Revista delatripa: narrativa y algo más no 1

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NĂşmero 1. Marzo 2013

Narrativa y algo mĂĄs

delatripa: narrativa y algo mĂĄs


Revista

Número 1. Marzo 2013. Es un proyecto de la Catarsis Literaria El Drenaje, editada en Mérida, Yucatán. Es una revista de circulación mensual. Dirigida por Adán Echeverría (romeolobos@yahoo.com.mx). Consejo Editorial: Angélica Santa Olaya, Alejandra Aké Sustersick, Joelia Dávila, Cristina Leirana, Roberto Cardozo, Jorge Manzanilla, Mario Pineda Quintal y Édgar Damián. Narrativa y algo más

Contenido Abrevadero alfonsino por las artes y las ciencias Fernando Corona ............................................... 3 Crónicas íntimas de una guerra estúpida Ana Bertha Gómez Cavazos ............................... 7 Tres incisiones en una novela singular José Juan Cervera ............................................ 18 Releer poesía Adán Echeverría ............................................... 21 La estética punk del mundo editorial Jesús Rito García .............................................. 25 Tratamiento eficaz Aaroón Rosette ................................................. 28 Mínima muestra de Rotulando el silencio... Federico Corral Vallejo .................................... 30 La indeterminación de lo variable Julio Bravo ....................................................... 39 Por una poesía evolucionaria Marco Fonz ....................................................... 42 Historia para títeres Eduardo Hidalgo .............................................. 46 Cercanas tristezas Roberto Cardozo .............................................. 51 La enseñanza de la libertad... Lucila Sánchez García..................................... 52 Eros y Thanatos Omar Cristóbal Roldán Rubio ......................... 57 Hermandad Fabián Pérez Rodríguez ................................... 59 Reseña in vitro Daniel Zetina .................................................... 62 Rubiel Sánchez Bernardo Farrera ............................................. 64

La reina del sur. Una lectura muy norteña. Joelia Dávila .................................................... 67 De los sentidos al escenario; del escenario a los sentidos Reyes Baltazar Torres Lugo .............................. 70 Nos vemos en el slam Mario Pineda Quintal....................................... 71

Imágenes portada e interiores del Artista visual

Óscar Vázquez delatripa: narrativa y algo más


Abrevadero alfonsino por las artes y las ciencias Fernando Corona

Comenzaré este recorrido breve por la obra de don Alfonso, encaminado a beber de su caudal centrado en el engarce de las artes y las ciencias, haciendo el ejercicio del refrescar el rostro con el abanico-enciclopedia que él mismo refirió en el tomo II de sus obras, al interior de un breve texto titulado de ese modo y que no es otra cosa que un ensayo sobre el siglo XVIII.1 Menciona Reyes que los enciclopedistas, como alguien observara, "fueron unos revolucionarios de salón, cuyo propósito era hacer más libre, más generosamente libertino el ambiente de sus saraos exquisitos, pero que nunca pensaron en hacer, de sus paradojas, armas para el pueblo de la calle. Alternaban el estudio de las ciencias con las novelas licenciosas". De tal modo, el ilustre regiomontano nos hace ver que aquel siglo fue el siglo de la razón, de la inteligencia, de las teorías sobre la felicidad humana y de la voluptuosidad, en un recorrido que va justamente del abanico a la enciclopedia, donde el primero se revela como "el producto más cabal de toda aquella civilización", en la medida en que es posible leer en él la historia de un siglo. Agitémoslo, pues, y vayamos al encuentro de lo que para el patriarca de nuestras letras implicaba la interacción entre las artes y las ciencias en la cultura humana. En principio, esta unión implicaba, como lo menciona el humanista en el texto "La universidad hebrea en Jerusalén", perteneciente al tomo III de sus obras, algo similar a lo que dicha institución 1 2

fomentaba en ese renacimiento de la cultura en aquellos suelos: un noble propósito relacionado con la idea de ser un nuevo y poderoso auxiliar en el progreso del mundo, a tal grado que un grupo de profesores universitarios españoles dirigió al Dr. Weizmann una comunicación con las siguientes afirmaciones: Los suscritos, profesores de las Universidades de España -patria de Gabirol, Haleví, Maimónides y Zaduto-, saludamos fraternalmente la fundación de la Universidad Hebrea en la histórica ciudad de los profetas, poetas y héroes. Esperamos ver renacer en ella el espíritu de reconciliación, fraternidad y justicia, y el florecimiento de las ciencias y las artes, como en tiempos de los grandes maestros y filósofos de Sefarad, orgullo de España y gloria de Israel. 2

Así estaba contenido en una cultura referencial para Alfonso Reyes, uno de los aires fundamentales que debía contener la unión que en los saberes ancestrales se presentaba con obviedad y coherencia acorde a la evolución humana. Mas no por ello Alfonso Reyes daba en considerar dicha mixtura como una simple y llana relación sin esfuerzo. Antes bien, consideraba que tenía de suyo algo de los esfuerzos del ascetismo y la disciplina monacal del alma enclaustrada para encontrar su sentido. En efecto, en el texto "Monólogo del autor: la lámpara solitaria", perteneciente al mismo tomo, hace ver de qué forma un pensamiento que divaga en pos de su sentido no encuentra inútil su afán, por más que la pluma, el papel, los libros… en fin, el arte, haga chocar al alma prisionera contra unos muros

Se trata del pequeño ensayo "El abanico-enciclopedia (ensayo sobre el siglo XVIII)", en Obras completas, t. II, p. 291. Cf. "En torno al sionismo", en Obras completas, t. III, p. 326. delatripa: narrativa y algo más

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invisibles, y sólo sepa que la sorprende la noche "consumiendo sacrificios de palabras ante una divinidad desconocida". Es así que cita las quejas de Francisco de Cascales, docto maestro del siglo XVII: ¡Oh letras! -escribía-; oh infierno, oh carnicería, oh muerte de los sentidos humanos -o seais rojas, o seais negras, que desta manera sois todas! Por lo rojo, sois sangrientas, sois homicidas; por lo negro, sois símbolo de la tristeza, del luto, del trabajo, de la desdicha. ¿Quién me metió a mí con vosotras? Cincuenta años ha que os sigo, que os sirvo como un esclavo. ¿Qué provecho tengo? ¿Qué bien espero? En la tahona de la Gramática estoy dando vueltas, peor que rocín cansado. En las flores de la Retórica me entretenéis sin esperanza de fruto. En las fábulas y figmentos de la Poesía me embelesáis, donde la modorra desta arte me hace soñar miliares de disparates y devaneos. En la Enciclopedia o círculo de todas las artes y ciencias, de las religiones, de los ritos y costumbres, de las ceremonias, de los trajes, de las cosas, en fin, exquisitas, nuevas y peregrinas, me angelicáis y trasportáis mis pensamientos. Y por todo este caos de vigilias y desvelos, ¿qué premio me aguarda?3

Más lejos aun, Reyes encuentra un abrevadero justo en el antiguo Egipto, haciendo ver, en su tomo IV, cómo "la civilización egipcia, que los griegos y latinos respetaban como cuna de todas las artes y ciencias, y maestra de su propia cultura, desapareció después lentamente de la memoria de los hombres, porque Egipto perdió sucesivamente su existencia nacional, su escritura, reemplazada por los caracteres griegos, y su lengua, reemplazada por el árabe".4 Ahora bien, ¿qué implica esta pérdida de existencia cultural, más que nacional, esta desaparición civilizatoria que apostaba por un saber distinto del que proyectan las civilizaciones poderosas que siguieron? Acaso una respuesta se deja entre ver en "La sátira política de "Azorín"", 3

Cf. Obras completas, t. III, p. 291. Cf. "El antiguo Egipto", en Obras completas, t. IV, p. 504. 5 Ibid., p. 401. 4

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en la que Reyes afirma que Azorín prefirió ser político, ante lo cual se pregunta y confiesa aclarando el término: "¿Político? ¡Oh, qué ingrata palabra! ¡Qué desacreditada en España y en todo el mundo! ¡Qué maldición semántica -paulatina metamorfosis de significados- ha venido torciendo visiblemente su noble sentido primitivo! ¿Pues no era la política, para el griego, el arte maestra de las artes, la ciencia maestra de las ciencias? ¿Acaso el definitivo problema humano no se reduce a la política? ¿Tiene algo mejor que hacer el hombre -como profesión, como carrera- que dedicarse a resolver, en la medida de su capacidad, la magna cuestión de la convivencia del hombre entre los hombres? ¿Puede un varón negarse a tanto? Hay otros órdenes de la actividad, órdenes espectaculares y sagrados: la filosofía, la poesía, la música, la plástica de dos y tres dimensiones, la danza que todo lo sintetiza o la religión a que todo aspira. Pero como intervención inmediata en la vida, como cosa práctica, en suma, nada hay más cabal que la política; donde se resumen las reglas de la paz y la guerra, la navegación, la agricultura y la minería, la hacienda, el comercio y la enseñanza".5 De este modo es como sintetiza el regiomontano, a través de la referencia del intelectual español, la cuestión ligada con el hombre político que perdió la otra cara de sus saberes, en medio de una búsqueda de mejor acomodo entre la sociedad de los brutos. Más profundo aun, al respecto, es su "Homilía por la cultura", del tomo XI de las obras, en la que afirma que "La cultura es una función unificadora", ya que los fenómenos se estudian y se describen por partes, mas existen como una continuidad, permitiendo que la inteligencia, en su proceso físico, unifique nivelando y comunicando entre sí las partes de la tierra, al tiempo que, en su proceso político sobre el ser de


nuestras sociedades, unifique creando el entendimiento internacional, dando como consecuencia que, cuando la inteligencia trabaja como agente unificador sobre su propia sustancia, produzca la cultura. Así, "los conocimientos, las ciencias y las artes, se cambian constantes avisos entre sí, viven de la intercomunicación".6 No sólo las ciencias se armonizan entre sí como las distintas partes de un organismo, sino que este organismo, el organismo de la cultura, está empapado y vivificado por la misma sangre de emoción que penetra todas las cosas humanas.7

Todo esto, inevitablemente, toca otras fibras y vibras del espíritu humano, en el entendido de que las ciencias se extienden a todos los saberes del pensamiento, como ocurre en la ciencia social y el deber social, temas que también llevaron a don Alfonso a escribir un texto con dichas palabras y a hacerse las siguientes reflexiones: Y hoy por hoy ¿qué es esta crisis que padecemos, sino un disparate de la especialización que ha perdido el norte de la ética? En vano el inventor sueco quiere demostrarnos que la dinamita se fraguó para servir a la industria, al bienestar de los hombres. En vano deja el testimonio de su filantropía instituyendo premios a las ciencias y a las artes. El especialista sin universo usa de la dinamita para matar hombres. ¡Triste destino el de nuestros descubridores contemporáneos! […] ¿Queréis una rápida caricatura de la enfermedad que hoy padecemos? Pues imaginad al fisiólogo que sólo piensa y obra como fisiólogo, y abre las entrañas de su hijo para estudiar sus palpitaciones secretas; imaginad -contemplad mejor- un Estado que mata a sus hijos para sólo alimentarse con ellos, porque sólo piensa en fines abstractos, y ha olvidado que nació para servir al hombre. Estamos enfermos de una dolencia extraña: se ha vuelto loco aquel recóndito pulso del alma en que reside el sentido de la orientación. Estamos heridos en el rumbo, estamos cercenados del Norte.8

Es entonces que surge en la mirada de Reyes una cuestión de vital importancia en este tema: las artes y las ciencias no se engarzan sólo por contenidos y coincidencias semánticas o típicas, sino sobre todo por un asunto ético y pedagógico. No por otra cosa afirma, en "Los orígenes o la crítica indefinida" del tomo XIII, en el punto 169, que "en la materia homérica, entendida como oráculo de todas las ciencias y las artes, buscaban los hombres todo género de enseñanzas; lo que ha dado origen a una exegética tan abundante, y aun tan estrafalaria a veces, como ha sucedido para el Quijote", de tal suerte que, en el tratado Sobre la poesía de Homero atribuido a Plutarco, se aprecia una proliferación de disciplinas: filosofía, historia, retórica, jurisprudencia, política, religión, moral familiar y patria, funeraria, arte militar, medicina y cirugía, adivinación, dramaturgia, arte epigramática, pintura, etcétera; en un conglomerado que permitía apreciar ese todo con un armónico ojo que entresacaba de él un sentido supremo de abrevadero espiritual más allá de las especializaciones racionales que hoy se ha deshilachado de cada una de estas disciplinas. Y esto nos lleva, invariablemente, a considerar en su peso específico el aserto que toma Reyes ni más ni menos que para abrir su obra cumbre en materia de discernimiento de lo literario respecto de los otros saberes en la experiencia humana: El deslinde. En dicho libro, pues, don Alfonso arroja la moneda propiciatoria con un epígrafe tomado de Kant, el cual reza de este modo: "No es engrandecer, sino desfigurar las ciencias, el confundir sus límites".10 Y, así, mejor homenaje no puede existir para las ciencias en un momento en que Reyes precisa de ellas para hablar de su quehacer, el literario.

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Ibid., p. 207-208. El subrayado es nuestro. Ibid., p. 211. 8 Cf. el capítulo X, "Ciencia social y deber social", de Última Tule, en Obras completas, p. 107-108. 9 Cf. p. 25. 10 Cf. Obras completas, t. XV, p. 16. 7

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Crónicas íntimas de una guerra estúpida (perdón por el pleonasmo) Ana Bertha Gómez Cavazos

Granada, hermosa Granada. 1. Cohetes. 2 de octubre 2010 10: 25pm

Estábamos recostadas cuando se oyó una fuerte explosión. Todos los vidrios de la casa temblaron bien feo. Sonó más fuerte que un cohete, más que un transformador tronando, que una balacera a media cuadra, más fuerte que todos los cohetes de la Macro el 15 de septiembre.

-Ay, tía, gracias, pero está usted en el altavoz y lo que escuchamos no puede compararse con cohetes. Pero... gracias por el consejo, tía. No quiero ni pensar como ha de sonar una bomba. Supongo que te ha de dejar sorda al menos por un minuto. Supongo que en Google podría encontrar la respuesta. Supongo que no tengo la más mínima gana de saberla.

2.Pijamada

-Ve al baño y ahí quédate.

2 de octubre 10:41pm

El baño tiene la ventana hacia la lavandería, que no da al exterior, y una puerta de metal. Es el lugar más seguro de la casa. Agachada, fui apagando todos los focos. Cerca de la puerta de entrada, oí a la gente corriendo. Decían: 'fue una granada'. Abrí poquito la puerta y el vecino de al lado me dijo: 'hubo un granadazo en la plaza, vecina, mejor guárdese.' La Plaza Guadalupe.

'acaban d tirar 1 granada n la plaza, a 2 cuadrs d mi casa, apagué ls luces y m alejé d ls ventas, pro no c q + hacer. tngo 1 poco d miedo. acepto sugerencias.'

Hasta ese momento, había tenido una muy, muy leve esperanza de que fuera un transformador. ¿Ya mencioné que era muy leve? De ahí en adelante oficialmente me sentí desconcertada y sin muchas ganas de que saliera del baño.

Puse el colchón en un área estratégica donde no podrían caer balas perdidas.

10:27pm

Llamé a mi tía: -Apaga las luces y aléjate de las ventanas…y dile que son cohetes, para que no se asuste.

Mensaje de texto a todos mis amigos:

El sonido de campanitas me avisa que están respondiendo. En resumen todos decían que no me asomara ni tantito y que me fuera a dormir.

-Vámonos con mi abuelita o con mi prima. -No, lo mejor es quedarnos tranquilas. Vamos a dormir. -No me puedo dormir. -Bueno, hagamos una pijamada. -¿Y qué hacemos en la pijamada? delatripa: narrativa y algo más

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-Comer galletitas y contar historias de miedo. (Cara de más miedo, dicho todo con pausas dramáticas y voz lenta y tenebrosa) "Había una mamá, con su hija. Estaban en su casa. De repente…¡Se escuchó un granadazo!" (Estallo de risa) JAJAJAJAJ…

- ¿Vamos a salir al parque? -No lo sé (En realidad es un 'no' disfrazado) ¿No te gustan las caricaturas y los payasos esos? - Sí, pero estoy harta de la tele.

-JAJAJAJA. Oye, ¡esa no es una historia de terror! -Ah, ¿Pero a poco no te dio miedo? (Reímos de nuevo) JAJAJAJA -Ahí te va otro granadazo. (Una flatulencia. Reímos más) JAJAJAJA. Domingo por la mañana

¡VOY A TRATAR DE ESCRIBIR, NENA, NO ME INTERRUMPAS! ¿Ok? Ejercicio de escritura automática: "La tele suena muy alto para mi gusto. Comerciales. El Chavo del Ocho en caricatura y/o un montón de payasos o muñequitas bailando, brincando o diciendo una retahíla de chistes sin fin (y sin mucha gracia). Los bailes sí tienen gracia, la mayoría. No son algo lleno de mucho arte, pero sí están llenos de proyección, energía y están muy marcados. 'Ta, ta, ta, taaaaa… Como usted diga querido profesor'. Una marcha, redoble de tambor. 'Paso redoblado ¡Ya!' En el programa de los payasos bailadores e hiperactivos, éstos pasaban de un lado a otro marchando y saludando como soldados a ritmo de reguetón… Chabelo tiene un concurso en el que unos padres de familia hacen los efectos de sonido mientras él va, según esto, narrando una radionovela. En su historia había un asesino, un animal herido, una escopeta, una escopeta cuata, una ametralleta, una granada y una pistola… En ese programa donde todos son hiperactivos creo que están tratando de ocultarnos algo." 8

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Motivacional Correr, correr, correr. Sí Se Puede. Pheneas y Pherb. Entusiasmo, positivismo, hiperactividad. Si caminas 30 minutos al día activas tu metabolismo, dicen. Caminar, caminar, caminar. Extraño poder caminar desde el Puente Guadalupe hasta la Biblioteca Magna o hasta Colegio Civil; desde F.U. Gómez y Colón hasta la avenida Las Torres esquina con Alfonso Reyes. Huir, huir, huir. Hay que leer mucho otra vez: revistas, periódicos, noticias en internet, libros de literatura, libros de texto, la Biblia, etc. Y también ver mucha tele: Mentes Criminales, Bones, La Ley y el Orden, Dr. House, Grey, Esposas Desesperadas, noticieros -de Televisa, Tv Azteca, Milenio, Multimedios, Tv Nuevo León. Trabajar mucho y estar con la familia hablando de cualquier cosa. Caminar, correr, huir. Una cosa es andar a mil por hora, con miles de actividades para evadir la violencia intrafamiliar siendo una adolescente. Eso es fácil, te enfrascas en esas actividades fuera de casa y ya. Pero oooootra cosa es evadirse de todo esto. La realidad nos escupe en la cara, queramos o no. Mi vida esta chida, mi ciudad y mi país, No. Y escribo con rojo porque ya me estoy pinche acostumbrando.


Juego de niños -¿Qué crees? (Con cara de angustia) En el recreo jugamos a que unos niños eran soldados y otros narcos. Y nos tirábamos papelitos. - Por eso estás estudiando tanto inglés, ¿Verdad? ¿Ya no quieres vivir aquí? -No, estoy harta de la guerra.

-Son cohetes… de veras. Los voy a poner en la tele. -Ya duraron mucho rato. -Sí, ya sé. ¿Ya los viste? Míralos, están en la tele. -Me están dando ganas de tirarme al piso. (Se tira al piso, detrás de la cama).

-Oye, shikipiki ¿Y quiénes ganaron, los narcos o los soldados?

-Mmmm, bueno (le paso libreta, libro, lápiz y borrador) pero sigue haciendo el resumen.

-Todavía no se sabe, hasta el otro recreo. ¿Tú quién quieres que gane?

Siguen sonando los cohetes.

-¿Me puedes pasar el osito?

-Pss lo mismo que todos: la gente.

En tres actos

Borrachos La cervecería cumple 120 años y lo celebra con un 'show de fuegos artificiales' de 20 minutos de duración. Al teléfono.

-Bueno, byeee… Weeey, que tronadera se está oyendo por tu casa. -Son los cohetes de la mentada cervecería, por el 120 aniversario. -Ah, la que compraron los extranjeros… Parece balacera, ¿No crees? -Sí, ni me quiero asomar a la ventana. -Ches borrachos, wey. ¿Cómo se les pone hacer eso en esta ciudad? -De seguro al güey al que se le ocurrió ni vive aquí. En fin, cuídate.

En un taxi.

-¿Vive por aquí? -Ya no tengo muchas ganas de seguir rentando acá. -¿Por el granadazo? -Pues es que parece chiste: Acto1, avientan un granadazo en la plaza. Acto 2, balacean a un poli y a uno de los viejitos que jugaban dominó en el kiosco-biblioteca. Acto 3, me entero que tratan de secuestrar a una chava a la vuelta de mi casa. Mejor me voy antes de que me entere cómo se llamó la obra. -Y lo malo es que no es chiste, es de a de veras. -Sí, imagínese; en una de esas me toca salir en uno de los actos. ¡No'mbre! -Ay, señito. Pues cuídese mucho.

Haciendo una maqueta y un resumen.

-Igualmente, que Dios lo acompañe.

-Suenan muy feo. delatripa: narrativa y algo más

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(…)

Fiesta En un taxi. Pasamos por una casa donde están asando carne.

-¡Uy, no'mas aquí antojando, mire!

-Mmmm…creo que ya sé por qué: hace mucho que no andaba caminando por las calles.

-Pues yo no tengo hambre, gracias a Dios. -No, pss si usted viene de fiesta, ¿verda'? -No, no'mas estaba en casa de mi tía. -Decía por el confeti. Traíamos confeti en la cabeza.

-¡Ah, no! Lo que pasa es que las niñas querían jugar con unos cascarones con confeti que tenía guardados mi tía. Y como ya casi no salen las pobres, pues mi tía les dio permiso de romperlos. -Es lo malo, ¿verda'? Hay lugares donde ya ni veo niños jugando.

Opciones -¡Ay, me dio mucho miedo el otro día! Había un chorro de patrullas en el Súper 7. -¡Ah! ¿El lunes que se robaron un Malibú en el estacionamiento? -No… el miércoles, cuando asaltaron a los cajeros… Silencio incómodo y cambio de tema.

Road Movie Credits (Recomendación: léase usando la Guía Roji o Google Map)

1. Música y Coreografía Miércoles 19 de enero, 2011 3:35pm (aprox.) Puente Corregidora, Guadalupe, N.L.

En serie Viendo CSI en la tele y hablando por teléfono.

