Acta de interior Acta 5: 5: Plantas Plantas de interior ACTA es la revista producida por les estudiantes del itinerario de Teoría y Crítica de Arte del Máster Universitario en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid, organizado junto con el Museo Reina Sofía. “Plantas de interior” tensiona conceptos vivos así como inertes, referenciando tanto la ordenación arquitectónica como la dinámica creada entre el término “planta” y la condición “interior”, a priori extraña para ella; un ejercicio académico que rebosa hacia cuestiones ligadas a la vivencia. El recorrido parte desde posibles adaptaciones de lo institucional a nuestro presente, atacando a las bases que lo construyen y creando nuevos entramados de habitabilidad. Propone dialogar con sus rincones tabú así como con ciertas movilizaciones de descentralización hacia lo rural y lo periférico. Un paseo que también atraviesa la activación de resistencias en lo urbano, disensiones en su memoria y todas las historias que laten y se moldean dentro de ella, conformando una huella común. Mientras completamos este camino, reconocemos que incluso el cuerpo puede hacer de contenedor y que todo puede ser reconceptualizado desde una perspectiva espacial. Una investigación inicial sobre las implicaciones del espacio en el contexto artístico da lugar a dos vertientes: la exposición “¿Qué hacemos aquí? Espacios alternativos en Madrid en el cambio de siglo”, presentada en el Espacio D del Museo Reina Sofía, y el nº 5 de la revista ACTA, bajo el subtítulo “Plantas de interior”. Mientras la noción de espacio se materializa y resuelve de una manera más archivística en el proyecto expositivo, la revista aboga por un desarrollo interdisciplinar. Así, conviven aportaciones cercanas al ensayo con otras propuestas más visuales, alcanzando distintos grados de hibridación: artículo, fotografía, convocatoria, reportaje, mapa, manifiesto, diseño, análisis sonoro, etc. La distribución de las diferentes formalizaciones muestra también una preocupación espacial, adaptando la maquetación de cada propuesta. Finalmente, este interés se consolida en una portada que radiografía las estructuras gráficas de los distintos artículos. Los procesos de redacción y producción de la presente publicación se vieron afectados por la crisis sanitaria del COVID-19. Este acontecimiento exigió repensar la función de la revista y su destino, por lo que se decidió apostar por una presentación en formato online, que amplía el acceso a otros públicos. El espacio Internet Moon Gallery aceptó acoger virtualmente “Plantas de interior”, permitiendo interactuar con los diversos contenidos en un entorno 360°. Continuando la investigación editorial, los espacios alternativos en el cambio de siglo abordados en la exposición quedan actualizados en esta plataforma digital, a través de la cual nos preguntamos: ¿qué es lo que conforma un espacio cultural hoy?
En múltiples lugares, julio de 2020 Equipo editorial 1
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Sobre galerías urbanas y otros cuentos ������������������������������������� 8 C oral Bullón
Gentrificación y (re)apropiación: Un antiguo café como espacio cultural perdido en Madrid ����������������������������������������������������� 12 Mario Ros Campallo
Recuerdos de un barrio ��������������������������������������������������������� 15 Javier Aparente, Giulia E. Lo Basso
Apropiaciones jabatas ����������������������������������������������������������� 18 Víctor Sánchez de la Peña
La periferia es el nuevo centro ����������������������������������������������� 20
Helena del Campo Fúnez
Manifiesto por el Museo Post-Internet ������������������������������������� 22 S ergio Porras Gómez
Corporeizar el espacio: Un llamamiento a despejar nuevas prácticas artísticas ��������������������������������������������������������������� 24 María Ángeles Fernández Páez
El monumento y la razón espacial ������������������������������������������� 28 Pablo Caldera Ortiz
Parábola de un animal sin cabeza ������������������������������������������� 31 B ernardita Croxatto D.
Los cuerpos que no están dejan huella ����������������������������������� 34
Fidel Villar Barquín
Un violador en tu camino: Una acción política bailada ��������������� 38 Blanca Molina Olmos
Narrar los baños ����������������������������������������������������������������� 42 Paula Mora Medina
Si el cuerpo fuese un museo, tendría siete galerías ������������������� 46 L. San Gregorio
Tocar el aire: Dimensión espacial de una escucha atenta ����������� 48 Clara Pérez Delgado
Hacia el suelo/En algún lugar del campo/Pisamos sueños defectuosos ������������������������������������������������������������������������� 50 Alfonso Gómez C orona
Revuelta de caracol ������������������������������������������������������������� 54 Luisa Villegas G.
No estoy pero sigo siendo ����������������������������������������������������� 58 Mónica España-H. Domínguez
Anexo: Movimientos de tierra Jo Muñoz, Javier Aparente
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Sobre galerias urbanas y otros cuentos Coral Bullón
Los concursos de pintar puertas de garajes y decoración del barrio, progresivamente masificados y patrocinados por marcas, son lanzados como propuestas culturales para un “artwashing” de las dinámicas políticas y la pobreza social que sufre tanto el barrio como la ciudad misma. Este artículo es tanto un recorrido por las calles en las que he vivido los últimos 7 años en el barrio del Oeste en Salamanca como una reflexión crítica sobre los procesos de gentrificación que han surgido a raíz de las (semi)nuevas tendencias estéticas alternativas para “revivir” los barrios de toda la vida y sus controversias y resistencias. A través de la Galería Urbana y la destrucción de edificios simbólicos como el Mirador y Diáspora, se presenta una propuesta tanto visual como escrita.
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Gentrificación y (re)apropiación: Un antiguo café como espacio cultural perdido en Madrid Mario Ros Campallo
Frente a una evolución lineal y agresiva del urbanismo y del espacio común se hace necesario volver la mirada a nuevos modos de pensarlos. La arqueología es un paradigma de la temporalidad anacrónica de lugares que fueron pero ya no son. Dentro del atroz proceso gentrificador ocurrido en la ciudad de Madrid en los últimos años, muchos cafés esenciales dentro del panorama cultural madrileño de principios del siglo XX, debido a la importancia de la tertulia y el debate en los mismos, han sufrido un proceso de apropiación y fagotización por parte de dicha gentrificación capitalista. Casos como el Café de Oriente en la calle Atocha evidencian ese hecho y sirven como sujeto de estudio ante el problema.
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Apropiaciones jabatas Víctor Sánchez de la Peña
El 14 de junio de 2007 Colonia del Manzanares se despertó con un jabalí durmiendo entre sus casas. La policía acudió inmediatamente y, tras intentar dormirlo, lo abatieron a tiros. Coincidiendo con este inusual encontronazo, tenían lugar las obras de Madrid Río, cuyos arquitectos tomaron al jabalí como símbolo de su proyecto. Uniendo texto y dibujo, propongo cuestionar esta relación entre el jabalí como símbolo y las causas de su presencia, así como una reapropiación del mismo como extraño venido desde las sombras de la periferia, interrogando no sólo la accesibilidad al centro, sino las propias sinergias entre un punto y otro, la especulación urbanística, las peticiones vecinales y las carencias disimuladas con el proyecto de soterramiento de la M-30.
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Manifiesto por el Museo Post-internet Sergio Porras Gómez
El ámbito digital, la red, internet, parecía configurarse como un espacio horizontal y democrático. Aunque hoy en día sabemos que no es así, ese pensamiento se ha intentado trasladar a numerosos ámbitos, incluido el museístico. Los Museos han procurado adecuarse e introducirse en la red, digitalizando piezas, creando nuevos contenidos, etc., pero ese espacio horizontal no se ha logrado alcanzar. En este artículo planteamos un hipotético plan en el que, en vez de aplicar las características del Museo a lo digital para crear exposiciones virtuales en internet, aplicáramos las características de la red al espacio físico del Museo.
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Recuerdos de un barrio Javier Aparente, Giulia E. Lo Basso
Con esta propuesta visual reflexionamos sobre las diferentes vidas e historias que se suceden en un lugar a lo largo del tiempo, centrándonos en el barrio de Lavapiés a través de los recuerdos de la señora Pepa, que nos contó historias de su vida y de la vida del barrio. Su historia se conecta con la del espacio de arte Off Limits, del que fue vecina, presente en la exposición “¿Qué hacemos aquí? Espacios alternativos en Madrid en el cambio de siglo”. El reportaje relaciona fotos de la señora Pepa en su casa con citas de sus relatos.
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La periferia es el nuevo centro Helena del Campo Fúnez
Cada vez más jóvenes abandonan sus provincias para buscarse un futuro en la capital. El gran sueño se rompe con la realidad de vivir en Madrid debido a la “problemática embudo”: de toda la gente que llega solo consiguen quedarse unxs pocxs, aquellxs con más recursos. Con la finalidad de rehabilitar los pueblos abandonados por los mismos jóvenes que buscaban instalarse en Madrid, se enmascara la problemática de que la juventud precaria cada vez tiene menos hueco en la capital, manifestándose la hipocresía actual donde todo se plantea como “oportunidades” de adjetivos idílicos: experiencias únicas, contacto con lo natural, etc. que esconden la realidad.
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Corporeizar el espacio: Un llamamiento a despejar nuevas prácticas artísticas María Ángeles Fernández Páez
Los centros de producción artística y sus arquitecturas privadas sitúan y redistribuyen por el territorio una red estática que difícilmente puede compenetrarse con las actuales lógicas de producción, abocadas al movimiento. Este es un llamamiento a aquello que persiste entre los cuerpos, aquello que los tensa y atrae, agitándolos, descuidando el sitio y su legitimación; corporeizando un espacio sin volúmenes y unos cuerpos espaciados, despejados, con el fin de disponer una nueva sit(io)uación para habitar el arte en comunidad.
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El monumento y la razón espacial Pablo Caldera Ortiz
Partiendo del análisis de algunos espacios conmemorativos de Madrid que también han sido intervenidos con posterioridad, el artículo examina la idea de espacio hegemónica que se esconde bajo el propósito de conmemoración espacial. Las conmemoraciones espaciales marcan para siempre un lugar con el que entran en una tensión constante. Esta relación que se establece entre el espacio dispuesto para la conmemoración y el propio hecho que se intenta recordar constituye una tensión política constante. El texto propone pensar la función memorística del espacio, así como las diferencias que se establecen entre una memoria impuesta a un espacio —con el uso de “coordenadas artísticas”— y un territorio en el que, por mucho que se pretenda borrar, no cabe el olvido.
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Parábola de un animal sin cabeza Bernardita Croxatto D.
“Usted Está Aquí” es la frase que cubre la fachada acristalada del Teatro Valle-Inclán situado en Lavapiés. La construcción de este edificio se hizo sobre las ruinas del Teatro Olimpia, inaugurándose en 2005. En este mismo período, se masifica en el mundo el uso del GPS, que modifica nuestra percepción a través de los mapas virtuales, que nos señalan dónde estamos, invirtiendo la escala de la ciudad al dispositivo en nuestras manos. Frente al desplazamiento de la memoria del barrio en razón del progreso: lanzar una piedra inscribe el presente, declarando su ruina e invirtiendo el sentido de localización por el de ocupación. La historia de Lavapiés es también la historia de muchos otros lugares del mundo.
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Narrar los baños Paula Mora Medina
Los baños se muestran, a priori, como espacios sin personalidad. Sin embargo, mediante la acción de los cuerpos que los ocupan, éstos se convierten en espacios en continua construcción. Se alzan, entonces, como lugares que se transforman y conforman a través de narraciones aleatorias en constante cambio y construcción. La continua alteración de éstos, junto con un componente de aleatoriedad, nos acerca al concepto de “Terrorismo Poético” propuesto por Hackim Bey el cual podemos observar, sobre todo, en baños universitarios. Esto, junto con una intención autobiográfica, convierte a los baños de la Universidad de Granada en objeto de estudio.
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Tocar el aire: Dimensión espacial de una escucha atenta Clara Pérez Delgado
Este texto es, finalmente, una crónica de una contemplación, una escucha atenta a tres canciones posteriores al año 2000. En qué manera pueden estar relacionadas respirar y oír, acciones casi siempre involuntarias. Qué rastros del proceso de post-producción y huellas del espacio en el que se ha performado y registrado el sonido quedan latentes en la abstracción de la canción. Rodeo el proceso de post-producción de las tres composiciones con el objetivo espontáneo de elucubrar —planos de sonido, distancias, superposiciones— sobre la dimensión espacial del sonido tomando como punto de partida la acepción más etérea del término anglosajón room: aire.
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Hacia el suelo/En algún lugar del campo/ Pisamos sueños defectuosos Alfonso Gómez Corona
Cuando las cartografías digitales definen la imagen como una representación aparentemente subjetiva y “cercana”, en cuanto se refiere al paisaje digital, generan una nueva realidad o una realidad distorsionada. Las vistas aéreas, las imágenes por satélite o las panorámicas son algunos de los síntomas de la transformación de nuestro sentido de la orientación espacial y temporal. Si lo visible e invisible ahora se define por la accesibilidad o inaccesibilidad, se ha de realizar una visión crítica sobre la relación que mantenemos con los sistemas de registro o representación espacial.
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Los cuerpos que no están dejan huella Fidel Villar Barquín
La falta de políticas públicas así como el silencio cultural y gubernamental con la llegada del Sida en España obligó a grupos de activistas a organizarse. Se luchó contra la expulsión de los cuerpos enfermos. Cuerpos normativizados por el espacio público que se alzan desde la acción para marcar el espacio con sus ausencias. A lo largo de los 90, se van a plantear acciones para ocupar el vacío desde las huellas y las ausencias. Enfrentarse a un territorio hostil, ajeno a esas vidas que se consumían/consumen e indiferente a esos cuerpos que nunca han importado. Quiero reflexionar sobre cómo usar el cuerpo para ocupar el espacio.
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Un violador en tu camino: Una acción política bailada Blanca Molina Olmos
Una de las formas de resistencia del movimiento feminista es la recuperación de las calles, del espacio público que, como espacio de poder, ha estado restringido históricamente para las mujeres. La coreografía aparece como estrategia feminista a través de la cual los cuerpos pueden repensar y volver a apropiarse de dicho espacio, aprendiendo a moverse políticamente fuera de la ordenación preestablecida para ellos. La acción de Lastesis Un violador en tu camino es un ejemplo de ello. Para acercarnos a estos procesos es importante destacar los conceptos de coreopolítica y coreopolicía propuestos por André Lepecki y el concepto de retórica del caminar formulado por Michel de Certeau, los cuales emplearemos para hablar de una retórica de la danza.
Si el cuerpo fuese un museo, tendría siete galerías L. San Gregorio
El colectivo New Scenario (Paul Barsch, Tilman Hornig) junto a Nuno Patricio desarrollaron en 2016 el proyecto Body Holes, consistente en un comisariado que plantea el cuerpo como espacio expositivo. Más de 40 artistas internacionales aportaron piezas que, con la ayuda de especialistas médicos, fueron colocadas y fotografiadas en orificios de participantes voluntarios. Propongo a partir de aquí un recorrido sugestivo atravesando varios rincones corporales (ano, vagina, uretra, ombligo, oreja, nariz, boca), utilizando algunas de dichas piezas como ancla para especular sobre la capacidad espacial del cuerpo. En su redacción, el texto se aproxima al género literario tomando como referencia la novela-comisariado Contarlo todo sin saber cómo de Martí Manen.
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Revuelta de caracol Luisa Villegas G.
Conectando las experiencias de caracoles y migrantes este artículo explora la dimensión temporal y espacial del confinamiento, al reunir un conjunto de anécdotas personales, pensamientos en torno a la migración explorados a partir de conversaciones/ colaboraciones con Lurdes Fernández, Carolina Chacón y Uxue Ruiz de Arkaute, y notas en torno a la gentrificación producidas a lo largo de la investigación curatorial de la exposición “¿Qué hacemos aquí? Espacios alternativos en Madrid en el cambio de siglo”. Reflexiones amalgamadas por la experiencia del confinamiento de la autora por el COVID-19 en Madrid, que inició en marzo de 2020.
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No estoy pero sigo siendo Mónica España-H. Domínguez
Desde el confinamiento resulta aún más paradójica la capacidad de convergencia de diversos lugares en un mismo cuerpo. Un ejemplo burdo de ello es que no estoy en la universidad pero sigo siendo estudiante. Así, mi cuerpo se vuelve una especie de utopía íntima, como si de un taumatropo se tratara. Sin embargo, algo ha cambiado, o tal vez simplemente se ha hecho evidente de manera insoportable. En esta ocasión, al parar de girar las gomas de mi taumatropo, el pájaro ya no vuela libre y la ilusión de su encierro acaece como condena.
