Muchos nos sentimos llamados a seguir más de cerca a Jesús. En la vocación laical, en el matrimonio y en la familia; en el servicio ministerial, partiendo el pan y siendo signos de reconciliación;
en la vida consagrada, dedicando la vida entera, sin reservas, a Dios, a los hermanos y a los jóvenes. Aquí, en la casa de Don Bosco, aprendemos a vivir la vida – como él – como un continuo sueño por el bien de los jóvenes.
Hay un sitio para ti.