fundación cooperActiva
Nace la Fundación CooperActiva, gran apuesta por la promoción del cooperativismo La Fundación CooperActiva se ha presentado bajo el título “Fundación para la promoción del cooperativismo agroalimentario”, y comenzó su andadura en mayo de 2009 -y en febrero de 2010 adquiere plena personalidad jurídicaa partir de la inquietud de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha de crear una entidad sin ánimo de lucro dedicada en exclusiva a la promoción del cooperativismo agroalimentario a todos los niveles “Somos conscientes de la situación que atraviesan los productos agroalimentarios y la Fundación CooperActiva pretende luchar por dar un apoyo a los mismos a través de actividades relacionadas con poner en práctica el desarrollo y la sostenibilidad del medio rural y la diversificación de actividades en las cooperativas de la región”, así explica el técnico de la Fundación, Tomás Merino, el objetivo prioritario que persigue la entidad, que contempla además una apuesta por incentivar los cambios en los enfoques productivos que mantienen las distintas cooperativas agroalimentarias de la región. Se parte de la idea de que, tradicionalmente, el papel de la coope-
rativa se ha limitado a desarrollar la transformación de los productos que los socios aportaban y a intentar conseguir el mejor precio en el mercado, “esta fórmula tradicional está adquiriendo una nueva dimensión en la actualidad”, explica Tomás Merino, “por ello necesitamos desarrollar la integración horizontal de las cooperativas en nuevos sectores que pueden ser estratégicos en las localidades donde están
La fundación pretende hacer del mundo rural, y especialmente el agroalimentario, un mundo “que atraiga personas, que permita la generación de renta”
ubicadas, tales como el turismo, la construcción de infraestructuras para los socios, la prestación de servicios accesorios y complementarios, la generación de fuentes de energía menos contaminantes y complementarias a la producción, etc.”. Además, la fundación pretende hacer del mundo rural, y especialmente el agroalimentario, un mundo “que atraiga personas, que permita la generación de renta, mundo en el que, en definitiva, puedan volver a trabajar todas aquellas personas que lo tuvieron que dejar como consecuencia de la escasa rentabilidad que les aportaba”, afirma Tomás Merino. En este sentido la Fundación hará un guiño a los jóvenes, estableciendo medidas que permitan un acercamiento de éstos al mundo del cooperativismo. Para todo ello se llevarán a cabo medidas de difusión y promoción a través de distintos centros educativos, creando conciencia en los jóvenes para la participación colectiva en proyectos de ámbito cooperativo. “Somos conscientes de que las cooperativas de Castilla-La Mancha necesitan sabia nueva, pero para ello los jóvenes necesitan estímulos que se deben dar desde las distintas organizaciones involucradas en el sector primario; para ello
40
cooperativas agro-alimentarias
necesitamos diversificar la producción de las cooperativas, para que generen más rentabilidad y mayor valor añadido”. Juan Miguel del Real secretario del Patronato de la Fundación CooperActiva afirma que “estamos impulsando proyectos para promover un modelo cooperativo agroalimentario moderno, para mejorar la profesionalización de la empresa cooperativa, para propiciar un cambio de mentalidad hacia una orientación de mercado, así como actuaciones dirigidas a la innovación de procesos y productos, actuaciones todas ellas relacionadas con el fomento de los valores cooperativos en toda la sociedad y actividades relacionadas con el empleo en el medio rural”. “Marca cooperativa” Asimismo se trabajará por aumentar el valor añadido de los productos agroalimentarios, “en nuestro país”, matiza Tomás Merino, “al igual que en Castilla-La Mancha, el consumo representa un componente muy elevado en Producto Interior Bruto a precios de mercado (más del 55%), pero continuamente dejamos de lado nuestros productos de calidad para consumir productos que nos vienen determinados como sustitutivos a través de las grandes marcas comerciales”. Por este motivo, la Fundación CooperActiva pretende luchar por la obtención de un producto agroalimentario que sea “marca cooperativa”, un producto donde se establezca una calidad diferenciada a través de tantos y tantos productores que se encuentran en la
Equipo de trabajo de la Fundación CooperActiva
