SEPARATA
MARZO 2016
PATRIA - UNIÓN - PROGRESO
ACORE 55 años
ISSN 0123-2894 Circulación nacional
Artículos y notas de interés publicados en los medios de comunicación sobre la salida de Vicky Dávila de La Fm, el homenaje póstumo a Camilo Torres, la minería ilegal y el futuro de las Fuerzas Militares.
SEPARATA ESPECIAL
FOTO: ecopolitica.net
Revive el ‘articulito’ de las zonas de despeje El Congreso empieza a reformar la ley de orden público para permitir la recta final del proceso de paz. Para ello desempolva la misma norma que permitió la zona de despeje de San Vicente del Caguán. Publicado en: Semana | Autor: Nación | Fecha: 22/2/2016
Se llama Ley de Orden Público y fue aprobada por el Congreso en 1997. Es la norma que habilita los procesos de paz con las organizaciones armadas al margen de la ley. Desde entonces, todos los presidentes la han utilizado, tanto que Andrés
Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos han pedido al Congreso prorrogar su vigencia. La misma ley que Santos pide reformar para poner fin al conflicto con la guerrilla de las FARC. Pasa pág. 2
"La paz es la victoria para cualquier soldado": Comandante de las FF.MM. Publicado en: El País | Autor: Ana María Saavedra | Fecha: 14/2/2016
El general Juan Pablo Rodríguez, quien desde el 2014 ejerce como comandante de las Fuerzas Militares, visitó esta semana Cali. En las instalaciones del Comando Conjunto Suroccidente se reunió con la cúpula de la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército de la región para hablar de la estrategia contra las organizaciones criminales en el 2016 y los desafíos en el inminente posconflicto, que resumió en la lucha contra el crimen organizado: la extorsión, la minería ilegal, el contrabando y el
El fin del periodismo
narcotráfico.
En su vista, que coincidió con el operativo contra alias ‘Rigo’, señalado como uno de los jefes de la Compañía ‘Lucho Quintero’ del ELN, le envió un mensaje a esta agrupación para “responsabilizarla por la vida del cabo Jair de Jesús Villar (secuestrado el 3 de febrero) y exigirles que liberen a los secuestrados”. Pasa pág. 3
No voy a defender la publicación del video. Lo que me interesa es la manera virulenta como aplastaron a Vicky Dávila en las redes sociales. Publicado en: Semana | Autor: María Jimena Duzán | Fecha: 20/2/2016
Ser periodista en Colombia hasta hace poco era un oficio aprestigiado, así no fuera ni bien pago, ni la mejor manera de hacer amigos. Sin embargo, de un tiempo para acá, esa aureola respetable con que la sociedad nos ungió en años pasados se nos ha ido evaporando en la medida en que la opinión pública,
Otros artículos de interés…
que no es boba, se ha dado cuenta de que el periodismo que se practica hoy en Colombia es sinónimo de soberbia, de likes, de arrogancia y de genuflexión ante los poderes económicos y políticos, y que valores como la independencia y la ética son parte ya de la prehistoria. Pasa pág. 8
Volvieron las retroexcavadoras a rematar el río San Bingo, en Cauca
Páginas 4 y 5
La resurrección de Camilo Torres y las heridas que no cierran
Páginas 6 y 7
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SEPARATA MEDIOS/ Marzo / 2016
Revive el ‘articulito’ de las zonas de despeje El Congreso empieza a reformar la ley de orden público para permitir la recta final del proceso de paz. Para ello desempolva la misma norma que permitió la zona de despeje de San Vicente del Caguán.
Publicado en: Semana | Autor: Nación | Fecha: 22/2/2016
Se llama Ley de Orden Público y fue aprobada por el Congreso en 1997. Es la norma que habilita los procesos de paz con las organizaciones armadas al margen de la ley. Desde entonces, todos los presidentes la han utilizado, tanto que Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos han pedido al Congreso prorrogar su vigencia. La misma ley que Santos pide reformar para poner fin al conflicto con la guerrilla de las FARC.
Hace 19 años, cuando parecía que el Estado perdía la guerra contra la insurgencia, un artículo de esa ley habilitó las llamadas zonas de despeje y en consecuencia dio origen al proceso de paz del gobierno Pastrana en la zona desmilitarizada de cinco municipios alrededor de San Vicente del Caguán. “El presidente de la República, mediante orden expresa y en la forma que estime pertinente, determinará la localización y las modalidades de acción de la fuerza pública, siendo fundamental para ello que no se conculquen los derechos y libertades de la comunidad, ni genere inconvenientes o conflictos sociales”, dice en uno de los incisos del parágrafo 1º. del artículo 8 de esa ley. Y posteriormente se lee: “el gobierno nacional podrá acordar, con los voceros o miembros representantes de las Organizaciones Armadas al margen de la ley a las cuales se les reconozca carácter político, su ubicación temporal o la de sus miembros en precisas y determinadas zonas del territorio nacional. En las zonas aludidas quedará suspendida la ejecución de las órdenes de
captura contra estos, hasta que el Gobierno así lo determine o declare que ha culminado dicho proceso”.
Esa redacción estuvo vigente hasta el 2010. A finales de ese año, el Congreso aprobó la prórroga de la ley, pero por iniciativa del entonces ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, se eliminaron los párrafos mencionados y en su lugar se dispuso la siguiente redacción: “En ningún caso se podrán establecer órdenes especiales de localización a la fuerza pública para la creación específica de zonas de ubicación o de despeje de cualquier parte del territorio nacional”. En ese entonces el consenso nacional giraba en torno a no repetir los errores del Caguán, por lo que se eliminó la mínima posibilidad de establecer una zona de despeje. Por eso, un proceso de paz con la guerrilla sólo se podría adelantar en el exterior.
Esa disposición es la que hoy tiene en aprietos la recta final del proceso de paz, pues luego de que la guerrilla y el Gobierno aceptaron un mecanismo de verificación del cese al fuego, y ante la necesidad de que las FARC concentren a los hombres que se van a desmovilizar, el Gobierno no tiene herramientas legales para garantizar esa ubicación. ¿Y cómo pretende resolverlo el Gobierno? Sencillo. Eliminar la prohibición de las zonas de despeje y revivir el parágrafo que les dio vida hace 19 años. “De cara al estado actual de las negociaciones con las FARC, y para posibilitar institucionalmente las operaciones de movilización a zonas de ubicación
de los frentes o columnas de los grupos de guerrilla que suscriban un acuerdo de paz con el Gobierno, se hace necesario derogar del ordenamiento jurídico la prohibición mencionada. Esto para hacer viables y otorgar seguridad jurídica a dichas movilizaciones y subrogarla por otra que establezca explícitamente dicha posibilidad en cabeza del primer mandatario”, explica el senador Roosevelt Rodríguez, del Partido de la U, uno de los dos ponentes del proyecto de ley, quien a partir de este martes tendrá que convencer al Senado y la Cámara de aprobar esta reforma.
La posibilidad del presidente de limitar la acción de la fuerza pública en determinadas zonas, explica el senador Rodríguez, está fundamentada en el artículo 189 de la Constitución, el que señala que al presidente de la República le corresponde “dirigir la fuerza pública y disponer de ella como comandante supremo de las Fuerzas Armadas de la República”. Y para efectos de que se produzca la firma de un acuerdo de paz con las FARC, señala el ponente, es necesario garantizar el traslado de los miembros de la guerrilla a las zonas de ubicación temporal. Por eso, explica, para ello se hace necesario “revivir la norma original que estipula que el Gobierno podrá acordar con los representantes de la organización armada su ubicación temporal en precisas y determinadas zonas del territorio nacional”. La ponencia, que empezará a ser discutida este martes, lo señala con claridad. Se revivirá la disposición que permitió las zonas de despeje. Quizá previendo la controversia que se
Comisiones Primeras de Senado y Cámara aprobaron reforma a la ley de orden público Con esta reforma se dan facultades al presidente Santos para crear zonas de concentración de las Farc. La Comisiones Primeras de Senado y Cámara aprobaron la reforma a la ley de orden público y dieron aval a la creación de las zonas de concentración de las Farc en una eventual firma del acuerdo de paz de La Habana.
