19 minute read
San Francisco, modelo de sintonía perfecta con la creación
GRUPO SANTO DOMINGO San Francisco, modelo de sintonía perfecta con la creación
SAN FRANCISCO DE ASÍS
Advertisement
Francisco nació en Asís, Italia en 1182. Su nombre de pila, Giovanny Pietro di Bernardone. Hijo de un rico mercader, Pietro de Bernardone y su madre Joanna Pica. Fue educado licenciosamente por sus padres, a tono con la vanidad del siglo, los superó en vanidad y frivolidad (1). Era un joven que recorría las calles de Asís por las noches, vestido de juglar, desbordante de alegría, acompañado de violas y laúdes. (2)
En 1202 a los 20 años, participa como caballero, en el conflicto entre Asís y Perugia, cae prisionero durante un año, tiempo de reflexión, él no podía luchar contra sus hermanos, no podía entender la guerra; dona su armadura y se marcha. Pero aún quedaban deseos de mundo y una repulsión marcada a los leprosos, sin embargo, movido internamente, conoció a un leproso, va
Myriam Dávila S.
Grupo Santo Domingo
y lo abraza, venciendo su propio yo: había encontrado la belleza de Dios en otro ser humano. Inicia su cambio. Se retira de todo. El Señor lo escoge para que viniera a inflamar este mundo, con el fuego de Su Amor Infinito, que se proyectará a través de él.
En 1206, a los 24 años San Francisco tuvo su primera visión en el pequeño templo de San Damián, cuando oraba intensamente ante una imagen de JESUCRISTO, una voz le habla en el silencio de su muda y amorosa contemplación: “Francisco, ve, repara mi iglesia. Ya lo ves, está, en ruinas”. No vaciló y corrió a su casa paterna, cogió unos cuantos rollos de paño y fue a venderlos a Foligno, y entregó el dinero al sacerdote de la iglesia de San Damián. Esta acción desató la ira de su padre, quien lo llevó ante el Obispo de Asís pidiendo que renunciara formalmente a cualquier herencia, Francisco, rebosante de alegría y poniendo a los pies del obispo el dinero exclama: “Señor, no solo quiero devolverle con gozo de mi alma el dinero obtenido al vender sus cosas, sino hasta mis propios vestidos”. Despojándose de ellos, añade: “Oídme todos y entendedme: hasta ahora he llamado padre mío a Bernardone, pero como tengo propósito de consagrarme al servicio de Dios, le devuelvo el dinero, objeto de su enojo y los vestidos que de sus haberes tengo, y quiero desde ahora decir: Padre Nuestro que estás en los cielos, y no padre Pedro Bernardone”. (3)
Se despojó de sus vestiduras y las entregó a su padre, saliendo desnudo del templo, renunciando a cualquier bien material por amor a Dios. Desde este momento, escogió a Dios como su único Padre, y se operó en él un cambio total, comenzó a vivir el mensaje del Evangelio.
Toma la opción por los desposeídos y los enfermos. Su padre carnal Bernardone, lo abandona, lo desconoce, lo maldice, y Francisco opta por buscar a un anciano muy pobre, de corazón recto y sencillo en reemplazo de su padre y lo adopta como su padre en la tierra, y le pide: “Seré como tu hijo, y cada vez que mi padre carnal me maldiga, tú, mi padre adoptivo, me bendecirás”. (4)
Grupo Santo Domingo
A los 25 años, dejó su ciudad natal y se dirigió a Gubbio, donde trabajó abnegadamente en la reconstrucción de un hospital de leprosos. Regreso a Asís y se dedicó a restaurar con sus propias manos las iglesias de San Damián, San Pietro In Merull y Santa María de los Ángeles en la Porciúncula, pidiendo ayuda y materiales a los transeúntes; esos años fueron de retiro y oración, vivía y compartía su mesa con pobres y mendigos.
Dios se revela Francisco en la tierra, el fuego, el aire, el agua, en las aves, la hierba, las flores, el temido lobo, esos eran sus hermanos; ve y canta la grandeza de Dios en el sol y las estrellas. Francisco, tiene la conciencia de: “Vivir en ÉL, moverse en ÉL, existir en ÉL”. (5) -El hermano Francisco, oraba intensamente con esta oración mántrica: “¿Quién eres Tú dulcísimo Dios mío? ¿Quién soy yo, gusano vilísimo e inútil siervo tuyo? Francisco confiesa que: cuando pronunciaba la primera invocación: “Me hallaba invadido por una luz de contemplación en la cual yo veía el abismo de la infinita bondad, omnipotencia y sabiduría de Dios”, y cuando decía la segunda parte, “la otra luz de contemplación me hacía ver el fondo deplorable de mi vileza y miseria”. (8)
Francisco nos enseña con su oración de contemplación, cómo es Dios, y la visión propia de la criatura a la luz de Dios. Con él, lo invisible de Dios, se hace visible en cada criatura, por eso, vivió y murió cantando alabanzas al Señor con sus criaturas.
