Las relaciones con el asia en los acuerdos comerciales del peru

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Las relaciones con el Asia en los acuerdos comerciales del Perú:

Alan Fairlie Reinoso Diciembre, 2015 En las últimas dos décadas se ha producido una proliferación de acuerdos regionales norte‐sur y sur‐sur. En Sudamérica se han suscrito simultáneamente ambos tipos de acuerdos, en un contexto de estancamiento del multilateralismo y crisis de la integración regional en varios de los procesos subregionales como Mercosur y la Comunidad Andina. El Perú no ha sido ajeno a esta tendencia y también ha firmado un conjunto de acuerdos comerciales regionales, cuya implementación plantea varios desafíos. Uno de los nuevos compromisos es la Alianza del Pacífico, considerada oficialmente como uno de los procesos más importantes en los que el país participa. Lo mismo ocurre con un mega‐acuerdo como el TPP.

Política comercial del Perú En la versión oficial, el comercio exterior forma parte de la estrategia de desarrollo nacional, que busca convertir al Perú en un país exportador que ofrezca productos con mayor valor agregado y a la vez sea competitivo y diversificado. Los ejes centrales de política comercial del Perú han sido la profundización del proceso de apertura y liberalización comercial, y el desarrollo del comercio exterior. Alrededor de estos se han implementado políticas específicas como las negociaciones comerciales internacionales. Estas se han impulsado desde los años noventa tanto a nivel multilateral, regional y bilateral, con una activa política de integración comercial internacional. Respecto a los acuerdos comerciales bilaterales, el Perú posee alrededor de catorce en vigencia. El 94% del comercio internacional está amparado por acuerdos vigentes y en negociación. Se observa que China es el principal mercado de destino, que ha desplazado a Estados Unidos y la Unión Europea. El Asia como región ha tenido creciente relevancia en los últimos años, aunque América Latina también tiene un peso relevante. El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) considera que con la mayor apertura comercial el Perú ha logrado ingresar a nuevos mercados con mayor número de productos de exportación, y que ha estimulado la creación de nuevas empresas exportadoras.

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Principales socios comerciales ‐ Perú 2014

18% 48%

China United States of America Switzerland Canada Brazil Otros

16%

4% 7%

7%

Fuente: COMTRADE, TRADEMAP, Mincetur. Elaboración propia. Respecto a la estructura de exportaciones peruanas, se ha reducido la participación de exportaciones al mercado norteamericano, y ha ganado participación Europa y Asia. En el periodo 2001‐2014, las exportaciones de Perú han seguido una tendencia similar, sin discriminar el bloque comercial que se analice. Después la crisis del 2007‐2008 las exportaciones decrecieron por el shock que este ocasionó. Luego se recuperaron aceleradamente hasta el 2012, año en el que nuevamente empezaron a caer. La balanza comercial ha empeorado en relación a años anteriores, haciéndose negativa el 2014. Lo mismo ha ocurrido con la cuenta corriente, que tiene en el 2015 un déficit equivalente a un 4%del PBI. Pero, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) insiste en señalar que la promoción de acuerdos comerciales ha activado el comercio exterior y aportado al cumplimiento de los distintos objetivos de la política macroeconómica de desarrollo del país. Al centrar nuestro análisis en los principales países socios peruanos en Asia, se puede observar que China jugó un papel importante en la economía peruana, hasta ser en la actualidad su primer socio comercial. En relación a Japón y Corea, las exportaciones crecieron en los últimos catorce años, aunque tienen una sustantiva menor participación en comparación a China. Otros países como Filipinas, Hong Kong demandan aún menores exportaciones peruanas. Las relaciones con Asia han tenido particular atención, dada la importancia económica que tiene para el Perú ese bloque. Primero se ingresó al foro APEC en 1998, luego se suscribieron acuerdos bilaterales con diversos países asiáticos, el más importante con China. Asimismo, se tuvo un rol clave en el lanzamiento de la iniciativa de la Alianza del Pacífico, aglutinando países que compartían la estrategia de inserción internacional y de desarrollo del Perú. Se ha tenido además un rol activo en las negociaciones del TPP como proceso transcontinental en la cuenca del Pacífico.

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1. APEC y Acuerdos bilaterales del Perú en Asia

Asia se ha convertido en el centro del interés de la política comercial de los países latinoamericanos, dado su actual crecimiento y las potencialidades a desarrollar en la relación entre ambas regiones. Asia Pacifico es en un importante socio comercial de América Latina, especialmente para países de Sudamérica. Principalmente, se ha intensificado los flujos de importaciones de procedencia de países asiáticos. Este ha sido un proceso heterogéneo, donde países como Chile, Perú y Brasil, concentran en mayor grado sus exportaciones hacia Asia (42% y 25% respectivamente). Sin embargo, la balanza es asimétrica, ya que solo el 5% de las exportaciones asiáticas se dirigen a América Latina (Observatorio América Latina y Asia Pacífico, 2014). La crisis que enfrentaron las potencias (Estados Unidos y la Unión Europea), reforzaron el posicionamiento de Asia, particularmente la demanda china, como principal impulsor del crecimiento de las exportaciones latinoamericanas. Actualmente es el principal destino de las exportaciones sudamericanas (Rosales, 2012). Por otro lado, desde América Latina, nace la necesidad de mirar hacia otros mercados para diversificar sus mercados, y disminuir la dependencia al desempeño de los mercados en los que se concentran sus relaciones comerciales. Entre ambos se han establecido diferentes mecanismos de cooperación que se reflejan en el aumento de los flujos comerciales y de inversión. La creciente tendencia a suscribir acuerdos comerciales, ha generado una reducción en el arancel promedio. En el caso de Asia Pacifico, en 2012, el arancel fue 6.8%, mientras que para América Latina fue de 8.6%. Los países más dinámicos en la firma de acuerdos han sido Chile, Perú, Panamá y Costa Rica. Sobre los acuerdos de inversión es Argentina quien ha suscrito el mayor número de convenios con Asia Pacífico. Los principales mercados de América Latina en Asia Pacífico son China Japón y Corea. Y, los principales mercados proveedores de Asia Pacífico para América Latina son China, Japón, Corea y Taiwán. (Cepal, 2015; Moneta y Cesarín, 2014) El comercio entre ambas regiones es básicamente interindustrial. Las exportaciones de América Latina son básicamente productos primarios y manufacturas basadas en recursos naturales, que representa alrededor del 90% del total de exportaciones a la región. Por su parte, Asia le exporta un 40% de manufacturas de alta tecnología y un 30% de manufacturas de tecnología media. Esta asimetría comercial restringe el espacio para alianzas productivas, empresariales y para joint ventures tecnológicos. Por ende, con el objetivo de adquirir una mayor presencia en las cadenas de valor asiática y consolidar alianzas empresariales es necesario diversificar las exportaciones latinoamericanas (Observatorio Asia‐ Pacífico, 2014, Cepal, 2015, BID, 2015). En las relaciones América Latina – Asia Pacifico se puede hablar de complementariedad comercial, dada la estructura del intercambio comercial. América Latina posee una balanza comercial negativa con Asia Pacifico. Sin embargo, el intercambio entre ambas regiones ha crecido con gran dinamismo, adquiriendo gran importancia y desplazando a otros principales socios comerciales como Estados Unidos y la Unión Europea (López, 2014). Los bienes importados por América Latina son máquinas eléctricas, máquinas y aparatos mecánicos, vehículos automóviles y sus partes, instrumentos, aparatos de óptica y equipos médicos, de medición, fotográficos y de control, combustibles minerales, productos químicos orgánicos y plásticos. 3