La aprobación de la Ley 418 o de orden público se dio tras cuatro horas de debate y votación. Luego de esto el proyecto irá a las plenarias de ambas corporaciones, para la debida discusión y votación. Sobre las zonas de ubicación de los guerrilleros de las Farc, tras un eventual acuerdo de paz, se pactó que el Gobierno “definirá la manera como fun-
cionarán las instituciones públicas en las zonas de ubicación para garantizar los derechos de la población”. La iniciativa fue aprobada en la Comisión Primera de Senado por 13 votos a favor, con la ausencia de la bancada del Centro Democrático, que se retiró del recinto, tras declararse en rebeldía con el Gobierno del presidente de Juan Manuel Santos,
podría anticipar en el debate en el Congreso, y el posible argumento del uribismo de que la reforma pretende crear zonas de despeje, el Gobierno decidió incluir en el proyecto varios parágrafos en los que determinaba los alcances de las zonas especiales de ubicación temporal. “…En las zonas aludidas quedará suspendida la ejecución de las órdenes de captura contra estos y los demás miembros del grupo organizado al margen de la ley, al igual que durante el transcurso del desplazamiento hacia las mismas, hasta que el Gobierno así lo determine o declare que ha culminado dicho proceso. Adicionalmente, si así lo acordaran las partes, a solicitud del gobierno nacional y de manera temporal, se podrá suspender la ejecución de las órdenes de captura en contra de cualquiera de los miembros del grupo armado organizado al margen de la ley, por fuera de las zonas, para adelantar actividades propias del proceso de paz”, dice el proyecto.
Una sencilla interpretación de esta redacción indica que las órdenes de captura a la guerrilla se podrían suspender fuera de las zonas de ubicación, con fines exclusivos de adelantar actividades del proceso de paz. Hace una semana esto parecía una mera formalidad, pero seguramente encenderá un nuevo debate después de los hechos del jueves pasado en el corregimiento de Conejo, en el municipio de Fonseca, en La Guajira, donde Iván Márquez y Joaquín Gómez, jefes de las FARC, fueron sorprendidos haciendo proselitismo armado. “Las medidas que el proyecto revive, tales como la suspen-
por la captura en la ciudad de Medellín del hermano del senador Alvaro Uribe: Santiago Uribe por el CTI de la Fiscalía General de la Nación. El Ministro del Interior Juan Fernando Cristo dijo que los negociadores del Gobierno en La Habana, le entregarán a los colombianos un buen resultado de un largo proceso de negociación, que superó los 3 años. "El legislativo se ocupó del estudio de la Ley de Orden Público de cara al país", subrayó La iniciativa pasará la próxi-
sión de órdenes de captura, la posibilidad de dar órdenes de localización a la fuerza pública o la determinación de zonas de ubicación, no implican la suspensión del Estado de Derecho, la sustitución de las autoridades en las zonas para el desplazamiento o ubicación –dice Rodríguez–. No existe ninguna razón, ni constitucional ni legal, para que en las zonas de ubicación opere una normatividad especial, paralegal o paraconstitucional. La presencia de combatientes en dichas zonas no implica una situación excepcional de orden público, sino una natural medida para hacer un tránsito ordenado del grupo armado a la civilidad”.
El pasado viernes, tras el incidente provocado por la presencia de los jefes de las FARC junto a la comunidad en Conejo, el presidente Santos hizo varias precisiones y trazó unas líneas rojas que seguramente se posarán en la discusión del proyecto. Sobre las zonas de ubicación dijo que no habrá sitios vedados para la fuerza pública y que por ningún motivo podrá haber población civil. “No habrá despejes”.
Este martes, cuando las comisiones primeras de Senado y Cámara empiecen el debate de la reforma a la ley de orden público, en últimas estarán sepultando la prohibición de las zonas de despeje y reviviendo la norma que las habilitó. Quedarían vigentes hasta diciembre del 2018.
Dirección URL: http://www.semana. com/nacion/articulo/proceso-depaz-congreso-revive-el-articuloque-permitio-la-zona-de-despeje/461598
ma semana a estudio de las plenarias de senado y Cámara, tras la advertencia del gobierno, que la recta final del proceso de paz, no abrirá la puerta a un nuevo Caguán. "Esperamos que antes del 23 de marzo, el presidente Santos cuente con los instrumentos jurídicos para enfrentar y construir el proceso de la paz", sentenció.
http://www.elheraldo.co/politica/ comisiones-primeras-de-senado-ycamara-aprobaron-reforma-la-leyde-orden-publico-246138
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“La paz es la victoria para cualquier soldado”: Comandante de las FF.MM. Publicado en: El País | Autor: Ana María Saavedra | Fecha: 14/2/2016
Todavía quedan fenómenos de criminalidad que siguen afectando la seguridad, sobre todo el crimen organizado, y hacia ese crimen organizado vamos a enfocar todo nuestro esfuerzo para genera cada vez más seguridad. Ahora viene Paz Colombia. ¿Qué esperan las FF.MM. de ese nuevo plan?
Es la continuación del Plan Colombia, y es muy importante porque el esfuerzo militar debe ser complementado por un esfuerzo de consolidación. Lo más difícil no es ganar la guerra, lo más difícil es construir la paz. En eso, yo espero que Paz Colombia permita seguir consolidando el esfuerzo militar y construyendo una paz estable y duradera. ¿Cómo se va hacer la estrategia de esa consolidación? El general Juan Pablo Rodríguez, quien desde el 2014 ejerce como comandante de las Fuerzas Militares, visitó esta semana Cali. En las instalaciones del Comando Conjunto Suroccidente se reunió con la cúpula de la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército de la región para hablar de la estrategia contra las organizaciones criminales en el 2016 y los desafíos en el inminente posconflicto, que resumió en la lucha contra el crimen organizado: la extorsión, la minería ilegal, el contrabando y el narcotráfico. En su vista, que coincidió con el operativo contra alias ‘Rigo’, señalado como uno de los jefes de la Compañía ‘Lucho Quintero’ del ELN, le envió un mensaje a esta agrupación para “responsabilizarla por la vida del cabo Jair de Jesús Villar (secuestrado el 3 de febrero) y exigirles que liberen a los secuestrados”.
También habló de las informaciones acerca de los planes del ELN de realizar un paro armado. “Las Fuerzas Militares y el Gobierno no vamos a permitir que se desarrolle un paro armado, como se supo habían empezado a circular panfletos. No nos podemos dejar intimidar”. Y anunció que desplegarán sus esfuerzos en Arauca, Norte de Santander, el sur de Bolívar, Cauca, Nariño y Chocó, que son los sitios donde más presencia tienen las estructuras del ELN. General, este mes el Gobierno celebró los 15 años del Plan Colombia, ¿que fue lo más importante de ese plan para las FF.MM.?
En 1998 y especialmente en 2002, Colombia era considerado un estado fallido, teníamos unos grupos armados muy fuertes que atacaban el Estado de Derecho, a la población, la infraestructura y a la Fuerza Pública. Mediante el fortalecimiento de las Fuerzas Militares, gracias al Plan Colombia, se inició una recuperación significativa de la seguridad.
El Plan Colombia es el único modelo que ha tenido un impacto excelente en la recuperación de la seguridad y en la recuperación de la economía del país. El país está muy cerca de lograr la paz, y eso es justamente debido a ese esfuerzo tan grande que se hizo en contra de todos los agentes generadores de violencia que más afectaban la seguridad. Se ha dicho que si las Farc están negociando ahora, es gracias a lo que se hizo en el Plan Colombia...
Evidentemente. Si hoy las Farc están en una mesa de negociación, es gracias al esfuerzo de los soldados de la patria. En eso debemos ser agradecidos con EE. UU., que fue un socio estratégico que nos permitió lograr el objetivo de recuperar la seguridad y fortalecer el crecimiento económico del país.
Tenemos que seguir generando unas mejores condiciones de seguridad. El pueblo colombiano cada vez nos exige más seguridad. Tenemos que trabajar las Fuerzas Militares, La Policía y la Fiscalía de una forma interinstitucional. En esta etapa se requiere una acción integral, un esfuerzo estatal. Solo de esta manera se puede seguir avanzando en la construcción de una paz estable y duradera que va a tomar un tiempo, pero que necesariamente requiere unas mejores condiciones de seguridad. No podemos bajar la guardia. Tenemos que seguir siendo efectivos para que se consolide el esfuerzo.
