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ANEXO

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ISSN 0123-2894 Circulación nacional

SEPARATA ESPECIAL

Artículos Destacados Otros Medios Dignidad contra Insolencia

• 'El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica’ • La sombrilla de la CPI • Ceder, ceder y ceder • Cumbre del terror • Constituyente contra Corte Penal Internacional • Empleo para reinsertados • Los empresarios y la paz • La justicia descarriada • Las dictaduras del siglo XXI

• Dignidad contra insolencia • Sinfonía para refundar la patria • Un mensaje equivocado • Glifosato: ¿un problema? • Yihadistas en América Latina • Papel regalo • ¿Principio de precaución? • Las Farc, sin mando • ¿Ratas humanas? • ¿Dónde están los secuestrados?


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Plinio Apuleyo Mendoza/El Tiempo/15 de mayo de 2015/http://www. eltiempo.com/estilo-de-vida/gente/gloria-alvarez-figura-emblematica-delantipopulismo/15764038 Gloria Álvarez, una joven guatemalteca, es abanderada del antipopulismo en América Latina. El punto de partida de la popularidad de la guatemalteca fue un discurso visto 6 millones de veces en las redes.

‘El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica’ ta a los problemas que yo veía en mí país. No todas tienen el mismo perfil ideológico. La universidad Francisco Marroquín es un referente a nivel mundial del pensamiento liberal; también lo es Cato; en cambio, la Universidad de Lovaina de Bélgica es la piedra angular del izquierdismo; allí nació la teología de la liberación y allí se graduó Rafael Correa. En Italia obtuve una beca para trabajar con inmigrantes del Senegal. Me di cuenta entonces de que el desarrollo se logra a través de la educación y de la generación de empleo, más que con el asistencialismo populista. ¿Qué piensa del socialismo del siglo XXI? Esta nueva utopía surge cuando el sueño ideológico de la izquierda latinoamericana, de los partidos comunistas, de asociaciones estudiantiles y de las propias guerrillas se ven afectados por el derrumbe de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín. Además, se quedan sin recursos económicos para continuar con su proyecto de llegar al poder por la vía violenta. Es entonces cuando nace el Foro de Sao Paulo, cuyo papel fundamental es el de idear, crear y poner en marcha un tipo de socialismo dispuesto a jugar el juego de la democracia, prescindiendo de la revolución armada para acceder al poder. Se apoya más bien en un populismo capaz de ganar, con toda clase de ofertas, los votos de una población que en su mayoría está descontenta. ¿Cuál es para usted el problema más grave del populismo? Nos está dejando una generación que se siente incapaz de salir adelante por sí misma. Una generación presa de sus propios miedos ante realidades como la violencia intrafamiliar, el machismo, la misoginia, la desnutrición crónica, la criminalidad, el narcotráfico, etcétera. Todo eso lleva al ciudadano a pensar que solo un caudillo, un mesías, lo puede sacar de esta pobre situación, sin tener en cuenta las desastrosas consecuencias que trae el populismo en la economía, la política, la cultura, así como el odio de clases y la fractura de la sociedad con prebendas a los marginales, confirmando lo que alguna vez

Foto: youtube.com

Gloria Álvarez fue para mí una revelación. Me hallaba hace un mes en Porto Alegre (Brasil), invitado a un importante foro sobre los problemas que enfrenta la libertad en América Latina, cuando ella apareció en la escena. Rubia, atractiva, con una fina y menuda silueta, más se parecía a una escandinava que a una joven líder guatemalteca. Mi sorpresa fue aún mayor cuando Gloria, micrófono en mano y hablando con una rápida y fulminante elocuencia, suscitaba ensordecedoras ovaciones en los tres mil jóvenes que colmaban el inmenso auditorio. Solo más tarde supe que se había hecho famosa en las redes sociales de España y América Latina. El punto de partida de tal popularidad había sido una intervención suya en el Primer Parlamento Iberoamericano de Jóvenes que tuvo lugar el año pasado en Zaragoza. A partir de ese momento, y luego de ser visto su discurso más de seis millones de veces en las redes sociales, ha sido invitada a foros y encuentros en Centroamérica, en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela y ahora en Colombia. Defensora del pensamiento liberal, que se aparta tanto de la izquierda como de la derecha tradicionales, despierta en las nuevas generaciones el fervor que en otras épocas suscitaba la utopía socialista. Nunca una joven figura política había tenido tal alcance en el continente. Gloría Álvarez tiene los más variados ancestros, todo ellos, por cierto, huidos del comunismo. Por el lado de su padre, su familia es cubana. Por el de su madre, proviene de Hungría. Todos, por alguna extraña travesura del destino, terminaron en Guatemala. Desde niña, además de una sorprendente pasión por los libros, buscó darse siempre una educación excepcional. Primero en la famosa universidad Francisco Marroquín en Guatemala; luego en el Instituto Cato de Washington; más tarde en la Universidad de Lovaina en Bélgica y, finalmente, en Italia. ¿Qué interés la movía para buscar tantas y tan variadas universidades? En esta feria de universidades, buscaba ante todo una respues-

en los años 70 dijera el filósofo argentino Mariano Grondona: “El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica”. Yo creo que en el siglo XXI un izquierdista intelectualmente honesto tiene que reconocer que la única forma de crear riqueza es enseñándole a la gente a pescar y no dándole el pescado. Creo que hoy hablar de derecha o de izquierda choca. Porque tanto el discurso moralista de unos como el discurso estatista de los otros no son suficientes para resolver los problemas que tenemos en la región. Dice usted que solo una ciudadanía activa y empoderada puede rescatar la república como modelo perfecto de gobierno. ¿Cómo hacerlo? Lo único que convierte a un ciudadano en eterno vigilante es la educación y, en estos momentos, vemos cómo los gobiernos populistas la deforman. Es ahí cuando yo le apuesto a la tecnología. Hoy por hoy, la tecnología te permite aprender lo que tú quieras, independiente-

mente de lo que tu gobierno no quiera enseñarte. Lo que necesitamos realmente es una juventud educada que tenga plena conciencia del proyecto político que defiende. Usted acaba de visitar varios países del continente. ¿Qué panorama encontró en cada uno de ellos? Los primeros países que visité fueron El Salvador, Argentina y Uruguay el año pasado. En esa oportunidad logré derribar ciertos mitos. Por ejemplo, advertí que el bipartidismo salvadoreño está altamente resquebrajado. Y aunque nuevos liderazgos buscan espacios de renovación, tal empeño ha resultado muy difícil con partidos como Arena y el FMNL. En Uruguay, pude desmitificar el socialismo light de Mujica. Detrás de su fachada de bonachón, Mujica hizo cosas propias del Socialismo del Siglo XXI como la ley de medios que era un copy & paste de la del Ecuador. La famosa legalización de la marihuana es más bien

una estatización de este producto, pues el Gobierno tiene el monopolio del mismo. ¿Cómo vio a Argentina? En los dos viajes que he hecho a este país, advertí el culto a la personalidad que Cristina Kirchner ha mantenido copiando la imagen de Eva Perón. Por otra parte, la nacionalización del fútbol, los casos de lavado de dinero a través de los hoteles que ella tiene en La Patagonia y otros escándalos de corrupción, sumados al desgaste económico, a la recesión y a la pésima infraestructura de las telecomunicaciones en mano del Estado, uno descubre a una población profundamente afectada en su calidad de vida. ¿Cómo vio a Brasil y Chile? En Brasil es obvio también el descontento que hay con Dilma Rousseff, la corrupción del Partido de los Trabajadores y los juicios que se le quieren hacer a Lula da Silva. Contra todo esto hay tumultuosas marchas >> SIGUE POPULISMO pág. 3


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Redacción/El Nuevo Siglo/16 de mayo de 2015/http://www.elnuevosiglo.com.co/ articulos/5-2015-la-sombrilla-de-la-cpi.html Exalta el Vicefiscal que la CPI está prácticamente establecida para sancionar a los “máximos responsables” y que es posible recurrir a amnistías, solo en cuanto ellas cobijen a los de inferior rango dentro de una organización armada.

La sombrilla de la CPI la que no logra recomponerse. Porque, en efecto, el país se mantiene desconcertado con el hecho de que ante la matanza de 11 soldados en el Cauca, hace ya algunas semanas, no pasó nada. De modo que ante ese vacío pareciera, en vez de disminuir, incrementarse el castigo, con el tiempo, al proceso de paz. El Vicefiscal, que se cuida de señalar una y otra vez que es un funcionario auxiliar frente a los de mayor jerarquía, como los magistrados y la Fiscal, sostiene por supuesto que la función de la CPI es estrictamente penal. Pero acepta, por igual, que hay etapas de transición en las que se puede ser más benevolente siempre y cuando ello se traduzca en una paz sostenible, se dé un tratamiento adecuado a las víctimas y se establezcan las garantías de no repetición. También afirma que no puede referirse sino a temas genéricos porque, en efecto, una postura clara y puntual de parte del Gobierno, con la alternatividad penal delimitada y la forma de las condenas y las penas respectivas, todavía no existe. Exalta, eso sí, que la CPI está prácticamente establecida para sancionar a los “máximos responsables” y que es posible recurrir

a amnistías, solo en cuanto ellas cobijen a los de inferior rango dentro de una organización armada. Pero a los que han tenido mando les reserva, como mínimo, una condena, que puede rebajarse a límites razonables con la respectiva privación de la libertad, la solicitud de perdón por sus crímenes y la veda política por un tiempo determinado. La preocupación central del Vicefiscal, sin embargo, no se refiere al proceso de paz con las Farc, sino a la marcha judicial de lo que se ha dado en llamar “falsos positivos”, es decir, como lo dice, en hacer pasar a inocentes como combatientes de guerra. Es ello, como se sabe, lo que de hace ya bastante tiempo investiga la justicia ordinaria colombiana sin que, como reitera el Vicefiscal, se haya llegado a establecer nada sobre lo que llama los “máximos responsables”. El Vicefiscal, en cuanto al proceso con las Farc, pareciera, de su parte, exaltar el trámite de la Ley de Justicia y Paz usada hace unos años para los paramilitares. Si bien se cuida de no ejemplificarlo como un modelo inamovible, deja entrever, aun habiendo quedado trunco, que en éste existen elementos positivos que podrían canalizarse en la actualidad. En

ese proceso, como se recuerda, se pactaron ocho años de cárcel, previo a la extradición de la que fueron motivo los jefes, y hoy algunos de los comprometidos están saliendo en libertad. La gran conclusión de la visita del Vicefiscal a Colombia es que el país está en pleno moni-

toreo por parte de la Corte Penal Internacional, en todas las facetas: agentes del Estado, subversivos y bacrim. Lo que, a su vez, denota que cualquier proceso de paz, como ya se sabía, tendrá que ser bajo su sombrilla. Lo que no se sabe es hasta dónde o cuándo templará la cuerda.

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empresariado. Con su discurso indigenista, Evo Morales trata de convencer a todo el mundo, pero según me decían algunos, es simplemente una marioneta. Quienes realmente detentan el poder son sectores económicos muchas veces ilegítimos. No obstante, el consuelo que tienen tanto bolivianos como ecuatorianos es el mismo cuando dicen: “Aquí Correa y Evo ya vieron los errores garrafales de Chávez y Maduro. Eso no va a pasar aquí”. Antes de llegar a Colombia, usted logró entrar a Venezuela. ¿Cuál fue su impresión? La que produce una ilusión convertida en desastre. “Hace 15 años –me decían los venezolanos con quienes hablé– nosotros decíamos no, hombre, no vamos a ser Cuba, no somos una isla, somos continentales, tenemos a Colombia y a Brasil de vecinos. Eso no va a pasar aquí, creíamos, y fíjate lo que pasó”. Pude comprobar la terrible escasez que reina allí. Entré a un supermercado y logré de manera oculta grabar un video que luego compartí en las redes sociales, mostrando estantes vacíos y gente que llegaba allí tras hacer largas colas. Definitivamente, lo están pasando muy mal.

