Bolivia en el Siglo XX – La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX LA FRAGMENTACIÓN Y EXCLUSIÓN COMO MOTOR DEL CONFLICTO

PROFESOR GUÍA: EDUARDO ARAYA

/ ALUMNO: ADRIÁN VILLEGAS


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

PREFACIO

PREFACIO: ¿SERÁ ESTE EL CAMINO?

Hasta hace no mucho tiempo, esta investigación tenía por principal objetivo buscar en los problemas estructurales del Estado boliviano, y proyectar a través de su evolución histórica, una respuesta posible al escenario de constante ingobernabilidad que ha acompañado a la nación altiplánica desde su conformación, para explicar especialmente el fuerte cuadro de inestabilidad presente en el país durante los últimos años. La tarea no era excesivamente compleja en un principio, aunque si bastante extenuante dado el volumen de información existente y el sinnúmero de ejemplos posibles de analizar dentro la historia de Bolivia. Dentro de esta lógica inicial de investigación, el tema de la falta de construcción de un sentimiento nacional por parte del Estado (que obviamente tendría que haber sido generado –o por lo menos conducido- a partir de ciertos consensos a nivel de la elite gobernante) parecía una buena hipótesis, ya que a partir de este problema inicial, podía aventurarse una explicación relativamente consistente de los problemas estructurales del Estado boliviano a través de su historia.

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El problema de esta empresa estaba precisamente en que era muy difícil construir una explicación que satisficiera por igual el escenario del siglo XIX y XX a partir de la hipótesis del sentimiento nacional, además de que en gran parte la explicación a su ausencia era monocausal: los problemas de la elite para poder imponerlo en una sociedad pluricultural. Es por ello, que cada cierto tiempo, esta hipótesis era revisada, estableciéndose que su carácter precisaba de más elementos explicativos, lo que llevaba a que se sumaran nuevos actores, factores y escenarios que no hacían más que enturbiar y desviar el análisis, no permitiendo su llegada a buen puerto (con consecuente gasto de tiempo y energías que ello implica). Sin embargo, a partir de estas constantes reformulaciones, se asumía de forma más convincente en que el problema seguía estando precisamente en la falta de construcción de un sentimiento nacional, concepto que a estas alturas de la investigación se ha cambiado por el de “identidad nacional”, ya que hoy en día, no puede hablarse de grupos que no se sientan bolivianos, sino más bien, de grupos que su identidad, les impulsa a relacionarse de diferente forma con el resto de los grupos de la sociedad boliviana o con el mismo Estado. Sin embargo, este cambio, no implica necesariamente una solución al problema original, ya que la identidad sigue estando mediada por una serie de otros elementos (muchos de los cuales no eran realmente necesarios para el análisis) que no permitían explicar el objetivo: los problemas estructurales del Estado boliviano. Es de esta manera, como se llega a la conclusión de que la investigación no podía seguir por ese camino, pero también se descubre que en todas estas reformulaciones existía una constante que siempre superaba cualquier revisión: el conflicto entre la elite y el resto (entiéndase mestizos, indígenas, campesinos, mineros, etc., básicamente los marginados de la toma de las altas decisiones del poder político conductor del Estado) de la sociedad boliviana.

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Llegado a este punto, parecía que había una luz de esperanza. El conflicto recurrente entre la elite y los grupos marginados del poder político, parecían poder explicar algo, ¿pero qué? Ciertamente ayudaban a fundamentar el tema de la falta de la construcción de una identidad nacional, pero parecía incapaz de explicar ciertos problemas estructurales del Estado boliviano (y probablemente de cualquier Estado, dado que el conflicto siempre está presente en cualquier sociedad humana, es más, algunos lo consideran como el motor de la historia), dado, como se señaló anteriormente, las diferencias entre las dinámicas sociales del siglo XIX y XX. Entonces, era obvio hacer ciertas preguntas ¿es posible explicar los problemas estructurales de un Estado a partir solamente de la falta deconstrucción de una identidad nacional?, ¿resulta posible utilizar las mismas características de análisis en siglos de realidades tan diferentes como el XIX y el XX?, ¿es necesario abarcar a cabalidad los problemas sociales, económicos, políticos, etc., de un país en diferentes momentos históricos para establecer una sola constante histórica que los explique?, ¿es posible analizar una realidad social tan compleja como la boliviana sin un paradigma claro de análisis que sustente la metodología de trabajo?. La respuesta categórica a estas preguntas básicas (y por cierto a muchas más) fue que no. De esta manera, el análisis a realizar precisaba de una teoría, de un paradigma que sustentara las ideas fuerza de la investigación y también sus progresos. En vista de que por lo menos, de todos los bosquejos anteriores, se rescataba el tema del conflicto entre la elite y los sectores marginados como elemento presente en cualquier parte del análisis realizado, se llega a establecer que el tema del conflicto social es un buen punto de partida para lograr el objetivo inicial: buscar en las causas más profundas del conflicto, los problemas recurrentes del Estado boliviano (ya que nos hemos dado cuenta, que determinar los problemas estructurales del Estado boliviano precisa de otro tipo de

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investigación), y proyectar a través de su evolución histórica, una respuesta posible al escenario de constante ingobernabilidad del país. Producto de que el tema del conflicto es en sí una característica recurrente no sólo de los problemas del Estado boliviano, sino de la misma esencia de la sociedad boliviana, ya que está presente en toda su historia, además de que es un elemento que va a la par de la evolución histórica del país, esto permitiría abordar de mejor manera también, los escenarios dispares producto de los cambios entre el siglo XIX y XX, ya que estos cambios nacen del propio conflicto, siendo que a partir de ello, se ha optado por centrar el análisis en esta problemática. Pero como se ha señalado, para ello se precisa de una teoría, para lo cual se ha decidido adoptar la “Teoría del Conflicto Social” desde el enfoque del paradigma “Constructivista”. La justificación de estas elecciones radica en que el conflicto puede ser definido como la contraposición entre dos actores o más a partir de intereses antagonistas (lo que se agrava cuando se trata de intereses incompatibles) como por ejemplo, la competencia por bienes escasos. El conflicto suele comenzar cuando los actores reconocen que sus intereses son antagonistas (o se intentan concretizar sin el consentimiento del interlocutor) lo que conduce a un enfrentamiento. Sin embargo a pesar de lo básico de esta definición, hay ciertos puntos a considerar que complejizan el análisis. En primer lugar (y de allí la adopción del paradigma constructivista), es que muchas veces, ciertos intereses u objetivos de alguno de los actores es “percibido” como contrario a los propios, motivando acciones particulares del actor. Esto se inserta claramente en la premisa constructivista de que la realidad es una construcción social y producto de ello, los actores actuarán de acorde a sus percepciones, a pesar de que ellas no son necesariamente elementos objetivos de análisis para la toma de decisiones. Es

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segundo lugar (y por ello asumir la teoría del conflicto social), todo conflicto tiene una secuencia determinada, por lo que el conflicto puede ser categorizado en base a tipologías, entregándose de esta forma, ciertos insumos necesarios, desde la perspectiva metodológica, para el análisis. De esta forma el objeto de análisis se desplaza al conflicto1 entre la elite boliviana y los indígena y grupos marginados (del poder político básicamente, pues es esta esfera del quehacer la que da pie a otro tipo de marginaciones y exclusiones, como la social o la económica), del cual se señala hipotéticamente, es un conflicto recurrente a través del tiempo, el cual ha determinado la estructura de las relaciones sociales, gran parte de los problemas recurrentes del Estado y constituye el principal elemento que dinamiza el cambio de la propia sociedad a través de su historia. En este momento resulta importante señalar que se habla genéricamente del conflicto, pero se subentiende de que son una variedad amplia de conflictos, los que en este trabajo se van detallando según el momento histórico, sin embargo se debe tener en cuenta, que el origen de ello sería exclusión o marginación, por lo cual, se puede considerar a este elemento, como el motor de la gran mayoría de los conflictos. Cabe destacar aquí que también se ha considerado a la exclusión en todas sus áreas (política, social, económica, etc.) como el motor de los conflictos, lo que ha llegado a configurar una situación de conflicto recurrente (y por ende no necesariamente permanente), en el sentido, de que no ha sido posible solucionarlo a través del tiempo. Es así como se propone analizar el conflicto entre ambos actores a través de la historia boliviana (tomando algunos hitos 1

Cabe señalar que se analizarán y establecerán categorías de los conflictos de la construcción de una propuesta metodológica con la finalidad de poder determinar las tipologías de conflicto a partir de ciertos indicadores (a partir de sus antecedentes, causas, actores, desarrollo, formas de resolución y consecuencias) y con ello catalogar los tipos de conflicto que han existido en Bolivia con fines analíticos, ya que con una tipología es posible establecer conclusiones más claras y fundamentadas.

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históricos como períodos y coyunturas que fomentan o apaciguan el conflicto según la circunstancia) y de esta forma, visualizar algunas constantes históricas de las problemáticas y debilidades del Estado boliviano (que siendo consecuente con el objeto de análisis, debiese estar referido a la negativa constante y por diversos motivos de ofrecer a los grupos excluidos, la calidad de ciudadanos con plenitud de derechos2), desde la perspectiva de su imposibilidad para resolver el problema motor del conflicto según esta investigación: la exclusión, la cual en ciertos momentos, ha hecho que se pase de un problema o tensión, a una crisis, con las dosis de violencia y problemas de estabilidad y gobernabilidad política que ello conlleva. Sobre la importancia de la exclusión como motor del conflicto existente en Bolivia, se propone que posee una relación estrecha con el tema de la identidad nacional. En otras palabras, las crisis3 que ha experimentado el Estado boliviano, si bien nace de la confrontación de las clases sociales anteriormente señaladas y cuyo motor es la exclusión, permite determinar además el grado de construcción de identidad nacional en un momento en particular, dato no menor, puesto que ello, es otra de las razones de los múltiples conflictos que mantiene hasta el día de hoy la sociedad boliviana y es uno de los problema de carácter permanente que presenta el Estado boliviano. Para lograr este objetivo se ha determinado que los siguientes momentos históricos resultan como los más representativos en miras de visualizar el conflicto: 2

Que por lo menos ayuda a resolver el problema de análisis hasta la década de los años ’90 del siglo XX, en que de forma constitucional, los indígenas adquieren derechos ciudadanos plenos, sin embargo, la resistencia cultural (como idea en primera instancia) junto a otros factores (como la falta de cultura política por ejemplo), no ha solucionado el tema del conflicto recurrente en Bolivia entre la elite y el resto de los grupos que componen la sociedad, por lo cual el tema de los derechos políticos en la actualidad no debería ser la única vía para explicar la actualidad del conflicto político en Bolivia.

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N° 1: Desde la manifestación de las consecuencias de la Guerra del Pacífico a fines del siglo XIX hasta la década de 1930, con los primeros intentos de construir un Estado – Nación.

N° 2: Desde la década de 1930 hasta la llegada de la “democracia pactada” de 1985, pasando por la Revolución de 1952.

N° 3: Desde 1985 hasta la crisis del año 2000 y problemas de los años siguientes hasta el año 2006, con la llegada de Evo Morales y la concretización del problema autonómico, siendo el período que marca el fin cronológico de esta investigación.

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ÍNDICE

ÍNDICE

PREFACIO: ¿SERÁ ESTE EL CAMINO?..........................................................................1

ÍNDICE ..............................................................................................................8

INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 12

CAPÍTULO INTRODUCTORIO.................................................................................. 14 1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA Y PREGUNTAS DE LA INVESTIGACIÓN................................. 1.1. Justificación de la Investigación................................................................. 1.2. Formulación del Problema de Investigación ................................................... 1.3. Preguntas de Investigación ....................................................................... 2. HIPÓTESIS Y VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN .......................................................... 2.1. Hipótesis de la Investigación ..................................................................... 2.2. Variables de la Investigación ..................................................................... 3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ......................................................................... 3.1. Objetivo General ................................................................................... 3.2. Objetivos Específicos .............................................................................. 3.3. Objetivos Transversales........................................................................... 4. DEFINICIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO ........................................................................ 5. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN..................................................................... 5.1. Carácter de la Investigación...................................................................... 5.2. Tipología de la Investigación ..................................................................... 5.3. Metodología de la Investigación ................................................................. 5.4. Secuencia de la Investigación ....................................................................

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5.5. Fuentes de la Investigación....................................................................... 6. MARCO TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN .................................................................. 7. MARCO CONCEPTUAL DE LA INVESTIGACIÓN ............................................................. 8. LÍMITES DE LA INVESTIGACIÓN .............................................................................

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CAPÍTULO I: LA LUCHA POR EL PODER (FINES SIGLO XIX – 1930’) ................................... 54 1. INTRODUCCIÓN............................................................................................... 55 2. CONTEXTUALIZACIÓN ....................................................................................... 57 2.1. La Lucha Por el Poder Dentro de la Elite ...................................................... 59 2.1.1. Los Proyectos Federalista en Bolivia a lo Largo del Siglo XIX.......................... 60 2.1.2. El Triunfo del Liberalismo................................................................... 64 2.1.3. La Participación de los Excluidos .......................................................... 69 2.2. La Búsqueda de los Consensos ................................................................... 74 2.3. El Ocaso de la Elite Oligárquica ................................................................. 77 3. LOS PROBLEMAS.............................................................................................. 85 4. TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO ................................................................................ 91 5. ACTORES ...................................................................................................... 94 5.1. Nivel 0 – El Estado.................................................................................. 96 5.1.1. Las Elites ....................................................................................... 97 5.1.1.1. La Actitud en las Elites ................................................................ 99 5.1.1.2. El Comportamiento de las Elites .................................................... 104 5.1.1.3. La Incompatibilidad de las Elites .................................................... 106 5.2. Nivel 1 – Las Fuerzas Sociales ................................................................... 109 5.2.1. Los Indígenas ................................................................................. 110 5.2.1.1. La Actitud de los Indígenas........................................................... 111 5.2.1.2. El Comportamiento de los Indígenas................................................ 116 5.2.1.3. La Incompatibilidad de los Indígenas ............................................... 119 6. DESARROLLO ................................................................................................ 125 7. CONCLUSIONES.............................................................................................. 132

CAPÍTULO II: LA BÚSQUEDA DE LA DEMOCRACIA (1930’ – 1985)....................................141 1. INTRODUCCIÓN.............................................................................................. 142 2. CONTEXTUALIZACIÓN ...................................................................................... 145 2.1. El Desmantelamiento del Estado Oligárquico ................................................ 147 2.1.1. La Guerra del Chaco y Sus Repercusiones ............................................... 148 2.1.2. Los Militares Entran en Escena ............................................................ 154 2.2. La Revolución de 1952............................................................................ 162 2.2.1. Las Reformas de la Revolución de 1952.................................................. 166 2.3. De los Gobiernos Militares al Retorno de la Democracia ................................... 170 3. LOS PROBLEMAS............................................................................................. 178 3.1. Los Problemas de la Década de 1930 a 1950.................................................. 179 3.2. Los Problemas de la Década de 1950 a 1980.................................................. 186 4. TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO ............................................................................... 191 5. ACTORES ..................................................................................................... 195 5.1. Nivel 0 – El Estado................................................................................. 198 5.1.1. Las Elites ...................................................................................... 199 5.1.1.1. La Actitud en las Elites ............................................................... 202 5.1.1.2. El Comportamiento de las Elites .................................................... 206

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5.1.1.3. La Incompatibilidad de las Elites .................................................... 210 5.1.2. Los Militares .................................................................................. 213 5.1.2.1. La Actitud en los Militares............................................................ 215 5.1.2.2. El Comportamiento de los Militares................................................. 218 5.1.2.3. La Incompatibilidad de los Militares ................................................ 222 5.2. Nivel 1 – Las Fuerzas Sociales ................................................................... 225 5.2.1. Los Movimientos y Agrupaciones Sociales................................................ 226 5.2.1.1. La Central Obrera Boliviana o COB.................................................. 230 5.2.1.2. La Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CNTCB .............................................................................................. 234 5.2.1.3. Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CSUTCB............................................................................................. 236 5.2.1.4. Los Comités Cívicos.................................................................... 237 5.2.1.5. Las Federaciones de Juntas Vecinales o FEJUVE.................................. 239 5.2.2. Los Indígenas ................................................................................. 240 5.2.2.1. La Actitud de los Indígenas........................................................... 242 5.2.2.2. El Comportamiento de los Indígenas................................................ 245 5.2.2.3. La Incompatibilidad de los Indígenas ............................................... 249 5.3. Nivel 2 – Los Partidos Políticos.................................................................. 253 6. DESARROLLO ................................................................................................ 257 7. CONCLUSIONES.............................................................................................. 265

CAPÍTULO III: LA ILUSIÓN DE LA ESTABILIDAD (1985 – 2006) ........................................276 1. INTRODUCCIÓN.............................................................................................. 277 2. CONTEXTUALIZACIÓN ...................................................................................... 281 2.1. La “Democracia Pactada” y el Sistema de Partidos (1985 – 2005) ........................ 282 2.2. Fin de la “Democracia Pactada” e Inicio de las Crisis Consecutivas: Los Partidos Políticos en la Coyuntura.............................................................................. 293 2.3. La Represión Como Elemento de Contención Para las Demandas Sociales .............. 299 2.4. Irrupción y Declive de los Partidos Populistas................................................ 303 3. PROBLEMAS .................................................................................................. 309 3.1. Democracia(s) y Sistema Político ............................................................... 311 3.2. Desigualdad(es) y Sistema Económico ......................................................... 316 3.3. Resurgimiento de Identidad(es) y Sistema Social ............................................ 324 4. TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO ............................................................................... 328 5. ACTORES ..................................................................................................... 331 5.1. Nivel 0 – El Estado................................................................................. 334 5.1.1. Las Fuerzas Armadas ........................................................................ 335 5.2. Nivel 1 – Las Fuerzas Sociales ................................................................... 340 5.2.1. Los Indígenas ................................................................................. 342 5.2.1.1. La Actitud de los Indígenas........................................................... 344 5.2.1.2. El Comportamiento de los Indígenas................................................ 347 5.2.1.3. La Incompatibilidad de los Indígenas ............................................... 350 5.2.2. Los Movimientos Sociales en General .................................................... 352 5.2.2.1. Evo Morales, los Cocaleros de Chapare y el Movimiento Al Socialismo (MAS) 354 5.2.2.2. Las Organizaciones Sindicales........................................................ 356 5.2.2.3. Los Mineros y los Sectores Medios Urbanos ........................................ 358 5.2.2.4. Los Campesinos del Altiplano ........................................................ 361 5.2.2.5. Los Habitantes de El Alto ............................................................. 363 5.2.2.6. Los Manifestantes de Cochabamba.................................................. 365 5.2.2.7. Grupos Indígenas y Campesinos de Santa Cruz y del Oriente ................... 366

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5.2.2.8. Elite de La Paz ......................................................................... 367 5.2.3. Las Elites de Oriente ........................................................................ 368 5.2.3.1. La Actitud de la Elite de Oriente .................................................... 370 5.2.3.2. El Comportamiento de la Elite de Oriente......................................... 373 5.2.3.3. La Incompatibilidad de la Elite de Oriente ........................................ 375 5.3. Nivel 2 – Partidos Políticos ...................................................................... 377 6. DESARROLLO ................................................................................................ 379 6.1. Las Grandes Movilizaciones Sociales (2000 – 2003) .......................................... 380 6.1.1. La Guerra del Agua .......................................................................... 381 6.1.2. Febrero Negro ................................................................................ 387 6.1.3. La Guerra del Gas (o Octubre Rojo) ...................................................... 392 6.2. Las Grandes Movilizaciones Sociales (2005 – 2006) .......................................... 395 6.2. Las Grandes Movilizaciones Sociales (2005 – 2006) .......................................... 396 7. CONCLUSIONES.............................................................................................. 403

CAPÍTULO CONCLUSIVO .....................................................................................414 1. GENERALES .................................................................................................. 415 1.1. En Torno a las Preguntas de Investigación .................................................... 415 1.1.1. Primer Nivel o Pregunta de Investigación ............................................... 416 1.1.2. Segundo Nivel ................................................................................ 435 1.1.2.1. Elementos de Fondo de Cada Período Conflictivo ................................ 436 1.1.2.2. Contantes Históricas de los Conflictos en Bolivia................................. 440 1.1.2.3. Elementos, Variables o Factores Externos del Conflicto en Bolivia............ 443 1.1.3. Tercer Nivel .................................................................................. 447 1.1.3.1. El Estado y su Relación con los Conflictos en Bolivia ............................ 448 1.1.3.2. ¿Se Puede Hablar de un Estado – Nación en Bolivia? ............................. 460 1.2. Análisis de la Hipótesis de Investigación ...................................................... 468 2. METODOLÓGICAS ........................................................................................... 472 2.1. Sobre la Metodología de Investigación ........................................................ 472 2.2. Sobre la Secuencia de Investigación ........................................................... 474 2.3. Sobre el Marco Teórico de la Investigación ................................................... 475

BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................476

APÉNDICE .......................................................................................................485 1. LA ELITE ...................................................................................................... 486 1.1. El Concepto de elite .............................................................................. 486 1.2. Aproximaciones a la Elite Boliviana............................................................ 491 1.3. Aproximaciones a la Elite Boliviana............................................................ 494 1.4. Las Falencias de la Elite Boliviana ............................................................. 496

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INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

Esta investigación titulada, “Bolivia en el Siglo XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto”, propone el examen de tres períodos conflictivos de la historia de Bolivia a lo largo del siglo XX, en donde se examina, básicamente el conflicto existente entre la elite y los grupos indígenas, para a través de sus causas más profundas, determinar ciertas constantes históricas en los conflictos que permitan dilucidar como estos han afectado la construcción y desarrollo del aparato Estado en Bolivia. La investigación se compone de 5 partes. La primera de ella es el “Capítulo Introductorio”, en el cual se da cuenta de loas preguntas de investigación hipótesis, objetivos, marco conceptual y metodología de la investigación entre otros elementos, la cual resulta importante para comprender la lógica del trabajo aquí desarrollado. El primer capítulo se titula “La Lucha por el Poder – Fines Siglo XIX – 1930’”, en el cual se examina el conflicto al interior de la elite en la pugna entre liberalismo y conservadurismo, para luego analizar como ambas facciones entran

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en consenso para aplicar un proyecto modernizado que era excluyente con los indígenas, provocando un conflicto entre ambos grupos. El segundo capítulo se titula “La Búsqueda de la Democracia – 1930’ – 1985”, y se divide en dos momentos. El primero va desde la década del ’30, a partir de la serie de condiciones que generan una conciencia por el problema de los indígenas y como estos comienzan a luchas por una serie de reivindicaciones, hasta llegar a la década de 1952. El segundo momento es a partir del período revolucionario, momento en que los indígenas y grupos populares logran una serie de avances hasta la llegada d los militares al poder durante la década de los ’60, siendo cooptados y luego contenidos por estos gobiernos, hasta llegar a la década de 1980’, con el proceso de transición democrática y la configuración de la democracia pactada. El tercer capítulo se titula “La Ilusión de la Estabilidad – 1985 – 2006”, en donde se analizan las condiciones que traen estabilidad y gobernabilidad al país desde 1985 hasta el año 2000, a partir de una serie de mecanismos, que al dejar de funcionar revelan que los problemas con los indígenas y sectores populares no se han resuelto, generando se una etapa de gran movilización social y una serie de demandas, que van desde la nacionalización de los recursos naturales el país hasta las demandas de autonomías, tanto de parte de los indígenas como de los departamentos del oriente, generándose así un nuevo momento conflictivo. Finalmente se presenta el “Capítulo Conclusivo” donde se establecen loe elementos que han configurado la figura del conflicto recurrente en Bolivia, además de la influencia y relación de este con el Estado.

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CAPÍTULO INTRODUCTORIO

CAPÍTULO INTRODUCTORIO

En este capítulo se abordan las bases bajo las cuales se desarrolla la investigación y se estructuran cuales serían los pasos a seguir y la formar de desarrollarlos, para dar respuesta a las preguntas que lo direccionan. En primer lugar se encuentra la formulación del problema de estudio, con su correspondiente justificación y las preguntas que se desean trabajar a lo largo de la investigación. Posteriormente se encuentra la hipótesis de trabajo y sus variables a considerar, para luego dar paso a los objetivos de la investigación y la definición del área de estudio. Luego se aborda la metodología de la investigación, contemplando el carácter de la misma, su tipología, secuencias y el tema de las fuentes. Más tarde se presenta el marco teórico de la investigación y el marco conceptual, que sientan las bases de cómo a nivel teórico se abordara el problema central de la investigación y finalmente se presentan los límites de la misma.

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1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA Y PREGUNTAS DE LA INVESTIGACIÓN 1.1. Justificación de la Investigación La fuerte interdependencia que existe entre las naciones de América Latina, principalmente en los temas relativos a la actividad comercial (volubles tanto a los problemas externos como internos), precisan de Estados que sean fuertes en el plano interno para poder asegurar la viabilidad del intercambio económico. Esta aseveración cobra fuerza cuando en la actualidad, los conflictos de carácter político interno, enturbian las relaciones entre los Estados dentro del ámbito regional e internacional, como ha sucedido recientemente en el caso en que Bolivia se ha negado a vender gas a Chile como forma de presión ante asuntos bilaterales, aunque la raíz más profunda de ello, tiene que ver con la intención de intentar desviar la tensión interna que sufre Bolivia producto de sus problemas socio – políticos. Este ejemplo sirve para ilustrar una realidad propia, aunque no exclusiva, de la región, la cual resulta importante de explorar debido a las consecuencias que pueden tener para la estabilidad de la región misma. Por su parte, el problema de la estabilidad y gobernabilidad, conjuntamente con el de la calidad de la democracia y el funcionamiento de las instituciones, y el Estado, ha constituido un tema de estudio y debate dentro del área de la ciencia política, producto de su importancia dentro de la actual sociedad global, receptora de una serie de rápidos cambios, que constantemente están reformulando nuestra realidad y forma de concebir el mundo y por ende, las dinámicas de construcción estatal y las formas de relacionarse que tienen los Estados, tanto en el plano internacional como con la sociedad que lo conforma.

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Los últimos estudios sobre la calidad de estas materias en la región, y en Bolivia particularmente, han dejado de manifiesto una desconfianza creciente ante el rol del Estado, las instituciones, los partidos, las políticas públicas y los políticos, y los diferentes actores sociales como elementos constitutivos de un sistema democrático de calidad, capaz de satisfacer de forma adecuada las demandas de la sociedad en estos tiempos de cambio. Sin embargo los mismos estudios demuestran que la democracia sigue siendo el sistema preferido por la sociedad, por lo que más que una crisis de la democracia, se debiera hablar de una crisis de la gobernabilidad, entendiendo a esta como la capacidad del Estado y de las instituciones bajo un sistema democrático, para dar solución a los conflictos que enfrenta y enfrentan a una sociedad, para de esta forma lograr consenso y solucionar los conflictos. Es por ello que resulta importante determinar como lograr un equilibrio entre el proceso de democratización y de gobernabilidad, encausando los conflictos, lo cual podría subsanar varias de las actuales crisis que vive no sólo Bolivia, sino también la región. La resolución de estas problemáticas le son vitales a América Latina en general y a Bolivia en particular, región y país que luchan constantemente por su inserción internacional, para lo cual requieren de la existencia de instituciones sólidas y estables, además de una sociedad moderna, ciudadana e igualitaria, factores regulados por un Estado, que sepa afrontar las demandas sociales y el actual proceso de globalización. De esta forma, el estudio de la situación en Bolivia, por demás uno de los casos más significativos por su conflictividad dentro de la región, podría dar luces de como estos procesos deben ir siendo aplicados de forma regular por los distintos países de América Latina, como forma de subsanar no sólo sus constantes crisis políticas, sino el conflicto social y el problema de las identidades, tanto regionales como nacionales y colectivas dentro de un Estado nacional.

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1.2. Formulación del Problema de Investigación La realidad boliviana en los últimos años ha constituido una verdadera paradoja dentro de la región. Si durante la década de los años ’90 constituyó un ejemplo de estabilidad política y hasta cierto punto social, en el resto de los países de América del Sur, se vivían numerosas tensiones producto de los procesos de transición y recuperación de la democracia luego de varios años de dictaduras y gobiernos militares, sin embargo, hoy en día, mientras estos mismos países consolidan sus democracias e inician en su mayoría, escenarios de estabilidad política y social, Bolivia lucha para no resquebrajarse como Estado y Nación. Sin embargo, esta crisis actual no es novedad al contemplar la historia del país altiplánico, una historia llena de cuadros de ingobernabilidad y crisis políticas y sociales. Razones para explicar cada una de ellas en particular hay muchas, por lo que resulta más interesante y desafiante el intentar determinar las causas más profundas de este fenómeno constante y recurrente que es la crisis en Bolivia. Al respecto la figura del conflicto recurrente, producto de múltiples fragmentaciones (entre las que destacan las sociales, étnicas, culturales y regionales como las más relevantes), entre los diversos actores que componen la sociedad boliviana, básicamente la elite y los grupos indígenas que aborda esta propuesta, pareciera ser un buen punto de partida para determinar las causas más profundas de las crisis recurrentes, situación que por lo demás no ha permitido la construcción de una estructura estatal sólida, capaz de mediar de forma efectiva en este conflicto, que suele tener como desenlace alguna crisis socio – política, lo que convierte a esta situación en un ciclo dentro de la historia boliviana: las crisis como elementos generadores de más crisis. De esta manera, la investigación pretender abordar el conflicto entre los diversos actores sociales desde una perspectiva analítica a partir de la historia, para de

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esta forma poder proyectar ciertas constantes a través del devenir histórico, que permitan entender los recurrentes cuadros de tensión y crisis que ha enfrentado Bolivia, a partir del efecto que ha tenido el conflicto en la construcción y devenir actual del Estado.

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1.3. Preguntas de Investigación La

investigación

intenta

encontrar

respuesta

para

una

serie

de

interrogantes que nacen de los temas propuestos en ella. Sin embargo ante las diversas temáticas que se abordarán y las respuestas que se buscan, las preguntas que dirigen la investigación se han sistematizado en tres niveles. El primer nivel consta de la pregunta de investigación general y que da origen a este trabajo, la cual recorre todo su desarrollo y en función de la cual se ha fijado la metodología y los puntos de análisis de la misma. El segundo nivel se compone de las preguntas que ayudan a precisar y completar la pregunta enunciada en el primer nivel, precisando la contemplación de temas que son transversales a los capítulos desarrollados y que se contextualizan dentro del marco del conflicto. El tercer nivel, comprende las preguntas relacionadas con el tema del Estado, básicamente como los conflictos y sus consecuencias en el siglo XX han estructurado el actual Estado de Bolivia. Pregunta correspondiente al prime nivel (o pregunta de investigación): •

Partiendo de la premisa de que en Bolivia han existido “conflictos recurrentes” entre los diferentes grupos que componen la sociedad, cabe preguntarse, ¿Cuáles y a qué se deben los principales conflictos de Bolivia a lo largo del siglo XX?, con el objetivo de poder responde ¿Cómo los conflictos han influido en el desarrollo de la construcción estatal del país?4

Las preguntas correspondientes al segundo nivel son las siguientes:

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Cabe señalar que esta pregunta se aborda a partir de las respuestas del segundo y tercer nivel de preguntas específicas en torno al Estado.

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¿Cuál o cuáles han sido los elementos de fondo en los conflictos que abarca cada período de la investigación?

¿Se pueden determinar ciertas contantes de los conflictos que ha presentado Bolivia a través de su historia?

¿Qué elementos, variables o factores externos influyen en el desarrollo de los conflictos de Bolivia?

Las preguntas correspondientes al tercer nivel son las siguientes: •

¿Qué competencias, problemas o actitudes del Estado contribuyen a la generación del conflicto recurrente en Bolivia, y como este a su vez repercute en el Estado?

¿Se puede hablar de un Estado –Nación en Bolivia?

Estas son las preguntas de investigación que constituyen los puntos de interés de este trabajo, aunque no se descarta la incorporación de otras preguntas no contempladas en un primer momento, en vista de los antecedentes que salen a luz a lo largo del desarrollo de la investigación.

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2. HIPÓTESIS Y VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN 2.1. Hipótesis de la Investigación El Estado en Bolivia es una construcción en permanente cambio, derivada de las tensiones y problemáticas irresolutas entre la elite, que tradicionalmente ha dominado el Estado, y el resto de los grupos sociales, principalmente los grupos indígenas5, sistemáticamente marginados del acceso a este, lo que se ha traducido en que el conflicto sea una característica recurrente de la historia del país, lo que se ha manifestado en las fragmentaciones sociales, étnicas, regionales y culturales expresadas a través de las crisis recurrentes, fragmentaciones las cuales en ciertos casos son anteriores aún a la construcción del Estado. De esta forma, la situación de conflicto recurrente en Bolivia ha configurado un tipo de Estado, que desde su conformación a lo largo del siglo XIX, no pudo consolidarse como un Estado – Nación, como sí ocurrió, con más o menos suerte, en el resto de la región, lo que ha convertido al país en un frecuente foco de crisis de diferente índole. Esta situación se da producto de que los recurrentes conflictos entre elite y los diversos grupos indígenas y sociales, no han permitido, hasta el día de hoy, la conformación de un Estado capaz gobernar los destinos del país, con suficiente poder material y simbólico para abordar, 5

Se debe precisar de que esta investigación contempla a los grupos indígenas como el componente más importante, por su número e historia, de los sectores sociales populares. Sin embargo dentro de cada conflicto se encuentran matices que son precisados, en donde por ejemplo en un primer momento se habla mayoritariamente de grupos indígenas (los cuales por cierto no son homogéneos, pero que para en el estudio se contempla abordarlos como una unidad) y posteriormente de lo indígenas y de los grupos sociales populares (campesinos, mineros, etc.).

Al respecto también es importante destacar este abordamiento se justifica en que la gran mayoría de los indígenas pertenece a los sustratos populares (excluyendo por cierto a una minoría que pertenece a la elite indígena o a la elite tradicional del país o que por lo menos recibe parte de sus beneficios), ya que una lógica real muy fuerte es asociar a los indígenas con la exclusión y la pobreza además de que suelen desempeñarse como campesinos o mineros (parte importante de los sectores populares a nivel histórico).

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manejar y resolver los conflicto, que produjese los mecanismos necesarios para la imposición de una identidad nacional que permitiera la convivencia y cohesión de las diversas identidades existentes en el país, a modo de crear lo que hoy se denomina como “Estado Plurinacional”, añoranza de múltiples sectores de la actual sociedad boliviana. Cabe destacar también que la fuente del conflicto para esta investigación estaría dada por la exclusión de parte de la elite hacia el resto de los grupos sociales (especialmente el indígena) que ha impedido la construcción del proyecto nacional antes mencionado, siendo además el elemento que articula en gran parte la situación del conflicto recurrente. Esta realidad en torno a la organización estatal de Bolivia a raíz de la figura del conflicto recurrente, ha hecho que se conformen instituciones históricamente débiles y ciertamente sensibles a las coyunturas nacionales e internacionales, generándose frecuentes cuadros de inestabilidad en el país fomentando la fragmentación social, cultural étnica y regional y las crisis, lo cual acentúa el propio motor de esta situación: el conflicto recurrente, el cual ha conformado un círculo vicioso que explicaría los frecuentes períodos de crisis existentes en Bolivia, desde su fundación hasta la actualidad, como se aprecia en la siguiente figura.

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Figura N° 1 – Hipótesis de la Investigación6 En la figura se aprecia como el Estado, al ser básicamente una construcción realizada por la elite, esta tiene una relación propositiva frente al Estado, es decir, la conducción del Estado y la elaboración de política de éste, suelen originarse en el seno de la elite. Ahora sin embargo, se debe acotar que no se trata aquí precisamente de una elite compacta y homogénea, dado que existen varias elite en Bolivia las cuales compiten por el poder y eso las hace llegar a enfrentarse entre sí, sin embargo, tienen ciertos puntos de consenso que les permite ser ellas quienes tienen el control del Estado.

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Fuente: Elaboración propia.

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Por su parte, lo que se ha denominado como indígenas y sectores populares, (urbanos y rurales), son los actores más vulnerables económicamente, padecen de una situación impositiva de parte del Estado, el cual les impone sus políticas de gobierno y formas de administración social y económicas, no teniendo mecanismos eficaces de toma de decisión ni de contraste a estas, como tampoco así de negociación, dado que históricamente, y con excepción del último período de la historia del país, carecen también de medios y formas de representación política eficiente, capaz de solucionar o al menor relativizar esta dinámica interrelacional. Cada grupo, elite e indígenas, a partir de su conocimiento (o por lo menos percepción) de la relación que tienen con el Estado, construyen el imaginario de lo que son sus intereses (los que por lo general suele ser contrarios a los que posee el otro grupo, creándose así un clima favorable para la generación de relaciones antagonistas y con ello del conflicto) a partir de lo cual configuran discursos, los cuales tratan de plantear visiones sobre si mismos y sobre los otros, a modo de legitimar sus acciones, las cuales se enfocan a la consecución de sus intereses y de paso, generalmente también a la anulación del otro. Para examinar este conjunto de relaciones y como estas pasan a ser conflictivas, es que se utiliza la “Teoría del Conflicto” de Johan Galtung como se explica de manera más detallada en marco teórico de la investigación dentro de este mismo capítulo. En esta propuesta de análisis, existen tres elementos que componen y permiten explicar el conflicto, siendo el primero de ello, la “actitud”, en donde cada actor o grupo posee una “actitud”, la cual construye a partir de la observación de si mismo en contraposición a una imagen del otro, a partir de sus intereses y que le permite generar sus discursos. Un segundo elemento es el “comportamiento”, es decir, el conjunto de acciones que toman los actores en base a su “actitud” lo cual puede generar situaciones constructivas o destructivas según sea la estrategia que ha adoptado el actor para proteger y alcanzar sus

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intereses. Finalmente el último elemento de esta teoría es la “incompatibilidad”, que tienen los intereses de los actores, lo que lleva a que estos intenten obstaculizar las acciones del contrario, pues al asumir sus fines como antagonistas, perciben que si el contrario logra su fines, ello conlleva a que él no pude conseguir los propios, situación que detona los conflictos. Es

así como se generan un conjunto de tensiones, las cuales se acrecientan

debido a la fragilidad del Estado tanto frente al escenario interno como externo, detonándose conflictos de diversa índole que van configurando los escenarios propicios para la crisis. Esta situación, producto de una tensión permanente debido al conflicto que existe entre la elite y el resto de la sociedad configuran un escenario de conflicto recurrente en Bolivia afectando el desarrollo estatal, situación que intenta dilucidar este trabajo.

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2.2. Variables de la Investigación Se entenderá por variable, aquellos elementos que no tienen “valores fijos”, pues a través del tiempo van modificándose. A partir de ello y de las características de los elementos que se analizan dentro de la investigación, solo se trabajará con variables de tipo independiente, que según las definiciones metodológicas, es la propiedad sobre la cual se supone que es la causa del fenómeno en estudio. De esta forma la variable clave de este trabajo es el conflicto recurrente, puesto que es el principal objeto de investigación estando presente a lo largo de todo el período en estudio. El conflicto será el motor de la investigación y el eje sobre el cual se periodifican los tres momentos que abarca esta investigación, desde fines del siglo XIX hasta comienzos del siglo XXI. De esta forma el conflicto, es percibido en esta investigación como una constante histórica presente en Bolivia que agudiza la relación entre los componentes de la sociedad en ciertos momentos y a partir de ciertas variables, pudiendo dar origen a las diversas crisis que ha enfrentado el país, básicamente en el plano político – social. Dentro del conflicto hay una serie de constantes como son la exclusión y fragmentación social, política, regional, cultural y económica del país por ejemplo, que son elementos que atraviesan cada conflicto. A partir del conflicto, hay un conjunto de elementos que lo componen pero que actúan como variables secundarias, para esta investigación, los cuales serán elementos que son parte de cada conflicto pero no de forma inmutable, dado que según el conflicto en estudio, variables como los actores, el contexto, las razones del conflicto, su desarrollo o conclusiones, serán únicas y particulares al período en que se desarrolla ese conflicto, puesto que son elementos que van cambiando a través del tiempo y dependen básicamente de un conjunto de

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factores que, por el tipo de investigaci贸n, no son necesariamente abordados en detalle.

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3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN La investigación tiene 3 tipologías de objetivos. El primer nivel, es el objetivo general, el cual nace de la temática de investigación y tiene por finalidad, a modo amplio, comprobar la hipótesis de investigación. El segundo nivel, corresponde al conjunto de objetivos específicos, que obedecen a temas muchos más acotados y que se desprenden del general, por que contribuyen a la obtención de este. Finalmente los denominados como objetivos transversales, son los que atraviesan la investigación pero no ahondando en sus contenidos temáticos, sino se relacionan más bien, con el tema de la validación de los procedimientos y metodologías con los cuales se construye la investigación. A continuación se presenta la enunciación de estos tres niveles de objetivos.

3.1. Objetivo General •

Determinar como el conflicto recurrente entre la elite y grupos indígenas, se ha transformado en el principal elemento inhibidor de la construcción de un proyecto nacional, el cual ha su vez ha provocado el desarrollo de un Estado con una institucionalidad débil que consecuentemente no ha podido poner resolver los conflictos.

3.2. Objetivos Específicos •

Construir un marco teórico y conceptual sólido para analizar los distintos conflictos, definidos como claves por la investigación, que ha sufrido Bolivia a través de su historia.

Determinar ciertas constantes de tipo histórico dentro de los conflictos más graves del devenir de la historia de Bolivia, que puedan entregar

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información del carácter y de las causas más profundas del origen genérico de los conflictos. •

Analizar el rol de la elite y de los indígenas dentro del marco de los grupos sociales relevantes, jugado en los conflictos que abarca la investigación, para determinar patrones de acción y mecanismos de interacción entre estos actores.

Establecer como el conflicto recurrente en Bolivia ha influido en el desarrollo del Estado y su relación con los proyectos nacionales.

3.3. Objetivos Transversales •

Validar a través del desarrollo de la investigación, el marco teórico y conceptual creado para la investigación.

Establecer, desde una mirada académica, un lazo más estrecho entre los componentes sociales y políticos, para la construcción de un análisis histórico.

Resignificar el uso de las nuevas tecnologías, especialmente de Internet, como fuente válida para la realización de investigaciones académicas, intentando constatar el nivel de fiabilidad que esta fuente de información tiene para el tema en estudio.

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4. DEFINICIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO Las áreas de estudio que abarca esta investigación, comprenden la historia, la política y las ciencias sociales, las cuales se funden, aunque mantienen sus elementos particulares, a lo largo del análisis planteado por la investigación, vinculándose y complementándose entre sí. En la primera área de estudio vinculada a la historia, se trabaja sobre los distintos conflictos, definidos por la investigación, que ha presentado la sociedad boliviana desde su independencia hasta la actualidad. Se contemplan los conflictos más relevantes del siglo XX intentando buscar los principales puntos en común de estos conflictos con la finalidad de determinar si existe un continuo entre ellos para poder verificar la hipótesis de trabajo. Una segunda área de estudio es la política, la cual entrega a la investigación un soporte teórico definidito, ya que la idea es básicamente estudiar los conflictos existentes en Bolivia a través de su historia, considerando sus componentes políticos, económicos, culturales y sociales fundamentalmente. El componente político de esta investigación, permitirá definir ciertos marcos teóricos y procedimentales sobre los cuales desarrollar la investigación en el plano del análisis del conflicto desde la perspectiva de los actores y sus interrelaciones, aunque sin descuidar el componente económico, cultural y social que se abarcan también en el análisis de los conflictos, componentes los cuales giran en torno al tema de las fragmentaciones en diversas áreas que engreía la sociedad en su conjunto. Además esta área de estudio permitirá analizar la evolución estatal de Bolivia con el fin de dilucidar el impacto de los conflictos en la construcción estatal y como modo de visualizar las grandes problemáticas que ha enfrentado esta institución en Bolivia a través de su historia.

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Finalmente, la tercera área de estudio de esta investigación, es la relacionada con las ciencias sociales en su sentido más amplio, la cual nos permitirá trabajar ciertos marcos metodológicos para abordar el conflicto de la sociedad boliviana a través de su historia desde la conformación de un marco analítico que permita entender los niveles de actuación menos concreto de los diversos actores (sus motivaciones, deseos, afanes, etc.) para de esta complementar el área referida a la parte del análisis político de la investigación.

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5. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN Los componentes metodológicos empleados por esta investigación se han separado cinco áreas. La primera área dice relación con el carácter de la investigación, relevante de señalar ya que permite comprender los alcances y límites de la misma. Una segundo área es la referente a la tipología de la investigación estableciéndose en base al tipo de estudio a realizar desde la perspectiva del análisis. En tercer lugar se señala la metodología de la investigación en general, es decir, la forma de construir y desarrollar la investigación desde la perspectiva teórica. Una cuarta área de la metodología, es la secuencia de trabajo, en donde se explica de forma general el planteamiento paso a paso para desarrollar la investigación. Finalmente la quinta área define cuales serán los elementos a considerar en el trabajo, sobre las fuentes de investigación. A continuación se detalla cada una de estas áreas.

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5.1. Carácter de la Investigación El carácter de la investigación ha sido definido, desde la perspectiva de su finalidad, como exploratorio debido a que su objetivo en el análisis del conflicto recurrente en Bolivia no es otro que intentar dilucidar ciertas constantes históricas que ayuden a entender la motivación más profunda de este, pero no con los fines de resolverlo como demandaría otro tipo de carácter de investigación, sino con el fin analítico, ya que una vez definidas estas constantes dentro de los conflictos se procede a establecer como estas han influido en el desarrollo del Estado en Bolivia. Este carácter exploratorio se fundamente también en que se desarrolla una investigación básicamente documental, desde el punto de vista de la obtención de la información, prescindiendo de otros medios como las entrevistas o los estudios de campo, por lo menos en lo que se refiere a los realizados por el propio investigador, ya que de vez en cuando se cita algún medio de esta especie, creados por terceros, pero sólo con fines referenciales.

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5.2. Tipología de la Investigación La tipología de la investigación ha desarrollar a lo largo del trabajo es de tipo descriptiva y analítico – explicativa. Estas tipología deben entenderse en función de que la investigación pretende ha partir de la descripción de los distintos conflictos definidos como claves dentro de la historia de Bolivia, analizar el origen, desarrollo y conclusión de cada uno de ellos, para de esta forma explicar ciertos elementos en común en cada uno de ellos y determinar como ellos han influido en la construcción del Estado. Siendo más específicos, los elementos descriptivos están dados dentro de la investigación por la descripción de cada conflicto, descripción que abarca ciertos componentes reconocidos como válidos por la historiografía, como los antecedentes, escenarios, desarrollo, causas y efectos, elementos los cuales están presentes en cada conflicto, con el ánimo de situar desde esta base los componentes analíticos y explicativos de la investigación. Sobre esta base se realiza la explicación de cada conflicto a partir de las motivaciones y comportamientos de los actores involucrados en el conflicto por ejemplo, además de determinar los rasgos en común de los distintos conflictos abordados, con la finalidad de suministrar insumos al componente analítico del trabajo, el cual busca determinar el grado de influencia que han presentado estos conflictos y sus consecuencias en el desarrollo del Estado boliviano, intentando visualizar y proyectar los elementos más importantes que la parte explicativa arroje del análisis en perspectiva histórica del conflicto en Bolivia.

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5.3. Metodología de la Investigación La metodología empleada en la investigación obedece a dos métodos de trabajo completamente diferenciables. El primer tipo de método es el sintético de tipo analítico, ya que ha partir de la revisión y análisis de cada uno de los conflictos detectados como relevantes por la investigación en la historia de Bolivia, se sintetizan las principales causas y características de cada uno, obteniendo los motivos centrales de cada conflicto, con la finalidad de buscar ciertas constantes históricas en ello que puedan dar luces de algún tipo de “causa (causes) general (generales)” por la cual se producen recurrentemente los conflictos en Bolivia, como se presenta en la siguiente figura.

Figura N° 2 –Método Sintético - Analítico7 El segundo método de trabajo a lo largo de la investigación, es el deductivo – inductivo, ya que en un primer momento, como se señaló anteriormente, se buscarán las causas más profundas de la conflictividad boliviana a partir de la revisión de los conflictos más relevantes, metodología que se puede entender como inductiva, sin embargo en una segunda instancia se busca, a partir de estos resultados, analizar y determinar el grado de influencia de estos elementos, obtenidos en primera instancia, en la evolución histórica del Estado en Bolivia 7

Fuente: Elaboración propia.

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con la finalidad de establecer grados de relación entre los conflictos y la debilidad institucional presente en el país, situación que es propia del método inductivo, como se presenta en la siguiente figura.

Figura N° 3 –Método Deductivo - Inductivo8

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Fuente: Elaboración propia.

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5.4. Secuencia de la Investigación La secuencia de la investigación ha sido definida a partir de los elementos base que se deben tener como insumos para la construcción de ciertos capítulos del trabajo a medida que va avanzando el desarrollo de este. De esta manera la secuencia de pasos de la investigación se desglosa de la siguiente forma: •

1° Paso: Determinar a partir de la historiografía cuales han sido los principales conflictos a lo largo de historia de boliviana.

2° Paso: Determinar conflictos cronológicamente y analizarlos bajo el modelo de Galtung, determinado, fuera de sus causas y efectos, los motivos más profundos de cada uno de ellos.

3° Paso: Advertir, a partir del paso anterior, ciertas constantes históricas en los distintos conflictos de Bolivia.

4° Paso: Analizar las constantes históricas del conflicto en Bolivia y determinar sus causas más profundas.

5° Paso: Determinar el grado de impacto de los conflicto en el desarrollo del Estado boliviano en perspectiva histórica.

6° Paso: Dilucidar, determinar y explicar las razones de la debilidad de la institucionalidad estatal boliviana.

Esta secuencia de investigación se trabajó bajo una adaptación del modelo de cascada9, el cual fue adaptado en base a las necesidades de una investigación de estas características. El modelo básicamente consiste en un desarrollo por etapas, en donde se debe terminar una etapa para seguir con la siguiente. Dentro de los puntos fuertes de este modelo destaca que obliga a concluir una etapa para pasar a la otra, lo que permite el comprobar y validar una parte de la

9

WIKIPEDIA. “Desarrollo en Cascada”, Fundación Wikimedia, 2007. En línea, Portal de Enciclopedia On-Line Wikipedia, <http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_en_cascada>, consultado Noviembre 2007.

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investigación sin tener que llegar al final de esta para hacerlo, sin embargo aquí radica también su debilidad, la lentitud que requiere para obtener resultados satisfactorios, ya que siempre se debe revisar la calidad del producto, el cual muchas veces precisa de ciertas rectificaciones, dilatando el tiempo de desarrollo del mismo. Gráficamente así planteado, la secuencia de trabajo bajo este modelo de desarrollo se daría de la siguiente manera:

Figura N° 4 – Secuencia de Trabajo en Base a Modelo de Cascada10

10

Fuente: Elaboración propia.

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5.5. Fuentes de la Investigación Las fuentes bibliográficas utilizadas en esta investigación se dividen en dos categorías. La primera categoría está referida a la literatura existente dentro del área socio – política sobre el conflicto, desde donde se cimentarán ciertos elementos para construir el marco teórico y conceptual de la investigación, básicamente a partir de la teoría del conflicto social, de la tipología de conflictos y ciertas teoría referidas al análisis de la elite y de los grupos sociales. Una segunda categoría, dice relación con respecto a las fuentes que permiten la construcción del relato y del análisis, principalmente históricas de carácter político y social, asimismo como artículos e informes. Este segundo grupo de fuentes son de carácter cualitativo y cuantitativo. Dentro de la esfera de lo cualitativo, se incluye una serie de informes sobre el funcionamiento del sistema político de Bolivia, los cuales apuntan en su mayoría al análisis de la estabilidad, gobernabilidad y calidad de la democracia en aquél país en distintas etapas de su historia. También se debe nombrar un sinnúmero de artículos referentes al análisis de varios elementos que componen el andamiaje institucional y social de la realidad boliviana, los cuales apuntan ya sea a describir, detallar, analizar o crear proyecciones sobre ciertos procesos históricos relevantes, en el ámbito de lo social y de lo político, artículos, en los cuales integran también, temas tales como la situación indígena, los problemas de la exclusión, de las instituciones, la economía, la composición social, entre otros, artículos realizados ya sea por autores bolivianos o extranjeros (fundamentalmente latinoamericanos) y presentes en bibliotecas en línea y portales y revistas especializados en la temática. Siguiendo con los aspectos cualitativos, se trabajará con una serie de informes creados por instituciones de carácter nacional e internacional, como por ejemplo, los informes emanados por el gobierno boliviano, o los elaborados por

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el Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), o de otros organismos dedicados al estudio de la gobernabilidad, democracia e institucionalidad. Finalmente dentro de los aspectos cualitativos, se incorporan una serie de entrevistas y artículos aparecidos en los diversos medios de comunicación bolivianos e internacionales, especialmente los referidos a diarios on – line disponibles en Internet. Dentro de la esfera de lo cuantitativo, se recurrirá a fuentes de carácter nacional que entregan datos estadísticos o perfiles creados a través de encuestas, como por ejemplo los del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia y los portales de los distintos ministerios y secretarías gubernamentales de las cuales se compone el aparato estatal. Junto con ello la investigación se apoya en una serie trabajos e investigaciones de nivel cuantitativo, realizadas fundamentalmente por centros de estudio de Bolivia y la región, universidades e instituciones varias. Asimismo, juegan un rol importante, los distintos indicadores y trabajos de nivel cuantitativo creados por instituciones y organizaciones internacionales, como el recién citado PNUD o CEPAL, a los cuales debe sumarse necesariamente el Banco Mundial o el portal del Latinobarómetro, conjuntamente con instituciones dedicadas a la elaboración de informes de desarrollo económico, social y político. Estos aspectos cuantitativos serán utilizados para cimentar los diversos análisis referentes a la calidad o funcionamiento de las instituciones, la gobernabilidad y democracia, como también así para ilustrar las distintas problemáticas estructurales de nivel histórico que ha debido enfrentar Bolivia a partir del conflicto. En la configuración de la investigación en general no sólo será importante el aspecto de la utilización de historiografía boliviana disponible en Chile, sino también los artículos de revistas editada en el país y el extranjero, como también tendrá un carácter vital, la serie de elementos y recursos disponibles en

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Internet,

fundamentalmente

los

que

proviene

de

portales

políticos

especializados, instituciones internacionales y bolivianas y la prensa tanto internacional como local, destacándose el gran número de diarios on – line con los que cuenta Bolivia, los que cubren varias visiones del actual conflicto ya que pertenecen tanto a los departamentos altiplánicos y de la zona occidental como a los que reclaman mayor autonomía dentro de las demandas actuales de la zona oriental.

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6. MARCO TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN Para analizar los conflictos a través de la historia de Bolivia, se precisa de un marco teórico, capaz de poder explicar las diversas dimensiones que estos presentan en sus distintos momentos, para lo cual se ha optado por la “teoría del conflicto” en su versión “social”, situaciones que se pasan a detallar a continuación, puesto que ambas propuestas teóricas están estrechamente relacionadas. El sociólogo Louis Coser, entrega una definición bastante interesante del conflicto social, considerándolo como “la lucha por los valores y por el status, el poder y los recursos escasos, en el curso de la cual los oponentes desean neutralizar, dañar o eliminar a sus rivales”11 y que se da, en este caso, en la propia estructura de la sociedad. Sin embargo, no se debe entender al conflicto, a partir de esta definición, como un enfrentamiento necesariamente negativo, lo negativo puede llegar a ser las consecuencias y efectos que este puede tener en la propia sociedad, sin embargo para los fines de esta investigación, el conflicto se percibe como un componente inherente de la sociedad boliviana y que ha ido dando dinámica al cambio social del país, definido, según la hipótesis de trabajo, el devenir de los problemas de la institucionalidad y sociedad altiplánica, dado, que el conflicto en Bolivia, otra vez desde el plano hipotético, no se ha resuelto, y al contrario, su dinámica lo ha hecho permanente. Esta perspectiva del conflicto social es la que se implementa en la investigación, la cual sin embargo, ha optado por trabajar el análisis del conflicto desde la 11

COSER, LOUIS. Véase en: REYES, ROMÁN. “Diccionario Crítico de las Ciencias Sociales”, Universidad Complutense de Madrid, Madrid – España, 2000. Entrada “Conflicto social (teorías del)”, GINER, JESÚS. En Internet: “Diccionario Crítico de las Ciencias Sociales”, Portal de la Universidad Complutense de Madrid, Madrid – España, consultado <http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/C/conficto_social_teorias.pdf>, Marzo 2008.

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propuesta metodológica de Johan Galtung12, la cual esta más bien ligada a la concepción tradicional de la “teoría del conflicto”, sobre la cual se incorporarán ciertos elementos de la “teoría del conflicto social”. Se opta por la teoría de Johan Galtung en primer lugar por que este reconoce tres niveles de violencia dentro de los conflictos los cuales son apreciables en los conflictos en Bolivia, y en segundo lugar por que al abordar el conflicto, el autor propone la identificación de aspectos intersubjetivos e intrasubjetivos para comprender la actitud y comportamiento de cada actor y con ello determinar su incompatibilidad. Con respecto al primer punto en torno a la violencia, primer nivel de violencia, sería el de la violencia física, la cual es constatable a través de todas las acciones tangibles de actos violentos como mecanismos de represión, protestas violentas, enfrentamientos, etc. El segundo nivel de violencia sería el estructural, el cual nace de las diferencias que tengan los distintos grupos que componen la sociedad a partir de dimensiones económicas, políticas, territoriales entre otras, las cuales dan origen a las fragmentaciones y exclusiones. Finalmente, el último nivel de violencia es el cultural en la propuesta del autor, en donde esta funciona como medio de justificación para la violencia física y estructural, a partir de discursos como por ejemplo el racismo, la inferioridad cultural, la tradición e historia, etc. En el segundo punto de por que utilizar el modelo teórico de de Johan Galtung, se debe mencionar que el proponer el autor la identificación de aspectos intersubjetivos e intrasubjetivos, permite comprender el funcionamiento del actor en su individualidad como también dentro de su interacción con los otros 12

Véase en: GALTUNG, JOHAN. “Solving Conflicts: A Peace Research Perspectiva”, University of Hawai Press, Honolulu – United States, 1989, página 62. Citado en: MARTÍNEZ – PUJALTE, A. “Recensión de Libros”, Revista de Psicología Política, N° 2, Universidad de Valencia, Valencia – España, 1991, páginas 91 – 99. En Internet: Portal de la Revista de Psicología Política, Universidad de Valencia, Valencia – España, < http://www.uv.es/garzon/psicologia%20politica/N2-5.pdf >, consultado Marzo 2008.

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actores, ofreciendo de esta forma una panorámica completa del conflicto y de los elementos que lo provocan, situación importante ya que ese es justamente uno de los objetivos de esta investigación, determinar los elementos que han provocado la figura del conflicto recurrente en Bolivia. Johan Galtung, señala que los conflictos nacen de la incompatibilidad entre los fines que persiguen dos o más actores, y ante lo cual se deben tener en cuenta los siguientes elementos para realizar el análisis: la actitud, el comportamiento y la incompatibilidad. Como se aprecia en la Figura N° 1, el resultado sería un triángulo de interacción.

Figura N° 5 – Triángulo de la Teoría del Conflicto de Johan Galtung13 El primer elemento de un conflicto es la “actitud”, componente que viene a describir, como en el conflicto, los actores construyen una imagen de si en contraposición a una imagen del otro. Bajo esta premisa, la investigación también comprende el paradigma constructivista, producto de que esta interpretación permite comprender como los actores construyen estas imágenes a partir de lo que perciben dentro de la realidad.

13

Fuente: Elaboración propia en base a la teoría del autor.

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El segundo elemento dentro de un conflicto es el “comportamiento”, en el cual los actores, producto de la polarización que genera la “actitud” conflictiva, comienzan a tener diferentes reacciones, ya sea constructivas o destructivas. En este sentido, la investigación incorpora ciertos matices sobre la violencia, desde la perspectiva del “conflicto social”, producto de que es tipo de canalización conductual ha estado presente en varios de los conflictos de los estudiados en torno a la sociedad boliviana. El tercer y último elemento planteado en la teoría de Galtung es la “incompatibilidad” de los fines, en donde producto de ello, los actores involucrados en un conflicto, suelen obstruir las acciones, valores, intereses y roles del contrario, cuya intensidad de obstacularización pude dar una simple tipología de conflicto: el “conflicto directo”, en donde los actores desarrollan ciertas estrategia de anulación del rival, o el “conflicto estructural”, en donde el conflicto nace a partir de la divergencia entre los actores a raíz de los intereses dispares que tengan sobre la estructura social, el cual a primera vista pareciera ser el caso de Bolivia. Esta aproximación teórica del conflicto que hace Johan Galtung, se complementa con que dentro de cada componte del conflicto es necesario precisar dos tipos de análisis. El primero se hace en torno a la interacción entre los actores (aspecto intersubjetivo), mientras el segundo se hace en torno a cada actor de forma individual (intrasubjetivo). De esta forma cada conflicto definido por la investigación, será analizado a partir de

esta

figura

triádica

propuesta

por

Galtung

con

los

matices

correspondientemente señalados, sin embargo, para comprenderlos ha cabalidad y obtener la información que la investigación busca, también se requiere de la incorporación de otros elementos al análisis, como la definición del problema (o

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problemas), su desarrollo y sus consecuencias, entre otros, para conformar la siguiente estructura de análisis para cada conflicto.

Figura N° 6 – Estructura de Análisis de los Conflictos14 En la figura se aprecia que se comenzará haciendo una contextualización del período en estudio, en la cual se entregan algunos antecedentes generales de tipo histórico sobre el problema (o problemas) central que es abordado en el capítulo. Luego y a partir de esta contextualización, se pasa a detallar el problema central y sus causas, para más tarde clasificarlo desde la tipología del conflicto empleada que se detalla más adelante. Como consecuencia del modelo teórico empleado, el centro del análisis es como los actores abordan y viven el conflicto, por lo cual se aplicará el análisis en base al modelo triádico de Galtung explicado anteriormente. Posterior a ello, se analiza el desarrollo del conflicto y finalmente sus consecuencias. A partir del marco general desarrollado en esta propuesta metodológica se extraen las conclusiones del capítulo, buscando principalmente detectar aquellos motivos centrales que han originado el conflicto en estudio.

14

Fuente: Elaboración propia.

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En torno a la tipología del conflicto puede hablarse, como se señaló en los párrafos anteriores, de un “conflicto directo” (donde los actores desarrollan ciertas estrategia de anulación del rival) o de un “conflicto estructural” (en donde el conflicto nace a partir de la divergencia entre los actores a raíz de los intereses dispares que tengan sobre la estructura social), sin embargo estas categorías son muy simples, siendo la primera difícil de sostener, ya que si bien existen en la historia de Bolivia ciertos conflictos en donde un actor busca anular al otro, no necesariamente la acción del afectado era recíproca15, por lo que es difícil hablar aceptar esta categoría. Por su parte, la segunda, es mas viable en los conflictos desarrollados por la investigación, pero obedece más que nada a la visión general del conflicto en perspectiva histórica, por lo que se requiere de una tipología que pueda ser más precisa a la hora de catalogar los conflictos, por la misma razón se debe aclarar que se parte de la base de que todos los 3 período de conflicto que se abordan en esta investigación obedecen a esta categoría. A partir de una revisión bibliográfica que pudiera dar luces con respecto a como establecer una tipología del conflicto acorde al análisis propuesto por esta investigación, se ha optado por desarrollar una propuesta propia en base a los grupos que estén involucrados y a las formas en que se da el conflicto entre ellos y al interior de ellos, teniendo como punto de inicio el “conflicto estructural”, es decir, que nace a partir de las diferentes posiciones y acciones que tienen los actores a partir de la estructura social que tiene o debe adquirir el país, tipología que además divide en niveles (moderado o alto), el desarrollo de las distintas etapas del mismo conflicto como se puede apreciar a continuación:

15

Por ejemplo en el análisis del primer conflicto que aborda esta investigación, la elite desde fines del siglo XIX y hasta mediados de la década del ´30 en el siglo XX, desarrolla un proyecto modernizador que busca la anulación del indígena de las esferas de la vida política, social y hasta cierto punto económica, sin embargo, sería insostenible señalar que los indígenas desarrollaron el mismo nivel de organización para desarrollar una estrategia similar.

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Figura N° 7 –Propuesta de Tipología de Conflicto16 En la propuesta se aprecian 4 momentos. El primer momento trata de ubicar el conflicto, es decir, localizar si el conflicto se ubica dentro de la confrontación de partes de un grupo o bien, se trata del conflicto entre grupos. Posteriormente el paso 2, es constatar el nivel del conflicto, paso que va de la mano del tercero, en que se revisa la secuencia del conflicto y la forma en que se da cada parte. Puede tratarse de un conflicto moderado si es que en su inicio el conflicto se motiva por percepciones de los actores, es decir, en que no haya necesariamente acciones concretas que expliquen el inicio de un conflicto. Además en un conflicto moderado, la interacción entre los actores es de intercambio de posiciones con respecto a los motivos y contenidos que dan origen al conflicto. En un conflicto moderado el desarrollo del mismo se basa en la discusión y debate, no en la violencia. Finalmente en un conflicto moderado, los resultado son propositivos, es decir, las partes en conflictos sacan lecciones del mismo, tomando conciencia del problema que lo origina, buscando soluciones diversas y existiendo un compromiso tácito de resolución del conflicto. Por otro lado, el conflicto puede presentar un nivel alto, cuando son acciones lo que de dan inicio, acciones que generalmente buscan establecer interacciones

16

Fuente: Elaboración propia.

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de imposición de ideas o políticas sin consenso entre las partes. Esto lleva a que en su desarrollo el conflicto sea violento, siendo la violencia la forma en que los actores tratan de ganar y resolver el conflicto. Como es de esperarse el resultado del conflicto es destructivo, en donde los actores polarizan sus posiciones, suelen arrastrar a otros actores al conflicto para inclinar la balanza en su favor, no limitan las vías de comunicación y finalmente el conflicto, aunque puede que baje en intensidad sigue latente, lo que provocará que dadas ciertas condiciones, el conflicto estalle nuevamente. A partir de esta propuesta de tipología del conflicto, creemos que es posible establecer puntos intermedios, en que un conflicto en su desarrollo, alterne niveles distintos entre sus partes (incluso que se den dos simultáneamente dentro de una parte). Para resolver la dificultad teórica de que en un conflicto alternen niveles distintos entre sus partes, se considera que es el resultado final del conflicto el que dirimirá el nivel del mismo, como se da entender en la cuarta parte de este modelo, en donde luego de ver el resultado, se obtiene el nivel final del conflicto: moderado o alto, a modo de ratificación de la connotación que se le dio en primera instancia. Además, para resolver el problema de la existencia de varios conflictos dentro del análisis realizado en la investigación, se parte del supuesto que es posible dividir a los conflictos en los de alta relevancia o “primarios” (el conflicto central), y los de segundo orden o “secundarios”, los cuales ayudan a entender ciertas formas de percibir la realidad y de actuar de los actores involucrados en el conflicto primario, de esta forma, es posible concebir la existencia de dos conflictos o más dentro de un mismo conflicto en análisis a partir de esta jerarquización.

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7. MARCO CONCEPTUAL DE LA INVESTIGACIÓN El marco conceptual de la investigación gira en torno al concepto de “conflicto”, pues es este, el leit motiv del trabajo, sin embargo, hay otra serie de conceptos que se abordan, pero cuya definición se comprende desde la perspectiva del conflicto. El conflicto, como ha sido definido por la investigación, se debe entender como la contraposición entre dos actores o más a partir de intereses antagonistas (lo que se agrava cuando se trata de intereses incompatibles), que cuando se reconocen como tales (o se intentan concretizar sin el consentimiento del interlocutor) conducen a un enfrentamiento. En este caso, el conflicto nace de la contraposición permanente, entre los intereses de la elite boliviana y el resto de los grupos sociales, específicamente los indígenas. Esta definición brinda la posibilidad de insertar al análisis el paradigma constructivista para el examen de las percepciones de los distintos grupos en conflictos, para poder visualizar como definen su actuación a partir de la construcción de la imagen del otro, versus, sus propios intereses, situación que se ajusta al modelo teórico indicado anteriormente. Por otro lado, la definición entregada e el párrafo anterior, puede completarse con el aporte de Luis Pedro Cardaso, quien conceptualiza al conflicto social como “Un proceso de interacción contenciosa entre actores sociales que comparten orientaciones cognitivas, movilizados con diversos grados de organización y que actúan colectivamente de acuerdo con expectativas de mejora, de defensa de la situación preexistente o proponiendo un contraproyecto social”17. En esta

17

LOREZNO, CARDASO, LUIS PEDRO. “Fundamentos Teóricos del Conflicto Social”, Editorial Siglo XXI de España, España, 2001, página 272. Citado en: OBSERVATORIO DE LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL. “Aproximación al Conflicto Social”, Observatorio de la Conflictividad Social, Servicio y Asesorías Para la Paz (SERAPAZ), Ciudad de México - México, 2007, página 1. En Internet: Portal Servicio y Asesorías Para la Paz (SERAPAZ), Ciudad de México - México,

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definición se encuentran elementos interesantes para el análisis, como el tema de los diversos niveles de organización, ya que bajo ese prisma los actores pueden determinar sus estrategias producto de que conocen su poder o el del contrario (aunque siempre teniendo presente que esta idea es una ilusión en torno a la percepción que se construye de la realidad) o sobre las tres alternativas que entrega como posibles causas del conflicto (expectativas de mejora, defensa del status quo o proposición de un contraproyecto social), en donde, posiblemente hay otras más, pero ofrecen un punto de partido interesante en el análisis de cada conflicto. Durante

el

desarrollo

de

la

investigación

se

incorporaran

otras

conceptualizaciones sobre el tópico del conflicto en vista de aumentar el sustento teórico del análisis propuesto. Dentro de ello, también se incorporan los conceptos asociados como el de crisis, violencia, etc., además de conceptos relacionados con los tópicos de investigación como Estado, elite, etc.

<http://www.serapaz.org.mx/paginas/Observatorio/Informe/aproximacion%20al%20conflicto%20s ocial.pdf >, consultado Marzo 2008.

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8. LÍMITES DE LA INVESTIGACIÓN Con el objetivo de acotar la investigación se han establecido ciertos límites, tanto en el plano temporal como en el plano de los contenidos. Los límites de la investigación en el plano temporal, están dados por los conflictos ha analizar que se presentan a continuación: •

N° 1: Desde la manifestación de las consecuencias de la Guerra del Pacífico a fines del siglo XIX hasta la década de 1930, con los primeros intentos de construir un Estado – Nación.

N° 2: Desde la década de 1930 hasta la llegada de la “democracia pactada” de 1985, pasando por la Revolución de 1952.

N° 3: Desde 1985 hasta la crisis del año 2000 y problemas de los años siguientes hasta el año 2006, con la llegada de Evo Morales y la concretización del problema autonómico, siendo el período que marca el fin cronológico de esta investigación.

De estos límites temporales cabe mencionar que se abarcarán estos distintos períodos pero tan sólo refiriéndose al conflicto que cronológicamente los atraviesa, prescindiendo de otros conflictos menores o problemáticas suscitadas en medio del período que escapan al interés de la investigación. En el plano de los límites temáticos, la investigación se limita a abordar el conflicto desde la perspectiva política y social, analizando los elementos definidos en el marco teórico para cada conflicto. Obviamente para completar los análisis y las explicaciones se requiere de ciertas referencias a otros aspectos no menos relevantes como la economía, la geografía, o los elementos étnico – lingüísticos, pero estos sólo se abordaran como elementos referenciales no formando parte sustancial de las variables de investigación.

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Finalmente sobre las parte que componen esta investigación, se puede indicar que existe un primer apartado de la construcción teórica del método de trabajo, un segundo apartado de desarrollo analítico de los conflictos y un tercer apartado referido a la validación del modelo de trabajo y a la obtención de conclusiones en torno a los conflictos que permitan comprobar o refutar la hipótesis de trabajo.

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CAPÍTULO I: LA LUCHA POR EL PODER (FINES SIGLO XIX – 1930’)

CAPÍTULO I: LA LUCHA POR EL PODER (FINES SIGLO XIX – 1930’)

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1. INTRODUCCIÓN El primer conflicto que aborda esta investigación es el que puede datarse desde fines del siglo XIX hasta la década de 1930, en que se dan dos momentos claramente reconocibles: la lucha interna dentro de la elite por el poder en Bolivia (fines del siglo XX hasta inicios del siglo XX) y la búsqueda de consensos al interior de la elite que permitan modernizar el país (inicios del siglo XX hasta la década de 1930). El conflicto aquí es entre la elite y de esta, con los grupos que se han visto excluido de su proyecto, básicamente los indígenas, producto de que las comunidades indígenas no eran compatibles con la generación de este proyecto. El período aquí investigado aborda la competencia que se da entre los diversos grupos de la elite, por el poder político y la supremacía social luego del vacío de legitimidad y hasta cierto punto de poder, que conlleva la serie de repercusiones internas a partir de la derrota en la Guerra del Pacífico frente a Chile, hasta que estos grupos de la elite, deciden que para el progreso del país, y evitar nuevos episodios como el vivido en la guerra, se deben buscar los mecanismos para la construcción de un Estado – Nación,

partir de la generación de un proyecto

modernizador. Sin embargo, en este momento, la elite no se encuentra sola en el país como para aplicar su proyecto sin resistencia, sino también existe otra serie de grupos sociales, fundamentalmente los indígenas, hasta entonces relegados de la toma de decisiones, quienes no confían y además no comparten los métodos y filosofías que la elite le quiere impregnar a este proyecto, por lo cual se resisten al proyecto modernizador de la elite. Puesto en ello, y para conseguir sus objetivos, la elite intenta excluir de forma más clara que en oportunidades anteriores, a los grupos indígenas de la vida política del país gracias al control de Estado, pero se encuentra con la resistencia indígena, la cual sin embargo, cuenta con muy pocas herramientas

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para levar a cabo la tarea de resistencia, por lo tanto, esta empresa para lo indígena, se hace por lo menos, difícil. Es así como el problema central del período se encuentra en la exclusión que hace la elite de las comunidades indígenas a lo largo del período, situación que se analizará a partir de la evolución cronológica de distintos episodios que muestran como esta exclusión se va institucionalizando a medida que la elite se va consolidando en el poder. De esta manera los objetivos de este capítulo son determinar las causas de la exclusión, los otros elementos que enfrentan a la elite con los indígenas, y obtener ciertas conclusiones fundamentadas en torno a las raíces más profundas del conflicto entre la elite y los grupos indígenas en este período, para posteriormente

contrarrestar

con

los

otros

períodos

que

aborda

esta

investigación.

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2. CONTEXTUALIZACIÓN Dentro de esta fase en estudio se dan dos momentos claramente diferenciados como se ha explicado anteriormente. El primero que abarca desde fines del siglo XIX hasta los primeros años del siglo XX, se relaciona con la lucha interna de la elite boliviana por la supremacía en el poder, lucha en la cual triunfa finalmente la elite ideológicamente liberal que tiene como secuencia la búsqueda de un proyecto modernizador a ejecutarse previamente a que a nivel de elite se establezca un consenso. El segundo momento, comienza exactamente con está búsqueda y va desde los primeros años del siglo XX hasta la década de 1930, en donde básicamente la elite comienza a buscar aquellos consensos que le permita desarrollar ese proyecto modernizador, hasta que se topa con las consecuencias de la crisis de la depresión mundial de 1930 y de la derrota en la Guerra de Chaco frente a Paraguay, lo que sumado a su desgaste en el poder y a la presión popular, además de una serie de malas decisiones, la sitúan en un contexto muy distinto al que la vio erigirse como grupo en el poder, provocándose una serie de cambios políticos de importancia en Bolivia, que allanarían el camino hacia la Revolución de 1952. De momento los indígenas, resisten el proyecto modernizador de la elite, sin el apoyo de otros grupos sociales, pues la elite los ha cooptado en su beneficio, acrecentando una situación de falta de conciencia y sentimiento nacional, que lleva a los diversos grupos que componen la sociedad boliviana, a operar sólo cuando ven trastocado sus intereses, no produciéndose de este modo, ningún tipo de conciencia de clase o agrupación pluriclasista de los sectores más bajos de la sociedad, que acrecentaran la importancia y efecto de la resistencia indígena. Bajo este contexto, se pasarán a analizar estos momentos descritos al principio, considerando como actores del período a la elite y a los grupos indígena, análisis

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enmarcado cronológicamente desde las dos últimas décadas del siglo XIX hasta la década del 30 en el siglo XX, intentando visualizar cuales son los principales antecedentes de los motivos que originan los problemas del período.

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2.1. La Lucha Por el Poder Dentro de la Elite Buena parte de este período en estudio tiene que ver con la forma en que la elite boliviana en su afán de modernizar el país luego de la derrota a manos de Chile en la Guerra del Pacífico, ve en los indígenas una especie de ancla para esta tarea, independientemente si se trata de una elite de visión liberal o conservadora. Sin embargo, antes de tratar este punto, es preciso referirse a un tema que enfrentó y dividió a la elite hasta antes de alcanzar ciertos grados de consenso que le permitieran establecer ciertas ideas sobre la modernización, en este sentido se hace alusión al tema del federalismo, en que se hace necesario tratar el problema y las luchas que vivió el país en torno a la implementación de un sistema federal de gobierno.

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2.1.1. Los Proyectos Federalista en Bolivia a lo Largo del Siglo XIX Existió un primer intento federal entre 1835 y 1839, conducido por el mariscal Santa Cruz Calahumana, quien tenía el proyecto de lograr una confederación con Perú puesto que anteriormente, ambas zonas eran parte del virreinato del Perú y antes del Tawantinsuyu de los incas. La propuesta, que nacía básicamente a partir del carácter indígena del mariscal, buscaba la unión, pero sin alterar la estructura unitaria de ambos estados, que recién se estaban configurando luego de lograr la independencia de España. Sin embargo este proyecto, fue descartado rápidamente, pues la capital de Bolivia en ese momento, Chuquisaca, no apoyó la idea, a lo que se suma la resistencia militar de los peruanos. Más de 30 años pasaron para que otro intento federalista se diese en Bolivia. Esta vez corresponde al intento de 1871, en donde al vacío de poder que se da una vez caído Melgarejo, se formó una Asamblea Constituyente la cual desarrolló un proyecto que buscaba crear estados unidos dentro del país, proyecto que promovió de forma muy entusiasta la región de Cochabamba y Tarija. Sin embargo este intento como señalan Xavier Albó y Franz Barrios, “… perdió ampliamente en la votación bajo el argumento de que en aquella coyuntura tal cambio resultaba inoportuno”18. En esta oportunidad, la región de Santa Cruz no se mostró interesada en la propuesta. Sin embargo, años más tarde, Andrés Ibáñez conforma un movimiento con fuerte apoyo popular en la zona, que buscaba alcanzar la igualdad social

18

ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”, Documento de Trabajo, Cuaderno N° 22, Informe Nacional Sobre Desarrollo Humano en Bolivia, Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, La Paz, Bolivia, Septiembre del 2006. Página 18. En Internet: Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, <http://idh.pnud.bo/webPortal/Portals/2/publicaciones/infonacional/INDH2006/Parte%201%20c uaderno%20de%20futuro22.pdf>, consultado Agosto 2008.

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bajo una organización federalista, pero fue la propia elite de Santa Cruz la que se encargó de frustrar su proyecto, pues vio en él un caudillo capaz de alterar el orden social reinante, a través del apoyo prestado por las fuerzas militares del presidente Daza. Durante este período, la elite toma dos posiciones ante la derrota en la Guerra del Pacífico, las que según Gonzalo Sánchez-Sea19, se puede entender como “guerristas”, los cuales eran partidarios de recuperar a lo menos una parte del litoral perdido frente a Chile, lo que obviamente implicaba movilizar el país hacia la guerra nuevamente, y los “pacifistas”, los cuales querían llegar a un acuerdo diplomático que sellara la paz definitiva entre Bolivia y Chile. Estas posiciones originaron el nacimiento de dos partidos políticos antagonistas, a saber, el Partido Liberal y el Partido Conservador respectivamente. A partir de esta división en la elite es posible comprender el desarrollo del tercer intento federalista, ya que permite relacionar este tema con el debate de la elite entre liberalismo y conservadurismo a fines del siglo XIX. Entre 1898 y 1899, en Bolivia se desarrolla una “Guerra Federal”, la cual enfrenta a liberales, quienes postulaban un estado unitario y a los conservadores, quienes trataban de implementar un sistema federal. Sin embargo esta guerra, que pareciera ser en torno a una disputa para establecer la forma de organización del Estado en el país, en realidad, según Xavier Albó y Franz Barrios, es un conflicto que se produce a partir de una pugna de intereses económicos entre la elite del sur andino (Sucre), la cual afianzaba su poder a partir de la explotación de la plata, pero que por aquella época estaba en franca crisis debido a la caída de los precios internacionales, y la emergente elite del norte andino (La Paz), que

19

SÁNCHEZ - SEA, GONZALO. “Breve Historia de la Guerra Civil 1898 - 1898”, Portal Mirabolivia, Bolivia, 2007. En Internet: Portal Mirabolivia, Bolivia, <http://mirabolivia.com/foro_total.php?id_foro_ini=42976>, consultado Agosto 2008.

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tenía una excelente posición económica debido a la emergente explotación del estaño20. En aquella época, la pugna por el federalismo se resolvió rápidamente, ya que al triunfar los liberales, establecieron la sede de gobierno en La Paz, constituyendo allí su base de operaciones y con ello, el triunfo del proyecto unitario. Cabe destacar que el triunfo liberal se debió en gran causa al apoyo que prestaron las comunidades indígena a través de la figura de Pablo Zárate Willca, sin embargo luego del triunfo liberal y de la toma del control del Estado de parte de este grupo, la movilización indígena fue duramente disuelta a modo de evitar posibles reivindicaciones indígena y cualquier reclamo por el poder en general. Sin embargo el fin de la guerra y el inicio de un nuevo siglo, ya mostraban cuales podrían ser los nuevos desafíos para el país en el siglo siguiente, ya que “…la cuestión indígena y la tenencia de la tierra están presentes en el conflicto federal. De hecho, los indígenas usaron el pretexto de la guerra para poner en la agenda sus propias preocupaciones: el acceso a la propiedad de la tierra, de esa tierra comunal de la que habían sido despojados por la Ley de Exvinculación”21. Así se va configurando un escenario peligroso para el país, ya que si bien se imponía un consenso en la forma de administrar políticamente al país a través de un sistema unitario, también se da cuenta de que se está en presencia de un Estado en formación, en un contexto en que la mayoría de los países de la región, con más o menos suerte, tenían relativamente resuelto el tema de su organización administrativa. A su vez, también se aprecia que el país estaba a merced de la pugna entre las elite (básicamente desde el plano regionalista en 20

Op. Cit. ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Página 18.

21

TORANZO ROCA, CARLOS. “Introducción”, Páginas 1 - 19. En: CAMPERO, PRUDENCIO, FERNANDO. “Bolivia en el Siglo XX. La Formación de la Bolivia Contemporánea”, Editorial Offset Boliviana, La Paz – Bolivia, 1999. Página 10.

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este momento) por el reparto del poder, quedando relegados hasta ese momento, temas sumamente importantes, como por ejemplo, la modernización del país, el cual va de la mano de otro proceso, las consecuencias internas para Bolivia de la derrota en la Guerra del Pacífico y la exclusión del indígena, pues se le considera a su presencia, como uno de los factores de que Bolivia fuese un país atrasado.

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2.1.2. El Triunfo del Liberalismo La derrota de Bolivia en la Guerra del Pacífico a manos de Chile, significó para el país altiplánico, no tan sólo la pérdida de una salida soberana al mar, con todos los perjuicios económicos y sociales que ello conlleva, sino también, un cambio de mentalidad en las elites, las cuales se dieron cuente de que si se quería lograr el progreso y modernización del país, no se podía seguir con los constantes cuadros de ingobernabilidad que enfrentaba Bolivia, principalmente producto de la debilidad estatal y de la presencia de múltiples caudillos militares que empujaban a las pugnas regionales, situación que debilitaba aún más la figura estatal y junto con ello, el éxito de los diferentes proyectos estatales. El ex – presidente de Bolivia, Carlos Mesa Gisbert, señala que a que a la luz de la derrota de Bolivia en la Guerra del Pacífico, “La elite dominante decidió organizar la nación sobre el modelo demoliberal y tomar directamente las riendas del poder”22 seguramente con la finalidad de no repetir la frustrante experiencia de la derrota con Chile, sobre la cual se ha señalado que una de sus principales razones fue la misma debilidad del Estado boliviano, reflejada por ejemplo en la falta de una identidad nacional que fuese capaz de aunar esfuerzos en contra del enemigo que en ese momento era Chile, o la baja penetración material del Estado, el cual no era capaz de mantener población y agentes administrativos, en los territorios que finalmente quedaron en mano chilenas. De hecho, Eduardo Cavieres y Fernando Cajías señalan en torno a la debilidad de la presencia estatal en los territorios ganados por Chile, que “Las mayores dificultades para hacer efectiva dicha posición fueron la comunicación defectuosa entre el interior del país y la costa; la poca migración del interior 22

MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1828-1899)”, en “Breve Historia de Nuestro País”, Editado por el Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia, La Paz - Bolivia, 2001. En Internet: Portal del Gobierno Boliviano, La Paz – Bolivia, < http://www.bolivia.gov.bo/BOLIVIA/paginas/historia5.htm>, consultado Marzo 2007.

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boliviano a la costa y la manifiesta mayor migración chilena de capitales y mano de obra”23, situaciones que operando en conjunto, facilitaron tanto la victoria de Chile como la posterior incorporación de estos territorios a su soberanía. De esta manera en Bolivia nace el denominado Estado Oligárquico, el cual podía estructurarse, afianzarse y consolidarse económicamente dentro de la sociedad gracias a los beneficios que estaba dando minería del estaño, ya que la minería de la plata, se había estancado justamente durante el fin de la guerra con Chile, llegando a suplir este problema de recursos, gracias a una situación fortuita: el agotamiento de las minas de estaño en Europa. Para poder cimentar esta propuesta de la elite boliviana, en 1880 se crea una nueva Constitución, la cual es en realidad una actualización de la anterior, promulgada en 1878 bajo el gobierno de Daza, en la cual las elites desde una perspectiva liberal, consagran el derecho a la propiedad privada y los derechos y garantías de los individuos. Esta Constitución sirvió de base para el pensamiento liberal en aquellos momentos, pues consagraba sus principales postulados. El triunfo de la elite liberal en la Guerra Federal en 1899, fue la consolidación de la doctrina, además desde este hito comienza un proceso de definición y restructuración de la elite, lo suficientemente fuerte esta vez, por lo menos en el papel, para construir un Estado – Nación a través de un proyecto modernizador, pero a la vez, y como señala Marta Irurozqui existe cierta “… confrontación de los discursos sobre que hacer con los indígenas con la finalidad de percibir ese debate la problemática de reconvención en que se ve imbuida la

23

CAVIERES FIGUEROA, EDUARDO; CAJÍAS DE LA VEGA, FERNANDO. “El Gran Quiebre: La Guerra del Pacífico. Sus Contextos y sus Efectos”, Páginas 163 – 198. En: CAVIERES FIGUEROA, EDUARDO; CAJÍAS DE LA VEGA, FERNANDO (Coordinadores). “Chile – Bolivia, Bolivia – Chile: 1820 – 1930. Desarrollos Políticos, Económicos y Culturales”, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso - Chile y Universidad Mayor de San Andrés, La Paz - Bolivia, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Valparaíso – Chile, 2008. Página 128.

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elite”24. Es decir, al establecerse los liberales en el poder y con ello ganar la hegemonía dentro de la elite, aparecía nuevamente el problema de que hacer con los indígenas (“el problema indio” en la historiografía boliviana). Esta situación trajo cierta apertura de la política, incorporando nuevos actores a la escena política, pero en ningún caso se trataba de los indígenas, sino al contrario, de más grupos que intentaban a través de la llegada al poder de proteger su situación económica y de nuevos privilegios. Esto se debe a que los mecanismos parlamentarios impuesto por los liberales, facilitaron el acceso de una nueva elite comerciante a través de la representación partidaria, fundamentalmente proveniente del occidente del país, disminuyendo las contingencias bélicas que nacen de la disputa del poder, producto de que ya habían pasado los período de convulsión provocadas por caudillos, y con ello, el Estado se ahorraba considerables recursos, que ahora debía dirigir hacia la modernización del país. De esta forma la elite asentada en La Paz, pudo controlar la inestabilidad político – social, ya que entregaba la oportunidad a ciertos grupos de formar parte de la toma de decisiones a través de un puesto en el gobierno, además de controlar también la movilidad social, sobre todo de aquellos sectores anti – elite que proliferaron con la llegada del liberalismo. Esta situación configuró una nueva situación política en Bolivia. Antes, los sectores de la elite que se sentían marginados del poder, podían apelar siempre a las armas para hacerse con el, ahora, estos grupos tenían una nueva opción: ganar las elecciones, lo que tenía la ventaja de la legitimidad, aunque, para la 24

IRUROZQUI VICTORIANO, MARTA. “Las Elite Bolivianas y la Cuestión Nacional, 1899 - 1920”, en Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura N° 5, Centro de Estudios Históricos, CSIC, Madrid – España, 1992. Página 210. En Internet: Portal de la Universidad de la Rioja, La Rioja Argentina, <http://dialnet.unirioja.es/servlet/dcfichero_articulo?codigo=2233821&orden=83964>, consultado Abril 2008.

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época esta nueva opción no significaba que se abandonara necesariamente la primera, sobre todo, teniendo en consideración que las prácticas como el cohecho y el fraude electoral en las urnas eran prácticas bastante habituales. Marta Irurozqui explica al respecto que la ventaja de la legalidad era que un sector se imponía a otro utilizando un mínimo de violencia, lo que permitía mantener el orden político y social y las relaciones de poder, aunque las acciones de fuerza, como los golpes de Estado eran aceptados cuando buscaban restituir en el poder a la facción que había ganado legítimamente un proceso eleccionario, sin embargo, esta facción debía demostrar públicamente, la ilegitimidad del contrario25. Esta dinámica política invitaba muchas veces a la mediación o intervención de los militares en política para restablecer la legalidad del sistema, pues se sentían llamados a restablecer el orden, cuando las cosas se escapaban de su cause, en situaciones por ejemplo, de escaladas de acusaciones por corrupción o deslegitimaciones que inquietaban el trascurrir de la política boliviana. Esta situación data ya desde los tiempos de Guerra Federal de 1899 que se trató anteriormente. En ella, la elite liberal sacó por medio de las armas a los conservadores del poder, a fin de que se hicieran respetar los cambios constitucionales que consolidaban el liberalismo en Bolivia, a modo de poder lograr los cambios que se buscaban para el país bajo esta doctrina. Para lograr esta tarea, la elite liberal no vaciló en recurrir a otros sectores sociales, sobre todo el indígena, para de esta forma, poder desequilibrar la balanza a su favor en el conflicto. A su vez esta acción como señala Marta Irurozqui, marca una nueva estrategia política en el juego político de la elite, ya que se comienza a utilizar a sectores subalternos de la sociedad para que puedan actuar como

25

Ibidem. Página 211.

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árbitros externos al conflicto, o elementos capaz de contrapesar la balanza, a fin de decantarse por la posición de una elite u otra26. Esta situación era sin duda complicada, ya que la intervención de estos grupos precisaba de ciertas ofertas de parte del grupo que los convocada, ofertas que no necesariamente se cumplían, como por ejemplo en el anteriormente citado caso del apoyo indígena a los liberales en la Guerra Federal, lo que dejaba a los grupos movilizados, debiendo luego ser reprimidos, aumentando el descontento social frente a las elites. El período liberal se caracterizó, en palabras de Herbert Klein, por hacer “… caso omiso de todos los símbolos y posiciones por los cuales tan valientemente habían luchado mientras estaban en la oposición”27, de forma que se intentó controlar el gobierno al igual que el Partido Conservador, a través de la maquinaria electoral, el negar los espacios de participación a la oposición política y en el fondo, a reutilizar las estrategia bajo las cuales los conservadores se habían mantenido en el poder, a pesar de que los liberales las habían criticado largamente.

26

Ibidem. Página 211.

27

KLEIN, HERBERT S. “Orígenes de la Revolución Nacional Boliviana. La Crisis de la Generación del Chaco”, Editorial Juventud, La Paz – Bolivia, 1968, primera edición. Página 43.

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2.1.3. La Participación de los Excluidos Una vez que Bolivia se había independizado del dominio español, la elite se dio cuenta del alto número de indígenas que habitaban el país y rápidamente formuló y reformuló, gracias al legado de dominación española, estrategias, leyes e impuestos que les permitieran obtener ganancias de esta parte de la población boliviana, lo que se tradujo en alzas de impuestos y tributos, además de la expropiación de las tierras de las comunidades indígenas. En Bolivia durante la década de 1860, el tributo indígena (que debían pagar las comunidades campesinas por el trabajo y ganancia en sus tierras) representaba el 36% de los ingresos totales del erario nacional, constituyendo más del doble de los ingresos que aportaba cualquier otro sector económico28. Este tributo se puede considerar como poco justo para las comunidades y sectores indígenas que debían pagarlo, pues el Estado no les entregaba ningún beneficio por el pago de este tributo. Sin embargo con la llegada de Melgarejo al poder esta situación se vuelve francamente dramática para los indígenas. El gobierno decreta en 1866 que la propiedad de las tierras indígenas debían, según Carlos Mesa, “… consolidarse mediante un pago de entre 25 y 100 pesos, si este pago no se cumplía, las tierras indígenas pasaban a propiedad del estado en un plazo de sesenta días…”29, marcándose de esta manera, el inicio de una política sistemática de despojo de tierras hacia las comunidades indígenas. A partir de 1870 y 1871, con la llegada de Agustín Morales esta situación se empezó a revertir, sin embargo, los posteriores gobiernos, volvieron a la política del despojo comenzada por Melgarejo.

