pepe murciego.
Co-director y Co-editor de LA MÁS BELLA.
Este documento recoge la transcripción de una entrevista oral realizada en el marco de una investigación llevada a cabo por los estudiantes del máster de Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (Universidad Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) para el número 4 de la Revista ACTA: Rutas disidentes, resistencias comunes (ISSN 24454397 DL: M-16925-2016), publicada en junio de 2019
La Más Bella es un proyecto editorial mutante que se originó en 1993 de la mano de Pepe Murciego, Diego Ortiz y Juanjo el Rápido. Este último solo estuvo presente en los tres primeros números de la revista, mientras que los dos primeros socios siguen con la misma. Se trata de una revista de carácter objetual y camaleónico que aborda un tema en cada número e invita a diferentes amigos-artistas a trabajar sobre el mismo. Un proyecto nacido de la mano de jóvenes madrileños que ansiaban ver un fanzine que combinase el arte, el cómic y la literatura, entre otras cosas. Con veinticinco años de trayectoria, se concentran en ser una revista y una obra artística en constante cambio y crecimiento.
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Entrevista realizada por Leticia Denise Hani Schajris y Maria Paula Ángel. Video realizado por Laura Tapia. Fotografía: Bautizo de La Más Bella (Pepe Murciego, Diego Ortiz y Juanjo El Rápido), Arganda del Rey, Madrid, 15 Diciembre 1993.
PREGUNTA: ¿QUÉ CONTEXTO O NECESIDAD IMPULSÓ A LA CREACIÓN DEL PROYECTO / COLECTIVO?*1 Pepe Murciego: Bueno lo primero que quería comentar es que creo que cualquier respuesta que de hoy tiene que ver con la reflexión posterior después de un montón de años. Quiero decir nuestro proyecto desde el principio y es así como lo hemos visto siempre, fue un proyecto muy intuitivo, muy empezar por que sí y sin tener que reflexionar demasiado sobre lo que queríamos hacer. Cualquier respuesta que te vaya a dar, te la voy a dar 25 años después y es bastante diferente, todas las preguntas que veía que querías hacerme hablan del pasado, pero si las contesto desde el pasado, te diría que no lo sé, que fue porque sí. Claro, después hemos reflexionado sobre nosotros mismos y hemos sabido y entendido cosas que simplemente hacíamos por intuición. Entonces bueno, el contexto digo esto como primera parte, que no hay una respuesta. Seguramente esta respuesta como, en cualquier caso, es muy diferente al principio por qué no tendríamos respuesta, por qué sí. De hecho, solemos responder todavía eso, como que casi todo lo hacemos porque sí. Pero bueno después del por qué sí, a lo mejor hay un por qué más, y quizás el por qué más es porque no había alguien. Pensábamos en nuestra ignorancia, que es un motor interesantísimo para el arte y cualquier cosa, la ignorancia. El saber que nadie lo hacía, que nadie estaba haciendo un fanzine de arte en ese momento en España, eso era lo que pensábamos, no era cierto. Éramos ignorantes por completo, pensábamos que era así y como que no existía o no encontrábamos en las tiendas de fanzines −que en ese momento era más fácil encontrarlos en tiendas de discos, tiendas de cómics y tal− no había un fanzine que juntara lo que nos gustara que era pues el cómic, la poesía o la literatura, el arte en general y como no existía, pues dijimos “que mejor que hacerlo nosotros, hagamos una cosa que no hay”. Pero no porque pensáramos que éramos más que otros, simplemente porque queríamos verla hecha, queríamos publicar nuestras cosas principalmente y publicar las cosas de nuestros amigos y de la gente que nos rodeaba.
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Entonces eso fue el impulso principal, pensar que no existe, es una especie de háztelo tú mismo, que está muy de moda desde hace unos años, pero en un contexto en el que el háztelo tú mismo, no era como ahora, ahora es más fácil saber, si no sabes cómo hacer una cosa hay como tutoriales, hay como lugares donde buscar información sobre lo que quieres hacer, entonces no lo había. Eran tiendas de cómic, tiendas de discos, bares, pero ese háztelo tú mismo funcionaba de otra manera, pero funcionaba muy bien, no había dónde mirar tanta cosa, pero la conversación y el contrastar ideas con otra gente si funcionaba. 1 Las preguntas con asterisco * son transversales a todas las entrevistas.
