A las manos que se mueven con delicadeza, verdaderos puentes de amor.
Estas ilustraciones las hice moviendo las manos por Luz y Anaïs. Para ellas son. A. A.
Desde niña he soñado con convertirme en escritora. A los nueve años pedí a mis padres que me regalaran una máquina de escribir, y a partir de entonces la melodía del movimiento de las teclas impregnó mis días. Hablaba poco pero escribía muchísimo. Cartas, cuentos y diarios acompañaron mi infancia y, sobre todo, mi adolescencia.
A las puertas de la universidad, me encontré ante un dilema: ¿voy a la Facultad de Letras o a la de Psicología? Elegí la segunda, y solo muchos años después me di cuenta de que ambos caminos están muy conectados. Ahora escribo desde el pozo maravilloso de la psicología, del mundo interior.
Escribir es para mí como una meditación, una inmersión en un mundo paralelo donde puedo dar forma a mis emociones y pensamientos, donde nacen conocimientos, ideas y soluciones. He conseguido hacer realidad uno de mis mayores sueños, y doy gracias a la vida, a sus puertas cerradas, a sus noes, a sus invitaciones y a los guijarros que me ha ido mostrando a lo largo del viaje: me he sentido amorosamente acompañada en esta maravillosa misión terrenal.
Vengo de un mar de campos donde crecí rodeada de abrazos y libros ilustrados. Leer y mirar dibujos sentada en el suelo de mi habitación me ocupaba muchas horas. También me gustaba mucho conocer el nombre de las flores, y rescatar pájaros con mi hermano. Creo que por eso estudié Biología más tarde.
Después me fui del mar de campos al mar de olas, a ver qué había debajo de la superficie. Descubrí que allí se encontraban algunas de las cosas más hermosas del mundo, pero también comprendí que sucedían otras terribles, de modo que estudié Oceanografía y trabajé, y hasta hice un documental para intentar mejorarlo. Así pude viajar y conocer el nombre de muchas flores, algas y personas.
Un día, sentí que me apetecía volver a estar rodeada de libros ilustrados, pero esta vez, a lo mejor, dibujados con mis propias manos. Vine a la Garrotxa a estudiar Ilustración e Ilustración Científica, y aquí mis manos se manchan, se mojan, se arrugan y me hacen feliz.
Publicado por AKIARA books | Plaça del Nord 4, pral. 1.ª | 08024 Barcelona | www.akiarabooks.com | info@akiarabooks.com | Primera edición: mayo de 2023 | Colección: Akialbum, 26 © 2023 Elena Bernabè, por el texto | © 2023 Alba Azaola, por las ilustraciones | © 2023 AKIARA books, SLU, por esta edición | Traducción del italiano: Jordi Pigem | Corrección: Elena Martín Valls
Dirección editorial: Inês Castel-Branco | Impreso en España: @Agpograf_Impressors | Depósito legal: B 8.532-2023 | ISBN: 978-84-18972-32-4 | Todos los derechos reservados AKIARA trabaja con criterios de sostenibilidad, buscando una producción de proximidad y minimizando el uso de plásticos y el impacto ambiental | Este producto está hecho con material proveniente de bosques certificados FSC® bien manejados y de materiales reciclados | Este libro ha sido impreso sobre papel Offset Coral Book White de 140 g/m2, y la cubierta sobre papel Imitlin E/R55 Tela Neve de 125 g/m2 | Se ha usado la familia de fuentes Twentieth Century.
—Abuela, ¿cómo se puede aguantar el dolor?
—Con las manos, cariño.
Si lo haces con la mente, el dolor, en lugar de suavizarse, se hace aún más fuerte.
—¿Con las manos, abuela?
—Sí. Las manos son las antenas del alma.
Cuando las mueves mientras estás cosiendo, cocinando, dibujando, jugando o hurgando en la tierra,
envías señales de sanación a lo más profundo de ti.
ISBN 978-84-18972-32-4
Laabuela habla a su nieta de las manos, que son las antenas del alma, y la invita a moverlas creativamente.
A través del movimiento creativo de nuestras manos podemos transformar el dolor, expresar nuestras intuiciones, acompañar los pensamientos y las emociones, y acceder a lo más profundo, verdadero y sabio de nosotros mismos.