Francisco penetra en las profundidades del Océano de Amor, de gloria, de ternura; él es ejemplo de esa armonía con el Infinito, de ese “Tú y Yo somos Uno”. Cristo se refleja en su alma, Dios se convierte en realidad inmanente, Dios es una vivencia. Dios comienza a ser esta Realidad sentida y vivida en los arcanos del corazón (6). Francisco es un evangelio viviente, él mismo lo confiesa: “Después de que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba que debía hacer, sino que el Altísimo mismo, me reveló que debía vivir según la forma del Santo Evangelio”. (7)
Había caído la noche, el pequeño monte Alverna, ardía en llamas resplandecientes iluminando todo como si brillara el sol. Todos fueron testigos. - ¿Qué había acontecido en aquel lugar? … Pero su explicación frente al fuego que vieron todos, fue: “En aquella llama que viste, estaba Dios, que me hablaba bajo aquella forma, como había hablado antes a Moisés.”(9)
Hecho similar ocurrió en Santa María de los Ángeles, cuando San Francisco habló sobre Dios de tal manera, que todos lo sintieron profundamente y vino sobre ellos la abundancia de la gracia divina, y quedaron arrebatados en Dios. Los habitantes corrieron presurosos a apagar el incendio, pero éste no era el fuego de la leña o la hojarasca, era el fuego divino que ardía en las almas contemplativas que se encontraban en oración. Francisco pidió al Señor dos cosas:
1) Experimentar en su vida, en alma y cuerpo, lo mismo que experimentó Cristo en su pasión.
2) Vivir aquel amor sin medida, en el que Cristo ardió por nosotros.
Ambas gracias fueron concedidas, eso prueba la identificación plena y total de Francisco con Cristo. Es uno de los santos más grandes del cristianismo, escaló las más altas cimas de la espiritualidad.
Francisco no vistió una túnica ocre, pero vistió el más humilde de los hábitos y recorrió los caminos, descalzo, y sin llevar nada para su sustento; observó los votos de pobreza, castidad y obediencia. Él es un verdadero sannyasin cristiano, como todos nuestros santos y maestros orientales, hizo todo para difundir el evangelio. Francisco practicó el verdadero no apego a nada.
En cierta ocasión, tenía que someterse a una curación de sus ojos, que implicaba la cauterización de su herida con un hierro incandescente, en el momento de esta dolorosa cirugía habló al hermano fuego, así: “Hermano mío fuego, el Altísimo te ha creado, dotado de maravilloso esplendor sobre las demás criaturas, vigoroso, hermoso y útil. Sé ahora benigno conmigo, sé cortés, porque hace mucho que te amo en el Señor. Pido al gran Señor que te ha creado, que temple tu ardor en esta hora para que pueda soportarlo, mientras me cauterizas suavemente”. Después el hierro penetró en la herida y le cauterizó hasta la oreja, el santo ante sus hermanos que habían huido y volvieron luego, exclama: “Pusilánimes de corazón encogido, ¿por qué habéis huido? Os digo que no he experimentado ni ardor de fuego, ni dolor de la carne”.
En la cabaña de San Damián, en los últimos años de su existencia, había perdido la vista, sus sufrimientos eran intensos, y pedía al Señor soportar con paciencia su enfermedad. Mientras tanto, brillaba intensamente su Luz Interior. Allí, compuso el más bello de sus cantos, El Canto de las Criaturas, el Canto del Hermano Sol, reconociendo en cada criatura a Dios mismo e invitándolos a rendirle alabanza, hermano sol, hermana luna, hermanas estrellas, hermano viento, hermana agua, hermano fuego, hermana madre tierra… Francisco no quería dañar el orden divino, cuando caminaba sobre las piedras, lo hacía con precaución, cuando se lavaba sus manos lo hacía en un lugar apartado para que las gotas de agua que cayeran, no puedan ser pisoteadas. A los leñadores les pedía no cortar todo el árbol para que pudiera echar brotes, y al hortelano que dejase a orilla del huerto franjas vacías, para que nazcan las hierbas silvestres y pregonen la hermosura de Dios, destinaba una porción de huerto para cultivar plantas que brindasen sus flores y su fragancia para que evocaran la fragancia de las virtudes, del camino recogía los gusanillos para que no los pisaran, mandaba a poner a las abejas miel y el mejor vino para que no muriesen de hambre en ellos días de invierno. (10)
Son muchos los ejemplos de la comunión, de la hermandad de San Francisco con las aves: Un halcón era su reloj despertador, cantaba a la hora en que se levantaba el santo para alabar a Dios, mas si estaba enfermo, no lo molestaba en la vigilia de la noche y al despuntar la aurora lentamente levantaba su canto para animar al santo. Un faisán, una cigarra, escuchaban la voz del santo con obediencia total.