-¡GUÁCALA! -¿Qué pasó? ¿Te dio asco ver al muerto? -Nop, me dio asco que ya no sentí ni tantito feo cuando lo vi. -Pues cómo no, si las escenas de ejecutados en los periódicos de nota roja son más asquerosas. -Y lo peor es que los ponen al lado de los dulces y las papitas fritas.

Libertad Caminando de regreso del super.

-Me siento feliz. Como relajada, libre… no sé por qué. -Yo también. 10

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Apenas llevo diez metros de haber entrado al puente. El tráfico no avanza. O es un choque o un bloqueo. Todos están rayando madres con el claxon, así que no es un bloqueo. Ya estarían bien traumados y calladitos Pasan cinco patrullas tipo Pick-up a toda velocidad por el carril contrario, en contra; es decir, en la dirección en la que voy. Llevan las sirenas y las torretas encendidas. Los conductores de los otros autos dejan de tocar el claxon. Prendo el radio, bajito el volumen, y lo cambio y lo cambio de estación -así, repetidamente- a ver si dicen algo sobre esto. Nada. Pasan otras tres patrullas, pero estas son tipo Tsuru y son de tránsito. Como si hubieran ensayado una coreografía, todos los autos empiezan a dar la vuelta


hacia la izquierda y a tomar el carril contrario para huir. Decido hacer lo mismo y llamar para avisar que tal vez llegue un poco tarde a mi trabajo.

2. Idea Original 3:45pm (aprox.) Crucero de la ave. Benito Juárez y el puente Corregidora, Gpe, N.L.

La bronca ha de estar aquí en Miguel Alemán. Mejor me voy por el puente Azteca. Mala idea. El tráfico en la avenida Juárez rumbo al puente Azteca comienza a hacerse más y más lento. Sigo cambiando la radio frenéticamente, mientras estoy al tanto de todo. Y con todo me refiero: al tráfico tan lento, al helicóptero volando bajo que rodea las cuatro manzanas que incluyen la manzana en que manejo… y los sonidos de sirenas que se oyen al frente, al lado, al otro lado y detrás. ¡Bueno, pero si soy una adicta al trabajo! No debería pensar en llegar a la escuela. Debería pensar en entrar al Soriana de aquí cerquita y resguardarme unos 15 ó 20 minutos, hasta que pase todo esto. Estando a dos o tres autos del semáforo de Lerdo de Tejada, el tráfico se detiene completamente y el semáforo está en verde. Suenan disparos. Me agacho un poco. Gracias a Dios, delante de mí hay una camioneta Peugot, que me cubre. Pobre del conductor de la Peugot. Antes de que alcance a quitarme el cinturón de seguridad dejan de sonar los disparos. Unos agentes de tránsito llegan y bloquean el paso. Miro el camellón desesperada. Es demasiado elevado para saltármelo con el Chevy. El semáforo está en rojo y los autos que están delante de mi parecen esperar el verde -¡Los muy idiotas! Como si los agentes los fueran a multar por tratar civilizadamente de huir y

salvar sus vidas-, así que empiezo a tocar el claxon para hacerlos reaccionar. Comienzan a moverse. Al momento que me toca dar la vuelta, veo los muertos como en cámara lenta. El recuerdo está algo desordenado: autos pequeños y de reciente modelo estacionados a media calle, vidrios rotos, pedazos de vidrios por todas partes, varias patrullas, muchos policías, un auto y una Pick-up de judiciales. Una camioneta del ejército, a lo lejos, y unos cuantos soldados. Me alejo a toda velocidad, el doble del límite permitido (otra mala idea… pudieron confundirme con un delincuente), y zigzagueo como loca, mientras lloro. Estuve a poquito más de una cuadra de distancia de la muerte.

3. Actuación Especial 7:45 pm (aprox.) Salón de clases. En inglés.

-Teacher, anda muy distraída. ¿Qué le pasa? -Me tocó la balacera del Soriana Lerdo de Tejada, el de acá de Guadalupe, por la estación del metro. -¡Ah!, ¿Necesita un abrazo? -No… Necesito a mi mami…

4. Edición y Mezcla (afterparty) Mércoles 26 de enero, 2011 9:30 am (aprox.) Salón de clases.

Estoy dando clases y comienzo a ver estrellitas: 1, 2, 3… más de 10. Jamás me había pasado. Siento los labios y la garganta resecos, como de papel. Me duele un poco la cabeza y me hormiguean los pies. Me veo más pálida de lo normal (dicen mis alumnos). Me siento mareada y como flotando. Debo ir al doctor. Tal vez sea la presión. delatripa: narrativa y algo más

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12:40 pm (aprox.) Consultorio Médico

-Trae la presión un poco alta. ¿Ha estado trabajando mucho últimamente? ¿Está pasando por un momento de estrés? -Mmmm… pues me tocó la balacera de hace una semana (estamos a 3 cuadras de donde ocurrió). Y también estoy a dieta, además, regularmente trabajo mucho. -Por tiempos: le voy más a la balacera. ¿Está durmiendo bien? -No… y ando más cotorra y chisqueada que de costumbre. Pastillas para dormir, B12, medicamento contra la presión alta, además de tener que tomarme la presión por tres días. El resto del día seguí mareada, pero ya no veía estrellitas. Al día siguiente todo estaba bien, incluso la presión. El doc me dijo que debo salir más de paseo. Meditación, patinar, incienso, tés, pastillas para dormir, ir a todas las fiestas de cumpleaños, ir al cine, más pelis en DVD y un cafecito al mes con las amiguis (o un tequilita): todo eso es uno de mis propósitos de año nuevo… si no funcionan, me voy a otra ciudad.

Ya me venadearon En el descanso de la escuela. El chico fuerte del salón

El otro día me secuestraron. Bueno, más bien 'me levantaron'… o sea, un 'secuestro express'. Salí de una fiesta allá en Santiago, nada más iba a ir por algo al carro. Cuando iba de regreso me subieron unos tipos con capucha a su camioneta. Traían pistolas. Me tenían acuclillado en el piso de la camioneta. Me bajaron la cartera, el Nextel y el celular. Luego me devolvieron la cartera, pero sin el dinero ni las tarjetas. Me dijeron que me bajara en 12

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un baldío y que corriera sin voltear. Fue el minuto más largo de mi vida. Pensé: 'Ya me venadearon. Me van a dar el tiro de gracia'. Pero se oyó que se alejaba la camioneta y llegué a la orilla. Me regresé a la fiesta. Mis amigos me 'echaron carro'. Pensaban que me había ido por ahí. Les dije lo que pasó y nos pusimos a dar vueltas en las camionetas a ver si los veíamos, pero pss ya nada. Sentí mucho coraje, mucha impotencia. Y ni cómo denunciarlos: no vi las placas y traían capuchas.

Con las manos vacías En una posada navideña familiar (diciembre 2010)

-Achis, ¿Por qué me das mi regalo de navidad? ¿No nos vamos a ver en navidad? -Es que anoche nos asaltaron a bombón (mi novio) y a mí. Estábamos en el carro y unos tipos golpearon la ventanilla gritando que nos bajáramos. Eran como cinco y traían dos pistolas. Gritaban muchas tonterías, todos al mismo tiempo. Me bajaron el Ipod (que todavía debo), el celular y la tarjeta de débito. Lo bueno es que la cancelé de volada. Ya merito se llevaban los regalos, pero en eso pasaron los del ejército. Nos quedamos callados, no fuera ser que estos tipos se alocaran y dispararan. Pero, apenas se fueron los del ejército y los tipos se largaron…feliz navidad, antes de que me los bajen.

Hasta el matrimonio Conversación al teléfono. Niñera.

-Hablo pa' felicitarte. Ya me contaron que te casas. Oye, pero que no te ibas a esperar a comerte la torta hasta el recreo. ¿Cómo que estás embarazada? -Pss, ya ves, después de que me andaban


queriendo secuestrar pa' estrenarme, dije: mejor que sea bonito y con mi novio a que sea con unos que quién sabe que me fueran a hacer, ¿No? -Pss siendo así ni Dios se te enoja, mi'ja. Menos tu mamá, ¿Verda'? -No, pos ni como.

Pesadillas Dos amigos. Un bar.

- Estoy teniendo pesadillas sobre todo esto, wey. - Yo también.

la gente decente, los que tocan el timbre. A éstos les vale: si no pueden abrir la puerta y quieren entrar, van a tirarla a patadas o a balazos o de un granadazo. -¡¿Y qué hacemos, entonces?! -Nada, quedarnos aquí tranquilas y esperar…a ver que pasa.

Protección En un parquecito.

-Oigo sirenas, como de la policia. Vámonos. -¿Por qué?

- Soñé que llegaban unos encapuchados y nos tomaban de rehenes a mi familia y a mí para zafarse de los soldados.

-Pss porque nos puede tocar una bala perdida.

- Las mías igual de raras: en una, un militar, como de alto rango, se convertía en libélula y en pleno vuelo empezaba a comerse las cabezas de las personas. Las personas seguían corriendo, decapitadas.

-La neta, hasta dentro de la casa nos puede tocar una bala perdida, si son narcos. ¿Has visto el tamaño de las balas de armas largas? Son del tamaño de una mano de mujer y atraviesan paredes.

En otra, pasaban grupos de soldados marchando y cuando se acercaban me daba cuenta que eran muñecos de trapo, como Woody, el de Toy Story. (…) - ¡Ingas! Ya no le sirvan más a este cabrón.

Plan de emergencias Dentro de la recámara de una casa. Afuera, una balacera. Sonidos intensos.

- Mamá: ¿Qué hacemos? ¿Y si se les ocurre venir a ocultarse aquí? Hay que poner doble chapa. - ¿Para qué? Las chapas están hechas para delatripa: narrativa y algo más

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El Amor en los Tiempos de Cólera En el coche. Estacionamiento.

-¿Y si me pongo cariñosa? -Pues... (se acerca, la abraza, la besa). ¡Chin! Ahí viene el guardia. -Mejor vámonos a la calle. -Me da un poco de pendiente. Ya ves, las balaceras, los asaltos. Mejor vamos a tu casa. -Ay sí, tú. -Nos ponemos a ver tele… es que, en serio, chiquita, no está bien quedarnos en la calle. -Bueno, pero te portas bien. -¡Claro!

Pequeña Broma Una oficina. El jefe y dos chicas.

piso. ¿Qué más hacía? Pero deberían dejarnos salir antes, al menos a las chavas.

-Ahí pasaron unos narcos. - (Las dos chicas, reclinándose sobre el escritorio, con las manos abiertas sobre el mismo) ¿Dónde? -(Risas) No sé, digo, supongo… por la avenida donde estamos, jejeje. -¡Ingas, se columpió, oiga! Yo ya mero me tiraba al piso. -(La otra chica, todavía asustada) Yo también. -No pues si hasta yo… ¿Por qué creen que siempre estoy viendo por la ventana?

Flexibilidad En una sala de espera.

A mi me toca salir de la facultad a las 10 pm. ¡Se la bañan! Es bien tarde. Ya me tocó una balacera. Pasaron balaceándose a un lado mío. Yo nomás apagué el carro y me tiré al 14

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Esta vida loca Rumbo a un concierto.

-Oye, que bueno que me pudiste acompañar. Me daba miedo venir sola y tenía muchas ganas de verlos. Y la neta, ya casi no salgo. -Es que a mí tampoco me gusta mucho este pedo de andar de noche… pero hay que salir. Dicen que esto va a durar unos cuatro o siete años más. Hay que vivir la vida. -Es que desde el granadazo me guardaba demasiado. Luego me tocó la balacera, rumbo al trabajo y me dije: hijoles, sin salir a otra cosa que no sea trabajar y ya mero me daban 'mortis'. Luego se me subió la presión, el estrés… y me dije: ya basta. -Yo ando igual. A lo mejor también me hace falta salir de la rutina más seguido para ver menos al doctor.


delatripa: ¿por qué el recurso de la minificción para mantener una memoria de la guerra estúpida desatada en la era calderonista de México? ¿Qué te motivó? A: porque me estaba evadiendo con mucho, muchísimo trabajo y ocupaciones (como toda una regiomontana típica y de cepa pura), y no me quedaba tiempo para escribir. Además, son cosas que me pesaba mucho pensar, procesar y escribir. La brevedad de la minificción es lo más que podía y puedo aguantar. delatripa: ¿la literatura te sirve como evasión? A: No cuando escribo. Cuando escribo trato de ver todo con honestidad y eso a veces es mucha crudeza. Crudeza que no siempre puedo manejar. Me sirve de válvula de escape, el escribir. Válvula de escape a la máscara social. Esa máscara que todos llevamos puesta para no ser unos animales

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Tres incisiones en una novela singular José Juan Cervera

La Revolución Mexicana, como episodio particular de un país que, como el nuestro, sigue estremeciéndose en profundas contradicciones, tiene mucho qué decir a la experiencia integral del género humano, pues el colorido que usualmente distingue a una parte acaba por matizar las líneas y los detalles del todo que la reúne junto con las demás, pero que no por tal motivo deja de interactuar con ellas. A su vez, la literatura que aborda dicho conflicto, especialmente la narrativa, recrea y expresa el desconcierto y los desahogos de esa masa anónima que se desdibuja tras los resonantes nombres de próceres y villanos, que la contundencia de la historia y a veces los resabios del maniqueísmo nos presentan con nitidez y enfática certeza, fundadas con frecuencia en omisiones y opacidades interesadas. Al michoacano José Rubén Romero (18901952) se le recuerda especialmente por su libro La vida inútil de Pito Pérez (1938) y por las versiones cinematográficas que de él se hicieron. Sin embargo, conviene revalorar el conjunto de su obra a partir de las cualidades intrínsecas que la hacen perdurable. Así, Mi caballo, mi perro y mi rifle, editada en 1936, es una novela que mitiga los apremios de cualquier lector ofreciéndole una escritura sobria y de gratificante frescura, cuyas imágenes hacen entrañable al protagonista y al ambiente que lo envuelve. El humor desplegado en sus pasajes amortigua al mismo tiempo la crudeza y el desánimo que la lucha armada depositó en la entraña de quienes la vivieron, cifrando sus anhelos en frutos que no se 18

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prodigaron proporcionalmente en todas las manos ansiosamente extendidas. El mismo Romero mostró en varias de sus creaciones textuales ese sentimiento ambiguo que sin duda tiñó repetidamente sus arrebatos patrióticos. La vida de un muchacho enfermizo puede parecer anodina en contraste con las gestas que las solemnes crónicas se afanan en referir, pero cuando aquella llega a entrelazarse con el movimiento que agitó los cimientos de una estructura de dominación que durante más de tres décadas definió el perfil político de nuestra república, emerge el relato de una existencia que discurre en las vicisitudes de la rutina campirana, con sus prejuicios y jerarquías, con las murmuraciones y los apegos familiares que atajan nuevas vías de entendimiento de uno mismo y de los demás, en un mundo en que la supervivencia cotidiana depende de la adopción de un papel determinado por las exigencias de clase y robustecido por el imaginario colectivo que legitima la desigualdad. Memorables son los pasajes del despertar lúbrico del errático Julián, personaje central que desplazó el acento de las criaturas del corral a las zagalas que transitaron sin sospecha en los reverentes pero volubles deseos de quien, por fin, contrae forzadas nupcias prefiguradas en una tarde lluviosa que presidió un ave fugitiva. Igualmente destaca, con todo su peso de alegoría, el incidente de la llegada al pueblo de un profesional que se dispone a compartir con él los libros que resguarda en sus anaqueles, pero que por estar escritos en lenguas extranjeras terminan por constreñir la


avidez lectora del joven que siguió preguntándose, por el resto de su vida, quiénes eran los autores que con entusiasmo nombraba su efímero benefactor. En tal contexto, la cruzada educativa emprendida por Vasconcelos en la segunda década del pasado siglo, en que lo mexicano y lo clásico universal parecieron avenirse convenientemente, constituyó una lúcida respuesta al imperativo del que Romero se hizo portavoz en el libro comentado. El autor ilustra la atmósfera social de la novela con la inclusión de tipos populares que dan verosimilitud a la trama urdida en torno a las reivindicaciones de las grupos subordinados, y por tal motivo asoman en los sucesivos capítulos la vecina engorrosa y el padre de familia bonachón, el cacique encumbrado merced a sus incontables marrullerías y el cura venal que se torna más visible en obras como ésta, cuyo travieso anticlericalismo se vincula con el que, con otros matices, la Revolución triunfante evidenció como efecto predecible ante los abusos de un cuerpo institucional reconocido por aquellos hechos que no suelen corresponder con el significado profundo de sus prédicas. Las tradiciones de los pueblos del Bajío afloran vigorosas en esta novela en que la gastronomía, el lenguaje coloquial, las canciones, la devoción aldeana y las representaciones colectivas de las formas habituales de relación con el entorno están presentes, confiriéndole a la novela un escenario multicolor que transfiere a la ubicua mirada del lector el valor afectivo que el terruño envuelve para quien lo habita. Sin embargo, el orden pueblerino fundado en el sistema de explotación agraria se resquebraja con el advenimiento de los revolucionarios del norte, partidarios del depuesto Madero y en busca de pelones huertistas. El entusiasmo que inflama los anhelos de Julián poco tiene que ver con la ruidosa adhesión de los lugareños que al poco tiempo decidieron no arriesgar su vida familiar y sus

pertenencias en aras de una militancia efectiva en las filas de los partidarios del nuevo régimen amenazado por infidencias bastardas. Pero el despojo de lo más preciado suele provenir de los puntales mismos de la opresión vigente, como la historia se ha encargado de ratificar ilustrando la desmesura de los apetitos despóticos. De tal suerte, el destino del encargado de la caldera del ingenio del pueblo se ensombreció por completo con un desventurado accidente de trabajo que lo arrojó a los brazos del movimiento vindicador, tras arrasar las precarias y sencillas fuentes de su satisfacción diaria, con las que contuvo durante años los horizontes apenas entrevistos en conversaciones ocasionales, que no lograron hacer apetecible la voluntaria salida de un mundo rutinario. La crisis imprevista abrió la brecha definitiva entre las expectativas del patrón y la utilidad contingente del asalariado, que en la desesperanza absoluta prefirió inmolarse en un nuevo viso de la contienda. De la mano de uno de los personajes secundarios, se observa también la transformación del camarada que, por el indolente influjo de la inercia, se incorpora al movimiento con el único propósito de defender la posesión de su caballo, hasta obtener los galones que lo elevan a un rango desde el cual se concede el lujo de menospreciar a sus antiguos cofrades. No es preciso encabezar actos heroicos para exhibir las rémoras de la condición humana que proliferan en tiempos de paz o de guerra: muchas veces basta desarrollar un fino olfato para detectar oportunidades no siempre convalidadas por el incómodo arbitrio de la ética. Un signo del saludable conocimiento de la cultura popular de otras partes de la república se advierte en la cita de una anécdota que la tradición oral yucateca transmitió con eficacia y posteriormente el doctor Eduardo Urzaiz consignó en su libro Reconstrucción de hechos, si bien no se puede afirmar que Romero lo hubiese leído al delatripa: narrativa y algo más

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momento de hacer mención de ella en su obra, ya que su primera edición es de 1936 y la de Urzaiz es de 1943, aunque los textos con que lo formó se habían publicado previamente en un diario local. Es probable que el novelista hubiese escuchado la versión de boca del mismo Urzaiz si es que llegó a conocerlo, antes de que éste editara el anecdotario; acaso se la hubiese relatado algún otro ciudadano de la península o bien, pudo haberla leído en otra fuente impresa que no haya sido el referido libro de anécdotas. Más allá de las conjeturas que al respecto pudieran aventurarse, la referencia al clérigo que, tras engullir un pavo asado exclama "¡Estuvo bueno el pajarito!", le permite a Romero aderezar los antojos y las conveniencias de Nazario, amigo del protagonista cuyo carácter acomodaticio lo distanció finalmente de él. En la novela de Romero, los animales y los objetos adquieren metafóricamente un recurso de expresión que los aproxima a las conductas humanas y, consecuentemente, a los valores y sentimientos que pueblan y guían su mundo interior. En semejante contexto, la vaca y el becerro cuchichean en torno a la cosmovisión del pequeño Julián, que de algún modo afecta su bienestar futuro ceñido a los ángulos del corral; el cañón y las ametralladoras hacen oír sus cuidadas voces de ostentación escénica, el máuser blasfema iracundo y las figuras que dan título a la novela intercambian ideas definiendo sus respectivas inserciones sociales: el caballo con el altivo porte y el consiguiente desdén que las clases acomodadas pretenden hacer valer sobre quienes no gravitan en su órbita; el rifle, investido de la arbitrariedad del que cumple los designios de quien lo empuña, endurecido por el uso de la

fuerza y sin reservas al punto de asumir misiones sangrientas. El perro, con la fidelidad que exalta su condición popular, sobrio y humilde, marcado por la penuria y la congoja, cifra trabajosamente su esperanza en el régimen que despunta. Con tal perspectiva, disiente de sus interlocutores, pero éstos infiltran en su ánimo el agudo filo de la duda. El desencanto que Romero deja traslucir en su novela es el mismo que producen los procesos revolucionarios por el cúmulo de equívocos que arrastran, y que se hacen palpables cuando los antiguos caudillos sientan a su mesa a sus adversarios, los que supieron mimetizarse hábilmente para conjurar la sombra de cualquier ajuste de cuentas. Sensación emparentada con la que, por ejemplo, recorre las páginas de Los dioses tienen sed, en que Anatole France describe los excesos de otra Revolución, la Francesa, que abomina de toda piedad hasta triturar a sus propios vástagos. No extraña, entonces, que sea el caballo de Julián, requisado a un terrateniente de la región, el que exclame con glacial certidumbre, cercenando la candorosa convicción del perro: "Cada revolución canoniza su mártir y forja su tirano". La recreación simbólica del amargo e inevitable trago se condensa al final de la obra, cuando el curtido revolucionario desciende del caballo, arroja su fusil e involuntariamente causa la muerte de su perro, replicando la mancilla que el pueblo recibió de quienes proclamaron defenderlo.

Bibliografía Romero, José Rubén (1991). Mi caballo, mi perro y mi rifle. México, Editorial Porrúa, 1991 [primera ed.1936].

