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Juan Antonio Calabuig Ferre
Vista de la torre del castillo i del campanario desde el Santo Cristo. Foto cedida por Antonio Barrientos Soriano.
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Crónica de Banyeres de Mariola
JUAN ANTONIO CALABUIG FERRE
Cronista Oficial de Banyeres de Mariola
“De la Font Bona a Ull de Canals” (Paseo sociocultural sin fiestas y con pandemia).
Otra vez con la maldita pandemia complicándonos la vida. Y un año más sin fiestas… Desearíamos no comenzar así esta crónica, pero la realidad manda. Lamentablemente la pandemia ha seguido siendo la gran protagonista de la crónica de Banyeres de Mariola. El terrible coronavirus ha dejado un preocupante balance de personas contagiadas, hospitalizadas y, lo peor de todo, las que fallecieron, a las que dedicamos nuestro recuerdo y nuestra oración. Descansen en paz las víctimas de la Covid-19.
La pandemia impidió, por segundo año consecutivo, que se celebraran nuestras fiestas patronales y otros populares eventos tradicionales. Además, la Covid-19 complicó muy seriamente el normal desarrollo de las actividades sociales, educativas, culturales y económicas de nuestro pueblo. Se acababa una ola y renacía la esperanza, el deseo de recuperar la normalidad, la ilusión por poder llevar de nuevo el ritmo habitual de trabajo, ocio, convivencia y descanso. Pero llegaba otra nueva ola de coronavirus y volvían las restricciones y las limitaciones, que impedían que el calendario respondiera a las expectativas creadas. La actividad familiar, social y empresarial reducidas al mínimo. Y nuestras calles y plazas permanecieron silenciosas y casi vacías durante los fines de semana de los meses de marzo y abril de 2021. Y nos quedamos desconcertados, descolocados, porque estábamos acostumbrados, hasta entonces, a encontrar en esas vías urbanas música, alegría y bullicio. Porque se acababa el invierno, llegaba la primavera y les “entraetes” deberían haber ambientado la proximidad de nuestras fiestas. Tampoco pudimos celebrar adecuadamente la Semana Santa. Evidentemente, no se pudo recuperar del todo la ansiada normalidad… Afortunadamente, durante esos complicados periodos de alarma, confinamiento, controles y mascarillas, se pudo comprobar que el pueblo de Banyeres fue el otro gran protagonista. Porque los habitantes de nuestro municipio actuaron bien en muchos aspectos, superando con su esfuerzo los múltiples obstáculos que se presentaron en esa difícil situación. La solidaridad, la resignación, la paciencia, la prudencia, la tenacidad, el trabajo y el sacrificio ayudaron mucho a la hora de luchar colectivamente contra el invisible virus, aunque la batalla todavía no ha concluido.
Y quisimos realizar, el día 22 de abril de 2021, un singular paseo por las vías urbanas más vinculadas con nuestros eventos tradicionales, pero también con la vida diaria del municipio. Caminamos sin prisa, mientras la memoria nos aportaba múltiples recuerdos. Y también reflexionábamos sobre el funcionamiento equilibrado y armónico de un pueblo que ha progresado mucho, firmemente afianzado en raíces muy profundas. La Font Bona, Villa Rosario y la Residencia de la Tercera Edad.