¿Cómo sucede esto? Los grandes santos, viven en otra dimensión, hablan otro lenguaje, se desenvuelven en un plano humanamente incomprensible, viven en la dimensión del amor. En
Grupo Santo Domingo
una ocasión, caminando a su iglesia, al levantar la mirada vio una gran cantidad de pájaros en las copas de los árboles y dijo a sus hermanos Maceo y Ángel, esperadme, voy a predicar a mis hermanitos los pájaros, a quienes les dijo:
“Hermanas mías: Os habéis de sentir muy deudoras a Dios, vuestro Creador y debéis alabarle siempre y en todas partes, porque os ha dado la libertad para volar donde queréis; os ha dado además vestido doble y aún triple, conservó vuestra raza en el arca de Noé, para que vuestra especie no desapareciese en el mundo. También les estáis obligadas por el alimento, y por el aire que os ha destinado a vosotras. A parte de esto, vosotras no sembráis ni cegáis, y Dios os alimenta y os regala los ríos y las fuentes para beber; los montes y valles para guareceros; los árboles altos para hacer en ellos vuestros nidos. Y como no sabéis hilar y coser, Dios os viste a vosotras y a vuestros hijos. Ya veis cómo os ama el creador, que os hace objeto de tantos beneficios. Por lo tanto hermanas mías, guardaos del pecado de ingratitud, cuidando siempre de alabar a Dios.” (11)
A medida que las aves escuchaban las palabras del santo, comenzaron a abrir sus picos, estirar el cuello, y expandir sus alas, inclinando sus cabecitas hacia el piso, expresando así su obediencia. Al terminar la plática, trazó sobre ellas la señal de la cruz y les dio licencia para que se fueran. Ellas se levantaron y formaron cuatro bandadas sobre cada una de las direcciones trazadas por Francisco.
En la tarde de su muerte, las alondras llegaron para despedirse, revoloteaban por encima del techo como en señal de júbilo, y le acompañaron en su tránsito a la verdadera vida. (12)
Muchos son los milagros que se relatan de San Francisco, en el nombre de Cristo, durante su vida y a partir de su muerte: Curó paralíticos, ciegos, leprosos, sordos, endemoniados, con solo tocar su sepulcro.
Francisco es oración continua, mientras iba de camino, en la celda, en el jardín, en la calle, a cualquier hora del día o la noche… fue un contemplativo. Francisco vivía en Dios y Dios en Francisco. Entraba en éxtasis en cualquier momento, su superconciencia se encontraba anclada en Dios, y su conciencia humana no percibía el mundo que le rodeaba. (13)
EL PERGAMINO DEL CONVENTO DE ASÍS: En su Testamento, San Francisco dejó al hermano León, un pergamino y su bendición. Este contiene las más grandes y sencillas alabanzas que desbordan de su corazón, las alabanzas de un iluminado.
“Tú eres el santo, Señor Dios Único, el que hace maravillas.
Tú eres el fuerte, Tú eres el grande, Tú eres el Altísimo, Tú eres el rey omnipotente: Tú Padre Santo, Rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios Vivo y Verdadero.
Tú eres el amor, la caridad; Tú eres la sabiduría, Tú eres la seguridad, Tú eres la quietud, Tú eres el gozo, Tú eres nuestra Esperanza y alegría, Tú eres la justicia, la templanza, Tú eres nuestra riqueza a saciedad, Tú eres la hermosura, Tú eres la mansedumbre, Tú eres el protector, Tú eres nuestro custodio y defensor; Tú eres la fortaleza, Tú eres el refugio.
Tú eres nuestra esperanza, Tú eres nuestra fe, Tú eres nuestra caridad, Tú eres nuestra toda dulzura; Tú eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor, Omnipotente Dios, misericordioso Salvador”. (14)
La Luz divina brilló siempre en él y le condujo al conocimiento de los grandes misterios de Dios. Es un espíritu que recibe, la gracia divina. (15)
También dejó un Tratado sobre los Atributos Divinos, para que sus frailes menores tuvieran ante su vista todo lo que él, había descubierto de su comunicación vivencial con Dios. (16)
Grupo Santo Domingo
Les recomendó a sus frailes que los tuvieran presentes y que, encontraran su único deleite en meditar en ellos.
