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PARAMAHANSA YOGANANDA El mensaje del hermano universal

PARAMAHANSA YOGANANDA El poder transformador de la Paz

Nelly Rodríguez Kleber Orellana Karyna Vargas

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“Padre, enséñame a ser calmadamente activo y activamente calmado. Hazme ser un príncipe de la paz que gobierne el reino de la actividad sentado en el trono del equilibrio” (1)

Paramahansa Yogananda, conocido como el gurú hinduísta precursor del yoga en Occidente, recibe las enseñanzas del maestro Sri Yukteswar. En 1920 llega a América a proponer el Poder Transformador de la Paz mediante la meditación a una sociedad alejada de la espiritualidad. Su fórmula es lograr el cambio desde el interior del ser humano y desde ahí, al mundo.

1.- LA PAZ INTERIOR, EL ARTE DE SER CALMADAMENTE ACTIVO Y ACTIVAMENTE CALMADO

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“Alcanzar la paz interior es un arte que nos llevará a ser serenamente activos y activamente serenos” (2)

Desarrollar nuestras actividades en el lugar y el tiempo que nos corresponde permanecer en este plano físico, dando lo mejor de nosotros, pero sin dejarnos llevar por los intereses y frivolidades terrenales. Por el contrario, recordando siempre que nuestros afanes deben ser para servir a nuestro Creador y llevar nuestra vida impregnada por la conciencia divina.

Como todo arte, la paz interior requiere preparación y mucha práctica, habrá que cultivar con paciencia, firmeza y perseverancia, hasta llegar a tener paz en cada movimiento, en cada pensamiento, percibiendo la presencia de Dios, hasta sentir que vivimos conectados a Él. “La calma es el aliento viviente de la inmortalidad de Dios que mora en mi” (3). Vivir en la divina conciencia del alma, es como encontraremos la dicha, la sabiduría, el amor y la paz que es la verdadera naturaleza de Dios y de nuestra alma.

Preguntémonos, ¿Tengo un propósito? ¿Tengo el control de mi vida? Un profundo y sincero análisis nos llevará a concluir que nuestro éxito supremo es percibir la imagen de Dios en nuestro interior venciendo las dificultades del cuerpo y del mundo, para poder alcanzar el “ilimitado mar de la tranquilidad del Espíritu”. (4)

2.- CÓMO LA YOGA ENSEÑA A SUPERAR EL TEMOR, LA IRA EL NERVIOSISMO Y LOS ESTADOS DE NEGATIVIDAD

“No permitas que al desviar las aguas hacia los canales pequeños, pero siempre crecientes deseos, se agote la represa de tu paz. El verdadero devoto tiene cada vez menos deseos, y encuentra cada vez más un mar de satisfacción en su alma.” (5)

La yoga permite alcanzar un completo estado de paz interior, donde los temores desaparecen junto con los estados de ánimo exacerbados, transmitiéndonos paz y seguridad. Yogananda indica que el nerviosismo es producto de las continuas inquietudes y excitaciones excesivas de los sentidos, que se manifiesta con sentimientos de preocupación, miedo, ira, tristeza, envidia, melancolía, etc.

La preocupación excesiva en sucesos pasados o del futuro, agobian nuestra mente quitándonos la paz. La solución es vivir en el presente y esos temores se contrarrestan con una fe firme, descansando en el Señor en profunda meditación, sabiendo que nuestra esencia de hijos espirituales es indestructible y que Él siempre está con nosotros, guiándonos y cuidándonos como Padre amoroso.

Convertir nuestros hogares en un remanso de paz es la máxima prueba para nuestra aspiración espiritual. Nuestra serenidad interior debe ser capaz de mantener estabilidad y fortaleza, expresando emociones de amor, amistad y paz, a pesar de las actitudes agresivas que recibamos del entorno.

Una vida moral, armonizada con las leyes divinas de la creación, produce paz y más felicidad que el mismo éxito material.

3.- CÓMO VIVIR EN EL MUNDO DESDE NUESTRO CENTRO DE PAZ INTERIOR

Tanto el Padre César Dávila como Paramahansa Yogananda coinciden en que todos los problemas que aquejan a la humanidad como la guerra y la ausencia de paz interior, se solucionan con un profundo estudio meditativo de la Palabra de Dios. Las recomendaciones prácticas de Yogananda para ser serenamente activos y permanecer en la paz en medio de las cotidianas tormentas exteriores son:

“Equilibra tu vida espiritual y material”. Debe-

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mos compensar la inquietud ocasionada por la actividad material con la meditación diaria.

“Simplifica la vida”. Cuanto menos posesiones te atrapen, más libre y feliz te sentirás. Cultiva una sólida amistad con Dios.

“La grandeza exige soledad”. Los santos de la India aconsejan cuatro períodos de quietud y soledad diarios. “El valor espiritual del Sábado”. Reservar un día a la semana para retirarse en soledad, buscando la introspección, silencio y quietud; llenará nuestras vidas de paz y gozo.