Comenzamos ese paseo en la Font Bona, a los pies de la emblemática torre medieval. Resultaba muy extraño el silencio existente en esta zona, porque siempre la vinculábamos directamente con las fiestas patronales, ya que allí se inicia la Entrada de Moros y Cristianos, el 22 de abril y el primer sábado de septiembre, cuando celebramos la fiesta de la Relíquia de Sant Jordi. Y en esas fechas tan señaladas, la música dominaba todo el entorno. Y recordamos con añoranza cómo la música sonaba siempre de modo muy especial en la Font Bona, cuando se formaban las escuadras y las bandas comenzaban a interpretar pasodobles y marchas cristianas y moras. En 2021, por culpa de la pandemia, tampoco hemos podido disfrutar de ese espectacular ambiente, ni apreciar la peculiar algarabía de un año normal, con los preciosos trajes de múltiples colores
de los capitanes y de sus boatos, y los clásicos atuendos de las diez comparsas, junto a las sorprendentes vestimentas de las escuadras especiales. Por eso mismo, porque no queríamos prescindir totalmente de la música, decidimos escuchar, en ese atípico paseo abrileño, algunos de los pasodobles festeros que más identifican a nuestro municipio. Y mediante el teléfono móvil, y gracias a las nuevas tecnologías, escuchamos (discretamente por nuestros auriculares) algunas de las obras más populares del compositor Godofredo Garrigues, como “Bañeres”, “Manta a Cuadros” y “De la Font Bona a la Plaça”. El título de este último pasodoble, compuesto por el que fue director de la única banda que tenía Banyeres hace medio siglo, nos inspiró el título de esta crónica. Y nos acompañó durante parte de este recorrido por el itinerario fundamental de nuestra entrada. Aportamos ya nuestra primera reflexión, nuestro comentario: debemos resaltar el buen nivel de la educación y de la cultura que tiene actualmente Banyeres de Mariola, y que ha ayudado decisivamente a superar los momentos más críticos de la pandemia. Porque en la misma torre de la Font Bona tenemos el Museo Arqueológico Municipal, con los restos más antiguos que demuestran que, hace miles de años, estas montañas ya estuvieron pobladas por nuestros prehistóricos antepasados. Y, frente a la torre de la Font Bona, el colegio público Alfonso Iniesta. Este centro de enseñanza, junto al instituto de enseñanza secundaria IES Professor Manuel Broseta, ubicado junto a la antigua estación, y el colegio de la Fundación Ribera constituyen la base más sólida para garantizar el futuro de Banyeres, al proporcionar la más completa formación a niños y jóvenes. Conviene recordar que los mencionados centros docentes están bautizados con los nombres y apellidos de dos grandes personalidades del ámbito de la educación: don Alfonso Iniesta (hijo adoptivo de Banyeres) y don Manuel Broseta Pont (catedrático de Derecho Mercantil e hijo predilecto de nuestro pueblo). Y el colegio concertado más antiguo de Banyeres (situado entre la ermita del Santo Cristo y el carrer La Creu) pertenece a la Fundación Ribera, creada por unos mecenas religiosos. Frente al colegio Alfonso Iniesta se conserva el antiguo lavadero público, que hasta mediados del siglo XX era el punto de encuentro obligado para las esforzadas mujeres de la época, que acudían allí para lavar la ropa y el ajuar familiar con las aguas que manaban de la Font Bona, ya que aún no existía la red pública de abastecimiento domiciliario de agua potable. Sin perder de vista la torre de la Font Bona, nos encontramos con otro de los edificios más emblemáticos y representativos de Banyeres: Parque de “Villa Rosario”. Fue antaño la residencia familiar de otro hijo ilustre de nuestro pueblo: el gran empresario de la industria del papel don Gregorio Molina Ribera. Podemos sentirnos muy orgullosos de que actualmente dicha mansión forme parte del núcleo básico de la cultura y el turismo de Banyeres. Porque allí tienen su sede otros tres museos municipales: el “Museu Valencià del Paper”, el “Museu de l’Espardenya” y el “Museu de la Farmàcia”. También se ubica en el Parque de “Villa Rosario” la Oficina de Turismo, que está dinamizando la promoción de los recursos culturales, etnográficos, naturales y medioambientales de nuestro municipio. Además, no podemos olvidarnos de resaltar que los jardines de este parque municipal “Villa Rosario” son el escenario idóneo para la celebración de actividades culturales al aire libre, entre las que destaca la representación de la “Llegenda de Sant Jordi”, que se ha convertido durante los últimos veinticinco años en una de las señas de identidad de Banyeres de Mariola, al tratarse de una magna obra teatral que solo es posible llevar a escena gracias a un admirable trabajo colectivo y altruista de numerosas personas. Pero tampoco ha podido representarse esta gran obra, por culpa de la pandemia. De la Font del Cavaller y la Residencia de la Tercera Edad al Ayuntamiento y la Fundación Ribera.