Los principales productos exportados a Asia son minerales, combustibles, cobre y sus manufacturas, semillas, residuos y desperdicios de las industrias alimenticias, fundición de hierro y acero, grasas y aceites animales, carne y despojos comestible, y pasta de madera (Bartesaghi, 2014). Otro sector importante es el minero. Chile, Brasil y Perú son los principales exportadores de minerales a Asia, tiene una participación de 42%, 36% y 13%, respectivamente, del total de minerales exportados a Asia en 2013 (BID, 2015). El sector en donde se han estrechado las relaciones es el energético, mediante el comercio de petróleo, crudo, de inversión, de compra de servicios y de equipo técnico. Asimismo, para garantizar el suministro de petróleo desde Latinoamérica, China ha impulsado fusiones y adquisiciones de empresas en la región. Asimismo, Asia también demanda productos del sector agrícola. Estas relaciones han redefinido la oferta y demanda energética de América Latina, así como la política petrolera y la promoción del desarrollo de infraestructura relacionada a sector energético (López, 2014). Países como Perú, Chile, Colombia, y algunos países de Centroamérica, buscan expandir el alcance de los acuerdos de libre comercio mediante la ampliación y firma de acuerdos adicionales conducentes a acuerdos de asociación estrategia que promuevan la competitividad y desarrollo de determinados sectores (Moneta y Cesarín, 2014). Colombia, Chile, Perú, México, Brasil entre otros, países asiáticos como China, Japón, y Corea, presentan una gran conectividad, donde los acercamientos han establecido interés de vínculos sur‐sur, alimentados básicamente por los flujos comerciales que han crecido y diversificado. En el comercio con Asia, la concentración en las importaciones es una de las características debido a que China explicó más del 44,2% del total adquirido, seguido por Japón con 17,5% y República de Corea con 9,1%. Sin embargo, la caída de los precios internacionales (esencialmente de metales y petróleo) y de la demanda de los países asiáticos hizo que se contrajeran las exportaciones afectando a los países sudamericanos (Giordano, 2015). Debido a la amenaza de las importaciones asiáticas a las industrias incipientes latinoamericanas, algunas economías comenzaron a aplicar medidas proteccionistas, en particular no arancelarias, ya no solo las provenientes de China, sino también de otros países del sudeste asiático. Asimismo, la concentración de exportaciones como importaciones podría estar generando una alta dependencia a dicho mercado (Bartesaghi, 2014). En los últimos años, la presencia comercial e inversora de China en América Latina y el Caribe ha crecido exponencialmente. Al respecto, se elaboró un estudio detallado de las relaciones entre América Latina y el Caribe con China.1 En este se abordan aspectos macroeconómicos y comerciales de la complejidad de la relación entre ambas regiones y los retos que suponen para América Latina. En este se menciona que la integración entre ambas regiones ha sido vertiginosa y profunda, lo cual ha establecido desafíos para los socios comerciales latinos respecto a comercio e inversiones. Asimismo, en el análisis se resalta que por la política exterior que ha implementado China, el comercio y las inversiones de china al mundo seguirán creciendo, y América Latina debe jugar un rol importante.

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Enrique Dussel Peters (coord.) (2013). 4


Si bien, los resultados en términos de aumento de los volúmenes de importaciones y exportaciones se consideran positivos, se debe considerar que el patrón de comercio entre ambas regiones muestra que Asia exporta bienes con valor agregado, industrializados. Mientras que América Latina vende materias primas, que carecen de valor agregado. Esto pone en manifiesto que la relación con Asia acentúa la brecha de productividad entre ambas regiones. Asimismo, aumenta la dependencia economías que ven directamente relacionado su crecimiento con las exportaciones de materias primas (Rosales, 2012; BID, 2015). Esta asimetría comercial es una preocupación en América Latina, ya que los productos primarios son finitos, su valor agregado es limitado, y su impacto potencial sobre el desarrollo a largo plazo podría ser limitado si los ingresos provenientes de estos recursos no son asignados adecuadamente (Red MERCOSUR, 2012). Herreros (2010), destaca la necesidad que los vínculos comerciales y económicos con Asia sean estratégicos, impulsando el crecimiento comercial, económico, financiero, científico, tecnológico y otros campos de cooperación (medio ambiente, entre otros). Las relaciones con Asia no han conllevado a la integración de América Latina a cadenas de valor globales, y/o participar en eslabones de la cadena con mayor valor agregado. La asociación con el Asia Pacifico ha transformado la economía política de los países de América Latina. La región se ha convertido en un proveedor de commodities, mientras que China se ha convertido en el eje centrar de las cadenas globales de producción (Cepal, 2015, Fairlie, 2015c). En la implementación de los TLC surgen problemas, como es el caso de la aplicación de Reglas de Origen, son complejas en su aplicación y estrictas, esto refleja falta de eficiencia del libre comercio tal como se podría. Asimismo, los acuerdos comerciales negociados por los países asiáticos, suelen no introducir otros temas más allá de los temas planteados por la OMC. También existen otras barreras como los altos costos de transporte y la conectividad. La multiplicación de acuerdos de libre comercio acentuó la competencia en sectores industriales específicos. Además causan una serie de complicaciones y costos adicionales, fundamentalmente para las economías que participan en múltiples esquemas de integración (López, 2015).