Finalmente, Colombia… Para mí, llegar de Caracas y aterrizar en Bogotá fue como viajar de una galaxia a otra. Uno percibe en el ambiente que el colombiano se siente completamente ajeno al discurso populista. No cree que este discurso pueda permear aquí. Sin embargo, en todo lo que se relaciona con los acuerdos de paz y ciertas reformas judiciales se puede percibir que detrás de este discurso de pueblo y antipueblo, de ellos y nosotros, muy propios del populismo, sí es posible. Con motivo de un acuerdo de paz, ¿cuál fue la experiencia que vivió Guatemala luego de suscribirlo? Recordemos que para el momento en que se firma el acuerdo de paz en mi país, en 1996, el conflicto había durado 36 años. Desde finales de los 60 hasta comienzos de los 80, la guerrilla estaba ganando la guerra, de modo que el país estuvo a punto de convertirse en otra Cuba. Finalmente, en el año 96, el presidente Álvaro Arzú abrió las negociaciones con los líderes guerrilleros en El Salvador. ¿Qué pasó entonces? Pues que nuestros acuerdos de paz se firmaron amarrados a una lista de exigencias que

parecían regalos de Navidad. Cada grupo, desde los líderes comunistas hasta los militares pidió lo suyo. Y esta lista de dádivas económicas, políticas y de perdones hasta el día de hoy no ha podido cumplirse porque no hay plata para hacerlo. ¿En aquel acuerdo de paz hubo sanciones penales? No, porque la amnistía fue absoluta. Tanto militares como guerrilleros quedaron absueltos en aras de la paz. ¿Pero qué pasó después de un tiempo? La izquierda, dueña de la memoria histórica se apropió de la opinión pública. De modo que la guerrilla perdió la guerra militarmente pero acabó ganando la guerra política. Ahora lo que está pasando es que, uno a uno, están agarrando a los militares de esa época y los están enjuiciando por genocidio. Lo que ahora tenemos es un conflicto de pandilleros. Todo lo que quedó de la guerra, dio pie a las bandas criminales que hoy conocemos como las maras. ¿Qué salida tendrían nuestros países para escapar del populismo y de la decepción que produce nuestro mundo político tradicional? Algo parecido a lo que busca en Guatemala el Movimiento Cívico

Nacional, MCN, al cual pertenezco. No es, por cierto, un partido político sino un movimiento que busca formar nuevos líderes, para lo cual se hace necesario un empoderamiento intelectual del ciudadano. Tenemos un proyecto llamado La Cantera en el que a través de filtros y toda clase de pruebas se seleccionan a los jóvenes más calificados para seguir una maestría en políticas públicas y que, dentro de partidos políticos renovados, se conviertan en figuras capaces de trabajar en pro de la República. Una pregunta final, ¿cuáles son sus aspiraciones personales? Por el momento quiero trabajar para organizar en América Latina un Foro de São Paulo a la inversa. Un foro que le haga contrapeso al populismo, al llamado Socialismo del Siglo XXI y al mundo político tradicional, diseñando una agenda que muestre los caminos hacia el desarrollo, la estabilidad institucional y las demás bases necesarias para sustentar lo que debe ser la República del siglo XXI. Para ello, a cada país donde llego busco los actores para poder articular dicho foro continental.

y protestas en las principales ciudades. En Chile, quien lo creyera, se descubren escándalos similares. Justo cuando llegué allí acababa de destaparse el caso de corrupción del hijo de Bachelet, pero también fui testigo de la reacción que esto produjo en los medios de comunicación y la oportuna intervención del poder judicial. Luego subí al Ecuador donde percibí una bonanza económica que no me esperaba. Claro, es producto de la dolarización que, quiérase o no, blinda la economía ecuatoriana de caer en inflaciones como las que se ven en Argentina o Venezuela. Lo que allí es preocupante es la represión a los medios de comunicación. Rafael Correa interviene diariamente en cadenas televisivas y tiene el control absoluto de los medios, hasta el punto de que cualquier cosa que se diga acerca de él no más de media hora después tiene su réplica. ¿Qué tal fue su experiencia en Bolivia? También allí hay una bonanza económica producto de la alianza del narcotráfico con el

Foto: vanguardia.com

La intervención del Vicefiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), James Stewart, en el seminario organizado por la Universidad del Rosario, sirve para todo. Es decir, para que tirios y troyanos puedan aproximarse a su manera y según su querer al proceso de paz con las Farc. Porque, ciertamente, ahí cabe desde la cárcel para los perpetradores de crímenes atroces y de guerra hasta, inclusive, el tratamiento de los delitos políticos sobre los que la misma CPI dice no tener competencia. Sea lo que sea, pareciera que, andando el proceso de paz, poco a poco se abre el camino a un escenario de justicia transicional. Sin que, por el momento, se tenga claro cuál es su contenido puntual. De hecho, las Farc han dicho reiterativamente que no pagarán un día de cárcel. A lo que el Estado ha contestado que cárcel no significa estar entre barrotes sino que pueden revisarse alternativas como las granjas-taller, que a su vez el Procurador llama “resorts” y otros califican de catedrales. Todo ello en medio de encuestas, como la última de Datexco para La W y El Tiempo, en las que el proceso de paz sigue cobrando una incredulidad de


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Mauricio Vargas/El Tiempo/17 de mayo de 2015/http://www.eltiempo.com/ opinion/columnistas/ceder-ceder-y-ceder-mauricio-vargas-columnista-eltiempo/15768240 Hacer concesiones a las Farc sin un acuerdo firmado, se paga con sangre y terror.

Ceder, ceder y ceder En el 2012, cuando el presidente Juan Manuel Santos se la jugó por un proceso de negociación con las Farc para lograr su desmovilización, lo asistían buenas razones: se trataba de aprovechar en la mesa la debilidad de ese grupo tras sufrir durísimas derrotas militares. El mandatario sostuvo entonces que el proceso duraría meses: sabía que la prolongación indefinida terminaría por minar su credibilidad entre la opinión pública, como ya ocurre. Además, se comprometió a atenerse a la agenda de negociación acordada en la etapa exploratoria y a no tratar con las Farc temas por debajo de la mesa. Dos años y medio después del inicio formal de los diálogos, está claro que el proceso dura mucho más que algunos meses y que poco avanza desde cuando arrancó la discusión sobre las penas efectivas que pagarán los comandantes, rebajadas y mucho por vía de justicia transicional.

Por otra parte, asoman temas que no están en la agenda y resulta inevitable sospechar que decisiones del Gobierno como el final de la fumigación de los cultivos ilícitos con glifosato – tantas veces demandado por las Farc– son guiños que Santos les hace para impulsar el acuerdo. Prueba de que el tema no radica en el glifosato es que su aspersión no quedó prohibida para quienes usan ese herbicida en cultivos lícitos desde hace décadas. No entro a discutir si dicha suspensión es buena o mala, pero me sorprende que el Gobierno la haya adoptado sin tener un plan B para evitar que los cultivos de coca se sigan disparando. The New York Times, que ha respaldado la mesa de La Habana, reiteró el viernes que, según cifras de Washington, esos plantíos crecieron 39 por ciento en el país en el 2014, cuando bajó el uso de glifosato. Al no contar con un programa alternati-

vo, Santos les hace un gigantesco favor a las Farc y a los demás grupos narcos. ¿Por qué Santos cede tanto? La razón es que está desesperado por convencer a las Farc de aceptar un modelo de justicia transicional que implique que los comandantes paguen alguna pena por sus crímenes. Y está desesperado porque a esa posibilidad las Farc le dicen no, no y no. Eso explica el festival de guiños del Gobierno. A la suspensión del glifosato se suman las declaraciones del comisionado Sergio Jaramillo que abren la puerta para que el jefe guerrillero ‘Simón Trinidad’, culpable de atroces secuestros y asesinatos y extraditado a Estados Unidos por narcotráfico, termine sentado a la mesa de La Habana, algo jamás insinuado en la agenda que el mismo Jaramillo negoció con las Farc. Este jueves, una detallada noticia de El Espectador –no

desmentida por el Gobierno– mencionó un documento en estudio en la mesa para que el tiempo que los comandantes han pasado en Cuba negociando –y paseando en catamarán y tomando whisky– les cuente como pago efectivo de sus eventuales penas. Semejante despropósito no merece mayores comentarios, pero confirmaría el afán del Gobierno por contentar a las Farc. Lo mismo sucede con el viaje a Cuba del jefe del Eln, ‘Gabino’, autorizado por Santos para que charlara con ‘Timochenko’, casi al mismo tiempo que ese grupo terrorista dejaba en macabra exhibición en Convención (Norte de Santander) la pierna

que perdió el soldado Edward Ávila en un campo minado. (Recorderis: hace un año, en plena campaña electoral, el asesor presidencial Frank Pearl dio a entender que el inicio de negociaciones formales con el Eln estaba de un cacho. No era cierto.) La mesa de La Habana está varada porque las Farc no aceptan justicia transicional alguna. Y el Presidente no sabe qué más hacer para reblandecerlos. Pero se equivoca: en tiempos de Belisario Betancur y de Andrés Pastrana, el país aprendió que ceder, ceder y ceder ante las Farc es algo que, más temprano que tarde, los colombianos pagamos con sangre y fuego.

Margarita Restrepo/minuto30.com/18 de mayo de 2015/http://www.minuto30. com/cumbre-del-terror/340451/

Resulta cuando menos insólita, por no decir afrentosa, la autorización que el Gobierno nacional le dio a los máximos líderes del terrorismo, ‘Timochenko’ y ‘Gabino’, para que pudieran reunirse con placidez y tranquilidad y seguramente al calor de unos buenos rones, en la isla de los hermanos Castro.

Cumbre del terror Alguno de los asesores de imagen a los que les paga ríos de dinero debería decirle a Santos que aunque no lo sienta, por lo menos debería fingir un poco de compasión y lucir un mínimo de solidaridad con los miembros de la Fuerza Pública que día a día son víctimas de la barbarie de los terroristas. Lo peor es que sus lisonjas con el terrorismo son inanes. Esos criminales no reciben la generosidad del Presidente como un gesto de paz sino como una manifestación de debilidad que claramente capitalizan a su favor. El terrorismo tiene como norma general de comportamiento el aprovechar la generosidad de su enemigo como herramienta para fortalecer sus estrategias y estructuras criminales. ¿O es que el Presidente Santos está en capacidad de confirmarle a Colombia que el permiso que le concedió a ‘Gabino’ para ir a La Habana es una garantía de

que nunca más en la historia los miembros del Eln van a repetir un acto de barbarie como el que perpetraron contra el soldado Ávila? Espero con ansiedad una respuesta a tan sencillo interrogante. Ahora bien, sería muy importante que el Gobierno le revele al país cuál fue el alcance de la reunión entre los jefes del Eln y las Farc. ¿Salió de allí un compromiso serio y verificable de que las organizaciones terroristas dejarán de azotar al pueblo colombiano? ¿Las guerrillas terroristas pactaron que en adelante no volverán a traficar con drogas ilícitas? ¿Se acordó en esa cumbre del terror el cese del reclutamiento de menores y la desincorporación inmediata de la totalidad de niños que tienen en su poder? Mucho me temo que nada de ello sucederá. Claramente se trató de una reunión para pactar nuevas estrategias de violencia. Ahora que las Farc dicen

Foto: javeriana.edu.co

Los colombianos no terminábamos de asimilar la bárbara noticia del soldado que fue víctima de una mina antipersona y su pierna fue exhibida como trofeo de guerra por los terroristas del Eln, cuando fuimos notificados del premio que el Presidente le dio al comandante de esa banda criminal para desplazarse a Cuba con el fin de sostener una cumbre con su colega de las Farc. Colombia se compadecía del soldado Ávila, y Santos, indolente como es, firmaba el permiso para que ‘Gabino’ pudiera viajar cómodamente hasta La Habana. Cuesta comprender al Presidente de Colombia. Queda claro que no se conduele por el sufrimiento de los soldados y policías de la patria de quienes él, valga recordarlo, es su comandante supremo. En vez de tomar partido por sus hombres, prefiere hacer hasta lo inentendible para agradar a los que aterrorizan a la sociedad.

estar en cese de hostilidades, la posta quedó en manos del Eln. Así de sencillo. La reunión de ‘Gabino’ y ‘Timochenko’ fue, para decirlo en términos empresariales o ejecutivos, un empalme terrorista. No se puede seguir pignorando el futuro de nuestro país. No se puede continuar dándoles todo a los terroristas a cambio de nada. Flaco servicio se le está prestando al país al no entender que la contra parte está valién-

dose de los espacios que se están concediendo para recrudecer su ofensiva criminal. Los colombianos no queremos que los cabecillas del terrorismo sigan reuniéndose al amparo de la satrapía cubana con plena autorización del Gobierno. Lo que anhelamos es un gobierno que cumpla con su deber constitucional de garantizar la seguridad, vida, honra y la integridad de todos los ciudadanos.