No podíamos dejar de aproximarnos a la Font del Cavaller, una visita imprescindible en cualquier época del año, y que, además, es uno de los lugares más adecuados para iniciar rutas senderistas por la Serra Mariola. Y en la plaça dels Plàtans efectuamos otra parada. Porque muy cerca está el edificio del antiguo “Cine Mariola”, que después de concluir su última etapa empresarial como salón de banquetes, va a transformarse en otro eje de la vida cultural y social de nuestro pueblo, una vez que el Ayuntamiento (su actual propietario) concluya los trabajos de rehabilitación y acondicionamiento del inmueble. Próximo al “Mariola” se halla la Residencia de la Tercera Edad, que está situada en las laderas del “Capollet de l’Àguila”, que es una espléndida atalaya para contemplar Banyeres y la Serra Mariola. Queremos resaltar, con satisfacción, la magnífica gestión de esta residencia, en donde están siendo muy bien atendidos nuestros mayores, en la última etapa de sus vidas. El “geriàtric” es uno de los servicios públicos más importantes de la infraestructura social de nuestro municipio, y nos complace escuchar numerosas opiniones muy positivas en relación con su funcionamiento.
Subimos por el carrer de la Creu hasta detenernos junto al edificio del Ayuntamiento, que preside esta pequeña plaza. A nuestra Corporación Municipal le ha correspondido realizar una difícil y delicada labor: la de dirigir y coordinar todo tipo de servicio públicos, para intentar que nuestro pueblo funcionara lo mejor posible durante esta pandemia. Y hay que reconocer
la eficaz tarea de los ediles y de sus funcionarios y empleados, desde la Policía Local y Protección Civil hasta los trabajadores de los servicios técnicos y de las áreas sociales, culturales y administrativas. La información puntual sobre la pandemia y las medidas de protección, a través de las páginas “web” municipales, ha sido muy útil. Capítulo aparte merece la Guardia Civil, siempre modélica. Debemos de subrayar muy especialmente la admirable tarea de todo el personal adscrito al Centro de Salud, situado entre el mercado municipal y el carrer Laporta. El trabajo de médicos, enfermeros/as, auxiliares y administrativos y trabajadores del SAMU y ambulancias, ha sido ejemplar, ya que con su entrega y dedicación han dado una auténtica lección de profesionalidad y humanidad. Frente al Ayuntamiento nos encontramos con el decano de los centros de enseñanzas de Banyeres de Mariola: el colegio Fundación Ribera, al que durante muchos años conocimos como el colegio de “les Monges”, ya que estaba dirigido y gestionado por religiosas. Este centro de enseñanza católico, concertado, sigue teniendo un gran peso específico en el ámbito educativo de nuestro pueblo. Y muy cerca de la Casa Consistorial, en el número 5 del carrer La Creu, se halla el edificio de la Fundación Valor, dedicada al fomento de la cultura y de la educación en nuestro municipio. Además de su importante biblioteca, conviene destacar que sus salones acogen con frecuencia exposiciones de arte, conferencias y otros actos de relevancia cultural.
Una nueva parada de nuestro paseo sociocultural la efectuamos en la principal plaza de Banyeres de Mariola, en lo que se refiere a la actividad religiosa y social y a nuestras fiestas. La plaça Major, el Templo Parroquial de Ntra. Sra. de la Misericordia y su campanario son el escenario fundamental de múltiples actos, desde procesiones, bodas, bautizos, comuniones y funerales, hasta actos festeros como el inicio de las fiestas (con la emotiva interpretación del “Himne a la Festa”), el final de la entrada y el pasacalle, el concurso de escuadras del día de Sant Jordi, algunas embajadas, etc.
