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Mahatma Gandhi, el apóstol de la no violencia

Centro de CUENCA Mahatma Gandhi, el apóstol de la no violencia

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LA AHIMSA O CAMINO DE LA NO VIOLENCIA SEGÚN GANDHI

Cuando hablamos de AHIMSA es inevitable no hablar de Gandhi. Ahimsa, es una palabra sánscrita que significa no-violencia: A=No y HIMSA= VIOLENCIA. Cuando aparezca la discordia se intenta vencer al adversario con el amor

La no violencia, no consiste en amar a los que nos aman, comienza a partir del instante en que amamos a los que nos odian. Es difícil amar a los enemigos, solo la gracia de Dios nos ayudará a lograrlo. Cuando aparezca la discordia se intenta vencer al adversario con el amor, ya que la ley del amor es más eficaz que la voz de la violencia.

El hombre animal es violento, pero el hombre espiritual no lo es: en cuanto empieza a despertarse a las exigencias del espíritu que mora en él, le es imposible seguir siendo violento. La noviolencia perfecta, sólo es posible cuando se ha

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hecho el voto de renunciar a todo.

La religión de la no-violencia no está reservada únicamente a los rishis y santos, está destinada a todo el mundo

En el hombre brutal no se ha despertado todavía el espíritu, él solo conoce la ley de la fuerza física; sin embargo, la dignidad humana exige que el hombre se refiera a una ley superior que haga vibrar el espíritu; es necesario que crean en el Dios del Amor y que saquen de la FE un amor igual para todos. Es una ley de vida que afecta a todo el ser y no solo a unos cuantos actos aislados. Practicar ahimsa nos hace espíritus puros. El amor es la mayor fuerza del mundo y a la vez la más humilde; el corazón más puro y la ignorancia más burda se derrumban ante el sufrimiento desinteresado y aceptado voluntariamente. La no-violencia es una forma de lucha más enérgica y auténtica que la simple Ley del Talión, que acaba multiplicando por dos la maldad.

La resistencia pasiva es una espada de múltiples virtudes. La desobediencia, para que sea civil, tiene que ser sincera, respetuosa, mensurada y exenta de todo recelo, apoyarse en principios muy sólidos, no verse sometida a caprichos, y, sobre todo, a no dejar que la dicten nunca el odio o el rencor.

La violencia deja sus huellas para siempre

Gandhi expresa: “Estoy contra la violencia porque sus aparentes ventajas, a veces impresionantes, no son más que temporales, mientras que el mal que ocasiona deja sus huellas para siempre, de ahí mi insistencia en que nos reformemos interiormente a nosotros mismos”.

La ahimsa representa la fuerza del alma que es eterna e inmutable

Es fácil ver como la fuerza espiritual es infinitamente superior a la fuerza física; si se recurre a

la fuerza del alma para reparar las injusticias se evitarán muchos males actuales. La ahimsa representa la fuerza de la Verdad que es eterna e inmutable. Los textos sagrados dan testimonio de que, una vez desarrollada la fuerza del alma en nosotros, esta se hace invencible. Sin embargo, ninguna institución puede hacer obligatoria la no-violencia, nos toca a cada uno de nosotros adoptarlos con toda libertad.

(Extracto del libro de Gandhi Todos los hombres son hermanos, páginas 126 a 155)

Gandhi con su testimonio demostró que son posibles de conquistar los ideales más nobles que alberga el corazón del hombre

La vida de este gran místico de la India continúa siendo en nuestros días un ejemplo para la humanidad tanto en lo personal como en lo social y religioso, de manera especial, nos deja una huella en lo político. Pedimos a Dios que los políticos del mundo sigan su ejemplo. Gandhi con su testimonio demostró que son posibles de conquistar los ideales más nobles que alberga el corazón del hombre.

Para Gandhi, el trabajo y la oración son una sola cosa

Este gran maestro, basó su vida en principios eternos no solamente de palabras sino de vivencias, haciéndonos comprender que el amor es lo que unirá a todos los hombres en un “as de corazones”. Él fue un karma y un bhakti yogui, para él, el trabajo y la oración eran una sola cosa. Al hablar de la fuerza del amor decía: “El amor y la no-violencia, AHIMSA, son como miles de armas atómicas mucho más poderosas que aquellas que ha inventado el hombre en su insensatez para destruir al mismo hombre”. Esta “Alma Grande” en su vida manifestó, en todos sus actos, el gran amor que tenía hacia sus hermanos, convirtiendo su vida en un maravilloso ejemplo a seguir. Él, afirmó: “El hombre no estará en paz consigo mismo hasta que no se haya vuelto semejante a Dios”, concordando así con la frase que resume toda la enseñanza oriental: “Solo Dios es y lo demás no es nada”.

