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Miguel Sempere Martínez
30 Aniversario de la muerte del Padre Jesualdo MIGUEL SEMPERE MARTÍNEZ
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Misa en el Santo Cristo. El 27 de julio de 1907 nace en Bañeras el niño Evaristo Jesualdo, hijo póstumo de Julián Ferrero y de María Berenguer. Su abuelo Juan Bautista Berenguer Roses le monta una panadería a su hija, para que la viuda pudiera criar a sus hijos Julio-Juan y EvaristoJesualdo. En sus primeros años Jesualdo además de asistir al colegio, ayudaba a su madre repartiendo pan por todo el pueblo, y todavía pequeño tuvo un accidente en el cilindro de la panadería que casi le dejó manco, pero el Doctor Oliete que veraneaba en El Mas, salvó su mano derecha injertándole carne de la espalda del niño, una operación muy adelantada en aquel tiempo que solo lo pudo realizar aquel prestigioso doctor. A los 11 años ingresó en el seminario de Capuchinos de Massamagrell. Recién cumplidos 22 fue destinado al Vicariato Apostólico de la Guajira en Colombia, siendo ordenado sacerdote allí el 1 de mayo de 1931. Trabajó intensamente, entre otras cosas colonizando parte de las selvas amazónicas en territorios que no había pisado todavía el hombre blanco. Estudió arquitectura y edificó y restauró templos, escuelas, dispensarios, casas de ejercicios etc., incluso llegó a desarrollar un alto cargo en el gobierno dentro de los Servicios Sociales, agradeciéndole su labor condecorándole con la Cruz del Mérito y la Cruz de Boyana. En 1950 se le concedió un descanso de varios meses, y al llegar a Bañeres se encontró con el campanario gravemente mutilado desde el año 1936, además de comprobar que faltaban dos campanas (después de la guerra se habían repuesto solamente 2). Convocó una asamblea en el Teatro Principal a la que acudieron numerosas personas, en la cual explicó toda su vida apostólica en Colombia, asegurando orgulloso que el nombre de Bañeres fue conocido en América como Padre Jesualdo de Bañeres; pasó a exponer sus inquietudes, de cuya asamblea salió el compromiso de restaurar el campanario en colaboración de todo el pueblo. Las cementeras en España estaban escasas de cemento, lo que llevó al Padre Jesualdo a desplazarse a Madrid y en el Ministerio de obras Públicas, consiguió un camión de cemento de cupo, con el que contando con el Maestro de Obras José Beneyto Vañó, empezaron en los bajos del Ayuntamiento donde después estuvo el Hogar del Camarada, a fabricar las piezas del puzzle que después serían la reconstrucción del campanario. Al mismo tiempo y valiéndose de las juventudes de Acción Católica, recogieron casa por casa los donativos de objetos de bronce viejos, con los que se fundieron las dos campanas que faltaban.
Padre Jesualdo.
Otra de las inquietudes del Padre Jesualdo fue la falta del cancel de entrada al templo parroquial, por lo que valiéndose de la amistad desde niños con D. Gregorio Molina Ribera, consiguió que éste lo construyera en sus talleres de Xàtiva, de manos del carpintero y artista Jaime Santonja, sufragando los gastos el Sr. Molina. Después de unos meses de descanso se reincorporó a la parroquia colombiana de San Agustín de Fonseca, población que le nombró Hijo Adoptivo. En 1962 vino con su obispo D. Vicente Roig (de Ontinyent) a Roma, asistiendo al Concilio Vaticano II, pasando en 1965 finalizado éste, a quedar destinado en Totana, Massamagrell (donde está enterrado Fray Leonardo) y Alicante. En 1967 un terremoto dañó gravemente en Bogotá el Monasterio de la Concepción, edificio de 1583 declarado Monumento Nacional; el gobierno colombiano quería destruirlo, pero para recuperarlo puso como única condición que las obras las debía llevar a cabo el Padre Jesualdo, lo cual le llevó a volver a Colombia donde permaneció hasta 1973. Ya de regreso a España estuvo en Massamagrell, Alicante y Orito, en cuyo convento permaneció los últimos años de su vida trabajando en esta iglesia y en la cueva de San Pascual, colaborando también en la parroquia de Monforte del Cid. El acceso a la cueva que era por un barranco y senda de cabras, lo construyó y convirtió en un acceso para vehículos facilitando el acceso a personas con minusvalía, así como dotando el lugar con aseos, un crematorio de velas y una amplia plaza desde donde se puede contemplar todo el valle del Vinalopó. En Banyeres propuso en 1974 a la Comissió de Festes de Sant Jordi, que cada 25 de abril se celebrara una misa para festeros y pueblo en general, completando las salvas de homenaje que se vienen haciendo desde inmemorial; esto dio lugar a la construcción del Monument al Fester, que inauguró el mismo Padre Jesualdo el 25 de abril de 1975.
Durante estos años predicó y ayudó muchas veces a D. Ricardo Díaz en la parroquia, bendijo el maset de su comparsa de Moros Vells etc.
El 7 de octubre de 1985 el Ayuntamiento de Banyeres lo nombró Hijo Predilecto de la Villa, título que se le entregó en el Teatro Principal el día del Homenaje a Nuestros Mayores. Fallecería el 13 de octubre de 1992 y fue velado en la iglesia de Orito por Paquita Aznar y Miguel Sempere, ocasión que aproveché para escribir tres sonetos dedicados a su vida. Aquella tarde al conocer su óbito nos desplazamos a Orito D. Ricardo Díaz de Rábago, varios familiares y parte de la Corporación Municipal, donde solicitamos que fuera enterrado en Banyeres junto a sus padres, con lo que recibiría la salva de arcabucería cada 25 de abril. El Padre Provincial de los Capuchinos de Valencia quería enterrarlo en el cementerio capuchino de Massamagrell, pero después de un largo razonamiento conseguí que reunidos en capítulo, los capuchinos cedieran a nuestros deseos de que fuera enterrado en Banyeres. Nuestro Ayuntamiento declaró tres días de luto oficial por la muerte de su Hijo Predilecto. En 1993 la Comissió de Festes de Sant Jordi lo nombró “Banyerut amb nom propi”, y posteriormente se le dedicó una calle situada en la circunvalación del pueblo desde Les Molines al Ventorrillo.
Bendición del maset de la Filà Moros Vells.
Evaristo-Jesualdo. Tu cuerpo de frágil barro Yace al fondo de un madero mientras tu espíritu alado alcanza por fin el cielo. El mundo se hizo pequeño para tu sentir inquieto desde que seguiste a Cristo con ansias de misionero. Contactaste con los indios predicando el evangelio. ¡Cuán lejos quedaba el pueblo y tu oficio, panadero! Consagraste el pan y el vino, vocación de sacerdocio, así marcó tu destino lo que casi empezó en juego.