Malabarista #4

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@akrobata.casa.creativa

Diseño de portad a:

Gissel Enciso - @drunkbutok

Diagramació n: Jeshael Vega

Ilustracione s: Gissel Enciso

Marte Crisantemo

Vela R - @vela_r0

Jeshael Vega - @jeshael_vega

Alejandra - @alejaesunrevuelo

Invitadx s:

@Kroma

Valentina Alvis - @Valentinaalvis Cesar Velandia - @Cesarv.psd

Redacció n:

Vela R

Paris Pedronada

Marte Crisantemo

María Alejandra López Robledo

Direcció n: Marte Crisantemo

Jeshael León Arboleda Vega

Lo que muere no se pierde Se va de viaje y vuelve en lamento Una y otra vez.

No es para menos Que la nostalgia y la felicidad me hayan abrazado Y también abandonado.

Si hay algo que sé, es que no hay eternidad. Asistí a eso llamado iglesia, pero a mí no se me llamó. Y canté los cantos, y cerré los ojos cuando se me ordenó.

Aún así, abrí el corazón en mi apacibilidad y no sentí.

Me levanté por la mañana y entendí entonces, Que esta alma no será llamada. No hoy, no aquí.

Tendré pues que habitar este mundo, Entre pasos ajenos Y lágrimas propias.

Se me dará un día y se me quitarán semanas. Nunca sabré si ví un pájaro dos veces en su afán de volar el mundo.

No puedes llamar algo tuyo, cuando ni tuya es tu suerte.

Te irás sin nada, No te pertenece ni tus perdones. Ni estas palabras que ya no son mías.

Será un día largo en tu ausencia. Me aterra pensar la falta de vida.

Textos: Valentina Alvis

Dibujos: Jeshael Vega

I

II

Qué le diría si la tuviera de frente, ¡Ufana!

Que me has robado la paz en un día soleado, Que me has destrozado hasta partes poco conocidas.

El silencio que siento, el dolor que llevo ¡Ay cómo quisiera entender!

Preguntarte a ti poseedora, A ti que vienes del más profundo escondite, Que llevas respuestas a preguntas que quisiera gritar, que quisiera buscar con lo poco de vida que me dejas detrás.

Mi aire es robado, inmerecido. ¿Por qué no puedo compartirlo? Porque debo ser yo la que te ve bailar, Llevar deseos y pasiones a ningún lugar.

Algún día te veré y me verás, Y aunque sea ya tarde, Aunque mis ojos se cierren por siempre ya, Te volveré a preguntar.

Ay muerte, ¡cómo duele verte pasar!

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Curubame Corazon

En mi corazón curuba había pepitas de colores, ruidos de pájaros y una pulpa amarilla que palpitaba con el ta cutu ta cu tá de un tambor.

De vez en cuando tenía que reacomodarlo; ponía mi mano tibia al costado de mi pecho ta cutu ta cu mientras mis falanges atravesaban las costillas, húmedas de mantequilla de naranja y mi dedo meñique removía en círculos la primera capa de esa víscera-fruta, huidiza y desacomodada. Cautelosa entraba mi mano a escurrirla, cambiarle de forma y dejarla en su sitio; la mano a tientas buscaba en los bolsillos de mi pantalón esas pepitas de colores con las que se nutría el organo-fruta, ta cutu ta cu tá, porque de no ser alimentado correctamente el corazón se subía a la garganta; o se me trepaba en la oreja...

Estaba introduciendo las pepitas y por error se fueron unas semillas de maracuyá que me habían regalado esa mañana en un vivero...

No sé que pasará con mi corazón amarillo curuba-maracuyá ta cucu ta cu tá, solo espero que se entregue y siempre �lorezca.

Textos y Dibujichis:

Alejand

ra

L o pez
Marte Crisantemo 4 Horas menos 20 ilusiones 5 7 Retintin de 86.400 esperas irracionales . -¿Malinterpreto fascinantemente tu interrumpida intención de mentirme? Odio la espera de una razón coherente con mi obsesión de no mirarte.
Textos:
Dibujos: Jeshael Vega

Son las 4 horas menos 20 ilusiones que encontré en una flor risueña de tarde en la montaña.

5 veces pronuncié tu nombre.

-Duermo en silencio, no lo dudes.

¿Encontraste mi corazón en tu jardín?,

¿Desde cuándo el trópico se siente tan desolado?

Vanitas vanitatum et omnia vanitas...

-Oye, sé que no debería hablarte, pero, ¿quieres venir y tomar algo?

Bar El Laurel, dentro de ese diminuto antro suenan los Ramones, Hey Ho Lets Go, tan jóvenes tan viejos y muertos. Vanitas está en una esquina iluminada por una luz dorada, en su mesa hay media copa de vino. Me sonríe con nostalgia al saludarme, el sentimiento es mutuo. Pido dos copas de vino para alcanzarla.

-Pedro, ud sigue siendo el mismo borracho. -Y a mucha honra– respondo mientras bebo con rapidez de la primera copa.

La última vez fue ¿dos años?, ¿cuatro tal vez?, ¿seis meses?, ¿ocho minutos? Nadie lleva la cuenta de eso, lo único es que pasan las horas y el vino se acaba, nos hemos puesto al tanto, no tengo mucho que contarle de mí y tampoco es que a ella le interese saberlo, ya me sé el nombre de tres de sus exnovias, sé de las surreales orgias a las que ha asistido, sé lo que la acongoja y ya conozco el porqué de la media copa.

-Es pelirrojo, arquitecto y bajito ¿No les acompleja que seamos más altas? Pido una copa de vino para mí y un tinto para ella, será una noche larga.