"Cada revolución canoniza su mártir y forja su tirano". 20

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Releer poesía Adán Echeverría

Leer poesía es una tarea que requiere cierto entrenamiento. Mario Bojórquez

Justificar los malos textos pensando que el otro, el lector, no tuvo la capacidad ni el entrenamiento suficiente para poder acceder a las obras crípticas de las que nos jactamos, es de una total candidez. Es así como muchos autores van por el mundo, con una currícula de premios y publicaciones influenciando en la límpida mente de jovencitos y jovencitas que buscan adentrarse en el mundo de las letras vía la clase o el taller, y son engañados.

de los autores: creer que todo lo que escriben tiene el mismo nivel, la misma fuerza. En muchos poemarios sobresalen, con mucho, uno o dos poemas, y todo lo demás es de bajo nivel, no tiene la misma fuerza; esto quizá ocurra por el hecho de vivir en un país en el que uno no puede cómodamente detenerse años a escribir poesía nada más, carajo hay que luchar para comer todos los días. Y publicar, sacar lo que se tiene si seguir revisándolo.

En verdad que uno quiere pensar que aquello de "cierto entrenamiento" que señala el epígrafe de arriba tendría que estar referido al: dime lo que lees, dime cuánto has leído y discutamos; pero igual es muy falso. Todo escritor que se precie de querer serlo tendría que estar conciente de que se escribe con la simple idea de comunicar. Por supuesto que si tu currícula de premios y publicaciones la has logrado con esa capacidad de engaña-bobos que tan bien se aprende en el cinismo de la vida, se te antojará rodearte de pequeños escritorcillos en ciernes, a los que educarás en tus propias aguas, para volverlos tus alegres compadres, a quienes dar palmaditas que luego retornarán como aplausos y el círculo se cerrará a través de las ideas literarias que se comparten.

De ahí que surjan las ideas de querer apropiarse una beca: alaba a tu maestro tallerista, cuando sea tutor del Fonca, seguro te dará una beca, tus 7 ó 12 mil pesos mensuales, seguro te brindarán algo más de tiempo para pensar en descalificar al otro.

Los presupuestos ay, los presupuestos. He ahí uno de los grandes males que tiene la literatura. De todo libro se aprende algo, y me sostengo. Hasta de la mala poesía se puede aprender, se aprende de mirar los errores que los demás cometen, pero ¿qué es mejor, estimado lector, mirar la paja en el poema ajeno, o la viga en el propio? Nadie tiene suficiente capacidad, ni jamás la conseguirá, para decir: esto es o no es poesía, jamás podrá decirlo como la última palabra; pero goza de todo el derecho a decirlo si al final agrega: para mi. La poesía, toda, que se produce en México es una poesía de altibajos, que mucho habla de la vanidad

Así la crítica literaria es para sacar posibles competidores del camino. Si yo soy becario o tutor del fonca, maestro o alumno tallerista de la fundación de letras mexicanas, tengo un portal de Internet que critica poesía, seguro que, para los bobos burócratas, seré un maestro con currícula 'avesada' que me permitirá decir y desdecir de quièn es o no poeta. Pero cuando la crítica resulta ser: yo y mis amiguitos nos reíamos cuando leías tus poemuchos en el encuentro de escritores, ¿de qué estamos hablando? ¿Cómo pretendemos que eso sea crítica de literatura? Entonces la descalificación del otro poeta es con en el fin de quitar competidores que luchen contra mi por esos presupuestos, ay los presupuestos. Las diversas estructuras metodológicas para el análisis literario, cualesquiera que sean usadas para hablar de una u otra obra, siempre estarán cargadas de un enorme subjetivismo. Al final, la principal crítica es: para mi. Para mi esto no es poesía, para mí esto si es poesía, por eso y por esto otro. Me encanta la cara que pone el autor cuando el presentador habla de su obra, la cara siempre es de: yo jamás pensé en todo eso que dice, pero qué padre delatripa: narrativa y algo más

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que lo diga; para que al siguiente evento, yo mismo crea que en verdad pensé en todo eso que el presentador dijo, sobre todo a la hora de explicar la gestación de mi obra al periodista, mucho más si el periodista ni siquiera sabe de literatura sino asiste a cubrir una nota porque hay una lana de por medio, y una cuota de notas al día que le permitan hacerse de un salario. Es una realidad que tu bagaje de conocimientos de libros y literatura te hará tener las herramientas para poder disfrutar, para ti, de un poema o de una obra. Pero si el entrenamiento que dicen que tiene que tenerse para leer poesía fuera una necesidad intrínseca

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para poder acercarse a un libro de poesía, a un poema, entonces, para qué pensar en programas de Salas de Lectura y de Fomento, si los personajes neofitos jamás podrán leer poesía porque no cuentan con ese entrenamiento. En verdad que esa postura del entrenamiento no es más que un pretexto para ocultar las propias carencias, para justificar los pocos lectores a tu obra. A mi me queda claro: necesario es escribir pensando en un lector mucho más audaz que nosotros, un lector al que no se busque educar, sino con el que se busque compartir.


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La estética punk del mundo editorial Jesús Rito García

Hay ya demasiados libros. Aun reduciendo sobremanera el número de temas a que cada hombre dedica su atención, la cantidad de libros que necesita ingerir es tan enorme que rebasa los límites de su tiempo y de su capacidad de asimilación. Ortega y Gasset, Misión del bibliotecario, discurso. 20 de mayo de 1935

"Para este libro no se hizo ningún depósito ni se acató ninguna ley. Por lo tanto, sus derechos se van haciendo solitos y quieren crecer, así que puede ser prestado, regalado, compartido, leído en voz alta, reproducido, olvidado, fotocopiado, pintado, cantado, difundido y quemado". Alejandro Raymond. Que la noche nos encuentre viajando, autoeditado, 2010.

En México existen muchas editoriales independientes, que a pesar de las dificultades económicas y la falta de educación, que representa un bajo nivel en lectores, siguen publicando. No podemos olvidar que gracias a ellas se han dado a conocer escritores muy importantes en nuestra lengua. Y no sólo en México, podría asegurar que en todo el mundo.

primigenio. En realidad existen pocas editoriales, es algo muy nuevo. Antes, todo dependía de las publicaciones gubernamentales, las cuales difícilmente se encargarían del trabajo de distribución o promoción, por tal motivo los libros perecían en las bodegas. Aunque las publicaciones eran insuficientes, no había otra forma de realizar el sueño de todos los autores, ver su libro impreso.

Si tomamos como referencia a las editoriales comerciales, que bien sabemos que muchas iniciaron con procesos artesanales, podemos decir que ellas tienen todo a su favor. Aunque su eterno lastre será la selección. Dicha selección tiene que cubrir los requisitos de un buen trabajo literario, con mucho nivel y las posibilidades claras de ser rentable, por tal motivo, géneros como la poesía, la dramaturgia y el ensayo; difícilmente pueden alcanzar el tan anhelado éxito en ventas.

Bien podría darse el caso, hoy en día, ya que si las publicaciones gubernamentales no persiguen fines lucrativos, de formar un área de libros electrónicos, otorgándoles a los autores regalías similares a la publicación de mil ejemplares y que el dinero que se invierte en impresión, se utilice en la edición y promoción virtual, además de crear propuestas de bibliotecas virtuales en las comunidades alejadas, donde con dispositivos de lectura, se promueva tanto a los autores locales, como a los de la literatura universal.Porque el fin último es promover el gusto por la lectura.

En el caso de Oaxaca y su situación editorial, diremos que después de haber pasado la primera década del siglo XXI, muchos años después del invento de Gutenberg, apenas comienza a tener un ambiente editorial básico y

Citando a Virginia Collera en su artículo "El futuro de la lectura" publicado en El País (15/09/ 12), dice lo siguiente: "En la biblioteca Pública delatripa: narrativa y algo más

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de Nueva York, dos millones de volúmenes, que hasta ahora ocupaban ocho plantas de su sede central, serán trasladados a dos almacenes externos para así poder crear un nuevo espacio público [...] Donde antes había estanterías, habrá hileras de ordenadores, cafeterías y zona wifi."

principios del siglo XX. Como lo menciona Ortega y Gasset en su discurso Misión del bibliotecario1: "Si cada nueva generación va a seguir acumulando papel impreso en la proporción de las últimas, el problema que plantee el exceso de libros será pavoroso."

Por tal motivo, ahora el gobierno puede invertir en bibliotecas virtuales de calidad y promover el uso del internet en las comunidades alejadas, donde difícilmente habrá una librería o biblioteca pública bien equipada.

Por tal motivo, es interesante cómo las editoriales independientes, ahora siguen la línea de la estética punk del "hazlo tú mismo" incluyendo prácticas colectivas y explotando la experimentación de una manera infinita.

Viendo las posibilidades que plantean las nuevas tecnologías, se abren las puertas al mundo editorial oaxaqueño y a todos aquellos lugares que antes estaban olvidados por el libro impreso.

En ocasiones haciendo uso del copyleft, dejando a un lado los fines comerciales del copyright, que sólo beneficia a las grandes empresas que utilizan los bienes culturales a su antojo, propiciando el betselerismo que no ayuda en mucho a la literatura.

A nuestro estado ya no le tocó vivir la problemática de las metrópolis del mundo a

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Misión del bibliotecario, discurso inaugural durante el Segundo Congreso Internacional de Bibliotecarios de la International Federation of Library Associations and Institutions(IFLA), en el paraninfo de la Universidad de Madrid, el 20 de mayo de 1935.

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Tratamiento eficaz Aarón Rosette

Deseando escuchar una explicación racional, Antonio llegó al consultorio del doctor Robleda. La noche anterior soñó que volaba por encima de su casa, y en esa ilusión pudo ver una pelota roja extraviada en la azotea. El sueño le pareció tan real que, para salir de dudas, esa misma mañana subió al techo y palideció al encontrarse con el balón rojo que había soñado. El preocupado hombre se recostó en el diván del psicólogo y contó lo sucedido. Robleda poseía un aire intelectual, quizá por los anteojos, la barba, las canas o su excesiva seriedad. En el escritorio había un reloj de arena, un péndulo de Newton y varios portarretratos donde posaba sonriente junto a su esposa; en esas imágenes el doctor llevaba el mentón rasurado y el cabello castaño. Por la apariencia actual del psicólogo, Antonio dedujo que eran fotografías de tiempos lejanos. Entre las blancas paredes del consultorio, Robleda se emocionó con la historia de su paciente, al cual le preguntó: ¿Has escuchado hablar de los desdoblamientos? Antonio negó con la cabeza y el médico le explicó que los desdoblamientos son experiencias en las cuales el alma se despega del cuerpo. El psicólogo le ofreció un método para controlar los desprendimientos anímicos. En un principio, Antonio no estaba convencido de querer repetir la experiencia. Después de persuadirle, Robleda le regaló un libro que 28

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mostraba con detalle rutinas para aprender a desdoblarse de forma consciente. El texto contenía ejercicios respiratorios y de meditación, incluyendo además algunas posturas de yoga para relajar el cuerpo y hacer fluir los pensamientos. Con el paso de los días Antonio transformó su espíritu en un andariego nocturno. Aunque, por precaución, los recorridos no iban más allá de su espaciosa casa. Salir a la calle era un paso que debía tomar con cautela y para ello era mejor esperar la confianza que da la costumbre. Al cumplirse el plazo impuesto por Robleda, el paciente regresó al consultorio para informar sus avances. El psicólogo le recibió sonriente y con la barba afeitada. Después de escuchar que el joven se había vuelto experto en desdoblarse pero aún tenía miedo de salir a la calle, señaló: Has avanzado mucho, pero debes confiar más en tus capacidades. Esta noche vas a desdoblarte, saldrás de tu casa y darás un paseo. La distancia que tú quieras, una cuadra, dos, lo que consideres. Lo importante es que trates de disfrutarlo el mayor tiempo posible. Cuando termines, no importa la hora, llámame. Emocionado, el médico apuntó su número de celular en una tarjeta y se la entregó a Antonio. Antes de iniciar el desprendimiento, Antonio hizo una hora de ejercicios para relajarse. Lentamente fue desprendiéndose del cuerpo


y pudo salir de su casa atravesando la puerta principal, como hacen los fantasmas en las películas. Estaba tranquilo y hasta entusiasmado. Caminó -o más bien flotó- por la banqueta. La calle estaba vacía y tuvo la idea de espiar a una vecina que siempre le había gustado. No, hay que obedecer al doctor. Ya habrá otra oportunidad.

caminando con dificultad, como una marioneta a la que recién le cortaron los hilos y estaba aprendiendo a sostenerse por ella misma. La figura empezó a mirarse con asombro los dedos de las manos, las palmas y los brazos. El espíritu de Antonio estalló en un grito de locura y desespero. En la habitación, solo hubo silencio.

Transformado en espíritu, se sorprendió de que los perros ladraran al pasar junto a ellos, no podían verle pero captaban su presencia. Lo mejor fue descubrir que los gatos sí distinguían su forma anímica, lo miraban fijamente y huían despavoridos cuando se acercaba. Gozó como niño haciendo travesuras. Después de un rato decidió regresar.

En medio de un solitario departamento, el doctor no pudo conciliar el sueño y esperaba ansioso la llamada de su paciente. El teléfono sonó. ¿Eres tú Antonio?, dijo al contestar. Al otro lado de la línea un nuevo ser intentaba articular palabras. Con un balbuceo ahogado el cuerpo pronunció un nombre. Al escucharlo, Robleda sintió el aroma de una felicidad reencarnada y comprobó la eficacia de su tratamiento. El médico comenzó a llorar. Antonio fue testigo del conmovedor reencuentro, atrapado para siempre entre la angustia de saberse nada y el horror de comprenderlo todo.

Antonio llegó a su habitación y observó, con ojos invisibles, la cama vacía. Su cuerpo había desaparecido. Paralizado por el miedo y la incredulidad, escuchó abrirse la puerta del baño. Apareció el cuerpo desnudo,

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Mínima muestra de Rotulando el silencio en la orilla letal de la palabra: Poetas mexicanos nacidos en la década de los 80´s Federico Corral Vallejo En los primeros meses del año 2000 me empezó a rondar la idea, de elaborar una antología, cuyo fin era reunir a ochenta poetas nacidos en los ochentas y conforme fue pasando el tiempo, el trabajo de arduo se tornó agotador. Si bien tal antología no pretendía ser un ensayo crítico impregno de referencias académicas al calce de cada autor, al menos su objetivo si era llevar a cabo una investigación seria que nos permitiera un acercamiento a los más de cien autores aquí registrados, en su mayoría con dos o más libros publicados. Algunos ya con reconocimientos como el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, (entre otros de importante trayectoria), Becas Estatales y Nacionales, Residencias Extranjeras, así como Títulos Universitarios, lo cual puede o no significar, pero desde el punto crítico y desde la perspectiva curricular, es importante. Otro plus de tal proyecto, es que la mayoría de los recopilados son universitarios; pero, lo que verdaderamente aporta este trabajo antológico es la riqueza de nombres y el equilibrio de género, además de los puntos cardinales donde han visto la luz primera los autores, partamos de que tal investigación abarca una década poética. Véase este volumen como un acercamiento literario de una generación joven cuyo destino no sé si como premio o castigo, es ser poeta-. A estas alturas de mi vida, no sé si sea cierto o falso que "el poeta es un pequeño dios…"1 lo que sí sé,

es que el poeta es un ser humano común y corriente, que tiene que trabajar para poder vivir, que sufre, ama, se deprime, sueña y fenece como todos los mortales; el único privilegio es que "tenemos un solo recurso frente a la muerte: hacer arte antes que ella."2 Hoy que el tiempo ha permitido que la ensoñación de antaño sea una realidad que puede palparse a través de estas líneas, espero que esta tarea autoimpuesta, sirva para agrandar la memoria de la literatura mexicana. También espero conocer a los aedos elegidos para: "dialogar con ellos acerca de su obra, su vida… y, en general, acerca de cualquier detalle que ilumine su carácter o personalidad artística…"3 en fin. Como se podrá apreciar la generación de poetas mexicanos nacidos en la década de los ochenta es generosa, no así esta selección, pues las selecciones siempre serán egoístas y caprichosas, marginales y excluyentes; y, Rotulando el silencio… no es la excepción; sin embargo, espero sea un acierto, aún y con las ausencias que siempre son reclamadas por los ecos faltantes. En torno a ello, Gabriel Zaid acota que. "Las antologías suelen ser obras de arte efímero, fiestas, juntas se sombras, asambleas convocadas para una sola vez, que una vez celebradas, se disuelven…"4 Afortunadamente, día a día se hace más palpable la celebración de la palabra, por medio de la poesía. En este rubro de celebración nació este breviario versil que intenta "Rotular el

1 Huidobro, Vicente. Poética y Estética Creacionistas. 1ª edición, Colección: Poemas y ensayos, UNAM, México, 1984. p 19. 2 Char, René, 1ª Edición, Elogio de una sospechosa, Versión parafrástica de Guillermo Rousset Banda y Philippe Cheron, UNAM, Colección: Poemas y Ensayos, México, 1987. p 22. 3 Carballo, Emmanuel. Protagonistas de la literatura mexicana, 1ª edición, Segunda Serie de Lecturas Mexicanas, Ediciones el Ermitasño & Secretaría d Educación Pública, SEP, 1986, México, p 9. 4 Gabriel, Zaid, Asamblea de poetas jóvenes de México, 2ª edición, Siglo XXI, México, 1982, p 11.

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silencio"5 con ecos de lenguas y sentires de más de cien poetas, aparentemente jóvenes, digo aparente porque las vivencias de esta generación, rebasan por mucho a las que los anteceden. Hoy por hoy, este tipo de recopilaciones son una tradición en la literatura mexicana, baste enumerar: Antología de la poesía moderna de Jorge Cuesta, 1928; Poesía en movimiento de Octavio Paz, 1966; Poetas de una generación 1940-1949 de Jorge González de León, 1981; Asamblea de poetas jóvenes de México, de Gabriel Zaid, 1982 y recientemente las antologías de Juan Carlos H. Vera, que con -Ecos de voces: Generación poética de los sesentas, 2004 y Animales distintos, 2008-, nos entrega un croquis literario de tal generación. Amén del Mapa poético de México: Del silencio hacia la luz de Adán Echeverría y Armando Pacheco. Como se puede apreciar, en todas las épocas de nuestro historial literario, siempre han existido autores interesados en presentar antologías poéticas, más allá de los egos, persiguiendo un perfil, una temática, una estructura, una generación ya por fecha de publicación, o por fecha de nacimiento, desde un criterio íntimo claro está. De tal manera que la presente recopilación, intenta entregar un racimo de letras negras impresas en papel blanco, que buscan "en la orilla letal de la palabra…"6 encontrar su propia voz, su tono y su estilo, mismos que habrán de madurar con el paso del tiempo y sobre todo con la experiencia de vida y el bagaje de lectura adquiridas desde su trinchera creativa, porque el oficio existe y salta a la vista de cualquier lector sapiens en teoría literaria; sin embargo, no hay que pasar de largo el cáncer de todas las épocas pues: "…en términos de conjunto hay un desplome histórico: hasta los poetas más mediocres de las

generaciones anteriores sabían hacer cosas que hoy parecen esotéricas, por ejemplo: rimar, acentuar, medir…" 7 Naturalmente hay una minoría que si tiene noción de ello, pues su sentido artesanal del verso y la metáfora se ven reflejados en su trabajo poético, además de su bagaje cultural. Habrá que empezar la lucha contra la ignorancia, ya que tal desolación se debe a la ausencia de lecturas y al repentino interés de la edición, si todos los que publican leyeran mil versos por cada uno que escriben, otra sería la visión creativa de la poesía actual. Rotular el silencio es sin duda una de las metáforas más impactantes con las que me he encontrado en mi vida, que decir de en la orilla letal de la palabra cuya profundidad es inminente; por ello es que decidí amalgamar dichos versos de Sor Juana y Gorostiza para titular este racimo de palabras, que en menos de un suspiro, de imberbes se tornarán maduras; creo que en el plano del madurar, ser parte de un grupo o generación siempre causará polémica, sobre todo cuando la punta de lanza empieza a sobresalir y los nombres que se barajan entran al periplo infinito del gusto literario, o las conveniencias y los reflejos, pero, el talento no está reñido con un trabajo evolutivo y continuo. Aquí tenemos por ejemplo a: Iván Cruz Osorio, Distrito Federal, 1980. Ivi May, Mérida Yucatán, 1980. Javier Peñalosa, Distrito Federal, 1981. Jorge Solis Arenazas, Distrito Federal, 1981. Elman Treviño, Los Mochis, Sinaloa, 1981. Sergio Téllez-Pon, Distrito Federal, 1981. Alí Calderón, Distrito Federal, 1982. Óscar David López, Monterrey, Nuevo León, 1982. Manuel Parra Aguilar, Hermosillo, Sonora, 1982. Dalí Corona, Distrito Federal, 1983. Inti García Santamaría, Distrito Federal, 1983, y Miguel Ángel Ortiz, Durango, Durango, 1984;

5 Cruz, Sor Juana Inés de la, Poesía Lírica, Editor José Carlos González, Rie-México, México, 1980, p 34. 6 Gorostiza, José. Muerte sin fin y otros poemas. 1ª edición, Fondo de Cultura Económica, Colección: Lecturas mexicanas, México, 1983, p 120. 7 Gabriel, Zaid, Asamblea de poetas jóvenes de México, 2ª edición, Siglo XXI, México, 1982, p 21. delatripa: narrativa y algo más

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quienes a paso lento pero seguro, han logrado ser parte una memoria estatal y posterior de un ente literario nacional; sin embargo, habrá que poner singular atención a las obras venideras de: Daniela Camacho, Culiacán, Sinaloa 1980. Lizeth Sánchez Reyes, Chilpancingo, Guerrero, 1980. Iliana Villanueva, Chihuahua, Chihuahua, 1980. Elizabeth Delgado Nazario, Cuernavaca, Morelos, 1981. Ana Bertha Gómez Cavazos, Nuevo León, Monterrey, 1982. Luis Téllez, Naucalpan, Estado de México, 1983. Rodrigo Cano Márquez, Distrito Federal, 1984. Miguel Gaona, Saltillo, Coahuila, 1984. Ileana Garma, Mérida, Yucatán, 1985. Yaxkin Melchy, Distrito Federal, 1985. Manolo Mugica, Distrito Federal, 1985. Gerardo del Real, Ciudad Obregón, Sonora, 1986. Manuel de J. Jiménez, Distrito Federal, 1986., y por supuesto a Fernando Trejo, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1985, quien desde mi perspectiva crítica ha logrado crear un estilo que nos permite reconocer su trabajo poético, enhorabuena. Ya se encargará el tiempo de hacer crecer a quien tenga que llegar a una alta estatura, no sólo poética, sino retórica, gramatical y literaria. Esperemos con paciencia que la vida pase y nos hagamos viejos, para revalorar el pasado, de cada autor aquí citado. Aclaro que la carga erótica que posee esta recopilación, llegó sin ser invitada, pues ni siquiera se pretendía que el libro fuera un trabajo temático; tal situación conlleva, no al despertar sino al experimentar la edad de la hormona humana, como dijera Octavio Paz: "Agua y sexualidad no son sino manifestaciones de la energía natural que hay que captar y aprovechar.