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paseo
Sobre galerias galerías urbanas urbanas yy otros otros Sobre cuentos cuentos Coral Bullón
Era 2013 y ya el Barrio del Oeste tenía esos tintes de barrio “alternativo”. La proximidad con los campus universitarios de extrarradio así como del centro, hacía que muchos estudiantes eligiéramos vivir en esa zona. Cuando llegué en septiembre de 2013 ya había nacido lo que se conoce como Galería Urbana, y esta estética etiquetada de underground había acrecentado más el interés por el barrio obrero del oeste.
**cuántas palabras trampa, parece que lo estoy publicitando** Claro, esto tuvo sus efectos.
B O O M .
Explotó(aron) la Galería Urbana.
—como hace el neoliberalismo capitalista con todo lo bonito.—
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street art
El colectivo Lemarte había acertado, había creado un proyecto innovador y fresco junto con la asociación vecinal ZOES, que revitalizaba las calles del viejo barrio conformado de edificios de protección oficial y las llenaba de color y creatividad** de artistas que, a veces también, eran vecinos. Por circunstancias no expresadas públicamente, el colectivo artístico original decidió desentenderse de la Galería Urbana en 2017, pero el proyecto siguió creciendo de la mano de la asociación vecinal.
gentrificación
Hagamos una historia viva de este fenómeno. Pero descentralicémonos antes, movámonos a Salamanca.
actividad cultural
Sin embargo, esta (al fin y al cabo) estetización se ha acabado utilizando como medio para perpetuar unas dinámicas político-económicas liberales e íntimamente unidas con la espec(tac) ulación, sin darnos cuenta. Así, con pequeños detalles, comienza la gentrificación.
mural
De una forma o de otra, las actuales dinámicas económicas y culturales nos convierten a todas en agentes gentrificadores. Lo cuentan como “regeneración urbana”, el devolver la vida a barrios obreros, generalmente céntricos pero degradados, lanzando propuestas culturales para su estetización e impulsar el turismo para el pequeño comercio del barrio. Así nacen las “galerías urbanas”, zonas en las que, por encargo, se plantean murales e intervienen artistas de forma legal en los espacios públicos (generalmente fachadas, puertas de garajes o chapas de comercios).
Os invito a que hagáis un pequeño paseo conmigo, a lo flâneur, y visitemos la Galería Urbana sin el recorrido preliminar que proponen. Yo solía subir por la Avenida de Italia. Hace unos años era como la frontera del barrio, pero la Galería Urbana ha seguido expandiéndose radialmente. Cada calle que cruza de forma perpendicular a la avenida contiene ya puertas de garaje pintadas, murales en las esquinas de los edificios e incluso fachadas enteras. Ricardo Cavolo estuvo aquí.
[recorridos turísticos por las cocheras a 5€, barato, señora.] El proceso de simbolización del barrio como alternativo es la mecha que detona los procesos de gentrificación. La demanda se dispara, y por lo tanto la oferta, entrando así en bucle. Si torcemos a mano izquierda, unas cuatro calles subiendo, por la calle Melchor Cano, entramos en el corazón del barrio, la rotonda de la plaza del Oeste. No sin antes pasar por una, dos, tres, cuatro, cinco… (sigue) puertas de garaje y chapas de establecimientos pintados.
Street art lo llaman. Justo allí es donde ha empezado a moverse cada vez más fuerte la infección de la gentrificación, todavía recuerdo, estaba la casa “de las caras” o el Mirador, de Leopoldo García Castellanos. Al edificio vacío desde hacía algunos años le habían colocado en las puertas y ventanas tapiadas diferentes fotografías de los vecinos del barrio. Al lado estaba también el edificio intervenido de David de la Mano, Diáspora, una oda hecha mural contra las guerras, la migración forzada y los desahucios. Y dentro de la casa semiderruida, se alzaba Ícaro del Colectivo Latidos del Olvido. Este conjunto arquitectónico era la misma personificación de los ideales y objetivos que tenía en su origen el movimiento artístico del barrio. Ambos edificios clausurados pero intervenidos artísticamente. No era posible habitarlos, pero al menos podían permanecer como monumento artístico —mejor que cualquier arte rotondil—, de memoria común. Pero ahora, ahora nada de esto existe como tal. Ahora, donde estaban ambos edificios te encuentras con un inmueble minimal, de colores chillones y emoticonos en la fachada. Supongo que alguien quería seguir demostrando el espíritu jovial y moderno de la plaza. Salvo por la imposibilidad de que el estudiante medio pueda vivir de alquiler en alguno de los pisos por los elevados precios, que con el paso de los años también se han elevado en las calles colindantes a la plaza. No todo va a ser malo, muchos de los locales vacíos que consumían el barrio han reabierto con diversos negocios, creando nuevos puestos de trabajo, aunque respondiendo a las necesidades de nuestro tiempo. Ya no son los negocios de antaño, pero la calle Asturias por ejemplo ahora tiene un color diferente. No nos desviemos, quiero llegar a otro punto espacial y de inflexión de la Galería Urbana. Ya van por la 8º edición, cada vez quedan menos huecos en el barrio en donde plasmar las obras de los concursantes, pero el pasado año apareció un nuevo formato —descrito por los medios como “acción” artística— promocionado por una famosa marca cervecera que ofrece, entre otras cosas, diversos concursos de creación, becas, formación, etc, sin ningún tipo de autocrítica. 9
[ e j e m M A H O Ue j e m ]
[fue bastante sonado cómo hicieron una convocatoria para el diseño de una edición limitada de botellines donde el premio era en cerveza]
Surgió la convocatoria “Pinta el Barrio del Oeste”.
Como si no estuviera ya poco pintado.
Echando por tierra las demás ediciones de la Galería Urbana.
Y así, de repente, uno, dos, tres murales que haya llegado a contar aparecieron con el logo de la marca cervecera incluido. Por ello sería que, en la parte trasera del edificio multicolor de la plaza, rezaba después del 8M de 2019 una pintada (¿será también street art? Yo digo sí):
Bien es verdad que, gracias a la Galería Urbana, el barrio del Oeste se ha convertido en marca. Una Malasaña provinciana. Sin embargo, el problema no recae en los artistas que decoran y redecoran el barrio. Al final, parece que más que llevar a cabo una acción artística en pos del beneficio de la comunidad que habita esos espacios, el artista se queda en mero decorador de exteriores si no se ataca al germen real de los procesos gentrificadores. Ya lo decía Alberto Santamaría:
No tanto criminalizar al artista como que tome conciencia de su lugar como efecto.1 1
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Santamaría, A., “Justo al revés.El alquiler sube por la oferta-demanda, explotación del suelo...”. @albertoysantama, 16 de mayo de 2019: https://twitter.com/albertoysantama/status/1129072542730334214, Consultado el 8 de junio de 2020.
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Gentrificacionyy(re)apropiación: re apropiacion: Gentrificación Un antiguo antiguo café cafecomo como espacio espacio Un cultural perdido perdido en en Madrid cultural Madrid Mario Ros Campallo
El día 3 de julio del año 2017 se produjo un incendio en una vivienda ubicada en la quinta planta del bloque de apartamentos situado en la calle Atocha nº 118, en pleno centro urbano y neurálgico de la ciudad de Madrid. No hubo que lamentar ninguna pérdida más allá de las materiales y se quedó en una anécdota con repercusión mínima en la prensa local. Toda la planta afectada estaba deshabitada, ningún vecino fue siquiera desalojado y el local situado en la planta baja del mismo edificio, un Kentucky Fried Chicken, continuó sirviendo a sus clientes sin ningún problema. Quizás si ese incendio hubiera ocurrido 90 años antes figuras como Alberto Sánchez, Rafael Barradas, Federico García Lorca, Maruja Mallo o Salvador Dalí hubieran asistido desde ese mismo lugar a dicho incendio, pues en ese emplazamiento donde hoy se pueden comprar cubos de pollo frito se ubicaba el llamado Gran Café Social de Oriente.1 Surgen preguntas y suposiciones a raíz de este asunto. La evolución, el cambio permanente y al mismo tiempo fugaz en el entorno urbano; la sustitución, la variación o la creación de nuevos espacios en la ciudad. ¿Es acaso eso una mejora? La fagocitación y apropiación de espacios, la eliminación del espacio común y reconocido por los habitantes del mismo para así ser despojados de un sentimiento de pertenencia. Aquello que fue nuestro y ahora pertenece a otros. Son procesos evolutivos que afectan a nuestro presente, pero también a nuestro pasado. El cambio y la evolución constantes fueron, son y serán inherentes al espacio urbano. ¿Cómo afectaría entonces dicha evolución urbanística en el contexto de una ciudad global, bajo el prisma de una perspectiva sociocultural centrada en una faceta tardo-capitalista, en la cual se impone el uso del espacio urbano como un medio de consumo?2 Partiendo de esta pregunta y sus múltiples posibles respuestas, no sería complicado pensar que la misma evolución histórica de la ciudad va totalmente vinculada en la actualidad a procesos de gentrificación. Autores como Neil Smith argumentaban que las diferentes partes de la ciudad vivían ciclos de desarrollo, decadencia y renacimiento de forma continuada.3 Es en estos resurgimientos donde se da lugar a los llamados procesos de gentrificación, un fenómeno dentro de la evolución histórica de la ciudad y derivado del tardo-capitalismo y sus consecuencias en el entorno urbano. Es cierto que hablar de gentrificación solo aplicada al espacio urbano no deja de ser una forma de omitir muchos casos ocurridos en el entorno rural. Sin embargo, resulta más común que este ocurra en la ciudad, y es aún más común que pase en los llamados barrios de clase obrera dentro la misma, los cuales son reapropiados por parte de ciertas clases de corte más acomodado que buscan sacar rédito de la revaloración. Otros paisajes urbanos como zonas industriales o centros históricos también son espacio objetivo dentro de dicha ola de gentrificación. La ciudad de Madrid se ha convertido en un ejemplo aplicable a todos y cada uno de los posibles casos de gentrificación. Atocha, Lavapiés, Usera, Carabanchel, Malasaña o La Latina, entre otros, han sufrido en mayor o menor medida procesos de gentrificación aplicados a la situación económica. Cada uno de dichos lugares es, en sí mismo, un caso de estudio, pero he decidido centrarme en el caso de Atocha y sus calles aledañas por una razón: su actual importancia dentro del panorama cultural madrileño. Ubicada frente al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y conectada directamente con el Paseo del Prado forma parte esencial de la conexión del llamado 12
desaparición
gentrificación
arqueología
Triángulo del Arte de Madrid y es una de las vías fundamentales de penetración al casco histórico de la ciudad… Atocha-Plaza Mayor-Sol-Palacio Real Si bien su importancia actual en cuanto al ámbito cultural es innegable, esta se puede rastrear más allá de la apertura del Museo Reina Sofía en 1992. Cuando hoy sede del Museo ejercía las veces de hospital bajo el nombre de Hospital General de Madrid y la zona de Atocha se consideraba periferia de la ciudad, se abría en 1887 el Gran Café Social de Oriente. La importancia del café y la tertulia dentro del panorama cultural madrileño en el s. XX es innegable. Ejemplos como el Café de Fornos en la calle Alcalá, lugar frecuentado por Bécquer entre otros, hoy convertido en un Starbucks, o el Café de Lyon, también en la calle Alcalá y hoy un genérico bar irlandés, evidencian un problema que se observa en el Café de Oriente, un caso exacerbado especialmente por la importancia cultural que lleva implícita su localización actual, además de por la que tuvo en su momento. En la década de 1920 el Café de Oriente dio cabida a muchos visitantes insignes, tanto en ese momento como a posteriori, del tejido artístico de la ciudad de Madrid; todos residentes en la ciudad durante la década, todos asiduos a un café que daba cabida tanto a estos como a cualquiera de los visitantes que entraban a la ciudad por el camino de Vallecas. Esa conexión acabaría resultando esencial en la importancia del Café como elemento de unión a la hora de conformar la llamada Escuela de Vallecas, siendo una suerte de lugar fundacional de la misma junto al Cerro Testigo o de Almodóvar. Con la Guerra Civil y el posterior destierro de algunos de sus miembros, la Escuela de Vallecas original se disolvería y el Café perdería su importancia dentro del panorama artístico madrileño. Acabaría por cerrar a principios de los 80, coincidiendo con el comienzo de la reurbanización de la ciudad y pasaría por varias empresas de restauración hasta acabar en la marca que lo regenta a día de hoy. Si uno se aventura a entrar en dicho local, verá que no existe ninguna referencia al pasado del mismo. Carteles con las últimas ofertas, un decorado genérico y ningún elemento discordante que no salga de lo normal dentro de un comercio de comida rápida. Sólo un pequeño detalle homenajea de forma silenciosa e imperceptible al pasado; las columnas del local no han cambiado, siguen siendo las mismas que el día de su inauguración.
memoria
recuperar
Paradójicamente, sí existe otro pequeño homenaje a dicho pasado. En el año 2001, en la fachada del mismo Museo, a escasos 100 metros del local, se colocó una copia de la escultura El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, obra de un Alberto Sánchez que pasaría incontables horas en el Café de Oriente. Una homenaje del Museo a aquello que sucedió a unos pocos pasos. Más allá de homenajes, el caso del Café de Oriente escenifica una problemática que engloba no solo a la ciudad de Madrid, sino a cualquier centro urbano. La gentrificación y el crecimiento son al mismo tiempo evolución e involución, una máscara que oculta un proceso económico brutal que fagocita y acaba con todo aquello que no resulta útil y rentable. ¿Sería aventurarse mucho pensar en la memoria como un elemento innecesario a los ojos de dicha ola gentrificadora? La desaparición en la memoria común del Café de Oriente evidencia, en cierta manera, la desaparición y neutralización de una historia colectiva que no es reconocida y que se ve ahogada bajo los logos de grandes marcas y corporaciones que eliminan toda personalidad y singularidad de aquello que el habitante de la ciudad pudo identificar como propio mucho tiempo atrás. Atocha nº 118 ha cambiado mucho y, junto a ella, también Madrid y sus habitantes. Sería bueno no olvidarla y ver más allá de los anuncios, los neones y la comida rápida, aunque sea por un momento.
EP Madrid, “Bomberos extinguen un incendio en una vivienda de la calle Atocha que estaba vacía”. europapress, 3 de julio de 2017: https://www.europapress.es/madrid/ noticia-bomberos-extinguenincendio-vivienda-calle-atochaestaba-vacia-20170703211222.html, Consultado el 28 de mayo de 2020. 1
2 Siempre según el uso dado al término por Saskia Sassen. Ver: Sassen, S. ,The Global City: New York, London, Tokyo. Princeton; Oxford: Princeton University Press, 1991.
Smith, N., La nueva frontera urbana. Ciudad revanchista y gentrificación. Madrid: Traficantes de sueños, 2013. 3
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Recuerdos de un barrio Javier Aparente, Giulia E. Lo Basso
Pepa, 89 años, migrante de barrio
Me casé y me fui a otro barrio, pero luego he vuelto a mis raíces.
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memoria
Aquí había muchos cines, porque había cines... a cada vuelta de la esquina había un cine. Era el pan, como digo yo, de los pobres: el irse al cine y pasarse toda la tarde allí. Había muchos, muchos cines, muchos.
Era una vida completamente diferente.
vecinxs
En la calle Atocha donde está la caja de ahorros, eso era un café cantante. Y donde está la confluencia de Moratín y Amor de Dios, en ese esquinazo, era otro café cantante. Los niños nos íbamos allí y dábamos así un poquito en el cristal y la gente que estaba sentada retiraba un poquito la cortina para que viéramos a las cantantes. ¡Fíjate la distracción que teníamos! Era curiosísimo aquello... ¡pero era una ilusión la que te hacía ver a las cantantes!
La casa de mis padres era una casa preciosa y en los exteriores vivía gente de mucho dinero. En los interiores vivíamos los pobres y entonces en cada planta había 4 pisos: dos exteriores, luego había un pasillo muy grande con un mirador al final y dos interiores. Bueno, ¿pues tú sabes cuando hicieron la reforma, que la hicieron hace 6 años o así, que le han hecho? En cada planta han hecho 7 viviendas. ¡7 viviendas! Porque los exteriores eran divinos. Eran de esa tarima grande, de esta madera antigua que ibas andando y sonaba triqui-triqui y daba mucha prestancia. Y luego tenía chimenea en el salón... cada piso tenía 6 o 7 dormitorios. Los baños eran inmensos. Pero no tenía ni ascensor, ni calefacción.
imaginario
Y te asomas por la ventana y te saludas... cosas que son de antiguos, como digo yo. calle Escuadra Lavapiés
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Soy la única que hay aquí de esta edad que haya nacido aquí. Por eso sé lo que había en este establecimiento, en el otro, en el de más allá. Me conozco el barrio...