Al dejar de ser las Farc su principal objetivo, ¿el foco de las Fuerzas Militares debería ser la lucha contra las bandas criminales, ELN y minería ilegal? Si se firma un acuerdo con las Farc, no significa que todos los problemas de seguridad estén solucionados. Solo una parte significativa estaría solucionada, pero quedan otros agentes generadores de violencia hacia los cuales debemos orientarnos. Uno de esos escollos es el crimen organizado y hacia ellos debemos orientar el esfuerzo de las Fuerzas Militares y las otras agencias del Eçstado. Ese crimen organizado es el que más afecta la seguridad de los ciudadanos. Básicamente, es la extorsión, la minería ilegal, el narcotráfico, el contrabando, el tráfico de armas, y todos esos fenómenos que generan inseguridad.
Pero queda otro tipo de amenaza. Si el ELN no se acoge a una mesa de negociación que le ofrece el Gobierno, entonces las FF. MM. tienen que seguir combatiéndolo. Además de eso, si existen disidencias que no quieren acogerse a la negociación de las Farc, tenemos que hacer un esfuerzo muy grande para frenar esta amenaza. Si se da la desmovilización de las Farc , ¿cuál sería, según los análisis de inteligencia, el porcentaje de guerrilleros que seguirían delinquiendo? No quiero hacer aseveraciones ‘a priori’. Pero nuestros análisis indican que pueden presentarse algunas facciones que no se acojan al proceso de negociación. El Gobierno ha sido muy claro diciendo que las Farc tienen que pasar de la ilegalidad a la legalidad, para lo cual deben desmovilizarse, entregar armas y reinsertarse a la vida civil.
De llegarse a presentar esa situación con alguna facción, que no se acoja a los acuerdos, nosotros seguiremos adelante cumpliendo nuestra misión y neutralizando cualquier acción de cualquier grupo. Entonces, ¿antes de quitarles recursos y personal a las Fuerzas Militares en el posconflicto, deben ser más fortalecidas?
Sí. Lo más difícil no es ganar la guerra sino consolidar el esfuerzo militar y la paz. Por eso las Fuerzas Militares y policiales deben permanecer más fuertes que nunca. Porque todas las amenazas y reductos deben ser neutralizados para llegar a una verdadera paz, estable y duradera. Ese es un reto muy grande. Entonces, una vez las áreas ocupadas por las Farc sean abandonadas por ellos, el Estado debe garantizar el control territorial de esas zonas, para poder consolidar la paz. Se ha tenido información que el ELN quiere copar zonas de las Farc.
El Estado y las Fuerzas Militares debemos ocupar todas las áreas que dejen las Farc. Allí en esas zonas nosotros tenemos la responsabilidad de mantener control territorial y combatir a todos los agentes criminales, sean los que sean.
General, los rumores de una división en el interior de las Fuerzas Militares y la baja moral de las tropas han acompañado a este Gobierno en los últimos años. En las Fuerzas Militares no hay división. Ahora más que nunca hacemos un trabajo conjunto muy importante. Somos un referente regional e internacional. Recientemente tuvimos la visita del segundo comandante de la Otan y quedó sorprendido de la forma en que trabajamos conjuntamente. Todos estamos unidos para ser cada vez más efectivos. Tampoco es cierto que hemos bajado la guardia. Todos los días tenemos resultados de nuestras actividades contra los ilegales.
Seguimos trabajando con el empeño de siempre, porque la paz es viable gracias al esfuerzo de los soldados y los policías. La paz es la victoria para cualquier soldado. Los que más trabajamos para la paz somos nosotros, los policías y los soldados.
El hecho de que seamos la institución con mayor credibilidad por parte de los colombianos, con un 85 % de credibilidad, indica el compromiso que tenemos con el país. Eso reconoce el esfuerzo de las Fuerzas Militares. ¿Cuál es la estrategia contra la minería ilegal de las FF. MM.?
Hemos diseñado una estrategia conjunta, coordinada por la Policía y con la participación de la Fiscalía. Hemos unido esfuerzo porque sabemos que la minería es una amenaza no solo contra la seguridad sino contra el medio ambiente e incrementa las finanzas de los grupos al margen de la ley. Creamos una brigada contra la minería ilegal, que tiene como misión atender directamente las sospechas en todo el territorio y trabajamos con la Policía. Debemos incrementar las acciones contra esta amenaza y eso ha dado buenos resultados. En todo el país se han desarrollado operaciones muy importantes, en especial en el suroccidente y en el oriente del país. Vamos a arreciar las operaciones contra la minería ilegal. ¿Cuál es su radiografía de la minería ilegal en el Pacífico?
El Pacífico es una zona muy compleja geográficamente, es una zona selvática lo que dificulta las operaciones, pero contamos con la capacidad para desarrollar operativos en estas áreas, especialmente en Cauca.
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La resurrección de Camilo Torres y las heridas que no cierran Publicado en: La Silla Vacía | Autor: Jineth Prieto – Ana Karietna León | Fecha: 15/2/2016
empezar a pasar los habitantes del Carmen, quienes se aglutinaron en el sector del Topón, ubicado a las afueras del pueblo y punto en el que inicia la entrada a Patio Cemento (destino final de la movilización de Camilo Torres).
Debido al cierre de la salida del Carmen, campesinos que venían desde algunas veredas no pudieron llegar a la concentración e incluso muchos se devolvieron por la cuantiosa presencia de la fuerza pública, según le contó a La Silla Nelson Álvarez, concejal del Carmen por el partido Conservador y uno de los líderes de la protesta. A las 8:30 del domingo ya había cerca de 300 personas con carteles y camisetas en las que se leía “víctimas de la guerrilla queremos seguir viviendo en paz” ubicadas en el Topón, punto en el que la Policía también cerró el paso. No suele haber homenajes pblicos a un guerrillero. Pero Camilo Torres no fue un guerrillero como los otros. Este sacerdote es tanto un ícono para la izquierda como el recuerdo de la guerra para otros. Son dos formas de verlo y la peregrinación que arrancó desde Barrancabermeja con el fin de conmemorar su muerte hace 50 años -en pleno paro armado del Eln- muestra el desencuentro entre dos países que más temprano que tarde se tendrán que encontrar. La Silla los acompañó a ambos. Las alarmas en el Carmen
La alarma se prendió entre los pobladores del Carmen de Chucurí, en Santander, hace 20 días, cuando iniciaron los rumores del homenaje a Camilo Torres, cura guerrillero del Eln que murió cuando tenía 37 años en medio de un combate en Patio Cemento, en ese municipio.
Las versiones iban desde que se realizarían posibles movilizaciones hasta la instalación de una placa en el sector donde murió en honor a su memoria. Esas noticias no cayeron para nada bien entre los pobladores y desde ese día, empezaron a correr la voz para organizar una protesta. El descontento fue tal, que el 7 de febrero la Alcaldía tuvo que organizar un consejo de se-
guridad en el coliseo del municipio para que se explicaran los alcances de lo que pretendían hacer los seguidores de Camilo Torres, en esa zona, que fue la cuna del Eln, y que vivió en carne propia todos los embates de la guerra. En esa reunión intervino Hernando Hernández, uno de los facilitadores de los diálogos entre el Eln y el Gobierno y vocero de la conmemoración a Torres, expresidente de la Uso y candidato a la Asamblea de Santander por el Polo. “Por qué antes de hacerle un homenaje a un guerrillero no vienen mejor y nos mandan ayuda psicológica y nos reparan a todas las víctimas del Eln, porque acá la herida está abierta”, dijo Guillermo Arévalo, comerciante y agricultor de la región.
La indignación de los chucureños radicaba, además, en que no les habían consultado lo que se planeaba hacer en sus tierras. “HH (Hernando Hernández) creyó que porque fue a hablar allá a Patio Cemento con la dueña de la finca donde iban a poner la placa ya había cumplido y no, acá somos más de 60 veredas y no nos dijo nada”, comentó Valdemar Abreo, representante de la vereda Quinal Alto. En efecto, durante el consejo de seguridad HH pidió disculpas
a los presidentes de juntas de acción comunal por no haberlos consultado y reconoció su error.
Luego del consejo, los ánimos se calmaron, sobre todo porque la comunidad creyó que ante las declaraciones de HH el evento se aplazaba. Sin embargo dos días después, oyeron y vieron por noticias que el homenaje era un hecho. Desde ese momento se retomaron los ánimos de protesta y se empezó a correr la voz por las veredas para que los campesinos salieran a marchar, porque tal y como le manifestaron a La Silla, para muchos de ellos una placa de un guerrillero del ELN en sus tierras es un recuerdo de la guerra que tuvieron que vivir hasta hace 15 años y una afrenta. Para el sábado en la noche, según dos habitantes del Carmen, en el municipio había más movimiento que en un día de mercado y estaba más militarizado de lo que estuvo en tiempos de guerra.