El erotismo es la forma de denominación social del instinto, y en ese sentido puede equipararse a la técnica (…) es por ello que los dos se desnudaron y besaron porque las desnudeces enlazadas saltan el tiempo y son invulnerables"8. Dejo en sus manos a estas nuevas voces en su mayoría indagando a Eros, con quien buscan, insisto, Rotular el silencio en la orilla letal de la palabra. Cabe acotar que los poemas aquí seleccionados, uno por autor, pues la lista sigue creciendo y este intento de Rotular el silencio… se ha convertido en el cuento de nunca acabar; retomado la idea, los poemas aquí antologados han sido escritos entre los 20 y 25 años y por lo tanto serán mínimos los poemas que logren rebasar la frontera del tiempo, de mismo modo que han sido escasos los grandes poetas editados a esa edad, pues lo mejor de su obra está gestándose en un futuro no lejano, sin embargo habrá que revisar este trabajo a 10 años de distancia, por decir alguna fecha posible, para ver cuántos y quiénes siguen vigentes en el difícil mundo de la literatura mexicana. Por lo pronto dejo a consideración del lector esta mínima muestra versil de los poetas mexicanos nacidos en la década de los 80´s que ya están Rotulando el silencio en la orilla letal de la palabra:

8 Paz, Octavio Gabriel, Un más allá erótico: Sade, 1ª edición, Editorial Vuelta, México, 1993, p 19.

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Me gustan los hombres

Herida

Margarita Valencia Triana, Tijuana, Baja California Norte, 1981.

Daniela Camacho, Culiacán, Sinaloa 1980.

Nací con una herida entre las piernas con los ojos enterrados en la noche con los labios empolvados de miseria no lloré no apreté tu dedo con mis manos ni siquiera desperté nací dormida nací callada nací poeta hoy por fin abrí los ojos desempolvé mi boca y gemí sin pausas sin pudor

Me gustan los hombres con cara de muñequita de porcelana con cuerpos de alfileres con ojos espléndidos, brillantes, hundidos y ungidos. Me gustan los hombres que parecen mujeres y las mujeres altas, mujeres-mujeres.

Horizonte Anaïs Abreu D'argence, Distrito Federal, 1982.

arriba un finísimo cielo enrojecido sin miedo

un grito evocador brotó de entre mis piernas sangre viva de ese pozo hipnotizante que te abraza que te hunde en el infierno escondite sagrado de piedras y hojas secas herida que destila placer herida que no sana que te embriaga aquí entre mis piernas

abajo la tierra donde se germinan besos como árboles frondosos también a veces un mar con su instinto de oleaje paulatino tus labios ese horizonte de carne donde estalla la mirada cíclope de mi sexo.

Putas para Eleusis Antonio Escobar, Puebla, Puebla, 1982.

En tu ciudad de carne Armando Pacheco, Estado de México, 1980.

V Déjame invadir tu ciudad de carne, invadirla de noche porque en ti las palabras se graban con la lengua en oraciones esparcidas por el sudor que bebe tu lecho.

Trabajas los días las horas los misterios cantas palabras exactas en cada verso caminas mil veces los dos metros de tu celda los jardines de tu reclusorio invades con versos centelleantes y miradas a Pisa Cabalgas sobre las horas de tu muerte en ciernes Cabalgas un equino llamado Isabel Santa Cabalgas hacia la locura superior de los dioses Cabalgan tus versos sobre Yeats Elliot y Joyce Sí, llegaron tus cantos a las fiestas de Eleusis y se vuelven parte de sus misterios tus versos para cantarles a Perséfone y Demeter aquí, en esta lóbrega ciudad de Washington donde los ánades cruzan el cielo en estrépito ¡Y tú, Ezra! le pides a tu celador putas para Eleusis porque sabes que esta vez no llegarán las vírgenes. delatripa: narrativa y algo más

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Como una chingada

Oda al coito

Ana Bertha Gómez Cavazos, Nuevo, León, Monterrey, 1982.

José Miguel Lecumberri, Distrito Federal, 1981.

A veces tu ombligo me sirve para crearme una lluvia, y cuando la miel no es tan amarga en los botones del [rocío busco una salida a tu húmedo libídine pero todos los caminos se empeñaron en llevarme a tu pecho, donde tenía lugar el estreno de una conflagración a la antigua usanza de los trágicos griegos, las flamas eran leña consumida por la savia y la savia se [vertía en un brazo de río, que asemeja el hundimiento de un dios poderoso en las profundas grietas del [inconsciente, y en los habitáculos clandestinos del amor, en los que un jadeo contiene las proporciones cósmicas [del alma.

Como una chingada, como dos, como tres, como siempre. Me vale maaadre ser cursi. Estoy jodida, lo sé. ¿Qué quieres de mí? ¿Qué te escupa un beso amoroso en los labios? Malditas sean mis pinches dagas de goma. Sí, como dildos aguados que no te pueden dar una muerte por asesinato pasional. Por eso te digo como una chingada, como una jodida, como una cursi, que un día te veré amanecer…

Soy un ser etéreo Rubén Márquez Máximo, Puebla, Puebla, 1981.

Soy un ser etéreo cuando tus piernas se funden con mis piernas cuando tu boca libera libaciones y te vienes tranquila despejada mordiéndome tristemente jugosamente la realidad de nuestros cuerpos.

Con el culo atascado con el cañón de una pistola -de agua, sólo que fueray te voy a disparar para sacarte toda esa maldita mierda que te injertaron varios pendejetes publicistas y que te alejan de mí.

Anuncio clasificado Esaú Hernández, Villa de Álvarez, Colima. 1982.

Busco novia que tenga tatuado el vientre con un hongo y una luna; que sea blanca como la sal; y traiga por vagina un mundo...

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Invocación

Cuerpos sin nombre

Ismael Serna, Ciudad Obregón, Sonora, 1982.

Sergio Loo, Distrito Federal, 1982.

io te invoco a veces sordo cegado por nostalgias pardas inmune pecho de caricias io te mudo de habitaciones

Cuerpos sin nombre difuminados en las sábanas. La cama queda lista para que dos, algunos dos,

i algunas tardes graves me encontraron desnudo sobre tus callejuelas asesinado por tus tacones

algunos hipotéticos dos; tú y yo, por ejemplo, crucen en ella la noche.

desbocado por tus labiales en tus vestidos muchos cuerpos han cruzado sin encontrarte io te niego i canto tu balada de sicarios recuerdos

Gangbang, papacito Óscar David López, Monterrey, Nuevo León, 1982. A Rodrigo Violante

Flexiona tu control emoto en este arsenal de gel y placer a coro: mi pistola está lista un fruto de supermercado erecto y en llovizna hacia tu ojo y cada cartucho un asalto y cada vagón nuevo pelo y cada embestida olé olé olé sólo necesito que me entregues todo sólo necesito que me entregues todo como sea habrá disparo.

Comprendo que soy... Jonathan Lomelí López, Guadalajara, Jalisco, 1983.

Comprendo que soy héroe sin disputa como tú eres hechicera sin brebajes pero quién necesita vastos trajes vale más, amor, ser hijo de puta. Heroísmo son mi piel y tus ojos jugando al tiro al blanco de los sexos desculando angelitos de hinojos poniéndole al infierno sus anexos. Nací para el tabaco y tu vagina para tus muslos blancos y saliva soy héroe de amor que regala espinas (ser amante a la antigua no es mi ruta) me gustan brujas o en una esquina no seas niña buena ¡se mejor mi puta!

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aMaría Rodrigo Cano Márquez, Distrito Federal, 1984.

El sabor de sus muslos fue habitando el horizonte, el diario se fue tiñendo gradualmente con los sabores de su pubis. Sin darme cuenta la presencia de aMaría se fue apoderando de la casa, al grado de confundir una puerta con un abrazo, una ventana con un labio, un florero con sus caprichos, y por fin, todo se fue poblando de esencias.

Faligrama Manolo Mugica, Distrito Federal, 1985.

Logré de alguna manera habitar en aMaría, verterme en su interior, llegar al fondo de su cuerpo, perder dirección en los caudales de su ombligo, atracar en sus pezones, celosos céfiros encarnados. aMaría, tierra sin limites donde pierdo las fauces del olvido.

Nueva sangre Miguel Gaona, Saltillo, Coahuila, 1984.

(b) Cuando viajas o faltas unos días es mi traje de amante el que entristece: al otro, bajo el hierro diario de la plancha aún le consuela el hierro de esa plancha familiar a tus ropas. Pero el traje de amante, por desgracia sigue fúnebremente colgando en el ropero como ahorcado.

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Alberga la verga en tu boca, deja que te habite, que te amueble las trompas, los intestinos, alójala en el calor de tus senos, r e d o n d o hogar, hemisferio de la existencia, c e n i t de mi desesperación. Clava tus ansias aquí, en el pináculo de la lujuria, punta malva que erupciona nieve, volcán que saciado entristece y duerme. Atrévete a c r u z a r el puente del deseo, cambiémonos la piel, que se nos enreden las venas, la saliva, que se nos enreden las caderas hasta dislocarnos la sangre y arrancarnos los dientes. No temas, es una escalera de carne donde el último escalón lleva al cielo, te prometo eyacular nubes para que te crezcan alas y vueles con t u gemido. Musa inmaculada, virgen voluptuosa, dejo en tus manos y tu c u e r p o l o s s a l m o s d e l amor. ¡Escribe ahora con mi falo, los evangelios de tu infierno!


Bajo tu falda Christian Peña, Distrito Federal, 1985.

Bajo tu falda abandoné la infancia. Supe de secreciones, del olor que produce el cuerpo cuando aumenta su temperatura. Mamé la oscuridad entre tus senos. Llené de espuma la oquedad de tu vientre. Chupé el hueso encarnado del amor correspondido. Incendié el mar contigo: la noche era una hoguera interminable, los barcos eran llamas que se hundían.

De cuaderno invertebrado Fernando Trejo, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1985.

Cardiograma sobre un espejo al salir de la regadera Eduardo de Gortari, Distrito Federal, 1988.

Escribir siempre es dibujar sobre un espejo empañado Escribir siempre es verse en un espejo empañado donde unas cuantas palabras dejan que asome el reflejo Escribir siempre es pasar tus dedos por la humedad del vidrio sin importar que se evaporen tus huellas Cuando eso pase tú también te habrás ido

Persuasión viril en noche sintética. No me interesa conocer la calle en la que vives. Sólo quiero tocarte con la punta de mi cuerpo erecto. Andar así. Con un montón de penes apuntándote a la boca.

Lugar común Hace unas horas que la cama es un lugar común. Tus nalgas quedaron sentadas en el hueco mismo de este pecho. Y ya no sé de ti. El espejo apunta rojos candelabros, por ese rumor de puta que te cargas. Anda ven. (Matémonos el 1 al otro).

La sangre dislocada

Rashomon Daniel Malpica, Distrito Federal, 1988.

La noche que arde, desnuda, entre mis sábanas.

Linda, hace unas horas aquí estabas todavía. Aquí en donde está mi mano que aprieta este silencio. Aquí donde la ventana rota limpia la mano del pecado. Hay una voz que sorda, gime: (Yo no fui el de la sangre, yo no soy la sangre).

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La culpa Izcoatl Jacinto Vergara, San Miguel Totolapan, Guerrero, 1989.

Un poco, sólo un poco, bien adentro, hasta la retina, proyectándose hacia el abismo de la mirada que no quiere hacer contacto. Menos, mucho menos, desde las risas, a partir de los abrazos que parten sin retorno, entre su inexistencia y el empezar con lo mismo. Otra vez.

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Excitación de los pronombres Christián Alejandro Rea Vallejo, Hidalgo del Parral, Chihuahua, 1992.

YO, pOr EjEmplO, AndO IncEndIAdo dEsdE hAcE mUchO tIEmpO, dEsdE El vIEntrE hAstA El AlIEntO. TÚ, sIn mÁs nI mÁs rOmpEs UnA vElA, jAdEAs cErIllA cOn lA bOcA AbIErtA, mIEntrAs tU pAbÍlO gOtEA AngUstIAs pOr lOs OjOs. ÉL, AtrAvIEsA UnA flAmA cOn pAsO lEntO y sU cAbIzbAjA cAbEzA fOsfOrInA ArdE InEspErAdAmEntE. ELLA, EnsEñA sUs pEzOnEs y El pErfUmE dE lOs mIsmOs, UnA vEz mÁs ExcItA Al AIrE, Al AgUA, A lA tIErrA y Al fUEgO…


La indeterminación de lo variable. Julio Bravo.

Liviana sin pliegues la totalidad de la noche, encrespada y altiva va dejando en la espalda de los montes diurnos su savia azur; entre los infantes y abuelos se derrama una luna de leche con nata de estrellas. A esta hora de la madrugada, dentro de casa, en el interior de los tibios edredones, muchos adoran su sueño de almendras. Aquí, ardiente sobre mi cara el retozo lúdico calienta el hambre y la sed, los afilados torsos de fuego estilizan el pescado y el pan que llevaré a la boca de mi espacio. Entre escamas hervida agua de río; la lengua lame recreando el mito, erizando tildes: pronunciando el acento que es un relámpago. La literatura chasquea en los tizones, la literatura lluvia de abecedarios que empapan la nuca de hombres, cosas y árboles. Mi descanso edifica un templo, entonces, la narración es un follaje de voluptuosas cebras, fruto molido en la conciencia de arena. No pretendo dormir, no ahora que puedo interpretar el mundo, la historia duró lo que la noche. La literatura de la imaginación es cómo éste inicio de palabras encontradas, éste inicio que he pretendido como una oda al ser creador. Ahora bien, lo que continúa es una variación de ideas, disertaciones desérticas e intentos de buen tino. La obra de Iliana Vargas se conjuga en la imaginación, siempre ahí, tal parece que esta forma de inventar historias le permite transitar por los rumbos de la fantasía y el misterio. Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma publicado por el Fondo Editorial Tierra Adentro es su primer libro como autora de literatura fantástica en México.

Todo esto me hace recordar la charla en la presentación de El tamaño del crimen de José Luis Zárate donde Verónica Murguía decía que: "la literatura es un ser que tiene vida." Si bien es así, la lectura del libro de Iliana nos hace pensar lo mismo, hay en él una cosa extraña que circunda los cuentos; que altera sin más el mundo de los personajes. Esa vida indescriptible que tiene el libro de Iliana me tomó por los ojos, estrelló su cara contra la mía, fijamente sumergidos éramos una laguna esmeralda encuadrada en un pulcro blanco. Y mi atención rodó como bodrio tropezando sobre cañadas, acabé estampado en una cascada por vestido. Lo que entiendo en Iliana es una reelaboración del acto creativo, ella se ha preocupado por no sólo encontrar un lenguaje, sino un nuevo desempeño en la acción narrativa, en el uso de la sintaxis se encuentra un cambio, arriesga lo sobrenatural, lo bizarro en una simplicidad que en momentos presenta una suavidad poética. El inicio de su quinto cuento lo confirma: "El nombre llegó a mi boca desde que sospeché que mi vientre se abultaría hasta redondearse, endurecerse y crecer estorboso. Lo pronuncie despacio, casi en silencio; luego más fuerte, separando cada silaba, y al final lo escribí para ver como se leía…" Acaso no hay aquí una necesidad de escribir por auto dictamen, una especie de nerudismo forzoso, escribir para sentirse vivo, escribir porque algo nace y es necesidad hacerlo memoria. La escritura no es más que la afirmación del lenguaje oral, el aspecto tangible de lo que podrá ser perdurable. "Nació la palabra en la sangre, creció en el cuerpo oscuro,

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palpitando, y voló con los labios y la boca." En estos versos de Plenos poderes de Pablo Neruda el poeta trata de escudriñar el inicio del lenguaje, aquel que todos llevamos dentro, aquel con el que nos comunicamos. La obviedad es plena, pero no está de más posicionar que la labor del escritor va y viene, en el proceso de ir desentrañando esa voz que apenas nace, o volver a dar con esa voz que ya se tiene. Un logro plausible en esta despensa de cuentos, que igual tocan lo abstracto, en todas ocasiones el evento onírico y la quimera, son consecuencia de una experimental narrativa que lo mismo juega a ser digerible como a no tener sentido. La primera parte de Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma es una composición que va tomando forma. Algo que hace recalcar la importancia de la búsqueda de esa voz narrativa en la escritura de Iliana viene de la sustancia o corporeidad en la recreación del lenguaje para construir una historia, es decir, -sin admitir como cierto-, la posibilidad de que Iliana haya utilizado como un recurso literario, -con libre albedrio o sin él-. Un narrador simbiótico con la capacidad de alterarlo todo. Se vuelve evidente que la alteración transite estos cuentos que se niegan a serlo, supongamos que Joni Munn es una entidad andrógina: "Recostada en medio del sendero custodiado por espinos y hiedras venenosas, miraba pasar los signos en el aire y deseaba poder inscribirlos en algún lugar donde el agua se materializaba en semilla perdurable." Ya podemos ver que la voz del sujeto narrador, por todos los medios cuenta lo sucedido. Como si se tratara de esa labor primitiva del hombre, escribir su pasado. Una cosa es clara, el silencio consiente poder a la palabra escrita, y esta se carga de musicalidad, ritmo, tiempo. Surge la preocupación intemporal de la existencia; si algún día seremos polvo, nada, por lo menos sería de mayor envergadura convertirnos en frases y palabras. Regresando a Neruda éste nos acerca a ese encuentro sin precedentes del hombre y la literatura y viceversa: 40

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"…he aquí que el silencio fue integrado por el total de la palabra humana y no hablar es morir entre los seres: se hace lenguaje hasta la cabellera, habla la boca sin mover los labios: los ojos de repente son palabras." Entonces en esta tanda variable de atracciones textuales, que tocan la fantasía con lo real, lo real con lo fantástico, Iliana no deja pasar el reproche del absurdo en lo cotidiano, del sueño sin anestesia en plena vigilia… como una luna llena junto al sol de mediodía. Existen rastros de un cuestionamiento social, moral y ético. En ese cuerpo lírico que desarrolla híbridamente Iliana, se rebasa un sentido de simplicidad que resulta definitivo en la elaboración de las historias. Ahí, en esa materia de ir más allá de la convención natural de la literatura fantástica, aparece una sátira que vale la pena entrever, quizá rompe el esquema o no. Aparece la crítica contundente, ese sinsentido que provoca repensar el quehacer del escritor, esa diatriba a un ser humano despiadado, que utiliza únicamente lo que cree conveniente de una integridad que sirve mejor. La metáfora de la caja repleta de cabezas de pollo representando ese vacío que en todo dejamos, cuando sólo pretendemos una parte de lo completo. "La gente cumple su trabajo con criar, engordar y matar pollos. Se comen la mayor parte del cuerpo menos la cabeza…" Esa realidad de que el restante poco importa, es el efecto del desperdicio, de marcar la exclusividad como pretensión de que el buen gusto es lo importante. Algunos ojos del mundo no se dan cuenta que la humanidad provoca siempre la alteración de lo que hoy sucede en el planeta. Y ese motivo de la alteración en la obra de Iliana participa con el papel trascendental. Sin duda es el silencio que agita la mente del escritor, cuando los demás callan él tiene que decirlo, o hacerlo ver. De esta manera Joni Munn posee dos facultades una contar el relato y otra cambiar su rumbo. Obtiene vida la literatura, Joni pasa a ser, una extraña cosa que deambula los textos, ¿pero


quién, qué cosa es? ¿Él quizás, ella tal vez? Vetusta monstruosidad jubilada, que por pago de antigüedad, le fue donada una tierra con infinitas posibilidades de alteración. Dirijo así mi especulación, porque el dos de agosto del año pasado en el Museo del Estanquillo, en la presentación del libro Iliana y sus invitados de mesa, expresaban su análisis enfocando a Joni místicamente, emancipándolo como un protagonista más de la obra. La reflexión sugiere que Joni Munn se transforma en una especie de facilitador para que Iliana le entregue voz, por medio de él, relata todo aquello que su imaginación desprende. También existe una libertad en los personajes, que se dancuenta que siempre pueden cambiar su supuesta alteración de vida. Hay momentos en la lectura del libro que exhortan a indagar en los viejos mitos de las civilizaciones. Esto se convierte en un festín de platillos, fragancias; tragedias, épicas distorsiones de lo real para creer en lo increíble: "…en todo caso de lo único que éramos culpables era de no haber escrito una historia de nuestro pueblo que incluyera evidencia de asentamientos prehistóricos, migraciones, guerras, intervenciones." Finalmente la historia confiere identidad, cultura.

literatura apunta a encontrar nuevas dimensiones, caminos intrincados y divergentes, se piensa en qué las cosas ya no deben realizarse igual, la evolución asoma y se arriesga. En esa dirección cada uno de los que escribimos, deberíamos ir visualizando exterminar esa fronteras que detiene el andar. Para finalizar me gustaría recordar un apunte que nos regala Baudelaire en su Critica de Arte "¿Quién de nosotros, en sus días de ambición, no hubo de soñar el milagro de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, flexible y sacudida lo bastante para ceñirse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del ensueño, a los sobresaltos de la conciencia?" Gran pregunta del poeta francés, hoy podemos contestarle que todos queremos que suceda, y eso no tardará mucho en pasar. Si la preocupación es la muerte… recubrir ese miedo con sueños e imaginación ahora es posible para "sentirse a salvo de la terrible y absurda posibilidad de morir así: desnuda y con la cabeza abierta, rebosante de coágulos sanguinolentos."