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Víctor Sánchez de la Peña
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M-30
Las verdaderas condiciones de habitabilidad a las que se ve sometido el jabalí, al igual que el barrio de Colonia Manzanares, para el que este proyecto apenas supuso mejora, continúan bajo la superficie de un Madrid que prefería modificar el escaso caudal habitual de su río para crear una balsa lisa e inmóvil de agua.3 Animal y barrio mantienen entre
soterramiento
Sin embargo, convertir al animal en pura insignia de un proyecto que ya por entonces empezaba a verse como una especulación superficial y embellecedora, sin más aumento de servicios sociales para aquellos distritos colindantes, supone reducir su problemática a una imagen cuya perspectiva crítica queda desactivada.2 Paralelamente, Ecologistas en Acción venían denunciando desde hacía tiempo la sobre-urbanización que estaba teniendo lugar en el Monte del Pardo, territorio del que probablemente procedía el jabalí, empujando a estos animales a buscar comida en la periferia ante la progresiva desaparición de su hábitat. Mientras el centro de Madrid parece vaciarse para dar paso a esa pretensión de naturaleza habitable, medida y controlada, sus inmediaciones, fuera del foco de visión turístico que busca insertar a la capital bajo la imagen de ciudad europea, continúan expandiéndose sin aparente coherencia urbanística.
Madrid Río
En ese mismo momento, ya habían comenzado las obras del proyecto urbanístico que hoy en día conocemos como Madrid Río. Previamente, el anillo de asfalto de la M-30 perfilaba el cauce del río Manzanares, ocultándolo a la ciudad y generando una frontera entre dos mitades concéntricas. Cuando en 2003 comenzaron las obras de soterramiento, barrios como Colonia Manzanares quedaron fuera del plan, ciñéndose a aquella parte del recorrido que coincidía con la vertiente sur del distrito de Arganzuela, más próxima al centro histórico. Encajonado entre la gran autovía y un río que había quedado abandonado, el proyecto Madrid Río se propuso como la creación de un corredor verde que permitía atravesar la ciudad a través de él. Nuevos puentes romperían la frontera entre ambas márgenes devolviendo su río a la ciudad. Es por esto que la noticia de un jabalí consiguiendo superar los obstáculos del extrarradio hasta llegar al cauce urbano llamó la atención de los arquitectos del proyecto, adjudicándoselo como emblema de sus proclamas de accesibilidad.
periferia
El 14 de junio de 2007 los vecinos de Colonia Manzanares despertaban con un jabalí merodeando por sus calles. Inmediatamente, la Policía informó del riesgo de que el animal avanzara hacia los límites del barrio, donde se encontraría con la encrucijada formada por la M-30, Casa de Campo y el cauce del Manzanares, pudiéndose producir un accidente. Ante la inmunidad que el animal mostró a los somníferos que le administraron, este fue abatido sin más demora.1
urbanismo
Apropiaciones Apropiaciones jabatas jabatas
Díaz, A., “Un jabalí junto a la M-30”. 15 de junio de 2007, El País: https://elpais.com/diario/2007/06/15/ madrid/1181906663_850215.html, Consultado el 10 de junio de 2020. 1
Este proceso (unido a las falsas promesas de concesiones sociales que el soterramiento iba a aportar al distrito de Arganzuela) es tratado por el colectivo El Banquete dentro de su proyecto Obra pública, presentado en 2015 en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. 2
3 En 2012 esta modificación del cauce tuvo como consecuencia un proceso de eutrofización, ocasionando una proliferación de algas y bacterias que tiñeron al Manzanares de un uniforme color verde y un olor putrefacto, afectando principalmente al tramo de Colonia Manzanares, donde se concentran las primeras esclusas. En Luminancia (2018), Nacho Limpo reflexiona sobre el impacto que dicho proceso tuvo sobre el ecosistema fluvial. Ver: Limpo, N., “Luminancia”. Muralistas, 2018: https://muralistas6.wixsite.com/mysite/fullscreen-page/ comp-jans0y6u/3d600c83-f459-4609-9651-5dbd072c88 c8/9/%3Fi%3D9%26p%3Dczwtx%26s%3Dstyle-ji4io97l, Consultado el 10 de junio de 2020.
Discurso de Sabina Urraca sobre el jabalí insumiso durante la Romería de los Voltios de 2018. Ver: Urraca, S., “El jabalí insumiso de La Romería de los Voltios 2018”. La Romería de los Voltios, 14 de septiembre de 2019: https://www.facebook.com/romeriadelosvoltios/ videos/735085493609997/, Consultado el 10 de junio de 2020. 4
sí un diálogo en torno a su escasa capacidad de movilidad y condición fronteriza. Nuestro jabalí nos ayuda a evidenciar que Madrid Río no es un proyecto de democratización del centro y de sus parques ni una conversión de la metrópolis en una ciudad verde y accesible: tan solo consiguió atravesar una serie de límites en una sucesión continua. En función de esto, deberíamos cuestionarnos si lo justo para nuestro protagonista es ser un símbolo de un proyecto urbanístico (con todos sus intereses políticos y económicos subyacentes) o si, precisamente por su forma de ayudarnos a encontrar los puntos ciegos que los planteamientos hechos desde el poder dejan en nuestras ciudades, podría ser reapropiado por parte de la historia popular y vecinal como aquel extraño que se coló donde no se lo esperaba, allí donde el espacio no había sido pensado para él. Como los colectivos que se reúnen cada año en la Romería de los Voltios durante la festividad de la Melonera, reivindiquemos al jabalí como símbolo de las peticiones de estos barrios por una mejora que no parta de estrategias verticales de finas capas que encubren (en apariencia) los problemas políticos.4 Horademos también en ellas con nuestros hocicos, como jabalíes en busca de alimento en nuestras prolíficas pero inhabitables rotondas y parques para pedir una ciudad que se construya con y para sus vecinas, las del núcleo urbano y las de los bosques periféricos, las humanas y las no-humanas.
19
La periferia es es el el nuevo centro La periferia centro Helena del Campo Fúnez
20
precariedad
Mudándote a ciudades de este calibre podrás alquilar un espacio para desarrollar tus prácticas artísticas o tus proyectos comisariales y a la vez conocer a gente nativa de los respectivos lugares, adentrarse en su cultura y gastronomía, aprender de otrxs becarixs, darle una nueva vida contemporánea al lugar y, lo más importante, seguir formándote en el proceso. La diferencia de alquiler puede llegar a salirte hasta por 300 euros menos, por lo que podrás gastar ese dinero ahorrado en sacarte más idiomas y cursos online para que cuando acabes, y la situación se recupere un poco en el centro, puedas volver y probar suerte una vez más.
descentralización
Entonces, ¿por qué no volver a la periferia? Sabemos que Madrid es mazo guay, pero quizá no esté hecho para cierto tipo de personas. Una de las grandes universidades de la capital está buscando soluciones para ello y viene en forma de subvención y residencia artística. Los requerimientos son pocos pero decisivos: si tienes menos de 30 años, intentas vivir del mundo del arte y gozas de tres años de experiencia en el sector, eres de nacionalidad española, estás empadronadx en la ciudad de Madrid y te encuentras en situación de desempleo, la nueva convocatoria de Go Back Home te permite habitar las ciudades más circundantes de Madrid a un precio bajísimo y rodeado de naturaleza y no de tráfico, haciéndote sentir casi como en casa. Aquellas ciudades capitales de provincia como Ciudad Real, contando también los pueblos que la componen, que se quedaron vacíos tras el éxodo juvenil, están ahora abiertos a gente como tú que sigue intentando buscar un espacio. Combinar la ruralidad con el mundo contemporáneo es ahora una opción posible y más que viable, ¡y a una hora en tren de Madrid!
éxodo urbano
Tenemos que ser conscientes de que Madrid es un embudo. Pasas 4 años o más estudiando una carrera, sacando las mejores calificaciones, te vas hasta de Erasmus para conseguir el idioma pero nada, no hay trabajo en la provincia. El problema es que llegas a la capital y te das cuenta de que miles de personas están en tu situación, llegamos a borbotones y de la estampida se quedan pocas: la que se puede permitir vivir aquí hasta que caiga suerte, el que conoce a quien y a tal... Nadie se salva de caer en la trampa de querer llegar a la capi con todas las ganas de comerte el mundo cuando de repente te atropella un metro gigante con distintos vagones, como el del alquiler de una habitación a 400 euros, vivir a 50 minutos en transporte público (o más) de tu lugar de trabajo, el tener que pagar la matrícula del máster y la contaminación, que no se nos olvida porque la vemos cada vez que entramos a la ciudad con BlablaCar. Asumámoslo, Madrid no es una opción para jóvenes que no son jóvenes con ventajas.
ruralidad
Dentro de esta problemática y de los distintos sectores de población que lo componen se puede señalar uno concreto que produce gran parte de ese éxodo, ya no solo de lo rural, sino de las pequeñas ciudades y las periferias: el sector juvenil. Es incontable la cantidad de jóvenes que olvidan la provincia y dejan de lado su origen formativo para buscar esa gran oportunidad. Abandonar el bienestar de los entornos familiares y adentrarse en la jungla de la capital intentando encontrar un cielo abierto de posibilidades laborales parece lo único que se puede hacer ahora para llevar a cabo tu sueño, pero ¿de verdad es así?
juventud
La despoblación del mundo rural en España es un tema cada vez más serio y el epicentro de esta cuestión se nos hace bastante claro: Madrid. Una media de 100.000 personas llegan a la gran ciudad cada año buscando un trabajo que no encuentran en sus respectivas comunidades autónomas. La capital se posiciona, aparentemente, no como un sitio de grandes oportunidades, sino como el lugar que ofrece la única oportunidad posible. Castilla-La Mancha, Andalucía, Aragón y Navarra son, entre otras, las comunidades que más se están vaciando por culpa de este brain drain.
Go Back Home Más que una convocatoria, Go Back Home es una oportunidad de reconectar con lo tuyo, de poder aplazar ese gran estrés del qué sucederá mañana y centrarte así en proyectos presentes que más se relacionan contigo.
Conoce a anteriores residentes:
Coral
Beatriz
Luis
Tres títulos de posgrado en arte contemporáneo con mención de honor y cartas de recomendación, además de numerosos certificados de cursos de formación sobre mediación cultural y comisariado. Con tantos papeles no sabe qué hacer en Madrid salvo papercraft y por eso se ha apuntado a formar parte de este proyecto y aprender a hacer su propio papel reciclado.
Viene a la ciudad hace siete años. Después de tres carreras y un máster, después de siete años viviendo la subida del alquiler y la expulsión de la vida del centro —y de los centros—, parece mejor volver a la periferia de las periferias. Procede de un lugar a caballo entre muchos lugares que ni siquiera puede refugiarse en el consuelo de que algún medio de comunicación centralista le llame “vaciado”. Y ahí vuelve. No vaya a ser que lo del vacío sea simplemente un simulacro.
De joven siempre pasaba algún verano en el pueblo de sus abuelos y recuerda cómo la pureza del campo y la sencillez de la vida rupestre, el sol, el viento, las hormigas... regeneraban cada vez su alma y mente enturbiadas por la ciudad. No puede esperar para volver a reconectar con la madre Mancha y su energía reparadora a través de esta oportunidad única.
Más que pensar en qué podría pasar mañana, mientras desarrollas tus nuevos proyectos tienes la posibilidad de centrarte en seguir formándote en el hoy en un contexto más especial y lleno de oportunidades. El acercamiento con el resto de participantes y gestorxs de esta convocatoria podrá hacer que te sientas reconfortadx en esta situación y entender que no eres un caso aislado. Mucha gente se encuentra en la misma situación que tú y es una gran ocasión para compaginar trabajo y ocio pudiendo entablar nuevas amistades mientras buscáis en colectivo una nueva salida a la problemática laboral actual, ¿qué más le puede faltar a este proyecto? Si Madrid se te queda muy grande, quizá irte es la mejor opción. Tómate un descanso, vuelve a casa y prueba suerte en otro momento. Esta es tu gran oportunidad. 21
Manifiesto por el el Museo Post Manifiesto por Museo PostInternet Internet Sergio Porras Gómez
<!DOCTYPE html> <html> <head> <meta charset=”utf-8”> <title>Manifiesto por el museo post internet</title> </head> <body> <img src=”images/firefox-icon.png” alt=”Manifiesto por el museo post internet”> </body> </html>
Wright, S., “Museo 3.0”, El museo en futuro: cruces y desvíos, Actas Encuentro ADACE, Madrid, 2013. 1
<p> ¿Se puede trasladar el concepto de red, de internet a una institución física, en este caso, a un espacio museístico? Es decir, ¿se podría materializar la red de redes en un espacio físico? Stephen Wright, en su artículo Museo 3.0 (2013) nos propone un modelo de cambio para las instituciones museísticas que consista en la inclusión del usuario (que no espectador) en los devenires del Museo. Es más, asevera que si en una red 2.0 el usuario genera contenido y valor, en un paso hacia el 3.0, este usuario debería percibir unos ingresos por este trabajo. Hemos visto como esto es realizable en la red. De hecho, la revolución que han supuesto los video bloggers e influencers es prueba de ello. Incluso a los artistas, ciertas herramientas web les han permitido crear una suerte de galería online de su trabajo. Pero, ¿puede esta propuesta de Wright trasladarse, como él desea, al espacio físico del Museo? Sin duda, acabar con esa verticalidad del Museo donde el usuario es considerado un mero espectador y por encima de él están los expertos en arte, los comisarios, conservadores, etc., resulta complicado. Ese expertise está ligado al arte de manera intrínseca, y la alta cultura requiere de estudios de niveles superiores para llegar a alcanzar ese saber. La “muerte del arte” vaticinada por Hegel y decretada por Arthur Danto contribuyó, a través de la vía del arte contemporáneo, a fijar esta concepción del arte como recipiente de saberes intangibles y de galimatías solo accesibles a los más eruditos. Si alguna vez el arte fue concebido para ser admirado o provocar las más intensas emociones en su espectador, ahora parece ser la cinta de cuero que alberga el mensaje cifrado y sólo los expertos en las artes poseen la escítala donde enrollarla para descubrir el mensaje. Wright en su texto habla de desactivar la función estética del arte para así eliminar esa verticalidad. Podríamos decir que la estética es el método criptográfico que usa el arte para encriptar su mensaje, por lo tanto, la obra presentaría un mensaje desprovisto de secretismo y apto para cualquier usuario. Sin embargo, si el “no lo entiendo” es habitual en un Museo contemporáneo, el “no me parece bello” también lo es. Esto podría llevarnos a pensar en la opción de eliminar el mensaje y convertir la obra en un artefacto bello carente de significado, pero ¿sería esto siquiera posible? Entre todos nos haríamos cargo de volverle a dar uno nuevo. Transformar la propia naturaleza del arte sería una complicada argucia que nos llevaría a la casilla de salida, al principio de nuestra hipótesis. Si no podemos hacer el arte accesible a todo espectador parece imposible pensar que podamos cambiar la naturaleza del Museo. Si el Museo no puede hacer al arte más accesible, a través de su función pedagógica y algo paternalista a su vez, quizá pueda hacer que el arte sea de utilidad para la sociedad, no solo por su función cultural, sino siendo capaz de incidir en la vida de las personas y/o cambiarla directamente. Para ello, al igual que Wright, tomaremos la red como base para desarrollar un nuevo ejemplo hipotético de Museo moderno. </p> 22
manifiesto
<p> El Museo deberá ser como un index web. </p>
post-internet
<li> 2. El Museo como hasta ahora, será una obra arquitectónica que ocupará un espacio en el terreno, pero este tipo de espacio no será expositivo, sino meramente documental. </li>
<ol> <li> 1. Un index web, es un índice, como su propia traducción del latín indica, que en una página web corresponde a su vez, con lo primero que ves al entrar a ésta. En él se encuentran los accesos a las diferentes partes de dicha página que se pueden visitar, puertas a otros espacios donde podemos acceder a más información. Es decir, un índice, valga la redundancia. Esa página web, ese index, sin embargo, no está sólo en internet, sino que forma parte de una red, de un directorio web mucho mayor. ¿Qué transformación debería sufrir un Museo para ser ese índice propuesto?, ¿de qué red formaría parte?, ¿cómo podríamos trasladar este concepto al espacio físico? </li>
<li> 3. Lo que documentará será lo que suceda en su red, ya que como hemos dicho, él solamente se encargará de ser un index. </li> <li> 4. La red estará compuesta de diferentes espacios que serán solares o edificios abandonados en los que un artista realizará una intervención. Un site especific project que remodelará el edificio.</li>
cubo blanco
<li> 5. El artista elegido deberá intervenir el espacio y también podría exponer obra, o realizar perfomances, conferencias o cualquier actividad que creyese conveniente. </li> <li> 6. Esta intervención sería de carácter temporal y el edificio, tras unos meses pasará a manos de un colectivo para su ocupación y transformación en centro cultural, lugar de reunión y activismo político o simplemente será donado para realizar la función de vivienda para aquellos que no pudiesen acceder a esta. </li> <li> 7. El papel del Museo será el de documentar este proceso desde su proyecto inicial, memorándums y otros archivos, hasta su realización y resultado final, así como adquirir la obra que creyese conveniente o que fuese de interés público. </li> <li> 8. Esta obra no iría destinada a su exposición en el edificio del Museo, sino a su almacenaje. El usuario, podrá en todo momento acceder a dicha obra, previa solicitud. </li>
creación
<li> 9. El Museo no albergará ninguna exposición, pero sí mantendría accesible para consulta toda la documentación de las acciones artísticas realizadas en los espacios, así como la actividad que después estos realizasen tras su ocupación. </li> <li> 10. Los espacios alternativos dedicados al arte y la cultura también podrán indexarse a este Museo ofreciendo la documentación de sus actividades para así crear una red más amplia y fortalecer las relaciones entre los agentes asociados. </li> <li> 11. Los archivos otorgados y los creados por la red serían reproducidos tantas veces como fuese necesario para facilitar el libre acceso de los usuarios a éstos sin que ello derivase en su degradación. </li> <li> 12. El usuario, así pues, podrá también agregar sus propias impresiones, valoraciones, o críticas de cualquier espacio de la red y estas serían indexadas en el archivo correspondiente pudiendo así crear una documentación viva y un relato no hegemónico sino uno que circunda toda la acción cultural. Una manera de historiar en tiempo real y no a posteriori. </li>
Museo
</ol>
<p> El Museo debería devenir pues, en un fichero gigante, en un índice de la actividad cultural de la ciudad. Una actividad temporal y efímera en espacios que luego se devolverán al usuario, al pueblo, a la ciudad para ser utilizados según las necesidades de su población. Esta actividad huiría de la turistificación masiva y de la gentrificación a la que la cultura está contribuyendo sistemáticamente. Posicionar al arte no como algo que con su sola existencia da valor, que otorga conocimiento a quien lo estudia o experiencias estéticas a quien lo contempla, sino como algo que puede contribuir a la sociedad de manera más activa. Así como Homeless Vehicle (1988) del artista polaco Krzysztof Wodiczko no solo era una obra, sino que contribuía y ayudaba a los sintecho, el Museo no solo sería un recipiente de arte, sino que esa acción cultural prestaría ayuda a la comunidad no solo desde la contemplación, también desde la acción directa. La labor del Museo no sería la de una entidad paternalista que educa al pueblo, sino que de verdad ayudaría y actuaría directamente, a través del arte y la cooperación ciudadana. </p> 23
Corporeizar el espacio: Corporeizar el espacio: Un Un llamamiento llamamiento a a despejar despejar nuevas nuevas practicas prácticas artisticas artísticas María Ángeles Fernández Páez
Cuidar lo que crece, se encuentra íntimamente vinculado a un habitar con. Un modo de ser, de generar en comunidad, en el que la cotidianidad debería imbricarse en la construcción del lugar, configurado a través del sentido como transformador en/de éste. Si (de)CURAtor se tradujese sin atender al contexto artístico mediante el que se convierte en comisario, de alguna manera, dar(ía) LUGAR acuraDOR: aquel que cura y, por lo tanto, aquel que sana. En cuya práctica deben atenderse los cuidados, por consiguiente. Sin embargo, ese cuidar al que me refiero no puede encontrarse en sintonía con el /cuidar/ o /procurar/ la inserción propia dentro de la institución artística; del circuito HEGEMÓNICO o del contraHEGEMÓNICO.