Relaciones Perú con el Asia APEC En 2014, las Economías APEC representaron el 57.3% de las exportaciones peruanas y el 63.2% de las importaciones. En el análisis del periodo 2010 – 2014, se observa que el saldo comercial ha caído desde 2011. Actualmente, el Perú mantiene un déficit comercial con dicha agrupación. Por otro lado, la evolución del número de partidas y empresas que exportan a APEC ha sido positiva. Se muestra que las exportaciones se han diversificado. Las principales empresas exportadoras pertenecen al sector minero. Las 20 primeras empresas concentras más del 50% de las exportaciones totales a APEC. Perú le exporta principalmente productos tradicionales, materias primas sin valor agregado. De estos, el grueso corresponde a productos mineros (60% del total dirigido a APEC), entre ellos cobre, oro y plomo. Respecto a las no tradicionales, son básicamente del sector agropecuario. En 2014, las exportaciones tradicionales sufrieron una caída importante del 11.6%, explicada básicamente por la disminución de las exportaciones mineras, dado el complicado panorama del mercado mundial. Del lado de las importaciones, son

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predominantemente materias primas y bienes intermedios; y bienes de capital y materiales de construcción. En el análisis de las importaciones, se observa que han seguido una tendencia creciente, con una estructura marcada, predominantemente de materias primas. Sin embargo, los bienes de consumo han ganado participación, no solo en términos relativos, sino en términos reales. Sobre las inversiones, los países de APEC son origen del 30,4% del stock de la IED en Perú en el periodo 1980‐2014. Respectos a los sectores destino, finanzas y minero absorben más del 50%. Es de considerar que dado el aumento de la especialización productiva de los países asiáticos, estos se han vuelto más competitivos, alejándose de la complementariedad. Se suma las dificultades con las que han avanzado las negociaciones multilaterales, lo cual ha significado que muchos países del Asia participen en foros como APEC. Pero, simultáneamente, impulsen acuerdos comerciales a nivel subregional y bilateral. Dentro del APEC, Perú ha firmado tratados de comercio bilateral con algunos países: Perú‐APEC APEC

Fecha de ingreso

1998

Acuerdos bilaterales con países de APEC

Fecha de suscripción Vigencia

Estado Unidos

12 abril de 2006

1 de febrero 2009

Chile

22 de agosto 2006

1 de marzo 2009

Canadá

29 de mayo 2008

1 de agosto de 2009

Singapur China

29 de mayo 2008 28 de abril 2009

1 de agosto 2009 10 de marzo 2010

Corea del Sur

14 de noviembre 1 de agosto 2011 2010

México (ACE 67)

6 de abril 2011

1 de febrero 2012

Tailandia

31 de diciembre 2011

Japón

31 de mayo de 2011

1 de marzo 2012

En APEC, los principales socios comerciales son China y Estados Unidos. A continuación analizamos los principales TLC con los miembros asiáticos de APEC.

China 6


China se ha convertido en el principal socio comercial peruano. La estructura de las exportaciones peruanas a China, está conformada básicamente en un 95% por el sector tradicional, mientras que solo el 5% corresponde al no tradicional. Con el TLC, Mincetur señala que las exportaciones no tradicionales fueron las más beneficiadas. Diferente es la estructura de las importaciones peruanas desde China para dicho periodo, las cuales se concentraron en bienes de capital y de consumo. Se importan principalmente bienes de capital. Pero, son los bienes de consumo han adquirido relevancia en los últimos años.

Perú ‐ China Tipo de comercio

Inter‐industrial

Participación en exportaciones peruanas 18.3% cobre, hierro, zinc, plomo y Principales productos exportados harina de pescado Participación en importaciones peruanas 21.3% equipos eléctricos y electrónicos, vehículos que no sean de tren, tranvía, hierro o acero, maquinaria, reactores nucleares, Principales productos importados calderas Saldo comercial

superávit

China ha suscrito una serie de Tratados de Libre Comercio (TLC) con América Latina, como herramienta para consolidar las relaciones con sus principales proveedores, como Perú que le suministra cobre, hierro y oro. Dichos productos importados por China le permite el abastecimiento que le asegure el desarrollo industrial que sigue dicho país (Kotschwar, 2012). En el caso del TLC Perú – China se tuvo como resultado un aumento de las exportaciones, conservando una acentuada participación de productos de los subsectores minero y pesquero. Respecto a estructura del stock de IED en Perú, China es el país de origen de un 0,9% del stock de IED para el periodo 1980‐2014. Los principales sectores donde se dirigió este stock de inversiones fueron el financiero y minero, quienes recibieron una participación del 24 % y 75 % respectivamente. Asimismo, la composición de la IED china también refleja la misma estructura que las exportaciones de la región, básicamente en sectores primario‐ extractivos. El principal rubro al cual se orienta la IED china es el minero y financiero. Asimismo, también invierte en actividades 7


como infraestructura y servicios financieros, las cuales sirven de apoyo a las actividades extractivas capturadas por los datos oficiales, dado que las empresas chinas suelen canalizar la mayor parte de sus inversiones mediante terceros países. Es de notar que, la presencia en sectores extractivos conlleva a la generación de conflictos socio‐ambientales.

Según Slipack (2014), los proyectos de inversión chinos tienen por objetivo asegurar el abastecimiento de recursos naturales. Asimismo, predomina la adquisición de firmas con presencia en la región por encima del ingreso de nuevas firmas. Respecto a las empresas nuevas, tienden a no transferir tecnologías a los países donde establecen sus inversiones. Además, para las obras de infraestructura se pone de requisito, en algunas ocasiones, contratar a empresas chinas para la provisión de insumos y procesos que requieran mayor agregado de valor, y la concesión del uso exclusivo de infraestructura. En 2015, China y Perú firmaron acuerdos de cooperación en áreas como el petróleo, la energía limpia, la minería, la agricultura, la silvicultura y la pesca. En estos se pretende compartir tecnología, generar empleos, y aprovechar la capacidad industrial y tecnológica china. Uno de los resultados que se busca lograr es la diversificación productiva peruana mediante la asociación estratégica integral.

Japón Las relaciones comerciales con Japón se han dinamizado en los últimos años. En 2014, Japón fue el sexto destino de las exportaciones peruanas. Sin embargo, el intercambio comercial con Japón ha decrecido en los últimos cinco años a una tasa promedio de 3.8%. No obstante, el Perú mantiene un superávit comercial con dicho país, aunque dicho saldo ha ido disminuyendo. Las exportaciones son principalmente tradicionales (alrededor del 90%). Las importaciones de Japón refleja el interés por recursos naturales, lo que ha definido la estrategia de política exterior hacia América Latina y los mecanismos de cooperación utilizados.