Otro aspecto de la fortaleza imaginativa en Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma se sitúa en la estructuración de la poesía. La belleza y la credibilidad de esos relatos alterados y extraordinarios, cuajan cuando el entorno poético cruza la versificación de lo escrito. Las evocaciones exaltadas de lo idílico, cristalizan la ensoñación, la pesadilla, el trauma: "… poco saben los hombres del pantano, de la hoguera de la fetidez apaciguada por el incienso, del secreto que se hace evidente en la corteza del árbol al que miran indiferente en su ansia por acogerse a su sombra. Vendrá la daga y el aullido, y se perderá para siempre la voz de la condena blanca y la condena negra." Cuando la situación de la delatripa: narrativa y algo más

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Por una Poesía Evolucionaria Marco Fonz

Digamos que estaba descuidado cuando la poesía entró en mi vida, y ya en el oficio de vivir, continúo poetizando. "Sobrevivir nos cuesta toda la vida" me dijo el poema, y entonces agarré libros y libros y libros y me puse a leer como condenado a muerte. Leía todo lo que caía en mis manos y lo sigo haciendo, pero el peligro de leer es que aprendes a leer bien y entonces ya no crees todo lo que te ponen a leer. Así llegué a la SOGEM, aprendí y dejé de creer en la SOGEM; después fui becario del Centro Chiapaneco de Escritores. Creo en ellos todavía. El Centro ya desapareció pero seguimos con las lecturas. De Chiapas vine a vivir al D.F., ciudad en donde nací y en donde estoy naciendo aún. Al salir de Chiapas pensé en la fraternidad de los poetas, ¡oh, ilusión, inocencia del viajero! Llegué y tuve los primeros topes contra la pared invisible o contra la región más transparente del aire. Golpes que no se dieron a esperar y ahí estaba yo con mi chipote en la frente de la imaginación. Nada era como yo pensaba: primero se dividieron los poetas -los institucionales y los otroslos primeros no escuchaban, ni veían, ni hablaban con los otros (método de Paz, o tal vez desde los Contemporáneos). El método del ninguneo en pleno y de plano. Por lo consiguiente, los no vistos, ni escuchados, ni vividos y mucho menos publicados tampoco quieren saber de los institucionales. Al final vivimos un ambiente poético en donde nadie sabe de nadie, aparentemente. Así conocí a varios poetas burócratas, comencé a fraternizar con los niveles del infierno poético mexicano. Supe de estos burócratas que se dicen poetas y que obstruyen a otros que parece son más poetas que ellos. Pero ellos, al servir a su

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causa dentro de una institución, no quieren o no permiten que otros disfruten de las mieles de la institución u organismo cultural. De éstos existen muchos más de lo que creemos, ya sea en Conaculta, universidades, Coneculta, Inba o institutos de cultura de cualquier gobierno estatal. Estos escritores o poetas funcionarios son muy extraños: creen merecer el parnaso mexicano con todo y águila y nopal y hasta el Palacio de Bellas Artes. El ego habla más que sus obras. Y cuando los vas a ver, aunque sean funcionarios, no quieren dar nada ni que les pidas nada. Y siempre actúan como si te estuvieran haciendo un favor. Aún siendo burócratas, si se les recuerda que son burócratas, te dejan de hablar y cierran la puerta de sus oficinas. Como si fueran realmente sus oficinas. Increíble espejismo que se forman. En fin, de éstos conozco muchos y mejor olvidarlos. Por sus obras los desconoceréis. Los otros poetas son los premiados, entrevistados, publicados; los poetas que siempre caen parados pero cuya poesía es dudosa al regodearse en la docilidad del arte por el arte. Poetas que hacen de sus obras y del grupo de amigos "casa de los espejos". Y no significa que el poeta tenga que ser revolucionario, no, sólo se trata de un poco de ética humana, de lo más básico para creerles y leerlos con más ganas, pero esto no pasa. Estos poetas viven con la Diosa blanca, o son místicos de universidades o son becarios eternos o jóvenes de toda la vida y crean fundaciones dudosas de donde sale toda la "poética nacional" y más que cosmopolitas suenan a "pueblo poetero". Estos poetas no dan paso sin huarache y son reinas y reyes de todas las primaveras y carnavales del país y fuera del país. Son poetas que se preocupan más por su fama y su pose que


por su estética e ideas. Y nunca de los nunca quieren ser interrogados sobre sus nexos o palabras libres con el presupuesto o el poder.

asumo como extranjero en mi país, todos somos extranjeros. Pero unos abusan de este título de extranjería.

Los poetas de talleres, de encuentros y de ferias de libros, son especialmente chistosos: se la pasan en cada rincón de cualquier pueblo con tal de leer sus obras completas que se autoeditan, se autopremian, automencionan, se autoelogian, se autocomplacen, se autoreseñan. Poetas que buscan la foto en cada esquina junto a un poeta "reconocido" y que por lo tanto creen que ellos serán así mismo reconocidos y aplaudidos y llenos de decoro y bien portados y se felicitan en cada salón de presentaciones y en los bailes de los encuentros de poetas y no se preocupan tampoco por la poesía, sólo les interesa su poesía y las reseñas de sus poemas y así hasta que mueren olvidados por su propio grupo, si no tienen la mala fortuna de que algún vivo instaure un premio con su nombre en su pueblo o colonia o delegación o casa de cultura. En fin que estos eventos son deplorables. Y llegan a caer en el ridículo y en lo patético.

Así, cuando llegué de Chiapas, fui, miré y salí corriendo de cada uno de esos grupos. Puedo decir con cierto orgullo que los conozco a casi todos, desde lo más subterráneo y outsider hasta los más encumbrados poetas de esta ciudad de México. Terrible y gustosa experiencia. Nada recomendable. Por eso, el hacer listas en donde defendamos a unos y ataquemos a otros, creo es inexacto, pues "todos tenemos cola que nos pisen", como dirían en la calle.

El engaño y autoengaño es de lo más común y necesario para pasar por todos estos círculos. Si no hay engaño no hay venta, si no hay venta no hay poesía. Pero primero es creérselo aunque después no escuchen nada ni a nadie. Vírgenes viciosas nuestros pueblos. Para comenzar a concluir, vienen las vacas sagradas de la Academia Mexicana de la Lengua, los becarios del Sistema Nacional de Creadores y demás eméritos que dicen decir que dicen ser conocidos, que dicen ser leídos y "muestran al pueblo su cultura", que en este caso sí es su cultura. La realidad es que a nadie le hacen daño pero tampoco a nadie le hacen bien. Pasan como todo en este pueblo de solos: con mínimos aplausos que ellos creen universales. El engaño otra vez. Parece que el poeta trabaja más con el engaño y autoengaño que con palabras. Y luego están los poetas extranjeros que vienen a decirnos cómo se le hace para ser poeta extranjero y vivir como en casa. Yo mismo me

Creo que tenemos varios problemas que resolver si queremos ver a la poesía mexicana de distinta forma y liberada de toda burocracia. Creo que en estos momentos la poesía mexicana, como muchos rubros del arte, está secuestrada, principalmente por dóciles poetas, una burocracia feroz y el miedo a decir o a opinar aún equivo-cadamente. Tal vez ellos, los poetas oficiales, en su ingenuidad, no se dan cuenta de lo que están haciendo mal. Quiero ser inocente y entonces alertarlos y decirles que se están equivocando. Uno de los síntomas de que se equivocan es que la poesía mexicana hace muchos años no da nada bueno a la poesía mundial. Ningún poeta mexicano influye de manera estética a ningún otro poeta de otras latitudes. Me imagino que se debe a que estamos más preocupados por quién nos mantiene que por crear una voz propia y verdaderamente poética. El miedo, como ya mencioné, es otro enemigo de la poesía en México: miedo a perder el premio, la beca, el apoyo, los viajes, la publicación y los encuentros; miedo a todo menos al poema, verdadera misión para el poeta. Para construir una Poesía Evolucionaria habría que: Quitar de en medio todos los premios de poesía. Es más: prohibirlos. No permitir que se premie a los poetas, ni premiar a la poesía. Es absurdo premiar algo como la poesía, ya que la calidad de una propuesta poética -cuando la hay- no puede delatripa: narrativa y algo más

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justificarse con el monto de un premio. Quitar del panorama, del mapa, a los premios y premiados. El premio detiene el motor creativo. A estas alturas los premios no sirven de nada a la poesía. Sólo sirven a la cuenta del poeta. Acabar con los encuentros de poetas. Son ridículos y sólo sirven como pasarela de egos donde nadie se escucha y todos aplauden en automático. Son patéticos, verdaderos clubes del recuerdo. En todo caso, sólo sirven a los interesados y sus intereses. Quitar de una vez y para siempre becas y estímulos a los creadores. Es innegable que a lo largo de la vida de estos incentivos, no han servido de nada, más que para hacer engordar a escritores y escritoras. La otra solución, menos drástica, es que todos gocen de estas ayudas del gobierno. Que todo sea realmente rotativo. Que los grupúsculos literarios que ofrecen, califican y dan las becas y estímulos sean diferentes cada seis meses o cada año; que a veces les toque a los H. y a veces a los L. y otras veces a los P. y así hasta que se acabe el abecedario y todos quedemos contentos y gordos. Que todo nos toque a todos. Incluyendo, sin diferencias racistas, a escritores indígenas. Por todo lo anterior, resulta que el problema de que uno aprenda a leer, a veces tan bien, es que uno termina por ya no creerles a los que se dicen escritores o poetas mexicanos. El aprender a leer nos lleva a buscar más, cada vez más, como poseídos, como endemoniados. Y este acto de lectura libre es en detrimento de los propios poetas que nos dicen que tenemos que leer. Cuando leemos volteamos, regularmente a otras partes con mayor cantidad de aire y de ideas. Con mayor y mejor poesía. Quiero y necesito desde hace tiempo gozar de una poesía libre de políticosescritores-burócratas del país. Esto tampoco significa que esté completamente de acuerdo con todo lo alternativo o lo rebelde. También existen grandes fallas en estos grupos, la más grave, es no leer o leer a conveniencia.

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En fin que esto está tremendo para cambiarlo. Parece una carta a algún dios muy milagroso, un dios de lo imposible. Mi experiencia propia es haber platicado con muchos de los escritores y poetas reconocidos y descubrir que su palabra está muy alejada de su corazón y ambos de sus ideas. Que no eran esos escritores que yo veía y sentía de una forma tontamente romántica. Porque no esperaba yo que los poetas fueran santos, pero tampoco pensé que fueran tan tontos. En fin, mi aprendizaje indica que no les puedo creer, casi ya a ninguno o ninguna de las poetas o escritores que en los medios públicos o en los institutos de cultura me dicen que son los representantes de los poetas en México. Los seguiré leyendo porque me gusta leer y leo hasta a mis enemigos, a diferencia de muchos que no leen ni a sus amigos. Y espero hacer todo lo posible con mis poemas para cambiar esto y liberar a la poesía mexicana de sus mafiosos captores así como seguir con este proyecto personal e individual, porque nunca me interesó formar parte de ningún grupo, decisión que, me imagino, perjudica mi posibilidad de obtener alguna beca (jejeje). Espero que esta propuesta se vaya tornando más seria y adquiera mayor fundamento, no sólo al proponer, sino al darle seguimiento a las bases para descubrir una Poesía Evolucionaria. Sin más por el momento, recibe un abrazo fraterno y espero seguir platicando contigo, porque creo que la palabra al final de los tiempos terminará liberando al poema. Gracias. ¡Poesía!


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Historia para títeres* Eduardo Hidalgo

Meredith tiene un títere, o cree que lo tiene, ahora. Los ojos de él trazan el puente hacia las piernas de ella: blancas, largas; lo mueve a decir cosas que no siente; lo mueve tiernamente, en apariencia, porque los dos hombres saben que no es así, que la energía de los hilos va en dirección contraria, que es el títere quien mueve las manos de los deseos de ella, el que le hace pensar qué es lo que él quiere.

manos no se parecían a las del titiritero, y ella terminó insinuando que él quizá era títere de una mano más fuerte y diestra, títere del espejo y de un reflejo similar al suyo. Me amo, dice él, pero no me correspondo, y ríe con esa risa nerviosa y cándida que encanta, que les dice que Meredith tiene razón, pero que no la tiene, que de alguna manera la razón y la irreflexión se alternan y los mueven como dedos diestros y siniestros a la vez.

Un momento más y ya está: ahora es el títere quien tiene a Meredith. La tiene sentada en sus piernas, y ella hace el comentario de las manos que la toman por la cintura, que no tratan de tocar sus nalgas y sus muslos, que no le hacen sentir que es un hombre ese que está ahí, entre la silla y su cuerpo, y él se ríe y dice que no es cierto que no la desea, y es casi seguro que todos ellos (nosotros tres) recuerdan cuando Meredith estaba sentada en las piernas del titiritero (mis piernas), los dos frente al títere y ella levantó uno de sus pies y lo colocó sobre la silla en la que él ahora está sentado, entre sus piernas pero sin tocarlo y él empezó a hacer voces para indicarles que era una situación difícil sentir tan cerca el calor del pie femenino, casi gritándoles que iba a tener una erección y el otro se rió porque imaginó el hilo que jalaba el pene y entonces ella quitó sus piernas de los ojos del mundo y se acomodó sobre las del títere, pero sus

Así estaría muy bien el inicio de mi historia. Apegado al plan. ¿Cuál es la tuya? ¿Realmente me estás contando una? ¿En qué momento empecé yo también a ser movido? Uno, dos, tres. Yo, tú, ella. Sí, empiezo bien. Aquí estamos los tres, en la terraza, hacia la calle, cantando y gritando y riéndonos; captando la atención de los transeúntes y de los vecinos cuando arrojo un poco de cerveza a la calle. Tú te distraes con la forma de la mancha, inventándole un pasado y un futuro. Aquí estamos los tres con los vasos vacíos, señalando al pavimento, discutiendo las posibilidades de un contorno. Esto tiene mejor forma, dice Mere, tratando de sacar una pierna entre los balaustres. Tiene forma de pierna, le dices, y te ríes ruidosamente. Mere sube el telón de su falda y nos muestra sus blancas nalgas, su negra tanga como una respuesta a tu indiferencia, como una provocación al mundo. Ávida de títeres, ávida de la cartera

* Una primera versión de este cuento fue publicado en la revista Sombra de papel, año 2, número 5.

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pródiga que traiga por ende más bebida, Mere hace todo lo posible por apresar nuestra atención. La gente allá abajo en la calle ve al hombre de barba desaparecer y a la mujer escandalosa besar al hombre moreno una, otra y por tercera vez en la boca mientras no oyen que ella le pregunta si es capaz de sentir el beso de una manera no sexual, amistosa, exploratoria. Claro, yo sé qué tiene en mente todo el tiempo: esa manera de mover los hilos, esa destreza aprendida necesariamente por su condición de mujer. Esos hilos también se pueden reventar. Cuando abro un poco su blusa y deposito un pezón entre mis labios, ella se queda quieta, con los ojos muy abiertos, como que su habla se ha largado de pronto hacia un lugar desconocido, sabiendo que el hilo de la historia se enmaraña y que será difícil después desandar todo el trayecto. El regaño de una vecina me separa de Mere. Cochinos, pornográficos, nos grita y entonces tú, que has regresado, le dices disculpe señora mía pero chingue a su madre, y entramos los tres a la sala. En verdad os digo que alguien me va a mandar a comprar cerveza, dices. ¿Seré acaso yo, meastro?, te digo, mañosamente dándote para muy pocas, para asegurar tu ausencia de manera más frecuente y ganar elementos reales para mi historia, para dejarte de lado, de manera que lo que tú vayas construyendo esté fincado en la suposición. Claro que no tiene que ser necesariamente lo que veas. Quizá necesitas de mi historia para saber lo que sucede acá mientras tú vas contando los pasos hacia el depósito de cerveza, pensando en que yo soy el títere. Ese es tu juego de posesión. Lo recorres también cuando pasas por el puente y te detienes a ver el río y piensas en cómo decirme lo que me quieres decir, lo que dejaste a medias cuando llegó Mere. Lo

que ya sé. Claro que todo esto no te lo diré cuando llegue la hora. Lo sabes y tal vez por lo misma situación tus ojos son más inquisitivos y me inquietan, y siento que me dicen tantas cosas que no creo querer descifrar realmente, o tal vez sí, aun a riesgo de malinterpretar. Ahí donde estás parado ahora, estirando la mano, recibiendo el dinero, la luz del sol proyecta tu sombra en la pared del fondo, donde siempre ha faltado un cuadro. Mere también lo ve. La sombra de tu cuerpo es como un grito atesorado en el vientre de un actor futuro, dice. Nos miramos pletóricos de azoro. No sabemos qué es lo que ella ve, pero seguramente está muy bien explicado. Tu reacción es de celos. Hey, hey, cuidado con ese discurso rebuscado, le dices. Nosotros, enfatizas, somos los escritores. Tú cuida tu discurso rebuznado, te responde, y úsalo para pedir cerveza. Dos, o sea: Meredith y yo tirados en la alfombra de la sala, semidesarticulados; dos o segunda llamada y la única historia que aparece en mi cabeza es la de Mere recordando cómo no hemos cambiado. Aún soy la niña loca que juega a la cuerda, dice, usando tus palabras, y habla de cómo los años no han movido el carácter de cada uno. Yo soy movido por la espera de que algo acontezca, por la espera de ti con la bebida, con tu risa y tu mirada pedigüeña. Soy movido por la voz de Mere cuando pide esta y aquella canción, aferrándose al pasado. Tú siempre tienes las mejores ideas, pero ella dice que parten de mí, y pregunta por el juego que ahora jugamos. Claro que no le digo. Mi silencio le provoca ganas de orinar. Se levanta. Qué bonita la vista de sus nalgas desde acá abajo, de sus piernas que encaminan mis ojos hacia el centro, que encaminan sus pasos al fondo, a la derecha. delatripa: narrativa y algo más

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Nos consta que Mere tuvo siempre carácter de personaje, y nos parecía totalmente normal. Como dices tú: si se juntara con fotógrafos tendría actitudes de modelo. Y nosotros, ¿cómo somos nosotros? Tú, que propones el juego, que metes las manos al fuego por mí. Yo, que realmente nunca muevo nada, que sólo dejo que las cosas vengan y me besen y me lleven y casi me obliguen a actuar. Podría seguirla y empujar la puerta del baño, pero es ya un truco viejo que ella está esperando. No quiero que me mueva. Ya no hay agua en el tinaco, me grita Mere. Me levanto y bajamos las escaleras, sus pechos todo el tiempo rozando mi espalda. No quiero que me mueva pero siento la electricidad cuando nuestras manos derechas se elevan y alargan los índices que convergen presionando el interruptor que despierta el agua. Vamos arriba, me dice, y agrega que tú apagarás la bomba. La vista de sus piernas otra vez, mientras subimos. No quiero que me mueva y sin embargo ya estoy empezando a desear que un auto te atropelle, que te tires del puente, que la idea que me sugirió la frase apagar la bomba nunca sea ejecutada, que tengo ya una mecha encendida y que algo está por explotar. El sol de nueva cuenta. La luz que entra por la ventana nos da de lleno en la cara y Mere, decidida a bajar las persianas, se cuelga del cordón y jala con tal fuerza que las sucias, viejas hojas de lata caen produciendo un ruido horrible. Ahí está ella, sin un rasguño, sabiendo que no habrá problema, riendo entre el polvo que se había acumulado en esas persianas que nunca limpio. Voy por un cuchillo y vengo a cortar las cuerdas para deshacer el desastre. Ella me ayuda mientras 48

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me traduce por enésima vez desde que la conozco la canción de Supertramp que ahora oímos, y me recalca: No quiere decir supertrampa, no quiere decir supertrampa. Sólo porque alguna vez, hace no sé cuánto tiempo, dije supertrampa. En fin: nunca fui muy bueno para el inglés, no como la maestra. La maestra borrachona, digo, descubriendo mis pensamientos, pero ella no me oye: sigue hablando, traduciendo, haciendo lo que odio que haga porque me gusta buscar sentido a las canciones de acuerdo a los títulos, a la música. Mientras saco lo colapsado a la terraza, Meredith se ata los pies y las manos. Soy una marioneta, me dice, a mi regreso, una avioneta del mar. Un ala, novia de Marte, me oigo decir, como si ya tuviera preparado el anagrama. Y Mere me da las cuerdas, los hilos, para que la mueva. Te lo has ganado, me dice. Sin embargo, es una títere rebelde: si le jalo de una mano, ella mueve un pie. Jalo un pie y ella se resiste y lo mueve en dirección contraria. Esta vez, sin aviso, los dos cordones de los pies son jalados y ella cae sentada, enojada, y sin delatar sus intenciones, aprovéchándose de mi risa y de que no he soltado las cuerdas, me jala hacia ella. Caigo, vuelo, golpeo un hombro de Mere con la cabeza y ella es lanzada hacia atrás y pese al grosor de la alfombra, el sonido de su cabeza golpeando el suelo es fuerte. Reímos, estamos riéndonos, abrazados, moribundos de risa, cuando tú apareces. Perdón por el retraso, me dices: sólo hay latas. No pidas perdón por el trasero, te responde Mere. Pídelo por el resorte, agrego, y ella se pone grave de risa, burlándose de mi fallido intento, mientras tú me preguntas con la mirada cuál es el juego que jugamos. Es sadomasoquismo, te digo, es un dulce suicidio sobre el filo de serrucho de la risa, digo riendo.