El año 2021 nos trajo muchas tristes noticias, por la pérdida irreparable de familiares, amigos y otras personas que cayeron víctimas del coronavirus. Pero también nos impactaron dos defunciones que no estaban relacionadas con la Covid-19: la de los dos sacerdotes que estuvieron al frente de la parroquia de Ntra. Sra. de la Misericordia durante el último medio siglo: don Manuel Soler Espí (párroco desde 1967 hasta 1974), que falleció a principios del mes de enero de 2021, y don Ricardo Díaz de Rábago y Verdeguer (parróco desde 1974 hasta 2018), que murió a principios del mes de julio. Ambos clérigos realizaron una encomiable labor, que superaba el ámbito estrictamente eclesiástico. Beneficiaron mucho a nuestro pueblo, sobre todo en cuestiones relacionadas con la educación, la juventud, las tradiciones, la cohesión social y la protección del patrimonio histórico-artístico. Potenciaron la cultura y la educación mediante las fundaciones Ribera y Valor, e impulsaron las distintas cofradías. Por ello, lamentamos mucho la muerte de los mencionados sacerdotes, que tenían una gran talla intelectual y una sólida formación religiosa y que, además, poseían una enorme calidad humana. Por todo ello consideramos que Banyeres de Mariola debería expresar de algún modo concreto su reconocimiento y gratitud a título póstumo, a unas personas que tanto beneficio aportaron a nuestro municipio. Desde la plaça Major nos dirigimos hacia el gran símbolo de Banyeres: el Castillo, que tampoco lucía en esta ocasión ningún tipo de banderas y de estandartes festeros. Siempre nos ha ilusionado subir a lo alto de la Torre del Homenaje para admirar el hermoso panorama, enmarcado por las siluetas inconfundibles de las montañas de nuestro entorno, desde el Montcabrer, el carrascal de la Font Roja y el Capollet de l’Àguila hasta la Penya la Blasca, l’Alt de la Barcella y la Rambla. La verdad es que sientes una cierta nostalgia cuando contemplas en el Museu Fester, ubicado en el mismo castillo, las vitrinas en las que se exhiben los trajes de nuestras diez comparsas. Y tienes que asumir que el virus nos ha impedido ponernos nuestros atuendos festeros, siguiendo una tradición que se inició en el siglo XVIII. Igualmente, sientes pena cuando caminas, entre torreones y almenas, por las terrazas de nuestra fortaleza y las encuentras vacías, contrastando con la imagen habitual de las embajadas del día 24 de abril, que tanto echamos de menos. Lo mismo sucede cuando, en nuestro atípico recorrido, pasamos delante de los “masets” de las diferentes “filaes” y los encontramos cerrados.
El Teatro Principal, propiedad de nuestro Ayuntamiento, reiniciaba tímidamente su habitual actividad como núcleo dinamizador de la cultura, centrada desde siempre en las representaciones teatrales, la proyección de películas y los conciertos de nuestras bandas de música. Pero el teatro tampoco ha podido acoger durante 2021 uno de los actos más emblemáticos e interesantes de los prolegómenos de las fiestas de Sant Jordi: “el Pregó” y la Exaltación de Capitantes y Abanderadas. Confiamos en que los grupos de teatro aficionado de Banyeres recuperen pronto su actividad habitual.
Reanudamos el paseo, desde la plaza, en dirección a nuestras ermitas, por el carrer de la Malena. Siempre nos ha encantado subir pausadamente por esta calle escalonada, para llegar hasta la ermita del Santo Cristo y poder contemplar desde allí una espléndida perspectiva urbana, con el campanario y la cúpula de
la iglesia y el castillo configurando la más emblemática imagen de Banyeres de Mariola. Nos acercamos posteriormente a la ermita de la Malena y volvemos a tener la misma sensación de las anteriores paradas: la tristeza por no haber podido asistir, el día 25 de abril, a los actos que siempre se celebraban ante las dos ermitas, como la proclamación de los nuevos capitanes o el “Despojo”, o Conversión del moro al cristianismo. Se respiraban los primaverales aires de Mariola, pero no olía a pólvora, porque los arcabuces se habían quedado en las casas de los festeros, guardados en los armarios. Tampoco se escuchaban en los alrededores de nuestras ermitas los pasodobles de las bandas de música. Pero a este respecto, nos permitimos incorporar otra reflexión positiva. Nos referimos concretamente al Conservatorio Municipal de música, que funciona desde hace 27 años y que tiene precisamente su sede junto a la ermita de la Malena, en las antiguas escuelas que, con su actual uso, recuperaron su finalidad docente. El conservatorio es una muestra clarísima del alto nivel musical que ha alcanzado nuestro pueblo. Como ejemplos rotundos de dicho nivel tenemos a nuestras dos bandas: la Societat Musical Banyeres de Mariola y la Agrupació Musical "La Nova", que tienen sus sedes sociales en el carrer Major y en el carrer de Sant Jaume, respectivamente. No sólo tienen buenos directores, estupendas plantillas de músicos y magníficos instrumentos, sino que también pueden presumir de haber creado una excelente cantera, con niños y jóvenes que están viendo encauzadas sus aficiones musicales a través de las bandas y del conservatorio. Otro detalle importante: la música se ha convertido ya en una alternativa profesional para unos cuantos “banyeruts”, que se han integrado en distintas orquestas y bandas en varios lugares de España o que ejercen la docencia en distintas disciplinas. Debemos destacar, asimismo, en esta referencia rápida a nivel musical de Banyeres de Mariola, la gran labor de otras entidades y asociaciones culturales, como la Coral Mariola, la Colla de Dolçaines i Tabals "El Braçal” y el Grup de danses "Aires de Mariola" que, además de la tradicional Jota de Banyeres, ha recuperado piezas muy interesantes del folklore tradicional de la Comunitat Valenciana.