región y que conocen como nadie la elaboración de productos agroalimentarios, y que en innumerables ocasiones, no se consigue traspasar la barrera de la comercialización en producto final, y terminan renunciando a la calidad a costa de un menor precio. Medidas destinadas a mejora colectiva de la calidad y penetración en mercado a través de complementación de productos o cestas de productos pueden ayudar al sector. En definitiva, la marca “cooperativa” puede ser un mecanismo en pro de una calidad diferenciada y de reconocida solvencia. La mujer en el mundo rural La Fundación está inmersa actualmente en dos grandes proyectos; el primero de ellos tiene por objetivo desarrollar medidas que faciliten la incorporación de las mujeres en el sector cooperativo, ya que en la actualidad la mujer se encuentra realizando labores productivas en administración, pero en raras ocasiones se produce un
fomento hacia labores de dirección o de producción. A este respecto la filosofía de la Fundación es clara, tal y como expone Tomás Merino: “Es necesario apelar al sentido común para que cada día ocupen los puestos tanto directivos como de producción las personas mejor preparadas, ya sean hombres o mujeres. Por ello, dada la preponderancia del hombre en este sector, pretendemos llevar a cabo mecanismos que permitan cuanto menos analizar por qué no contar con la mujer en estos puestos”. Para ello, desde la Fundación, se está llevando a cabo un proyecto, junto con Cooperativas Agroalimentaris de España y la Funda-
La Fundación CooperActiva pretende luchar por la obtención de un producto agroalimentario que sea “marca cooperativa”, un producto donde se establezca una calidad diferenciada
Mayo 2011 | Nº 72
41
fundación cooperActiva 42
Tomás Merino: “Somos conscientes de que las cooperativas de CastillaLa Mancha necesitan sabia nueva, pero para ello los jóvenes necesitan estímulos que se deben dar desde las distintas organizaciones involucradas en el sector primario”
Las mujeres hablan La mesa de trabajo que se llevó a cabo en Alcázar de San Juan el pasado 25 de marzo, con motivo del Proyecto Integra, “Mujeres de las Cooperativas y Liderazgo Empresarial”, fue una jornada con nombres y apellidos donde las mujeres integrantes de la mesa expusieron sus más cercanas experiencias y sus anécdotas en el día a día de su labor profesional dentro del mundo cooperativo y agroalimentario. El grupo, moderado por la representante de la Fundación Mujeres, Goretti Avelló, estuvo formado por Cristina Gutiérrez Sanz, responsable de contabilidad de la Cooperativa San Isidro Labrador de Santa María de los Llanos; Amparo Villamayor Rojas, gerente de la Cooperativa Ntra. Señora de la Antigua y Santo Tomás de Villanueva de los Infantes; Olga Cantera Ruiz, gerente de la cooperativa Campo de Montiel de Villanueva de los Infantes; Justa Cano Mujeriego, jefe de administración de Cooperativa Coopaman de Las Pedroñeras; María del Carmen López Ballesteros, técnico en calidad de Bodegas Latúe de Villanueva de Alcardete; María del Mar Moya López, responsable de comercio exterior de Cooperativa Ntro. Padre Jesús del Perdón de Manzanares; Belén Valenzuela, directora de marketing de Cooperativa Montes Norte de Malagón; y Nuria Villanueva técnico sectorial de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha. Nuria Villanueva, que formó parte de esta mesa, afirmó que “todas coincidimos en que se debe promocionar la participación de las mujeres socias en las cooperativas, pues lo difícil es que se introduzcan en las relaciones sociales de la cooperativa, de hecho, una vez conseguido que se interesen, creo que las mujeres somos un colectivo muy participativo”. “Creemos que esa es la barrera”, continúa Villanueva, “que tan solo se puede romper con formación, actividades y eventos de la cooperativa organizados en exclusiva para las socias. En el momento que las socias perciban la utilidad y el interés de involucrarse e informarse, se enriquecerá de una manera cuantitativa y cualitativa la participación social general de los propietarios de las cooperativas”. Por su parte Olga Cantero afirmó que “más que la incorporación de mujeres a las cooperativas, que lo defiendo, insisto en que debemos conseguir que los socios y en este caso las socias participen en las cooperativas. Las socias no participan nada en las juntas; se ha hablado de hacer reuniones y llegar a las socias por medio de las asociaciones del mundo rural, que tienen mucha capacidad de convocatoria”. “Es necesario un cambio de mentalidad, en el que las mujeres participen de la vida de la cooperativa; tenemos una gran capacidad de trabajo; las cooperativas siempre ha sido cosa de hombres y hay que cambiar esto”. Olga Cantero puso sobre la mesa una iniciativa: “En La Rioja hay un grupo de mujeres que hicieron un curso de agricultura, y a raíz de ahí cultivaron terrenos abandonados, y con eso están intentando dar cobertura a un mercado local de productos hortofrutícolas. Me parece una idea muy interesante, y por este motivo lo puse sobre la mesa”.