28

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1828-1899)”.

29

Ídem.

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Es más, como poco a poco iba disminuyendo la importancia económica del tributo indígena, fue más fácil la expoliación de las tierras indígenas, pues por un lado el que todos los indígenas no pagaran el impuesto, ya que cada vez tenían menos tierras para trabajar, no afectaba ahora de forma catastrófica la economía del país, sumado a que los ingresos de Bolivia ahora estaban fundamentalmente centrados en la actividad minera. Además los propios indígenas estaban vendiendo sus tierras, pues ya no les convenía mantenerlas, tierras que pasaban a bajísimos precios a las manos de la elite gobernante. Con ello se comenzaba un proceso sistemático de desmantelación de las comunidades indígenas y de cambio del escenario político, social y económico que había tenido el país durante el siglo XIX luego de su independencia, dado que hasta ese momento habían dos grandes grupos como actores sociales en Bolivia: las comunidades indígenas y la elite terrateniente. De esta forma, la situación descrita pone en el siguiente escenario a las comunidades indígena según Irene Henáiz y Diego Pacheco, la lucha por la “sobrevivencia de las comunidades o su absorción por las haciendas y la transformación de los comuneros en colonos y peones”30, siendo ambos escenario poco favorables a las aspiraciones y tradiciones indígenas. Como se señalaba anteriormente a partir de 1870 la situación del indígena mejora levemente pues se devuelven parte de sus tierras, sin embargo ello no rige para todas las comunidades indígenas, por que mientras las comunidades indígenas del altiplano recuperaban parte de sus tierras y de autonomía, las restantes de los valles no tuvieron la misma suerte. Irene Henáiz y Diego Pacheco sostienen al respecto que “La clase política en el poder perseguiría los mismos objetivos diseñados anteriormente por Melgarejo y, a pesar de sus 30

HENÁIZ, IRENE; PACHECO, DIEGO. “La Ley INRA en el Espejo de la Historia. Dos siglos de Reformas Agrarias en Bolivia”, Editado por Fundación TIERRA (Taller de Iniciativas en Estudios Rurales y Reforma Agraria), La Paz - Bolivia, Diciembre 2000. Página 18. En Internet: Portal de la Fundación TIERRA, La Paz – Bolivia, <http://www.ftierra.org/stie/index2.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=158&Itemid= 75>, consultado Diciembre 2006.

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promesas con sus aliados indios, continuó la destrucción de la propiedad comunal con las nuevas leyes de Exvinculación de 1874”31. La Ley de Exvinculación dictada durante 1874 por el gobierno de Frías, fue la forma más eficiente de sacar a los indígenas de la actividad económica nacional (por lo menos en el sentido de productores, pues se mantuvieron obviamente como mano de obra), pues, cambiaba la propiedad colectiva de la tierra por una propiedad individual, los que en palabras de Esteban Ticona, significa que “se declaraba legalmente la extinción del ayllu y se pretendía parcelar su territorio, individualizando la propiedad comunal, mediante la dotación de títulos individuales”32. A partir de ello se implementa un proceso de de expropiación de tierras a nivel masivo a través de la Revisita General de Tierras a partir de 1881. Sin embargo las comunidades indígenas reaccionaron desde 1880, creando un movimiento denominado como Apoderados Generales, el cual era un grupo de representantes indígenas de varias comunidades de los diferentes departamentos del país. Su tarea principal fue la de representar ante el Estado boliviano, a las comunidades indígenas para que no se siguieran expropiando sus tierras. Como resultado de este movimiento indígena se suspendió la Revisita General de Tierras, reconociéndose desde ese momento además lo títulos de propiedad de las comunidades indígenas que databan desde los tiempos de la colonia española. Sin embargo, las comunidades indígenas, no sólo se quedaron en este triunfo, sino, como señala Esteban Ticona, “en la medida que continuaban en la lucha, iban logrando las reivindicaciones más inmediatas; pero también comenzaban a rebasar los marcos coyunturales de la lucha, pasando a otra 31

Ibidem. Página 23.

32

TICONA ALEJO, ESTEBAN. “Pueblos Indígenas y Estado Boliviano. La Larga Historia de Conflictos”, Revista “Gazeta de Antropología”, N° 19, Universidad Granada, Granada - España, 2003. En Internet: Portal de la Universidad de Granada, España, < http://www.ugr.es/~pwlac/G19_10Esteban_Ticona_Alejo.html>, consultado Septiembre 2008.

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etapa, donde se configuraba claramente el poder de los aillus y comunidades, quienes comenzaban a plantear el derecho a la autonomía”33. De esta manera se genera un panorama complejo para la elite, ya que al trastocar los derechos de propiedad indígena, habían levantado en su contra a un grupo social poderoso que hasta ese momento no les había presentado dificultades. Bajo este contexto, las comunidades indígenas comenzaron a depender en gran parte “…de la elección de sus dirigentes y de una difícil y precaria unidad”34. De esta forma las comunidades indígenas también dejaron entrever ciertas diferencias en la forma de afrontar esta realidad, ya que mientras algunas optaron por una resistencia feroz frente al Estado a riesgo de perderlo todo, otras fueron más pragmáticas, siendo menos frontal con el Estado a modo de intentar conservar parte de sus tierras. Por su parte, los sectores indígenas que optaron por resistir se organizaron en pleno en 1883 bajo el mando de Zárate Willca, quien “organizó la resistencia india contra la usurpación de sus territorios y organizó contingentes de combatientes que en 1899-1900 acabaron con el poder del Partido Conservador”35 a partir de una alianza que establecen con los liberales. Estas últimas comunidades indígenas, las que prefirieron resistir, tuvieron una destacada participación en la Guerra Federal. En ella, los liberales, comandados por José Manual Pando, apoyado por La Paz, pactó una alianza con las comunidades indígenas con el fin de derrotar a los conservadores, lo que los

33

Ibidem.

34

Op. Cit. HENÁIZ, IRENE; PACHECO, DIEGO. “La Ley INRA en el Espejo de la Historia. Dos siglos de Reformas Agrarias en Bolivia”. Página 23.

35

MAMANI CONDORI, CARLOS. “Pueblos y Organizaciones Indias en el Camino de la Descolonización”, Bolivia. Página 2. En Internet: Portal de Fjerne Naboer, Dinamarca, <http://www.fjernenaboer.dk/pdf/bolivia/movimientos%20indigenas.pdf>, consultado Diciembre 2007.

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indígenas aceptaron, ya que vieron la oferta como una oportunidad para detener las expropiaciones a sus tierras y recuperar las que ya habían sido quitadas en los gobiernos anteriores. Sin embargo una vez finalizada la Guerra Federal y pactado un acuerdo entre la elite, los liberales ponen fin a la alianza con los indígenas, pues estos manifestaban tener sus propias metas, lo que estaba fuera de los planes de la elite, por lo cual apresaron a sus dirigentes y siguieron con la política de exclusión que se había dado hasta ese momento, dejando a los indígenas con un sentimiento de traición y utilización, que los hará luchar, de forma esporádica y aislada, por sus derechos y tierras, siendo el movimiento más relevante del de los Caciques Apoderados, quienes lucharon contra el monopolio comercial de la elite, y los derechos indígenas en educación y ciudadanía durante buena parte de las primeras décadas del siglo XX36, tratando de recuperar sus tierras inclusive con el “testimonio de los documentos coloniales de propiedad, e incluso con las misma leyes de la Corona de España”37, con el objeto de que el Estado les reconociera el derecho de propiedad sobre sus tierras, situaciones que como son de preveer, con la consolidación de la elite en el mano del Estado, va a ser muy difícil.

36

WILLKA. “La Guerra Federal de 1899”, Página Web del “Anillo de Web Aymara”, Bolivia, 2007. En Internet: Página Web del “Anillo de Web Aymara”, Bolivia, < http://home.swipnet.se/Willka/Guerra%20federal%20de%201899.htm>, consultado Septiembre 2008.

37

Op. Cit. MAMANI CONDORI, CARLOS. “Pueblos y Organizaciones Indias en el Camino de la Descolonización”, Bolivia. Página 2.

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2.2. La Búsqueda de los Consensos La estabilidad que se vive en los primeros años del siglo XX en Bolivia, difícilmente permiten visualizar la serie de problemas y crisis que enfrentó el país a lo largo del siglo XIX para llegar a ella. Y es que el contexto había cambiado drásticamente, ahora la elite no estaba tan preocupada del desgastarse en luchas internas por el poder, como de conseguir lograr ciertos consensos que permitieran mantener un orden y estabilidad interna que asegurara la actividad comercial que les brindaba su supremacía social y política dentro del país. Los empresarios de la plata y más tarde los del estaño, orientaron sus esfuerzos de gobierno como señala Manuel Contreras, a propiciar un ambiente político estable que proporcionara seguridad jurídica a sus inversiones, a propiciar la estabilidad económica, la apertura de la economía hacia las inversiones extranjeras y a las construcción de medios de transporte y comunicación que permitieran vincular a Bolivia con los países vecinos38. Es por este motivo que existió una relativa estabilidad política y social en este período, aunque no se pueden omitir la referencia de ciertas movilizaciones básicamente de carácter indígena,

las

cuales

fueron

resueltas,

no

bajo

los

mejores

términos

necesariamente, por la elite gobernante. La estabilidad política se tradujo en el ámbito de las elecciones, en la relativa normalidad de la sucesión presidencial, permitiendo hasta cierto punto la modernización del sistema político, el cual pudo cambiar el eje, desde las confrontaciones de caudillo regionales por la organización de partidos políticos 38

CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”, Cuaderno de Trabajo N° 2, Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, La Paz, Bolivia, 1999. Página 10. En Internet: Portal de la “Revista de Desarrollo Humano de América Latina”, PNUD, < www.revistadesarrollohumano.org/Biblioteca/0046.pdf>, consultado Julio 2008.

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capaces de representar los intereses regionales, por lo menos de la zona de La Paz y de Sucre que eran los más importantes, así como de los grupos sociales, de la elite y de la naciente burguesía minera, aunque obviamente no puede hablarse de un sistema socialmente inclusivo ni totalmente representativo para este época. Al respecto cabe mencionar que como señala Carlos Mesa, se estaba en presencia de un Estado Oligárquico39, por lo que la representación de otros sectores sociales que no fuesen los dominantes, era limitada cuando no, inexistente. En este sentido, el proyecto liberal sustentó su actuación política – social en gran medida en base a un razonamiento económico. Este razonamiento partía de la base de que la elite percibía que el desarrollo del país estaba en manos de la explotación de las diversas potencialidades que traía apañadas el sector minero, lo que se traducía a la vez en por lo menos dos figuras con repercusión social dentro del país. La primera tenía que ver con la configuración de una economía de mercado sin intervención del Estado, y orientada al comercio exterior, lo que ya implicaba el problema de que la riqueza del país quedaba en manos de unos pocos, mientras tanto el segundo escenario era que al privilegiar al sector minero, a la vez se estaba condenando al sector agrario, pues no se consideraba modernizarlo, situación social y políticamente problemática, si se considera que este rubro económico estaba basado en la servidumbre indígena desde hacía siglos. Al respecto la obra conducida por Manuel Contreras señala que esta realidad fomentaba la explotación del indígena con resultados como la “… exclusión de la vida nacional y una fuerte concentración de la propiedad en manos de los terratenientes”40.

39

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

40

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 11.

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Junto con este complejo escenario de levantar un sector económico a la costa de sacrificar otro, y todo el costo social que ello conlleva, coexistían en Bolivia un sinnúmero de comunidades campesinas en el resto del país, muchas de las cuales estaban compuestas por un alto número de indígenas, los cuales también quedaban a merced de esta situación, ya que no contaban con ningún tipo de ayuda estatal para apaliar los problemas que trae consigo esta política estatal determinada por la elite. De esta forma como señalan la misma obra de Manuel Contreras, se daba desde esta época ya la idea de “otro país”41, uno que quedaba como lastre para la construcción de una Bolivia moderna en la perspectiva de la elite, una Bolivia indígena, campesina y agraria que no contaría con los beneficios de la minería y con algún proyecto modernizador capaz de hacerla competitiva tanto a nivel interno como externo. Todo ello posible gracias a los consensos alcanzados entre liberales y conservadores, ideologías diferentes para un mismo grupo social, la elite. Es así, como ya se empezaba ha generar la idea de una Bolivia rica y otra pobre, germen de lo que sería años más tarde, uno de los argumentos más complicados pero soslayados de los afanes autonómicos de ciertas zonas de Bolivia a fines del siglo XX y principios del siglo XXI.

41

Ibidem. Página 11.

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2.3. El Ocaso de la Elite Oligárquica La elite liberal que logró el consenso con el sector conservador desde principios del siglo XX, gobernó sin sobresaltos hasta mediados del la década del 20. Si bien en esta época surgen algunas voces que la critican desde la perspectiva política, el ocaso de la elite viene más bien desde adentro del propio seno de la elite debido a sus diferencias, como también por el lado del colapso económico que se suscita con las consecuencias que tiene en el país, la Gran Depresión de 1929 y la derrota en la Guerra de Chaco frente a Paraguay. Puede hablarse hasta cierto punto que durante la época en estudio existió una hegemonía liberal, ya que la elite conservadora se adhirió, no sin objeciones al proyecto liberal, sin embargo después de todo, era la elite en su conjunto quien de esta manera, aseguraba su posición en el poder, a partir de la doctrina liberal, en boga en ese momento en mucho países del mundo, especialmente en los europeos, que eran el modelo a imitar por la elite de Bolivia. Recién en la década de 1920, aparecen dos nuevas tendencias políticas que discrepaban del orden impuesto. La primera tendencia es de carácter radical, que se puede denominar como nacionalista reformista, la cual en el estudio encabezado por Manuel Contreras, “… carecía de un sustento ideológico y simplemente desarrollaba una visión crítica del orden liberal”

42

, además de que no se

constituyó como un conglomerado político, que le hubiese permitido entrar al juego político para alcanzar el poder. Una segunda tendencia, también de corte radical, es la izquierda revolucionaria, la cual, y a diferencia de la primera, si contaba con una base ideológica y cierta consolidación material que le permitió tener cierta relevancia en el movimiento sindical en Bolivia, al igual que la aceptación de cierta parte de la elite de perfil intelectual y crítica de la gestión y de la exclusión como motor para el proyecto modernizador de los liberales.

42

Ibidem. Página 11.

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Si bien, ambas tendencias no tuvieron mayor impacto en su momento, las ideas socialistas que llegaron con la segunda línea de pensamiento, fueron penetrando en la sociedad boliviana, formándose a fines de la década de 1920, un partido comunista y un partido socialista con tendencias revolucionarias. Sin embargo el buen momento económico que vivía el país a cargo de las elites hacían difícil pensar en cualquier tipo de alteración al orden imperante, por lo menos desde estas nuevas tendencias políticas. Desde la Guerra Federal a fines del siglo XIX y hasta mediados de la segunda década del siglo XX, el sector liberal se constituyó, como señalan Ximena Medinaceli y María Luisa Soux, “… en la única fuerza política con opciones de detentar el poder, estableciéndose un sistema unipartidario, sobre todo debido a la retirada de los antiguos conservadores”43, puesto que algunos se habían retirado como otros se habían pasado a la facción liberal. A pesar de algunos problemas, como por ejemplo, la extensión a razón de la excusa de las circunstancias para que algún presidente extendiera el período de su mandato, no hubo mayores problemas dentro de la elite en los primeros años del siglo XX. Este contexto unipartidario se vio enfrentado en 1915 a la aparición de un partido opositor, pero de la misma elite, con el nacimiento del Partido Conservador, el cual incluía a antiguos conservadores y a algunos liberales que se sentían fuera del círculo de poder de los liberales que estaban en el gobierno. El surgimiento de esta partido, introdujo cierto temor en la elite liberal gobernante de que se alteraran las reglas del juego que se tenían en ese momento, por lo que se prefirió dar espacios de poder a este nuevo conglomerado político para que no se alterara la relativa tranquilidad política del período. 43

MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”, Cuaderno de Futuro N° 14, Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, La Paz - Bolivia, Agosto del 2002. Página 64. En Internet: Portal de la “Revista de Desarrollo Humano de América Latina”, PNUD, <http://www.revistadesarrollohumano.org/Biblioteca/0106.pdf>, consultado Agosto 2007.

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Poco a poco va saliendo a la luz el desgate de los liberales en el poder mientras que los conservadores, nuevamente con fuerza política, comenzaban a aprovechas los espacios de poder dados por los liberales, fortaleciendo su posición y aprovechando su nuevo poder presionar a los liberales. Cabe destacar la violencia de este período dado que como “Bolivia aún no había adoptado el sistema de elecciones secretas, éstas se realizaban en las plazas centrales de cada ciudad, donde los electores llevaban sus papeletas abiertamente a las urnas electorales”44, por lo que eran tradicionales los intentos de los partidos de impedir que los votantes contrarios a ellos depositaran sus voto en las urnas lo que permitía controlar hasta cierto punto, el resultado de las elecciones, que junto a otros mecanismos, eran los medios por los cuales los partidos intentaban mantenerse o llegar al poder en la época. Sin embargo, los liberales no supieron leer el afán conspirativo de los grupos más conservadores que se habían unido bajo la bandera del republicanismo. Los republicanos en 1920 acertaron un golpe de Estado a los liberales, asumiendo una junta de gobierno encabezada por Bautista Saavedra, de esta forma, “Casi veintiún años de gobierno ininterrumpido de los liberales terminó por agotar y debilitar a uno de los dos partidos políticos más importantes de la historia republicana de Bolivia”45. Esta situación se convierte en el principio del fin para la elite tradicional en el poder, pues se alteraban las reglas del juego por las cuales habían alcanzado sus consensos y mantenido su hegemonía. En 1924 se produce otra ruptura innegable del sistema democrático que había impuesto la oligarquía, pues, la elite republicana, tiene la intención de que haya una prórroga en el poder a favor del presidente Bautista Saavedra, dándose el 44

Op. Cit. KLEIN, HERBERT S. “Orígenes de la Revolución Nacional Boliviana. La Crisis de la Generación del Chaco”. Página 56.

45

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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siguiente escenario descrito por Ximena Medinaceli y María Luisa Soux, en donde por un lado la elite al agotar los parámetros legales para conseguir este objetivo, debieron apelar a la generación de un clima de inseguridad para apoyar que Saavedra continuara en el poder, mientras otra facción, la elite liberal, buscaba aprovechar la situación para recobrar el poder46, lo que generó un ambiente de desconfianza entre las distintas facciones de la elite, comenzando a minar los que habían sido sus consensos. 5 años más tarde, en 1930, la situación se volvió a repetir, esta vez cuando los republicanos intentaban reelegir a Hernando Siles47, lo que “… suscitó la intervención militar impulsada por la oposición política”48, debiéndose realizar elecciones de forma inmediata, llegando al poder una coalición de partidos tradicionales con el objetivo de mantener el poder y el orden imperante, sin embargo el sistema impuesto desde la Guerra Federal ya estaba agotado, pues había un sector importante de la sociedad que, “frente a la imposibilidad de una participación ciudadana, se aliará con los grupos que ofrezcan mayor participación, o condiciones económicas y sociales mejores49”50, a lo que se debe 46

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 66.

47

Hernando Siles para poder mantenerse en el poder, creo el Partido Nacionalista, influenciado por jóvenes intelectuales que abrazaban esa ideología, y a pesar de que renunció a la presidencia en 1930 con la finalidad de poder repostularse por vía legal, la reacción militar de la oposición diluyó cualquier opción de reelección, dando paso a un período de inestabilidad que sería administrado por los militares durante la década de 1930 e inicios de la década de 1940.

48

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 16. 49

Fernando Calderón señala por ejemplo que “Por otra parte, en la conformación de la dominación oligárquica las capas medias jugaron un papel importante. Estas capas mediadoras entre el poder económico de los empresarios mineros y de los terratenientes y la débil sociedad civil boliviana ejercieron el dominio político y administrativo de la nación. La política estatal se nutrió de las ideas y prácticas de estos grupos medios”. En: CALDERÓN GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”, Páginas 427 – 450. En: CAMPERO, PRUDENCIO, FERNANDO. “Bolivia en el Siglo XX. La Formación de la Bolivia Contemporánea”, Editorial Offset Boliviana, La Paz – Bolivia, 1999. Página 432.

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sumar el colapso provocado por los efectos de la gran depresión en la década de 1930 y las repercusiones de la derrota en la Guerra del Chaco. Los nocivos efectos para la estabilidad económica de Bolivia, base del poder de la elite, producto de los efectos de la gran depresión, provocaron que la fragilidad política del poder republicano, a partir de los factores antes mencionados, se acentuara y con ello, sumado a las repercusiones de la derrota en la Guerra de Chaco contra Paraguay, cambiara completamente el escenario político de Bolivia, pues estos elementos provocaron las condiciones necesarias para que la elite gobernante comenzara a ser duramente cuestionada y junto con ello, perdiera el poder. Los efectos de la gran depresión en Bolivia trajeron consigo miles de desempleados los cuales fueron “…proclives al naciente discurso radical de la izquierda, que encontró en ellos un factor de movilización permanente en las principales ciudades del país, primero demandando empleo y luego cuestionando el orden político vigente”51. Pero también, la gran depresión era una oportunidad que no aprovecho Bolivia, ya que como señala Carlos Toranzo, “La crisis mundial de 1929 fue uno de los factores más importantes para que el mundo dejase de apostar solamente al liberalismo y al desarrollo hacia fuera, e hiciese un esfuerzo por desarrollar los mercados internos, pensase en el desarrollo hacia adentro y reflexionara sobre el Estado nacional y su papel en la promoción del desarrollo”52.

50

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 67.

51

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 19. 52

Op. Cit. TORANZO ROCA, CARLOS. “Introducción”. Página 10.

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En este escenario el gobierno de Salamanca, actuó de forma represiva en contra de los dirigentes políticos y sindicales, agravando más la situación. Dentro de este marco, en 1932, un choque militar entre bolivianos y paraguayos en la región en disputa por ambos países, el Chaco, provoca una reacción nacionalista en Bolivia, lo que arrastra al conflicto bélico entre ambas naciones. Tanto la ineficiencia del gobierno y de los militares en la guerra, hizo de este período, el momento justo para la aparición política fuerte de dos tendencias, por un lado el socialismo, que como se vio anteriormente estaba captando muchos adeptos sobre todo después de los efectos de la gran depresión y el nacionalismo, en donde los militares eran parte fundamental del mismo. En este nuevo contexto, la oligarquía, como señalan Ximena Medinaceli y María Luisa Soux, tomó dos caminos, por un lado se unió en nuevos proyectos políticos, como el de la Concordancia en 1939 o el de la alianza del PURS (Partido Unión Republicana Socialista) entre 1946 y 1952, siendo el otro camino, el de la conspiración contra los gobiernos militares que comenzaron a asumir el poder en Bolivia luego del fin de la Guerra del Chaco53, siendo embargo poco podían hacer ya que su prestigio había caído de forma abismante durante estos años. La llegada de los militares al poder, y con ello, el fin definitivo de la elite clásica (liberal y conservadora) en el poder, se da cuando, una vez finalizada la guerra contra Paraguay, el presidente de ese entonces, Tejeda Sorzano (que había sido vicepresidente de Salamanca), comienza a dar más ingerencia a los militares dentro del gobierno, los cuales en una revolución nacionalista llegan al poder con el general David Toro Ruilova a la cabeza. Este fue un gobierno que busco una mejora en las condiciones de vida de la sociedad de los grupos más desposeídos, creando los ministerios del trabajo y de 53

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 69.

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la previsión social, proclamada obligatoria la sindicalización, estableciendo mejoras en la calidad de vida de los trabajadores (jornada de 8 horas por ejemplo), nacionalizando los hidrocarburos, etc, pero fue depuesto rápidamente por el coronel Germán Busch a través de un movimiento político, “apoyado por la oficialidad y la ciudadanía”54, quien se declara dictador y en 1938 crea una nueva constitución de corte socialista, muriendo más tarde por causas hasta hoy desconocidas, debiendo asumir interinamente Carlas Quintanilla, quien convoca a elecciones generales, ganando el general Enrique Peñaranda. De aquí en adelante se suceden una serie de gobiernos, muchos de ellos militares, dando origen a otra etapa en la historia de Bolivia, la cual es abordada en el capítulo siguiente, pues se da el nacimiento de los partidos que sustituirían definitivamente a los de la elite liberal y conservadora (republicana para ese entonces). A modo de síntesis y tomando la propuesta de Fernando Mayorga se puede señalar que en la fase liberal hay tres razones para explicar el desarrollo limitado del sistema de partidos y el sistema democrático en general: 1.- “La primera causa debe verse en la esencia misma del sistema democrático inaugurado en 1880, es decir, en la democracia censitaria en virtud de la cual se restringe el sistema político se asentara sobre un principio de ciudadanía restringida que limitaba drásticamente la participación electoral”55.

54

MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”, Editado por Escritorio Virtual RBM, Bolivia, 2000. En Internet: Portal Escritorio Virtual RBM, Bolivia, <http://br.geocities.com/escritoriorbm/historia/cuerpo/bolivia_07.html>, consultado Noviembre 2007. 55

MAYORGA, RENÉ ANTONIO. “La Democracia o el Desafío de la Modernización Política”, Páginas 329 – 3358. En: CAMPERO, PRUDENCIO, FERNANDO. “Bolivia en el Siglo XX. La Formación de la Bolivia Contemporánea”, Editorial Offset Boliviana, La Paz – Bolivia, 1999. Página 333.

83


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

2.-

“La segunda causa reside en la indiscutible hegemonía ideológica de las

elites económicas y políticas. El sistema electoral y el principio de ciudadanía restringida fueron aceptadas plenamente por los sectores populares y la propia población indígena excluida”56. “Aprovechando ambigüedades y resquicios del sistema electoral y los imperativos de la competencia entre los partidos que alentaban la participación de los mestizos, los sectores populares desplegaron estrategias

para

adquirir

status

de

ciudadanía

buscando

esencialmente

oportunidades en educación”57. 3.- “La tercera causa tiene que ver con la concepción racista y darwinista social que tenían los grupos dominantes. Además de ser un sistema político claramente jerárquico y hermético, la democracia censitaria era, en efecto, un régimen racista de castas y, en términos políticos, casi un sistema apartheid”58.

56

Ibidem. Página 333.

57

Ídem. Página 333 - 334.

58

Ídem. Página 334.

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3. LOS PROBLEMAS Según la secuencia de trabajo desarrollada, corresponde en este punto analizar los problemas que se enfrentan en este período. Cabe destacar al respecto que no necesariamente se trata de varios problemas, ya que para este caso, es un problema con una serie de manifestaciones y ramificaciones, el cual a partir del análisis de sus causas, es posible determinar sus verdaderos significados y alcances. El problema central de este período es que el proyecto modernizador que la elite fijó para Bolivia, no incluía la integración política, social y económica del resto de la sociedad boliviana. Básicamente se trataba de un proyecto excluyente, el cual buscaba modernizar el país a costa de marginar a estos grupos, a través de la retención de la ciudadanía de modo que no contaran con bases para poder alterar esta relación de subordinación frente a la elite. Ahora la exclusión como problema central del período no sólo se dio para los grupos socialmente más abajo de la elite (indígenas, campesinos, mineros59), sino también dentro de la propia elite60, hasta cierto punto, como se explicará más adelante.

59

Al respecto cabe señalar nuevamente que la exclusión se daba tanto en el plano étnico como socio-económico, ya que por ejemplo, los indígenas eran excluidos por defecto y otros grupos como los mineros y campesinos (muchos de ellos indígenas como mestizos), lo eran por su condición socio-económica más baja. De esta forma puede decirse que para el período la exclusión era para cualquier grupo que no fuese parte de la elite, ya que el proyecto modernizador era completamente para la elite oligárquica que estaba en el poder en este período.

60

Si bien resulta difícil de hablar de exclusión dentro de la elite, lo cierto es que se dan ciertas luchas durante el siglo XIX en que estos grupos se excluyen mutuamente del poder, poro igualmente mantienen una conciencia de clase que les permite reproducirse y mantenerse en el poder. Primeros los conservadores hasta la Guerrea Federal, luego los liberales y posteriormente los conservadores de corte republicano, al llegar al poder excluirán hasta cierto punto a sus adversarios, aunque siempre con la cautela, ya que sabían que deben contar con ellos para mantener la estabilidad del poder.

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El tema de la exclusión, si bien había constituido una constante en la historia de Bolivia, ciertos contactos entre los sectores criollos dominantes luego de la retirada de los españoles, con las comunidades indígenas en momentos en que se consolidaba la independencia de Bolivia, no hacían vislumbrar que la exclusión de la elite hacia los indígenas, incluso sería más feroz, por medio de la expropiación de tierras y con ello el desmantelamiento de las comunidades indígenas, que lo que había sido en tiempos del dominio colonial español. Con la Ley de Exvinculación de la década de 1870, la elite más que buscar la erradición del indígena era el apoderarse para si de sus tierras, avivándose de esta manera el debate dentro de la elite, sobre que hacer con los indígenas. Sin embargo un par de años más tarde, con la llegada de las influencias liberales venidas de Europa, tanto liberales como conservadores comienzan a desarrollar una serie de medidas que promovieran el libre comercio, la aplicación de los sistemas políticos europeos, y sin duda lo que marcará al período, el rechazo de los indígena, pues, la interpretación del liberalismo en Bolivia, al igual que en otros países de la región, se dio desde un punto de vista muy pragmático, en donde se daba la “necesidad de abolir a las comunidades indígenas, las cuales eran vistas como residuos coloniales poco deseables”61, con lo cual comenzaría una dura política de exclusión hacia los indígenas, dado que la elite entendía que estos eran el problema principal por el cual el país no podía desarrollarse. Es así como el liberalismo en un primer momento busca la transformación de la actividad agrícola, para lo cual se necesitaba de disponer de todas las tierras, lo que topaba con la realidad del país, pues algunas de ellas pertenecían a las comunidades indígenas, por lo que más tarde, cuando se defina el proyecto de modernización, está irá por el lado de la minería y no de la agrícola, pues se asociaba la figura del indígena a ese tipo de actividad, figura que la elite quería 61

Op. Cit. HENÁIZ, IRENE; PACHECO, DIEGO. “La Ley INRA en el Espejo de la Historia. Dos siglos de Reformas Agrarias en Bolivia”. Página 20.

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suprimir del acontecer nacional. Sin embargo, para este primer momento, la elite tuvo que discutir entre sí que hacer con los indígenas con miras de mejorar la producción agrícola del país, base de la economía de Bolivia en ese momento. Al respecto y como señalan Irene Henáiz y Diego Pacheco, surgen dos posturas. La primera señala que el indígena no estaba capacitado para el sistema que se quería imponer, por lo cual sus tierras debían ser redistribuidas entre la propia elite, ya que esta si contaba con lo necesario para capitalizar la actividad agrícola. La segunda postura, señalaba que se precisaba que el indígena, para pasar de ser un simple agricultor que desarrollaba su actividad para sobrevivir a uno de tipo de actividad más productiva y capitalista, se debían de abolir los altos impuestos además de otorgar el derecho de propiedad de la tierra a los comuneros, ya que sostenían que favoreciendo la gran propiedad, para la elite, no se agilizaría la actividad agrícola, que era precisamente lo que se estaba buscando, sin embargo y a pesar de ello, fue la primera postura la que se impuso62, pasando a llevar los derechos de los indígenas y tratando de excluirlo de la realidad del país. Esta realidad de despojo hacia las comunidades indígenas se desarrolló no sin sobresaltos como se ha visto a partir de la resistencia relativamente organizada de los indígenas en algunos casos, sin embargo, todo esto llega a su fin, con el ascenso al poder de los liberales, los cuales una vez que lograr el gobierno por sobre los conservadores, gracias al apoyo indígena, reniegan de este e inician una política sistemática de exclusión a partir de la represión y adueñamiento de sus tierras. Así se llega a un contexto en donde la elite boliviana, encabezada por los liberales, se daba la tarea de reformar y modernizar Bolivia luego de las

62

Ibidem. Página 20.

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penurias del siglo XIX derivadas del clima inestable que generaba la lucha por el poder de parte de los caudillos sumado a la traumática experiencia de la derrota en la Guerra del Pacífico. Para evitar la repetición de este escenario se creaba el proyecto modernizador, sin embargo y a diferencia del resto de los países de la región, el proyecto modernizador se daba en momento en que no se había realizado un tarea fundamental para el éxito del mismo: la generación de un Estado – Nación, lo suficientemente poderoso para que convenciera al resto de los grupos sociales de lo vital que era el proyecto modernizador para el país. De esta forma el problema de la exclusión política, rápidamente comienza a tomar matices étnicos y socio – económicos, ya que los principales grupos que se sentían excluidos eran la mayoría de los habitantes de Bolivia: indígenas, campesinos y mineros (estos dos últimos grupos compuesto por un alto número de mestizos y de indígena también63). Ahora esta situación opera como causa y efecto a la vez, ya que una de las razones de la exclusión de estos grupos de parte de la elite era justamente su situación de inferioridad económica y cultural, situación que se fomentaba y acrecentaba con la exclusión, lo que 63

En este sentido es preciso hacer nuevamente la referencia en cuanto a que se deben entender dentro de este análisis a dos realidades que operan de forma paralela en cuanto al tema de la composición de la sociedad. A partir de la dimensión étnica, la sociedad boliviana, por orden porcentual, está compuesta por indígenas, mestizos y blancos. Desde una perspectiva socio – económica, esos grupos suelen desarrollar ciertas actividades definidas dentro del rubro económico, siendo patente en el caso de los indígenas y mestizos la actividad campesina y minera. Sin embargo es preciso destacar al respecto que por su alto número dentro de la sociedad boliviana, los indígenas están presentes en gran parte de las actividades económicas del país, debiendo hacer la diferencia entre los indígenas que viven dentro de las comunidades indígenas (que básicamente se dedican a la actividad agrícola) y los indígenas campesinos, los cuales en su mayoría no son propietarios de las tierras sino más bien hacendados de grandes terratenientes. Del mismo modo los mineros suelen ser indígenas y mestizos en su mayoría. En base a ello se debe hacer la diferencia en algunos momentos con respecto a este punto, ya que esta doble situación étnica y socio – económica, no van necesariamente al referirse a un grupo, ya que por ejemplo, cuando se habla de los atropellos a los indígenas para el arrebatamiento de sus tierras, se habla de las comunidades indígenas en particular y no necesariamente de los indígena campesinos (aunque ambos desarrollen la misma actividad), dado que en el caso de estos últimos, las tierras eran en su mayoría de los terratenientes, los que en su mayoría, habían obtenidos sus territorios precisamente, gracias a las políticas de expropiación que sufrieron las comunidades indígenas.

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convertía a esta situación en un círculo vicioso que se reproducía con el avanzar del tiempo. Si bien, como se visualiza en los párrafos anteriores, el proyecto de la elite era excluyente, ya que los otros grupos representaban la antítesis del proyecto modernizador de la elite boliviana, sobre todo en el caso de los indígenas, fueron incluidos por lo menos en un ámbito: el trabajo. Marta Irurozqui64, señala que se integró a estos grupos a través del trabajo, ya que la elite para implementar su proyecto precisaba de mano de obra en las condiciones tradicionales de Bolivia: sumisa, subordinada y a bajo costo. De esta manera la elite

tendría

la

infraestructura

socio

económica

necesaria

para

la

materialización de su proyecto y de paso, podía contener el descontento social a partir de la oferta laboral. Así, se mantenía el orden estamental tradicional de Bolivia, imperante desde los tiempos del dominio español, un orden que aseguraba la preeminencia social, política y económica de la elite, reafirmando de esta manera su posición hegemónica dentro del país. Es así como puede interpretarse el proyecto de modernización – exclusión de la elite boliviana como un proyecto que se planteó como nacional, pero que en realidad fue un proyecto propio de la elite, que nacía de su cosmovisión y que quería darle a Bolivia el giro que ellos necesitaban para lograr sus intereses, un proyecto que en palabras de Marta Irurozqui, era el de “… una clase que aspiraba a su propio engrandecimiento y que lo llamaba “nacional” porque no concebía ni se planteaba que otros tuviesen derecho a ello”65, en otras palabras, la nación boliviana era la elite, el resto un grupo que debía servir a los objetivos de la nación, es decir, a los objetivos de la elite boliviana.

64

Op. Cit. IRUROZQUI VICTORIANO, MARTA. “Las Elite Bolivianas y la Cuestión Nacional, 1899 1920”. Página 208

65

Ídem. Página 208.

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De esta forma la exclusión aparece como una constante dentro de la sociedad boliviana en este primer período analizado, en donde basta solo dar un dato para dimensionar la profundidad de esta situación. En el aspecto político, todos los presidentes y militares con altos cargos de este período, son criollos (blancos y en menor medida mestizos), situación que se proyectará durante buena parte del siglo XX. Es así como la elite del período vio en el indígena un problema, problema ante el cual se optó por la exclusión, a la cual el indígena sólo pudo hacer frente en medida de sus posibilidades, las cuales y a pesar de su alto numero eran bajas, básicamente por su baja capacidad de organización y prácticamente nulos recursos económicos. Tan sólo el desastre de la Guerra del Chaco pondrá, a fines de este período, una nueva reinterpretación del problema, ya que como señala Xavier Nogales, durante este conflicto “el mayor número de combatientes —y en consecuencia de muertos y heridos— fue indígena”66, lo que generó una serie de reflexiones y recriminaciones por la situación en que vivía el indígena, situación que llevará en el mediano plazo al desarrollo de un movimiento revolucionario que buscará la liberación del indígena, tema que se abordará en el próximo capítulo de esta investigación.

66

NOGALES, XAVIER. “Raíces de la Exclusión Indígena en Bolivia”, en Blog personal de Xavier Nogales, Bolivia, Junio 2008. Página 4. En Internet: personal de Xavier Nogales, Bolivia, < http://xavier-nogales.com/wp-content/uploads/2008/06/raices-de-la-exclusion-indigena-enbolivia.pdf>, consultado Septiembre 2007.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

4. TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO En primer lugar se debe remarcar la idea de que se parte de la base de que los conflictos que se abordan en esta investigación son de tipo estructural pues son conflictos que nacen a partir de la divergencia entre los actores a raíz de los intereses dispares que tengan sobre la estructura social. Tomando esta consideración como punto de partida este supuesto y los puntos analizados anteriormente dentro de este mismo capítulo, en base a la propuesta de tipología de conflictos diseñada en el capítulo de introducción, tenemos la siguiente tipología para el conflicto correspondiente a este capítulo de la investigación:

Figura N° 8 – Tipología de Conflicto N° 167 En primer lugar cabe destacar que este periodo encierra dos conflictos paralelos. El primario es el que enfrenta la elite en contra de los grupos indígenas por lo que se considera como intergrupal. El secundario es el que enfrenta a la elite entre si por la hegemonía del poder político. A continuación y en base a la figura se pasa a establecer la tipología de cada uno. En cuanto al conflicto primario, es de carácter intergrupal, ya que enfrenta a la elite con los indígenas, este es de nivel alto, ya que dentro de sus etapas, en su

67

Fuente: Elaboración propia.

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inicio se debe a la acción de la elite de excluir a los indígenas, primero quitándole sus tierras y más tarde, luego del establecimiento de los consensos entre la elite, a través de la aplicación del proyecto modernizador el cual no concebía a los indígenas dentro del mismo. La interacción tiene un carácter de imposición, en donde la elite les impuso una serie de políticas excluyentes a las comunidades indígenas con la finalidad de desbaratarlas. En su desarrollo puede hablarse de un conflicto violento, ya que en muchos episodios los indígenas fueron desmovilizados a partir de la represión, tanto del ejército como de las leyes y medidas de la elite a través del Estado. Esto tiene como resultado un conflicto destructivo, pues que la elite a través del proyecto modernizador quiere exterminar culturalmente a los indígena lo que no deja margen a otra salida del conflicto, por lo cual el nivel de este primer conflicto se puede considerar alto. Por su parte en el caso del conflicto al interior de la elite, el conflicto secundario, se trata de un conflicto intragrupal, ya que son grupos o facciones de la elite las que se enfrentan por el predominio en el mando del Estado. A pesar de que en las etapas del conflicto prevalecen tanto elementos del conflicto moderado como alto, el resultado lleva a considerar que prima un conflicto moderado. Ello producto de que en las etapa del conflicto, están presenten ambos niveles pero de forma paralela imponiéndose en nivel moderado. Así es posible señalar que en un inicio el conflicto se da a partir de las percepciones de las distintas facciones de la elite de cómo debe ser conducido el país (por ejemplo en el caso de la Guerra Federal que se da entre liberales y conservadores), las cuales llevan a acciones concretas (la propia Guerra Federal). Esto lleva a interacciones tanto de posición (que permite el logro de consensos) como de imposición (la elite triunfante en un momento determinado que impone sus reglas a la facción derrotada). En el desarrollo del conflicto, se hayan presentes tanto el diálogo como la violencia (por ejemplo para dirimir un vencedor), sin embargo en su conclusión prima un resultado propositivo, dado

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

que la elite es capaz de salvar siempre sus diferencias a modo de permanecer en el poder lo que nos entrega un conflicto de tipo moderado. Considerando los dos conflictos en paralelo, puede establecerse que el resultado del período es un conflicto general de tipo alto, ya que el período gira en torno a las luchas al interior de la elite por la hegemonía en el poder, pero siempre haciendo frente común a la figura del indígena, los cuales según la elite eran los responsables de los distintos problemas que tenía el país en la época.

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5. ACTORES Para analizar a los diferentes actores del período bajo el modelo de Galtung, se ha optado por usar una metodología basada en el establecimiento de niveles en base a su preponderancia como también en base a su posicionamiento en torno a la visión de país que cada uno tiene que da origen al motivo principal del conflicto. Esta agrupación a riesgo de simplificarse, queda reflejada en la siguiente tabla.

NIVELES Nivel 2 Partidos Políticos Nivel 1 Fuerzas Sociales Nivel 0 El Estado

DEMANDA CLAVE DE ACTORES Modernización (Exclusión) Inclusión Partidos tradicionales

Partidos radicales

.

Indígenas Otros (Mestizos)

Elites (conservadores, liberales)

.

Figura N° 9 – Posicionamiento de los Actores en el Conflicto Principal68 En el Nivel 0, se encuentra el aparato Estado, manejado por la elite, cuyo principal objetivo era modernizar al país a costa de la exclusión de los indígenas, para lo cual como se ha visto, estableció ciertos consensos entre sus distintas facciones, que le permitieron dar forma al proyecto y poder aplicarlo. Este proyecto nace de la necesidad de poder manejar las fuerzas sociales del nivel 169, los indígenas principalmente y en menor medida los mestizos, los

68

Fuente: Elaboración propia.

69

Resulta muy difícil hablar de movimiento sociales durante esta época bajo los conceptos actuales, más bien debe hacerse desde el entendimiento del concepto a principio del siglo XX, en donde básicamente se hace alusión a un grupo de los sectores socio – económico bajos de la sociedad que poseen una débil organización en post de la reivindicación de algún derecho. En esta categoría se hace referencia básicamente a las comunidades indígenas que luchan en contra

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

cuales muchas veces, eran cooptados por la elite, como se ha explicado anteriormente. Las fuerzas sociales del nivel 1, buscan la inclusión en la vida política y económica del poder, la cual les ha sido negada sistemáticamente durante el siglo XIX y de formaducho más clara y organizada en las primeras décadas del siglo XX a través de la aplicación del proyecto modernizador de la elite. Al respecto es importante hacer la salvedad de que por indígenas en este nivel se entiende a los que pertenecen a las comunidades indígenas, ya que la elite apunta directamente a este grupo, pues desea anular su poder como grupo y quedarse con sus tierras. Finalmente, en el nivel 2 se ubican los partidos políticos. Los tradicionales son los partidos de la elite, liberal, conservador y más tarde republicano. Mientras los partidos que buscan la eliminación de la exclusión como modelo de desarrollo son los partidos radicales, de tendencia socialista y más tarde nacionalista, pero que para el conflicto en estudio tienen poca relevancia, por lo cual no entrarán a formar parte de este detalle de los actores. A continuación se analizan los dos actores principales del conflicto en sus respectivos niveles, por un lado el nivel 0 en base a la elite y por otro el nivel 1 en base a los indígenas.

del desmantelamiento de ellas mismos a través de la expropiación que hace el Estado de sus tierras.

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5.1. Nivel 0 – El Estado El este denominado nivel 0, se encuentran los actores que podrían ser denominados como El Estado, en el sentido más amplio y concreto del término, y que por ende debiese entenderse en este período a la elite, pues es el grupo que controla el acceso al Estado sin contrapesos, lo que le permite manejar a sus órganos como los poderes del Estado y el ejército. La elite, se ha localizado, dentro del análisis, en el Nivel 0, producto que si bien en términos nominativos no son el Estado, en esta época tiene pleno dominio sobre él, de hecho, es el grupo que le da forma y determina sus políticas frente a los otros sectores de la sociedad, en el caso del conflicto en análisis, frente a las comunidades indígenas.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

5.1.1. Las Elites La tradición historiográfica boliviana para el examen de la elite en esta época suele tener básicamente dos posiciones completamente diferenciables con respecto al rol de la elite como se puede apreciar en el análisis de Marta Irurozqui70. La primera de estas interpretaciones es la de una elite progresista y dinamizadora del país, en donde se resalta la importancia de la elite que gobernó desde fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, gracias a las riquezas de la plata y luego del estaño, lo cual habría modernizado al país y logrado la consolidación del Estado, siendo los problemas de la época fruto de la tradición histórica (la herencia española) más que del mal manejo de la elite en el gobierno. Contrapuesta a esta visión tradicional y más conservadora, se presenta otra mirada, ciertamente más crítica del rol de la elite, subscrita por una mayoría que suele darse tanto entre estudiosos bolivianos como extranjeros, en la cual se destaca por sobre todo, que la elite habría sido incapaz de formar la nación en Bolivia a partir de la construcción estatal, dado que no contempló integrar a los diversos grupos sociales y étnicos que componían la compleja sociedad boliviana, lo que produjo una serie de fragmentaciones que salen a la luz en ciertos momentos. Sólo

a

partir

del

conocimiento

de estas

dos

visiones

historiográficas

contrapuestas, es posible crear un perfil más acabado de la elite, no sólo por la complejidad de la misma, sino por lo complejo del entramado de relaciones sociales que tiene la elite con el resto de la sociedad. El siguiente análisis se realiza, como se ha descrito anteriormente, en base a la Teoría del Conflicto de Johan Galtung, pretendiendo constatar la actitud,

70

Op. Cit. IRUROZQUI VICTORIANO, MARTA. “Las Elite Bolivianas y la Cuestión Nacional, 1899 1920”. Página 204.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentaci贸n y Exclusi贸n Como Motor del Conflicto

comportamiento

e

incompatibilidad,

tanto

desde

los

planos

anal铆ticos

intersubjetivos como intrasubjetivos para el caso de la elite.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

5.1.1.1. La Actitud en las Elites El primer elemento a analizar en el modelo de Galtung es la actitud. Ella se refiere a como dentro de un conflicto, los actores construyen una imagen de si (mirada intrasubjetiva) en contraposición a una imagen del otro (mirada intersubjetiva). Para este caso de la elite, se visualiza, siguiendo la propuesta teórica, como ella construye una visión sobre si misma, la cual tiene que ver con la responsabilidad de la conducción del país, y a partir de esa mirada, como visualizan la conducción del país para la época, a partir de la visión que tienen del resto de la sociedad, la cual al ser negativa, avala, desde su perspectiva, su propia percepción y proyecto de país. La elite boliviana, desde el siglo XIX interpretaba al Estado como un aparato de dominación y con ello de preeminencia social para si misma en contraposición al resto de los grupos que componían la sociedad boliviana. Este además, debía ser el medio por el cual la elite podría llegar a modernizar al país, desde su propio proyecto, el cual básicamente tenía el objetivo de generar una economía competitiva a nivel internacional, por lo cual no era necesario conceder los privilegios y derechos de la ciudadanía al resto de los grupos que componían la sociedad boliviana, especialmente a los indígenas, que porcentualmente eran la mayoría de la población, lo cual se tradujo en la exclusión política y social de estos grupos, fundamentalmente compuestos por indígenas y mestizos de estratos bajos, constituyéndose esta situación en el problema central del período. En palabras de Marta Irurozqui era un proyecto gestado por la elite y destinado a los sectores privilegiados que la conformaban, dado que “Estos eran quienes tenían que llevarlo a cabo y disfrutarlo, por lo que no se plantearon que otros

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

grupos sociales pudieran hacerlo”71, es decir, era un proyecto pensando en una Bolivia oligárquica, sin la consideración del resto de los grupos que componen la sociedad. La elite se sentía dueña de los destinos del país producto de su sacrifico. La elite fue capaz de establecer ciertos consensos, como se ha visto en los puntos anteriores, estableciendo un orden político en Bolivia, posterior a la Guerra Federal y al triunfo definitivo del liberalismo. A partir de ese momento, establece ciertos consensos que le permiten dar cuerpo, fundamentación y recursos a su proyecto de modernización, ya que se contaba con una base sólida en materia política, capaz de controlar la agitación social y con ello formular un clima propicio para el desarrollo de las inversiones, pieza clave del modelo que fundamentaba su visión de país. Para la elite, el resto de los grupos de la sociedad, en la interpretación de Marta Irurozqui, “constituían la negación de lo que la elite quería alcanzar, eran la antítesis del progreso y de la modernización pretendidos, y por lo tanto, no se podía pensar en ellos como sujetos adecuados para una Bolivia nueva que rompiese con un pasado de atraso”72, por lo tanto había que excluirlos de la participación en esta nueva Bolivia a la cual querían dar forma. Esta situación se fundamenta en las corrientes positivista de la época que habían llegado a la elite boliviana a partir del intercambio cultural que se da con Europa. Sebastián Pardo alude al respecto que “Hacia fines del siglo XIX hay un predominio de la filosofía positivista con fuertes componentes del darwinismo social, donde se critica al componente indígena de la sociedad como motivo del

71

Op. Cit. IRUROZQUI VICTORIANO, MARTA. “Las Elite Bolivianas y la Cuestión Nacional, 1899 1920”. Página 208.

72

Ídem. Página 208.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

atraso”73, situación que fundamentaría no sólo la exclusión, sino también su idea del extermino que rondó la mente de la elite boliviana tal y como ocurrió también en países de la región como Argentina o Paraguay. En este sentido la elite la elite negaba de la existencia en Bolivia de las comunidades indígenas por considerarlas retrasadas, y que por tanto, constituían un retraso para el país. Sin embargo existe otro elemento que ayuda a comprender esta consideración, el cual se aplica probablemente para el resto de América en general, y es que, una vez consolidadas las elites en el poder a fines del siglo XIX, los países enfrentaban nuevos desafíos, sobre todo en el ámbito económico, para lo cual se necesitaban más tierras disponibles, las cuales, estaban en manos de los indígenas. Para el caso boliviano, esta situación, que es muy patente, tiene también la problemática de que los indígenas son la principal mano de obre, por lo que la política del “exterminio” tal vez no era la mejor idea, pero la exclusión, sin derechos, parecía la alternativa correcta. La elite a partir de este análisis intrasubjetivo, construye su mirada intersubjetiva. A partir del ver al resto de la sociedad boliviana como uno de los factores fundamentales del retraso del país, comienza a visualizar como poder justificar a nivel discursivo su proyecto, pero para ello necesitaba fundamentar primero la visión que tenía del resto de la sociedad. Marta Irurozqui señala al respecto que la elite para poder justificar su proyecto excluyente, “construyó un discurso en el que abogaba por la futura reincorporación de estos sectores a la

73

PARDO, SEBASTIÁN. “Las Etnias del Chaco en las Reivindicaciones Territoriales de Bolivia y Paraguay Previas a la Guerra”, Instituto de Investigaciones Gino Germani Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires – Argentina, 2008. Página 12. En Internet: Portal de Instituto de Investigaciones Gino Germani Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires – Argentina, <http://www.iigg.fsoc.uba.ar/pobmigra/paraguay/pdf_taller_200806/Pon_Pardo.pdf>, consultado Agosto 2008.

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vida nacional pero supeditándola a una previa reforma educativa y militar”74. Ello indica que la elite percibía al resto de los sectores de la sociedad boliviana no sólo como una barrera para su proyecto, sino también, un futuro posible enemigo para su hegemonía, por lo cual las reformas educativas y militares podrían aleccionar a estos grupos y con ellos ganar no necesariamente su apoyo ni fidelidad, pero si por lo menos su subordinación al orden construido por la elite, si embargo para ello, era necesario primero dar pie al proyecto modernizador. De esta forma solo la elite podría señalar cuando estos grupos estarían completamente listos para poder asumir una ciudadanía participativa de los destinos del país, con lo cual se alargaba la tutela que ejercía la elite sobre estos sectores. Otro elemento que la elite construye de forma intrasubjetiva pero que tiene efectos innegables en su relación con los sectores indígenas, es el racismo. Durante los primeros años de la conquista no hubo muchas consideraciones racionales para que el conquistadores europeo se mezclara con los pueblos originarios, sin embargo, ya durante la época colonial, comienza un trato racista en contra del indígena, básicamente de parte de los criollos, situación que se proyectó durante los años, hasta conformar una racismo enraizado en la elite del período. Martin Cortés explica que si hay algún elemento que uniera en este momento a las diversas facciones de la elite boliviana, era precisamente el racismo, el repudio y desprecio en contra de lo indígena, a partir de una consideración eurocéntrica de la superioridad del blanco, debido a que como

74

Op. Cit. IRUROZQUI VICTORIANO, MARTA. “Las Elite Bolivianas y la Cuestión Nacional, 1899 1920”. Página 208.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

explica el autor, “El racismo tuvo siglos y siglos de ricas bases materiales sobre las que sostenerse”75. De esta forma, tenemos una elite la cual no es precisamente homogénea (cultural, geográfica, económica y políticamente por ejemplo), sin embargo, tiene una conciencia de grupo, que le permite establecer consensos a modo de poder mantenerse en el poder, excluyendo a los grupos que podrían discutirle esa hegemonía. Ahora bien, es necesario conocer también como operaron las elites para llevar a cabo su proyecto, situación que se analiza en el siguiente apartado.

75

CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”, Instituto de Investigaciones Gino Germani Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires – Argentina, 2005. Página 5. En Internet: Portal de Instituto de Investigaciones Gino Germani Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires – Argentina, <http://www.iigg.fsoc.uba.ar/Jovenes_investigadores/3JornadasJovenes/Templates/Eje%20ident idad-alteridad/cortes-identidad.pdf >, consultado Junio 2007.

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5.1.1.2. El Comportamiento de las Elites Como se ha visto, a partir de las aspiraciones de la elite de poder lograr cierto reconocimiento y legitimidad en el plano nacional internacional (pues en el plano interno ya contaban con ambos elementos) a través de un proyecto modernizador de Bolivia, se debía pasar a la implementación del proyecto, a la acción. La acción en la propuesta modélica de Galtung se entenderá como el segundo elemento, el “comportamiento”, elemento en el cual, los actores a partir de la polarización que genera sus actitudes conflictivas, comienzan a reaccionar. En este caso, será como la elite intenta aplicar su proyecto de modernización, con la exclusión del resto de los grupos de la sociedad boliviana a partir de su “actitud” descrita en el punto anterior. La elite que negaba al resto de los grupos sociales que componían Bolivia, comenzó a dirigir su proyecto de modernización no sólo como una forma de excluir a estos grupos, sino también como una manera de subordinarlos a sus intereses, intereses en los que no estaban contemplados el resto de los grupos que conformaban la sociedad boliviana. La fragmentación al interior de la elite durante el período, condujo a esta a diseñar un proyecto que no involucrara en ningún caso la apertura social, pues no se debía poner en riesgo la hegemonía del poder de la elite hasta que esta lograra ciertos consensos que permitieran estabilizarla a nivel interior y a partir de allí, consolidarse en el poder, con lo cual recién se podía intentar la apertura a ciertos sectores que pudiesen considerar como aliados, como por ejemplo una clase media urbana, frente a la lucha soterrada que se tenían con los grupos más desprotegidos como por ejemplo los indígenas. Desde este punto de vista, la lucha en el seno de la elite por el poder, “no estaba en contradicción con la

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perpetuación del orden establecido sino que buscaba ante todo su permanencia, por lo que difícilmente pudieron dividir a la nación más de lo que ya estaba”76. De esta manera se entiende que la elite no se haya preocupa mayormente de la construcción de un proyecto Estado – Nación, capaz de aunar e integrar las diferentes identidades étnicas, territoriales y sociales del país, pues su preocupación central estuvo precisamente en ella, en como se ordenaba y en como alcanzaba los consensos para aplicar su proyecto. Entonces el tema de los grupos excluidos, sobre todos de los indígenas, se toma un elemento que permite explicar la falencia y deuda con respecto a la conformación de la nación. A partir de las diferentes acciones de la elite para dar pie a su proyecto modernizador, comenzaron a agravarse los problemas y diferencias con las comunidades indígenas, pues el plan conllevaba aún de forma más clara la expropiación de las tierras a las comunidades indígenas, en primer lugar para contar co más territorios y en segundo lugar, para desmantelar las comunidades y con ello el poder, potencial, que tendrían los indígenas si es que se movilizaban. Estas políticas, que con el tiempo fueron incrementando su impacto, fue el gran punto de conflicto entre la elite y las comunidades indígenas.

76

Op. Cit. IRUROZQUI VICTORIANO, MARTA. “Las Elite Bolivianas y la Cuestión Nacional, 1899 1920”. Página 209.

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5.1.1.3. La Incompatibilidad de las Elites El tercer y último elemento planteado en la teoría de Galtung es la “incompatibilidad” de los fines, en donde a partir del grado de antagonismo que tienen las actitudes y comportamientos del otro, el actor, en este caso la elite, pasa a desarrollar acciones en torno al otro, para este caso, los indígenas básicamente, dándole de esta manera un carácter definido al conflicto. Si bien la elite boliviana del momento y anteriormente los españoles, habían sometido a la explotación a las comunidades indígenas, tuvieron que saber coexistir con ellas. El proyecto modernizador de la elite excluyó al indígena, pero no lo eliminó, como en caso argentino por ejemplo, dada “su necesidad de mano de obra para los emprendimientos que las ricas montañas bolivianas auspiciaban”77. Entonces se da una complicada figura, ya que el proyecto modernizador de Bolivia, excluía al indígena, pero a su vez necesitaba de este para construirlo, por lo menos en el sentido económico a partir de la necesidad de mano de obra, lo que configura una situación que en cualquier momento podía estallar en reclamos de reivindicación de parte de los sectores indígena, excluido pero a la vez necesitado.

Una estrategia clara de anulación era el solicitar apoyo de los indígenas y posteriormente reprimirlos, como paso en el caso de la Guerra Federal, en donde la elite liberal triunfante en el conflicto, no atendió “las reivindicaciones del movimiento indígena; al contrario, el levantamiento fue sofocado y terminó en un fracaso para los pueblos indígenas”, lo que tuvo efectos profundos en la percepción de la realidad indígena, ya que no sólo perdieron la apuesta que hicieron al unirse los liberales, sino que también perdían la confianza en la clase 77

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 6 y

7.

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dirigente lo que los llevará a actuar desde la desconfianza en futuras situaciones78. El desmantelamiento de este incipiente movimiento indígena, permitió enfrentar al indígena desde una posición de superioridad para seguir con las políticas de expropiación de tierras, la cual se acentúo, cuando la elite vio el potencial económico de las haciendas que estaban bajo su control, que se verían acrecentadas con estas nuevas tierras. A partir de acciones como estas, fue más fácil mantener el control político de la exclusión que se hacía con los indígenas. La miseria económica a la que fueron conducidos los pueblos indígenas a partir de estas políticas de la elite, fue reforzada con la exclusión social, en donde como señala Antonio Rivera, “Las grandes mayorías de quechuas y aymaras que habitaban en las comunidades, ayllus y markas, fueron sistemáticamente excluidas de todo proceso de aprendizaje del idioma español y de los conocimientos de la ciencia universal”79, con lo cual la elite condenaba a caer a las comunidades indígenas en el círculo vicioso de la pobreza y la exclusión: la pobreza indígena no les permite acceso a la educación, sin esta, están condenados a la ignorancia, a lo que se suma el despojo de sus territorios desde el Estado, dejándolos sin recursos y con ello completando el círculo de la pobreza que se repetiría por las siguientes décadas. A partir de ello, la elite desarrolló estrategias de anulación a las comunidades indígenas. La ya consabida expropiación de tierras, que no sólo deja sin sustento económico a las comunidades indígenas sino que también desestructura su forma de organización ye estilo de vida, se sumó la exclusión de la participación política, de modo de que los indígenas no contaran con espacios públicos y de 78

RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”, Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Ciudad de México – México, 2005. Página 201. En Internet: Portal de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Ciudad de México – México, <http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/dconstla/cont/20051/pr/pr11.pdf>, consultado Abril 2008. 79

Ídem. Página 200.

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acceso al poder en donde plantear sus demandas, ni mucho menos, de tener representación ante el Estado. De hecho, los indígenas no sólo fueron excluidos de la democracia a nivel nacional, sino que también, no se reconocieron sus prácticas políticas internas, las cuales, junto con la tierra, eran claves en su sistema de organización social. Para ello la elite recurrió a la figura del sufragio calificado en donde “El derecho ciudadano de ser elector o elegible solamente les fue reconocido a los que sabían leer y escribir, además de tener una propiedad o renta mínima anual; lo que en los hechos dio lugar a una marginación total de los indígenas, que eran analfabetos y quedaron despojados de sus tierras”80, forma más que eficiente para excluir de forma eficaz a los indígenas de la vida política y con ello, a sus demandas y reclamos. Cabe destacar al respecto que esa medida también afectó al resto de la población en Bolivia como era de esperarse, quedando tan sólo entre un 2 y 3% de la población con posibilidades de sufragar hasta lo inicios del siglo XX. A partir de esta serie de políticas anulatorias del rol indígena, la elite, a pesar de ciertas rebeliones y levantamiento indígenas en distintas zonas del país, pudo controlarlos de forma efectiva hasta mediados de la década de 1930, donde las repercusiones de la gran depresión y de la derrota en la Guerra de Chaco, debilitó el poder la elite, quedando permeable al cuestionamiento de otros sectores, tomando las riendas del poder en aquél entonces los militares, desde una perspectiva nacionalista que dio mayores espacios de acción a los indígenas y que fue el principio del fin en el poder para le elite oligárquica tradicional en cuanto a hegemonía en el Estado se refiere.

80

Ibidem. Página 200.

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5.2. Nivel 1 – Las Fuerzas Sociales El este denominado nivel 1, se encuentran las fuerzas sociales, las cuales en este período se limitan básicamente a las comunidades indígenas. Sin embargo como se ha señalado anteriormente, sería difícil entender a las comunidades indígenas, como fuerzas sociales en sí, por lo menos bajo la comprensión actual del concepto. Sin embargo, las formas de operar de las comunidades indígenas, las cuales algunas veces lograron organizarse para relacionarse con la elite, además de ser el único grupo a parte de la elite con cierta conciencia de tal en el período, permiten que ampliando el concepto y con las salvedades realizadas, se contemple a las comunidades indígenas dentro de esta categorización. De esta manera se pasa a analizar a los sectores indígenas bajo el modelo de Galtung, ya que son estos grupos, los rivales de la elite en el conflicto del período en estudio.

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5.2.1. Los Indígenas Los indígenas y los movimientos sociales y de resistencia en los cuales se organizaron durante este período, son básicamente de carácter étnico, pero carentes de una ideología y organización fuerte que les permitiera desarrollar ciertas estrategias unificadas, con otros sectores de la sociedad, para combatir la exclusión que la elite hizo de ellos, como si pudo hacer la elite, la cual a través de consensos pudo desarrollar ciertas estrategias, como su proyecto modernizador, para anular a los indígenas. Esta debilidad en la organización, fue básicamente el factor que permite explicar el que se hayan constituido en un blanco fácil para ser acusados por la elite de ser el lastre del país en la época y con ello, ser el blanco de erradicación por parte del proyecto modernizador de la elite a partir de esta valoración. Sin embargo, y a pesar de lo débil de la organización de las comunidades indígenas, existió cierta resistencia a la elite como se ha visto anteriormente. A continuación el siguiente análisis se realiza, como se ha descrito anteriormente, en base a la Teoría del Conflicto de Johan Galtung, para constatar la actitud, comportamiento e incompatibilidad, tanto desde los planos analíticos intersubjetivos como intrasubjetivos en el accionar indígena de esta época.

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5.2.1.1. La Actitud de los Indígenas La “actitud” de los indígenas en este período, fue más bien de reacción frente a las políticas estatales que desarrollaba la elite que de propuesta como grupo con conciencia de tal. Se sugiere al respecto que, a pesar de que el modelo empleado parte de la base de que la “actitud” se construye a partir de una connotación de si mismos enfrentada a la visión del resto, para este caso se trató de la reacción en base a la mirada que la elite tenía de ellos. Los indígenas se sentían excluidos de la vida política del país, y más aún, pasados a llevar con la serie de leyes que se dan desde el establecimiento de la república, las cuales buscaban debilitar el poder indígena, a través de la expropiación de las tierras y junto con ello, el desmantelamiento de las comunidades, centro de poder de los sectores indígenas en el país, ya que sin la propiedad de la tierra les era difícil mantener sus tradicionales y estilo de vida, debiendo por necesidad tener que adaptarse a los nuevos tiempos si es querían tener una chance de sobrevivir como cultura. Ambas situaciones, la expropiación de las tierras y destrucción de las comunidades, no era algo nuevo para los indígenas, pero lo comprendían cuando se trataba de los españoles pues veían en ellos una figura conquistadora y arrasadora que sólo buscaba la obtención de la riqueza. Sin embargo cuando se crea la república boliviana y se comienza a dar forma al Estado, los indígenas, pieza importante en el logro de la independencia, no comprenden, básicamente por que no lo entienden a la luz de este antecedente, que el mismo país por el cual habían combatido para dar forma, ahora les diera la espalda, siguiendo con la tradición colonial de la expropiación de tierras y destrucción de las comunidades. Este fue un golpe fuerte para la confianza que se pedía que el indígena debían depositar en el Estado, pero ciertamente, este Estado,

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controlado por la elite, no tenía más proyectos con los indígenas que sacarlos de la esfera socio – política. Sin embargo, los indígenas que habían resistido y combatido durante siglos, este nuevo escenario, aunque incomprendido, no les era desconocido, por lo que a pesar de una primer impresión, decidieron resistir como ya lo habían hecho en tiempos anteriores. Sin embargo esta vez, se encuentra con un Estado, el cual se supone que los debía proteger, que acalla sus voces de protesta y reivindicación, para seguir haciéndolos un lado del nuevo país que proyectaba la elite de ese entonces. Es por ello que se puede interpretar la actitud indígena del período, más de reacción que de propuesta, es decir, a partir del comportamiento del Estado (y de la elite tras de sí), comenzaron a reaccionar, pero no de desarrollar un proyecto propio, por lo menos hasta antes de fines del siglo XIX, en el cual pudieran describir ellos mimos, el espacio que debían jugar en Bolivia en miras del nuevo siglo. Parte de esta situación se debe a que las comunidades indígenas tuvieron no sólo una reacción ante la actitud y comportamiento de la elite, sino también, un sentimiento de añoranza con respecto a lo que fue su pasado antes de le llegada de los conquistadores europeos, básicamente la posesión de la tierra y su organización social a través de comunitarismo representado en el ayllu. Al respecto Martin Cortés señala que “La referencia a un pasado glorioso inscripta en los reclamos más relacionados con los productos de la lucha en el marco de la modernidad hacía del proyecto revolucionario boliviano un experimento más complejo que un simple movimiento que irrumpía en el espacio público”81. Es así como la reivindicaciones indígenas, pasan a confundirse también con añoranzas históricas, las que obviamente nadie podía cumplir, restando potencia a la demanda contra la exclusión que hacían los grupos indígenas ante el Estado. 81

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 5 y

6.

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La rica tradición histórica de las comunidades indígenas, hace también que en este período, los indígenas evoquen glorias pasadas con respecto a la resistencia que históricamente han opuesto a los sectores dominantes. Desde la rebelión de Tomás Katari a comienzos del siglo XVIII hasta el período en estudio se habían desarrollado cerca de 60 rebeliones indígenas, las cuales, básicamente eran una respuesta a situaciones de abuso de parte de las autoridades españolas en tiempos de la colonia, aunque no se puede descartar también que algunas de estas rebeliones tenían que ver con demandas que posteriormente trascendieron en el tiempo, como el reclamo por la expropiación de las tierras o la destrucción de la organización por comunidades que poseían los indígenas. En el período colonial, esta situación fue una constante, la cual en su momento, supieron aprovechar los criollos, ya que como indica Martin Cortés, desde fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX “comenzaban a diferenciarse marcadamente los intereses de criollos y españoles, en la medida en que el control y la presión tributaria aumentaban desde la metrópoli, lo que recortaba considerablemente los ingresos de los explotadores locales”82, lo que se tradujo en algunas promesas retóricas para los indígenas, de parte de los criollos, que la situación mejoraría si es que los apoyaban para enfrentar a la corona española, lo que sentó un precedente en la forma en que se abordó esta situación, pues a fines del siglo XIX, nuevamente los indígenas serían utilizados, esta vez para dirimir al ganador de la Guerra Federal. Des esta manera, la elite jugaba el peligroso juego de primero movilizara lo indígenas para facilitar la obtención de sus propios fines, para luego reprimirlos para desmovilizarlos, lo que generaba una situación de revanchismo de parte de los grupos indígenas al saberse utilizados.

82

Ibidem. Página 7.

113


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Durante el período en estudio, el objetivo básico del conflicto estuvo motivado por el control de la tierra. Como señala Carlos Mamani, “El nuevo estado trataba de “resolver” la cuestión indígena a través del desarraigo y la progresiva aniquilación de la población india”83, siendo una de las estrategias más fuertes empleadas por la elite la Ley de Exvinculación dictada en 1874. Además luego de la derrota en la Guerra del pacífico frente a Chile, la situación siguió empeorando para las comunidades indígenas, ya que en 1881, mediante un decreto general, se entregaron extensos territorios que hasta se entonces habían pertenecido a los indígena, lo que agravaba la situación y la tensión entre estos y el Estado, haciendo que en reiteradas oportunidades las comunidades indígenas se levanten en lo que consideran un atropello a sus derechos. El problema como se aprecia aquí es que “… una vez que el pueblo indígena participa de una revuelta es un elemento profundamente difícil de normalizar, si no se recurre a tremendas dosis de represión”84, lo que generó una serie de matanzas y atropellos hacia los indígenas, episodios que quedaron registrados en la memoria colectiva de los mismos, y que serían citados por los líderes de las comunidades indígenas para poder alcanzar gran adhesión en la luchas por sus derechos frente a la elite. Dentro de la década de 1920, es posible destacar al respecto, la rebelión de Jesús de Machaca en 1921, en la zona del altiplano del departamento de La Paz, la cual se provoca principalmente por el abuso de los hacendados, así como la rebelión de Chayanta en 1927, en la zona norte de Potosí, la cual estuvo dirigida contra las autoridades. Sólo al final de este período, durante la década de los años 30, en plena Guerra de Chaco contra Paraguay, los indígenas comenzaron a tener conciencia de sí, esta vez plenamente como grupo, a pesar que antes dejan vislumbran ello a 83

Ibidem. Página 7.

84

Op. Cit. MAMANI CONDORI, CARLOS. “Pueblos y Organizaciones Indias en el Camino de la Descolonización”. Página 1.

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través de ciertos levantamientos generales, puesto que en este caso, por primera vez en su historia comenzaron a reunirse las diferentes etnias que componían la sociedad indígena de Bolivia. Incluso puede señalarse que es la semilla de un futuro sentimiento nacional y de una preocupación real por el sector indígena, en donde, “El nacionalismo boliviano estuvo basado hasta finales del siglo XIX en supuestos territoriales, históricos y espirituales de carácter abstracto e idealista. La pérdida de diversas áreas y fuentes nacionales de riqueza frente a Chile y Brasil, a finales de siglo XIX y principios del XX, ya la guerra del Chaco produjeron justas y ardientes aspiraciones de emancipación que dieron un matiz realista y progresivo al nacionalismo nativista, lo cual se tradujo en una mayor preocupación por la defensa del patrimonio nacional y por el problema indio”85. Es en el ambiente bélico, a partir de que gran cantidad de las tropas eran indígenas, que diferentes etnias hasta entonces sin mucho contacto, comienzan a establecer patrones de consenso común y a darse cuenta del poder que pueden tener unidas, a lo que se suma una reinterpretación del rol indígena una vez finalizada la guerra, los deja en una situación mucho mejor que en su comienzo, y prueba de ello serán, algunas garantías que fueron logrando en los momentos en que el país se dirigía a la Revolución de 1952, como se visualiza en el próximo capítulo de esta investigación.

85

ORTEGA, JOSÉ. “Aspectos del Nacionalismo Boliviano”, Ediciones José Parrúa Turanzas S.A., Madrid, España 1973. Página 1.

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5.2.1.2. El Comportamiento de los Indígenas Dentro del segundo elemento de análisis dentro del modelo de Galtung se encuentra el “comportamiento”. Este se debe entender como el momento y espacio en el cual, los actores, en este caso los indígenas, pasan a desarrollar ciertas acciones en base a las actitudes y acciones que desarrolla el contrario, para este caso, la elite de la época. Los indígenas a partir de la exclusión que vivían y de los diversos atropellos de la elite a través del Estado, comenzaron a desarrollar un comportamiento en contra de lo foráneo, culpando a los intereses extranjeros de muchas de sus penurias, pues aseguraban que querían quedarse con sus recursos naturales y que se aliaban con la elite para poder lograrlo, ya que esta tenían en primer lugar ciertas relaciones de clase y etnia con los extranjeros y en segundo lugar, por que la elite boliviana aspiraba al estilo de vida de las elites de las naciones europeas, siendo prueba de ello el modelo de su proyecto excluyente. Además, los indígenas percibían, no en grado menor, a la elite gobernante del período como extranjeros, no sólo por su estilo de vida europeo o sus lazos a través de la actividad comercial con ese mundo, sino también, por que se sentían dueños de un país que perteneció desde siempre a los indígenas. De esta forma se explica que como señala Martin Cortés, en ciertos momentos los indígenas se presentaron como “… una alternativa nacionalista que sí representara la patria boliviana en tanto tierra perteneciente a sus habitantes originarios”86, discurso que los indígenas trabajarían de forma más clara y con mejores resultados a partir de la Revolución de 1952.

86

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 5.

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En torno a la situación de exclusión, de expropiación de las tierras y de desmantelamiento de las comunidades originarias, de la cual eran víctimas los indígenas, estos básicamente optaron por dos vías en paralelo. La primera dice relación con la conocida forma de resistencia popular, presentada con movilizaciones y revueltas en las cuales se intenta poner en el tapete, el tema del atropello del cual eran objeto por parte del Estado en manos de la elite, pero como es de entender en este apoca, no habían muchos sectores dispuestos a escucharlos, dado básicamente, que estos estaban luchando de forma individual por lograr mejores posiciones dentro de la sociedad boliviana a partir de la coaptación que hacía de ellos la elite, con el objetivo de que no fueran caldo de cultivos para los intereses de otros grupos, como en este caso de los indígenas. La otra vía por la cual se optó, fue un retorno a la idea de autosuficiencia rememorando los tiempos antiguos, inclusive antes de la llegada de los españoles. Esta otra vía, se dio en paralelo a la primera, comenzando, como señala Martin Cortés, a “tejerse redes de intercambio entre comunidades que permitieron construir “ferias indígenas”, espacios libres de influencia española y criolla que demostraban en su existencia la potencial autonomía del indio”87. Ambas situaciones descritas, contribuyeron a que la elite siguiera mostrando una imagen de retraso de los indígenas, lo que se materializaba en la política excluyente que se tenía con ellos, dejando nulo espacio para el diálogo entre ambos grupos. El mayor movimiento indígena de la época se sucede en tiempos en que las distintas facciones de la elite estaban enfrascadas entre si por la forma administrativa que debía tener el país, la Guerra federal, aunque como se ha visto anteriormente, habían intereses económicos fuertes involucrados en este

87

Ibidem. Página 9.

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tema. Los indígenas al mando de Zárate Willca, se aliaron con los liberales, para que con su apoyo pudiesen derrotar a los conservadores. En este movimiento, los indígenas pactan con los liberales una serie de reivindicaciones que tenían, las que enumera José Antonio Rivera de la siguiente manera: 1) restitución de las tierras de origen; 2) guerra de exterminio contra las minorías dominantes; 3) constitución de un gobierno indígena; 4) desconocimiento de los mestizos6 y criollos como autoridades revolucionarias; y 5) reconocimiento de Zárate Willca como jefe supremo de la insurrección autóctona88. Como se ha visto anteriormente, los liberales luego de obtener la victoria, dieron la espalda a los indígenas, no sólo desestimando sus demandas, sino que también los reprimieron durante con el objetivo de sofocar su levantamiento. Esta situación es muy importante ya que marca la pauta de lo que fue el comportamiento indígena en el período, un comportamiento que estuvo marcado por la dominación de la elite, ante la cual los indígenas en algunas ocasiones reaccionaban de forma desorganizada a través de levantamientos y revueltas populares, las que por su propia debilidad y falta de organización, eran fácilmente sofocadas por el Estado, creando un cuadro de resentimiento y de frustración dentro de las comunidades indígenas, las cuales veían que no tenían cabida dentro de la nueva Bolivia que se encontraba forjando para si la elite a través de su proyecto modernizador, el cual se sustentaba en la exclusión de las comunidades originarias.

88

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 201.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

5.2.1.3. La Incompatibilidad de los Indígenas El

último

punto

del

modelo

de

Galtung

hace

alusión

a

la

“incompatibilidad” de los intereses de los actores involucrados en el conflicto. En este caso de la incompatibilidad de intereses entre los indígenas y la elite del período, es el estilo de vida indígena y los deseos indígenas de conservarlo, frente al cual el proyecto modernizador de la elite no era compatible con la existencia propia del indígena, el cual es el centro de este punto. Al analizar el apartado de la incompatibilidad en el caso de la elite, se llega a la conclusión de que la presencia de los indígenas en Bolivia, era considera por la elite como el factor que imposibilitaba el desarrollo del país. Este mismo problema visto desde el punto de vista de los indígenas se puede abordar desde la perspectiva de que, llega un momento en la historia de Bolivia, básicamente desde mediados del siglo XIX en que el estilo de vida indígena comienza a ser percibido como un problema para el desarrollo del país, situación que daría origen al proyecto modernizador de la elite a comienzos del siglo XX, sin embargo las comunidades indígenas no comprenden por que se les debe desmantelar para alcanzar este desarrollo, pues estas apuntan más bien por la autonomía y por ende un tanto la marginación del proyecto que desarrollaba la elite a pesar de que habían tenido roles de importancia durante el siglo XIX, a través de su participación en las guerras por la independencia, contra Chile y en las federales. De esta manera el que las comunidades indígenas quieren mantener su tradicional estilo de vida y por otro lado la elite quiera desmantelarlo en aras del desarrollo es lo que marca la incompatibilidad de intereses entre ambos actores. Durante el período de la colonia, los indígenas vieron alteradas sus formas de producción, ya que estas no rendían ni explotaban como pensaban los españoles y luego los criollos. De esta manera debieron cambiar sus métodos mineros y su

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relación con la flora y fauna, la cual ahora debía ser materia prima para producción en gran escala de ropajes, alimentos e insumos para la construcción. Beatriz Rossells – Montalvo y Eduardo Lezama señalan que la única actividad económica desarrollada por los indígenas que no se vio mayormente afectada fue la agrícola en donde “que los españoles encontraron organizada para la producción y no se introdujeron ni métodos ni nuevos procedimientos para mejorarla”, lo que permitió que durante el período las comunidades indígenas conservaran en parte su estilo de vida89. Para ratificar esta idea, se debe señalar que en buena parte de la época colonial, el manejo de los indígenas se realizó a través dos instituciones. La primera era el “Pueblo de Indios”, en donde las comunidades indígenas eran dirigidas por indígenas de casta real, pero bajo control español, mientras que existían también las “Reducciones” las cuales eran controladas por la iglesia. Ambas situaciones, si bien implicaban dominación, también implicaban que los indígenas seguían conservando buena parte de sus tradiciones y estilo de vida, aunque con ciertos matices, ya que como señala Xavier Nogales, “en el occidente del actual territorio de Bolivia, los indígenas continuaron viviendo en sus antiguas localidades, gracias al gran número de habitantes que en total llegaba a un millón de personas a principios de la era colonial”90, mientras en la zona oriental, como el número de indígenas era más reducido, las comunidades indígenas pasaron a las “Reducciones” controladas por la iglesia, cambiando por ciertos varios elementos de su vida cotidiana, aunque pudieron mantener el autogobierno, situación que reducía las posibilidades de intervención española en sus temas, aunque a los españoles también les era cómodo el sistema, ya que 89

ROSSELLS - MONTALVO, BEATRIZ; LEZAMA, EDUARDO. “El Problema Indígena en Bolivia”, “Revista Nueva Sociedad”, N° 16, Páginas 48 a 52, Bolivia, Enero – Febrero 1975. Página 49. En Internet: Portal de Internet de la Revisa NUSO, Nueva Sociedad, Argentina, <http://www.nuso.org/upload/articulos/149_1.pdf>, consultado Abril 2008.

90

Op. Cit. NOGALES, XAVIER. “Raíces de la Exclusión Indígena en Bolivia”. Página 2.

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desarrollaban ciertos lazos de lealtad con ellos, sobre todo con los jefes de estas comunidades, reduciéndose las posibilidades de sublevación indígena. Si bien la exclusión aquí es completamente evidenciables desde una perspectiva social, ya que se separan de forma clara a ambos grupos sociales, también es cierto, que era una situación que acomodaba a ambos grupos, ya que los indígenas querían mantener la autonomía de sus comunidades y no relacionarse con el blanco, mientras este no quería tener contacto directo con el indígena. Se podría decir que era una exclusión en base a una separación en que ambos grupos estaban tácitamente de acuerdo. Sin embargo esta situación tuvo sus consecuencias, ya que los indígenas de la zona oriental pudieron adaptarse más fácil al estilo de vida en los años de la conformación de la república y luego en la vida republicana misma, mientras los indígenas del occidentes, sin ningún tipo de ayuda estatal, sin educación y sin mayor preocupación de las autoridades, lo que “evitó de que las sucesivas generaciones de indígenas gozaran los logros económicos y sociales que a la larga se generarían en los territorios de Bolivia, durante la colonia española y, luego, en la República, los cuales sólo fueron para los criollos, tanto blancos como mestizos”91, situación que no preocupó mayormente a los indígenas hasta que comenzaron a ver como el Estado les quitaba sus propiedades y con ello desmantelaba su forma de vida tradicional, surgiendo las acciones de protesta y resistencia a través del movimiento de los “Apoderados Generales” y luego de los “Caciques Apoderados”, además de otros movimientos y rebeliones con afanes reivindicatorios, como se ha visto anteriormente. Una vez que Bolivia se hace independiente del dominio español, se ha visto como el tributo de las comunidades indígenas se convierte en uno de los pilares de la

91

Ibidem. Página 3.

121


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

vida económica del nuevo país, aunque esto no fuera en beneficio de los indígenas. Sin embargo adentrándose ya a mediados del siglo XIX, la elite comienza a pensar, en lo que fue la génesis del argumento del proyecto modernizador, que “Bolivia no había alcanzado las cotas de progreso esperadas tras la independencia, aquellos colectivos a los que se suponía que el Estado había otorgado mayores atenciones fueron culpados de entorpecer la mejora nacional” 92, es decir, las comunidades indígenas. Es así como las comunidades indígenas comienzan a perder sus privilegios, o más bien, los elementos que no habían perdido durante los tiempos de la colonia, como la tierra y su jurisdicción sobre ellas a cambio de los tributos, sin embargo no habían desarrollado las competencias para poder modernizar la actividad agrícola, situación por la cual la elite tampoco había hecho mucho, pero que ahora era una excelente escusa para quitar las tierras a las comunidades indígenas.

Esta situación conlleva a que el indígena deje de ser concebido

“como un trabajador productivo, generador de impuestos y de ganancia agrícola, a ser considerado un individuo que debía ser incorporado humanitariamente a la sociedad civilizada desvinculándole de sus tradiciones y prácticas, ya que se había demostrado que la conservación de éstas atentaba contra el desarrollo del país”93. De esta forma, se estaba pasando a llevar el principal deseo de las comunidades indígenas, mantener la propiedad de sus tierras y su forma de vida tradicional. De hecho como política soterrada de eliminación de las comunidades indígenas durante el siglo XIX, se apela a “a la retórica liberal de la libertad

92

IRUROZQUI, MARTA. “Ciudadanos Armados a Traidores a la Patria. Participación Indígenas en las Revoluciones Bolivianas de 1870 y 1899”, Instituto de Historia - Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, Madrid – España, Julio 2006. Página 37. En Internet: Portal de la FLACSO - Ecuador, facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Sede Ecuador, Quito Ecuador, <http://www.flacso.org.ec/docs/i26irurozqui.pdf>, consultado Enero 2007. 93

Ídem. Página 37.

122


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

individual de comprar y vender”94 con que se destruyen y desmantelan muchas comunidades indígenas que venden sus tierras a bajos precios, producto de su necesidad, a los sectores terratenientes de la elite boliviana. Los indígenas entonces, no confiaban en el Estado que se había creado luego de la independencia, pues este no había mejorado sus condiciones de vida con respecto a lo que habían sido los tiempos del dominio español, por el contrario se ha visto como a lo largo del siglo XIX, fueron víctimas de más atropellos que los que habían recibido en tiempos de la colonia. Sin embargo, las comunidades indígenas asociaban esta situación, básicamente a la elite conservadora que conducía los destinos del país por aquél entonces, asociándola a los propios españoles. Al respecto en 1883, Zárate Willca, “organizó la resistencia india contra

la

usurpación

de

sus

territorios

y

organizó

contingentes

de

combatientes”95, lo cuales durante la Guerra Federal fueron aprovechados por los liberales bajo la promesa de construir una nueva Bolivia mejorando la calidad de vida de las comunidades indígenas, sin embargo como se sabe, los indígenas fueron traicionados y sus líderes encarcelados o asesinados, dejando la rabia y resentimiento en el indígena, pero sin líderes que pudieran canalizar estos sentimientos por un tiempo en un nuevo levantamiento general. De hecho al respecto la elite se atemorizó de la capacidad de organización indígena en este levantamiento y “la paz entre ellos se aceleró por temor a una “guerra de razas”. El “general” Willka fue victimado por su antiguo socio liberal Pando y la expoliación de tierras continuó como antes”96.

94

Op. Cit. ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Página 17.

95

Op. Cit. MAMANI CONDORI, CARLOS. “Pueblos y Organizaciones Indias en el Camino de la Descolonización”. Página 2. 96

Op. Cit. ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Página 19.

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De esta manera, sistemáticamente la elite iba frustrando los deseos de las comunidades indígenas de autonomía, propiedad de la tierra y conservación de su estilo de vida, pues estos intereses eran totalmente incompatibles con los de la elite, situación que fue aumentando el conflicto latente, ya que con los años, sobre todo durante la república, las indígenas se veían cada vez más asediados por las exigencias y políticas del Estado, en donde como señalan Beatriz Rossells – Montalvo y Eduardo Lezama, “La República olvidó las leyes económico-sociales, que son el espíritu y la esencia de toda transformación de la sociedad y, relegando los fenómenos económicos y sociales, olvidaron también al indio y abrieron las puertas al subdesarrollo del país”97. Los indígenas tan sólo querían mantener su estilo de vida tradicional, pero con el apoyo y protección que les debía brindar el Estado, sin embargo se encontraron con un Estado que no tenía un lugar para ellos en la nueva Bolivia que se estaba conformando, por lo que en algunos momentos se levantaron contra la elite sin buenos resultados, pues se encontraban solos en sus demandas, hasta que durante la década del 30, por los efectos de los impactos de la gran depresión y de la derrota en la Guerra del Chaco, se generan ciertas condiciones, conjuntamente con otros grupo sociales y políticos, que permitan hacer cambios, los cuales toman forma con el movimiento revolucionado de la década de 1950.

97

Op. Cit. ROSSELLS - MONTALVO, BEATRIZ; LEZAMA, EDUARDO. “El Problema Indígena en Bolivia”. Página 49.

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6. DESARROLLO No es posible entender el desarrollo de la problemática de este primer período en análisis, sin antes referirse a algunos elementos propios del siglo XIX que determinaron en gran parte, ciertos aspectos del problema a futuro. A fines del período colonial, España, comenzó a extraer todas las riquezas posibles de Bolivia, lo que significa también, la explotación de la mano de obra que sacaba estos recursos, los indígenas. Una vez que Bolivia se hizo independiente, necesita grandes cantidades de recursos económicos para afianzar el Estado, por lo cual, siguió con el sistema de explotación que venía de los tiempos coloniales. Sin embargo, este Estado era débil, ya que estaba en plena conformación, lo que lo hizo muy susceptible a las oscilaciones del mercado internacional en materia económica, lo que obviamente traía consigo, unas serie de repercusiones en el plano social dentro del país. La mayoría de estos problemas, eran asumidos, como no, por los sectores más desprotegidos, sobre todo indígenas y campesinos (contemplando obviamente a los indígenas campesinos). De esta forma el período evolucionó con una dominación social manejada por los intereses de la elite gobernante. Bajo este contexto y como señala Martin Cortés, “la rebelión de los sectores postergados era un asunto latente, capaz de desarrollarse y extenderse en cualquier momento. Así transcurrió el siglo XIX, con sistemáticas reacciones violentas a los reiterados saqueos a las múltiples comunidades que habitaban el país”98. El estadillo de ciertos momentos de reivindicaciones sociales, sobre todo por parte de los sectores indígenas, bajo este contexto, era tan solo cosa de tiempo, ya que se trataba de sectores oprimidos bajo el yugo de la explotación y de la exclusión que había impuesto la elite, la cual al manejar el Estado, tampoco dejaba más vías de expresión a 98

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 3.

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estos grupos, dándose como respuesta modélica a estos momentos de presentación de demandas, la represión sistemática. En este escenario, tanto los sectores indígenas, como el campesinado y en menor medida el incipiente mundo sindicalista minero, comenzaba a luchar básicamente por dos frentes, caras de una misma moneda. Por un lado el tema de las mejores en la condiciones de vida y laborales, que se relaciona más bien con una lucha de tipo social, y por otro, sobre todo desde la perspectiva de los indígenas, con una serie de reclamos de tipo socio – étnico, donde se combinaba el mal trato que recibían de parte del Estado, como una serie de reivindicaciones de tipo histórico, referentes a la expropiación de las tierras y la destrucción de las comunidades y sistema de vida originarios. Ambos frentes se daban a partir del mismo problema: la exclusión de parte de la elite. Pero esta exclusión no sólo se ve reflejada en las situaciones en que obviamente se pasa a llevar a los indígenas, sino que también en los engaños. Los indígenas de occidente, si bien pudieron mantener sus tierras en buena parte del siglo XIX, nunca fueron reales propietarios ya que como señala Xavier Nogales “no pudieran gozar por siglos de la acumulación de riqueza y de formación de un patrimonio, aspecto que los mantendría por siglos fuera del esquema que el resto del mundo moderno adoptaría. Es decir, excluidos”99, en otras palabras los indígenas no se dieron cuenta que la mantención de las tierras en sus manos era un tema, pero esto no significaba una propiedad real de las mismas, ya que el sistema mostró que ellos solo las podía trabajar para pagar el tributo, y que cuando se les dio la posibilidad de administrarlas para por ejemplo venderlas, lo hicieron por necesidad, a la elite latifundista, la cual amplio sus territorios y dejo sin ninguna fuente de trabajo al indígena, mas que el someterse al sistema de trabajo de la elite si es que querían sobrevivir. De esta forma muchos

99

Op. Cit. NOGALES, XAVIER. “Raíces de la Exclusión Indígena en Bolivia”. Página 4.

