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Documentos para la historia de un enfrentamiento bélico Antonio Mataix Blanquer Banyeres a través del tiempo
Documentos para la historia de un enfrentamiento bélico
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ANTONIO MATAIX BLANQUER
Guerra Civil. Recepción oficial en el Ayuntamiento de Banyeres de niños y niñas evacuados de Madrid por los bombardeos del bando nacional. Año 1937. Foto cedida por Juan Santonja Calatayud. Associació Cultural Font Bona. El aumento del paro durante 1920 y su incremento en 1930 hizo que más de 200 familias de Banyeres tuvieran que emigrar por falta de trabajo, y la tendencia siguió tanto en las fábricas de papel estraza como en las de alpargatas y el textil, lo que derivó en manifestaciones y protestas provocando una intensa crisis social e influyendo en los ánimos previos a la Guerra Civil. La RAE define la Guerra Civil como “lucha armada entre bandos de una misma nación”, y por tanto supuso episodios escalofriantes y hechos luctuosos. Quien quedó en el lado equivocado tuvo difícil escapatoria porque en los pueblos todos se conocen y se está al tanto de las ideas del vecino.
Han transcurrido 85 años y muy poco se ha escrito sobre la Guerra Civil en Banyeres y pocas posibilidades ofrece un artículo de pequeñas dimensiones en una revista de fiestas, por lo que tan solo se pretende, sin mencionar a nadie, narrar las atrocidades y la magnitud del desastre que quedaron impresas en los documentos oficiales en dos momentos: en la Guerra Civil y durante la represión franquista.
Banyeres quedó en la zona republicana y la información de lo acontecido la encontramos en la Causa General, el Consejo Municipal del Frente Popular de Bañeres, el Archivo Histórico Nacional, la Dirección General de la Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda y Economía y el Consejo de Administración de Agricultura de la U.G.T de Bañeres.
En relación a los represaliados encontramos algo que se va a repetir de forma muy cruenta y constante en las dos zonas: las listas de represaliados republicanos en una zona, y de gente de derechas y de iglesia en otra. En esta primera fase aparecen las listas de “desafectos al Régimen” El método es muy sencillo porque todos se conocen y hay ajustes de cuentas, venganzas y surgen las antiguas rencillas entre familias.
En Banyeres encontramos tres listas muy significativas: La primera está publicada en la Gaceta de la República el 10 de junio de 1937. En ella se nombran a 23 vecinos de Banyeres, 14 hombres y 9 mujeres, declarados “desafectos al Régimen y son propietarios terratenientes” En el documento se solicita información sobre si poseen bienes materiales, la localización de los mismos y las cuentas corrientes e inmuebles.
La segunda lista la facilita el Presidente del Consejo Municipal de Bañeres a petición del Delegado de la Caja de Reparaciones el 8 de marzo de 1938 y, según consta por los datos que suministra el Comité Revolucionario del Consejo Municipal de Bañeres, traslada una lista de 25 nombres todos varones desaparecidos desde el 19 de julio de 1936 y considerados todos “desafectos al Régimen establecido” y ninguno de esta lista coincide con la anterior.
En la tercera lista, fechada el 8 de marzo de 1938, hay una relación de la Junta de incautaciones de fincas rústicas de propietarios que también han sido declarados “desafectos al Régimen” En ella hay 72 propietarios, de ellos 42 son hombres y 30 mujeres.
Con respecto a las incautaciones de fincas a sus legítimos propietarios, el motivo fue por ser “personas totalmente fascistas, desafectas al Régimen o destacados de Derecha Regional”, lista que se remitirá entre el 15 de agosto y el 11 de septiembre de 1936 por la que se incautarán 52 casas por el Comité revolucionario de Defensa de Bañeres, siendo el destino de estos inmuebles: Casa Ayuntamiento, ya que había sido derruida la Casa Consistorial ubicada en la Plaza Mayor, como domicilio de las Juventudes Socialistas Unificado, como Hospital de Sangre, refugio de evacuados, como central de teléfonos, domicilio social del Sindicato Unión de Trabajadores de Oficios Varios y sede de las Juventudes Libertarias. El resto de casas sus ingresos se destinaron a asistencia social, beneficencia y necesidades públicas.
En cuanto al racionamiento y estraperlo, la guerra no solo costó vidas humanas, sino que el mismo sufrimiento de la ausencia y perdidas de seres queridos vino unido a la escasez de alimentos básicos, las cartillas de racionamiento y la ausencia y distribución de los pocos víveres disponibles. Ello llevó al racionamiento y al estraperlo y quienes consiguieron intercambiar lo poco que les quedaba de valor en las casas por comida eran muy afortunados y no siempre se pudo conseguir.
Un ejemplo son las dos actas de decomiso fechadas el 29 y 30 de octubre de 1938, respectivamente, y que remite el Presidente del Consejo Municipal de Bañeres Frente Popular el 4 de noviembre de 1938 en la que se citan la detención de artículos de un vecino de Banyeres entre los que transportaba: 60 Kg. de habichuelas, 145 Kg. de arroz blanco, 50 Kg. de arroz en cáscara, 45 Kg. de cacahuetes, 50 Kg. de habas secas, 100 Kg. de boniatos. Estas mercancías las conducía en carro y se le ocuparon a la entrada del pueblo incumpliendo las normas de racionamiento. Al día siguiente se repite otra detención al mismo vecino que intentaba introducir en la población y por el mismo sistema: 707 Kg. de arroz en cáscara y cebada todo mezclado,56 kg. de habas secas, 250 Kg. de patatas, 144 Kg. de almendras, 46 Kg. de habichuelas, 40 Kg. de maíz, 154 Kg. de trigo escondido en paja y 44 Kg. de patatas. Todos ellos productos básicos y sencillos a los que apenas hoy daríamos importancia, pero que en plena guerra eran auténticos artículos de lujo.