“Ninguna otra cosa queramos, ninguna otra cosa nos agrade y deleite, sino nuestro Creador y Redentor, y Salvador, sólo verdadero Dios, que es bien pleno, todo bien, bien total, verdadero y sumo bien; que es el solo bueno, piadoso, manso, suave y dulce; que es el solo santo, justo, veraz, recto; que es el solo benigno, inocente, puro; de quien, y por quien nos viene, y en quien está todo el perdón, toda la gracia, toda la gloria de todos los potentes y justos, de todos los bienaventurados que gozan juntos en el cielo… Honremos, adoremos, sirvamos, alabemos y bendigamos, glorifiquemos y sobre exaltemos, engrandezcamos y demos gracias al Altísimo y Sumo Dios Eterno, Trinidad y Unidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Creador de todas las cosas y Salvador de todos los que en Él creen, esperan y aman; que, sin principio y sin fin, es inmutable, invisible, inenarrable, inefable, incomprensible, bendito, loable, glorioso, sobre exaltado, sublime, excelso, suave, amable, deleitable y sobre todas las cosas, todo lo deseable por los siglos. Amén”. (17)
Estas reglas para los Hermanos Menores, redactadas a la luz del Evangelio resumen los tratados de teología escritos a lo largo de los siglos. Cada adjetivo quiere condensar la infinitud de ese Dios Bendito, visto a través de su espíritu.
Para el Padre Dávila: Francisco, es un santo para todos los tiempos. El hombre está llamado a vivir en comunión vivencial con Dios. En unos, esa comunión puede ser nula, en otros imperfecta, o insipiente, clara en algunos, total en muy pocos. Esto depende del SI que cada uno dé al llamado del Señor, a Ser perfectos, como lo es, el Padre Celestial.
La humanidad necesita en todos los tiempos, profetas como Francisco de Asís, que prediquen el Evangelio, un evangelio vivo, que lo sientan, lo practiquen, así como Francisco, para quien el Evangelio es su espíritu y su vida.
Francisco es un apóstol de Cristo, descalzo y solo con una túnica ceñida con una cuerda salió a predicar, atrajo a su alrededor una corona de almas buenas, activas y devotas. En 1210, el Santo Francisco junto a once compañeros, acudieron al Papa Inocencio III, para pedirle acoja el modelo de su orden, el Papa, aprobó su modelo de vida religiosa, le concedió el permiso para predicar y lo ordenó diácono.
Pronto se unieron otros jóvenes y se formó la Orden de los Franciscanos a los que les llamó Hermanos Menores; a ellos se unió San Antonio de Padua. Con la colaboración de Santa Clara en 1212 fundó la Orden de las Damas Pobres, más conocidas como Clarisas.
En 1215, la congregación franciscana se había extendido por toda Italia, Francia y España; en ese mismo año el Concilio de Letrán reconoció canónicamente la orden llamada de los Hermanos Menores.
En 1219 y 1220 tras el encuentro con Santo Domingo de Guzmán, San Francisco predicó en Siria y en Egipto, y aún que, no logró la conversión del Sultán Al Kamil, este quedó impresionado y le permitió visitar los Santos Lugares. Desde allí marchó en peregrinación a Tierra Santa, donde contrajo una enfermedad incurable.
En 1221 crea la Orden Tercera, para acoger a las personas que no podían abandonar sus obligaciones familiares.
En 1223, llegada la Navidad, San Francisco presentaba en una cueva el PRIMER NACIMIENTO VIVIENTE de la historia, con sus frailes y pastores del lugar. San Francisco, entrega al Papa Gregorio III las Reglas de su Orden y la dirección de la misma a su compañero Pedro Cattani y se dedica por entero a la contemplación.
Grupo Santo Domingo
En 1024, decidió hacer un viaje al Monte Alvernia, con 5 de sus compañeros. El Conde de Orlando, llegó llevándoles provisiones, Francisco le pidió que le construyera una cabaña a manera de celda en donde se aisló en oración. Fray León fue testigo de sus momentos de llanto por el futuro de la orden y también de sus estados de éxtasis. Francisco, decide retirarse más arriba, en la montaña allí, y en la fiesta de la Asunción, decidió hacer un ayuno de 40 días, Fray León le visitaba dos veces al día para llevarle agua; él fue testigo de la aproximación y alejamiento de una bola de fuego que bajaba del cielo. Francisco le comentó que algo grande iba a pasar, le pidió abrir tres veces el misal y en las tres veces coincidió que se abría en la Historia de la Pasión de Jesús. Sucedió entonces, según el relato de San Buenaventura, que un serafín, le imprimió a Francisco las señales de la crucifixión en las manos, pies y costado; señales que fueron vistas por los frailes pero Francisco ocultaba bajo su hábito, y desde entonces comenzó a usar medias y sandalias, para que las llagas de sus pies no estén expuestas.