P: ¿HABÍA UNA COMUNIDAD O SENTIDO DE COLECTIVIDAD ENTRE TODOS LOS GRUPOS?* PM: No, al principio, quiero decir yo la sensación que tengo al menos los primeros tres años, es qué estuvimos solos por completo, ese es el recuerdo que tengo. Claro son tres años, es mucho tiempo y hace veintimuchos, acaba de cumplir 25 años esa navidad, entonces hace mucho tiempo que pasó eso. Mi sensación es que los tres primeros años estuvimos solos, solos porque no conocíamos a nadie, por esa ignorancia que te estaba diciendo o muy solos, no solos, conocíamos a algún fanzine, a alguna gente que hacía fanzines de cómics, sobre todo, pero no teníamos una relación con casi nadie, esa comunidad de la que tú hablas al menos nosotros no estábamos en ella. Pasados tres años o así, empezamos a entrar en esa comunidad y sí, sí que había una comunidad grande, similar y nos empezamos a dar cuenta de que el mundo es grande y que había mucha gente haciendo cosas similares, no como La Más Bella pero similares a la nuestra, y de ellos aprendimos y supongo que ellos de nosotros y un poco esa comunidad empezó a funcionar, no solo a nivel de fanzines o revistas experimentales como la nuestra, sino también a nivel de espacios alternativos o cosas de performance o pequeños festivales. Eso empieza a ocurrir cuando llevábamos vivos más o menos cuatro años. P: ¿CÓMO ENTIENDES EL ESPACIO PÚBLICO? ¿Y LA FORMA DE ACTUAR EN ÉL?* PM: Bueno la verdad que para mí −pero igual es una reflexión actual−, todo es espacio público, digamos qué no existe un espacio privado del arte, o no existe, o a mí no me interesa. Existe evidentemente, existe la galería, existe el museo, existe la feria, pero para mí eso es el zoológico, es como el lugar donde todo está acotado y bueno si, se puede ver un espécimen de cada raza o de cada tal. Pero obviamente el arte no es eso, se está acotando una cosa que, donde realmente es, es en lo público, en la calle, en la gente, en las casas, en los estudios de artistas como este, es ahí donde está el arte y lo demás son zoológicos para mí. No digo que tengan que dejar de existir, pero creo que deberíamos ir hacia que no existiera, hacia que esos zoológicos, esos lugares que intentan racionalizar lo que está ocurriendo de verdad se acoplasen a nosotros y no nosotros a ellos que es lo que está ocurriendo todavía, creo que cada vez más, digamos que esos lugares jugarán a darnos cobertura al arte de la calle, al arte público, al arte que ocurre de verdad en la vida y en la ciudad. Creo que poco a poco, esos espacios alternativos tendrán como más preponderancia que la institución 3 3
P: ¿HA VARIADO TU VISIÓN ACTUAL DEL ESPACIO PÚBLICO CON LA DE LOS 90? ¿CÓMO VES VUESTRA ACTIVIDAD EN RETROSPECTIVA?* PM: Son dos preguntas muy diferentes. Ha variado nuestra visión de lo público, seguramente sí, en ese momento no teníamos ninguna visión de lo público porque para mí esta respuesta que te acabo de dar, es lo que te decía, es la más actual que a lo mejor hace diez años te hubiera dado una muy parecida, pero hace 25 años seguro que no. Ha cambiado mi visión de ver cómo el arte puede funcionar desde lo alternativo tan perfectamente como desde lo público, como desde lo privado, institucional de un museo o una galería. Yo llevo años sin museos, sin galerías y sin ferias, sin que eso me haga falta para que me dedique al arte, y me dedico al arte y no solo yo, me refiero a mi entorno. Existe un entorno del arte mucho más interesante para mí, que es el que funciona sin necesidad de la institución oficial. Porque, al fin y al cabo, lo alternativo también es institución, pero es una institución alternativa. La institución es, al fin y al cabo, como se arma un contexto, una serie de gente para hacer algo con lo cual también lo alternativo es institución, una