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Agradable: ¿puedes disfrutar entrenando de esta manera a lo largo de mucho tiempo?

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óptimo” es entrenar 6 días a la semana durante dos horas como hace tu influencer favorito, pero eres un padre de familia que trabaja 50 horas a la semana, tienes otras aficiones y sueles tener compromisos familiares los fines de semana; puede que no sea del todo realista. Tienes que empezar con lo que sí puedes hacer antes de pensar en lo que quizás deberías hacer. Recuerda que lo óptimo no es necesariamente lo mismo que realista. Plantéate primero cómo puedes ajustar tu plan de entrenamiento para que, dada tu situación, sea sostenible y realista, antes de entrar a valorar cualquier otra cosa. Si crees que una rutina de entrenamiento de 5 días a la semana sería perfecta, pero solo dispones de 4 días para entrenar - no es una opción válida ¡olvídate de ella! Céntrate en lo que sí puedes hacer en los días que tienes a tu disposición. Es fundamental pensar también en lo que vamos a poder hacer a largo plazo. Lo que sobre el papel puede parecer ideal, pero que en el mundo real nos va a hacer tirar la toalla cada dos por tres, va a darnos peores peores resultados que un enfoque menos óptimo al que podamos adherirnos. Recuerda que es en la constancia, no la perfección, en lo que se asienta el progreso.

Cuando ya tienes la parte “realista” bajo control, el siguiente paso es pensar en la parte “agradable”. ¿Por qué es tan importante disfrutar? Te puedo garantizar que si sigues un plan que te encante, aunque no sea óptimo, vas a esforzarte mucho más que si sigues un plan óptimo pero que no te guste.

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Pongamos un ejemplo actual; piensa en la popularidad que ha ganado el Crossfit. Si ha tenido éxito ha sido por una razón - la gente se apunta a los boxes de Crossfit y logra progresar como no lo había hecho en años. ¿Por qué puede ocurrir? - Porque están disfrutando más de sus entrenamientos y, por tanto, dedicándoles un mayor esfuerzo. Quizás sea esa camaradería propia del Crossfit lo que les

faltaba y no la calidad del programa que estaban siguiendo antes. Debes tener siempre en cuenta cómo vas a ajustar los principios que deben cumplir tus entrenamientos de acuerdo a lo que más te va a hacer disfrutar. No todos nos comportamos como si fuéramos robots — el hecho de que estemos motivados o no va a tener un gran impacto en la continuidad y, como consecuencia, en los resultados que seremos capaces de lograr. Ser testigo de tu propio progreso va a hacer que los entrenamientos sean más agradables y más fáciles de mantener en el tiempo. Programar tu entrenamiento no solo de acuerdo a unos fundamentos sólidos, sino teniendo también en cuenta lo que más vas a disfrutar te ayudará a generar un círculo positivo en el que al disfrutar más entrenando te esforzarás más en tus entrenamientos, lo que te hará lograr mejores resultados, lo que a su vez te hará disfrutar aún más de tus entrenamientos.

DISFRUTAR

RESULTAD O S M A YOR ESFUERZO

A algunas personas lo que más les hará disfrutar será aquello que más rápido les haga progresar hacia sus objetivos (esta es la mentalidad propia de muchos atletas). Sin embargo, el resto de nosotros debemos prestar la misma atención a aquello que vamos a disfrutar como a lo que nos hará progresar. Es más, hay ocasiones en las que tus esfuerzos se pueden ver comprometidos si inviertes todas tus energías en el objetivo, en lugar de hacerlo en el proceso para lograrlo. Un estudio se propuso demostar esta idea; para ello se compararon dos grupos en el que uno de ellos centró toda su atención únicamente en el objetivo final logrado mediante la realización de la tarea indicada, mientras que el otro se centró en el proceso en sí mismo de terminar esa tarea. El grupo centrado en el "objetivo final" recibió instrucciones para automotivarse mediante la focalización de sus pensamientos en lo que iban a lograr al realizar la tarea, mientras que al grupo "orientado al proceso" se le instruyó para que se centrara en los sentimientos positivos generados al realizar la tarea. Un ejemplo aplicado al entrenamiento sería centrar tus pensamientos en mejorar tu máximo en sentadilla, en lugar de hacerlo en el propio acto de realizar una sentadilla pesada y la sensación de fuerza y seguridad que eso produce. Sorprendentemente, al final del estudio el grupo que se centró en el “objetivo final” en lugar de hacerlo sobre el proceso ¡logró sus objetivos con una menor consistencia! [1]. Por tanto, la conclusión que podemos sacar de todo esto es que debes aprender a disfrutar del proceso. Programar tu entrenamiento con esa mentalidad que no es capaz de ver más allá de la forma más "óptima" de alcanzar los objetivos finales podría llevarte finalmente al fracaso.

Piensa en el ejemplo que te he puesto antes sobre el padre de familia — si su plan de entrenamiento le hace disfrutar mucho, pero le requiere tanto tiempo que está comprometiendo su matrimonio y la relación con sus hijos, con el tiempo eso le hará disfrutar cada vez menos de sus entrenamientos, sus niveles de estrés aumentarán, su sueño sufrirá y todo esto terminará teniendo un impacto negativo en los resultados. Tienes que plantearte primero si merece la pena. ¿Cuántos viejos culturistas no profesionales hay que se lamentan en silencio por haber pasado tanto tiempo en el gimnasio, porque estaban convencidos de que necesitaban una rutina dividida de seis

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