Perú ‐ Japón Tipo de comercio

Inter‐industrial

Participación en exportaciones peruanas 4.1% petróleo, café, materias primas y productos pesqueros, cobre, hierro, carnes, pescado, café, Principales productos exportados maíz, estaño Participación en importaciones peruanas 2.6%

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vehículos que no sean de tren, tranvía, hierro y acero, equipos eléctricos, electrónicos, maquinaria, reactores nucleares, calderas, caucho y sus Principales productos importados manufacturas Saldo comercial

Superávit

Respecto a las importaciones, se concentran en bienes de capital y materiales de construcción. La relación comercial con Japón posee la misma estructura inter‐industrial, característicos de la relación con países asiáticos. Perú se posiciona como exportador neto de materias primas, mientras Japón le exporta productos con mayor valor tecnológico. Es importante destacar que como parte del TLC Perú – Japón, firmaron la Declaración Conjunta de Comercio y Medio Ambiente y la Declaración Conjunta en Biodiversidad, Acceso a Recursos Genéticos y Conocimiento Tradicional. Estos incluyen y reconocen aspectos importantes que respaldan la naturaleza de un país biodiverso como el Perú (Mincetur, 2015). En términos de la desgravación, Perú se benefició principalmente con el ingreso de materias primas, mientras que para Japón se privilegió a bienes con contenido tecnológico. Perú excluyó de la negociación productos agrícolas como lácteos, carnes, azúcar, productos pesqueros, calzados, entre otros. De esta manera, se atendió los intereses de cada país (Mincetur, 2015). El stock de IED procedente de Japón, esta tiene una participación del 1% en la IED presente en Perú. Los principales sectores receptores son el minero (76%) y en menor proporción el industrial (13.4%).

Corea En las relaciones comerciales, la estructura de las exportaciones de Perú a Corea son predominantemente minerales y productos pesqueros. Las exportaciones son principalmente tradicionales (alrededor del 90%).

Perú ‐ Corea Tipo de comercio

Inter‐industrial

Participación en exportaciones peruanas 3.2% cobre, zinc, café, harina de Principales productos exportados pescado Participación en importaciones 21.3% 9


peruanas equipos eléctricos y electrónicos, vehículos que no sean de tren, tranvía, la maquinaria, los reactores nucleares, calderas, aviones, naves espaciales y sus partes, plásticos y sus Principales productos importados manufacturas Saldo comercial

déficit

Mientras que, las importaciones se basan en bienes manufacturados (automóviles, electrodomésticos, maquinaria y productos químicos). Dada la composición de la canasta exportadora peruana a Corea, los montos exportados han sido volátiles dadas las fluctuaciones de los precios. Sin embargo, dicha estructura de intercambio comercial llevó a un aumento del superávit para el Perú. El desequilibrio entre superávit de exportaciones de bienes primarios y déficit en bienes tecnológicos parece ser una condición estructural que difícilmente puede ser modificada por el TLC. Se espera que la canasta exportadora tenga una tendencia a la diversificación a medida que la desgravación pactada se vaya profundizando (CEPAL, 2015b). El Perú mantiene un déficit comercial respecto a Corea. Sin embargo, esta brecha se ha ido acortando. Las importaciones desde Corea, en 2014, fueron el 3.3% del total de las importaciones peruanas. Perú importa esencialmente bienes de consumo. Asimismo, las importaciones han disminuido en los últimos dos años. CEPAL (2015b) estima el nivel de concentración de la canasta exportadora de los países de la región a la República de Corea mediante el índice Herfindahl‐Hirschman.

Fuente: CEPAL (2015)

Se puede observar que para el caso de Perú, las canastas hacia los países Asiáticos estuvieron concentradas a lo largo del tiempo hasta el 2013. De Corea estaban más concentradas que a China y por último, en el año 2013 canasta exportadora peruana permanece con índice de concentración alto respecto a los asiáticos. Con respecto a los índices de Latinoamérica, el índice de Perú indica que su canasta está altamente concentrada, es decir, poco diversificada. 10


TLC Perú ‐ Corea, posee disposiciones sobre asuntos laborales y medioambientales. Cabe resaltar que Corea es país observador en la Alianza del Pacífico (Cepal, 2015d). Para Perú, el acuerdo es un instrumento que promovería la diversificación de sus mercados de exportación en el continente asiático. Además, uno de los objetivos fue impulsar la transferencia de tecnología y atraer inversiones. Por parte de Corea, el acuerdo significa una herramienta para consolidar sus relaciones con América Latina y el Caribe. El acuerdo considera la eliminación recíproca de aranceles en el comercio de bienes, con diferencias por tipo de productos. Asimismo, Corea consideró varias medidas para proteger sus productos sensibles en los sectores agropecuario y pesquero. En lo que respecta a servicios e inversiones, el Perú incluyó la electricidad y el gas, mientras que Corea conservó restricciones en dichas industrias y las comunicaciones. El acuerdo también robusteció los mecanismos de protección de la inversión, se abrieron el mercado de la contratación pública y acordaron estimular a las pequeñas y medianas empresas para participar en las licitaciones y subastas conjuntas. Sin embargo, PROINVERSIÓN, informa que en el periodo 1980‐2014, Corea del Sur ha sido origen del 0,2% del stock de IED en Perú, la cifra difiere de la ofrecida por CEPAL (2015). Al igual que el relacionamiento con las otras economías asiáticas, el comercio de la región con Corea está altamente concentrado en pocos productos y destinos. Es inter‐industrial, donde las exportaciones son básicamente materias primas y las importaciones provienen del sector manufacturero.

ASEAN En comparación a los flujos comerciales con los países del Norte de Asia, las relaciones con ASEAN no han sido significativas para América Latina. El intercambio comercial entre Perú y la ASEAN es deficitario para el Perú, solo con Filipinas existe un saldo favorable. Los envíos a dicho grupo se caracterizan por ser bienes primarios. Los productos más importantes se agrupan en las industrias agricultura, silvicultura y pesca; minas y canteras y manufactura. Esto quiere decir, que las exportaciones poseen baja complementariedad y valor tecnológico.

Perú ‐ ASEAN Tipo de comercio

Inter‐ industrial

Participación en exportaciones peruanas 1.2% Principales productos exportados residuos, residuos de la industria de alimentos, forraje, frutos comestibles, frutos secos, cortezas de cítricos, melones, minerales, escorias y cenizas, pescados, crustáceos, moluscos, 11


invertebrados acuáticos, cinc y sus manufacturas Participación en importaciones peruanas 3.3% máquinas y aparatos eléctrico, calderas y artefactos mecánicos, vehículos, productos de caucho , Principales productos importados maquinarias, calzado Saldo comercial

Negativo (Excepto con Filipinas)

