice un acto público de perdón en el que participen los miembros de la guerrilla; que se instale una placa de memoria histórica en honor a la jueza Clemencia García; y que, por primera vez en esta historia, se les entregue una bandera de Colombia a las familias de los policías y miembros de las Fuerzas Militares que fueron asesinados.

http://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-ultimo-intento-juzgar-al-m-19-articulo-642977-0

viendo hacer la paz con la guerrilla para poder comenzar otra guerra contra “los enemigos de la paz” y como ese carácter se lo otorga subjetivamente el gobierno y las Farc, aquí corremos el riesgo de usar la vanidad y la terquedad de parte y parte para llevar al país al holocausto. Sería inaudito”. Si la paz es el fin de la guerra y un armisticio es un cese bilateral temporal de hostilidades, ¿qué es lo nuestro? Me atrevo a definirlo como el cese unilateral del Estado al cumplimiento de su función constitucional; el Estado renunció a su mandato. Manuel Marulanda Vélez se ha de estar retorciendo en su tumba después de ver la cara de ‘Timochenko’ y Santos haciendo componenda, para poner de mampara de sus acuerdos una revolución falsa. Mampara que protege al gran cartel del narcotráfico: el Estado colombiano; al cual ingresa con pompa el nuevo socio, ‘Timochenko’. Por motivos personales me ausento una temporada de esta columna; muchas gracias al diario, y a mis lectores.


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SEPARATA MEDIOS/ agosto / 2016

Turbulencias en el proceso Por: John Marulanda

@josejomare

La proclama del frente 1 de las FARC de que no acatará lo pactado entre el gobierno de Santos y la cúpula de la organización terrorista, era previsible. Ya lo habíamos advertido: el envilecimiento de las estructuras farianas debido a su estrecha y creciente vinculación con el narcotráfico, no da lugar para revisionismos, ni desviacionismos, ni replanteamientos ideológicos. Los cabecillas negociadores reconocen que el asunto es de "Intereses económicos", según su comunicado de réplica a, que ironía decirlo, los insurrectos de su organización. Los rebeldes, que reciben unos 20 mil millones de pesos al mes producto del comercio ilícito de drogas, de coltán y de maderas, no ven claro qué mejor opción les puede ofrecer el gobierno y tampoco miran con simpatía que su jefes se estén dando la gran vida en Cuba mientras ellos soportan el diario guerrillear en las llanuras peri amazónicas de Vichada y Guaviare y distribuyen el dinero que colectan, de acuerdo a las órdenes de La Habana.

A este escisión es probable que le sigan otras. El Procurador General, duro y argumentado crítico del proceso, denunció que el frente 7, vecino al 1, también entraría en rebeldía. Otros comentaristas hablaron de que el frente 57, en la frontera con Panamá, el 48, en la frontera con Ecuador, el 16 del Vichada,

Fecha: 10 de julio de 2016

el 44 en el Meta y la columna Daniel Aldana, al sur del país, estarían en el mismo camino de insubordinación. Tales grupos, delinquen en las áreas en donde más han crecido los cultivos de coca. Concordó la noticia del motín fariano, con el informe de las Naciones Unidas que denunció el aumento de los cultivos ilegales en el país en un 39%, porcentaje menor al 49% mencionado por el embajador de Estados Unidos en Marzo pasado. A pesar de la diferencia, ambas cifras concluyen en una cosa: desde hace poco más de un año, Colombia ha vuelto a ser el principal productor de cocaína del mundo. No es pues coincidencia que ambos anuncios, el de las Naciones Unidas y el del frente primero de las farc, converjan en el tiempo y en el espacio.

Si bien este hecho, que con seguridad tendrá futuros capítulos, no alterará el camino para una firma de acuerdos entre la nomenclatura de las farc y el gobierno, si afectará con mucho la percepción de la opinión pública e incrementará la incredulidad sobre el proceso, que la última encuesta Gallup retrató con un 50% que cree que la negociación va por buen camino y un 44 % que no lo cree. Duro resultado después de cuatro años de incesante promoción y propaganda orquestadas para que la prometida paz eche raíces en el alma ciudadana. La idea que

el narcotráfico es el verdadero problema de este proceso, está tomando cuerpo, erosionando rápidamente la promesa de paz y felicidad que ha sido el eje de la campaña para lograr consenso en la búsqueda de la concordia nacional. Las voces disonantes del Presidente que amenazó a los facciosos con la tumba o la cárcel (en ese orden), del Comandante del Ejército que anunció el empeño de mas de 250 mil hombres para someter a unos 300 bandidos y de otros miembros del gobierno, son señales de los apuros por los que estaría atravesando el régimen. Pero, en la opinión pública actual, no es solo el narcotráfico lo que genera incomodidad, recelo y desconfianza. El desastroso servicio de salud pública que hace agua por los cuatro costados, la descarada corrupción, el aumentos de las dietas parlamentarias, la inminencia de una reforma tributaria que encarecerá todo, la temporada de carestía por un paro caminero que dura más de un mes y no parecer ceder y la repetición sinsentido de los lemas comunistas sesenteros por parte de los amigos de las Farc y de pacifistas, tienen fatigados y cansados a los colombianos. Las cúpulas de los partidos, de la Iglesia y de diferentes gremios han salido al quite, promoviendo el voto ciudadano por el sí a los acuerdos, en un posible plebisci-

to aún por determinar y en el cual solamente participaría un 40%, según Gallup.