Así las cosas, desde las seis de la mañana del domingo la comunidad empezó a reunirse en el pueblo para salir hacia El Topón, el lugar de entrada de la peregrinación camilista. Aunque la salida de la marcha de los chucureños estaba planeada para las siete de la mañana, la policía restringió el paso en el municipio y solo hasta una hora después pudieron
Barranca el punto de encuentro de la izquierda
A dos horas y media de Carmen del Chucurí, en Barrancabermeja se aglutinaban los seguidores de Camilo Torres.
Desde hacía seis meses, más de 20 organizaciones sociales y políticas habían empezado a preparar los detalles de la ‘Peregrinación del Amor Eficaz’, una movilización que consistía en llegar hasta Patio Cemento. El objetivo era hacer una misa e instalar una placa en conmemoración de los 50 años de la muerte del cura guerrillero. “Existe una estigmatización muy fuerte sobre la vida de Camilo Torres. Sí es cierto que él fue guerrillero, pero él no fue solo eso, también fue un luchador social que ayudó a los más pobres, que pensó en los más necesitados y que acogió esas luchas. Nosotros venimos a reivindicar eso, porque lo que él nos enseñó fue al amor filial”, le dijo a La Silla Marilen Serna, vocera nacional del Congreso de los Pueblos, una de las organizaciones más visibles que promovió la marcha.
La cita la cumplieron alrededor de 700 personas provenientes de diferentes partes del país (Bogotá, Sur del Cesar, Norte de Santander, Tolima, Sur del Bolívar y Santander), quienes el sábado empezaron a llegar a Barrancabermeja para agruparse.
Ese día en Barrancabermeja y bajo la consigna de ‘Camilo Vive’ se realizó un foro en el Club Infantas que lideraron el senador del Polo Iván Cepeda y voceros de las organizaciones sociales que promovieron la peregrinación. Allá se proyectó un documental sobre la vida de Torres y al finalizar se repartió tamal, pan y gaseosa para los cientos de asistentes.
Al cerrar la noche en una tarima que fue instalada en el parque Camilo Torres, que en Barranca se conoce como ‘el descabezado’ porque la escultura del extinto líder guerrillero fue decapitada en dos ocasiones, se realizó un concierto con artistas que asistieron también para hacer la peregrinación.
Esa noche las 700 personas que llegaron a Barrancabermeja para arrancar la peregrinación el domingo a las 6 de la mañana durmieron en el estadio de béisbol de esa ciudad, algunos a la intemperie otros en carpas. La vía
Mientras que en el Carmen la tensión crecía y los campesinos se aproximaban al sector del Topón, que es el que divide la vía para llegar al casco urbano del municipio o a Patio Cemento, en Barrancabermeja empezaron a arrancar los 25 buses y 20 carros particulares con los simpatizantes del cura guerrillero.
Hasta el kilómetro 23 de la vía Lizama, que es en la que está el desvío para el Carmen del Chucurí todo iba bien, la carretera estaba en buen estado y no hacía calor. No obstante, de ahí en adelante la caravana de carros y buses empezó a sortear varios obstáculos. Ocho árboles recién talados ocupaban casi la totalidad de las vías. Algunos grandes, otros pequeños y otros medianos, obligaron a los buses a hacer más lento el paso, y con ello a los seguidores de Camilo Torres a especular sobre lo que pasaría si lograban llegar a Patio Cemento. “Uno lo que ve acá es una intención directa de sabotear esta marcha que es legítima. Nosotros venimos en son de paz y si algo tenemos claro es que no vamos a pelear, hay que mirar qué vamos a hacer”, le dijo a La Silla Andrés Barbosa, un joven de 21 años que pertenece al movimiento Acción Libertaria. >> SIGUE CAMILO TORRES pág. 5
Edición 557
<< VIENE CAMILO TORRES pág. 4 A medida de que se avanzaba en el camino la tensión crecía, y también los carteles en rechazo a la peregrinación empezaron a aparecer en el camino. “Por la dignidad del pueblo chucureño no idolatramos a los terroristas”, se leía en uno de ellos. Ese tipo de manifestaciones, lejos de amedrentar a alguno de los ‘peregrinos’, como se autodenominaron los miembros de la movilización, les daban mayores argumentos para continuar con su causa e instalar la placa de la conmemoración de la muerte de Camilo Torres. Más adelante, cuando una de esas víctimas increpó a Iván Cepeda sobre el drama que habían vivido y por sus familiares asesinados, el senador les respondió que los paramilitares también lo habían hecho, lo que al otro lado generó rechazo.
Sin embargo, la mayoría de los que iban en la caravana no se daban ni por enterados de lo que estaba pasando. Muchos estaban tratando de reponer el sueño de la noche anterior, porque “el frío de la madrugada en Barranca fue mucho más del que pensábamos”, le dijo a la Silla Jesús Gutiérrez, otro de los peregrinos. A paso lento, la caravana llegó a las 9:30 de la mañana al sector de ‘la pista de aterrizaje’, sitio en el que la Policía con el Esmad bloqueó la vía. Los líderes de la peregrinación se tuvieron que bajar a buscar la manera de continuar. Los paras y los guerrilleros
Entre las 10 y 30 y el mediodía, en el Topón, mientras esperan a los de la marcha, la gente se cuenta historias. Historias que recuerdan el accionar del Eln, como el asesinato del alcalde Alirio Beltrán Luque en 1991, la masacre en la vereda Santo Domingo y los desplazamientos forzosos de amigos y familiares que más de uno narró y que iban acentuando la indignación, el dolor y la rabia en los rostros de los campesinos. “Cómo puede ser posible que nosotros llevamos 16 años disfrutando de una paz lograda por la misma gente, no por el gobierno, pero ahora el mismo gobierno sí está colaborando para volverlos a traer”, comentó Carlos Rueda, un conductor de transporte escolar en el Carmen. Cuando la chucureña que le preguntó a Iván Cepeda sobre las víctimas del Eln llegó al paradero donde estaban los demás, enfurecida, a mostrar el video con su respuesta de que las víctimas que los paramilitares también hicieron cosas mal, uno de los líderes de la protesta, Jaime Contreras, con megá-
fono en mano, mandó a todos a unirse frente a la carretera y a alzar los carteles.
dividía para tratar de llegar a un acuerdo.
A esa hora, entre los seguidores de Camilo Torres la tensión también crecía. Mientras esperaban a que la policía los dejara pasar, la versión sobre que las fuerzas paramilitares estaban detrás del bloqueo de campesinos empezaron a crecer. De hecho, el senador Iván Cepeda hizo señalamientos directos.
La decisión fue aplaudida por la delegación de los de izquierda, que empezó a agrupar arreglos de claveles blancos con el fin de entregárselos a quienes se oponían a la peregrinación como ofrenda de paz. El acto también lo hicieron con el Esmad, a cuyos miembros les entregaron algunas flores.
“Que vengan, que aquí los esperamos. Que lleguen hasta acá”, decía casi gritando un campesino de la vereda de San Juan del Bosco.
“Aquí hay una historia que no es ajena a la conciencia del país, ésta es una región que ha tenido una presencia paramilitar muy fuerte y eso no es ningún misterio. Hemos escuchado que hay presiones sobre el campesinado”, dijo Cepeda.
Por su parte, la representante Ángela Robledo le habló a La Silla de un video que estaban solicitando sobre el consejo de seguridad del 7 de febrero, en el que tenían información de que un concejal del Carmen del Chucurí, y líder de la marcha de los habitantes del municipio, Nelson Álvarez, había dicho que era miembro de las autodefensas campesinas. Robledo aseguró que con esa información promovería un debate en el Congreso junto a Cepeda para presentarla como prueba de que el “paramilitarismo está vivo en esta zona”. Hoy en Bluradio, el senador Cepeda dijo que el video ya estaba en sus manos. Cuando La Silla lo contactó para pedirle una copia, aseguró que se lo entregará a esa emisora.