Martin Heidegger, El arte y el espacio, Herder Editorial, 2009. 1
Donna Haraway, Seguir con el problema, Consonni, 2020. 2
Cuidar el El que se sitio. fue a Sevilla, dejó de luchar por su lugar central.
Cuidar el sitio y sus lógicas, las propias del mercado artístico y de las instituciones que lo conforman, son motores unívocos de mal-estar = estar mal: práctica enfermiza. ¿Cómo podríamos desear entonces cuidar, nuestra inserción o la de otros, en esa copertenencia que acampa dentro de esta doble sensación, que atenta contra el cuidado a la par que lo reclama como emblema?
desdespejarpejar despejar
dedespejarspejar
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El “habitar con ” ha sido sustituido por “habitar entre ”, como consecuencia de una lógica de
supervivencia precaria, producto del mismo malestar, en el que los espacios-tiempos de los que formamos parte se transforman en nexos productivos. Consecuentemente, este “habitar entre” imposibilita obtener el tiempo necesario para ejecutar las relaciones correctas y recrear el espacio-el lugar-el sitio. “Habitar entre” implica habitar el espacio del aburrimiento, los tiempos que antes pertenecían a la espera; un tener reiterado, una posesión que desposee la posibilidad de imaginar (habitar-habitare-habere). De nuevo, atenta contra la innovación y la reclama: una sobreexcitación que no entiende a la necesidad de despejar cualquier tiempo/espacio que posibilite originar una situación para habitar una relación espacial, dentro y fuera de la piel arquitectónica, en un organismo vivo que reclame el “habitar con”. Unas viejas prácticas artísticas que re(habiliten) aquellas que nunca fueron artísticas regresando. El espacio-tiempo-cuerpo simbiogenésico parece haber sido olvidado en una 1construcción (des)2habitada, que hace énfasis en el 1primer concepto mayormente, DEScuidando el 2segundo, que anteriormente se caracterizaba por el pronombre co(generar/munidad).
cogenerar cogenerar cogenerar cogenerar cogenerar cogenerar cogenerar
Verbo: Sit(i/u)ar.
Una correlación ordenada de posiciones. Poner algo/ alguien en un sitio
intercorporal intercorporal intercorporal intercorporal intercorporal intercorporal intercorporal
habitar cogenerar intercorporal cuidar
La memoria de este país, en lo referente a la CRI(tica)SIS de la burbuja inmobiliaria, nos recuerda que la necesidad de construir y urbanizar la vida sin atender al hábito que pudiere albergar, con únicos fines económicos -y en lo que respecta al arte, legítimos-, no puede acabar bien. De esta manera(ista: modo de hacer), el construir espacios vacíos, vaciados de lugar, o construir un (no) lugar, parece negar un cuidado en pos de la posesión del espacio. Aún así, en el transitar podrían entreverse otros modos de hacer que respondieran a una adaptación activa, una adecuación a las necesidades del medio social en una progresiva búsqueda del
NO (al) progreso.
El espacio sólo puede remitirse respecto de la acción que implica su verbo: espaciar,1 despejar los urbanismos sin sobr€producir nuevos que ocupen los lugares entre, para que el espacio, no urbanizado, pueda transitarse y construir un pensamiento en movimiento que contemple una vitalidad implícita en el habitar. Por favor, detengamos la territorialización y construyamos una máquina de guerra que agite la SIT(io)UACIÓN del arte actual, en pos del nomadismo como posibilidad de erigir alteridades: cotidianamente. O l v i d e m o s l a d e r i v a a r t í s t i c a . La aceptación acrítica del problema legitima nuestra experiencia y proyección artística como dispositivos dentro del tradicional circuito, encerrado en locales, instituciones y talleres; una sobreproducción del lugar rodeada de exotizantes discursos afectivos que albergan poco de ello, sacando a relucir su carácter más precarizador. El amante precario y el cognitariado cultural se agarran de la mano, sin ninguna experiencia táctil.
Pase(e)mos
Un lugar alterno y lento enuncia ¡Cuidado con la realidad! Cuidado con la realidad de las expectativas que depositamos; con lugar, ójala futuro y no futurista. El realismo, /un sencillo error/, a su vez, beneficia una más rápida inserción, /acierto/, dentro de este aparente, alternativo e independiente círculo. /NO a/.El realismo/ nos expone la realidad de la que podemos ser partícipes, impidiendo la generación de otros nuevos modelos dada la ansiada necesidad de un proceso de legitimación, así como la velocidad que le acompaña y en la cual residen muchos de los beneficios característicos del ámbito artístico.
Al igual que con el espacio, el sitio (guárdame el sitio) constituye un paradigma que se genera de manera . Verbo: sit(i/u)ar. Una correlación ordenada de posiciones que parece similar. Sustantivo: contemplarse estáticamente, atendería al sitIar -contener un lugar cercándolo, generalmente para tratar de apoderarse de él-, mientras que una correlación ordenada de posiciones con posibilidad de tránsito, atendería al sitUar -poner a alguien o algo en un sitio-. Se determina de este modo, una sit(io)uación en la que el arte debe replantearse desde allí donde se le permita encontrarse en movimiento. Un recorrido entre los sitios, entre los cuerpos como móviles, que no solo rizome una red sino que permita que la raíz de ese rizoma gire como si de una hélice se tratara. Podríamos referirnos, por ejemplo, a una planta en una maceta con ruedas y una niña con patines. En la punta de cada hoja un apéndice que construya un trazo, una tensión elástica, con cualquier otro apéndice del otro(s) cuerpo(s) que se desliza(n), que sube(n) y baja(n), y que, a pesar de ello, no puede(n) disociarse. En la punta de cada hoja un apéndice que le hace copertenecerse entre sí, dibujando, construyendo distancias y proximidades conectadas en su movimiento, que pasean y recorren las tensiones. La topografía del arte necesita un construir que remita a una red de cuidados, de preservación y no a un urbanismo sitiado, que no situado.
espaciar
situar
SITIO
Pase(e)mos Hélices Pase(e)mos Hélices Pase(e)mos Hélices Pase(e)mos Helices 25
Todo recorrido se realiza transitando, conformando un tipo de acción a la que cuando se le incluye el prefijo trans, muta. Un cuerpo transitable es un cuerpo en el que tiene lugar el (inter)cambio en/entre cuerpos mutables de entres infinitos espaciados. ¿Por qué tratar de sitiar el arte cuando las conexiones que se generan en los mismos cuerpos que intentan procurar esta sit(i)ación no responden a ningún tipo de territorilización? Este es un llamamiento a la búsqueda de nuevos modos de hacer, de subjetivar el espacio y de habitar con. Sin propuestas concretas, pretende formar parte sugerente de un seguir con el problema.2
comunidad
Desterritorialicemos el panorama artístico, habitando en un tener concadenado. Construyamos una cotidianidad despejada, (des)situada y no sitiada. Cuidado con el circular entre sitios sitiados; cuidado con situar los cuerpos. Imaginemos una localización corporal en movimiento, pudiendo encontrar en su búsqueda el espacio “entre”.
habitar con habitar entre
Desterritorialicemos elhabitando panorama artístico, en un tener concadenado. C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una c ot idi ani d a d d esp ej ad a, situ a d a y no s it i a d a . . C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
C onst r uy amos una d esp ej ad a, s itu a d a
c ot idi ani d a d y no sit i a d a .
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Cuidar siti(io)uación sitiar situar
Pasear
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El El monumento monumento y la la razon razón espacial espacial Pablo Caldera Ortiz
Monuments are only possible in periods in which a unifying culture exists. Luiz Roque
¿Cuál es la relación entre un monumento de yeso carcomido, de acero oxidado, y el hecho que pretende conmemorar? ¿Qué relación se establece entre la intencionalidad del levantamiento y el lugar elegido para ello? Hay muchos tipos de conmemoración, si bien las espaciales marcan para siempre un lugar con el que entran en una tensión constante. Esta relación que se establece entre el espacio dispuesto para la conmemoración y el propio hecho que se intenta recordar constituye una interesante situación sobre la que reflexionar. Se trata de pensar la función memorística del espacio, las diferencias que se establecen entre una memoria impuesta a un espacio —con el uso de “coordenadas artísticas”— y un territorio en el que, por mucho que se pretenda borrar, no cabe el olvido. Si el lugar elegido para erigir el monumento o la instalación conmemorativa no es acorde con el espacio del suceso real, el monumento pierde parte de su valor. Si, por otro lado, el memorial se deslocaliza por completo, el acto de recordar queda neutralizado en cierta medida. Este ejercicio de deslocalización, de desligazón del objeto representativo de la memoria con su espacio “natural” y posterior pérdida de valor en tanto que monumento, nos recuerda que todo espacio está inyectado de categorías sociales poderosas, siendo la memoria es una de ellas. En este sentido, la producción de un espacio memorístico está sujeta a condiciones que requieren la intervención fáctica de lo político, algo que solo puede ser truncado por la atención y cooperación ciudadana. La deslocalización, como uno de los principios catalizadores del arte contemporáneo, queda bien ejemplificado en la instalación Monument (1980) de la artista Susan Hiller, en la que te invita a sentarte, contemplar un mural de memoriales y escuchar su voz. Pero lo que allí, en el museo, se recuerda, está desprovisto de valor presencial. Dicen que la fotografía es, en esencia, la capacidad para hacer presente lo ausente. El memorial cumple exactamente la misma función, activando la conciencia del espectador de forma lúdica, coercitiva, abstracta o poética, pero siempre poniendo la finalidad por delante de la estética, función sobre forma. Como unidad material de significado histórico, el monumento puede generar consenso o ser fuente de disputa, más que cualquier otro producto artístico. En este sentido, cabría preguntarse si realmente el monumento es un producto artístico o si, al estar supeditado a una finalidad concreta, adolece de la falta de autonomía necesaria para ser considerada como tal. También la autoría se diluye en el monumento. De la reproducción de las placas conmemorativas de la obra antes citada, no de su diseño, es Susan Hiller la autora. El monumento catapulta recuerdos, es un fármaco contra la pobreza de experiencia. Pero, ¿qué queda realmente tras su inauguración? Queda la significación de un espacio imborrable, una marca invisible que ayuda a pensar la concepción memorística del espacio, la intrínseca relación entre espacio y memoria.1 Igual que alguien se lleva un souvenir a su casa en el que se reproduce conscientemente una porción de espacio simbólico, el lugar en el que se decide instalar el monumento ha de estar de antemano preparado para ello: el monumento no es más que un añadido material a lo simbólico, y el espacio en el que se incluye un compuesto de dinámicas, 28
memoria
monumento
política
espacio
aquí
hechos sociales y acontecimientos lejanos que supone, al fin y al cabo, un curioso viaje por el espacio en el tiempo. En todo caso, cualquier monumento, como cualquier edificio, modula espacialmente la experiencia humana.2 El peso simbólico que ejerce el monumento sobre la experiencia espacial es paralelo al peso del ritual: el monumento acaba convirtiéndose en aquello que media entre el futuro y el pasado, como una cuerda que tensiona el tiempo y que aspira a eternizar el presente. Se articulan tiempo y pasado así mediante la exaltación del aquí aquí, al igual que la superproducción de selfies intensifica el cambio de paradigma dentro de la fotografía, del estoha-sido al yo-estaba-allí, dando cuenta así de la absoluta importancia del espacio en el recuerdo y la ausencia, porque no hay memoria sin espacio ni espacios sin memoria.3 Todo monumento que renuncie al aquí aquí, siendo el aquí lugar de referencia causal con lo recordado, es un monumento desvalorizado. Esto se advierte en Monument for lost time (2019) de Larissa Sansour, la enorme bola negra instalada en el pabellón danés en la 58 Bienal de Venecia (2019). Recordar es un hecho social. En 2008 se produjo la demolición de la antigua Prisión Provincial de Madrid, también llamada cárcel de Carabanchel. El distrito era por todos conocido debido al centro penitenciario que aglutinó a miles de presos políticos durante la Dictadura. Tras su derribo, diversas asociaciones vecinales consideraron estimable la construcción de un memorial que recordase a los transeúntes del futuro aquel espacio. La elevación del monumento institucionalmente previsto y aprobado en los presupuestos jamás se llevó a cabo.4 En respuesta a esto, los vecinos colocaron una placa en la verja del todavía solar.5 Un espacio que había sido una desgraciada seña distintiva de todo un barrio no podía desaparecer tras el derribo de sus muros: es ahí donde la carga simbólica del monumento emerge con mayor potencia, donde el monumento se desvincula de su clásica concepción como instrumento de poder para pasar a concebir su negación bajo la misma capa coercitiva: la negación del monumento también es una muestra de inquebrantable poder político. En los estudios del patrimonio 1 Riaño, P.H., “Vecinos de Carabanchel se pagan su propio memorial se habla, aludiendo a la memoria, de de víctimas del franquismo”. El País, 3 de diciembre de 2019: https:// “dissonant heritage” para marcar la elpais.com/ccaa/2019/12/02/madrid/1575297875_843196.html, tensión que se sostiene entre la memoria Consultado el 10 de mayo de 2020. que representa y la que silencia.6 Hemos 2 Bradley, R., Altering the Earth. The origins of monuments in Britain llegado a la etapa en la que la disputa por la and Continental Europe. Edimburgo: Society of Antiquaries of memoria se realiza en lo específicamente Scotland, 1993, p. 69. espacial. Y no se trata ya de un “espacio” 3 Fontcuberta, J., La furia de las imágenes. Notas sobre la simbólico ficticio, sino de un espacio postfotografía. Madrid: Galaxia Gutenberg, 2016, p. 87. físico e intrínsecamente social. Incluso 4 Armunia Berges, C., “La cárcel de Carabanchel se queda sin una placa que da nombre a un jardín de memorial”. Eldiario.es, 2 de agosto de 2019: https://www.eldiario. Aluche en honor a la memoria de la joven es/madrid/Carcel-Carabanchel-ultraderecha-construccionactivista Yolanda González, asesinada antifranquista_0_926708024.html, Consultado el 19 de mayo de 2020. por un grupo de ultraderechistas en 1980, 5 MDO, “El memorial de la cárcel de Carabanchel recordará a más de ha sido recientemente arrancada.7 Para 2000 presos políticos”. Madridiario, 24 de enero de 2020: https://www. mantener viva la disputa en el espacio ya madridiario.es/carabanchel-paso-memoria-historica, Consultado el 18 de mayo de 2020. no es necesaria la presencia de cuerpos, aunque en cierto modo el monumento 6 Tunbridge, J.E.; Ashworth, G. J., Dissonant Heritage: The Management of the Past as a Resource in Conflict. Wiley, 1996. sea la prolongación estática de unos cuerpos que, si bien dejaron de moverse, 7 MDO/E.P., “Arrancada la placa en recuerdo a la líder estudiantil están sometidos a la intervención de un Yolanda González”. Madridiario, 2 de diciembre de 2018: https://www. madridiario.es/462768/placa-recuerdo-yolanda-gonzalez, Consultado flujo bullicioso de miradas, acciones y el 15 de mayo de 2020. más cuerpos por venir. 29
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Parábola de un animal sin cabeza
PARÁBOLA. Parabola: en g. parabolê, alegoría, comparación, semejanza. c. de para, junto, al lado, y balló, arrojar, lanzar. — V. PALABRA. D.- Parabolano y Parabólico 1. f. Narración de un suceso fingido de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral. 2. f. Geom. Curva abierta cuyos puntos son equidistantes de una recta y un punto fijos, formada por dos ramas simétricas respecto de un eje, y que resulta de cortar un cono circular recto por un plano paralelo a una generatriz.
