Tras el compromiso decidido en la aplicación por parte de nuestra Federación Empresarial y de todas las asociaciones integradas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el comercio, hemos podido constatar una serie de mantras que no se corresponde con nuestra actividad y unos “sambenitos” que nada tienen que ver con la realidad cotidiana de Canarias. Al elaborar los primeros informes sobre los ODS hemos observado claramente que el sector del comercio está mucho más concienciado, reciclando más de lo que esperábamos. En esa doble condición de comerciantes y consumidores, detectamos que están concienciados en la importancia de reciclar y en separar los residuos con el objetivo de contribuir a paliar los efectos del cambio climático, así como a evitar los plásticos en los términos que ya define la Ley y eliminar los envoltorios excesivos en los productos que venden. Acciones como la separación de los residuos forman parte de nuestros hábitos y nuevos estándares de exigencia. Incluso podríamos afirmar que quien no lo haga es claramente un “analfabeto medioambiental” y que las competencias deben estar ya asumidas por los ciudadanos. Ya no se trata de concienciación en los colegios, sino de un compromiso personal para con nuestro planeta y con nosotros mismos si queremos dejar un mundo más justo y sostenible a nuestros descendientes. Otro aspecto importante son los desechos electrónicos, ya no se concibe la entrega de un electrodoméstico en un punto limpio para su descontaminación. El trabajo ha sido largo y está dando sus frutos. Pero claro, siempre habrá desaprensivos y “terroristas medioambientales” que no reciclen y por ende no se preocupen por el reto climático continuando con una contaminación sistemática. Aunque debemos ser justos al advertir que la sociedad en su conjunto está logrando importantes avances en materia de concienciación.