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Perspectivas
Puntos críticos en el Sector Energético Ricardo Rey Rivera Vásquez Programa Amazonía Derecho, Ambiente y Recursos Naturales - DAR
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l aislamiento social obligatorio, como medida de seguridad sanitaria impuesta por el poder ejecutivo el pasado 15 de marzo, ante la llegada del Coronavirus – COVID-19, fue el inicio de una serie de disposiciones sin precedentes para la mayoría de peruanos (hasta el momento); tomadas con el objetivo de ralentizar el incremento descontrolado de contagios que, de llegar a producirse en gran medida en nuestro país, demandarían servicios y personal médico fuera del alcance de nuestro alicaído sistema de salud, condenando a quienes pudiesen resultar contagiados . Mientras los peruanos empezábamos a adecuarnos al estricto cumplimiento de las medidas dispuestas con el apoyo de las fuerzas armadas, se tomaban las previsiones necesarias para que los bienes y servicios considerados “esenciales” continuaran, respectivamente, siendo reabastecidos y funcionando pese a las restricciones. El Decreto Supremo que dispuso la emergencia nacional, identificó como esenciales a los procesos de adquisición, producción y abastecimiento de alimentos, artículos de primera necesidad y productos farmacéuticos. En las líneas industriales, el Decreto Supremo N° 044-2020-PCM priorizó garantizar la producción, almacenamiento, transporte, distribución y venta de combustible además de otras actividades productivas e industriales que, por excepción, podrían ser incorporados siempre y cuando no afecten el estado declarado de emergencia nacional.
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Días después, el Ministerio de Energía y Minas, mediante Resoluciones Viceministeriales N° 0142020-MINEM-VMH y 001-2020-MINEM-VM, incluyó como esencial el servicio de energía eléctrica mientras disponía la ejecución de protocolos de seguridad en las actividades de hidrocarburos y distribución de gas natural, con el propósito de salvaguardar la salud de su personal, contratistas y terceros. Entre tanto, diversas empresas y centros de operación minera continuaron operando[1], a pesar de la alarma de ciudadanos y la prensa por el riesgo de propagación entre los trabajadores que aún se encontraban instalados. Quizá por ello, mientras se preparaba el anuncio del sector mediante comunicado, surgían las palabras “operaciones críticas” en las declaraciones del sector al sostener la imposibilidad de que el sector se paralice completamente[2]. Si bien el impacto sobre el sector, al igual que sobre otros es ciertamente inevitable, el gobierno buscaba en sus mejores esfuerzos, mitigar el impacto y asegurar una pronta recuperación del sector. Efectivamente, representantes de Newmont Corp (titulares de operación Yanacocha, Cajamarca), Freeport McMoRan (operaria de Cerro Verde, Arequipa), Pan American Silver (operarios de la mina Huarón, Pasco), entre otras grandes compañías, empezaron a anunciar la limitación, prudencia y en los casos más críticos, el cierre de algunas de sus operaciones [3] debido al impacto de las medidas sanitarias tomadas a nivel global y la desestabilización de precios en la bolsa de valores debido a la pandemia. Frente a ello, la Sociedad Nacional de Hidrocarburos[4],
[1] Véase: https://elcomercio.pe/economia/dia-1/coronavirus-coronavirus-por-que-las-empresas-mineras-siguen-operando-en-cuarentena-cuarentena-noticia/ [2] Véase: https://lta.reuters.com/articulo/salud-coronavirus-peru-mineria-idLTAKBN21440Q y https://www.gob.pe/institucion/minem/noticias/109346-comunicado [3] Véase: https://www.infobae.com/america/agencias/2020/03/17/peru-permite-que-mineras-realicen-solo-operaciones-criticas-durante-emergencia-porcoronavirus/ [4] Véase: https://diariocorreo.pe/economia/las-empresas-petroleras-lanzan-sos-al-gobierno-petroleo-coronavirus-estado-noticia/?ref=dcr