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Darío Acevedo Carmona/El Espectador/17 de mayo de 2015/http://www. elespectador.com/opinion/constituyente-contra-corte-penal-internacional El Vicefiscal General de la Corte Penal Internacional, James Stewart, con palabras al alcance de cualquier lector sin formación jurídica, explicó asuntos relevantes en el debate sobre la jurisdicción del organismo en las discusiones de paz. Ratificó que no será un obstáculo para su consecución.

Constituyente contra Corte Penal Internacional El Fiscal General de la Nación reiteró su propuesta de citación de una asamblea constituyente con presencia de guerrilleros apoyando las declaraciones de los jefes farianos en el sentido de que sin constituyente no será posible firmar la paz ya que ellos “necesitan plenas certezas jurídicas”. Uno se pregunta ¿por qué el Fiscal y la guerrilla coinciden en la convocatoria de una constituyente antes de que se firme el acuerdo de paz, de entregar las armas, de concentración de guerrillas, sin Marco Jurídico, sin CPI y para expedir una nueva constitución? ¿Por qué el Fiscal llega al extremo de afirmar que si el precio de la paz es que los responsables de crímenes horrendos no vayan a la cárcel, pues habrá que pagarlo? La intervención del Vicefiscal General de la Corte Penal Internacional, James Stewart, en un foro que tuvo lugar en Bogotá el pasado 13 de mayo puede llevarnos a comprender mejor las razones de esa insistencia. No está en juego solo

la idea fariana de “refundar el Estado” para validar los acuerdos. Citaré con amplitud al señor Stewart. Lo primero es que él habló en nombre de la Fiscal jefe de la CPI, Fatou Bensouda, la misma que plantó al fiscal Montealegre en octubre de 2013. Aclaró la posición de la CPI sobre los crímenes de lesa humanidad y de guerra que son de su competencia en el caso colombiano. Con palabras al alcance de cualquier lector sin formación jurídica, explicó asuntos relevantes en el debate sobre la jurisdicción del organismo en las discusiones de paz. Ratificó que no será un obstáculo para su consecución. Fue categórico al afirmar que el Estatuto de Roma y la CPI hacen parte nuestro sistema judicial y que por tal razón el país está obligado a “investigar y enjuiciar los crímenes de competencia de la Corte”. En materia de penas, expresó que “los Estados tienen amplia discrecionalidad”, a la vez que precisó que “las sanciones pe-

nales efectivas pueden adoptar distintas formas” siempre y cuando se satisfagan “objetivos adecuados vinculados a la pena, como la condena pública de la conducta criminal, el reconocimiento del sufrimiento de las víctimas, y la disuasión de conductas criminales ulteriores”. Advirtió que “A nivel nacional, una pena que resulte manifiestamente inadecuada a la luz de la gravedad del delito y del grado de responsabilidad de la persona condenada podría viciar el aparente carácter genuino de ese proceso”. Stewart agregó: “Tan importantes son las implicaciones de la suspensión de la ejecución de las penas para la evaluación de la Fiscalía (de la CPI) acerca de la admisibilidad de los casos… que en 2013 () comunicó la posición que acabo de resumir a las autoridades colombianas… El que una reducción de la pena resulte compatible con los principios del Estatuto de Roma dependerá de las circunstancias particulares del caso. Estas circunstancias podrían incluir

medidas de justicia transicional diseñadas para terminar con el conflicto armado”, como exigir a los condenados: “reconocimiento de su responsabilidad penal, la desmovilización y el desarme, la garantía de no repetición de la conducta, la participación plena en el proceso de establecimiento de la verdad respecto de los crímenes graves, una posible prohibición temporal de tomar parte en los asuntos públicos”. Sobre el punto del “interés de la justicia en la paz como fin supremo” en el que algunos juristas han pretendido encontrar la salvación de las dificultades interpuestas por las Farc y satisfacer su negativa a responder por crímenes graves, expresó que la CPI es una institución jurídica que no fue creada para el “establecimiento de la paz” sino para evitar la impunidad sobre graves delitos. Y para salir al paso de interpretaciones acomodaticias, terminó: “El marco jurídico internacional creado por el Estatuto de Roma enfatiza

la importancia capital de poner fin a la impunidad de los perpetradores de los crímenes más graves. Este marco no puede suspenderse o ignorarse por consideraciones de oportunidad. No obstante, este mismo marco otorga flexibilidad a los Estados que buscan impartir justicia en situaciones post-conflicto”, pero “Las medidas de justicia transicional pueden, y deben, estar en conformidad con los objetivos del Estatuto de Roma”. Todo un baño de agua fría para el gobierno que abrigaba la esperanza de una actitud condescendiente del alto tribunal. De esta disertación, expresada también meses atrás por la fiscal Bensouda, se desprende que los líderes de las guerrillas están obligados a comparecer ante la justicia colombiana por los crímenes de lesa humanidad y de guerra. Y que Montealegre está literalmente incitando a la violación de Carta Política. Esa sin salida jurídica es la que nos da la clave para entender el objetivo que persiguen las guerrillas y Montealegre al exigir la convocatoria de una constituyente, a saber: aprobar, en nombre del “fin supremo de la paz” y con rango constitucional, un preámbulo que reconozca las “causas objetivas del levantamiento armado” y la renuncia de Colombia al Estatuto de Roma y a la CPI.

Indalecio Dangond/El Espectador/16 de mayo de 2015/http://www.elheraldo.co/ columnas-de-opinion/empleo-para-reinsertados-195698 Claramente, todos los sectores de la economía deberían asumir una parte del costo de este proceso de paz y no dejárselo exclusivamente al sector agropecuario y al Estado.

Empleo para reinsertados Están muy enredados en el Gobierno con el programa de generación de empleos para los reinsertados de un posible acuerdo de paz. Todas las semanas lanzan una propuesta sin lograr un beneplácito o compromiso real por parte de la clase empresarial y gremial del país. La campeona de estas insubstanciales propuestas, la lanzó en días pasados el nuevo superintendente de Vigilancia y Seguridad Privada, Carlos Alfonso Mayorga. Finalizada su posesión ante el ministro de Defensa, expresó a los medios

de comunicación que iba a promover la idea de que los desmovilizados de las Farc fueran contratados como vigilantes. Me imagino que ya debe estar estudiando la contratación de unos 2000 reinsertados para que trabajen como vigilantes en Palacio de Nariño, el Congreso de la República, en las Altas Cortes, la Procuraduría, Contraloría y ministerios. La verdad sea dicha, no me imagino a los hijos del presidente Santos, escoltados por ex guerrilleros. ¿Ya ve Señor Presidente, porqué en todas las encuestas la mayoría de los colombianos han

perdido la fe en este proceso de paz? Nadie en este país, se traga ese sapo, de que el problema de la guerrilla se resuelve dándole un puesto de vigilante a cada reinsertado. El problema de la subversión existe y seguirá existiendo mientras no se aniquile el alto nivel de corrupción pública y se disminuya la tremenda brecha social entre ricos y pobres. Mientras en Colombia siga existiendo un altísimo porcentaje de la población con empleo informal o precario, sin protección social integral y viviendo con menos de $10.000 al día, habrá guerrilla. Como también

la seguirá habiendo, si no se endurecen las condenas contra los funcionarios corruptos. El país no aguanta más esta guerra de poderes por el control de los dineros públicos. Claramente, todos los sectores de la economía deberían asumir una parte del costo de este proceso de paz y no dejárselo exclusivamente al sector agropecuario y al Estado. No basta que a los reinsertados de menor rango se les concesione unas Zonas de Reservas Campesinas y a sus jefes, unas curules en el Congreso y unos puestos en la Fiscalía. El sacrificio debe ser de todos.

No hay derecho pues, -por citar un ejemplo-, que las empresas del sector exportador no hayan hecho un esfuerzo para ayudar a eliminar los problemas de hambre crónica que padecen la mayoría de los habitantes de las zonas portuarias de La Guajira, Tumaco y Buenaventura. Es hora que el Gobierno comience a diseñar una política seria y a largo plazo de ocupación productiva para los más de 10 mil reinsertados del proceso de paz. Esto no se resuelve con empleos temporales. Las alianzas estratégicas o APP del agro, serían una buena alternativa.