institución que funciona de una manera muy diferente a lo estatal, que no es como el papá que te da de comer, si no que tienes que hacerte tú la comida, entonces es diferente. Además, lo malo del papá que te da de comer, es que intenta que comas lo que él quiere y no lo que quieres tú y eso es lo malo de la institución, que es lo que creo que estamos consiguiendo poco a poco que no ocurra. Por ejemplo, en Madrid −que es la ciudad que más conozco porque vivo aquí−, hay muchos espacios institucionales que han dado el paso grande para hacer más caso al artista que a la institución, o que, al comisario, que al crítico o al director de la feria y esto ocurre en Matadero, y en algunos lugares, como en La Casa Encendida. Lo otro que me decías que como veía nuestra actividad en retrospectiva, bueno digamos que la diferencia de cuando empezó y ahora es que para entonces era lo que se llama hobby que es una palabra que pasados los años me ha horrorizado, como a qué dedicas tu tiempo libre y yo al final lo que hago en mi tiempo libre lo dedico a vivir, a ganar la vida, a ganar dinero digamos para estar en este mundo, el hobby es ganarme la vida y sacar dinero para poder estar en este mundo que es el arte. Al final, este tipo de proyectos, el mío, los proyectos parecidos al mío, alternativos, se convierten en una forma de vida no superior a la de un fontanero, no no, simplemente una forma de vida.
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Cuando dices forma de vida, suena a que te ves mejor que otros y no, yo no me veo mejor, de hecho, a lo mejor me hubiera ido mejor siendo fontanero, sino simplemente que he hecho de este proyecto mi forma de vida y ahora no podría vivir sin él y es verdad que no me da de comer, cero de comer, pero sí me hace sobrevivir en el mundo. Y eso ha cambiado con lo de hace 25 años, que no era así, hace 25 años sí que eso que podía ser un hobby, además de otras cosas yo hacía una revista. Y se convirtió al final en el eje principal, casi todo lo que hago en el arte pasa por la revista o ha pasado alguna vez por la revista. Yo al principio pintaba, por ejemplo, a nivel ya personal como Pepe, inicialmente yo pintaba, era lo que se puede llamar un pintor y empecé a publicar cosas de performance en el número cuatro o cinco de La Más Bella en el año 97 o 98, y al final me interesó tanto que ahora mi modo de arte es la performance. La propia revista cambió, incluso mi forma de ver el arte, mi forma de hacer, mi disciplina. Bueno pues la revista ha ido marcando todo, incluso todos los trabajos que hago ahora externos a este, hasta este que es La Más Bella que es mi trabajo principal, aunque no gane dinero con él, tienen que ver con la edición, tienen que ver con la producción de arte. Con lo cual se ha convertido en el eje, para bien y para mal también porque la vida de un artista es muy dura en el sentido de que no es profesional como la de un fontanero, sino que hay que ir tirando del carro y es muy complicado eso.
P: ¿CREES NECESARIO QUE HOY EN DÍA EXISTAN ACTIVIDADES Y ESPACIOS ALTERNATIVOS A LA INSTITUCIÓN PARA EL ARTE?* PM: Es lo que te decía antes, yo creo que es mucho más importante la actividad alternativa. Para mi forma de ver, es mucho más importante la actividad alternativa, paralela o diagonal, a mí me gusta más llamarlo diagonal. La palabra alternativa suena como si nosotros quisiéramos ganarle a alguien, como si yo quisiera ser la alternativa a algo, al museo o a la galería y yo no quiero una galería o un museo, pero sí que diagonalmente seamos capaces de trabajar juntos, no digo que tenga que dejar de existir, pero el museo tiene que estar a nuestro servicio igual que yo estoy al suyo desde hace muchos años, igual que el artista lleva años al servicio de la institución oficial.
