Teniendo en cuenta el tiempo marcado para la finalización del trabajo, los recursos humanos y técnicos disponibles para hacer las entrevistas y la disponibilidad de las personas a entrevistar, se realizaron 23 entrevistas en poco más de 40 días. Se han utilizado cuestionarios con tres ejes que se consensuaron como importantes para el proyecto: eje de políticas públicas, eje del movimiento de mujeres afrodescendientes y afrouruguayas, y un eje de preguntas enfocado a los organismos internacionales y a la AECID. Este último eje será el que más se profundice en el documento, debido a que busca ser un espacio de reflexión sobre los vínculos y los proyectos de la línea afrodescendiente de la AECID y las mujeres afrouruguayas. Era tremendamente importante organizar un taller de devolución con las personas participantes en el proyecto para poner en común debilidades y fortalezas del enfoque del trabajo, de sus resultados y de su proceso. En este intercambio de visiones, todas las personas participantes somos consideradas sujetos de conocimiento y no meros objetos de estudio a los que se le extraen los conocimientos para que alguien externo los maneje según sus criterios. Este concepto es clave en el enfoque del trabajo, ya que este proceso y este documento han buscado que el conocimiento se haya producido considerando de igual valor todas las aportaciones, que refleje todas las visiones y tenga utilidad y pertinencia para todas las partes. Este taller se realizó y se sistematizó para poder desarrollar el documento teniendo en cuenta sugerencias, críticas y potencialidades, siempre desde la idea de que la producción de conocimiento y las experiencias colectivas desde un plano horizontal benefician los resultados y mejoran los vínculos con la cooperación internacional. Las participantes en el taller se posicionaron desde distintos enfoques que son claves para comprender la lucha del movimiento de mujeres afrodescendientes. El enfoque interseccional, término acuñado en 1989 por Kimberlé Crenshaw5, hace referencia a la necesidad de introducir en los procesos de análisis más ejes de clasificación y diferenciación, por lo que, al género y al sexo se les añade la etnia-raza, la clase social, la edad, el nivel de educación, el nivel de diversidad funcional o la nacionalidad. De esta manera, para poder realizar un buen análisis y por lo tanto una buena práctica desde la cooperación internacional, se necesita entender cómo funcionan esas categorías de “opresión – privilegio”, y cómo se interseccionan diversas categorías como la raza y el género6 en los sujetos, en el grupo social y en el contexto, dando una perspectiva diferente sobre las estructuras de poder. Se planteó que no se puede entender la lucha de las mujeres afrouruguayas sin entender cómo se interseccionan las diversas discriminaciones en ellas, a causa de un 5
Mara Viveros Vigoya, 2016, “La interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación.”
6
Kimberlé Crenshaw, 1995, “Cartografiando los márgenes, interseccionalidad, políticas identitarias, y violencia contra las mujeres de color.”
9