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Nación/revista Semana/9 de mayo de 2015/http://www.semana.com/nacion/ articulo/los-empresarios-la-paz/426901-3 Cuatro de los líderes más representativos del sector privado destapan sus cartas sobre el proceso de paz con las Farc. José Alejandro Cortés, César Caicedo, Antonio Celia y David Bojanini. juego y que están negociando el modelo económico. Y que creen que van a imponer lo que digan las Farc. Por eso uno de los pactos que hay que hacer es uno entre los que estamos de acuerdo en el proceso de paz y los que no lo están. Todos queremos la paz, y hay que oír a los que hacen dados masacrados. Me refiero críticas al proceso. en concreto a la situación de la A. Celia. Tenemos un gran equiJusticia. Si no tenemos un siste- po negociador: sólido, con clarima judicial sólido, es muy difícil dad y fuerza. que el país tenga paz. Ahora J. A. Cortés. Insisto en que no hablamos de no aceptar im- creo que se esté entregando el punidad y de justicia transicio- país, pero sí veo muchos emnal pero si no tenemos justicia presarios que son muy críticos ordinaria menos vamos a tener frente al proceso y con muchos temores de lo que se está negojusticia transicional. J. A. Cortés. Uno tiene que con- ciando en La Habana. Hay emtemplar desde ya que la paz presarios escépticos pero creo no necesariamente llega el día que si les explican bien estarán en que se firme el acuerdo. tranquilos. Seguramente habrá violencia y ¿Algunos dicen que el procede allí la importancia de la justi- so con las Farc va mejor en La cia. De tener una Justicia rápida Habana que en Colombia? ¿Lo y efectiva. Ese es quizá el gran ven así? D. Bojanini. Hay que hacer una reto del posconflicto. ¿Ustedes creen, como dicen al- gran pedagogía del proceso de gunos críticos, que el gobierno paz. Si la gente está expuesta a puede llegar a negociar el mo- los críticos, enemigos y oposidelo económico en La Habana? tores, más las redes sociales, El gobierno ya lo ha negado hay demasiada información contaminada. En ese contexto, enfáticamente. J. A. Cortés. Yo creo que nuestros el gobierno tiene que liderar la negociadores y el presidente comunicación y ser lo más claro son personas con buen criterio posible. que no van a entregar el país. No ¿Y cree que el empresario es conozco los detalles, pero since- manipulable por esa desinramente no creo que se esté en- formación? D. Bojanini. El empresario es tregando el país. C. Caicedo. Creo en el gobier- una persona educada que con no y en el equipo negociador, buena información es capaz de pero también tengo que decir formarse una idea de lo que está que el diablo está en los de- pasando, por eso es tan importalles. Miren una cosa tan sen- tante la pedagogía, tener una cilla como las consultas pre- estrategia de comunicación más vias, que nacieron en un inciso clara. Por ejemplo, no cansarse de la Constitución del 91 y han de repetir los inamovibles. Es incidido enormemente en la necesario ganar más confianza inversión. Hay obras que to- en el proceso. El gobierno tiene man más de cinco años y otras que ser insistente en los temas que no se han podido hacer por inamovibles para que la gente las consultas. Por eso insisto no crea que 8.000 hombres aren cómo se van a implemen- mados les van a imponer su voltar los acuerdos con las Farc. untad a 45 millones de colomAhí está el meollo del asunto. bianos. A. Celia. El presidente ha dicho ¿Cómo visualizan que se va que no se está negociando el a financiar el posconflicto? modelo. A mí me dan una ga- ¿Qué papel jugarán los emrantía plena los negociadores. presarios? Entre otras cosas, porque otro J. A. Cortés. Me parece que esa modelo no hay. Contra el capi- financiación debe estar orientalismo se han inventado toda tada al empleo en el campo. clase de sistemas alternos, pero Tenemos que tener en cuenta no han funcionado. Lo que hay que estamos en un mundo de es que perfeccionarlo y hacerlo competencia global y debemos más justo y participativo. En buscar el equilibrio entre inverel capitalismo hay que tratar sión en el campo, trabajo digno, de cerrar las desigualdades a inclusión social y carga tributaria razonable para poder comtravés de inversión social. D. Bojanini. Yo también confío petir. Con el Estatuto Tributario en el papel del equipo nego- que acaba de pasar, muchas ciador El problema es que no empresas decidieron no hacer podemos desconocer que el inversiones en Colombia por el país está polarizado y dividido. impuesto al patrimonio y a la Y la manipulación y desinfor- renta. mación genera desconfianza C. Caicedo. Yo creo que la clave en los ciudadanos sobre lo que de la paz duradera está en una se está negociando. Hay muchas personas que creen que sí >> SIGUE EMPRESARIOS pág. 7 les van a cambiar las reglas del

Los empresarios y la paz Desde hace ya varios meses la postura del empresariado colombiano sobre el proceso de paz con las Farc ha estado en el centro de las más intensas especulaciones. En el péndulo de la opinión pública que oscila entre el apoyo y las críticas, el sector privado colombiano no ha estado exento de esta disyuntiva. La supuesta salida del general Mora puso momentáneamente nerviosos a muchos en el sector privado, y el sangriento ataque de las Farc al Ejército en el Cauca, que dejó 12 soldados muertos fue un baldado de agua fría para muchos creyentes de la negociación. Pero más allá de los vientos huracanados de la coyuntura, que entusiasman o deprimen a la opinión según las noticias, los empresarios tienen temores y convicciones sobre el proceso que se vuelven muy relevantes debido a su papel a la hora de pasar la página de la violencia. Para entender la visión de los empresarios, Semana conversó con cuatro de los más representativos de Colombia. José Alejandro Cortés, patriarca del Grupo Bolívar, y quizá el empresario vivo más admirado del país; David Bojanini, presidente del Grupo Sura, considerado el heredero de Nicanor Restrepo tras una larga trayectoria en el Grupo Empresarial Antioqueño; César Caicedo, presidente de Colombina, accionista del grupo Riopaila y promotor de importantes proyectos en el Valle del Cauca: y el presidente de Promigas, Antonio Celia, un influyente líder empresarial de la costa Caribe que, además de trabajar en el sector de la energía, encabeza muchas actividades sociales y filantrópicas. A diferencia de los demás países donde ha habido conflictos internos, Colombia es quizá el único país en el que hay una guerra interna con una economía emergente y una estructura empresarial sólida y pujante. Mientras en la Centroamérica de los ochenta el sector privado era pequeño y frágil, y en los conflictos africanos conviven con Estados fallidos, en Colombia subsisten guerrillas en la tercera economía de la región, donde una sola empresa tiene más empleados que la totalidad de las guerrillas de las Farc y el Eln con sus redes de apoyo. Esta realidad convierte a los empresarios en grandes protagonistas a la hora de entender la transición hacia el posconflic-

to y le confiere al sector privado una dimensión política clave a la hora de asumir su papel en la reconciliación del país. ¿Cómo ven el proceso con las Farc después de lo ocurrido en el Cauca y de las últimas encuestas donde varios sectores de la opinión se muestran cada vez más escépticos frente a la firma de la paz? Antonio Celia. Creemos en el proceso de paz. Lo hemos apoyado con total compromiso. Pero lo que pasó con el terrible ataque a los soldados lleva a replantear el tema de los términos. Los señores de las Farc tienen que hacer algo para devolverle la confianza a los colombianos, porque estos hechos lo que hacen es destruirla y en estos procesos de negociación la confianza es absolutamente esencial. César Caicedo. Uno de los temas que veo con preocupación desde la perspectiva empresarial es el de las expectativas que se están formando alrededor de La Habana. Me refiero a que, con las mejores intenciones, han ido plasmando en unos documentos iniciativas muy interesantes y muy generales para combatir la pobreza o la falta de oportunidades en el campo, entre otros, pero ponerlo en el papel es muy fácil. Lo realmente difícil es cómo se puede convertir en realidad. ¿Ustedes creen que en algún momento se ha debido romper el proceso? A. Celia. No. Nos ha tomado muchos años tratar de acercar las partes y construir la confianza que ya nos ha llevado bastante lejos. Ahora, me parece que hay que aprovechar la difícil coyuntura para que las Farc den muestras de que verdaderamente quieren hacer la paz en unos términos razonables. ¿Son optimistas o pesimistas frente a una eventual firma de la paz en La Habana? A. Celia. A pesar de los altibajos, me parece que hay un gran entusiasmo del país por la paz, y a veces la gente piensa que la paz está a la vuelta de la esquina y eso no ayuda cuando estamos negociando con una gente como las Farc. No debemos desbordarnos en optimismo porque faltan muchas cosas importantes por resolver como la justicia y la participación en política. C. Caicedo. El proceso de paz va a traer unos beneficios enormes desde el punto de vista de la seguridad física -se supone que es

uno de los grandes propósitospero esto tiene que ir acompañado de una seguridad jurídica, fiscal y laboral para la gente. Y esas son las bases que van a atraer la inversión. A. Celia. Hay que tener mucho cuidado con las versiones maximalistas de la paz. El acuerdo con las Farc no va a resolver los grandes problemas del país. ¿Hablando de justicia, qué opinan acerca de que los guerrilleros no paguen cárcel? José Alejandro Cortés. El tema de la cárcel es quizá el más delicado y ellos han dicho que no van a aceptar un solo día de cárcel. Yo personalmente creo que el encierro concebido como cuatro paredes con barrotes no es necesariamente la solución, pero sí se requiere un confinamiento para que esta gente se mantenga en un territorio controlable. A. Celia. Un tema fundamental es que acá no puede haber impunidad. ¿Cómo ven el papel de los empresarios en el posconflicto? A. Celia. Los empresarios, y lo hemos hablado en muchos escenarios, estamos dispuestos a ayudar en lo que sea necesario para que este proceso con las FARC llegue a feliz término y participar de alguna manera en el posconflicto. Pero no lo tenemos tan claro todavía. Estamos hablando demasiado del posconflicto cuando todavía no hemos cerrado la negociación. No sabemos qué significa realmente esa etapa, cómo puede ser nuestra participación, hasta dónde podemos llegar y cuál es el papel de la empresa privada, entendiendo que estamos dispuestos a colaborar en todo lo que sea posible. David Bojanini. En el país se ha puesto de moda el término posconflicto y nadie sabe bien qué es eso. A mucha gente le he escuchado que el posconflicto ya empezó hace rato, otros dicen que empezará cuando se firme un acuerdo de desmovilización. El hecho es que el país tiene que concentrarse en la construcción de la paz. ¿Y para usted qué es la construcción de la paz? D. Bojanini. La construcción de la paz empieza con fortalecer la institucionalidad del país, un tema que a los empresarios nos ha preocupado muchísimo. El escándalo reciente de la Justicia no puede quedar en el olvido por hechos como el de los sol-


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Jaime Eduardo Botero Gómez/Periódico Debate/9 de mayo de 2015/http:// periodicodebate.com/index.php/opinion/otras-opiniones/item/8468-la-justiciadescarriada Esta semana fuimos testigos, con gran sorpresa, de cómo la justicia participa en política con las manifestaciones hechas por los presidentes del Consejo de Estado y de la Corte Suprema de Justicia, en compañía del Fiscal General de la Nación, contra la reforma constitucional de equilibrio de poderes.

La justicia descarriada Teorías como la responsabilidad mediata, complementaria con las llamadas “estructuras organizadas de poder”, ha sido utilizada en Colombia para significar que los jefes de una organización criminal son responsables de todas las acciones de dicha organización, han sido aplicadas para deducir, por ejemplo, que nuestros generales son responsables de los supuestos delitos que cometen las tropas en desarrollo de las operaciones contra las guerrillas. Nos rehusamos a aceptar que la justicia compare a las Fuerzas Militares con organizaciones criminales y tampoco que así se catalogue al gobierno de Alvaro Uribe Vélez, en una aparente venganza por los éxitos que tuvo la política de Seguridad Democrática. Sin embargo, lo más paradójico de toda esta teoría se presenta cuando la Corte Suprema de Justicia declara a ‘Timochenko’ y a ‘Iván Márquez’ como inocentes de unos casos de reclutamiento forzado de menores, argumentando que ellos no alcanzan a saber todo lo que hacen sus subalternos y por tanto no son responsables, cuando de todos es sabido que el reclutamiento de menores es una directriz permanente de las Farc. Aquí vale la pena hacer énfasis en que las Farc si son una estructura organizada de poder << VIENE EMPRESARIOS pág. 6

buena inversión productiva en el campo. Y esa la van a hacer las empresas privadas y no el Estado. Por eso, lo que no puede pasar es que los acuerdos de La Habana terminen ahuyentando a los inversionistas nacionales e internacionales. Ahí parte del posconflicto se puede estrellar contra la pared. D. Bojanini. Lo más importante es saber en qué nos vamos a gastar la plata. Si lo planteamos como reparar a todas las víctimas dentro de un modelo asistencialista, como algunos lo han propuesto, pues no habrá plata que alcance. Me preocupa mucho ese tema. Pienso que hay que hacer inversiones que propicien el desarrollo dentro de la misma dinámica de la economía. Una combinación de privados generando productividad y Estado ofreciendo bienes públicos. Todo hay que hacerlo sostenible.