TLCs

Singapur, Tailandia

Los países que mantienen mayores exportaciones a la ASEAN como Perú, el modelo de inserción internacional es basado en recursos naturales, que introduce en mayor grado las industrias, productos primarios y manufacturas en base a recursos naturales. A pesar de presentar bajos niveles de comercio en TICs, destaca por tener una mayor cantidad de indicios de comercio intra‐ industrial (Cepal, 2015d). Hay incremento de la oferta o participación de productos elaborados en los países asiáticos, estos productos generalmente tienen componentes tecnológicos como los computadores, televisores, máquinas de fotos etc., y en algunos bienes de consumo durable, como los automóviles y los camiones. Y también en algunos bienes intermedios para la construcción (como las planchas y tubos de acero) o para la industria (como las bolsas y botellas de plástico). Estos productos representan el 67% del total importado desde ASEAN (SELA, 2015). A pesar de tener un intercambio reducido, son mercados con los cuales se puede potenciar la actual relación. Es así que se ha firmado acuerdos con algunos de ellos: Singapur y Tailandia. Respecto a la relación Perú‐Tailandia, se suscribió el Protocolo Original y los Tres Protocolos Adicionales se negociaron entre el año 2004 y el año 2010 y se encuentran vigentes desde diciembre de 2011. Se negociaron los siguientes temas: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Salvaguardias, Obstáculos Técnicos al Comercio, Procedimientos Aduaneros, Asuntos Institucionales y Solución de Controversias. La liberalización arancelaria abarca alrededor del 75% de las subpartidas arancelarias del arancel de ambos países. En el último Protocolo Adicional se incluyó un artículo sobre Facturación por Terceros en el mismo Anexo, el cual permite emitir certificados de origen sobre la base de facturas comerciales emitidas en un país no Parte, que se adecúa a las prácticas comerciales vigentes. El Tratado de Libre Comercio Perú‐Singapur fue suscrito en 2008, entrando en vigencia el 1 de agosto de 2009. Los capítulos negociados que incluye este acuerdo son: Comercio De Mercancías, Medida Especial Agrícola, Reglas De Origen, Aduanas, Medidas Sanitarias Y Fitosanitarias, Obstáculos Técnicos al Comercio, Salvaguardias Bilaterales, Contratación Pública, Inversión, Comercio Transfronterizo De Servicios, Entrada Temporal De Personas De Negocios, Comercio Electrónico, Política De Competencia, Transparencia, Administración Del Acuerdo y Solución De Controversias. 12


El potencial de la ASEAN para la inversión en servicios ha ido aumentando paralelamente a su mayor participación en las Cadenas Globales de Valor, sobre todo en manufacturas. Respecto a las inversiones, Singapur es el país de origen de un 1,6% del stock de IED en Perú (1980‐2014). De los países del ASEAN, es Singapur quien mayor flujos de inversión ha contribuido al Perú, y se encuentran, principalmente, en el sector minero.

Balance

En el caso de Perú, se ratifica que las relaciones comerciales con los países asiáticos han seguido la misma estructura que el resto de países latinoamericanos: tipo inter‐industrial y poco diversificada derivados de las actividades primario‐extractivas; aunque el comercio ha aumentado progresivamente en los últimos años. El intercambio comercial es más intensivo con los países del norte de Asia, principalmente con China. El intercambio comercial es más intensivo con los países del norte de Asia, principalmente con China. Las exportaciones de Perú hacia China están concentradas en pocos productos, básicamente derivados de las actividades primarias e industriales con bases en recursos naturales. Mientras que las importaciones son más diversificadas, concentradas en rubros con mayor valor agregado y sofisticación. Esta se apoya en la estructura de ventajas comparativas que existe entre ambas regiones. De esta manera, las relaciones comerciales con China han generado un determinado patrón de especialización comercial en sus principales socios americanos, entre ellos el Perú, el cual se caracteriza por tener una estructura norte – sur (Bernal‐Meza, 2014). Después de Perú participar en APEC, impulsa una serie de acuerdos bilaterales; el primero en firmarse fue con Estados Unidos. Sin embargo, el acuerdo de mayor profundidad fue el suscrito con China. En el caso del TLC con Corea, se señala que mantiene altas barreras para productos agrícolas y agroindustriales. A pesar de no haberse obtenido los resultados esperados por la posición oficial, como son la demanda de productos con mayor valor agregado y un cambio cualitativo en la estructura de las exportaciones, el balance de comercio muestran que hay un aumento considerable experimentado por las exportaciones no tradicionales (agroindustriales y agrícolas). Respecto a la IED, esta enfrenta grandes desafíos. Primero, si bien se ha dinamizado las inversiones procedentes de China, estas aún no la convierten entre las más grandes del Perú, según fuentes oficiales. Asimismo, debe diversificarse a otros sectores que no sean las industrias extractivas. Por otro lado, debe establecer estándares que permitan alcanzar mejoras en términos de los impactos generados a nivel social y ambiental. Algunos autores consideran que la relación con Asia es beneficiosa en términos del intercambio de bienes y servicios, flujos de inversión y tecnologías, y la capacidad de compra de la región. Sin embargo, el aumento de los flujos comerciales con dichas características arraiga que las economías latinoamericanas continúen con un patrón primario exportador, condicionando los intentos de estos países por diversificar su oferta exportadora y con mayor contenido tecnológico y más amigable con el medioambiente (Cepal, 2015a). Además, que la competencia china en los mercados nacionales y regionales, han impulsado la desindustrialización de algunas economías (Observatorio América Latina y Asia Pacífico, 2014). 13


Para hacer frente a los desafíos de agenda que imponen las relaciones bilaterales con los países del Asia Pacifico, se debe considerar la complejidad de la relación, las asimetrías, la profundización y redireccionamiento, los nuevos temas de agenda y las políticas públicas (Bartesaghi, 2014). Entre los desafíos destaca la concentración comercial de mercados de productos se debe a la sofisticación de las estructuras productivas, resultado de las políticas de desarrollo industrial seguidas por cada parte. Asimismo, el patrón exportador, conlleva a una reprimarización. Puesto que, si bien se ha logrado una diversificación de mercados para los países de ambas regiones, se mantiene el patrón comercial inter‐industrial. La región debe fortalecer las cadenas productivas mediante el desarrollo tecnológico y consoliden las cadenas de valor a nivel intrarregionales y extrarregionales. Perú junto con otros países de la región han desarrollado diferentes instrumentos que permitan desarrollar estrategias de inserción comercial como lo son las cooperaciones bilaterales y acuerdo como la Alianza del Pacifico; con el objetivo de poder competir y comercializar en los diferentes mercados de la región asiática de manera eficaz y justa. El reto de modificar la estructura tecnológica de las relaciones comerciales mediante el desarrollo políticas y estrategias para mejorar su competitividad.

