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Francisco Calabuig Belda, capitán dels Moros Vells en 1922 Luis Amigó Calabuig

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Francisco Calabuig Belda, Capitán dels Moros Vells en 1922

LUIS AMIGÓ CALABUIG

Francisco Calabuig Belda. Año 1914. Mi abuelo materno era Francisco Calabuig Belda y fue capitán de la comparsa de Moros Vells en el año 1922, sobre él y de ese hecho voy a escribir estas líneas.

Nació en el Poblet dels Ferres a finales del S. XIX en una familia de agricultores, dueños de la casa que habitaban, la almazara, terrenos de cultivo y otras propiedades, entre ellas la casa del número 1 del carrer Sant Pere. Francisco tenía cuatro hermanos y cuatro hermanas, eran un total de nueve. El carácter laborioso de la familia unido al espíritu activo y emprendedor propio de los bañerenses se manifestó en ser el primero de los hermanos con otras inquietudes, diferentes a las del resto de la familia. Preparó oposiciones en Madrid al Cuerpo de Correos, para ello permaneció algunos meses en la capital y obtuvo la plaza de Jefe de Correos en Villaviciosa, donde vivió y ejerció durante varios años. Fue muy apreciado por la sociedad de aquella villa comercial y ya industrial, y estableció relaciones con algunas familias conocidas con las que mantuvo contacto por correo casi hasta el final de sus días. Era muy joven y no tenía reparos en hacer, cuando le era posible, el largo viaje que en aquel tiempo suponía ir desde Villaviciosa a Banyeres, el ferrocarril de aquella época se desplazaba a una velocidad muy diferente a la del moderno tren de hoy en día. Desconozco la fecha del primer vínculo de la familia Calabuig con la comparsa de Moros Vells, pero mi abuelo tomó la decisión de ser capitán en el

Luis Amigó Calabuig con traje de moro vell. Reliquia 1956.

año 1922. Pienso que fue una decisión muy valiente, por su juventud y su ocupación, es posible que considerara que más adelante su vida laboral le pusiera más impedimentos para ser capitán. En 1926 se casó con María Mora Castelló, de Banyeres, consiguió el traslado laboral a Valencia e instaló allí su residencia. Tenían coche y podían ir a Banyeres y al Mas con cierta facilidad. Unos años después su vida cambió por motivos de salud, no podía conducir y tampoco pudo continuar siendo miembro de la comparsa, pero eso no impidió, al contrario, que dejara de recibir visitas de familiares y amigos de Banyeres en su casa de Valencia. Vivíamos juntos en la misma casa y yo mismo recuerdo aquellas visitas, algunas con pernoctación incluida, que a mi me causaban siempre mucha curiosidad, así como sus largas conversaciones por teléfono, era un gran conversador.

Su vida en Valencia transcurría de forma diferente a la del resto de la familia, pero todos los veranos íbamos al Mas, y allí las visitas eran casi diarias, el teléfono sonaba sin parar y siempre acudió a las reuniones que celebraban los hermanos. La familia pasaba, como mínimo, el largo periodo de las vacaciones escolares de más de tres meses de su hija María Amparo Calabuig Mora y más tarde de las mías y las de mi hermana. Eso favorecía y reforzaba los vínculos de la familia con Banyeres y nos hacía constatar todas las cosas y recuerdos que nos contaba en Valencia. Una capitanía siempre es un motivo de orgullo, ese fue el sentimiento que nos transmitió él y nuestra madre, pero cada capitán tiene un estilo y una manera de hacer la fiesta y mi abuelo era decidido, inteligente y muy discreto, y su hermano Agustín lo representó en varios actos de las fiestas. Por desgracia no tenemos ninguna fotografía de la capitanía. El sintió las fiestas desde el honor de haber sido un moro vell y el orgullo de haber hecho la capitanía aquel año de 1922. La familia Calabuig sigue vinculada a la comparsa, hay sobrinos, Juan Antonio Calabuig es uno de ellos, sobrinos nietos y un largo etcétera que no quiero nombrar por no dejar a nadie en el olvido. También tiene sucesores que pertenecen a otras comparsas, como Estudiants o Marrocs, y es que en Banyeres nuestras Fiestas de Moros y Cristianos se hacen en honor al nostre Patró Sant Jordi, y en eso todos somos iguales. Mi abuelo no llegó a conocerme siendo moro vell porque me incorporé a la comparsa cuando estaba finalizando mi carrera y él había fallecido muy pocos años antes, pero todos los años, cuando llega el feliz momento de abrir el armario donde guardo el traje, siento una clara transformación personal, como una transmutación a otro yo, al festero, y la sensación de recibir un aliento suyo, y ahora también el de mi madre, que fue sentimentalmente Moro Vell toda su vida. Entonces, al cruzar el umbral de la puerta y salir a la calle vestido de moro vell, inspiro y sé que es el mismo aire de la Sierra Mariola que él respiraba en sus queridas calles de Banyeres y se completa así mi yo festero impulsado por el recuerdo de aquel capitán de 1922. Está enterrado en Valencia, junto a su mujer, mi abuela, y por eso cada 25 de abril en el cementerio de Banyeres, cuando disparo el arcabuz apunto muy alto y aprieto muy fuerte los dientes para no temblar y que lo escuchen desde el Más Allá, sea en Valencia o en Banyeres. Visquen els Moros Vells! Visca el capità! i Vítol al nostre Patró Sant Jordi!

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