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Creo que la institución y lo alternativo tienen que empezar a buscar espacios diagonales como pueden ser las ciencias artísticas de Matadero. Ejemplo en los que se llega a un punto más intermedio, o como los espacios de mediación que hay ahora, que antes no existía todo esto, y es muy nuevo para mí, me ha pillado un poco mayor ya. Existen sitios como Media Lab que sirven para mediar entre una serie de cosas, el hecho de mediar o de trabajar con
diferentes agentes para llevar a cabo un proyecto que tenga mucha importancia, y todo eso está muy bien porque es como bueno, pero aun así sigue habiendo un padre ahí que le da de comer, pero está mucho más cerca de la idea. Yo creo que más que lo alternativo, lo diagonal o lo paralelo es para mi gusto y para mi opinión más importante que la institución, mucho más importante. P: ¿CÓMO SURGIÓ EL PROYECTO EDITORIAL DE LA MÁS BELLA? PM: Cómo surge os he contado un poquito antes, surge por un grupo de amigos, gente que un buen día decide que quieren hacer una revista que no está, iba a decir en el mercado, pero la palabra mercado no, porque nunca hemos entrado en el mercado. Digamos que no está en las tiendas de fanzines en las que compramos, no está en las tiendas de cómic, no está en los bares −que también se dejaban fanzines, que también era común ver fanzines en los bares− y como no está, quieres hacerla. Previamente yo había hecho un par de fanzines cuando era más jovencito todavía, uno en el instituto de bachillerato y otro un poquito después cuando ya estaba en la carrera de bellas artes, ahí cogí el gustillo por hacer fanzines, por hacer revistas. Una se llamaba curiosamente A la deriva tenía que ver con el situacionismo francés, aunque yo no tenía ni idea que tenía que ver con eso en esa época, y otra se llamaba Dadá. Mis dos primeras revistas tenían que ver con el mundo del arte, aunque yo no me diera cuenta de ello, me di cuenta después, en un análisis posterior. Pero yo hice esas revistas y a partir de que dejase de hacer la revista Dadá (que hicimos tres números y era una revista de cómic, de música, de ecología, de todo un poco, un fanzine al uso), pues empecé a buscar una serie de gente que tuviera ganas de hacer una revista como la que yo tenía ganas de ver. Había acabado ya la carrera y me puse buscar una serie de gente que quisiera hacer una revista como la mía, como la que tenía en la cabeza, esto hablando desde mi punto de vista, no sé qué pensaba mi socio. En el año 89 o algo así, cuatro años antes de nacer La Más Bella, que nace en el año 93. En el año 89 Alberto García Alix, uno de los fotógrafos más conocidos de España, vino a dar una charla a un taller de fotografía en el que yo estaba apuntado en los últimos años de la carrera. Alberto venía de recoger de la imprenta el primer número de una revista que estuvo haciendo durante 10 años, estaba entusiasmado y nosotros encantados de que Alberto viniera a dar una charla a nuestra clase. Pero él, en vez de dar una charla sobre fotografía, sólo habló de su fanzine, centró toda la charla, al venir tan emocionado, en su moto, con sus revistas y de hecho nos regaló una a cada uno, una revista 6 6
preciosa, maravillosa que nos dejó a todos con los ojos abiertos y ya con el germen un poco de la revista. Ese día, tres años antes de La Más Bella, empezamos a hablar en el bar, cuando acabó aquello y nos fuimos a tomar unas cervezas dijimos: “oye tenemos que hacer algo como lo Alberto”. Claro nosotros no teníamos moto, ni tatuajes, ni nos drogábamos como Alberto García Alix y no queríamos hacerlo; yo no quería comprarme una moto, no quería tatuarme y no quería drogarme, no tenía demasiada intención, como la que podía tener Alberto. Al principio pensábamos que sí que queríamos hacer una revista como la de Alberto. Luego nos dimos cuenta de que no podíamos sacar eso porque éramos otra persona, pero sí ese impulso. Consideramos padre a Alberto y a