Editorial
Desde la sociología existen innumerables paradigmas que resultan útiles a la hora de poder interpretar la realidad, comenzando por aquellos de carácter positivista, los que se identifican, de manera muy simplificada, por su actitud racional, científica, demostrable y replicable. Por el otro extremo se encuentran los paradigmas más constructivistas, los que proponen terrenos más líquidos donde la realidad que habitamos no es otra cosa que una construcción social. Lo anterior no representa en absoluto un juicio de valor, sino que más bien se presenta como un hecho de la causa.