126


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indígenas se tornan indigentes y con ellos indeseables para la nueva sociedad que estaba construyendo a sus espaldas la elite, lo que les coarta la posibilidad de emigrar sin ningún tipo de recurso o formación a la ciudad y los sigue empujando a su encierro en las comunidades, cada vez más escasas y con menos tierras y poder. Para los sectores indígenas, la construcción del Estado en Bolivia, no fue más que el cambio de una dominación por otra, pero esta vez, eran parte de un sistema que hasta cierto punto ellos mismos ayudaron a construir. Si bien la exclusión fue la tónica de ambos períodos (siglo XIX y primeras décadas del siglo XX), hubo un conjunto de situación que hacen la diferencia entre la época colonial y la época de vida independentista de Bolivia. Hacia fines del último cuarto del siglo XIX, y como se ha visto en los puntos anteriores, la elite gobernante se ubicaba en el sur de Bolivia, la cual debía su poder a las rentas de la plata, sin embargo y producto de la baja en los precios de este metal en los mercados internacionales, el norte de Bolivia, encabezado por La Paz, empieza a disputar esta hegemonía, ya que era una zona económicamente mucho más activa, más diversa y con mayores proyecciones. Esta zona era dominada ya por los liberales en contraposición al norte conservador. Como se ha visto, para resolver el tema de la hegemonía, la elite se enfrasca en una Guerra Federal, bajo la pantalla de resolver el sistema administrativo de Bolivia, situación que les era indiferente a las comunidades indígenas, hasta que los liberales, acudieron a los indígenas, quienes encabezados por Zarate Willka, los apoyaron en su triunfo sobre los conservadores. Fuera de promesas incumplidas, no resulta del todo claro por que los indígenas se involucran en esta lucha entre elites, tal vez, como señala Martin Cortés, se deba en buena parte a que los indígenas, quizás identificaran

127


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

“… a los conservadores con la experiencia más inmediata de opresión”100, por lo cual habrían decidido apoyar al bando contrario, siendo en buena parte, uno de los elementos más importantes en la explicación del triunfo liberal. Los indígenas al estar hasta cierto punto concientes de su situación y posición en relación al Estado boliviano, rápidamente intentaron tomar su propio camino, el cual básicamente se trataba de conseguir autonomía, la cual poco a poco con el avanzar de la administración de la elite les iba siendo arrebatada, al igual que sus tierras y tradiciones, aunque es difícil asimilar estos anhelos a un proyecto, como lo si hizo la elite. Este intento de proyecto indígena, con fuertes tendencias autonómicas, sin duda provocó no sólo el rechazo de la elite, sino que también cierto miedo que llevó a acrecentar los mecanismos de control, subordinación y exclusión por medio del aparato Estado101, a modo de evitar cualquier insurrección que tuviese como resultado un cambio en las reglas del juego trazadas por la elite. Este nuevo contexto se traduce, como ya se ha visto anteriormente, en que luego del triunfo de los liberales en la Guerra Federal, el movimiento indígena dirigido por Zarate Willka, y a pesar que había sido este precisamente quien había contribuido al triunfo de los liberales, fuera duramente reprimido y desarticulado por el ejército en manos de los liberales. De esta forma se allana el camino para que la elite lograra un consenso en torno a que hacer con los indígenas. La respuesta fue clara: su exclusión de la vida política de Bolivia, una forma de dar pie al proyecto modernizador, el cual en realidad es parte de un proyecto mayor en América latina, en que básicamente 100

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 8.

101

Al respecto debe hacerse la precisión de que si bien se considera al Estado boliviano como un Estado débil materialmente en este momento, las acciones de represión y exclusión que realiza, las puede desarrollar fundamentalmente a través de una suerte de delegación de ciertas funciones en manos de la elite. Cabe recordar que se ha señalado que en este período la elite tiene total control del aparato estatal, por lo tanto se asume que es la propia lite quien lleva cabo estas acciones apoyándose por el Estado, más que en su capacidad material, en su capacidad legitimadora, para la realización de estas acciones.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

todas las elites, a través del Estado, intentaron la exterminación o por lo menos la exclusión del indígena, pues el estilo de vida de este, no calzaba con los cánones europeos que estos proyectos modernizador poseían. Ello en parte se debe también a un “…fuerte brío a la entrada de teorías positivistas que postulaban la inferioridad racial…”102 de los indígenas frente a los blancos y en menor medida de los mestizos. Estas ideas trataron de lograr fundamento través de la aplicación del Censo General de 1900, en el cual, los datos que se intentaban

obtener,

buscaban

demostrar

el

deplorable

estado

de

las

comunidades indígenas, tanto a nivel cuantitativo (por ejemplo el número que quedaba de comunidades indígenas) como a nivel cualitativo (la calidad de vida del indígena medido desde parámetros “blancos”). Mirado así este censo, obviamente arrojó los datos y la conclusión que se buscaba: el notorio retraso con respecto al sector dirigente y urbano de Bolivia, el retraso con respecto al “blanco”. Durante el período en estudio y hasta la crisis económica que trajo los efectos de la Gran Depresión sumados a los costos sociales, económicos y políticos de la Guerra del Chaco, la elite había diseñado una serie de procedimientos para seguir reduciendo los territorios cultivables de las comunidades indígenas, aumentando de esta forma, el total de hectáreas de los latifundios, lo que sumado al aumento de impuesto a las comunidades indígenas, llevó a una serie de revueltas que “reafirmaban los lazos comunitarios y rechazaban la multiplicación de esta forma de propiedad”103, movilizaciones que sin embargo no contaban con un respaldo político necesario para producir los cambios que eran solicitados por los indígenas. Cabe destacar también que muchos de estos movimientos se daban bajo un contexto discursivo que intentaba rescatar las

102

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 8.

103

Ídem. Página 8.

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formas de resistencia de los antepasados indígenas, otorgando un marcado carácter histórico a las demandas de los indígenas. Dentro de este contexto, hay que destacar que como se vio anteriormente, que los indígenas tenían también un discurso asociado a la autosuficiencia en desmedro de la elite, lo que se tradujo en la conformación de lazos entre las diversas comunidades indígenas para realizar una suerte de resistencia en bloque frente al avance del Estado controlado por la elite. Este elemento fue tomando por la elite como un argumento para explicar la exclusión del indígena, sobre el cual se señalaba no sólo que no estaba preparado para integrarse a la vida moderna de Bolivia, sino que tampoco lo quería, argumento que servía para justificar esta situación de exclusión, además de justificar las duras formas de represión que se utilizaban ante cualquier movilización indígena, aunque muchas de estas eran poco eficaces debido a la debilidad del propio ejército boliviano producto de que en esa época, todavía el Estado presentaba una baja capacidad de penetración material dentro del país. El Estado al que dio forma la elite boliviana de la época, fue un Estado débil, ya que tampoco era su intención invertir tiempo y recursos en hacerlo fuerte, pues así como estaba satisfacía sus necesidades, lo cual no permitió, como si se dio en la mayoría de los países de la región, que a partir de la construcción estatal se construyese un sentimiento de nacionalidad, que supondría un mejor escenario para la integración étnica y socio – económica de las comunidades indígenas, lo que desde el papel, debiese haber reducido el número e intensidad de las movilizaciones indígenas. Además esta patente debilidad estatal, tampoco permitió el desarrollo de un aparato coercitivo lo suficientemente fuerte para controlar

la

violencia

que

emanaba

de

los

movimientos

sociales104,

104

Aquí se refiere solo AL Estado, ya que como se ha precisado anteriormente, La elite si tuvo el poder coercitivo y ejerció muchas de las acciones que le corresponde al Estado en esta materia como en otras.

130


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especialmente de los indígenas, lo que sumado a la siempre debilidad de los consensos entre la propia elite, permitió que al final del período, estos sectores subalternos de la sociedad ejercieran una presión suficiente para debilitar a la elite y obligar a un cambio político en la década de 1930 a partir de las repercusiones internas de la gran depresión y de la derrota en la Guerra del Chaco, lo cual sin duda allanó el camino para los cambios que vinieron con la Revolución de 1952, en donde por ejemplo como señalan Beatriz Rossells – Montalvo y Eduardo Lezama, “El pensamiento de la juventud de postguerra chaqueña se orienta en el sentido de educar a las masas campesinas”105 o en el año 1936 cuando “… nace en la provincia de Cliza, departamento de Cbba, el primer sindicato agrario fundado por indígenas, ex combatientes de la guerra del Chaco”106, episodios que se verán en el siguiente capítulo de esta investigación.

105

Op. Cit. ROSSELLS - MONTALVO, BEATRIZ; LEZAMA, EDUARDO. “El Problema Indígena en Bolivia”. Página 50. 106

Ídem. Página 50.

131


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

7. CONCLUSIONES A la luz de lo analizado dentro de este capítulo podría pensarse que el principal problema que enfrentó a las comunidades indígenas y a las elites en Bolivia fue el tema de la tierra. Pero en verdad la tierra era el escenario de una confrontación con motivaciones más profundas. Por un lado las comunidades indígenas querían el reconocimiento de su autonomía y hasta cierto punto independencia frente al Estado boliviano, sin embargo la elite, no estaba dispuesta a ceder estas condiciones, pues necesitaba tanto las tierras de los indígenas (para la actividad agrícola principalmente desde los tiempos de la independencia y hasta los primeros años del siglo XX) como la mano de obra (para la actividad agrícola y la minera desde fines del siglo XIX). Pero no sólo de eso se trata el conflicto, también había un tema cultural de fondo, los indígenas tenían un apego ancestral a la tierra, pues de ella venían, de ella vivían, mientras para la elite sólo era materia prima para la producción. Estas consideraciones en torno a la diferencia de interpretación en torno a la tierra también es importante de hacer, pues explicarán la defensa de los indígenas frente a la pérdida sistemática de sus territorios. También esta presente el tema étnico, dado que los tiempos coloniales habían dejado un fuerte legado racista, en el cual se pregonaba la superioridad del “blanco” frente a lo indígena, de modo que cuando la elite no necesitó más de los indígenas107, comenzó a desarrollar ciertas estrategias que permitieran desplazarlo y excluirlo del nuevo país al cual estaban dispuesto a dar forma, básicamente, a partir de la conformación de consenso intra elites, en el siglo XX con el triunfo de los liberales luego de la Guerra Federal, tal como lo habían

107

En diferentes momentos y desde diferentes dimensiones, por ejemplo en la económica, cuando a fines del siglo XIX, la bonanza minera hacía prescindir del tributo indígena por el trabajo de las tierras o cuando luego de usar a los indígenas como ejército, la elite los desechó, por ejemplo luego de la Guerra Federal de 1899.

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hecho previamente los gobiernos de mediados del siglo XIX, que querían prescindir de la presencia indígena para adueñarse de sus tierras. Se puede ver entonces que la exclusión, independiente de los motivos o circunstancias específicas en que se desarrollaba, buscaba el prescindir del indígena, para a partir de esa ausencia, poder construir un nuevo país bajo las concepciones y deseos de la elite gobernante. Sin embargo resultaba claro que la tarea no sería fácil, no tanto por la resistencia que iban a presentar las comunidades indígenas, sino más bien, por la propia debilidad del aparato Estado a través del cual se debía desarrollar esta tarea y por que se necesitaba a los indígenas como mano de obra para dar bases al mismo proyecto modernizador a partir de la cual la elite los iba a excluir de forma institucional. La elite no precisaba en la época de legitimarse frente a la sociedad para emprender la tarea de excluir al indígena, pues sabía que al manejar al Estado y cooptar política y económicamente a los otros grupos sociales, no requería de mayores consideraciones para poder realizarla. Sin embargo necesitaba de cierta justificación que le permitiera a futuro poder sustentar estas acciones, ya que la exclusión de por si tenía consecuencias e implicaba recursos, como también las tenía la labor de emprenderla. Es así como se comienzan a elaborar una serie de argumentos en contra de las comunidades indígenas108, como asimismo a utilizarlas en base a sus intereses. Esta situación era bastante incómoda para el indígena ya que siempre se planteaba en la encrucijada de ser totalmente autónomo del acontecer nacional o bien tomar parte en él. Durante el silo XIX los indígenas quisieron tomar un rol 108

Básicamente de las comunidades indígenas del occidente, las cuales eran más numerosas y poderosas, frente a las de orienta, menos en cantidad y poder y que estaban sometidas a partir del modelo de Reducción por la cuales la gran mayoría estaba bajo la tutela de la iglesia y que se habían adaptado hasta cierto punto a la nueva Bolivia través de la educación. Es decir, la exclusión tiene un público objetivo plenamente identificado: las comunidades indígenas de las regiones occidentales de Bolivia.

133


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en el acontecer nacional109, sin embargo, luego de participar en acciones de importancia que involucraran al indígena en hechos de violencias (por ejemplo las guerras), inmediatamente la elite se encargaba de empañar su imagen, por lo cual nuevamente los indígenas debían de participar en acontecimientos de este tipo para recuperar la imagen pérdida. Por ejemplo, Marta Irurozqui, señala que la participación indígena durante la Guerra Federal, “puede interpretarse como un nuevo llamado nacional de redención para este colectivo. Su actuación como ejército auxiliar de los liberales les daría ocasión de demostrar públicamente un esforzado sentimiento patriota y una disciplina cívica, síntesis de su compromiso con la patria”110, y junto con ello, ganar su derecho a ser incluidos democráticamente a la nueva sociedad en formación (básicamente para defender sus intereses frente al Estado), además de obtener ciertas respuestas a las demandas que habían hecho a los liberales para participar en la guerra, sin embargo estas promesas son rotas y juntamente con ello la elite decide poner fin a esta movilización de forma represiva, generando una imagen violenta del indígena, el cual bajo su discurso quiere iniciar una guerra de razas. Como se ve el tema de la raza siempre está presente en la mentalidad colectiva de la elite y lo utilizará a su favor no sólo en esta ocasión, sino que también, para justificar su proyecto modernizador, el cual excluía completamente al indígena, por considerarlo la causa del atraso de Bolivia. Además cabe destacar que se considera que “el ejercicio de violencia revolucionaria tornase a los

109

Situación que no es contradictoria con su anhelo autonómico, pues este anhelo dice relación mas bien con que el Estado les permita mantener sus formas tradicionales de trabajo de la tierra, elección de autoridades, etc., sin embargo habían demostrado querer ser parte del país que se estaba conformando y que ellos mismos habían ayudado a crear.

110

Op. Cit. IRUROZQUI, MARTA. “Ciudadanos Armados a Traidores a la Patria. Participación Indígenas en las Revoluciones Bolivianas de 1870 y 1899”. Página 41.

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indios en traidores de la patria - condición legal de perdida de ciudadanía”111 con lo cual la exclusión cobraba cada vez más sentido y justificación en el conjunto de la sociedad boliviana. Esto lleva a concluir también que una de las estrategias de la elite para acrecentar la exclusión indígena, fue el crear una distancia entre las comunidades indígenas y el resto de los grupos sociales del país, muchos de los cuales también se encontraban con problemas, pero que la elite sabía cooptar, además de argumentar que los indígenas tenían una guerra étnica no sólo contra ellos como grupo dirigente, sino que con todos quienes no fueran indígenas, apuntando específicamente a los mestizos, los cuales por su realidad, podrían haber entablado, siendo este el temor de la elite, una alianza pluriclasista con los indígenas en contra de la elite en busca de la inclusión plena. Sin embargo, la exclusión del indígena, por los métodos que fuera no resolvía el problema del indígena, a menos que se haya intentado exterminar como en otros casos de América Latina, que como se ha visto era poco probable, no sólo por su numero, sino por que la elite necesitaba mano de obra barata para cimentar su propio proyecto modernizador. Fue una apuesta arriesgada, analizando de forma retrospectiva, el dejar el problema del indígena como una situación inclusa por parte de la elite de la época, ya que no puedo ni suprimir su presencia en la sociedad boliviana (por diversos factores siendo uno de ellos el que se describe, su necesidad como mano de obra), como tampoco integrarlo como una clase subordinada y obediente a sus intereses, producto de la debilidad del Estado, que intento excluirlos en vez de cooptarlos, ya que por su número era un grupo muy difícil de reducir, además de que algunas de las estrategias de coacción de la elite no iban a dar resultado por la forma de ser del indígena, el cual daba valor a muchos elementos que la elite no, como sus tradiciones, historia y autonomía. 111

Ibidem. Página 42.

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Si bien, hasta acá se ve como la exclusión era una situación que obedecía a un proyecto de la elite, también se aprecia que la debilidad del Estado, no permite acrecentar esa exclusión como lo había prefijado la elite. Por ejemplo Xavier Albó y Franz Barrios señalan al respecto que la paupérrima presencia estatal en ciertas zonas periféricas del país “mantenían un margen bastante amplio de autonomía “de facto”, situación que con variantes seguirá hasta por lo menos la Guerra del Chaco”112, momento el cual sin embargo, esa elite tradicional ya no estaba en el poder. La exclusión que vivieron los indígenas, y otros grupos sociales, durante todo este período, hizo que la derrota del país en la Guerra del Chaco a manos de Paraguay, sumado al debacle económico que significó la serie de repercusiones de la Gran Depresión, fue lo que permitió un cambio drástico en los destinos del país. Estas situaciones marcaron el fin de la elite oligárquica y tradicional en el país, para dar paso a una nueva época en Bolivia, la cual mostrará como el país se encamina hacia una revolución. La elite luego del revés que significaron estas situaciones comienza a darse cuenta de que no puede gobernar el país sólo mediante el control del Estado, un Estado por lo demás débil, por lo que se deja espacio a la posibilidad de inclusión de sectores hasta entonces relegados. Pero obviamente, para que se diera este nuevo escenario no bastaba con ello, pues las diversas manifestaciones populares, sobre todo las revueltas indígenas, habían hecho lo suyo, sin embargo igualmente hubo que recurrir a la fuerza, siendo los militares de tendencia nacionalista y socialista y otros sectores que acceden al poder en Bolivia desde 1936, quienes toman conciencia de que el uso del Estado “… no era suficiente para llevar a cabo una transformación…”113 capaz de cambiar los destinos del 112

Op. Cit. ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Página 18. 113

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 9.

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país, se necesitaba del algo mayor, de instancias que permitieran la verdadera construcción de una nación, a modo de fomentar de esta forma la legitimación y afianzamiento del Estado dentro del país, se precisaba entonces de la integración en vez de la exclusión. Bajo esta nuevo contexto, los militares una ve que entran al poder a partir del fin de la Guerra del Chaco, “se introdujeron los principios del constitucionalismo social a la Constitución de Bolivia”114, además de reconocer a nivel constitucional,

un

nuevo

trato

para

las

comunidades

indígenas

y

las

organizaciones campesinas las cuales habrían cobrado gran importancia en el período, además de asegurar la educación para ambos grupos para intentar una integración más igualitaria en la nueva Bolivia a la cual se estaba dando forma como se analiza en el capítulo siguiente de esta investigación. A modo de resumen se pueden obtener las siguientes conclusiones de este capítulo: •

1.- La exclusión social, política, económica y cultural que sufren las comunidades indígenas en este período, tiene sus raíces más profundas en el período colonial, en que si bien los españoles habían respetado ciertas regalías, dejan un legado de explotación y exclusión que es capitalizado e institucionalizado por la elite con la llegada de la independencia y posteriormente la república, a modo de poder fundamentar y cimentar sus proyectos políticos y económicos.

2.- La expropiación de las tierras y desmantelamiento de las comunidades indígenas obedece precisamente a la necesidad de la elite de dar pie a ciertos proyectos, los cuales buscaban precisamente una exclusión

114

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 201 - 202.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

institucional del indígena, aunque su exterminación, pues se entiende que también se le necesita. •

3.- Estas situaciones de exclusión y abusos hacia los indígenas, se fundamenta en la mayoría de los casos, a partir del discurso de la elite que señala que el estado cultural inferior de los indígenas era la causa del poco desarrollo que mostraba el país, además que también se debía considerar el afán violentista y potencial revolucionario de los indígenas, siendo prueba de ello su participación en diferentes acontecimientos bélicos que enfrentó el país en el período, por lo que era urgente su control, subordinamiento y exclusión de la vida ciudadana, para que no pudiese adecentar su poder producto de estas consideraciones.

4.- Para lograr materializar la exclusión, la elite una vez en el poder, comienza a negar los derechos productivos de los territorios en manos de indígenas, cobrando altos tributos y quitando sus propiedades o buscando formas de desmantelar su estilo de vida, además de negarles los derechos a educación y otros servicios públicos, para acrecentar su pobreza y con ello tener más posibilidades de someterlo y de fundamentar su racionamiento racista en torno al retraso del indígena.

5.- La llegada de la industria minera y al asentamiento definitivo del capitalismo en Bolivia a manos de la elite y de extranjeros en complacencia de esta, aumenta la brecha de la desigualdad social y de la exclusión hacia las comunidades indígenas, ya que la explotación de las riquezas del país quedan en manos de la elite la cual las distribuye según sus intereses y necesidades. Esta situación también explica que la elite haya apostado por modernizar el sector minero, en sus manos, y no el agrícola, en manos de los indígenas, aunque se aprecia un aumento en la

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actividad agrícola en manos de los latifundistas de la elite, a partir de la expropiación de las tierras indígenas y de la venta de las mismas a favor de este sector de la elite. •

6.- Finalmente el proyecto modernizador de la elite desde inicios del siglo XX, buscaba dejar fuera de todas las dimensiones del quehacer nacional a los indígena (excepto por el tema de la mano de obra) a partir de sus argumentos raciales y económicos en contra de los indígenas. Este proyecto, si duda aumentó la desigualdad y la exclusión de los indígenas a la par que evitó su posible alianza con otros sectores de la sociedad.

7.- La exclusión si bien tuvo éxito en los parámetros de la elite, no llegó a todos los sectores del país, productote la debilidad del Estado, el cual no contaba con los recursos suficientes para penetrar en todos los rincones de Bolivia, dejando ciertos focos de resistencia indígena latentes, los cuales estallaron en algunos ocasiones siendo duramente reprimidos por el Estado. Sin embargo esta misma debilidad estatal no permitió la generación de un sentimiento nacional, con lo cual la elite podía justificar su exclusión de los indígenas, y estos mismos no tenían mayor interés en formar parte de un país que le había dado la espalda en múltiples ocasiones.

8.- La poca decisión indígena en cuanto a ser parte o no del país, permitió que la elite tuviera éxito en su plan de exclusión, pues los indígenas participaron de acontecimientos bélicos en defensa de la patria, pero su poco realismo a la hora de contextualizarse frente a la elite, permitió que esta los traicionara en todas estas ocasiones, usándolos para lograr sus fines y después desmovilizándoles de forma violenta. Los indígenas volvían a caer en esta situación cuando se presentaba otro conflicto, pues

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

entendían que este camino era el único que los podía llevar a la plena integración dentro de la sociedad boliviana, sin embargo la elite siempre supo como afrontar este problema, deslegitimarlos, reprimirlos y mantenerlos dentro de sus propias comunidades, las cuales cada vez eran más escasas en número y poder. •

9.- El mal manejo de la elite frente a las repercusiones de la crisis a partir de la gran depresión y de su derrota en la Guerra del Chaco, dejaron de manifiesto la debilidad del Estado, frente a lo cual pierden el poder a manos de los militares, los cuales más concientes de la situación comienzan con ciertas medidas a fomentar la excluir de los grupos hasta entonces

fuera

de

los

beneficios

y

protección

del

Estado,

fundamentalmente de los indígenas. •

10.- Finalmente puede concluirse que lo que cimentó en el poder a la elite durante todos estos años a pesar de muchos problemas, fue su capacidad para mantenerse relativamente cohesionados, tratando de resolver rápidamente sus diferencias para que otros grupos de la sociedad no sacaran partido de ellas. Esto debido en gran parte a su conciencia de clase, el miedo a perder sus beneficios, la necesidad de mantener el orden social para la obtención de riquezas y de su capacidad para generar consensos y acuerdos lo que les permitió detentar el poder, a diferencias del resto de los otros grupos de la sociedad, los cuales carecían de tal capacidad organizativa, así como de los recursos y conocimientos para intentarlo.

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CAPÍTULO II: LA BÚSQUEDA DE LA DEMOCRACIA (1930’ – 1985)

CAPÍTULO II: LA BÚSQUEDA DE LA DEMOCRACIA (1930’ – 1985)

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1. INTRODUCCIÓN El segundo conflicto que aborda esta investigación es el que va desde la década de 1930 hasta la llegada de la “democracia pactada” de 1985, pasando por la Revolución de 1952 como punto de inflexión definitivo entre la primera y la segunda parte de este período y de los conflictos estudiados en esta investigación en general. Se puede dividir el período en estudio dentro de este capítulo en dos grandes momentos, el primero de ellos entre la década de 1930 hasta la revolución de 1952 y el segundo desde la década de 1950 hasta la llegada de la “democracia pactada” de 1985. El primer momento es el de la lucha de lo indígenas por lograr representación política para garantizar la concretización de sus demandas, mientras el segundo momento tiene que ver con la contención que intentan tanto la elite como los militares del movimiento indígena. Pero estos no son los únicos problemas del período, también es sumamente importante destacar el comienzo de los problemas regionalistas, principalmente marcados por la competencia de poder que tenían las elites del occidente y del oriente, lo que también repercutió en la situación indígena del período en estudio. Durante esta época salen a la luz una serie de problemas sociales, culturales y étnicos gracias a la crisis socio – económica que implican los efectos de la gran depresión y sobre todo la pérdida de territorios a manos de Paraguay, lo que significó una derrota para Bolivia en la Guerra del Chaco. La elite pierde su hegemonía y junto con ello, el país se comienza a replantear la visión que del Estado se tenía hasta ese momento. La intervención de los militares es clave en este proceso, los grupos sociales comienzan a movilizarse gran forma y a pesar de algunos intentos de la elite de recuperar su poder, se lleva a cabo la Revolución de 1952.

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La Revolución de 1952, constituye un punto de inflexión en el período en estudio y en la historia de Bolivia en general. Es capaz de comenzar a integrar a lo indígenas y al resto de los grupos excluidos a la sociedad sin embargo y a pesar de sus innegables avances, el intento de institucionalizar y cooptar a los grupos movilizados tendrá consecuencias, sin una de los más patentes, el hecho que el proceso de democratizar el país, queda estancado, ya que a pesar de los avances se intenta homogenizar a los distintos grupos de Bolivia bajo la figura del mestizo, además de cooptar bajo el sindicalismo. La Revolución tuvo una serie de problemas a partir de esta situación, lo que de algún modo facilitó un nuevo período de intervención militar. Los militares tomaron muchas herramientas del período revolucionario para cooptar y contener las demandas populares, por ejemplo con la creación del denominado Pacto Militar – Campesino o utilizando la represión, situaciones que tienen a desmovilizar a la sociedad. En este contexto y al final de la década del ’70, los grupos, nuevamente movilizados y a partir de la deslegitimación de los militares en el poder, comienza un lento proceso de democratización, no libre de regresiones autoritarias, que finalmente se resuelven en 1982, pero que recién presentan signos de cambio con la creación del Pacto Democrático, el cual buscaba traer gobernabilidad y estabilidad al país. Bajo este contexto hay una serie de problemas que atraviesan el período, que van desde los problemas heredados de las décadas anteriores al ’30, hasta los nuevos conflictos y fragmentaciones regionales a nivel de elite, pasando por los intentos de construcción de nacionalidad o los temas y reivindicaciones identitarias y autonomistas de los grupos indígenas. De esta manera es difícil hablar de un solo problema central en el período, aunque se sostiene que el hilo conducto de muchos de ellos, va relacionado con la democratización de la sociedad y la inclusión de los grupos hasta entonces marginados por la elite tradicional.

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De esta manera los objetivos de este capítulo son determinar las causas y consecuencias, además de la interrelación, entre los problemas más importantes del período, básicamente desde la perspectiva de la inclusión de los sectores populares, particularmente de los indígenas, y los desafíos y resultados del proceso. Así, se pretenden obtener las raíces más profundas de los conflictos del período, para posteriormente contrarrestar con los otros períodos que aborda esta investigación.

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2. CONTEXTUALIZACIÓN Sin duda el siglo XX en Bolivia ha sido un período de grandes cambios para el país. Dentro del período en estudio, el primer lapso, de la década del ’30 al ’50 se inicia con el declive de la elite tradicional a partir de sus propios errores, la intervención de los militares y el surgimiento de movimientos sociales relativamente organizados. Más tarde, en la década del ’50, “…el MNR dirigió la Revolución Nacional de abril de 1952, con los lemas de nacionalización de las minas y reforma agraria, de socialismo e indigenismo, con los ideales que la izquierda habia estado martillando desde 1920 en adelante y que habían creado la colaición revolucionaria de los trabajadores y de la clase media, que definitivamente revolucionaría la sociedad boliviana”115, aunque como se verá más adelante, con ciertos matices. Estos matices están dados por que en la segunda parte del período en estudio, desde la década del ’50 al ’80, la lucha por la democratización del sistema que inician los indígenas junto a otros grupos sociales, rápidamente es cooptada por los gobiernos revolucionarios y más tarde por los gobiernos militares, sean estos cercanos a la izquierda o a la derecha, con lo cual los avances del período revolcionario no sólo se hacen insuficientes sino, revelan la estrategia conciente de parte del Estado boliviano de querer, bajo el discurso del mestizaje “bolivianizar” a los indígenas y con ello contener sus demanas, de forma que el proceso democratizador no implica la toma de decisiones autónomas o de ingerencia real de los indígena en el gobierno, aunque si mejora su situación en comparación a los tiempos en que operaba el viejo orden oligárquico. De esta forma el período está marcado por la lucha indígena, pero también por su supervivencia como movimiento con identidad propia, ya que no serán pocos 115

Op. Cit. KLEIN, HERBERT S. “Orígenes de la Revolución Nacional Boliviana. La Crisis de la Generación del Chaco”. Página 424.

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los intentos de eliminar esa identidad bajo la bandera de la ciudadan铆a, de la ciudadan铆a boliviana.

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2.1. El Desmantelamiento del Estado Oligárquico El Estado oligárquico construido por liberales y conservadores cimentó lo que serían las bases del país hasta aproximadamente la década del ’50. Una vez que el poder liberal se empezaba a agotar, surgen los republicanos, como alternativa a los conservadores derrotados anteriormente por los liberales, e inician una política de conspiración para hacerse con el poder, lo que finalmente logran en 1920. Al respecto Herbert Klein señala que, “De esta manera 21 años de gobierno liberal llegaron a su fin casi como una derrota electoral pacífica y eficientemente elaborada. Nuevos nombres y nuevas personalidades emergieron en los sucesivos años, pero los fundamentos puestos por el liberalismo de 1899 a 1920 sobrevivieron intactos otra década”116. En esos años lentamente las ideologías de izquierda comenzaban a llegar y a propagarse en el país, bajo el contexto beneficioso para ellas de la exclusión y desigualdad que sufría la sociedad a manos de la elite, lo que se constituyó en caldo de cultivo para la penetración y acentamiento de estas ideologías en el país y con ello, la futura movilización de los sectores populares, desde la izquierda, como también desde el nacioalismo. Con la Guerra del Chaco comienza el desmantelamiento de la elite tradicional en Bolivia y a pesar de que luego tiene un breve resurgimiento, prontamente será consumida por las fuerzas populares y los gobiernos militares, hasta llegar a la década del ’50 con la revolución y el desmantelamineto final del sistema oligárquico que había operado en Bolivia, con los cambios sociales, políticos y económicos que ello conlleva como se analiza en los siguientes puntos, para posteriomente dar paso en la década de los ’60 al período militar y al retorno de la demoracia al final del período en estudio durante la década de los ’80.

116

Op. Cit. KLEIN, HERBERT S. “Orígenes de la Revolución Nacional Boliviana. La Crisis de la Generación del Chaco”. Página 68.

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2.1.1. La Guerra del Chaco y Sus Repercusiones La Guerra del Chaco, marca el principio del fin para la hegomonía de la oligarquía en el poder, pues no sólo esta conduce muy mal la guerra, sino, salen a luz las diversas problemáticas de su gestión, en un contexto en que la sociedad estaba en pie de enrostrarle esos errores. Uno de los últimos gobiernos de la elite tradicional antes de la debacle que se da en la década de los ’30, es Hernando Siles desde la facción republicana. Siles se vio envuelto en una serie de problemas durante su mandato, como por ejemplo el tratado entre Chile y Perú de 1929 en el cual como señala Carlos Mesa, “Chile no podía ceder a un tercer país (Bolivia) territorios que habían sido originalmente peruanos, con lo que se puso un cerrojo más a la demanda marítima”117 o los enfrentamiento armados de Bolivia frente a Paraguay en la zona del Chaco Boreal, situaciones en las que Siles siempre optó por la negociación diplomática y el mantenimiento de la paz. Estas situaciones, sumada a su fallido intento de prolongar su mandato en el poder, llevaron a Siles a optar por renunciar a la presidencia antes de que terminara su mandato, pero con el afán de poder habilitarse para participar de las próximas elecciones, lo que dejaba a la población tremendamente molesta por lo errático de su mandato y sus deseos de seguir en el poder, extendiendo el período oligárquico que ya estaba dando pruebas de su agotamiento. Sin embargo, Siles no pudo completar su plan, ya que ese mismo año, un movimiento militar con un amplio apoyo de la ciudadanía pone fin a este intento, situación que sería el germen del cambio de la suerte de la elite tradicional en el mando de los destinos del país.

117

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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Para no tener un vacío en el poder, sobre todo con una amplia parte de la población movilizada, los militares optan por instalar en el poder una Junta Militar, la cual fue presidida por Carlos Blanco Galindo, quien convoca a un referéndum con el objetivo de “modificar la Constitución en el régimen económico, la elección presidencial y los derechos y garantías ciudadanos”118. La Junta Militar dejó en breve el poder, llamando a elecciones en donde resultó vencedor Daniel Salamanca. El gobierno de Salamanca desde el comienzo enfrentó una serie de problemáticas, siendo las más determinantes las económicas, producto tanto de los malos manejos administrativos de los gobiernos anteriores como de los efectos de la gran depresión que ya comenzaban a hacerse notar en el país. En 1931 la situación ya era de gran inestabilidad, debido principalmente al descontento popular y a la tensa relación con Paraguay, puesto que rápidamente una corriente nacionalista y belicista se tomaba la opinión pública, postura también apoyaba por las fuerzas armadas, situaciones que sin embargo contribuyeron a crear un clima patriótico y como en el caso de la mayoría de las guerras un sentimiento de unidad nacional, pero que estaba aún lejos de convertirse en una conciencia nacional que permitiera construir un sentimiento nacional boliviano, una de los grandes debilidades del Estado, el cual anteriormente no había realizado esta construcción y que por ende le traía al país una serie de problemáticas partir del fraccionamiento de la sociedad. Bajo este contexto, la declaración de guerra se hace inevitable en el mes de Junio de 1932. Bolivia tuvo problemas desde el principio de la guerra aunque pudo resistir e incluso algunas veces avanzar, sin embargo rápidamente una serie de malas decisiones del ejército y del gobierno, hacen que Bolivia empiece a perder terreno frente a Paraguay, lo que trajo consigo una serie de

118

Ibidem.

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repercusiones económicas y por ende sociales, dimensiones de la vida del país que no sólo eran afectadas por la Guerra del Chaco, sino también, por el gran impacto económico que trajo consigo, los efectos de la gran depresión en Bolivia. La Guerra del Chaco hasta hoy suscita polémica en Bolivia, su principal afectado. José Ortega señala que la región del Chaco era una tierra de nadie habitada por etnias indígenas de Bolivia y Paraguay por igual. José Ortega señala que el conflicto se debe más que nada al deseo del presidente Salamanca de hacerse fuerte en la región del Chaco, por lo cual coloca tropas en la zona, las cuales son atacadas por las fuerzas paraguayas en un incidente menor, lo que en palabras del autor, “… fue explotado inteligentemente por Salamanca para producir el sentimiento nacionalista de Patria ofendida, versión oficial aceptada por todo el país”119, con lo cual se allanaba el camino al conflicto. Sin embargo también habían razones más de fondo que simples deseos personales, ya que habían motivaciones económicas muy importantes, que fueron omitidas por la prensa internacional

de

la

época,

ya

que

habían

involucrados

intereses

de

multinacionales. José Ortega argumenta que si bien a Bolivia, el Chaco Boreal le bloqueaba su salida al océano Atlántico a través del río Paraguay, la razón más profunda de la guerra era, la “… discordia por la posesión de los pozos petrolíferos del Norte de Bolivia y del Sudeste del Chaco entre la Standard Oil Company, de Nueva Jersey, firma que apoyó a Bolivia en la guerra, y la Royal Dutch Shell, Compañía angloargentina, que favoreció a Paraguay”120. De esta manera, otra vez, los intereses

119

ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”, “Revista de Estudios Políticos”, España, 1969. Página 193. En Internet: Portal del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Ministerio de la Presidencia, España, <http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/2/REP_167_175.pdf>, consultado Agosto 2006. 120

Ídem. Página 193.

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de conflictos entre empresas multinacionales, traía apañada la guerra en América Latina. La Guerra del Chaco fue tremendamente perjudicial para Bolivia en el ámbito exterior, pero el presidente Salamanca supo sacar provecho de este conflicto a nivel interno, ya que la guerra fue la ocasión perfecta para “… el exilio de los intelectuales de izquierda o su traslado a las primeras líneas de combate”121, deshaciéndose en parte de esta forma, de un sector muy crítico de su gestión y de la gestión de los gobiernos anteriores. Sin embargo esta situación no bastó para eliminar a su oposición, ya que los problemas y enemistades que se desarrollaron con los militares durante este período, marcaron su salida del gobierno, debiendo asumir, José Luis Tejeda Sorzano. A fines de 1934 asume José Luis Tejeda Sorzano, vicepresidente de Salamanca en momento en que Bolivia estaba a punto de perder la guerra, por lo cual en el mes de Mayo de 1935, se firma un armisticio con Paraguay para comenzar a sostener los acuerdos de paz, acuerdos en los cuales, Bolivia una vez más debe ceder territorio. Ese contexto posibilita que en mayo de 1936 los militares encabecen un movimiento de tipo nacionalista y socialista que se toma el poder, apoyados por la ciudadanía, molesta por esta nueva pérdida de territorio, en momentos también en que según Carlos Mesa, “… las corrientes de pensamiento europeas, marxismo y fascismo penetraban en la sensibilidad de una joven elite intelectual”122, la cual años más tarde, daría pie a una renovación dentro de los sectores dirigentes. Las penurias que pasó la población a partir de los nocivos efectos que tuvo en la economía boliviana la gran depresión pero por sobre todo, la derrota del país a 121

Ibidem. Página 193.

122

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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manos de Paraguay en la Guerra del Chaco, hacen que el problema indígena pase a cobrar relevancia nacional. Y es que las penurias que debió enfrentar el indígena en ambas situaciones, casi simultáneas, relevó el problema indígena que había quedado irresoluto a partir de la indecisiones de la elite, que por lo demás y bajo este contexto veía peligrar su hegemonía en el poder, ya que para varios sectores de la sociedad boliviana, ambos fenómenos problemáticos, eran debido en gran culpa al mal manejo de la elite. Volviendo al tema del indígena, muchos sectores van tomando conciencia, a partir de los problemas que deja entrever la guerra, la relación de exclusión y desigualdad que sufrían los indígenas de parte del Estado, además los propios indígenas toman conciencia de sí, ya que la guerra permite que entren en contacto una serie de grupos y comunidades indígenas, hasta entonces separados por la geografía pero en este momento unidos en las trincheras. De esta forma también, entran en escena sectores y movimientos que hasta ese entonces no había figurado se manera gravitante en la escena socio – política del país como por ejemplo los sectores campesinos o sectores criollos de pensamiento progresista, grupos de izquierda y movimientos proletarios en entre otros. Estos sectores entran en contacto también durante la guerra, generando acercamientos con las comunidades indígenas, lazos que después servirán para la generación de alianzas mayores. Tanto los indígenas como otros sectores étnico – sociales de Bolivia, bajo este contexto bélico, como señala Martin Cortés, “… comenzarán a organizarse en un nivel cada vez mayor, superando cierto espontaneísmo que dominaba las rebeliones anteriores, alcanzando una proyección política inusitada en el Primer Congreso Nacional Indígena de 1945123”124 y una serie de instancias más que comenzaron a darse luego de finalizada la guerra. 123

Otras fuentes señalan que el Primer Congreso Indígena se dio bajo el gobierno de Gualberto Villarroel en 1942 y no en 1945, por lo cual se asume como correcta la fecha de 1942. Véase: Op. Cit. MAMANI CONDORI, CARLOS. “Pueblos y Organizaciones Indias en el Camino de la

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La crisis social de la Bolivia de postguerra hace que durante este período y hasta la década de 1950, “… se gestara una visión nacional del Estado; el diseño del proyecto político consiguiente sirvió de base para la Revolución Nacional de 1952”125, pues se entendía que no podía ser posible que el país tuviera tan altos niveles de exclusión hacia las comunidades indígenas y tan alto nivel de desigualdad social en general. Esto trae consigo, colocar nuevas problemáticas en el tapete nacional y por ende, la introducción de nuevos actores. En este período surgen los movimientos y partidos políticos que se encargarían de ampliar el sistema de partidos boliviano hasta ese entonces controlado por los partidos tradicionales en manos de la elite. Durante 1935 nace el Partido Obrero Revolucionario de tendencia radical trotskista y que bebía directamente, de las ideologías socialistas y comunitas que habían llegado a Bolivia durante la década de 1920. En 1937 nace la Falange Socialista Boliviana la cual se inspiraba directamente en las corrientes fascistas de Europa y en la falange española. Además en 1940 se conforma el Partido de Izquierda Revolucionaria de inspiración marxista y entre 1941 y 1942 nace el Movimiento Nacionalista Revolucionario, partido de tipo nacionalista que se terminará convirtiendo en el partido político más importante del siglo XX y que se catapulta como el partido de la Revolución de 1952.

Descolonización”. Página 1. Véase también: RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 202. 124

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 10.

125

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 202.

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2.1.2. Los Militares Entran en Escena

La derrota inesperada de Bolivia en la Guerra del Chaco, deja sumido al país en una sensación de impotencia y fracaso, pues la opinión pública no se imagino nunca un escenario en el que pudiesen salir derrotados y tan bochornosamente humillados con una pérdida de territorio. Sin embargo, también, como se ha visto anteriormente, “… despertó una nueva conciencia en una sociedad que se confrontó por primera vez en el campo de batalla con la realidad de sus diferencias étnicas y sociales, la clase media estuvo cara a cara con la mayoría quechua aymara que no sabía por qué y por quien peleaba”126, es decir, era el primer paso para que los distintos sectores que componían la sociedad boliviana se empezaran a conocer, y con ello, llegar a al conclusión de que la conducción de la elite tradicional no podía responder a la diversidad étnica y cultural de Bolivia, menos aún, cuando daba muestra de no haber podido llevar a buen puerto un conflicto que en la mentalidad colectiva de la sociedad boliviana, se tendría que haber ganado. De esta forma, se crea el escenario para que nuevos aires soplen en el país. A partir de la debilidad en que queda el sector dirigente luego de la derrota del país en la guerra, el presidente Tejeda Sorzano “… comenzó a dar cada día más injerencia en su gabinete a la oficialidad de la guerra”127, lo que da pie para que en 1936 el coronel David Toro Ruilova encabece una revolución nacionalista, a partir de su experiencia en el gabinete de Humberto Siles y de sus destacada participación en la guerra. Con esto también, como señala Carlos Mesa, los militares buscan “… evitar cualquier fiscalización de los civiles a su fracaso en la guerra y el giro hacia ideas nacionalistas que serían decisivas en la historia del

126

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

127

Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

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siglo XX”128, pues sentarían las bases que permitan que se geste el proceso revolucionario años más tarde. Esta intervención de los militares en el poder se define como un “socialismo militar”, aunque no exenta de varios conceptos fascistas muy en boga en Europa y América Latina por esos años129. Este gobierno buscó la justicia social a través de la creación de ministerios (del Trabajo y también de Previsión Social) y de legislación a favor de los sectores obreros. Esta serie de disposiciones fueron sistematizadas en la redacción de una nueva Constitución con marcado acento en lo social130. Además se nacionalizaron los hidrocarburos (la primera nacionalización de este tipo en América Latina), expulsando a la multinacional Standard Oil, y se dio un gran respaldo estatal y económico a la actividad minera. Todas estas acciones sumadas a la amplia legislación social, constituyó un “…salto importante en la lógica de una sociedad excluyente y elitaria en el manejo del poder”131. Este gobierno constituye un gran avance en lo que a disminuir las brechas de la desigualdad se refiere, abarcando varios aspectos al respecto. Sin embargo, es un gobierno efímero, ya que en Julio de 1937, es depuesto por el coronel Germán Busch Becerra, en lo que se ha definido como un movimiento político, apoyado por la oficialidad militar y por la ciudadanía según el historiador Félix Montilla132. Busch quien asume como presidente provisorio, al año siguiente, en

128

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

129

Ídem.

130

Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

131

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

132

Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

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Mayo de 1938 es nombrado presidente constitucional y con ello cambiaron sus aspiraciones dentro del gobierno. Busch durante 1938 se declara dictador y con ello aplica un paquete de medidas destinadas a cambiar de forma drástica la situación del país en lo que a materia social se trata, creando un nuevo código del trabajo, nacionalizando el Banco Central y promulgando una nueva Constitución en el mes de Octubre de ese año, la cual tenia una “clara tendencia socialista”133, a través de una Convención Nacional, con lo cual son muy claras las señas para formar una sociedad integradora capaz de reducir las brechas de la desigualdad socio - económica. En torno al tema de los indígenas, el gobierno de Busch se preocupó de reconocer en la nueva Constitución algunas prerrogativas como el derecho a formas organizaciones campesinas o la obligación del Estado de fomentar la inclusión de los indígenas en la sociedad a través de la educación para ellos y para los campesinos, al igual como de los servicios de salud. A pesar de este reconocimiento formal a través de la Constitución, las extrañas circunstancias en que falleció Bush134 no dieron tiempo para que su implementación “posibilitara la inclusión de los pueblos indígenas en la estructura social, económica y política del Estado”135, sin embargo. este hecho es un cambio sustancial en la política estatal frente a los indígenas, fortaleciendo y legitimando hasta cierto punto, los movimientos reinvindicacionistas en que los indígenas van colocando sus demandas frente a la sociedad.

133

Ibidem.

134

Carlos Mesa señala que se suicida en su hogar, mientras Félix Montilla plantea que las circunstancias hasta el día de hoy son poco claras, sugiriendo la figura del asesinato. Véase: Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”. Y: Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”. 135

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 201.

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A la muerte de Busch asume de forma interina el general Carlos Quintanilla en 1939, quien convoca a elecciones asumiendo en Abril de 1940, el general Enrique Peñaranda, a quien le tocó gobernar en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, en que la presión norteamericana llevó a Bolivia a tomar partido por las fuerzas aliadas y a declarar la guerra a las potencias del eje a cambio de una serie de beneficios económicos, los cuales por cierto, necesitaba mucho el país. Hubo ciertas protestas desde el sector minero, pues los anteriores gobiernos militares habían obligado a “… tributar al Estado las ganancias de los excedentes de sus importaciones, situación que causó una serie de revueltas que fueron sofocadas con dureza por parte del Estado”136, principalmente por que Bolivia necesitaba de esos nuevos recursos, no así de inestabilidad social o política promovida básicamente por los grupos oligárquicos que controlaban todavía el sector minero. Sin embargo no se debe restar importancia a este hecho, ya que en 1942, una huelga en las minas de Patiño, uno de los más grandes empresarios de la plata en Bolivia, terminó convirtiéndose en una de las mayores masacres de la historia del país que involucre la presencia del ejército. Félix Montilla señala al respecto que “El saldo fue la muerte de por lo menos una veintena de trabajadores y medio centenar de heridos. Nunca se conocieron cifras oficiales”137. A partir de este tipo de acciones el Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR, comienza a tener cierta gravitación política al levantar su voz en contra de estas acciones. A fines de 1943, un sector de los militares que habían conformado una logia, básicamente compuesta por jóvenes oficiales, denominada Razón de Patria entra en contacto con el recientemente conformado Movimiento Nacionalista Revolucionario, que como se ha señalado, desde el momento de su conformación, el contexto le permitió ir ganando notoriedad rápidamente, para 136

Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

137

Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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derrocar al presidente Peñaranda, con lo cual se hace en el poder Gualberto Villarroel. Este, sigue con la línea de sus antecesores Toro y Busch, de contrarrestar el discurso norteamericano, a partir de que Bolivia, tenía muchas licencias con las fuerzas del Eje. Durante este período destaca de sobremanera la figura de Víctor Paz Estenssoro, en aquél entonces, ministro del área de economía del gobierno de Villarroel. También se debe destacar que en este período se crea la Federación de Mineros durante 1944 y un año más tarde, se lleva a cabo, el Primer Congreso Indígena, cuya medida más importante fue la abolición del “pongueaje”, situación la cual consistía en un “…régimen de explotación de los campesinos que vivían en haciendas y eran usados gratuitamente por los hacendados”138. Como se ve, durante el período se fue tratando de mejorar sistemáticamente, la situación de los indígenas y de los mineros, componentes esenciales de la sociedad boliviana y que estaban cobrando gran relevancia política a partir del surgimiento de nuevos partidos y de las políticas de estos gobiernos militares, lo que no dejó exento al país de ciertas tensiones políticas a partir de estas nuevas fuerzas políticas y como integrarían a la nueva arena política de Bolivia. Este contexto comenzó a motivar el resquemor en contra del gobierno de las fuerzas políticas de derecha y de otros sectores opositores. Ante notorios gestos de opositores, el gobierno comenzó con una dura represión, incluyendo asesinatos selectivos, lo cual se tradujo en una serie de acciones de protesta en contra del gobierno, dentro de las cuales, la derecha en alianza con el Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR), una alianza peculiar en palabras de Mesa Gisbert, crea el escenario para que una turba invada el palacio de gobierno, asesinando al presidente Villarroel, de forma brutal, ya que lanzaron su cadáver

138

Ibidem.

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a la plaza en donde fue colgado en un poste, siendo a juicio de Mesa Gisbert, el “…episodio más terrible en la historia de los presidentes de Bolivia”139. Con el fin de restablecer el orden, asume una junta civil a cargo de Néstor Guillén y luego de Tomás Monje Gutiérrez, representantes de la Corte Suprema, este último a solicitud de los propios revolucionarios que habían derrocado a Villarroel. Estos fueron dos gobiernos momentáneos, pues rápidamente se llamó a elecciones donde resultó victorioso Enrique Hertzog por estrecho margen. Hertzog era uno de los últimos intentos de que los sectores tradicionales retomaran el poder luego de las convulsiones de fines de la década de 1920 y durante toda la década de 1930. Sin embargo Hertzog gobernó bajo un contexto de suma inestabilidad, pues le tocó enfrentar una serie de protestas obreras, mineras y un levantamiento indígena durante 1947, además de una serie de problemáticas en el ámbito de la economía a partir de una crisis inflacionaria que lo llevó a decretar el estado de sitio en dos oportunidades para acallar el clamor social con respecto a esta situación. Este contexto hizo que el gobierno tuviese constantes cambios ministeriales, además de que no pudo llevar a cabo las grandes obras públicas a las cuales se había comprometido durante su campaña, lo que produjo una gran presión política por lo que tuvo que renunciar a su cargo, asumiendo su vicepresidente, Mamerto Urriolagoitia, el cual decretó una serie de medidas económicas impopulares, las cuales canalizó su oposición, sobre todo el MNR, a través de huelgas, paros y protestas, lo que hizo a Urriolagoitia, actuar con violencia en contra de este partido, el cual ya buscaba una revolución. Durante 1949, se produce una gran huelga general del sector minero el que es duramente reprimido por Urriolagoitia, ganándose el repudio general del pueblo.

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Ibidem.

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A esto se debe sumar que el “… MNR se sublevó en todo el país y llegó a organizar gobierno en Santa Cruz. La llamada guerra civil demandó una acción violenta del ejecutivo que llegó a bombardear por aire Santa Cruz y Cochabamba”140, lo cual agudiza aún más la situación de inestabilidad en que se encontraba el gobierno y la polarización del país. Bajo este contexto se llevan a cabo las elecciones de 1951, las que enfrentaban el nuevo referente social, el MNR, contra las fuerzas políticas tradicionales, las que buscaban su última posibilidad de retomar el control de un país que se les escapaba de las manos. En estas elecciones gana el MNR a través de Víctor Paz Estenssoro como presidente, en ese entonces exiliado en Argentina, junto a Hernán Siles Zuazo como vicepresidente, frente a la candidatura de Gabriel Gosalvez, representando a los partidos tradicionales. Urriolagoitia se resiste a este resultado optando por un auto golpe, en el cual renuncia y deja en su reemplazo a una Junta Militar a cargo del general Hugo Ballivián Rojas. El MNR por su parte comenzó a ver como poder tomar el poder que legítimamente había alcanzado por la vía popular, por lo cual intenta un golpe de Estado con la ayuda del ministro de gobierno de Ballivián, Antonio Seleme, golpe el cual se convierte rápidamente en una gran convulsión social generalizada. De esta forma se producen fuertes enfrenamientos durante el mes de Abril de 1952, en que muchos sectores de la ciudadanía, con apoyo de las fuerzas de orden se enfrentan contra el ejército. El proceso estuvo encabezado por Hernán Siles Zuazo, hasta que arriba al país el presidente electo, Víctor Paz Estenssoro y con él, se da inicio a la revolución bajo la dirección del MNR.

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Ibidem.

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Lo importante de este período es la serie de cambios en las concepciones que se tiene del país y en la aparición de los nuevos actores sociales y de su posibilidad de plantear sus temas dentro del debate nacional. Martin Cortés señala al respecto que con el “…socialismo militar, el pueblo fue por primera vez interlocutor de los dirigentes políticos estatales y la fuerza de las organizaciones indígenas fue cada vez mayor”141, lo que preparó el escenario propicio para una revolución exitosa, y con ello, el fin del Estado en manos de la elite tradicional.

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Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 10.

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2.2. La Revolución de 1952 Durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro se realizaron una serie de medidas que buscaban el logro de una igualdad social, que había sido buscaba, sin mayor éxito, por algunos gobiernos militares durante la década de 1930. Durante este período se siguió nacionalizando el sector minero, se llevó a cabo la esperada reforma agraria, además de una reforma educativa y el establecimiento del voto universal. La importancia del gobierno de Víctor Paz Estenssoro según Félix Montilla es que “Su gobierno marcó un hito dentro de la historia nacional de Bolivia, ya que la catapultó a un lugar privilegiado dentro de Sudamérica, además trajo prosperidad a los pueblos del interior de Bolivia, los que lograron salir de su largo retardo”142, siendo a partir de este que comienza verdaderamente un proyecto de modernización inclusivo, el cual llegará hasta la década de 1960, con la nueva intervención de los militares en la conducción del país. Durante 1956 se realizaron las elecciones para elegir al sucesor de Víctor Paz Estenssoro, siendo electro su vicepresidente Siles Zuazo. De esta elección es importante destacar que por primera vez se llevaron a cabo elecciones bajo al existencia del voto universal, lo que explica la abrumadora mayoría con que Siles Zuazo sale electo, un 82%, a pesar de la grave crisis económica que enfrentaba el país, lo que se explicaría por que muchas de las medidas adoptadas bajo la administración de Paz Estenssoro fueron en beneficio directo de los indígenas, en un contexto en donde Siles Zuazo representaba la continuidad de estas medidas. La meta del gobierno de Siles Zuazo era estabilizar la política monetaria del país con el objetivo de comenzar a regularizar la actividad económica azotada por 142

Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

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una devaluación que a fines del período del gobierno anterior llegaba a un 900%. Para ello se contrató a un asesor estadounidense llamado Jackson Eder, lo que fue duramente resistido por los sectores más izquierdistas del MNR, sin embargo se impone la decisión del presidente y el plan económico elaborado por el asesor termina teniendo éxito. Bajo el gobierno de Siles Zuazo además, se desarrolló un código de seguridad social y una ley de cooperativas tendientes a mejorar fundamentalmente ciertos problemas socio – económicos en el rubro agrícola. A pesar de los buenos resultados del gobierno de Siles Zuazo, las medidas para estabilizar económica el país comenzaron a fracturar a nivel interno al MNR, lo que queda de manifiesto para la nueva elección presidencial de 1960. Para tratar de obtener consenso dentro de las fuerzas del MNR se presenta nuevamente Paz Estenssoro quien logra la primera mayoría, “postergando las aspiraciones de Wálter Guevara, quien rompió con su partido y creó el Partido Revolucionario Auténtico, presentándose a elecciones”143. Bajo el nuevo período de Paz Estenssoro, la principal meta fue institucionalizar la revolución para consolidar sus logros, a modo del caso mexicano, para lo cual se redactó la nueva Constitución de 1961, la cual reconoce la nacionalización de la minería, el voto universal, la legalización de las milicias civiles, además de posibilitar la reelección en la primera magistratura de gobierno. La legalidad de esta nueva Constitución estuvo en entredicho en un principio “… debido a que no había sido sancionada por una Convención Constituyente… ”144, sin embargo no se dudó en ningún momento su puesta en práctica.

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Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

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Paz Estenssoro siguió con el plan económico iniciado por su antecesor, el cual es apoyado por los Estados Unidos hasta 1972, siendo decisivo para el país ya que “Desde que en 1953 comenzó como donaciones, hasta los créditos de los sesenta, la ayuda convirtió a Bolivia en altamente dependiente, al punto que el tesoro vivía de esos créditos incluso para poder pagar salarios de la administración pública”145. Además siguió con una serie de medidas para el mejoramiento de la calidad de vida de la población en Bolivia, como el decreto de la vivienda social, el “Plan Decenal” para mejorar las condiciones del interior del país, pues buscaba el desarrollo del país por medio de la lucha en contra de la pobreza, o legislación para proteger los derechos laborales de los trabajadores, sin embargo estas medidas no fueron suficientes para que el sector minero se sintiera tranquilo, ya que comenzó nuevamente con huelgas y movilizaciones. Al fin de su mandato en 1964, Paz Estenssoro intenta valerse de la nueva Constitución para gobernar por un período más a través de la figura de la reelección, a partir de su idea de ser el quien desarrollara el “Plan Decenal”, provocando la división del MNR, y a enfrentarse duramente con sus camaradas Siles, Guevara y Lechín. Paz Estenssoro gana la elección como candidato único, con el general René Barrientos como su vicepresidente, quien lo derroca 3 meses después por medio de una gran revuelta nacional, la cual lo destierra, posibilitando el ascenso de las fuerzas armadas al poder político del país. Esta revuelta encabezada por Barrientos, es secundada por el general Alfredo Ovando, además de contar con el apoyo del sector opositor de la gestión de Paz Estenssoro dentro del MNR y algunos sectores de la clase media, la cual veía como los sectores populares disfrutaban de una serie de beneficios y regalías, sintiéndose postergados. Este derrocamiento se explicaría según Carlos Mesa debido a “Demasiados años de gobierno, altos niveles de corrupción y un cierto

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Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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distanciamiento con obreros y mineros…”146 los cuales terminaron por desilusionar a ciertos sectores de la población y del mismo MNR, lo que culminó con el fin del gobierno.

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Ibidem.

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2.2.1. Las Reformas de la Revolución de 1952 El gobierno revolucionario realizó una serie de medidas con la finalidad de buscar la igualdad social en Bolivia y con ellas cambiar el modelo de desarrollo que llevaba el país hasta ese momento. Dentro de sus principales reformas en el ámbito económico, destaca la nacionalización de la minería siendo uno de sus objetivos principales, el estaño, mineral el cual estaba dominado por 3 grandes empresarios de ese mineral, pues consideraba “… que solo un estado fuerte, dueño de sus recursos naturales y de sus empresas de producción, podría desarrollar el país”147 para lo cual el 31 de Octubre se decreta la nacionalización de las minas de estaño, lo que se traduce en que un 80% de los ingresos de las exportaciones y de los recursos del subsuelo ahora pasen a manos del Estado. Para consolidar esta situación se crea una empresa minera estatal, COMIBOL, despidiendo y contratando nuevamente a todos los mineros, lo que constituye un fuerte egreso de las arcas del Estado. Siguiendo en el plano económico, se buscó la diversificación económica del país, para lo cual se invirtió en infraestructura como vías de comunicación, telecomunicación y oleoductos para poder impulsar el crecimiento del oriente gracias a la producción y exportación de hidrocarburos y petróleo. Estos elementos periten fortalecer las zonas de oriente y con ello, las ansias de poder de su elite frente a la elite occidental. Dentro del plano socio – económico, una de las medidas de mayor importancia, fue la reforma agraria, la cual se decreta en el mes de Agosto de 1953. Ella buscaba devolver las tierras expropiadas durante años, a los campesinos, gran parte de ellos indígenas, con lo cual se logra reincorporar a la economía del país

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Ibidem.

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a cerca de 2 millones de bolivianos, hasta ese entonces excluidos o en posición de suma debilidad, situación que a su vez, tuvo innegables consecuencias sociales y políticas y que permiten al MNR ganarse el favor de los sectores populares. En otra medida de corte social se puede ubicar la reforma educacional, la cual comienza en 1955 con la promulgación de un nuevo código educativo. La educación de esta forma se hace universal y obligatoria, apuntando especialmente a las zonas rurales hasta entonces muy relegadas del acceso a la educación, lo que a su vez marca, “… un giro fundamental que universalizó un derecho esencial que había estado restringido y planteado discriminatoriamente a partir de la idea de una educación especial para los indígenas”148, lo que fomentaba las fracciones étnicas haciendo más difícil la construcción d un sentimiento nacional. Esta situación es relevante, ya que para optar de muchos beneficios que entregaba el gobierno revolucionario se necesitaba de cierto conocimiento, por lo que la propuesta educativa sostenía muchas de las otras medidas, además de ser un avance en lo que a la reducción de la brecha social y cultural se refiere. En el plano político una de las medidas más importantes fue la declaración del voto universal durante Julio de 1952, siendo una de las primeras acciones del gobierno de Víctor Paz Estenssoro. De esta forma se terminaba con una democracia muy excluyente, construida básicamente para obedecer a los intereses de la elite, pues a partir de este momento se incluye a las mujeres, a los analfabetos y tienen derecho de se elegidos todos los ciudadanos que cumplan solamente con la mayoría de edad, con lo cual de un número aproximado de 130.000 votantes se pasa a cerca de 1 millón en 1956, cuando por primera vez se realiza una elección con este decreto en vigor.

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Ibidem.

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Además hubo un notable impulso a la actividad sindical con la creación de la Central Obrera Boliviana en 1952, además de la creación de milicias mineras y campesinas para consolidar el movimiento revolucionario, junto con una reestructuración del ejército, sin embargo muchas de estas medidas tenían un objetivo oculto, el de comenzar a cooptar a estos grupos en beneficio de la consolidación de la revolución y del MNR a la cabeza de esta, siendo uno de los elementos más claros al respecto, el proceso de sindicalización bajo el amparo del Estado. Sin embargo el desarrollo de esta serie de medidas trajo consigo un gran proceso inflacionario no permitiendo que la economía diese el despegue esperado a través de las reformas implementadas. La moneda del país llegó a devaluarse en un 900% en el primer período del gobierno del MNR, lo que llevó a ciertos grupos opositores, como el FSB, Falange Socialista Boliviana, fundada en Chile, a conspirar en contra del gobierno, al igual que algunos sectores del partido de gobierno, lo que condujo al gobierno a llevar a cabo una serie de duras medidas represivas entre las que se encuentra la apertura de campos de prisioneros, con el consecuente costo de pérdida de popularidad que ello implica. Sin embargo, como señala José Rivera no todas estas medidas fueron exitosas para los sectores populares, especialmente los grupos indígenas, ya que “Lamentablemente, una vez más, luego de obtenido el triunfo de la revolución nacional, el movimiento reivindicatorio de los pueblos indígenas quedó desnaturalizado por la apropiación del proceso por un partido político, el Movimiento Nacionalista Revolucionario”149. La Revolución de 1952, a pesar de sus innegables avances, no tuvo los grandes resultados de cambio radical que se esperaban de ella y que eran la esperanza de los sectores populares del país. La relación de los indígenas con el Estado siguió siendo complicada, ya que más que 149

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 202 - 203.

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democratizar el país, se le intento cooptar, no logrando finalmente que los indígenas se incorporaran de forma real a las estructurales de participación, sociales, políticas y económicas, bajo los términos de autonomía y respeto por sus territorios, costumbres e identidad como ellos esperaban, lo que se agudizará con la llegada de los gobiernos militares a partir de la década del ’60.

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2.3. De los Gobiernos Militares al Retorno de la Democracia El derrocamiento de Paz Estenssoro por medio del movimiento popular encabezado por los militares, dejo a su organizador, el general René Barrientos en el poder, hasta entonces vicepresidente de la gestión del propio Paz Estenssoro. Eran tiempos en que América Latina en general era escenario de una guerra fría en la cual las fuerzas de marxistas buscaban llegar al poder, mientras Estados Unidos, por medio de la intervención política y económica a través de instancias como la Alianza Para el Progreso, bajo el gobierno de Kennedy o más tarde la Doctrina de Seguridad Nacional intentaban bloquear cualquier posibilidad de que el marxismo siguiera penetrando en la región. El general René Barrientos, hasta 1965 gobernó con la figura de una Junta Militar bajo su cargo, en ese mismo año instaura la figura de la co – presidencia la que deja en manos del general Alfredo Ovando, aliado en el derrocamiento de Paz Estenssoro. Ambos a la cabeza del gobierno tuvieron una severa estrategia frente al movimiento obrero, disponiendo de rebajas y congelamiento de sueldos y de la prohibición de huelga o manifestaciones entre otras medidas con el afán de lograr la estabilidad y la desmovilización del país. Sin embargo y por otro lado, también creó un Pacto Campesino – Militar aprovechando la amplia penetración del MNR en las zonas rurales, con la finalidad de ganar este respaldo popular para su gestión aprovechando las estructuras generadas por el partido de la revolución. En 1966, se convoca a elecciones donde Barrientos renuncia para postular nuevamente, dejando sólo a Ovando en el poder. En este intertanto, Ovando comisiona a una empresa alemana la fundición del estaño, lo que significa un gran paso, ya que hasta ese momento, el país dependía de fundiciones en el extranjero para refinar el mineral, logrando cierta independencia al respecto. En Julio del mismo año se producen las elecciones ganando Barrientos, asumiendo

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de esta forma la presidencia de manera constitucional. En este nuevo período, se lleva a cabo un Pacto Militar – Indígena – campesino, con el objetivo de “… acercar al gobierno a las necesidades de los más pobres”150, con lo que se pretende ganar el apoyo popular, aunque era otra forma de cooptación de los movimientos populares, a los cuales se quería poner bajo la mirada y conducción del Estado. El gobierno con el objetivo de afianzar la legitimidad de la Constitución anterior, convoca a una nueva Asamblea Constituyente en 1966, para dictar una nueva Constitución, ratificando las disposiciones de la decretada en 1961, pero eliminando la figura de la reelección y de las milicias populares. Además se crea una ley de seguridad del Estado la que se concretiza con la conformación de un unidad especializada para aplicarla. En ese mismo año de 1966, arriba al país el guerrillero Ernesto Che Guevara con un pequeño contingente en la región de Santa Cruz. En la zona se enfrenta en varias oportunidades con el ejército, por lo que intervienen las fuerzas especiales estadounidenses. En el mes de Octubre de 1967, Che Guevara es asesinado por orden directa del presidente y de la alta comandancia del ejército. En 1969, el presidente Barrientos muere a causa de un accidente área, siendo reemplazado constitucionalmente por el vicepresidente Luis Adolfo Siles Salinas. Siles Salinas, “… llegó al mando sin poder real y bajo la presión militar jefaturizada por Ovando”151, por lo que le quedó muy poco margen de acción, precipitándose su caída ese mismo año de la mano de Ovando, quien creó un gabinete compuesto por jóvenes intelectuales de izquierda y militares.

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Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

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Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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Una de las medidas más importantes del nuevo gobierno fue la nacionalización de los campos gasíferos, lo que le permitió en 1971, hacerse de un contrato de venta de gas a Argentina. Con el objetivo de ampliar el negocio minero, estableció relaciones con la URSS y otros países socialistas. A pesar de ello el gobierno tuvo que combatir una serie de movimientos guerrilleros, los que crearon una crisis política a la que se puso fin con un levantamiento militar encabezado por los generales Efraín Guachalla, Fernando Sattori y Alberto Albarracín, el cual dejó la presidencia al general Juan José Torres González, gobierno breve y débil que intento mantener la línea constitucional en momentos de una creciente polarización política y ataques de los sectores de la izquierda radical, por lo que termina siendo víctima de un nuevo y rápido golpe militar, el que establece como presidente a Hugo Banzer Suárez. Cabe señalar que bajo el breve gobierno de Juan José Torres González en 1971, se crea el Partido Socialista y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, MIR, partido el cual se opondría a la gestión de Banzer y más tarde sería protagonista principal en la reconstrucción de un sistema democrático en Bolivia durante la década de los 1980. Banzer una vez en el poder, procuró la búsqueda de apoyo para respaldar su gestión, logrando el apoyo de la parte del MNR que se quedó con Paz Estenssoro (que conservó el nombre original del partido, ya que la otra facción se denominó como MNRI, Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda, encabezado por Siles Suazo) y el FSB, Falange Socialista Boliviana. Con el apoyo de estos dos partidos, de los más grandes de Bolivia en aquél entonces, Banzer impone mano dura, también respaldado por la elite, fundamentalmente la de Santa Cruz, a quienes participaban en acciones subversivas, declarando ilegales a los partidos de izquierda, prohibiendo la actividad política en las universidades y cerrando otras, además de prohibir el funcionamiento de la COB y de la actividad sindical,

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a lo que debe sumarse el exilio de sus detractores, principalmente a Argentina y Brasil, imbuido fuertemente por las corrientes anti marxistas de la época. El apoyo de estos partidos a Banzer es hasta 1974, año en el cual Banzer rompe relaciones con ellos, excluyéndolos del gobierno y dejando como apoyo a su gestión, tan solo a las fuerzas armadas y parte de la elite del país, con lo que muchos de los avances en materia de democratización de la sociedad de década anteriores pierden vigencia. Su gestión económica fue estatista y desarrollista, la cual se ayudó de los altos precios de los minerales y demás materias primas en esos años, aunque el proteccionismo fue limitado, ya que dio espacio a las inversiones extranjeras que comenzaron a asentarse a su llegada al poder, a lo que debe sumarse la creciente apertura de créditos internacionales a partir de esta apertura, lo que permitió un alta inversión pública orientada a seguir mejorando las vías de comunicación y transporte. A pesar de ello y fundamentalmente por lo duro y represivo de su gestión, el gobierno comenzó a ser presionado tanto interna como externamente (básicamente a partir de la violación a los derechos humanos) por lo cual en 1977 convoca a elecciones, las cuales ganó en general Juan Pereda derrotando a la coalición de izquierda encabezada por Siles Suazo, pero al comprobarse que el triunfo se debe a un fraude, la elección se anula, por lo que Pereda reacciona de forma violenta y derroca a Banzer en 1978. Esta situación enardeció el clima político pues se esperaba “… una salida "democrática" por lo que el general Pereda Asbún fue derrocado por una nueva figura política”152, el general David Padilla, quien convoca a elecciones para Junio de 1979.

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Op. Cit. MONTILLA ZAVALÍA, FÉLIX ALBERTO. “Breve Historia de Bolivia Ilustrada”.

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En estos años se produjeron ciertas tensiones entre los militares y los sectores conservadores del país a partir de cierta apertura democrática que manifestaron los militares. La facción de la ciudadanía que estaba en contra de los gobiernos militares fue el respaldo que recibió la Unidad Democrática y Popular, UDP, coalición formada por el MNR, MIR y el Partido Comunista. El MNR siguió su rumbo, mientras Banzer creo la Acción Democrática Nacionalista, ADN, uniendo su fuerza respaldada por lo militares con los sectores derechistas de la elite. En las elecciones de 1979 ninguno de los candidatos a la presidencia obtiene la mayoría necesaria para salir electo ni en las urnas ni en el Congreso, por lo que se recurrió a un acuerdo político para nombrar por el período de un año a un presidente interino, siendo nombrado Wálter Guevara Arce, quien sólo estuvo algunas semanas en el poder, sin embargo en ese breve período se realizó en La Paz una cumbre de la OEA en la que se pusieron sobre la mesa las demandas de Bolivia contra Chile por el tema marítimo, lo que fue bien recibido por la comunidad americana, sin embargo estos esfuerzos se desbaratan a partir del golpe de Natusch, apoyado por el MNR y MNRI, durando tan sólo 16 días en el poder y dejando un alto número de muertos y heridos a partir del conflicto socio – político desatado en las calles. En este contexto, Natusch es rápidamente depuesto asumiendo Lidia Gueiler, primera mujer presidente de Bolivia, titular de la Cámara de Diputados, cuyo objetivo era convocar a nuevas elecciones. En Julio de 1980 se llevan a cabo las nuevas elecciones en donde resulta victorioso Hernán Siles Zuazo, alcanzado una mayoría relativa que tenía que ser definida por el Congreso, en ese intertanto estalla una nueva revolución en la que se toma el poder el general Luis García Meza, gobierno que estuvo marcado por “… graves hechos de corrupción que empeoraron la imagen internacional de Bolivia y empobrecieron al pueblo”153, lo que sumado a la violencia de agentes

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Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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del Estado contra opositores, hicieron insostenible este gobierno, siendo derrocado por otra sublevación de tipo militar, encabezada por los mismo militares que lo llevaron al poder. Esta nueva insurrección militar del mes de Agosto de 1981 fue apoyada por parte de la población, lo que permitió que se instaurara una nueva junta militar, la cual estaba integrada los tres comandantes en jefe de las fuerzas armadas. En el mes de Septiembre asume la presidencia el general y comandante en jefe del ejército Celso Torrelio Villa, el cual no pudo superar ni la crisis política ni económica que se producía en Bolivia, lo que sumado a la presión del mismo ejército, hizo que se nombrara a otro militar como presidente, cargo que recae en la persona de Guido Vildoso Calderón en el mes de Julio de 1982. Vildoso Calderón, debido a la convulsión no supo ofrecer soluciones a la crisis económica, política y social que vivía el país, por lo que optó por convocar al parlamento para que nombrara como presidente a Hernán Siles Zuazo y como vicepresidente a Jaime Paz Zamora en Octubre de 1982. Como el prestigio de los militares estaba por los suelos producto de la mala conducción política, social y económica debido a los constantes derrocamientos de gobierno, el Congreso aprueba esta solución. El gobierno de Hernán Siles Zuazo bajo la bandera de la UDP, a pesar de desarrollar ciertas políticas públicas no pudo lidiar con la compleja situación económica del país a la que habían llevado los sucesivos gobiernos militares, lo que se veía agravada por la alta movilización de la COB. Además su gobierno era minoría en el Congreso, ante la férrea oposición del MNR y ADN, además de la decisión del MIR de abandonar el gobierno. En este contexto se produjeron dos intentos de golpe de Estado que finalmente fracasaron, pero que sumado al complejo escenario que enfrentaba el gobierno lo hicieron renunciar en Agosto

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de 1985, luego de haber convocado a elecciones previo acuerdo con la COB y las fuerzas opositoras. En estas elecciones de 1985 gana Hugo Banzer por mayoría relativa a Paz Estenssoro quien obtiene el segundo lugar, por lo que el Congreso debía elegir al nuevo presidente de Bolivia. Este en una medida sorpresiva no ratificó a Banzer y elige a Paz Estenssoro, siendo la primera vez que eso sucedía en Bolivia, pues siempre el Congreso había optado por elegir a la primera mayoría. La primera prioridad del gobierno de Paz Estenssoro fue realizar las medidas que se pensaron necesarias para frenar el insostenible crecimiento de los problemas económicos del país. Estas medidas fueron ejecutadas por un equipo económico encabezado por Gonzalo Sánchez de Lozada, entre las cuales destacan “…una reducción del déficit fiscal mediante el congelamiento salarial y un aumento radical del precio de la gasolina (que cubrió en casi un 50 % los ingresos del tesoro por varios años), el cambio real y flexible del dólar a partir del mecanismo del bolsín, una subasta diaria de dólares en función de oferta y demanda, libre contratación, reducción de personal del estado, liberalización total del mercado y reforma tributaria”154, medidas que fueron duramente resistida por la COB, la cual a su vez recibió un duro trato de parte del gobierno, incluyendo el decreto del estado de sitio y relegaciones, para mermar su oposición. Debido al contexto, el gobierno de Paz Estenssoro, para desarrollar sus políticas, tuvo que pactar con las fuerzas de Banzer a modo de obtener la mayoría necesaria en el Congreso para poder legislar, lo cual rindió sus frutos pues se pudo estabilizar en gran medida la economía del país. Este pacto se denominó Alianza por la Democracia y permitió regularizar la agitación no sólo económica

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Op. Cit. MESA GISBERT, CARLOS. “Época Republicana (1900-2000)”.

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del país, sino con ello la social y política, situación que se analiza en el próximo capítulo de esta investigación. Es importante destacar que en 1987 se realizan elecciones municipales, las cuales no se llevaban a cabo desde la Revolución de 1952, las cuales resultaban claves para otorgar mayor poder de decisión al ciudadano, mostrando de forma efectiva que había una democratización cierta en Bolivia, el problema era ahora como mejorar la calidad de esa democracia problema tradicional en América Latina, luego de largos período de autoritarismo militar. El gobierno de Paz Estenssoro concluye en 1989 con el triunfo de Gonzalo Sánchez de Lozada, candidato del MNR, quien vence por estrecho margen a Hugo Banzer. Como la situación se tenía que resolver en el congreso, Gonzalo Sánchez de Lozada no pudo convertirse en presidente, ya que de forma sorpresiva, Banzer llega a un acuerdo con Jaime Paz Zamora, candidato del MIR, uno de los partidos que se opusieron con mayor fuerza al mandato de Banzer, con lo cual Paz Zamora es elegido presidente, con tan sólo el 19% de las votaciones que le significaron el tercer lugar en esa elección, dando prueba de un problema bastante típico para Bolivia en esta época, la legitimidad social de los gobiernos, debido a que son electos con porcentajes que suelen no superar el 25%, lo que les da una fragilidad política, dado que esos porcentajes Selene ser similares en el Congreso, por lo que se hacen necesarios los pactos y alianzas políticas, muchas veces, con el enjuiciamiento que la sociedad hace de ellos.

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3. LOS PROBLEMAS Como se ha señalado anteriormente se puede dividir el período en estudio dentro de este capítulo en dos grandes momentos, el primero de ellos entre la década de 1930 hasta la Revolución de 1952 y el segundo desde la década de 1950 hasta la llegada de la “democracia pactada” de 1985, siendo ciertas problemáticas, además del punto de inflexión que constituye la Revolución de 1952, el que le da contenido a cada uno de estos dos períodos. En el primer período, de la década del ’30 al ’50, se abordan los problemas referidos al desgaste de la elite tradicional y a los cambios que se producen en Bolivia a partir de las consecuencias de la Guerra del Chaco contra Paraguay, siendo los más importantes, cierta apertura social a partir de la intervención de los militares, creándose las condiciones para la posterior Revolución de 1952. En el segundo período que va desde la década del ’50, hasta la década de los ’80, se comienza con la Revolución de 1952 y sus consecuencias, principalmente desde la perspectiva del indígena, de la cooperación de los movimientos sociales que hace el gobierno revolucionario y posteriormente los militares, siendo claves, temas como la construcción de identidad indígena bajo el idea de mestizo, la institucionalización y cooptación de parte del Estado de los movimientos sociales y el surgimiento de nuevas fragmentaciones, esta vez a nivel de elite, desde la perspectiva regional por la competencia en el poder. Estos temas son abordados hasta la transición a la democracia y los pactos de 1985 que pretender llevar estabilidad y gobernabilidad a Bolivia luego de los problemas ocasionados en el tránsito hacia la democracia.

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3.1. Los Problemas de la Década de 1930 a 1950 El primer período que aquí se abarca, va desde la década de 1930 hasta la Revolución de 1952, el cual es un período en que se pasa del conflicto, analizado en el capítulo anterior, al encuentro a partir de la Guerra del Chaco, encuentro el cual no está librado de ciertos problemas heredados del siglo XIX. El período de la Guerra del Chaco fue un momento en el cual los indígenas de Bolivia en particular y los sectores más bajos de la sociedad en general, vivieron dos escenarios: por un lado su uso para formar parte del ejército de manera forzada y vulnerando sus derechos y por otro, el reconocimiento como bolivianos, aunque en relativa igualdad de condiciones si se compara con los sectores altos de la sociedad, principalmente por el tema del político, pues los grupos sociales subalternos, en su mayoría no contaban con derechos políticos que permitieran influir en la toma de decisiones del país. El conflicto bélico que enfrentó a Bolivia con Paraguay, hizo que el país altiplánico necesitara imperiosamente de soldados con los cuales poder combatir, siendo el sector indígena y campesino el que tuvo que pasar a las líneas de combate. Fuera del método de reclutamiento forzado al que se vieron sometidos los indígenas, es muy relevante contemplar las tradicionales desigualdades que se daban en la composición del ejército como señala Manuel Contreras, quien describe que “En el frente se reproducían las mismas divisiones y esquemas de explotación que en la vida cotidiana: los blancos eran oficiales, los cholos, sub oficiales y los soldados eran indígenas”155. Estas diferencias que obedecían a las características propias de la época en Bolivia se contrarrestan con ciertas nuevas miradas hacia los indígenas, pues esta vez estaban peleando por Bolivia, lo que comenzó a generarles ciertas nociones de tipo simbólica, como la patria y la identidad nacional, sin embargo, faltaba todavía la expresión 155

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 41.

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de estos avances dentro de la realidad país a través de medidas concretas en contra de la desigualdad y la exclusión. Sin embargo, la parte del país que no veía la guerra de cerca, comenzó a vivir una serie efectos derivados de la lucha que se estaba dando en la zona del Chaco, ya que mientras una parte del país luchaba contra Paraguay, la otra parte de Bolivia seguía su típica lucha, esta vez de forma mucho más frontal debido al contexto bélico. Es así como en este período hubo una serie de levantamientos y movilizaciones indígenas y campesinas, siendo estás últimas las más importantes, las que se provocaron fundamentalmente producto de “… los intentos de los hacendados por usurpar tierras comunales y generando de nuevo un miedo profundo en las sociedades no indígenas”156, puesto que esta acción se cometió en su mayoría en contra de los campesinos mestizos del país debido a que ya le quedaban muy pocas tierras a los indígenas, las cuales habían sido tomadas por los latifundistas de la elite a través del siglo XIX y lo que se llevaba del siglo XX, situación la cual hizo que le ejército tuviera que atender muchas veces este frente interno de conflicto mientras batallaba en contra de Paraguay. Por otro lado la guerra también trajo consigo una crisis en el ámbito agrario y no tan sólo por la escasez de mano de obra indígena obvia, pues el indígena se encontraba en las trincheras, sino también por que la caída de la moneda en estos años provocó que no se pudieran mantener los sueldos de los obreros extranjeros, especialmente de los mineros, por los cuales estos puestos de trabajo se tuvieron que ocupar con indígenas. Esto tiene una repercusión política importante, ya que con esta situación, el “…minero se convirtió en productor que ayudaba al país y al Estado, transformándose a la vez en una fuerza política importante, a la cual trataron de controlar los partidos de izquierda”157. Esta 156

Ibidem. Página 41.

157

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”. Página 195 - 196.

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situación se debe ver a la luz de que la minería constituía por estos años el rubro que más ingresos económicos entregaba al país por lo que el sector minero era muy poderoso y el Estado no podía permitir las movilizaciones y paralizaciones de este sector, sin embargo las condiciones de vida de los obreros de la minería no eran las mejores por lo cual fueron, sobre todo desde la perspectiva sindical, un nicho muy importante para los partidos y movimientos de izquierda que comienzan a aparecer a fines de la década de 1920. La actividad sindical, dio ciertas herramientas políticas sobre todo al indígena de las cuales carecía en esos momentos, además de una cierta conciencia ideológica sobre la cual poder expresar sus demandas relacionadas con la postergación a través de la exclusión de la cual era víctima por parte del Estado. Además y de forma puntual, la falta de mano de obra en los distintos sectores económicos, sobre todo del sector agro – ganadero y del minero, repercutió en que muchos puestos de trabajo comenzaran a ser ocupados por la mano de obra femenina, lo que trajo consigo el comienzo de la incorporación real y formal de la mujer al mundo del trabajo y con ello a participar de la vida del país, aunque tendrían que pasar varios años más, para su incorporación política y social dentro de Bolivia. Una vez finalizada la guerra no sólo hubo una serie de problemas económicos, políticos y sociales a partir de la derrota a manos de Paraguay, sino que también se vivió un profundo cuestionamiento en torno a la exclusión y desigualdad que vivían los indígenas y que habían salido a la luz para una buena parte de la sociedad boliviana a partir de la participación indígena en la guerra. Manuel Contreras

señala

que

los

temas

de

“…discriminación,

explotación

y

reivindicación fueron asumidos por los intelectuales, que, inspirados en el indigenismo peruano, sobre todo en José Carlos Mariátegui, empezaron a plantear alianzas entre sectores sociales como los obreros, mineros y

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campesinos”158. Al respecto cabe mencionar que desde distintas perspectivas, ya sean positivas o negativas con respecto al rol del indígena, el tema fue debate entre los intelectuales, emergiendo las voces de Alcides Arguedas y Franz Tamayo, en torno a la situación del indígena y su relación con el desarrollo del país, tomando posiciones tanto a favor como en contra del rol indígena en la sociedad boliviana. En estos círculos intelectuales comienza a nacer un discurso en torno a la nación y la revolución, los cuales según Manuel Contreras, son “…en parte en torno a la "liberación" del indio, que pasa por ejemplo por el acceso a la tierra. Pero la revolución y el proyecto nacional son integradores, homogeneizadores y finalmente, la misma revolución expurga de su vocabulario el término "indio"”159, ya que propone a nivel teórico una sociedad igualitaria sin diferencias étnicas a la hora de ser parte de la sociedad boliviana, desde una visión integradora en perspectiva histórica, lo que en momento de la Revolución se tradujo en el discurso del mestizo. Sin embargo los intelectuales no fueron los únicos en poner el tema, ya que también lo hizo la pequeña burguesía y los jóvenes oficiales del ejército que participaron en la guerra, quienes querían “…formar un frente contra los viejos oficiales responsables de la derrota del Chaco, así como a la revalorización de las ideas e instituciones que habían resultado inoperantes durante la crisis de la guerra”160, muchos de los cuales pasaron a comulgar con las ideas izquierdistas las cuales daban cabida en parte al ideal nacionalista de muchos de estos nuevos actores, situación que habría de culminar con la Revolución de 1952. 158

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 41. 159

Ídem. Página 41.

160

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”. Página 196 - 197.

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La izquierda que había llegado a Bolivia desde fines de la década de 1920, comenzó a propagarse y por ende a subdividirse en distintas líneas. Esto se ejemplifica por ejemplo bajo el gobierno de Villarroel el cual se preocupó del tema indígena, llevándose por ejemplo bajo su gestión, el Primer Congreso Nacional Indígena, en el cual como se ha visto anteriormente, se pone el acento en el tema de la educación como motor de desarrollo para los sectores indígenas así como la abolición del pongueaje, meta la cual sin embargo presentó una serie de problemáticas para su implementación. Junto con ello, uno de los resultados más importantes de este congreso fueron las instrucciones del gobierno para que se respetaran los derechos, ahora constitucionales, de los indígenas a lo largo de todo el país, como por ejemplo su tránsito libre o su derecho de reunión y asociación, situación que sin embargo costó bastante también de lograr, pues se trataba de cambiar una pauta de comportamiento histórico arraigada durante años en el país. Por ello el Estado siguió insistiendo en el tema, pues debía lograr la penetración del cambio de mentalidad con respecto al tema del indígena a nivel país. Para ello desarrolló una serie de medidas como por ejemplo la creación del Instituto Indigenista Boliviano durante 1949, en momentos en que el indígena seguía luchando por su reconocimiento de forma particular a través de una serie de movimientos y levantamientos sobre todo en contra de “…los hacendados rebeldes a las medidas sociales que poco a poco planteaba el Estado”161. De esta manera los indígenas buscaron el apoyo de otros sectores sociales en este período como las organizaciones sindicales o los partidos políticos, básicamente de izquierda, para lograr mayor difusión y fuerza en sus demandas de reivindicación.

161

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). Página 42.

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A pesar de los innegables avances que se experimentaron en torno a la cuestión indígena luego de la Guerra del Chaco cabe remarcar que es “…evidente que los prejuicios de casta continuaron en el frente, y después de la guerra no hubo cambio básico en la posición social del indio”162 , ya que a pesar de la serie de disposiciones, muchas de ellas de carácter gubernamental y un cambio en la percepción de parte de la sociedad boliviana en cuanto al tema indígena, la verdad es que era muy complicado cambiar las prácticas de discriminación y exclusión que se remontaban desde los tiempos de colonial dentro de la sociedad boliviana. Es el más importante avance al respecto es que el indígena en las trincheras entró en contacto con otros grupos sociales, ya sea étnica y socio – económicamente distintos, lo que hizo que el indígena variara hasta cierto punto su percepción de la sociedad y del rol que jugaba dentro de ella, lo que es aprovechado por la serie de movimientos y partidos tanto nacionalistas como de izquierda desde este momento en adelante. Otro resultado muy importante de este período, es que gracias al contexto bélico el indígena más que volver al campo fue a la ciudad163, ya que, luego de la guerra no pudo readaptarse a su estilo de vida tradicional, además varios aspectos socio – económicos de ese mundo habían sido trastocados durante la guerra, por lo que muchos indígenas se vieron obligados a emigrar a la ciudad lo que trajo consigo una nueva conciencia de lo que es la ciudadanía, además de mayores posibilidades de movilidad social de “… de cierto sector indio que buscaba la rápida emancipación socio-económica en la urbe, sitio donde la politización es también fácil”164, por lo cual muchos de ellos pasaron a engrosar 162

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”, “Revista de Estudios Políticos”. Página 196. 163

Aunque como se verá más adelante este tránsito no estuvo exento de problemas, ya que el indígena carecía de cualificación para desempeñarse en muchos de los oficios urbanos, además de que su falta de capital le hacía difícil asentarse.

164

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”, “Revista de Estudios Políticos”. Página 196.

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las filas del creciente movimiento sindicalista en el país, el cual sería clave para fenómenos posteriores como por ejemplo la Revolución de 1952.

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3.2. Los Problemas de la Década de 1950 a 1980 El segundo período que aquí se abarca, va desde la década de 1950, básicamente desde el contexto de la Revolución de 1952, hasta la década de 1980, específicamente hasta el fenómeno de la “democracia pactada”. Este es un período en que se da un conflicto con un sector indígena mucho más fuerte ya que contaba con una serie de herramientas para lograr sus objetivos fundamentalmente gracias a la actividad sindical, frente a un Estado, esta vez con la elite hasta cierto punto al margen, ya que en el período el control básicamente lo tuvieron los militares, además de que la Revolución de 1952, otorgó a los sectores una serie de nuevos derechos, sobre los cuales era muy difícil retroceder, sin embargo, igualmente la elite y el Estado, intentaban controlar las demandas organizadas de esta nueva consolidación y conformación socio – política a partir de la cooptación y represión que hicieron los gobiernos militares del movimiento sindical y del social en general, situación que paradójicamente también se dio en ciertos momento del período revolucionario. Según Manuel Contreras, la Revolución de 1952 y su serie de repercusiones, “…rompieron el esquema clásico de relación entre las elites blancas y las masas indígenas que derrocaron al sistema con las armas”165, lo que generó que a nivel país el problema del indígena necesariamente tenía que ser un tema a tratar y resolver de forma urgente. La educación, las mejoras en la condición de vida, las nuevas leyes laborales, la reforma agraria y fundamentalmente el voto universal, fueron una serie de nuevas herramientas para los indígenas en contra de los objetivos de la decadente elite tradicional. Además esta serie de elementos permitió al indígena ser uno de los actores relevantes del sistema, pues eran ahora militantes de sindicatos o de partidos políticos con los cuales podían

165

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 43.

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expresar de mejor formas sus demandas y reivindicaciones, pues contaban con un respaldo político. Una de las mayores reformas en el contexto de la Revolución de 1952, fue la Reforma Agraria decretada en 1953, fundamentalmente para terminar con la violencia que se produce a partir de las movilizaciones de sindicatos agrarios apoyados por la COB y la aparición de milicias civiles, destacando por su acción extrema la de los campesinos, las cuales años más tarde y por decisión constitucional serían abolidas. Estos grupos propiciaron la Reforma Agraria la cual, junto con un nuevo reparto de las tierras propició básicamente la formación de más organizaciones campesinas, siendo el MNR uno de sus principales beneficiarios ya que supo canalizar esta nueva fuerza política en su favor, fundamentalmente a través del clientelismo político, el cual permitía “…control político sobre los dirigentes, el voto campesino por el MNR y las movilizaciones campesinas a favor de la Revolución”166, lo que más tarde sería aprovechado por los gobiernos militares también. Esta situación con el pasar de los años y la deslegitimación de la revolución, poco a poco hizo que estas organizaciones campesinas fueran transitando sus posiciones políticas, incluso hacia la derecha, lo que se explicaría por que el MNR con los años comenzó a dirigir sus políticas más hacia los sectores medios, fundamentalmente urbanos, más que a este sector rural, lo que facilitó que en la década de los ’60, la derecha aprovechara el malestar campesino y minero en su favor para hacer frente al gobierno. Ante esta situación, el MNR buscó un nuevo acercamiento a estos grupos, no ahora sobre bases políticas, sino más bien a través de la base populista de la satisfacción de necesidades, por medio de la educación y el mejoramiento en la calidad de vida, lo que le permitió recuperar en parte el apoyo perdido, pero que no duraría mucho, pues en 1964, se inicia

166

Ídem. Página 43.