Este medio le pidió su versión a Álvarez sobre las acusaciones de Cepeda: “a mi papá el ELN lo mató y me lo entregó picado en una bolsa, y seis años después los paramilitares me amenazaron, es una ironía que ahora digan que yo soy paramilitar”. La fallida comisión de diálogo
Tras una hora sin lograr avances de ningún tipo, la peregrinación cambió la estrategia. Los ánimos ya habían cambiado porque el Esmad era el que había bloqueado la vía, y según los acuerdos a los que había llegado en Bogotá la comisión de la marcha a favor de Camilo Torres el acompañamiento de la Policía era el único que iban a tener.
El senador Iván Cepeda le pidió a la Policía que buscara la manera de que una comisión de parte y parte se encontrara en el punto medio de la vía que los
“Dígales que envíen dos o tres personas, nosotros hacemos lo mismo”, le dijo Cepeda a uno de los altos mandos de la Policía que estaba al frente de la situación.
No obstante, en la orilla de los habitantes del Carmen del Chucurí, los ánimos estaban caldeados y la negativa, una vez se conoció el mensaje, fue rotunda.
Aunque, Jaime Contreras, director del Partido de La U en ese municipio, se ofreció para ser uno de los mediadores, los demás chucureños le negaron esa posibilidad.
Al medio día, cuando en la orilla de los camilistas se supo que no iba a ver diálogo, Iván Cepeda y el senador Alberto Castilla, también del Polo, les dijeron a los peregrinos que no avanzarían más por decisiones de la Fuerza Pública. El acto religioso debía tener lugar allí, a poco más de 40 minutos, de Patio Cemento. “Aquí no pueden decir que si no continuamos fue porque nos acobardamos, fuimos responsables de no seguir adelante porque no queremos poner en riesgo la vida de nadie. La violencia genera violencia, y eso es algo que no podíamos permitir”, le dijo a La Silla Gustavo Pérez, sacerdote y amigo de infancia de Camilo Torres.
A las 3 de la tarde cuando el acto religioso terminó, la gente se dispersó para recibir el sancocho del almuerzo. Después los buses regresaron a sus lugares de origen. Al otro lado, cuando los chucureños recibieron la noticia no la creyeron y se la atribuyeron a anuncios de la Policía para dispersarlos.
Aunque los seguidores de Camilo Torres empezaron a retornar a sus casas pasadas las tres de la tarde, los habitantes del municipio solo despejaron la vía hasta las seis cuando estuvieron seguros de que todos los demás se habían ido.
Ninguno de los dos grupos se encontró. En el medio quedó el país que viene tras la firma del Acuerdo de Paz. Dirección URL: http://lasillavacia. com/node/53045?
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A la deriva Por: El colombiano |Autor: Rafael Nieto Loaiza | Fecha: 21 de febrero de 2016
Contrario a lo que dice Santos, el problema no es de comunicación. Al contrario. El grueso de los medios nacionales, con la excepción de RCN, son abierta y decididamente gobiernistas, por convicción o por mermelada. No, la cuestión es la realidad, una que no da razón para el optimismo. Y no me refiero al fenómeno de El Niño, ni a la venta de Isagén en “subasta” de un único postor, ni al incendio en la hidroeléctrica de Guatapé que, por su importancia en el sistema nacional, podría traer un racionamiento si para abril no ha llovido; ni al zika y la incapacidad del sistema de salud aun cuando hay antecedentes, de apenas ayer, como el chikungunya; ni a las muertes de infantes por desnutrición en el Chocó y La Guajira; ni a los sobrecostos en la Refinería de Cartagena; ni al dólar en las nubes; ni a la inflación desbordada que ronda el 7 % y ya se comió todo el aumento salarial; ni al déficit fiscal o el campanazo de alerta que trae la revisión a “negativa” de la perspectiva de Standard & Poors de la calificación crediticia de Colombia; ni a la caída del 24 % en el 2015 de la inversión extranjera directa; ni al déficit de cuenta corriente más alto del Continente y que ronda los 19 mil millones de dólares; ni al desplome brutal de las exportaciones; ni al crecimiento vertiginoso de los narcocultivos bajo la mirada cómplice del Gobierno; ni a que aunque bajan los homicidios, las demás actividades criminales están disparadas; ni a que no hay Defensor del Pueblo, por un escándalo sexual, ni a que por otro debió renunciar el director de la Policía, ni a que la Policía toda parece estar en crisis; ni a que cuando el 29 de marzo el Fiscal se vaya no podrá elegirse otro porque en la Corte Suprema de Justicia no superan las pugnas internas para designar los magistrados que son indispensables; ni a la caída brutal de la confianza ciudadana en las instituciones que muestran las encuestas. Me refiero a que en medio de todo eso Santos está desaparecido, no ejerce liderazgo ni guía, ni propone soluciones, ni piensa en nada distinto al proceso de La Habana y ahí, para rematar, tampoco lo hace bien porque,
para tragedia de todos, está tan cansado y las Farc lo tienen tan medido, que ni es creíble ni tiene capacidad ninguna para presionar. Y por eso cuando “advierte” que “ya se agotó el tiempo para terminar las negociaciones y la fecha del 23 de marzo está a menos de cinco semanas [y] hay que tomar ya las decisiones que faltan” los de las Farc se mueren de risa y los demás nos preocupamos. A estas alturas Santos no tiene nada para mostrar sino La Habana y por eso es incapaz de pararse de la mesa. Toda su apuesta está ahí y semejante error lo hace débil y vulnerable. Como consecuencia, negocia mal y pierde casi siempre. Su actitud claudicante no es por simpatías con las Farc, creo yo, aunque ahora juegue a traicionar al establecimiento que lo parió. En fin, por eso el plazo no será cumplido. No hay manera alguna de que se firme en marzo el acuerdo definitivo sin que el Gobierno ceda, de nuevo, a las pretensiones de las Farc. Hay un abismo entre las 7 zonas de concentración que ofrece Santos y las 75 que piden las Farc. Y entre el engendro de plebiscito que pretende el Presidente y la constituyente corporativista que quiere la guerrilla. Más lo que falta... Y mientras tanto, las Farc hacen proselitismo en Conejo, municipio de Fonseca, Guajira, armados hasta los dientes, con un alcalde sorprendido e impotente al que el Gobierno ni siquiera le avisa de la llegada de la guerrilla, y con unas fuerzas militares que, por orden presidencial, miraban para otro lado. Ah, y con viaje pagado, en avión y helicóptero privados, por el presupuesto nacional. Los tiempos de austeridad, ya lo sabemos, son para todos menos para la Casa de Nariño, que gasta sin reparo en almendras y cortinas y aviones para pasear en Washington. No lo son tampoco para las Farc, claro, ni para los que se lucran del proceso en Cuba. A los demás nos caerá, más pronto que tarde, la losa de una reforma tributaria brutal..
http://www.elcolombiano.com/ opinion/columnistas/a-la-derivaYF3632032
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SEPARATA MEDIOS/ Marzo / 2016
Volvieron las retroexcavadoras a rematar el río San Bingo, en Cauca Desde septiembre del año pasado le advirtieron al Estado de la catástrofe ambiental que se venía. Publicado en: El Tiempo | Autor: Salud Hernández Mora | Fecha: 12/2/2016
“Gracias a Dios se salvaron unas máquinas. A los barequeros nos tocó defenderlas porque es lo que nos está ayudando”, indica un agricultor de la región, convertido en minero. Sentado en lo alto de un montículo de arena aguarda paciente, junto a cuatro miembros de su familia, el momento propicio para buscar oro con sus bateas en uno de tantos agujeros profundos. No quiere fotos ni dar su nombre. “Sembrábamos maíz aquí cerca, pero es perder el tiempo y peor con esta sequía que acabó las cosechas. El oro se ha convertido en la cuchara de la zona. Aquí la gente anda de cabestro; lo que dé, todo el mundo se mete”. Repudia la intervención de las autoridades, cree que el Gobierno no comprende el alcance de su pobreza en medio de la sequía ni las posibilidades que ofrece la minería de oro a los desamparados. “Nos atacan a cambio de nada, nos mandan helicópteros pero ni una sola alternativa”, se queja. “Y vendrá el verano de junio, que se junta con El Niño”.
En una buena jornada, asegura, cada uno de los suyos puede sacar un gramo de oro por el que le pagan 80.000 pesos. Si dan con un golpe de suerte, el número de ceros aumenta. En ninguna de las actividades rurales que conoce soñaría con cantidades similares.