cuerpo
gesto
piedra
gentrificación
desplazar
emplazar
Bernardita Croxatto D.
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32
x=p/2 V
D
x=P/2,0
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Los cuerpos cuerpos que que no estan Los están dejan dejan huella huella Fidel Villar Barquín
Porque a ustedes Nuestras vidas nunca Les importan nada.
Hay un largo debate sobre cómo afrontar desde ese movimiento de resistencia la crisis del Sida. Es evidente que, si bien debemos considerar VIH/Sida y diversidad sexual y de género por separado y dejar de estigmatizar, no podemos entender la evolución del movimiento LGBT sin hablar de VIH/Sida. Las primeras respuestas activistas se limitaron a la desconfianza, pues consideraron que eran rumores que formaban parte de una campaña antihomosexual para cerrar los espacios que se asaltaron como los cines, los muelles o las discotecas.3
huella
El comienzo de la crisis del Sida en 1980 significó un momento de tensión para los movimientos reivindicativos de todo el mundo, que tras la liberación sexual de los 70 vivieron una importante desmovilización. Ésta también se produjo tras la aprobación del matrimonio homosexual en diversos países, pero lo que parecía una victoria era tan solo una falsa idea de tolerancia.1 Los activismos se vieron obligados a elegir entre la asimilación o la resistencia marika, bollera y trans.2
cuerpo
La Radical Gai
¿Cómo luchamos contra la desmemoria?
¿Cómo reclamamos el espacio?
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Sida
Desde el activismo se concibe el arte como una posibilidad de resistencia a partir de la cual crear una nueva representación con la que poder ocupar los lugares públicos a los que no se tiene acceso, que han sido negados; así como luchar contra la expulsión de los cuerpos que cayeron enfermos mediante la creación de un espacio inhabitable densamente poblado.8 Quiero hablar de la importancia de la memoria de los lugares, a los cuales los acontecimientos traumáticos se
representación
Esta acción se materializó pese a las críticas de parte del activismo, que pensó que no era suficiente para concienciar a la población.5 Entre ellos se encontraba Larry Kramer, quien fue muy crítico con esta iniciativa y la forma de duelo de parte de la comunidad. Douglas Crimp, historiador, curador y activista, señaló la importancia del duelo como herramienta política en un momento en el que las personas que morían de Sida no recibían un funeral o simplemente se obviaba la enfermedad y la vida que el fallecido había tenido, ocultándose además su homosexualidad.6 Comprendido dentro de la falta de ese funeral o la falsedad que lo acompañaba, se entienden las razones por las que este proyecto fue (es) fundamental: evidencia la importancia de la memoria de las vidas que estaban (están) desapareciendo.7
resistencias
Quizá una de las primeras acciones que se llevaron a cabo con el fin de ocupar el espacio público fue Name´s Project, donde se mostró un tapiz en grandes explanadas: ocurrió en el National Mall de Washington en 1987. En ese enorme mosaico se exhibieron los nombres de las primeras víctimas acompañados de adornos y recuerdos. El 1 de diciembre de 2004 se instalaron en él 1000 nuevos paneles realizados desde 1996. Actualmente el tapiz tiene 46.000 paneles, unas 91.000 personas, y se ha erigido en símbolo permanente de todas aquellas de las que no tenemos ningún recuerdo.4
adhieren y nos permiten crear desde el vacío y desde las huellas. La década de los 90 supone una evolución del activismo gracias a la incorporación de una nueva generación en la que la homosexualidad no se encuentra 1 Martínez, jurídicamente perseguida, al menos en países como España. No obstante, R., Lo nuestro la crisis del Sida dio alas a una renovada homofobia acompañada por un sí que es mundial. silencio institucional mientras seguía muriendo gente. Madrid: Editorial
Egales, 2017, p. 171. 2
Marzo, J.L ; Mayayo, P., Arte en España (1939-2015): Ideas, prácticas, políticas. Madrid: Ediciones Cátedra, 2015, p. 378. 3
Martínez, R., op. cit., p. 172. 4
Ibid., p. 174.
Lord, C.; Meyer, R., Art & Queer Culture. Londres: Phaidon Press Limited, 2013, p. 31. 5
Crimp, D., Melancholia and Moralism. Cambridge: The MIT Press, 2004, pp. 129149. 6
Act Up, La Radical Gai o LSD (Lesbianas sin duda) son solo algunos de los colectivos que, más allá de las campañas de prevención, exigieron una respuesta institucional real que involucrase la investigación. Su medio fueron las acciones callejeras como las intervenciones frente al Ministerio de Sanidad el 1 de diciembre de 1993. Utilizaron el cuerpo para ocupar un territorio hostil y crear una memoria colectiva en un contexto completamente ajeno a esas vidas que se consumían [consumen]. El cuerpo gay/queer ha sido descrito y construido por la ciencia, por los medios de comunicación y por las políticas de silencio como un objeto prescindible. Gracias al activismo se reivindica otro tipo de conocimiento, afirmado en primera persona.9 Tras darle la vuelta a la creación del propio discurso, la ciudad se va a convertir en un espacio expositivo: un lugar de información, educación y acción. Gracias al arte emergen en un espacio público las cuestiones sexuales y sanitarias que son objeto de debate y tema político y, de esta forma, crean un contrapúblico que está infectado por la postura del enfermo, por la construcción de un yo político.10 Este yo se dramatiza mediante coreografías de manifestaciones y acciones donde se intercambian experiencias corporales a partir de las que poder crear un contraespacio.
LSD y la Radical Gai. Acción frente al Ministerio Sanidad, 1 de diciembre de 1994. Madrid, MNCARS, ¿Archivo Queer? Fotografía Andrés Senra. 35
La acción horizontal del Die-in se caracteriza por la duración, el silencio y la inmovilidad. Consiste en tumbarse en el suelo, en el que un grupo unido forma un campo de muerte donde se lleva a cabo una representación funeraria en la que la presencia de un supuesto cadáver sirve como arma. Podemos entender 7 White, E., estas acciones como una expresión de ira y urgencia. Ira contra el silencio, Loss Within contra la homofobia, contra los cómplices del Sida. Las acciones fueron Loss. Wisconsin, muy diversas y tuvieron continuidad en el tiempo, como la acción que The University of Act Up París llevó a cabo el 1 de diciembre de 1993, en la que colocaron Wisconsin Press, 2001, pp. 18-19. un condón gigante en el obelisco de la Place Concorde para reivindicar 8 Muñoz, J.E., “The la muerte política de las personas que habían fallecido. Esta acción se ha Future Is in the repetido en ciudades como Buenos Aires en 2005 o Sídney en 2014. Present. Sexual El cuerpo no existe sin el discurso que lo habla, pues este es el que lo hace visible y legible. Cuando hablamos de VIH/Sida la falta de información es letal porque esa censura se aplica también al cuerpo. Hoy es más necesario que nunca seguir luchando contra las políticas gubernamentales que quieren “penetrar en nuestros cuerpos”, sobre todo por la falsa y extendida noción de un fin de la crisis del Sida.11 Todos estos ejemplos me permiten hablar de la posibilidad de construir una nueva representación del yo en tiempos del Sida; un yo que pierde sus defensas, que se deshace, se difumina y se disuelve en la multitud. Un yo que expone lo íntimo en la esfera pública, que reivindica su propio cuerpo como parte de una colectividad. Un yo con la urgencia de hacerse visible.
Avant-Gardes and the Performance of Utopia”. Cruising Utopia. The Then and There of Queer Futurity. Nueva York: New York University Press, 2009, p. 53. Lebovici, É., Sida. Barcelona: Arcadia, 2020, p. 31.
9
10
Ibid., p. 33.
11
Ibid., p. 92.
LSD y la Radical Gai. Acción en la Puerta del Sol en Madrid el día mundial de la lucha contra el Sida, 1 de diciembre de 1993. Madrid, MNCARS, ¿Archivo Queer? Fotografía Andrés Senra. 36
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Un violador en Un violador en tu camino: camino: Una Una accion politica acción política bailada bailada Blanca Molina Olmos
La acción Un violador en tu camino de Lastesis se gestó como parte de una obra de teatro en la que el colectivo recogía las tesis de autoras feministas como Rita Segato y Silvia Federici, además de indagaciones sobre violencia sexual en Chile y ejemplos de la laxitud de la justicia del país al respecto. Sin embargo, y tras el Estallido Social en Chile, esta obra no llegó a estrenarse. En este contexto de revolución social la pieza se lleva a las calles en Valparaíso el 20 de noviembre junto con otras intervenciones callejeras y posteriormente a Santiago de Chile el Día Internacional contra la Violencia de Género, momento en que la performance se convierte en un movimiento global. Con esta acción, Lastesis establecen una política de la aparición al poner en escena cuerpos que hacen referencia —a través de las sentadillas o en ciertos versos concretos de la canción—, a aquellos que durante las manifestaciones habían sido víctimas de violencia sexual policial, lo que se refuerza con la elección del primer espacio en el que esta se presentó, la Comisaría de los Carabineros de Valparaíso. De esta manera, la performance dota de visibilidad a un sujeto en cierta medida olvidado durante las revueltas en las que los protagonistas eran los “héroes”, siempre en masculino. Diana Taylor afirma que la “performance se apoya siempre en un contexto específico para su significado (...). Las imágenes articuladas adquieren su sentido sólo en un contexto cultural y discursivo específico”.1 Sin embargo, la performance de Lastesis consigue adquirir sentido en cualquier lugar que se lleva a cabo, pues la violencia a la que hacen referencia Lastesis va más allá de la ejercida por los policías en las revueltas. Es una violencia estructural y una violencia que, como afirma Dafne Valdés, “es transversal a la edad, a las fronteras…”.2 Desde noviembre de 2019, la performance se ha llevado a cabo frente a edificios históricos, sedes de importantes instituciones del Estado que remiten a hechos históricos importantes para la memoria colectiva, de la que de nuevo son protagonistas los sujetos masculinos cuyos nombres
Un violador en tu camino frente al MNCARS, 29 de noviembre de 2019. Madrid, Plaza de Juan Goytisolo. Vídeo Luisa Villegas G. 38
coreopolicía coreopolítica feminismo Lastesis cuerpo
y victorias presiden las plazas. Mapeado de réplicas de la acción Un violador en tu Lugares en los que las estrategias camino en todo el mundo, iniciado por Geochicas OSM. de poder se han manifestado en planes urbanísticos o edificios de nuevo cuño que intentan otorgar personalidad al lugar que los acoge convirtiéndolo a pie de calle en un territorio imposible de habitar y que pasa de un lugar de encuentro a un lugar de mero tránsito, a menos que en ella puedan instalarse bares o tiendas; eso sí: todo lugares para el consumo. Estas estrategias de poder pueden subvertirse a partir del uso que damos a estos espacios en nuestro hacer cotidiano. En este sentido, De Certeau propone una “retórica del caminar” considerando la ciudad un texto que puede ser reescrito gracias a nuestros movimientos diarios.3 Sin embargo, “el cuerpo orgánico adopta papeles fijos en relación con el entorno construido: actuamos como ciudadanos consumidores, guardianes; y estos puntos fijos de percepción limitan la posibilidad de la interacción entre el espacio y el ser humano”.4 Papeles perfectamente coreografiados o, mejor aún, coreopoliciados —entendiendo la policía como lo habían hecho Michel Foucault y Jacques Rancière—5 como una herramienta cuya función es conseguir una conformidad “basada en una imagen preformada de lo que es considerado no sólo la norma, sino lo normal” y que predetermina caminos para la circulación de los cuerpos en la ciudad.6 Caminos que se naturalizan, impidiendo pensar nuevas formas de movimiento fuera de ellos. Frente a la retórica del caminar y a los movimientos cotidianos coreopoliciados, proponemos una retórica de la danza en la que ésta pueda ser ese plan que surge desde una acción común y que permite que lo político pueda moverse a pesar de las barreras policiales. Así, en sus sucesivas repeticiones, la performance de Lastesis puede entenderse en términos coreopolíticos al subvertir el texto predictivo al que se han acomodado nuestros movimientos, transformando los lugares en los que se lleva a cabo la acción en espacios de reflexión e intercambio entre los cuerpos, pero también entre éstos y la ciudad; desvelando así a través de los mismos las estructuras patriarcales que la
Un violador en tu camino frente al Edificio Moneo, 15 de diciembre de 2019. Murcia, Plaza del Cardenal Belluga. Vídeo Alba Marco González. 39
rigen y el ejercicio de violencia transversal y control sobre el cuerpo femenino. Revisando las acciones fuera del contexto chileno, mi atención se centró en la realizada el 9 de noviembre de 2019 en Madrid, frente al Museo Reina Sofía y la ejecutada en Murcia el 15 de diciembre de ese mismo año, en la Plaza del Cardenal Belluga. En el primero de los casos, estos cuerpos moviéndose coreopolíticamente frente a la fachada del Museo, lo interpelan como institución legitimadora de los discursos patriarcales que han dominado la historia del arte, los cuales, a pesar de los esfuerzos que ha realizado el Museo por dar voz a las mujeres artistas y los discursos feministas, siguen muy presentes, tanto en la colección, en la que se refleja esta desigualdad histórica, como en sus exposiciones temporales.7 La performance realizada frente al Museo, al igual que muchas de las realizadas en España, sustituye la palabra original pacos por fachas, no sólo por la inmediata conexión con la memoria histórica del país, sino también por el actual ascenso de la ultraderecha en el mismo, cuyo principal bastión es la Región de Murcia. En esta región, la ultraderecha intenta implantar medidas como el pin parental, que supondrá restricciones para la educación en igualdad de género, fundamental para la eliminación de la violencia machista. Machismo encarnado en instituciones, todas presentes en la Plaza del Cardenal Belluga, en la que el 15 de diciembre centenares de mujeres señalaban al frente decididas, al grito de “¡El violador eres tú!”, revelando y rebelándose en este gesto contra las estructuras sobre las que se cimienta la plaza, en la que las formas barrocas de la Catedral miran de frente a la intervención de Rafael Moneo, un edificio con nombre propio y líneas netas, ampliación del Ayuntamiento de Murcia. Cruce de miradas que casi me parece una metáfora de cómo estas lógicas evidentes en instituciones ancladas en el conservadurismo dogmático se mantienen en el presente bajo una aparente neutralidad. Neutralidad que se rompe cada vez que el movimiento feminista, que solo es una parte de la Murcia combativa que también existe, ocupa esta plaza que ha pasado de ser símbolo de la ciudad a símbolo violeta. Aunque mi intención, de alguna manera, era construir un espacio de enunciación feminista, releyendo el texto me he dado cuenta de que el espacio que este genera está ocupado por diversos pensadores, entre los que solo asoma el nombre de una mujer, además del de las componentes de Lastesis. Saliéndome un poco del tono académico, y casi a modo de confesión, he de decir que mi primer instinto fue el de modificar el texto dando cabida en él a tesis de diferentes autoras. En cambio, y reflexionando sobre la escritura como un acto físico que, al igual que la danza, también es capaz de construir espacio y de desvelar sus significados, decidí dejar el texto tal como lo concebí en un principio, ofreciendo esta pequeña reflexión que ayudase de alguna manera a pensar el espacio de la academia como un espacio también dominado por estructuras patriarcales. Taylor, D., “El espectáculo de la memoria: trauma, performance y política”. Performancelogia.blogspot.com, 3 de agosto de 2007: http://performancelogia.blogspot.com/2007/08/el-espectculo-de-la-memoria-trauma.html, Consultado el 25 de mayo de 2020. 1
Expansión, “Lastesis transformarán Un violador en tu camino en obra de teatro completa”. Expansión.mx, 13 de diciembre de 2019: https://expansion.mx/mundo/2019/12/13/lastesis-transformaran-un-violador-en-tu-camino-en-obra-de-teatro-completa, Consultado el 25 de mayo de 2020.