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otro período de gobiernos militares a partir del golpe militar del general Barrientos. También cabe destacar que la el MNR en el período revolucionario, trató de resolver le problema indígena a través de la creación de una identidad mestiza, pensando que ese era el método de “bolivianización” de los indígenas, lo cual en un principio, a través del discurso de convertir al indígena en campesino, minero y obrero, pareció no importar mayormente a un sector considerable de los indígenas, sin embargo, a partir de la década del ’60 y del ’70 con la introducción de ideologías como el katarismo, lo indígenas volverían a su lucha identitaria y sus demandas históricas de autonomía y respeto por su cultura. De esta manera se puede señalar que el proyecto del MNR con los indígenas fue “… fue cultural y políticamente homogeneizador y, en ese sentido, profundamente autoritario, pues sólo se aceptaban, y no siempre, diferencias que se daban en el partido de gobierno”167. Al respecto Carlos Toranzo agrega que “El régimen que subió, legitimado por la revolución, no fue necesariamente democrático; por el contrario, acusó rasgos fuertes de autoritarismo e intentó reproducirse en el poder por medio de elecciones no democráticas que podía haber ganado sin acudir al fraude”168 además se intentó homogeneizar a la población bajo la figura del mestizo y política se intentó consolidar con el populismo y el clientelismo. Dentro de este contexto, comienza a gestarse otra problemática que tendrá muchos efectos a futuro. Desde la década del ’40, la zona oriental de oriente en Bolivia estaba creciendo a un gran ritmo, lo que ya empieza a mostrar frutos en la década del ’50 a través de la ciudad de Santa Cruz por ejemplo, lo cual hará que la elite de estas zonas, comiencen a reclamar por poder, tanto político como económico (distribución de la riqueza por ejemplo) ante las elites 167

Op. Cit. CALDERON GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”. Página 434.

168

Op. Cit. TORANZO ROCA, CARLOS. “Introducción”. Página 13.

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occidentales, fraccionamiento que dese comienzos del siglo XXI traerá nuevas problemáticas a Bolivia, a pesar de tratarse de temas con mucha historia por detrás. Durante el gobierno de Barrientos, se establece un Pacto Militar – Campesino cuyo fin es estrechar lazos entre el poder ejecutivo y los movimientos campesinos y sindicatos, lo que desemboca en la práctica, en el control del ejército de la actividad sindical, hasta 1968, momento en el cual el gobierno decide cobrar un impuesto único a estar sector lo que produce el quiebre de la relación, optando muchos sindicatos, a hacerse independientes del Estado, con lo cual el sindicalismo administrado por el gobierno comienza a decaer a pesar de que en otros gobierno militares como Ovando, Torres o Banzer construyen otras instancias de acercamiento y cooptación a través de pactos, pero que se diluyen a partir de ciertas acciones de violencia de parte de estos gobiernos. Es así como durante este período la Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CNTCB, comienza a ser poblada por ciertas cédulas extremistas del movimiento indígena lo que permite más tarde, en 1979, la creación de otra instancia sindical, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB, la cual a partir de la década de los ’80, anula cualquier instancia de control estatal sobre el movimiento sindical en Bolivia, alcanzo la plena autonomía de sus acciones, co los efectos sociales y políticos que ello conlleva en un país acostumbrado en los últimos años del período, al control de la actividad política y de lo movimientos sociales principalmente desde el Estado. Finalmente a partir de los últimos años de la década del ’70, los problemas económicos, sumado a la presión interna y externa sobre el gobierno de Banzer para democratizar la sociedad boliviana, permitió que se convocara a elecciones donde gana la coalición de izquierda UDP encabezada por Siles Suazo, sin embargo el perdedor, el general Parada, desconoce los resultados que

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declaraban vencedor a la UDP y provoca un golpe militar en contra de Banzer iniciando un período muy conflictivo en lo político, económico y social, dilatando el proceso de transición hacia la democracia. Al asumir luego de un tiempo efectivamente la UDP el poder conformada por el MNRI, MIR y el Partido Comunista, poco pudo hacer ante la debacle económico social del país, la minoría en el Congreso y la férrea oposición del MNR y del ADN, además de la presión de los obreros agrupados en la COB, lo que hizo insostenible la situación, debiendo Siles Suazo renunciar y convocar a elecciones, en la cual gana Banzer representado al ADN, por sobre el candidato del MNR, Paz Estenssoro, quienes en vista de la caótica situación deciden establecer un acuerdo político denominado “Pacto por la Democracia” (Alianza Democrática o Democracia Pactada), la que aseguraba la mayoría en el Congreso y con ello la aplicación de las políticas que se requerían para salir de la situación. Esta nueva conformación política será la que marcará los destinos del país los próximos años como se analizará en el siguiente capítulo de esta investigación.

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4. TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO En primer lugar se debe remarcar la idea, como se hizo en el conflicto analizado en el capítulo anterior, que se parte de la base de que los conflictos que se abordan en esta investigación son de tipo estructural pues son conflictos que nacen a partir de la divergencia entre los actores a raíz de los intereses dispares que tengan sobre la estructura social. Tomando esta consideración como punto de partida, este supuesto y los puntos analizados anteriormente dentro de este mismo capítulo, en base a la propuesta de tipología de conflictos diseñada en el capítulo de introducción, tenemos la siguiente topología para el conflicto correspondiente a este capítulo de la investigación:

Figura N° 10 – Tipología del Conflicto N° 2169 Este período como se ha señalado anteriormente consta de un gran conflicto, que es la búsqueda de la democracia de parte de los grupos excluidos, básicamente de los indígenas frente a la negación de la elite, por lo tanto es un conflicto de carácter intergrupal. Este conflicto tiene dos momentos. El primero va desde la década de 1930 hasta el inicio de la década de los ’60, pasando por la revolución de 1952 y el segundo desde la década de 1960 hasta la llegada de la “democracia pactada” de 1985. El primer momento es el de la lucha de los indígenas por lograr representación política para garantizar la concretización de sus demandas, 169

Fuente: Elaboración propia.

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mientras el segundo momento tiene que ver con la contención que intentan tanto la elite como los militares del movimiento indígena a través de la cooptación y la represión. A continuación y en base a la figura se pasa a establecer la tipología de cada momento. El conflicto primario que abarca todo el período en estudio, es de tipo intergrupal, ya que enfrenta a los indígenas con la elite y posteriormente el Estado, principalmente a partir de los años ’60 con la llegada de los militares y es de nivel alto, pues en su inicio se da a partir de acciones, como un conjunto de fenómenos y de legislación para seguir excluyendo a los indígenas, siendo uno de sus puntos más álgidos, la forma de reclutamiento de los indígenas para enfrentar la Guerra del Chaco. La interacción es de tipo impositiva, ya que los indígenas todavía, salvo por la movilización y la protesta, no contaban con mayores herramientas para oponerse a las acciones de la elite. El desarrollo del conflicto es violento, fundamentalmente a partir de las revueltas durante y posteriores la Guerra del Chaco, situaciones que fueron cimentando la Revolución de 1952. El resultado es destructivo, pues la Revolución de 1952, termina por poner fin a la resistencia de la elite frente a los gobiernos militares por las prórrogas que estos habían dado a los indígenas, lo que marca el desmantelamiento de la oligarquía tradicional en Bolivia. En este punto, con la Revolución, los indígena obtienen una serie de nuevos derechos, siendo, por su trascendencia, uno de los más importante la ciudadanía con capacidad de voto, el cual los convierte en un actor político de trascendencia, además del proceso de sindicalización, nueva bandera de lucha, pero que será también la forma de cooptar a los movimientos sociales, del propio MNR y luego, sumándole la represión, de los gobiernos militares. Asimismo, esta situación da inicio al segundo período en estudio en este capítulo, el que a su vez es un nuevo conflicto.

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El conflicto secundario, se inicia en la década de los ’60, siendo su principal antecedente, los nuevos derechos de los indígenas a partir de la Revolución de 1952. En este conflicto, tanto la elite como buena parte de los gobiernos militares comienzan a buscar el control de los indígenas y de las nuevas organizaciones sindicales que se forman luego de la revolución, con la finalidad de cooptarlas y de limitar sus acciones. Este conflicto es moderado, ya que salvo algunos hitos específicos, no se produjeron grandes revueltas. En su inicio es un conflicto que nace de la percepción de la elite la cual no estaba de acuerdo con los derechos que habían obtenido con el tiempo los grupos subordinados, ideas que comenzó a trasmitir a las cúpulas militares durante la década de 1960, a raíz de lo cual, los militares intentaron controlar, sin éxito en ciertos período el movimiento obrero en su conjunto, así como las esferas de influencia de los indígena, aunque con instrumentos como el Pacto Militar – Campesino, finalmente tienen éxito en su tarea, pues cuando se termina el pacto de recoge la estructura sindical bajo el alero del Estado o simplemente la represión. La interacción es de tipo posicional, es decir, se enfrentaban posiciones las cuales intentaban encontrar soluciones negociadas al tema y no optar derechamente por la imposición, por ejemplo a través de los pactos cívicos militares de este período, aunque en la práctica el resultado en muchos casos suele ser impositivo. En su desarrollo se puede encontrar discusión más que violencia, aunque se sabe de la existencia de ciertos hechos violentos, por ejemplo dentro de las administraciones de Banzer o de otros gobiernos, fundamentalmente ante el movimiento sindical y el minero. Finalmente el resultado de este conflicto es propositivo, ya que en la década de los ’80 se terminó conformando la denominada “democracia pactada” en las cual los partidos más importantes de Bolivia, buscaron por la vía del consenso y del acuerdo político, tratar de lograr la estabilidad del país integrando en algunas dimensiones a los indígenas y al resto de lo movimientos sociales, aunque para ello se tuvo que pasar por la traumática experiencia de la transición la cual se podría considerar como un período destructivo.

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Como se aprecia, la segunda parte del período es más difícil de conceptualizar en base a la tipología planteada ya que hay una serie de matices en torno a las categorías propuestas. Además hay una serie de elementos que no están del todo presentes en la tipología pero que se incorporaron al análisis pues de una u otra forma son factores a considerar como el inicio de las fracciones, en principio a nivel de elite, entre el oriente y el occidente del país, pero que en la parte del análisis de los actores y del desarrollo del conflicto se explican de forma más detallada. Como nivel del conflicto se puede señalar que en el comienzo fue alto más tarde convirtiéndose en moderado a partir de la cooptación y la represión, lo que permite entrever el carácter evolutivo del mismo.

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5. ACTORES Para analizar a los diferentes actores del período bajo el modelo de Galtung, se ha optado por usar una metodología basada en el establecimiento de niveles en base a su preponderancia como también en base a su posicionamiento en torno a la búsqueda de la democracia que tienen los indígenas y la renuencia de la elite para brindársela a través de la búsqueda de instancias de exclusión política hacia los indígenas, aunque con matices dependiendo del grupo elitista en específico. Finalmente los gobiernos militares se ubican al medio, ya que dependiendo el militar de turno, hubo instancias de integración (en la década del ’40 como así también en ciertos gobiernos de los ’60), como también de control en torno a los movimientos sociales que buscaban la democracia a través de la cooptación y coerción. Esta agrupación a riesgo de simplificarse, queda reflejada en la siguiente tabla.

NIVELES Nivel 2 Partidos Políticos

Nivel 1 Fuerzas Sociales Nivel 0 El Estado

DEMANDA CLAVE DE ACTORES Exclusión de la democracia Inclusión democrática Partidos tradicionales (al MNR inicio del período) Partidos de izquierda Nuevos partidos de derecha Partidos radicales (ADN al final del período) Indígenas Organizaciones sindicales . (campesinos, obreros, mineros) Mestizos Elites . Gobiernos Militares

Figura N° 11 – Posicionamiento de los Actores en el Conflicto Principal170 En el Nivel 0, se encuentra el aparato Estado, que luego de la derrota del país en la Guerra del Chaco, deja de ser controlado por la elite, pasando a manos de los 170

Fuente: Elaboración propia.

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militares y más tarde de facciones políticas que logran la Revolución de 1952 a través del MNR. Sin embargo, ya en la década de 1960, este Estado vuelve a manos de los militares, siendo algunos gobiernos más cercanos que otros a los indígenas, pero que a partir de esa década tratan también de comenzar a contener los derechos ganados durante la Revolución de 1952, a través de pactos cívicos y de cooptación de los movimientos sindicales. También se encuentra la elite, pues hasta la Guerra del Chaco tuvo total control del aparato Estado, control y poder que comienzan a decaer luego de la derrota en la guerra y que esporádicamente recobrará, a través de la influencia que ejercieron bajo algunos gobiernos militares del período. En el nivel 1 se ubican las fuerzas sociales donde se localizan básicamente los indígenas y mestizos, piezas claves como mano de obra por lo cual en el período operan muchas veces bajo instancias como la COB, CNTCB o la CSUTCB. Durante el período, y no importando tanto el gobierno de turno, luchan por mejoras en la calidad de vida y en el reforzamiento de los derechos democráticas que obtienen durante la década de 1950, con la Revolución de 1952, como también, sin víctimas de la cooptación y coerción que ejercen de ellos el propio MNR y luego los gobiernos militares. En el nivel 2 están los partidos políticos del período. En la década del ’30 y ’40, nacen algunos partidos políticos de izquierda, siendo el más relevante el MNR, el cual lleva a cabo la Revolución de 1952 y en la década de lo ’80 entra en la conglomeración de partidos que dan origen a la “democracia pactada” para intentar construir gobernabilidad y estabilidad en Bolivia. En la década de 1970, nace otro partido de relevancia para la izquierda, el MIR. Por su parte de la derecha, luego de varios partidos que no lograron sus objetivos se unió en el ADN. Los partidos de izquierda buscaron incesantemente la validez de los derechos democráticos para los excluidos, específicamente los indígenas, aunque también crearon lazos con el sector medio y las organizaciones sindicales para

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tener mayores nichos políticos. Por su parte los partidos de derecha, representaban los intereses de la elite y de la oligarquía y apoyaban al gobierno de turno, fundamentalmente militares que no compartían del todo la apertura democrática a los indígenas como por ejemplo el gobierno de Banzer, pero que al final del período, en 1985, logran establecer consenso en un acuerdo político con su rival el NMR, para asegurar estabilidad y gobernabilidad a Bolivia ad portas del siglo XXI. A continuación se analizan los tres actores principales del conflicto en sus respectivos niveles, por un lado el nivel 0 en base a la elite y a los militares y por otro el nivel 1 en base a los indígenas, como también así una revisión de las principales instancias de agrupación sindical y social, además de una breve reseña del nivel 2 a través de una mirada general, a los partidos políticos.

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5.1. Nivel 0 – El Estado El este denominado nivel 0, se encuentran los actores que tuvieron el control del Estado en el período, la elite y los militares. La elite, se ha localizado, dentro del análisis, en el Nivel 0, producto que si bien en términos nominativo no son el Estado, en esta época tiene pleno dominio sobre él hasta las repercusiones de la Guerra del Chaco, aunque posteriormente logran tener acercamiento e influencia sobre algunas administraciones militares desde la década del ‘60. Por otro lado, los militares son quienes durante el período tienen mayor control del Estado a partir de la lógica de los golpes de estado, en que dadas ciertas condiciones propiciaban un golpe que los pudiera poner en el poder. Sin embargo la alta frecuencia de estos golpes, hizo que los militares no necesariamente tuvieran políticas de sucesión, además que su alta rotación permitió la llegada de administraciones dispares, unas que prestaron atención a la elite y otras que no al igual que a los indígenas, de todas formas, el resultado de su intervención, fue el fin de la dinámica de la elite tradicional en el poder en Bolivia y una reinvención en la mirada de la importancia de los movimientos sociales.

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5.1.1. Las Elites Las elites en Bolivia hasta 1952, operaron de forma bastante similar a como lo habían hecho en la época anterior, a pesar de que su poder comenzó a disminuir, por lo menos desde el plano político, en la década del ’20 y ’30 con las primeras irrupción de los militares en el siglo XX. A partir de 1952, y más precisamente a partir de la década de los ’60 con la nueva irrupción de los militares, se conforma una elite cívico – militar que luchaba por el poder político, asumiendo que los militares tenían en control del país, pero la elite seguía teniendo el poder económico, lo que conformó una alianza tácita entre estos

grupos

en

algunos

momentos,

sobre

todo

para

controlar

las

reivindicaciones democráticas del resto de los grupos de la sociedad. Esta elite con la llegada de la democracia en la década de los ’80, comenzó a separarse los militares pues estos ya no tenían el control del poder político, y a reorganizarse en torno a los líderes de los partidos políticos de derecha, con la finalidad de ejercer nuevamente con el control del Estado a través de su poder en el Congreso o en el propio gobierno cuando se diese la ocasión. Sin embargo la elite boliviana hacía tiempo que no operaba como un corpus unido, tal y como lo era en la época en que sólo existían liberales y conservadores. A partir de mediados de siglo, las elites empiezan a marcar su regionalismo, destacándose la elite de occidente y la de oriente. La elite de occidente tuvo mayor poder durante este período fundamentalmente gracias a su cercanía con el centro de poder político, por lo cual tenía una visión unitarista del país, en contraste con la visión de la elite oriental que poco a poco estaba tomando una visión autonómica de su realidad y de su relación con el país.

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Este punto de inflexión para las elites en Bolivia se da a partir de la década del ´50 con el desarrollo de la Revolución de 1952, pues esta logró transformar la estructura económica y social del país, comenzando a cimentar las diferencias que marcarían hacia delante las relaciones entre las elites del occidente y del oriente, dado principalmente a que la fuente del poder de occidente, la minería del estaño estaba en franca baja, mientras que el oriente estaba centrando su crecimiento económico a partir la actividad agroindustrial y ganadera, lo que hacía que esta última estuviese ganando poder económico y político en desmedro de la elite occidental, además de la naciente explotación a gran escala de los recursos gasíferos y relativos a los hidrocarburos que existían en la región. Esta situación siguió su curso desde los años ’50 hacia adelante, en donde en la “… región del oriente se inició desde entonces un proceso sostenido de crecimiento que logró convertirla en el motor de la economía nacional atrayendo inmigrantes internos y externos, en cuyo proceso la ciudad de Santa Cruz se convirtió en el nodo de la acumulación del capital económico y cultural del país”171, provocando una gran rivalidad entre las elites de occidente y oriente, hoy acentuada por el tema de los hidrocarburos y los afanes autonomistas de oriente, lo que se debe en parte a que debido a la nueva política económica que rige al país desde 1985, el modelo de acumulación en base a la minería y con gran presencia estatal, da paso a un modelo liberal de mercado, creándose una brecha económica y social marcada entre oriente y occidente, ya que esta última estaba en franca crisis a partir de este nuevo modelo.

171

GORDILLO, JOSÉ MIGUEL. “Temas de Debate: Elites de Poder en Bolivia”, Boletín del Programa de Investigación Estratégica de Bolivia, N° 10, año 5 en Bolivia, La Paz - Bolivia, Julio 2008. Página 1. En Internet: Portal del PIEB, Programa de Investigación Estratégica en Bolivia, La – Paz, Bolivia, < http://www.pieb.com.bo/archivo/temas/TdD_10.pdf>, consultado Octubre 2008.

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A partir de esta situación cada región tendrá su propia política en torno al tema de los indígenas, tratando unas de conseguir el apoyo de los sectores subordinados, especialmente de los indígenas para cimentar la realización de sus intereses particulares, mientras otras, intentarán seguir con la lógica de la exclusión democrática, como se verá en los próximos puntos a partir del modelo de Galtung.

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5.1.1.1. La Actitud en las Elites A partir del análisis de la “actitud” dentro del modelo de Galtung, la elite en este período tiene una mirada subjetiva que les indica que al no poder mantener el control del país a partir de la irrupción de los sectores populares, deben buscar la alianza con los militares, como el único grupo con poder para hacerse con el control del Estado en el período y con el cual compartían ciertos objetivos en ciertos momentos. Sin embargo esta situación se ve matizada por que la elite ya no tiene los consensos de grupo de antaño a partir de la aparición de afanes autonómicos de ciertas zonas del oriente, con lo cual la elite del período se comienza a dividir en dos grandes grupos: por un lado la elite de occidente y por otro la de oriente, cada cual con sus propias dinámicas, problemáticas y grupos que luchan por el poder dentro de sí. Esto conlleva a que el resto de los actores perciban a la elite del período como una elite fragmentada y preocupada de resolver sus propios problemas en torno a la hegemonía del poder, lo que hace que la mirada intersubjetiva de la elite, sea la de mostrar seguridad y poder frente al resto, para lo cual, la elite de occidente buscará las formas de mantener su hegemonía frente a oriente, en momentos en los cuales, la situación va demostrando precisamente lo contrario, debido a que era la elite de oriente quien va asumiendo un rol protagónico a partir de su poderío económico dentro del país. En el caso de la elite de Santa Cruz, bastión de la elite oriental, a partir de la década del ’40 y gracias al plan estatal de la “Marcha al Oriente”, la región logra diversificar sus economía, a través de la actividad agroindustrial, la ganadería y la explotación del crudo, lo que la convierte en un polo de desarrollo del país, atrayendo población desde occidente en calidad de inmigrantes y permitiendo que a partir de la década del ’50 se comience a convertir en una zona de gran poder económico dentro del país. Sin embargo por la misma época, el occidente se encontraba en cierto decaimiento en comparación al oriente, sobre todo a

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partir de la Revolución de 1952, puesto que mientras en occidente los reformas de este proceso, como por ejemplo la agraria, diminuía el poder la elite, en oriente la elite veía aumentado su poder, pues se reforzaban las relaciones de esta con la tierra, a través de la agroindustria, la ganadería y los recursos naturales, “lo que le permitió controlar e integrar a la población de inmigrantes que para 1980 significaba más del 40% de la población del departamento”172, otorgándole a la elite de Santa Cruz un poder político y social que por aquél entonces ya no estaba en manos de la elite de occidente, situación que hace que la elite de oriente vaya construyendo una imagen intrasubjetiva de superioridad ante la elite de occidente y por lo tanto, quiera aumentar sus beneficios en comparación a los que recibía el occidente. La elite de oriente, específicamente la de Santa Cruz, comienza a auto asignarse una identidad étnica denominada “camba”, cuyo objetivo era “conciliar los orígenes culturales y sociales heterogéneos de sus habitantes”173, a diferencia de la elite de occidente la cual a usanza del anterior período en estudio, todavía seguía sosteniendo su superioridad étnica, a partir de la raza blanca, frente al resto de los grupos sociales, fundamentalmente de los indígenas, aunque trataba de cooptarlos en su beneficio. Esta identidad camba es un intento de mestizaje a partir de la construcción de identidad realizada por la elite oriental a modo de diferenciarse del occidente y a modo también de fomentar la cohesión social al interior de la región. Esta idea nace partir de la década de los ’50, nutriéndose de la serie de emigrantes que se trasladan a la región oriental a partir de esa década y que se dedican principalmente a la actividad agrícola y ganadera, y más tarde a la explotación de recursos naturales, situación que le ha permitido a 172

Op. Cit. GORDILLO, JOSÉ MIGUEL. “Temas de Debate: Elites de Poder en Bolivia”. Página 1.

173

ZALLES CUETO, ALBERTO. “Una Pieza Más en el Rompecabezas Boliviano. El Proyecto Autonomista de Santa Cruz”, “Revista Nueva Sociedad”, N° 201, Buenos Aires - Argentina, Enero y Febrero 2006. Página 25. En Internet: Portal de Internet de la Revisa NUSO, Nueva Sociedad, Argentina , < http://www.nuso.org/upload/articulos/3308_1.pdf>, consultado Febrero 2007.

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la elite oriental, adjuntar la subordinación de otros grupos sociales a sus proyectos. Por su parte las elites del occidente, resultaron tremendamente afectadas, en primer lugar por los efectos de la gran depresión y de la Guerra del Chaco, los cuales hicieron que disminuyera su poder y posteriormente por la Revolución de 1952, la cual trasladó el poder, con el tiempo, a manos de los militares. La reforma agraria de 1953 hizo perder el control de la tierra a las elites occidentales, pues las debieron repartir en beneficio de los campesinos de esa parte del país, además de que pronto se encontraron con un movimiento campesino e indígena sindicalizado gracias a la acción del MNR, siendo una de las elites más afectadas las de Cochabamba, en donde “la reforma agraria de 1953 destruyó el poder de las elites agrarias cochabambinas y de las incipientes elites industriales urbanas, las que no fueron reemplazadas por ningún otro grupo de poder que proyectara el futuro regional”174. De esta forma, la única manera de detentar cierto poder que le quedaba a las elites de occidente era buscar alianzas con los militares que estaban en el poder, situación que tampoco era fácil debido a la política oscilante entre militares de derecha y de tendencia socialista que llegaban al poder, lo que hacía que la idea de un acuerdo duradero fue difícil. Esta situación va haciendo que mientras en el oriente el poder se va concentrando en sus elites, basta recordar que tanto en el golpe de 1964 con en el de 1971, prestan apoyo a los militares, por lo cual son retribuidos con beneficios, en el occidente el poder, que se había fundamentado en la agricultura y la minería se vaya fragmentando, dejando a la elite de occidente en posición de relativa debilidad en comparación con la elite de oriente. Además y a partir de la década del ’80, son las elites del oriente las que inician y

174

Op. Cit. GORDILLO, JOSÉ MIGUEL. “Temas de Debate: Elites de Poder en Bolivia”. Página 4.

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canalizan los beneficios de la inversión extranjera a partir de los recursos naturales y no las elites del occidente lo que agrava la rivalidad entre ambos grupos. Bajo este contexto, ambas elites se dieron cuenta que un período dominado básicamente por los militares la única posibilidad de acceder al poder era a través del establecimiento de alianzas con los militares, básicamente para recibir los beneficios del Estado y también para mantener a raya las reivindicaciones de los grupos sociales, básicamente de los indígenas, lo que se reflejará al analizar su comportamiento.

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5.1.1.2. El Comportamiento de las Elites Las elites del período, a pesar de la fragmentación que experimentan a partir de la Revolución de 1952, tienen un objetivo único, el cual es hacerse con el poder político y mantener sus regalías en perjuicio del resto de los grupos de la sociedad, para lo cual deben buscar el acercamiento con algunos de los gobiernos militares de la época. Ello las lleva a tener un “comportamiento” competitivo entre sí y de coaptación del resto de los grupos sociales a modo de lograr sus objetivos, para lo cual era necesario también acercarse a los militares para mantener sus beneficios y su posición de poder frente al resto de los grupos sociales. Para la elite de Santa Cruz ha resultado clave la creación del Comité Cívico de Santa Cruz o también denominado como Comité Pro Santa Cruz, el cual se funda en 1950 para proteger los intereses regionales, en contra de los gobiernos centrales, conducidos por la elite occidental. De esta forma y luego de la Revolución de 1952, la elite de Santa Cruz se alineó con el golpe de René Barrientos de 1964 y más tarde en 1971 con el de Hugo Banzer. Estos movimientos y sobre todo el de apoyo al golpe de Banzer, hizo que la elite de Santa Cruz, se beneficiara “… en gran parte de la dictadura de Banzer, no sólo para ganar influencia política sino también para recibir créditos y tierras y beneficiarse de una devaluación que favorecía a las exportaciones agrícolas”175 en desmedro de la elite occidental. Esta situación les proporcionó gran cercanía con la mayoría de los gobiernos militares de la época sobre todo, a partir de la elaboración y exportación de la cocaína, la cual se vinculaba a ciertos sectores

175

ASSIES, WILLEM. “La «Media Luna» Sobre Bolivia: Nación, Región, Etnia y Clase Social”, Revista “América Latina Hoy” N°43, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca – España, 2006. Páginas 87-105. Página 94. En Internet: Portal del Instituto Interuniversitario de Iberoamérica, Universidad de Salamanca, España, <http://iberoame.usal.es/americalatinahoy/ALH-PDF-TIFF/ALHvol43/ALHvol43Assies.pdf>, consultado Agosto 2008.

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de las fuerzas armadas del país desde fines de la década del ’70 y principios del ‘80. Dentro del comportamiento de la elite de Santa Cruz, está la elaboración de la estrategia de la integración a la identidad camba que ellos construyen, del resto de los grupos que componen la sociedad del oriente, pues esa identidad al estar construida por la propia elite de Santa Cruz, está influida directamente por los elementos que esta elite oriental ha definido como necesarios para seguir incrementando su influencia y su poder dentro del país. De esta manera, la elite oriental, ha establecido varias formas de integración hacia el resto de los grupos de oriente, destacándose por ejemplo, su interés en integrar a los descendientes de los emigrantes “collas” para que se unan a su proyecto, puesto que el discurso “… identitario camba se presenta como un «operante ideológico» de tipo nacionalista que sirve para aunar los intereses regionales y formular una estrategia de refundación de la sociedad boliviana”176 a partir obviamente, de los intereses y objetivos particulares de la elite oriental y a partir de ello, lograr imponerse por sobre la elite occidental. La elite del período, en estudio, ya sea oriental u occidental, se ha visto alejada del control real y monopólico que tuvo sobre el Estado hasta la década del ’30. En base a ello se puede señalar que no estuvo en el poder entre 1936 - 1939 ni entre 1964 – 1971, pues los gobiernos militares que estuvieron en el poder en esos años, lo hicieron bajo la bandera del militarismo revolucionario el cual precisamente quería romper con la elite tradicional, desde una perspectiva cercana a la izquierda. Sin embargo a cada uno de estos períodos sobrevino un gobierno militar reaccionario, con el cual pudieron acercarse al poder a través

176

Op. Cit. ZALLES CUETO, ALBERTO. “Una Pieza Más en el Rompecabezas Boliviano. El Proyecto Autonomista de Santa Cruz”. Página 30.

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alianzas, como ocurre entre 1939 – 1952177 y entre 1971 – 1982, en que los militares en el poder recibieron apoyo y establecieron pactos con las elites e ideológicamente ambos grupos estaban a la derecha del espectro político, por lo cual el objetivo de estos pactos, era la contención de las demandas de los grupos sociales, específicamente de los indígenas, con respecto la democracia para poder tener herramientas con las cuales reclamar la tierra y la autonomía. Por su parte luego de cada período de militarismo revolucionario, que es depuesto por el militarismo reaccionario, ha sobrevenido un régimen democrático cercano al centro político, aunque con matices, entre 1952 – 1964 y desde 1982 hasta hoy, en donde las elite han tratado de obtener el poder con más o menos suerte dependiendo del período y de la relación que tengan con los partidos políticos que detentan el poder. Esta situación se puede representar en dos ciclos según la propuesta de María Teresa Pinto178, como se aprecia en la siguiente figura.

Figura N° 12 – Oscilación del poder en Bolivia por ciclos179 En los período denominados como militarismo reaccionario, fueron los instantes en que la elite, ya sea del oriente o del occidente, o en algunos momentos ambas, se acercaron los suficiente a los militares a través de pactos para lograr

177

En este momento la realidad oscila entre gobiernos militares y gobiernos civiles, los cuales eran de la elite y constituían una de sus últimas oportunidades para recobrar el poder político que se les escapa de las manos.

178

PINTO, MARÍA TERESA. “Las Elites y el Pueblo, sus Alianzas y sus Divisiones. Estudio Comparativo de las Coaliciones Democráticas en Bolivia (1952 y 1985)”, “Revista de Análisis Político”, Volumen 18, N° 54, Bogotá - Colombia, Mayo - Agosto 2005. Páginas 88 - 100. En Internet: Portal de Internet SCIELO, Scientific Electronic Library Online, Colombia, <http://www.scielo.org.co/pdf/anpol/v18n54/v18n54a07.pdf>, consultado Mayo 2008.

179

Fuente: Elaboración propia en base a la propuesta de María Teresa Pinto. Véase cita anterior.

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contener el movimiento indígena y el obrero, lo cual se logró gracias a la institucionalización que hicieron del mismo los gobiernos militares, cooptando el movimiento indígena y sindical, con lo cual la elite lograba cierta tranquilidad que le permitía focalizare en la lucha por el poder a partir del regionalismo y la autonomía que tenían entre si oriente en contra de occidente. Esta realidad de pugna interna dentro de las elites bolivianas se comienza a dar deforma mucho más institucionalizada a partir de 1972 con el Decreto de Organización Administrativa, en el cual Banzer estipula que el desarrollo del Estado debería darse a través de los departamentos, los cuales serían mucho más autónomos, tal y como lo esperaba la elite del oriente. A partir de esta situación y como señalan Xavier Albó y Franz Barrios, “… crece la demanda autonómica de los departamentos mejor dotados en los nuevos rubros de acumulación: primero en Santa Cruz y después también en Tarija”180. Este nuevo contexto autonómico, hace a su vez que los indígenas nuevamente resurjan como movimiento a pesar de la cooptación que habían logrado los gobiernos militares con apoyo de la elite, a través de las demandas de autonomía con el movimiento katarista de origen aymara el cual más tarde toma el control de la CSUTCB, demandas que siguen tomando más fuerza a partir del contexto democrático de la década de los ’80, por lo que la elite deberán adoptar nuevas estrategias para su contención y utilización.

180

Op. Cit. ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Página 21.

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5.1.1.3. La Incompatibilidad de las Elites La “incompatibilidad” de los fines, en donde a partir del grado de antagonismo que tienen las actitudes y comportamientos del otro, el actor, en este caso la elite, pasa a desarrollar acciones en torno al otro, para este caso, la sociedad civil, básicamente, los indígenas, dándole de esta manera un carácter definido al conflicto, aunque también es importante destacar que existe incompatibilidad entre los fines de la elite de oriente y la de occidente que también se incorporan en este análisis. En la década del ’30, el proyecto modernizador de la elite tradicional empezó a desmoronarse con las repercusiones de la crisis mundial del ’30, la derrota en la Guerra del Chaco y la irrupción de los militares de corte nacionalista, quienes revitalizan los medios organizativos de los sectores populares especialmente de los indígenas, generándose un nuevo tipo de desarrollo, caracterizado por un “… nuevo modelo de capitalismo, que puede ser considerado como capitalismo de Estado, el cual hacía oposición a la orientación liberal de la economía que se había manejado en Bolivia durante principios del siglo XX”181. En este sentido, María Teresa Pinto señala que “…durante la década del cuarenta dicho discurso para el desarrollo estuvo muy vinculado con la pérdida de hegemonía de las elites mineras y hacendatarias, así como con la presencia, en la escena política institucional, de un nuevo sector que hasta el momento había permanecido relegado: el popular, especialmente los mineros y los campesinos”182. Así la elite, ya sea de occidente o de oriente se empieza a sentir incómoda pues, los gobiernos militares nacionalistas al replantearse el tema de la pobreza en el país, apuntan hacia la inclusión económica, política y social de los indígenas, lo que tiene su máxima expresión en la serie de reformas de la Revolución de 1952, 181

Op. Cit. PINTO, MARÍA TERESA. Páginas 96.

182

Ídem. Página 97.

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con lo cual la elite perdía las herramientas de coacción que tenía sobre el resto de la sociedad, no quedándole más remedio que intentar establecer alianzas con los gobiernos militares de tipo reaccionario que llegan al poder, puesto que los gobiernos militares revolucionarios de tendencia izquierdista eran contrarios a la hegemonía de la elite tradicional. A nivel de la elite de Santa Cruz, una vez que se conforma esta como tal, desde fines de la década del ’50, busca la cohesión de grupo a través del levantamiento de la identidad camba, la cual evita que existan mayores conflictos dentro de si, y les perimite una vez cohesionada, lanzarse, “… contra el centralismo altiplánico, al que acusaba de frenar su desarrollo”183, siendo una de sus primeas acciones, la demanda de mayores regalías a Estado a fines de la década de los ’50, ante lo cual el Estado reaccionó de forma violenta poniendo fin al conflicto. En 1971, nuevamente la elite oriental tuvo deseos reinvindicatorios, sin embargo esta vez y como señala Alberto Zalles, “… la elite camba se mostró más madura y comprendió que sus aspiraciones dependían de su participación en la política nacional. Por eso se implicó en el golpe de Estado comandado por el coronel Banzer, quien además era cruceño”184. De esta forma era ahora la elite oriental quien se acercaba al poder en desmedro de la elite occidental, en esta lucha interna de elites por el poder, sin embargo ambas buscaban tambnién la cooptación del movimiento indígena, en primer lugar para evitar que se trastoquen sus beneficios y en segundo lugar, utilizandolo como apoyo para la consecusión de sus intereses. A partir de la década del ’50, las herramientas que obtienen los indígenas les permiten movilizarse y plantear sus reivindicaciones con más fuerza, por lo que las elites, sobre todo la de oriente, apoya y facilita los golpes militares en el 183

Op. Cit. ZALLES CUETO, ALBERTO. “Una Pieza Más en el Rompecabezas Boliviano. El Proyecto Autonomista de Santa Cruz”. Página 26. 184

Ídem. Página 26.

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período, especialmente el de Banzer en 1971, con el objetivo de seguir debilitando a la elite de occidente. En este contexto, la elite de occidente, busca que en alianza con los militares se puedan contener estos importantes avances de los indígenas, para lo cual y junto con la represión de estas instancias, se comienzan a desarrollar y aplicar ciertas estrategias de anulación del movimiento indígena a partir de la institucionalización del mismo, con lo cual el Estado conducido por los militares y con apoyo de la elite en ciertos momentos, logra coaptar a estos movimientos, generándose un descenso notable en la intensidad de las reivindicaciones indígenas, cumpliendo de esta forma y hasta ciertos punto los anhelos de las elites en Bolivia.

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5.1.2. Los Militares Los militares en la historia de Bolivia han llegado y ejercido el poder de forma intermitente, destacándose dentro del conflicto en estudio dos períodos de intervenciones sumamente claras y distintas: el primero a partir de la Guerra del Chaco durante la década de 1930 y el segundo a partir de la década de 1960, el primero bajo la idea de que los militares eran los únicos capaces de dirigir el país luego de la mala administración de la elite que queda patente en la derrota frente a Paraguay, en el segundo momento a partir del discurso que los militares son quienes mejor pueden garantizar la defensa de la democracia en el país en momento de cierta convulsión política y de la irradiación de los efectos de la Guerra Fría en la región, independientemente si se trataba de gobiernos de corte revolucionario o reaccionario. Cabe destacar que la importancia de las fuerzas armadas en la política del siglo XX para el período en estudio, se inicia cuando el ejército mismo comienza a crecer bajo el mandato de Pando, quien bajo las bases del programa liberal comienza a modernizar las fuerzas armadas, siendo uno de los primeros puntos para el fortalecimiento de estas, “…la inclusión de los indígenas y la transformación del Ejército en una institución profesional”185, lo que en la práctica se tradujo en el crecimiento de las fuerzas armadas a costa del enrolamiento de indígenas, lo que definió 3 niveles dentro de su estructura la cual hasta cierto punto replicaba la estructura social que el país comenzaba a desarrollar con más fuerza. Por un lado se encontraban los oficiales, quienes eran los que mandaban, la tropa compuesto por grupos intermedios de la sociedad y los indígenas, que eran los encargados de obedecer, y finalmente los suboficiales, grupo que se puede catalogar como una suerte intermedia entre los primeros y los segundo, como también en el sentido sociocultural, ya que eran

185

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. Página 94.

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fundamentalmente mestizos. A partir de esta realidad, serรก como operarรกn como estructura las fuerzas armadas durante el siglo XX y con se entenderรกn con la elite y los grupos subalternos de la sociedad boliviana.

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5.1.2.1. La Actitud en los Militares Los militares se visualizan, siguiendo la propuesta teórica de Galtung para “la actitud”, a nivel intrasubjetivo, como la única fuerza capaz dentro del país, de llevar gobernabilidad y estabilidad al sistema dentro de los distintos vaivenes que este experimenta a lo largo del período, mirada que se sustenta también en el rol que les asignan los distintos sectores del país desde la mirada intersubjetiva, la cual hace entender a los militares que una serie de grupos de la sociedad, asienten que son los indicados para resolver el caos que se produce en ciertos momentos del siglo XX. Los militares en Bolivia se conciben a si mismos como los tutelares de la patria, por ello luego de la Guerra del Chaco, deben limpiar su imagen, demarcándose de la elite que llevó a la guerra al país, además de limpiar su imagen de aparato represivo de la elite. Para ello se recurre a ciertas estrategias como el facilitar el ingreso al Colegio Militar a hijos de obreros y campesinos, sin embargo como señala Walter Guevara esto no tiene mayor efecto ya que “… como no podía menos que ocurrir, esos adolescentes de origen modesto no cambiaron el sistema y más bien resultaron moldeados dentro de sus características. Imbuidos de su nueva condición de caballeros cadetes, encontrándose socialmente elevados, apercibiéndose que habían adquirido un lugar de privilegio en la sociedad sin esfuerzo de su parte, pronto olvidaron el taller, la chacra o la aldea de donde salieron y cuando la ocasión se presentó en su vida de oficiales, no trepidaron en disparar contra su propia gente”186. Esta situación tiene un receso durante la Revolución de 1952, pues el Colegio Militar es clausurado, aunque solamente por un año, por lo que la situación, durante la década de 1950 no cambia de forma sustancial. 186

GUEVARA, WALTER. “Los Militares en Bolivia”, “Revista Nueva Sociedad”, N° 56 - 57, Páginas 19 a 36, Buenos Aires - Argentina, Septiembre – Octubre y Noviembre Diciembre 1989. Página 31. En Internet: Portal de Internet de la Revisa NUSO, Nueva Sociedad, Argentina , < http://www.nuso.org/upload/articulos/905_1.pdf>, consultado Septiembre 2008.

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Otro elemento de relevancia para comprender la mirada intrasubjetiva que los militares construyeron de sí, es que durante el período de la Revolución, el MNR organizó una cédula militar, la cual se tradujo en que los altos cargos y quienes aspiraban a ello, debían pertenecer a esta nueva conformación político – militar. Esta situación es generada dentro del MNR como una forma de contar con la lealtad, en tiempos de convulsiones, de la fuerza militar, con lo cual, los militares se comienzan a sentir parte del Estado mismo y no una de sus ramas, además que en ciertos sectores de la milicia produjo resentimiento pues se sentían sometidos a un partido político. Esta situación hace perder en palabras de Walter Guevara una posibilidad histórica para Bolivia, ya que el impulso popular revolucionario no exigía al nuevo gobierno tener que involucrar a los militares en su gestión, con lo que desperdicia la oportunidad cierta de “establecer la autoridad del poder civil sobre el establecimiento militar”187, con las consecuencias que se dará a partir de los años ’60, con un control total de la actividad política de parte de los militares. De esta forma, el fin de la cédula militar del MNR y la supuesta seguridad que brindaba al gobierno civil se vino totalmente abajo con el golpe militar de Barrientos en 1964, miembro de la misma cédula militar del MIR y vicepresidente popularmente electo del gobierno derrocado. De esta manera los militares llegan a la conclusión de que “la "institución tutelar de la patria" no debe permitir nunca más que el pueblo se imponga en el gobierno por una insurrección como la de 1952 o por elecciones”188, objetivo que fue la tónica de las políticas adoptadas por los militares desde la década de 1960 y que produjo varios retrocesos en las medidas que había decretado la Revolución de 1952, lo que permitió a su vez, que la elite y la derecha se fuera acercando con el tiempo a los militares y con ello cooptando y reprimiendo a los movimientos populares. 187

Ibidem. Página 32.

188

Ídem. Página 33.

216


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Además cabe destacar que la propia debilidad del MNR y del resto de los partidos políticos en aquél entonces,

dejó “…libre el campo para el fortalecimiento

político de las Fuerzas Armadas”189, situación que fue la tónica de la política boliviana desde ese momento y hasta la década de 1980. Junto con ello, la doctrina de la Seguridad Nacional en este ambiente de la Guerra Fría, se convirtió en la justificación ideológica para la mantención de los militares en el poder durante la época, por lo menos para los gobiernos militares reaccionarios, pues como se ha visto anteriormente, los militares al sentir que tenían el rol tutelar de la nación, debían combatir la presencia de influencias extranjeras, especialmente marxistas dentro del país. De esta manera el escenario político queda totalmente a merced de las fuerzas armadas. Dentro de la mirada intersubjetiva se encuentra el que siempre los diversos sectores de la sociedad han pensado en los militares para volver a ordenar la sociedad cuando esta está al borde del caos, lo que le ha servido de respaldo y argumento a los militares para intervenir de formas constante en el gobierno. Esta situación no se da sólo en los ’30, sino a partir de la década de 1960, cuando los desaciertos político – económicos de los gobiernos civiles, eran el argumento predilecto para la intervención de las fuerzas armadas, con lo cual se llevó al país a una situación de inestabilidad política formidables, ya que desde la Guerra del Chaco hasta 1985, se suscitaron 18 golpes militares y muchos de los gobiernos civiles, vivieron con miedo a ellos o bajo la tutela de los militares.

189

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 96.

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5.1.2.2. El Comportamiento de los Militares A partir de las aspiraciones de los militares de poder lograr cierto reconocimiento y legitimidad en el plano nacional e internacional de sus acciones dentro de Bolivia, debían desarrollar ciertas acciones que le permitieran este objetivo, para lo cual desarrollaron ciertas estrategias para institucionalizar su intervención constante en el gobierno. La acción en la propuesta modélica de Galtung se entenderá como el segundo elemento, el “comportamiento”, elemento en el cual, los actores a partir de la polarización que genera sus actitudes conflictivas, comienzan a reaccionar. En este caso, será como los militares comenzarán a institucionalizar su presencia en el gobierno estableciendo ciertas relaciones con los diferentes grupos de la sociedad boliviana, dándose dos realidades a lo largo del período, una que tiene que ver con conseguir el apoyo popular a través de la captación y otra relacionada con establecer ciertos contactos con la elite. A partir de la llegada de los militares al poder en el contexto de la Guerra del Chaco en la década de 1930, comienza cimentarse lo que será su presencia en el gobierno durante buena parte del siglo XX. Walter Guevara señala que una de las principales causas para la presencia y permanencia de los militares en el poder en Bolivia es que, “Cuando se busca fuera y dentro de Bolivia un procedimiento para cambiar los gobiernos militares de facto por la institucionalidad democrática, se piensa siempre en una figura militar ideal capaz de operar esa transformación”190, situación que fundamenta desde la perspectiva militar, la intervención de estos en el gobierno. Además a partir de la década de 1950, los militares se encontraron con un ambiente muy propicio para fundamentar sus acciones. La Revolución de 1952

190

Op. Cit. GUEVARA, WALTER. “Los Militares en Bolivia”. Página 28.

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nacionalizó muchas áreas de la economía, siendo importantes de reseñar las que dicen relación con la minería, los hidrocarburos y el trasporte, de manera que se contaba con un Estado con muchos recursos, pero a su vez con serios problemas económicos a partir de su mala administración, además de la corrupción, lo que fue el argumento de varios de los golpes militares de la época. Esto a su vez daba un poder enorme al Estado lo que tentó a los militares de poder administrarlo. A esto se debe sumar que en la década de los ’60 estaba en pleno auge la purga hacia el comunismo en el contexto de la Guerra Fría, en que los gobiernos militares de la región, aleccionados por los Estados Unidos, desarrollaron políticas de contención y represión a las demandas obreras, campesinas e indígenas, las cuales etiquetaron rápidamente de acciones marxistas que había que reprimir de forma inmediata. Esto genera una brecha con la sociedad que era peligrosa para la mantención de los militares en el poder, por lo cual también desarrollan estrategias de cooptación de los movimientos populares. Esta situación propició que los militares comenzaran a buscar pactos y alianzas con diferentes sectores de la sociedad que los legitimara en el poder y de paso intentar institucionalizar su presencia en el gobierno a la usanza de la realidad de otros países en América Latina. Es así como nace el Pacto Militar – Campesino bajo el gobierno del general Barrientos, lo que creó una suerte de tregua de los campesinos con el Estado además de la misma actividad sindical cobijada por el Estado, sin embargo la misma administración y las posteriores, reprimieron duramente a los mineros y sectores populares, por lo que se comprueba que más que buscar alianzas con los trabajadores en su conjunto, se intentaba generar el apoyo de ciertos grupos para mantener la relativa estabilidad del sistema, al mantenerlos bajo tu tutela. Además esta situación significó para los sectores populares un retroceso en sus demandas y con ello de los avances democratizadores de la propia revolución. Fernando Calderón señala en torno a la cooptación de los militares que “El movimiento campesino se fue subordinando

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al Estado de manera creciente a través del denominado pacto militar – campesino. Se estructuró un complejo sistema de redes clientelares entre dirigentes campesinos, nacionales y locales, con las Fuerzas Armadas. Este sistema fue viable gracias al formidable carisma del general Barrientos y su papel pacificador en el valle alto de Cochabamba. Fue recién en la década de los setenta que esto cambio definitivamente, pues se empezó a crear una creciente unidad y autonomía campesina en oposición al régimen autoritarios”191. A fines de la década de 1960, otro golpe de militar posiciona a Ovando en el poder. Este clausuró el parlamento y organizó un gabinete militar con la presencia de jóvenes intelectuales de izquierda. Este fue un gobierno que buscó reestablecer relaciones con la URSS y establecer las bases para la construcción de un gobierno socialista. Además durante 1971 se crea la Asamblea Popular la cual tenía la intención de “… sustituir al Parlamento, con la participación de mineros, fabriles, campesinos, intelectuales y universitarios”192, pero que nuca pudo deliberar. A este conjunto de situaciones que buscaban la construcción del socialismo se debe sumar la fundación del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, MIR, sin embargo todas estas iniciativas son echadas por tierra con el golpe militar encabezado por Hugo Banzer, el cual declaró en la ilegalidad a todos los partidos y movimientos políticos de izquierda, además de intentar desmantelar el movimiento sindical a través de la cancelación de la COB y del exilio de muchos dirigentes sociales y sindicales, para lo cual contaba con el apoyo de la elite oriental a quien retribuyó con una serie de beneficios, además de la complacencia de la elite occidental.

191

Op. Cit. CALDERON GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”. Página 436.

192

CHAMORRO, JUAN CARLOS. “Movimientos Sociales en Bolivia”, Bolivia. Página 5. En Internet: Portal de Fjerne Naboer, Dinamarca, <http://www.fjernenaboer.dk/pdf/bolivia/Movimientes%20sociales.pdf>, consultado Enero 2008.

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El gobierno de Banzer se caracterizó por tener cercanía con la elite a través de las agrupaciones políticas de derecha que lo comienzan a apoyar, pues ven en él a un aliado en su resistencia frente a las fuerzas de izquierda y a los movimientos populares. Esta situación se tradujo en una dura represión que creó un clima de presión tanto interno como externo para su salida, la cual se hace a partir de 1977 a través de la vía eleccionaria. Sin embargo desde ese año y hasta 1982, se vive un período de extrema inestabilidad dado que hubo una serie de golpes militares que no respetaron la victoria de los presidentes civiles en las urnas, lo que se tradujo en un total de 9 presidentes durante menos de 5 años. De este período destaca el golpe militar del general Luís García Meza en 1980, el cual reprimió de dura forma, incluso por sobre la ley a los sindicatos, especialmente la COB, movimientos y partidos de izquierda, tensionado y polarizando aún más a la sociedad boliviana lo que hace que su gestión concluya en otro golpe de Estado. En 1982 asume Hernán Siles Zuazo quien no pudo remediar el ya complicado panorama político, económico y social, lo que es aprovechado por Hugo Banzer, esta vez como candidato civil para ganar las elecciones de 1985, con lo que se cierra un ciclo de intervenciones militares en el gobierno, pues a partir de la “democracia pactada” que se da en este época, el país logra cierta orden que le permite mantener una relativa estabilidad y gobernabilidad193 desde fines del siglo XX.

193

En este sentido se habla de relativa estabilidad y gobernabilidad, dado que en el análisis del tercer período conflictivo se demuestra como en realidad estas situaciones eran forzadas, con el objetivo de ocultar la verdadera y compleja situación que vivía el país, pero que el pacto democrático y la sucesión democrática de presidentes, a través de diversos medios ocultaban y manejaban.

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5.1.2.3. La Incompatibilidad de los Militares El tercer y último elemento planteado en la teoría de Galtung es la “incompatibilidad” de los fines, en donde a partir del grado de antagonismo que tienen las actitudes y comportamientos del otro, el actor, en este caso los militares, pasan a desarrollar acciones en torno al otro, para este caso, la sociedad civil básicamente, dándole de esta manera un carácter definido al conflicto, además de establecer en ciertos momentos pactos con la elite. Los militares a partir de la observación de una realidad conflictiva a lo largo del siglo XX, específicamente luego de la Guerra del Chaco, han decidido intervenir, pues no ven en los gobiernos civiles, una garantía de gobernabilidad para el país, además en estas intervenciones en muchos casos han contado con el apoyo de diversos actores de la sociedad. Sin embargo, muchas de las inestabilidades que han servido para justificar los golpes militares, han sido a partir de las mismas consecuencias del involucramiento de los militares e la política. Un ejemplo claro de ello es a partir de la década de los 70, cuando a partir de una serie de problemas económico que se deben a mala gestión financiera de los gobiernos militares, dificultan que los gobiernos civiles a partir de los primeros años de la década de los ’80, puedan asumir el país en un contexto de tranquilidad económica, por lo que nuevamente el discurso militar es de que los gobiernos civiles son incapaces de sobrellevar los problemas económicos, y por ende sus efectos sociales y políticos, por lo que intervienen nuevamente. Los militares en Bolivia necesariamente forman parte del conflicto social que ha vivido a lo largo de su historia el país. Durante el siglo XX y hasta la Guerra del Chaco estaban al servicio de la elite, básicamente para mantener a través del uso de la fuerza, a otros grupos sociales, especialmente los indígenas, subordinados al gobierno de la elite. Sin embargo a partir de su irrupción en política desde la década de 1930, asumen gobiernos militares tanto desde la

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izquierda como de la derecha, o como se han denominado anteriormente, revolucionarios o reaccionarios, con matices por cierto, lo cual comienza a relativizar su clásica posición al lado de la elite, con lo cual la incompatibilidad de intereses que tenga tanto con la elite como con los grupos indígenas, se dará a partir del gobierno militar de turno, aunque siempre y a pesar de la consolidación de una serie de reformas de la Revolución de 1952, tratarán de contener las demandas y reivindicaciones de campesinos, mineros e indígenas, tratando de cooptarlos, como por ejemplo a través de pactos, o simplemente a través de la dura represión en ciertos gobiernos más cercanos a la derecha como puede ser por ejemplo en el caso de las administraciones de Banzer. Otra incompatibilidad relevante del período se da a partir de la década de los ’70, bajo el contexto de la Guerra Fría, en donde Banzer, luego del gobierno pro socialista del general Ovando, reprimió de dura forma a los movimientos políticos de izquierda al igual que a la actividad sindical. Así, bajo este gobierno nace una incompatibilidad muy fuerte, y de hecho, una incompatibilidad también dentro de los militares, ya que por un lado la administración de Ovando había propiciado un clima favorables para los movimientos y partidos sociales, mientras tanto que bajo el gobierno de Banzer anuló cualquier instancia que tuviera relación con la izquierda, lo que es descrito por Walter Guevara como una inconsecuencia, ya que la izquierda boliviana estaba fraccionada y tenía muy pocas posibilidades de llegar a la construcción de una sociedad socialista, sin embargo los militares bajo la administración de Banzer siguieron con el discurso de la amenaza marxista “… hablando de los extremistas, de las conspiraciones internacionales, de los riesgos para la seguridad y defensa del país, de la defensa de la civilización occidental cristiana y otras cosas por el estilo…”194, pues era un discurso que resultaba útil para justificar su presencia en el gobierno en momento en que los militares llevaban varios de años de

194

Op. Cit. GUEVARA, WALTER. “Los Militares en Bolivia”. Página 32.

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continuidad en el poder y tu legitimidad ya se estaba desgastando en forma alarmante. Hacia las postrimerías del período en estudio, los militareas se encontraban fuertemente deslegitimados, caracterizandose el período de la transición a la democracia, en palabras de Juan Quintana, por una “… traumática ruptura entre fuerzas armadas y sociedad”195, lo que hizo que en el período, los gobiernos civiles no pudieron gobernar tranquilos pues tenían la sombra de los militares sobre sus cabezas. Esta situación lleva a que se produjera en los ’80 una patente incompatibilidad de los militares con el resto de la sociedad, pues estos tenían en anhelo de seguir involucrandose en política, tal vez ya no a través del ejercicio del poder directamente, pero si influeyendo en las desiciones de los gobiernos civiles, lo que en parte se dio debido a que la fragilidad del sustento político del gobierno de la UDP, que hacía pensar en los militares como resguardo de la institucionalidad, pero por otro lado, la sociedad ejerció presión sobre ellos, a lo que debe sumarse una serie de problemas internos y la presión y desgaste acumulado durante los años de gobierno que los separó fefinitivamente de la sociedad.

195

QUINTANA, JUAN. “Las Relaciones Civiles – Militares en Bolivia. Una Agenda Pendiente”, “Revista Fuerzas Armadas y Sociedad”, FASOC, año 13, N° 1, Santiago - Chile, Enero – Marzo 1998. Página 24. En Internet: Portal de Internet de la Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, Chile, <http://www.fasoc.cl/files/articulo/ART411269a8862a8.pdf >, consultado Septiembre 2008.

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5.2. Nivel 1 – Las Fuerzas Sociales Los movimientos sociales existentes en Bolivia, tienen como un componente esencial la presencia indígena, lo que se entiende a partir de que este grupo representa más de la mitad de la población total del país, y por que a través de sus historia, han sido el grupo que mayormente se ha visto afectado por la exclusión y la pobreza a través de las políticas de los gobiernos manejados por la elite o con presencia de ella hasta la década del ’30 y finalmente hasta la Revolución de 1952. Además los indígenas con el tiempo han ocupado diversas áreas del sistema económico boliviano, pudiéndose encontrar indígenas campesinos, mineros o como obreros en las ciudades. De esta manera las fuerzas sociales presentes en este apartado se comprenderán como movimientos sociales cuyo principal componente es el sector indígena, y por lo tanto, será este, el objeto principal de estudio. Sin embargo es preciso antes de analizar al sector indígena en su conjunto, detallar la existencia de ciertas fuerzas sociales organizadas ya sea de forma civil o sindical para completar el panorama, por ello el primer paso será precisamente describir y analizar a estos sectores.

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5.2.1. Los Movimientos y Agrupaciones Sociales Los diversos sectores sociales existentes en Bolivia, hasta la década del ’30, y de forma más fuerte hasta la década del ’50, no tenían mayor relevancia en el país a partir de las estrategias desarrolladas por la elite para su contención y represión, salvo esporádicos levantamiento que eran duramente suprimidos por la elite. Sin embargo la Revolución de 1952 les entrega instrumentos y abre espacios para poder conformarse como actores dentro de la sociedad boliviana a través de la figura de movimientos y agrupaciones sociales. Considerando que la base de estos nuevos movimientos eran en su mayoría los indígenas, una de las banderas más fuerte de lucha fue la serie de reivindicaciones a partir de la exclusión que sufrían, para aunar consenso y cohesión en su interior, se apelaba al tema de la identidad indígena en contraposición a la elite como también se utilizaron temas como la autonomía, las mejoras en la calidad de vida, el derecho a la tierra y otras reclamaciones, muchas de ellas con bastante sustento histórico. La etnicidad permitía que su afianzamiento como grupo fuera relativamente exitoso y con ello a partir del ’50, se constituyeran en actores claves del período, partir de la fuerza que les daba su cohesión para plantear sus demandas frente al Estado, sin embargo el Estado en manos del MNR en la década del ’50 quería sustituir el discurso étnico de los indígenas, por el de clase, el cual se ajustaba más a las necesidades de ese partido político, pues podía englobar a más grupos sociales, como por ejemplo los mestizos, y con ello, contar con mayor cantidad de posibles futuros electores para seguir en el poder. De esta manera, esta nueva realidad, la cual se acentúa mayormente a partir de la década de los ’80 y ’90, dado que desde los años ’60 los diferentes movimientos sociales comienzan a ser cooptados por los gobiernos militares del período, muestran que este es un punto de inflexión en comparación a los

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movimientos sociales anteriores a la década del ’50, los cuales solían ser desorganizados, propios de un solo grupo y que no desarrollaron estrategias de supervivencia o de aumento de fuerza por ejemplo a través de la unión con otros grupos sociales. Esto según Marisa Revilla se produce a partir de que en este período se comienza a producir “… una reconstrucción de la identidad indígena, una reapropiación de la categoría indio, redefinida desde los propios pueblos”196, situación no esperada por la Revolución, la cual aspiraba a bajo el discurso de la nacionalidad boliviana, evitar futuros problemas étnicos desde las demandas particulares de los grupos indígenas a través de la imposición de una identidad mestiza que cohesionara el cúmulo de identidades existentes en Bolivia. Ahora su conformación como fuerza social no se explica obviamente por sólo la conciencia indígena, sino más bien por la condiciones de participación que entrega la Revolución de 1952, las cuales permitan que la construcción de este discurso indígena relacionado con la identidad, sea parte de la estrategia para aumentar el poder de parte de estos movimientos sociales para plantear con más fuerza sus demandas, no siendo este un resultado esperado por el gobierno revolucionario. De todas formas el sustento identitario no es único que permite la conformación de los movimientos sociales en la época, no se puede negar la influencia de una cierta conciencia de clase para explicar la conformación de otros movimientos sociales de tipo reivindicativo como el movimiento campesino, o de la conciencia gremial y las ideologías de izquierda para el tema del sindicalismo197,

196

REVILLA, MARISA. “Propuesta Para un Análisis del Movimiento Indígena Como Movimiento Social”, “Revista Política y Sociedad”, Volumen 42, N° 2, Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Madrid – España, 2005. Páginas 49 – 62. Página 52. En Internet: Portal de Internet de la Universidad Complutense de Madrid, España, <http://www.ucm.es/BUCM/revistas/cps/11308001/articulos/POSO0505230049A.PDF>, consultado Marzo 2007. 197

Puede argumentarse que no necesariamente la actividad sindical cae en la categoría de movimiento social, sin embargo en el contexto boliviano y para el período en estudio, los sindicatos operaron como fuerzas sociales, las cuales junto al movimiento campesino y a los

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aunque en ambos casos, esté igualmente compuesto en su mayoría por indígenas, producto de que algunos se identificaban más con la lucha de clases o por demandas sectoriales que con el discurso étnico, sin embargo todos estos diferentes movimientos sociales toman fuerza a la luz de las reformas de la década del ’50. A hora bien, y a pesar de la existencia de estas consideraciones (conciencia de grupo, identidad colectiva, exclusión, enemigos en común, demandas en común, etc.), aún no se puede explicar por sólo estos hechos la aparición de estos movimientos sociales durante la década del ’50. Tal y como señala Marisa Revilla, se requiere de otros elementos como por ejemplo “…capacidad de organización, liderazgo, disponibilidad de recursos, existencia de aliados,… es decir, es necesario analizar cómo las relaciones de poder, las desigualdades, el momento

del

desarrollo

histórico

del

Estado

o

las

transformaciones

internacionales han afectado a los cambios en la identidad colectiva (indígena) y en la formación y consolidación del movimiento social”198, tan sólo de esta manera, con la existencia de estos otros elementos que le den cuerpo, conducción y objetivos a los movimientos sociales, además de un contexto determinado, estos saldrán a la luz como se dio en el caso de la década del ’50 en Bolivia. Para esta revisión de los movimientos sociales, no se debe desconocer el rol que jugaron en su conformación los partidos políticos, sobre todo el MNR bajo el contexto revolucionario de los años ’50, sin embargo, y en vista de que los partidos políticos se analizan en el segundo nivel de esta propuesta analítica, acá tan sólo se procederá a revisar los movimientos y agrupaciones sociales del movimientos populares y/o indígenas salen a la luz en la década del ’50 con objetivos hasta cierto punto similares lo que nos hace justificar el que sean incorporados bajo esta categoría de análisis. 198

Op. Cit. REVILLA, MARISA. “Propuesta Para un Análisis del Movimiento Indígena Como Movimiento Social”. Página 55.

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período, dejando el tema de los partidos políticos para la revisión del punto siguiente, luego del abordamiento bajo el modelo de Galtung de los indígenas.

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5.2.1.1. La Central Obrera Boliviana o COB El nacimiento de los movimientos sindicales obreros en Bolivia, tienen su origen en la explotación minera de fines del siglo XIX y principios del XX, en donde a partir de la industria tanto del estaño como de los ferrocarriles (ligados producto de que se necesitaban ferrocarriles sacar trasportar el estaño) se comienzan a gestar pequeños sindicatos, los cuales a partir de la década del ´20 y en mayor medida del ’30, comienzan a acercarse a las ideologías de izquierda que comienzan a llegar al país. La Central Obrera Boliviana, COB, nace en medio de la Revolución de 1952, aglutinando a gran parte de los sectores obreros del país con la finalidad de plantear sus demandas que iban por mejoras en las condiciones de trabajo, así como mejores salarios. La importancia de la COB radica en que se constituyó en “…el centro de las luchas sociales y sindicales de los trabajadores bolivianos y un referente ideológico y de auto organización de las clases subalternas en Bolivia”199, siendo especialmente importante para el sector minero, quien desde un principio, fue uno de los actores principales dentro de la COB, de hecho en su primer congreso de 1954, se señala que, “…la elección de su Secretario General siempre debe recaer en un representante minero, hecho que ya ha sido discutido por otros sectores de trabajadores”200, pues se considera poco democrático. Otra importancia como señala Fernando Calderón es que “Los obreros mineros constituyeron probablemente el grupo social más moderno y combativo de la sociedad boliviana. Ellos se desarrollaron en función de una oposición y lucha contra el poder minero transnacional y el Estado, y supieron proyectar y 199

Op. Cit. CHAMORRO, JUAN CARLOS. “Movimientos Sociales en Bolivia”. Página 3.

200

QUISBERT HUANCA, ERMO. “Sindicalismo y el Sindicato en Bolivia”, ADEQ, La Paz - Bolivia, 2007. Página 6. En Internet: Portal de Internet del Centro Documentación e Información de Bolivia, CEDIB, Bolivia, <http://www.cedib.org/pdocumentos/educacion/Sindicalismo%20Bolivia.pdf>, consultado Marzo 2008.

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concatenar sus intereses sociales nacionales con los del movimiento obrero internacional”201. La COB también le sirve al gobierno revolucionario para aunar en una sola gran fuerza otras iniciativas sindicales como por ejemplo las campesinas, aunque también se debían hacer esfuerzos para mantener su cohesión dada la heterogeneidad de realidades y posturas dentro de esta gran organización obrera, pues era interés del gobierno revolucionario mantener la unidad del movimiento sindical, debido a que ello permita su captación y servía de futuro nicho laboral. Es más, Erick Langer señala que “Entre 1952 y 1957, el MNR cogobernó con la Central Obrera Boliviana (COB), el mayor organismo del sindicalismo boliviano dominado por los trabajadores mineros. Parecía que las fuerzas internas sociales habían ganado. Se organizaron milicias, tanto de mineros como de campesinos con armas repartidas por el gobierno. Estas jugaron un papel muy importante al sostener la hegemonía de las fuerzas revolucionarias, por un lado, y al mantener en jaque a las fuerzas del anterior régimen, incluyendo al Ejército, por el otro”202. Durante 1964, la COB apoya al movimiento popular que busca derrocar al gobierno del MNR que conducía Paz Estensoro, sin embargo antes de que las fuerzas sociales puedan acceder al poder, los militares en unión con el movimiento Razón de Patria acceden rápidamente al poder bajo la figura del general René Barrientos, siendo el comienzo del fin del poderío de la COB para esta época, ya que los gobiernos militares, a través del Pacto Militar – Campesino, hicieron que el poder la COB fuera disminuyendo, sobre todo a partir de los gobiernos militares que vinieron luego de Barrientos, en donde a través 201

Op. Cit. CALDERON GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”. Página 430.

202

LANGER, ERICK. “Una Visión Histórica de Bolivia en el Siglo XX”, Páginas 67 - 88. En: CAMPERO, PRUDENCIO, FERNANDO. “Bolivia en el Siglo XX. La Formación de la Bolivia Contemporánea”, Editorial Offset Boliviana, La Paz – Bolivia, 1999. Página 76.

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del uso de la fuerza y de la captación, se desarticuló el movimiento obrero. Sin embargo la COB resurge al poder mantener parte de estructura en funcionamiento durante la época y apoyar en 1970, luego de la renuncia de Ovando, el ascenso de Juan José Torres, aunque ni este ni la COB logran consolidar su permanencia en el poder ya que en 1971 se produce un definitivo golpe militar encabezado por Banzer, el cual durante su gestión hasta 1978, prohíbe la existencia y funcionamiento de las organizaciones sindicales, marcando el total descenso del poder de la COB para el período, hasta el retorno de la democracia con Hernán Siles Suazo, en que la COB tiene gran protagonismo durante su gestión a través de paros, protesta y huelgas que ayudan a poner fin a la gestión de Siles Suazo, lo que marca también el fin del poderío de la COB, dado que a partir de la llegada al poder de Paz Estensoro, la COB perderá de forma abismante su capacidad de convocatoria, la cual comienza a ser absorbida por otras instancias como por ejemplo los propios partidos políticos de la época. De esta manera y bajo el contexto de la llegada del neoliberalismo al país con la Nueva Política Económica decretada en 1985, la COB, comenzó a perder su poder, puesto que la minería estatal “… no pudo resistir la competencia del sector privado y los bajos precios que ocasionaron el cierre de muchas fuentes de trabajo y el despido masivo de los mineros”203, con lo cual la COB bajó su convocatoria, ya que la actividad sindical propiamente tal comenzó a pasar a las manos de las cooperativas, lo que hizo que sin un movimiento sindical fuerte, aumentara el porcentaje de mineros asalariados y con ello disminuyera la convocatoria de la COB, siendo reemplaza en importancia, en la década de los ’90, por centrales obreras de carácter regional. Para explicar la pérdida de importancia de la COB, Ermo Quisbert señala tres razones, siendo la primera de ella, la que se explicó anteriormente relacionada

203

Op. Cit. CHAMORRO, JUAN CARLOS. “Movimientos Sociales en Bolivia”. Página 3.

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al cambio del sistema económico y la introducción de la empresa privada a la minería, también ha jugado un rol importante el desgaste de la COB como intermediario entre el gobierno y la sociedad civil sobre todo a partir de que se comienza a transferir ese rol a los partidos políticos, y finalmente, un tercer factor, sería la falta de la renovación ideológica acorde a las necesidades y demandas obreras que desde los años ’80, en un contexto democrático, son distintas a la de décadas anteriores, sobre todo bajo gobiernos militares204.

204

Op. Cit. QUISBERT HUANCA, ERMO. “Sindicalismo y el Sindicato en Bolivia”. Página 7 y 8.

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5.2.1.2. La Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CNTCB Junto con los movimientos sociales amparados bajo la estructura sindical obrera, a partir de la Revolución de 1952, nacen también los movimientos campesinos a partir de que el gobierno revolucionario crea el Ministerio de Asuntos Campesinos, siendo una de sus primeras medidas la creación de sindicatos agrarios a favor de los campesinos de Bolivia, los cuales en gran porcentaje también se encuentra compuestos por indígenas. La instancia sindical campesina más importante es la Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CNTCB, la cual tenía la finalidad de “… controlar y neutralizar la movilización campesina, y así liquidar para siempre el “problema del indio” e incorporarlos a la “civilización””205, dado que a través de la figura del campesino se intentaba etiquetar al indígena y con ello reemplazar su figura para iniciar el proceso de conversión de este en boliviano según los criterios del gobierno revolucionario a modo de evitar el problema del tema del indígena que se planteaba en Bolivia a partir de la década del ’30. El gobierno revolucionario del MNR logró imponer a la CNTCB, como la única organización campesina dentro del campo boliviano con la finalidad de controlar al movimiento indígena, puesto que el Estado, tenía “… dirigentes vinculados a los comandos movimientistas. Con el sindicato, querían controlar y neutralizar la movilización india y campesina, que había logrado desestabilizar por su cuenta al orden oligárquico a través de masivas rebeliones…”206. Con ello se lograr frenar 205

Ibidem. Página 6.

206

CONFEDERACIÓN NACIONAL DE TRABAJADORES CAMPESINOS DE BOLIVIA. “Historia del Movimiento”, La Paz - Bolivia, 2007. Página 1. En Internet: Portal de Internet la CNTCB, La Paz Bolivia, <http://www.csutcb.org/apc-aa-files/documentos/items/historia_del_movimiento.pdf>, consultado Marzo 2008.

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en parte la demanda de los grupos indígenas relativo a la autonomía, pues al cooptar de esta forma al movimiento indígena a través de esta agrupación campesina se logra disminuir el ímpetu de sus reivindicaciones, así como hacer de esta organización una herramienta de Estado, que será aprovechada posteriormente por los gobiernos militares. La CNTCB comienza a perder poder a fines de la década del ’60, ya que la manipulación de los gobiernos militares a través del Pacto Militar – Campesino, hicieron que cobrara fuerza la corriente katarista dentro de la organización, el cual siguió cobrando impulso con los años, a pesar de la oposición de Banzer, pues se siguió operando desde la clandestinidad. El katarismo, enfatizó la lucha de clases a favor de los indígenas, asumiendo el sindicato por un instrumento de lucha, para más tarde en la década de los ’70 y ’80 construir el discurso plurinacional. Cabe destacar que en 1979, en el macro de la lucha por la democratización del país luego del gobierno de Banzer, la COB impulsó la creación de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CSUTCB, aumentando con los años su importancia incluso por sobre la COB, la cual ya a esas alturas había perdido su poder de convocatoria por diversas razones como se ha señalado anteriormente.

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5.2.1.3. Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CSUTCB Como se ha visto, la CNTCB al ser cooptada por los gobiernos militares se deslegitimó como vehículo de representación del movimientos campesino. En 1977 varias organizaciones sindicales y campesinas de tipo regional rompen su relación con la CNTCB, básicamente por la disconformidad que existía ante el Pacto Militar – Campesino. En 1979 por propuesta de la COB se realiza el primer Congreso de Unidad Campesina en el cual se acuerda crear la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia o CSUTCB. Esta nueva estructura tiene, “… su prueba de fuego en las jornadas de noviembre de 1979 en defensa de la democracia y posteriormente en el bloqueo nacional contra el paquete de medidas dictadas por la presidenta Lidia Gueiler en diciembre”207. Desde allí en adelante va creciendo en poder y relevancia, llegando a proponer un proyecto para una nueva ley agraria que reemplazara la que existía desde la revolución, lo cual fue finalmente desestimado. La CSUTCB a partir de fines de la década de los ’90 comienza a experimentar una crisis interna a partir del cuestionamiento que existe desde sus bases de no representar fielmente los intereses de los campesinos que la componen para lo cual se realizan una serie de congresos desde ese año y hasta el 2006, para analizar su situación y elegir nuevas directivas.

207

Op. Cit. QUISBERT HUANCA, ERMO. “Sindicalismo y el Sindicato en Bolivia”. Página 10.

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5.2.1.4. Los Comités Cívicos Dejando de lado las instancias sindicales, ya sean obreras, mineras, o campesinas, existieron durante el período otras instancias de manifestación de los movimientos sociales en Bolivia como por ejemplo los comités cívicos. Los comités cívicos nacieron en la época de la colonia “…como una necesidad de mediación e interpelación en asuntos importantes frente a los abusos de la corona y han continuado en la vida republicana como mecanismos de intermediación entre la sociedad y el Estado o los que detentaban el poder público”208. A partir de la década de ‘1950 y gracias al contexto revolucionario, vuelven a jugar un rol importante dentro de la política boliviana, ya que durante los períodos anteriores habían quedado relegados a partir de las acciones de la elite. Estos comités cívicos se apoyan y legitiman a partir de las demandas de la población a la cual representan, operando de forma independiente de otras estructuras de representación o administración del gobierno en Bolivia. Estos se caracterizan además por que “A diferencia de la juntas vecinales los CC están conformados por ciudadanos que no son elegidos a nivel de bases. La elección del presidente de un Comité Cívico es interno y no participa la ciudadanía en general” 209, siendo una instancia única dentro de la política boliviana. En el período revolucionario, el MNR elimina los gobiernos municipales al acusarlos de estar al servicio de la desgastada elite tradicional, por lo que los comités cívicos resurgen de su letargo en cada departamento del país a partir del fin del gobierno del MNR. Uno de los más importantes y más trascendentes en el tiempo, es el Comité Cívico de Santa Cruz, convirtiéndose en el más 208

FARFÁN ROMERO, ESTEBAN. “Los Comités Cívicos y la Historia”, Bol Press, Bolivia, 2007. En Internet: Portal de Bol Press, Bolivia, < http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2007112911>, consultado Noviembre 2008. 209

Op. Cit. CHAMORRO, JUAN CARLOS. “Movimientos Sociales en Bolivia”. Página 3.

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importante de Bolivia en la actualidad, ya que ha sido el encargado de plantear las demandas auton贸micas de Santa Cruz.

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5.2.1.5. Las Federaciones de Juntas Vecinales o FEJUVE Otras de las importantes instancias de reunión de los movimientos sociales son las FEJUVE. Estas nacen en la década del ’50 “… espontáneamente y por intereses netamente barriales, se comienzan a organizar los vecinos de diferentes sectores…”210 de La Paz, naciendo las Federaciones de Juntas de Vecino o FEJUVE. Su antecedente directo es el Consejo Central de Vecinos, sobre el cual se cimienta esta nueva estructura. La FEJUVE que nace en La Paz, no fue suficiente para condensar a todas las juntas de vecinos de la ciudad, sobre todo teniendo en cuenta que El Alto, que ya no era un barrio de La Paz, sino que se había convertido en una ciudad anexa, a pesar que la denominación de ciudad se da en la década de los ’80. El Alto es un centro indígena dado que cerca del 80% de su población es de origen quechua o aymara. En 1957, se crea la FEJUVE – El Alto, exclusiva de ese sector, que con el tiempo se convertiría en la federación de juntas de vecinos con más poder en Bolivia, desligándose de la FEJUVE de La Paz y que en la actualidad ha jugado un rol protagónico en las movilizaciones de los primeros años del siglo XXI.

Durante la década de los ’80, la FEJUVE del Alto en La Paz tiene un rol protagónico, incluso catapultando figuras y cargos políticos desde sus filas, sin embargo a partir de la década del ’90 y debido al control que comienza a ejercer sobre ella el movimiento populista CONDEPA, Conciencia de Patria, muchos de sus dirigentes pasan a engrosar las filas de esta agrupación dejando a la FEJUVE carente de dirigentes con experiencia, aunque recobra su poder en las movilizaciones que se dan en el país a partir del año 2000.

210

Op. Cit. CHAMORRO, JUAN CARLOS. “Movimientos Sociales en Bolivia”. Página 4.

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5.2.2. Los Indígenas La década del ’30 marcó el escenario y constituye la génesis de lo que más tarde se convertirá en la Revolución de 1952. En los años ’30, Bolivia sufre una serie de situaciones problemáticas, como los efectos de la crisis mundial o la derrota en la Guerra del Chaco, lo que culmina con el sistema impuesto por la elite tradicional y genera las condiciones para poder replantear Bolivia a partir de la intervención de los militares en esa década. A pesar de la resistencia de la elite, finalmente en la década del ’50 a través de la revolución, se replantea el país, el cual asume un nuevo trato para el tema indígena. A partir de la Revolución de 1952, los indígenas logran una serie de avances que no habían podido lograr en su anterior lucha contra la elite, gracias a la conciencia que generó la situación del indígena la cual se socializó al país durante la Guerra del Chaco. Para el indígena hubo una serie de reformas claves que mejoran relativamente su situación como el voto universal, la creación de instancias de sindicalización obrera y campesina, aunque controladas por el Estado revolucionario a través del MNR, la reforma agraria, la educación, y otras más tendientes a mejorar la calidad de vida del indígena. Sin embargo, estas acciones no significaban una preocupación real del indígena, más que nada se trataba de contenerlo y evitar problemas posteriores, ya que el gobierno revolucionario lo que intenta es “bolivianizar” al indígena a través de su conversión en campesino, vocablo que intenta reemplazar el concepto de indígena, además de sindicalizar para servir a los intereses del gobierno revolucionario. Para ello la Revolución intenta levantar el imaginario de la identidad mestiza, el cual mediaba de mejor forma el origen étnico con la incorporación formal al país, desplazando la figura de indígena, la cual estaba asociadas a las demandas autonómicas y de autogobierno que podían complicar el proyecto del MNR. Los gobiernos militares de la década del ’60, prosiguen con

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esta estrategia de institucionalización del movimiento indígena desde la perspectiva mestiza por ejemplo a través del Pacto Militar – Campesino del período de de Barrientos, aunque con matices, ya que los gobiernos militares que son de corte reaccionario, como Banzer tendrán un trato duro y represivo con el movimiento sindical y campesino al cual se coopta con estas estrategias.

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5.2.2.1. La Actitud de los Indígenas La “actitud” de los indígenas en este período tiene su punto de inflexión en la Revolución de 1952 y la serie de reformas que gracias a ella se realizan, pues la actitud de sometimiento, aunque no sin resistencia de los indígenas, comienza a cambiar cuando a partir de esta reformas revolucionarias comienzan a ser incluidos de forma efectiva dentro de la sociedad boliviana, aunque como se ha señalado anteriormente la razón profunda de esto, es el deseo de cooptación que el gobierno revolucionario y más tarde los militares quieren hacer del movimiento indígena. Desde este momento la visión intrasubjetiva de los grupos indígenas fue la de querer

aprovechar

las

ventajas

de

las

nuevas

reformas,

aunque

no

necesariamente para participar con más herramientas de la vía política del país, sino que también y a partir de su mirada intersubjetiva, la cual les indicaba que el país quería a pesar de los intentos de inclusión, seguir teniéndolos al margen de las grandes decisiones, cooptándolos a través de diversas nuevas estructuras sindicales levantadas para de esta forma, homogenizar culturalmente a través de la figura del mestizaje, el manejo político de sus demandas, ya no buscar la democracia, puesto que la habían conseguido, por lo menos desde el plano discursivo, sino más bien de autonomía a través del respeto de su cultura tradicional a través del cumplimiento de sus demandas reivindicatorias aprovechando las instancias que proporcionó la Revolución de ’52. En este caso uno de los sectores indígenas que más anhelos de autonomía tienen a partir de su propia tradición histórica, es el grupo de los aymaras, que conforman cerca de un 25% del total de la sociedad boliviana, en donde a partir de su “… innegable autonomía cultural y su cada vez más evidente deseo de autonomía política han inducido a que los antropólogos definan la sociedad

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aymara como un «mini-Estado» al interior de Bolivia”211. Esta protección de la identidad indígena también comienza a partir del proceso revolucionario de la década del ’50 debido principalmente a que la revolución buscaba la denominada “liberación del indio”, lo que en otras palabras es la integración del indígena a la sociedad boliviana a partir del derecho político y de la protección de sus tierras, sin embargo, este mismo objetivo es contrapuesto y paradójico si se entiende que la misma revolución y su proyecto nacional, “… son integradores, homogeneizadores y finalmente, la misma revolución expurga de su vocabulario el término "indio"”212, lo que implica que los indígenas deban renunciar a parte de su identidad para acceder a la visión de país propuesta por la revolución, por que en su propia visión, se sienten agradados de los cambios del proceso revolucionario, sin embargo, lucharan para mantener esta autonomía identitaria. A fines de la década del ’60, aparecen manifestaciones claras de una nueva conciencia étnica de parte de los indígenas, lo que es canalizado por el movimiento katarista, el cual nace a partir de las propias herramientas que la Revolución de 1952 le proporciona a los indígenas, como la educación, ciudadanía, tierras, etc., pero que estos todavía sienten que son muy pocas, lo que les hace sentir todavía que eran víctimas de discriminación y exclusión de parte del país, de manera tal que la frustración “… hizo resurgir la memoria

211

ZALLES CUETO, ALBERTO. “De la Revuelta Campesina a la Autonomía Política: La Crisis Boliviana y la Cuestión Aymara”, “Revista Nueva Sociedad”, N° 182, Buenos Aires - Argentina, Noviembre y Diciembre 2002. Página 108. En Internet: Portal de Internet de la Revisa NUSO, Nueva Sociedad, Argentina , < http://www.nuso.org/upload/articulos/3091_1.pdf>, consultado Septiembre 2008.

212

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 41.

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larga, de un plurisecular enfrentamiento con el Estado”213, uno de las bases del pensamiento katarista. De esta forma, el sentimiento indígena de utilización a partir de su adscripción obligatoria a las instancias sindicales del gobierno revolucionario y luego de los gobiernos militares, provocarán que algunos sectores del movimiento indígena, encuentren en el katarismo una vía para hacer efectivos sus anhelos y reivindicaciones fuera del alero estatal. Es decir, si bien los indígenas habían resistido el proyecto modernizador que intentaba su exterminación en términos culturales durante la época de la elite tradicional durante las primeras década del siglo XX, los populismos militares y del MNR a partir de la década del ’30 y del ’40, hacen que la situación y conflicto indígena entrara “…por primera vez en escena pública en un sentido visible, ya no como aquello que es negado sino como una voz a ser escuchada”214, sin embargo la situación, aunque menos dramática, a partir de la década del ’50 tenía el mismo objetivo que la elite tradicional, ya que a través de la figura del mestizo y de la sindicalización se buscaba la conversión de la identidad indígena en una identidad boliviana o a lo menos mestiza para a partir de ella, olvidar los orígenes indígenas y construir luego la identidad boliviana, situación que con ciertos reparos se mantendrá hasta finales del período en estudio, puesto que a partir de la década de los ’80, las reivindicaciones de autonomía indígena reaparecerán con mucha fuerza y ya no cooptada a través del movimiento sindical bajo el alero del Estado, sino más bien por partidos políticos, muchos de los cuales, como por ejemplo los populistas, utilizarán el discurso identitario para ampliar su poder de convocatoria.

213

Op. Cit. TICONA ALEJO, ESTEBAN. “Pueblos Indígenas y Estado Boliviano. La Larga Historia de Conflictos”.

214

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 10.

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5.2.2.2. El Comportamiento de los Indígenas La acción en la propuesta modélica de Galtung se entenderá como el “comportamiento”, elemento en el cual, los actores a partir de la polarización que generan sus actitudes conflictivas, comienzan a reaccionar. En este caso, será como los indígenas a partir de los acontecimientos de la década del ’30 comienzan a movilizarse logrando el cambio del sistema en los ’50, como también así, a partir de esos cambios del ’50 comienzan a relacionarse de formas más institucionales con el país a través de la sindicalización y de cómo reaccionaran ante la cooptación que se hace de este. Antes de la década del ’50, no se reconocía a los indígenas como sujetos políticos ni como movimientos válidos dentro de Bolivia, pues la elite los reprimía duramente con el objetivo de mantener el orden social imperante. Las movilizaciones indígenas de fines de los ’40 y principios de los ’50, son elementos claves para explicar la Revolución de 1952, sin embargo a pesar de los avances en materia de democratización para con el indígena de esta, muchas medidas son interpretadas rápidamente como insuficientes por los indígenas, por lo que los gobiernos militares posteriores a la revolución reprimirán y buscaran las formas de institucionalizar para cooptar o simplemente suprimir el movimiento indígena organizado. Cabe agregar también que “Según el censo de 1950, Bolivia contaba con una población de 3.019.031 habitantes de los cuales 70% estaban concentrados en el área rural y 75% eran analfabetos. Era un país con características todavía rurales y extremadamente dependiente de los precios internacionales que se pagaba por

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sus minerales. Los indígenas y los sectores mestizos empobrecidos continuaban discriminados y alejados de participar en asuntos estatales y sociales”215. El comportamiento muchas veces erráticos de los indígenas se debe en gran parte a que no existe un grupo claro de indígenas que tenga el poder para imponer sus decisiones al resto de los indígenas. Ello se debe por que a pesar de la importancia de la etnia quechua y de la aymara en Bolivia, existe otra serie de etnias repartidas dentro del país, que no permiten que exista una posición única o muchas veces mayoritaria en torno al actuar que deben tener y que al igual de la elite, para ciertos casos, se encuentran divididos entre los que pertenecen al oriente o al occidente del país. Es así como los aymaras y los quechuas, que conforman la mayoría de la población indígena del país, en gran número se encuentran en la zona oeste del país, en la cual los indígenas se han integrado de mejor forma a la sociedad de esta parte de Bolivia, aunque ello obviamente no implica la desaparición de problemas como la exclusión. En cambio para el caso de los indígenas que habitan en el oriente del país, aunque son un minoría con respecto a la parte que se ubica en occidente, “… no se sobreponen las demandas territoriales de las comunidades y donde, por sobre todo, las concepciones identitarias étnico-culturales están menos contaminadas por el desarrollo occidentalista de la sociedad boliviana”

216

, lo que no permite

en este período, y difícilmente en cualquier otro, dar homogeneidad a la lucha indígena en Bolivia.

215

ARZE AGUIRRE, RENÉ. “Notas para Una Historia del Siglo XX en Bolivia”, Páginas 48 - 66. En: CAMPERO, PRUDENCIO, FERNANDO. “Bolivia en el Siglo XX. La Formación de la Bolivia Contemporánea”, Editorial Offset Boliviana, La Paz – Bolivia, 1999. Página 61.

216

SAVINO, DIEGO. “Bolivia: Una Crisis Perpetua”, Agenda Internacional N° 7, Buenos Aires Argentina, Diciembre 2005 Enero/Febrero 2006. Página 73. En Internet: Portal de Agenda Internacional, Buenos Aires – Argentina, < http://www.agendainternacional.net/numerosAnteriores/n7/0706.pdf >, consultado Julio 2008.

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Los indígenas que viven en el campo, a los cuales la Revolución de 1952 comenzó a unificar bajo el vocablo de campesino, históricamente han trabajado la tierra para su subsistencia, por lo cual no entraban en las lógicas de la elite tradicional terrateniente ni les permitía la diversificación de ellos como mano de obra para otras labores, ya que estaban unidos a la tierra y a su comunidad por “…fuertes lazos tradicionales y espirituales, factores que fueron un obstáculo para el trasplante de la masa campesina a otros centros de producción”217. Esta situación hace que los indígenas frente a nuevas posibilidades democráticas que le ofrece la Revolución de 1952, opten más por la autonomía, o en su efecto, por la participación democrática para la búsqueda de su autonomía, pues no querían alterar su tradicional modo de vida, aunque cabe destacar también, que la reforma agraria les dio cierta seguridad en torno a la mantención de sus tierras lo que les permitió emigrar en búsqueda de nuevos horizontes en caso de que optaran por ello, aunque los problemas de esa emigración a la ciudad por ejemplo, estaban en su falta de capital, tanto económico como cultural. La Revolución de 1952 llamada a cambiar la estructura y el trato del Estado con el indígena, rápidamente a partir de la acción política del MNR perdería su atractivo para los indígenas, pues el MNR intentará institucionalizar el proceso instrumentalizando el accionar indígena a través de la sindicalización, de forma que como señala José Antonio Rivera, “La revolución no terminó entonces en un cambio radical y profundo del comportamiento del Estado con relación a los pueblos indígenas…”218, ya que no logró la inclusión completa y real de los indígena en el sistema político de forma constitucional, reconociendo de forma plena su identidad étnica distintas. Al contrario la Revolución del ’52 lo que hizo fue homogeneizar al indígena bajo la figura del mestizo para tratar de contener sus demandas reivindicativas de reconocimiento cultural, pues se concebía que 217

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”. Página 200.

218

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 202.

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el problema indígena era de carácter individual, es decir, solucionando los problemas de cada indígena se debería arreglar su situación, sin embargo el problema era grupal, situación que ni el gobierno revolucionario ni los gobierno militares posteriores pudieron entender y afrontar por lo que optaron por la cooptación y la represión, ante lo cual los indígenas, tal vez con menos fuerza relativa que en episodios posteriores, trataron de mantener en medida de lo posible su constante movilización en función de lograr sus objetivos, movilizaciones que resurgen con mayor fuerza en la instauración del régimen democrático en Bolivia a partir de 1982.

248


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5.2.2.3. La Incompatibilidad de los Indígenas La “incompatibilidad” de los fines, se produce a partir del grado de antagonismo que tienen las actitudes y comportamientos del otro, el actor, en este caso los indígenas, pasan a desarrollar acciones en torno al otro, para este caso, en el primer momento, la elite tradicional luego de la Guerra del Chaco, luego el Estado, dado que a partir de la Revolución, tanto el gobierno del MNR, como posteriormente los gobiernos militares trataran por diversas formas de disminuir el impacto del movimiento indígena, ya sea a través de la cooptación o de la represión. Los sectores populares y especialmente los indígenas se ven beneficiados por la llegada de los gobiernos militareas nacionalistas y reformistas durante la década del ’30 y posteriomente durante parte de la década del ’60, además de la las reformas del período revolucionario de la década del ’50, sin embargo, estos gobiernos centran su atención más en el movimiento sindicalista obrero que al tema étnico indígena, con los cual sus problemas y reinvindicaciones no son del todo atendidas. Es más, las políticas de los gobiernos militareas a partir de la década del ’60, buscan “bolivianizar” al indígena bajo el discurso de la construcción de ciudadanía, al igual como lo intentó el gobierno revolucionario. De esta manera, el Estado asumía que el problema del indígena era la tierra, por lo tanto para solucionar aquél problema, no sólo recurre a la reforma agraria de 1953, sino más bien, realiza una “política asimilacionista de los indios, que implicaba su campesinización y el proyecto de un país mestizo”219, además de asumir que con el acceso al sistema político a través del voto se resolvía el tema de la democracia.

219

PINTO, MARÍA TERESA. “Las Elites y el Pueblo, sus Alianzas y sus Divisiones. Estudio Comparativo de las Coaliciones Democráticas en Bolivia (1952 y 1985)”. Página 97.