su revista que se llamaba El Canto de la Tripulación y la estuvo haciendo diez años y os la recomiendo, seguramente habéis visto alguna en el Reina Sofía, porque hay muchas, estará toda la colección supongo. Ese es un poco el impulso; hacer algo que alguien al que admiras lo hace y, por otro lado, el querer publicar a los amigos y a la gente que te rodea. P: ¿POR QUÉ DECIDISTEIS HACER UNA REVISTA OBJETO? ¿QUÉ PRETENDÍAIS HACER LLEGAR AL PÚBLICO CON ELLO? PM: Lo que sí teníamos claro, al menos Diego y yo La Más Bella empieza con Juanjo el Rápido, que a los cinco años de empezar La Más Bella decidió dejar la revista y montó otra por su cuenta. Y al principio lo que sí teníamos claro, al menos Diego y yo, es que queríamos que cada número fuera diferente. Eso fue desde el principio. Claro, cuando hicimos el número uno, no creo que pensáramos que quisiéramos hacer diferente el dos; supongo que no. Pero en mi cabeza cuando hicimos el dos ya planteamos encima de la mesa, Diego y yo, que no podía ser el mismo formato, que tenía que ser otro. De hecho, recuerdo que Juanjo dijo: “¿por qué otro formato?, si este está bien, si este me gusta, alargadito y con páginas”. Pero dijimos que no, que cambiaríamos. “¿Por qué no cambiamos cada vez que hacemos un número?”
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De ahí, de esa idea de ser mutables, de ser camaleónicos en cada número, surge la idea poco a poco de hacer una revista que cada vez sea más objetual y ya el número cinco es un objeto, o un tupperware. Es un tupperware que todavía adentro tiene páginas. Si tu abres el táper lo que hay adentro son cuadernitos. Por lo cual todavía no es muy objetual, es objetual pero dentro lo que hay es una revista con 12 cuadernitos. De hecho, justo por ser objetual Juanjo deja la revista. Claramente él no estaba de acuerdo con esta locura que habíamos iniciado Diego y yo. Pero, por otro lado, el que Juanjo se fuera, hizo que Diego y yo explotáramos de alegría en cuanto a lo objetual, no con que se fuera, pero sí que toda la locura que teníamos en nuestra cabeza empezara a ser más loca.
Y también coincidió que empezamos a conocer a gente que hacía revistas de ese tipo: objetuales. Como La Nevera o como la revista que hacía Antonio Gómez en Mérida. Empezamos a ver que había otro tipo de publicaciones que jugaban con la página como un objeto. Y bueno eso nos animó y por ahí nos metimos. Pero todo eso, como decía antes, es un análisis que hago ahora. Se ha ido cada vez beneficiando más, y cada vez hemos pensado más en el objeto y cada vez hemos pensado que fuera más loca esa idea de objeto. Pero antes, si analizo cómo pasó, pasó porque sí; porque fue ocurriendo. P: ¿CÓMO SURGE LA IDEA DE QUE SEA UNA REVISTA EN COLABORACIÓN CON OTROS ARTISTAS? ¿ERA FÁCIL ENCONTRAR ARTISTAS QUE QUISIERAN COLABORAR EN EL PROYECTO? PM: Sí, muy fácil. Te contesto primero a lo segundo. Muy fácil porque nosotros siempre hemos publicado en La Más Bella a los amigos, entonces a los amigos les lías siempre. Es más, se dejan liar porque saben que, bien me van a publicar una fotografía en un fanzine o un dibujo, o un poema, o una performance o yo que se sé. Entonces La Más Bella siempre en estos 25 años ha publicado a los amigos. Lo que pasa es que los amigos se han ido ampliando; ahora hemos calculado que se han publicado en La Más Bella en estos 25 años como unas dos mil personas. Pero son dos mil amigos, algunos muy amigos y otros amigos de un día, o amigos de una tarde de cañas, o amigos de una farra, en una fiesta, de no sé dónde. Pero nosotros nunca hemos publicado en La Más Bella a gente que no conociéramos, o muy pocas veces; nunca no sería, pero muy pocas veces. Siempre ha habido una relación grande con el autor que publicaba en nuestra revista, y eso es lo que me gusta siempre decir: la revista La Más Bella sin los afectos, sin la relación afectiva que tenemos con los artistas que publicamos, no habría sido posible y no sería posible.