Foto: elcolombiano.com

en el sentido en que se refiere nuestra justicia para definir a una organización criminal. ¿De dónde, entonces, nace semejante incoherencia? Pareciera que en las cortes hay magistrados que ven como enemigos a las Fuerzas Militares y al Presidente Uribe, cuando condenan a oficiales y a

A. Celia. En el tema de tierras, sabemos que en los documentos ya acordados quedó claro que podrán subsistir los pequeños campesinos y los grandes inversionistas. Eso lo aceptaron las Farc. Es decir esa premisa de que las Farc son enemigas de la agroindustria quedó clara que es falsa, al menos en los acuerdos. Y eso es importante. C. Caicedo. La inversión que realmente va a desarrollar el agro colombiano tendrá que venir del sector privado nacional e internacional. Si queremos aprovechar la vocación productiva del campo colombiano y ser competitivos, y darle trabajo digno e ingresos estables a los campesinos, el resultado del acuerdo de La Habana tiene que ser crear las condiciones para invitar a esa inversión y no alejarla. ¿Cómo ven la polarización política del país cuando precisamente estamos tratando de reconciliarnos? A. Celia. En Colombia nos ha

exfuncionarios de aquel gobierno, con pruebas deleznables, porque quisieron proteger al país de la amenaza terrorista y del narcotráfico, que aparentemente sigue permeando a la sociedad colombiana en sus más altas esferas. Hay eventos que generan una gran duda sobre simpatías con

costado demasiado trabajo llegar a acuerdos. Tenemos posiciones muy extremas: a los adversarios los volvemos enemigos y el lenguaje que estamos usando es muy agresivo. Lo primero que tendríamos que hacer es ventilar las diferencias pero bajando el tono. Yo creo que en estas democracias modernas se requieren los pactos. Uno debería tratar de buscar pactos sobre temas importantes del país y que generen cierto consenso como los temas de la educación y la justicia. D. Bojanini. Los pactos son muy importantes, estoy de acuerdo. Generan compromiso con mucha gente. Si uno hace un pacto tiene que responderle a muchos y cuidar su comportamiento. El que no tiene que responderle a nadie no le importa su comportamiento. ¿Ustedes creen que el Estado colombiano está preparado para asumir el posconflicto y la construcción de una paz duradera?

las organizaciones terroristas, como por ejemplo, la declaración de inválida, como prueba, de la información hallada en los computadores de ‘Raúl Reyes’ que dejó sin piso las investigaciones contra un buen número de líderes de la izquierda, vecinos ideológicos de las Farc, con nexos allí probados real y circunstancialmente. Es triste que toda esta orientación de la justicia haya permitido, o promovido, que en este país se condene a los soldados por cumplir con su deber en procesos cargados de falsos testigos, orquestados por ciertas ONG que son expertas en montajes y en crear falsas víctimas, para luego acusar a los mandos por los montajes llamados “falsos positivos”. En este punto vale la pena aclarar que sabemos que los “falsos positivos” si existieron, pero que no son la cantidad que hoy nos quieren hacer creer, estrategia esta, montada para condenar a nuestros militares. El fin último de teorías como la “responsabilidad mediata” es encarcelar al expresidente Alvaro Uribe Vélez, como sucedió en Perú con Fujimori. Vienen afinando la guillotina y ensayando el modelo de los falsos testigos, probado con éxito en la parapolítica, donde tantos inocentes fueron condenados. Esta semana, por ejemplo, nos enteramos por televisión que, precisamente el magistrado Velázquez “abanderado de la parapolítica” y principal protagonista del caso ‘Tasmania’, ha estado en las cárceles y en los

A. Celia. Sin duda uno de los retos que tiene la democracia es mejorar la eficiencia del Estado. El Estado llega a más sitios y tiene más presencia que hace 20 años, pero hemos creado una complejidad institucional que estimula la corrupción e impide una buena gobernabilidad regional, y por eso nos cuesta trabajo ejecutar inversiones. D. Bojanini. Frente al tema del posconflicto quiero señalar que por la falta de presencia del Estado, en muchas partes del territorio, han llegado grupos ilegales a llenar ese vacío. Ahora que un grupo ilegal se sienta a hablar de desmovilización, hay que tener mucho cuidado con que ese espacio que dejen las Farc no sea ocupado por otros grupos ilegales armados. Si no hay una institucionalidad suficiente para llenar la presencia del Estado luego de una negociación de paz se puede recrudecer la violencia como ocurrió en El Salvador y Guatemala. J. A. Cortés. El otro tema es

estrados de Estados Unidos, declarando en favor de ‘Mancuso’, aparentemente motivando las, recientemente anunciadas, nuevas declaraciones que el bandido hará sobre parapolítica. Esta semana fuimos testigos, con gran sorpresa, de cómo la justicia participa en política con las manifestaciones hechas por los presidentes del Consejo de Estado y de la Corte Suprema de Justicia, en compañía del Fiscal General de la Nación, contra la reforma constitucional de equilibrio de poderes. Si bien no estamos convencidos de sus bondades, no es procedente que prácticamente se amenace al Congreso y al Gobierno con las vías de hecho, anunciando paros judiciales, si no se “hunde” dicha reforma, porque ellos (los magistrados) consideran que se les están quitando algunas prerrogativas y la reforma no se hace según sus directrices. Adicionalmente la propuesta de una Asamblea Constituyente “limitada”, ha sido considerada como un salto al vacío, más cuando hablan de la participación de las Farc, un grupo terrorista que aún no se ha reintegrado a la sociedad. Extraña de los magistrados, siempre “aparentemente” tan pausados y moderados en sus juicios, que se hayan salido de casillas realizando propuestas tan desafortunadas que han caído bastante mal en la opinión pública nacional. Da mucho que pensar que las cortes propongan asambleas constituyentes y que, coincidencialmente, se apoye esta solicitud tan cacareada por las Farc.

que la cúpula de las Farc seguramente no podrá manejar a todos los guerrilleros. En Colombia, como ha sucedido en otros conflictos internos, los de Centroamérica por ejemplo, habrá algunas disidencias en donde algunos guerrilleros van a continuar haciendo sus fechorías porque no saben hacer nada diferente a cargar un fusil y cometer actos ilegales. ¿Creen que la guerrilla todavía sigue siendo un obstáculo para el desarrollo del país? J. A. Cortés. En las últimas décadas el país ha avanzado mucho, pese a los flagelos de la guerrilla, el narcotráfico y la corrupción. Quisiéramos que la paz nos permitiera crecer más rápidamente y trabajar en un ambiente más tranquilo. Pero a pesar de la adversidad el país va a seguir creciendo y va a seguir siendo más próspero aún con los insistentes esfuerzos de la guerrilla de sabotear ese crecimiento.


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MY (Rva) Otoniel Arango/Diario del Otún, Pereira/15 de abril de 2015/http://www. eldiario.com.co/seccion/OPINION/las-dictaduras-del-siglo-xxi1504.html Basta con echar una mirada desprevenida a Venezuela, Nicaragua y Ecuador, para citar sólo tres dignos representantes de lo que le espera a Latinoamérica.

Las dictaduras del siglo XXI propone desarmar a los hombres, desaparecer sus pasiones políticas, trastocar sus ideas apropiándose de ellas bajo el manto protector de un supuesto régimen liberal de izquierda. Tales nuevas dictaduras, es lo que en Latinoamérica han dado en llamar pomposamente, el Socialismo del Siglo XXI, mediante la manipulación de la opinión pública y el monopolio de los medios de comunicación por vía del patrocinio, de la amenaza o la efectiva censura abierta cuando las dos anteriores no son suficientes y hay que poner en cintura a los opositores de ‘derecha’, que pretendan opinar en contra. En tal propósito es muy conveniente borrar de un

tajo la historia de los pensum escolares, para reescribirla con los nuevos ‘héroes’; el pasado común es un estorbo a sus pretensiones. Los nuevos lobos con piel de oveja, se muestran demócratas ante sus contertulios del exterior y aplican medidas coercitivas y antidemocráticas en el ámbito interior; basta con echar una mirada desprevenida a Venezuela, Nicaragua y Ecuador, para citar sólo tres dignos representantes de lo que le espera a Latinoamérica. Llega a tal punto la manipulación mediática que los empresarios y potentados en general, desfilan alegres hacia el matadero, el pueblo tonto que no piensa nunca parece añorar

sus cadenas de esclavos y en su santiamén los alumnos aventajados de Gramsci, toman el poder para ejercer la dictadura del pueblo, que se reduce a un número de privilegiados que usufructúan el erario público, reeditando las faenas de Stalin, de Lenin, de Mao y demás ilustres comunistas, especialistas en redistribuir la pobreza, pero en versión mejorada. Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam en el campo de batalla y la perdió en su territorio, bajo el lema hippie “Hagamos el amor y no la guerra”; Vietnam está apenas tratando de salir de la economía marxista, que tiene al 15% de su población en pobreza extrema. Cualquier

Foto: pedroangarita.blogspot.com

Los nuevos tiempos llevan intrínsecos nuevos retos y ante la increíble metamorfosis de quienes aspiran al poder mediante la combinación de todas las formas de lucha, es necesario entender que las nuevas batallas se hacen de manera subrepticia, tras bambalinas, en un escenario de lucha donde no se quema un solo cartucho, donde la pluma vence a la espada y los ciudadanos son timados, son sometidos sin que nada sospechen hasta que la dictadura se vuelva insoportable y entonces añorarán a sus fuerzas militares, creadoras de la república y por ende anteriores a ella. Hoy en día nos hallamos ante un despotismo moderno que se

parecido con lo que le espera a Colombia, si 40 millones de colombianos se dejan someter por 5.000 narco guerrilleros, es mera coincidencia.

Darío Acevedo Carmona/El Espectador/11 de mayo de 2015/http://www. elespectador.com/opinion/dignidad-contra-insolencia

Apoyado en su filosofía de exculpación de los crímenes de las guerrillas, Montealegre abrió un amplio boquete a la impunidad para los delitos de lesa humanidad y como si fuese el ministro de Relaciones Exteriores viajó por varios países para hacer loby ante organismos internacionales.

Habitualmente el presidente Santos, el fiscal Montealegre y los miembros del Secretariado de las Farc nos sorprenden negativamente con sus posiciones sobre la paz. Montealegre, por ejemplo, una vez más, se pone del lado enemigo al proponer, en unión de las altas cortes, la convocatoria de una asamblea constituyente para la reforma de la Justicia y el equilibrio de poderes, con el añadido de que en ella tengan representación los desmovilizados de las guerrillas. Hay que tener en cuenta que para las Farc esa es una de sus banderas que con carácter de exigencia han planteado en las conversaciones habaneras. No es una cuestión ordinaria pues se trata nada menos que del mecanismo que ellas consideran apropiado para sentar las bases de la “refundación del Estado” y la “nueva sociedad” en la que exigirán, al menos, la mitad de sus bancas. Este funcionario desdeña que ese es el peldaño con el que las Farc piensan acceder al poder. Menos mal, la Corte Suprema en pleno dio marcha atrás sobre este asunto y ojalá así lo hagan las demás. Apoyado en su filosofía de especulación de los crímenes de las guerrillas, Montealegre abrió un amplio boquete a la im-

punidad para los delitos de lesa humanidad y como si fuese el ministro de Relaciones Exteriores viajó por varios países para hacer loby ante organismos internacionales como la CPI a cuya presidente, Fatou Bensouda, desautorizó y a cuyo estatuto le dobló su columna vertebral con rebuscadas interpretaciones. Todavía resuena su tesis favorable a la ampliación del alcance del delito político, según la cual, toda conducta criminal relacionada con el accionar político, es conexa al mismo y por tanto, debe ser tratada con la misma indulgencia dada a los delitos políticos de asonada y rebelión. Entiéndase que el secuestro, el reclutamiento de menores, el asesinato fuera de combate, los ataques a la población civil, el narcotráfico, etc., según su rebuscada hermenéutica jurídica, deben ser considerados conexos con el delito político por haber sido cometidos en función de un supuesto ideal altruista. Con sus maniobras clientelistas para ubicar a sus incondicionales en las cortes y el loby en el Congreso de la república, entre otras cosas, para defender su “derecho al almuerzo”, o sea, litigar después de dejar el cargo, el Fiscal abusa del poder atacando a quienes osan cuestion-

arlo. La excontralora Morelli y el procurador Ordoñez figuran en la lista de perseguidos. Al mejor estilo de Beria, el tenebroso secretario de Stalin, desde esa dependencia se movieron los hilos de la infiltración del hacker en la campaña de Óscar Iván Zuluaga, para favorecer, días antes de la segunda vuelta, la reelección presidencial de Juan Manuel Santos y mantener amenazados al candidato del Centro Democrático y a su hijo. Se dice que en los calabozos de la Fiscalía se urde la manera de hundir al expresidente Uribe con chantajes a la exdirectora del DAS y a Bernardo Moreno, tal como hicieron con el hacker Sepúlveda, ofreciendo ventajas jurídicas si declaran contra el expresidente Uribe, a sabiendas que la ley no lo permite habiendo sentencias en firme. Los jefes de las Farc no se quedan atrás en demostraciones de cinismo. Semana tras semana, somos sorprendidos por la insolencia de ‘Timochenko’, ‘Márquez’, ‘Catatumbo’ o ‘Santrich’. A su extensa lista de exigencias y acusaciones, ahora sostienen que el Estado, o sea nosotros, nos declaremos culpables del “conflicto armado” y sus consecuencias y de reparar a todas las víctimas, como si