La Causa General, instruida por el Ministerio Fiscal, fue un extenso proceso de investigación impulsado por el ministro de Justicia franquista, Esteban Bilbao Eguía, tras la Guerra Civil, mediante Decreto de 26 de abril de 1940, con el objeto de instruir “los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la denominación roja”. La Causa General correspondiente a Banyeres es muy escueta y sintética, ocupando poco espacio en comparación con otras poblaciones vecinas. La misma nos relata que entre el 26 de agosto de 1936 y el 21 de enero de 1937 las personas que fueron muertas violentamente asciende a un total de 9 varones con una media de edad de 34 años, indicándose además su profesión, la filiación política, la fecha de su muerte, el sitio que fue encontrado su cadáver y las personas sospechosas de participación en su muerte y su paradero, constando también en la relación dos cadáveres recogidos en este término municipal que no eran residentes, un sacerdote y un veterinario, quienes sufrieron muerte violenta, en concreto, en la carretera de Banyeres a Alcoy. Así mismo, hay una relación detallada de detenciones, destrozos, asaltos, robos e incautaciones.
Por último, finalizada la guerra, entramos en una etapa de la historia muy dura en la que de nuevo se mezclan la revancha, el odio y el ajuste de cuentas.
Debemos al historiador Francisco Moreno Sáez y a otros relevantes investigadores el trabajo realizado en los diversos archivos municipales y en el Archivo Provincial de Alicante sobre toda la etapa de la represión franquista en la provincia de Alicante y como resultado ofrecen una amplia y detallada información acerca de esta etapa de nuestra historia. Es una gran base de datos por poblaciones y que se actualiza constantemente, por lo que nos aporta una gran riqueza de información de los represaliados por la dictadura.
La información que aporta necesitaría de un estudio más amplio, en profundidad y detenimiento, pues tratar estos temas además de contextualizarlos en el ambiente de la época y cuando lo que está en juego son ideologías, vidas humanas, libertades y derechos y, en definitiva, mucho sufrimiento, es de gran dificultad y necesita de una objetividad acorde con los hechos ocurridos, tanto en la guerra como en la represión.
En el listado de los 184 represaliados, 157 son hombres y 27 mujeres. De ellos, 149 eran naturales de Banyeres y el resto de poblaciones vecinas; 9 eran menores, con edades comprendidas entre los 14 y los 16 años y el resto con una media de 31 años. También conocemos sus profesiones: el 24% eran papeleros, el 16% tejedores, el 10% alpargateros, el 9% agricultores, el 8% albañiles, el 7% jornaleros, el 5% chóferes y el 4% panaderos. El resto eran ebanistas, comerciantes, zapateros, ferroviarios, contables empleados, vendedores ambulantes, carpinteros, ayudante de cocina, mecánico, helador, industrial, funcionario y dos maestros y dos maestras, que fueron sancionados por la Comisión Depuradora de Magisterio.
El 92% habían pertenecido a PSOE, UGT, CNT y el resto a las JJ.LL. Los motivos de las condenas fueron muy variados y entre los que más se repiten figuran: ser miliciano armado, auxilio a la rebelión, intervenir en desmanes, requisas, amenazas, detenciones, pertenecer al Comité Revolucionario, asalto al Convento de las Monjas, destrucción de imágenes sagradas en la iglesia y campanario, incautación de fincas, traslados de presos y registros, detenciones de vecinos, custodia de presos y tomar parte en asesinatos. Las condenas que quedan reflejadas en el estudio son muy variadas, al igual que los años cumplidos, pero para situarnos de forma global las hemos agrupado en porcentajes: el 41% son condenas de 12 años; el 21%, entre 20 y 25 años; el 15%, entre 5 y 10 años; el 12%, 30 años; el 8%, 16 años, y el 3%, entre 2 y 3 años.
Las cifras tratadas de esta forma son muy frías, pero detrás de ellas hay familias, años de sufrimientos, destierros, angustia, pérdida de libertad y de vidas porque, aparte de las condenas de prisión, hay 9 personas fusiladas, 13 en paradero desconocido, 8 murieron en la cárcel por enfermedad y 4 zarparon en el buque mercante a vapor británico Stanbrook a finales de marzo de 1939 camino del exilio al norte de África.
En el estudio que hace Francisco Morenos Sáez nos resume los lugares donde cumplieron condena: el campo de concentración de Albatera y Pueblonuevo (Córdoba) y en las cárceles de Alcoi, Alicante, Elche, Novelda, Dénia y Monóvar; mientras que las mujeres estuvieron presas en San Miguel de los Reyes (Valencia), Ocaña, Alcalá de Henares y El Dueso. Asimismo, algunos fueron enviados a Colonias Penitenciarias Militarizadas, pantano de Benageber, etc.
La historia nos advierte, a través del conocimiento de la misma, sobre lo que no puede repetirse y nos da la oportunidad de no volver a cometer los mismos errores que nos llevaron a situaciones de destrucción, horror y sufrimiento. El enfrentamiento ideológico, el odio, la violencia y la venganza han generado siempre situaciones en las que el ser humano se ve abocado a la autodestrucción y aniquilamiento. El valor de la vida humana es un bien prioritario que hay que defender y con el enfrentamiento y la división se pierde absolutamente todo. Es necesario vivir en la diversidad tendiendo puentes de respeto, tolerancia y diálogo.