ción Mujeres, en 14 Comunidades Autónomas, para la integración de la mujer en el cooperativismo agroalimentario. Ha habido dos fechas claves dentro de este proyecto: el 25 de marzo, día en el que se celebró en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), una mesa de trabajo, a través del Proyecto Integra: Mujeres para el Liderazgo Empresarial, compuesta por mujeres donde éstas expusieron sus experiencias profesionales en el mundo cooperativo; y el 7 de junio, cuando se realizó en Madrid una presentación en la que participaron dos personas de cada Comunidad Autónoma participante y donde se expusieron las conclusiones a las que se ha llegado a través de las mesas de trabajo regionales. Este proyecto ha partido de una realidad clara: la participación de la mujer en la economía del mundo rural muestra datos estadísticos que no recogen su verdadera presencia. Ello se debe a la falta de integración formal del trabajo femenino en un modelo de sociedad tradicional que no ha querido insertar plenamente a la mujer en sus estructuras socio-económicas, lo que se traduce en que durante años se ha obviado su trabajo productivo, y en consecuencia no se ha incluido en regímenes de la seguridad social, privándole de prestaciones sociales, permitiendo solo que lo hiciera como beneficiaria de segundo nivel (a través de su cónyuge u otros familiares como padre o hermanos). Tradicionalmente, el trabajo agrario de la mujer, aun siendo productivo, se ha convertido en
fundación cooperActiva
marginal para el derecho en general, porque también lo era para las instituciones públicas y sus políticas agrarias, y en particular para las normas reguladoras de la seguridad social en España. Son muchas las mujeres que trabajando en el campo, aún no computan en las tasas de empleo de trabajadores activos, a pesar de desempeñar diariamente labores agrarias. Según la EPA, algo más de ¼ de los ocupados en agricultura son mujeres. Otro dato interesante a resaltar es que la mujer en la agricultura cuando es asalariada, suele tener empleos estacionales, mayoritariamente eventuales o como trabajadores fijos discontinuos, en aquellas labores de recolección a mano o poco mecanizadas. Otro aspecto a tener en cuenta en el mundo agrario es el envejecimiento. La falta de expectativas de futuro hace que la emigración femenina sea mucho más acentuada que la masculina. Por todo ello, tal y como afirma Tomás Merino, “para alcanzar el objetivo de la igualdad de oportunidades y de trato entre ambos sexos en el acceso al empleo y la ocupación agraria, será necesario desarrollar acciones concretas que vayan incrementando la presencia de la mujer en el mundo rural”. De he-
Juan Miguel del Real: “Estamos impulsando proyectos para promover un modelo cooperativo agroalimentario moderno, para mejorar la profesionalización de la empresa cooperativa, para propiciar un cambio de mentalidad hacia una orientación de mercado” 44
cho, las iniciativas sustentadas en los programas comunitarios como LEADER o PRODER y otras acciones llevadas a cabo en los últimos años apoyadas por distintas instituciones territoriales vienen fomentando la integración femenina en la economía agraria. Sin embargo, el grado alcanzado de su presencia laboral, ha sido insuficiente, al menos hasta la fecha. Observatorio Socio-económico El segundo de los proyectos en marcha de la Fundación comenzó en enero de 2011 y se trata del “Observatorio Socio-económico del Cooperativismo de Castilla-La Mancha”, proyecto pionero en la región que tiene como objetivo analizar las fortalezas y debilidades que tienen las cooperativas y Sociedades Agrarias en Transformación agroalimentarias de Castilla-La Mancha. Se pretende, “tener una información permanente y actualizada que permita establecer mecanismos de desarrollo y generación
Mesa de trabajo en Alcázar de San Juan el pasado 25 de marzo.