Foto: santanderextremo.com

Dignidad contra insolencia

ellos no fueran los que desataron la violencia en nombre del ideal comunista. Cero días de cárcel, desconocimiento de sus víctimas, convocatoria de asamblea constituyente con asientos numerosos para ellos, Fuerzas Armadas reducidas y a cuidar fronteras, Zonas de Reserva Campesina, no devolución de bienes, eliminación de aspersiones de la coca con glifosato, comisión de verdad histórica que confirme la justeza de su levantamiento en armas, creación de sistema de alerta antiparamilitar y la más reciente, negativa a entregar los niños reclutados a la fuerza. Como quien dice, eso de que la paz no se obtiene con la fórmula “casa, taxi y beca”, a la que se refirió irónicamente

el Comisionado de Paz Sergio Jaramillo para sustentar que había que hacer muchas reformas políticas y sociales, ha sido bien explotada por quienes hablan y actúan como si hubieran ganado el “conflicto armado”. Para cerrar el capítulo del actual ciclo, el presidente Santos echó a rodar la bola del referéndum para otorgarle plenos poderes en las negociaciones de paz, al estilo de las leyes habilitantes de los déspotas Chávez y Maduro. Resulta pues, que en nombre de la paz los comensales de La Habana se pasan por la faja las leyes, deterioran la institucionalidad y mancillan la dignidad de los colombianos. No es de extrañar, por tanto, que hayan hecho valer su indignación en las encuestas.


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María Isabel Rueda/El Tiempo/10 de mayo de 2015/http://www.eltiempo. com/opinion/columnistas/sinfona-para-refundar-la-patria-mara-isabel-ruedacolumnista-el-tiempo/15722164 El atrevimiento del Fiscal fue casi una amenaza de golpe contra dos ramas del poder público. Estaba desafiando el proceso de reforma constitucional por el cual optaron el Gobierno y el Congreso para depurar algunos problemas de la justicia.

Sinfonía para refundar la patria ¿Cuál es el miedo que el gobierno Santos le tiene al fiscal Montealegre? Tiene que ser algo muy gordo. Porque casi con complacencia, y a veces con complicidad, observa cómo el doctor Montealegre extralimita y desborda cotidianamente sus funciones y ejerce combinaciones extrañas de intereses con la subversión. Cuando no está arengando a los jueces para que salgan a la calle a protestar por una reforma de la justicia que no le gusta a él, está inventando propuestas que suplantan el nombre de las altas cortes para retar a los poderes públicos y allanar el camino minado hacia la constituyente que exigen las Farc. Ojalá el Fiscal reflexione y no siga por el camino de convertirse en un protagonista institucionalmente nefasto y nocivo para el país, en lugar del hom-

bre que nos da tranquilidad y estabilidad. Todo el mundo parece tenerle miedo, porque carece de recatos para alcanzar determinados objetivos. Ante todo eso, él es incombustible porque maneja el fuego de la combustión. Por eso cuando esta semana utilizó de amanuenses a los presidentes de la Corte Suprema y del Consejo de Estado, y los puso a firmar el insólito documento en el que instan al Gobierno y al Congreso a hundir de inmediato la reforma del equilibrio de poderes y cambiarla por una asamblea constituyente, la conclusión de algunos analistas es que tuvo que ser el propio presidente Santos quien lo puso en esa tarea. Personalmente, no lo creo. El atrevimiento del Fiscal fue casi una amenaza de golpe contra dos ramas del poder público. Estaba desafiando el proceso

de reforma constitucional por el cual optaron el Gobierno y el Congreso para depurar algunos problemas de la justicia. La operación salió regular. Al día siguiente quedó claro que lo de la constituyente para reformar la justicia era sencillamente una baladronada. Con gran sensatez y valentía, el vicepresidente de la Corte Suprema, magistrado Fernando Giraldo, sentó sus diferencias sobre el proyecto de reforma que cursa en el Congreso, pero salió en nombre de sus colegas a desautorizar al presidente Bustos por usurpar una vocería sobre un tema inconsulto. También se filtró el malestar del Consejo de Estado y de la Judicatura. Al final de la semana, el Fiscal se había quedado sin sus amanuenses, impulsando como verdadero autor intelectual esta nueva Constitución de Colombia que, como producto de una consti-

tuyente, refundaría la patria, ya no en nombre del paramilitarismo, sino de las Farc. No puede extrañarnos, entonces, que a las 24 horas de la propuesta del Fiscal comenzara la sinfonía. Primero por parte de las propias Farc, que, en comunicado, afirmaron: “Llegó la hora de una constituyente que sea la base para emprender una nueva era de transformaciones sociales”. Y luego de Piedad Córdoba, cuya Marcha Patriótica, en otro comunicado desde la página de Anncol, escribió: “La iniciativa de convocar una asamblea nacional constituyente formulada por la Comisión interinstitucional de la Rama Judicial (léase Fiscal) va en la dirección acertada. (...) Es evidente que ella no debe limitarse a la problemática de la paz (...), sino al nuevo contrato social que exige la sociedad colombiana. ¡Por una asamblea

nacional constituyente para la paz y la justicia social!”. La única desautorización conocida del Gobierno fue la voz casi inaudible del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien dijo susurrante y escuetamente: “La Asamblea Nacional Constituyente no está hoy en la agenda del Gobierno”. De manera que aunque el Fiscal no parece estar obrando en esta operación encargado por el Presidente, sí está actuando como precursor, probablemente con el propósito de suprimir los que serían los últimos escrúpulos que aún le quedan al Gobierno, sobre la convocatoria a una asamblea nacional constituyente. El asunto es que por más que leo y leo, y busco y busco entre las funciones del Fiscal que contempla la Constitución, no encuentro por ninguna parte la de refundar la patria. Entre tanto... Cuando todo eso sucedía, colgaban de la reja de un colegio las piernas mutiladas del cabo Edward Ávila Ramírez.

Poder Judicial la reserva moral de todos los colombianos. El proyecto de equilibrio de poderes elimina la impunidad, que es sello de la Comisión de Acusación, y establece, por fin, un mecanismo de control que garantiza que los altos magistrados y el Fiscal General tendrán quién los ronde. Así mismo, impone condiciones más estrictas para llegar a las magistraturas, punto cuya importancia se pone en evidencia al comparar la distancia intelectual y moral que hay entre hombres como Alfonso Reyes Echandía y el recientemente fallecido Carlos Gaviria y algunos de los que llegaron a ocupar sus sillas en el Palacio de Justicia en la última década. De la misma manera, sorprende que las razones que se exponen en contra de la eliminación del desprestigiado Consejo Superior de la Judicatura y la subsiguiente creación de un nuevo cuerpo que administre la Rama tengan más que ver con la pérdida de cuotas de poder sobre la burocracia de la justicia que con argumentos de peso que en realidad contribuyan a lograr un mejor uso de los recursos, siempre escasos, de la administración de justicia. Por supuesto, los reparos de las cortes y el Fiscal frente al

recurso deben ser oídos. La excesiva concentración de poder en el Ejecutivo es una preocupación que no solo el Poder Judicial ha expresado frente a la actual reforma. De igual forma, es fundamental que, como lo ha hecho valientemente en los casos de la narcopolítica y la ‘parapolítica’, se garantice que la Corte Suprema de Justicia siga teniendo todas las garantías para defender la democracia colombiana de la infiltración de poderosos criminales. Hay dos debates aún pendientes y lo que procede es asistir a la Cámara a ayudar a construir un mejor acto legislativo. Pero atravesarse como mula muerta – como por cierto ha pasado frente a cada intento de reforma en la última década– en el camino de ajustes que no solo están sobrediagnosticados, sino que el país exige para volver a confiar en sus jueces y fiscales, suena más a defensa cerrada de privilegios, prácticas y blindajes indebidos que no solo no protegen, sino que van en contravía de los intereses más altos de la Nación. La hora de cambiar llegó hace rato, así el fiscal Montealegre y sus compañeros de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial pretendan vender la idea de que quedan años para hacerlo.

Opinión/Editorial/ El Tiempo/10 de mayo de 2015/http://www.eltiempo.com/ opinion/editorial/un-mensaje-equivocado-editorial-el-tiempo/15722159

Un mensaje equivocado La hora de cambiar llegó hace rato, así el Fiscal pretendan vender la idea de que quedan años. Como nunca antes, la justicia en Colombia atraviesa por un momento crítico. Dudas sobre la honestidad de magistrados, decisiones polémicas, muchas de las cuales han terminado en condenas penales, escándalos de tráfico de influencias y paros y gabelas injustificados componen un crítico cuadro que explica por qué hoy 8 de cada 10 colombianos, según todas las encuestas, no confían en su justicia o tienen una imagen desfavorable de ella. Esa es la tozuda realidad que desconoce la sorpresiva posición que esta semana plantearon los presidentes de la Corte Suprema y los Consejos de Estado y la Judicatura y el fiscal Eduardo Montealegre en su empeño por hundir la reforma de equilibrio de poderes. Cuando esa iniciativa, que en efecto tiene puntos polémicos pero que sin duda aporta en la solución de varios problemas críticos de la justicia, está a

punto de lograr su aprobación en el Congreso, las cabezas de la Rama Judicial no solo piden que se hunda, sino que han planteado también la peligrosa tesis de que la depuración y los ajustes que son urgentes en el cerrado círculo de las altas dignidades de la justicia solo pueden realizarse a través de una asamblea constituyente. Tan sorpresiva y polémica resultó esa salida que en las mismas cortes, donde es fuerte la oposición a la reforma que entra a séptimo debate en la Cámara, ya hay desautorizaciones públicas a sus presidentes sobre los alcances del pronunciamiento de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial. Claramente, la propuesta de la constituyente implica un mensaje desinstitucionalizador, porque parte de la base de que el Congreso no tiene la legitimidad para reformar la justicia. Esa posición desconoce las facultades entregadas al Poder

Legislativo por la Carta del 91 y acaba, paradójicamente, dándoles vuelo a sectores que, pensando más en sus propios intereses que en los del país, han propuesto incluso la revocatoria de todas las cortes frente a los escándalos de los últimos meses. En momentos en que el país negocia con una guerrilla que durante más de 50 años ha desconocido sus instituciones, no parece consecuente que sean el Fiscal General y los dignatarios de tres altas cortes los que terminen alimentando el arsenal político de las Farc en contra de la legitimidad del Estado. Pero también se equivocan los jerarcas de la justicia, y en ello sí los acompaña la mayoría de sus colegas, al pretender dilatar aún más las soluciones de fondo que se requieren frente a muchos de los males que los aquejan hace años y que han contribuido al relajamiento moral y a la pérdida del respeto que por décadas hizo del


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General Luis Ernesto Gilibert/revista Semana/30 de abril de 2015/http://www. semana.com/opinion/articulo/general-r-luis-ernesto-gilibert-vargas-glifosato-unproblema/426003-3

La erradicación manual, a más de peligrosa, es solo un paliativo frente el problema, y la pelota en el campo del gobierno, que debe ver la fumigación como insustituible.