La penúltima parada de nuestro paseo la realizamos en la ermita de Sant Jordi y en el cementerio. Reconocemos que somos incondicionales de los singulares actos que se celebran en el cementerio el 25 de abril, en recuerdo y homenaje a nuestros difuntos. Estamos muy orgullosos de esos actos tan repletos de espiritualidad, intimidad y simbolismo. Esa mezcla, original, única e irrepetible de música, pólvora, silencio y oración, en recuerdo de las personas que queríamos y que ya no están entre nosotros, es otra de las señas de identidad de Banyeres de Mariola, que ha sabido desde tiempo inmemorial rendir, durante las fiestas patronales, un merecido homenaje de recuerdo y gratitud a sus difuntos. Concluiremos nuestro paseo adentrándonos en plena Serra Mariola. En realidad, el mismo cementerio, el Pla Roig, la Serreta de la Neu y la Pedrera forman parte de la legendaria Sierra Mariola y gracias a ello, durante los difíciles días de la pandemia, con tantas restricciones para los desplazamientos, los vecinos de Banyeres lo tenían muy fácil para disfrutar de la naturaleza, respirando aire puro, recorriendo los caminos que parten del Pla Roig, del Capollet de l’Àguila, de la Font del Cavaller, del Molí l’Ombria o d’Ull de Canals. Precisamente, quisimos concluir este paseo descendiendo desde el cementerio hasta el Barranc Fondo y Ull de Canals, junto al río Vinalopó. En esta gran masía, que perteneció a la familia Valor, se encuentra actualmente la sede de la fundación “Llar de Mariola”, que creó a finales del siglo XX nuestro párroco Ricardo Díaz de Rábago para promover las actividades juveniles vinculadas con la defensa de la naturaleza y del medio ambiente. Con ese objetivo se puso en marcha el albergue, con gran éxito, y pocos años después, en enero de 2002, la Generalitat Valenciana aprobó la creación del parque natural de la Serra Mariola, del que forman parte Agres, Alfafara, Alcoy, Banyeres de Mariola, Bocairent, Cocentaina y Muro de Alcoy. Nuestro gobierno autonómico decidió ubicar en Ull de Canals el Centro de interpretación e información del parque natural, así como la dirección del mismo. Desde entonces, Ull de Canals se ha situado en la vanguardia de la protección del medio ambiente, el desarrollo sostenible y el turismo más respetuoso con la naturaleza. Ull de Canals está ubicado en un lugar privilegiado y estratégico, muy próximo a la Font de la Coveta (nacimiento del río Vinalopó), a la Penya la Blasca (Serra de la Fontanella), a l’Alt de la Barcella, al río Vinalopó y a la ruta dels Molins, etc. En Ull de Canals concluimos este atípico paseo, con una reflexión muy diáfana: durante los difíciles momentos de la pandemia, Banyeres de Mariola ha funcionado bien, porque la correcta gestión institucional y el esfuerzo de sus habitantes se ha completado con la gran labor desempeñada por sus entidades sociales, educativas y culturales, por su parroquia y por sus cofradías. Y se ha hecho patente, una vez más, la estrechísima relación del pueblo con la Serra Mariola y con todo el entorno natural.
Conclusión personal y esperanzadora de ese paseo primaveral mientras se sigue luchando para superar definitivamente la pandemia: Banyeres de Mariola ha demostrado tener firmemente consolidadas sus fiestas, costumbres y tradiciones. Y sus instituciones públicas y entidades culturales, educativas y sociales han funcionado.