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Creo que el material principal de La Más Bella no es el papel, no son los objetos, no somos Diego y yo, no son, en los 25 años, sino la amistad y el amor que suena; la relación que hay de afectos para que eso funcione. Eso creo que es común a casi todos los espacios alternativos, ¿por qué funcionan? Porque hay un cariño por que funcionen. A la institución le da igual; cobran un sueldo cada uno. Sí, habrá cariño en el trabajo, pero al fin y al cabo tienen un sueldo, una nómina. Esos proyectos funcionan mucho por la relación y en relación han funcionado; a las relaciones que ha habido entre todos. Es más sencillo hacer dos mil amigos que publiquen en La Más Bella. Hay algunos que son muy amigos, otros que solo van de poco tiempo, y lo bueno es que incluso artistas que son muy conocidos desde el principio entraron en el juego. En el primer número invitamos a Alberto García-Alix. Había sido nuestro maestro.
Él no sabía que había sido nuestro padre, pero nos atrevimos, fuimos a su casa a buscarle y a preguntarle que si quería publicar en la revista y dijo que sí enseguida. ¿Por qué? Porque seguramente también vio que eran unos chavalillos que llegaban ahí y querían publicar una cosa parecida a la que él ya hacía de una manera un poquito más profesional. Entonces dijo que sí inmediatamente. O Miguel Trillo o Chema Madoz, que también le abordamos y nos atrevimos. Pero bueno seguimos siendo amigos. Para abordar a Chema Madoz no lo llamamos y le pedimos una foto, sino que le lo buscamos, tomamos una cerveza con él y lo publicamos; entonces esa relación de amistad funcionó siempre. P: ¿CÓMO SURGE LA IDEA DE QUE SEA UNA REVISTA EN COLABORACIÓN CON OTROS ARTISTAS? PM: Eso desde el principio es así. Además, es de lo poquito que no ha cambiado. Es exactamente igual desde el número uno que era objetual, papel, grapa y páginas, a la actualidad que es más objetual o más raro; cada número intentamos que sea más loco. Siempre hay un formato diferente, un tema diferente y unos artistas a los que invitamos. Eso supongo que en algún momento se decidió que fuera así, que no fuera una revista de discusión, ni que hablara de exposiciones, ni que hablara de que qué podía haber sido; o de ensayos o algún tipo de arte. Simplemente ponemos un tema, un formato, y con este tema y este formato llamamos a gente que le apetezca hacer algo, invitamos al artista. Bueno, porque sí. P: LA ÚLTIMA VEZ QUE HABLAMOS CON VOSOTROS EXPLICASTEIS QUE LA FIGURA DEL BAR TENÍA IMPORTANCIA PARA EL COLECTIVO, ¿PODRÍAIS HABLARNOS DE CÓMO ERA LA MISMA? PM: Bueno, pero teníamos 25 años, quiero decir, teníamos una edad en la que los bares eran importantes para nosotros, muy importantes. Cuando empieza La Más Bella yo tenía 25 años, que no es tan joven, pero es la edad de bares. No digo que ahora no vaya, pero para mí no es tan importante ya. De hecho, íbamos tanto que el número uno decidimos dedicarlo a los bares. El número uno se llama “España cabe en un bar”, que es como la idea de que, si todos los españoles un día decidimos meternos de golpe en todos los bares que hay en España, cabemos de sobra. Podemos incluso jugar al futbolín si lo hay, porque cabemos; hay sitio, un poco apretados, pero cabemos. Podemos pedir una cerveza, esperar un poquito, nos las ponen y cabemos. Y es esa idea de algo que entonces ya ocurría, antes cabíamos un poquito más apretados; yo creo que ahora cabemos con holgura porque todavía hay más bares, no han ido en detrimento. Bueno eso es la cultura española, 9 9