249


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De esta manera y a pesar de que esto no era compatible con los verdaderos ideales indígenas de lograr no sólo inclusión en al sociedad boliviana, sino más que nada autonomía, el Estado comienza a realizar una serie de políticas con la finalidad de poder contrarestar estos afanes indígenas, por lo que la inclusión democrática de los indígenas a partir de la década de los ’50, tan sólo tienen un efecto relativo, ya que no les permite llevar a cabo los cambios que ellos buscaban. Un ejemplo de estas políticas estatales se da bajo el gobierno del general René Barrientos en la década del ’60, en donde a través del pacto Militar – Campesino no sólo se busca lograr el apoyo de estos sectores populares, sino, construir un pacto que permita mantener a raya las demandas de los grupos indígenas. Los campesinos ya ha partir de la década del ’60 comienzan a demostrar su malestar ante ciertas reformas de la Revolución del ’52, por ejemplo dentro del ámbito agrario, al darse cuenta de que no eran tal y como se las prometieron. Para ejemplificar esta situación se puede citar a Manuel Contreras quien señala que “…la distribución de la tierra no era efectiva, y cuando se llevaba acabo, se la hizo mal y tarde. Mal, porque no se entregaron títulos comunales, sino individuales, como fue el caso en Guarayos. Tarde, porque en muchos casos como en la Chiquitanía, recién sucedió en los años 70 y con la mediación de la Iglesia Católica. Las comunidades gestionaron sus títulos y muchas no los tienen aún, porque quedaron en manos de la Iglesia”220. Por otro lado en los sectores que la distribución de la tierra se dio de mejor forma, como en la zona de las tierras altas de Bolivia, se produjeron una serie de fenómenos inesperados y para los cuales el país no estaba preparado como por ejemplo, el crecimiento demográfico acelerado o la dificultad para el acceso a tierras debido a este mismo crecimiento demográfico, lo que hizo que muchas comunidades indígenas 220

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 44.

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vieran decrecido su poder, pues muchos mienbros debieron migrar hacia las ciudadades, donde irán perdiendo lentamente ciertos componentes de su identidad indígena. A esto cabe sumar que en torno a los movimientos sociales, el gobierno revolucionario los intentó institucionalizar a través del sindicalismo, lo que también hicieron los gobiernos militares de la década del ’60 a través del Pacto Militar – Campesino, además que los gobiernos militares de la década del ’70, utilizaron la represión para acallar las demandas que ya se escuchaban de parte de los indígenas por su desilución en torno a los resultados reales de las reformas iniciadas durante la décda del ’50. De esta forma, se volvía a la exclusión, pobreza e injusticia que el movimiento revolucionario había prometido erradicar del país y que más se dejó sentir durante los ’70 cuando la elite se acercó a los militares, específicamente al gobierno de Banzer. A pesar de los diferentes fraccionamientos al interior de la elite boliviana, especialmente desde el ámbito de lo regional, la elite, independientemente si se trata de la de occidente o de la de oriente ha tenido un trato similar hacia los indígenas. Al respecto por ejemplo, en cuanto a la elite de Santa Cruz, el discurso de la identidad camba ha servido para “… tapar los continuos conflictos en cuanto a la tierra y otros recursos en la región de Santa Cruz y en los otros departamentos de la «Media Luna»”221. Esta elite en varias ocasiones ha atacado a los pueblos indígenas y a los sectores campesinos que demandan tierras, invocando el discurso de la identidad camba en contraposición a la identidad colla. De esta manera, en la década de los ’70, ya los grandes cambios revolucionarios eran una ilusión para los indígenas, al igual que el proceso de democratización 221

Op. Cit. ASSIES, WILLEM. “La «Media Luna» Sobre Bolivia: Nación, Región, Etnia y Clase Social”. Página 102.

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que fue hechado por tierra con la llegada de Banzer. De esta manera se va poniendo fin a un período de ilusiones en el cual en realidad los indígenas siempre estuvieron manejados por el Estado, el cual a través de la cooptación o la represión directa contuvo con cierto éxito el movimiento indígena en el período en estudio, por lo cual tendrían que llegar otros tiempos par alcanzar los cambios necesarios y demandados por los indígenas.

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5.3. Nivel 2 – Los Partidos Políticos Las fuerzas políticas de Bolivia tienen su origen en los cambios que se dan a partir fines del siglo XIX, con una nueva forma de hacer política, pues el voto de tipo censitario, a pesar de todo lo que significa y de los límites que pone al espectro real de ciudadanos que pueden votar con estas condiciones, abría cierto espacio para la democracia y con ello a la divergencia de corrientes y partidos políticos, sin embargo al ser una democracia de tipo oligárquica, la capacidad

de

decisión

seguía

estando

en

manos

de

unos

pocos,

fundamentalmente de la elite que tenía el monopolio de la actividad política del país y con ello el control del Estado. Luego de la Guerra Federal de 1899, el Partido Liberal se alza como triunfador sin mayor oposición, ya que si bien existía otra facción, el Partido Conservador de la elite derrotada en la guerra civil, esta tenía muchos puntos de encuentro en los tópicos fundamentales de como dirigir el país, por lo que a pesar de constantes conspiraciones e intrigas entre ambos grupos y de la negativa de los liberales a la alternancia en el poder, no hay mayores conflictos al interior de la elite, salvo cuando una facción de la elite crea el Partido Republicano (viejos conservadores y liberales desilusionados componían en su mayoría sus filas), obligando

a

una

suerte

de

alternancia

forzada,

mediante

intrigas

y

derrocamientos, pero sin alterar la relativa estabilidad del sistema que proporciona la elite y mantenido el poder siempre dentro de este grupo. El Partido Republicano a partir del desgaste del Partido Liberal llega al poder, pero también se empieza a fraccionar, aunque esto tampoco provoca mayores sobresaltos, ya que todavía no existía una oposición política organizada, capaz de aprovechar estas problemáticas internas y de rebatir el poder a los partidos de la elite. Sin embargo esta situación va a comenzar a cambiar, no por la llegada de las ideologías socialistas desde la década del ‘20 a Bolivia, sino más bien, por los

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efectos desastrosos que tuvo para el país la Guerra del Chaco contra Paraguay, pues sus nefastos resultados traen como consecuencia la deslegitimación de los partidos tradicionales y el levantamiento de las ideologías de izquierda como nuevos actores políticos del sistema de partidos, ya que estas comienzan a representar el malestar generalizado de gran parte de la sociedad boliviana por la derrota en la guerra y por las condiciones en que vivía el resto de la sociedad. De esta forma se institucionalizan una serie de partidos de izquierda en estos años como los que se han mencionado anteriormente, entre de los cuales destaca, el Partido Obrero Revolucionario (POR), el Partido de la Izquierda Revolucionar (PIR), la Falange Socialista Boliviana (FSB) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), uno de los partidos políticos más importantes del país durante el siglo XX. En este contexto de partidos desprestigiados de la elite y de nuevos movimientos de izquierda, “La cultura política de la época y la polarización de las posturas hizo imposible un verdadero sistema democrático, aunque en muchos momentos se trató de poner una cara de legalidad a la política con la celebración de elecciones y la reunión del Parlamento”

222

. Este escenario comenzó a invitar a

los militares a intervenir en política, mientras la sociedad, fundamentalmente los grupos sociales más desprotegidos, especialmente los indígenas, vivían las consecuencias de estos desbarajustes políticos, lo que muchas veces se tradujo en sublevaciones y levantamientos populares en contra de la situación y del orden reinante. Hacia la década de 1950 y con la Revolución de 1952, los partidos políticos tradicionales prácticamente desaparecieron, siendo el MNR quien capitalizó la necesidad de nuevos partidos fuertes en el país para la conducción de la 222

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 98.

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actividad política.

El resto de los partidios de la camada que acompañó el

nacimiento del MNR estaban bastante debilitados, primero por el influjo del propio MNR como también por malas decisiones internas, dejando al FSB como el único

partido

con

opción

de

ser

una

verdadera

oposición

al

poder

incontrarrestable que estaba ganando el MNR a partir de la revolución. Otra vez se llegaba al país un período en que el poder quedaba en el monopolio de un grupo, esta vez del MNR, lo que desembocó “… en un fraccionamiento y en conspiraciones internas que debilitaron su posición”223, ante lo cual el MNR respondió con una dura represión, no dejando opción y espacio a un escenario político con más partidos, lo que iba en contra de las bases mismas de la Revolución de 1952 de democratizar el país. Esta situación por lo demás comenzó a provocar fracturas al interior del propio MNR, que cayó en una serie de problemas, generando el escenario propicio para una nueva intervención de los militares en la escena política, condenando con ello a los partidos a un segundo lugar de importancia dentro de la dimensión política del país y de paso a los mismos movimientos sociales. Los militares una vez que toman el poder en la década del ’60, oscilan entre los que tienen cercanía con el socialismo y quienes están más cercanos a la derecha y con ello a la elite, sin embargo, sea cual sea el caso, no presentaron oposición, debido a la cooptación de los movimientos populares y de los propios partidos con las mismas herramientas que el período revolucionario había ideado sumado a estrategias nuevas como el Pacto Militar – Campesino. La represión constante de los movimientos sociales y los problemas económicos, políticos y sociales del país terminaron deslegitimando el gobierno de los militares y con ello se logra que estos inicien un período de transición con presión y a la vez con ayuda de los

223

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 98.

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mismos partidos políticos que habían creado los escenarios para que los propios militares pudieran acceder al poder. De esta forma el escenario que se da en la década de los ’80 era muy distinto al que habían recibido a los militares durante los ’60. Los partidos de izquierda estaban reducidos a situaciones testimoniales siendo el único de importancia el MNR quien había sobrevivido gracias a su cercamiento al centro político del país e incluso llamado la atención de parte de una derecha liberal, por la serie de reformas neoliberales que auspiciaba en la época. Por su parte, la década ve el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, como el ADN, heredero de la gestión de Banzer y compuesto también por la derecha de corte tradicional que había prestado apoyo a diversos gobiernos militares de tipo reaccionario o el resurgimiento del MIR, partido de izquierda que había resistido los embates de la época de los gobiernos militares. El nuevo sistema político que se genera en la década de los ’80 es sumamente sorpresivo ya que a partir del gobierno de Hernán Siles, el ADN y el MNR operan juntos para provocar la salida de este gobierno quien quería retomar ciertos elementos de la Revolución de ’52, para en 1985 conformar Pacto por la Democracia, el cual además permitió la aprobación de la Nueva Política Económica, creando verdaderas pautas para la reorganización democrática del país, plateándose como meta principal la modernización política del Estado, la cual sería llevado a cabo mediante una descentralización del poder, transformando la política boliviana hacia delante, ya que hubo mayor espacio para las divergencias políticas y el fortalecimiento de un verdadero sistema democrático aunque con ciertos reparos como se analizará en el capítulo siguiente de esta investigación, a partir de los método que se utilizaron para ello.

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6. DESARROLLO El período aquí abordado, que va desde la década del ’30 hasta 1985 con el establecimiento de la democracia pactada tiene un punto de inflexión en la década del ’50, con el advenimiento de la Revolución de 1952, lo que separa a esta época en dos partes, de la década del ’30 al ’50 y de la década del ’50 al ’80. El conflicto base podría denominarse como la búsqueda de la democracia de parte de los movimientos indígenas y sectores populares, lo cual tiene su inicio en la década del ’30 aprovechando los signos de debilidad que ha demostrado la elite a partir de los efectos de la crisis mundial, la pérdida en la Guerra del Chaco y la intervención militar a causa de estos procesos, lo que tiene su punto cúlmine con la serie de derechos que ganan los indígena con el advenimiento de la Revolución de 1952, sin embargo la institucionalización y la contención del movimiento a través de la sindicalización, misma estrategia que hacen los gobiernos militares a partir de la década del ’60, hacen que esta búsqueda de la democracia sea constante, pero que también los indígenas encuentren otros elementos, que si bien estaban presente en períodos anteriores ahora toman más fuerza, como una conciencia de sí y el deseo de autonomía, a partir de esta democratización la cual consideran incompleta producto de la fragmentación y principalmente de la exclusión. A este panorama general debe sumarse el fraccionamiento regionalista de la elite y su lucha interna por el poder que en esta oportunidad se produce a través del acercamiento que puedan tener a los militares en el gobierno. De esta manera, hay varios conflictos presentes en el período, pero que son parte de una misma secuencia. La década del ’30, estuvo marcada por una serie de acontecimientos que comenzaron a marcar el fin del orden oligárquico que había impuesto la elite tradicional en las décadas anteriores. Los problemas económicos derivados de la crisis mundial, los problemas sociales y políticos provocados a partir de este contexto y la pérdida de territorio en la Guerra del Chaco hacen que la elite

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comience a perder su poder. Este contexto y sus efectos “…despertaron la conciencia nacional boliviana provocando la búsqueda de nuevas alternativas a los males del país”224, como también provocaron conciencia, sobre todo la Guerra del Chaco, de que la situación de exclusión y explotación que vivían los indígenas y que era fomentada por la elite a través de sus proyecto modernizador no podía seguir, contexto en el cual deciden finalmente intervenir los militares. El militarismo irrumpe bajo un contexto en donde hasta cierto punto, los partidos políticos contrarios a la elite, buscaron las instancias para que los militares tomaran conciencia del rol que les cabía en la sociedad. Una sociedad conducida por la elite y víctima de sus pugnas internas por el poder. De esta manera se puede señalar que “La guerra del Chaco marcó definitivamente el rol político de las Fuerzas Armadas. Su participación en el frente, la impotencia frente a los desaciertos en el manejo de la guerra y la toma de conciencia de su poder, llevó a un grupo de jóvenes oficiales a adoptar una posición política, a conspirar y a tomar el poder bajo la bandera del socialismo militar”225. La alternativa a estas problemáticas vino desde el lado del nacionalismo de corte socialista, el cual era solventado por los gobiernos militares que irrumpen en la época y que fomentaron la generación de las condiciones e instancias para que ese produjese en la década de los ’50, el proceso revolucionario. La elite trató con sus herramientas tradicionales como las conspiraciones, tratar de revertir la situación y aunque tuvo algunos éxitos, se derrumbó sin remedio con la llegada del régimen revolucionario en los años ’50 y la postura, patrocinada fundamentalmente por el MNR de que el país para progresar y modernizarse de 224

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”, “Revista de Estudios Políticos”. Página 203. 225

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 95.

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forma real, debía incluir dentro de sí, a todos los grupos que componían el país, especialmente a los grupos indígenas. La elite tradicional de este período no tuvo la “… sincera voluntad para redefinir el Estado y coadyuvar a hacer posible el desarrollo democrático, la reforma social y cultural”226, dando paso a las revueltas indígenas y campesinas, pues era la forma que tenían estos grupos de expresar su descontento ante la situación de exclusión que vivían, sobreviniendose el proceso revolucionario en Bolivia. Hasta la década de 1950, y gracias a la maduración de los efectos de la Guerra del Chaco, la situación de los indígenas y mestizos que no era particularmente distinta a la que habían vivido en las décadas anteriores, comienza a cambiar. Es la Revolución de 1952 el hito que comienza a cambiar la realidad indígena, a partir de un cambio de concepción en base a que el país no se dividía ya entre blancos e indígenas, sino que había un sector social que había logrado mucho protagonismo en los últimos años, los mestizos, lo cual hace que el país se deba comenzar a concebir como una sociedad multicultuar, aunque esto trae consigo también la estrategia del gobierno revolucionario de querer “bolivianizar” a los indígenas a través del discurso del mestizo, lo que generará rápidamente conflictos al interior de los grupos indígenas, los cuales querían a toda costa preservar sus raíces identitarias. Y es que el proyecto del gobierno revolucionario era precisamente terminar con las divisiones étnicas del país, más que un país con blancos e indígenas, el proyecto era conformar una nación, cuyos lazos estuvieran construidos a partir de la identidad mestiza. Ciertamente hay un componente mestizo bastante amplio en la realidad bolivia, Carlos Toranzo señala al respecto que los “…mestizos están en la pequeña empresa, en el pequeño comercio, en las 226

Op. Cit. ZALLES CUETO, ALBERTO. “De la Revuelta Campesina a la Autonomía Política: La Crisis Boliviana y la Cuestión Aymara”. Página 115.

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grandes actividades económicas de la burguesía chola, están en todos los poros de la informalidad, sí como están ligados al aparato público y articulados a las elites políticas y económicas de las distintas regiones de Bolivia”227, sin embargo los indígena no eran mestizos ni querían serlo, tenían sus propios problemas, tradicionaes culturales, y sus propias demandas. Los movimientos indígenas ya en el contexto revolucionario, más que adscribir a las ideologías socialistas, se asumieron como nacionalistas revolucionarios siendo uno de sus elementos centrales el discurso anti imperialista, el cual permitía explicar las bases del proyecto modernizador de la elite en las décadas anteriores. Bajo estos discurso el gobierno revolucionario canalizó los ahelos de la población boliviana de más participación a través de la construcción de ciudadanía a partir de la instauración de un sistema democrático. Para ello la revolución decretó una serie de medidas siendo una de las más trascendentales en este sentido la del voto universal. Pero la construcción de ciudadanía no se hace sólo a través de la libre participación en elecciones, ciertamente es importante pero se requieren elementos de fondo, como el respeto por la identidad. Se ha señalado anteriormente que el proyecto revolucionario buscaba adscribir a los indígenas a la identidad mestiza, buscando eliminar con ellos las demandas sectoriales y específicas de los grupos indígenas. De esta forma, los indígenas, pasarían a denominarse campesinos y a través de eso se convertirían en mestizos según la lógica revolucionaria.

227

TORANZO ROCA, CARLOS. “Bolivia, Revolución Democrática”, La Paz – Bolivia, Enero 2006. Página 5. En Internet: Portal de Internet de Weblog de la UBC, University of British Columbia, Vancouver - Canadá, <http://weblogs.elearning.ubc.ca/leftturns/Microsoft%20Word%20-%20toranzo2background%20paper.pdf >, consultado Septiembre 2008.

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Además, como señala Carlos Toranzo, hasta cierto punto es difícil hablar de un nivel de democratización satisfactorio en el período revolucionario, ya que mas que democratizar el sistema político, el gobierno revolucionario “… edificó un régimen político prácticamente mono partidario encabezado por el MNR, durante el cual las distintas elecciones, ya sean la 1956, 1960 ó 1964 demostraban que los campesinos votaban colectivamente a favor del partido que les dio la tierra por medio de la Reforma Agraria”228 o incluso en la etapa de los gobiernos militares, los indígenas siguen con este razonamiento, ya que votan por los militares para no perder la tierra recibida, que como se ve, es una suerte de clientelismo que probablemente el gobierno revolucionario contempló para si, pero no para los gobiernos militares posteriores. De esta manera, si los beneficiados votan por agradecimiento o por miedo, quiere decir que la democratización y la ciudadanía alcanzada en el período no está completa. Cabe destacar también que a partir de las reformas del proceso revolucionario de la década del ’50, el malestar de los grupos indígenas que habían mostrado a partir de su situación carente y excluyente durante las décadas anteriores a través de protestas, huelgas, tomas y movilizaciones, durante la época es canalizado a través de la actividad sindical como nuevo espacio para la reivindicaciones de estos grupos. El MNR construyó una estructura sindical que le permitiera mantenerse en el poder, además de construir una plataforma electoral a futuro. En base a esta nueva realidad, la tradición reivindicativa de los pueblos indígenas queda relegada a un segundo plano, ya que esta nueva relación con el Estado, marcaría las pautas de lo que sería el movimiento indígena a futuro, por lo menos dentro del contexto temporal que analiza este capítulo.

228

Ibidem. Página 5.

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Durante los ’50 se esta situación de cooptación del movimiento indígena a través del sindicalismo se va institucionalizando más con la consolidación del “…pacto de reciprocidad instaurado con el Estado, el cual sirvió de base para el establecimiento del sistema burocrático clientelar del partido “oficialista””229, lo que será heredado también por los posteriores gobiernos militares. Lo gobiernos militares de la década del ’60 y del ’70, aprovecharon la estructura sindical que le habría creado el gobierno de la revolución a los sectores indígenas en su favor, agregándole además el tema de la represión, con lo que la contención, control y subordinación del movimiento indígena era mucho más completo que el que habría estructurado el MNR. El Pacto Militar – Campesino construido por los militares marcan una clara paralización e incluso un retroceso del movimiento indígena, por lo cual, las reclamaciones indígenas comenzaron a tender “…cada vez más hacia la autonomía étnica y de clase, desde el movimiento katarista de los ‘60”230 el cual sería la base del posterior movimiento patchakutik a partir de los ’80 y ’90 en Bolivia. Por otro lado cabe destacar que antes de las medidas de inclusión indígena declaradas por la Revolución de 1952, los indígenas tenían muy pocos incentivos para emigrar a la ciudad, lo que los seguía relegando a ser parte de la atrasada sociedad rural. Luego de estas medidas, la situación no mejoró del todo, ya que si bien los indígenas tenían aseguradas sus tierras, su falta de capital económico y su baja cualificación para desempeñarse como obreros en la ciudad, eran motivos poderosos para seguir en el campo aunque esto fue más grave en el occidente boliviano que en las zonas orientales del país. 229

CAMACHO BALDERRAMA, NATALIA. “El Movimiento Campesino Boliviano: Entre la Resistencia y la Adaptación”, Programa Regional de Becas CLACSO, Bolivia, 2001. Página 5. En Internet: Portal de Biblioteca Virtual CLACSO, Argentina, <http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/becas/2000/camacho.pdf>, consultado Enero 2007. 230

Op. Cit. CORTÉS, MARTIN. “Bolivia: El Poder Disruptivo de los Pueblos Originarios”. Página 11.

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De esta manera, la reforma agraria que beneficio a los indígenas, los mantuvo un tiempo más relegados al campo con lo cual quedaban “…excluidos de los beneficios del desarrollo económico que benefició a los criollos, blancos o mestizos. La única manera que quedó disponible a los indígenas para ganar dinero y generar algún patrimonio personal o familiar fue el trabajo minero, lo cual explica la gran importancia del sector para los indígenas durante la Revolución Nacional”231. Sin embargo, muchos indígenas con el tiempo se animarían a ir a la ciudad, convirtiéndose en mestizos y por tanto, en muchos casos abandonando su identidad indígena, situación que se acelera a partir de los cambios económico de la década del ’80, producto de las nuevas oportunidades económicas que ofrecen las ciudades. De esta forma en la década de los ’80, “Los migrantes fueron incorporándose gradual y automáticamente en la sociedad criolla y, cada vez, ha ido aumentando el porcentaje de mestizos en la clase criolla, dejando a los blancos en evidente minoría”

232

, lo que en los años

siguiente tendría grandes repercusiones en el orden social y político del país. Retornando al problema de la contención del movimiento sindical en Bolivia a partir del Pacto Militar – Campesino y del proceso de sindicalización, el cual permite a partir del descontento de los indígenas que el katarismo vaya penetrando en los entornos sindicales, esta situación de contención tiene un punto de inflexión en 1979 con la creación de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB, influenciada fuertemente por el katarismo, por lo cual con esta nueva estructura en marcha se desconoce definitivamente el Pacto Militar – Campesino, lo que significará un cambio en la concepción indígena frente al Estado, ya que esta nueva organización invita a observar los problemas tanto desde la mirada de la situación de clase como directamente desde la mirada étnica también. 231

Op. Cit. NOGALES, XAVIER. “Raíces de la Exclusión Indígena en Bolivia”. Página 5.

232

Ídem. Página 5.

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El Pacto Militar - Campesino “… suponía lealtades recíprocas y el derecho exclusivo de las Fuerzas Armadas para relacionarse con los campesinos indígenas de toda Bolivia, tanto en el plano social, organizativo y económico pero especialmente político”233. Es por ello que el desligarse de este pacto a través de la CSUTCB fue tan importante, ya que era la primera organización indígena, compuesta por campesinos y mineros que era verdadera autónoma, sin mediar la organización estatal en su conformación. De allí en adelante se inicia un período de democratización del país, que efectivamente trae la ciudadanía que la Revolución de 1952 no había podido entregar de forma real a los indígenas y el resto de los grupos sociales en Bolivia, lo que también implica que los indígenas retomen sus tradicionales formas de protesta, como movilizaciones, bloqueos, huelgas, tomas, etc., sin embargo la débil situación económica del país en esos momentos de democratización, hace que a partir de 1982, impida que en muchos casos, “… esas demandas pudieran ser canalizadas de manera efectiva…”234, generando nuevos problemas, nuevos actores y nuevas relaciones que son examinadas en el próximo capítulo de esta investigación.

233

URIOSTE, MIGUEL. “El Conflicto por la Tierra es el Conflicto por el Poder”, Fundación Tierra, Bolivia, Febrero 2005. Página 1. En Internet: Portal de Internet la Coalición Internacional por la Tierra, Roma – Italia, <http://www.landcoalition.org/pdf/BolFTierraconflicto.pdf>, consultado Octubre 2007. 234

CAMACHO BALDERRAMA, NATALIA. “El Movimiento Campesino Boliviano:Entre la Resistencia y la Adaptación”. Página 6.

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7. CONCLUSIONES Durante el período que abarca este capítulo que va desde la década del ’30 con el inicio del fin de la elite tradicional, hasta 1985 con la construcción del “pacto democrático”, pasando como punto de inflexión entre ambos puntos, la Revolución de 1952, se puede señalar que ciertamente en Bolivia se ha dado una acumulación de problemas irresueltos. En el capítulo anterior se describía como en el período que va desde fines del siglo XIX hasta la década 1930, había una pugna en el poder entre los diversos grupos de la elite (desde una perspectiva política y en menor medida económica) y del resto de los grupos sociales, como los indígenas, en función de lograr el respeto de sus tierra y de sus prerrogativas históricas sobre sus formas de vida. La elite ante esa situación y teniendo un poder casi absoluto dentro del país, diseña un proyecto modernizador en el cual se debía sacrificar la existencia de las comunidades indígenas para hacer llegar el desarrollo a Bolivia, ya que las tierras indígenas se necesitaban para actividades económicas más rentables, lo que se traducía en la exclusión social, política y económica de la población indígena del país. De esta forma se pasa a un período conflicto en la década del ’30, en donde la elite a partir de su mal manejo del Estado y la coyuntura de una serie de situaciones que operaron al unísono (efectos de la gran depresión, Guerra del Chaco, etc…) es alejada del gobierno a partir de la intervención de los militares. Si bien, estos que entraron desde la perspectiva del nacionalismo y de las mejoras sociales para los distintos grupos sociales del país, no fueron capaces de resolver el conflicto anterior derivado de la exclusión del indígena, a lo que se fueron sumando nuevos conflictos ya sea propios de los grupos indígenas o luchas de poder internas de la elite que no se resistía a abandonar definitivamente el poder político del país.

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La cruenta Guerra del Chaco y el papel fundamental de los indígenas, los cuales entran en contacto entre sí y con otros grupos sociales durante la batalla, despierta la conciencia de muchos bolivianos en torno a la situación de exclusión de la cual eran víctima los indígenas. La guerra remese a la sociedad boliviana, crece la actividad sindical, sobre todo la minera, los partidos de izquierda van encontrando nichos sociales, los sectores sociales subordinados van tomando conciencia de su rol dentro de la sociedad y de la exclusión que al igual que los indígenas vivían, mientras la elite poco a poco va viendo como el proyecto que habían creado se va desmoronando. Este es el contexto preciso para que los militares nacionalistas decidan tomar el poder. Durante el período de los gobiernos militares nacionalistas, una preocupación importante era el tema indígena, que había salido a la luz con la Guerra del Chaco. Por ello en 1938 “…se introdujeron los principios del constitucionalismo social a la Constitución de Bolivia. En lo que respecta al problema de los pueblos indígenas, se incluyó en el texto de la Constitución el reconocimiento del Estado a las organizaciones campesinas, así como la obligación del Estado de fomentar la educación del indígena y el campesino”235, el cual si bien fue importante desde el plano discursivo, no tuvo muchos efectos ni implicancias reales, salvo el fortalecimiento de los indígenas como movimientos social en busca de sus reivindicaciones. En relación a ello, cabe señalar que “Respecto a los efectos sociales producidos por la guerra es evidente que los prejuicios de casta continuaron en el frente, y después de la guerra no hubo cambio básico en la posición social del indio”236 reafirmando la idea que los cambios introducidos no mejoraron de la forma esperada la situación del indígena. Sin embargo, estos elementos permitieron fortalecer no sólo la identidad indígena, sino también la conciencia que estos tenían de su rol en la sociedad boliviana, lo que será 235

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 202.

236

Ídem. Página 196.

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prontamente uno de los factores sustanciales para que se produzca la Revolución de 1952. La importancia más fundamental de los hechos de esta primera parte del período es que se comienza a tener una leve noción y conciencia de la nación boliviana. De momento, Bolivia había demostrado tener un Estado, con muchas falencia y debilidades que no habían permitido construir el sentimiento nacional el cual si comienza a ser cuestionado a partir de la década del ’30, como una situación necesaria para el verdadero progreso y desarrollo del país, más allá de cualquier proyecto modernizador como lo había pensando la elite décadas antes. José Ortega señala que la guerra, “… puso en contacto por vez primera, bajo la misma bandera, a grupos humanos de distinta raza, lengua y costumbres, integrando a la vez a las tres regiones bolivianas (altiplano, valle y oriente) y uniendo a los combatientes en una lucha por una causa ambigua y por un país para la mayoría desconocido, que ahora se empezaba a llamar patria”237. De esta forma, esta situación fue una piedra angular, que unida al descontento social, permiten la Revolución de 1952. El advenimiento de la Revolución supuso un nuevo contexto para el país. Sin duda se quería poner fin a la situación de exclusión y opresión de los indígenas y del resto de los grupos sociales, sin embargo y a pesar de los innegables avances, se intentó resolver los problemas con instrumentos bastante similares a los que la elite tuvo para provocarlos en las décadas anteriores. Junto con los avances en el ámbito de la inclusión ciudadana a través del voto universal, de la reforma agraria, del acceso a la educación y de una serie de otras reformas destinadas a cambiar la situación de los indígenas, uno de los legados principales de la Revolución fue intentar construir la nación boliviana.

237

Op. Cit. ORTEGA, JOSÉ. “Orígenes y Evolución del Nacionalismo Boliviano”. Página 185.

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“Probablemente se puede afirmar que sólo a partir de 1952 la conciencia de ser parte real de la “Nación Boliviana” se amplió al conjunto de la población boliviana, dando fin al “Estado sin nación” del siglo XIX”238, señalan Xavier Albó y Franz Barrios citando a Demelas239.

Lentamente así, en el imaginario

revolucionario surge la idea de bolivianidad como bandera de cohesión de los distintos grupos étnicos y sociales que constituyeron los grupos movilizados que permitieron el éxito del movimiento revolucionario. La Revolución de 1952, a partir de los conceptos de minero y campesino, intentaba homogeneizar a la población boliviana, principalmente a los indígenas, encubriendo una “… multitud de realidades opacadas por varios años”240. En base a estas dominaciones quería establecer el proyecto de la construcción de una identidad mestiza en Bolivia, borrando con ellos las diferentes étnicas, culturales, históricas y de intereses de otros grupos sociales, como por ejemplo los indígenas. Además aprovechando esta situación se estableció un sindicalismo conducido desde el Estado para cooptar tanto las demandas de los indígenas como propiciar un nicho electoral que le permitiera al partido de la revolución, el MNR, perpetuarse en el poder a través de la institucionalización de la revolución y del movimiento sindical. Si bien la tarea de construir el sentimiento nacional en un país tan fraccionado cultural, étnica, política, económica y regionalmente como Bolivia era difícil, resultaba aún más difícil romper las “… viejas y fuertes barreras que por largo

238

Op. Cit. ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Página 20. 239

Citado en el texto de ALBÓ C., XAVIER; FRANZ, BARRIOS SUVELZA. “Por Una Bolivia Plurinacional e Intercultural con Autonomías”. Vs en: MARIE-DANIELLE. 1980. “Nationalisme sans nation? La Bolivie aux XIX-XX siècles”. Paris: CNRS. 240

Op. Cit. CONTRERAS, MANUEL; (PACHECO, NAPOLEÓN; LEMA, ANA MARÍA; RODRÍGUEZ, GUSTAVO; CALDERÓN, RAÚL; colaboradores). “Desarrollo Humano en el Siglo XX Boliviano. Una Perspectiva Histórica”. Página 38 - 39.

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tiempo se opusieron a la total integración del indio a la realidad físico-espiritual de la colectividad boliviana”241. Si bien hubo avances sustanciales, el deseo del MNR de cooptar al movimiento indígena y obrero bajo la figura de la sindicalización hizo que la búsqueda por la democratización de la sociedad quedara en suspenso. El intento de monopolizar la escena política delimitó la democracia, esencia misma del proceso, desde el discurso construido por la Revolución. De esta forma, otra vez se llegaba al país un período en que el poder quedaba en el monopolio de un grupo, esta vez del MNR, lo que “… desembocó en un fraccionamiento y en conspiraciones internas que debilitaron su posición”242, ante lo cual el MNR respondió con una dura represión, no dejando opción y espacio a un escenario político con más partidos. Es así como hasta cierto punto se puede cuestionar al rol democratizador del proceso revolucionario. La propia revolución con el deseo de institucionalizarse utilizaba las herramientas de la elite tradicional para logra sus objetivos, segmentando e individualizando los problemas, entregando derechos al indígena como individuo y no como grupo, que es como siempre habían operado los indígenas. Esta situación a juicio de José Rivera llevó a que se diseñaran políticas orientadas a establecer reivindicaciones individuales, “… cuando de lo que se trataba era de resolver los problemas de exclusión, discriminación y explotación de pueblos y comunidades convertidos en “naciones clandestinas”. El proceso se transformó así, una vez más, en la revolución perdida”243. Cabe destacar que en este período se empieza a dar una fuerte rivalidad entre las elites orientales y occidentales, ya que desde la década del ’40, la zona 241

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 98.

242

Ídem. Página 98.

243

Op. Cit. RIVERA, ANTONIO JOSÉ. “Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Campesinas en el Sistema Constitucional Boliviano. Pasado, Presente y Perspectivas al Futuro”. Página 204.

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oriental comenzó a recibir una serie de proyectos y recursos con la finalidad de modernizarla, lo que tiene sus primeros frutos en la década del ’50 y que asentará su poder en el acercamiento a los gobiernos militares desde la década del ’60, convirtiéndose en un serio rival par la elite oriental en su lucha por estar cerca de los centro de poder e influir en sus decisiones. Así, comienza a cimentarse una nueva fractura dentro del país, que tendrá muchas repercusiones en el tercer período conflictivo analizado por esta investigación. Ahora, con respecto a la década revolucionaria, tanto desde el punto de vista conciente como inconciente de la sociedad, los elementos nombrados anteriormente, fueron generando el desgaste del gobierno revolucionario, creando otra vez las condiciones para la irrupción de los militares en la política boliviana. De esta forma en 1964 Barrientos encabeza un golpe militar lo que abre un período en que oscilaran en el gobierno, militares cercanos al socialismo y militares proclives a la derecha, a los cuales se acertó la elite, constituyendo al período en un retroceso en varios de los aspectos político – sociales que había dado la revolución sobre todo a lo que en materia indígena se refiere. En este sentido, los gobiernos militares tomaron la estructura sindical del gobierno revolucionario en su favor para contener y cooptar a los sectores populares, siendo un punto clave en ello, la conformación del Pacto Militar – Campesino, el cual buscaba institucionalizar, ahora desde la perspectiva militar, el actuar de los movimientos populares y sobre todo indígenas del país, a lo que se debe sumar la herramienta de la coerción. De esta manera los militares llegan en ciertos momentos a “… monopolizar el control del gobierno y a negar la participación de cualquier otro actor”244, tal como lo había hecho el MNR en la década anterior y la elite hasta los años ’30. Los movimientos sociales son cooptados y reprimidos, los partidos políticos se 244

Op. Cit. MEDINACELI, XIMENA, SOUX, MARÍA LUISA. “Tras las Huellas del Poder. Una Mirada Histórica al Problema de las Conspiraciones en Bolivia”. Página 96.

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deben colocar bajo el alero militar para sobrevivir y las elites disputaban entre si el favor de los militares. Sin embargo, ciertos movimientos sociales y partidos políticos resisten este contexto y esperan el desgaste de los gobiernos militares para tener una oportunidad de democratizar al país. Dentro de los indígenas hay ideologías, como el katarismo, que comienzan a expandirse a gran ritmo, que son capaces de llegar hasta los centros sindicales manejados por los militares y que permiten finalmente, junto a otros factores, terminar con la cooptación de estos movimientos, por ejemplo, a través del desconocimiento del Pacto Militar – Campesino, provocando un nuevo impulso en los movimientos reivindicatorios de carácter indígena particularmente, siendo uno de los hitos, junto con el inicio de la transición democrática en 1978, la cual tendría un retroceso prontamente, llegar a la CSUTCB e independizar el movimiento sindical del amparo y control del Estado, lo que permite a los indígenas replantear sus demandas de un estado plurinacional, con autonomías y libertades civiles bajo un contexto democrático. De esta forma, los sectores y movimientos sociales recuperan la democracia para sí. Sin embargo los partidos políticos en 1985 configuran un pacto democrático tendiente a resolver la inestabilidad e ingobernabilidad que había dejado en el país, años de gobiernos militares e intentos fallidos de transición, cayendo en muchos de los vicios de manipulación y cooptación de los movimientos sociales, sin embargo esta vez, indígenas, campesinos, mineros y otros grupos sociales, habían aprendido la lección de las experiencias pasadas, se habían organizado y estaban en condiciones de enfrentar de mucho mejor forma que en épocas pasadas, el monopolio de la política y de la sociedad en general, que se quería hacer a partir de este acuerdo democrático, situación que se analiza en el próximo capítulo de esta investigación.

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A modo de resumen se pueden obtener las siguientes conclusiones de este capítulo: •

1.- Existe una realidad acumulativa en torno a los conflictos que experimentan los diferentes componentes de la sociedad en este período que se arrastran de las décadas anteriores al ’30. Problemas como el racismo, la exclusión, la pobreza, déficit democrático, etc., son problemas que se van arrastrando de un momento a otro, generando nuevos escenarios problemáticos, púes, estos elementos no resueltos en el pasado, son capaces de ir sumándose a los nuevos problemas o crear contexto para la aparición de otros, lo que agudizan los conflictos, por el número de variables que los componen, fraccionando al país.

2.- A pesar de los intentos de integración del indígena desde la década del ’30 y ’40 con la irrupción de los gobiernos militares nacionalistas y más tarde bajo las reformas de la Revolución de 1952, era sumamente difícil terminar con los patrones de exclusión, racismo, explotación, etc., que habían operado desde los tiempos de la conquista en Bolivia, dificultando el real impacto de estos intentos y medidas.

3.- Muchos de los avances que se dan entre la década del ’30 al ’50, no son del todo aprovechados por los indígenas, debido a que estos no contaban con un capital cultural y económico que les permitiera utilizar muchas de estas medidas decretadas en su favor, en su propio beneficio en busca de la consecución de sus reivindicaciones, además que en muchos momentos se encontraron con la contención, cooptación y represión del movimiento de parte de muchos gobiernos de la época.

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BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

4.- La Revolución de 1952 intentó con el sindicalismo de los sectores populares, especialmente de los sectores indígenas cooptarlos para asegurar su permanencia en el poder. Junto con ello buscaba unificar bajo el

concepto

de

clase

social,

una

serie

de

realidades

que

no

necesariamente pasaban por este tipo de discurso, sino más bien, por el tema cultural y étnico. Esta empresa se intentó con la finalidad de “bolivianizar” al indígena, construyendo un discurso identitario mestizo, y con

ello,

contener

sus

demandas

reivindicativas

en

torno

al

reconocimiento étnico a través de la autonomía.

5.- Hasta cierto punto es posible cuestionar los reales efectos de las medidas decretadas en la Revolución de 1952, si bien hubo avances innegables, hasta ciertos puntos no se resolvieron los temas centrales, como la tierra, la inclusión del indígena, el tema de la construcción de nacionalidad, o la democratización del país, lo que se refleja en que esos serán los problemas principales de las décadas siguientes.

6.- Los gobiernos militares de la década del ’60 y ’70 aprovecharon la estructura sindical creada por la revolución en su favor, a lo que sumaron la represión para contener a los grupos sociales, generando el Pacto Militar – Campesino como una forma no sólo de institucionalizar el movimiento sindical, sino más bien de poner bajo su tutela a los movimientos sociales, especialmente los indígenas que lo componían.

7.- Se debe señalar también que entre la década del ’40 al ’60, se inician las tensiones regionalistas entre oriente y occidente, a partir del gran desarrollo y protagonismo alcanzado por el primero en comparación con el segundo, lo que hace que la elite de ambas zonas, durante el período de

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los gobiernos militares iniciados en la década del ’60, compitan por la cercanía e influencia en esos gobiernos como una forma de acceder al poder. •

8.- La construcción de ciudadanía en Bolivia, durante el período, se entendió básicamente desde la dimensión política, con el acceso al voto o derechos como el de sindicalización y participación en organizaciones políticas, sin embargo la dimensión social o económica de la ciudadanía, a pesar de ciertas medidas, ciertamente ha quedado relegada a un segundo plano, básicamente a partir de que el acceso al poder se ha interpretado como la situación clave para proceder a los grandes cambios, pero que el contexto de ingobernabilidad e inestabilidad, no han permitido la construcción de política duraderas o que se proyecten a través del tiempo, con lo cual se puede hablar de una ciudadanía incompleta. Además está el tema de la identidad, en donde las diversas identidades (que no son solamente étnicas, sino también sociales y culturales por ejemplo) existentes en Bolivia no han logrado consenso con respecto a que la ciudadanía debe ser única, independientemente de este tipo de consideraciones,

para

evitar

el

fraccionamiento

político,

social,

económico, cultural y étnico del país. •

9.- Es sumamente complicado hablar de este período en estudio, como el momento en donde finalmente, el país es capaz de construir nación, sin embargo son innegables los avances, por ejemplo en la década del ’30 al cuestionarse el tema luego de la derrota en la guerra frente a Paraguay, o durante el período revolucionario de la década del ’50 en donde se intenta construir nación a partir de la identidad mestiza. El mérito del período al respecto es sentar la importancia del tema y fortalecer, tal vez sin querer, ciertas identidades, como las étnicas, regionales o de clase en Bolivia.

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10.- Uno de los problemas relacionados con la identidad y los objetivos que se fijan los movimientos indígenas y populares es que sus orientaciones cambian cada cierto tiempo, no habiendo consolidado ni logrado los objetivos de las orientaciones antecesoras. Por ejemplo, en el período revolucionario hubo una orientación de clase pues se amalgamaba la sociedad en torno al discurso nacional y mestizo, aunque hubo cierta resistencia de parte del indígena. Luego hubo una orientación étnico cultural para la construcción de una identidad étnica a través del katarismo. Finalmente con la llegada de la democracia hay una orientación participación

ciudadana, popular,

vinculada para

a

desde

la esos

descentralización elementos

y

a

articular

la las

reivindicaciones de clase y étnicas, las cuales suelen fundirse en una sola, provocando ciertos problemas de lealtades e identidades. •

11.- Finalmente puede señalarse que en todos los momentos en que se intentaba demostrar que el país había alcanzado la democracia plena, rápidamente los hechos demostraban lo contrario, para lo que se puede citar por ejemplo, el monopolio político del MNR durante la Revolución de 1952 o el establecimiento del Pacto Democrático en 1985, en que sólo dos partidos definirían los destinos del país. Esta situación fue la constante del período que a la larga no ha permitido la construcción de un sistema democrático inclusivo para los indígenas, ya que si bien existe democracia en Bolivia, la calidad de esta puede ser cuestionada.

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CAPÍTULO III: LA ILUSIÓN DE LA ESTABILIDAD (1985 – 2006)

CAPÍTULO III: LA ILUSIÓN DE LA ESTABILIDAD (1985 – 2006)

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1. INTRODUCCIÓN El tercer conflicto que aborda esta investigación es que el va desde 1985 y hasta las crisis del año 2000 y problemas de los años siguientes hasta el año 2006245 (con la llegada de Evo Morales al poder y la pérdida del referente de Estado – Nación, que se desplaza hacia el concepto de pluriculturalismo, aunque no necesariamente plurinacional) puede hablarse de una “ilusión de la estabilidad”. Ilusión por que desde 1985 y hasta el año 2000, mientras se percibía que el país vivía un período de estabilidad y gobernabilidad a partir del inicio de la transición política en 1982 y la reinstauración de un sistema democrático desde 1985, en verdad había ciertos pilares que mantenían esta situación, pilares que en realidad no hacían más que sostener una construcción que tenía débiles cimientos y que cuando estos pilares comenzaran a ser socavados por su propio agotamiento, harían volver al país a su más cruda realidad: la recurrencia de conflicto y crisis de diversa índole, en contexto en que de forma soterrada se empezaba a gestar el problema de las demandas autonómicas de ciertos departamentos del Oriente con el objetivo de obtener mayores beneficios de la explotación de los hidrocarburos y recursos gasíferos que existen en esa región, con la inestabilidad que las propuestas autonómicas traen y con la resistencia de los sectores populares que son contrarios a esta situación, pues sostienen que se trata de recursos que le pertenecen a todos lo bolivianos y no sólo a los de la región en los cuales son explotados, además de levantar una propuesta autonómica desde la perspectiva indígena sobre temas relativos al autogobierno. No todo es lo que parece, señala una máxima popular, y en el caso boliviano esta no es la excepción, ya que básicamente el régimen democrático que se instauró desde 1985, ha sido fruto de una “democracia pactada”, es decir, la unión de ciertos partidos políticos ha permitido que exista una relativa gobernabilidad en 245

Se señala al año 2006 no como un año de fin de la conflictividad que asola Bolivia, sino, como el último año de estudio incorporado a este trabajo de investigación.

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Bolivia, a lo que deben sumarse los mecanismos bajo los cuales el sector dirigente a podido contener la presión social, fundamentalmente a través ya sea del discurso populista de algunos movimientos y partidos246 conjuntamente con una red clientelar, elementos los cuales han generado esperanza en la población y calmando las demandas, además de la represión ordenada por el gobierno durante los momentos más álgidos de ciertas movilizaciones, lo que ha sofocado literalmente cualquier intento de demandas populares y finalmente la falta de consenso para seguir con lo que se ha denominado aquí como “democracia pactada”. En la propuesta de Stéphanie Alenda247, al dejar de operar sistemáticamente estos elementos a partir del año 2000 aproximadamente, la presión social se hace insostenibles, ya que no hay medios para su contención ni apaciguamiento, lo que detona en la crisis de Octubre del 2003 y se proyecta hasta el 2006 y posteriores, ya que a pesar del tiempo trascurrido, ambas coyunturas son hitos de una misma crisis. A esta propuesta de Alenda, debe sumarse el siempre importante marco socio – económico, el cual durante esta época demostró ir en un declive generalizado, siendo fruto de ello, el malestar de los sectores sociales más desprotegidos, sobre todo si se suma la propuesta autonómica de Santa Cruz con el objetivo de mantener en su región los recursos derivados de la explotación del gas y de los hidrocarburos, además del denominado despertar indígena, el cual ha cambiado la correlación de fuerzas, tanto a nivel social como a nivel político en la actualidad. 246

Aquí se debe hacer la diferencia entre partidos y movimientos en relación al tema de sectores dirigentes. Suele asociarse al partido político institucionalizado como la base de representación política de los sectores dirigentes en Bolivia, mientras que a los movimientos, se les identifica con el surgimiento de ciertos caudillos. Si bien ambas premisas son hasta cierto punto reales, en esta época, el sector dirigente no sólo ve como una manera de contención de la presión popular, el surgimiento de ciertos discursos populistas, permitiendo que estos se alcen como una posibilidad política, sino que también, ciertos partidos tradicionales tratan de adquirir ciertos elementos populares que les permitan convertirse en referentes políticos para los sectores populares, aunque no necesariamente, se trató de una estrategia exitosa. 247

ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”, Revista Política, Volumen N° 42, Otoño 2004, bajo la temática de “Balance de las Democracias Latinoamericanas: Incertidumbres y Procesos de Consolidación”, Editado por el Instituto de Asuntos Públicos (INAP), Departamento de Ciencia Política, Editorial San Marino, Santiago – Chile.

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Como puede extraerse de los capítulos anteriores, las recurrentes crisis en Bolivia, obedecen más bien a problemas estructurales, que a coyunturales, siendo estas sólo un momento en que las razones más de fondo salen a la luz y ponen en jaque a la ilusoria estabilidad que parece darse en ciertos períodos determinados. Y es que como señala Juan Ramón Quintana, “La persistencia y acumulación de problemas sociales, políticos, étnicos y económicos irresueltos desde la creación republicana, reproducidos de distinta manera durante el ciclo del capitalismo estatal, originado en la Revolución Nacional de 1952, y ampliados con la implantación del denominado “modelo neoliberal”, de mediados de la década de los 80, parecen haber contribuido a la prolongación de la postración nacional y agotamiento e insatisfacción de sus estructuras institucionales”248, es decir, se trata de una serie de problemas de larga data, los cuales se han ido adaptando para reproducirse en las distintas etapas de la historia boliviana, no siendo una excepción, el período que abarca este capítulo. Es así como el problema central del período se encuentra en la generación de un sistema estable y gobernable a partir de una serie de elementos que al dejar de operan desnudan la real debilidad de las bases bajo las cuales estaba construido el sistema. Bajo este contexto, se empiezan a hacer cada vez más patentes los objetivos autonomistas del oriente, básicamente de su elite, a modo de poder resguardar sus intereses económicos sobre la explotación de los recursos gasíferos e hidrocarburos, mientras tanto los sectores populares del país, se oponen de forma rotunda y violenta, pues no conciben por que unos pocos deben quedarse con los recursos del país.

248

QUINTANA TABORGA, JUAN RAMÓN. “Bolivia, Entre la Crisis y el Caos: ¿Existe Una Salida Negociada?”, Revista “Observatorio Político Sur – Americano” (OPSA), Instituto Universitario de Pesquisas de Río de Janeiro IUPERJ/UCAM, Brasil, N° 11, Octubre del 2005. Página 5. En Internet: Portal de la Revista “Observatorio Político Sur – Americano” (OPSA), Río de Janeiro - Brasil, <http://observatorio.iuperj.br/artigos_resenhas/boliviaentre%20la%20crisis%20y%20el%20caos.pdf >, consultado Junio 2007.

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De esta manera los objetivos de este capítulo son determinar las causas de esta búsqueda autonómica del oriente, situación que enfrenta a la elite oriental con los indígenas y demás grupos sociales populares, y obtener ciertas conclusiones fundamentadas en torno a las raíces más profundas del conflicto entre la elite y los grupos indígenas en este período, para posteriormente contrarrestar con los otros períodos que ya ha abordado esta investigación.

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2. CONTEXTUALIZACIÓN Sin duda el análisis y posterior juicio si Bolivia ha sido un país gobernable en las últimas décadas puede resultar complicado, considerando que realmente vivió un período de estabilidad a partir del inicio de la transición política en 1982 y la reinstauración de un sistema democrático desde 1985. Sin embargo no todo es lo que parece, y en el caso boliviano esta no es la excepción, ya que básicamente el régimen democrático que se instauró desde 1985, ha sido una “democracia pactada”, es decir, la unión de ciertos partidos políticos ha permitido que exista una relativa gobernabilidad en Bolivia, a lo que deben sumarse los mecanismos bajo los cuales el sector dirigente a podido contener la presión social, fundamentalmente a través ya sea del discurso populista de algunos movimientos y partidos conjuntamente con una red clientelar, elementos los cuales han generado esperanza en la población y calmando las demandas, además de la represión ordenada por el gobierno durante los momentos más álgidos de ciertas movilizaciones, lo que ha sofocado literalmente cualquier intento de demandas populares y finalmente la falta de consenso para seguir con lo que se ha denominado aquí como “democracia pactada”. Como se verá durante este apartado, al dejar de operar sistemáticamente estos elementos a partir del año 2000 aproximadamente, la presión social se hace insostenibles, ya que no hay medios para su contención ni apaciguamiento, lo que detona en la crisis de Octubre del 2003 y sucesos posteriores, ya que a pesar del tiempo trascurrido, estas coyunturas son hitos de una misma crisis.

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2.1. La “Democracia Pactada” y el Sistema de Partidos (1985 – 2005) Desde el inicio de la transición política en Bolivia a partir de 1982, bajo un contexto de crisis política, económica y social, nada hacía prever, que esta transición fuese relativamente exitosa y capaz de reformular un sistema democrático que se aprecia como sólido, “… sobre la base de un ambicioso programa de consolidación institucional”249, el que consistía básicamente en la creación de instituciones estables y confiables, además de la creación de un sistema de partidos institucionalizado y moderno, tal vez una de las grandes falencias de la Revolución de 1952. Este nuevo sistema político democrático se sostiene

en

gran

parte

producto

del

“…

desarrollo

de

negociaciones

interpartidarias a fin de elegir un presidente y formar un gobierno de coalición. De hecho, todos los gobiernos constituidos desde el inicio de la democracia en el marco de la transición, lo han sido gracias a pactos inter - partidarios”250, es decir, el sistema democrático durante estos últimos años se sostuvo gracias a la formulación de pactos entre las principales fuerzas políticas del sistema de partidos de Bolivia, con objeto de poder lograr cierto consenso y con ello se estableció una “democracia pactada” que otorgó, junto a otros elementos que se analizarán posteriormente una gobernabilidad y estabilidad relativa. Como antecedente a la instauración de un sistema democrático en 1985, se tiene la llegada al poder en 1982, de la coalición de izquierda Unión Democrático y

249

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 157.

250

BARREDA, MIKEL. “Crisis Política y Oportunidad Democrática: Gobernanza Política en Bolivia”, Capítulo N° 3, Páginas 149 a 224, página 167. Véase en: INSTITUTO INTERNACIONAL DE GOBERNABILIDAD DE CATALUÑA. “El Desarrollo Posible, Las Instituciones Necesarias”, Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña (IIG), Dirección de Joan Prats, Cataluña – España, Programas de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), Noviembre 2003, Cataluña – España. En Internet: Portal del Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya, Cataluña – España, <http://www.iigov.org/index.drt>, consultado Julio 2006.

282


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Popular251 (UDP), la cual pretendía ampliar el rol del Estado en materia económica a la usanza de la Revolución de 1952. Sin embargo, el gobierno de Hernán Siles se vio afectado por una gran oposición en el Congreso, encabezada por los partidos Acción Democrática Nacionalista (ADN) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) quienes posteriormente entrarían en una sorpresiva alianza, a lo que debe sumarse, una constatable desilusión de la sociedad ante el gobierno, el cual por su política estatista y redistributiva sumió en una graves crisis política y económica al país, además de que no pudo satisfacer las demandas populares, lo que le llevó a conflictos dentro de la misma coalición de gobierno. Todos estos elementos configuraron la caída de Siles, y apresuraron la elección de su sucesor durante 1985, el cual constituiría un gobierno completamente democrático. El primer gobierno democrático de esta nueva etapa en la historia de Bolivia, fue a partir de 1985, el que encabezó Víctor Paz Estenssoro hasta 1989, el cual se fundamentó “… en una coalición parlamentaria de carácter programático entre el MNR y el principal partido de la oposición, que resultó decisiva”

252

para el

avance del proceso democratizador, bajo el pacto suscrito que se denominó, Pacto por la Democracia, el cual además permitió la aprobación de la Nueva Política Económica. Este Pacto por la Democracia (conformado por el MNR y el ADN), crea verdaderas pautas para la reorganización democrática del país, plateándose como meta principal la modernización política del Estado, la cual sería llevado a cabo mediante una descentralización del poder. Hay que recordar que esta política fue bien recibida por los partidos políticos, ya que una política de descentralización, otorgaría más poder a los caudillos y movimientos locales, 251

La Unión Democrática y Popular (UDP), estaba conformada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNRI) del presidente Hernán Siles, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) del vicepresidente Jaime Paz Zamora, del Partido Comunista Boliviano (PCB) y de otras formaciones políticas menores. 252

Op. Cit. BARREDA, MIKEL. “Crisis Política y Oportunidad Democrática: Gobernanza Política en Bolivia”. Página 168.

283


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lo cual haría más efectiva la práctica del clientelismo, fundamentalmente a través de los partidos y líderes populistas, con lo cual estos, a través de discursos fundados en las demandas locales, podrán alcanzar votaciones y apoyos históricos. Además cabe señalar que el gobierno bajo este pacto, estableció un programa de “… racionalización del Estado y de consolidación de la empresa privada”253, lo cual le permite contar con una gran adhesión, tanto de los sectores populares como de la elite, ya que se veía como la esperanza para superar la grave crisis económica por la que atravesaba el país. Posteriormente asume el gobierno de Jaime Paz Zamora entre 1989 y 1993, en el cual el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), partido destacado por su oposición durante el régimen militar del general Hugo Banzer entre 1971 y 1978, “… entre en una sorpresiva coalición con ADN, lo que permite a la tercera mayoría (la de Jaime Paz Zamora) ganar las elecciones con el 19,6% de los sufragios”254. En esta elección ya se nota un problema estructural que deberán enfrentar los posteriores gobiernos en Bolivia, y que es la baja adhesión popular con la que son elegidos, ya que producto del fraccionamiento social y del gran número de partidos (una gran parte de ellos sólo nominal ya que muchos, sólo tienen relevancia en algunas localidades aisladas), los gobiernos suelen tener votaciones cercanas a 1/5 del total, lo que ya es suficiente para ganar la presidencia, sin embargo como se verá más adelante, ese bajo porcentaje no permite el control del Congreso, por lo que uno de los elementos que explica el funcionamiento del sistema político boliviano bajo esta “democracia pactada”, es la necesidad de contar con apoyo en el Congreso y de legitimidad, para así poder gobernar con una mayor cantidad de elementos y recursos con apoyo del Congreso, lo que as su vez implica, el tener que negociar y acceder a ciertas demandas de los bloques políticos que lo componen. 253

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 158.

254

Ídem. Página 158 - 160.

284


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

La gran novedad de este gobierno de Paz Zamora es que “… se constituyó por primera vez una coalición de partidos tanto parlamentaria como gubernamental, fruto de un acuerdo firmado entre ADN y el MIR (el llamado Acuerdo Patriótico)”255, lo que da prueba de una conciencia que producto de la baja adhesión popular, necesariamente se debía establecer un pacto a nivel del Congreso para poder gobernar. Este denominado Acuerdo Patriótico, prosigue con la orientación económica de su antecesor Víctor Paz Estenssoro sin embargo, a pesar de que hay cierto crecimiento económico, este no se traduce en empleos y mejoramiento de la calidad de vida, a lo que se suma una caída de las inversiones, tanto de la privada nacional como de la extranjera. Durante su mandato, el gobierno de Paz Zamora formula una serie de estrategias para la “… consolidación del proceso democrático con una reforma del sistema electoral, modernización y descentralización del Estado, lucha contra el narcotráfico y la corrupción”256, estrategias las cuales, tuvieron relativo éxito. Los puntos referidos al combate de la corrupción y al narcotráfico son de un éxito moderado, ya que dentro del pacto, se dieron algunos casos de ambos problemas, lo que obviamente relativizó los resultados obtenidos. Además para seguir con la tradición clientelística de Bolivia y de América Latina en general, el pacto de Acuerdo Patriótico, “… permitió el reparto de los cargos ministeriales y de la administración pública entre los partidos firmantes. Con el pacto se creó el Consejo Superior de la Unidad y Convergencia, presidido por el líder de ADN, Banzer, instancia que llegó a constituirse en el verdadero centro del poder político”257. Esta última situación resulta irónica ya que si bien el ADN formaba

255

PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”, Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña (IIG), Cataluña – España, Julio 2004. Página 169. En Internet: Portal del Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya, Cataluña - España, <http://www.iigov.org/index.drt> 256

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 160.

257

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 168.

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parte de este pacto y era asiduo a Banzer, tan sorpresivo como el mismo pacto, fue que el MIR, permitiera que el general, al cual habían combatido tan arduamente años antes, formara parte de su gobierno, y además con un gran poder político. Durante 1993, asume la presidencia el gobierno de Sánchez de Lozada, quien comandaría los destinos del país hasta 1997. Su entrada al poder se sustenta gracias a una coalición de partidos, tanto de carácter parlamentario como gubernamental, “… pero con la especificidad de estar integrada por tres partidos: el MNR, otro partido de derecha, Unión Cívica Solidaridad, y otro de izquierda, Movimiento Bolivia Libre. Pero poco después de la formación de esta coalición, uno de los socios, UCS, la abandonó”258. Esta coalición de gobierno le permite a Sánchez Lozada triunfar con una amplia mayoría para la realidad política de Bolivia: 33,8%, lo que le facilita la implementación de ciertas reformas como la Ley de Participación Popular de 1994, la cual apunta hacia una descentralización del poder y de los recursos, dando sobre todo poder a los municipios, situación que “… aumenta el dinamismo de las regiones y contribuye a la emergencia de liderazgos locales”259, además de ampliar la participación y representación260 de varias comunidades indígenas y campesinas en la toma de decisiones, por lo menos de carácter local, a pesar de que esa reforma señalaba al multiculturalismo como un principio reconocido por la Constitución con el objetivo de ampliar la participación política indígena a nivel general en el país.

258

Ibidem. Página 168.

259

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 161.

260

Bajo esta lógica de conducción, se crea también en 1994, el Defensor del Pueblo, el cual para tener jurisprudencia en el todo el país, se concretiza en 15 oficinas regionales, las cuales estaban conformadas por cerca de 160 funcionarios estatales, quienes tienen la misión de defender los derechos ciudadanos (en especial de los indígenas y sectores más desprotegidos) además de luchar constantemente en contra de la discriminación de origen étnico y social. El Defensor del Pueblo, comienza a funcionar de forma plana bajo la administración de Hugo Banzer desde 1998. Vs. Ídem. Página 160.

286


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Este conjunto de situaciones, a lo que se debe sumar una política de continuidad en materia económica261 en relación a los gobiernos anteriores, y el gran poder que tenía el presidente y su partido, el MNR, dentro de esta coalición, aseguró un gobierno estable durante este período. En las elecciones generales de 1997, Hugo Banzer, líder de la Alianza Democrática Nacionalista, resulta triunfador en la carrera por la presidencia, pero tan sólo con el 20,8% de los sufragios, lo que lleva a este gobierno a crear una gran coalición de partidos262, para contar con el apoyo necesario en el Congreso para poder gobernar. Esta gran coalición, está integrada por cuatro partidos —ADN, UCS, MIR y CONDEPA— que conjuntamente representaban más de dos terceras partes de los diputados (96 sobre un total de 130). Se trataba de la coalición más amplia formada hasta ese momento, pero al mismo tiempo la más heterogénea”263, lo que provocó ciertos problemas en el seno de ella, traduciéndose un año después, durante 1998, en la expulsión del partido populista Conciencia de Patria264 (CONDEPA), a quien le sigue posteriormente Nueva Fuerza Republicana (NFR) en el año 2000, también expulsado por el gobierno de Banzer.

261

Al respecto cabe hacer mención, no sólo que se continuó con la línea económica de los gobiernos anteriores, sino que también se profundizó en materia de apoyo al sector privado, ya que durante este gobierno se impulsó la Ley de Capitalización (asimilable a una ley de privatizaciones), la cual llevó a que el sector privado comenzara a tener un rol protagónico dentro de la economía boliviana. Vs. Ibidem. Página 160. 262

Es la llamada tradicionalmente “megacoalisión” dentro de la historia política boliviana y agrupa a 4 grandes partidos, la Alianza Democrática Nacionalista (ADN), Unión Cívica Solidaridad (UCS), Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y Conciencia de Patria (CONDEPA), además hay una serie de partidos y movimientos menores en términos electorales como por ejemplo Nueva Fuerza Republicana (NFR). 263

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 168.

264

Partido importantísimo dentro de esta “megacoalisión”, ya que en la elección general de 1997, había obtenido un 17,16% de los sufragios.

287


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El gobierno de Hugo Banzer prosigue en el aspecto económico con la política de sus antecesores, aunque su gobierno sufre una grave crisis económica y política, la cual se traduce en una serie de protestas debido a los conflictos sociales que salen a la luz bajo este contexto de crisis ya desde 1999, pero que se tornan más radicales entre el año 2000 y 2001, a lo cual el gobierno opta por aplicar una dura represión, la cual termina sofocando estas voces disidentes, siendo la clara manifestación de una estrategia disuasiva muy utilizada durante este período. En el año 2002, el triunfo en las elecciones es nuevamente para Gonzalo Sánchez de Lozada, aunque esta vez es elegido apenas con un 20,8%, lo que demuestra un importante cambio dentro del sistema de partidos en Bolivia, ya que “… los sufragio se han desplazado hacia la izquierda (hacia el MAS de Evo Morales) y hacia una nueva expresión del populismo: la Nueva Fuerza Republicana (NFR) de Manfred Reyes, creada en 1995”265. Este fenómeno se explicaría por que gran parte de los sectores más relegados de la sociedad boliviana, sienten que los partidos tradicionales no han podido satisfacer sus demandas por lo cual tenderían a desplazar su apoyo a nuevos partidos de corte populista y también identitarios (en el sentido cultural y socioeconómico, como por ejemplo, lo pueden hacer los indígenas, campesinos, etc), situación que estaría de todas maneras muy arraigada, y con anterioridad, dentro del sistema político de Bolivia. Este cambio dentro del sistema de partidos que se platea aquí con las elecciones generales de Julio del 2002, constituyen una variación dentro del espectro ideológico del sistema partidario, ya que el partido populista Nueva Fuerza Republicana (NFR) es ideológicamente distinto a los partidos tradicionales más importantes (MNR, MIR y ADN) ya que puede atraer un grupo de electores no necesariamente homogéneos como pasa con los partidos tradicionales, además

265

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 161.

288


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de que sus promesas apuntan a la resolución inmediata de los problema, situación difícil para los partidos tradicionales debido a su desgaste durante los años de gobierno. A la introducción del NFR en el sistema de partido, se debe sumar la aparición de partidos representantes de las masas indígenas y campesinas como son el Movimiento Al Socialismo (MAS) encabezado por Evo Morales y el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), cuyo líder266 es Felipe Quispe. Este nuevo escenario político habría fomentado que el gobierno de Sánchez de Lozada tuviese que aunar las voluntades de dos grandes partidos rivales, el MNR y el MIR, bajo la premisa de que estos nuevos movimientos de corte populista y corporativista (indígenas y campesinos) llegasen al poder, lo que a juicio de estos partidos podría poner en riesgo la democracia en Bolivia, o por lo menos, como esta se había dado esta hasta ese momento, básicamente, controlada por la elite política del país. En el fondo, la “… principal razón que motivó esta coalición no fue otra que evitar el acceso al gobierno de estas nuevas fuerzas políticas. Esto se reafirma si se tiene en cuenta que la coalición ha contado además con el apoyo adicional de otros dos partidos parlamentarios con experiencia en gobiernos de coalición, ADN y UCS, quedando las nuevas fuerzas políticas al margen de este pacto”267, con lo cual se intentaba mantener el modelo de “democracia pactada”, que por lo menos desde la perspectiva electoral y del acceso al poder político, había traído sólo beneficios a estos partidos tradicionales, sin embargo la realidad estaba mostrando, que el desgaste de estos partidos tradicionales, principalmente en torno al negativa impresión del contexto socio - económico, estaba favoreciendo la irrupción de estos nuevos partidos y movimientos de corte populista. 266

Hay que recordar al respecto que hasta el año 2002, Felipe Quispe, fue el máximo dirigente del Movimiento Indigenista Pachakuti (MIP), el cual obtuvo en las elecciones generales de ese mismo año, 6 puestos en el Congreso de Bolivia, sin embargo este líder renunció sorpresivamente, para volver a militante como base dentro del partido. Sin embargo a pesar de que no es el líder oficial del movimiento, es el líder simbólico del mismo. 267

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 169.

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Sin embargo durante Agosto del 2003, la crisis económica, social y política, que se venía arrastrando ya desde 1999, para el Gobierno de Sánchez de Lozada se hace insostenible268, frente a lo cual se intenta dar espacio a los movimientos populistas como medida de descongestión a la suma de demandas de los sectores movilizados, lo que se traduce en la incorporación del NFR a la coalición de gobierno, con la finalidad de “… lograr una mayoría más holgada en el Congreso que permita a la coalición de gobierno afrontar algunas decisiones en las que se necesita una mayoría cualificada (sobre todo, en materia de nombramientos de altos cargos públicos). Con la incorporación de NFR, la coalición gubernamental se aproxima a la mayoría de 2/3 en el Congreso requerida para esas decisiones”269. Esta medida se puede considerar como una forma casi desesperada de salir de las crisis a partir de proporcionarle a los sectores movilizados, el imaginario de que sus formas de presión habían sido exitosas, y que en razón de ello, se incluía en el gobierno a un partido que podría canalizar sus demandas de forma más eficaz de lo que podían ofrecer los partidos tradicionales.

268

Hay que señalar que desde el mes de Febrero del 2003, no se podía visualizar una posible salida al conflicto, ya que incluso los mecanismos de represión que eran usados por el gobierno para desestabilizar las movilizaciones sociales cuando están se tornaban muy álgidas, no estaba funcionando correctamente, ya que en ese mismo mes de Febrero, se produce un motín policial, a lo que debe sumarse una adhesión ciudadana bajísima manifestada en una abrumadora caída de los índices de popularidad del gobierno y de confianza hacia el mismo. “Antes del estallido de los últimos días, 60 personas (11 policías, 8 militares y 41 civiles) habían muerto como resultado de la violencia política y la movilización social, contando a los 31 fallecidos en las jornadas del 12 y 13 de febrero últimos. El último enfrentamiento, en la región de Warisata (donde el Ejército intervino para desbloquear un camino cortado por los manifestantes) culminó con 7 muertes y fue el antecedente inmediato al estado de movilización de campesinos indigenistas y cocaleros que estalla a partir de las manifestaciones contra la exportación de gas vía Chile”. En: BURDMAN, JULIO. “Bolivia: El Contexto Internacional Como “Factor de Contención””, Buenos Aires – Argentina, 15 de Octubre del 2003. En Internet: Portal en Internet de Nueva Mayoría, Buenos Aires – Argentina, <http://www.nuevamayoria.com/ES/ANALISIS/burdman/031015.html> 269

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 169.

290


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

Sin embargo llegado el mes de Octubre, los conflictos y la crisis generalizada que vive Bolivia, obliga a Sánchez de Lozada ha abandonar el poder, y por sucesión constitucional asume su vicepresidente, Carlos Mesa, quien toma la primera magistratura el 17 de Octubre, teniendo grandes antecedentes a su favor, ya que “… los partidos “tradicionales” derrocados en “Octubre”, se refugiaron en el Parlamento; habían perdido toda gravitación en la opinión del país y no estaban en condiciones de enfrentar al nuevo Presidente”270, el cual suscitaba grandes esperanzas, pues los sectores movilizados, lo veían como la figura que había surgido a partir de sus presiones. A esto se debe sumar una de las adhesiones populares más grandes que haya tenido un presidente en Bolivia (incluso llegó a empinarse al principio de su mandato por el 80% de aprobación), sin embargo con el pasar de los meses, Mesa dio cuenta de que no era capaz de contener y canalizar las demandas de los sectores movilizados, ya que no utilizó el medio más efectivo que tenía su alcance y que había dado muchos frutos a los gobiernos anteriores: la represión, como también, poco a poco se fue quedando sin respaldo político. Además, cabe señalar que en su momento, Carlos Mesa fue incapaz de llevar a buen término el tema del referéndum sobre los hidrocarburos, transformando una posible victoria política a su favor en una derrota a manos del Congreso y de los partidos tradicionales, sobre todo cuando los sectores movilizados lo acusaron de que estaba aliado con las grandes multinacionales que explotaban los hidrocarburos, lo que terminó empañando su imagen y bajando la popularidad que tuvo en un principio. Junto con ello, realizó una serie de actos inconstitucionales271, lo que sumado a que no pudo contener de buena formas las

270

LAZARTE, JORGE. “El Fin de un Presidente a la Deriva y un País al Borde de la Catástrofe”, Bolivia, 15 de Junio del 2005. En Internet: Portal en Internet de Nueva Mayoría, Buenos Aires – Argentina, <http://www.nuevamayoria.com/ES/ANALISIS/?id=lazarte&file=050615.html>

271

Vs. Ídem.

291


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movilizaciones, desembocó en una estrepitosa caída, a pesar de que todavía contaba con un adhesión popular importante.

292


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2.2. Fin de la “Democracia Pactada” e Inicio de las Crisis Consecutivas: Los Partidos Políticos en la Coyuntura

La caída de Sánchez de Lozada y el ascenso al poder de Carlos Mesa, es un hito que marca el fin de la etapa que se ha denominado como “democracia pactada”, ya que el gobierno de Mesa se caracterizó por no crear un pacto de gobierno con los partidos políticos que le diese apoyo en el Congreso, como se había dado en los gobiernos anteriores, además de contar con ministros apartidistas, que no contribuían o que no tenían interés en la construcción de pactos y alianza para temas específicos, elementos que se habían mostrado como necesarios para dar estabilidad al sistema político, el cual daba una impresión de solidez, pero que en gran parte dependía de esos mecanismos políticos para sustentarse. Sin

embargo

el

fin

de

esta

“democracia

pactada”

no

debía

marcar

necesariamente el inicio de una cadena de graves crisis de gobernabilidad como sucedió finalmente, ya que si bien “… las coaliciones de gobierno incentivadas por el sistema de elección congresal del presidente han resuelto uno de los problemas típicos del presidencialismo latinoamericano: la presencia de un gobierno minoritario y bloqueado en su capacidad de gobernar”272, lo cierto es que se da una “… progresiva erosión de la “democracia pactada” en la que las alianzas gubernamentales compensan, a duras penas, la falta de mayoría absoluta obtenida por los candidatos a la presidencia desde 1985”273, es decir, la “democracia pactada” no era la mejor forma de gobernar ya que se excluía a importantes sectores de la sociedad que no estaba dentro de los partidos y movimientos pertenecientes a los pactos de gobierno, como por ejemplo, se dio con el caso de muchas comunidades indígenas y campesinas, y a pesar de que 272

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 170.

273

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 161.

293


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resultó como una forma medianamente eficaz de contener las demandas, era obvio, de que cuando uno de los mecanismos que sostenían el sistema como por ejemplo la represión a estos grupos, y el clientelismo sumado a un aplazamiento de los movimientos populistas que solían canalizar las demandas de los grupos excluidos ya que se autodenominaban como representantes de los intereses de estos sectores movilizados pero relegados, la “democracia pactada” tendría que desplomarse, pues eran básicamente estos pilares los que la sostenían. Por otro lado, los pactos interpartidarios, permitieron la alternancia en el poder de básicamente sólo tres fuerzas políticas tradicionales, el MNR, MIR y ADN, quienes no se aliaron a partidos totalmente desconocidos para ellos, ya que muchos de los partidos políticos que les sirvieron para cimentar estos pactos, eran en realidad escisiones o partidos satelites de estos tres como por ejemplo274 el MBL una escisión del MIR (de Jaime Paz Zamora), que fue constante socio del MNR (de Sánchez de Lozada) o el NFR, que si bien transitó constantemente entre oficialismo y oposición (hay que recordar que desde el 5 de Agosto del 2003 pasó a formar parte del oficialismo luego de estar en la oposición con un papel débil) no es más que un apéndice del ADN (de Hugo Banzer), mientras el UCS fue transitando entre diferentes coaliciones. Estos 3 partidos tradicionales, más el UCS, que tuvo gran apoyo electoral, denominaremos como partidos “sistémicos”, producto de que son los partidos que están dentro de las reglas formales del juego democrático y quieren conservar el status quo que les entrega el sistema imperante (básicamente el poder gobernar), con lo cual las distintas coaliciones entre ellos, se justificaban bajo el argumento de una búsqueda de consenso para lograr la estabilidad del país, ya que los pactos han garantizado no sólo la gobernanza del país en el ámbito del poder ejecutivo, sino también, un relativo control sobre el poder legislativo, sin embargo son estas mismas fortalezas las

274

Ídem. Página 161 - 162.

294


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que han puesto en riesgo el mismo sistema que se trataba de salvaguardar, pues el sistema era estable gracias a la existencia de estas dinámicas. Sin duda, el sistema de coaliciones en Bolivia generó importantes avance en aspectos sociales y políticos a favor de los sectores más marginados, sin embargo también provocó que una serie de demandas sociales quedaran insatisfechas, ya que cuando salieron a la luz pública se les reprimió duramente, y pesar que los gobiernos de turno fueron capaces de sobrellevar la situación ,estas demandas estaban latentes dentro de los varios grupo sociales en Bolivia, por lo cual sólo bastaba que se diese el escenario correcto para que brotaran nuevamente. Esta situación ocurre cuando surgen nuevos partidos dispuestos a ofrecer solución a estas demandas insatisfechas, los cuales provocan que los partidos tradicionales y sistémicos se vean cuestionados por el aparecimiento de tres partidos “antisistémicos”, los cuales “… definen por su oposición a los anteriores y al sistema de coaliciones parlamentarias”275, los que los hace estar fuera del desarrollo político que hasta ese momento habían impuesto los partidos tradicionales. Junto con el NFR, Nueva Fuerza Republicana de Manfred Reyes Villa, aparecen los partidos representantes del mundo indígena, campesino y cocalero, como son el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales y el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) de Felipe Quispe, quienes vienen no sólo a canalizar las demandas de los sectores movilizados, sino también a hacerse un gran espacio dentro de la alineación tradicional desde 1985 que había adquirido el sistema de partidos políticos en Bolivia. En las elecciones del año 2000, el MNR logra un 22,5% y el MIR un 16,5%, lo que en total sumaba un 39% de la votación total, un porcentaje mucho menor al que estaban acostumbrados los partidos desde la instauración de la “democracia pactada”, además el ADN, otro de los partidos tradicionales, luego de la muerte

275

Op. Cit. BURDMAN, JULIO. “Bolivia Enfrenta Una Grave Crisis de Gobernabilidad Política”.

295


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de su máximo líder, Hugo Banzer, prácticamente desaparece de la arena partidaria, ya que sólo obtiene un 3,4% de los sufragios. El UCS obtiene una votación marginal, lo que explicaría el por que el gobierno de Sánchez de Lozada tuvo no sólo una legitimación débil, sino también varios grupos sociales en contra, ya que la coalición de gobierno no era capaz de tener más allá de un 45% de apoyo. La pregunta que cabe hacerse aquí, es ¿hacia donde se han desplazado el resto de la votación y porqué?. En primer lugar los votos se han desplazado hacia el ya mencionado MAS de Evo Morales quien obtiene el segundo lugar luego del MNR con un 21%, seguido inmediatamente por el NFR de Reyes Vila que obtiene un 20,9%, es decir, un virtual empate. A ello se suma cierto avance electoral del MIP de Felipe Quispe. Esta reformulación del espectro partidario se explica en gran parte, por que como se señaló anteriormente, estas nuevas fuerzas políticas, llegaban directamente al electorado a través de varios medios, siendo fundamental en el caso de Evo Morales (quien es la cabeza visible de los sectores movilizados que pedían la renuncia de Sánchez de Lozada a tan sólo 4 meses de sumido al gobierno) y Felipe Quispe su identificación con los grupos indígenas (ya que ambos tienen un origen aymara), campesinos y sectores bajos de la sociedad, además de que tomaron una activa participación dentro de la oposición al gobierno de Sánchez de Lozada, lo que los hizo ver como verdaderos representante de las demandas populares, al igual que Reyes Villa, antiguo alcalde Cochabamba que había cimentado sólidos lazos clientelares. De esta forma cada partido tiene un líder que cuenta con seguidores producto de sus acciones, carisma y lazos clientelares, pero entre ellos destaca Evo Morales, ya que “… mientras intenta mostrar una imagen de capacidad administrativa, también conduce una oposición radicalizada y antigubernamental, que viene sumando apoyos entre sectores sociales y políticos, más allá de su propio

296


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

movimiento”276, lo que a la larga provoca la caída de Sánchez de Lozada, quien no pudo hacer frente a la radicalización de las protestas, es decir, la misma situación que le tocó vivir a Carlos Mesa durante Junio del 2005. A continuación se entregan los resultados generales de la elección del 2002, con el objeto de mostrar el bajo apoyo de los partidos tradicionales, y el bajo apoyo individual de cada partido, ya que ninguno de ellos sobrepasa el 25%, según los datos proporcionados por la Corte Nacional Electoral de Bolivia.

Figura N° 13 – Resultados Nacionales Elección General del 2002277

276

Op. Cit. BURDMAN, JULIO. “Bolivia Enfrenta Una Grave Crisis de Gobernabilidad Política”.

277

Fuente: Elaboración propia, en base a datos de la Corte Nacional Electoral de Bolivia. En Internet: Portal de la Corte Nacional Electoral de Bolivia, Bolivia, <http://www.cne.org.bo/proces_electoral/marcosasp.aspx?var1=subizquierdaTot&var2=generale s/resultados2002/resul_nacional>

297


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

Figura N° 14 – Total de Votos Elección General del 2002278

278

Fuente: Elaboración propia, en base a datos de la Corte Nacional Electoral de Bolivia. En: <http://www.cne.org.bo/proces_electoral/marcosasp.aspx?var1=subizquierdaTot&var2=generale s/resultados2002/resul_nacional> Nota: Los porcentajes de los votos válidos, nulos y blancos se calculan sobre el total de votos emitidos

298


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

2.3. La Represión Como Elemento de Contención Para las Demandas Sociales La “democracia pactada”, como se ha visto tuvo una serie de ventajas, ya que otorgó a Bolivia un período de gobernabilidad y estabilidad como pocos en su historia, sin embargo también tuvo desventajas, como por ejemplo que las demandas sociales nunca fuesen resueltas sino solo contenidas, dejando el conflicto en letargo hasta que surgieran los escenarios para propiciarlo nuevamente. La pregunta que cabe hacerse, es ¿cómo se logró contener a los sectores movilizados en momentos en que estos actuaban de forma radical?. El uso de la represión de parte de los gobiernos de este período es la respuesta, es decir, la estabilidad que generó la “democracia pactada” en gran parte fue impuesta ya que la estabilidad existente se lograba con la represión hace los grupos que cuestionaban el modelo, a lo que debe sumarse la siempre presente cooptación de parte de los partidos políticos y del propio gobierno, por lo cual las falencias que este presentaba no podían ser puestas en el debate público, dejando la sensación de que todo estaba funcionando bien. La represión a la cual nos referimos, consiste básicamente en el uso constante de parte de los gobiernos de las facultades especiales que se significaba decretar estado de sitios ante la radicalización de las protestas durante algunos episodios coyunturales, como solía ser por ejemplo los problemas derivados de una crisis económica. Siguiendo al análisis de Stéphanie Alenda279, la autora determina que la democracia de este período en Bolivia es forzada, producto de que todos los gobiernos utilizan el estado de sitio. Por ejemplo Víctor Paz decreta dos veces estado de sitio frente a las movilizaciones sociales y luego frente a las protestas de los mineros por la “relocalización” que significa el despido de 23.000 de ellos, su sucesor Jaime Paz, quien se beneficia de las medidas exitosas de estabilización impulsas por su antecesor, utiliza el estado de sitio una vez frente a la movilización de los maestros urbanos y rurales por mejoras de sueldo y

279

Vs. Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 167 - 168.

299


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

condiciones laborales. Posteriormente, Gonzalo Sánchez de Lozada, aplica dos veces el estado de sitio, el que se caracterizó por una grave represión. Finalmente Hugo Banzer aplica dos veces el estado de sitio, ya que nunca pudo contener la presión social debido a la frágil alianza que lo sustentaba en el poder. La aplicación de los estados de sitio como medida de represión para el enfrentamiento de las demandas sociales, revela básicamente la “… debilidad intrínseca de los gobiernos en el poder desde 1985, su incapacidad a legitimar reformas estructurales a veces necesarias p a responder a las demandas de la sociedad manteniendo el “equilibrio dinámico” que es el principio constitutivo de la gobernabilidad”280. Esta problemática se explica en gran parte por que cada uno de los gobiernos debió realizar su gestión con débil adhesión social, la gran razón de la formación de estos pactos para la instauración de la gobernabilidad, y prueba de ello es que Carlos Mesa se negó sistemáticamente a no aplicar medidas represivas281 en contra de los grupos movilizados, situación que llevó al país a una grave crisis de gobernabilidad, que a pesar de la renuncia de Carlos Mesa ha seguido, aunque con ciertos momento de mucha intensidad. A continuación se presenta un cuadro resumen los estados de sitio decretados por los gobiernos de turno en el período que comprende entre 1985 y el año 2003 en base a la propuesta de Stéphanie Alenda.

280

Idem. Página 168.

281

“Cuando juró como Ministro de Gobierno, el 18 de octubre de 2003, Alfonso Ferrufino prometió que el gobierno de Carlos Mesa Gisbert que se iniciaba iba a caracterizarse por la “represión cero”. “Y así fue en 2004, aunque los conflictos afloraron por miles, al punto que quienes protestaban le sacaban la lengua a los policías que resguardaban el orden público durante las marchas y comenzaban a violar toda regla urbana y legal”. “Ante las movilizaciones, el gobierno se mantuvo sereno, al filo del caos, y cambió la represión por el diálogo, a diferencia de 2003, que bajo la administración de Gonzalo Sánchez de Lozada tuvo un saldo descarnado de más de cien muertos”. Vs. Portal en Internet “La Prensa”, sección Anuario 2004, La Paz – Bolivia, Edición de Diciembre 22 del 2004. <http://166.114.28.115/anuario2004/anuario06.htm>

300


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

GOBIERNOS

FECHAS

Víctor Paz E. (MNR)

18/09/85 18/12/85

Víctor Paz E. (MNR)

27/08/86 27/11/86

Jaime Paz Zamora (MIR) Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR) Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR)

Hugo Banzer (AND)

CAUSA Protesta contra DS 21060 “Marcha por la Vida” vontra la relocalización

ACTORES COB mineros

Mineros COB

15/11/89 15/02/90

Huelga de los maestros

Maestros COB

-

18/04/95 18/07/95

Huelga COB – maestros

Maestros COB

18/07/95 18/10/95

Huelga COB – Maestros

Maestros COB

Guerra del Agua y bloqueo de las carreteras

Coordinadora del Agua, cocaleros, aymaras del Altiplano, policía, maestros rurales

08/04/00 08/07/00

DETENIDOS

CONFINADOS

LIBERADOS

200

155

45

184

59

117

-

153

810

350

460

22

22

Prorrogación

-

Figura N° 15 – Estados de Sitio en Democracia (1985 – 2003)282 En el cuadro se puede apreciar como sistemáticamente, los distintos gobiernos desde la creación de la democracia pactada han recurrido a la violencia para poder contener el movimiento social. Sin entrar en valoraciones, el gobierno de Carlos Mesa optó por no recurrir a la violencia estatal además de no contar con los partidos políticos, generando un ambiente de alta movilización social que se tradujo en muchas acciones de violencia, las cuales sin apoyo político no pudo controlar. Por su parte, el gobierno de Evo Morales también ha decidido no recurrir a la violencia para la contención del movimiento social, situación que no ha dejado al país exento de graves hechos de violencia, sin embargo el apoyo popular del gobierno y el respaldo político que tiene el MAS han evitado que este

282

Fuente: Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 168.

301


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

gobierno siga el destino de Mesa, quien si bien también asumió con un alto índice de popularidad, lo fue perdiendo rápidamente.

302


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

2.4. Irrupción y Declive de los Partidos Populistas Salvador Romero, señala que “… CONDEPA y UCS nacieron con las transformaciones de los años 1980 en Bolivia: transición a la democracia, crisis económica,

aplicación

del

liberalismo

económico,

valoración

del

multiculturalismo. Integraron la tercera generación partidaria del siglo XX, caracterizada por su respeto a la democracia, la personalización de su liderazgo, su respuesta a la marginalidad social y a la pérdida de confianza en el nuevo proyecto estatal”283. CONDEPA, Conciencia de Patria y UCS, Unión Cívica Solidaria, son dos partidos claramente populistas, que basan su éxito a la creación de un vínculo de cercanía y de clientelismo, entre un líder y los sectores marginados y desfavorecidos a los cuales apuntan su discurso. Ciertamente se considera a los partidos populistas como movimientos que se aprovechan de una débil institucionalizaron y organización social, para tender sus redes de clientelismo y con ello capar adeptos, los cuales son atraídos por los discursos mesiánicos de los líderes de estos movimientos. Sin embargo, esta idea ya ha quedado un tanto obsoleta ya que se tiende a señalar que estos movimientos surgen a raíz de coyunturas de crisis, en cambio para el caso boliviano, partidos, movimientos y líderes populistas se han convertido en una tradición a lo largo de su historia. Además, las últimas investigaciones y “… trabajos etnográficos sobre las estrategias de sobrevivencia y la política de los pobres demuestra altos niveles organizativos y capacidad estratégica para negociar con los partidos políticos y el Estado. Dado que los pobres ocupan terrenos para construir sus casas y/o venden en las calles sin permisos, viven en condiciones de marginalización y al borde de la ilegalidad. La organización es una

283

ROMERO B., SALVADOR. “CONDEPA y UCS: El Declive del Neopopulismo Boliviano”, Revista de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Volumen XXIII, N° 1, 2003, Santiago – Chile, Páginas 67 a 98. Página 67.

303


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necesidad”284. Esto demuestra que no sólo la necesidad material lleva a los sectores marginales a adherirse a movimientos políticos, sino también un real deseo de cambio en su situación de marginación. CONDEPA, se crea en 1988 cuando se da una serie de movimientos de protesta en contra del cierre de los medios que poseía el empresario y comunicado social, Carlos Palenque. Este comunicador social adquiere notoriedad al ejercer “una relación cotidiana y de largo aliento entre sus oyentes y televidentes de origen urbano y popular”285 a través de la Radio Televisión Popular (RTP), con la cual Palenque realiza una actividad de asesoría ante los que se comunican con él, quienes lo denominan “compadre Palenque”, lo que viene a demostrar que ya se ha creado un lazo de confianza y también de dominación, ya que se supone que el “compadre” es alguien a quien se puede acudir en momentos de necesidad. La RTP, además cuenta con un servicio de asesoría jurídica en contra de la discriminación, desde antes que siquiera se concibiera la idea del Defensor del Pueblo, un organismo estatal que se encargaría de la misma misión. De esta forma, “… CONDEPA ofrece así compensaciones tanto al regimiento del Estado como a la aplicación de políticas neoliberales, al asumir, en la línea de RTP, la protección de la gente humilde”286. Por su parte, Max Fernández, tiene un origen marcadamente mestizo y poseía una precaria formación escolar, sin embargo “… realizó una meteórica carrera empresarial que lo encumbró en la presidencia de una de las firmas industriales más importantes del país, la Cervecería Boliviana Nacional (CBN), de la que se convirtió accionista principal en 1987”287. Max Fernández entra en la política, 284

DE LA TORRE, CARLOS. “Masas, Pueblo y Democracia: Un Balance Crítico de los Debates Sobre el Nuevo Populismo”, Revista de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Volumen XXIII, N° 1, 2003, Santiago – Chile, Páginas 55 a 66. Página 66. 285

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 169.

286

Ídem. Página 169.

304


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

luego de una invitación del gremio de transportistas y de ex-dirigentes sindicales campesinos para formar una organización política que lo nombró jefe y candidato presidencial en el mes de Octubre de 1988. Esta invitación se debe en gran parte a que el empresario se había destacado por usar el aparataje de su empresa al igual que parte de sus ganancias en la asistencia pública de las zonas más relegadas por el Estado, lo que le permitió consolidar un liderazgo personal y crear sólidos lazos clientelares. Luego de algunos problemas en 1989 crea el UCS, Unión Cívica Solidaria. Bajo este contexto, tanto Carlos Palenque como Max Fernández, “… emergieron como líderes carismáticos al desplegar novedosas modalidades de intercambio político basadas en labores de asistencialismo realizadas a través de un uso no convencional de sus empresas”288. Fueron capaces de dar soluciones a los sectores marginados que tenían no sólo una serie de carencia materiales, sino también un deseo de lograr una participación igualitaria dentro de la sociedad en la cual vivían. De esta forma y a pesar de que “… con enfoques parcialmente distintos, la UCS y CONDEPA ofrecieron paliativos puntuales para estas dificultades. Si Max Fernández se dedicó a construcciones de utilidad pública, Palenque mostró su cotidiana solidaridad con los excluidos. Asimismo, los dos líderes apuntaron a representar a los sectores sociales descuidados por el sistema político. Hicieron hincapié en los comerciantes minoristas, los artesanos, los trabajadores informales, las empleadas domésticas o los transportistas”289.

287

MAYORGA, FERNANDO. “Neopopulismo y Democracia en Bolivia”, Revista de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Volumen XXIII, N° 1, 2003, Santiago – Chile, Páginas 99 - 118. Página 107. 288

Ídem. Página 99.

289

Op. Cit. ROMERO B., SALVADOR. “CONDEPA y UCS: El Declive del Neopopulismo Boliviano”. Página 76 - 77.