Las farc, tampoco la tienen fácil. Victimas de su propia incuria e irresponsabilidad, en cada aparición pública generan mayor rechazo por arrogantes, intimidadores y cínicos. Ahora no tienen cómo disciplinar a sus antiguos subalternos proveedores de los pingues recursos del narcotráfico. La sanción de no poder ¨usar su nombre, armas y bienes¨, es un mal chiste para una organización que se caracterizó durante 60 años por su verticalidad autoritaria y una línea dura de subordinación que con frecuencia utilizó el fusilamiento y la ejecución. Fuera de ¨sacarles la lengua¨ y dolerse de la pérdida económica que esta o estas separaciones significan, estarán añorando que las Fuerzas Armadas del Estado que combatieron, castiguen a sus díscolos ex-camaradas.

Pero, la fuerza pública deberá someter no solo a los del frente 1 y otros frentes que sigan el mismo camino, sino al eln que continua asesinando policías, infantes de marina y soldados, precisamente en zonas fronterizas de alta presencia de cultivos ilícitos y minería ilegal, y a mini carteles o Grupos Armados Organizados o Bacrim, que proliferan en medio de un creciente mar de coca.

Segunda Brigada saldría del norte de Barranquilla Por: Redacción

Medio: El Tiempo

Luego de casi tres años de negociaciones entre el Distrito y el Ministerio de Defensa, mañana se estará dando fin al traslado de la Segunda Brigada para en ese predio construir un gran parque y vías que permitan destaponar un sector del norte de la ciudad.

La buena noticia para los barranquilleros será oficializada el viernes, a la una de la tarde, por el mismo vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, en un acto especial al que asistirán las principales autoridades del Distrito, en cabeza del alcalde Alejandro Char, que se reincorpora a sus funciones luego de una licencia.

En la guarnición militar operan la Segunda Brigada, la Zona de Reclutamiento y un Batallón de Policía Militar, además de casas fiscales, donde residen oficiales y suboficiales del Ejército. Allí también hay helipuertos, canchas deportivas, zonas de entrenamiento militar, áreas administrativas y sociales. Los planes del Distrito

El Ministerio de Defensa comenzó a considerar la propuesta presentada en julio del 2014 por la entonces alcaldesa Elsa Noguera de trasladar el Cantón Militar de Paraíso para construir allí un parque lineal y vías que descongestionen el norte de la ciudad.

El Distrito ofreció al Ministerio de Defensa mudar la guarnición militar a un lote localizado en el corregimiento de Juan Mina. En estos momentos no se conoce cuál será la oferta que aceptó el Ministerio. La intención de la alcaldía es levantar allí una zona verde de

35 hectáreas, entre la calle 60 y la Vía 40, además de la prolongación de calles, que permitan desembotellar este sector.

La idea es extender la calle 79 desde la carrera 60 hasta la Vía 40. Y abrir dos carreras que son la 60 y 75, lo que nos permitiría aliviar un poco la movilidad, en

Sectores de la iglesia cercanos al eln despliegan sus mejores homilías para convencer a estos izquierdistas radicales de cuño cubano de suspender sus ataques, que algunos analistas avezados ven como un complemento a las negociaciones de La Habana, en una mañosa estrategia farc-eln acordada para asfixiar al gobierno Santos, que sigue mostrándose obsequioso y regalón frente a las exigencias de los extremistas.

El himno de guerra de las farc retumbando en el Congreso de la República y su bandera exhibida en el recinto congresional; uno de los cabecillas de las farc, amante de las motos Harley Davidson, luciéndose en el sepelio de su madre en Neiva; agrias cartas del General Mora y otros generales en retiro, circulando por las redes; militares bolivianos, entrenados y adoctrinados por Venezuela, anunciados como observadores de la ONU para las zonas de concentración de los terroristas, son detalles no pasan desapercibidos para la opinión pública que de apática ha pasado a escéptica y podría generar, al decir de muchos, una tensión de consecuencias impredecibles, mientras centenares de hambreadas venezolanas pasan por encima de la Guardia Nacional en la frontera para conseguir alimentos. Y es que los críticos del proceso habanero, señalan a Venezuela como el futuro que se aproxima para Colombia. Fuera de los discursos, promesas y firmas protocolarias, ya las Farc empiezan a salir de su sueño revolucionario marxistaleninista y a chocar con la cruda realidad. esta zona del norte. Aumenta espacio

Con esta nueva área, Barranquilla pasaría de tener 0,8 metros cuadrados de espacio público por habitante a 1,4 metros, además de acercar al alcalde Alejandro Char de cumplir su meta de entregar un millón de metros cuadrados de espacio públicos nuevos.

De concretarse este proyecto, la Vía 40 tendría un gran desarrollo urbanístico, puesto que a pocos cuadras de allí se levanta el Centro de Eventos y Exposiciones del Caribe Puerta de Oro, el segundo recinto ferial más grande del país, que se entregara el próximo 3 de agosto, que conectará con el malecón de la Avenida del Río. En esta zona igualmente se anuncian grandes inversiones del sector privado que planea construir un gran centro comercial, con mirada al río Magdalena.

http://www.eltiempo.com/colombia/ barranquilla/segunda-brigada-saldriadel-norte-de-barranquilla/16650301


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