2
3
De Certeau, M., La invención de lo cotidiano. I. Artes de Hacer. México: Universidad Iberoamericana, 1999.
Pérez Royo, V., “Danza en Contexto, una introducción”. ¡A bailar a la calle! Danza contemporánea, espacio público y arquitectura. Victoria Pérez Royo (ed.), Salamanca: Universidad de Salamanca, 2009, p.33.
4
Los términos de coreopolicía y coreopolítica son utilizados por André Lepecki en: Lepecki, A., “Choreopolice and Choreopolitics: or, the task of the dancer”. TDR/The Drama Review, 14 de noviembre de 2013: 13-27. 5
6
“Based on a preformed image of what it deems to be not only the norm, but “the normal.” (Lepecki, A., op. cit., p.19)
Según los datos del MAV, solo el 30% de las exposiciones individuales realizadas entre 2014 y el 2019, acogen a sujetos femeninos. (Villarejo Hervás, V., “INFORMES / MAV #19: COMPARATIVA DE AUTORÍA DE EXPOSICIONES INDIVIDUALES EN DIFERENTES MUSEOS Y CENTROS DE ARTE EN ESPAÑA (2014-2019)...”. Mujeres en las Artes Visuales, 6 de enero de 2020: https://mav.org.es/wp-content/uploads/2019/12/INFORME-MAV-19.pdf, Consultado el 25 de mayo de 2020.) 7
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Narrar los banos Narrar los baños Paula Mora Medina
En un intento por aclararme acudo a Wikipedia para entender qué son ciertos conceptos e ideas que aquí se incluyen. Busco construcción: “… En un sentido más amplio, se denomina construcción a todo aquello que exige, antes de hacerse, disponer de un proyecto y una planificación determinada”. No estoy de acuerdo. ¿Cómo que una planificación? Determinada, además. Yo, sin embargo, reivindico las construcciones aleatorias, aquellas que se construyen en diferentes momentos y con diferentes procesos, aquellas que nacen, por ejemplo, de todas las conversaciones/ denuncias/alegatos/bromas en los baños públicos (sí). Una reivindicación que a través del concepto de aleatoriedad me lleva a pensar en ese “Terrorismo Poético” (TP) que Hakim Bey, en Zona Temporalmente Autónoma, nos invita a reflexionar y a practicar: (…) Una seducción exquisita —conducida no sólo por la causa de la mutua satisfacción sino también como acto consciente en una vida deliberadamente bella— puede ser el TP definitivo. El terrorista P se comporta como un estafador cuyo objetivo no es el dinero, sino el CAMBIO. No hagas TP para otros artistas, hazlo para gente que no repare (al menos por un momento) en que lo que has hecho es arte. Evita las categorías artísticas reconocibles, evita la política, no te quedes a discutir, no seas sentimental; sé implacable, arriésgate, practica el vandalismo sólo en lo que ha de ser desfigurado, haz algo que los niños puedan recordar toda la vida —pero no seas espontáneo a menos que la musa de TP te posea—.1 Un acto que invita, entre otras cosas, a dejar de lado la rigidez de los monumentos, evitar aquellas narraciones limitadas y que no se disponen a abrirse a nuevas receptoras y autoras. Un acto que en mi intento de reivindicar lo aleatorio y abierto —cansada de lo estático y cerrado de los museos— encuentro más que visible en los baños. Y es que me resulta curioso. Los baños. Lugares con una funcionalidad muy clara y construidos (en el sentido que Wikipedia nos describe) para ello. Sin más. Sin embargo, pensando en aquellos baños públicos que he visitado a lo largo de mi —corta— estancia en Madrid, encuentro varios que se me presentan como ajenos a esta inmovilidad y, contrariamente, se revelan como únicos, construyéndose a la par que el mismo edificio que los alberga; creciendo constantemente a través de nuevas aportaciones, contribuciones que se dan a través de todos aquellos cuerpos que habitan todos esos espacios, no solo como interventores sino también como receptores. Una actitud que permite a los cuerpos abrazar esos espacios y tomarlos como nuestros, una suerte de agencia que permite transformar lo inamovible de los pilares y de las paredes. Esto 1 me lleva a pensar en el B13, un bar vegano bastante peculiar —por Bey, H., “Terrorismo su situación y su carácter: ¿cómo aguanta un bar así en plena p o é t i c o ”. Malasaña?— que se me presenta como uno de los mejores La haine, 1 de ejemplos para situar esto de lo que hablo. No sé si será febrero de 2001: la falta de cobertura en el local —y que se pierde ht t p s : / / l a h a i n e . o r g / pensamiento/terrorismo_ por completo al llegar a los baños— pero poetico.htm, Consultado el los lavabos se revelan de una 16 de junio de 2020
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personalidad arrolladora y te indican, sin ninguna duda, dónde estás y quién(es) habita(n) dicho espacio. Un hecho que, con el objeto de hacerlo más mío, quiero mostrar a través de una experiencia personal ocurrida —cómo no— en los baños de la facultad. Y es que, ¿qué lugar, si no, iba a ocupar más una universitaria que una facultad y, por tanto, sus baños?
Ocurrió en marzo de 2019, la facultad se me antojaba como mi lugar, el espacio que yo también había construido durante cuatro años y que, ante mi cercano fin de carrera, sentía ya como un lugar más de divertimento —tal vez por la confianza adquirida en ella y con ella— y de experimentación. Quizá eso me llevó a no observar únicamente esas construcciones terrorístico-poéticas en su forma más típica —aquellos grafitis que observaba cada día que subía a clase y a tutorías— sino a descubrir nuevas formas en otros espacios. Así, en Filosofía y Letras me fijé en una de las jambas de los baños del pasillo cercano a las aulas de Historia del Arte y en ella se leía lo siguiente:
(personalmente ni idea, no he visto la serie) Y así con una flecha que incluso parecía escrita por la misma persona que hizo la pregunta -como si nos invitara a contestar, a construir una conversacióncomenzaban las respuestas:
baños
narraciones
construcción
terrorismo poético
En primer lugar tengo que decir que ya, desde 2019, me percaté de dicho uso; de la transformación continua que sufren esos espacios, de manera que desde aquel momento empecé a curiosear, repensar e incluso a participar en esas nuevas construcciones de las que hablo. De hecho, recorrí distintos baños de distintas facultades en Granada como excusa para visitar espacios como la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales; era mi primera vez allí. Fueron numerosas las puertas y frases que me llamaron la atención, como la agresiva a la par que desesperada “LA PUTA POLICÍA. OTRA VEZ NO!!!!” (qué vuelco de emociones y sentimientos —incluso inmersos en cierto odio— nos permite la intimidad del baño, ¿eh?), la referencia a la serie Friends Smelly Cat escrita con una clásica y romántica grafía envuelta en un corazón, la reivindicativa frase “Pero VOTAD! Panda de inútiles!!!” o ese improvisado fun quiz basado en la sencilla pregunta “Me he tirado a?” que a través de distintos nombres (Luis, Eduardo, Robert), bolis y grafías iba tomando forma. Sin embargo, uno de los casos que más me llamó la atención fue el siguiente.
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(a saber)
“SANSA SANSA” En rojo. Pero a ver, ¿quién lleva un boli rojo al baño? Además tímidamente escrito. No le dedicó mucho tiempo (Quizá tampoco lo escribió con mucha seguridad y esto no me cuadra nada con el uso de un bolígrafo rojo). Una nueva flecha aparece, azul, parece que de unx nuevx interventorx
“Son Son”. En negrita, me recuerda a la letra de aquella persona que inició esta conversación tan apasionante. En inglés además -qué internacional- se añade un ¿“/daughta” “/danglta”? Me pierdo. Y siguiendo la estética del bolígrafo azul de esa última interventora:
El rollo internacional mola parece ser. Qué apocalíptico además. Y retomando la estética de lo diagonal una nueva intervención afirma: ¿Tenía razón? Parece una afirmación hecha con mucha seguridad. En su momento, al leerlo sentí curiosidad por cómo esta narración se había dado y se había construido -razón por la cual decidí tomar una foto de ello-. Sin embargo, no participé más allá de eso; hoy decido, tras realizar la trascripción, buscar cuándo fueron los últimos -digo yo que algo como el Trono de Hierro debe ser algo de suma importancia en la serie- y un artículo de El País (“«Juego de tronos» 8x06: dónde y cuándo ver el último capítulo de la serie”) me resuelve la duda: el 19 de mayo de 2019. Creo que por esas fechas solo subía a la facultad para hacer unas gestiones y mi TFG, pero supongo que en uno de aquellos momentos en los que mi cuerpo ocupó aquel baño encontré más que fascinante esa conversación; una conversación que, a pesar de no entender, me llevaba a pensar que aquellos baños se volvían nuestros. Y hoy, al escribir esto, los rehabito de nuevo, los ocupo en un momento donde con motivo de la Covid-19 nuestros espacios colectivos han sido temporalmente perdidos y solo podemos, obligadas por el confinamiento, retornar a aquellos lugares que se nos presentaban ya de por sí como nuestros: mi casa del pueblo, mi habitación. Los retomo en un momento donde mi estancia en esos baños de la facultad ya no se da y, curiosamente, éstos han sido sustituidos por unos baños de un museo, un museo que hoy -31 de marzo de 2020- permanece cerrado a cal y canto. Quisiera, entonces, volver a aquel baño y, sin todavía mucha idea, con un boli azul, en mayúscula y con cierta tendencia a la cursiva, escribir quién acabó en el trono de hierro. 44
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Si Si el cuerpo cuerpo fuese fuese un un museo, museo, tendria siete galerías galerias1 tendría siete L. San Gregorio
Qué extraña idea que una cohesión de músculo, piel, carne y vello pueda atenerse al deber: debería dejar salir pero… recibe, y ¡con los brazos abiertos! No solo eso, sino que rebota el juicio y te señala con un dedo acusador; transparente pero visible. Un dedo-ojo cuyas pestañas se confunden precisamente con ese vello que nombraba. Rígido y firme, aún de naturaleza artificial (por su materia y su industrial rectitud), parece encajar perfectamente en este receptor orgánico, como si lo estuviera esperando. Al tiempo pierde su frondosidad y, con ayuda, extiende aún más sus brazos. No envuelve comida ya procesada sino una reluciente pieza de fruta que, lubricada y desbordante, resulta cuanto menos apetitosa. Se ilumina tímidamente aquello que, cerrado, nunca se presta a la vista; no se sabe si se sale o se entra, si se está fuera o dentro. Una habitacioncita en formato cueva para almacenar provisiones, entrar en calor e hibernar sin reparar en el tránsito regular de la vida que te rodea. Cerca nos espera un salón más grande, decorado en un azul eléctrico que dialoga muy bien con el cálido ambiente. Tienes ganas de entrar, de quitarte las zapatillas y recostarte en un rincón a leer. Sin embargo, aunque crees ver al fondo el cierre de la estancia, se te advierte: P A N Z A. Te puede salir cara la jugada y acabar engullide en un entorno poco grato, conviviendo con elementos abrasivos y sin muchas esperanzas de fuga. Toda puerta abierta lleva inscrita su cierre. Y si quedas dentro o fuera puede que no sea más que azar o, mejor dicho, perspectiva. El oído es una estructura compleja e interna, que excede la oreja y a la que, por tanto, puede accederse desde diferentes coordenadas. No es casualidad que el equilibrio dependa tanto de él. Cuando todo está a oscuras, las cortinas echadas y la luz apagada, nuestras tripas sienten las pequeñas resonancias y vibraciones que pueblan el aire. No se te puede olvidar que en todo momento, en alguna parte, hay algo creciendo aunque tengas los ojos cerrados; que tu campo de visión es limitado y, aunque te parezca que no, siempre se está gestando algo. Hay superficies que aceptan mejor la humedad, tienen mayor grado de tolerancia o directamente la necesitan, y otras contra cuya integridad ésta atenta gravemente. La respuesta aquí quizá sea regar y observar, prueba y error, paciencia y cuidado. Si sale que lo haga. Si entra que pida permiso, que llame a la puerta. El espacio es relativo y si se quiere todo se puede plegar para adaptarlo a un contenedor concreto. Si me visitó el dedo por qué no el pergamino. A lo mejor los libros, si se diseñasen en rollo, podrían almacenarse mejor. Es posible también que fuesen más resistentes a ese agua orgánica, que no los contaminara ni estropease sino que conviviesen complementados. Y lo formulo explícitamente: ¿Por qué siempre es el cuerpo el que se adapta al texto? Dejo esta inquietud pendiente porque en algún momento tendré que tirar la basura, antes de que empiece a oler, ¿no? Como si yo no oliese, como si tuviese más legitimidad para hacerlo o la esencia no fuese la misma. Como decía alguien: “ ceniza somos “. Seguro que fumaba y por eso lo pensó, cansade de que su piel se confundiese con el tizne del cigarro, sabiéndolo por dentro ya uno con sus pulmones. Si el humo pasa a ser yo cuando entra en mí, pierdo parte de mí cuando lo expulso. Pero si nunca sufrió esta metamorfosis, existe entonces una barrera imperceptible que incluso se extiende a mi interior. ¿Cuándo pasa una parte de mi cuerpo a ser un desecho? Limpio, nutro y cuido mi pelo hasta que lo corto y su sitio es ahora el suelo, luego el recogedor, luego la papelera. O lo lavo y entonces las unidades débiles que 46
habitar orificio privacidad comisariado cuerpo paseo
no pueden seguir asiéndose al cuero cabelludo caen al plato de la ducha para terminar en el desagüe. O la suerte de un pelo que nace en la cabeza, con mayor estatus y, por tanto, más posibilidades de supervivencia que uno que nace en la pantorrilla. No hablemos de la extrañeza del folículo en la oreja, cuya posibilidad ni siquiera se contempla. Respecto a la higiene del canal auditivo, se recomienda ( así en abstracto general ) que en vez de usar bastoncillos para limpiar sus entrañas se deje entrar un poco de agua durante el baño, pues implica menor riesgo de lesión. Yo soy algo dure de oído, literalmente, porque cuando era niñe pasé por muchas otitis, probablemente debido a mi reticencia a sonarme la nariz. Mi tímpano, por tanto, en vez de ser uniforme y flexible, ha quedado ligeramente rígido y perforado, lo que por otra parte hace que los cambios de presión no me afecten tanto. El cuerpo insistentemente reclama ser ocupado, por ello son tan peligrosos los juguetes con piezas pequeñas para les bebés, que intuitivamente van a obedecer este instinto. Un familiar, no recuerdo quién, tuvo que ir al médico porque no podía expulsar un garbanzo que se había metido en la nariz. Del mismo modo, también parece que el organismo buscara replegarse sobre sí: el padre de une amige tuvo que operarse porque su testículo se le había instalado en el abdomen, negándose a abandonar el cómodo refugio. Siempre me ha fascinado por ejemplo (desde que lo conocí) el término paluego. A modo de depósito a corto-medio plazo, el hueco entre dos molares acoge una pequeña porción de sustento, que tras haber acabado de comer puede liberarse y ser ingerida como tentempié. Usos perversos (o no tanto) del alimento que, preasignado un recorrido ( boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, ano ), produce gran extrañeza cuando lo altera; por ejemplo si estornudas mientras comes una ensalada y un trozo de lechuga aparece por la nariz. Si la comida fuera grafía, el ano sería la punta del boli; re-buscando lo orgánico en la palabra, si el texto no quiere ceder a mi corporeidad entonces que la carne escriba su propia historia. O es que acaso no sea ese el problema, que se encuentra verdaderamente en la traducción, en el trueque de medios: entender el físico como actor y no como receptor. Entonces, planteémonoslo como tal. Pero literalmente, como una biblioteca de diminutos volúmenes que consultemos cada vez que nos rasquemos la nuca, nos saquemos una pestaña del ojo, nos cortemos las uñas, nos limpiemos una herida o nos sonriamos al espejo. Igual esa sonrisa lo está pidiendo. Quizá se aburre de estar casi siempre sellada, condenada a la blancura del esmalte, y por ello cuando revienta el boli y con él su tinta es como una fiesta para ella. Y no quieres tragar ni cerrar la boca, como diciendo: mírame, mira qué guape estoy hoy con 1 Título tomado de: Barsch, P.; Hornig, T., “New mi vestido especial. Scenario’s Body Holes”. New Scenario, 3 de junio Si las uñas pueden lucir lacadas, si el pelo puede cambiar de color, si la piel puede incluso ser tintada, ¿no es de esperar que (bajo el paradigma estético normativo occidental) me sienta excluida y menospreciada? Al menos me acompaña la lengua que incansable no para quieta, compensando mi hieratismo y fijación. Resulta difícil explicar la intimidad que compartimos, siendo tan distintas pero estando tan pegadas. Como compartir una habitación de tal estrechez que ya no hay espacio para espejos ni reflejos, y si quieres revisar tu apariencia tienes que confiar en el criterio de tu compañere, le únique lo suficientemente cerca como para analizarte en detalle, pero convenientemente alejade como para ratificar su juicio fiable.2
de 2016: http://newscenario.net/bodyholes/info. html, Consultado el 12 de mayo de 2020.