305


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

La importancia de estos partidos populistas dentro de la arena partidaria es que sumando sus votaciones, obtienen cerca de un tercio del electorado entre 1989 y 1997, la época de su mayor relevancia. Además durante este período acceden al control de las alcaldías más importantes de Bolivia, lo que les da relevancia y los lleva a que intervengan dentro del “… juego de alianzas para la conformación de las coaliciones gubernamentales, aunque ninguno de sus líderes arribó a la Presidencia de la República”290. No es el objetivo aquí analizar a estos partidos en profundidad, ni establecer cual fue su evolución electoral en sus períodos de mayor figuración, sino establecer cual es la relevancia que tienen para este capítulo de la investigación en el sentido de la incorporación de los sectores sociales marginados al juego democrático. De todas maneras para apreciar mayor el impacto de estos partidos dentro del sistema político de Bolivia, se cita el siguiente cuadro sobre sus resultados electorales entre 1985 y 1997. PARTIDOS – PACTOS ADN MNR MIR Acuerdo Patriótico (ADN y MIR) CONDEPA UCS Otros

1989

1991

1993 (A)

1993 7,85 34,92 9,45

1997 (A) 11,43 22,2 21,32 18,18 9,31 16,77

19,58 8,39 20,91

17,16 17,45 16,11 25,02 9,47

17,47

22,99

33,83

30,35 17,01 14,92 20,25

26,44 11,69 21,26 17,62

20,03 13,59 13,11 19,44

1995

Figura N° 16 – Tabla de Elecciones Nacionales y Municipales (1985-1997, en Porcentajes)291 La importancia de estos partidos para el tema de este capítulo es que sin duda contribuyeron de forma notable a la democratización de la sociedad boliviana, ya que reivindicó a una serie de grupo hasta entonces marginados, como por ejemplo los grupos indígenas o los sectores populares de los barrios periféricos. 290

Op. Cit. MAYORGA, FERNANDO. “Neopopulismo y Democracia en Bolivia”. Página 99 - 100.

291

En: Ídem. Página 100. Elaborado por el autor en base a los datos de la Corte Nacional Electoral de Bolivia. La Letra A hace alusión a las elecciones de carácter nacional.

306


BOLIVIA EN EL SIGLO XX: La Fragmentación y Exclusión Como Motor del Conflicto

Junto con ello los insertó dentro de la arena electoral, ya que estos grupos se movilizaron para votar a favor de sus líderes, situación que antes no ocurría si se tiene en cuenta que la abstención en Bolivia siempre ha sido alta (cerca de un 10%). Estos partidos se destacan también por que su acción es ciertamente ambigua, ya que democratizan, pero “… recurriendo a las mismas prácticas clientelísticas que la clase política tradicional”292, ya sea a través de la distribución de las ganancias de la empresa del líder del UCS o de la prestación de servicios y consejos del líder del CONDEPA. Es decir, uno y otro disponen de sus recursos para generar lazos clientelares con los grupos a los cuales ayudan y democratizan a la vez. De esta manera, como señala Fernando Mayorga, “… paradójicamente, los partidos neopopulistas293, con sus rasgos patrimonialistas, caudillistas e informales, profundizaron la democracia dotando de mayor capacidad representativa al sistema de partidos y proporcionando estabilidad al sistema político durante una década y, pese a su precariedad ideológica, influyeron positivamente en el contenido y en el alcance de las transformaciones estatales en Bolivia”294. Sin embargo, este proceso de democratización a través de estos partidos populistas genera dos graves problemas a largo plazo, que son los que se manifestaran en la crisis actual a partir del año 2003. El primero dice relación con que estos partidos populistas al seguir aplicando el clientelismo, no hizo más que acentuar las diferencias sociales, ya que se creaba la sensación de que un 292

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 170.

293

Cabe hacer la mención que los autores citados en este apartado se refieren en su mayoría a tos partidos como neopopulistas, aunque nosotros utilizamos el término de populismo, el cual consideramos más acertado, si se tiene en cuenta que las prácticas de estos partidos, no difieren prácticamente en nada de la clásicas pautas de comportamiento de los movimientos populistas, por lo que el término neopopulismo, aquí sería aplicado para designar al populismo que recobra vida en la década de los ´80, sin embargo considerando que Bolivia tiene una larga tradición d populismo, no consideramos necesario hacer la salvedad de neopopulismo hacia estos partidos, sino solamente tacharlos de populistas.

294

Op. Cit. MAYORGA, FERNANDO. “Neopopulismo y Democracia en Bolivia”. Página 115.

307


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“salvador” que disponía de recursos económicos, podía ayudar a los más necesitados, fomentando y dejando en claro con esta situación, que había grupos sociales que no podían solventar sus problemas a través de sus propios medios, con lo que se creó no sólo una red clientelar, sino también de dependencia. Por otro lado, y más grave aún, estos partidos populistas en realidad solo realizaron la acción de “… desactivar solo temporalmente las tensiones sociales”295, por los mecanismos ya vistos (redistribución material y de bienes simbólicos), pero no entregaron las herramientas a los grupos que ayudaron, para valerse por si mismos, situación obvia si se tiene en cuenta de que estos partidos para sobrevivir electoralmente recitaban del apoyo incondicional de estos grupos marginados por lo que se debía mantener cierta relación de dependencia. Esta situación generó una masa altamente dispuesta a la movilización ahora que tenía plena conciencia de la desigualdad en la cual vivía, ero que al desaparecen estos partidos populistas296, no encontraron la forma de satisfacer sus demandas, por lo cual gran parte de estos sectores se volcó en forma masiva a las calles, generando radicales protestas. En el fondo se les dejó participativos, relativamente organizados y movilizados, pero ahora sin un líder a quien seguir (y que tampoco le satisficiera sus demandas más inmediatas), se convirtieron en un elemento desestabilizador del sistema, y prueba de ello es la crisis que se vive a partir de Octubre del 2003, en que estos grupos protestan diariamente, frente al Estado que no es capaz de satisfacer sus demandas.

295

Op. Cit. ALENDA, STÉPHANIE. “El Malestar Democrático (1985 – 2004)”. Página 170.

296

La importancia de UCS y CONDEPA, fue disminuyendo a fines de la década del ´90 de forma progresiva, y después de los comicios de junio de 2002 pasaron a ser partidos marginales, siendo remplazados en cuanto a protagonismo por nuevas fuerzas que presentan rasgos análogos al estilo de acción neopopulista que caracterizó a los partidos fundados por Carlos Palenque y Max Fernández. Vs. Op. Cit. MAYORGA, FERNANDO. “Neopopulismo y Democracia en Bolivia”. Página 115.

308


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3. PROBLEMAS A partir de las muestras de agotamiento del modelo del “pacto democrático” de 1985 desde el año 2000, Bolivia ha sufrido una serie de problemas traducidos en levantamientos sociales, los cuales si bien existieron durante el período del “pacto democrático” era amortiguados por los distintos elementos analizados en los puntos anteriores, sin embargo al dejar de operar esos elementos de forma progresiva, el país quedó a merced de los grupos sociales movilizados y de la inestabilidad que ello ha traído al país a partir de las diferentes demandas que estos grupos tienen. El principal problema del período ha sido la demanda de autonomía de la zona oriental de Bolivia, una parte del país que quiere básicamente separarse de la zona pobre y más atrasada, de la zona de las demandas sociales, situación que pone

de

manifiesto,

los

fraccionamientos

sociales,

étnicos,

culturales,

económicos y políticos del país. Cuando se habla de autonomía, no sólo se quiere hacer solo alusión a un tema de distribución de recursos económicos o de participación y decisión en cuanto al uso de estos gananciales, sino y más allá de eso, de una forma de concebir Bolivia, donde salen a flote las fragmentaciones del país y se demuestra la existencia de diferentes proyectos de país al interior de Bolivia, lo que también demuestra que no se ha superado a nivel país la exclusión del indígena, pues que la elite del oriente quiere maximizar sus beneficios en perjuicio del resto del país, con una población mayoritariamente indígena, la cual ha buscado una Asamblea Constituyente capaz de materializar aquella nación multicultural anunciada por las reforma constitucional de 1994, pero que con la demanda de oriente se pone en peligro. Sin embargo con el tiempo, la elite del oriente vio en la Asamblea Constituyente la instancia para poder discutir el tema de su autonomía por lo que es escenario se ha vuelto complejo, dado que lo que ha comenzado siendo un anhelo de los

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sectores populares se ha conformado en un conflicto entre los dos proyecto de país que hoy se aprecian en Bolivia, por un lado el proyecto de oriente, que busca su escisión del proyecto occidental, la zona pobre que necesita los recursos orientales para subsistir como país. Sin duda son varios los problemas que permiten explicar las razones de esta situación. Hay problemas de carácter no sólo político, sino también sociales, económico, culturales y regionales que son necesarios de comprender para entender el como se ha llegado a una situación en la cual Bolivia se ve dividida por estos dos proyectos. A continuación se verán los problemas más esenciales del país, en los ámbitos políticos, económicos, sociales, culturales y regionales, debiendo señalar que están profundamente interrelacionados, que permitirían explicar el contexto conflictivo que hoy día vive Bolivia.

310


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3.1. Democracia(s) y Sistema Político Uno de los principales problemas en Bolivia es la conflictiva relación entre democracia y neoliberalismo. Efectivamente no se puede negar que desde 1985 el país ha consolidado un sistema democrático, sin embargo este solo ha abordado la dimensión política de la ciudadanía democrática que se expresa a través del derecho a voto, relegando la dimensión social y económica en la concepción actual de ciudadanía, por lo cual los problemas derivados de la implantación del sistema neoliberal en Bolivia ha acentuado una brecha social y económica en su población que no ha podido ser remediada tan sólo por el derecho a voto que resguarda el sistema democrático, haciéndose necesario, sobre todo a partir del año 2000, la movilización social violenta para intentar reducir la brecha. A partir del sistema político que se consolida en 1985 se ha generado, por lo menos hasta el año 2000 un clima de relativa estabilidad y gobernabilidad básicamente gracias al monopolio que han hecho del sistema político, las alianzas de los partidos políticos, mermando con ello la representatividad de los movimientos sociales, explicándose la gran irrupción de lo movimientos populistas, sin embargo ante las fallas del sistema, sobre todo en lo que a materia económica se refiere, la legitimidad de estos partidos se ha visto mermada a partir del año 2000 por los continuos cuestionamientos sociales, lo que ha demostrado que la sociedad civil se ha ido separando cada vez más de gobierno con las consecuencias violentas que ha tenido desde el año 2000. Además, como se ha visto anteriormente el sistema política está sustentado gracias a ciertos pilares, destacándose el uso de la represión de parte de los gobiernos como el consenso obligado entre los partidos políticos, los cuales deben construir alianzas para poder alcanzar el poder ya que no existen, por lo menos hasta los piaros años del siglo XXI, referentes claros debido a la fragmentación político social del país.

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Al respecto es interesante destacar la interpretación de Jimena Costa, quien señala que el país ha visto desde la década de los ’80 y ’90 el choque de dos formas distintas de percibir la democracia. Existe una primera representación en el imaginario político de Bolivia, relacionada con una democracia representativa en que la elite tiene el control de los partidos políticos que serían los encargados de canalizar las demandas sociales, versus una segunda concepción sobre la democracia, que es la sostenida por los movimientos sociales, en la cual la democracia sería la representación directa de la sociedad en la toma de decisiones que se relacionan con la distribución de los recursos en busca de la igualdad y de la justicia social dentro del país. Argumenta la autora que ambas representaciones corresponden a un imaginario que no es real dado que “…muchos sectores esperan del modelo político más de lo que puede dar y no asumen que por si misma no resuelve la dependencia de recursos externos, la debilidad de la industria, la falta de competitividad, la cultura política poco democrática, la discriminación, el racismo y los regionalismos”297. Uno de los hito relevantes para el análisis de la participación democrática en Bolivia fu el decreto de la Ley de Participación Popular en 1994 bajo el gobierno de Sánchez de Lozada. Ella, a partir de la propuesta de Nancy Thede298 se puede sintetizar en los siguientes elementos: 297

COSTA BENAVIDES, JIMENA. “La “Guerra del Gas”. Representaciones Sobre Neoliberalismo y Defensa de los Recursos Naturales en la Crisis Política de Octubre de 2003 en Bolivia”. Ponencia presentada en el Coloquio Internacional “Políticas de Economía, Ambiente y Sociedad en Tiempos de Globalización. Más de los Debates Sobre la Coyuntura en Venezuela”, Programa Globalización, Cultura y Transformaciones Sociales, CIPOST – FACES – UCV, Caracas - Venezuela, 14 y 15 de Mayo de 2004. Página 4. En Internet: Portal del Programa Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales, CIPOST – FACES – UCV, Venezuela, <http://www.globalcult.org.ve/doc/ponencias_2004/PonenciaCosta.doc>, consultado Agosto 2008.

298

THEDE, NANCY. “La Descentralización en Bolivia y su Impacto en el Desarrollo Local. ¿Un Avance Hacia la Inclusión?”, Département de science politique, Université du Québec, Montréal Canadá, Octubre 2006. En Internet: Portal de la Université du Québec, Montréal Canadá, consultado <http://www.er.uqam.ca/nobel/politis/IMG/pdf/Thede_decnt_Bol_06.pdf>, Noviembre 2008.

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MARCO LEGAL

RESPONSABILIDADES

INGRESOS

Leyes de: • Participación Popular (1994) • Descentralización Administrativa (1995) • Municipalidades (1999) • Dialogo Nacional (2001)

• Salud y educación primarias • Infraestructura • Hospitales locales • Desarrollo local • Cultura • Deporte • Género

Formula: • 20% del presupuesto nacional • Impuestos locales • Cooperación internacional descentralizada

• • • •

MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN POLÍTICA Organizaciones territoriales de base (OTB) Comités de vigilancia (CV) Comités sectoriales (salud, educación) Listas de partidos deben incluir 20% de mujeres

Figura N° 17 – Principales Elementos de la Descentralización Municipal en Bolivia299 La Ley de Participación Popular, “…básicamente, es una ley de municipalización; territorializa el poder estatal en un espacio para la planificación y la administración”300, descentralizando ciertas competencias desde un nivel estatal a uno local con lo que se fortalece el gobierno municipal local. Nancy Thede sostiene que esta ley no se formuló bajo la presión ni popular ni de los partidos, pero si, “…había un empuje fuerte para la autonomía por parte de las elites regionales de la parte oriental del país, bien dotada en recursos naturales”301, por lo tanto esta ley permitía que las elite orientales pudiesen utilizar con mayores libertades los recursos que generaba la explotación de los recursos en su región a partir de las regalías que dejaban las empresas multinacionales. Sin embargo la ley tiene un doble efecto que ya potencia la participación política local, promoviendo y consolidando, “…el proceso de participación popular

299

En: Ibidem. Página 5.

300

ANTEZANA, FERNANDO; CALIZAZA, VÍTOR. “Claroscuros de la Ley de Participación Popular: Diez Años Después”, Bolivia, 2004. Página 1. En Internet: Portal de la Plaza Pública, Bolivia, <http://www.plazapublica.org/documentos/Claroscuros%20de%20la%20Ley%20de%20Participacion %20Popular.pdf>, consultado Noviembre 2008. 301

En: Op. Cit. THEDE, NANCY. “La Descentralización en Bolivia y su Impacto en el Desarrollo Local. ¿Un Avance Hacia la Inclusión?”. Página 5.

313


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articulando a las comunidades indígenas, campesinas y urbanas, en la vida jurídica, política y económica”302. Esta situación permite la que lleguen al poder municipal una serie de partidos y movimientos de carácter indígena que antes no tenían ninguna posibilidad de hacerlo, de esta manera es que comienza a hacerse popular el MAS por ejemplo, el cual comienza ganando ciertas municipales de la zona del Chapare para luego comenzar a extender en el resto del país, ya que satisfacía la necesidad de representación indígena que existía en el país, en el momento en que los partidos de la democracia pactada comenzaban

a

perder

apoyo

popular

principalmente

a

parte

de

la

deslegitimación y desilusión de los sectores populares. El sistema de democracia pactada que había consolidado un sistema relativamente estable en el país, se reestructura a partir del año 2002, cuando las fuerzas populares alcanzan altas cuotas de representación política en el parlamento, en gran medida, gracias a la proliferación de un discurso indigenista, que ha capitalizado el Movimiento al Socialismo, MAS y el Movimiento Indígena Pachakuti. El MAS, encabezado por Evo Morales logró alcanzar el 21% de los sufragios, tan sólo a 1 punto porcentual tras el MNR de Sánchez de Lozada, mientras el Movimiento Indígena Pachakuti, comandado por Felipe Quiste logró el 6%. De esta manera los sectores indígenas tenían una representación mayor a ¼ del total en el parlamento, lo que es destacable, ya que anteriormente, “Ningún Parlamento anterior había contado con una representación autónoma indígena-popular de esta magnitud. Los movimientos sociales habían optado por luchar, con una mano, en la arena parlamentaria y, con la otra, en las calles, en un intento de derribar los muros de contención del colonialismo interno”303, lo que permitió asentar en Bolivia, principalmente en 302

Op. Cit. ANTEZANA, FERNANDO; CALIZAZA, VÍTOR. “Claroscuros de la Ley de Participación Popular: Diez Años Después”. Página 1. 303 CABEZAS FERNÁNDEZ, MARTA. “Bolivia: Tiempos Rebeldes. Coyuntura y Causas Profundas de las Movilizaciones Indígena - Populares”, AIBR, “Revista de Antropología Iberoamericana”, N° 41, Madrid - España, Mayo - Junio 2005. Página 8. En Internet: Portal del AIBR, Madrid - España,

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los sectores populares indígenas, un discurso contrahegemónico, que señala que los sectores populares los que deben ser escuchados por el Estado y tomar en control de este, en función de resguardar la riqueza del país para todos, en contra del proyecto del oriente boliviano, el cual busca acumular y concentrar la riqueza para si, dentro de sus límites departamentales.

<http://www.aibr.org/antropologia/41may/criticos/may0501.pdf>, consultado Julio 2007.

315


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3.2. Desigualdad(es) y Sistema Económico La pobreza y la desigualdad económica ha sido una constante en la historia de Bolivia. Si bien es cierto que a partir de la década del ’80 con las reformas liberales a través de la Nueva Política Económica el número de pobres a comenzado a descender, la concentración de la riqueza a aumentado, al igual como en el resto de América Latina. Es decir, hay menos pobres que antes, pero la brecha social y económica entre pobres y ricos se ha disparado enormemente. En base a los resultados del Censo de Población y Vivienda 2001 de Bolivia304, los resultado señalas que la pobreza ha disminuido de un 85,5% en 1976 a un 58.6% en el 2001 como se puede apreciar en el siguiente gráfico.

304

El censo se realizó el 5 de Septiembre de 2001, empadronando a un total de 8.274.325 habitantes, de los cuales 5.165.882 (62,4%) fueron registrados en el área urbana y 3.108.443 (37,6%) en el área rural. Véase: INE, Instituto Nacional Estadísticas de Bolivia. “Bolivia: Mapa de la Pobreza 2001”, en base a los datos del Censo de Población y Vivienda 2001, Instituto Nacional de Estadística, Fondo de Población de las Nacionales Unidas, UNFPA, Bolivia, 2001. Página 4. En Internet: Portal de la INE, Bolivia, consultado <http://www.ine.gov.bo/PDF/PUBLICACIONES/Censo_2001/Pobreza/PBolivia.pdf>, Mayo 2006.

316


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Figura N° 18 - Gráfico de la Evolución de la Pobreza en Bolivia en Bases a los Últimos 3 Censos305

Figura N° 19 – Pobreza en Bolivia306 En Bolivia, el Censo del año 2001, establece que de un total de censados de 8.274.435, un 58,6% es pobre mientras un 41,4% no lo es, como se puede apreciar en el gráfico superior, lo que constituye una disminución del 12,3% de la pobreza en comparación con el año 1992 lo que significa un ritmo de reducción de la pobreza del 1,33%, y un 26,9% en comparación con el año 1976 lo que significa un ritmo de reducción de la pobreza de un 1,08% en promedio por año. Sin embargo y a pesar de esta ostensible disminución de la pobreza en Bolivia, todavía un 24,4% vive en situación de extrema pobreza. Además los datos del

305

Fuente: Adaptación. INE, Instituto Nacional Estadísticas de Bolivia. “Bolivia: Mapa de la Pobreza 2001”, en base a los datos del Censo de Población y Vivienda 2001, Instituto Nacional de Estadística, Fondo de Población de las Nacionales Unidas, UNFPA, Bolivia, 2001. Página 6. En Internet: Portal de la INE, Bolivia, consultado <http://www.ine.gov.bo/PDF/PUBLICACIONES/Censo_2001/Pobreza/PBolivia.pdf>, Mayo 2006.

306

Fuente: Elaboración propia.

317


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censo permiten demostrar la acumulación de la riqueza en ciertas zonas del país, en donde específicamente Santa Cruz es el único departamento de Bolivia que tiene un índice menor al 50% de pobreza, ya que posee tan sólo un 38%, mientras el resto de los departamentos tiene niveles muy altos, destacándose el departamento de Potosí, Beni y Pando. Además la tabla que se presenta a continuación permite demostrar las diferencias entre occidente y oriente, en don de Potosí tiene una pobreza de 41,7% más alta que San Cruz. De todas formas estos son datos de referencia, ya que si bien la pobreza es propia de toda Bolivia, ciertamente y a pesar de los departamentos de Beni y Pando, las zonas más pobres se encuentran en el occidente como se aprecia en los siguientes gráficos.

DEPARTAMENTO Chuquisaca La Paz Cochabamba Oruro Potosí Tarija Santa Cruz Beni Pando TOTAL BOLIVIA

POBLACIÓN 531.522 2.320.466 1.455.711 391.870 709.013 391.226 2.029.471 362.521 52.525 8.274.435

Departamentos de occidente

NO POBRES Total % 153.384 29,9% 772.719 33,8% 636.267 45,0% 122.826 32,2% 141.067 20,3% 183.066 49,2% 1.213.352 62,0% 82.838 24,0% 13.397 27,6% 3.318.916 41,4%

POBRES Total % 359.872 70,1% 1.513.188 66,2% 777.820 55,0% 258.767 67,8% 554.163 79,7% 188.863 50,8% 745.111 38,0% 264.472 76,0% 35.208 72,4% 4.695.464 58,6%

Departamentos de oriente

Figura N° 20 - Cuadro de la Población Pobre y No Pobre de Bolivia307

307

Fuente: Adaptación. INE, Instituto Nacional Estadísticas de Bolivia. “Bolivia: Mapa de la Pobreza 2001”, en base a los datos del Censo de Población y Vivienda 2001, Instituto Nacional de Estadística, Fondo de Población de las Nacionales Unidas, UNFPA, Bolivia, 2001. Página 5. En Internet: Portal de la INE, Bolivia, consultado <http://www.ine.gov.bo/PDF/PUBLICACIONES/Censo_2001/Pobreza/PBolivia.pdf>, Mayo 2006.

318


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Figura N° 21- Mapa de la Pobreza en Bolivia 2001308

El censo del año 2001 indica que “La variación promedio anual por departamentos muestra que Santa Cruz, Tarija y Cochabamba presentan tasas de disminución superiores al promedio nacional en ambos periodos, en Chuquisaca y Pando el ritmo de reducción de la pobreza es menor al promedio nacional pero superior de un periodo a otro, en tanto que los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí tienen bajo desempeño en este esfuerzo”309, lo que demuestra que en 308

Fuente: UNADE, Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas. “Mapa de la Pobreza 2001”, en base a los datos del Censo de Población y Vivienda 2001, Ministerio de la Presidencia, Bolivia, 2001. En Internet: Portal de la UNADE, Bolivia, < http://www.udape.gov.bo/mapaPobreza2001/id3.htm>, consultado Mayo 2006. 309

INE, Instituto Nacional Estadísticas de Bolivia. “Bolivia: Mapa de la Pobreza 2001”, en base a los datos del Censo de Población y Vivienda 2001, Instituto Nacional de Estadística, Fondo de Población de las Nacionales Unidas, UNFPA, Bolivia, 2001. Página 7. En Internet: Portal de la INE, Bolivia,

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general, la zona oriental ha ido disminuyendo en forma clara su pobreza en contraste con los departamentos del occidente, los cuales con menor o mayor suerte la han disminuido un poco o nada. Pero la pobreza es un problema, si bien muy importante, se ha visto como de forma paulatina ha ido disminuyendo. Lo que hoy en día es un tema tan importante como este en Bolivia en materia económica es la desigualdad social producto del aumento en la distribución de la riqueza dentro del país y el empeoramiento en las condiciones de calidad de vida, en comparación con América Latina, a partir de esta desigualdad. El Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2004 de Bolivia, demuestra que en Bolivia en el año 1999, el 10% más pobre tiene un ingreso o consumo del 1,3% en comparación al 32% del 10% más rico, de la misma forma el 20% más pobre tiene un ingreso o consumo del 4% en comparación al 49,1% del 10% más rico, lo que lo hace ocupar el lugar número 114 del mundo en el índice de desarrollo humano del año 2003310, en comparación con el año 2002, en donde ocupaba el puesto número 104 de un total de 174, lo que muestra una baja progresiva, al igual que los datos del Banco Mundial que arrojan cifras similares. Esto lo hace ser el país más pobre, con mayor desigualdad y con menor índice de desarrollo humano de América del Sur, a pesar de que en materia de recursos naturales es uno de los más ricos, lo que se ha derivado en una serie de riesgos para el sistema política, a partir de las violentas movilizaciones desde el año 2000 en el país.

<http://www.ine.gov.bo/PDF/PUBLICACIONES/Censo_2001/Pobreza/PBolivia.pdf>, Mayo 2006.

consultado

310

PNUD, Programas de las Naciones Unidas Para el Desarrollo. “Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2004 – Bolivia”, Bolivia, 2004. Página 29. Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, <http://idh.pnud.bo/webportal/LinkClick.aspx?fileticket=03eFKMtGXWY%3d&tabid=173&mid=694 >, consultado Agosto 2006.

320


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Ahora debe entender se que la pobreza, según el mismo censo del año 2001, afecta mayoritariamente a la población que se autoidentifican como indígena en el país, los cuales constituyen el 62% de la población total del país, afectando principalmente a los campesinos y a las mujeres, siendo estos entonces los grupos más desprotegidos de Bolivia. El país desde el año 1985 ha realizado un conjunto de medidas económicas en el marco de la Nueva Política Económica a través del decreto supremo 21060, el cual buscaba lograr la estabilidad y el crecimiento económico del país a través de la implantación del sistema neoliberal. Este conjunto de medidas en términos generales comenzaron a privatizar la actividad minera que se había nacionalizado durante la Revolución de 1952, lo cual significaba también la disminución notable de la fuerza del movimiento obrero, fundamentalmente del minero. A los mineros se les relocalizó junto a sus familias en otras zonas del país. Conjuntamente con este proceso la actividad agrícola comenzó a decaer, lo que provoca un nuevo proceso migratorio hacia la ciudad, lo que se constata en el crecimiento de ciudades como El Alto, las cuales por el carácter de la migración se convirtieron en focos de pobreza, que partir del año 2000 han hecho patente su descontento con el sistema. A partir de estas medidas hubo un período de gran crisis económica y social, ya que el país en su conjunto necesitaba ambientarse a ellas. Es por ello también y que tratando de evitar la movilización social estas medidas se diseñaron para que tuvieran efectos como “disolución de identidades colectivas y atomización del movimiento popular”311, además de la consecuente disminución de gasto social, congelamientos de los salarios, y la reducción de empleos a partir de la eliminación y privatización de una serie de empresas hasta entonces estatales. 311

Op. Cit. COSTA BENAVIDES, JIMENA. “La “Guerra del Gas”. Representaciones Sobre Neoliberalismo y Defensa de los Recursos Naturales en la Crisis Política de Octubre de 2003 en Bolivia”. Página 5.

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Durante el gobierno de Sánchez de Lozada entre 1993 y 1997 se llevaron a cabo una serie de medidas con la finalidad de lograr el apoyo popular al sistema económico y político. Dentro de ellas se debe destacar la aprobación constitucional en 1994 de que Bolivia era un país pluricultural, la ley de participación popular, la creación de la Defensoría del Pueblo, entre otras, ya que mientras esto sucedía se llevaban a cabo otras medidas que eran impopulares que pasaron un tanto desapercibidas en virtud de las primeras, como por ejemplo, la ley de capitalización de pensiones. Durante su gobierno el país se ha convertido en un “…auténtico laboratorio del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial y en su alumno más ortodoxo dentro del contexto latinoamericano. Estas medidas, tan incapaces de generar crecimiento económico como de generar redistribución orientada a la reducción de la pobreza, han producido un escenario creciente de crisis económica, social y política, abierta en 1998, declarada en 2000 y vigente hasta nuestros días, que está en el sustrato estructural del ciclo rebelde que presenciamos”312. De esta manera se ha generado una crisis económica dentro del país que ha sido la que fundamentalmente ha generado el descontento con el sector político del año 2000 hacia delante expresado en violentas manifestaciones de diversa índole, pero muchas de las cuales se relacionan con demostrar el descontento hacia la clase política y hacia la privatización de los recursos naturales del país, en manos de extranjeros y que solo benefician a una pequeña minoría de la sociedad boliviana. Además, como se ha podido ver en los cuadros estadísticos anteriores, la pobreza que es característica del país, también se acentúa en los ámbitos regionales y económicos, entre el altiplano (occidente) y la zona del valle (oriente). La zona occidental basa su economía en la producción agrícola y en la disminuida 312

Op. Cit. CABEZAS FERNÁNDEZ, MARTA. “Bolivia: Tiempos Rebeldes. Coyuntura y Causas Profundas de las Movilizaciones Indígena - Populares”. Página 6.

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actividad minera, mientras que la oriental lo hace en base a la industria, principalmente la de los hidrocarburos, lo que explica el por que el occidente ha demandado la nacionalización de los hidrocarburos mientras la elite oriental, se ha negado ya que dejaría de percibir los altísimos ingresos que recibe gracias a su explotación, la cual en su mayoría lo hacen empresas multinacionales.

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3.3. Resurgimiento de Identidad(es) y Sistema Social Sin duda uno de los pilares explicativos de la actual situación boliviana es el resurgimiento de la identidad indígena y hasta cierto punto la conformación de una identidad nacional verdadera. Las identidades indígenas han existido desde siempre en Bolivia, sin embargo desde la Revolución de 1952 con la imposición de una identidad mestiza, la identidad indígena, a pesar de los movimientos que la trataron de rescatar desde los años ’60 y ’70, comenzó a caer en un proceso de letargo. Tanto el gobierno revolucionario como período militar cooptaron al movimiento popular lo que lo hizo decaer, además a partir del retorno al sistema democrático en la década de los ’80, la representación política y social cayó básicamente en las manos de los partidos políticos, además de los pilares descritos en la contextualización de este capítulo. De esta forma la identidad indígena no tenía canales de expresión como tampoco imputs que le permitieran replantearse ni manifestarse. Sin embargo, desde mediados de los años ’80 y de forma tácita, lentamente la identidad indígena comienza a replantearse a si misma, fundamentalmente a través de la acción colectiva y de una serie de influencias de las ONG y movimientos indígenas de América Latina, los que influidos por la globalización, han sacado a relucir su tradición cultural y pasado histórico, lo que les ha permitido tomar conciencia de si y conectarse en la región. Además el proceso de democratización abre nuevos espacios hasta entonces vedados para la participación indígena, y a pesar de la existencia de los 4 pilares descritos anteriormente, los indígenas comienzan a buscar y demandas los espacios de participación. Las organizaciones sindicales en este momento pasan a jugar un rol importante, tanto la CSUTCB que nace en 1979 bajo el alero del katarismo y la CIDOB, Confederación Indígena del Oriente Bolivia que nace en 1982. A pesar de lo

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mermados que se vieron a partir de los reformas neoliberales estas organizaciones, también es cierto que tomaron la bandera de lucha de las demandas de los sectores populares en el período, siendo una de sus acciones principales la reivindicación de “…la necesidad de una educación que reconociese la conveniencia de recurrir a las lenguas y culturas indígenas y, lo que es más, el derecho de las poblaciones indígenas a una educación en lengua propia y desde su propia cultura”313. Así hay una serie de reivindicaciones que los gobiernos de la década de los ’90, aunque no sin reparos, empiezan a cumplir a favor de los sectores populares y de los indígenas, como por ejemplo el tema de la tierra, la cultura, la educación, etc. Sin embargo han sido más bien las diferencias sociales, la exclusión y la impotencia de los sectores indígenas la que ha provocado el resurgimiento de la identidad indígena. De cualquier forma y entendiendo que ambos elementos son importantes, comienza a emerger un sentimiento indígena bajo los ideales del pluriculturalismo y la etnicidad, buscando su reconocimiento de parte del Estado, el cual se logra con las reformas constituciones de 1994. Es así como esta identidad étnica y cultural comienza a relacionarse con otros elementos, como el tema de la clase social, las cuales se van fundiendo en un discurso único a partir de la década de los años ’90, ya que la reivindicaciones territoriales ayudaron a conformar el tema étnico y este el tema de la lucha por la inclusión social y la participación democrática, elementos los cuales han permitido lograr una cohesión identitaria que poco a poco ha ido dando fuerza al sentimiento y con ello notoriedad al sector indígena, principalmente a través de la movilización social que se inicia en gran escala a partir del año 2000. Al respecto Marta Cabezas señala que “La utopía que alienta las rebeliones 313

DEL ÁLAMO, ÓSCAR. “Bolivia indígena y Campesina: Un Panorama de Conflictos e Identidades”. Capítulo 10, Páginas 539 – 598. Página 550. En: PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”, Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña (IIG), Cataluña – España, Julio 2004. En Internet: Portal del Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya, Cataluña - España, < http://www.iigov.org/index.drt >, consultado Julio 2005.

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indígenas del presente está, pues, alumbrada por un pasado a caballo entre la historia y el mito, que utiliza como elemento movilizador y generador de una identidad colectiva andina”314, es decir, se fusionan tanto los elementos históricos de resistencia con la reivindicaciones actuales. A pesar de esta cohesión, los sectores indígenas han encontrado básicamente dos movimientos, con puntos en común pero discursos distintos que han canalizado el resurgimiento indígena. Por un lado está el Movimiento Indígena Pachakuti o MIP de Felipe Quispe el cual bebe del katarismo con el objetivo de resaltar “…la importancia de restaurar las formas políticas del pasado retornando a un supuesto sistema original de la nación mediante la reconstitución del Qollasuyu, nombre dado en el imperio incaico a una región que actualmente coincide con el territorio

de

Bolivia”315,

construyendo

de

esta

manera

un

discurso

etnonacioanlista. Por su parte el Movimiento Al Socialismo, MAS, de Evo Morales, es un discurso que mezcla lo étnico con lo popular, apuntando, unir lo indígena con los sectores populares empobrecidos y marginados, con lo cual ha podido sumar el apoyo de los sectores obreros, campesinos y en parte de clase media, conformando de esta manera un movimiento que busca la acción colectiva y popular, con acento en lo indígena, pero siempre apuntando a los temas nacionales en su conjunto. Tanto el MIP como el MAS serán claves entonces para poder afirmar que en Bolivia a partir de las movilizaciones sociales del año 2000, comienza a gestarse

314

Op. Cit. CABEZAS FERNÁNDEZ, MARTA. “Bolivia: Tiempos Rebeldes. Coyuntura y Causas Profundas de las Movilizaciones Indígena - Populares”. Página 7. 315

RODRÍGUEZ MIR, JAVIER. “Complejidad, Diversidad y Heterogeneidad Social. Bolivia y sus Implicaciones Multiculturales Desde una Perspectiva Antropológica”, “Revista de Antropología Experimental”, N° 8, Universidad de Jaén, Jaén - España, 2008. Página 344. En Internet: Portal de la Universidad de Jaén, Jaén – España, consultado Octubre <http://www.ujaen.es/huesped/rae/articulos2008/25rodriguez08.pdf>, 2008.

326


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una nueva conciencia nacional, principalmente encabezada por los ind铆genas, pero con un fuerte acento popular tambi茅n.

327


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4. TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO En primer lugar se debe remarcar la idea de que se parte de la base de que los conflictos que se abordan en esta investigación son de tipo estructural pues son conflictos que nacen a partir de la divergencia entre los actores a raíz de los intereses dispares que tengan sobre la estructura social. Tomando esta consideración como punto de partida este supuesto y los puntos analizados anteriormente dentro de este mismo capítulo, en base a la propuesta de tipología de conflictos diseñada en el capítulo de introducción, tenemos la siguiente tipología para el conflicto correspondiente a este capítulo de la investigación:

Figura N° 22 – Tipología de Conflicto N° 3316 En primer lugar cabe destacar que este periodo encierra dos conflictos paralelos pero que son la cara de un conflicto mayor. El primer gran conflicto es el de la nacionalización de los hidrocarburos, lo cual es una demanda nacional de los sectores populares, mientras que el segundo conflicto tiene que ver con los afanes autonomistas de Santa Cruz y los departamentos orientales. Ambos conflictos son parte de la realidad que vive el país, en la cual los grupos de mayor poder económico quieren independizarse del poder central, el cual en el último tiempo se ha hecho con la representación de los sectores populares, de 316

Fuente: Elaboración propia.

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esta manera hay dos proyectos en pugna en Bolivia, por un lado el de la elite oriental, que pretende escindirse casi del país a partir de su control de los hidrocarburos y por otro el de los sectores populares que buscan mantener la unidad nacional y con ello, que las riquezas naturales del país, especialmente en el tema de los hidrocarburos puedan beneficiar a todo el país y no solo a las zonas de donde son explotados. A continuación y en base a la figura se pasa a establecer la tipología de momento del conflicto mayor. En primer lugar cabe destacar que se trata de un conflicto intragrupal, ya que son la facción oriental de la elite, específicamente comenzando por la de Santa Cruz la que busca la autonomía a modo de separarse del otro gran actor del país, los sectores populares del occidente, empobrecidos, los cuales necesitan de los recursos de la zona oriental para poder construir la sociedad integradora y pluricultural que se ha buscado con tanto afán desde la década de los ’90. En conflicto de fondo, este es de nivel alto, ya que dentro de sus etapas, en su inicio se debe a la acción de la elite de excluir a los sectores populares del país de su nuevo proyecto el cual busca separarse de la zona Bolivia más pobre, el occidente, primero no queriendo nacionalizar los hidrocarburos, para que las empresas extranjeras siguieran con su reparto de regalías solo en esa zona y luego con la demanda de autonomía lo que les permitiría absorber la mayoría de los beneficios de la explotación gasífera, sobre todo a partir de la nacionalización de la industria. Por su parte los sectores populares han presionado por la nacionalización y se han manifestado contrarios a la autonomía. La interacción tiene un carácter de imposición, desde los dos bloques de actores, ya que los sectores populares han tratado de colocar y cumplir sus demandas de parte de la presión, la movilización y la violencia social visible en diferentes hitos del período. Por su parte la elite del oriente también ha tratado de imponer sus demandas, aprovechando la debilidad del gobierno en ciertos momentos para sacar a flote su demanda autonomista. En su desarrollo puede

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hablarse de un conflicto violento, lo que queda patente en la intensidad de las diferentes movilizaciones a partir de año 2000, con el alto salto de muertos y heridos, en donde tano los sectores populares como más tarde la demanda autonómica alcanzan altos grados de violencia con la finalidad de forzar la aprobación de las demandas de cada grupo. Finalmente puede constarse que el resultado ha sido destructivo, ya que si bien ha habido avances y triunfos en materia social para los sectores populares e incluso la consideración de parte del gobierno de la demanda autonomista puede ser considerada como una victoria para los departamentos orientales, lo ciertos es que los costos y la pérdida de consenso de fondo de toda la sociedad boliviana la cual ha mostrado una serie de fracturas y fragmentaciones las cuales incluso han llevado a pensar su posible división entre oriente y occidente muestran que el conflicto ha presentado un resultado destructivo. Todos estos elementos dan un conflicto en un nivel alto, puesto que los actores han tomado la violencia como un medio tanto para plantear sus demandas como para tratar de conseguirlas, lo que ha polarizado los posiciones en Bolivia, básicamente creando dos bandos, uno de los sectores populares del país, con apoyo de occidente (y de ciertos sectores populares del oriente) y por otro lado el oriente. Básicamente controlado por la elite de Santa Cruz, conformando un escenario altamente conflictivo.

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5. ACTORES Para analizar a los diferentes actores del período se ha optado por usar una metodología basada en el establecimiento de niveles en base a su preponderancia como también en base a su posicionamiento en torno a la visión de país que cada uno tiene. Considerando que el principal tema conflicto del período ha sido la demanda de nacionalización de hidrocarburos y la demanda autonomista, y asumiendo que ambas están relacionadas, posicionando de forma similar los actores en ambos escenarios (es decir, básicamente los mismos actores que estaban en contra de la nacionalización están a favor de la autonomía, mientras, los que estaban a favor de la nacionalización se han mostrado en contra de la autonomía) el eje principal estará dado por el tema de la autonomía, pero en su concepto más global, de dividir Bolivia en 2, por un lado la Bolivia occidental y por otro la oriental. Esta agrupación a riesgo de simplificarse, queda reflejada en la siguiente tabla.

NIVELES Nivel 2 Partidos Políticos Nivel 1 Fuerzas Sociales Nivel 0 El Estado

DEMANDA CLAVE DE ACTORES Contrarios a la autonomía Autonomía Partidos radicales indigenistas Partidos tradicionales (MAS - MIP) Movimientos Elite de Santa Cruz sociales populares Elite de La Paz (y de los (y de (indígenas, en departamentos del occidente) menor medida oriente) mestizos) Gobierno Fuerzas Armadas

Figura N° 23 – Posicionamiento de los Actores en el Conflicto Principal317 En el Nivel 0, se encuentra el aparato Estado, compuesto por el Gobierno y por las Fuerzas Armadas, cuyo principal objetivo es mantener la unidad del país. Sin 317

Fuente: Elaboración propia.

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embargo esta unidad, se ve en peligro producto de la actuación de los actores del Nivel 1, las fuerzas sociales, en donde por un lado, se tiene a los distintos movimientos sociales, los cuales son de carácter popular y están totalmente contrarios a cualquier intento autonomista, así como a la elite de La Paz, la cual sin coincidir con los intereses más de fondo de los movimientos sociales (distribución de la riqueza, accesibilidad al poder, representación política, etc.) ve en ellos, una herramienta para poder mantener su posición de relativo poder, la cual se vería alterada si el otro actor de este nivel, la elite de Santa Cruz lograra la autonomía que le permitiría lograr mayor control de los recursos económicos que genera su departamento y con ello tener el poder en Bolivia. A su vez, este Nivel 1 de las fuerzas sociales, reproduce su conflicto también a nivel de partidos políticos, lo que se ha denominado acá como Nivel 2. Sin embargo es preciso acotar al respecto que el conflicto se centra a nivel de las fuerzas sociales, dado que los partidos políticos se nutren de estas fuerzas, ya no tienen el poder y protagonismo de las mismas, en virtud de lo cual, el análisis se aboca más en detalle a las fuerzas sociales que a estos partidos políticos, pero que por su sola existencia y a pesar de esta salvedad, se hace necesario igualmente incorporar. Dentro de los partidos el MAS y el MIP son los más representativo en cuanto a evitar la autonomía de Santa Cruz y el oriente, mientras los partidos tradicionales se dividen ante la propuesta dependiendo de ciertos factores, como su vocación regionalista y su nivel de adhesión social. Considerando que los actores del período son muchos y que se quiere en específico el conflicto de la demanda autonómica en el sentido de los dos proyectos existentes en Bolivia, el análisis a realizar de los actores comprenderá básicamente el Nivel 1 de las fuerzas sociales, en donde se analizará a los grupos sociales populares desde la mirada indígena, ya que porcentualmente estos componen en gran parte al movimiento popular y por otro lado a la elite, bajo la figura de la elite oriental de Santa Cruz, como la más representativa del oriente,

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bajo el modelo de Galtung. Para el resto de los actores agrupados en los otros niveles, se se帽alaran algunos elementos generales y su postura, rol o contexto, dentro del conflicto.

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5.1. Nivel 0 – El Estado El este denominado nivel 0, se encuentran los actores que podrían ser denominados como el Estado, en el sentido más amplio y concreto del término, y que por ende debiese entenderse como los poderes del Estado y las Fuerzas Armadas. Estos actores, se han localizado, dentro del análisis, en el Nivel 0, producto de que por definición son los actores llamados a mantener el orden social, el progreso del país y han actuar de forma imparcial, en un principio, frente a los distintos conflictos que tienen entre sí, las fuerzas sociales. Considerando que el gobierno de Bolivia se ha visto en los puntos anterior, principalmente en la parte de contextualización de este capítulo y que el mismo debe ser analizado bajo las distintas coaliciones que han alcanzado el poder en Bolivia, no tiene objeto que aquí se analice de forma independiente como actor, sobre todo considerando que en generalmente un actor contextual y su acción depende no sólo de elementos base si no también coyunturales los cuales obedecen al tipo de gobierno en el poder. Por lo tanto, en esta parte no se analizará al gobierno como tal, tan sólo a las Fuerzas Armadas por ser un actor propiamente tal.

334


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5.1.1. Las Fuerzas Armadas Las Fuerzas Armadas de Bolivia, por su misión y tradición histórica, buscan en primer lugar mantener la unidad nacional, lo que implicaría estar en contra de los proyectos autonomistas encabezados por la elite de Santa Cruz, sin embargo, producto de su investidura, deben ser obedientes de las decisiones de gobierno, el cual si bien ha intentado evitar el éxito de este tipo de proyectos, debería aceptar, al igual que el ejército, su ejecución si es que este proyecto logra imponerse de forma democrática. Es así, como las Fuerzas Armadas, quedan en una posición de espectadores frente a los conflictos de las fuerzas sociales. Sin embargo, las Fuerzas Armadas están llamadas también a la imposición del orden social, el cual obviamente se ha visto alterado por los diferentes conflictos que ha atravesado el país durante los últimos años. De esta forma, las Fuerzas Armadas, han actuado también como un mecanismo de represión, relativamente eficaz ante las movilizaciones sociales. Es por ello que se le ha criticado duramente durante estos últimos años, el uso excesivo de la fuerza, por lo cual, las Fuerzas Armadas buscan también que los excesos de la represión, no sean juzgados por la justicia civil, para lo cual, en la mayoría de los casos, sobre todo luego del ascenso de Evo Morales al poder, ha tratado de mantenerse al margen de la contingencia política, con la finalidad de no seguir siendo cuestionado por sus actos. Los militares durante el período de transición hacia la democracia siguieron ocupando un lugar de importancia, incluso los 3 primeros gobiernos democráticos luego de que Banzer deja el poder, los sustituidos por los militares. Sin embargo luego de 1982, con la verdadera transición a la democracia la situación cambió, ya que el sistema político se consolidó rápidamente sobre todo a partir del pacto

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democrático de 1985, lo que permitió la estabilidad de los gobiernos, lo que “…hace presumir el ocaso de una cultura política conspirativa, maximalista e intolerante en tránsito hacia la consolidación de valores democráticos, proclives al diálogo social y consenso político”318, lo que hace que en momentos de inestabilidad política no primer la intervención militar para poner fin a ella como ocurrió a lo largo de buena parte del siglo XX, hasta la década de los ’80 en Bolivia, así como en gran parte de América Latina. A partir de 1985, las políticas de los gobiernos en el poder estuvieron dirigidas a consolidar el poder civil por sobre el militar para no vivir trasgresiones democráticas, que pudieran llevar al país hacia los años ’70 nuevamente. Este objetivo no estuvo excepte de problemáticas, ya que la relación en un inicio se dio “… bajo una tónica de desconfianza social y política, justificadas por un pasado de violación a los derechos, ineficiencia en el manejo del Estado y altos niveles de corrupción”319. Además los factores contextuales fueron hasta cierto punto negativos, ya que el país enfrentaba una serie de problemas políticos, económicos y sociales que por un lado no permitía prescindir de los militares, pero por otro tampoco se les podía dar mucha ingerencia en los asuntos que le competía resolver al gobiernos mismo, lo que genera una serie de momentos de indefinición de como poder superponer el poder civil al militar de forma efectiva. Durante el primer gobierno democrático, el de Hernán Siles Zuazo entre 1982 y 1985, al igual como en otros casos de América Latina, fue hacer justicia en

318

Op. Cit. QUINTANA, JUAN. “Las Relaciones Civiles – Militares en Bolivia. Una Agenda Pendiente”, “Revista Fuerzas Armadas y Sociedad”. Página 22. 319

TELLERIA ESCOBAR, LORETA. Fuerzas Armadas, Seguridad Interna y Democracia en Bolivia: Entre la Indefinición Estratégica y la Criminalización Social”, Programa Regional de Becas CLACSO, Bolivia, 2004. Página 4. En Internet: Portal de Biblioteca Virtual CLACSO, Argentina, <http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/becas/2003/mili/telleria.pdf>, consultado Junio 2008.

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medida de lo posible frente a los militares, a partir de los atropellos a los derechos humanos que estos habían cometido anteriormente. Pero tampoco, existían las condiciones para modernizar y profesionalizar el ejército, en momento en que este estaba quedando muy atrás del resto de las fuerzas armadas de la región, lo tampoco permite pode lograr el objetivo de subordinamiento de las fuerzas armadas al poder civil, durante todo el período de la democracia pactada e incluso en los años siguientes. Loreta Telleria afirma que “En general se puede afirmar que durante todo el régimen democrático, 1982- 2003, las fuerzas armadas en Bolivia no fueron subordinadas bajo un estricto

control

civil

democrático

que

impulse

su

modernización

y

profesionalización”320, sino más bien se debía a una subordinación informal a partir de la propia debilidad y falta de legitimidad de las fuerzas armadas en general, sin embargo esa situación no es del todo incómoda para los militares, ya que a cambio tienen un conjunto de prerrogativas para actuar con cierta autonomía en el plano institucional interno. Raúl Barrio argumenta dos motivos para explicar el por que el poder civil no ha logrado subordinar al poder militar. En primer lugar el problema se debe que en Bolivia no existe una tradición de acción parlamentaria en torno al tema de las fuerzas armadas, lo que explica el por que en momentos que impera un sistema democrático desde 1985, no se haya realizado una labor fiscalizado y legislativa en torno al tema. Un segundo punto dice relación con que el poder civil, carece de conocimiento sobre el la normativa y el funcionamiento de las fuerzas armadas, por lo que los militares continúan “….normando sus actos con la Ley Orgánica de las fuerzas armadas del período autoritario, cuyo contenido refleja un espíritu tutelar sobre la sociedad” 320

321

. Ambas situaciones ponen en jaque al

Ibidem. Página 5.

321

BARRIOS, RAÚL. “Militares y Democracia en Bolivia: Entre la Reforma o la Desestabilizacion”, “Revista Fuerzas Armadas y Sociedad”, FASOC, volumen VII, N° 3, Santiago - Chile, Enero – Marzo 1992. Página 3. En Internet: Portal de Internet de la Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, Chile,

337


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sistema político por que no existen elementos que garanticen que el subordinamiento, hasta este momento informal de parte de los militares, siga su curso hasta que no se construyan las medidas políticas y constitucionales necesarias para ello. De momento ningún gobierno ni partido político “…ha logrado asimilar, procesar y proyectar una agenda de seguridad democrática que permita configurar un clima de relacionamiento civil-militar confiable y sujeto a reglas de juego básicas”

322

, ya que incluso han apostado por el peligroso camino de tratar de

alcanzar sus objetivos con ayuda de los militares, al igual como pasaba en décadas anteriores, lo que siempre puede desestabilizar de golpe el plano democrático que hoy vive Bolivia, dado que esta “ interacción de intereses circunstanciales trae graves consecuencias para el desarrollo democrático del país, tal es el caso de las denuncias de violación a los derechos humanos, manejo discrecional de los fondos militares, impunidad, crisis de liderazgo civil, etc.” 323. A partir del año 2000, en pleno proceso de revitalización de los movimientos sociales a partir de una serie de conflictos, muchos de los cuales han operado de forma muy violenta y vehemente, los gobiernos de turno han optado por “…recurrir a las fuerzas armadas, lo que dio como resultado la militarización del conflicto social con terribles consecuencias para la democracia y el Estado de derecho”

324

. Como se ha visto anteriormente en este capítulo, a partir de la

democracia pactada, los gobiernos democráticos han recurrido sistemáticamente a la represión para controlar la movilización social, sobre todo antes del año <http://www.fasoc.cl/files/articulo/ART412112a446b1a.pdf>, consultado Septiembre 2008. 322

Op. Cit. QUINTANA, JUAN. “Las Relaciones Civiles – Militares en Bolivia. Una Agenda Pendiente”. Página 27. 323

Op. Cit. TELLERIA ESCOBAR, LORETA. Fuerzas Armadas, Seguridad Interna y Democracia en Bolivia: Entre la Indefinición Estratégica y la Criminalización Social”. Página 13.

324

Ídem. Página 21.

338


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2000, lo que ha traído como resultado que los militares sean otro actor dentro de los conflictos que hoy enfrenta el país, recurriendo a la coerción y la fuerza para aplacar los movimientos sociales, lo que con la intervención de los militares se ha traducido en un alto número de muertos y heridos durante el período. Además se debe constatar también, que luego de ser reprimido un movimiento social de parte de las fuerzas armadas, recién a partir de ese momento, los gobiernos han estado dispuestos a negociar como se observa sobre todo a partir de las manifestaciones y conflictos a partir del año 2000, en donde “…la negociación entre el gobierno y los sectores en conflicto durante el periodo democrático, siempre ha llegado demasiado tarde, es decir, cuando las medidas de fuerza tanto de las fuerzas militares como de los movimientos sociales habían tenido trágicas consecuencias económicas y sociales”325, lo que ha erosionado de forma progresiva la legitimidad del gobierno. De esta manera las fuerzas armadas durante este período democrático y hasta el día de hoy “…enfrentan, a pesar de lo anterior, una suerte de coexistencia dual entre un mundo político que no asume plenamente su liderazgo, y cuando lo asume, lo hace con patrones que se corresponden a horizontes populistas y clientelares”326, lo que hace que el poder civil todavía no pueda subordinar de manera clara, constitucional y legitimada al poder militar, con los peligros que eso conlleva para un sistema político que en los últimos años ha vivido una serie de crisis de gobernabilidad.

325

Ibidem. Página 21.

326

Op. Cit. QUINTANA, JUAN. “Las Relaciones Civiles – Militares en Bolivia. Una Agenda Pendiente”. Página 43.

339


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5.2. Nivel 1 – Las Fuerzas Sociales Las fuerzas sociales en Bolivia, son interpretadas en este punto en dos bandos. El primer bando es el que se agrupa bajo la bandera de mantener la estructura centralista de administración del poder y de los recursos del país y por tanto contrario a la demanda autonómica. Este grupo esta compuesto por una amplia gama de movimientos y estructuras sociales, que van desde las conformaciones sindicales y campesinas hasta los movimientos de la sociedad civil. Este tipo de fuerzas sociales se encuentra compuesta en gran parte por los una amplia mayoría de indígenas de diferentes partes del país. Además, recibe el apoyo de la elite de La Paz y de occidente en general, la cual no quiere perder los beneficios de su posición en cuanto al poder político y económico. Por otro lado, el segundo bando es el de las elites autonomistas de oriente, encabezadas por Santa Cruz, la cual ve en la propuesta autonómico que ha realizado, la posibilidad de arrebatar el poder a las elites occidentales, además de aumentar su regalías a partir de la explotación de los hidrocarburos que se da en su territorio y a partir de ello, conseguir el poder político. Sin embargo fuera de este enfrentamiento en torno a la propuesta autonómica, y al conflicto que da origen a ella, el cual es sobre la nacionalización de los hidrocarburos a partir de la “Guerra del Gas”, hay un conflicto más de fondo como se ha señalado anteriormente, que es el que se enfrentan dos proyectos de país completamente distintos. El occidente, pobre y con mayoría indígena busca preservar los avances sociales ganados hasta ahora y seguir aumentándolos, para lo que se necesita la entrada de mayores recursos, los cuales estarían en los hidrocarburos. Por otro lado la elite oriental busca construir un país moderno y bajo sus propias premisas, en donde sea ella la rectora del país a partir de los recursos que se obtienen de los hidrocarburos.

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De esta manera, el análisis que se realiza en este punto, busca ver como ambos actores principales, tanto los indígenas como la elite del oriente, básicamente la de Santa Cruz, entran en conflicto por la realización de esto dos proyectos lo que son totalmente antagonistas. Desde este punto de vista, se analizará bajo el modelo de Galthung a ambos actores. Po otro lado, el resto de las fuerzas sociales, son descritas de forma genérica, pues el análisis que se realiza de los indígenas y de la elite oriental, engloba al resto de actores, por lo cual, básicamente de esto se describen cuales son sus composiciones y objetivos en el marco del conflicto en torno a los hidrocarburos, la autonomía, pero básicamente el proyecto de país que cada bando posee como se ha descrito anteriormente.

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5.2.1. Los Indígenas El movimiento indígena en Bolivia experimenta una revitalización de mano de los movimientos indígenas de América Latina en la década de los ’90 lo que se ha denominado como el “despertar indígena”. Esta revitalización en gran parte gracias a la acción de las ONG’s, hace que en Bolivia nuevamente y luego del período militar, los indígena comiencen a reorganizarse como movimiento, lo que tendría grandes repercusiones en la historia del país, ya que ha comienzos del siglo XXI, incluso llegarían al poder con el triunfo de Evo Morales en el año 2005. El movimiento indígena en Bolivia se da básicamente en el occidente del país, pues es allí donde se encuentra el mayor número de indígenas, en la zona de oriente su número es más escaso, sin embargo suele adherirse a las demandas del sector oriental, siempre y cuando, previamente no estén cooptados por las elites orientales, sobre todo la de Santa Cruz. El impacto de este resurgimiento indígena ha sido la construcción de una identidad indígena consciente de lo que pasa en el país, si bien proviene directamente de la identidad tradicional indígena, hoy más que nunca se ha fundido con las reivindicaciones de clase, llevando entonces que las demandas de estos grupos en el país, en la actualidad pasen tanto por el reconocimiento de su etnicidad y cultura, como por temas relativos a la administración estatal de los recursos del país, siendo uno de los más complicado, el tema de los hidrocarburos, que ha marcado la agenda del país desde el año 2003. Sin embargo esta revitalización del movimiento indígena se ha topado con la gran resistencia de la elite del oriente, la cual al no querer perder sus beneficios ha intento por diversos medios llevar al fracaso a estos movimientos, sobre todo por el tema de la nacionalización de los hidrocarburos y junto con ello, se ha

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enfrascado en una diputa por el tema de las autonomías regionales con los sectores indígenas. Sin embargo los indígenas han alcanzado bastantes avances que han hecho que de momento, las medidas de contención desarrolladas por la elite no tengan los resultados esperados. Los indígenas a partir de 1994 son reconocidos por el Estado de forma constitucional a través de su declaración de que Bolivia es una sociedad multicultural y plurilingüe, la ley de participación popular327 y la participación de lo indígenas en un sistema democrático, lo que ha sido canalizado por partidos políticos como el MAS y el MIR, lo cuales han emergido con fuerza en el parlamento partir del año 2003. Esta reconfiguración del sistema político es otro de los efectos de la reactivación del movimiento indígena, el cual además busca un cambio en la política económica del Estado, principalmente en el tema de la administración de los recursos naturales, lo que va de la mano con su negación a los afanes autonomistas del oriente boliviano. Finalmente ha visto en la Asamblea Constituyente una forma de establecer de forma constitucional todos esto avances bajo el ideal de refundar el país desde una perspectiva indígena, de forma tal que se puedan materializar de forma objetiva sus reivindicaciones y los distintos avances que ha obtenido en los últimos años en torno a ellas.

327

“La Ley de Participación Popular entró en vigor en Bolivia en 1994. Con esta ley se les otorga una relativa autonomía de gestión pública a los municipios urbanos y rurales, que recién fueron creados. Las formas de organización social de los pueblos indígenas adquieren también, por primera vez, un reconocimiento jurídico, así como determinados derechos de participación a nivel local”. En: STRÖBELE-GREGOR, JULIANA. “Ley de Participación Popular y Movimiento Popular en Bolivia”, Congreso de la Asociación Alemana de Investigación Sobre América Latina ADLAF, Fundación Friedrich-Ebert, Octubre 1997. Página 2. Publicado en “Sociedad Civil en América Latina: Representación de Intereses y Gobernabilidad”, Revista “Nueva Sociedad”, Caracas - Venezuela, 1999. Página 133-146. En Internet: Portal de Internet de Latautonomy, Viena, Austria, < http://www.latautonomy.org/LeyPP2a.PDF>, consultado Octubre 2007.

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5.2.1.1. La Actitud de los Indígenas La “actitud” de los indígenas en este período desde el punto de vista intrasubjetivo se relaciona con la toma de conciencia de su etnicidad dentro del contexto pluricultural de Bolivia para lo cual comienzan demandando mayor ingerencia en las decisiones que afectan al país, como por ejemplo en los temas económicos a partir de la situación de exclusión y desigualdad en la cual todavía viven. De la misma forma, la mirada intersubjetiva, les indica que todavía son un sector rechazado, producto por ejemplo de los ideales autonomista del oriente y de las formas represivas que ha presentado el Estado ante sus demandas, lo que hará que en período lleven a cabo una serie de levantamiento sociales, junto a otros grupos, pero siendo ellos uno de los protagonistas principales. El ciclo comienza a fines de los años ’70 con la ruptura del Pacto Militar – Campesino, en donde los sectores campesinos de Bolivia, deciden rompen con el vínculo que los ata al Estado, controlando y cooptando sus movimientos y demandas, quedando una autonomía relativa en las zonas rurales, pues el Estado no tenía los recurso suficientes para imponer su presencia material en todas las zonas por lo cual el pacto venía a suplir esa falencia. Esta situación hace que “…el territorio de las comunidades aparece ahora como un espacio político territorial

gobernado

por

las

autoridades

tradicionales

de

las

mismas

comunidades campesinas andinas que comienzan a hacer paulatina conciencia de esa situación”328. De esta forma se da una reconfiguración de las formas organizativas de las comunidades indígenas campesinas, sin la tutela estatal y por ende, retornando a las formas tradicionales que habían sobrevivido durante los años de la imposición de la normativa del Estado. Esta situación constituye 328

REGALSKY, PABLO. “América Latina: Bolivia Indígena y Campesina. Una Larga Marcha Para Liberar sus Territorios y un Contexto para el Gobierno de Evo Morales”, “Revista Herramientas”, N° 31, Buenos Aires - Argentina, Marzo 2006. En Internet: Portal de Internet de la Revista Herramientas, Argentina, <http://www.herramienta.com.ar/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=343& mode=thread&order=0&thold=0 >, consultado Septiembre 2008.

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uno de los primeros impulsos al renacer autonomista de los indígenas y será clave durante la década de los ’80 y de los ’90, para la rearticulación de una identidad que permita a los indígenas convertirse, en un actor social trascendental para la discusión de los destinos del país. Otro hito importante en la configuración de la actitud indígena se da a inicios de la década de los ’90 con la marcha por el “Territorio y la Dignidad”, en la cual se pone de relieve la serie de problemáticas sociales que trajo para los indígenas, el conjunto de políticos neoliberales implementadas desde mediados de los años ’80 en Bolivia y que se amparaban y justificaban a partir de la democracia pactada implementada en el país a partir de 1985. Esta marcha tiene el objetivo de imponer el reclamo en torno a los “… territorios y recursos naturales que están siendo arrasados por las empresas madereras y por los ganaderos que se apoderan ilegalmente de tierras con títulos falsificados o simplemente por la fuerza”329. A partir de esta época y contemplando la revitalización del movimiento indígena en América Latina en general, en gran parte gracias la acción de las ONG’s, las demandas pasan a ser junto con territorial, de carácter identitario, luchando por recuperar la identidad tradicional indígena en el escenario actual, más allá de la lucha de clases o de reivindicaciones de otra índole, a las que sin embargo también estuvo relacionado ya que el problema era que los indígenas solían tener varios encuentros entre estos discursos, pudiendo tratarse por ejemplo de indígenas que reclamaban su identidad, a la vez que eran campesinos por lo cual reclamaban por la tierra y eran pobres, por lo que también tenían reivindicaciones de clase, lo que hizo con el tiempo que este conjunto de reivindicaciones se fueran fusionando en su gran mayoría, a lo que debe sumarse el reclamo por mayor participación política en los destinos del país. El cruce de

329

Ibidem.

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estas realidades discursivas se da en parte debido a que desde los años ’90, “Las temáticas de los valores, tradiciones e identidades se asociaron con las políticas destinadas a preservar el medioambiente y a proteger los recursos naturales”330, lo que explicaría la relación directa entre estos discursos. Las situaciones descritas han construido una mirada intersubjetiva de que los indígenas se han constituido en una fuerza social poderosa y por ende han tratado de ser cooptados por los partidos políticos o confrontados por la elite oriental la cual no comparte los proyectos planteados por los indígenas, con lo cual en los últimos año se ha producido un enfrentamiento directo de los indígena con la elite del sector oriental de Bolivia.

330

Op. Cit. RODRÍGUEZ MIR, JAVIER. “Complejidad, Diversidad y Heterogeneidad Social. Bolivia y sus Implicaciones Multiculturales Desde una Perspectiva Antropológica”. Página 345 - 346.

346


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5.2.1.2. El Comportamiento de los Indígenas

El “comportamiento” dentro de la propuesta modélica de Galtung, es la acción, en la cual, los actores a partir de la polarización que generan sus actitudes conflictivas, comienzan a reaccionar. En este caso, será

como los

indígenas a partir de la reconfiguración de su organización luego del retorno al sistema democrático, comienzan a movilizarse nuevamente en torno de demandas indentitarias, de tierra y recursos naturales, así como de mayor participación política, lo que traerá consecuencias puesto que comenzaran a chocar con el sistema político y con los intereses de grupos específicos, como las elites de oriente. Las acciones indígenas en el período en estudio se remontan desde el quiebre y la renuncia al pacto Militar – Campesino, lo que le quita al Estado en gran parte, su poder cooptativo sobre el movimiento indígena, sin embargo será durante la década de los años ’90, donde los indígenas comienzan a organizarse en torno a ciertos ideales comunes lo que revitaliza el movimiento y su presencia dentro de la sociedad boliviana. Esta revitalización comienza con la ya mencionada Marcha por el Territorio y la Dignidad, la cual gracias a su gran cobertura, puso nuevamente el tema de los indígenas dentro del quehacer nacional, a través de temas como la identidad, las tierras, los recursos naturales y otros elementos. Posteriormente el tema indígena, cuando pasa a no solamente una reivindicación étnica sino también ligada a los intereses de otros grupos sociales de Bolivia como los mestizos y los sectores medios en general, permite que las fuerzas indígenas puedan ir siendo apoyada en ciertas reivindicaciones por estos otros grupos. De esta manera es como a finales de la década del ’90 y a principios del siglo XXI hasta la actualidad, conjuntamente con el debilitamiento del sistema económico del país, comienzan a darse una serie de protestas y movilizaciones

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sociales en torno a un mejor trato por parte del Estado, lo que se representa por ejemplo en una mejor y más justa administración de la riqueza del país, emergiendo temas relacionados a la explotación de los recursos naturales del país. Es en este momento donde comienzan a cobrar relevancia nacional las nuevas formas de organización indígena que se habían desarrollado hasta entonces con cierto anonimato. Sin embargo las formas organizativas dentro de los grupos indígenas son complicadas debido a la multiplicidad de identidades existentes. Por ejemplo se puede señalar que “El rasgo central que caracteriza al movimiento campesino en Bolivia es la superposición entre una orientación campesina clásica, otra étnicocultural y una tercera ciudadana. En esta yuxtaposición ha predominado una u otra orientación de acuerdo con las coyunturas histórico – regionales, lo que muestra la complejidad y el carácter político de este tipo de movimiento”331, complicando también sus formas de organización debido al tema de que las lealtades pueden ser étnicas, de clase, regionales, varias al mismo tiempo u otras. Las nuevas fuerzas del MAS y del MIP han emergido con fuerza dentro de la arena política y sociedad del Bolivia desde la tendencia indigenista, siendo capaces de “cohesionar la solidaridad indígena marcando un claro contraste con el individualismo del mercado neoliberal”332, lo que le ha dado una voz política legitima a las demandas indígenas, de la cual carecían cuando sólo operaban a la través de la presión social que ejercían mediante las movilizaciones y protestas. Hasta cierto punto se puede decir que el movimiento indígena en la actualidad ha sido exitoso, pues no sólo a puesto sus reivindicaciones dentro de la agenda 331

Op. Cit. CALDERON GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”. Página 443.

332

Op. Cit. RODRÍGUEZ MIR, JAVIER. “Complejidad, Diversidad y Heterogeneidad Social. Bolivia y sus Implicaciones Multiculturales Desde una Perspectiva Antropológica”. Página 346.

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nacional, sino que también a logrado triunfo n todos los grandes conflictos en los que ha participado, como por ejemplo en la Guerra del Agua y la Guerra del Gas, no sin costos, pero logrando finalmente sus objetivos. Del mismo modo hoy se opone con gran fuerza al proyecto autonomista de la elite de Santa Cruz, pues lo considera excluyente y acusa de querer dividir al país en una suerte de región rica gracias a las regalías que obtiene de la explotación de los hidrocarburos en contra posición a la zona pobre del oriente, la cual está compuesta en gran número por indígenas y básicamente se sustenta a través de las actividades agrícolas, por lo que se necesita también de la entrada de los recursos que generan los hidrocarburos en la zona oriental del país.

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5.2.1.3. La Incompatibilidad de los Indígenas

La “incompatibilidad” de los fines, se produce a partir del grado de antagonismo que tienen las actitudes y comportamientos del otro, el actor, en este caso los indígenas, pasan a tomar relevancia central dentro de la sociedad boliviana durante los últimos años a partir de procesos de organización y movilización que han resultado en su mayoría exitosos por cuanto han conseguido sus demandas, lo que le ha hecho que la elite del oriente, a la cual se le han trastocado su intereses en el tema de los hidrocarburos y posteriormente en torno a su demanda autonómica lleve al conflicto a esos dos actores. Tanto el MAS de Evo Morales, el cual ha apuntado a la nacionalización de los recursos naturales del país para distribuir la riqueza que estos generan de forma equitativa con la población del país, además de un marcado acento en lo indígena, lo cual es sólo superado por el MIP de Felipe Quiste, el cual basa su discurso en el tema de la etnicidad y la recuperación de la identidad indígena, han sido capaces de congregar a los sectores indígenas para poder plantear sus demandas con más fuerza, además de levantarse como una fuerza política de importancia, tanto así que actualmente ha llevado al MAS de Evo Morales a la presidencia. Estos movimientos que aparecen con gran fuerza y apoyo popular en las elecciones nacionales del año 2002 han realizado “…vuelco histórico a la correlación de fuerzas en el Parlamento y en las instituciones democráticas, por la irrupción de fuerzas sociales del polo contrahegemónico en la arena de la política de Estado”333 oponiéndose y cambiando el escenario que se había

333

Op. Cit. CABEZAS FERNÁNDEZ, MARTA. “Bolivia: Tiempos Rebeldes. Coyuntura y Causas Profundas de las Movilizaciones Indígena - Populares”. Página 8.

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desarrollado hasta ese momento en torno a la democracia pactada. Esto ha dado a los sectores indígenas la posibilidad de plantear sus demandas tanto en el plano de la lucha popular a través de movilizaciones y protestas además de contar ahora con una voz política que los representa, situación que sin duda a repercutido en los planes de la elite, particularmente la de oriente, ya que esta ha tenido que hacer frente al movimiento indígena en temas como la nacionalización de los hidrocarburos, que antes de la irrupción de estos movimientos no tenía mayores signos de cambio o más actualmente torno a la demanda autonómica del oriente con la férrea oposición indígena. Aquí es donde se da la mayor incompatibilidad del período entre los indígenas y la elite oriental, ya que los indígenas han buscado la nacionalización de los hidrocarburos para que los recursos que ellos generan sean utilizados en beneficio de la sociedad completa, ante lo cual del oriente al ver perdida su lucha con la definitiva nacionalización de ellos, vio en la demanda autonómica una forma de recuperar los beneficios que se les escapaban con la nacionalización, sin embargo los sectores indígenas se han levantado totalmente en contra de esta nueva propuesta, lo que ha provocado un gran conflicto y choque de intereses entre la elite oriental y los sectores indígenas del país.

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5.2.2. Los Movimientos Sociales en General En Bolivia, las fuerzas sociales convergen desde una serie de identidades que

se

conectan

y

que

se

fusionan.

Existen

movimientos

indígenas

reivindicatorios de su identidad, sin embargo ese reclamo suele también ir acompañado de otro que se relaciona con la clase social, al se estos indígenas parte del sector obrero. A su vez, hay una serie de fuerzas que son obreras, como la minera y la campesina, la cual tienen entre sus fila a una mayoría indígena, por lo cual se entrecruza el discurso identitario con el de clase pero esta vez desde la perspectiva sindical. A pesar de estos ejemplos y de muchos otros, no hay lugar a duda de que ha sido el componente indígena el que ha logrado canalizar y lograr cierto consenso general dentro de los movimientos sociales en general a través de la propuesta indígena – popular. La propuesta indígena – popular intenta aunar los distintos discursos reivindicatorios de los diferentes movimientos y fuerzas sociales existentes en Bolivia a partir de una matriz que condense el discurso reivindicatorio indígena, ligado principalmente a la identidad, con lo popular, ligado al discurso de clase. Esta situación se hace posible debido a una serie de convergencia, como por ejemplo que los indígenas también están tremendamente presentes en el mundo popular, además de situaciones como la protección de los recursos naturales del país y su nacionalización de parte del Estado boliviano, además las demandas por inclusión y mejoras en la calidad de vida. De esta manera, los movimientos sociales en Bolivia han convergido en diferentes temas creando un único gran movimiento que lucha por mejorar su condición de vida frente a la elite oriental que busca canalizar los recursos del país en su propio beneficio. Esto ha dado origen al gran conflicto del período el cual es sobre al tema de la nacionalización de los hidrocarburos y junto con ello a la

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demanda autonómica de Santa Cruz y de los departamentos del oriente, tema el cual ha sido transferido para su discusión dentro de la Asamblea Constituyente, considerada por los movimientos sociales como la manera de poder refundar el país desde una perspectiva multiétnica y de justicia social. Por los límites cronológicos de esta investigación, se analizan los movimientos y actores sociales que han tenido relevancia en los conflictos a partir del año 2000 y hasta el año 2006, bajo el tema de de la nacionalización de los hidrocarburos y la demanda autonómica de Santa Cruz.

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5.2.2.1. Evo Morales, los Cocaleros de Chapare y el Movimiento Al Socialismo (MAS) Evo Morales es un dirigente indígena de origen aymará, quien ha cobrado notoriedad nacional e internacional al ser proclamado líder de la unión de productores de hoja de coca en la región de Chapare (y más tarde presidente de Bolivia), en la zona central del país, producción que en grandes cantidades se ha destinado al mercado de la elaboración de cocaína, lo que a su vez hace de esta región, una zona de altos ingreso, producto de la fuerte demanda de la hoja de coca. Evo Morales actualmente es presidente de Bolivia y durante los años 2003 – 2006, es dirigente del partido Movimiento al Socialismo, MAS, la segunda fuerza política de más importancia en Bolivia según las votaciones de la elección general del año 2002, en la cual terminó segundo en la carrera por la presidencia del país, detrás de Gonzalo Sánchez de Lozada. Lo importante de ello, es que se convirtió en el primer indígena de origen aymará en aspirar a la presidencia de Bolivia y más tarde en conseguirla, como el primer presidente indígena del mundo. El discurso de Evo Morales se opone duramente a cualquier intervención extranjera en Bolivia, fundamentalmente la de Estados Unidos, país que ha tachado de imperialista, producto de que el país del norte ha manifestado públicamente su deseo de erradicar las plantaciones de hoja de coca en la región, producto de que con ello se abastece a los grandes productores de cocaína del continente. Evo Morales se ha caracteriza también por crear lazos entre las diversas comunidades indígenas de América latina, situación por la cual constantemente es invitado a varios foros y convenciones a lo largo de la región. También ha cultivado una buena relación con el actual presidente venezolano Hugo Chávez, lo que lo ha puesto dentro de los grandes líderes populares de la región, aunque también esta misma situación ha provocado que sea una preocupación constante

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para los Estados Unidos. Evo Morales es un líder que ha sido considerado como moderado en relación a otros líderes indígenas de Bolivia, sin embargo en el tema de la nacionalización de los hidrocarburos, ha demostrado al mundo, que ese es un tema que no puede ser negociado. Como se ha señalado anteriormente, Evo Morales también ha sido líder del partido político Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que exigió una convocación a la Asamblea Constituyente para como ha señalo el mismo Evo Morales, “refundar el país”, lo cual consistiría básicamente en un cambio radical al sistema económico neoliberal imperante en Bolivia, instaurando un sistema más igualitario, sobre todo en lo que respecta a la distribución de la riqueza que proviene en gran parte, de la explotación de los hidrocarburos, por lo cual también exigió su nacionalización, aunque señala que la presencia extranjera en este rubro también es importante, pero acusa a las petroleras que hoy operan en el país, de tener un 50% en conceptos de regalías producto de la explotación de los hidrocarburos. La formula que postula el MAS, es de mantener la presencia de los capitales extranjeros invertidos en la explotación de los hidrocarburos, aunque bajo un régimen compartido de producción y ganancias. Luego de las elecciones generales del año 2002, el MAS se convirtió en la segunda fuerza política de importancia de Bolivia, ocupando un segundo lugar también en número de escaños en el Congreso, pero siendo la primera mayoría en cuanto a el número de municipalidades que posee, según los resultados que han arrojaron las elecciones municipales de Diciembre del 2003.

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5.2.2.2. Las Organizaciones Sindicales En Bolivia existen dos grandes organizaciones obreras en la actualidad, que si bien no tienen influencia nacional si son importantes referentes para la zona occidental del país. Estas dos organizaciones son: A) La Central Obrera Boliviana (COB) La Central Obrera Boliviana (COB), el sindicato obrero más importante y con mayor tradición de Bolivia, exigió la inmediata nacionalización de los hidrocarburos, producto de que la explotación de sus ganancias queda básicamente en manos de empresas multinacionales. Han exigido también una purificación completa del poder político, argumentando que este poder obedece solo a los intereses de las multinacionales y de los grupos económicos más importantes de Bolivia, por lo cual solicitaron en reiteradas ocasiones la renuncia del presidente Mesa (y básicamente de quien ocupe la presidencia), señalando incluso que un gobierno ideal para el país ha de ser un militar del estilo de Hugo Chávez de Venezuela.

B) La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), con influencia sólo en algunas zonas de la parte occidental de Bolivia, específicamente en la parte andina y la parte del centro sub - andino, se compone principalmente de grupos indígenas de origen aymará y quechua. Esta organización demandó la convocatoria a una Asamblea Constituyente, para resolver dentro de otros temas, la nacionalización de los hidrocarburos, y sobre

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todo, producto de su marcada composición indígena, aymará y quechua (hay que recordar que ambas etnias constituyen los grupos indígenas más numerosos e importantes del país), una política estatal de carácter nacional en cuanto al reparto de las tierras aptas para el cultivo y la ganadería.

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5.2.2.3. Los Mineros y los Sectores Medios Urbanos El sector minero en Bolivia siempre ha tenido una importancia vital, ya que es la principal fuente de recursos económicos del país. Es por ello, que los mineros son uno de los grupos que pueden llegar a ejercer mayor presión sobre las autoridades, y de hecho así se ha dado históricamente, ya que suelen estar en un primer lugar dentro de las luchas sociales. A su vez, han sido un sector históricamente militante dentro del sindicalismo de América Latina y hoy en día conforman la columna vertebral de la poderosa Confederación Obrera Boliviana (COB). Los mineros bolivianos se han dedicado principalmente durante el siglo XX a la explotación de los yacimientos de estaño, ya que Bolivia, posee una de las principales reservas del mundo de ese mineral. Sin embargo una grave crisis afectó la minería del estaño durante mediados de la década de los años ’80, ya que el precio mundial de este metal sufrió una importante baja, lo que en Bolivia se tradujo en el despido masivo de unos 25.000 mineros, lo que le significó a este grupo una merma importantísima de su poder de convocatoria. Esta situación obligó a que muchos de los mineros cesantes, más otro grupo de ellos que prefirió cambiar de rubro anticipadamente antes que los despidieran, se volcaron a otras actividades productivas como el cultivo de hoja de coca. Otros siguieron dentro del rubro minero, pero esta vez trabajando en condiciones muy precarias para diversas organizaciones cooperativas. En la crisis de Bolivia de estos últimos 8 años, se han constituido en uno de los grupos más poderosos y activos, reclamando básicamente por una mejora de las pensiones estatales y por la nacionalización de los hidrocarburos, protestas en la

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cuales “mantienen viva la tradición boliviana de detonar dinamita durante las marchas”334. Junto con las demandas de los mineros, se debe considerar que hay otros sectores dentro del mundo obrero que también han presentado demandas. Dentro de un sector más profesional, se encuentran los sindicatos de profesores. Los profesores en Bolivia siempre han sido un sector protagonista en la lucha por alcanzar una justicia social. Los sindicatos de profesores, tanto del mundo urbano como del rural, han luchado conjuntamente por la nacionalización de los hidrocarburos

y

mejoras

sustanciales

en

las

condiciones

laborales,

fundamentalmente en el tema de los sueldos. A su vez otro sector importante en las jornadas de protestas de los últimos años, han sido los sindicatos del trasporte urbano, los cuales han paralizado sus actividades en la ciudad de La Paz en el marco de la crisis del año 2003 y posteriores. Su interés principal ha sido también la nacionalización de los hidrocarburos, ya que para ellos significa, que de mantenerse en manos extranjeras la explotación de este recurso, los precios con el pasar del tiempo suban, desbordando así la subvención que le otorga el gobierno al precio de los carburantes. De forma general, los sectores medios urbanos compuestos por profesionales y administrativos, no necesariamente se alinean de forma uniforme en las crisis de los últimos años, pues “algunos apoyan los objetivos de los grupos conservadores y otros al partido populista”335, dependiendo de sus intereses sectoriales y 334

PAINTER, JAMES. “Laberinto Boliviano”, Portal de Noticia de la BBC Mundo en Español, 2003. En Internet: Portal de Noticia de la BBC Mundo en Español, <http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_4081000/4081182.stm>, consultado Julio 2005.

335

VILA DE PRADO, ROBERTO. “El Conflicto en la Bolivia Contemporánea. Alternativas de Solución”, Revista “Futuros”, revista trimestral Latinoamericana y Caribeña de Desarrollo

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personales, como también así, quienes viven del clientelismo político, los cuales tienen a estar del lado, del sector que presuponen será vencedor dentro de un conflicto en concreto. Pero también dentro de este sector, se encuentran los microempresarios, quienes buscan mantener sus regalías de bajos tributos frente al Estado, además de acceder al crédito con tasas de fomento, por lo cual en muchas oportunidades, buscan mantenerse al margen de los conflictos si es que estos no se relacionan directamente con sus intereses.

Sustentable, N° 15, año 2006, volumen 4, Bolivia, 2006. En Internet: Portal de la Revista “Futuros”, N° 15, año 2006, volumen 4, <http://www.revistafuturos.info/futuros15/conflicto_bolivia2.htm>, consultado Noviembre 2006.

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5.2.2.4. Los Campesinos del Altiplano Los campesinos del altiplano, una de las zonas más pobres del país, han estado encabezados en los últimos años por, Felipe Quispe, que al igual que Evo Morales tiene un origen étnico aymará, y es apodado el “Cóndor” o “Malluk” en lengua aymará. Hace 13 años era jefe del insurgente Ejército Guerrillero Tupac Katari de Bolivia. Quispe actualmente es líder de los campesinos del Altiplano boliviano y también ha sido diputado en el Congreso. Este líder cree en la formación del Estado Aymará, el cual debe ser independiente, para lo cual contrapone en su discurso a la elite336 de Bolivia, de la cual señala, se ha hecho con los principales recursos económicos de la nación, gracias a lo cual la tiene bajo su control. Este dirigente altiplánico logró relevancia nacional durante 1988, al convertirse en el principal dirigente de la federación campesina, Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Hasta el año 2002, fue máximo dirigente del Movimiento Indigenista Pachakuti (MIP), el cual obtuvo en las elecciones generales de ese mismo año, 6 puestos en el Congreso de Bolivia, sin embargo este líder renunció sorpresivamente, para volver a militar como base dentro del partido. En las últimas crisis que ha enfrentado Bolivia, Felipe Quispe gracias a un discurso más radical que el de Evo Morales, ha logrado sumar el apoyo de importantes grupos indígenas de origen aymará, los cuales han sido seducidos por las promesas de mejoramiento de los derechos indígenas en Bolivia, 336

Dentro del discurso de Felipe Quispe, la elite a la cual hace referencia, es la “elite blanca”, con lo cual se refiere básicamente a los grandes grupos económicos de Bolivia con origen autóctono, quienes estarían aliados con las grandes trasnacionales europeas y norteamericanas. Hay que remarcar el hecho que dentro de este discurso la “elite blanca” no se define por su origen étnico, sino por su posición social y riqueza económica.

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especialmente en cuanto al tema de la distribución de las tierras productivas del país. Sin embargo a pesar de que en el último tiempo ha sumado una gran masa de apoyo, su actuación en las crisis recientes, no han hecho ser reconocido como un actor clave, aunque si importante, ya que toda la atención ha caído en la figura de Evo Morales.

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5.2.2.5. Los Habitantes de El Alto Los habitantes de El Alto son en su mayoría indígenas, los cuales han participado de forma activa en las crisis político – sociales que enfrenta Bolivia desde el año 2000. Constituyen el grupo más numeroso y uno de los más activos en cuanto a los mecanismos de protesta, ya que han sido quienes han bloqueado las carreteras y se han enfrentado en forma más activa a la policía en la coyuntura del año 2003. El Alto es una zona cercana a la capital de Bolivia, La Paz, y se destaca por ubicarse en una meseta, además de ser una de las zonas más pobres del país. Su población total se estima en unas 75.000337 personas, de las cuales una gran mayoría corresponden a grupos indígenas de etnia aymará, los cuales tiene en El Alto la esperanza de escaparse de la miseria de las zonas rurales circundantes a esta localidad. Los habitantes de El Alto han creado una serie de comités de carácter zonal, mecanismo que ha funcionado de forma eficiente ya que les ha proporcionado unidad y un fuerte sentido de comunidad, con lo cual han podido plasmar sus demandas de forma más efectiva. El líder en durante este período, de los comités zonales que se han formado en El Alto, es Abel Mamani. Estos comités zonales se han agrupado bajo la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE – El Alto), presidida por el mismo Mamani. En cuanto a la crisis por la cual atraviese Bolivia en la actualidad, los pobladores y organizaciones existentes en El Alto sin duda han jugado un rol fundamental en el desarrollo de la crisis, ya que han organizado protestas y levantado barricadas,

337

Op. Cit. PAINTER, JAMES. “Laberinto Boliviano”.

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además de ser importantes agentes en la renuncia del ex – presidente boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada durante el mes de Octubre del 2003. También El Alto, ha tenido una participación importantísima en la denominada “Guerra del Agua”, en donde básicamente se opusieron a la distribución del agua por

una

empresa

de

origen

francés.

Han

apoyado

fervientemente

la

nacionalización de los hidrocarburos por parte de Bolivia. Además El Alto ha hecho hincapié en el fracaso del modelo económico neoliberal y ha apoyado de forma decidida las demandas de participación y más derechos de las comunidades indígenas.

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5.2.2.6. Los Manifestantes de Cochabamba Cochabamba es una de las ciudades más grandes y numerosas de Bolivia, luego de La Paz (su capital) y Santa Cruz. Los manifestantes de esta ciudad han cobrado relevancia nacional desde el año 2000, cuando por medio de duras protestas, consiguieron que el “gobierno diera marcha atrás en una propuesta venta del suministro de agua a la empresa estadounidense Bechtel”338. La importancia de esta acción fue que esta manifestación se convirtió en una de las primeras acciones exitosas de protestas en contra del modelo económico neoliberal bajo el gobierno de Hugo Banzer Suárez. En ese conflictivo año 2000, el líder de las movilizaciones en Cochabamba era Óscar Olivera, que es uno de los importantes dirigentes que buscaban la nacionalización de los hidrocarburos. En la crisis del año 2003 – 2006, los manifestantes de Cochabamba optaron por bloquear las carreteras de acceso a la ciudad en demanda de la nacionalización de los hidrocarburos y de la conformación de una Asamblea Constituyente.

338

Op. Cit. PAINTER, JAMES. “Laberinto Boliviano”.

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5.2.2.7. Grupos Indígenas y Campesinos de Santa Cruz y del Oriente El departamento de Santa Cruz posee una estructura étnica muy compleja ya que en las tierras bajas de este departamento hay un conglomerado de grupos indígenas provenientes de diversas partes del país, las que se han sumado a los grupos indígenas locales, siendo las etnias más importantes la guaraní, chiquitana, guaraya y ayorea. Estas etnias en su mayoría se han visto insertas en la lucha en contra de las empresas forestales que operan en la región, además de reclamar tierras para el cultivo de soya y ganadería, actividades que forman parte importantísima en las actividades económicas de este departamento. En el departamento de Santa Cruz, la principal organización indígena es la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia (CIDOB), aunque también existen integrantes del grupo indígena radical Movimiento de los Sin Tierra (MST), los que han ocupado tierras por vía violenta e ilegal en los últimos años en esta región y que comparten otras características más con el grupo homónimo existente en Brasil. La CIDOB a partir del año 2001 se manifiesta a favor de una Asamblea Constituyente a favor de una autonomía indígena, no departamental como la que pretende el oriente, que le permita recuperar a los indígenas los autogobiernos municipales. En la crisis del año 2003 - 2006, algunos grupos indígenas, como los de etnia guaraní, han tenido gran relevancia, ya que han tomado las instalaciones petroleras Repsol, de origen español, y BP, de origen inglés, lo que le ha traído a estas empresas y al país en general graves costos económicos, ya que la producción de estas empresas se ha visto paralizada en un gran porcentaje339.

339

“El Gobierno ordenó el miércoles (8 de Junio del 2005) la militarización de los pozos petroleros en el Chaco tarijeño para prevenir las tomas por parte de campesinos que han amenazado asumir dichas medidas. El 7 de junio, grupos de manifestantes indígenas ocuparon

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5.2.2.8. Elite de La Paz La elite de La Paz en este conflicto ha apoyado hasta cierto punto a las fuerzas populares de occidente, ya que su objetivo principal es mantener su posición de influencia y de poder en el país, por la nacionalización de los hidrocarburos y la negación de la demanda autonómica de Sant Cruz y del oriente permite mantener su posición, ya que de lo contrario se vería ampliamente superada por la elite cruceña. Además, la reciente nacionalización de los hidrocarburos y mientras no se resuelva el tema de la demanda autonómica del oriente, le permite seguir controlando la asignación de los ingreso por concepto de explotación de recursos naturales y de otras empresas públicas. El que a la elite paceña le convengan ciertas demandas de los sectores indígenas y populares del país, no quiere decir que este de acuerdo con ellos, de hecho a fomentado la migración indígena a oriente con la finalidad de no tener un gran sector indígena que cuestione permanentemente sus decisiones y formas de actuar como se ha dado desde la década de los ’90.

siete campos petrolíferos explotados por la compañía hispano argentina Repsol YPF y la británica BP en el departamento de Santa Cruz”. En Diario “La Opinión”, Edición en Internet, Cochabamba, Viernes 9 de Junio del 2005. En Internet, Diario “La Opinión”, Cochabamba, 2005, <http://www.opinion.com.bo/PortalNota.html?CodNot=82456&CodSec=18>, consultado Julio 2005.

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5.2.3. Las Elites de Oriente Muchos habitantes del departamento de Santa Cruz, alentados por la elite local, se han autodenominado “cambas”, para hacer contraste y marcar diferencias con los habitantes del altiplano, que son denominados como “collas”. La demanda de la elite cruceña en el último tiempo ha ido por el lado de lograr una mayor autonomía, ya que se ha sentido perjudicada por la protesta indígenas, campesina, de ciertos movimientos sociales y la nacionalización de los hidrocarburos, principal fuente de riqueza económica de la elite cruceña, de la región y de Bolivia en la actualidad, además del constante enfrentamiento contra el gobierno de Evo Morales por estas situaciones. Se sienten el sector más próspero del país en cuanto a materia económica, por lo cual reclaman que gran parte de los beneficios provenientes de la explotación de los hidrocarburos, especialmente del gas, deben quedar en la región, ya que estos son explotados allí, por ello están en contra de las demandas del resto del país, en pro de la centralización de los recursos económicos provenientes e los hidrocarburos. La principal organización de Santa Cruz en los momentos más álgidos del conflicto sobre los hidrocarburos, es el Comité Pro Santa Cruz, constituido básicamente por organizaciones empresariales (muchas de ellas extranjeras) y agroindustriales de la región, quienes luchado por el referéndum para lograr una mayor autonomía, incluyendo voces más radicales que plantean la construcción de una nueva Bolivia, contando o no con el apoyo o permiso del gobierno nacional. Pero en esta demanda la elite de Santa Cruz no está sola, ya que se le debe sumar la elite de Tarija, y en una forma un tanto menos radical la de los

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departamentos de Beni y Pando, todas zonas del oriente, el norte y el nordeste amazónico (todas las cuales entran en la zona que se ha definido como el oriente de Bolivia), quienes en conjunto no sólo demandan autonomía económica con respecto a La Paz, sino también autonomía en lo político. Forman parte de esta elite, los ricos empresarios bolivianos ligados en su mayoría a la explotación de los recursos naturales del país, quienes se han opuesto ferozmente no sólo a las demandas de nacionalización de los hidrocarburos, sino también a la administración del presidente Mesa ya que lo han considerado incapaz de manejar la situación, permitiendo que la protesta se masifique por todo el país, causándole graves pérdidas económicas a ellos en particular y al país en general, como también al gobierno de Eduardo Rodríguez y más tarde de Evo Morales, sobre todo de este último quien ha actuado de forma decidida, en contra de las demandas de la elite de estos departamentos. Estos empresarios constituyen un grupo relativamente homogéneo (por lo menos en cuanto a la defensa de sus intereses comunes), y se opusieron duramente a la idea de nacionalizar los hidrocarburos y a toda la legislación del gobierno de Mesa y Morales con respecto a la inversión y explotación del petróleo, ya que han señalado que estas políticas amenazan la inversión privada, ya que se ataca a las grandes empresas petroleras, las que sin duda generan grandes inversiones en el país, desde su punto de vista. De esta forma, la elite de Santa Cruz y del resto de los departamentos del Oriente boliviano, hoy buscan la autonomía, producto de que esta situación les permitiría limitar la injerencia del Estado boliviano en la administración de los recursos fiscales, cuya mayoría se produce bajo el concepto de las labores relacionadas con la explotación de los recursos naturales.