Familia de Manuel Broseta con Ximo Puig y representantes de Banyeres de Mariola.
XXX Premio de Convivencia Manuel Broseta
JUAN ANTONIO CALABUIG FERRE
Cronista Oficial de Banyeres de Mariola
Homenaje a Manuel Broseta, 30 años después del asesinato del hijo predilecto de Banyeres de Mariola.
El 15 de enero de 2020 se cumplieron 30 años del asesinato de Manuel Broseta Pont, hijo predilecto de Banyeres de Mariola. Y en su memoria, se le dedicó un homenaje público, en el mismo lugar donde los terroristas etarras acabaron con su vida, el 15 de enero de 1992, disparándole en la nuca, cuando el prestigioso catedrático de derecho mercantil se dirigía a impartir su clase magistral en las aulas universitarias. Allí, en los jardines centrales de la avenida de Blasco Ibáñez de la ciudad de Valencia, en torno al monolito levantado en memoria del profesor Broseta en el escenario del crimen, se concentró una importante representación de la sociedad civil de la Comunidad Valenciana, desde las instituciones oficiales y las universidades hasta las organizaciones empresariales y los colegios profesionales. Un año más se demostró que la figura de Manuel Broseta Pont ha dejado una profunda huella y su trayectoria académica, profesional e institucional sigue sirviendo de rotundo ejemplo, en lo que se refiere a la defensa de la libertad y de la democracia.
Para dar una muestra clara de la gran relevancia del homenaje a Broseta, basta con mencionar algunas de las personas que asistieron al acto: el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig; la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Gloria Calero; los presidentes de las Diputaciones Provinciales de Alicante, Carlos Mazón, y de Valencia, Antoni Gaspar; el conseller de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat Valenciana, Arcadi España; la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez; en representación de les Corts Valencianes, los portavoces Manuel Mata (PSPVPSOE) y María José Catalá (PP); el senador Fernando de Rosa (PP); rectores de las universidades valencianas; el decano de la facultad de derecho; autoridades militares; dirigentes de las organizaciones empresariales, etc. Banyeres de Mariola (donde nació Manuel Broseta Pont el 13 de octubre de 1932) estuvo representado en el homenaje, a nivel oficial, por nuestro alcalde, Josep Sempere, acompañado por el concejal Mario Martínez Francés. También asistió el director del instituto de enseñanza secundaria Manuel Broseta, Vicent Albero Ferre, entre otros vecinos del pueblo de Banyeres de Mariola. La familia de Manuel Broseta Pont estuvo ampliamente representada, con sus tres hijos (Bruno, Manuel y Pablo Broseta Dupré) al frente. También asistieron al acto los nietos del profesor Broseta; Manuel, Carlos y Paula, así como sus sobrinos Julia, Cristina y Ernesto Pérez Broseta, etc. Pablo Broseta Dupré, como presidente de la Asociación de Amigos de la Fundación Broseta, pronunció un discurso en el que subrayó el trágico balance de la acción de la banda terrorista ETA: entre 1968 y 2010: 864 muertos, 2600 heridos y otras siete mil víctimas más. En ese sentido, resaltó que los actos que se celebran cada 15 de enero se han consolidado como referentes de la
memoria y de la dignidad y de la exigencia de justicia para todas las víctimas del terrorismo. Se preguntaba Pablo Broseta, con tristeza y dolor: ¿cuanto valor, cuanto intelecto, cuanto patriotismo ha perdido nuestra sociedad?. Y añadió que estamos obligados a conservar la memoria de la impronta de las víctimas del terrorismo y a exigir la aplicación de la justicia para los asesinos materiales, sus inductores y sus cómplices Tenemos la obligación de velar por el recuerdo, por la dignidad de su legado y por el reconocimiento social del sacrificio de quienes contribuyeron con sus vidas al actual estado de las libertades individuales y colectivas La última parte de su locución la centró Pablo Broseta en la personalidad de su padre, que representaba el consenso y el diálogo y era un negociador incansable, seguramente fruto de su experiencia vital En los años 60 y 70 del pasado siglo, fue compañero de muchas personas que, como él, apostaron por cambiar cosas Y esto, en una situación política convulsa y de falta de libertades Eran tiempos de implicarse, de comprometerse, y de riesgo personal para muchos hombres y mujeres que, a través de