Para realizar su tarea sin interferencias, cuentan no solo con la protección del frente ‘Manuel Vázquez Castaño’ del Eln, máxima autoridad en la mina y responsable de imponer las normas y el orden, sino con la indiferencia, cuando no la complicidad, de policías, dirigentes locales y funcionarios de entidades estatales. En Mercaderes, el municipio del sur del Cauca donde se encuentra esa parte del río, en septiembre del 2015 advirtieron al Ministro de Defensa y otras instancias estatales de la catástrofe ambiental que se gestaba. Pero solo a mediados de enero del 2016 aterrizó el CTI, la Policía y el Ejército en San Bingo para combatir la minería que lo está matando, pero fue insuficiente. Solo pudieron incinerar las cinco retroexcavadoras mencionadas
porque hombres, mujeres y niños se les echaron encima y no permitieron que culminara la misión. Además, el mayor destrozo ya estaba hecho.
Foto: eltiempo.com
Mercaderes (Sur del Cauca). Bastaron tres semanas para que olvidaran el operativo militar y policial que acabó con cinco retroexcavadoras. Este miércoles conté dieciocho en el mismo sitio, un salto enorme respecto al día anterior, cuando solo había cinco buldóceres. A medida que propietarios y operarios van sintiéndose seguros, las sacan de sus escondites entre la maleza de los alrededores y las conducen al cauce seco del agonizante San Bingo. Abren nuevos cráteres con una rapidez aterradora. Cada 24 horas agigantan un desastre que parece irreversible.
Además de la fotografía aérea que mandó la primera señal de alarma, basta observar en el terreno las consecuencias de lo sucedido para comprender la magnitud de desastre. Desde el momento en que la camioneta entra al cauce de lo que fue un río caudaloso y hasta el poblado de cambuches que los mineros fueron agrandando, son más de tres kilómetros de un paisaje devastado. Enormes hoyos de unos veinte metros de profundidad por doquier, montañas de arena y piedras, ni un solo pájaro a la vista, sequedad y aguas mortecinas que descienden de la cordillera siguiendo un rumbo que cada día modifican las retroexcavadoras. Desde el martes corre un poco de agua porque quitaron el tapón que pusieron en la parte alta del San Bingo para estrangularlo, y también fluye alguna del San Jorge, que se une a mitad del recorrido.
“El San Bingo era un río encañonado, con mucha agua. En octubre del 2014 se produjo una avalancha que mató a cuatro personas y tumbó puentes. Eso benefició a los mineros porque bajó el oro”, explica un lugareño. Para llegar al río, se puede ir por una trocha estrecha que sale de Mercaderes. Son unos 45 minutos por una meseta entre dos cordilleras, un accidente geográfico de extraordinaria belleza.
Distintos testimonios de mineros, transportistas y comerciantes indican que en los meses de más intensa actividad, llegaron a operar hasta setenta retroexcavadoras y la cantidad de buscadores de oro oscilaba entre los dos mil quinientos y los tres mil. En cada hueco que excavaba una máquina, se apelotonaban decenas de barequeros. “Y para todos había, la mina no excluye a nadie, aquí encuentra gente del Huila, Atlántico, Buenaventura, Chocó, Antioquia, Marmato”, afirma una muchacha valluna que se dedicó a buscar oro al quedarse desempleada.
“Uno se pregunta, ¿por dónde es que meten las máquinas si son tantas y no se pueden esconder cuando circulan por la carretera?”, comenta irónico el dueño de una tienda de cuatro palos y techumbre de plástico. La respuesta me la dieron con posterioridad fuentes oficiales y habitantes de la zona, bajo condición de anonimato: alguna que otra pasa por Mercaderes, si bien el nuevo comandante de la estación incautó una este año, un puñado las metieron por Florencia y la mayor parte entró por Bolívar, municipio con mejores accesos al río, fortín del ELN y de tradición coquera.
“Su alcalde fue el único de la región que no asistió a un encuentro de diez municipios donde se acordó no permitir el paso de maquinaria en defensa del agua y se hicieron propuestas para respaldar la agricultura. El de Bolívar tampoco ha protestado por las retros”, señala un funcionario que prefiere no dar la cara. Las recientes amenazas que recibió el regidor de Mercaderes por cuestionar la actividad minera, aconsejó a más de uno mantener cerrada la boca, al menos públicamente.
No solo arrasaron con una fuente hídrica vital. También, cuentan los lugareños, hubo muertos que nadie ha osado denunciar ante la Fiscalía y la Policía. “Hay quince tirados al río, unos picados, y a otro se lo estaban comiendo los gallinazos”, señala un hombre. Un comerciante indica a media voz y sin ofrecer más detalles, que la guerrilla mató a una mujer de otro departamento que solo pretendía trabajar y la enterraron en una loma. “Es que hay mucho oro, demasiado. En un entable (un equipo) pueden sacar una arroba de oro por semana, que son 25 libras. A 80.000 pesos el gramo, calcule. Mucha plata”, exclama. En el momento de mayor apogeo, que algunos sitúan en el segundo semestre del 2015, el poblado polvoriento, atestado de cambuches, donde se asentó la mayoría de mineros llegados de distintos puntos del país, organizaban peleas de gallos con apuestas millonarias y conciertos de cantantes populares reconocidos.
“Se vendían 300 canastas de cerveza al día, whisky fino, prostitutas las que quiera”, rememora un minero. “Por el operativo de enero muchos se han ido, ahora la mina está muy caliente, es peligroso venir”.
Pese a la tensión y zozobra que se respira, aún siguen apareciendo compradores de oro y se hacen transacciones, puesto que son pocas las personas que se aventuran a vender sus pepitas fuera. “En los mejores tiempos, el ELN recibía tres mil millones mensuales en vacunas”, me había dicho un oficial de policía, el mismo dato que repiten los que están familiarizados con el negocio. Le pregunté a un comandante ‘eleno’ en la mina, al que apodan el ‘Mono’, veterano en la región. Al igual que su escolta, algunos con la cara tapada, vestía de civil e iba armado de fusil. “Es una mentira difundida por los medios y el Ejército. Estamos aquí para acabar con la minería que daña la naturaleza”, dijo. Sin embargo, no solo custodian la explotación desde su inicio y dieron luz verde para la entrada de maquinaria, sino que el día anterior, al advertir mi presencia, me quitaron la tarjeta de la cámara para no registrar los estragos que continúan causando las retroexcavadoras (las fotos son del celular). Si bien los mineros nativos de la región cifran sus esperanzas en que los aguaceros del próximo invierno, una vez desaparezca El Niño, devolverán la vida al San Bingo, tributario del Patía, expertos de la CAR del Cauca consideran que no será posible. El perjuicio causado en poco más de un año de explotación salvaje, sin apenas tregua, requerirá grandes inversiones y muchos años para reponerlo. Además, pone en riesgo a las veredas de sus orillas porque perdió su lecho y sus fronteras y en las primeras lluvias puede arrasarlas. “Se solicitaron recursos al Ministerio de Minas para recuperar zonas afectadas pero respondieron que no hay recursos”, >> SIGUE VOLVIERON pág. 7
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La soledad de Frank Pearl en los diálogos con el ELN Con un Comisionado como Sergio Jaramillo interesado solo en el proceso con las Farc y un Presidente desesperado con el ELN, el negociador pedalea solo Pubicado en: Las dos orillas | Por: Gustavo Rugeles | Fecha: febrero de 2016
A mediados del 2013 el comandante del ELN Nicolás Rodríguez Bautista hizo llegar una comunicación dirigida a la Presidencia de la República y al Comisionado de Paz en la que mostraba la disposición de su organización para arrancar una mesa de negociación. La misiva se engavetó. Pasó un año antes de que el negociador Frank Pearl recibiera instrucciones presidenciales de iniciar la fase exploratoria de los diálogos con esa guerrilla. Sin palabras, la señal estaba clara: la prioridad para el gobierno y el comisionado Sergio Jaramillo, era la negociación con las Farc en Cuba y cualquier avance con el ELN llegaría por añadidura. Nada ha alterado esta decisión que ha contaminado el comportamiento gubernamental, con excepción del de Frank Pearl. Este le ha apostado al diálogo con ambas guerrillas, en paralelo, sin priorizaciones, desde que Álvaro Uribe lo designó Comisionado de Paz en el 2009 en remplazo de Luis Carlos Restrepo. Pearl se había proyectado como un financiero en el sector privado hasta que en el 2006, cuando se desempeñaba como presidente de Valorem Bavaria, el Presidente Uribe lo invitó a crear la Consejería Presidencial para la Reintegración con el propósito de buscarle una salida a los cientos de desmovilizados de las AUC, producto de la ne-