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5.2.3.1. La Actitud de la Elite de Oriente La mirada intersubjetiva de la elite del oriente es de que a partir de los recursos naturales que se explotan en su territorio, básicamente los hidrocarburos, debe mantener al resto del país, el cual está compuesto en gran parte por indígena en la zona occidental. Esta situación ha generado que su mirada intrasubjetiva sea de querer aprovechar en su propio beneficio estos recursos, para lo cual necesita de los instrumentos legales que se lo permitan, apostando por la herramienta de la demanda autonómica para ello. De esta forma, su “actitud” es la de buscar su autonomía para de esta forma, no tener que compartir sus ganancias con la zona occidental. En base a esta situación, se analizará básicamente la elite de Santa Cruz por ser la más representativa y poderosa del oriente boliviano. El departamento de Santa Cruz desde la configuración de Bolivia como país ha sido objeto de preocupación por parte del Estado, en mayor o menor intensidad dependiendo del momento. Desde mediados del siglo XIX se desarrollaron una serie de acciones para poder poblar la región, dada su escasez, situación que se buscó con más fuerza a partir de fines del siglo XIX a partir de la mala experiencia que había tenido Bolivia en la Guerra del pacífico frente a Chile, ya que en parte de la razón de la pérdida de esos territorios se debía a la baja población y a la débil penetración del Estado en ellos. Como muchas naciones en América del Sur, optaron por poblar con emigrantes europeos, pues el ideal modernizado de la época, señalaba que por sus condiciones, trabajadores, emprendedores, civilizados, eran los más aptos para poblar el oriente boliviano. Posteriormente y luego de la Guerra del Chaco frente a Paraguay, se buscó la integración de la región al país, ya que parte de la nueva derrota bélica del país, se debía al abandono de la zona además de sus males vías de interconexión con el resto del país. En este contexto y a partir de la década de los ’40 se comienza a desarrollar la marcha del Oriente, la cual pretendía desde un esfuerzo estatal,

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poder reactivar el desarrollo económico de la región, lo cual no tardó en llegar luego de que se comenzarán a explotar los yacimientos petroleros que existían en la región. Junto con ello se desarrollaron medidas tendientes a fomentar la agricultura y la agroindustria, lo que fomentó la migración de población, básicamente indígena desde el occidente del país. Finalmente para el despegue total de la zona, debería llegar la Revolución de 1952, la cual a partir de sus reformas, como por ejemplo la nacionalización de la minera, puso en excelente pie económico a la región para que desarrollara sus propios modelos de crecimiento, los que se tradujeron tanto en la explotación de petróleo como en la agroindustria, la cual se vio impulsada por el gran número de emigrantes del occidente a partir de la reforma agraria de 1953. Desde este momento la región comienza a crecer a un gran ritmo lo que trae aparejado su deseo de acceder al poder político, de momento en manos del occidente, el cual comenzó a diputar como se analiza en al capítulo anterior de esta investigación. En la década de los ’70, Alejandro zalles señala que “Como maduración de los procesos económicos y de la emergencia de una elite regional deseosa de participar en el desarrollo nacional, Santa Cruz atraviesa una etapa de modernización, consolidación institucional y desarrollo urbano acelerado”340. Ellos e traduce en su participación en el golpe militar de Banzer, además de que aprovecha una serie de licencias y oportunidades en materia económica, como la demanda por su producto agroindustriales y la venta de gas a Argentina, con lo cual su poder económico sigue en aumento, al igual que sus ansias de poder político. Santa Cruz partir de la década de los ’50 creó el discurso de la identidad camba a modo de poder desarrollar la cohesión social de la zona, por medio de la 340

Op. Cit. ZALLES CUETO, ALBERTO. “Una Pieza Más en el Rompecabezas Boliviano. El Proyecto Autonomista de Santa Cruz”. Página 24.

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creación discursiva de un origen cultural común. A pesar de que el concepto también se puede utilizar por un miembro de la elite cruceña que de forma despectiva se refiere así a los sectores indígenas del oriente, la verdad es que la elite ha tenido la prudencia de tratar de generar identidad regional a través del uso del concepto.

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5.2.3.2. El Comportamiento de la Elite de Oriente La elite de Santa Cruz ha desarrollado un comportamiento que desde la década del ’50 la ha llevado a enfrentarse al occidente, sin embargo este tenía el control de la situación pues detentaba el poder político. Sin embargo a partir de la década de los ’90, el poder político, si bien sigue estando en occidente, los movimientos sociales lo han vuelto débil, además el poder económico hoy en día está plenamente en oriente. De esta manera, la elite cruceña, ha buscado a través de diversas maneras poder dejar para si los beneficios de esa bonanza económica, especialmente los derivados de la explotación de los hidrocarburos, para lo cual hoy en día ha propuesta la demanda autonómica, a fin de conseguir cierta independencia administrativa que le permita distribuir en base a sus criterios e intereses los recursos derivados de los hidrocarburos. Sin embargo, el contexto actual no es la primera rivalidad materializada en actos concretos que tiene la elite cruceña. Ya en 1959, demandó al Estado del período revolucionario mayores regalías económicas para la región bajo la pretexto de que occidente quería frenar su desarrollo. La respuesta estatal fue del sofocamiento armado de la demanda lo que comenzaría a generar resentimiento de parte de Santa Cruz, lo cual se traduciría en 1971, con el apoyo al golpe militar de Banzer, estableciendo una alianza cívico – militar que le daría protagonismo político durante el período, a pesar de la oposición del occidente. En torno a sus acciones políticas cabe destacar que “…la clase dominante camba supo aprovechar hábilmente el argumento autonomista de los aymaras del occidente. Recuperó el discurso autonomista para marcarlo con su sello y proyectarlo – a diferencia de los indígenas de occidente – en un horizonte

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modernizante, liberal y de reivindicación fiscal y financiera”341, lo que no sólo le ha permitido la cohesión y hasta cierto punto el consenso social, sino también, la prosperidad económica a partir de su estabilidad como región. A partir de la nacionalización de los hidrocarburos y de la demanda por una Asamblea Constituyente de parte de los sectores movilizados desde comienzos del siglo XXI, la elite de Santa Cruz aprovechó la instancia para agregar el tema de la autonomía regional en busca de preserva sus regalías económicas, representándose a través del Comité Cívico de Santa Cruz, el cual ha logrado dividir al país en torno al tema de la autonomía, pues la posición al respecto de los departamentos del oriente es inquebrantable, mientras que en occidente ha provocado el más profundo rechazo, debiendo poner fin al tema de la demanda autonómica en la Asamblea Constituyente.

341

ARCHONDO, RAFAEL. “El País Está Dividido: ¿Habrá que Dividirlo Mejor?”, en T‘inkazos N° 17, La Paz - Bolivia, 2005. Citado en: ZALLES CUETO, ALBERTO. “Una Pieza Más en el Rompecabezas Boliviano. El Proyecto Autonomista de Santa Cruz”, “Revista Nueva Sociedad”, N° 201, Buenos Aires - Argentina, Enero y Febrero 2006. Página 27. En Internet: Portal de Internet de la Revisa NUSO, Nueva Sociedad, Argentina , < http://www.nuso.org/upload/articulos/3308_1.pdf>, consultado Febrero 2007.

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5.2.3.3. La Incompatibilidad de la Elite de Oriente El proyecto autonómico de Santa Cruz es totalmente incompatible con el proyecto refundacional que plantean los sectores indígenas, puesto que para ello se necesita de los recursos económicos que genera el oriente, el cual por su parte quiere aprovecharlos en su propio beneficio, creando un conflicto regional que hoy en día ha alcanzado grandes proporciones. Si bien, la elite de Santa Cruz no representa el único problema relativo al fraccionamiento territorial del país, hoy por hoy es el más importante, ya que coyunturalmente su proyecto autonomista le genera una diferencia insalvable con los grupos sociales que se han movilizados desde el año 2000. Alberto Zalles señala que “Bolivia está dividida entre la voluntad autonómica del departamento de Santa Cruz, que reivindica las demandas regionales del oriente del país, y las posiciones del pueblo aymara, que condensan las aspiraciones indígenas del occidente; los dos polos autonomistas son los actores más dinámicos de la refundación de Bolivia, o de su fin”342. El autor tratando se ser imparcial frente a este situación, señana que los dos proyectos son legítimos, siendo posible señalar que hasta cierto punto asume la posición autonomisma ya que señala que “… la construcción de dos países, de dos autarquías, podrá ser provechosa si contribuye al desarrollo de la democracia, la justicia social y la convivencia pacífica”343. Para conseguir su objetivo, la elite de Santa Cruz ha utilizado el discurso de la identidd camba descrito anteriomente, en contraposición al discurso colla, el cual haría alusión a los setore indígenas del occidente. La identidad camba esta 342

Op. Cit. ZALLES CUETO, ALBERTO. “Una Pieza Más en el Rompecabezas Boliviano. El Proyecto Autonomista de Santa Cruz”, “Revista Nueva Sociedad”. Página 21. 343

Ídem. Página 21.

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construida por la propia elite de Santa Cruz por lo cual opera directamente según las necesidades de esta y hasta cierto punto ha sido integrador d los indígenas emigrantes del occidente, con el objetivo de conseguir más miebros para su proyecto autonomista.

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5.3. Nivel 2 – Partidos Políticos Los partidos políticos tradicionales han sido cautelosos con el tema de la propuesta autonómica de Santa Cruz y de los departamentos del oriente, mientras los partidos indigenistas de corte radical como el MAS y el MIP se han opuesto de forma absoluta a tal proyecto. Para comprender la posición de los partidos políticos de Bolivia en torno a la autonomía se hace necesario primero revisar su postura ante el tema de la nacionalización de los hidrocarburos. Al respecto el MIR, ADN y parte del MNR presentaron muchos obstáculos para el proceso, por considerar que era poco claro, utilizando para ello, tres ejes de cuestionamiento, “(1) la falta de legalidad, (2) la falta de consistencia en cada pregunta y (3) la complejidad del lenguaje de las preguntas”344, por su parte el UCS señalaba que era inconstitucional del decreto presidencial del mismo, mientras el MAS, apoyó y ratificó todo el proceso aunque también se opuso a algunas preguntas. Mas tarde, el MNR, MIR, NFR y el MAS discreparon en torno a los impuestos que debían pagar las empresas productos de gas y petróleo, lo que generó una serie de protestas sociales, pues los sectores populares apoyaban al MAS el cual pedía un 50% de regalías a favor del Estado, frente al 18% y un impuesto del 32% que solicitaban los partidos tradicionales con el fin de no ahuyentar a la inversión extranjera, lo que produjo confrontaciones tanto en la cámara de diputados como en el senado, terminado en ese contexto, el presidente Mesa de presentar su renuncia. A partir del año 2005, se intenta un reordenamiento del sistema político en Bolivia a partir del sistema de partidos, sin embargo este fracasa producto de la 344

ARRARÁS, ASTRID; DEHEZA, GRACE. “Referéndum del Gas en Bolivia 2004: Mucho Más que un Referéndum”, Revista de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Volumen XXV, N° 2, 2005, Santiago – Chile, Páginas 161 a 172. Página 161.

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deslegitimación social que poseen. De esta manera en la actualidad, junto al MAS, hay otro actor en el sistema política, el PODEMOS, Poder Democrático Social, el cual es una agrupación de derecha que representa algunos sectores de la organización social como militantes de partidos tradicionales opositores al gobierno de Evo Morales como el MNR, MIR, ADN, MBL, UCS y UN. De esta manera el PODEMOS, principal partido de oposición al gobierno del MAS, es uno de los partidos más identificados con la propuesta autonómica de Santa Cruz y del oriente boliviano, frente al MAS que agrupa a los sectores del occidente y a los grupos indígenas y populares de oriente que están en contra de la demanda autonómica de Santa Cruz.

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6. DESARROLLO A partir de la promulgación de las reformas constitucionales que decretaban a Bolivia como un país multicultural, reconociendo las diferentes etnias del país, los grupos sociales han comenzado a presionar para que esa situación se materialice de forma real. Es así como a partir del año 2000 se inician una serie de movilizaciones demandando una Asamblea Constituyente capaz de hacerlo, sin embargo junto a este reclamo, el oriente del país aprovechado la oportunidad para buscar su autonomía, que le permita a la elite del oriente, particularmente la de Santa Cruz, poder aprovechar para si los beneficios de la explotación de hidrocarburos y gasífera de la región, con el siguiente perjuicio que ello significaría para el país, especialmente para los sectores populares que cuentan con esos recursos para el desarrollo del país y el cumplimiento de sus demandas, deciden agregar la demanda autonómica a partir del año 2005, en momentos en que el tema que se requiere resolver es la forma de administración que dará el país a los hidrocarburos. Es por ello que se divide este apartado en dos puntos, el primero relacionado con las movilizaciones sociales desde el año 2000 al 2003 y el segundo con el proceso de las demandas autonomistas del oriente desde el año 2005 enmarcado en el proceso de decisión sobre que hacer con los hidrocarburos, entendiendo que ambos, a pesar de la división propuesta son fenómenos que obedecen a una misma realidad.

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6.1. Las Grandes Movilizaciones Sociales (2000 – 2003) Uno de los componentes más importantes de las movilizaciones de principios del presente siglo, es el deseo de que la ciudadanía participe de forma democrática en la toma de decisiones en torno a la forma de administrar los recursos del país, fundamentalmente los económicos derivados de la explotación de los recursos naturales, tanto desde una perspectiva local como nacional. Prueba de esta situación, la constituyen 3 fenómenos que se analizarán en este apartado, los cuales son “La Guerra del Agua”, en torno a la resistencia de los habitantes de Cochabamba de que una empresa extranjera que había mostrado malos manejos en la administración del recurso hídrico siga con su control, “Febrero Negro”, en donde los sectores populares muestran su poder de organización para hacer un frente nacional en contra de la decisión del gobierno de crear un nuevo impuesto que perjudica directamente a los sectores más desprotegidos del país y finalmente, “La Guerra del Gas”, donde nuevamente los sectores social, a nivel nacional, emergen con gran fuerza en contra de la medida del gobierno de exportar gas por puero chileno debido a las diferencias por el problema maríticomo que tiene Bolivia con Chile. Este conjunto de fenómenos tienen una serie de implicancias y son el punto de iicio para los problemas que deberá enfrentar Bolivia desde el año 2004 en adelante, ya que en estos conflictos, nacen los temas de la nacionalización de los hidrocarburos y junto con ella, la reacción de Santa Cruz propone el tema autonómico.

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6.1.1. La Guerra del Agua La Guerra del Agua surge en el año 2000 en Cochabamba, constituyendose rápidamente en un punto de inflexión si se mira este conflicto a partir del año 2003, en la lógica de los movimientos sociales en Bolivia. Lo que comenzó como una lucha particular de una zona de Bolivia, rápidamente tomó ribetes muchos más amplios, expandiendose a movilizaciones en el altiplano central o en la zona del Chapare. Cochabamba es una zona que se dedica en gran parte a la actividad agrícola, cuyo principalmente mercado son las zonas mineras, sin embargo esta actividad agrícola ha sido muchas veces amenazada por los problemas de abastecimiento de agua en una zona donde el recurso hídrico es escaso. Por ello, desde la época del general Barrientos duranté la década del ’60 se ha pensando en el poyecto denominado Misicuni, para solucionar los problemas de riego, abastecimiento de agua potable para la población y de generación de energía eléctrica para la ciudad, sin embargo el proyecto no había sido posible pues se requerían muchos recursos para su implementación. De esta manera, “…Misicuni se ha convertido en más que un proyecto de desarrollo regional, se ha instalado en el imaginario de los cochabambinos como el gran anhelo que pondría fin a los problemas producidos por el agua. Esto mismo ha servido para que Misicuni se convierta, además, en instrumento político para la obtención de mayores beneficios para quienes lo han incorporado en el discurso regional”345, puesto que su ejecusión se ha constituyó en un punto clave en las distintas promesas electorales de los candidatos que optaban a un cargo de represión política en la zona.

345

DAROCA OLLER, SANTIAGO. “La Guerra del Agua. Protesta y Acción Social en Cochabamba”, Cuaderno de Trabajo, Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, La Paz, Bolivia, 2001. Página 5. En Internet: Portal del PNUD de Bolivia, Bolivia, < http://idh.pnud.bo/webportal/LinkClick.aspx?fileticket=mBOLxkPVhZQ%3D&tabid=198&mid=594 >, consultado Enero 2007.

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Como el proyecto era muy necesario de realizar, finalmente se llama a licitación, ganandola el consorcio Aguas Tunari en Septiembre de 1999, siendo la única empresa que se presentó, lo que hizo cuestionar la adjudicación de la propuesta, por que se necesitaba a 3 licitantes según la leyes del país, además de que se vinculaba a Aguas Tunari a un partido político que estaba en el poder. Igualmente todos estuvieron de acuerdo en que Aguas Tunari se adjudicara la propuesta ya que necesitaban la red de abastecimiento de agua, salvo unos pocos, “…desconocidos personajes miembros del Comité de Defensa del Agua, germen de la después poderosa “Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida””346. Junto con estos actores se debe citar al Comité de Defensa del Agua y la Vida Familiar, el cual estaba compuesto por profesionales y ambientalistas y finalmente, una serie de grupos sociales como los maestros urbanos y rurales, estudiantes, transportistas y otros, que no estaban de acuerdo con que Aguas Tunari se adjudicara el proyecto, desde razones ambientales hasta razones que daban cuenta de que no se podía confiar en una empresa trasnacional y por ende privada para un proyecto nacional de esta embergadura e importancia. En este contexto el gobierno de Banzer promulga en Octubre de ese año la Ley del Servicio de Agua Potable y Alcantarrillado Sanitario lo que legalizaba el contrato con la empresa multinacional en Cochabamba, lo que desencadenó una serie de protestas, mayores incluso a las que se dieron cuando se conoció el nombre de la empresa ganadora de la licitación. Esto dejó numerosos muertos y heridos ya que el gobierno de Banzer actuó con una dura represión, por lo cual las movilizaciones no hicieron más que agudizarse en el mes de Noviembre del 1999. Esta protestas más violentas se producen por que la empresa a penas comenzó a operar subió las tarifas del agua, modificó el contrato, y no 346

DE LA FUENTE, MANUEL. “La “Guerra” por el Agua en Cochabamba. Crónica de una Dolorosa Victoria”, Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba - Bolivia, Abril 2000. Página 2. En Internet: Portal del PNUD de la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba – Bolivia, consultado Octubre <http://www.umss.edu.bo/Academia/Centros/Ceplag/AguaMDLF.PDF>, 2006.

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entragaba información a la población, por lo cual esta reaccionó de forma violenta. Las movilizaciones volvieron a partir del mes de enero del 2000. En ellas se logró paralizar la ciudad entre el 11 y 13 de Enero, por lo cual se tuvo que negociar, sin embargo ello se produjo en medio de distintos hechos de represión de parte de la policiía, por lo que que la tregua acordada en la negociaciones tan sólo duró hasta el 4 de Febrero, en donde “Para ese día la Coordinadora había llamado a la “toma pacífica” de la plaza principal. La movilización, que pretendía ser una marcha pacífica a la plaza de armas, fue fuertemente reprimida por la policía y se extendió hasta el día siguiente a las 23:30, hora en que la gente tomó la plaza. La acción terminó con 22 heridos y 135 detenidos. Además, Iglesia Católica y el Defensor del Pueblo mediaron para posibilitar un acuerdo”347. En base a esta situación la Coordinadora de Defensa del Agua se retira de las negociaciones, sólo quedando el Comité Cívico frente al gobierno, sin embargo este ya estaba muy debilitado. Esta situación abre una nueva etapa, ya que para el mes de Marzo, la Coordinadora había llamado para una consulta popular, partipando más de 50.000 personas en torno a temas como la tarifa de las aguas y el contrato con la empresa, siendo su fin último el término del contrato. Junto con ello, la Coordinadora organiza para el 4 de Abril un paro indefinidido que se denominó como “la batalla final” y cuyo fin era expulsar a la empresa Aguas Tunari de Cochabamba, ante lo cual gobierno respondió con la política “… de “dejar hacer”, esperando que los bloqueos y otras incomodidades cansen a la población, que entonces se pondría en contra de la Coordinadora”348. El paro se 347

Op. Cit. DAROCA OLLER, SANTIAGO. “La Guerra del Agua. Protesta y Acción Social en Cochabamba”. Página 8.

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Op. Cit. DE LA FUENTE, MANUEL. “La “Guerra” por el Agua en Cochabamba. Crónica de una Dolorosa Victoria”. Página 6.

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tradujo en acciones como la toma simbólica de la empresa, bloqueos de caminos y carreteras, y una serie de marchas, las cuales sin embargo con el pasar de los días fueron bajando en convocatoria e intensidad, pero no pusieron a la ciudadanía en contra de la Coordinadora como el gobierno esperaba. Es así como el mes de Abril, la Coordinadora se reune con el Comité Cívico, empresarios privados y autoridades para intentar resolver el conflicto, pero el gobierno ordenó apresar a los representantes de la Coordinadora, “…dando la razón a la desconfianza popular, y a la gente en las calles un motivo para continuar luchando”349, reactivando nuevamente las movilizaciones de carácter violento, ya que al día siguiente de este episodio, más de 60.000 personas se encontraban movilizadas en Cochabamba. Ante el miedo que esta movilización sucitaba en la autoridades por el volumen de adherentes, el perfecto de Cochabamba, señala que se caducada el contrato con Aguas Tunari, lo que la multitud celebró y comenzó a bajar la movilización, sin embargo el gobierno de Banzer, rápidamente descarta la medida de la autoridad local y decreta Estado de Sitio, apresando a los dirigentes de la Coordinadora y envíandolos en calidad de detenidos, a Beni, agudizando aún más la posición de los sectores movilizados quienes veían la injusticia que el gobierno estaba haciendo. El decreto de Estado de Sitio y las acciones represivas decretadas por el gobierno, llevó el conflicto a uno de sus puntos más álgidos, agravando la situación tanto en Cochabamba como en el altiplano, sumándose además la policía, la cual aprovechando esta instancia de debilidad del gobierno a partir de

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KRUSE, THOMAS. “La “Guerra del Agua” en Cochabamba, Bolivia: Terrenos, Complejos, Convergencias Nuevas”. En: GARZA TOLEDO, ENRIQUE (Compilador). “Sindicatos y Nuevos Movimientos Sociales en América Latina”, Colección Grupos de Trabajo de CLACSO, Buenos Aires – Argentina, 2005. Página 149. En Internet: En Internet: Portal de Biblioteca Virtual CLACSO, Argentina, <http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/sindi/kruse.pdf>, consultado Diciembre 2007.

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la situación que se estaba viviendo, para solicitar un aumento en sus salarios del 50%, el cual en otro momento hubiera sido rechazado de plano, sin embargo en este contexto el gobierno no podía permitirse el lujo de abrir otro frente de conflicto más, menos, con el sector que podía ser clave a la hora poner orden dentro de las movilizaciones. El gobierno accedió rápidamente a la petición de la policía para mantener el orden, mientras envío al ejérctio a normalizar la situación en el altiplano, lo que trae como consecuencia una serie de muertos y heridos por lo que el gobierno se vio forzado a negociar para lo seguir empreorando la situación. El 10 de Abril, la Coordinadora y el gobierno cierran un acuerdo, siendo el 11 de Abril el día que la empresa Aguas Tunari emite un comunicado señalando que se iría de Cochabamba, pondiendo fin al conflicto. El acuedo entre la Coordinadora y el gobierno incluía “… el retiro de Aguas del Tunari, la liberación de los detenidos, la atención de los heridos y la reformulación inmediata de la Ley 2029”350, estructurando de esta forma una victoria para este movimiento popular y una derrota para el gobierno de Banzer. Manuel de la Fuente señala como conclusión de este conflicto que “… las luchas de Cochabamba fueron contra la Bolivia autoritaria y la Bolivia de la discriminación. La prepotencia mostrada por el gobierno le rebotó en sus narices”351, pondiendo de relieve el tema de la represión y de la falta de una democracia real que se ha tratado anteriormente. El rescate de un bien vital a manos públicas y no privadas es una muestra de que a la sociedad se le había acabado la paciencia en torno a la privatización de los recursos nacionales y la facilidad con que las empresas privadas y multinacionales operaban en el país bajo la complicidad del gobierno. Además se refleja en esta movilización la 350

Ibidem. Página 150.

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Op. Cit. DE LA FUENTE, MANUEL. “La “Guerra” por el Agua en Cochabamba. Crónica de una Dolorosa Victoria”. Página 11.

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demanda de una mayor participación de la ciudadanía en los temas locales además de poner en tela de juicio la forma de resolver los conflictos del gobierno en ese momento, básicamente a través del uso de la fuerza y la imposición de las desiciones. Este movimiento marca la primera pauta de lo que serán otros movimientos sociales en estos años, los que buscan que se considere la participación de la ciudadanía en las materiaes relevantes ya sean políticas, económicas o sociales, fundamentalmente, en torno al tema de cómo manejar los recursos del país y d como la riquez que estos generan son distribuidos en el país, uno de los puntos escenciales del resto de las movilizaciones sociales que toman a este conflicto como un hito de inicio.

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6.1.2. Febrero Negro En el mes de Febrero del 2003, bajo el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien había asumido luego del breve mandato de Jorge Quiroga Ramírez, producto de la renuncia por razones de salud de Hugo Banzer, se provoca otra instancia de grandes y violentas manifestaciones sociales, las cuales logran paralizar La Paz y El Alto a partir de un anuncio de Sánchez de Lozada que indicaba que se cobrarían impuestos adicionales, en un pasaje que se denomina como el “impuestazo” en Bolivia, lo que da paso a una ola de violencia con más de 30 muertos y más de 200 heridos, debilitando el gobierno de Sánchez de Lozada. El 11 de Febrero del año 2003, el gobierno anuncia que se crearía un impuesto a los salarios en base a los ingresos que obtienen los trabajadores con la finalidad de disminuir el alto gasto fiscal y obtener recursos para realizar ciertos proyectos del gobierno, a petición del Fondo Monetario Internacional quien había condicionado créditos y ayudas en función de políticas de austeridad y de disminución de gastos de parte del fisco a partir de la mala administración que habían realizado los gobiernos anteriores. Junto con ello el gobierno señaló que “… durante el 2003 no se daría curso a demandas de aumento salarial planteadas por las organizaciones sociales y laborales”352. Sin embargo a penas se anuncian estas medidas, la sociedad boliviana en su conjunto reaccionó de forma airada, procovando el “…rechazo unánime y generalizado de los empresarios bolivianos, los partidos políticos de la oposición y las organizaciones laborales, quienes,

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AMNISTÍA INTERNACIONAL. “Bolivia: Crisis y Justicia. Jornada de Violencia en Febrero y Octubre del 2003", Amnistía Internacional, Noviembre 2004. Página 5. En Internet: Portal de Amnistía Internacional, <http://www.amnesty.org/es/library/asset/AMR18/006/2004/es/dom-AMR180062004es.pdf>, consultado Abril 2006.

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desde un principio, amenazaron con resistir férreamente la medida”353, levantando una estructura de resistencia y oposición que tendría graves consecuencia políticas y sociales en el país. De esta forma, la sociedad a través de diferentes formas, comenzó a organizarse rápidamente luego del anuncio, para manifestar su más completo rechazo. La COB concovó a un paro mientras la CSUTCB convocó a revueltas populares. En Cochabamba y otras ciudadanes, las universidades, gremios, sindicatos, etc., comienzan a organizarse para frenar esta medida, la que se consideraba injusta pues el sacrificio lo tendrían que hacer básicamente los sectores populares, justamente los que más habían sufridos de los problemas económicos del país a partir de las desigualdades que generó la instauración del modelo neoliberal en Bolivia. De la misma manera, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), intentó reunirse con el gobierno por su cuenta, para manifestarse su disconformidad con esta serie de medidas. De esta forma, comenzaba a estallar la movilización social para frenar estas medidas, lo que comenzó el 12 de Febrero con el acuertalamiento de la fuerzas policiales de la ciudad de La Paz, bajo el argumento que era una medida en contra de los sectores más necesitados, con lo cual se inicia una confrontación directa contra los militares que habían sido llamados a imponer el orden. Además el anuncio afecta directamente sus afanes de mejores salarios, por lo que agregan a su argumentación la solicitud de un aumento salarial. Una imagen clara al respecto de la violencia y las problemáticas de este conflicto, es que policías y militares se enfrentaron en la Plaza Murillo, símbolo 353

CAMACHO VALDERRAMA, NATALIA. “La “Rebelión” de Febrero: Una Historia que no se Puede Reeditar”, Estudios de la Realidad Económica y Social, CERES, Cochabamba - Bolivia, 2003. Página 2. En Internet: Portal de Biblioteca Virtual CLACSO, Argentina, < http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/camacho.doc >, consultado Noviembre 2005.

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del poder político, pues se encuentran allí el palacio de gobierno y el parlamento, los cuales durante el conflicto fueron apredreados por los manifestantes, los cuales incluso quemaron otras reparticiones públicas, causando cuantiosos daños además de mostrar la impotencia del gobierno para mantener el orden social. A esta lucha se unieron prontamente otras agrupaciones sociales, iniciandose de esta forma, una serie de manifestaciones a lo largo del país. Esta situación no hacía más que agravar el panorama político y social, ya que durante el mes de Enero de ese año, se habian movilizado, bloqueando carreteras, los campesinos productores de coca a partir de otro anuncio del gobierno en cuanto al decreto de un conjunto de medidas para la erradicación del cultivo de hoja de coca a partir de la influencia de los Estados Unidos, ante lo cual los campesinos de las zonas cocaleras se opusieron duramente, pues era su principal fuente de trabajo. Rápidamente la actitud de los policías de La Paz, es seguida en zonas como Santa Cruz, Oruro y Sucre. Este contexto y el gran número de muertos y heridos que aumentaba hora a hora con este conflicto, que se daba principalmente en La Paz, hizo al gobierno anular la medida, ordenando además replegar a los militares para que no siguiera con sus lucha en contra de la policía en las calles y con ello aumentando el número de muertos y heridos. Sin embargo, los enfrentamientos seguían el 13 de Febrero entre militares y policías, además de las marchas convocadas por la COB, por lo cual aumentó el número de muertos y heridos a partir de la dura acción represiva de los militares, quienes no distinguían entre civiles y policías. Al respecto Natalia Camacho señala que existe una fuerte rivalidad entre policías y militares en Bolivia desde los tiempos de la Revolución de 1952 cuando los revolucionarios se enfrentaron y derrotaron con ayuda de la policía a los militares. La autora señala también que “…esta “rivalidad” ha sido alimentada por la “discriminación” de la que serían objetivo los policías por parte de los militares y, algunas veces, de la sociedad en general, no sólo por la procedencia de la mayoría de sus miembros, quienes

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pertenecen a estratos sociales bajos, sino también por el tipo de tareas que llevan a cabo y por los hechos de corrupción que se les atribuyen”354, lo que obviamente explicaba el empecinamiento de ambas instancias en enfrentarse, lo que sentaba un peligroso antecedente, ya que tanto la policía como los militares habían hecho caso inmediato de las instrucciones del porde ejecutivo. A este contexto se debe sumar el hecho de que se atacaron y saquearon, de parte de las fuerzas sociales movilizadas, una serie de entidades públicas y sedes de ciertos partidos políticos tradicionales a lo largo del país en clara señal de que los sectores populares no estaban de acuerdo con la institucionalidad vigente en el país y la forma que tenía de hacer las cosas el gobierno, que ante los ojos del pueblo había perdido tanto el control del país como la legitimidad del cargo. A partir del 14 de Febrero, la movilización comienza a decaer en intensidad, quedando tanto solo las bandas saqueadoras que seguían asolando tanto entidades públicas como ahora privadas. Los días más álgidos se presentaron el 12 y 13 de Febrero por lo que luego del cese del enfrentamiento entre militares y policías, y el anuncio de Sánches de Lozada de que no se aplicaría la medida, la intensidad del conflicto decae rápidamente. Este conflicto marca el princio del fin del gobierno de Sánchez de Lozada, quien caería más tarde a partir de una marcha general de los mineros, quienes llegaron directamente al palacio de gobierno a solicitar la renuncia del presidente, luego de haber superado previamente un feroz cerco militar ordenado por Sánchez de Lozada, además que refleja una serie de elementos para comprender los conflictos que se sucitarían meses más tarde.

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Op. Cit. CAMACHO VALDERRAMA, NATALIA. “La “Rebelión” de Febrero: Una Historia que no se Puede Reeditar”. Página 3.

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Como conclusiones de este conflicto, se puede destacar en primer lugar, que los partidios políticos estaban completamente desligitimados, lo que se demuestra en que fueron uno de los blancos de ataque de los manifestantes, al igual como pasó con el gobierno, a través de la quema de sus dependencias. En segundo lugar, la sociedad mostró no estar dispuesta a seguir soportando las imposiciones del gobierno, fundamentalmente a partir de que muchas de sus medidas los afectaban plenamente a ellos, sobre todo en el aspecto económico, mientras no se trastocaban los intereses de otros sectores, como la elite por ejemplo, lo que deja de manifiesto el último elemento, que la scoedad estaba mostrando que no dejaría que su voz fuese acallada cuando consideraban que estaban siendo atropellados por el gobierno con medidas no demcoráticas y no consensuadas previamente con la sociedad como ocurrirá en el siguiente conflicto del mes de Octubre del mismo año 2003, denominado “La Guerra del Gas”.

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6.1.3. La Guerra del Gas (o Octubre Rojo) El mes de Octubre del año 2003 sería el escenario de un nuevo conflicto social que ponía en jaque la gobernabilidad y estabilidad del país. Comenzó como un conflicto similar a los anteriormente descritos, sin embargo terminaría siendo un punto de inflexión en el período por las consecuencias que tuvo. La Guerra del Gas nace de los conflictos que se generan durante el gobierno de Sánchez de Lozada, por la decisión de este de exportar gas a México y a los Estados Unidos, vía puertos chilenos, además de vender gas a este país también, con quien tiene una demanda histórica de devolución de territorios a partir de su perdida de salida al mar producto de su derrota en la Guerra del Pacífico. Sin embargo esa no es la única razón del conflicto, pues no existía un política de abastecimiento interna del recurso, además que en general se consideraba que los precios de venta para la exportación eran muy bajos, lo que rápidamente comienza a movilizar nuevamente a los distintos sectores populares del país. Los orígenes de este conflicto se remontan al gobierno de Jorge Quiroga, quien en el año 2002, propone la construcción de gaseoducto que conecte el país con el puerto chileno de Mejillones con la finalidad de poder exportarlos adiferntes mercados internacionales. De allí en adelante la opinión pública comenzó a dividirse entre quienes señalaban que era una buena idea y qu ello fomentaría el desarrollo del país, mientras otros recordaban las rencillas históricas con Chile, postura que se comenzó a imponer finalmente. De esta manera se inicia una campaña para que el proyecto del gaseoducto se hiciera con Perú, ya que si bien la ruta era más extensa y más cara, el gas boliviano no debería pasar por territorio chileno. Debido a lo complicada del panorama para Quiroga, este decidió dejar el proyecto del gaseoducto para el vencedro de las elecciones presidencial del año 2002, cargo que finalmente queda en manos de Sánchez de Lozada quien asume el proyecto.

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Las primeras movilizaciones comienzan durante el mes de Septiembre del 2003, luego de que se conociera el proyecto de gobierno para exportar el gas vía puertos chilenos, en las localidades de Warisata, El Alto y la Paz entre otras, pues no se concebía beneficiar a Chile con este negocio ya que el país vecino no había accedido a entregar una salida al mar a Bolivia. Estas movilizaciones actuaban bajo el lema “…no se vende el gas ni por Chile ni a Chile; el gas es para los bolivianos”355, además de rápidamente argumentar también que el gas debía ser nacionalizado. En la localidad de Warisata se produjeron violentos enfrentamientos entre los campesinos que habían bloqueados los caminos y la operación conjunta de los militares y policías, lo que se tradujo en muertos y heridos y detenidos en los enfrentamientos, lo que poco a poco, iba aumentando el conflicto. Es importante acotar que dentro de este período se produce un hecho que no debería haber tenido mayor trascendencia pero que será clave para la paralización de La Paz y El Alto semanas más tarde. Había un dirigente campesino encarcelado y las campesinoas dela provincia de Los Andes de La Paz pedían su liberación, no siendo escuhadas por lo que son apoyadas por el dirigente de la CSTCB, Felipe Quispe, siendo el hito que suma a la CSTCB al conflicto. Cabe destacar que en los meses previos a este inicio de conflicto, el gobierno de Sánchez de Lozada había buscadado lograr un acuerdo con los diferentes sectores sociales para lograr la estabilidad en el país y resolver el inminente problema que significa el tema de la exportación del gas. El interlocutor entre el gobierno y los movimientos sociales fue la Iglesia, pero rápidamente y a pesar de esta mediación, los actores radicalizaron sus posturas. El MAS de Evo Morales 355

Op. Cit. AMNISTÍA INTERNACIONAL. “Bolivia: Crisis y Justicia. Jornada de Violencia en Febrero y Octubre del 2003". Página 14.

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exigía un aumento de la tributación de las empresas gasíferas, del 18% al 50%, además de una serie de ajustes al proyecto originaol y al modelo económico, mientras el gobierno quería limitar el número mde actores, marginando a los campesinos de estas negociaciones. De esta manera las negociaciones terminaron por fracazar, dejando al MAS como el más férreo opositor al proyecto gasífero del gobierno. En este marco el 8 de Octubre se inicia un paro general y por tiempo indefinido en la ciudad El Alto, organizada por la FEJUVE – El Alto cuyo presidente era Abel Mamani, la Central Obrera Regional, COR, y otros grupos sociales, paralizando los accesos carreteros a La Paz y la comunicación con Perú y Chile. La movilización creció rápidamente ya que, “Llegaron hasta La Paz y El Alto cocaleros, campesinos y mineros de todo el país junto a sus sindicatos y federaciones”356, cada cual apoyando la demanda con respecto al gas, pero también con sus propios pliegos de peticiones. El conflicto también se extendió a otras zonas como Cochabamba y Santa Cruz, lo cual llegó a paralizar buena parte del país y a desabastecer a ciertas zonas como El Alto. El gobierno reaccionó con fuerza antes estas movilizaciones y desplegó al ejército y a la policía a lo largo del país, para evitar los bloqueos de camino, lo que comenzó a elevar el número de muertos y heridos y con ello el malestar de la población. De hecho el 11 de Octubre el gobierno decide hacer un convoy militar para abstecer a La Paz, lo que se convierte en una masacre ya que El Alto resistió durante su paso por esa zona. Luego de estos acontecimientos, ya el 14 de Octubre, Sánchez de Lozada estaba dispuesto a ceder a ciertas demanas sociales, no sin antes responsabilizar al MAS y a otros partidos y grupos opositores, del conflicto que el país vivía. Sin embargo ya era tarde, el conflicto estaba presente en 6 de los 9 departamentos

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Op. Cit. CHAMORRO, JUAN CARLOS. “Movimientos Sociales en Bolivia”. Página 9.

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de Bolivia, más de 800 muertos y más de 400 heridos. Además la movilización ahora no solo pedía resolver el tema del gas, sino que también, pedía la salido de Sánche de Lozada, en momentos en que este se quedaba sin apoyo político, pues renunciaba parte de su gabinete así como su vicepresidente, Carlos Meza. Ya habían llegado al palacio de gobiernos, las marchas de mineros, campesino, indígenas de todo el país a exigir su renucia. A pesar de varios intentos por seguir en el gobierno e incluiso sugerir la inmediata discusión de las demanas sociales, los sectores movilizados ahora solo quieren la renuncia de Sánchez de Lozada, quien opta por esta alternativa el 17 de Octubre en medio de la conmoción nacional e internacional, a través de una crta al congreso tras lo cual abandona el país con destino hacia Estados Unidos, asumiendo finalmnte Carlos Mesa, quien queda con la responsabilidad de finalizar el conflicto, lo cual logra rápidamente pues lo sectores movilizados lo apoyan plenamente. De esta manera, ya el 18 de Octubre se daba fin a la “Guerra del Gas”, sin embargo el tema de que resolver la administración y exportación de los recurso gasíferos quedaba pendiente. Durante el año 2005 Mesa propone convocar a una Asamblea Constituyente y ua un referendum par resolver el tema del gas, sin embargo, protamente esos objetivos se verían alterados por el aparecimiento de la demandas autómicas del oriente boliviano específicamente Santa Cruz, la cual se mostraba de acuerdo con la Asamble Constituyente, con la finalidad de discutir el tema autnómico, lo que significaría a partir del año 2005 otro grave luchas sociales, provicando otro período de inestabilidad e ingobernabilidad en Bolivia.

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6.2. Las Grandes Movilizaciones Sociales (2005 – 2006) En este segundo período que abarca desde el año 2005 al 2006357, el cual se cracteriza por el abordamiento del tema de los hidrocarbruos y el inicio de la demanda autonómica de Santa Cruz mientras el país trata de resolver el priemr tema. La gestión de Mesa tiene como misión resolver el tema de los hidrocarburos, que tantos problemas había causado en Bolivia, además de que era su compromiso dentro de lo que se había denominado como la “Agenda de Octubre” en base a la “Guerra del Gas” del año 2003. Mesa básicamente barajaba dos posibilidades. La primera era aumentar los impuestos para las empresas explotadoras de los hidrocarburos, básciamente empresas multinacionales que estaban afianzadas en el oriente del país, por lo que la medida era rechazada por la elite del oriente o la nacionalización completa de los hidrocarburos, medida aún más aborrecida por estos setores, pero que contaba con el apoyo popular, además de ser la vía por la cual ya se habían pronunciado connotadas figuras nacionales como Evo Morales y Felipe Quispe. A pesar de que había una ruta trazada para resolver la temática, la cual pasaba con la Asamblea Constituyente y el referendum, la región de Santa Cruz complejiza el panorama, ya que comienza a exigir otro referendum para determinar su autonomía, situación muy compleja dada la importancia de la zona para el país, la cual era la más rica a partir de que en ella se localizaba gran parte de los yacimientos de hidrocarburos del país.

357

El año 2006 no supone necesariamente el cierre de un proceso, es más el año 2006 se abre otro proceso con la llegada de Evo Morales al poder, el límite de la fecha al año 2006, es tan sólo constituye el año del límite temporal de esta investigación.

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Figura N° 24 – Posición de los Actores Ante la Nacionalización de los Hidrocarburos358 Las movilizaciones por el tema de resolver el problema de los hidrocarburos comienzan en el mes de Marzo del 2005, las cuales ahora tienen una posición radical a favor de la nacionalizanción, siendo encabezadas por Evo Morales y Felipe Quispe. Mesa dubitativo, ya estaba generando disconformidad en la población, por lo que el referendum se adelanta con el objetivo de eviar la futura crisis, que por la fuerza de las movilizaciones se vislumbraba. Mesa que ya 358

Fuente: Elaboración propia.

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registraba un intento de renuncia en el mes de Marzo, al inico de loas movilizaciones, presenta nuevamente la renuncia en Junio, al congreso el cual estaba sesionando en Sucre debido al clima enardecido que La Paz. Se acepta la renuncia de Mesa, y el congreso baraja los nombres del presidente del senado, Hormando Vaca Diez y del presidente de la cámara de diputados, Mario Cossío, sin embargo ambos eran impopulraes, por lo que lo sectores movilziados marchan a Sucre con el objetivo de vetar cualquiera de estas dos opciones como sucesor de Mesa. Es así, como el congreso luego de una serie de manifestaciones, nombra de al presidente de la corte suprema de justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé, como presidente de Bolivia, cuyo objetivo era guiar de forma normal, el proceso que llevaría a la elección de un nuevo presidente en el mes de Diciembre de ese año, las cuales son ganadas por Evo Morales, candidato del MAS con un 54% de las preferencias, con lo cual directamente accede a la presidencia, siendo también una de las elecciónes con más alta participación de la ciudadanía, con cifras que se sitúan por sobre el 84% de participación. Morales, tenía trazados los objetivos de nacionalizar los hidrocarburos y conformar la Asamblea Constiuyente. El primer objetivo comienza a cimentarse en el mes de Mayo del 2006 a través de una serie de negociaciones con las empresas multinacionales explotadoras del recurso, que entregan al país la mayoría de sus acciones, consiguiendo nacializar los hidrocarbursos, lo que se justificaba en que tiempo antes, en el referendum, la sociedad boliviana habia optado por esa alternativa, creandose una ley de hidrocarburos que obligaba a las empresas a pagar un 50% de regalías un 18% de impuestos al Estado. De esta forma, con la medida de la nacionalización, las instalaciones gasíferas pasan a ser ocupadas por la YPFB, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. De esta manera, las empresas multinacionales, por mandato del presidente, debían renegociar sus contratos para ajustarse a la ley o retirarse del país, lo que causó

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la propuestas de varios gobiernos de lo países de origen de las empresas gasíferas, como Petrobras de Brasil, Repsol YPF de España, Pluspetrol un conlomerado argentino – estadounidense, Total de Francia, Bristish Gas de Inglaterra o Mat Petrol de Estados Unidos. Otra de las acciones de Morales ha sido convocar a la Asamblea Constiuyente, con el objetivo de “…redefinir el pacto social y político de la Nación”359. La Asamblea Constituyente, tiene su primer antecedente en las demandas de los indígenas de la década de los ’90 los cuales palnteaban una reforma constitucional de fondo para reconocer a los pueblos originarios y solucionar los problemas de exclusión, sin embargo, en 1994 se realizaron algunas reformas constitucionales en esa línea y el tema quedó olvidado hasta la Gurra del Agua en Cochabamba durant el año 2000. En este episodio y a partir de los esfuerzos sociales por expulsar a una empresa extranjera encargada de la administración del agua en la ciudada, los manifestantes proponen nuevament el tema de una Asamblea Constituyente. Sin embargo es a partir de la Guerra del Gas y sus repercusiones a partir del año 2003, que el tema va tomando fuerza y ha sido el elmento principal de la política boliviana cuando se inicia el proceso bajo el mandato de Evo Morales. Pero el tema de la Asamble Constiuyente ha tomado las puntos de los esperados, siendo uno de los más conflictivos de bido a las demandas de descentralización y autonomía “…que vienen planteando los departamentos más prósperos y con más recursos naturales, aquellos que forman la «media luna» que comienza en el Oriente del país y rodea el altiplano, hasta hoy el núcleo central de la política boliviana”360. 359

MAIRA, LUIS. “Dilemas Internos y Espacios Internacionales en el Gobierno de Evo Morales”, “Revista Nueva Sociedad”, N° 209, Buenos Aires - Argentina, Mayo y Junio 2007. Página 72. En Internet: Portal de Internet de la Revisa NUSO, Nueva Sociedad, Argentina , <http://www.nuso.org/upload/articulos/3430_1.pdf>, consultado Junio 2008.

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La demanda por la autonomía es la bandera de lucha de los departamentos de Santa Cruz y Tarija, bajo el argumento de que a través de esta forma de administración, se podría hacer un mejor uso de los recursos económicos derivados de la explotación de los hidrocarburos. A esta demanda de los departamentos de Santa Cruz y Tajira, se deben sumar demandas de autonomía, ciertamente menos radicales, pero no por ello menos importantes de los departamentos de Beni y Pando, quien en su conjunto reclaman una convocatoria dentro de estos departamentos para un referéndum sobre la autonomía de estas zonas, con la idea de que de aprobarse esta demanda, la Asamblea Constituyente, no pueda modificar la decisión ciudadana de los habitantes de estas zonas que luchan por su autonomía, ya que este referéndum tendría las características de ser irrevocable y por ende no podría ser modificado por otras instancias. Sin embargo la posición que enfrentan estos cuatros departamentos, si bien es complicada producto de que la zona occidental de Bolivia se opone fervientemente a esta medida a través de una gran movilización obrera e indígena, ya que ven en la autonomía un síntoma inequívoca de división del país, lo cierto es que los departamentos con demandas autonómicas tienen no sólo la ventaja de contar en estos momentos con una mayor cantidad de recursos, producto de los altos ingresos que les proporcionan la explotación de los hidrocarburos en su zona, sino también tiene la posibilidad de discutir su autonomía en la Asamblea Constituyente.

360

Ibidem. Página 72.

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Figura N° 25 – Mapa de los Departamentos de Bolivia en Torno al Tema de la Autonomía361 De esta manera, la propuesta autonómica no sólo ha sido un conflicto por lograr mayores niveles de autonomía a nivel de departamentos, sino que también ha constituido una nueva fragmentación al interior del país, no sólo de carácter regional, sino más bien de dos formas de concebir el país, por un lado la visión de oriente, que propone mayor poder para los departamentos y con ello de paso, estos pude hacer el uso que estimen convenientes de sus recursos, versus la propuesta

occidental,

fuertemente

indígena

que

niega

la

autonomía

departamental, pero a su vez busca la autonomía municipal, la cual permitiría a los indígenas volver a ciertas prácticas de autogobierno tradicionales. Ambas propuestas plantean un desafío para el país, ya que han tomado posiciones polarizantes y de refundación del Estado, lo que deja incierto el futuro que 361

Fuente: Elaboración propia.

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tomará el país altiplánico, pues que su resultado redefinirá el mapa político y económico del país.

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7. CONCLUSIONES El tercer conflicto que ha abordado esta investigación es que el va desde 1985 con el inicio de un sistema político conocido como democracia pactada, hasta el colapso del mismo a partir del año 2000, producto de la reaparición de la movilización social, principalmente de parte de los indígenas. En el capítulo se examina como la democracia pactada trajo la gobernabilidad y estabilidad a Bolivia a partir de ciertas estrategias, sin embargo, al comenzar a desaparecer esas estrategias de forma sistemática, emergen un movimiento social con mucha fuerza, el cual había sido acallado y cooptado de diferentes formas, y que a partir del año 2000 se revela en contra de la desigualdades que había generado el sistema económico neoliberal implantado en la época de la democracia pactada. Sin embargo, los mayores problemas del período no llegarían solamente a partir de esa fuente, sino más bien, de la serie de fraccionamiento que vive el país y que salen a flote a partir del año 20003 en el contexto de la Guerra del Gas, cuyo antecedente directo, es la gran movilización en Cochabamba del año 2000en lo que se denominó, la Guerra del Agua. A partir de este episodio se da fuertemente el llamado de una Asamblea Constituyente que pudiese cambiar los destinos del país, a partir de una nueva administración de los recursos naturales del país y del reconocimiento de la etnicidad indígena con medidas concretas. Sin embargo, también será la oportunidad de la elite de Santa Cruz y del oriente boliviano de poner en jaque al país a través e una demanda departamental la cual puede permitir que las regalías derivadas de la explotación de los recursos naturales queden en el departamento de origen en directo perjuicio de los sectores del país que no tienen esos recursos naturales, en este caso, occidente, con lo cual los planes de los sectores indígenas populares del país quedarían sin cumplirse, pues necesitan los recursos de los hidrocarburos para poder llevarlos

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a cabo. De esta forma, se abre una lucha abierta que no es sólo territorial sino también de dos proyectos de país completamente contrapuestas. Este capítulo ha sido titulado como la ilusión de la estabilidad a partir de que precisamente existen una serie de procesos sociales que están transcurriendo por debajo de la fachada de la denominada democracia pactada. La democracia pactada si bien permite la estabilidad y la gobernabilidad del país, lo hace de manera forzada apelando a una serie de elementos que caerán progresivamente, creando el debacle en el país, pues apuestan por un modelo de pacto que en el fondo es poco democrático y que reparte el poder sólo dentro de las fuerzas que componen el pacto. Además, elementos como el discurso populista de ciertos partidos funcionó como una forma de cooptación y contención de las demandas populares durante la década del ’80 y ’90, cuando el tema para los indígenas era más en torno a consolidar sus derechos ciudadanos de participación que el tema étnico, sin embargo los partidos populistas fueron capaces de aunar ese discurso e implementar herramientas para la participación efectiva de los indígenas manteniendo su identidad indígena. Sin embargo la fragilidad de lo populismo es que están muy expuestos a la coyuntura y a la carisma de sus líderes, por lo que este mecanismo desaparece tan sólo luego de un tiempo. Esta situación va de la mano con el clientelismo el cual también ejercieron los partidos tradicionales y que permitían una situación de conveniencia en la cual le permitían se entregan ciertos beneficios a cambio del apoyo en las urnas. Estos tres elementos sumados a la represión del movimiento social cuando fallaban las medidas de contención y cooptación anteriores, permiten que al movimiento social no pueda ejercer sus demandas de forma libre, lo cual crea la ilusión de que el país se ha tornado estable gracias a la democracia pactada. Si bien es innegable el avance democrático que ha existido en las últimas dos década en el país, también es cierto que ha perdurado el conflicto, principalmente debido a lo nefastos efectos del sistema económico neoliberal

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implementado durante el tiempo de la democracia pactada. Si bien la pobreza ha diminuido como se ha analizado en este capítulo, la desigualdad social y mala distribución de la riqueza ha aumentado de forma alarmante a partir de la Nueva Política Económica implementada desde 1985. Marta Cabezas señala que dentro de los efectos de esta, se desmanteló la minería estatal, desarticulando el poder de los sindicatos obreros, además del empobrecimiento del campesinado, lo que fomentó la emigración a la ciudad, creando una serie de barrios marginales, por ejemplo en El Alto, con lo cual aumentó la pobreza también en las zonas urbanas362, a lo que debe sumarse también el hecho de que serán desde ahora lo partidos políticos los que asumen la representación de los sectores sociales. Las medidas neoliberales han acentuado la exclusión de los indígenas y de los sectores populares desde la dimensión económica, ya que no han generado un crecimiento económico traducido en desarrollo humano que haya mejorado la calidad de vida de los bolivianos, como se aprecian en los datos entregas por este capítulo, Bolivia ha bajado sistemáticamente su posición en el índice de desarrollo humano convirtiéndose en el país más pobre de la región y uno de los más pobres de América. Esta situación, sumada a la conciencia adquirida en torno a la importancia de los recursos naturales y la explotación que han hecho de ellas las empresas multinacionales, cuyas regalías quedan en manos de la elite del oriente, han provocado desde el año 2000 una serie de movilizaciones sociales que han tenido grandes repercusiones económicas. Sin bien la Guerra del Agua en Cochabamba se produce a partir de un caso puntual, es el antecedente inmediato para las movilizaciones del año 2003 en torno al tema del gas, las cuales desembocan en un amplio llamado a la nacionalización de los hidrocarburos.

362

Op. Cit. CABEZAS FERNÁNDEZ, MARTA. “Bolivia: Tiempos Rebeldes. Coyuntura y Causas Profundas de las Movilizaciones Indígena - Populares”. Página 5.

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La cohesión y organización que demuestran los grupos movilizados se debe en gran parte a la identidad étnica. El tema de la identidad étnica aparece con fuerza a lo largo de la década de lo ´90 a partir del denominado despertar indígena en América Latina. El tema de la identidad étnica ha permitido la construcción de un curso cohesionados para las demanda de los grupos movilizados, demanda la cual también ha aprovechado las estructuras de clase existentes en Bolivia, aunando hasta cierto punto el tema de lo indígena y de lo popular en un solo gran discurso reivindicativo. A esta situación debe sumarse además la voz que ahora tienen en el escenario político los grupos movilizados. El MAS y el MIP han logrado acceder al parlamento a partir de las elecciones nacionales del año 2002 y más tarde, el año 2006, Evo Morales, representante del MAS llega al poder como el primer presidente indígena en el país, sin embargo la movilización ha continuado, aunque hoy en día el debate se relaciona con el tema de las autonomías, ya sean municipales (para los indígenas) o departamentales (para la elite del oriente). Así afloran en el país las divisiones que comenzarán a enfrentar a la sociedad boliviana. Las divisiones y fragmentaciones no son sólo de tipo territorial como podría pensarse a partir de la demanda autonómica de los departamentos del oriente, sino que se dan en otras dimensiones como la étnica, cultural, económica, social, que conforman una Bolivia fragmentada y polarizada, que no ha sido capaz a lo largo de su historia de generar un sentimiento nacional que permita deponer o por lo menos reducir las brechas y fragmentaciones existentes. Cabe recordar que la demanda autonómica no es sólo de los departamentos del oriente, sino también, de los propios indígenas del occidente y de partes del oriente pero que la demandas desde el punto de vista de la autonomía indígena, en busca del retorno a las formas tradicionales de autogobierno.

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Figura N° 26 – Cuadro Resumen de los Principales Hitos del Acontecer Boliviano, Años 2000 - 2006363 A modo de resumen se pueden obtener las siguientes conclusiones de este capítulo: •

1.- Se ha señalado de forma constante que desde la implementación de la democracia pactada en 1985, la única forma de que los gobiernos tuvieran cierto piso político para dar gobernabilidad y estabilidad al país ha sido el tema de conformar alianzas interpartidarias producto de que los presidentes en el último tiempo, salían elegidos con sólo cerca de ¼ de la votación. Carlos Mesa asumió el poder con una popularidad superior al 60% y Evo Morales fue electo con más del 50%, sin embargo en ninguno de estos

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Fuente: Elaboración propia.

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dos casos, el país ha retornado a la estabilidad y gobernabilidad de la época de la democracia pactada donde convivía el multipartidismo, la alianza entre partidos tradicionales y la represión en contra del movimiento social en los momentos más álgidos de protestas. Esta situación hace pensar que el sistema boliviano necesita en parte de esto elementos para permanecer estable, lo que se produciría por que todavía no son solucionados los problemas de fondo de los grupos movilizados, lo que se puede resumir en el tema de la exclusión o mejor dicho exclusiones, como la económica, cultural y étnica básicamente, pues la política se ha logrado tanto a nivel de movilización social como de partidos en el parlamento. •

2.- La proliferación y apoyo prestado por lo sectores populares a los movimientos y partidos populistas durante la década de los ’90, se explica en gran parte por el tema de la exclusión y de la falta de representantes populares, ya que los movimientos populistas a través del clientelismo permitían en acceso a bienes y servicio que el Estado no podía asegurar a partir de su poca penetración material en ciertas zonas más vulnerables económica y socialmente. Además estos movimientos representaban políticamente a los sectores populares que se sentían excluidos a partir del su lejanía o de su falta de acceso a los bienes y servicios del Estado, mezclando para ello un discurso tanto étnico como de clase y permitiendo hasta cierto punto democratizar la sociedad, en el marco legislativo de una serie de derechos ciudadanos políticos, como la Ley de Participación Popular por ejemplo, la misma que permite el crecimiento del MAS a partir de su llegada a los municipios y consolida la base con la cual irrumpe en el parlamento en el 2002 y a la presidencia en el 2006. De esta manera se comprueba que uno de los problemas principales del período no se debe a la falta de democracia, sino más bien a la profundidad y calidad de esta, pues existe un malestar democrático popular en base a la idea de

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que el sistema no ha sido capaz de resolver los problemas de exclusión y desigualdad en varios niveles, que es lo que la población espera del sistema democrático, más allá de la dimensión de la representación política, por lo cual la sociedad en general muchas veces no ha respetado las reglas del juego democrático, ya sean tanto los partidos políticos, la elite y lo movimientos sociales. •

3.- Desde la llagada de los movimientos y partidos políticos al parlamento en Bolivia en el año 2002, y de la decisión de Mesa de no apoyarse en partidos políticos para gobernar al año siguiente, se señalaba el fin de la democracia pactada a partir de la profunda deslegitimación de los partidos políticos tradicionales, donde los nuevos partidos indígenas vendían a transformar el sistema político. Sin embargo desde el gobierno de Evo Morales, los partidos tradicionales han sabido canalizar el tema de las demandas autonómicas y hacerse parte de ellas en algunos casos, al igual que otros han optado por pactar con el MAS, lo que deja entrever que la irrupción de los partidos indígenas y con ello de los sectores populares representados directamente en el parlamento, más que transformar el sistema no ha vuelto a legitimar, lo que se fundamenta en que han sido básicamente los partidos políticos los actores que han llevado a cabo el proceso de la convocatoria para la Asamblea Constituyente aunque no se debe restar protagonismo a las organizaciones sociales.

4.- A la luz de la historia, se debe señalar que la riqueza de los recursos naturales en Bolivia siempre han estado en manos de unos pocos, no repartiéndose al resto de la sociedad, o viéndose reflejada en una mayor penetración

material

del

Estado,

o

por

lo

menos

que

sea

lo

suficientemente significativa para acortar la brechas de acceso a los bienes y recursos estatales. Esta situación ha provocado un permanente cuestionamiento de parte de los sectores populares, sobre todo en este

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período, ya que se argumenta que el beneficio de los recursos como el gas o los hidrocarburos, no han desarrollo el país ni aumentado la calidad de vida de esto sectores, sino más bien ha abierto una mayor brecha social y económica, que ha fomentado aún más la exclusión de lo sectores populares, a los cuales no se les ha quedado otra alternativa que la movilización la cual suele tener fases violentas. •

5.- Uno de los principales problemas del país sigue siendo la exclusión económica y la pobreza, la cual afecta mayoritariamente a los indígenas y especialmente a los indígenas campesinos. En Bolivia según los datos del censo del 2002, un 62% de la población de declara indígena364, mientras que la pobreza afecta a cerca del 60% de la población la mayoría indígena, lo que crea la idea de indígena pobre y excluido, muchos de los cuales se ubican en el occidente boliviano, específicamente en las zonas altiplánicas. De esta forma la sectorización de la pobreza en Bolivia ha definido dos espacios, por un lado el occidente pobre y por otro el oriente rico, lo que ha polarizado no sólo económicamente al país, sino también, cultural étnica y regionalmente.

6.- Los problemas económicos parecen generarse en gran parte debido a los efectos negativos que tuvo la implementación de la Nueva Política Económica desde 1985 en Bolivia, dentro de las cuales se puede citar la

364

Cabe destacar que este dato se refiere a la autoidentificación, ya que otros estudios señalan que en realidad ese porcentaje disminuiría bastante si se incluyera la categoría de mestizo, pues el censo no la incluía. En una encuesta realizada durante el año 2006, “… por “Auditoría de la Democracia”, proyecto dirigido por el profesor norteamericano, Mitchell A. Seligson, en el marco del programa LAPOP de la Universidad Vanderbilt de USA, se ha establecido que el 65% de los entrevistados se considera mestizo o cholo, el 11% blanco y sólo un 19% indígena u originario. Esto demuestra que Bolivia, al contrario de lo que se piensa comúnmente, no tiene mayoría indígena sino mestiza, fruto de la mezcla de los españoles con los indios”.En: LIZÓN, RAMIRO PRUDENCIO. “El Mestizaje en Bolivia”, Edición digital del diario “La Razón”, Bolivia, Miércoles, Julio 26 de 2006. En Internet: <http://sitemason.vanderbilt.edu/files/gp2njG/2006%20Bolivia%20La%20Razon%20Columnistas%2 0El%20Mestizaje%20en%20Bolivia%20por%20Ramiro%20Pudencio%20Lizon%20julio%2026.pdf>, consultado Julio 2007.

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reducción del gasto público, la privatización de las empresas estatales y el aumento de la brecha social. Si bien estas son características de la implementación del sistema neoliberal en la mayoría de los países de la región, el desencanto parce producirse por que aún sí esta pobreza y problemas no son asumidos de forma igualitaria por la sociedad boliviana, ya que mientras los sectores indígenas del occidente se han empobrecido, la elite del oriente ha visto aumentado su potencial económico y con ello el político. •

7.- La situación descrita anteriormente ha repercutido en que los sectores populares y especialmente los indígenas del occidente, reclamen en torno a la nacionalización de los recursos naturales del país, para que sus ingresos vayan en beneficio de todos y no sólo de unos pocos que habitan las zonas en que se encuentran estos recursos. Por otro lado, la posesión de estos recursos en su territorio, han generado una demanda autonómica de parte de la elite de Santa Cruz y del oriente boliviano con la idea de poder hacer un libre uso del ingreso de sus recursos, aunque también los propios indígenas han levantado un proyecto autonómico, el cual dice relación con conseguir autonomías de autogobierno de carácter étnico. Esto ha creado una polarización en el país a la cual se suman la fracturas existentes desde hace años entre oriente y occidente, por tanto hoy en día el país se enfrenta al choque ambos proyectos que son completamente distintos y que afectan no sólo la estabilidad del país hoy en día, sino que pueden marcar el destino del mismo ha futuro.

8.- No puede hablarse necesariamente de una cohesión del movimiento indígena ni de los sectores populares. Si bien en la mayoría de los caso se han visto como un solo gran actor, lo cierto es que esto se ha hecho a partir de que han compartido demandas en común, sin embargo la gran heterogeneidad

del

movimiento

y

sobre

todo

el

tema

de

las

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identificaciones, étnicas, culturales, racionales, geográficas, de clase, de oficio, etc., sumado a las identidades múltiples, como por ejemplo, indígena pobre campesino del altiplano, minero indígena del oriente, campesino mestizo pobre del oriente, etc., hacen inviable pensar de que se trata de un movimiento homogéneo a pesar de los puntos de consenso. Si bien hasta aquí han sido pocas las diferencias ante las demandas populares, no se debe olvidar que se trata de un gran número de grupos lo que pude fragmentar el movimiento a partir de los intereses particulares de cada grupo, lo que hoy en día se puede traducir en nuevos conflictos. De la misma forma la lite Campoo es homogénea, remarcándose fuertemente la elite del oriente y del occidente así como su forma de relacionarse con los sectores populares, por lo menos durante los últimos años. •

9.- La violencia como medio de expresión y mecanismo de presión ha sido la tónica durante el período. En una primera instancia, se utilizó la violencia y la represión de parte de los gobiernos del período de la democracia pactada con la finalidad de poder mantener bajo su control la protesta social. Más parte a partir del año 2000, la violencia fue el mecanismo de presión para que lo sectores movilizados pudiesen conseguir sus objetivos. Hoy en día es la violencia de parte del oriente la que se impone, la cual quiere bloquear al gobierno de Evo Morales con la finalidad de que el gobierno no desarrollo sus políticas, que según el oriente le son perjudiciales. De esta forma, la violencia ha ocupado un importante lugar durante el último tiempo, demostrando la debilidad de los aparatos de expresión y acción que debiesen existir dentro de un sistema democrático.

10.- La demanda de autonomía de parte de los sectores indígenas puede provocar un problema tan grande como la demanda autonómica de los

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departamentos del oriente para el Estado. La demanda de un Estado plurinacional y con altos niveles de autonomía de parte de los sectores indígenas, produce el riesgo de crear 2 sistemas en un solo país, por un lado el sistema político tradicional, de corte individual y por otro un sistema indígena con retorno a las tradiciones de autogobierno, lo que crearía un grave problema de convivencia la interior del país. Además, esta situación crearía una separación de hecho en el país, al igual como propone la demanda de autonomía departamental que propone la zona oriental, la cual podrían crear una división entre el oriente y el occidente. Ambas autonomías pueden ser a futuro un problema para el desarrollo y la mantención de la unidad del Estado nacional en Bolivia, a partir de la existencia de dos sistemas, uno para los indígenas y otros para los no indígenas, lo que haría inviable cualquier propuesta de igualdad social, económica y cultural de parte del Estado. •

11.- Al contemplar el número de cambios y la profundidad de estos a nivel social, político, económico, regional y cultural, se puede apreciar que desde el año 2000 en adelante se ha producido una verdadera revolución en Bolivia pero que para consolidarse, necesita institucionalizar estos cambios, por lo cual la demanda de los grupos indígenas y populares en torno a la Asamblea Constituyente cobra mayor fuerza y coherencia, pues puede ser decisiva a la hora de materializar y constitucional estos avances, queriendo no repetir la experiencia de retrocesos de los avances que se lograron en la Revolución de 1952 a partir de su débil consolidación, que permitió la supresión de muchos de ellos con la intervención de los gobiernos militares de la década del ’60 hacia adelante.

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CAPÍTULO CONCLUSIVO

CAPÍTULO CONCLUSIVO

Las conclusiones plateadas en esta investigación se dividen en generales y metodológicas. Las generales contemplan la resolución de las preguntas de investigación y el análisis de la hipótesis, mientras que las metodológicas, el análisis de la metodología de trabajo empleada. Cabe destacar también que aquí no se presentarán las conclusiones específicas, pues cada capítulo posee su propio apartado de conclusiones en torno al conflicto analizado, se hace necesaria tenerlas presentes, ya que a partir de ellas, emergen las conclusiones generales aquí planteadas.

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1. GENERALES El planteamiento de las conclusiones generales se realizará en torno a dos niveles. El primer nivel es en torno a resolver las preguntas de investigación y cotejar en base a los resultados del estudio, la hipótesis de trabajo.

1.1. En Torno a las Preguntas de Investigación Cabe recordar como se señaló en el capitulo introductorio que la investigación propone 3 niveles de preguntas de investigación, bajo las cual se realizan los siguientes puntos, como se sintetiza en la siguiente tabla. NIVEL

DESCRIPCIÓN El primer nivel consta de la pregunta de investigación general y que da origen a este trabajo, la cual recorre todo su

Primer Nivel

desarrollo y en función de la cual se ha fijado la metodología y los puntos de análisis de la misma. El segundo nivel se compone de las preguntas que ayudan a precisar y completar la pregunta enunciada en el primer nivel,

Segundo Nivel

precisando la contemplación de temas que son transversales a los capítulos desarrollados y que se contextualizan dentro del marco del conflicto. El tercer nivel, comprende las preguntas relacionadas con el

Tercer Nivel

tema del Estado, básicamente como los conflictos y sus consecuencias en el siglo XX han estructurado el actual Estado - Nación de Bolivia. Figura N° 27 –Niveles de Preguntas de Investigación365

365

Fuente: Elaboración propia.

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1.1.1. Primer Nivel o Pregunta de Investigación

La pregunta de investigación planteada al comienzo del trabajo señala partiendo de la premisa de que en Bolivia han existido “conflictos recurrentes” entre los diferentes grupos que componen la sociedad, básicamente a partir de análisis de los conflictos entre elite y grupos indígenas, ¿Cuáles y a qué se deben los principales conflictos de Bolivia a lo largo del siglo XX?, con el objetivo de poder responder ¿Cómo los conflictos han influido en el desarrollo de la construcción estatal del país?366. La investigación ha acotado los conflictos existentes en Bolivia al de la elite frente a los grupos indígenas, aunque necesariamente, para completar sus contextualización, se ha hecho referencia a los conflictos entre la elite y en menor medida a los conflicto entre los indígenas, básicamente desde la lógica del movimiento popular. La periodificación realizada para esta tarea ha contemplado en análisis de un conflicto principal como eje de un período, sin embargo se han debido contemplar otros conflictos, y sea como una continuación dentro del mismo período o como un conflicto en paralelo según el momento. En el cuadro que se presenta a continuación se resumen los períodos y conflictos abordados, respondiendo la pregunta sobre cuales han sido los principales conflictos de Bolivia, estableciendo algunas consideraciones a tener presentes y las expresiones del mismo conflicto, lo que permiten construir una imagen general de los conflictos existentes, desde fines del siglo XIX y hasta principios

366

Cabe recordar que esta pregunta se aborda a partir de las respuestas del segundo y tercer nivel de preguntas específicas en torno al Estado.

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del siglo XXI en Bolivia, asumiendo que el macro temporal central se localiza dentro del siglo XX.

PERÍODOS

CONFLICTO(S) BÁSICO(S)

CONSIDERACIONES

Competencia por el poder y control del Estado (entre elites)

Es un conflicto entre las elites liberales y conservadoras que comienza siendo por el control del Estado y la forma administrativa del mismo, que después evoluciona partir de un consenso entre lites, a una competencia por el control del Estado.

Aplicación del proyecto modernizador (elite v/s grupos indígenas)

Es un conflicto que se produce luego del consenso entre la elite, la cual desea aplicar un proyecto modernizador el cual es excluyente para lo sectores indígenas.

Demanda indígenas por participación (elite v/s grupos indígenas)

Es un conflicto que se origina por la debilidad de la elite a partir de los problemas de la década del ’30 y el aparecimiento de los gobiernos militares de origen nacionalista que abren nuevos espacios de expresión para los sectores indígenas y populares.

PERÍODO N° 1 Fines siglo XX a la década de 1930

PERÍODO N° 2 1° PARTE Década de 1930 a Revolución de 1952

EXPRESIONES DEL CONFLICTO • Aparición del primer sistema de partidos • Aparición de un sistema democrático y estatal oligárquico • Guerra Federal de 1899 • Utilización de los indígenas para inclinar la balanza a favor de algún bando • Prácticas conspirativas y de fraude electoral • Levantamientos indígenas y represión de parte del Estado • Exclusión sistemática, tanto política, como económica y social • Desigualdad • Racismo • Expropiación de las tierras indígenas (ej.: Ley de Exvinculación) • Nacimiento de los primeros partidos de izquierda • Inestabilidad del sistema a partir de los problemas económicos, sociales y políticos de la década del ’30 (impacto de la gran depresión, Guerra del Chaco, etc.) • Aparición de una identificación étnica y hasta cierto punto nacional con la Guerra del Chaco de parte de los sectores indígenas • Desigualdad • Racismo • Nacionalismo • Emergencia de los partidos de izquierda y

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del MNR • Revolución de 1952 • Exclusión sistemática, tanto política, como económica y social, hasta la llegada de los gobiernos militares y de la Revolución de 1952

PERÍODO N° 2 2° PARTE Revolución de 1952 a Pacto Democrático de 1985

PERÍODO N° 3 1985 – 2000 (inicio de levantamientos populares) y desde el 2000 al 2006 (hasta hoy)

Cooptación del movimiento indígena y popular (elite y gobiernos militares v/s grupos indígenas - populares)

Es un conflicto que se da luego del período revolucionario de la década del ’50 en donde a partir de los avances democratizadores e inclusivos, los sectores indígenas y populares comienzan a ser cooptados por la elite y los gobiernos militares de la década del ’60 y ’70 a modo de poder contener sus demandas. Cabe destacar al respecto que a través de la sindicalización el gobierno revolucionario también cooptó a los sectores indígenas y populares con la finalidad de asegurar un apoyo político – social para consolidar la revolución.

• Inicio demandas autonómicas del oriente • Revolución de 1952 • Institucionalización de los movimientos sindicales (campesinos y mineros) • Cooptación de los sectores populares e indígenas (ej.: Pacto Militar – Campesino) • Desigualdad • Racismo • Retorno de la exclusión sistemática, tanto política, como económica y social a partir del retorno de los gobiernos militares (ej.: Banzer)367

• Contención de los sectores populares e indígenas a partir de ciertas medidas del sistema político (ej.: represión, populismo, tc.) • Exclusión sistemática, tanto económica como social (agudizada por los efectos de la 367 implantación los distintos del Al respecto se debe precisar que pesa a los esfuerzos del gobierno revolucionario, sistema neoliberal niveles y expresiones de la exclusión, de data colonial y profundamente enraizados en la sociedad desde 1985) a inclusivas. pesar de boliviana, no se pudieron superar, ayunque se intentó a partir de una serie de políticas los avances sobre todo en el área política a partir de las reformas constitucionales de 1994 Contención de las demandas de los sectores populares (elite y sistema de partidos v/s grupos indígenas – populares), desde 1985 al año 2000

Es un conflicto en que la elite y el sistema de partidos por medio de una serie de mecanismos logran estabilidad y gobernabilidad en el país, a partir de la exclusión de los grupos indígenas y populares.

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• Construcción de un sistema de partidos amplio, pero con protagonismo y participación sólo de los partidos tradicionales • Reaparición de una conciencia étnica indígena a partir del despertar indígena en América Latina

Demandas autonómicas indígenas y departamentales (elite del oriente v/s indígenas populares), desde el año 2000 hacia adelante368

Es un conflicto que tiene su origen en el año 2000 en donde de forma sistemática se van eliminando las medidas de la democracia pactada que habían traído estabilidad al país, en que a partir de las constantes grandes manifestaciones indígena – populares, se comienza a solicitar el tema de la nacionalización de los hidrocarburos a fin de poder reducir la brecha social, sin embargo los departamentos orientales responden con una demanda autonómica para no perder su beneficios ante la explotación de los hidrocarburos. De esta forma el país se polariza entre el proyecto elitista oriental de la autonomía y el de los sectores indígena – populares que solicitan la nacionalización. Sin embargo rápidamente surge otro conflicto en que los indígenas comienzan a demanda autonomía para desarrollar el autogobierno a través de un reconocimiento constitucional de su etnicidad y de la pluriculturalidad existente

• Inclusión sistemática, tanto política, como económica y social • Consolidación de la identidad indígena, como grupo étnico y de clase • Llegada de los sectores indígenas – populares al parlamento (2002) y luego a la presidencia (2006) • Grandes levantamientos populares (ej.: Guerra del Agua, Guerra del Gas, etc.) • Demanda por nacionalización de recursos naturales, especialmente los hidrocarburos • Malestar por la presencia de empresas multinacionales aliadas a la elite (sobre todo la oriental) • Demandas autonómicas (ej.: de la elite oriental como de los sectores indígenas)

368

Cabe recordar que la investigación termina cronológicamente el año 2006, aunque es capaz de proyectar ciertos problemas y fenómenos que en esta fecha ya se daban y que se desarrollan hasta el día de hoy (2008).

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en el país. De esta forma se convoca a la Asamblea Constituyente para que resuelta el nuevo conflicto que hoy divide al país, el de las autonomías.

Figura N° 28 –Síntesis de los Conflictos en Bolivia – Fines Siglo XIX a Inicios del Siglo XXi369 A partir de esta figura es posible visualizar cuales han sido los principales conflictos por cada período en estudio. De ello, se desprende que la mayoría se deben a fragmentaciones y exclusiones, las que se consideran son las causas más profundas de la conflictividad recurrente de Bolivia. En Bolivia existen diferentes fragmentaciones, algunas siempre visibles, otras siempre latentes, que debido tanto de factores internos del país, como externos, que emergen o generan polarizaciones entre los actores, lo que cual provoca el conflicto. El problema es que en Bolivia existe un alto número de fragmentaciones lo que genera una situación de conflicto recurrente. Si bien se asume que el conflicto es parte de la esencia de las relaciones entre seres y grupos humanos, también es cierto que las sociedades con el tiempo han aprendido a manejarlo e incluso, sacar provecho de él. Sin embargo este no parece ser el caso de Bolivia, en donde la recurrencia al conflicto se ha constituido en una de las características esenciales de la historia del país, comprobable a través de los constantes cuadros de ingobernabilidad e inestabilidad, como se puede deducir a través de diversos datos como se muestra a continuación.

369

Fuente: Elaboración propia en base a los conflictos investigados.

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ELEMENTO

NÚMERO

Golpes de Estado (1825 – 2006)

200

Números de presidentes (1825 – 2006)

65

Número de gobiernos (1825 – 2006)

84

Guerras civiles que ha enfrentado Bolivia (1825 – 2006)

1

DESCRIPCIÓN Genera un media de 1 golpe de Estado por cada 9 meses y fracción Evo Morales se ha convertido en la sexagésima quinta persona en ocupar la presidencia Se contabilizan las juntas militares y los gobiernos que por su brevedad no han sido considerados en los recuentos oficiales •

Guerra federal (1899)

Guerra de independencia (1825) Guerra contra Perú (1828)370 Guerra contra Chile (1836) Guerra contra Perú (1841) Guerra contra Chile (1879) Guerra contra Brasil (1903) Guerra contra Paraguay (1932)

• Guerras que ha enfrentado Bolivia (1825 – 2006)

• • • • •

7

Figura N° 29 –Datos que Ejemplifican la Ingobernabilidad e inestabilidad371 Los datos presentados no explican la figura del conflicto recurrente en Bolivia, pero constituyen un antecedente directo de su generación y resultados. El alto número de golpes de Estado o de presidentes en menos de 190 años de vida independiente

hablan

de

los

continuos

cuadros

de

ingobernabilidad

e

inestabilidad presentes que se han dado a lo largo de la historia del país. Ahora, las fragmentaciones presentes en el país tampoco explican por si solas el conflicto recurrente, debiendo contemplarse también cuales han sido los principales problemas y raíces más profundas del conflicto. 370

Ambos conflictos bélicos contra Perú, fueron más que nada escaramuzas a partir de la insistencia peruana para quietarle territorio a Bolivia, más que guerras propiamente tal. 371

Fuente: Elaboración propia en base a datos recabados tanto del portal del gobierno boliviano, como de otros portales oficiales de Bolivia.

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A partir de la revisión de los 3 períodos conflictos del siglo XX analizados en esta investigación, se puede concluir que el motivo principal, considerando la conformación étnica, social y cultural del país, es la exclusión, o mejor dicho, las exclusiones. La exclusión tienen una serie de dimensiones en Bolivia, ya sean económicas, políticas, culturales, étnicas, económicas, etc., que han configurado un escenario proclive a la aparición de conflictos. Antes de entrar a analizar las fragmentaciones y estas exclusiones, se hace necesario sintetizarlas a la luz de los períodos conflictivos abordados como se puede reflejar en la siguiente tabla. PERÍODOS RAZONES BÁSICAS DE LOS CONFLICTOS

1° Período Fines siglo XX a la década de 1930

Política Social Cultural Étnica Regional Económica

2 2 3 3 1 2

Política Social Cultural Étnica Regional Económica

3 3 3 3 3 3

Baja (1)

2° Período Revolución de 1952 a Pacto Democrático de 1985 FRAGMENTACIONES 3 2 2 2 2 2 2 2 1 2 2 2 EXCLUSIONES 3 2 3 2 3 2 3 2 3 2 3 3 SIMBOLOGÍA DE NIVELES372 Moderada (2)

Década de 1930 a Revolución de 1952

3° Período 1985 – 2000 (inicio levantamientos populares)

2000 – 2006 (hasta hoy)

1 2 2 2 2 2

3 3 3 3 3 3

2 2 2 2 1 3

1 1 1 1 1 3 Alta (3)

372

La argumentación para la determinación del nivel del conflicto se hace a partir del desarrollo de cada conflicto en base a los datos aportados en los diversos capítulos de la investigación. En cuanto a la simbología, se utiliza el color para la identificación del nivel de profundidad del conflicto (definido en términos de impacto que provoca), al igual que el número, el cual sirve además para visualizar, de forma horizontal, el desarrollo del nivel de profundidad de la fragmentación o de la exclusión en perspectiva evolutiva en los distintos períodos contemplado por la investigación.

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Figura N° 30 –Síntesis de de las Razones Básicas de los Conflictos en Bolivia por Niveles de Profundidad – Fines Siglo XIX a Inicios del Siglo XXi373 De la figura se desprende rápidamente una primera conclusión: a medida que aumenta la inclusión en distintas dimensiones, va aumentando la fragmentación existente el país. Con esto no se quiere decir que la inclusión sea un elemento negativo, sino al contrario, sin embargo, debe existir los mecanismos adecuados para lograr una inclusión que no sea nociva para el país sin embargo para ello se requiere un Estado eficiente. Esto se explicaría preliminarmente por que la inclusión permite que haya una mayor participación en distintas áreas de los sectores indígenas y populares, sin embargo al tratarse de grupos tan heterogéneos y que estructuran nuevas relacionan con los actores ya incluidos, además de que al existir niveles de inclusión también se producen distintas relaciones de poder, aumentando de esta forma el número de actores, de relaciones y de fragmentaciones dentro del sistema. Ello por que los actores hasta entonces excluidos tienen una serie de demandas, que con la inclusión en el sistema, pueden contar con mayor número de herramientas, lo que desajusta el sistema. Se debe insistir en que la situación no tiene por que ser negativa, en cuanto existan los mecanismos eficaces para la regulación, canalización e integración de los nuevos actores, si no es así, saldrán a flote mayores fragmentaciones, como se ilustra en la siguiente figura.

373

Fuente: Elaboración propia en base a los conflictos investigados. Cabe destacar que aquí se aborda la conflictividad del período, a partir de los conflictos de cada uno de estos períodos.

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Figura N° 31 - Relación Entre Inclusión - Exclusión y Fragmentaciones374 Otra consideración antes de comenzar a analizar la fragmentación y exclusión como los elementos que producen el conflicto en Bolivia, es que ambas se potencian. La exclusión genera fragmentación, como esta misma genera exclusión. No se puede señalar que es primero entre fragmentación y exclusión, pero si que es una especie de círculo vicioso que suele repetirse y retroalimentarse. Al existir exclusión necesariamente aparece a partir de los malestares que ella genera, comienzan a manifestarse las tensiones y fragmentaciones, una vez acentuadas estas fragmentaciones, se comienzan a acentuar a su vez las exclusiones en medida de que los actores se perciban como enemigos, por lo cual intentarán excluir al contrario. La relación entre

374

Fuente: Elaboración propia.

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fragmentación y exclusión puede ser representada como sugiere la siguiente figura.

Figura N° 32 – El Círculo Vicioso de la Exclusión Como Generadora de Fragmentación y Viceversa375

A partir de los conflictos abordados en la investigación se puede señalar que las fragmentaciones específicas que existen en el país son 6, la política, social, cultural, étnica, regional y económica. Antes de analizar estas fragmentaciones, es necesario señalar como se entiende el concepto dentro de esta investigación. Para el trabajo las fragmentaciones serán todas aquellas áreas temáticas que perduran a través del tiempo y que producen tensiones dentro de los actores sociales. En algunos casos estas fragmentaciones solo son latentes, mientras en otros casos emergen con fuerza, provocando conflicto y polarizando a la sociedad.

375

Fuente: Elaboración propia.

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La fragmentación política es probablemente la que se produce en menor tiempo, dado que obedece a la confrontación en un momento determinado entre 2 o más proyectos políticos, además de que suele recoger la polaridad de conflictos anteriores. La fragmentación política se puede ilustrar en Bolivia durante el primer período conflictivo, cuando existía la pugna entre liberales y conservadores que se traduce en la Guerra Federal de 1899 por ejemplo, o de forma más aguda en los tiempos previos a la Revolución de 1952 con la disputa entre los partidos tradicionales de la elite que se resistía a desaparecer y las nuevas fuerza de izquierda respaldada por los indígenas y sectores populares como el MNR, situación que bajo en intensidad al llegar los gobiernos militares desde la década del ’60. Cabe destacar también que no necesariamente la confrontación de fuerzas políticas dentro de un sistema democrático da origen a este tipo de fragmentación, ya que a lo largo de la historia de Bolivia se han estructurado sistemas multipartidarios de partidos políticos, básicamente desde 1985 con la democracia pactada, que no polarizaron ni fragmentaron políticamente al país, debido a que optaron por el pacto. Hoy en día y a partir de la irrupción de los partidos indígenas y populares, el MAS y el MIP a partir del año 2002 en el parlamento y sobre todo después del ascenso del MAS al gobierno en el 2006, se ha vuelto ha producir una fragmentación política la cual recoge muchos elementos de las fragmentaciones existentes en el país, entre las fuerzas que apoyan al gobierno y las que lo rechazan, lo que se está traduciendo en una peligrosa polarización del país, en donde no pocas veces se ha asomado el fantasma de una guerra civil, aunque ello es difícil que se produzca en el sistema actual. La fragmentación social es una de las más notorias y de más larga data en Bolivia. Esta se remonta desde los tiempos coloniales en donde básicamente han existido dos sectores sociales, los que mandan (la elite) y los que obedecen (el resto). Por supuesto que a partir del siglo XIX fueron apareciendo sectores intermedios, pero muchos de ellos eran indígenas y mestizos y en realidad

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siempre han sido un grupo de momento importancia numérica en relación a los sectores sociales populares, los cuales también están compuestos por indígenas y mestizos, siendo su principal diferencia la profesión y el nivel de ingresos, a partir generalmente de haber presentado la oportunidad de estudios. La fragmentación social se evidencia por ejemplo en la exclusión de derechos sociales y beneficios del Estado que la elite hace de los sectores indígenas en el primer período conflictivo, en donde por ejemplo los indígenas no tenían acceso a la educación y la penetración material del Estado era muy débil como para ofrecer salud, seguridad y otros servicios a estos sectores. Durante el segundo período, la situación se mantiene similar, ya que a pesar de importantes avances en materia educativa, de salud, de vivienda y de otras áreas durante la época revolucionaria, la penetración material del Estado y la falta de recursos de este no permitió cambios definitivos al respecto, aunque si mejoró la situación. En el tercer conflicto si bien se han superado muchos de los elementos relativos a la fragmentación social, el tema de la distribución de la riqueza ha fomentado un contexto de enfrentamiento entre ricos y pobres que se ha acentuado por el resto de las fragmentaciones existentes. La fragmentación cultural se produce en dos grandes niveles en Bolivia. En un primer nivel existe una marcada cultura blanca y otra indígena, las cuales son muy distintas. La blanca se relaciona con el mundo occidental en general, de valores tradicionales, católica y liberal en su mayoría, y por tanto, individualista. La indígena por su parte es originaria del país y tiene sus bases en los tiempos del imperio inca, es de tipo comunitaria, arraigada a la tierra y a las tradiciones. Un conflicto puntual entre estas culturas, el la mirada individualista de la blanca y la mirada comunitaria de la indígena representada por ejemplo través del tema de la tierra desde fines del siglo XIX hasta el día de hoy o la reivindicación indígena de luchas por la supervivencia de sus tradicionales y costumbres, o en la actualidad el tema de la autonomía indígena. En un segundo nivel, hay otras culturas que subyacen a los primeros. Por el lado blanco, existe

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tanto la tradición cultural del oriente y del occidente, la cual ha entrado en conflicto en el último tiempo, además la elite del oriente se auto identifica como de cultura camba, frente a la colla que sería la del occidente. Dentro del mismo nivel, por el lado de los indígenas, existen también varios grupos culturales, siendo los más relevantes los quechuas y los aimaras. Además dentro de los sectores populares del país, persisten una serie de culturas simbólicas y relacionadas con el tema social, como una cultura campesina, otra minera, otra rural, otra urbana, etc. La fragmentación étnica es tal vez la más conocida y una de las más importantes de Bolivia a través de su historia. En Bolivia existen 37 etnias originarias, siendo las más relevantes la aymara y la quechua, las cuales coexisten con los mestizos y con el sector blanco, lo que genera un crisol de etnias que obviamente producen fragmentaciones. A pesar del número de etnias, la principal fragmentación al respecto es de la etnia indígena en general frente a la blanca (esto debe ser matizado, ya que muchos mestizos e incluso indígenas también son parte de esta elite) que generalmente ha ostentado el poder. Los momentos de mayor notoriedad de esta fragmentación es en el primer conflicto donde la elite tradicional a partir de su proyecto modernizador pretender suprimir la etnia indígena en su conjunto, como también en el conflicto actual, donde el tema étnico ha resurgido con gran fuerza, con una serie de demandas de reconocimiento plurinacional de parte del Estado, lo que también ha contribuido a aumentar la fragmentación regional entre oriente y occidente. La fragmentación regional es una de las cuales ha resurgido con mayor fuerza en el último tiempo. La fragmentación regional siempre ha estado presente a lo largo de la historia de Bolivia, se puede apreciar en el primer conflicto a partir de la Guerra Federal y de la disputa por la capitanía del país entre La Paz y Sucre. Durante el segundo período conflictivo, comienza a emanar el espíritu autonomista de Santa Cruz, el cual hoy en día es patente a partir de la demanda

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autonómica de este departamento y del resto de los departamentos del oriente Boliviano, frente al occidente el cual tradicionalmente ha detentado el poder político, en contraste con el poder económico del oriente boliviano. Esta fragmentación nace del seno de la elite, fundamentalmente por razones políticas y económicas y hoy en día, no ha podido ser trasmitida con los resultados esperados a lo indígenas del oriente de parte de la elite de Santa Cruz, aunque si ha tenido cierta acogida, apreciable en los primeros resultados de la consulta autonómica en Bolivia. La fragmentación económica, es también una de las más importantes y de mayor data en Bolivia. Esta podría situarse en dos niveles. El primer nivel es a nivel país, en donde en todo el país existe una gran brecha económica entre los grupos indígenas y populares frente a la elite, la cual posee la tierra o recibe las regalías a partir de la explotación de los recursos naturales, situación que se ha tratado de cambiar en diversos momentos. En el primer conflicto la elite usurpó las tierras a las comunidades indígenas las cuales debían convertirse en campesinos de la elite. En el segundo período conflictivo, durante la Revolución de 1952, se realizó la reforma agraria de 1953, lo que permitió el retorno de tierras a las comunidades, sin embargo y por diversos factores (competitividad, modernización, mercados, etc.) no permitió mejorar la condición de estos grupos. El segundo nivel está relacionado con el tema regional, en donde se podría hacer alguna referencia la división internacional del trabajo, en donde el occidente en un primer momento desarrolló la actividad minera y agroganadera, mientras el oriente desarrollaba la agroindustrial para en la década de lo ’50 comenzar ha invertir lo papeles, donde el occidente experimentó una disminución de la actividad minera, mientras el oriente comenzó a disfrutar del auge de la explotación de los hidrocarburos, lo que ha generado una fragmentación también a nivel de riqueza entre esta zonas, lo que se ha notado en el proceso de nacionalización, cuya consecuencia directa fue el tema de las autonomías departamentales en el presente.