El Padre Dávila comentó al respecto que el hombre tiene un destino y ese destino es Dios y el único medio para esta identificación es la meditación, nos recordó que quien ha penetrado en el sendero de la meditación se sentirá identificado con la Divinidad.

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La sintonía que Gandhi tenía con Dios le ayudó finalmente a obtener la independencia de su pueblo, siempre luchó y puso en práctica “Satyagraha”, la fuerza del alma o fuerza de la Verdad, llegando así a la desobediencia civil a través de la no cooperación, esto lo utilizó como un arma cuando ya se habían agotado todas las posibilidades de diálogo. Lo que Gandhi buscaba en sus enseñanzas para independizar a la India de los ingleses, era liberar a su pueblo de las ataduras materiales por medio de la oración y el ayuno.

Las enseñanzas de Gandhi eran Crísticas

El Padre Dávila afirmó que, guardando las debidas proporciones, se puede establecer un paralelismo entre la vida de Cristo que es una Encarnación Divina y la de Mahatma Gandhi como líder espiritual. Las enseñanzas de Gandhi eran crísticas, él no era cristiano, pero vivió como tal, quien afirmó enérgicamente: “El hombre que no sigue las enseñanzas de Cristo no es digno de llamarse cristiano”. Gandhi al igual que Cristo vivió, practicó y enseñó: la oración, el amor, el silencio, la entrega, la justicia, la verdad, la humildad, el perdón, y el ayuno. Otros paralelismos, lo encontramos en su vida pública, en sus enseñanzas y en sus vivencias. Cuando Jesús estuvo en la cruz dijo: “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”, y Gandhi cuando fue alcanzado por la bala de un cobarde dijo: “Te perdono y te bendigo hijo mío”, en ambos casos sus palabras fueron de amor y perdón.

Las últimas palabras de Gandhi al morir fueron: “RAMA, RAMA, RAMA”, mantram que le fue enseñado por su nodriza cuando era niño para combatir el temor. Creía tan firmemente en el poder del mantram que lo llamaba: “La medicina del pobre”.

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La voz de Dios

Mahatma Gandhi, en el libro “Mi Dios”, en el capítulo IX, tiene como título: “La voz de Dios”. Él habla de ese Dios interior y de la voz de ese Dios.

Nos dice: “Era tan inequívoca como una voz humana, irresistible y que indudablemente se dirigía a mí. En el momento en que oí la voz por primera vez, yo no estaba soñando, sino que antes de oírla se produjo en mi interior una tremenda lucha. De repente la Voz cayó sobre mí, yo escuché, me cercioré de que era la Voz, y la lucha cesó”. Mi pretensión de oír la Voz de Dios no es nueva, desafortunadamente no hay ningún medio que yo sepa, de probar dicha pretensión, excepto a través de los resultados. Con el correr de los años, la Voz de Dios ha sido cada vez más audible, jamás me ha abandonado, ni siquiera en mis peores momentos”.

Dice el padre Dávila: yo diré por mí, evidentemente sí; también como quería Gandhi, yo quería escuchar esa Voz y esa Voz se ha presentado, no una, sino muchísimas veces. Pero todos, absolutamente todos pueden sintonizarse con esa Voz y, pueden escucharle.

Cuando sientan y perciban el OM, todo cambiará.

El Padre Dávila afirma: la Voz de Dios está dentro de cada uno, para escucharla se requiere de una preparación previa y decidida, de un entrenamiento constante, debemos abrir las puertas de nuestra conciencia, y será percibida en nuestro interior; esa Voz se la escucha adentro, en la conciencia que se unifica con Dios; se la escucha como una voz eterna y omnipresente.

Durante la meditación repetimos esa Palabra sagrada OM. Es una de las formas por las cuales se manifiesta esta Voz de Dios. Muchos de ustedes habrán escuchado ese OM, pero ese OM que no proviene de afuera.

La vibración del OM es mucho más profunda, no se escucha con los oídos físicos. Esa Voz, ese sonido de OM se escucha como una vibración, pero una vibración que fluye a través de nuestra conciencia. A través de nuestro yo. Cuando sientan ustedes, cuando perciban este OM, entonces van a sentir que en ese momento todo cambiará.