está bien. Y la relación que teníamos con ellos pues era simplemente la que tenía un joven de 25 años que va a los bares todos los días; lo que es un lugar de reunión, pero nada más. Además, nosotros no teníamos, hay una cosa importante que éramos de pueblo. Porque La Más Bella no nace en Madrid, que podía ser un sitio de bares más cool, entonces la palabra no se usaba, pero más de la época de la movida o post movida, por ejemplo. Nosotros no vivimos eso, veníamos aquí de vez en cuando pero no lo vivimos así. La mayoría nace en Arganda del Rey, que es un pueblo de la Comunidad de Madrid, a 25 km de Madrid, pero que entonces era una vida de pueblo, de bar de pueblo y de bar de grasa, digamos. Para nada así, bueno sí de jóvenes de un pueblo, pero que no era esta movida que puede ser la post movida o más ambiente de rock n´ roll, todo esto. No, eran bares mucho más normales. También veníamos a los de Madrid, pero de vez en cuando. Lo veíamos como el extranjero que viene el fin de semana corriendo, se toma dos copas y se va corriendo por que pierde el autobús; era así un poco. Entonces nuestra relación es la misma que puede tener cualquier persona con esa edad y de lugar de reunión. P: NOS INTERESARÍA SABER TAMBIÉN SI OS ENCONTRABAIS CONECTADOS CON OTROS COLECTIVOS QUE CONTABAN CON PROYECTOS EDITORIALES DE CARÁCTER ALTERNATIVO, COMO PUEDE SER LA NEVERA U OTROS COLECTIVOS. PM: Bueno, ya te conté antes un poquito de eso. Los primeros dos o tres años estábamos bastante solos, o es lo que recuerdo. Conocíamos algún fanzine y algún cómic, sobre todo a través de Juanjo, que luego dejó el proyecto porque él sí que estaba relacionado con los fanzines de cómic de la época; algún fanzine de música, pero pocos. Y en esa época fuimos a muy pocas ferias, a muy pocos encuentros de editores; a alguno fuimos, pero a muy pocos. Y fue a partir del tercer número cuando conocimos a La Nevera, cuando también nos llevamos un golpe: no nos habíamos dado cuenta de que teníamos una idea parecida a lo que es una revista. Los chicos de La Nevera nos presentan a un artista de Mérida, bueno es de Cuenca, pero vive en Mérida, que se llama Antonio Gómez, que os lo recomiendo; es un artista de poesía visual y es un poco como el padre de todas estas revistas objetuales que hay en España. Casi todos los que hacemos este tipo de revista hemos aprendido mucho con Antonio, porque es una persona que desde los años 70 ya estaba haciendo estas cosas. No es el primero, porque hubo alguno más que hizo antes que Antonio revistas objetuales, pero Antonio ha seguido, digamos.
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Hubo alguno más que lo hizo, pero luego lo dejó, como Bartolo de Ferrando, Vicente Tallo. Hay una serie de gente en los 70 que ya hacía revistas de este tipo, pero lo dejaron después, y sin embargo Antonio continuó y tiene la mayor colección de revistas ensambladas de toda España y toda Europa. Tiene una colección impresionante; tiene todo, o casi todo de todos. Dentro de no mucho acabará en un museo o algo así. Entonces Antonio nos abrió mucho las puertas. A partir de que le conocimos por la gente de la nevera La Nevera nos abrió por completo el campo. Además, ese año fuimos también invitados por Antonio a un encuentro de editores que hay en Punta Umbría; antes lo hacían en Huelva, ahora en Punta Umbría, un pueblo de la costa de Huelva Ese año fuimos por primera vez a Punta Umbría, y ahí es cuando nos dimos cuenta de que la ignorancia inicial de que no existía gente como nosotros era mentira. En ese encuentro había cien personas como nosotros o parecidas. A lo mejor algunos editaban poesía, otros música, otros no sé qué, pero eran tan parecidos a nosotros que éramos nosotros allí. Digamos que allí nos dimos cuenta de que había muchos en toda España. Era un encuentro de gente de España que hace este tipo de cosas, y eso nos abrió mucho porque nos dimos cuenta de que esa red, no solo la de los cien que