Glifosato: ¿un problema? Lejos de querer mediar o tomar parte en el debate que se está presentando entre los ministros de Salud, Alejandro Gaviria, y Defensa, Juan Carlos Pinzón, quiero llamar la atención sobre lo controvertido del tema, haciendo un poco de historia. Por el año 1984 y bajo el mando del extinto general Jaime Ramírez Gómez, quien para la época fungía como Director de Estupefacientes y el suscrito como subdirector de la especialización, se iniciaron las primeras pruebas para utilizar la fumigación aérea, como herramienta en la lucha contra el narcotráfico en todas sus acepciones, la decisión de utilizar determinado herbicida y la

misma aspersión aérea no era tarea fácil, pues el gobierno se mostraba reacio a utilizar la estrategia, no obstante recibir la solicitud del gobierno americano en el sentido de aplicar este método por ser la medida más efectiva y conveniente, para lograr una pronta erradicación de las plantaciones, tanto de marihuana como de coca, que estaban invadiendo el país convirtiéndolo a más de plataforma de exportación, en productor amenazante para los Estado Unidos y el mundo. Como responsables de esta lucha y sabiendo que la fumigación era, es y será la herramienta más efectiva contra el narcotráfico, ávida

cuentas de aquellos descalabros sufridos en los hombres de la Policía Antinarcóticos por la erradicación manual, donde la integridad de irradiadores es vulnerable en alto grado, los mandos institucionales presentaron ante el hoy Concejo Nacional de Estupefacientes, el proyecto para su implementación, labor nada fácil, que demandó una serie de pruebas en las diferentes regiones del país iniciando con el producto Paraquat, que poco y nada convenció a los investigadores de diferentes ministerios, encargados por el gobierno de encontrar y recomendar un herbicida efectivo para

erradicar las diferentes clases de plantas ilícitas que invadían a Colombia, llegando a la conclusión junto a los asesores norteamericanos de utilizar el Glifosato como el más indicado. Como vemos existen antecedentes sobre el asunto que no fue fruto de la improvisación No obstante las diferentes estrategias criminales utilizadas por los narcotraficantes, donde podemos contar trampas y atentados contra los aviones y helicópteros, amenazas y agresiones a los pilotos, con resultados adversos para su integridad, protestas campesinas inducidas por los delincuentes en las regiones de erradicación, alegando pérdidas de cosechas y daños a la salud, sin contar las muertes de miembros pertenecientes a la Fuerza Pública destinados a esta

Panel periodístico-/NTN24/9 de mayo de 2015/http://www.ntn24. com/video/isis-en-america-latina-50320

Yihadistas en América Latina En entrevista con el programa La Tarde de NTN 24, el 9 de mayo de 2015, el coronel Luis Alberto Villamarín Pulido analizó la probabilidad de la presencia de terroristas de ISIS en Latinoamérica. Al respecto aseguró: 1. Isis es una derivación de Al Qaeda. Su ideología extremista es un riesgo enorme para la seguridad del continente. 2. Existen indicios de la presencia de terroristas islámicos en la triple frontera de Paraguay, Brasil y Argentina. 3. Las 150.000 células que en-

trenó Al Qaeda se diseminaron por el mundo. 4. Es probable que los gobiernos antiyanquis de la región estén facilitando diversos apoyos al terrorismo islámico. Así mismo el tráfico de seres humanos es una enorme posibilidad de la incursión de inmigrantes ilegales con fines terroristas en el continente. 5. En los computadores de ‘Raúl Reyes’ quedó clara la relación de las Farc con terroristas islámicos. 6. El gobierno de Argentina está

inmerso en una investigación por el atentado terrorista de Hizbolá contra la comunidad judía, tiene nexos con las Farc, entonces no sería extraño que facilite apoyos al terrorismo yihadista. 7. Las Farc se relacionan con los demás grupos terroristas por medio del tráfico de drogas, narcotráfico y lavado de dinero. 8. En La Habana, los cabecillas de las Farc están negociando armas con los mismos traficantes que surten de armas a los terroristas islámicos en el Medio

dura labor; los resultados saltan a la vista y la cantidad de zonas libradas del cultivo ilegal son muchas, las estadísticas no dejan mentir. Que hoy la Organización Mundial de la Salud se pronuncie sobre una posible generación de cáncer por el Glifosato, concibe una gran preocupación para el Gobierno, que seguramente entenderá que sin la fumigación aérea y la gran labor hasta el momento desarrollada, nuestro país estaría invadido de plantas ilícitas. Solo la fumigación puede controlar la siembra, cosecha y producción de estupefaciente, la erradicación manual a más de peligrosa es solo un paliativo frente el problema, de manera que el debate está abierto, y para dolor de cabeza, la pelota en el campo del gobierno, que debe ver la fumigación insustituible en estos momentos cruciales para el país. Oriente. 9. Son necesarios los seguimientos electrónicos contra personas con indicios de pertenecer al yihadismo. 10. El Eln y las Farc cometen actos terroristas similares a los terroristas de ISIS y Al Qaeda, verbigracia el atentado en Convención Santander contra un suboficial cuyas extremidades fueron expuestas como un siniestro trofeo de guerra; o el crimen de las Farc en el Meta donde terroristas de la cuadrilla 39 incineraron vivo a un soldado.

Vicente Torrijos/El Nuevo Siglo/19 de mayo de 2015/http://www.elnuevosiglo.com. co/articulos/5-2015-vicente-torrijos-r.html-1

Papel regalo Hace pocas semanas, cuando un grupo de soldados fue masacrado en el Cauca, los congresistas de la Unidad Nacional se levantaron emotivamente para pedirle al Jefe de Estado que les impusiera reglas del juego claras a las Farc. Incluso, algunos creyeron encontrar coincidencias balsámicas con la oposición y exclamaban que tendría que haber penas privativas de la libertad para los desalmados y áreas delimitadas para controlar su desmovili-

zación y desarme. En semejante desazón, el ministro de la Presidencia llegó a sostener que ya no había enemigos de la paz en Colombia, solo para ser desmentido poco después por un Ejecutivo que no se resiste a polarizar la democracia para favorecer a la contraparte, sin percibir que es así como agiliza la pulverización de su legado político. Para decirlo aún más claramente, a las propias Farc les debe estar costando mucho

asimilar tanta condescendencia y obsecuencia por parte del Estado y aún no logran adaptarse a su condición de árbitros de la acción gubernamental: si golpean fuertemente, el Gobierno es fulminado en las encuestas; y si le prometen una pronta firma del Acuerdo, los del Palacio de Nariño recobran el aliento al suponer que con ello volverán a gozar de algún grado de confianza ciudadana. En pocas palabras, las Farc eliminan impunemente a los soldados que le creyeron al Presidente cuando decía -como seguramente seguirá diciendo-

que ellas han cumplido cabalmente con el cese unilateral del fuego y, ¿qué obtienen a cambio? ¡Suspensión de las fumigaciones! Lejos de complacer a su contertulio (aunque solo fuese para darle un ligero respiro), el Secretariado se niega radicalmente a la tímida solicitud presidencial de que “pidieran perdón” por tales atrocidades y se ríen en la cara de los parlamentarios de la coalición oficialista que, guiados por un cierto sentido común, piden que se les fijen plazos concretos para cumplir compromisos con-

cretos. Y cuando el Gobierno rompe el sobre y se encuentra con un escandaloso 29 por ciento en las encuestas que lo obliga a recluirse en sus aposentos para evitar rechiflas, lejos de tomar distancia y demostrar firmeza ante el terror, lo que hace es promover festivos encuentros en La Habana para que Gabino y ‘Timochenko’ afinen su planeamiento estratégico conjunto de cara al llamado posconflicto, mismo que el Gobierno no cesa en presentar como el paraíso perdido de la tierra prometida.


Edición 549

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Rafael Nieto Loaiza/El Colombiano/10 de mayo de 2015/http://www. elcolombiano.com/principio-de-precaucion-CG1888260 Son centenares los estudios que sostienen que el glifosato no es cancerígeno, que su toxicidad es baja y que no hay evidencia que muestre una asociación entre una exposición moderada de largo tiempo a la sustancia y alguna otra enfermedad, excepto algún efecto dermatológico.

¿Principio de precaución? Dos hechos: uno, el Ministro de Salud pidió “suspender de manera inmediata el uso del glifosato en las operaciones de aspersión aérea para la erradicación de cultivos ilícitos”; dos, esta semana se conoce que el año pasado los cultivos de coca aumentaron un 39 %. El Ministro se basa en un estudio de la Agencia para Estudios contra el Cáncer (IARC) que dice que el glifosato es un “posible carcinogénico”, en particular del llamado linfoma de no Hodgkin. La lista tiene productos y actividades en las que habría “limitada evidencia” de carcinogenia en humanos. De inmediato, el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos de Alemania dijo que el estudio de la IARC solo había revisado una selección arbitraria de trabajos previos y que no había considerado innumerables otros es-

tudios que presentan evidencia contraria, entre ellos el último estudio oficial alemán del 2014. El IARC admite que no realiza ninguna “evaluación de riesgos” y que “unos resultados positivos puede ser suficiente para declarar un peligro, aunque también haya estudios negativos”. De hecho, son centenares los estudios que sostienen que el glifosato no es cancerígeno, que su toxicidad es baja y que no hay evidencia que muestre una asociación entre una exposición moderada de largo tiempo a la sustancia y alguna otra enfermedad, excepto algún efecto dermatológico. Entre ellos hay trabajos de las agencias reguladoras de la Comunidad Europea, de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, del citado Instituto Federal de Evaluación de

Riesgos alemán, de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de las Drogas y de decenas de centros académicos en Europa, Canadá y Australia. En Colombia el Instituto Nacional de Salud ha recibido desde 2001 cerca de 80 quejas de ciudadanos que alegan haberse visto afectados en su salud por el uso del glifosato. Todas han concluido que no había nexos de causalidad entre la aspersión con glifosato y la afectación alegada por el reclamante. Por otro lado, esta semana la Embajada de Colombia en Washington envió al presidente Santos un documento oficial de los Estados Unidos donde se reporta un incremento de 39 % en el último año de los cultivos de coca. Los narcocultivos de coca pasaron de 85 mil hectáreas a cerca de 112 mil en 2014. Volvimos a los niveles de coca

de 2007. El documento sostiene que además “la producción de cocaína se incrementó en un 30 %, pasando de 185 toneladas en 2013 a 245 en 2014”. Y va más allá: “los mayores incrementos en el cultivo se dieron en zonas que comprenden reserva indígena y en la franja de protección acordada con Ecuador, en los dos casos, áreas donde actualmente no se realiza fumigación aérea”. Las áreas más afectadas son Putumayo, Nariño y el Catatumbo. El costo de erradicación manual de una hectárea de coca es cinco veces mayor que asperjando. En diez años, en tareas de erradicación manual han muerto 197 personas, 145 miembros de la Fuerza Pública y 52 civiles, y ha habido 687 heridos. Las Farc controlan como mínimo el 60 % de la producción de coca en el país y el año

pasado sus ingresos por narcotráfico ascendieron a 1.7 billones de pesos. En diciembre del 2013, en La Habana, en sus “diez propuestas mínimas” sobre drogas y narcotráfico, pidieron la suspensión “inmediata” de las aspersiones con glifosato. ¿Alguien es capaz de explicar racionalmente que debamos exponer aún más la vida e integridad de civiles, militares y policías porque hay un estudio no conclusivo, contrario a centenares anteriores, que advierte sobre un posible riesgo cancerígeno del uso del glifosato? ¿Y que se pida la suspensión de la aspersión de narcocultivos y en cambio no se diga ni una palabra de su uso como herbicida en casas y en otros sembradíos? Si del principio de precaución se trata, lo que se debe precaver es el costo humano y económico de la erradicación manual y los efectos nefastos de los ingresos por narcotráfico de las organizaciones criminales. Lo demás es ingenuidad. O hipocresía. O complacencia con los criminales.