posiciones políticas y reivindicativas diversas (desde la clandestinidad la mayoría de ellas) se arriesgaban por cambiar la sociedad En los años 80 del siglo XX, Manuel Broseta tuvo la oportunidad de implicarse y de comprometerse de modo activo y decisivo en la defensa de nuestras señas de identidad como pueblo, especialmente en la defensa de los valores constitucionales Pablo Broseta reconoció cómo los valores y principios que defendía su padre influyeron decisivamente en la “brújula” de la trayectoria personal tanto de sus hermanos Bruno y Manuel como en la suya propia. Consideró, como un ejemplo a seguir, la incansable perseverancia de su padre, su serenidad y la lealtad a sus principios. Por ello tratamos de mantener su legado, que es el de aportar todo lo que esté en nuestras manos, como contribución a una sociedad moderna, plural, tolerante y justa Dijo por último que “estos actos del 15 de enero continuarán siendo un homenaje a todos los ciudadanos de bien que han sido víctimas de la intolerancia, de la violencia y de la sinrazón Y del mismo modo, este acto se ha convertido en un homenaje a toda una sociedad moderna, plural, libre, democrática y europeísta, de la que mi padre, Manuel Broseta Pont, se sentiría profundamente orgulloso… También intervino en el acto el presidente de la fundación Broseta, el catedrático de derecho penal de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido, quien dijo que la ETA no mataba solo con armas, ya que también agredía con el descaro, la chulería y el desprecio que mostraba hacia sus víctimas y hacia un pueblo que ha sufrido durante tantos años las consecuencias de su repulsivo proceder Tras depositar las simbólicas coronas de laurel y de flores junto a los hijos de Manuel Broseta Pont, clausuró el acto de homenaje el president de la Generalitat, Ximo Puig, señalando que nuestro Estatuto de Autonomía (que tanto defendió Broseta y que cumple ahora 40 años) ha significado, junto a la Constitución, los mejores años de la Comunitat Valenciana y de España Y en democracia no hay nada más importante que la convivencia y el respeto a los demás Afirmó por último el president Puig que el espíritu de Broseta representa una de las mejores páginas de nuestra enorme tierra, y siempre esa página que escribió Broseta estará entre nosotros Al término del acto, el president Puig se reunió con la familia Broseta y con el alcalde de Banyeres de Mariola y demás representantes del pueblo natal de Manuel Broseta. Tuvimos la oportunidad de recordar que Banyeres de Mariola ya demostró su reconocimiento institucional a Manuel Broseta Pont, nombrándole hijo predilecto y concediéndole la corporación municipal la insignia de oro de la villa. Además, el instituto de enseñanza secundaria del municipio fue bautizado con el nombre del profesor Manuel Broseta. El XXX Premio convivencia Manuel Broseta, concedido a Ángela Merkel.
El XXX Premio de Convivencia Manuel Broseta ha sido concedido a Ángela Merkel, que ha sido canciller, la máxima representante política de la República Federal de Alemania. Tan prestigioso galardón, que concede desde 1992 la fundación Manuel Broseta, no ha podido entregarse este año el 15 de enero, coincidiendo con la conmemoración del aniversario del asesinato de Manuel Broseta Pont. El jurado calificador del premio de convivencia lo presidió Joan Lerma i Blasco, que fue president de la Generalitat Valenciana. Entre otros, integraban el jurado el presidente de la fundación Broseta, Vicente Garrido; el vicepresidente de la fundación, Bruno Broseta Dupré; la consellera de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana, Gabriela Bravo; la ex vicepresidenta del Consell, Paula Sánchez de León (PP); la rectora de la Universidad Europea de Valencia, Rosa Sanchidrián; y los directores de los principales diarios de la Comunidad Valenciana y destacados empresarios. El jurado valoró la brillante trayectoria política de Merkel, así como la promoción que ha hecho de los valores europeístas de concordia, democracia, tolerancia y respeto que el propio profesor Broseta propugnaba. Asimismo, consideró el jurado que Ángela Merkel había contribuido decisivamente a culminar un sólido liderazgo europeo, por encima de las divisiones nacionales También se valoró positivamente su talante solidario, al abrir las fronteras de Alemania ante las sucesivas crisis de refugiados