gociación de paz. De allí pasó a formar parte de la avanzada de paz de Uribe que se manejó con gran discreción y de la que solo concluido ese gobierno comenzó a conocerse. Mantuvo la interlocución con el vallecaucano Henry Acosta quien mantenía secretamente y autorizado por el gobierno contactos en la cordillera occidental con Pablo Catatumbo para avanzar con las Farc, y con Juan Carlos Cuellar, guerrillero del ELN detenido en la cárcel Bellavista de Medellín para buscar caminos con esa guerrilla. Frank Pearl se desempeñaba como Comisionado de Paz cuando Juan Manuel Santos fue elegido Presidente en agosto del 2010, pero el nuevo mandatario sorpresivamente lo designó Ministro de Medio Ambiente. Desde allí empezó los primeros contactos autorizados por Santos con las Farc, mientras Henry Acosta hacía lo propio con el jefe máximo Alfonso Cano a través de Pablo Catatumbo. La primera reunión de la que se tiene noticia de funcionarios públicos del gobierno Santos con las Farc fue en la frontera con Venezuela y estuvieron presentes Frank Pearl, Alejandro Eder –quien lo había reemplazado en la Consejería para la Reintegración– y Jaime Avendaño, un funcionario de la misma. Sin el cargo de Comisionado que Santos mantuvo vacante, Pearl fue tejiendo durante dos años la relación
con las Farc que le abrió la puerta a las negociaciones que el Presidente le presentó al país el 26 de agosto del 2012 cuando la delegación tomaba camino de Oslo, Noruega, donde se dio la instalación del proceso con la intervención de Humberto de la Calle y el beligerante discurso de Iván Márquez. Fue ese mismo día, cuando Pearl se enteró que él no sería el Comisionado para el proceso de paz con las Farc. El escogido se llamaba Sergio Jaramillo. El nuevo Comisionado había estado lejos de la estrategia de paz del gobierno pero cerca de Juan Manuel Santos en el Palacio Nariño como asesor de seguridad nacional. Jaramillo había trabajado antes con Santos como viceministro de defensa y derechos humanos. Llegó al Ministerio con Martha Lucia Ramírez a comienzos del gobierno Uribe, con un rol importante en la formulación del documento de la política de Seguridad Democrática, pero se retiró con ella cuando fue reemplazada por el empresario antioqueño Jorge Alberto Uribe. Pasó entonces a dirigir la Fundación Ideas para la Paz, una organización creada por empresarios desde los diálogos del Caguán, donde permaneció entre el 2004 y 2006. Fue una pausa en el sector público pero un paso importante para empaparse en el tema ya no de la guerra sino de la cons-
<< VIENE VOLVIERON pág.6 cuenta una fuente de la CAR de Cauca. “En el 2015 llegó una denuncia por el San Bingo. Enviamos en octubre delegados y antes de llegar al río los agredieron, los amenazaron y les dañaron la camioneta. Nos recomendaron no incursionar porque, además, hay fuerte presencia de un grupo armado. La Fiscalía es la que está llevando a cabo las investigaciones y en los operativos el Ejército es cordón de seguridad y son la Policía y la Fiscalía los que destruyen máquinas”.
de actuación, máxime en un departamento con fuerte presencia de Farc, Eln y ‘bacrim’.
como los mineros tienen planeado, no habrá cómo alimentar el recién estrenado acueducto que abastece a Mercaderes y proporciona agua a otras localidades. Este mes aparecieron extraños ofreciendo millonadas por predios rurales y hay compañías multinacionales con títulos en mano y los ojos puestos en la misma área.
En el organismo ambiental reconocen las limitaciones institucionales para hacer frente a una problemática que crece a ojos vista y que supera su ámbito
Pese al ataque a la naturaleza de la minería con retroexcavadoras, a la inquietante agonía del San Bingo, en Mercaderes y otros municipios aledaños no se atrevieron a elevar una voz potente y adoptar medidas drásticas por miedo a que los asesinen, por la pasividad atávica y la complicidad de muchos paisanos. Pero ahora, cuando la amenaza se cierne sobre su principal fuente hídrica, despertaron del letargo. Si las máquinas suben al cerro La Campana, a la cabecera del Hato Viejo,
Por eso movilizaron veredas y gentes de los cascos urbanos para hacer un paro por tres días, desde hoy sábado. Lo que será difícil es que aparezcan líderes para encabezar la protesta. “No podemos poner al frente a una sola persona porque la matan”, me dice un vecino. No saben aún si la protesta irá a mayores y cortarán la
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trucción de paz y con este acumulado llega al ministerio de Santos. Allí compartió con el general Óscar Naranjo y el general Rafael Colón con quienes se reencontraría, luego, en las negociaciones con las Farc. La crisis de los falsos positivos llevó a Jaramillo a retirarse voluntariamente del cargo pero sin salir del círculo de influencia de Santos. Fue nombrado cabeza del Plan Nacional de Consolidación, un programa piloto financiado por la cooperación internacional para asegurar la presencia del Estado en zonas liberadas de guerrillas y paramilitares. Con la discreción de su talante, Frank Pearl guardó silencio y se acomodó al nuevo rol que lo limitaba a formar parte del equipo de negociadores plenipotenciarios junto a Jorge Enrique Mora, Óscar Naranjo y Humberto de la Calle a la cabeza; el Comisionado Sergio Jaramillo tendría la batuta institucional. Los primeros acercamientos con el ELN se dieron en el Ecuador donde asistieron por parte de la guerrilla el segundo de la cúpula, Antonio García, y por el gobierno el general retirado Eduardo Herrera Verbel y Jaime Avendaño. Ecuador, Brasil y Noruega serían los garantes para la eventual negociación. Hasta entonces las reuniones de Pearl para avanzar con el ELN habían sido secretas pero intensas al tiempo que participaba en la Mesa de La Habana. Los constantes viajes y la distancia del día a día aliviaban la tensión evidente para todos entre Pearl y Jaramillo. Santos esperaba resultados prontos a pesar de la lentitud que había tenido el acercamiento y la construcción de confianza con las Farc. No se conocen detalles concretos de los avances ciertos de Pearl con el ELN pero tanto para la opinión pública como para el gobierno el proceso pareciera no despegar. Un ritmo lento que llevó al desespero al Presidente, quien explotó delante del concejo de ministros y los participantes de la Cumbre de paz en la Casa del Márquez de Valdehoyos, en Cartagena, a comienzos del año. Cuando Santos pasó revista al estado de las conversaciones con el ELN la perspectiva de Frank Pearl no coincidió con la del Presidente, reacción que generó un roce que ha dejado cicatriz en la relación del responsable de los diálogos con el ELN y el Presidente. . Pero Pearl sigue tejiendo las esquivas relaciones con la guerrilla del ELN en un oficio que ha resultado ingrato pero cuya persistencia si la voluntad del Presidente se mantiene, puede por fin permitir instalar la mesa de diálogo. Eso sí, en un lugar distinto a Venezuela.
http://www.las2orillas.co/la-soledad-defrank-pearl-en-los-dialogos-con-el-eln/
Panamericana para que Bogotá los escuche o se limitarán a pedir soluciones de manera pacífica, aunque desconfían de las instituciones.
La afluencia no será masiva, pero si no hacen ruido, lo tienen claro, la nación volverá a olvidarlos y la minería de oro destruirá sus ríos. “Esperamos ayuda nacional ahora que es una catástrofe ambiental que puede adquirir proporciones bíblicas”, advierte una funcionaria de la alcaldía de Mercaderes. “Esta región tiene paisajes únicos y no pueden dejar acabarlos”. Dirección URL: http://www.eltiempo.com/ estilo-de-vida/ciencia/mineria-en-departamento-del-cauca/16508658
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SEPARATA MEDIOS/ Marzo / 2016
El fin del periodismo No voy a defender la publicación del video. Lo que me interesa es la manera virulenta como aplastaron a Vicky Dávila en las redes sociales. Publicado en: Semana | Autor: María Jimena Duzán | Fecha: 20/2/2016
Una captura inesperada A Santiago Uribe no lo detuvieron 'por estar cogiendo café' -como dijo su hermano cuando se refirió a las víctimas de los 'falsos positivos'-, sino por acusaciones muy serias.