¿Las cuerdas?, preguntas. No: la loca y el cuerdo, respondo, y también me ahogo. Cuando salgo de mi lago de risa, agrego que Mere odia las persianas, pero que cualquier cosa obscena que querramos hacer la haremos lejos de la ventana y la puerta para que no nos vea la familia de enfrente, o lo haremos cerca, en su cara, decido ahora, qué importan los ojos ajenos y agrego que tengas cuidado con lo que piensas porque Mere ha afinado su habilidad de adivina. Y Mere acierta al decirte que estás pensando en varios tipos de títeres. Sí, es eso en lo que estoy pensando, admites mientras me ves y seguramente piensas que le he contado de nuestro experimento. Pero ella lo supo al ver su reflejo en mis ojos, me dices: se ve a sí misma. Tú eres un muñeco guiñol, te dice, burlándose de ti, porque te meten mano, y te arrebata la bolsa con la bebida y te da una, me da una, se queda con una, sabiendo que dentro de poco será otra vez otra cerveza y otra y otra. No nos das mucha lata, dice: tendrás que comprar más. El agua ha rebasado los límites del tinaco y vemos la cortina transparente bajar con ruido desde el techo. No cumpliste con tu parte, dice Mere. Todos entendemos el mensaje. Tus ojos otra vez acusan recibo, molestia ante su comentario, pero reaccionas pronto y la sujetas. Prohibido bañarse en el balcón en estado de ebriedad, le dices. Bajo a apagar la bomba. El resto de la tarde transcurre así: en dos y en tres. Uno dando, otro yendo, tres tomando, aunque no en las mismas cantidades. Tú pareces no preocuparte por lo que puedas ingerir. Yo no quiero perderme ni perderme de nada. Mere se perdió hace tiempo. En la terraza, la luz se aferra a los balaustres. La veo proyectar la sombra que

crecerá hasta anularla, hasta hacer que me pare y encienda las lámparas y ser entonces un títere de la noche. Ahora somos tres los que estamos sentados en la alfombra. Nacho arrojándose desde el puente sería una buena foto, dice Mere. Sería un buen título para cuento, dices tú. Los dos se burlan de mí, estúpidos borrachos, porque Lulú en el puente no hizo en mis alumnos el mismo efecto que en mí, porque se concentraron en la historia de amor y no les cupo en la cabeza que un hombre maduro y no bien parecido tuviera como amante a una nena como Mira Sorvino, y cuando encendí la luz uno de ellos fingió estar llorando con la historia y otra vez me estoy encolerizando. Cálmate maestro borrachón, me dice Mere, te concedo este vals. Tú me das permiso para bailar con ella, le das permiso para bailar conmigo. Ves cómo Mere me jala, cómo pega su cuerpo al mío, cómo se frota. Rosi tenía todo planeado, me dice al oído, traduciéndome el título de la canción, y al oído me la canta mientras casi no nos movemos. Otra vez, dice, cuando la canción termina. Le concedo esta pieza, meastra, le digo, mientras le señalo la erección que ha provocado. Otra vez me jala y me pega a su cuerpo y se frota. Papacito, me dice. El alcohol la deja hacer, me deja hacer, y tú estás ahí frente a nosotros, viendo, aprendiendo a mover los dedos de la música de la que eres encargado, señor DJ, y no oyes lo que ella me dice. Ella siempre recuerda que me gustaban sus ojos. Sí, le digo, y agrego que me gusta todavía. Hey mister deejay, te grito, y ella me jala y me besa y la beso, pero mi voz se queda en el aire, en mi cabeza y me hace pensar en dos canciones: Please, Mr. postman y Si pudiera, señor locutor, y Mónica delatripa: narrativa y algo más

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Ygual viene a mi mente como en el día en que supe de su muerte y la veo con su larga bufanda trabada a la llanta de su convertible. Mónica Ygual mostrando la lengua a los otros conductores que no se percatan de lo que sucede, que no ven que la cantante se está ahorcando, que la artista es sólo un títere grotesco del auto que quizá lleva la canción a todo volumen: Si pudiera, señor locutor, ponerme una canción..., del auto que ahora maneja a la mujer, a una vida que ahí mismo quedará trunca. La imagen es tan clara, tan vivida, tan tonta pienso siempre al final de todo porque realmente no estoy seguro si conocí a la cantante. Recuerdo la canción, pero ni siquiera estoy seguro del título. Recuerdo que la escuchaba en la radio y que ella estaba muerta ya y que en algún lugar leí o supe de esa muerte tan trágica y estúpida pero nadie conoce ahora esa canción, nadie sabe quien fue la Ygual y siempre me hablan de Isadora Duncan, pero de todos modos no importa porque ahora soy quien cuenta estos sucesos, quien está agarrando esta historia por los hilos, pensándola, escribiéndola sobre el aire, improvisándola. Aún no sé cuál es la tuya, tu punto de vista, y esta reflexión me regresa. Aquí estoy, aquí sigo, besando con la cabeza en la irrealidad. Bajo, bajo, bajo a la tierra, a ritmo de vals, con Supertramp. Rosi had everything planned. Te veo de reojo y me doy cuenta de que estás llorando, de que hay algo que no te gusta y separo a Mere quien está casi dormida y entonces tú te ofreces a ir por más cervezas. Y Mere dice que sí y estiras la mano y te doy otro billete y te vas y Mere estira cinco dedos y los esconde entre mi pantalón e inmediatamente me despierta otra vez. Cuando sus dedos salen a la luz, maravillada por su hallazgo me dice que soy grande y que me 50

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quiere medir. Yo le digo que espere y voy a lavarme y le doy gusto y la dejo que la mida, y después de un rato de lamer, ella se sube la falda, se mueve la tanga y se sienta en mi erección. Se siente rico y tibio y húmedo y ella se mueve muy bien, sintiéndose que es una buena títere y así se está por un rato, ensayando su número y después yo soy el títere porque me coloca por aquí, por allá y entonces tú apareces y veo en tus ojos el reproche y Meredith se ríe y se mueve más más más rápidamente, más más más más hasta hacerme gritar y ella se ríe y se mueve más más más y te pide una lata de cerveza y te pide que te hinques detrás de ella y te pide que la hagas gritar, chillar, pero tú sólo dices que sí y te ríes y, lentamente, te mueves más y más y más lejos hasta llegar al balcón e imagino que te agarras del barandal y te sientas, mientras ella, eso lo veo, acomodándose la falda, te ha seguido y te dice maricón, y tu mano, que es un títere tuyo con bastante destreza, se mueve hacia su cara y la abofetea mientras le dices puta y yo veo todo a cierta distancia y me digo que ahí está la verdadera historia, que era necesario mover ciertos hilos y no sé cuáles pero los he movido, o se han movido, lo veo todo ahora cuando tu mano se vuelve a levantar y lentamente se deposita a sí misma como automatizada, como una paloma de la paz y acaricia su mejilla y lloras y algo le dices que no alcanzo a escuchar, algo que la enternece porque ella dice oh pobrecito, y te acaricia la cara y sus dedos se hunden en tu barba y entonces sucede, y te besa y se abrazan y lloran y los dos son títeres de un sentimiento nuevo desconocido que me avergüenza; entonces decido salir. Voy por más cerveza, les digo, o quizá no digo nada porque nadie contesta, estoy seguro de que nadie se da cuenta de que bajo las escaleras, de que cruzo la cochera,


de que salgo y paso bajo el balcón, de que me alejo una dos tres cuatro cuadras pensando, pensando que ya estoy borracho, que ya estamos borrachos, que escogí una tarea difícil para mi entorno, algo que está al inicio del entretanto, más allá de la raya. Ahí también, a la altura del puente, descubro las canciones, presas en mi cabeza. ¿Qué tanto hace el señor cartero que no trae esa carta para mí? ¿Qué le pasa al señor locutor que no pone mi canción? Malditos titiriteros teniéndonos pendientes de su carta y su canción, mi carta y mi canción, tu carta y tu canción, y todo el tiempo me repito estas palabras mezcladas con la letras de esas canciones escritas en cartas dirigidas todas a mí. Se ven ahí, depositadas todas en una gigantesca bolsa de lona en el asiento trasero de un convertible azul en el que viene Mónica igual que siempre: con su larga bufanda, con la canción saliendo de su boca: ...es para mi gran amor..., y es la voz al aire la que se enreda en una de las llantas, jalándole las cuerdas vocales hasta que llego al depósito

de cerveza y digo nada, nada digo porque realmente, me doy cuenta ahora, salí a comprar nada, salí a salir, a estar afuera, aparte, uno lejos de dos, salí avergonzado de mi historia o quizá no, me dicen mis pasos, que regresan: quizá salí a hacer tiempo, a esperar a que las aguas se calmen y quizá ahora que regrese ustedes estén, tú estés, ella esté ahí donde yo estaba con ella, donde ella estaba conmigo, y deseando esto desando una cuadra, dos, veo las negras aguas negras corriendo bajo el puente sobre el que casi corro y en la noche y la calle desierta el viento silba una canción que no conozco y una sirena se oye queriendo imitar al viento pero no puede y se calla, se calla ahí, frente a mi casa y entonces veo a esos tipos que gritan y tocan el timbre y golpean la puerta y parados en el toldo de la ambulancia quieren subir al balcón de la terraza a cortar los hilos, las cuerdas atadas al barandal, y los veo a ti y a ella no viéndose, moviéndose, balanceándose como dos tétricos títeres de la muerte.

Cercanas tristezas Roberto Cardozo

Dibujé un árbol sin pájaros. Le canto todas las mañanas para que no muera de tristeza.

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La enseñanza de la libertad como valor fundamental para la transición democrática y el cambio social Lucila Sánchez García El presente ensayo tiene como objetivo discutir algunas de las diversas ideas y pensamientos que se han generado sobre el tema de la libertad educativa, específicamente, de la forma cómo se pretende enseñar a los alumnos de educación básica el valor de la libertad; ya que al vivir en un sistema social lleno de reglas, contradicciones, complejidad e incertidumbre, profesores y estudiantes tenemos una tarea difícil.

sabemos cuáles son los valores, podemos distinguirlos, pero al aplicarlos en nuestra vida diaria, resulta difícil concederlos; llevarlos a la práctica representa un reto. Por ejemplo, éstos se han reconocido en diversas declaraciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU)1, en las constituciones y leyes nacionales en casi todos los países, pero esto no se traduce en acciones que las personas llevemos a cabo cotidianamente y de manera continua.

Abordar este tema es vital, ya que en el terreno práctico resulta un desafío poder enseñar y transmitir correctamente los valores que sustentan nuestra sociedad como la libertad, el respeto, la justicia, la dignidad, la honestidad, etc., pues de lo contrario se fomentan valores mal comprendidos y por lo tanto erróneos. Esto propicia que la base sobre la cual se sustenta toda sociedad sufra un caos que desequilibra su funcionamiento, ya que al tratarse de un trabajo tanto de los maestros en las aulas, como de los padres en sus hogares y de los ciudadanos en las calles, es difícil ponerse de acuerdo. Por ello, cabe resaltar que los valores no están escondidos, sino están por doquier, implícitos en cualquiera de nuestras acciones y pensamientos.

Ahora bien, ¿cómo podemos concederlos? Esta autora propone degustarlos, practicarlos, porque por ejemplo se aprende la justicia siendo justo, realizando acciones justas. Antes de seguir, es importante mencionar que un valor no es un objeto, ni una persona, ni una acción, "es una cualidad real que se descubre creativamente"2. Esto supone entonces un papel fundamental de la creatividad, otro aspecto difícil de enseñar y fomentar, sobre todo en la sociedad tecnológica del siglo XXI, en la cual los humanos estamos acostumbrados a realizar cualquier acción con el menor esfuerzo necesario, utilizando las herramientas que proporcionan los nuevos y cada vez más inventos.

En primera instancia, hablaré de la importancia de degustar los valores como propone Adela Cortina en su libro Ética de la razón cordial: educar en la ciudadanía en el siglo XXI. Ella menciona que en general, los valores los reconocemos, pero no los concedemos. Es decir,

El problema de la enseñanza de los valores en las escuelas, es un tema hondamente complejo, Adela Cortina observa que uno de los mayores problemas reside en que "el mundo del valer no se identifica con el del ser, porque hay cosas que son, y sin embargo, las valoramos negativamente,

1

Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948); Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial (1963); Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979); Declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas (1994). 2 Cortina, Adela "Ética de la razón cordial: Educar en la ciudadanía en el siglo XXI", Madrid, 2009, Ediciones Nobel, pág. 139.

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como podría ser el caso de una enfermedad, mientras que otras no son y las valoramos positivamente, como puede ser la justicia perfecta, que en ningún lugar de la tierra está realizada y, sin embargo, merece toda nuestra estima" 3. Entonces, las personas tenemos una tendencia a preferir valores positivos, aunque sabemos que tal vez son una utopía; pero éste hecho también ocasiona que posiblemente los rechacemos porque sabemos que son ciertamente utópicos. Por ejemplo, ¿cómo puedo enseñar a un adolescente el valor de la libertad, si el sistema en el que se desenvuelve está lleno de restricciones que no le permiten ser quien en verdad quiere ser? Las contradicciones entre el deber ser y la realidad es otro problema. Esta autora expresa que preferir es valorar y ésa es una capacidad que proporciona la razón evaluadora que comprende las interpretaciones de los hechos y sabe orientar la vida desde los mejores valores, "saber elegir los mejores valores exige forjarse un buen carácter"4. Por lo tanto, si la capacidad de razonar es el centro de decisión, ésta capacidad necesita ser desarrollada por el ser humano, o sea que no es una capacidad nata la de accionar según los valores morales, éstos se van aprendiendo con el tiempo. Al respecto, Ludwing Wittgenstein dice que "En principio, dependen de la libertad humana, tiene que estar en nuestra mano incorporarlos. Los esfuerzos para conseguir belleza o utilidad pueden tener más o menos éxito, pero ser mentiroso o veraz sí depende de nosotros, y no tanto de la fortuna"5. En consecuencia, la clave está en la libertad de decisión que tiene cada humano para interiorizar los valores morales y fomentarlos, o lo contrario, rechazarlos para sí mismo y para todos los que conforman su entorno.

De esta manera, las personas que deciden interiorizar estos valores, aparentemente por sí solas, pero condicionadamente por su entorno, en realidad actúan conforme lo dicta el espacio y tiempo en el cual desarrollan su vida. Actúan conforme la sociedad espera que actúen para asegurar el orden y funcionamiento de la estructura que las mantiene. Lo contrario a ello, según Noam Chomsky, es "[…] tratar de superar los elementos de represión, opresión, destrucción y coerción que existen en cualquier sociedad"6. Sin embargo, tratar de superar estas ataduras es algo complicado, sobre todo si tomamos en cuenta que es mucho más fácil seguir el orden establecido que tratar de cambiarlo. Los ciudadanos en nuestras pequeñas individualidades, regularmente nos damos por vencidos al enfrentarnos al gran sistema del cual formamos parte, precisamente porque lo vemos demasiado grande para desafiarlo. La Teoría de la reproducción7 observa en la sociedad un proceso mecánico en el cual al interior de las escuelas se reproducen los mismos problemas que observamos en las calles: la desigualdad, la división de clases sociales, la discriminación, etc. Así, la escuela vista como una institución donde se originan y reproducen aspectos sociales y culturales, funciona como un lugar de adoctrinamiento en el cual los estudiantes aprenden a reconocer su lugar y función en la sociedad de la cual forman parte. Dicho de otra manera, las características y particularidades del tipo de enseñanza, así como los conocimientos que se le transmitan y los que se le priven al alumno, servirán para dicho fin. En este orden de ideas, Michel Foucault menciona sobre las instituciones sociales y

3

Cortina, Adela, Op. cit. pág. 132. Ibídem. 5 Wittgenstein en Cortina, Adela, Op. cit. pág. 148. 6 Chomsky Noam, Avram, [Vídeo],Universidad de Amsterdam, International Philosophers Project, 1971. (Consulta realizada el 11 de mayo de 2010). Disponible en Internet: http://www.youtube.com/watch?v=rWh7cZxb5vQ 7 Véase debate sobre la Teoría de la reproducción en De Leonardo, Patricia, La nueva sociología de la educación, SEP/El Caballito, 1986. 4

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particularmente sobre las escuelas que "[…] uno sabe que todas esas instituciones están hechas para elaborar y transmitir un cierto número de decisiones en nombre de la nación o del Estado y castigar a las personas que no obedecen ese orden"8. A lo que se refiere este autor es que los sistemas de enseñanza que en apariencia tienen independencia para la trasmisión de conocimientos y el saber, en realidad están construidos para mantener en el poder a cierta clase social y excluir los instrumentos de poder a otras clases sociales. No obstante, si tomáramos esto como cierto, también aceptaríamos que el cambio entonces no puede venir de las escuelas.

respuesta, desde mi punto de vista, está en la creatividad y la enseñanza de las Bellas Artes en la educación básica; pues sólo creando e innovando encontraremos caminos para romper con las ataduras que nos impiden ser y hacer lo que en verdad somos y queremos. Esto va en el sentido de que crear significa libertad de poder hacer lo que en verdad deseamos, lo que pensamos, soñamos, amamos, es decir, sin libertad no puede haber creación. Un artista no realiza su obra por mandato de nadie, más que de sí mismo, de su mente y de su espíritu que al no contener algo tiene que expresarlo mediante la música, la pintura, escultura, danza, cine, etc.

Por ello, Michael Apple9 explica que hay poca aceptación de los currículos que le dan importancia a las artes, ya que este tipo de conocimiento sensible no sirve para fines productivos (según el capitalismo), sino sólo para fines intelectuales y del espíritu; los cuales no conducen al mantenimiento del sistema dominante, sino todo lo contrario, conducen a desafiarlo.

Cuando uno crea, no lo hace por satisfacer a otro, no lo hace por condicionamiento, sino más bien por reacción a lo que no nos gusta del entorno en el cual nos desenvolvemos, ante lo que nos genera duda, incertidumbre, miedo, pasión, amor, por mencionar algunos motivos; entonces al no poder cambiar la realidad tácitamente, la puerta que se abre es la de la libre creación para transformar primero, en el plano individual, la realidad social que nos disgusta o con la cual diferimos.

Así, la Teoría de la reproducción lleva a pensar que la escuela también es una herramienta para insertarse a un status de vida, en donde no sólo se le indicará al alumno su lugar en una sociedad marcada por clases, sino se le enseñará a ser un tipo de ciudadano con características específicas que asegure el mantenimiento de cierta clase social en el poder. Empero, lo que olvida la Teoría de la reproducción es la particularidad de la relación maestro-alumno-escuela, la cual abre las posibilidades para considerar que no todos los casos son iguales y que no somos seres estáticos, sino dinámicos. Entonces, ¿Cómo salir de este condicionamiento? ¿Qué hacer para tomar decisiones realmente libres? ¿Cómo enseñar la libertad? La 8

Pero entonces, si la enseñanza de la creatividad y las artes fueran la clave para alcanzar un cambio social a través de la educación en las escuelas, ¿por qué hasta ahora no se ha alcanzado esa transformación? Las respuestas pueden ser variadas. En principio es conveniente reconocer que si bien, dentro del currículo de Educación Primaria en México se encuentra presente la asignatura de Educación Artística, en realidad no se le concede la suficiente importancia y es relegada a las manualidades que los alumnos hacen al final del año escolar. En los casos en los que sí se llega a impartir, en la mayoría de las ocasiones se encuentra frente al grupo un profesor

Foucault, Miche, l[Vídeo],Universidad de Amsterdam, International Philosophers Project, 1971. (Consulta realizada el 11 de mayo de 2010). Disponible en Internet: http://www.youtube.com/watch?v=rWh7cZxb5vQ 9 Apple, Michel en De Leonardo, Patricia, Op. cit. pág. 91.

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que no tiene la preparación artística suficiente, ya que es un mismo docente el que imparte todas las asignaturas. En otras palabras, pareciera que pagar a especialistas en la materia resulta una inversión que la educación pública mexicana nos ha negado. No obstante, tampoco los artistas y creadores han llegado a impartir clases a las primarias y secundarias, la mayoría se ha quedado en sus talleres y universidades. Los niños han sido marginados en este aspecto tan importante de su educación. En el nivel Secundaria es un poco diferente, ya que se exige que sean profesores que hayan cursado una Licenciatura en cualquiera de las Bellas Artes. El otro problema que pasa en la práctica es que a la asignatura de Artes sólo se le asignan dos horas semanales (por considerarla de poca importancia), cuando sabemos que dos horas separadas en la semana no garantizan la enseñanza eficiente de esta materia. Más grave aún es cuando los directivos de las escuelas, deciden eliminar esta asignatura y suplirla por más horas de matemáticas, por ejemplo, pues en la sociedad se ve como más urgente aprender a hacer cuentas que aprender a tocar un instrumento, por mencionar un caso común. En este contexto, en mi corta experiencia como profesora de Artes Visuales en Educación Secundaria me he dado cuenta de los aspectos antes descritos y de otros que mencionaré a continuación: 1) Los alumnos están acostumbrados a que el profesor les dicte qué hacer, cuando el trabajo del docente consiste en enseñar la técnica y dejar que los alumnos creen con ese conocimiento obras nuevas y propositivas; 2) Es difícil motivar a los alumnos a crear obras de arte cuando ya están condicionados a obedecer, pues para ello se necesita sentir, pensar, imaginar, observar, analizar, criticar, proponer, etc. habilidades que poco se enseñan en la escuela y habilidades que necesitan ser desarrolladas individualmente; 3) El profesor que intente motivar a sus alumnos para crear debe haber vivido desde su propia experiencia el proceso creativo que pretende enseñar, es decir, primero lo debe interiorizar para poder transmitirlo; 4) El profesor debe contar con muchas energías para incentivar a sus alumnos a atreverse a crear objetos con un sentido estético y artístico, pues resulta un desafío decir a los

alumnos que desobedezcan las reglas que en las demás asignaturas se les ordena y sobre todo representa una contradicción para ellos, pues por un lado se les dice que sean libres para crear y por el otro los restringen; 5) El alumno necesita tener disposición para enfrentar el reto que significa la creación artística y también necesita las herramientas para poder hacerlo, es decir, no sólo se le debe instruir en técnica, sino en historia del arte y proporcionarle una serie de ejemplos de cómo los humanos hemos hecho del arte un escaparate para romper con las estructuras sociales que nos reprimen. Debe estar dispuesto a construir sus nuevos ojos con una mirada más sensible y crítica; 6) El profesor debe crear un ambiente propicio para garantizar a los alumnos confianza en él como instructor y en sí mismos, es decir, hay que hacer creer al alumno que en verdad puede crear, en vez de repetir o realizar reproducciones de los grandes artistas y sus obras; 7) No es posible enseñar a crear, tal cual, sólo se puede fomentar, inducir y guiar el camino del alumno en su propio proceso creativo; de lo contrario no sería creación, sino imitación.