Obras recorridas: Sandra Vaka Olsen, Finger in Eye, 2015; Mikkel Carl, Plato’s Man Cave, 2015; Santiago Taccetti, Carnitas, 2016; Emanuel Rossetti, Boundaries #2, 2016; Josephyne Schuster-Brandt, Untitled, 2016; Vincent Grunwald, Transparency Universal Value 60Vince, 2016; Adam Cruces, Composition with Kabinet Würzig and Tubble Gum, 2016; Rasmus Høj Mygind, Ditte, meine liebling, 2016; Sean Raspet, Isotope Labeled 6.5% Carbamide Peroxide Aqueous Solution, 2015-16; Viktor Fordell, Neocave, 2016; Burkhard Beschow & Anne Fellner, No. p, 2016; Bruno Zhu, Left Nostril, 2016; Edward Marshall Shenk, Untitled, 2015; Paul Barsch, Homo Heidelbergensis (mirror), 2015. 2
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Tocar el aire: Tocar el aire: Dimension Dimensión espacial espacial de de una una escucha escucha atenta atenta Clara Pérez Delgado
Me gustaría rescatar aquí un término anglosajón: Room.1
room
Un sonido irreconocible que bien podríamos interpretar como sonido ambiental da comienzo a Other People, seguido por un acorde prolongado que proviene de un órgano, luego platos de batería, voz, voces instrumentales melódicas (en este caso, guitarra y teclado) y que entran con los graves de la base rítmica.5 Más adelante, coros… si estamos dispuestas a la escucha atenta, nos percatamos de la entrada en escena consecutiva de los elementos, una construcción espacial por capas... y, repentinamente, la composición se torna visual. La voz y la letra están integradas entre la sonoridad de la banda, el ruido blanco atraviesa la canción y si esperamos al final, y escuchamos la salida de las piezas, nos encontraremos —por el sonido de las gaviotas, las olas y el viento— en una playa británica.
composición
Así, también solemos utilizar aire como hueco cuando hablamos de composiciones visuales y sonoras, aunque no hay por qué dejar fuera otros tipos de composición. Con frecuencia decimos que una composición tiene aire cuando respira o cuando los elementos que la forman “pueden respirar”.
música
A pesar de todas ellas, prefiero referirme a room como aire. Ocurre que a veces aire y hueco son sinónimos: cuando necesitamos salir de una habitación o un lugar a menudo decimos que “necesitamos tomar algo de aire”. A veces, en sentido literal, necesitamos respirar; otras, necesitamos la vasta amplitud de la intemperie.
espacio
Entre sus numerosas acepciones probablemente ya conocemos las que significan habitación y sala.2 3 Sin embargo, tiene dos acepciones más interesantes: la primera tendría su equivalente en castellano en la palabra hueco, entendido éste como el espacio inerte que necesita algo para ser dispuesto; la segunda hace referencia a hueco como espacio para el hacer, espacio disponible pero susceptible para la acción.4
24-25.6 Acordes melancólicos de una guitarra acústica que empieza en tonalidad menor, las voces actúan como voces instrumentales, sumándose al unísono a la base musical. En algún momento ha entrado otra guitarra acústica que toca una melodía alejada de los (falsos) arpegios de la otra, una voz solista, aunque no por mucho tiempo. En la canción, nada más. No hay batería, ni bajo. Los graves ya se están tocando. Hay aire.
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aire
Theme for Blinking Lights comienza con un sonido familiar para las acostumbradas a instrumentos eléctricos o que han trasteado con amplificadores.7 Si agudizamos el oído, escuchamos el gesto de
1
Todas las acepciones de esta definición han sido tomadas y traducidas del Cambridge Dictionary. 2
3
Sala de una casa asignada para que habite una o varias personas, uso personal.
Parte del interior de un edificio que está separada de otras partes por paredes, suelo y techo.
4
Cantidad de espacio que algo o alguien necesita.
5
Beach House, “Other People” Sub Pop, 2012. 6
Kings of Convenience, “24-25” Virgin EMI, 2009. 7
EELS, “Theme for Blinking Lights” Vagrant, 2005. 8
Conversación con Santi Martín, productor. 6 de febrero de 2020.
Llinares Galiana, J.; Llopis Reyna, A.; Sancho Vendrell, F. J., Acústica arquitectónica y urbanística. Valencia: Editorial de la Universidad Politécnica de Valencia, 2011. 9
10 Esta presencia del espacio también se manifiesta por superposición de sonido, o por la distribución de las voces y otros instrumentos en la postproducción, como ocurre, en las canciones ahora analizadas, en Theme for blinking lights y 24-25, o por la inclusión de sonidos ambientales reconocibles como en Other People y Theme for blinking lights.
soltar la mano sobre las cuerdas para comprobar que la guitarra está afinada. Los acordes punteados dan paso a otras capas, unos toques de metalófono en su justa medida, una guitarra rítmica que acompaña a las notas punteadas que entran con un tarareo. Un tarareo, una nana con algunas capas casi inaudibles, como el órgano en el fondo que espera nuestra atención una vez que la voz ha abierto los sentidos.
He elegido estas tres composiciones porque me gustan, porque son posteriores al año 2000 y porque respiran. A partir del año 2000 ya se habían generalizado por completo las mesas de sonido o mesas de mezcla digitales, que se habían inventado al final de la década de los 90, reemplazando las mesas analógicas. Estas nuevas mesas digitales permiten una flexibilidad casi infinita en cuanto al proceso de grabación y edición de sonido en el desarrollo de la postproducción y, sobre todo, evitaban las pérdida de nitidez y la contaminación entre recordings que se producía al utilizarse una cantidad considerable de canales en las cintas magnéticas que utilizaban las mesas analógicas.8 A mi parecer, estos tres ejemplos dan lugar a una confección de espacio, que pertenece al sensorium, construido a partir de planos de sonido. En cierta manera, puede que ni siquiera sea un espacio, un topos, sino que lo que ocurre es que la composición nos transmite lo necesario para tener una sensación de espacio, una aprehensión visual de lo que escuchamos. Puede que el factor que comparten las tres composiciones sea el de mayor influencia en esta configuración espacial de la que estoy hablando, esto es: la reverberación.9 La reverberación es uno de los efectos posibles de la reflexión del sonido: cuando el sonido es reflejado y se reciben por separado (la fuente de emisión y su reflejo) es conocido como eco. Sin embargo, cuando se perciben simultáneamente, sumados, se entienden como una prolongación del sonido, y entonces se llama reverberación. Que la reflexión del sonido torne eco o reverberación dependerá de la configuración del espacio físico en el que inciden las ondas de sonido. Es por ello que la presencia de reverberación, ya sea original o generada de forma artificial, es la reminiscencia última de la presencia del espacio en el sonido.10 49
Hacia el suelo/En algun Hacia el algún lugar lugar del campo/pisamos campo/Pisamos suenos sueños defectuosos defectuosos Alfonso Gómez Corona
Lo que me esperaba ya ha ocurrido. Solo pienso en el tiempo que estaré aquí dentro y en los movimientos que mantendré en este espacio. Ralentizar, pensar e imaginar. Hacinado en casa sin poder ir a pasear.
BANDO. Don Jorge García Díaz, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Colmenar Viejo (Madrid) Hace saber: que en este momento clave para la contención del COVID-19, y con la aplicación de todas las medidas puestas en marcha desde la administración local, autonómica y estatal, también es necesaria la colaboración de la ciudadanía en el ámbito de la vida personal y familiar mediante el cumplimiento de las siguientes indicaciones. PRIMERA: permanecer en el domicilio el mayor tiempo posible, realizando únicamente las salidas estrictamente necesarias, evitando aglomeraciones en espacios cerrados, así como viajes innecesarios. SEGUNDA: evitar el uso de instalaciones al aire libre en las que se tiende a aglomerar personas, como parques infantiles, canchas deportivas, skate park, instalaciones de Street workout… TERCERA: evitar la convivencia de población de riesgo con los factores de contagio y mantener en todo momento la distancia de un metro en las relaciones interpersonales. CUARTA: mantener en todo momento las medidas de higiene recomendadas por las autoridades sanitarias. QUINTA: consultar con frecuencia los canales de información oficiales: Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Ministerio de Sanidad. SEXTA: mantener la calma. Lo que se hace público para general conocimiento en Colmenar Viejo, a doce de marzo de dos mil veinte.
Mi cuerpo late y no es conceptual Me pregunto si existe la posibilidad de una pausa y si ésta se encuentra en la desaparición de la imagen. El régimen de poder está cambiando de proyecto político, sociocultural y económico. Se apoya en las nuevas tecnologías electrónicas y digitales, para dar paso a un capitalismo regido por la sobreproducción y el consumo exacerbado, donde la creatividad es estimulada, “democratizada” y remunerada. La manera en la que nos dirigimos a la realidad es ofreciéndonos a la mirada. El cuerpo ya no es físico, la propiedad de la imagen virtual redefine y deshace la anatomía humana. ¿En qué momento aprendí a mirar? Yo ya percibía los objetos mediante la acción de la luz. Se me revelaba con claridad aquello a lo que me dirigía. Me dijeron que buscara algo, que planteara un recorrido, que me informase sobre ello. Ellos me dirigieron la mirada. La vista poco importa. Ahora me dicen que veo borroso. Las corporalidades netemporáneas habitan en una época limítrofe. Nuestro acercamiento al mundo ya no se origina únicamente desde una presencia física, sino desde una teletopología, es decir: aquellas propiedades de los cuerpos que mantienen una conexión y se comprenden desde una distancia.1 Distribuimos nuestra presencia física, en el mundo virtual, reduciéndonos a una imagen, a un texto o a una frecuencia de sonido. Aparecer en la red, hacer ubicuo al sujeto y distribuirse en numerosas direcciones denota que el cuerpo sea codificado. 50
La Edad Netemporánea es un periodo histórico comprendido entre la instauración de la primera conexión de computadoras interconectadas mediante redes digitales de alcance global, en 1969, hasta la actualidad. Los acontecimentos de esta nueva era se han visto marcados por un desarrollo tecnológico y científico, que ha sido denominado como la cuarta revolución industrial o Industria 4.0. 1
Fenómeno ligado directamente al Big Data. Implica, no sólo la traducción de la realidad a un lenguaje binario, sino también su integración en enormes bases de datos. 2
Street View
digital
paseo
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La rĂĄpida proliferaciĂłn, en nuestro entorno cotidiano, de las prĂłtesis de visiĂłn como smartphones, cĂĄmaras fotogrĂĄficas, ordenadores, drones, telescopios, microscopios, etc. aumentan los casos de captaciĂłn Ăłptico-tĂŠcnicos del sujeto. Estas mĂĄquinas informatizadas, mĂłviles e inteligentes estructuran nuestra realidad y delimitan la construcciĂłn de las imĂĄgenes mentales, debido a una excesiva y cada vez mĂĄs perfeccionada captura del mundo en el que vivimos. La reducciĂłn de la realidad a una imagen datificada permite que los sistemas de procesamiento analicen, cataloguen, medien, manipulen y controlen la informaciĂłn; un procedimiento semejante al que acontece cada vez que una fuerza fĂsica se ve transformada y reducida en una ecuaciĂłn.2 Los individuos y el mundo se traducen en datos y son programables, estĂĄn constituidos de ceros y unos.
cuerpo
Hay varias cosas que se me dan mal: leer rĂĄpidamente la hora en un reloj de aguja, calcular distancias y cantidades, retener nombres de libros, calles o bares y tambiĂŠn se me da mal situar las provincias y nombrar sus capitales. La primera muerte en Madrid fue la de una mujer de 99 aĂąos el 3 de marzo de 2020. Los casos siguen aumentando. Se nos ha informado que durante los prĂłximos quince dĂas se limitarĂĄ la libertad de circulaciĂłn de los ciudadanos. QuerrĂa dar una vuelta, pisar la tierra y que me golpeara el viento. Desde mi casa, estoy a 1,3 km de distancia del campo. Solo a cuatro minutos por el duro asfalto para llegar a ver las flores. Lo he buscado en Google Maps, yo no sĂŠ organizar este tipo de cosas, no puedo ver desde lo alto ni calcular la ruta mĂĄs rĂĄpida. Sigo encerrado y quiero salir a pasear. Tal vez hemos llegado a un punto de sofisticaciĂłn en la representaciĂłn del disipado cierta discusiĂłn sobre la territorio que parece que se hubiera desinformaciĂłn o distorsiĂłn. Hemos delegado la construcciĂłn de la cartografĂa global y visual a varios servidores web como Google Maps. El mundo que se presenta como â&#x20AC;&#x153;realidadâ&#x20AC;? a travĂŠs de fotografĂas por satĂŠlites ha provocado una transformaciĂłn en nuestro sentido de la orientaciĂłn. Esta perspectiva despersonalizada produce un observador flotante que perpetĂşa la construcciĂłn de los paradigmas cientificistas modernos y del mercado capitalista. El rĂŠgimen de hipervisibilidad en el que nos hallamos inscritos ha hecho el mundo mĂĄs pequeĂąo, al permitir un acceso de visiĂłn de cualquier lugar. Damos por hecho que todo nuestro entorno estĂĄ correctamente representado, o al menos eso nos hacen creer. Sin embargo, el servicio de Google Maps manifiesta una serie de fallos, distorsiones o ĂĄreas borrosas deliberadamente. Vuelven invisible las bases militares, aerĂłdromos, instalaciones de defesa, centros de investigaciĂłn y seguridad, sedes de gobiernos, cĂĄrceles, casas de famosos, territorios que se encuentran en 51
conflicto o poco poblados. El uso de esta plataforma online se ha vuelto en un acto rutinario, Es una de las herramientas predilectas de Google por su utilidad y relevancia. Este proyecto cuyo objetivo consiste en recopilar datos e información de las distintas ciudades para contribuir en su crecimiento y desarrollo, genera una realidad espacial distorsionada. Aun habiéndose impuesto una lógica verticalista en el terreno de la visualidad o en la visión del espacio “real”, apareció Google Street View y su búsqueda por la representación a escala 1:1. Correctly dispose of this product. This marking indicates that this producto shouldnot be disposed with other household wastes throughout the EU. To prevent posible harm to the enviroment or human health from uncontrolled waste disposal, recycle responsability to promote the sustainable reuse of material resources. To safely recycle your device, please use return and collection systems or contact the retailer where the device was originally purchased. What is Street view? Street View of Google Maps is a virtual representation of our environment on Google Maps that encompasses millions of panoramic images. Street View Content comes from two sources: Google and its partners.