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En torno al tema de las exclusiones, estas también son consideradas como factores el conflicto recurrente en Bolivia. Las exclusiones a lo largo de la investigación han arrojado 6 dimensiones, la política, social, cultural, étnica, regional y económica, teniendo relación estrecha con las fragmentaciones como se ha señalado anteriormente. Por exclusiones en esta investigación se entenderá el proceso que genera que un sector social no pueda participar en igualdad de condiciones frente a otros grupos en ciertas áreas o dimensiones, que pude ser provocado de forma conciente por un grupo (por ejemplo la política, done el grupo con el control del Estado excluya a otros del acceso y participación en él) o ser parte de una cadena de factores (la cultural por ejemplo, donde entran en juegos elementos étnicos, económicos y político por ejemplo, para el caso boliviano). Las diferentes áreas de la exclusión suelen ser fuente de conflicto, cuando el grupo excluido demanda a través de acciones concretas si inclusión y participación en ciertas áreas, originándose el conflicto dependiendo del grado de aceptación del sector dirigente y de la percepción de satisfacción del grupo solicitante en torno a la inclusión realizada, o simplemente la negación de esta. La exclusión política ha disminuido de forma progresiva en Bolivia. Si el primer período conflictivo se iniciaba con un sistema democrático censitario, donde sólo una minoría tenía acceso a él, siendo solo la elite tenía el derecho de la elección de cargos públicos y con ello el acceso al Estado, mientras que en el segundo período comenzó a cambiar el tema con el decreto del voto universal durante el período revolucionario y más aún, con la Ley de Participación Popular de 1994, facilitando la inclusión indígena principalmente. Aún así, estos elementos y avances no eliminaron la exclusión política hasta por lo menos el año 2002 con la irrupción de los partidos y movimientos indígenas al parlamento y sobre todo con el período de la elección de Evo Morales en el año 2005, que registró una alta tasa de participación indígena en la elección. Pero la exclusión no se trata sólo del derecho a voto, sino también de la posibilidad real de poder tener un

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sistema democrático, inclusivo, con diferentes medios de información, con elecciones periódicas, libres y justas y el resto de las categorías que propone Robert Dalh en su tesis sobre la poliarquía. En Bolivia hoy en día existe un déficit democrático representado por la baja representatividad de los partidos sociales frente a los sectores sociales por ejemplo, pero sin duda uno de los temas más preocupantes es la deslegitimación de la democracia como sistema de gobierno, lo que ha generado que vías de expresión violentas se hagan cotidianas en el país. La exclusión social también ha mejorado progresivamente en Bolivia, de forma similar a como lo ha hecho la política. Durante el primer período de conflicto, así como en la primera mitad del segundo período conflictivo, la exclusión era alta a partir de los nulos espacios de participación social existentes, además de que las posibilidades de ascenso social eran limitadas a partir del modelo económico y económico. Sin embargo a partir de la época de la revolucionaria comienzan a aumentar los espacios de participación social así como también las vías y espacios de escalamiento social, los cuales si bien se cooptan o eliminan durante el período militar, resurgen con más fuerza a partir de los años ’90. La exclusión cultural puede remontarse también a los tiempos de la colonia, en donde los indígenas y grupos populares no tenían acceso a la educación por lo tanto, las maneras de reproducción de su cultura se reducían a manifestaciones orales y artísticas de la misma, no existiendo espacios de intercambio cultural con otro sectores de la sociedad. El sistema durante el período excluía cualquier cultura que no fuera la blanca occidental cristiana oficial, remitiendo al resto de las culturas existentes en el país. A partir de 1952 el tema comienza a mejorar, pero no con cambios sustanciales como podría esperarse, ya que el gobierno revolucionario optó por imponer una identidad cultural mestiza a los sectores indígenas, los que con el tiempo comenzaron a renegarla, lo que fomentó la aparición de movimiento que reivindicaban la cultura y étnica indígena como el

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katarismo. En el tercer período conflictivo, también a partir de las reformas constitucionales de la década del ’90, se comenzaba a incluir plenamente la diversas culturas del país a través del reconocimiento del pluriculturalismo existente en el país, sien embargo, al día de hoy, todavía faltan los elementos constitucionales y legales que sean capaces de materializar estos anhelos y declaraciones de parte de los sectores indígenas. Esta situación ha generado que la cultura blanca ya no sea la predominante, en donde si bien todavía es de gran importancia política y económica, ha sido desplazada por la importancia que se ha dado al tema de las múltiples culturas indígenas desde el año 2006 con el gobierno de Evo Morales. La exclusión étnica tiene un desarrollo muy ligado al tema de la exclusión cultural, no sólo por que son temas a fines, sino también por que han experimentado un desarrollo evolutivo similar. Como se veía en el momento en que se trató este punto desde la perspectiva de la fragmentación, en el prime período conflictivo la elite a través del proyecto modernizador excluyó a la etnia indígena, sin embargo a partir de la Guerra del Chaco en el primer momento del segundo período conflictivo y sobre todo a partir de la Revolución de 1952 en el segundo momento del mismo período, comienza la inclusión de las diferentes etnias, lo que sufre un cierto estancamiento desde la irrupción de los gobiernos militares y la llegada de la democracia pactada, pero que sin duda a partir de la década de los ’90 y sobre todo de los efectos de las movilizaciones del año 2000 hacia adelante el tema de la inclusión de la etnia indígena ha cobrado gran relevancia lográndose el reconocimiento no sólo pluricultural sino que también multiétnico, abriendo nuevos horizontes para la inclusión completa de las diferentes etnias indígenas existentes en Bolivia. La exclusión regional también ha mejorado de forma notable si se revisan los distintos períodos conflictivos. Esta ha ido de la mano de dos elementos fundamentalmente, el primero relacionado con la conciencia que existe a partir

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de la década de los ’40, con la marcha del oriente, de la integración regional, fundamentalmente desde la perspectiva económico, como también de un segundo elementos, relativo a la penetración material del Estado, representando en este sentido, por las vías de interconexión y comunicación entre los distinto departamentos del país. Durante el primer período conflictivo ambos elementos eran débiles en los departamentos de Bolivia, sobre todo los del oriente por estar más alejados del departamento de La Paz, en un país fuertemente centralizado. Sin embargo a partir de la década de los ’40 y de los ’50, se desarrollan una serie de esfuerzos por incluir a los departamentos más alejados de La Paz en el sistema económico del país, puesto que paradojalmente, habían muchos sectores excluidos del país pero incluidos en la economía mundo como por ejemplo los departamentos del oriente productores de petróleo a través de la actividad de varias empresas multinacionales. Cabe destacar que estos momentos son reforzados también por la infraestructura que levanta el Estado a través de líneas férreas y carreteras que facilitan el proceso de integración a los niveles existentes hoy en día. La exclusión económica ha sido una exclusión constante y que salvo ciertos matices no ha experimentado mayores cambios desde el primer período conflictivo hasta la actualidad. Tanto desde el primer período conflicto como al actual, la pobreza, la desigualdad social y la brecha en la distribución de la riqueza han sido alarmantes. Todos los conflictos del período han presentado con más o menos fuerza, el tema de la exclusión económica, debido a que permanentemente la elite ha tomado ventaja de su posición para disfrutar, en perjuicio de los sectores indígenas de la riqueza natural del país. En el primer y segundo período conflictivo se relaciona con las tierras, en el tercer período conflictivo, el tema de las tierras sigue siendo importante pero emergen también el tema de los hidrocarburos y del gas, en donde la molestia principal de la población es que esos recursos no han sido utilizados para sacar a la mayoría de la población de su situación de pobreza. La exclusión económica además

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contribuye a que se propicien muchas de las otras exclusiones, como la social o la política, pues a partir de la falta de recursos, los sectores indígenas y populares, primer deben velar por como resuelven sus necesidades básicas para luego pensar preocuparse de las otras áreas.

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1.1.2. Segundo Nivel En el segundo nivel de las preguntas de investigación, se encuentran preguntas que ayudan a precisar y completar la pregunta enunciada en el primer nivel, precisando la contemplación de temas que son transversales a los capítulos desarrollados y que se contextualizan dentro del marco del conflicto. Estas preguntas son: •

¿Cuál o cuáles han sido los elementos de fondo en los conflictos que abarca cada período de la investigación?

¿Se pueden determinar ciertas contantes de los conflictos que ha presentado Bolivia a través de su historia?

¿Qué elementos, variables o factores externos influyen en el desarrollo de los conflictos de Bolivia?

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1.1.2.1. Elementos de Fondo de Cada Período Conflictivo En torno a la primera pregunta sobre cual o cuales han sido los elementos de fondo en los conflictos que abarca cada período de investigación, pueden tomarse dos consideraciones, la primera obedece al tema expuesto para la respuesta de la pregunta de investigación en torno a los niveles y dimensiones de fragmentación y exclusión existente en cada período, la segunda, se relaciona con ciertos elementos anexos a la fragmentación y a la exclusión, y que se relacionan a ciertas causas que a partir de la coyuntura y de la posición de la elite y de los grupos indígenas, han acabado en conflicto. Para desarrollar la respuesta se recurrirá a la siguiente tabla a modo de sintetizar de forma global, los elementos de fondo de cada uno de los conflictos abordados en la investigación.

PERÍODOS

PERÍODO N° 1 Fines siglo XX a la década de 1930

CONFLICTO(S) BÁSICO(S) Competencia por el poder y control del Estado (entre elites)

Aplicación del proyecto modernizador (elite v/s grupos indígenas) PERÍODO N° 2 1° PARTE Década de 1930 a Revolución de 1952 PERÍODO N° 2 2° PARTE Revolución de 1952 a Pacto Democrático

Demanda indígenas por participación (elite v/s grupos indígenas) Cooptación del movimiento indígena y popular (elite y gobiernos militares v/s grupos indígenas -

ELEMENTOS DE FONDO • Pugna entre el liberalismo y el conservadurismo • Pugna por el predominio político y económico del país • Pugna por la forma de administración del Estado (unitaria o federal) • Pugna a partir de intereses localistas entre la elite de La Paz y de Sucre • Influencia modernizadora europea, declarativa de la superioridad blanca occidental • Expropiación de tierras a las comunidades indígenas en beneficio de la elite • Aparición de la preocupación del indígena a partir de la Guerra de Chaco • Aparición del nacionalismo e intervención militar desde esa perspectiva para intentar construir una nueva sociedad más inclusiva con el indígena • Institucionalización de la revolución bajo el control del MNR • Cooptación de los sectores indígenas y populares por parte del MNR como nicho electoral, situación que luego fue seguida por

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de 1985

PERÍODO N° 3 1985 – 2000 (inicio de levantamientos populares) y desde el 2000 al 2006 (hasta hoy)

populares) Contención de las demandas de los sectores populares (elite y sistema de partidos v/s grupos indígenas – populares), desde 1985 al año 2000 Demandas autonómicas indígenas y departamentales (elite del oriente v/s indígenas - populares), desde el año 2000 hacia delante (constituyendo el 2006 el límite cronológico de la investigación)

los gobiernos militares • Contención de las demandas de los sectores indígenas y populares para poder implementar el sistema neoliberal • Manejo del sistema de parte de los partidos tradicionales bajo la “Democracia Pactada” • Control de las regalías de los recursos naturales del país de parte de la elite oriental en contraposición a los grupos indígenas y populares • Malestar económico de los sectores populares por la mala distribución de la riqueza • Deseo autonómico de los sectores indígenas de gobierno local • Deseo de los indígenas y sectores populares de una Asamblea Constituyente para refundar el país en torno a lograr un nuevo trato de parte del Estado

Figura N° 33 –Síntesis de las Razones de Fondo de Cada Conflicto – Fines Siglo XIX a Inicios del Siglo XXi376 Como se ha visto anteriormente, hay una serie de contactes presentes en los conflictos del siglo XX en Bolivia, a partir de las fragmentaciones y de las exclusiones. Sin embargo, cada período conflicto tiene sus propias razones de fondo que han creado el escenario propicio para que se de el conflicto. En el primer conflicto, estas razones tienen que ver básicamente con la pugna por el poder político entre la elite, conjuntamente con el poder económico, lo que si bien es parte de todo el conflicto, luego de la Guerra Federal, se llega a cierto consenso que permite a la elite poder aplicar su proyecto modernizados de influencia europea, el cual buscaba la modernización del país a partir de la exclusión sistemática del indígena por considerarlo retrasado. Este escenario propio del primer conflicto, comienza a generar situaciones que durante la década del ’30 se hacen insostenibles, ya que a partir de la Guerra 376

Fuente: Elaboración propia en base a los conflictos investigados.

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del Chaco, la sociedad toma conciencia de las condiciones de vida del indígena, el cual era explotado, perdía sus tierras y su forma de vida tradicional por la elite, por lo cual, desde la perspectiva del nacionalismo comienza a emerger, con la llegada de los gobiernos militares, un aire de cambio de la situación. Pese a la resistencia de la elite tradicional, había un conjunto de situaciones que estaban cambiando el escenario del país, lo que se manifiesta en la década del ‘50 en la Revolución de 1952 encabezada por el MNR, dando origen así al tercer período conflictivo. En este tercer período se pueden apreciar dos momentos. En el primero, durante el período del gobierno revolucionario, el MNR realiza una serie de medidas que implican muchos avances para los sectores indígenas y populares el país, sin embargo, recurre a ciertas prácticas propias de la elite para institucionalizar la revolución, como el monopolio de la escena política o el control de los movimientos sindicales por medio de la cooptación. Una vez que el MNR es depuesto y llegan a partir de la década del ’60 nuevamente los militares al país, se inicia un segundo momento, el cual estará marcado por la cooptación de los militares de los grupos sociales, especialmente campesinos y mineros, incluso con las misma herramientas que utilizó el MNR, hasta el gobierno de Banzer, donde se experimenta un retroceso revolucionario, volviendo a prácticas habituales de coacción y contención de los sectores populares, bloqueándolos de su acceso a al sistema político. El fin del gobierno de Banzer implica una etapa completamente inestable en Bolivia, en que se sucedieron gobierno militares y civiles y que no tuvo solución hasta 1982, pero por el contexto socio económico y político, se puede decir que recién la estabilidad de comenzó a lograr en al país en 1985 con el nacimiento de la democracia pactada, dando de esta forma, cuerpo al tercer período conflictivo de este trabajo. En él, las fuerzas políticas tradicionales son capaces de crear un pacto con la finalidad de traer orden y estabilidad al país, lo cual se

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lograr, pero más que nada gracias a ciertos elementos que mantienen hasta cierto pinto forzada, la estabilidad del sistema. Durante el período se da una contención de los movimientos sociales además de que se aplica el modelo económico neoliberal, en torno al cual, no tardarían de llegar las consecuencias para los sectores indígenas y populares, que comenzarán a movilizarse a partir del año 2000, abriendo un segundo momento dentro de este tercer período. Los grupos indígenas y sectores populares, a partir del año 2000 se encuentran en pie de guerra con el objetivo de lograr sus objetivos, siendo el primero de ellos la nacionalización de los recursos naturales, lo que rápidamente se funde con la idea de desarrollar una Asamblea Constituyente para cambiar los destinos del país y el construir una nueva relación con el Estado. Esta idea termina de imponerse con la lucha por la nacionalización de los hidrocarburos, ante lo cual los departamentos más afectados por la ley, los del oriente reaccionan, demandando autonomía para la administración económica local de estos recursos y no estatal, lo que polariza el conflicto sobre todo si se tienen en cuenta que los sectores indígenas también tiene su propia demanda autonómica la cual es relativa a conseguir auto gobiernos locales. De esta forma el conflicto que hoy divide al país, puede considerarse uno de los más agudos de su historia, por que involucra a todo el país, con muchos sectores movilizados y por que a partir de la Asamblea Constituyente se visualiza de que se producirán cambios trascendentales en la historia de Bolivia.

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1.1.2.2. Contantes Históricas de los Conflictos en Bolivia En torno a la segunda pregunta sobre si se pueden determinar ciertas constantes de los conflictos que ha presentado Bolivia a través de su historia, hay que remitirse directamente a la pregunta de investigación y a la primera pregunta del segundo nivel y revisar el siguiente cuadro.

Figura N° 34 –Constantes Históricas de los Conflictos en Bolivia – Fines Siglo XIX a Inicios del Siglo XXi377

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Fuente: Elaboración propia, en donde el nivel hace referencia a la profundidad de la fragmentación o de la exclusión, siendo 1 el más bajo y 3 el más alto.

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Como puede apreciarse a través del grosor de las 3 flechas, pueden apreciarse ciertas continuidades dentro de los conflictos de Bolivia en el siglo XX. Tanto a nivel de fragmentación como de exclusión por cierto que los elementos políticos, sociales, culturales, étnicos, regionales y económicos tienen una continuidad en cada período, sin embargo esa situación no resuelve la preguntas, pues siempre serán elementos presentes en cualquier conflicto en Bolivia. Para resolver este problema solo consideraremos el nivel 2 y 3 como continuidad de una fragmentación o de una exclusión para considerar una constante. En base a esta lógica de determinación de constantes, se puede señalar que en torno a las fragmentaciones políticas, desde el primer período conflictivo hasta el último hay una constante, sólo interrumpida, por el momento de la democracia pactada en el último período conflictivo, ya que la democracia pactada no permitió la divergencia real de proyectos políticos con posibilidades de acceder al poder. Con cuanto a la fragmentación social se advierte una constante histórica, agudizada hoy en día a partir del discurso de clase que se ha asentado y fundido con los discursos étnicos, frente a la elite del oriente. En torno a la fragmentación cultural, también se está frente a una constante histórica, con mayores momentos de intensidad en el primer conflicto debido a la aplicación del proyecto modernizador de la elite y en el segundo momento del tercer período conflictivo, a partir de la demanda de reconocimiento pluricultural de los indígenas. La fragmentación étnica transcurre de igual manera que la cultural, y que ambos temas van ligados, sobre todo a partir del último momento del tercer período conflictivo, donde ha renacido el discurso étnico de los indígenas, sobre todo a partir de la búsqueda de su autonomía. La fragmentación regional, si bien siempre presente no constituye una constante, salvo en los dos últimos período conflictivos, en donde a partir de la década del ’50, comienzan las tensiones de demanda de autonomía de parte del oriente, agudizadas en el conflicto actual. Finalmente la fragmentación económica

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constituye una gran constante, desde el primer período conflictivo hasta el tercero, en donde el tema se ha agudizado. En torno a las exclusiones, y analizadas bajo la misma lógica que las fragmentaciones, la exclusión política, social, cultural y étnica han dejado de ser constantes en el segundo momento del tercer período conflictivo, comenzado a disminuir ya desde el segundo período conflictivo con la Revolución de 1952. En la política hoy existe voto universal y posibilidades reales de acceder al poder político como se comprueba con la llegada de los partidos indigenistas al parlamento desde el año 2002, en lo social, los indígenas y sectores populares tienen mayor acceso a lo beneficios del Estado, producto de que este Estado, hoy tienen una mayor penetración material que en los períodos conflictivos anteriores. Dentro del tema cultural y étnico, han existido importantes avances sobre todo a partir de la década del ’90 hacia delante, con el reconocimiento de que Bolivia es una sociedad pluricultural, y el reciente reconocimiento que también es un país multiétnico. La exclusión regional ha dejado de seer una constante debido a los esfuerzos de integración de parte del Estado, desde la década de los años ’40, principalmente con los departamentos del oriente través de un mejoramiento sustantivo en las vías de transporte y comunicación en un país muy centralizado. Finalmente, la exclusión económica es la mayor constante al respecto en Bolivia, existiendo desde el primer período conflictivo, hasta el último, en que si bien se han producido avances, comprobables en la disminución del número de pobres, este todavía se mantiene cercano al 60%, una tasa altísima, si se consideran la riquezas naturales del país y su potencial como producto de energía para la región, lo que demuestra que esta es probablemente la exclusión más difícil de vencer en Bolivia y constituye su desafío futuro.

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1.1.2.3. Elementos, Variables o Factores Externos del Conflicto en Bolivia Finalmente para desarrollar la tercera pregunta, en torno a cuales son los elementos, variables o factores externos que influyen en el desarrollo de los conflictos de Bolivia se recurrirá a la siguiente tabla de síntesis.

PERÍODOS

CONFLICTO(S) BÁSICO(S) Competencia por el poder y control del Estado (entre elites)

PERÍODO N° 1 Fines siglo XX a la década de 1930

PERÍODO N° 2 1° PARTE Década de 1930 a Revolución de 1952

PERÍODO N° 2 2° PARTE Revolución de 1952 a Pacto Democrático de 1985 PERÍODO N° 3 1985 – 2000 (inicio de levantamientos populares) y desde el 2000 al 2006 (hasta hoy)

Aplicación del proyecto modernizador (elite v/s grupos indígenas)

Demanda indígenas por participación (elite v/s grupos indígenas)

Cooptación del movimiento indígena y popular (elite y gobiernos militares v/s grupos indígenas populares)

Contención de las demandas de los sectores populares (elite y sistema de partidos v/s grupos indígenas – populares), desde 1985 al año 2000

ELEMENTOS, VARIABLES O FACTORES EXTERNOS DEL CONFLICTO • Auge de las doctrinas liberales y conservadoras llegadas de Europa durante el período d independencia • Intereses económicos extranjeros (ej.: mineros) • Pérdida de la salida al mar frente a Chile • Influencia modernizadora europea, declarativa de la superioridad blanca occidental a partir del darwinismo social en boga en Europa en esos años • Intereses económicos extranjeros (ej.: mineros) • Pérdida de territorio en la Guerra del Acre contra Brasil • Aparición de la preocupación del indígena a partir de la Guerra de Chaco • Pérdida de la zona del Chaco producto de la guerra contra Paraguay • Intereses económicos extranjeros (ej.: mineros, también de las compañías petroleras) • Aparición del nacionalismo y de otras doctrinas que emigran de Europa como el corporativismo o el fascismo • Aparición de los primeros partidos y movimientos de izquierda de influencia marxista • Influencia de los movimientos revolucionario (ej.: de México) • Consolidación de los partidos y movimientos de izquierda de influencia marxista • (ej.: mineros, también de las multinacionales petroleras)

• Influencia de la Guerra Fría en el contexto interno como justificadora de ciertas intervenciones militares • Intervención del gobiernos de los Estados Unidos en la contención de las fuerzas de izquierda • Influencia de ONG y del movimiento indígena de América Latina

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• Comienzo del impacto de la globalización • Influencia de organismo económicos supranacionales en la economía del país (ej.: FMI, BM) Demandas autonómicas indígenas y departamentales (elite del oriente v/s indígenas - populares), desde el año 2000 hacia delante (constituyendo el 2006 el límite cronológico de la investigación)

• Intereses económicos extranjeros de multinacionales que operan en Bolivia (ej.: mineros, también de las compañías petroleras y empresas de servicio – aj.: agua) • Influencia de Venezuela en el gobierno de Evo Morales y resistencia de esta relación de parte del gobierno de los Estados Unidos • Impacto de la globalización

Figura N° 35 –Síntesis de las Razones de Fondo de Cada Conflicto – Fines Siglo XIX a Inicios del Siglo XXi378 Dentro de los principales elementos a modo de constante, se debe citar la influencia extranjera, ya sea directa o indirecta. Por directa se debe entender cuando conscientemente un actor internacional influye en Bolivia, como ha sido constantemente de parte de las empresas trasnacionales de minería, petróleo o servicios a lo largo del siglo XX, o de parte de Estados Unidos tanto en el segundo momento del segundo conflicto, durante la época de la Guerra Fría, o en el momento actual del tercer conflicto, al igual como lo hace el gobierno de Venezuela. La forma indirecta, es básicamente cuando son sectores dentro de Bolivia los que toman ciertos patrones de referencia mundiales, como puede ser sobre todo durante el primer período conflictivo, con el auge de las ideas liberales y conservadoras y luego del proyecto modernizador a usanza de Europa. Luego a en el primer momento del segundo conflicto también se exportan ideologías europeas, ya sean nacionalistas, marxistas

incluso fascista y

corporativistas. Estos elementos indican que Bolivia tiene una larga tradición de influencias e extranjeras.

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Fuente: Elaboración propia en base a los conflictos investigados.

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Por el lado de las variables, siempre estará el tema económico, en donde se ha hecho patente la intervención de las empresas multinacionales que explotan los recursos del país, tanto a nivel económico local (por ejemplo en la zona de oriente) como a nivel de acciones en contra de ciertas políticas que no les convienen, como por ejemplo la campaña orquestada de algunos países y multinacionales para evitarla nacionalización de los hidrocarburos en el segundo momento del tercer período conflictivo. De la misma manera se debe citar la intervención del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, desde 1985, con la implantación del modelo neoliberal en Bolivia, lo que a hecho que el país deba seguir mucha normas y pautas puestas por estos organismos para asegurar su apoyo económico. Otra variable de importancia es el impacto de la globalización, el cual se ha notado más fuertemente a partir de la década de los ’80 y ’90, en donde por ejemplo se debe destacar en el despertar indígena en América Latina y Bolivia, a través de la proliferación de instancias de reunión y cooperaciones mediadas por las ONG’s, y con ello la reivindicación étnica, cultural e identitaria de los pueblos originarios. Sin embargo, dentro de otro tipo de efectos, se puede nombrar el aumento de la brecha económica a partir de la distribución desigual de la riqueza, fundamentalmente a partir, de que muchas producciones e industrias locales no son competitivas dentro de los mercados internacionales. Finalmente dentro de algunos elementos que ha sido determinantes en los conflictos en Bolivia, no se puede descartar el tema de las guerras que ha enfrentado el país y que en cada una de ellas ha perdido territorio, afectando tanto la identidad, como la economía del país, lo que ha producido cambios políticos y sociales. La pérdida de una salida marítima frente a Chile fue un impacto profundo tanto para la economía como para la conciencia del país, fenómeno que se repitió en la pérdida de territorio en la guerra del Acre contra Brasil o de la zona del Chaco contra Paraguay, donde recién el país, se pone a analizar las causas más profundas de la situación, dándose cuenta que la falta de

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la construcción de un sentimiento nacional era clave. Sobre todo la Guerra del Chaco tuvo un profundo efecto en al país, interviniendo los militares bajo la perspectiva del nacionalismo lo que propició las condiciones para la posterior revolución de la década de los ’50.

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1.1.3. Tercer Nivel En el tercer nivel de las preguntas de investigación, se comprenden las preguntas relacionadas con el tema del Estado, básicamente como los conflictos y sus consecuencias en el siglo XX han estructurado el actual Estado de Bolivia. Estas preguntas son: •

¿Qué competencias, problemas o actitudes del Estado contribuyen a la generación del conflicto recurrente en Bolivia, y como este a su vez repercute en el Estado?

¿Se puede hablar de un Estado –Nación en Bolivia?

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1.1.3.1. El Estado y su Relación con los Conflictos en Bolivia Para el desarrollo de la primera pregunta sobre las que competencias, problemas o actitudes del Estado contribuyen a la generación del conflicto recurrente en Bolivia, y como este a su vez repercute en el Estado, se establecerá una lógica analítica relacionada con 3 niveles, el estructural, que hace referencia a la esencia misma bajo la cual está construido el Estado y bajo la cual se ha ido desarrollando, el cual influye en el resto de lo niveles, ya que enmarca la operación de los mismos; el histórico que hace alusión a ciertas constantes siempre presentes en los diferentes períodos conflictivos, el cual es influido por el nivel estructural y a su vez, influye en el ultimo nivel; y el coyuntural, el cual hace alusión al estallido de ciertos elementos contextuales y de base histórica que repercuten en un escenario generador del conflictivo recurrente en Bolivia, el cual retorna al influir en el nivel histórico y este a su vez en el estructural, como se puede apreciar en la siguiente figura.

Figura N° 36 - Niveles de Impacto y Reacción del Estado Frente al Conflicto379 379

Fuente: Elaboración propia.

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Para el nivel estructural básicamente se analizará la falta de una construcción Estado – Nación fuerte, la cual ha alimentado las fragmentaciones y exclusiones analizadas anteriormente, para el nivel histórico se habla de la exclusión contemplando algunos elementos de la fragmentación y finalmente para el nivel coyuntural se analiza como la falta de un desarrollo económico estable ha generado una serie de problemas económicos coyunturales provocadores o que acentúan los conflictos en gran medida. Dentro del nivel estructural, puede señalar que la falta de una construcción Estado – Nación fuerte ha sido fundamental en la existencia del conflicto recurrente en Bolivia. El conflicto actual de Bolivia, como en el resto de los conflictos analizados durante el siglo XX, tiene un denominados común: ¿qué es ser boliviano?. Ciertamente que ser boliviano de una zona pobre como actualmente es gran parte del altiplano en la zona occidental es muy distinto a ser boliviano de las zonas más productiva y ricas del oriente petrolero. Sin embargo ambos son bolivianos, o por lo menos eso es lo que parece. Ciertamente esta situación es relativa puesto que los indígenas se sienten en su mayoría ligados a su etnia de origen y no a un sentimiento nacional, por lo menos que sea fuerte como se comienza a dar desde las movilizaciones del año 2000. Este sentimiento históricamente ha sido débil y carece de existencia salvo problemas coyunturales como puede ser cuando se ha presentado alguna guerra, especialmente la del Chaco, o más actualmente, la oposición a elementos extranjeros, como por ejemplo la demanda de nacionalización frente a las trasnacionales, o la demanda marítima frente a Chile, pero estas situaciones no son más que oasis frente a una realidad diametralmente distinta. Tampoco el sector de la elite, básicamente hoy en día la de oriente, se siente plenamente parte del país, a pesar que tal vez es el grupo que más hace referencia a ello, aunque esto es discutible, no se puede objetar que es el grupo que presenta de forma más radical la visión de la existencia de dos Bolivias, señalando con fuerza de que el país se ha fragmentado en Occidente y Oriente, lo que ciertamente

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deja entrever que no hay por lo menos un sentimiento de unión o una percepción de que ambas zonas del país son parte de una misma Bolivia. De esta manera se puede apreciar como los principales grupos que componen la sociedad boliviana, la elite blanca y los sectores indígena, son responsables de que no haya cuajado históricamente en Bolivia la concepción del Estado – Nación, aunque es imposible negar que a la elite le quepa, como grupo dirigente, la mayor responsabilidad en su construcción. En un principio, la elite fue la gran responsable de intentar su construcción, sin embargo no fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX, que la mancomunión de los interese de la elite criolla, sumada a ciertos elementos extranjeros y parte de la sociedad mestiza (es decir, parte de la facción mestiza que estaba más cercana a los intereses de la elite, como por ejemplo pequeños propietarios de tierras y minas) concibieron que el Estado era “un aparato institucional y de dominación con capacidad de responder a las demandas de progreso de la elite boliviana”380. De esta forma la elite contaba ya con una institución capaz de garantizar su preeminencia social, sin embargo la pregunta aquí es por que entonces el Estado no ha sido capaz de dar gobernabilidad al país. Dos dimensiones de respuesta puede tener esta interrogante. Por un lado, simplemente el Estado y sus instituciones no funcionan o lo hacen de forma débil considerando la realidad del país. Para entender aquello, se necesitaría de otra respuesta: ¿por qué?. Esta investigación sostiene que es por que las distintas facciones de la elite no han sido capaces de ponerse de acuerdo en los temas fundamentales para el país y básicamente no han creado un proyecto de país, ya que cada vez que existe un conflicto, se le intenta manejar y ponerle fin, sin embargo los problemas de fondo de estos conflictos, nunca son atendidos, generándose una acumulación de demandas incumplidas que prontamente desembocan en otros conflictos y crisis, donde el Estado solo es 380

IRUROZQUI, MARTA. “La Armonía de las Desigualdades. Elites y Conflictos de Poder en Bolivia 1880 – 1920”, Editado por el Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas (CBC) Cusco – Perú y el Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC) Madrid – España, Editorial Pampa de la Alianza, Cusco – Perú, Noviembre de 1994. Página 11.

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capaz de aplicar sus mecanismos de control, cooptación o coerción, la única forma que ha resultado eficaz para tratar los conflictos en Bolivia, pero con resultado dispares dependiendo el período conflictivo. Como se ve, entonces, principalmente el Estado, al igual que en muchas naciones de América del Sur, nace de una necesidad de la elite y de los grupos más acomodados de generar progreso, elemento necesario no sólo para facilitar su dominio económico, sino también para asegurar su dominio político – social y su control del mismo Estado. En este sentido, el aspecto económico, que se tratará más adelante, resultó el motor de la idea de construir un Estado, ya que sólo un Estado aseguraba la producción de orden necesaria para llevar a cabo un proceso de dominación social y gracias a ello, la dominación de los sectores sociales, los cuales debían cumplir la función de actuar como mano de obra para lograr la consolidación de cierto desarrollo económico, pero no para el país en general, sino específicamente a la empresas y negocios (minería, agricultura y ganadería) en manos de la elite, excluyendo a los sectores indígenas y populares. De esta forma, se puede concluir que es Estado ha sido débil, lo que se demuestra por ejemplo en su capacidad de penetración material dentro del país, como débil también, para la mantención del orden social, siendo incapaz de resolver las fracturas y fragmentaciones que presenta la sociedad boliviana, generalmente acentuándolas más que resolviéndolas, por ejemplo el tema cultural, étnico o económico son casos claros de ello, con lo que se propicia la generación de escenarios conflictivos, llevando a la figura del conflicto recurrente. Dentro del nivel histórico puede señalar que uno de los elementos más determinantes han sido los problemas derivados de la exclusión y la fragmentación, fundamentalmente económica, social, étnica y cultural. Sin duda uno de los elementos explicativos del actual conflicto por el que atraviesa

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Bolivia, se relaciona con la incapacidad de los distintos grupos sociales que componen el país para ponerse de acuerdo. Tanto a nivel de elite, históricamente dividida e incapaz de forjar proyectos a largo plazo, y a nivel de los indígenas y mestizos, grupos los cuales han sido incapaces de crear lazos sólidos y perdurables en el tiempo que les permitan introducir sus demandas con más peso y de forma organizada y respetando las reglas democráticas dentro del debate público, no son sólo un problema actual, sino han constituido una constante dentro de la historia del país altiplánico. Para analizar este punto en particular, se debe tener presente cual ha sido el trato a las comunidades indígenas y a los sectores históricamente marginados de Bolivia, a partir de las pautas políticas del trato social fijadas por los sectores dirigentes. El “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”, creado Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña (IIG), ha establecido que a nivel histórico “… la colonización española en Bolivia dejó como herencia no sólo una serie de mecanismos institucionales de exclusión estructural de los pueblos originarios o indígenas que los han desplazado de las esferas de poder, sino también la prolongación de ideas y valores que han propiciado una forma de pensar y un tejido social que perdura aún en nuestros días y que consolida esa exclusión”381. En este sentido, el sector dirigente, aquí entendido como la elite política, se ha hecho con una serie de mecanismos de dominio y exclusión, lo que ha convertido a esta elite básicamente en una oligarquía382, ya que ha usado históricamente

381

PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 11.

382

La elite se debe entender entonces como aquél grupo dominante desde los inicios de la historia independiente de Bolivia, que producto del manejo de herramientas de exclusión social, puede catalogarse como una elite oligárquica, ya que no ha permitido que otros grupos sociales, accedan al poder, aunque al respecto, durante el siglo XX y principalmente con ciertas reformas electorales y de participación política durante la década de los ’90, los grupos marginados han ido accediendo a algunos cargos de representación política y a ciertos cargos menores dentro de

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herramientas como el clientelismo (fundamentado en que como domina el acceso a los recursos, también domina la distribución de ellos y por ende puede facilitar a ciertos grupos su acceso) y el corporativismo (como forma de mantener separados los grupos y demandas sociales, para que de esta forma no puedan operar como una unidad frente a esta elite oligárquica y con ello poner en peligro su rol dirigente). Sin embargo, los sectores marginados de la sociedad boliviana han ido adquiriendo conciencia de su verdadera situación con respecto a su posición frente a la elite, tal como se ha manifestado en el último conflicto relativo la forma de explotación y exportación de los hidrocarburos, su nacionalización y el tema de la demandas autonómicas y de una Asamblea Constituyente capaz de cambiar el trato estatal. Frente a ello, le elite a contrapuesto la exclusión, lo que ha hecho reaccionar a los sectores indígenas y populares por medio de posiciones radicales, principalmente manejadas por los movimientos de corte indigenista y campesino, ante lo cual la elite ha reaccionado con argumentos incluso racistas, señalando que los indígenas son la causa del sub-desarrollo y el atraso boliviano, sin embargo con la irrupción de grupos indígenas en el parlamento desde el año 2002 y la llegada de Evo Morales a la presidencia en el 2006, esta situación ha comenzada a cambiar. Finalmente dentro del nivel coyuntural, se debe hacer referencia a los problemas económicos de exclusión, pobreza y mala distribución de la riqueza, los cuales a su vez son en buena parte explicado por la falta de un desarrollo económico que se pueda haber consolidado en perspectiva histórica. Sin lugar a dudas, las crisis económicas y problemas relacionados con elementos económicos, como el conflicto relativo al control de la explotación de los la administración del Estado, hasta la fuerte irrupción que ha significado la llegada de los partidos indígenas al parlamento y el triunfo de Evo Morales como presidente en el año 2005.

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hidrocarburos y la demanda autonómica del oriente en el tercer período conflictivo abordado por esta investigación, han sido los detonantes de las crisis de gobernabilidad que ha presentado Bolivia a lo largo de su historia, y la crisis actual no es la excepción. Sin embargo los conflictos, las crisis y los problemas económicos no son los motivos de fondos para las crisis políticas y sociales de Bolivia, sino más bien constituyen un telón de fondo o un escenario para que estas tensiones rebroten de forma constante, por lo cual se ha argumentado aquí que es un elemento coyuntural. Sin querer inducir a error, se sostiene que este nivel coyuntural, que se puede considerar incongruente teniendo en cuenta que algo constante es algo que permanece en el tiempo, y que coyuntural es lo contrario, ya que el término hace mención a algo que ocurre en un momento específico, sin embargo aquí este concepto de coyuntural debe entenderse, con respecto a los escenarios económicos, como que cada cierto tiempo (constante) surgen crisis económicas específicas (coyunturas), las que sin embargo suelen tener base en las falencias previamente vistas, y de tipo estructural, como por ejemplo, la marginación de los indígenas y de los sectores populares, que constituyen contantes de hito históricas. Por ejemplo, en el tercer período conflictivo, a salido a luz nuevamente el tema de la discusión sobre el control de los hidrocarburos (coyuntura), ya que los grupos indígenas y populares creen que es la clave para un desarrollo económico y una distribución justa del ingreso radica en la nacionalización de este recurso, para convertir el desarrollo equitativo de la sociedad boliviana en un lamento más trascendente. Se puede señalar que hay básicamente dos niveles de análisis a la hora de intentar entender el funcionamiento y desarrollo de la economía boliviana y de su relación con no sólo con la exclusión social (ya que la elite adinerada margina al obrero indígena y popular tanto de la administración y posesión de los recursos

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económicos como de la toma de decisiones políticas383 si se mira en perspectiva 383

Hoy en día, y desde la pérdida de una salida soberana al mar de parte de Bolivia, este conflicto a pasado a ser parte de un rencor nacional hacia Chile, el cual ciertamente no sólo dificulta el tema de la salida de productos bolivianos por puertos chilenos (basta recordar al respecto que uno de los elementos detonantes de la crisis de Octubre del 2003, fue que se anunció un proyecto para exportar gas por puertos chilenos), sino también dificulta el entendimiento entre ambas naciones para establecer relaciones con respecto a una posible situación de esta demanda. Sin embargo es innegable que ciertos grupos y partidos políticos han tomado esta situación como bandera de lucha dentro de Bolivia, ya que electoralmente, la demanda marítima, es un elemento importante dentro del pensamiento de ciertos sectores de la sociedad boliviana, ya que para la elite, una demanda soberana es una posibilidad de mayores elementos que ayuden a la integración internacional del país, en tanto, para los grupos indígenas y populares, si bien ven este tema como una forma de lograr desarrollo económico, también lo ven como una demanda de carácter nacionalista, señalando de que Chile debe devolver “lo usurpado” en la Guerra del Pacífico, situación que por ejemplo se puede visualizar en los mapas y textos de estudio y divulgación hechos en Bolivia, en donde los territorios ganados por Chile, figuran con el nombre de “territorios cautivos”, haciendo alusión de que pertenecen a Bolivia y de que algún día se recobraran. Ciertamente el tema de la demanda marítima de Bolivia, es complejo, sin embargo Chile le ha dado a su país vecino muchas facilidades para sacar sus productos por puertos nacionales, pero como se ha señalado anteriormente, esta demanda también es producto de un sentimiento nacionalista, tal vez uno de los pocos elementos que hace a los grupos indígenas sentirse parte de un mismo país y con intereses en común a los diversos sectores de la sociedad boliviana. Desde la perspectiva boliviana la falta de una salida marítima soberana se expresa en que “La Guerra del Pacífico (1879), además de la soberanía, privó al país de la cualidad marítima que permite la gravitación de una nación, de su sociedad y de su geografía en un determinado espacio, en este caso, el área del Pacífico sur y del Pacífico en su conjunto como un escenario fundamental. Bolivia que en ningún caso había perdido históricamente su gravitación por conflagración de diversa naturaleza, en el Plata, en el Chaco o en el Amazonas, sí ha perdido esta cualidad con relación al espacio del mar”. En: MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE BOLIVIA.“El Libro Azul: El Problema Marítimo Boliviano”, Editado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Bolivia, La Paz – Bolivia, 2004. Página 4. En: Página de Internet del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Bolivia. <http://www.rree.gov.bo/libroazul/LIBRO%20AZUL%20ESP.pdf.> Dentro de los problemas que señala este documento (en el apartado sobre “Los Costos de la Mediterraneidad de Bolivia”, páginas 28 a 35), que le ha generado a Bolivia la pérdida del mar, se destacan las siguientes: 1.- Inducción a que la economía nacional tienda a concentrarse en si misma, perdiendo la posibilidad de desarrollar a plenitud sus ventajas competitivas potenciales, y generando al mismo tiempo una mentalidad nacional conservadora y menos abierta al mundo. (Página 27) 2.- La imposibilidad de acceder a la explotación de recursos marinos dentro de las 200 millas de mar territorial. (Página 27) 3.- Al compararse los Índices de Desarrollo Humano (IDH) elaborados por el PNUD, de los países sin acceso a las costas marítimas con los de sus vecinos no mediterráneos, se permite inferir la afirmación de que la población de los países mediterráneos en desarrollo, ha alcanzado condiciones de vida significativamente menores que las de sus vecinos con costa, evidencia no

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histórica), sino que ayudarán ha entender las razones del fraccionamiento y exclusión social. En este sentido se hace referencia esencialmente a las condiciones geográficas del territorio boliviano, el cual ha determinado en gran parte la actividad económica de cada zona del país, donde también debe ser considerado el tema de la falta de una salida soberana al mar (aunque hoy por hoy la complementación que se tiene con ciertos puertos chilenos al respecto deja a este tema con una motivación en gran parte de carácter político) y también el tema de los recursos económicos que posee el país y de quien los controla y adquiere sus beneficios económicos. Ahondando un poco más en lo señalado anteriormente, se debe señalar que el territorio le impone una serie de pruebas a la sociedad boliviana en su conjunto, las cuales no han podido ser, a través de los años, correctamente superadas, sobre todo a nivel estatal, a pesar de innegables avances al respecto como por ejemplo en el plano de “… la fragmentación e incomunicación territorial que explica la inconclusa integración de los mercados internos y su confinamiento territorial sin una salida al mar384, lo que condiciona seriamente su acceso a los casual según el informe, ya que se están comparando en general países con procesos históricos, características culturales, y recursos materiales relativamente similares. (Página 28) 4.- Se presentan algunas cuantificaciones puntuales de los efectos de la mediterraneidad por el transporte, y la utilización de instalaciones y servicios portuarios en territorio chileno, para las operaciones de comercio exterior bolivianas; estos costos imputables a la mediterraneidad, son absorbidos básicamente por los exportadores como una suerte de impuesto que encarece el valor de sus mercancías exportables y les resta capacidad competitiva con productos similares ofrecidos en los mercados internacionales, y en el caso de las importaciones por los consumidores locales, que se ven obligados a adquirir bienes de consumo, maquinaria v equipos productivos e insumos, a precios mayores. Estos costos desglosados en costos de transporte por carretera, de transporte ferroviario, de utilización de servicios portuarios y otros adicionales ascienden a 30 millones de dólares por año. (Página 28) 5.- Otros: Desviación de la inversión extranjera, mayores obstáculos para integrarse económicamente a la economía mundo bajo un contexto de globalización, encarecimiento de las exportaciones producto de un aumento de costo por conceptos de trasporte, etc…. (Página 29). 384

El problema de una salida soberana al mar de parte de Bolivia, no debe ser considera como la única vertiente explicativa de la falta de desarrollo económico del país. Ciertamente el territorio y la salida al mar perdida por Bolivia durante la Guerra del Pacífico, en alianza con Perú y en

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mercados internacionales”385. Esta situación no sólo condiciona en parte sus perspectivas de desarrollo económico (mucho de lo cual se liga dentro del discurso boliviano a una salida soberana al mar, debiendo tomar en cuenta la realidad de lo señalado anteriormente en cuanto a esta demanda marítima), sino que contribuye a la fragmentación social, en donde es difícil que grupos indígenas y populares sean capaces de coordinar efectivamente sus demandas (además que el territorio contribuye que para elementos puntuales estas demandas no sean las mismas, ya que campesinos del altiplano y campesinos de la zona oriental no presentan necesariamente los mismos problemas, por cuanto la tierra y los factores geográficos en uno y otro sector permite el cultivo de diferentes especies), ya que no pueden tomar contacto físicamente de forma expedita, aunque hay que señalar que al respecto y gracias al avance tecnológico de los últimos años (telefonía celular e Internet, además de medios de medios de trasporte más baratos, eficientes, rápidos y accesibles) esta situación ya no constituye necesariamente un problema formal tan grande, a pesar de que estos grupos todavía no están del todo integrados a estas nuevas ventajas. El problema de la falta de integración regional desde el punto de vista económico, tiene profundas raíces históricas, ya que desde “… la época colonial por la minería de la plata, hizo descuidar la integración territorial que requería la región y la postergación de nuevos mercados agrícolas”386. Esta situación ha

contra de Chile, ha sido importante, sobre todo por que la región produjo notables riquezas económicas desde mediados del siglo XIX hasta la década del ’30 del siglo XX aproximadamente producto de que la zona era rica en guano, salitre y otros minerales como la plata y el cobre. Fuera de la consideración válida de que la salida al mar Bolivia la perdió como resultado de una guerra, también está el tema de que esa zona estaba ciertamente aislada del centro de desarrollo de la economía boliviana, con lo cual la pérdida de este también puede explicarse en parte por “su abandono, por su escasa densidad de población y por la falta de conexión con el resto del territorio”, situación que facilitó la labor de Chile, no sólo la conquista del territorio, sino también en su asimilación. Vs. Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 11. 385

Ídem. Página 12.

386

Ídem. Página 13.

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significado históricamente un mayor desarrollo económico de ciertas zonas de Bolivia en desmedro de otras, ya que por muchos años durante el siglo XIX, se siguió básicamente con el mismo sistema productivo, y con las mismas relaciones económicas al interior de Bolivia, que las que ya existían desde tiempos de la dominación española en América. De esta forma la inversión en infraestructura siempre fue débil (hay que recordar al respecto de esto, que como se ha señalado anteriormente, este mismo elemento facilitó la victoria de Chile sobre Bolivia en la Guerra del Pacífico, y también fue una de las razones de la derrota boliviana en la Guerra del Chaco contra Paraguay387, ya que por ejemplo la dificultad para trasportar tropas hacia el campo de batalla se debía en parte por la poca cantidad de líneas férreas y por otro lado a las malas condiciones que presentaban las existentes) y enfocada principalmente a los núcleos mineros más importantes del período, no pensando en que posteriormente el occidente altiplánico y el oriente necesitarían igualmente de inversión en infraestructura para comunicarse. Sólo en tiempos de la Revolución de 1952, se llevaron a cabo serios intentos de mejorar el problema de la integración territorial a través de un gran trabajo en creación de infraestructura, trasporte y comunicaciones, el cual tiene su génesis en la denominada marcha del oriente desde la década del ’40, “… a la vez que se desconcentraban las poblaciones asentadas en el Altiplano, se generó un polo de desarrollo agrícola en el oriente y se mantuvo un mayor control de fronteras”388. Sin embargo estas medidas, aunque importantes no subsanaron el problema, situación que se ha manifestado hasta el día de hoy con la poca capacidad de comunicación entre los diversos sectores sociales existentes tanto en la región

387

Vs. GLASINOVIC V., PEDRO. “Viejos Soldados Escriben la Otra Guerra del Chaco”, Diario “La Patria en Línea”, Oruro – Bolivia, Sábado 2 de Julio del 2005. En Internet: Portal del Diario “La Patria en Línea”, Oruro – Bolivia, <http://www.lapatriaenlinea.com/content/view/4341/51/> 388

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 13.

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occidental como en la oriental, lo que afecta principalmente a los sectores indígena - campesinos que tiene poca oportunidades de sacar sus productos de la región, por la mala comunicación y por los altos preciso de transporte para las zonas más aisladas. Ante esto, los sectores dirigentes han planteado una serie de mecanismos en perspectiva histórica, para “… la conversión de Bolivia en un país competitivo a nivel internacional sin que ningún momento se plateara que ese hecho tuviese que implicar la concesión de la ciudadanía de a los indios u otros sectores políticamente excluidos, y menos aún que estos tuviesen que estar representados por medios de partidos políticos”389. Estas situaciones, de esta forma, constituyen los principales motores que provocan los conflictos, ya que estos sectores se sienten explotados, debido que trabajan para le lite y no cuentan con derechos suficientes frente a ella, situación que ha comenzado a subsanarse a partir de las movilizaciones del año 2000.

389

Op. Cit. IRUROZQUI, MARTA. “La Armonía de las Desigualdades. Elites y Conflictos de Poder en Bolivia 1880 – 1920”. Página 17.

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1.1.3.2. ¿Se Puede Hablar de un Estado – Nación en Bolivia? Finalmente, para el desarrollo de la segunda pregunta de este último nivel en torno a si se puede hablar de un Estado – Nación en Bolivia se deben tener necesariamente presentes, los apartados abordados anteriormente y ciertas consideraciones conceptuales presentadas a continuación. El gran problema que a presentado Bolivia a través de su historia es que no ha podido conformar un Estado – Nación lo bastantemente poderosos para imponerse a los variados grupos sociales que habitan en el territorio. Según Marta Irurozqui, “… para gran parte de la historiografía sobre el área andina, las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX representan la pérdida de una de las oportunidades más propicias para conformar sólidos Estados nacionales, debido a que las clases dominantes no supieron convertirse en agentes de progreso”390. De esta forma la elite que estaba destinada a conformar un Estado – Nación, ya sea por incapacidad para gobernar y someter a las masas indígenas y populares, como también por la serie de divisiones existentes en su interior, no fue capaz de llevar a buen término tal proyecto. La investigación entenderá el problema de la construcción de un Estado – Nación, partiendo de la base que “… el imaginario de la Nación y del Estado – Nación, es una “construcción” producida y difundida desde el Estado (o si se prefiere, por las facciones de las elites que lo dirigen), que se define en algunos casos como un proyecto modernizante, en otros en función de conflictos internos, o finalmente por la combinación de ambos”391. Bajo esta conceptualización se entiende que para los casos de América Latina, las elites dominantes han 390

Ibidem. Página 11.

391

ARAYA, EDUARDO. “Nación y Estado en el Contexto de la Independencia”, Revista Estudios Públicos N° 41, páginas 91 a 134, Santiago – Chile, 1991. Página 98.

460


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construido y dado forma al Estado, el cual se ha hecho de los medios suficientes para ser capaz de construir la Nación, entendiendo a esta “… básicamente como la

generación

de

identidades

colectivas

que

definen

una

“comunidad

imaginada””392. En otras palabras el Estado tiene la misión de construir la Nación, al ser capaz de cohesionar una serie de diversas identidades que existen bajo los dominios del Estado, las cuales a través de la generación de elementos comunes a todas estas identidades, ya sea siendo que los acepten de mutuo propio o por la imposición de la fuerza, de lo contrario se corre el riego de una fragmentación social, cultural, política y otras analizadas en la investigación, las cuales tarde o temprano terminan por hacer presión al sistema y si este no es sólido colapsa, como acontece en la actualidad en Bolivia, comprobable a través de los efectos de las movilizaciones indígenas y populares desde el año 2000. En torno al tema de la identidad, Fernando Calderón argumenta que “Uno de los grandes problemas de Bolivia es que, salvo la identificación territorial de origen (Charcas), no se han consolidado otros principios cohesionadores de la sociedad. La creación misma de Bolivia, pese a ser un logro socialmente compartido, no fue percibida del mismo modo por la existencia de múltiples intereses regionales. El país esta construido por una suerte de “sociedades regionales” altamente diferenciadas cuyas elites, muy a menudo, han reivindicado intereses locales contra el poder central percibido casi siempre como distante y manipulador”393, situación que no permite una base sólida para lo debería ser la futura construcción y consolidación estatal en Bolivia y junto con ello, la construcción de la identidad nacional. El Estado boliviano contó con poder efectivamente durante la época de la Revolución de 1952, sine embargo también fue un catalizador de ciertos 392

Ibidem. Página 91.

393

Op. Cit. CALDERON GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”. Página 446.

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problemas que le hizo perder nuevamente el control. Fernando Calderón señala que “El Estado fue entonces el nuevo eje de la vida socio – económica y política de la nación y también el referente principal de los nuevos conflictos sociales. Además, El Estado prácticamente monopolizó las relaciones económicas con el exterior y con ello fue también el puente de la dominación externa. Este nuevo Estado corporativo y patrimonial tuvo, en general, dos grandes orientaciones políticas nacionalistas. Algunas veces, como bajo el gobierno de Ovando y Torres, tuvo un carácter más progresista y distribucionista; otras, más autoritario y conservador, como en los casos de Barrientos y Banzer durante los setenta, pero siempre fue el parámetro de referencia de los distintos comportamientos colectivos”394. Como se ha visto a lo largo de los diferentes período conflictivos, la elite boliviana, en perspectiva histórica ha sido protagonista de los propios problemas de los cuales se queja hoy, falta de un Estado estable y con proyectos de desarrollo claros y a largo plazo y un grave fraccionamiento nacional a nivel societal producto de la inexistencia de un proyecto de Estado – Nación perdurable a través del tiempo. Ciertamente la elite es gran responsable de estos mismos problemas, aunque no él único grupo. La pregunta aquí sería entonces, el por que la elite a pesar de manifestar una serie de falencias a través de la historia, ha seguido siendo a través de esta, el grupo dirigente dueño de poder político, económico y social y dueño de la decisión de que grupos entran y que grupos salen del gobierno. Una primera aproximación a una respuesta satisfactoria para esta situación, se haya necesariamente a nivel histórico. Si, ciertamente la elite ha sido el único grupo en el poder y dueño del monopolio de la toma de decisiones a nivel del poder político, no sólo por que ha conseguido éxito en sus mecanismos de reproducción y de garantización de

394

Ibidem. Página 435.

462


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permanencia en el poder, sino también por que no hay (y tampoco ha dejado que surjan) grupos capaces de discutir no sólo sus decisiones, sino que también su rol como único sector dirigente, por lo meno, hasta la aparición de las movilizaciones del año 2000 y de la llegada de los partidos indígenas al parlamento en el año 2002, los que han provocado cambios sustantivos, sobre todo a partir de que en el 2006 llega Evo Morales al poder, sin embargo, no se tiene claro al día de hoy, si estos cambios y avances serán consolidados en el país, por los sucesores del gobierno. Esto se debe fundamentalmente ha que la elite a logrado configurarse de forma más o menos exitosa, como un grupo socio – político relativamente homogéneo, ya que a pesar de sus constantes fraccionamientos fruto de su histórica rivalidad, ha sido capaz de lograr consenso no necesariamente en asuntos relativos a lograr el desarrollo del país, sino en como mantenerse hegemónicamente en el poder y como seguir manteniendo a el resto de la sociedad aislada de este, y fraccionada dentro de sí misma, en la lógica de dividir para vencer. A esta situación se debe sumar que tampoco los sectores indígenas y populares, han sido capaces de soslayar las trabas que les ha impuesto la elite, especialmente las referentes a lograr una división entre indígenas y sectores populares, sino también al interior de los mismos indígenas y de los mismos sectores populares, lo que ha permitido que la elite cuente con una ventaja organizacional a la hora de hacerles frente. También hay que mencionar que la elite ha sido capaz de absorber y aplacar, en ciertos momentos mejor que en otros, las demandas del resto de los grupos de la sociedad, para lo cual históricamente ha usado la manipulación de los partidos y de su electorado, como también la represión y las promesas de futuras mejoras y de la satisfacción de las demandas. La demanda de autonomía de parte de oriente en la actualidad, es fruto de la confusión

de

“…

la

saludable

descentralización

interna

se

confunde

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frecuentemente con centrifugación del poder y cuestionamiento de la cohesión nacional”395. Esta situación es la que mantiene en vilo al caso boliviano, ya que no es la demanda de autonomía en si, si no la impresión que tienen los actores movilizados que el fraccionamiento social ha llegado hasta tal punto en que un sector del país se siente totalmente distinto al otro y desea su separación. Como se aprecia también, el Estado tampoco es capas de resolver esto y se muestra prácticamente indefenso en contra de la demanda autonómica, ya sea de la elite del oriente o de lo sectores indígenas, ya que los departamentos que son partidarios de esta situación, han anunciado que lo harán con apoyo o sin apoyo (entendió como autorización) del poder central. Es decir, aquí se puede apreciar como el Estado – Nación, primero es insuficiente para hacer frente a la serie de demanda y poder contener a estos grupos (ya sea los que se movilizan en contra o a favor de la autonomía, que como se ve tiene profundas motivaciones económicas), y por otro lado, ha sido incapaz históricamente de lograr la cohesión o por lo menos lograr el consenso de los distintos grupos sociales que componen Bolivia. Se puede señalar que “… este fenómeno de debilitamiento del Estado ha sido aceptado por la imagen burocrática y clientelar, cuando no corrupta, de la vieja estructura, pero no ha sido sustituido por otra más eficiente”396, ya que como se ha visto, esa estructura, la anterior a la “democracia pactada” y en ella misma, la elite pudo contener las demandas sociales, el problema es que nunca pudo resolverlos, por lo que esta estallaron de forma conjunta un a vez que dejaron de operar los mecanismos que se describen a lo largo del trabajo (promesas de los movimientos populistas, represión contra las demandas, clientelismo, etc.). De la 395

GONZÁLEZ, FELIPE. “Crisis de la Política: Causas y Respuestas Eficientes”, páginas 41 -50. En: PNUD, PROGRAMAS DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. “La Democracia en América Latina. Hacia Una Democracia de Ciudadanas y Ciudadanos. Contribuciones Para el Debate”, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, Ediciones Aguilar, Altea, Taurus y Alfaguara, Buenos Aires – Argentina, 2004 396

Idem. Página 43.

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misma forma hoy, “… nos encontramos con poderes públicos que han perdido el control sobre contenidos de la política que afectan a la ordenación del territorio, a la cohesión social, a la formación de capital humano o a la igualdad de oportunidades, y que por ello pierden parte del sentido que les atribuía y les atribuye la ciudadanía, lo que provoca desafección y rechazo”397. De esta forma el estado actual de Bolivia es ciertamente de fraccionamiento, del cual sólo cabe esperar que el Estado sea capaz de resolver parte de las desigualdades y resolver alguna de las demandas de los grupos movilizados, ya que como se ha visto la construcción de una unidad en torno a un Estado – Nación, requiere de un construcción de un proyecto país a largo plazo, situación que la clase política dirigente de Bolivia no ha hecho ni hará actualmente, ya que la elite representada por los partidos que han sido definidos en este trabajo como tradicionales, prefiere una surte de “empate catastrófico”, en donde, producto de un sistema de vetos, en donde si bien algún grupo del sector dirigente puede acceder al poder e intentar gobernar

(sobre todo a través de un pacto), lo

cierto es que nunca alcanza una mayoría lo suficientemente amplia para no verse vetado en sus proyectos, en donde incluso el gobierno de Evo Morales, con mayoría parlamentaria no ha podido logarlo del todo. En el fondo es la idea de que si un grupo no es capaz de gobernar, tampoco dejará a otro hacerlo, mientras tanto, los sectores indígenas y populares siguen sufriendo a causa de este juego. Por otro lado, los impactos provocados por el proceso de la globalización, no han sido asumidos de forma adecuada dentro de la región, ya que las reformas institucionales y sobre todo el funcionamiento de los partidos políticos parece inalterable frente a este proceso, a pesar de los numerosos cambios que este ya ha provocado, de forma que “… el Estado nación, como espacio de realización de la democracia, de la soberanía y, con frecuencia, de la identidad, ha sido el

397

Ibidem. Página 43.

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principal receptor de estos impactos”398, con lo cual se han generado desequilibrios en relación al Estado de la “democracia pactada”, lo que sería positivo si estos movimientos tuvieran un encauzamiento que diera solución a sus demandas, sin embargo la situación no es así, ya que estos grupos están siendo cooptados por movimientos políticos más radicales los cuales los están utilizando con fines netamente electorales, aunque con el gobierno del MAS el tema ha comenzado a cambiar un poco. Bajo este marco se puede apreciar entonces que los conflictos recurrente en Bolivia se suscitan dentro de buena parte del siglo XX partir de las crisis de efectividad gubernamental a lo que se debe añadir también, “… la crisis de credibilidad y legitimidad que experimenta el gobierno y otras instituciones políticas básicas —especialmente los partidos— el resultado es una crisis de gobernabilidad que va más allá de la estricta esfera gubernamental y afecta al conjunto del sistema político. De manera que uno de los principales desafíos que tiene que afrontar el país es superar la actual crisis de gobernabilidad”.399 De esta forma se sostiene que la única manera de salir de esta crisis, es solucionando los problema de raíz a través de la creación un nuevo orden social, donde los grupos que actualmente se movilicen no solo estén incorporados al juego democrático, sino también tengan poder dentro de las decisiones de Estado y que respetando el juegos democrático, los grupos a los cuales estas medidas no les convengan, deban aceptar las decisiones populares, para lo cual el Estado debe fortalecerse, de esta forma se sentirán parte del país, y con ello podría comenzar a asentarse el postergado Estado – Nación en Bolivia. Señala Fernando Calderón que, “La fuerza de la sociedad boliviana, a través de sus

398

Ibidem. Página 43.

399

Op. Cit. PRATS, JOAN (Director). “Perfil de Gobernabilidad de Bolivia”. Página 171.

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múltiples actores y variados movimientos sociales, constituye probablemente el sello de la identidad nacional moderna”400.

400

Op. Cit. CALDERON GUTIÉRREZ, FERNANDO. “Actores Sociales”. Página 427.

467


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1.2. Análisis de la Hipótesis de Investigación Finalmente para completar este primer nivel de las conclusiones generales, se procederá a analizar y comprobar la aplicabilidad de la hipótesis de investigación. Se debe recordar que la hipótesis de trabajo se sintetiza en la siguiente figura.

Figura N° 37 – Hipótesis de la Investigación401

401

Fuente: Elaboración propia.

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La hipótesis central del trabajo es que, el Estado en Bolivia es una construcción en permanente cambio, derivada de las tensiones y problemáticas irresolutas entre la elite, que tradicionalmente ha dominado el Estado, y el resto de los grupos

sociales,

principalmente

los

grupos

indígenas,

sistemáticamente

marginados del acceso a este, lo que se ha traducido en que el conflicto sea una característica recurrente de la historia del país, lo que se ha manifestado en las fragmentaciones sociales, étnicas, regionales y culturales expresadas a través de las crisis recurrentes. De esta forma, la situación de conflicto recurrente en Bolivia ha configurado un tipo de Estado, que desde su conformación a lo largo del siglo XIX, no pudo consolidarse como un Estado – Nación, como sí ocurrió, con más o menos suerte, en el resto de la región, lo que ha convertido al país en un frecuente foco de crisis de diferente índole. Esta situación se da producto de que los recurrentes conflictos entre elite y los diversos grupos indígenas y sociales, no han permitido, hasta el día de hoy, la conformación de un Estado capaz gobernar los destinos del país. Al analizar los distintos períodos conflictivos definidos por la investigación, así como sus conclusiones en base a las preguntas de investigación, se llega a la conclusión de que efectivamente la hipótesis se cumple. El Estado, en una especie de relación circular viciosa, al estar controlado por la elite y la forma de relacionarse de estas con los sectores indígenas y populares, ha generado una serie de exclusiones y fragmentaciones, las cuales se reproducen a lo largo del siglo XX, acentuándolas, aunque como se analiza en las conclusiones, hoy en día se está en presencia de una reducción de las exclusiones, pero un aumento de las fragmentaciones.

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Las visiones y proyectos contrapuestos de país que existen entre la elite y los grupos indígenas y populares han generado un marco de tensión, respaldado por las fragmentaciones y exclusiones que se han convertidos en motores del conflicto recurrente en Bolivia, no permitiendo la construcción y el desarrollo de un Estado – Nación, lo suficientemente cohesionado y materialmente fuerte para poder reducir las tensiones generadoras del conflicto reduciendo de forma equilibrada las exclusiones y fragmentaciones, en un marco en que estas relaciones son birediccionales y recíprocas, como puede apreciarse en la siguiente figura.

Figura N° 38 –Comprobación de la Hipótesis de Investigación402 De esta forma, se puede concluir además, que mientras no se construya un Estado – Nación fuerte, las fragmentaciones y exclusiones serán siendo motores del conflicto recurrente, en donde además estos mismos elementos inhibirían la construcción de este tipo de Estado, el cual sería necesario para traer una estabilidad y gobernabilidad perdurable a Bolivia. Sin embargo, y por lo menos desde la perspectiva de la nacionalidad han existido importantes avances.

402

Fuente: Elaboración propia.

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Gustavo Fernández señala que “La nacionalidad boliviana se superpuso – y resumió – a las nacionalidades aymara, quechua y europea del altiplano y los valles, y está en proceso de abarcar e incluir las culturas de los llanos y el trópico- Es una nación pluricultural. La síntesis de esas nacionalidades que se construyó en el siglo XX. Antes no existía”403.

403

FERNÁNDEZ SAAVEDRA, GUSTAVO. “Bolivia y sus Circunstancias”, Páginas 89 – 113. En: CAMPERO, PRUDENCIO, FERNANDO. “Bolivia en el Siglo XX. La Formación de la Bolivia Contemporánea”, Editorial Offset Boliviana, La Paz – Bolivia, 1999. Página 112.

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2. METODOLÓGICAS Este aparto extraer conclusiones en torno a las estrategias metodológicas empleadas para abordar la metodología de trabajo.

2.1. Sobre la Metodología de Investigación La metodología de investigación se desarrolló bajo dos métodos, por un lado el sintético de tipo analítico y por otro el deductivo – inductivo. En torno al sintético de tipo analítico buscaba a partir de la historiografía, poder determinar los períodos conflictivos de Bolivia en el siglo XX, logrando la detección de 3 períodos como se puede apreciar en la siguiente figura.

Figura N° 39 –Método Sintético - Analítico404 De esta forma esta forma y luego del análisis de los mismos, se pudo, en el apartado de conclusiones, extraer los motivos más profundos de los conflictos, siendo capaz también, de poder orientar en torno a las constantes históricas del conflicto boliviano, por lo cual ha demostrado se un método eficaz, aunque no

404

Fuente: Elaboración propia.

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exento de problemas, debido a que presupone la contemplación de diversas variables en cada conflicto, a pesar de que el centro de la investigación se localizaba en la relación conflictiva entre elite y sectores indígenas y populares. Por otro lado, el segundo método de tipo deductivo – inductivo buscaba establecer en base a las conclusiones que entrega el primer método, dilucidar el grado de influencia de los conflictos en el desarrollo histórico estatal, para a partir de ese análisis, poder determinar la relación entre los conflictos y la propuesta debilidad del Estado, como se aprecia en la siguiente figura.

Figura N° 40 –Método Deductivo - Inductivo405 Al respecto cabe mencionar que este segundo método también cumplió sus fines, sin embargo, por las características de las conclusiones de cada período conflictivo, se hizo más difícil llegar a los grados de influencia de estos conflictos en el desarrollo del Estado boliviano, y que el conflicto entre la elite y los grupos indígenas y populares no era capaz de arrojar todas las variables necesarias por si solas, por lo que se debió completar con nueva bibliografía, al igual como ocurre a la hora de determinar los grados de relación entre el conflicto y la debilidad del Estado.

405

Fuente: Elaboración propia.

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2.2. Sobre la Secuencia de Investigación La secuencia de investigación se desarrolló bajo el modelo de cascada tratando de configurar una secuencia coherente e integrada de trabajo, sin embargo, la diversidad de elementos, hizo que la secuencialidad se perdiera en algunos momentos, puesto que se precisaba del retorno a ciertos puntos, sobre todos al paso 3 y 4, para desarrollar los pasos superiores 5 y 6 en el marco de las conclusiones del trabajo, al igual como incorporar el análisis de la exclusiones en la fragmentaciones y viceversa, como se aprecia en la siguiente figura.

Figura N° 41 – Secuencia de Trabajo Final en Base a Modelo de Cascada406

406

Fuente: Elaboración propia.

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2.3. Sobre el Marco Teórico de la Investigación El aspecto más relevante en torno al marco teórico, fue la adopción del modelo propuesto por Johan Galtung, para en análisis de los conflictos, en donde se señala que los conflictos nacen de la incompatibilidad entre los fines que persiguen dos o más actores, y ante lo cual se deben tener en cuenta los siguientes elementos para realizar el análisis: la actitud, el comportamiento y la incompatibilidad. Como se aprecia en la figura, el resultado sería un triángulo de interacción.

Figura N° 42 – Triángulo de la Teoría del Conflicto de Johan Galtung407 El modelo fue pertinente para realizar en análisis de los actores y del conflicto, en donde la actitud permitía comprender la visión y discurso del actor, el comportamiento su forma de actuar en base a su actitud y su incompatibilidad, los puntos en que los dos primeros elementos se ponían en juego en base a visualizar como ello, hacían que un actor entrara en conflicto con otro. El problema de la propuesta es que se hace extenso incluso con sólo dos actores y que puede llevar a separar mucho el análisis de cada actor de la idea central es que analizar el conflicto entre actores.

407

Fuente: Elaboración propia en base a la teoría del autor.

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1. LA ELITE 1.1. El Concepto de elite El concepto de elite tiene una serie de connotaciones diversas a lo largo de su evolución histórica, en donde desde identificarse como un término asociado a la actividad económica durante la edad moderna, pasó a ser un término asociado a la política y sociología durante la edad contemporánea, como se pasará ha analizar en este punto, con el objetivo de poder realizar una conceptualización del término que permita más tarde comprender ciertos elementos de la elite en Bolivia. Sobre el origen del concepto de elite y su significado original, Seymour Lipset y Aldo Solari, sostienen que se utiliza por primera vez, en Europa, por los dueños de negocios, a cuya mercadería de mejor calidad denominaban elite durante el siglo XVII408. Por su parte J. Ferrando, establece que el origen más remoto del concepto se encuentra en Francia, en donde elite, “es el sustantivo correspondiente al verbo elire (escoger) y hasta el siglo XVI, fue tan solo choix (elección, acción de escoger)”409, siendo a lo largo del siglo XVII, donde el término adquiere una connotación de tipo comercial como la que describieron Lipset y Solari. Estos mismos autores señalan que tan sólo durante el siglo XIX, ciertos investigadores de lo político y sociológico van ampliando el concepto hasta utilizarlo para designar a los estratos gobernantes o predominantes dentro

408

LIPSET, SEYMOUR; SOLARI, ALDO (Compiladores). “Elites y Desarrollo en América Latina”, Colección de Biblioteca de Psicología Social y Sociología, volumen 30, Editorial Paidós, Buenos Aires – Argentina, 1971, segunda edición. Página 9.

409

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de una sociedad410. De esta forma, el concepto adquiriría una connotación más cercana a la que se utiliza en la actualidad, pasando de esta manera al idioma inglés. Durante el siglo XVIII, el concepto de elite, comienza a volverse más preciso, ya que con él se empieza a hacer referencia a los grupos dentro de una sociedad que tienen aptitudes más alta frente al resto de los sectores que componen esa sociedad. En el caso de Francia, el concepto está íntimamente relacionado con “los ideales republicanos, en tanto el concepto simboliza la demanda de que quienes ejercen el poder deben ser escogidos por sus virtudes y sus méritos y no por su origen familiar”411, como ocurría en los tiempos de Antiguo Régimen, que la república francesa intentaba superar. La connotación del término relacionada a los grupos de mayor preeminencia social producto de sus capacidades, empieza a ser ligada al análisis sociopolítico durante el siglo XIX, adquiriendo con Gaetano Mosca, en el primer tercio del siglo XX, su sentido actual, ya que el autor italiano manifiesta que el concepto de elite se haya referido a la clase política gobernante412. Mosca sostiene que la elite es la minoría de personas que detentan el poder dentro de una sociedad, poder que le permite mantenerse en la cúspide producto de su capacidad de organización. La elite posee vínculos entre sí que le 410

Op. Cit. LIPSET, SEYMOUR; SOLARI, ALDO (Compiladores). “Elites y Desarrollo en América Latina”. Página 9. 411

WIKIPEDIA. “Elite”, Fundación Wikimedia, 2006. En línea, Portal de Enciclopedia On-Line Wikipedia, <http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89lite>, consulta de Octubre 2006.

412

MOSCA, GAETANO. “The Ruling Class, Westport”, Editorial Greenwood Press, Estados Unidos, 1939. Citado en: VALDIVIESO DEL REAL, ROCÍO. “Teoría de las Elites”, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Universidad Complutense de Madrid, Madrid – España, Julio 2001. En Internet: Portal de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de la Universidad Complutense de Madrid, España, <http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/E/teoria_elites.htm>, consulta de Junio 2005.

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permiten estar cohesionada, que sumado a su poder político e influencia cultural, le permiten estar por sobre la mayoría mal organizada dentro de una sociedad. Es más, Mosca sostiene que dentro de la propia elite existe otra elite, que denomina “superelite”, núcleo que desempeña las funciones de liderazgo en el seno de la elite y la hace aún más eficaz413. La teoría de Mosca es fuertemente influenciada por la de Vilfredo Pareto que escribe años antes. El autor, también italiano, sostiene que la elite se compone de todos los que manifiestan cualidades excepcionales o entregan pruebas de sus aptitudes sobresalientes en alguna actividad frente al resto de la sociedad414, siendo estas aptitudes y cualidades preeminentes las que le permiten detentar el poder político y económico además del prestigio social. Pareto además postula su teoría de “circulación de la elites”, en la cual sostiene que los descendientes de la elite de turno no necesariamente posee los mismos atributos que estos, ante lo cual se sustituyen las “elites antiguas” por otras “elites nuevas”, que provienen de sectores más bajos de la estructura social, con lo cual se da una circulación constante de la elite, manteniendo el equilibrio del sistema social y permitiendo la llegada de nuevas ideas que pueden dar pie a procesos de cambio social415. Pareto también realizó una interesante y necesaria distinción entre la “elite no gobernante” y la “elite gobernante”416, la cual es la que ejerce el control 413

Ibidem.

414

VILFREDO, PARETO. “The Mind and Society”, Editorial Harcourt Brace and Company, Nueva York - Estados Unidos, 1935. Citado en: VALDIVIESO DEL REAL, ROCÍO. “Teoría de las Elites”, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Universidad Complutense de Madrid, Madrid – España, Julio 2001. En Internet: Portal de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de la Universidad Complutense de Madrid, España, <http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/E/teoria_elites.htm>, consulta de Junio 2005. 415

Ídem.

416

Ídem.

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efectivo del poder político, conceptualización muy en la línea de R. Michels, quien asimila el término elite al de “clase dominante” o al de “oligarquía”. Cabe destacar que por estas conceptualizaciones del término elite, tanto Mosca, como Pareto y Michels, fueron tachados de “maquiavelistas”, producto de que como señala Burnham, la visión maquiavélica lleva implícita la transposición de la conducta de un “príncipe” a las acciones de las elites de carácter político417. De esta forma estos autores, que desarrollan su obra a principios del siglo XX, están mostrando un cuestionamiento de la visión tradicional del Estado democrático, ya que no necesariamente, este sería un constituyente de mecanismos productores de igualdad, y en donde además se observa, la preeminencia de una minoría social, la cual tiene el suficiente poder para imponer su decisiones minoritarias a la extensa mayoría de la sociedad, es decir, la preeminencia de la elite por sobre el resto de los grupo que componen la sociedad, desvirtuando uno de los principios esenciales de la democracia por lo menos en el plano teórico: la conducción del Estado y la toma de decisiones en base a los intereses de la mayoría. Ya hacia la segunda mitad del siglo XX, el concepto de “clase dirigente” se empezó a cambiar por el de “elite en el poder”, como lo sugirió Charles Whrigt Mills, quien señala que junto con la elite económica y social, existe también una elite política, la cual cuando está en el gobierno recibe el nombre de “endoelite”418. Esta es un sector de la elite política que se caracteriza por

417

BURNHAM, J. “Die Machiavellisten”, Editorial Pan Verlang, Zürich – Alemania, 1994. Citado en: VALDIVIESO DEL REAL, ROCÍO. “Teoría de las Elites”, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Universidad Complutense de Madrid, Madrid – España, Julio 2001. En Internet: Portal de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de la Universidad Complutense de Madrid, España, <http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/E/teoria_elites.htm>, consulta de Junio 2005.

418

MALDONADO MEDINA, GUSTAVO. “Clase Dirigente, Clase Política y Elite”, Diario “El Deber On Line”, Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, Sábado 9 de Abril del 2005. En Internet: Portal del Diario “El Deber On Line”, Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, <http://www.eldeber.com.bo/20050409/opinion_6.html>, consulta de Junio 2005.

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dedicarse a la administración de los asuntos del Estado, por lo cual la elite política en general comprendería a todas aquellas personas que frecuentemente y en intervalos relativamente regulares de tiempo, se dedican a la política haciéndose cargo de la administración del Estado. A partir de las precisiones de los diferentes autores abordados, se puede conceptualizar a la elite como el grupo social que producto de ciertas características y habilidades en algunos ámbitos del quehacer humano, posee un estatus superior dentro de la sociedad de la cual forma parte. En este sentido, la connotación que se abordará del concepto en esta investigación dice relación con la concepción genérica de elite, es decir, concibiendo a esta como un grupo con el estatus social más alto, tanto en el plano político como económico y social, ya que para en el caso en estudio, estas dimensiones del concepto de elite están íntimamente relacionadas. Esta salvedad es relevante de hacer, producto de que en la actualidad existe una creciente diferenciación entre los diversos ámbitos del quehacer humano, con lo cual las elites tradicionales concebidas en el campo de lo político y económico (y generalmente ambas a la vez) con su correspondiente ascendiente social, hoy enfrentan la aparición de otras elites, de carácter sectorial en base a la creciente autonomía de ciertas áreas de la cultura, como por ejemplo el arte o las letras. Ante este nuevo escenario, es necesario precisar también que si bien hay una multiplicidad de elites en las sociedades contemporáneas (en el sentido anteriormente descrito), también es cierto, que el poder que detentan las elites tradicionales (qué poseen el poder político, económico y social) no han visto cuestionado de forma relevante, por lo menos hasta el momento, su hegemonía en miras de su reemplazo o eliminación en manos de elites de otros ámbitos como el cultural.

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1.2. Aproximaciones a la Elite Boliviana La elite boliviana y la determinación de ciertas constantes históricas sobre su actuar, es el objeto de análisis de este apartado en base a las categorías conceptuales presentadas en el punto anterior. A partir de ello, se intenta conceptualizar a la elite boliviana, establecer ciertas características y explicar el enfoque con el cual es trabajada en esta investigación. La elite y el propio funcionamiento de ella en Bolivia, es una estructura heterogénea bastante difícil de analizar y entender, dado que es producto de la misma realidad social compleja del país. Marta Irurozqui la analiza partiendo de la base de que “los miembros de este sector son reconocidos por sus apellidos, su ascendencia europea y por ser propietarios en cantones y provincias, con gran influencia en la región y el Estado gracias a sus vínculos corporativos en la tierra, la banca, el comercio, la minería y el club social”419, siendo tan sólo estas características, los puntos en común, fuera de ciertos intereses corporativos, que se pueden encontrar dentro de esta grupo social. Para el caso en estudio es importante tener presente de que cuando se habla de elite, se hace referencia específica, como señala Irurozqui, “a un grupo social que, a pesar de su heterogeneidad, posee una herencia corporativa que proporciona a sus miembros una fuerte cohesión social y psicológica. No constituye una unidad monolítica que actúa sobre la base del consenso interno y de modo coordinado, pero quienes lo conforman se apoyan entre sí para lograr objetivos comunes con relación al poder”420 y de esta forma alcanzar sus intereses y poder reproducir su existencia a través de los años.

419

Op. Cit. IRUROZQUI, MARTA. “La Armonía de las Desigualdades. Elites y Conflictos de Poder en Bolivia 1880 – 1920”. Página 13.

420

Ídem. Página 13.

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Ciertamente esta situación le confiere a la elite una conciencia de cierta identidad común entre sus miembros ya que se reconocen a si mismos como un grupo social preeminente dentro de la sociedad boliviana, unidos por ciertos lazos como un origen étnico “blanco”421, con altas posiciones institucionales, conectados entre sí, y el poder económico (o por lo menos la existencia de lazos con él), elementos todos los cuales le permiten garantizar no sólo su preeminencia

social,

sino

también

los

mecanismos

de

supervivencia

y

reproducción con los que cuentan422. De la misma forma este grupo cuida de que otros sectores de la sociedad no le disputen su preeminencia dentro de esta como por ejemplo se da con la unión de familias por la vía matrimonial, la creación de sistemas y programas educativos, el alejamiento de ciertos sectores del poder político y económico, etc., características que acentúan el carácter exclusivo del grupo y limitan la movilidad social ascendente de los sectores subalternos423, para que así la elite no tenga grupos que le puedan disputar su rol dirigente como ha ocurrido constantemente con la marginación social, política y económica de los indígenas a través de una serie de proyectos excluyentes aplicados por la elite a lo largo de la historia de Bolivia. Las características de la elite boliviana hasta aquí descritas, son fruto de la conciencia de su preeminencia dentro de la estructura social del país.

421

El ideal étnico de “blanco” debe ser entendido en la investigación como los descendientes de las familias provenientes directamente de españoles y de otras nacionalidades europeas, no necesariamente se hace referencia específica al fenotipo de piel blanca, aunque también es un importante elemento a considerar, producto de que en ciertas oportunidades, algunos mestizos y un número no menor de indígenas, intentar “blanquear” su realidad, producto del poder político, social o económico que detentan, para poder acceder al prestigio social asociado a los blancos en Bolivia y con ello mejorar su posición dentro de la estructura socio – política del país. 422

En este sentido se hace referencia a todos aquellos elementos e instituciones que permiten que la elite sea el grupo predominante dentro de la sociedad boliviana, como también a aquellos como la educación, lazos matrimoniales, negocios con extranjeros, propiedad de la tierra, puestos políticos, etc., y todos los cuales que permiten que estos elementos se trasmitan de generación en generación y con ello, la elite se asegure su preeminencia a través del tiempo. 423

Op. Cit. IRUROZQUI, MARTA. “La Armonía de las Desigualdades. Elites y Conflictos de Poder en Bolivia 1880 – 1920”. Página 13.

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Desde la perspectiva teórica, la respuesta al antagonismo histórico entre la elite boliviana y los grupos indígenas, la entregan Mosca y Pareto, autores que señalan que la elite, al ser el grupo que controla y administra el sistema social y de gobierno se distancia del control que debe ejercer la mayoría, dentro de un sistema democrático y considerando que la elite es un grupo minoritario dentro de la sociedad, con lo cual es la elite quien llega a determinar a que grupos excluye y a cuales integra, creándose una relación de antagonismo y enfrentamiento entre ambos sectores sociales. A partir de esta argumentación teórica que hacen Mosca y Pareto, y asumiéndola como válida, se constata rápidamente al examinar la historia de Bolivia, que el enfrentamiento entre el grupo dominante y el resto de la sociedad, en este caso, entre la elite boliviana y los grupos indígenas, se ha mantenido a través de los años, producto de que la elite no ha dejado de excluir sistemáticamente a los grupos indígenas, situación que ha convertido a esta relación de conflicto en una constante histórica con ciertos momentos álgidos que se han traducido en revueltas populares. Estos episodios, generalmente llenos de violencia, son considerados por los grupos indígenas como única vía posible para poder expresar su malestar y poner sus demandas dentro del debate público frente a la elite y el Estado. Esta connotación de la violencia dentro de la manifestación indígena, y más globalmente de todos los grupos excluidos de Bolivia, han contado con escasa suerte durante el siglo XIX y gran parte del siglo XX, en donde recién, en la última década del siglo, el tema de la exclusión de los indígenas pasa a convertirse en un problema serio dentro de las agendas gubernamentales, situación que aparece ante el análisis histórico por lo menos como curiosa, dada la elevada tasa de población indígena que constantemente ha existido en el país, sin embargo pareciera ser que en gran parte de América Latina este escenario se ha presentando de forma similar salvo algunos matices.

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1.3. Aproximaciones a la Elite Boliviana

La elite en Bolivia históricamente ha detentado el poder, y junto a ello ha marginado y ha intentado dividir al resto de los sectores sociales con la idea de poder asegurar y repetir esta situación a través del tiempo. Esta situación ha generado constantes cuadros de inestabilidad política – social, ya que “…tanto de las resistencias de los grupos subalternos a la supremacía de la elite como de los enfrentamientos entre las distintas facciones de esta”424, son generadores de nuevas crisis, pero que tienen un mismo trasfondo: la lucha de los grupos marginados por mejorar su posición con respecto al poder y a sus condiciones de vida, frente a una elite que no sólo lucha entre ella la por el poder, sino debe apaciguar las demandas sociales de estos grupos marginados, ya que el no hacerlo suele terminar con una crisis insoluble de ingobernabilidad, lo que suele desembocar también en crisis económicas que no hacen más que agudizar los problemas existente y con ello generar más tensiones entre los grupos dominados y los dominantes. Cabe señalar que tal como la elite no es homogénea, tampoco lo son los grupos que suelen manifestarse, ya que por un lado se encuentran las comunidades indígenas y por otro una mancomunidad criollo – mestiza, en que “ambos sectores conforman un diálogo asimétrico en el que la elite construye un discurso excluyente en virtud de la exigencias y posibilidades reales de participación política y ciudadanía del grupo dominado”425, para de esta manera poder reproducir su poder a través del tiempo.

424

Op. Cit. IRUROZQUI, MARTA. “La Armonía de las Desigualdades. Elites y Conflictos de Poder en Bolivia 1880 – 1920”. Página 12.

425

Ídem. Página 12.

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De esta forma se aprecia como la relación que tiene la elite frente al resto de la sociedad en Bolivia, es básicamente mantenerlos dominados para que de esta forma esta misma masa le entregue el poder a la elite de forma sistemática, ya que por la división que tienen entre sí los sectores dominados, no constituyen un grupo fuerte para poder contrarrestar el poder de la elite. Salvo en los últimos años, especialmente a partir de la elección del año 2000, han emergido en Bolivia una serie de grupos contestatarios al orden impuesto por la elite, y si bien tiene gran relevancia y adhesión popular, todavía no pueden configurarse en una opción fuerte para reemplazar a la elite en los puestos de poder y en la administración del Estado, a pesar de notables avances en esos dos aspectos.

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1.4. Las Falencias de la Elite Boliviana La elite boliviana se ha caracterizado por presentar tres características que en perspectiva histórica, se pueden considerar como falencias de su gestión y que también nos pueden ayudar ha entender los conflictos que hoy desangran al país altiplánico. Estas características que hemos de explicar conjuntamente como falencias son la marginación de gran parte de la sociedad boliviana como lo son los sectores indígenas y mestizos, la incapacidad para crear un sentimiento nacional y el fraccionamiento de la propia elite. El primer elemento que ha caracterizado a la elite boliviana, como se ha visto anteriormente, ha sido su histórico marginación de los grupos indígenas y mestizos de la toma de decisiones y de los centros de poder, relegándoles a un lugar secundario en la historia boliviana, con lo cual la elite ha podido asegurar su permanencia en el poder y que ningún grupo pueda cuestionarle su rol dirigente. Dentro de esta situación, se debe comprender también en que una serie de factores geográficos han ayudado a la elite a cumplir su plan, ya que la división natural entre la zona occidental y oriental del país, entre el altiplano y el valle, entre la zona pobre y la zona más próspera, respectivamente, ha provocado que los distintos grupos marginados queden aislados, los unos de los otros, con lo cual no han podido plantear sus demandas de forma conjunta, con lo cual no han puesto en apuros a la elite. Ciertamente

desde

la

segunda

mitad

del

siglo

XX,

esta

situación,

fundamentalmente debido a grandes avances en materia de trasporte y comunicaciones, de una u otra manera han planteado ciertos matices a esta situación, ya que en el conflicto actual, los grupos están ciertamente mucho más

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coordinados, aunque de igual forma persisten dejos de regionalismo que les impiden aunar totalmente sus demandas. A este elemento de división territorial y marginación social y política, necesariamente debe ser contemplado bajo una vieja política de la elite de mantener divididos entre sí no sólo a las diferentes etnias indígenas y grupos mestizos, sino también que ha intentado crear rivalidades y diferencias entre indígenas y mestizos, situación que históricamente ha tenido éxito, y a pesar de que en el día de hoy se han logrado importantísimos avance, sobre todo en lo que respecta a aunar demandas, persiste la imagen del indígena con respecto al mestizo, de que este es de una u otra manera un sector totalmente bajo los dictamines de la elite, como del mestizo con respecto al indígena, de que este es un sector social que se encuentra no solamente dominado por la elite por la procesión de las tierras, sino también se e considera ciertamente inferior, atrasado e inculto. Una segunda característica de la elite ya se ha tratado en algunos aspectos de los puntos anteriores, ya que esta no ha sido capaz de crear ni un Estado sólido y permanente en el tiempo, con una visión y proyecto a largo plazo de país, sino tampoco ha logrado cuajar un sentimiento nacional dentro de los distintos grupos sociales que conforman el país y por ende mucho menos, crear un Estado – Nación como se ha definido anteriormente. Es cierto que “Los comienzos de la República fueron, pues, difíciles como en ninguna otra parte. Como bien lo expresa Finot, fue extremadamente grave para el nuevo Estado la emigración o muerte de muchos de los hombres de la clase dirigente. A lo largo de todo el siglo XIX repercutirían negativamente los efectos de las destrucciones y pérdidas humanas que engendró la guerra. Fue el precio durísimo que significó a la patria boliviana, heredera de Charcas y del Collasuyo, el logro del autogobierno en el

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que parte tuvieron los héroes de las guerrillas de las cinco provincias”426, sin embargo estas dificultades también fueron vividas por el resto de lo países de la región y pudieron construir de igual forma un Estado – Nación. De esta manera, la situación presenta varios niveles de análisis, pero sin duda los fundamentalmente son dos: por un lado la incapacidad de la elite para lograr consenso en elementos de importancia nacional, y por otro su constante fraccionamiento, el que explica esta falta de consenso en los temas principales. Finalmente la última característica de la elite, es que a pesar de reconocerse como tal, tampoco ha construido una base de entendimiento dentro de ella, lo que se ha traducido no sólo en históricas divisiones, sino en constantes fraccionamiento con respecto a temas coyunturales y de interés nacional. Comos señala Marta Irurozqui, “la fuerza de las rivalidades en la elite para controlar la vida regional y nacional es, según las hipótesis que aquí se formulan, básica para comprender los problemas a los que se enfrenta Bolivia en la actualidad”427, ya que como señala la misma autora, “la mayor debilidad de la elite radica en las competencias personales y sectoriales. La constante necesidad de defender sus actividades, propiedades y posición social en el espacio local y regional contra intereses rivales obliga a sus miembros a desarrollar una forzada intervención política a nivel nacional”428, lo que no permite la construcción de una identidad boliviana de la elite, sino tan sólo una lealtad de clase cuando los problemas se avecinan.

426

SILES SALINAS, JORGE. “La Independencia de Bolivia”, Editorial MAPFRE, Colección Independencia de Iberoamérica, Madrid – España, 1992. Página 360.

427

Ídem. Página 12.

428

Ídem. Página 13.

498


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