2. Alianza del Pacífico y TPP Desde el gobierno se considera que la AP es un espacio para alcanzar una integración subregional más profunda al buscar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Entre los principales intereses y propuestas del Perú para la AP se considera establecer alianzas público ‐ privadas, y la promoción de servicios (hay un fuerte interés en el sector turístico). También, el impulso de la competitividad de las PYMES y la promoción de espacios para aumentar el dinamismo del sector empresarial. Éste acuerdo, en cuanto a su cobertura temática y enfoque de negociación, busca ir más allá de un tratado de libre comercio tradicional. Los miembros de la AP cuentan con decenas de tratados comerciales entre sí y con las economías más desarrolladas y dinámicas del mundo, manteniendo total libertad en sus negociaciones de comercio con terceros países. En la versión oficial, esto estimula el intercambio comercial, de innovación, de inversiones y de tecnología con las regiones más competitivas del mundo, y se espera que los países miembros busquen una integración más profunda fomentando la complementariedad productiva para acceder a los mercados mundiales. Al realizarse el Protocolo Adicional al Acuerdo Marco2, entre las negociaciones que se detallaron, estuvieron temas como: la regulación de disciplinas sobre acceso a mercados, reglas de origen, facilitación comercial, compras públicas, servicios, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos, inversión y solución de controversias. Para Perú, la AP estaría cumpliendo dos objetivos principales. De un lado, la consolidación de su estrategia de desarrollo, buscando socios que la comparten, dificultando una reversibilidad de la misma por posibles cambios políticos internos. De otro lado, reforzar la política de acercamiento al Asia, que asegura una continuidad en la política comercial y exterior del país. Algo similar ocurre con el TPP (Fairlie, 2015c).

10 de febrero 2014.

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El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), es un acuerdo de integración profunda, un megaproceso de implicancias globales. El acuerdo ahora incluye nuevas cuestiones como coherencia regulatoria, competencia y contratación pública. En noviembre de 2015, se publicaron los textos del acuerdo; el cual comprende 30 capítulos. El acuerdo se articula básicamente del sistema de solución de controversias. Es un acuerdo complejo, que posee gran número de excepciones para distintas disposiciones (Elms, 2015). Las obligaciones del acuerdo son de gran profundidad, instituye nuevos compromisos en servicios financieros, comercio electrónico, acceso de mercados, medio ambiente, trabajo, competencia, entre otros temas que lo distinguen de otros acuerdos asiáticos. Debido a que contiene una cláusula de adhesión de nuevos miembros, en este sentido podría convertirse en un una futura Área de Libre Comercio de Asia Pacifico. Asimismo, el TPP supera los compromisos y profundidad de acuerdos bilaterales existentes entre algunos de sus miembros. Al incluir gradualmente más miembros del APEC, podría avanzar hacia el objetivo de crear una Zona de Libre Comercio del Asia Pacífico (Cepal, 2015c). Para Chile, México y Perú la participación en el TPP puede llevarlos a una competencia político‐ económica sino‐estadounidense. Asimismo, que estos países no hayan desarrollado instrumentos para confrontar las inestabilidades regionales ocasionadas por los cambios en la relación entre la potencia en declive y la potencia en ascenso (Observatorio América Latina y Asia Pacífico, 2014). La coexistencia de acuerdos plantea importantes complejidades legales sobre el aporte del TPP en cuanto a resolver el noodle bowl asiático. También sobre la futura relación del TPP y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), ya que varios países participan simultáneamente en ambos procesos. El RCEP también puede ser visto como la respuesta de China al TPP. Mientras que el TPP y el RCEP tienen siete países en común, China está solo en el RCEP y EE.UU. solo en el TPP (Kolsky, 2015). Un análisis económico comparativo de los países del TPP sugiere que este sería significativo para EE.UU. y podría volverse una plataforma para un área de libre comercio de Asia‐Pacífico. No obstante, dada la gran diversidad entre los participantes, es un gran reto lograr estándares altos y comprensivos entre miembros (Williams, 2013, Fairlie, 2015a).

Alianza del Pacífico y TPP ¿valor agregado? Existe expectativa sobre el impacto que se podría generar sobre la diversificación de exportaciones y el mayor valor agregado de las mismas en la Alianza del Pacífico y el TPP. Como se señaló anteriormente, esos son objetivos claves de la política comercial del Perú. En la versión oficial, la apertura de la AP permitiría generar un mayor comercio intra‐bloque y también potenciar mayores espacios de integración y complementación productiva de sus miembros. Sin embargo, este ratio es todavía muy bajo, incluso comparado con otros acuerdos comerciales regionales de Sudamérica, incluyendo aquellos que se critican (Fairlie, 2015c). En efecto, los acuerdos regionales Sur‐Sur en América Latina, se han caracterizado por tener una especialización intra‐industrial entre sus miembros o ser el destino de los productos de mayor valor agregado que se exportan, lo que difiere cualitativamente de su especialización global. En la AP, este ratio es inferior, lo que predomina es el intercambio con terceros y las exportaciones primarias. 15


También se espera que pueda haber complementariedad productiva y se formen cadenas de valor que potencien la proyección al Asia Pacífico. Un mecanismo en el caso del TPP, es la acumulación de las normas de origen. Siendo un efecto potencial que se puede lograr, realmente es algo complicado dadas las limitaciones estructurales de economías como la peruana. Especialización primaria, heterogeneidad productiva con amplios sectores con baja productividad, deficiente infraestructura, y sobre todo ínfima inversión en innovación y desarrollo, lo que limita severamente las posibilidades de escalar en las cadenas productivas, incluso regionales. Las cadenas de valor que se proponen, deberían tener en cuenta una participación equitativa de los miembros, para que no se establezca un patrón Norte‐Sur de comercio regional, con una proyección al Asia Pacífico donde los principales beneficiaros serían los que participan en las fases finales de la cadena productiva o en los procesos de mayor valor agregado. La inversión intrarregional es creciente, aunque con asimetrías significativas. El Perú es el país que solo recientemente ha desarrollado una exportación de capitales, cuando empresas de otros países han consolidado su presencia en diferentes sectores, sobre todo en servicios. Los nuevos proyectos, la articulación de cadenas o proyectos conjuntos para la proyección al Asia‐Pacífico deberían hacerse evitando profundizar la brecha existente. Otro de los desafíos es el del regionalismo abierto. ¿Cuál es el balance de la suscripción e implementación simultánea de diferentes acuerdos comerciales regionales, tanto en el aspecto estratégico, como en el saldo desagregado sectorial productivo y la competitividad requerida para una inserción óptima del país? Unos países han avanzado más que otros en las agendas complementarias (implementación y competitividad) de los TLC, y no tenemos un balance integral de los efectos de los acuerdos firmados en el Perú. A nivel de sectores productivos unos son ganadores en unos acuerdos y perdedores en otros; lo que no permite evidenciar cuál será la competitividad final y los sectores que sobrevivirán o los grados de inserción que pueden tener en diferentes procesos productivos. La asociación entre miembros de la AP y TPP podría ser en teoría muy importante para esa proyección, pero así como hay complementariedad, también hay competencias que trabajar si se quiere tener un juego donde todos ganan sin profundización de asimetrías. Lo ideal sería el desarrollo de cadenas productivas de los países de América Latina con valor agregado, inversiones en conocimiento y capital humano, donde la integración puede ser un instrumento fundamental como plantea la CEPAL. El reto es conciliar iniciativas como la AP con otros procesos de integración sudamericana y latinoamericana, evitando la ideologización y fragmentación. Con el TPP, los beneficios para el Perú a nivel comercial pueden no ser muy altos dados los TLC firmados con varios de los socios. En este sentido, el principal factor para definir la participación de Perú, como señala Furche para Chile, sería el costo político de quedar fuera de una negociación del siglo XXI.3 Es poco probable que la acumulación de normas de origen se pueda aprovechar en el corto plazo para cambiar cualitativamente nuestra inserción en las cadenas globales de valor, debido a las limitaciones estructurales que presenta la economía peruana y sus pymes.