estábamos allí, sino que esa red se abría a otros y esa gente conocía a otros, a gente de otros países. Edita y Antonio fueron un poco los que nos abrieron. La Nevera, Edita y Antonio fueron los que nos ayudaron a ver esa visión de los muchos proyectos que había similares. Una cosa curiosa es que por ejemplo un referente de La Más Bella durante muchos años, pero que mucha gente puede ver que son las Cajas Fluxus; las cajas Fluxus que hacían los del colectivo Fluxus. Pero nosotros no las conocimos hasta que llevábamos diez años o una cosa así. O sea que no es verdad, la relación que teníamos con esas cajas era influenciada por otros que sí las conocían, pero no por nosotros. Nosotros no nos dimos cuenta de esas cajas hasta que habían pasado 10 años de La Más Bella. O sea que las relaciones eran más afectivas, más cercanas. Luego cuando te pones a reflexionar y empiezas a buscar y te das cuenta de que en los 70 ya había gente que hacía esto a nivel mundial con Yoko Ono y con más gente. Pero la relación de red de los colectivos que hacían cosas como nosotros empezamos a conocerla cuando llevábamos tres años así a través de estos eventos. Luego se fue abriendo el campo e igual que hemos tenido padres como que es El Canto de la Tripulación de Alberto García-Alix, también creo que hemos tenido hijos, porque ya tenemos edad para tenerlos. Al menos yo no los he tenido físicos, Diego sí, digo hijos de verdad, Diego sí tiene dos. 11 11
Pero sí hemos tenido hijos en cuanto a publicaciones me refiero, a revistas que yo creo que han vivido de nosotros, y encantados que estamos con que ocurra así. Así nos lo han dicho ellos mismos los editores, que ellos conocieron revistas como La Más Bella, que a lo mejor no somos padres únicos, pero somos padres compartidos de ellos. Como la revista La Lata o La Bola que hacen en León o La Moza que hacen en Cuenca. Una serie de revistas de las que al final hemos sido padres, por la red que vamos creando y al final funciona así. P: POR ÚLTIMO, QUERRÍAMOS SABER SI PENSÁIS QUE HOY EN DÍA EXISTEN PROYECTOS EDITORIALES COMO EL QUE HACÉIS VOSOTROS Y LA IMPORTANCIA QUE TIENEN LOS MISMOS. PM: Bueno, yo creo que estamos, desde mi punto de vista, en el mejor momento. Ojalá cuando yo empecé, o no porque a lo mejor si hubiera estado así la cosa no habría empezado. La sensación de ahora es que no creo que haya ningún chaval que se ponga a hacer un fanzine como el mío, piense que no se está haciendo, porque ahora es todo lo contrario; ahora hay un montón de ferias, hay un montón de mundo alternativo de la edición. La autoedición está muy en boga y muy a la vista digamos. Creo que ahora alguien que empieza en esto lo empieza porque lo ha visto. Hay ferias en la Casa Encendida, ferias en Matadero, ferias en cada ciudad. Hay un montón de librerías que tienen las autoediciones. O sea, la autoedición ahora está en un momento floreciente, está muy bien que eso ocurra. Y además encima está la red que hace que sea más fácil encontrar todo, con lo cual, yo creo que ahora es un momento completamente alucinante. Yo estoy más alejado porque no puedo evitarlo, no puedo estar encima de todo lo que se hace, pero hay maravillas haciéndose en edición, con las máquinas Rizzo, con cosas con serigrafía… Bueno yo cada vez que voy a una pequeña feria de ediciones compraría todo lo que hay, pero no puedo. La primera revista que yo tengo como tasada, las revistas ensambladas en España son del año 78, o sea que ya se hacía bastantes años antes. Hay dos en el 78, una en Valencia y otra en Barcelona, que ya existían. Pero claro, nada que ver con lo que ocurre ahora. Ahora es que en cada ciudad hay un montón, incluso en pueblos o en sitios más pequeños.
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