Photo sources Street View photos come from two sources: Google and our partners. The content that users provide is displayed accompanied by their account names, which can be clicked or tapped. In some cases, their profile photos are also included. Street View does not display real-time images Street View images only show what our cameras see the day they pass by the location. Then it takes a few months to process them. This means that the visible content can be between a few months and a few years old. In some locations where we’ve been collecting images for many years, you might also be able to see how they have changed with the Time Machine feature. Blur Google follows a series of steps to protect people’s privacy when Street View images are published on
Google Maps. We have developed an innovative blur technology that is applied to all faces and license plates that can be identified in the Street View images contributed by Google. If you think it is necessary to blur send a request through the Report a problem function. However, you should be aware that once Google blurs an image, the effect is permanent. Inappropriate content You can report inappropriate content using the Report a problem feature. We consider inappropriate content included in the following categories, except when it has artistic, educational or documentary value. We do not allow the posting of images or other content that infringes on someone else’s legal rights, including copyright. We do not allow the publication of explicit sexual content. We do not allow the publication of violence content.
We do not allow the publication of content that Street View uses to physically or psychologically harass or to attack other people. We do not allow the publication of content that incites hatred or condones violence against individuals or groups based on their racial or ethnic origin, religion, disability, sex, age, nationality, war veteran status, sexual orientation, or gender identity. We do not allow terrorist organizations to use this service for any purpose, including recruiting followers. Google has a zero tolerance policy with images of child sexual abuse. We do not allow the publication of content that shows personally identifiable information such as credit card data, medical records or identification documents issued by a public body, or their own or someone else’s. Attract customers and boost your business.
Estoy bloqueado. Había abierto la aplicación para emprender un paseo digital debido a mis ansias de mirar y explorar lo que antes me era abarcable. Querría volver a tomar una perspectiva sujeta al cuerpo, a una línea de horizonte que me fuera conocida. Recorro las panorámicas a pie de calle. 360° de movimiento horizontal. 290° de movimiento vertical. Cuando me encuentro enfrente del camino ya no puedo continuar, aunque arrastre el dedo no avanzo, no ha pasado ninguna cámara y no se me deja salir. Sigo sin poder ir al campo.
Los tipos de detalles que ofrece Google Street View, por sí mismos, reformulan unas dinámicas y lógicas del entorno. Dispone de su propia temporalidad, funcionamiento e interacción experiencial y espacial. La lógica digital pretende sustituir o compararse directamente con el espacio físico mediante las imágenes 360. La materialidad arquitectónica ahora se construye en términos de resolución y geolocalización. Estos métodos hacen que la representación sea un ente independiente de lo físico, aunque necesite sustentarse en éste. Me siento avergonzado por permitir la autonomía de este territorio, por haber consumido mi deseo con un producto artificial. No deseo cambiar las maneras de interpretar y estudiar la realidad de la calle. No pretendo traducir a mi idioma romántico la situación de muchos que se encuentran en situación de calle, pues según el Estado “ahí no se puede estar”, ni ahora ni antes, pero menos ahora. Lávate las manos y no datifiques mi territorio, no ocupes mi campo y no interpretes nuestro camino. 52
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Luisa Villegas G.
Hace unos meses vine a vivir y estudiar a Madrid. Perdida por Lavapiés con mi compañera de esta aventura transatlántica, mientras buscábamos una taberna feminista-antiespecista, vimos la puerta de un bar con el vidrio completamente agrietado que parecía haber sido apedreado, con aglomeraciones de caracoles pegados a las grietas. Recordé mi caracol y le conté aquella historia; al final agregué que con el tiempo y mi afición a la biología aprendí que los caracoles pueden reparar grietas en su caparazón, por lo que esa puerta me parecía una entrañable metáfora visual sobre la colaboración y la resistencia. En contraste, mi compañera leía en la misma una suerte de ataque paciente y no violento, una “revuelta de los caracoles”. Solemos fantasear juntas con historias intrincadas de un supuesto orden natural que se subleva y venga de la humanidad; sin embargo, la fantasía es menos sofisticada que la amplísima gama de matices que componen el mundo natural, del que por siglos los humanos hemos intentado disociarnos. Si bien las experiencias de mundo de cualquier organismo son radicalmente inherentes a la especificidad del mismo, es decir, la experiencia del espacio de un caracol es radicalmente distinta a la de un humano, existe un inexorable factor “espacial” que nos anexiona, a caracoles y humanos y a todo lo existente o posible: el planeta Tierra. Percibimos —en tiempo humano—, una lentitud-quietud en los caracoles, pero en realidad son seres nómadas en constante movimiento muy adaptables en tanto dispongan de ciertas condiciones básicas. La metáfora del caracol arrastrando su hogar, ese núcleo básico de pertenencia y arraigo al mundo, ha adquirido cuerpo y peso para mí, en 7 casas en 3 años. Y en este nuevo tránsito de la migración, estoy corporizando la conciencia de que entraño todo aquello que me conecta con una historia contextual particular, desde mi acento hasta la manera en que articulo el pensamiento. Sin embargo, el proceso de adaptación, de asumir la amplitud y límites que implica esta corporalidad particular, se me antoja cada vez más inextricable, así y sin haberlo podido imaginar, cumplí mis 28 años bajo una orden de confinamiento por el microscópico y devastador COVID-19, que ha redimensionado de golpe el mundo y mi experiencia del mismo. He pensado por horas de este tiempo elongado en los posibles vectores de lo que significa estar confinado. La palabra confinar implica recluir algo o a alguien dentro de unos límites. Según esta definición podría decirse que: los caracoles están confinados en sus caparazones, o que los moradores de esta particular arbitrariedad histórica llamada España están confinados en su cultura. También, que una parte de mi niñez vivida en una ciudad colombiana envuelta en la violencia del narco de los 90 me tuvo confinada en casa; o, que la pobreza de Happy, nigeriana 54
migración
Un caracol traído de algún río de las montañas de Antioquia (Colombia) fue el primer animal de compañía que tuve. Vivió, durante algunos meses, en un tanque de agua de 70 cm2 que tenía mi hogar de infancia. Yo no salía mucho de casa en ese entonces porque era pequeña y el barrio en que vivíamos era considerado peligroso. Un día y porque estaba en el suelo al lado de su tanque, quizá en un intento de huida o desprevenida exploración, lo atropellé mientras practicaba con los patines en el patio. La reacción automática de mi madre, con su pragmatismo característico, fue desechar aquel animalito en el bote de la basura. Después de consolarme, me explicó que, aunque no era mi culpa, sí era mi responsabilidad, que a veces la vida funcionaba así, ¡sin más! y que no había nada pudiéramos hacer por él. Este es uno de mis primeros recuerdos, del que aún sigo aprendiendo.
confinamiento
Revuelta Revuelta de caracol caracol
que vive desde hace 15 años en España, la tiene confinada en una habitación de 9m2 con su esposo y sus tres hijos, durante esta crisis. Pareciera que la medida de confinamiento solo logra relacionar sujetos/cuerpos a espacialidades/ casas, bajo el presupuesto de que no solo todos contamos con cuerpo y casa, sino que basta con estos dos elementos independientes, abstractos y normalizados para existir, pero no hay ninguna relación así de simple. ¿Qué significa estar confinado? ¿Quién y qué determina al sujeto y delimita el espacio del confinamiento? ¿Cuándo empieza? ¿Acaso la especie, el sexo/género, “la raza”, la ubicación geográfica, la viabilidad de un cuerpo, no son ya los primeros límites-bordes-fronteras, que establecen el lugar que ocuparemos en el sistema-mundo? La experiencia del espacio es tan distante entre un caracol y un humano como lo es el confinamiento para un ciudadano y un indocumentado, o la calle para las corporalidades asociadas a lo masculino y las asociadas a lo femenino y disidentes. Mi confinamiento se dio en un modesto e iluminado piso cercano al centro de Madrid, donde vivo con mi pareja y nuestra roommate Uxue. Construimos rutinas de cuidado en torno a los alimentos, la mesa y nuestras historias de vida, convirtiéndonos de a poco en una pequeña red de apoyo mutuo en el lento transcurrir de estos días domésticos y aciagos para dos “latinas” en espera aún de su visado, provenientes de un lugar que parece estar a punto de arder. La contradicción ha sido una constante en mi vida, por ello habitarla y verla en cada calle de Lavapiés ha sido una circunstancia afortunada. Un barrio históricamente de migrantes que han servido de leitmotiv para identificarlo con la marginalidad, ratificada con el abandono estatal, que ha sido puerta de entrada a la especulación inmobiliaria: Lavapiés es el crecimiento y la putrefacción simultáneas. Allí, organismos vivos buscan entre las marañas de filamentos de arraigo y pertenencia, rotos por las necropolíticas del neoliberalismo, maneras de re-conectar con otros, para crear improbables redes de relaciones que hagan posibles muchas vidas. Me gusta pensar en estos procesos de resistencias como las silenciosas, pacientes y colectivas venganzas de los caracoles, que frente a políticas estatales que dejan por fuera cuerpos que no son legales y que viven en una infravivienda sin contrato de alquiler, crean de la fractura y la esquirla redes de colaboración vitales para sobrevivir al continuo estado de crisis.
simbiosis
resistencias
La fantasía de una naturaleza sublevada, de una venganza caracol/nómada/ invisible que en algún punto me parecía ciencia ficción, ahora se me antoja cálculo matemático. Los últimos años se ha reproducido y extendido la curiosa idea de que los virus y otras amenazas a la especie humana provienen de Asia. Al tiempo, en una mezcla de hipocresía e inocente individualidad seguimos justificando, ignorando y considerando inocuo el histórico consumo y “cultivo” de caracoles en la zona geográfica de lo que hoy es Europa, aún cuando estos son potenciales vectores de zoonosis; o la “industria de bovinos” que implica monumentales emisiones de CO2, miles de litros de agua contaminada y hectáreas y hectáreas de tierras del sur de América, infertilizadas y feriadas. En tiempo humano, la orden de confinamiento está revelando los pormenores de nuestro carácter simbiótico/sintético decadente. Indiferentemente de su eficacia frente al monstruo microscópico, expuso la irrealidad del individualismo, el fracaso del estado en la administración de la vida, la arbitrariedad de las jerarquías que ordenan las relaciones entre humanos y entre humanos y otros agentes. Producimos sintaxis simbólico/discursivo/vampíricas con otros organismos vivos y no vivos y con el planeta, pero solo somos una sofisticada sopa de bacterias que ahora mismo el ingrediente virus está pudriendo. En tiempo evolutivo de caracol, podríamos empezar a procesar la información que tenemos, en una conciencia colectiva de que no es tiempo de hacer pequeños cambios, y que tal vez, es momento de dar espacio a los demás seres que hemos confinado a la extinción. Más que culparnos, asumir-nos, asumir la responsabilidad de nuestra existencia y preguntarnos, justo ahora, como especie, como comunidades, como agentes: ¿qué hacemos aquí? 55
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taumatropo
utopĂa
espacio
convergencia
encierro
No estoy pero sigo siendo Mónica España-H. Domínguez
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Revista ACTA nº 5, julio de 2020 ISSN: 2445-4397 DEPÓSITO LEGAL: M-16925-2016
ACTA 5 es una revista de carácter universitario distribuida gratuitamente. Todos sus contenidos se atienen a la Licencia Creative Commons 3.0 España: reconocimiento - no comercial sin obras derivadas. Si necesita ponerse en contacto con sus editoras, por favor, escriba a la dirección de correo: revistaacta@gmail.com Esta revista se compuso con las tipografías: Harb; Shree Devanagari 714; Sion; Minion Pro; PoynterText (TT). Se imprimió una tirada de _ ejemplares, en papel _ de _gr, en la imprenta _ de Madrid, en septiembre de 2020.
AGRADECIMIENTOS Desde el grupo de alumnes del itinerario de Teoría y Crítica de Arte de la 12ª promoción del Máster Universitario en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (2019/2020) queremos agradecer a todas las personas que, de manera directa o indirecta, han participado en el desarrollo de este número de ACTA. A la coordinación del Máster (Rocío Robles Tardío, Alicia Fuentes Vega, Juan Albarrán Diego y David Moriente Díaz), al director de Internet Moon Gallery (Manuel Minch), a aquellas personas que han colaborado en la elaboración de los contenidos (Pepa Riesgo, Beatriz Martínez, Lurdes Fernández) o cedido imágenes desinteresadamente y a nuestres compañeres del itinerario de Gestión por su cariño y apoyo. 60
CRÉDITOS Equipo editorial y conceptualización: Coral Bullón, Pablo Caldera Ortiz, Helena del Campo Fúnez, María Ángeles Fernández Páez, Alfonso Gómez Corona, Iraia Kareaga Heres, Clara Pérez Delgado, L. San Gregorio, Víctor Sánchez de la Peña. Diseño y maquetación: María Ángeles Fernández Páez, L. San Gregorio, Víctor Sánchez de la Peña. Corrección y revisión: Pablo Caldera Ortiz, Clara Pérez Delgado. Impresión: Coral Bullón, Helena del Campo Fúnez, Alfonso Gómez Corona. Difusión: Coral Bullón, Helena del Campo Fúnez, Mónica España-H. Domínguez, Blanca Molina Olmos, Fidel Villar Barquín. Exposición virtual IMG: Coral Bullón, Helena del Campo Fúnez, María Ángeles Fernández Páez, Víctor Sánchez de la Peña, L. San Gregorio, en colaboración con Manuel Minch. Ilustraciones: Víctor Sánchez de la Peña (págs. 2, 4-7, 18-19, 42-44, 48-49); Coral Bullón (pág. 9); L. San Gregorio (págs. 28-29, 54-55); New Scenario (págs. 46-47); Bernardita Croxatto D. (págs. 32-33); María Ángeles Fernández Páez (págs. 50-52). Imágenes: Proyecto Internet Moon Gallery (reverso portada, reverso contraportada y págs. 11, 14, 27, 30, 37, 41, 45, 53, 56); Google Maps (págs. 8, 20-21); Google Earth (págs. 8-10); Geochicas OSM (pág. 39). Fotografías: Coral Bullón (págs. 8-10); Aroa Chacón (pág. 10); Víctor Sánchez de la Peña (págs. 12-13, 48-49); Javier Aparente y Giulia E. Lo Basso (págs. 15-17); Helena del Campo Fúnez (pág. 21); Pixabay (pág. 21); Andrés Senra (págs. 35-36); Luisa Villegas G. (pág. 38); Alba Marco González (págs. 38-40); Mónica España-H. Domínguez (págs. 57-59). Anexo: Jo Muñoz y Javier Aparente.
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Hay plantas que bailan Hay plantas que cantan Hay plantas que colocamos en los baños Hay plantas que crecen donde no las llaman Hay plantas que crecen entre piedras Hay plantas que dan cobijo a caracoles Hay plantas que están hechas de píxeles Hay plantas que fluyen con los ríos en sus cauces Hay plantas que habitan la periferia Hay plantas que no salen de casa Hay plantas que ocupan y erosionan monumentos Hay plantas que pasean Hay plantas que pueblan la ciudad Hay plantas que solo prosperan en descampados Hay plantas que son nuestras vecinas Hay plantas que tienen boca Hay plantas que viven en simbiosis con otras Hay plantas que ya no son lo que eran
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