“La calma confiere armonía y buen juicio a todas las actividades”. Una combinación de calma y concentración nos permite realizar nuestras actividades con una actitud controlada y serena sin perder el equilibrio interior.

4.- LA PAZ PERMANENTE (LA PERFECTA TRANQUILIDAD DEL SER) DA LUGAR A LA DICHA Y LA BIENAVENTURANZA

“En el templo del samadhi, la unidad con esa paz que constituye la primera manifestación de Dios en la meditación, se descubre un estado de dicha eternamente renovada y un gozo que jamás se extingue”. (6)

La búsqueda de paz del hombre debe ser guiada para alejarnos del mundo fenoménico y adentrarnos en el océano de la calma espiritual que está en nuestro interior. La paz es una cualidad divina y, por nacer desde la Divinidad, puede llegar a ser permanente. Para que sea permanente, es requisito indispensable tener un refugio de silencio interior, donde no se permiten conflictos ni sentimientos negativos. A él recurriremos para superar las preocupaciones y sumergirnos diariamente en momentos de silencio y de paz.

Debemos practicar estos momentos de silencio hasta alcanzar la paz que proviene de nuestro Padre Celestial. Una vez que alcancemos este estado con constante práctica de Kriya emanaremos, dicha y armonía como una flor perfumada, su aroma.

5. – LIBERARSE DEL EGO Y LOS DESEOS MUNDANOS PARA LLENARSE DE PAZ

“Quien absorbe todos los deseos en su interior, a semejanza del rebosante océano que permanece impasible (inalterable) ante las aguas que lo alimentan, se encuentra colmado de satisfacción -mas no así el que ambiciona saciar los deseos.” (6)

El ego y los deseos mundanos se encuentran alimentados desde nuestros sentidos. El hombre que se entrega exclusivamente a la percepción de la vida a través de los sentidos está condenado a la desunión de su alma, y por ello su existencia estará ausente de paz. En su libro El Amante Cósmico, Yogananda, expone que el desarrollo de una gran calma interior es el camino para percibir a Dios en la vida diaria.

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Nos dice: “El primer experimento (de un principiante) con la religión debe comenzar con el silencio”, y a continuación debe buscar su paz en la morada interior, que es donde radica la felicidad del hombre.

Su receta infalible es: “Sentarse y meditar, hasta obligarnos a calmarnos”, pues la mente serena, rebosante de fe y buscando de corazón la ayuda de Dios, siempre recibe respuestas.

Actos de silencio, calma, humildad y fe nos liberan de la esclavitud, propias del ego.

6.- QUIEN POSEE LA CUALIDAD DIVINA DE LA PAZ (SHANTI) EN SU CORAZÓN, CORTA DE RAÍZ EL SUFRIMIENTO

El sufrimiento es consecuencia de la ausencia de paz y de vivir enfocado en los sentidos. La única manera de cortar de raíz el sufrimiento es renunciar a los apegos. La unión con Dios nos permitirá encontrar esa sabiduría que nos brinda la paz en nuestro corazón, alejando por completo el sufrimiento de nuestras vidas.

La cualidad divina de la paz, shanti, confiere a su poseedor un escudo contra el nerviosismo y las emociones violentas, protegiéndolo de sus adversas consecuencias en la salud. Poseer esta divina virtud nos asegura una visión ecuánime de las circunstancias, sin permitir que palabras engañosas nos lleven a juicios equivocados o a acciones imprudentes, manteniendo incólume nuestra capacidad de raciocinio y hasta el buen humor en situaciones extremadamente conflictivas. Puesto que hemos sido creados a su imagen y semejanza, la paz de Dios (Shanti) está a nuestro alcance con la práctica continua de la meditación.

7.- LA MIRADA DE UN YOGUI ORIENTAL A LA ENSEÑANZA DE JESÚS PARA VISLUMBRAR EL REINO INTERIOR DE DIOS Y SER ADALIDES DE LA PAZ

Al dirigirse a públicos occidentales Yogananda recurre a nuestro maestro y guía Jesús para explicarnos más sobre la paz interior. En su libro El Yoga de Jesús, explica las bienaventuranzas que encontramos en la Biblia en los evangelios de Mateo y en Lucas.

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Podemos imaginar la escena en la que, con palabras muy sencillas pero con su fuerza divina, su sagrada vibración y su infinita sabiduría, Jesús expone: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. (8)

Bienaventurados, repite muchas veces. Pero ¿qué significa ser bienaventurado? El estado de Bienaventuranza es el que se alcanza en el Reino de Dios, es llegar a tener un corazón puro. Yogananda recalca que los amantes de la paz son aquellos que irradian serenidad, alcanzada mediante una dedicada y devota práctica diaria de meditación y son, gracias a esa constante relación con la fuente universal de la paz, verdaderos hijos de Dios.