Se ha creado un grupo de trabajo que, junto al técnico de análisis Santiago Martínez, está recopilando en las cooperativas no sólo un cuestionario, sino problemas, oportunidades y amenazas de economías de escala basadas en un conocimiento más profundo de tejido social agroalimentario de nuestra región”, explica Tomás Merino, quien matiza que se está realizando en distintas fases. En una primera fase, entre los meses de enero y febrero y con la colaboración de los Registros de Cooperativas y Sociedades Agrarias en Transformación de CastillaLa Mancha, se ha recopilado información económica de las mismas para comenzar analizando datos históricos, en este punto el técnico de la Fundación CooperActiva agradece a todos los trabajadores de los distintos registros en las cinco provincias castellano-manchegas su colaboración.
cooperativas agro-alimentarias
La segunda fase, realizada a partir del mes de marzo, ha puesto en marcha las visitas a las distintas cooperativas y sociedades agrarias en transformación de Castilla-La Mancha. Para ello se ha formado un grupo de trabajo que conjuga experiencia, conocimiento y aprendizaje, firmando un convenio de colaboración con el Instituto Juan Bosco de Alcázar de San Juan para que durante casi cuatro meses, dos personas trabajen en el proyecto, aportando conocimientos adquiridos y al mismo tiempo aprendizaje a través de los intervinientes en el proyecto. Se ha creado un grupo de trabajo que, junto al técnico de análisis Santiago Martínez, está recopilando en las cooperativas no sólo un cuestionario, sino problemas, oportunidades y amenazas que día tras día existen en las distintas sociedades agroalimentarias de Castilla-La Mancha. Desde estas líneas, agradecer su colaboración en este ambicioso proyecto, es pieza fundamental en el mismo.
El Observatorio Socio-económico del cooperativismo de CastillaLa Mancha es ambicioso y tiene en cuenta cualquier cooperativa y SAT por pequeña que sea su dimensión Cada dato cuenta Este proyecto es ambicioso y tiene en cuenta cualquier cooperativa y SAT por pequeña que sea su dimensión, “para nosotros todos los datos cuentan y sobre todo, toda opinión es válida para establecer con exactitud las distintas variables que componen el tejido social agroalimentario de nuestra región”. Las entrevistas tienen una duración media de dos horas en cada cooperativa o SAT y analizan in-situ la actividad, valores y necesidades que rodean a estas sociedades para seguir manteniéndose en el mercado. A través de las visitas que estamos realizando a las cooperativas y SAT, queremos conocer de primera mano los datos que afectan a la actividad de la empresa, al tiempo que recogemos las inquietudes que su experiencia plantea. Sus aportaciones están siendo demasiado valiosas y las visitas están reportando una gran comprensión y en muchos casos nos manifiestan el apoyo al proyecto. En una tercera fase, en base a la información obtenida de las cooperativas agroalimentarias, se elaborarán indicadores como el grado de concentración en el mercado, el empleo que genera, la rentabilidad, solvencia, retorno de las inversiones, amenazas y oportunidades, análisis estructural de la empresa, análisis del grado de penetración en el mercado, etc.
Por último, con las conclusiones obtenidas se pretende crear una herramienta útil que vaya en beneficio de la cooperativa y SAT, de forma que permita luchar por los valores de las mismas y que sean una herramienta de trabajo más para ellas. Según explica Tomás Merino, “en nuestra región más del 7,6 % de la población es socio de una cooperativa agroalimentaria, por ello, no debemos olvidar su esfuerzo y debemos apoyar el mismo con un conocimiento más profundo de sus necesidades, sus inquietudes, sus ganas de poder conseguir un producto que sea a la vez que competitivo de calidad y que pueda competir en condiciones de igualdad con productos que se venden en los distintos centros de distribución y consumo final” Matiza que de esta idea nace el Observatorio, “de la necesidad de conjugar la experiencia a lo largo de años y años con el conocimiento; pretendemos ligar experiencia con aprendizaje, experiencia con innovación, experiencia con integración, experiencia con aumento de valor añadido, contando con las opiniones desde los más jóvenes que aportan conocimiento a los mas mayores que nos están aportando su conocimiento sobre el terreno de los productos que elaboran las propias cooperativas y SAT”. Mayo 2011 | Nº 72
45