Santiago Montenegro/El Espectador/27 de abril de 2015/http://www. pensamientocolombia.org/las-farc-sin-mando/

Lo que hasta ahora existe es una estructura horizontal de muchos comandantes que se sienten igualmente importantes, que muy difícilmente se ponen de acuerdo y con los que, como consecuencia, es casi imposible negociar.

Las Farc, sin mando que tiene un desprecio absoluto por la opinión pública y asume que dicha opinión pública o no existe o es simplemente manipulada por la oligarquía o el establecimiento. Segunda, este grupo ya no tiene una línea de mando, como la tuvo alguna vez, cuando vivían Arenas, Marulanda y Cano. Lo que ha ahora existe es una estructura horizontal de muchos comandantes que se sienten igualmente importantes, que muy difícilmente se ponen de acuerdo y con los que, como consecuencia, es casi imposible negociar. Y, tercera, las Farc tienen un desprecio muy grande por las víctimas, como el que manifestaron por el general Mendieta, en La Habana, a quien maltrataron de una manera inconcebible. Si la opinión no importa, si las víctimas no existen y si no hay línea de mando es mucho más fácil comprender cómo se puede dar una masacre como la del Cauca. Pero, igualmente, si esa hipótesis es cierta, se com-

prenden también las dificultades que ha tenido el proceso de negociación. Y, como si no fuese suficiente, la masacre del Cauca también les da fuerza a quienes argumentan que el proceso tiene dos enemigos inesperados. El primero es el gobierno de Maduro, que vería con preocupación un pronto acuerdo, pues, firmada la paz, el Gobierno de Colombia podría tener una política exterior independiente y crítica con relación al gobierno del país vecino. El segundo enemigo sería una parte de la dirigencia cubana, que se opone a las reformas de Raúl Castro y, en particular, al acuerdo con Estados Unidos, pues creen que un eventual levantamiento del embargo y la apertura política llevarían al fin de la revolución. Un colapso del proceso de negociación debilitaría a Raúl Castro, quien se ha apersonado del proceso como obra suya. En esta columna he apoyado el proceso de La Habana,

Foto: http://diarioadn.co

Como muy bien lo dijo Humberto de la Calle, la reacción de los colombianos fue unánime y de rechazo frontal al alevoso y cruel ataque de las Farc en la vereda La Esperanza, Cauca, en donde masacraron a once soldados e hirieron a muchos más. Miles de personas, espontáneamente, manifestaron su repudio y se acercaron a los cantones militares y a las estaciones de la Policía para llevar flores y expresar su solidaridad con las Fuerzas Armadas y las familias de los muertos y heridos. Como es natural en toda sociedad abierta y democrática, existen varias narrativas sobre la naturaleza del conflicto, en general, y sobre la estructura y propósito de las Farc, en particular. Y, cuando un hecho de estos se produce, unas narrativas se fortalecen y otras se debilitan. A mi modesto entender, la masacre de La Esperanza fortalece una narrativa que califica a esa organización por tres características. Primera, es un grupo

pero también he argumentado que tiene el pecado original de no haber sido una política de Estado, pues no fue producto de un previo acuerdo de todos los partidos democráticos del país. Pese a estas dificultades, he manifestado mi esperanza por el éxito del proceso. Pero, después de esta masacre y de

las trabas y demoras que han impuesto, queda muy claro que si fracasa las Farc serán los únicos responsables. Para su relanzamiento, como mínimo, ese grupo debe definir una línea clara de mando y los negociadores del Gobierno evaluar si, en forma realista, las Farc están en capacidad de hacerlo.


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Salud Hernández-Mora/El Tiempo/11 de mayo de 2015/http://www.eltiempo. com/opinion/columnistas/ratas-humanas-salud-hernandez-mora-columnista-eltiempo/15722160 Recuerden que entre el 2010 y el 2012 las dos agrupaciones criminales se enzarzaron en una guerra cruenta en Arauca que dejó cientos de muertos, y ya en el pasado las Farc intentaron aniquilar al Epl porque les resultaba molesto.

¿Ratas humanas? “Ratas humanas” llamó Pinzón al Eln tras la macabra exhibición de las piernas mutiladas del valeroso cabo Ávila. Pero son palabras vanas. El Ministro, al que le asignaron en el Ejecutivo el papel de halcón, sabe que con esas ratas que no representan a nadie y que los colombianos detestan, su jefe Santos negociará intereses claves del país. Sería bueno que ‘Gabino’ y sus secuaces no olvidaran jamás que si todos los gobiernos buscaron una salida política con ellos no es por su ideario o porque tengan una mínima legitimidad política, sino por la imposibilidad de derrotarlos en un país con instituciones dé-

biles, corrupción rampante, cultura de la ilegalidad enquistada y geografía endemoniada. Si el Estado pudiera acabarlas, la mayoría de ciudadanos no aceptaría otro circo como el de Cuba. Y no crea el lector el cuento de que existen fisuras en la manada de roedores ‘elenos’. ‘Pablito’ y ‘Gabino’ son lo mismo, se necesitan, porque las matanzas, atentados contra la infraestructura, secuestros y extorsiones que ejecuta el primero cuentan con el absoluto respaldo del segundo. Sin ‘Pablito’ y otros comandantes igual de sanguinarios, ‘Gabino’ sería un vulgar delincuente sin peso alguno. Ningún gobierno le

rendiría pleitesía, no perderían años (yo sumé 16) conversando con él sobre la posibilidad de buscar una salida negociada de su terrorismo, se limitarían a perseguirlos como a cualquier plaga delincuencial. Por cierto que ‘Pablito’ vive fresco en el estado Apure, Venezuela, ordenando crímenes en Arauca, tras una fuga de prisión que le costó en sobornos unos 4.000 millones de pesos. Nunca escuché a Santos o al Fiscal General presionar al Gobierno venezolano para capturarlo ni a Montealegre anunciar, con bombos y platillos, que asignará varios fiscales a fin de descubrir a los cómplices de la

escapada y someterlos a juicio. Si hacemos un rápido repaso por el país, vemos que el Eln es fuerte en Arauca porque delinque a sus anchas al contar con el santuario venezolano. En el sur de Bolívar cada vez son más ricos con la expansión de la minería ilegal de oro, igual que en Chocó. En Nariño llenan las arcas con sus alianzas con ‘los Rastrojos’ para narcotraficar, pero donde más plata ganan ahora es en Norte de Santander. Gracias a la concesión de no erradicar cultivos ilícitos en el Catatumbo que hizo el Gobierno a los movimientos satélites de las Farc para conjurar el paro agrario del 2013, se triplicaron los sembrados de coca de los que también come el Eln. En esa región, el gobierno

Santos tendrá que decidir más adelante a qué grupo terrorista favorece. Los pupilos de ‘Timochenko’, de la mano de su organización Ascanca, la piden como zona de reserva campesina, mientras que los de ‘Gabino’, con su Cisca, quieren que sea zona de reserva forestal. Parece igual, pero nada es más distinto y ninguno cederá. Recuerden que entre el 2010 y el 2012 las dos agrupaciones criminales se enzarzaron en una guerra cruenta en Arauca que dejó cientos de muertos, y ya en el pasado las Farc intentaron aniquilar al Epl porque les resultaba molesto. Como Farc y Eln han advertido que no entregarán las armas, la violencia en ese posconflicto que Santos vende está garantizada.

María Clara Ospina/El Colombiano/20/05/2015/http://www.elcolombiano.com/ donde-estan-los-secuestrados-CN1953206

El 29 de junio de 2013, con el nombre de “Una verdad secuestrada”, el Centro Nacional de Memoria Histórica documentó 39.058 víctimas de secuestro en Colombia, entre 1970 y el 2010. De estos secuestros, el 33 por ciento fueron presuntamente efectuados por las Farc.

¿Dónde están los secuestrados? un secuestro. La incertidumbre es tal sobre este tema en Colombia que ni siquiera hay certeza de cuántos secuestrados quedan aún en manos de las Farc. Parte del problema es que, aun hoy en medio de las negociaciones de paz, hay muchos que temen denunciar. Siempre existe la posibilidad de que el secuestrado esté con vida y pueda ser asesinado si se da información sobre su secuestro. Además, la fragmentación de datos entre diferentes fundaciones e instituciones y la falta de una entidad donde se centre toda la información existente, dificulta conocer toda la verdad. Lamentablemente, con la impunidad existente en el país es posible que jamás la sepamos. La cifra aproximada de 2.700 secuestrados aun en poder de las Farc, entre civiles y militares, es de la asociación Los Que Hacen Falta (El Tiempo 10/06/15), pero otras fundaciones, como País Libre y la Fundación Nueva Esperanza, manejan otros números. La realidad es que es tanta

la mentira y la trampa que se manejan alrededor de un secuestro, que es difícil tener cifras concretas. El 29 de junio del 2013, con el nombre de “Una verdad secuestrada”, el Centro Nacional de Memoria Histórica y Cifras & Conceptos documentó 39.058 víctimas de secuestro en Colombia, entre 1970 y el 2010. De estos secuestros, 33 por ciento fueron presuntamente efectuados por las Farc. ¡Qué dolorosa cifra! ¡Cuánta tragedia encierran esos números! Cada secuestrado es una familia entera secuestrada, son unos padres, una esposa o esposo, unos hijos, chantajeados, detenidos en el tiempo, mantenidos en la más miserable expectativa y tristeza. Es indispensable exigir a las Farc la verdad sobre los que no han regresado. Es un tema que se debe desligar del resto de los crímenes cometidos, pues algunos pueden estar con vida y deben ser puestos en libertad. Señores de las Farc ¿dónde están los secuestrados que aún no han regresado? El país exige oír su respuesta.

Foto: kienyke.com

¿Dónde están los más de 2.700 secuestrados de las Farc que aún no han sido devueltos? ¡Dónde están! ¿Qué fue de ellos? ¿Por qué no se habla de este tema en las negociaciones de paz de La Habana? Parecería que los negociadores, tanto los del gobierno como los de las Farc, pretenden que nos olvidemos de ellos. Pues, les quiero decir a esos secuestrados que somos muchos los que no los hemos olvidado. Que los colombianos de buena fe los estamos esperando. Que cada uno de ellos tiene un lugar de honor en nuestra memoria y que hoy exigimos que las Farc nos digan la verdad sobre su paradero. Colombia exige que los devuelvan si están vivos y, si murieron o los mataron, que nos digan qué les pasó y dónde podemos encontrarlos; porque sus familias los necesitan para poder dejar de llorarlos. Porque Colombia necesita saber la verdad para poder comenzar a pasar esa dolorosa página. La incertidumbre, la ignorancia de los hechos, es uno de los horrores más difíciles de sobrellevar en


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