Todas estas observaciones, las realizo con el fin de explicar también que sin libertad, no puede haber creación artística, este aspecto desde mi perspectiva es imprescindible. De este modo, el objetivo de la enseñanza de las artes además de sensibilizar al alumno hacia estas manifestaciones que engrandecen el alma, es para enseñarles que en su individualidad pueden ser completamente libres. La libertad está implícita en el proceso creativo, pues sin ella no es posible dar un paso, ya que éste proceso se encuentra dentro de uno mismo, como resultado de una interconexión entre mente, cuerpo y espíritu. Así, sería posible primero interiorizar la libertad en sí mismos, para poder manifestar esa sensación en sus demás acciones y tomar el proceso creativo como ejemplo para no solamente analizar su entorno, sino sentirlo, vivirlo, sufrirlo, criticarlo y utilizarlo como un medio de cambio social. De esta manera, la persona que haya pasado por este primer paso, sentirá en carne propia la libertad personal de crear y podrá entonces fomentar esa misma conducta en sus semejantes. En resumen, veo en la creación artística la fisura que escapa a la Teoría de la reproducción, ya que es en este aspecto del ser humano (su capacidad creativa) en donde yo apuesto por el delatripa: narrativa y algo más

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cambio y la transformación social que todos esperamos se realice mediante las instituciones educativas reguladas por el Estado. Es una manera de transformar al sistema con sus propias herramientas. Sin embargo, es menester reconocer que la libertad vista como una utopía es algo necesario, pues el humano vive de sueños e ilusiones, al humano le gusta tratar de alcanzar lo inalcanzable. La característica que hace esto posible es la sensación de libertad que alcanzamos en algunos momentos de nuestras vidas. Disfrutar de la libertad consiste más que en pensar: en sentir. Ésa es la raíz que desde mi punto de vista se suele obviar en la vida cotidiana del siglo XXI donde todo lo domina el raciocinio. A veces nos olvidamos de sentir, de parar un momento para utilizar, pero sobre todo para enriquecer nuestra vida haciendo uso de los sentidos desde una perspectiva estética. Esto significa reaprender a ver, a oír, a palpar, a gustar y a oler de nuevo con el fin de no obviar el espacio en el que vivimos. De esta forma, se combinan los sentidos con la razón y así es más fácil percibir de mejor manera la realidad y por consiguiente se hace posible una transformación. Es decir, reaprender a no obviar la realidad y el espacio en el que vivimos, pues es muy fácil dejarse llevar por la corriente de vivir la vida sin disfrutarla. No obstante, la libertad no se puede quedar en el poder de decisión, debe traspasar fronteras y debe ser algo más que la simple toma de decisiones. La libertad se manifiesta sobre todo cuando uno puede ser quien en verdad quiere ser, aún a sabiendas de los condicionamientos y reglas de la sociedad a la cual uno se debe sujetar para llevar una vida en una comunidad, porque tampoco se trata de convertirnos en ermitaños, sino de saber equilibrar todo lo que incide en la vida humana. La libertad se siente en pequeños momentos cuando se juntan los sentidos, el espíritu, el cuerpo y el poder de la razón para vivir 56

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esa sensación en el pecho, esa sensación que también se logra con la creatividad. Esa sensación única de cuando uno termina de hacer una pintura, una escultura, un filme, o bien, la sensación que ahora mismo siento al terminar este ensayo donde he expresado todo lo que yo pienso, veo, percibo, disfruto, sufro, amo, critico, huelo, oigo, toco, gusto, razono y me libero. Ahora puedo considerarme libre, pero sólo en este momento, porque mañana dependerá nuevamente de mi. La libertad es de quien la trabaja, ésta requiere humildad, disciplina y compromiso. Por ello no puedo decir que todos los humanos somos libres, ya que no todos se esfuerzan por conseguirla. Uno de los errores más grandes del ser humano ha sido mutilar poco a poco su propia libertad creativa y por consiguiente encerrarse a sí mismo en el mundo de la sumisión y la obediencia. No hay cosa peor que negarse a uno mismo la libertad de ser como a uno le plazca.

Bibliografía Cortina, Adela, Ética de la razón cordial: Educar en la ciudadanía en el siglo XXI, Madrid, 2009, Ediciones Nobel. De Ibarrola, María, Las dimensiones sociales de la educación, México, D.F., Ediciones el Caballito, 1985. De Leonardo, Patricia. La Nueva Sociología de la Educación, México, D.F., Ediciones el Caballito, 1986.

Electrografía Chomsky Noam, Avram, Universidad de Amsterdam, International Philosophers Project, 1971. (Consulta realizada el 11 de mayo de 2010). Disponible en I n t e r n e t : h t t p : / / w w w. y o u t u b e . c o m / watch?v=rWh7cZxb5vQ Foucault, Michel, Universidad de Amsterdam, International Philosophers Project, 1971. (Consulta realizada el 11 de mayo de 2010). Disponible en Internet: http:// www.youtube.com/watch?v=rWh7cZxb5vQ Centro de Información de Naciones Unidas (CINU), Derechos Humanos, México. (Consulta realizada el 7 de junio de 2010). Disponible en Internet: http:// www.cinu.org.mx/temas/dh.htm


Eros y Thanatos Omar Cristóbal Roldán Rubio

¿Cómo iniciar un soliloquio sobre el hombre y su dualidad sin considerar que todo acto humano es, en esencia, juego erótico y pugna entre la vida y la muerte donde Eros intenta siempre superar a Thanatos? El erotismo es una expresión cultural, es decir, una forma o varias por medio de las cuales todo pueblo manifiesta su sexualidad. El hecho erótico parte de un inconsciente colectivo concentrándose como ejercicio individual donde la imaginación y la evocación son elementos de suma importancia. Por lo tanto, el erotismo es inherente al hombre y va implícito en todo aquello que intenta acceder a lo sublime: el amor. Y es esa búsqueda del amor, a través de Eros, lo que mantiene en el hombre la firme convicción de vencer a la muerte, trasponerla, ir más allá de sí mismo, encararse con el Dios y desafiarlo reclamándole un lugar especial, no en Él sino junto a Él: misticismo profano que pretende la divinidad por el camino de la carne. El dogma cristiano occidental ha tratado de explicar el misticismo puro del erotismo llamándole algo así como "pasiones humanas en busca del amor de Dios", mismas que, por medio del acto sexual, se convierten en la expiación de la carne. Es así como se crea otra corriente mística: la comunión entre el alma humana y lo inasible mediante el rito sacramental santificado por la iglesia: el matrimonio. La forma de expresión utilizada por la religión es un lenguaje primitivo trocado en metáforas mundanas que usa la figura de Cristo como el Dios encarnado y manipula el deseo sexual como vía para alcanzar el amor divino.

Hecho que nos lleva hacia el misterio de la encarnación, instinto natural del ser humano por eternizarse en la divinidad: la reencarnación. La poesìa nos dice otra cosa. En El Cantar de los Cantares, por ejemplo, el erotismo se libera, se exalta como rito erótico en el combate pasional de los cuerpos que se atraen y se repelen, al mismo tiempo, en lúdico proceso amoroso. Sexo y guerra, fuego de vanidades alimentado por el deseo de dominio; esencia claramente humana de seducir al otro apelando al sometimiento de la pasión por la pasión; místico acto herético hacia la divinización; tránsfuga natural y transición erótica del ser humano en lucha por apagar su propio deseo. He ahí las dos vertientes místicas de un Todo. Una fundamentada en el Eros luminoso que propone así la consecución del amor de Dios. La otra basada en la naturaleza del ser humano que busca encontrar el amor a través de sí mismo, desde su propia realidad, a partir de la evocación de todo aquello que revela el delicioso ardor del deseo puro y cortesano. Si el hecho erótico se recrea en el escarceo de los cuerpos se comprende entonces el ritual que forma parte de la esencia humana, el universo donde se asila Eros en su eterno duelo contra Thanatos: alegoría de la fertilidad, intrínseca batalla compartida donde no hay vencedor ni vencido. Lo erótico es una condición humana cuya actitud mística conduce a un plano más elevado del simple "estar". El hombre, mediante el erotismo, intenta "ser", llenar esa oquedad ancesdelatripa: narrativa y algo más

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tral que nos habita para encontrar el amor en la divinidad o en la nada: ambivalencia de nuestro propio misterio. Sin embargo, la lúdica imaginación es incontrolable. A través de ella el hombre desborda su pasión y persigue lo inasible exacerbado por el doloroso trance, no de apagar el deseo - la llama doble, dice Octavio Paz-, sino de avivarlo en el afán de consumirse lenta, flageladoramente en su propio fuego. El deseo carnal es el profundo símbolo con que se manifiesta el erotismo. Es la manifestación del cuerpo que necesita ser poseído, fustigado así sea subjetivamente- hasta el límite. Sufrimiento irreprochable que conduce a la adoración, no de un Dios, sino de sí mismo: el Narciso avasallado. El erotismo es un todo incontenible que aflora no cuando únicamente nos enfrentamos a un cuerpo tangible u observamos un sugerido sexo que pasa ante nuestros ojos, sino ante cualquier objeto que miramos, tocamos o imaginamos, pues lo erótico se establece tanto en lo visible y palpable como en lo insinuado. Toda forma cóncava o convexa, natural o creada por el hombre nos provoca, conciente e inconcientemente, el tembloroso deseo sexual que nos ha de llevar por el camino del sufrimiento:

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lúdico proceso pasional que busca no solamente lograr el coito, sino además atrapar la imagen en la Libido, transitar en el lento desfogue del ansia que invade el cuerpo tratando de retardar la inminente fuga del deseo para después, ya concluido el asalto, atrapado el objeto, caer en el letargo idealizado de una pantorrilla, un muslo, unos ojos profundos o un sexo que no nos pertenecen -y que justamente por eso seguimos deseándolos- para recrearlos eternamente. Acto que se convierte en una sublime emoción, un deseo profundo de poseernos a nosotros mismos. Por eso el erotismo es liberador y libertario, pues no admite mojigaterías, atavismos o conceptos moralinos embozados de virtud. Siendo esencia naturalmente humana, el acto erótico, que por supuesto es poético, se antepone y supera a toda norma social, moral o religiosa dictada por el hombre. Hablar entonces desde la poesía es disertar sobre la vida y el misterio, con mayor hondura indudablemente luego de haberse lanzado ay, cuántas veces, a esa sima sacramento, a ese vacío interminable que es la existencia -vida y muerte, entrega y abandono, soledad y sufrimiento-, profundidad a la cual se llega, ineludiblemente, sólo por la vía del erotismo.


Hermandad Fabián Pérez Ramírez.

1999, las bodegas y fabricas abandonadas cayendo a pedazos, oxidadas y derruidas son despertadas de su aparente quietud por un auto Maverick del 70 despintado y en mal estado, que se detiene abruptamente derrapando sobre el lodo producto de la lluvia de la noche anterior. En la radio del auto suena música norteña y de acordeón, figuras religiosas cuelgan del retrovisor y los ojos de Pedro, de 20 años, se prenden a ellos por unos cuantos segundos, después baja del auto respirando a grandes bocanadas, tenso. Tiene tatuajes con el nombre de "Pedro" y "María" entrelazados con rosas y espinas; tiene ojeras, viste playera de resaque y pantalón de gabardina con tirantes, tienen sangre, esta herido en el abdomen. Mira nervioso su entorno, su caos interno va en aumento. Se escuchan ruidos en la cajuela, saca de ahí a un hombre robusto y moreno de 50 años, viste camisa vaquera de la que cuelga una placa, sombrero y botas, lentes Rayban y bigote amplio. Se sacude violentamente, amordazado y atado de manos, cae al suelo. El teléfono celular de Pedro suena, no contesta al ver el número en la pantalla monocromática y lo arroja molesto al auto; arrastra al comandante bruscamente tomándolo del cuello de su camisa. En la radio hay un corte noticioso. - Las noticias al minuto informa. Gran movilización en la ciudad por secuestro de importante comandante de la federal. El interior de la bodega es oscura, húmeda y llena de goteras. El Comandante cae a un

charco de agua sucia y mira a Pedro con rabia. Pedro le da patadas en el suelo de forma desesperada; por el esfuerzo se duele de su herida y pone la mano en el abdomen. Le tira en represalia una patada con más coraje; el Comandante se duele y se nota impotencia en sus ojos al caer sus lentes por el impacto; Pedro con actitud burlona se le acerca. -¡Je! ¿Tienes algo que decir antes de morir? Pedro pisa los lentes con saña, el Comandante se enfurece y balbucea, su rostro y ojos se tornan rojos. -Bueno... veo que no. Lo golpea con la cacha de su arma de bajo calibre y lo deja inconsciente. Afuera un Gran Marquis, modelo reciente, se estaciona detrás del auto de Pedro, tiene una sirena silenciosa de color azul frente al volante. Maneja un hombre delgado y moreno de 32 años con actitud seria; fuma. Lleva camisa negra fajada, corbata y zapatos boleados. Llama por celular a Pedro, pero escucha aquel celular sonando en el auto estacionado. Respira profundo con cara de enfado. Suena su radio comunicador. -Agente Márquez, las unidades desplegadas en la zona no han dado reportes ¿Ha encontrado usted el auto del sospechoso? -Negativo... Pedro camina en círculos, indeciso. En un arranque, apunta con su pequeña arma al Comandante; se detiene al escuchar a Márquez delatripa: narrativa y algo más

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que camina hacia él. Márquez mueve la cabeza negativamente a la vez que expulsa el humo del cigarro. -Sabía que eras tú... Márquez molesto tira el cigarro al suelo y lo pisa. Pedro traga saliva y responde con voz temblorosa. -Hermano... Márquez lo interrumpe furioso. -¡Suelta esa arma imbécil! Pedro contesta nervioso y sin mirarlo. -No ¡No! siempre quieres darme órdenes, pero ya no...-¡Suéltala!, ¡No sabes en lo que nos estas metiendo! ¡Ni yo voy a poder salvarte de esta! -¡¿Te vas a poner de su lado verdad?! ¡¿Me vas abandonar después de lo que pasó, después de lo que hizo?! -¿Y qué quieres que haga? ¿Que deje que arruines mi vida y la tuya? ¡Siempre ando arreglando tus desmadres! ¡Pero esta vez no! -¡¿Y la vida de mi esposa qué?! ¡¿Esa no valía?! ¡En la redada no le importó matarla!Pedro señala al comandante con la punta de la pistola. -En primer lugar ¡Fue tu culpa que ella estuviera ahí! ¿No?...Pedro se queda callado por un momento sin saber qué contestar, sus labios tiemblan después todo su cuerpo se estremece y con movimiento rápido mira a Márquez directo a los ojos. -Ella… ella… se me apareció… la vi carnal ¡La vi! ¡Me dijo que la vengara, que matara a este cerdo! ¡Ella me dijo¡ ¡Me lo pidió!

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La rabia que contenía la mirada de Márquez se va tornando en una mirada de compasión hacía su hermano. -¡Tú... tú deberías de apoyarme en esto!Le dice Pedro fuera de sí. Márquez baja un poco la mirada, respira profundamente tomando un momento de reflexión en medio del caos. Levanta la frente y su mirada de nuevo es fuerte, llena de autoridad. -¡¿Yo?! Siento mucho lo de María pero... ¡¿Crees que voy a matar a mi jefe?! ¡Idiota! ¡Podrían matar a toda nuestra familia en represalia, yo se de lo que es capaz! El Comandante comienza a recobrar la conciencia y Márquez pierde por un momento su seguridad al ver que él le reconoce. Su frente suda a torrentes. -¡Suelta esa arma!- Le grita desesperado a Pedro. El Comandante balbucea furioso hacia Márquez y Pedro le da una patada en la boca, le disloca la mandíbula, lo hace retorcerce en el suelo. Márquez presionado desenfunda su arma hacia a Pedro. Sirenas de patrullas se escuchan cerca. Pedro acerca más el arma hacia el Comandante, le tiembla el dedo en el gatillo y mira a Márquez por segunda vez a los ojos, una tenue sonrisa se dibuja en sus labios. -¡Je! Ya nos cargo la chin... Afuera, los oscuros rincones abandonados son iluminados por sirenas policiales. Dos disparos suenan en eco, la luz de las descargas se reflejan en los ventanales. La noche llega. Un oficial acordona la zona con cinta amarilla; reporteros furiosos por entrar a la escena del crimen chocan a gritos


con algunos policías. Luces azul y rojo circulan lentamente en las paredes. Cuatro agentes sacan dos cuerpos cubiertos en camillas; la radio del auto de Pedro sigue encendida. Una locutora narra. -La procuraduría desmiente la versión del secuestro e informa que el Comandante García

murió heroicamente mientras se encontraba encubierto... Márquez se acerca al auto esforzándose por no mostrar emociones. Recargado en la puerta del auto fuma e inhala profundamente. Después da una gran bocanada mirando al cielo. Apaga el radio.

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Reseña in vitro Daniel Zetina

Dos escritores, que se conocieron en el taller literario de la tía de uno de ellos, se encontraron en una terminal de autobuses. Los dos habían ido a aquella ciudad a presentar su último libro de cuentos y ya estaban de salida. Por casualidad, a ambos les sobraba un ejemplar, así que intercambiaron. Mientras esperaban su camión -uno al este, otro a oesteal más joven de los dos se le ocurrió una idea, de esas que se antojan geniales y no lo son. Le propuso a su amigo que, ya que los dos eran jóvenes escritores en proceso de ser famosos (omitió decir muy famosos por modestia), podrían ayudarse en su ascenso literario a las cumbres de laureles. ¿Cómo? Muy fácil: cada uno escribiría una cantidad suficiente de reseñas críticas ("pero buena onda, pues") para promocionar la obra del otro; publicarían las reseñas en la mayor cantidad de medios posibles. No podían limitarse al libro que se habían obsequiado, más bien, el plan consistía en reseñar toda la obra de cada uno, incluso el material inédito. Al otro, el mayor, le encantó la idea. Entonces, sellaron el pacto con la firma de sus libros y un beso en el cachete. La última indicación del plan era que cada uno procuraría enviar por correo tanto sus libros nuevos como las reseñas, para estar en comunicación (a ambos les era difícil usar el teléfono). Después de aquello, cada escritor recibió en su buzón y leyó la obra del otro. En cada libro se agradecía a la tía por su taller literario, "en donde habían nacido tan vívidas historias". 62

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A la par de la lectura de casi la obra completa de cada autor, las reseñas empezaron a fluir. No hubo periódico ni revista que las rechazara, parecían buenísimas. Pero, en incumplimiento del trato, nunca se enviaron copias de las reseñas que cada uno publicaba. Al contrario, parecían ocultarlas. Después de un año de leerse y reseñarse, los dos escritores amigos estaban deprimidos. Ningún editor aceptaba sus obras, incluso quienes ya les habían publicado los tachaban de bandidos, mentirosos, escritores de pastiches, etcétera. Bajo la premisa "piensa mal de un escritor y vencerás", cada escritor se trasladó en secreto a la ciudad del otro, y ya allí, cada uno se dirigió a la hemeroteca en busca de las reseñas pactadas. Les fue fácil encontrarlas. Cada uno leyó 52 reseñas de sus obras publicadas, inéditas y de algunas otras que no habían publicado ni pensaban escribir, pero que se le adjudicaban como si nada. Cada reseña contenía un lenguaje procaz, pueril, inverosímil para sus inocentes cabecitas. En total, los dos habían escrito igual cantidad de reseñas, pero más que comentarios o análisis literarios, se trataba de diatribas perniciosas en contra de su oponente, es decir, su supuesto amigo. Después de la rabia -y con suficiente cafeína en el cuerpo- los dos escritores corrieron a llorar a un baño público en donde trataron de olvidar los agravios. Terminado el


drama, volvieron a su ciudad con algunas copias del material proscrito. En casa y con la serenidad que da el oprobio, los escritores dejaron que el viento alborotara sus notas, desordenara sus papeles y acallara su ira. Claro que no publicaron una reseña más, ni una sola línea. Un año después, ambos habían dejado de leer periódicos y revistas, incluso libros… ni la publicidad en las carreteras. Habían dejado de escribir y ahora se dedicaban, uno a la contabilidad y el otro a la burocracia. Con motivo de un viaje de trabajo, se encontraron fortuitamente en el aeropuerto de la capital del país. Al verse, se quedaron quietos y mudos. Un maletero los empujó, dejándolos muy cerca, muy cerquita, casi rozándose. Por fin, uno de ellos soltó su ligero equipaje y levantó los brazos exclamando: -¡Maestro, qué gusto verlo! -¡El gusto es mío, por supuesto, maestro! Luego tomaron sus maletas y se sentaron en una banca. Platicaron con mucha naturalidad acerca de sus recientes actividades y de aquella tía de uno de ellos que les había

enseñando tanto. Cuando era hora de despedirse, el más chico guiñó un ojo al otro, y le dijo: -Te propongo algo, querido. -Dime, te escucho. -Debemos regresar a la escritura -dijo el joven. -¡Nunca! -gritó el mayor. -Anda… pero como antes. Te propongo que escribamos una columna… lo he estado pensando en la oficina los últimos días… -Y… ¿de qué sería la columna? -Se llamaría "El beso de Judas". Lo que se me ocurre es hacer reseñas de libros recientes… y aplastarlos como se debe, sin piedad. -¡Yo nunca haría eso! -No te hagas pendejo… Ultimaron detalles y se despidieron de beso en el cachete. Se convirtieron en los ¿mejores? ¿peores? críticos literarios y lograron el éxito que tanto deseaban.

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Rubiel Sánchez Bernardo Farrera

En la comandancia declaró que había sido en defensa propia. La mesera corroboró la versión del visitante pero no lo liberarían hasta que los familiares llegaran. No fue hasta las siete de la noche que éstos asomaron a la Presidencia Municipal. Se encontraba en un rincón en el pestilente espacio de cuatro por cuatro que hacía las veces de cárcel; lo que le preocupaba, era que su padre y su hermano no supieran nada de él. Él, Rubiel Sánchez, siempre tuvo una vida complicada. No entendía por qué sus padres lo maltrataron tanto. A la muerte de su padre vino a enterarse de dos cosas: que no era hijo consanguíneo de Emiliano Sánchez sino de Roberto Palacios, quien vivía en una comunidad llamada Efraín Gutiérrez, en Berriozábal, y que tenía un hermano de quien ni siquiera sabía el nombre o alguna seña en particular. Esta revelación fue un golpe tan duro que su carácter cambió drásticamente: se tornó taciturno, borracho, y la mayor parte del tiempo se ensimismaba en sus pensamientos. Divagaba sobre su modo de vivir. Repetía su nombre y su apellido al grado de desconocerse completamente. Llamándose a sí mismo Edgar Palacios, Roberto Palacios, Darbid Palacios. Se preguntaba si con el nombre de Vicente Palacios sería de todos modos Contador Público, o si le vendría mejor la profesión de Médico, o Ingeniero, o quizá Veterinario. Se cuestionaba sobre si con otro nombre ya estaría con esposa, hijos y amantes ocasio64

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nales. Se interrogaba si con el sólo hecho de cambiar de nombre devendría en otra persona y se producirían efectos inesperados en su cuerpo como una nueva cicatriz, más atlético, o panzón; si su piel se tornaría blanca, si el color de sus ojos se modificaría… un sinfín de suposiciones absurdas revoloteaban en su cabeza. Se sentía como un fruto podrido caído de un árbol desconocido. Después de beber durante un mes, decidió conocer a su padre consanguíneo. A sus 30 años, nunca había visitado ese pequeño municipio, famoso porque el poeta Jaime Sabines lo mencionaba en su poema "Tía Chofi". La noche previa a su viaje a Berriozábal, tuvo una serie de pesadillas. Se veía caminando en un sendero sombrío donde aparecían, por un lado, su padre muerto y, en el otro, con el rostro cubierto de sombras, su padre consanguíneo. No sabía a quién dirigirse. Los dos le eran totalmente desconocidos. En otro sueño salía su hermano -al menos eso creía- oculto tras las sombras. Fue una larga y parsimoniosa noche, bañado en sudores como si hubiera corrido extensas distancias. Apenas hubo amanecido, fumó un cigarro para mitigar su nerviosismo, pero esto exacerbó su impaciencia y decidió beberse una copa de brandy de un solo trago. A las 10 de la mañana abordó el camión que lo llevaría a ese pueblo que se encontraba a 40 minutos de Tuxtla Gutiérrez, en el trayecto se imaginaba sus casas, sus calles.