Sin embargo, nos vamos porque Vanitas tiene una importante reunión en la mañana, hace calor y el aire se siente tan seco…

Por un largo tramo no pronunciamos palabra alguna y solo nuestras sandalias sobre la tierra, los sapos, las ranas y los grillos hacen ruido.

Vanitas habla sobre las virtudes de la sobriedad y de lo condenados que estamos los borrachos por nuestra falta de voluntad al usar como excusa la desgracia para sumergirnos en la bebida.

-Una cagada total– respondo mientras bebo la Poker en lata que pedí para el camino.

¿Cuánto vamos caminando?, nos reímos en complicidad al caer en cuenta de que nuestros encuentros siempre �inalizan en el deambule nocturno de caminos inhóspitos, Fusa, Briseño, Bogotá, Nemocón, Girardot y ahora Melgar...

Vanitas se sienta en unas bancas de la plaza, cierra sus ojos para descansar y el cosmos danza en su cabeza gracias al vino, sus ojos de miel están extasiados con el panorama.

Yo aprovecho y orino en un árbol mientras los mosquitos me joden.

Cerca de la plaza hay un hotel con un billar al lado, suenan boleros.

¿Deberíamos entrar? Yo tengo sueño, quiero estirar las piernas y mi hotel está lejos.

80 mil la noche, 40 lukas por cabeza, una cama semidoble y el ventilador hace ruido.

Quiero pegarlo...

Entramos en la habitación y tomamos rumbos diferenetes para el mismo destino.

La cama, Vanitas va al lado derecho y yo al otro, un muro de malas decisiones nos divide; la falda azul que lleva cae al suelo y tan solo usa ropa interior vinotinto y un esqueleto blanco. Prendo el ventilador y apago la luz, en la oscuridad veo al techo y no pienso en nada, solo escucho los boleros del billar y el ventilador, el tiempo avanza y nada sucede, veo la espalda de Vanitas, su cabello rizado deja al descubierto parte de su cuello, el vértigo me invade y con timidez pregunto: ¿Puedo besar tu cuello?

–Eso no me lo tienes que preguntar, ya sabes que sí.

Con una caricia frágil recorro su espalda, beso con intensidad su cuello y agarro con fuerza su cintura, ella deja escapar un pequeño gemido mientras aprieta fuertemente la almohada. Entonces me da sus normas, puedes besarme donde quieras, pero los labios no, esos son de mi pelirrojo, es un trato justo, la toco y la beso, pero no la nombro. Contenerse ya no tiene sentido y nos fundimos, las embestidas van y vienen, hay rasguños en mi espalda mientras que la de Vanitas se arquea.

Es una guerra, un sacri�icio, un chiste y un funeral; no hay ternura, en ninguno de los dos queda rastro alguno de aquel sencillo sentimiento. Vanitas está arriba y con el movimiento de su pelvis controla una orquesta celestial.

Una pequeña muerte colectiva nos inunda acompañado de un grito. Silencio, boleros al fondo, el ventilador.

Vanitas piensa en su pelirrojo y yo pienso en el ocre de unos girasoles marchitos.

libertad.

Voy a pegarlo. -Voy a dedicarme a escribir cuentos. -Eso no da plata -Pero sí
¿Son excusas? Tal vez L
sentires
pensamiento
Tiras pseudotradicionales de cabecera #1
Marte Crisantemo
a inmed iación prolongada de
c o r r o m pen hombros , rodillas y
Cuadrito sobre Cuadrito historieta Malabarística
Vela R

Ilustraciones: Gissel Enciso

Ecos de lo desconocido

Texto: Paris de Amaril Ilustraciones: Vela R

Se dice que les poetas Son videntes de otra tierra Que se ven así mismes escritos En las páginas de la Imaginación ¿Cómo se habla de lo que no se conoce si no por lo conocido? Me han hablado de un ser, De esta inabarcable composición, Un mundo completamente Distinto

¿De qué planeta eres? Del planeta de la visión Donde los árboles bailan Besan sus torpes y resecos labios Y confían por certezas inexplicables.

Sus tullidas raíces se entrelazan, Las serpientes se incrustan De la rama al tronco Y suplican no soltarse nunca.

No saben, no lo saben, Solo ven la premonición de lo real Reflectada por las lustres cadenas Que marcan una semejanza Y que unen indivisiblemente Su mundo con el otro.

Las miradas cándidas de mis amigues Cuarteadas entre lágrimas y risas: Una caricia En el lenguaje innato de lo desconocido.

Ecos de mundos distantes Caen en picada y convergen Con la ilusión de generaciones de Astros, videntes, pordioseros, mendigos, bandoleros y maleantes.

A quienes la muerte y sus heraldos Condenaron a la desaparición y el destierrro A la negación inexpugnable de la palabra.

Condenades al silencio dictatorial

Donde las serpientes ya no se deslizan Los halcones no emprenden vuelo, Los frutos de otros mundos No se encuentran nunca Y hombres y mujeres nacen senteciades

Al haber sido paridos como animales de granja.

Retamos a la muerte y crucificamos a sus heraldos Recuperamos la palabra La única victoria de les poetas y con ella la visión

Donde convergen nuevos mundos Y antiguos amores aparecen

Se relatan versos de amor, culpa y reconciliación Pero jamás de olvido.

Afilemos pues nuestras lenguas y bebamos de los ecos interminables que se acumulan detrás de nuestras plumas No nos atragantaremos de nuevo Con la muerte.

Por ahora Extasiémonos en la alegría de Nuestra primer victoria Que roten la botellas y enciendan los tabacos

Y que alguien me prenda el mío Que quiero seguir parchando.

Paris de Amaril

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