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La Batalla de Puebla

LOS ANTECEDENTES, HECHOS Y CONSECUENCIAS DEL 5 DE MAYO DE 1862

Por: Dr. Damian García Santillán

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El 5 de mayo celebramos la victoria del ejército mexicano sobre el francés; hecho histórico si se toma en cuenta que los soldados mexicanos, que eran poco menos de 5 mil, enfrentaron al entonces mejor ejército del mundo, que los superaba en número 2 a 1, tenía mejor armamento y mejor capacitación.

La victoria nacional en aquella batalla es algo que suele exaltarse en los libros de texto en la primaria, pero ¿Cuáles fueron sus antecedentes y cuál fue su desenlace? Hoy se los cuento.

A partir de aquí historia pura… Al término de la guerra entre Liberales y Conservadores, el país estaba en banca rota y el presidente Benito Juárez suspendió el pago de la deuda externa. Los principales acreedores eran Gran Bretaña, España y Francia, quienes decidieron mandar sus buques al puerto de Veracruz para ejercer presión sobre el gobierno mexicano.

Al llegar al puerto y tras las primeras negociaciones, España y Gran Bretaña se sintieron satisfechos y regresaron a Europa. El caso de Francia fue diferente. Ahí el interés era otro, un imperio a ultramar. Este interés empataba con el de los conservadores mexicanos, que, derrotados en la Guerra de Reforma querían reimplantar la Monarquía en el país. Por ello fueron al viejo continente y se entrevistaron con el Emperador Napoleón III a quien le pidieron ayuda para derrotar a los liberales y le ofrecieron apoyo para que en México hubiera un Monarca afín a la corona francesa. Idea que aceptó Carlos Luis Napoleón.

En esa comisión se encontraban los siguientes ilustres legisladores que por cierto en ese momento eran mayoría en el Congreso:

Don José María Gutiérrez de Estrada

Francisco de Paula Arrangois

Tomás Murphy

Francisco Faciosidro Díaz

Andrés Negrete

Ignacio Amor

José Armero,

Joaquín Manuel Rodríguez

Pedro Ontiveros

Pablo Martínez del Río

Pero volvamos a México: Con la intención de llegar a la capital del país, los soldados franceses marcharon desde Veracruz, comandados por el General Edmond Jurien de la Gravière. Se dice que el afamado militar francés pecó de soberbio y mandó un mensaje a Napoleón III avisando que México ya era de Francia, incluso antes de comenzar las batallas.

Por Veracruz pasaron sin mayor contratiempo y en Puebla, bastión conservador, esperaban una “lluvia de rosas” según mencionan las cartas de los soldados franceses enviadas a sus familiares. Pero no fue así, encontraron una situación diferente.

El general Ignacio Zaragoza, líder de las fuerzas mexicanas, era un militar de origen vasco de 33 años, nacido en La Bahía, Texas y que había luchado en varias batallas y había sido nombrado comandante del ejército mexicano en Puebla poco antes de la batalla del 5 de mayo.

Las fuerzas mexicanas, que eran integradas en su mayoría por soldados y campesinos mal armados, fueron valientes y con una estupenda estrategia militar de Ignacio Zaragoza que ordenó que se excavaran trincheras en las colinas alrededor de la ciudad de Puebla, lo que permitió a los soldados mexicanos protegerse y repeler los ataques franceses que terminaron por huir de una sangrienta batalla que les arrebataba el invicto de 50 años, ya que no perdían un enfrentamiento desde Waterloo. Entre los héroes de aquella tarde se encuentra el Gral. Porfirio Díaz, quien comandaba un grupo de militares oaxaqueños.

La batalla duró todo el día y a pesar de que los franceses lograron algunas victorias, no pudieron conquistar la ciudad de Puebla. Fue una importante victoria moral para las fuerzas mexicanas y una derrota significativa para los franceses.

Con los franceses replegados y derrotados, Zaragoza mandó una misiva a Juárez donde avisaba que los valientes soldados mexicanos habían impuesto condiciones y que los enemigos habían muerto luego de luchar ferozmente.

Y aunque el resultado fue heroico para el ejército nacional un año después los militares franceses, que increíblemente no habían abandonado el país, ya que permanecieron en Veracruz sin ser molestados y que ya habían sanado sus heridas, pulido sus estrategias de guerra y sobre todo recibido decenas de miles de refuerzos, volvieron a marchar hacia la capital del país y en esa segunda ocasión lograrían su objetivo ¡Tomarla!

Para muchos resulta inexplicable cómo después de la batalla de Puebla se le permitió al ejército francés seguir en el país. La posible explicación es que el ejército liberal siguió con diversas batallas al interior del país con los grupos de conservadores que se levantaban en armas a lo largo y ancho de la república. A eso, habría que sumarle la muerte del Gral. Ignacio Zaragoza en septiembre de ese mismo año a causa de una enfermedad.

La Batalla del 5 de mayo en Puebla fue una victoria para el Ejército Mexicano contra las fuerzas francesas y aunque esta no detuvo la ocupación de la república, si se convirtió en un símbolo importante del espíritu de resistencia y unidad en México y se celebra como gran una fiesta tanto dentro de nuestras fronteras como fuera de ellas.

Dr. Damian García Santillán

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