Furche (2013)

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Otro aspecto a considerar son los altos estándares regulatorios para el país. Dicha exigencia no es negativa en sí misma, por el contrario, puede ayudar a la competitividad del país y su desarrollo institucional. Sin embargo, si se mantienen los contenidos analizados en el texto final del acuerdo, en caso de incumplir con estos, las sanciones, y con ello los costos, pueden ser muy elevados para el país. Tal es el caso de los sectores sensibles como propiedad intelectual, así como en los capítulos que hacen referencia al desarrollo sostenible. En suma, se requiere un balance integral de la implementación simultánea de los diferentes acuerdos y definir una estrategia hacia adelante que cree espacios de convergencia con los diferentes procesos de integración regional. Se ha puesto mucho énfasis en los acuerdos, pero no suficiente en las agendas complementarias y de competitividad, que son tareas domésticas. Mientras no se cumplan esas tareas, lamentablemente los beneficios serán potenciales y los costos reales.

3. Asia, ACR y la integración regional

Para Perú la Región Asia Pacífico es fundamental y China juega un rol clave, país con el que tenemos una asociación estratégica aún subutilizada. Consideramos que la mejor opción es fortalecer esa relación bilateral y con los BRICS. Desde la alianza con Brasil y UNASUR, consideramos la relación con China y los BRICS estratégica para el futuro. Hay otras iniciativas en curso como la Alianza del Pacífico, con la cual se está tratando de tender puentes para evitar una polarización. Pero, se tiene que decidir si se prioriza esa asociación basada en la interacción de los TLCs con EE.UU., o si se opta por una vinculación estratégica con los BRICS desde UNASUR (Fairlie, 2015b). El Perú y los países andinos han seguido diferentes estrategias de desarrollo y de inserción internacional, lo que llevó a una crisis significativa. La suscripción de tratados de libre comercio por el Perú y Colombia con Estados Unidos y otros socios extra‐regionales, generó el retiro de Venezuela y denuncias de Bolivia ante el Tribunal Andino por violación a la normativa comunitaria. No fue posible una coexistencia armoniosa de acuerdos Norte‐Sur con acuerdos Sur‐Sur. El limitado comercio intrarregional, sigue constituyendo una debilidad estructural de la integración andina y latinoamericana, aunque sea intra‐industrial y suponga una especialización diferente a la que cada país tiene en su inserción comercial global. Por otra parte, se ha observado un incremento en las inversiones intrarregionales, lo que permite una mayor densidad en las relaciones económicas respecto a lo que han sido los vínculos tradicionales. Diversos autores e instituciones, ponderan la importancia de nuevos foros (TPP, Alianza del Pacífico) cuyo dinamismo lo contrastan con el estancamiento o crisis de los acuerdos comerciales históricos sudamericanos. Asimismo, se resalta la relevancia de la relación con el Asia, especialmente con países como China. A pesar de las diferencias, el comercio de los países andinos con Sudamérica es relevante, aunque no siempre la prioridad que tienen en las respectivas agendas externas. Se impulsan por parte de Colombia y Perú, iniciativas como la Alianza del Pacífico (AP) que han mostrado gran dinamismo y tiene metas ambiciosas. La cuestión es cómo se crean condiciones para que no generen nuevos conflictos con la integración regional y sudamericana. 17


UNASUR está conformado tanto por países del ALBA, como por los que suscriben tratados de libre comercio (TLC). Si bien los factores de cohesión son políticos o no económicos, hay resultados positivos que se pueden potenciar. Además, existen diferentes instrumentos económico‐ comerciales que podrían servir para una confluencia mayor. Es el caso de una zona de libre comercio, articulación productiva, integración fronteriza, mayor relación en los servicios, fomento de las inversiones intrarregionales y mecanismos financieros de integración (Fairlie, 2013) Se resalta desde la posición oficial peruana, que los acuerdos regionales y bilaterales existentes convivirán con el TPP. Una vez puesto en marcha, el acuerdo creará más oportunidades y exigencias para que Perú se convierta en un puente comercial eficiente entre América del Sur y Asia. Al considerar los acuerdos regionales suscritos, la cuestión es reconocer qué se puede obtener adicionalmente de los países del TPP con los que ya se tienen TLC – los que concentran casi la totalidad de las exportaciones al bloque‐, y si las concesiones adicionales justifican la ganancia potencial de la ampliación de nuevos mercados. En el país, el mayor debate se produjo durante la negociación del TLC con Estados Unidos. A los argumentos oficiales se opusieron el tema de las sensibilidades en el sector agrícola, propiedad intelectual, capítulos de inversión, entre otros. Coincidieron en esa campaña productores agrarios, sindicatos ONGs, congresistas, inclusive sectores empresariales industriales nacionales (especialmente industria farmacéutica). Fue un cuestionamiento a la profundización de la estrategia de apertura en curso, así como a la reducción de los márgenes de maniobra del estado nacional, para el diseño e implementación de estrategias de desarrollo. El movimiento fue derrotado, no se dio algo como en Costa Rica, donde la paridad de fuerzas obligó a un referéndum ganado muy ajustadamente por los promotores de los TLCs. Aunque también formaba parte de una campaña internacional, no se tuvo el éxito relativo que si se produjo con el ALCA, que fue frenado en Mar del Plata hace 10 años. Los otros TLCs como es el caso de la Unión Europea y otros países, entre ellos países asiáticos, no tuvieron mayor oposición. Primero porque se asumía que los costos principales se dieron con la apertura unilateral en los años noventa del siglo XX, y que las concesiones otorgadas en estos procesos no eran mayores a las que se dieron en el TLC con Estados Unidos. De otro lado, porque no se pudo reconstruir la coalición opositora, por los cambios políticos producidos en el país. Hubo nuevamente críticas y oposición en el caso del TLC con China. Si bien hay un consenso en la necesidad de la inserción en la Cuenca del Pacífico, que podríamos decir se ha convertido en una política de estado desde la incorporación del Perú en APEC en 1998, habían costos importantes en el caso chino, a pesar del reconocimiento de un acercamiento a esta potencia que se tradujo no solo en el reconocimiento de economía de mercado, sino en la búsqueda de una alianza estratégica. A diferencia de Chile y Costa Rica que tuvieron acercamiento progresivo y limitado alcance de los TLCs, el bilateral peruano fue muy ambicioso desde el comienzo. A pesar de la exoneración de partidas sensibles, los sectores afectados se movilizaron. EN este caso fueron pequeños productores industriales de confecciones, metalmecánica, y no los productores agrarios. Más bien productos agrícolas no tradicionales serían beneficiados con el TLC, aunque no pequeños productores. Si bien se aplicaron medidas comerciales temporales de protección, la protesta no tuvo la envergadura de la que se presentó en el caso del TLC con Estados Unidos.