Retornó a la Porciúncula donde acompañado de Fray León se quedó en la cabaña de San Damián y compuso “El Cántico de las Criaturas” y ya en su lecho de muerte, agregó a su Cántico al Hermano Sol, un nuevo verso dedicado a la Hermana Muerte, de quien nadie escapa, ¡Loado, Seas Mi Señor!
Tan pronto como sucedió su muerte varios ciudadanos fueron admitidos para contemplar y
besar sus llagas, entre ellos, Jerónimo, caballero culto y prudente, famoso y célebre, como dudase de esas sagradas llagas, siendo incrédulo como Tomás, movió con mucho fervor y audacia los clavos (formados de su misma carne por el poder divino, y tan connaturales a ella que si los presionaban por una parte, al momento sobresalían en el otro lado, como si fueran nervios duros de una sola pieza), y con sus manos tocó el costado del santo en presencia de los hermanos y ciudadanos, y a medida que iba palpando aquellas señales auténticas de las llagas de Cristo, quitaba de su corazón y el de todos la más leve duda. Él consignó su testimonio en los libros bajo juramento. El Cuerpo de San Francisco brillaba con una blancura extraordinaria.
Al día siguiente, el cortejo fue a San Damián y después a San Jorge, donde fue sepultado.
San Francisco fue canonizado en 1228, y sus restos descansan en la Basílica de San Francisco de Asís.
P.D.: El Hermano Francisco, es el hermano cósmico, conoció y vivió a Dios con intensidad profunda, su obra continuará dando fruto porque el Evangelio es su espíritu y vida.
Amén. ¡Loado, Seas Mi Señor!
Grupo Santo Domingo
ICONOGRAFÍA DEL CRISTO DE SAN DAMÍAN
EL CRISTO DE SAN DAMIÁN.- La tradición católica dice que cuando san Francisco oraba con profundo amor escuchó la voz de Cristo diciéndole: repara mi iglesia.
LA IMAGEN
Es un Cristo medieval, que evoca la pasión, pero no es un Cristo sangrante y dolorido. El cuerpo es muy estilizado. Bajo sus pies hay imágenes de varios santos.
Bajo su brazo izquierdo, la Virgen María y san Juan, y Longino el soldado que traspasa el costado de Cristo con la lanza y al hacerlo reconoce: éste era verdaderamente Hijo de Dios.
Bajo su brazo derecho María Magdalena y el centurión Stephanutus quien dio a beber al Señor una esponja con vino y hiel.
En los brazos hay ángeles, y los personajes de los extremos completarían el número de los apóstoles. Su rostro es expresivo y su cabeza está rodeada de una gran aureola.
EL LETRERO DE PILATOS
CRISTO ASCENDIENDO
Cristo en un círculo significa perfección. Ha cumplido con su misión.
Los personajes externos son personas sin alas, y al estar arriba nos indican que son los apóstoles que están presentes en la Ascensión del Señor. Destaca el apóstol Pedro y la llave de su Iglesia.
PRESENCIA DEL PADRE JHS HAZARE, Abreviatura de Jesucristo. Con la raya encima significa santo. REX rey de los judíos.
La simbología de la mano dice que es el Padre, que es Él quien habla: Éste es mi Hijo amado que he enviado al mundo, que ha predicado, muerto y resucitado
CITAS BIBLIOGRAFICAS
1. Tomás de Celano, Vida Primera 2. El Yoga espiritual de San Francisco 3. Leyenda de los tres compañeros de San Francisco 4. Leyenda de los tres compañeros de San Francisco 5. San Pablo Mi vivir es Cristo. Hechos 18,28 6. P. Dávila, El Dios Vivencial 7. Testamento de San Francisco. 8. Consideraciones sobre las llagas. Pág. 908 San Francisco de Asís 9. Consideraciones sobre las llagas. Pág. 908 San Francisco 10. Celano, Vida Segunda de San Francisco 11. Florecillas de San Francisco 12. San Buenaventura, Leyenda Mayor 13. Padre Dávila, El Dios Vivencial 14. Celano, Vida Segunda. Pág. 208 15. Vida de San Francisco de Asís. P. Leopoldo de Cherance 16. Regla para los hermanos menores 17. Celano, Vida Segunda. Cap.175. No.166
Centro Panamá