Para su sorpresa no había gran diferencia en cuanto a las calles de la capital chiapaneca. Lo que sí pudo percibir fue un aire apacible y el ritmo de la vida se desarrollaba a un ritmo lento. Al descender del autobús, lo primero que hizo fue preguntar por la comunidad de Efraín Gutiérrez, se enteró de que se encontraba a diez kilómetros de la cabecera municipal. Indagó la manera de cómo podría trasladarse hasta ese lugar y supo que una camioneta partiría a las tres de la tarde. Por un momento pensó en regresarse y olvidarlo todo, pero algo lo detuvo y buscó una cantina para beberse unas cervezas, acompañado de unas botanas mientras llegaba la hora del abordaje. Entró a la Cervecería Beatriz. Desde la entrada vio que era un lugar limpio, ordenado y lo atendía una señora amablemente. "Qué bueno que no hay putas" pensó, porque ya sabía que en esos lugares siempre se terminaba con la nariz rota o se ganaba uno insultos gratuitamente. Al pedir su cerveza, se contuvo para no preguntar por Roberto Palacios, pues, no sabía a qué se dedicaba y no sabría a qué responder si lo interrogaban por el motivo de su visita. Vio a otra persona sola que apuraba su vaso de cerveza y hurgaba en el plato de cacahuates para elegir uno entre el montoncito, como si la elección tuviera una trascendencia que repercutiría en el universo mismo. El tipo, absorto en sus pensamientos, aparentaba alrededor de 30 a 35 años, tenía el pelo hirsuto y vestía descuidadamente. Al levantar la mirada el desconocido, se encontró con la suya y se sintió incómodo, imaginó un reproche por la intromisión. Decidió com-pensar su atrevimiento con la invitación de una cerveza, no porque ese extraño no tuviera para pagarla sino porque su conciencia así lo dictaba. En cuanto vio a la mesera, pidió dos: una para él,

Rubiel Sánchez o Edgar-Roberto-DarbidVicente Palacios, y otra para el desconocido. Después de que la mesera las llevara, el otro sólo levantó la mano en señal de agradecimiento. Habían transcurrido dos horas y un nerviosismo comenzó a surgir de quién sabe dónde, invadiéndolo. Apuró su bebida y pidió una más acompañándola con unas costillas fritas como botana. No advirtió el momento en que el desconocido se fue a sentar a su mesa y comenzaron a hablar de la mala temporada de los pumas, del fraude electoral, y se contaron chistes procaces, como si fueran viejos amigos. El momento incómodo llegó cuando el desconocido le preguntó: -A leguas se ve que usted no es de acá. ¿Qué lo trae por estos lugares? Recordando ver anuncios de venta de terrenos durante su viaje de Tuxtla a Berriozábal, Rubiel Sánchez, contestó: -Vine por la compra de unos terrenos…a ver si me animo. El desconocido dijo saber de unos solares a buen precio y en facilidades de pago. Proporcionó nombres de algunos vendedores y advirtió: -No se confíe porque hay personas que venden el mismo terreno dos veces, y otros que negocean propiedades que no son suyas. -Gracias por el consejo. Dijo lacónicamente. Continuó bebiendo sin ninguna prisa, mientras el desconocido iba entrando más en confianza y la lengua se le enredaba por momentos que hasta llegó a confundir los nombres de los jugadores de fútbol y los marcadores de los partidos anteriores. El desconocido consumía las cervezas más delatripa: narrativa y algo más

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rápido que Sánchez: si él se bebía una, el otro ya había vaciado tres. No le molestaba que no tuviera para pagarlas sino que ni siquiera se había tomado la molestia de preguntarle si podía convidarle otras más. Ya decidido a marcharse, pidió la cuenta a la mesera. El reloj ya marcaba las 2:30 de la tarde, justo el tiempo necesario para alcanzar la camioneta que partiría a Efraín Gutiérrez. El desconocido pareció molestarse y exigió le invitará una más. A lo que Rubiel se negó. El otro, molesto, se abalanzó con una botella vacía que Sánchez esquivó fácilmente. Le propinó un derechazo en la barbilla. El desconocido se derrumbó y se golpeó la cabeza. Un hilillo de sangre emanaba de entre sus cabellos. No sabiendo qué hacer se dirigió al hombre para saber si aún seguía vivo. Fue inútil.

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De repente golpearon la reja y gritaron: -¡Rubiel Sánchez, acérquese! Lo condujeron a un escritorio desvencijado y frente a un señor de alrededor de 75 años ratificó su declaración. El viejo expuso que el difunto era su hijo, que bebía mucho y que era muy conflictivo, por eso lo había corrido del rancho donde vivía con su esposa y no demandaría reparación de daño alguno. El contador Sánchez al leer el nombre de quien firmó el acuerdo jurídico, se quedó mudo. Clarito decía Roberto Palacios, y supo que ya no podría decirle que era hijo suyo y que su hermano tampoco lo sabría.


La reina del sur. Una lectura muy norteña. Joelia Dávila

"Ahí va una morra con güevos". Es increíble cómo el lenguaje sabe retratar las realidades, las reales y las inventadas: La mujer, el coraje, el valor, la fuerza, la idiosincrasia. Estas palabras tan simples, una frase echada al aire, dicen de Teresa Mendoza más de lo que su retrato, el roto en donde salía con el Güero Dávila, podría decirnos. En esta ocasión hice una lectura distinta del libro de Arturo Pérez-Reverte. Leí el primer capítulo, como debe ser, del principio hacia adelante. El segundo capítulo leído fue el último, y así llevé la lectura, alternando los capítulos de esa manera, principio a fin y viceversa. Lejos de acabar con la curiosidad, esta forma de saber las cosas la sembró con mayor intensidad. Quise conocer por qué había una Teresa que corría con el corazón saliéndosele por el cuello, tirándose al lodo y levantándose con el cuerno de chivo a todo lo que daba, después de leer en el primer capítulo que Teresa era la novia incauta de un narco más. Y conforme me acercaba a la mitad fui encontrando ese y otros porqués. Teresa Mendoza me sorprendió. Al principio se veía una chica bastante común, como esas morritas novias de los narcos, no demasiado inteligente como algún personaje llegó a decir, pero lo suficientemente astuta como para no dejarse morir. Después resultó ser lo bastante inteligente como para crear el imperio a su alrededor. Lo suficientemente ágil como para obtener los servicios de quien la intentara matar al principio. Lo suficientemente hábil como para perderse en el mundo y existir en alguna parte. Tanto me ha sorprendido que ya me quiero comprar mis botas de anguila y mi cinto piteado

con hebilla de coral o quizás con algún animal incrustado, para mostrar lo chila que puedo ser. Lo difícil de la lectura fue abstraerme y creérmela como novela. Los nombres conocidos, Elmer Mendoza, Julio Bernal, los grandes narcos, los lugares, los corridos, los conjuntos norteños, todo era para mí tan familiar que no fue fácil pensar que Teresa era un personaje, y me sorprendía muy seguido pensando en que Teresa era la mujer sentada a mi lado en el restaurant o la que vi la última vez que visité San Diego y tenía cara de mexicana cansada y fuerte. Todo fue muy real. Pero lo que más colaboró a esta confusión mía fue el personaje de Elmer Mendoza, porque Elmer-personaje hablaba como Elmer-persona real. El autor no consintió diferencias. La frase de la morra con güevos es una de las frases comunes en Elmer. Tuve la oportunidad de entrevistarlo hace algunos años, cuando estuvo en la Feria del Libro Universitario (UABC Mexicali, Baja California), para el programa De Letra en Letra (canal de la UABC), para dos programas, uno sobre su trabajo como escritor y otro sobre narco literatura. Después de lo comentado entre cámaras y unos tacos, concluimos en que lo narco existe y no hablar de ello es negar nuestra realidad. A Elmer se le ha criticado, junto con el resto de escritores que escriben narco literatura, diciendo que no crean nada sino describen lo que ven. Ellos se defienden con la visión de que retratan lo que existe y crean ficciones tan reales que nos nombramos nosotros mismos en ellas. Los que vivimos esta realidad nos dibujamos en una Teresa Mendoza, en un Güero Dávila, en un Batman Güemes, en una Pati delatripa: narrativa y algo más

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O'farrell, un Teo, un Fisterra, un Pote, un Gato Fierros. Ya no nos asusta, pero nos asombra. Publicar narco literatura es como cantar narco corridos, podrán juzgarlos y hasta prohibirlos, pero existen y, mejor aún, existe aquello de lo que hablan. Me sorprende y maravilla esta forma de contarlo, esta manera de decir y de hacer literatura a partir de la realidad tan cruda y aceptada que vivimos. No hay ficción que supere a la realidad, y esto está bien aplicado a esta narco literatura, en donde se dice lo que existe y, sin embargo, nos maravillamos al descubrirla. Porque está bien contada. Porque allí somos una tercera persona leyendo, desde lejos, a distancia, y normalmente somos la primera persona que lo vive, sin ser conscientes del todo. Existe un corrido, existe un website de la novela en donde se linkea a un mapa de la ciudad de Culiacán, "la ciudad natal de nuestro personaje", la historia de la ciudad, links a otros corridos inspiradores de la novela como "Contrabando y traición" (o Camelia la Texana), o como "La camioneta gris" (o el corrido de Inés y Pedro, el cual tiene más parecido con las aventuras de Teresa y el Fisterra, sólo que éstos en mar y aquellos en tierra), links a comentarios, preguntas y respuestas, relación de personajespersonas reales con ella, y una lista de "mejicanismos" traducidos al habla española. Al parecer estas traducciones fueron realizadas por un español pues algunas palabras no están traducidas correctamente, como "chilo", en donde dice que significa guapo, apuesto, buen mozo o algo así. y nosotros los norteños sabemos que chilo significa chingón, algo bien parado, bien hecho, bien puesto, guapo también, dependiendo de la situación, pero más que nada algo o alguien bien cabrón para lo que hace o para lo que está. "Morra" la traducen como la novia de un narco pero sabemos que morra no es eso, morra es muchacha, mujer joven, chavala, morrilla, y que es lo 68

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contrario de ruca. Afortunadamente para mí resultó muy fácil la lectura por estar tan familiarizada con el lenguaje, pues así hablo normalmente. De hecho, Pérez-Reverte se vio un poco tímido, los albures fueron pocos, las groserías de repente se quedaban cortas. "Chíngale, que estaba retelejos de Culiacán", creo que Teresa hubiera dicho "a la madre, estamos una madre de lejos de Culiacán", pero tal vez eso era echar demasiadas madres y el autor respetó demasiado la imagen maternal, pues se limitó a usar la palabra sólo cuando alguien "no tenía madre". A pesar de haber leído ya narco literatura en cuentos sobre todo breves, ahora con la novela veo con mayor claridad que todos estamos inmersos en esto. Si quiero puedo cambiar mi trabajo, es cosa de que lo decida y me acerque a los indicados. Sé con quienes acudir, sé cómo comenzar a trabajar, necesitaría que me dijeran qué hacer, es todo. Es algo natural, aunque no tanto aquí en Mexicali como en Culiacán o en Tijuana o Cd. Juárez o Nogales, pero es casi lo mismo. En la misma familia o entre los amigos, todos tenemos a un narco. De mayor o menor nivel, pero todos corren por donde mismo. Ya se ha superado la frontera entre lo escondido y lo conocido. Ya forma parte de nuestro día común. Antes sabía que había algún narco por aquí o por allá, pero ahora sé que puede ser cualquiera. Que en cualquier momento, sin decidirlo tal vez, puedo serlo yo misma, tan inmiscuidos estamos en esto todos. Teresa Mendoza es una heroína, no se convirtió en una chaka sino en la chila de la muvi. No exalta aquí el autor los crímenes de las autoridades, no declara la impunidad de las masas mafiosas, no atestigua contra todos los personajes reales que menciona, todo eso es consecuencia. Habla de una mujer que hizo y deshizo apretada por el destino, por salvar el pellejo solamente. O tal vez es todo al revés y la historia de Teresa es


sólo el pretexto para hacer toda esa declaratoria de personas, de situaciones, de verdades absolutas que venimos viviendo tan normalmente desde hace tiempo. Concluyo con una observación sobre el oficio del lector: Si esta novela es tan buena, tan gráfica y ha sido legitimada por las autoridades literarias, si nos retrata tan fielmente una realidad que nosotros vivimos y conocemos tan bien, si hasta nos dice cómo hablamos, entonces y con mayor entusiasmo hay que leer narco literatura nuestra, escrita por los que la viven, por los que están aquí. Hablo de Elmer Mendoza, por ejemplo. El español Pérez-Reverte nos dice más o menos cómo hablan Teresa y su gente pero no domina la jerga, Elmer la habla a diario. Y no sólo él, hay muchos escritores actuales chinolas, de Tijuana, de Mexicali, Daniel Sada, Sergio González Rodríguez, por mencionar algunos, que así escriben porque así hablan, porque así viven. No me asusta la historia, de hecho a Teresa ya le he puesto un pequeño altar que adornaré con las botas de anguila que compraré; me asusta que no me asuste el saber que con una simple llamada, en este preciso momento, puedo estar dentro de lo que no podría salir ya jamás. Sólo que yo no creo tener la inteligencia y el valor para ser la gran

narca chila, la morra chaka valiente que aprenda a transar en mares desconocidos o a truquear con cuernos de chivo cuando llegue la judicial a chingarme. Eso sólo la reina del sur, la chila de la muvi.

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De los sentidos al escenario; del escenario a los sentidos Reyes Baltazar Torres Lugo Risas, sollozos, entrecejos fruncidos, corazones intentando saltarse de los pechos… en pocas palabras: almas acariciadas por verdades. La descripción anterior, es sólo una muestra de los sentimientos que irrumpen en el público, al presenciar una obra de teatro. ¿Quién ha sido capaz de tan conmovedor acto? Los artistas han hecho su labor: cual correa transmisora, han arrebatado a la realidad su esencia y la han depositado en el corazón y cerebro del público.

Así, después que el artista ha transmitido su mensaje al público, ahora, es éste el encargado de exigir soluciones, para cambiar la realidad denunciada. Asimismo, se dice que no hay mayor riqueza que la que se comparte, y es una aseveración muy cierta. De tal manera que, si nuestros artistas han cumplido con su noble misión, luego, el público, toma el estandarte de diseminador, como abeja llevando polen de flor a flor.

Labor exigente, desgastante, apasionante. Aún así, en esta noble actividad, hay quienes ponen frente a los ojos del público, de manera predeterminada, falsas representaciones de la realidad; lo anterior, con fines económicopolíticos. También, como es de esperarse, están los paladines de la sociedad, aquellos que, en la medida de lo posible, representan, con su profesionalismo y talento, las verdaderas condiciones existentes en una familia, en una sociedad, en un Estado, etcétera. Los primeros, los que se venden al mejor postor, tergiversan la realidad, visten la injusticia de justicia y la esclavitud de libertad; los segundos, conscientes de la magnitud de su misión, abanderan la crítica del malsano status quo.

Afortunadamente, y para desgracia de algunos, el artista es correa de transmisión, en muchos casos, inquebrantable, enalteciendo su importante labor, utilizando, así, su gran capacidad para dejar de ser ellos mismos por un instante y encarnar las fortunas y desventuras de nuestra sociedad, como mecanismo de concientización. Así pues, cerremos el circuito, cumpliendo como público crítico y diseminador.

Es la tenacidad de los artistas la encargada de distinguir de qué semilla germinará una flor, y de cuál una mala hierba. Representar una sociedad ejemplar como proterva y viceversa, es atentar contra la sociedad misma, es atentar contra aquellos que brindan sus aplausos y el sostén de cada día. Más aún, resulta degradante si se traiciona a la sociedad por la avaricia, es decir, optar por el interés personal antes del social. 70

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Damas y caballeros: un fuerte aplauso a nuestros artistas.


Nos vemos en el slam

por Mario Pineda Quintal

Los Mayans Roots Proyecto "Inamovibles Sueños" En los primeros kilómetros de la carretera hacia Valladolid, saliendo desde Mérida, existe una desviación que a primera vista puede ser el camino para llegar a un recinto católico. Pero al ir avanzando sobre su pavimento, se empieza a ver a los costados un monte limitado por albarradas, un campo de beisbol, casas y unos metros antes del gran portón de la iglesia, se adentra a la cabecera municipal de Tahmek, un pueblo pequeño con su parque principal, edificio para el ayuntamiento, un área para las corridas y torneos de lazo, agencias de cerveza, cantinas, tienditas, casas de concreto, casas de paja y una primaria. Diríamos un poblado más del Estado que cada año celebra sus fiestas patronales y bailes con la interpretación de jarana, trova, cumbia y el mexicanísimo ritmo grupero. Pero en sus menos de cuatro mil habitantes, se encuentran unos jóvenes que hacen la diferencia e incluyen a Tahmek en una selecta lista musical, son los integrantes de "Mayans Roots", una banda que se ha unido al movimiento reggae en Yucatán. Participando en el proyecto "Inamovibles Sueños", viajé un domingo a este municipio para entrevistar a Jorge, Carlos Kevin y Lorenzo, con el objetivo de conocer la historia de la banda, aciertos y desaciertos, el trabajo creativo, sus experiencias en las tocadas, opiniones del movimiento musical yucateco y sus ideas entorno al Rastafari. Llego al poblado unos minutos después del mediodía, y ellos, junto con su manager, Dita Espadas, me dan la bienvenida en el parque principal, que por el día, se puede ver entre sus árboles, bancas y jardines, a niños jugando, algunos

comerciantes, parejas, familias y ancianos en plena plática. Tras el saludo me convencen de realizar la entrevista en el ayuntamiento. Juntos cruzamos la única calle que separa la alcaldía de la convivencia del pueblo, y sin problemas pasamos a su explanada interior que se encuentra cubierta por un techo de lámina. Nos sentamos en círculo, enciendo la grabadora y empezamos con la historia de la banda. Jorge, el vocalista, me cuenta que en el 2007 se reúnen todos los integrantes de la banda y con sus guitarras van interpretando varias rolas de rock, punk y ska, hasta que un día Miguel llega con unos discos de reggae. Los sonidos y las letras son del gusto de todos y deciden que su agrupación sea militante de este género, tocándolo con la intención de la pureza jamaiquina, el roots, transmitiendo armonía y sentimientos, sin combinarlo con otros ritmos. Fijados en un estilo y la meta de ser una banda, comienzan a ensayar en busca de crear sus propias canciones. En este momento creativo exploran sus instrumentos guiándose con sus sentimientos personales hasta encontrar una armonía entre acordes y letras. En este principio, ninguno de "Los Mayans Roots" asiste a escuelas de música. Todo lo que saben de este arte, es lo que han escuchado y bajado de internet, pero aprovechando la capacidad auditiva y respetando el compromiso del ensayo constante, logran tener listas cuatro rolas propias y un cover. Con este número en su repertorio deciden subirse a los escenarios. Su primera tocada es en casa, Tahmek, Dita Espadas la organiza en el marco del aniversario del pueblo, como un evento delatripa: narrativa y algo más

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para los jóvenes locales que prefieren escuchar la música alternativa, en vez de la comercial. Tuvieron un público dividido, la gente que aplaudió sus rolas, y la gente que los tachó de sacrificadores de gallinas. En el transcurso de tres meses, además de la primera tocada, se presentan con la banda de ska "Los Ayudantes de Caska" en el municipio de Tixkokob, participan en una protesta artística por el incendio de la guardería ABC realizada en la parque Santa Ana de Mérida y en el foro cultural "La Quilla", donde comparten el escenario con "I&I", la primera banda de reggae de Yucatán. "Los Mayans Roots" reconocen estas tocadas como aciertos, pero no niegan sus complicaciones al momento de lograrlos, como la falta de un equipo de audio e instrumentos, que lo resolvieron pidiendo prestado a otras bandas como "Los Ayudantes de Caska", "Denzo Slam" (ska) y "La Libélula" (reggae), que en muestra de compañerismo accedieron y los apoyaron. Dirigiendo sus voces a la grabadora, coinciden en que el movimiento alternativo musical de Yucatán obtiene su fortaleza desde el surgimiento de las primeras bandas de rock y es favorecido por los foros donde se organizan las tocadas con todos sus elementos, el slam sin la advertencia de "bájale al desmadre", la convivencia de músicos y público y la cerveza en mano. Aunque aseguran que no estaría mal el apoyo de las instituciones de gobierno, como la Secretaría de la Juventud, para impulsar a los emergentes y reconocer el trabajo de las que llevan varios años en este oficio, sin imponer un

compromiso partidista o de discurso. A ellos, la autoridad municipal les ha facilitado el transporte cuando han tocado fuera de Tahmek. Al preguntarles sus perspectivas del reggae local en los escenarios de dicho movimiento alternativo, comentan que bandas como "Polok Tolok", "La Libélula" y "Bajo Cero" le han mantenido la esencia roots y el respeto a la cultura que transmite el género, atrayendo gente a las tocadas dispuesta a bailar, aprenderse las rolas y dar destrampe a las alegrías. Dos de "Los Mayans Roots", Miguel y Jorge, poco a poco van incursionando su estilo de vida y pensamientos en el Rastafararismo. Para ellos es una religión y una filosofía, lo llevan en el corazón y lo manifiestan en su música. En el caso de la marihuana la ven como una creación divina de este planeta, existe por algo, para meditar o hacer conciencia. Jorge, es claro respecto a una de las drogas que motivaron una supuesta guerra contra el narco en el país, "la sociedad piensa que es mala, el gobierno lo ve mal, pero nunca se dice la verdad de esta hierba, es medicinal, mística, filosófica, una conexión con Dios. Ni causa adición, sus efectos son naturales". Al final de la entrevista, "Los Mayans Roots" me comentaron que desean que este movimiento suene en otros municipios y por su propia gente. Haya más espacios, tocadas, publicidad y las bandas alternativas mantengan la unidad en pro de una música diferente y un discurso de conciencia.

Nota: En las primeras entregas de la columna "Nos vemos en el slam" estaré publicando las entrevistas que realicé como participante del proyecto "Inamovibles Sueños", apoyado por el "PACMYC"

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