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Respecto a la AP, no hubo mayor oposición. Consideramos que el hecho de hacerse la negociación e implementación en un contexto de crecimiento de las economías de AL, contribuyó en este sentido. Validaba de alguna manera la propaganda oficial que los países con mayor apertura y suscriptores de TLCs, tenían éxito y que juntarse entre ellos profundizando su integración era una buena opción para los países socios. Veremos más adelante que no necesariamente había razón para tal optimismo. Ahora que el boom del precio de las materias primas llegó a su fin, volvimos a la normalidad. La pregunta es si puede haber un cuestionamiento posterior a este tipo de acuerdos. Los cambios políticos en Argentina y Ecuador, y las crisis en Venezuela y Brasil no favorecen este escenario a nivel regional. Algunos señalan que las perspectivas mundiales favorables hacia la AP se deben a que es considerado como una alternativa para salir del estancamiento y proteccionismo creciente de bloques como Mercosur. Por tal motivo es vista como un nuevo impulso de cooperación e integración regional en América Latina; sin embargo, también podría generar una posible fractura en la región.4 Con el TPP, no hubo una movilización de sectores productivos potencialmente afectados. El secretismo de las negociaciones puede haber influido, pero los actores principales de la protesta han sido las ONGs y partidos políticos. El alza del precio de los medicamentos, pérdidas de acceso a internet y temas asociados de propiedad intelectual, entre otros, han sido ejes de debate. Pero, los costos de compromisos en capítulos de inversión y otros, se plantea que ya son asumidos en los tratados previos. De otro lado, en la discusión no hay mayor diferenciación con los otros TLCs firmados, a pesar de ser un mega‐acuerdo que tendría implicancias globales. Como todavía falta ser aprobado por los diferentes Parlamentos, y hay procesos electorales en medio, es probable que se reavive el debate, no solo en torno a éste (Fairlie, 2015c). Inicialmente se produjo una polarización tanto por la propaganda de los impulsores de la AP, como por los gobiernos opositores. En el primer caso se planteó que era un acuerdo exitoso que reunía a los países que más crecían, que habían hecho las reformas de apertura y liberalización, que avanzaban en reformas de segunda y tercera generación, que habían suscrito ACRs norte‐sur, garantía de inversiones extranjeras, y además eran miembros de la OECD o querían serlo. La AP consolidaba no solo una estrategia, la proyección al Pacífico, sino que también los ponía en una senda que les permitía acceder al club de los países desarrollados. Esto contrastaba con otras visiones, que señalaban era un instrumento de potencias económicas para dinamitar la integración regional. Se buscaba aglutinar países del Pacífico confrontándolos con los del atlántico, se impulsaban TLCs que tenían concesiones en capítulos que reducían los márgenes de los países para el diseño de sus propias estrategias de desarrollo, o que entraban en conflicto con lo acordado en organismos como la CAN o mandatos del Mercosur. Se asumían compromisos que afectaban derechos fundamentales de la población. A esta situación se respondió con iniciativas desde UNASUR y organismos multilaterales, que buscaban no solo la coexistencia de diferentes procesos en la diversidad, sino que incluso exploraran mecanismos de convergencia. El gobierno peruano jugó inicialmente ese rol y más recientemente de manera sistemática el gobierno de la presidenta Bachelet, con la búsqueda de diálogo y entendimiento entre la AP y Mercosur. Tvevad, 2014

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Esto no evitó la dinámica de polarización planteada inicialmente, sobre todo al interior de los países de la AP. En el caso del Perú, sobre todo sectores empresariales y políticos que ven como una traba o posibilidad de estancamiento del acuerdo, si se profundizan coordinaciones con Mercosur al que ven consideran está en crisis y tiene concepciones para su gusto proteccionistas o un esquema de desarrollo diferente al deseable. También hay sectores que siendo partidarios de los TLCs en general, prefieren mega‐procesos como el TPP a la AP, por razones geopolíticas principalmente. Se evalúa que en este último las asimetrías con Chile puedan profundizarse, o que no es la mejor alternativa para la proyección de los intereses nacionales en el exterior. Desde otro punto de vista, hay preocupación por lo que representa un alineamiento del Perú en procesos impulsados o liderados por EEUU. En la AP, por las diferencias que se pueden generar con los vecinos o las trabas a la integración regional, en el TPP porque es una iniciativa que ha generado reparos de China, que es un socio principal de la región y en el caso peruano no solo se tiene un tlc, sino que se ha planteado una asociación estratégica. Es decir, que se podría impulsar APEC y eventualmente perfeccionar y acelerar sus mecanismos internos, seguir concretando y consolidando acuerdos bilaterales en Asia, fortalecer vinculaciones con Brasil, la China y los BRICS desde la integración sudamericana, en una estrategia que busque un mayor equilibrio en las relaciones internacionales, generando contrapesos en la perspectiva de mayor multipolaridad. Por supuesto, hay quienes señalan que se pueden hacer ambas cosas, que no se contraponen. Curiosamente, la convergencia se plantea en ese escenario global, no necesariamente se aplica cuando se analiza el escenario sudamericano. Hay elecciones en el Perú el próximo año. La mayoría de candidatos avalan la estrategia en curso, inclusive podrían tener una política más agresiva respecto a procesos como el venezolano. La AP y el TPP están en la agenda, así como completar TLCs bilaterales. En ese sentido, se sumarían a una política como la de Macri en Argentina. Dada la crisis económica y política en Venezuela y Brasil, el crecimiento de la oposición en Ecuador, se debilita el bloque contestatario. También, las probabilidades de un cambio cualitativo en la política exterior y de integración del Perú. Bibliografía Alianza del Pacífico (2014) Portal web de Alianza del Pacífico. Enlace web: http://alianzapacifico.net/ Ayllón, B. y Emmerich, N. (2015) Las relacionen entre CELAC y China: Concertación regional y Cooperación Sur – Sur. Bartesaghi, I. (2014) América Latina y Asia Pacífico Realidades que definen la agenda. Bernal‐Meza, R. (2014) La heterogeneidad de la imagen de China en la política exterior latinoamericana. Perspectivas para la concertación de políticas 20


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