Foto: formato7.com
Publicado en: El Tiempo | Autor: Vladdo | Fecha: 1/3/2016
Ser periodista en Colombia hasta hace poco era un oficio aprestigiado, así no fuera ni bien pago, ni la mejor manera de hacer amigos. Sin embargo, de un tiempo para acá, esa aureola respetable con que la sociedad nos ungió en años pasados se nos ha ido evaporando en la medida en que la opinión pública, que no es boba, se ha dado cuenta de que el periodismo que se practica hoy en Colombia es sinónimo de soberbia, de likes, de arrogancia y de genuflexión ante los poderes económicos y políticos, y que valores como la independencia y la ética son parte ya de la prehistoria.
Ese repudio y hastío frente al papel que desempeñan los periodistas y los medios lo venía notando en las conferencias sobre periodismo a las que me invitan con alguna frecuencia, y en las que las críticas a los medios sobrepasaban incluso las críticas a la corrupción en los partidos políticos y en las instituciones gubernamentales. Me sorprendió también ver esa misma reacción en las víctimas de Bojayá que estuvieron en la ceremonia de reconciliación con las Farc. Para ellas, los medios son un enemigo tan temido como las Farc o los paramilitares. Luego de esa amarga experiencia tuve la impresión de que los medios teníamos que reflexionar seriamente sobre nuestro papel y sobre el periodismo que estábamos haciendo. Algo debíamos estar haciendo muy mal para que una comunidad como la de Bojayá hubiera prohibido la entrada de periodistas el día de la ceremonia de reconciliación por considerarnos un agente perturbador. Sin embargo, fue con el linchamiento que se dio en las redes sociales contra Vicky Dávila,
por haber sacado en La F.M. de RCN un video en el que se veía al exviceministro del Interior y a un policía en una conversación sexualmente explícita, que este malestar llegó a su cenit. Ese día en que se publicó el video, una señora me enrostró a mí la publicación, y me dijo que estaba hastiada porque los periodistas se creían dioses y jueces. No le pude decir nada, porque tenía razón. Por la noche, un taxi al que me subí me insultó cuando supo que era periodista. Tampoco pude decir algo en favor de los colegas. No voy a defender la publicación del video de marras -no lo habría publicado por considerarlo innecesario para la investigación que estaba adelantando la periodista en torno a una red de prostitución que habría existido al interior de la Policía-, porque lo que me interesa para esta discusión es la manera virulenta como aplastaron a Vicky Dávila en las redes. La indignación fue tan tenaz que era evidente cómo a Vicky no solo le enrostraron su error, sino todos los excesos que los periodistas y los medios hemos cometido. Yo atendería este clamor, así sea exagerado e injusto con la propia Vicky Dávila, quien por un error de criterio periodístico no merece ser lapidada en las redes. Y lo atendería porque hay en esa reacción un mensaje que la sociedad nos está mandando y que no deberíamos hacer a un lado con la soberbia que siempre nos caracteriza.
Hace rato el periodismo en Colombia perdió su dignidad porque se comenzó a ejercer con los mismos estándares éticos con que se hace política en el país. Hay periodistas corruptos que han convertido el periodismo en un negocio; trafican con la infor-
mación y se aprovechan de su condición de periodistas para acceder a lugares con el propósito de engordar sus bolsillos, mover procesos o conseguir dádivas. Periodistas que además son intocables porque la Fiscalía ni los emplaza ni los investiga, como bien lo resaltó hace poco en una columna en El País de Cali, Gustavo Gómez. Hay columnistas que no declaran sus conflictos de intereses pero sí tienen el coraje de exigírselos a los políticos y a los ministros que denuncian. Y hay periodistas que se meten a tocar temas en los que sus novios o sus maridos son protagonistas sin decirle a la audiencia cuáles son sus relaciones con el poder, argumentando que se trata de su vida privada. Hay periodistas que trapean con los ministros, con los alcaldes, con los superintendentes con una soberbia propia de quien se cree de una casta superior. Y también hay periodistas que investigan no para descubrir la verdad de los escándalos sino para tumbar a funcionarios, a ministros o a presidentes y nutrir de esa forma su egoteca y su rating.
El periodismo es una herramienta fundamental para garantizar la libertad de expresión y es vital en una democracia. Ojalá que los periodistas aprendamos la lección de lo que sucedió con Vicky Dávila y volvamos a los fundamentos del periodismo. Todavía estamos a tiempo de enderezar el caminado y lo que menos necesitamos es que sea el presidente Santos quien nos dé clases de periodismo. Ahora, si persistimos en seguir acabando con el oficio terminaremos por finiquitarlo. Dirección URL: http://www.semana.com/opinion/articulo/mariajimena-duzan-el-fin-del-periodismo/461264
Es muy diciente el hecho de que Juan Manuel Santos le haya pedido al Procurador “acompañar el proceso contra Santiago Uribe para rodearlo de todas las garantías constitucionales y legales”. Es más, si a dicha solicitud se suma el llamado que Santos le hizo a la Fiscalía de “abrir las puertas a una veeduría internacional como observadores del mismo proceso” queda la sensación de que no es poca la preocupación que está sintiendo el mandatario, tras la medida ordenada por el fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia.
Dados los arrebatos con los que a veces nos sorprende el Fiscal General en su afán de mojar prensa, de mandar mensajes cifrados o de congraciarse con el Gobierno, no son de extrañar las suspicacias que puede desencadenar una noticia como esta, que sorprendió al mundo político y puso patas arriba al Centro Democrático. Sin embargo, en este caso concreto no se puede hablar de improvisación ni de una carta que Montealegre sacó de la manga para mortificar al expresidente. Para nadie es un secreto que Santiago Uribe ha estado asociado a varios asuntos penales, por los cuales las autoridades judiciales, en distintas instancias, lo han tenido en la mira desde hace muchos años.
Tampoco puede inferirse –como lo hacen los adeptos del expresidente– que esta orden de la Fiscalía se dio para forzar a Uribe a sumarse al proceso de paz, pues una disposición como esta lograría el efecto contrario, ya que si hasta ahora ha estado reacio a apoyar las conversaciones de La Habana, con su hermano tras las rejas lo esperable es que radicalice aún más su postura. No nos equivoquemos: aquí hay un largo expediente que no se arma de la noche a la mañana con el único propósito de conspirar contra los integrantes del Centro Democrático o de secundar una persecución ordenada desde la Casa de Nariño para acallar a la oposición que ellos representan. Si bajo circunstancias normales tener privado de la libertad a un hermano de
Uribe sería una papa caliente para cualquier gobierno, en la coyuntura actual del país y de Juan Manuel Santos es un verdadero dolor de cabeza. Con las noticias poco alentadoras sobre la economía, la posibilidad de un apagón a la vuelta de la esquina, la fractura de la Unidad Nacional y la incertidumbre sobre la fecha de la firma de los acuerdos de La Habana, la orden de captura contra el menor de los Uribe Vélez se convierte en nubarrón que oscurece aún más el ya opaco panorama que rodea al Gobierno.
Por eso suena absurdo creer que este inesperado arresto hace parte de una componenda de la Presidencia con la Fiscalía para apretar al senador Uribe y es más ridículo aún que, como reacción al mismo, su bancada –esa misma que tanto vocifera contra la impunidad– se haya declarado en “rebeldía”, aduciendo persecución política. A Santiago Uribe no lo detuvieron “por estar cogiendo café” –como dijo su hermano cuando se refirió a las víctimas de los ‘falsos positivos’– sino por acusaciones muy serias, que los tribunales y los jueces tendrán que valorar. Para completar, todo este lío se presenta pocas semanas antes de que Montealegre concluya su período y sin que el Presidente haya mandado aún a la Corte Suprema de Justicia la terna para elegir a su sucesor, lo cual puede dejar una vez más en interinidad a la Fiscalía.
Más allá de pedir veedurías internacionales y acompañamientos para darle transparencia a determinado litigio, el Presidente tiene que hacer la tarea y presentar cuanto antes sus candidatos para Fiscal General, tal y como lo propuso este martes un editorial de este diario. Es esta la oportunidad de empezar a solucionar de raíz el caos judicial del país y darles algo de tranquilidad a los colombianos, que cada vez confían menos en la justicia. Dirección URL: http://www.eltiempo. com/opinion/columnistas/una-captura-inesperada/16524926