Son estos meditadores los que buscan deseosamente que la Paz de Dios se transmita a sus hogares, su comunidad, su país y a toda la humanidad, procurando reconocer en cada alma otro hijo de Dios, hermanados en el amor unificador predicado por Jesús.

8.- LA PAZ ES LA PRIMERA MANIFESTACIÒN DE DIOS EN LA MEDITACIÓN

“Ven a mi como gozo en la unión del samadhi y permanece por siempre en mi corazón, en el altar de la dicha”. (9)

La concentración y la meditación ferviente abre las puertas del reino de la conciencia cósmica pues permite penetrar hasta lo más profundo del ser y su conciencia, percibiendo lo que Jesús afirmó: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”.

La práctica constante de las sagradas técnicas yóguicas de recogimiento interior, capacita al iniciado a tener acceso a las regiones celestiales de conciencia trascendente pues despierta los centros astrales y causales de la fuerza vital que se encuentran en la espina dorsal y el cerebro. La meditación profunda y prolongada consigue desenfocar la atención del cuerpo material para a su vez, explorar el cuerpo astral hasta alcanzar un estado de quietud corporal, para pedir la presencia divina podemos repetir una invocación, jaculatoria o mantra, que la impregnamos con nuestra devoción.

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“En el templo del cuerpo reside la vida; en el templo de la mente, la luz; en el templo del alma, la paz.” (10)

Somos espíritu que hemos venido de Él y debemos retornar a Él.

Tomando las palabras del Padre César Dávila de una de sus múltiples conferencias, menciona...: “Uno de los grandes méritos, entre tantos, de Paramahansa Yogananda es éste: haber unido al Oriente y al Occidente por su enseñanza, doctrina; y nosotros estamos unidos al Oriente, de donde vino la luz, de donde vino la religión, estamos unidos por Paramahansa Yogananda, porque nosotros seguimos las enseñanzas y las prácticas que él enseñó”.

ORACIÓN POR LA PAZ

La paz fluye en mi corazón y se desliza como un céfiro a través de mí. La paz satura mi ser, como una fragancia. La paz me atraviesa cual rayos luminosos. La paz aniquila toda preocupación y todo ruido. La paz consume toda inquietud mía. La paz, como una esfera incandescente, se expande hasta colmar mi omnipresencia. La paz, como una marea, avanza hasta inundar el espacio entero. La paz, cual roja sangre vivifica las venas de mis pensamientos. La paz, cual aureola ilimitada, circunda mi cuerpo con su infinitud. Llamaradas de paz brotan de los poros de mi cuerpo y del espacio entero. El aroma de la paz flota sobre los jardines floridos. El vino de la paz fluye constantemente en los lagares de todos los corazones. La paz es el aliento de las rocas, de las estrellas y de los sabios. La paz es el deleitable vino del Espíritu, que fluye del ánfora del silencio, del cual bebo a través de las incontables bocas de mis átomos.

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REFERENCIAS:

1. Paramahansa Yogananda, Susurros de la madre eterna, 1944, pág. 49 2. Paramahansa Yogananda, La Paz Interior, 2003. 3. Paramahansa Yogananda, La Paz Interior, 2003, pag 8. 4. Paramahansa Yogananda, La Paz Interior, 2003, pag 24 5. Bhagavadat Guita, Dios habla con Arjuna Vol. 1 pág. 379 6. Paramahansa Yogananda, El Yoga de Jesús, 2004, pag 121 7. Bhagavadat Guita, Dios habla con Arjuna Vol. 1 pág. 372, estrofa 70 8. Mateo 5,9 9. Paramahansa Yogananda, El Yoga de Jesús, 2004, pag 121 10. Paramahansa Yogananda, El Yoga de Jesús, 2004, pag 120

BIBLIOGRAGÍA:

1. DIOS HABLA CON ARJUNA (El Canto a Dios). BHAGAVAD GITA. P. Yogananda. SRF. VOLUMEN I: Cap.II. Estrofa 66. Pág. 372-373. Pág. 378-379. Estrofa 70. Pág. 383. Estrofa 71. VOLUMEN II: a. Cap. XII. Estrofa 12. Págs. 322-323. b. Cap. XVI. Estrofa 1-3 sub 14. Pág 459. 2. LA BÚSQUEDA ETERNA La calma, el mejor remedio. Págs.118.119. 3. EL AMANTE CÓSMICO a. Pág. 256. La calma es la madre de las buenas acciones. b. Pág. 377. La Paz y el gozo perennes residen en tu interior, no en el exterior. 4. El YOGA DE JESÚS Parte III El yoga del amor divino que enseñó Jesús: a. Cap. 7. Las bienaventuranzas. Páginas 91,92 93 sobre La Paz. b. Cap. 9. Pág. 117. El amor divino: la meta suprema de la religión y de la vida. Y págs. 120. 121. El reino de Dios está dentro de vosotros. 5. SUSURROS DE LA MADRE ETERNA Pág. 70. Oración por la Paz (Escrita en 1944). 6. 1 transcripción y 5 audios,

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