FUENTES: Charla 1079-Cassette 410. Charla 1080-Cassette 413. Charla 1183-Cassette 454

“La política debe ser el servicio a la sociedad, no para satisfacer los propios fines materiales sino para complacer a Dios” (Paramahansa Yogananda, Amante Cósmico)

Resalta que la espiritualidad no puede ser apartada de las actividades humanas cotidianas ya que esto no resultaría práctico. En la política, la espiritualidad se vuelve necesaria porque nos recuerda el sentido de servicio a la sociedad. Aquí Paramahansa señala que: “Las actividades en el mundo no deben ser realizadas con el objeto

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de satisfacer los propios fines materiales, sino para complacer a Dios”. En este sentido Gandhi experimentaba en su propia vida las necesidades de sus hermanos de la India: comía muy poco, porque su gente no tenía alimentos suficientes; usaba taparrabos, porque millones de personas en ese país no tenían los medios para vestir de otra manera y no ansiaba ser liberado de la cárcel, a menos que los presos políticos de la India también fueran puestos en libertad.

Gandhi, también incorpora el concepto de la “resistencia mediante el amor y no cooperar con los métodos perniciosos del enemigo” refiriéndose a la violencia y el odio. Así, Paramahansa nos recuerda: “Que si Dios, con todo su poder, castigara al hombre ¿dónde estaría éste? Dios no utiliza la coacción para influir en nosotros. Él utiliza el poder transformador del amor para convertirnos”. Es entonces, el amor, el elemento que nos ayuda a superar los más grandes conflictos tanto a nivel personal como entre naciones. Pero su amor no se limita tan solo a los seres humanos, sino que se extiende hacia todos los animales ya que su credo propugna no hacer daño a nada.

Además de predicar y vivir el amor, la coherencia entre su actuar y hablar hicieron que Gandhi pasara a ser recordado como uno de los grandes seres espirituales de la historia de la humanidad.

Que Gandhi viva para siempre en nuestros corazones

Cuando Gandhi muere, el 30 de enero de 1948, el maestro Paramahansa Yogananda recibe parte de las cenizas del Mahatma. Para Yogananda, su vínculo espiritual con Gandhi fue muy especial, pues él lo inició en Kriya Yoga en el año de 1935. Por esto escribió un memorándum que versa así:

“Bendice el alma de Gandhi, y bendícenos a todos, para que podamos recordar su espíritu: para que podamos recordar cómo combatir el mal, no con medios malignos y destruyendo el mundo, sino mediante la bondad constructiva y el amor, tal como Cristo y Gandhi nos enseñaron. Que Gandhi viva para siempre en

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nuestros corazones, en Dios, en la India y en el corazón de todas las naciones”. (Yogananda, 1925, p. 145)

Gandhi: Su vivencia y unión con Dios

(Para tu reencuentro con Dios, Padre Dávila 201)

¡Me volvería loco!: Nos dice: “Si no sintiera la Presencia Viviente de Dios, en cada fibra de mi ser me volvería loco.

¡Tantas cosas están dispuestas para perturbar la paz de mi mente, ocurren hechos tales que, si no fuera consciente de esa Presencia, viviría conmovido hasta la médula! Pero esas cosas pasan dejándome prácticamente intocado.

No puedo recordar un momento de mi vida en que no haya sentido que Dios estaba a mi lado

“Puedo asegurar que podría vivir sin aire y sin agua, pero no sin Él. Pueden arrancarme los ojos que eso no logrará matarme. Pueden troncharme la nariz que eso no me matará, sin embargo, si hacen saltar mi creencia en Dios, estoy muerto...

Aprendí a confiar conscientemente en Dios antes de los quince años... No hay momento en que no sienta la presencia de un Testigo cuyos ojos no dejan nada sin registrar: Presencia con la que trato siempre de estar en armonía. No puedo recordar un momento de mi vida en que no haya sentido que Dios estaba a mi lado...”

Esta comunión con Dios, es la verdadera fuente de la no violencia, fuente que se origina en Dios, se manifiesta en este apóstol del Ahimsa, irradiando un mensaje de paz a la que nosotros y toda la humanidad estamos llamados.

El camino para cumplir este objetivo es la meditación

Es IMPOSIBLE conducirse por la no violencia sin la meditación, para ello el Padre Dávila nos aclara y define:

Meditar, hermanos es la técnica para despertar la conciencia de ser hijo de Dios y para tener conciencia de que somos la obra más grande que ha salido de las manos de Dios, la obra que tiene, también, que volver a Dios. El camino para cumplir este objetivo es el de la meditación. Para tu Reencuentro con Dios. (Para tu reencuentro con Dios, Padre Dávila pág. 179)

Aum, Aum, Aum.

Ponencia a cargo de:

Marina Feijoo Paola Farfán Carmen Suarez Catalina Ortíz Inés Vélez Cecilia Torres Bertha Wilches Marcelo Jaramillo

Grupo Santo Domingo

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