Diarios de Virgen del Remedio. Entrando

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DIARIOS

DE VIRGEN DEL REMEDIO ENTRANDO


Este libro (Diarios de Virgen del Remedio. Entrando) es uno de los dos tomos pertenecientes a la colecciĂłn completa Diarios de Virgen del Remedio. Por tanto, para obtener una visiĂłn completa del estudio sobre los modos de vida en el barrio Virgen del Remedio, se recomienda leer tambiĂŠn el tomo Diario Virgen del Remedio. Saliendo.

movirgenmoart editorial


DIARIOS DE VIRGEN DEL REMEDIO

ENTRANDO

SORRY, SN’T FOLLOW E O D T N E M U C THIS DO TY F OUR SOCIE THE RULES O


diseño de la portada

Alba María Penalva Nerea Vera

diseño gráfico

Alba María Penalva Nerea Vera

contenido escrito

Alba María Penalva Nerea Vera

La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o modificada, no autorizada por los editores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada. © de los textos, sus autoras © de las imágenes, sus autoras © 2020 de la edición, @movirgenmoart Septiembre de 2020

Impreso en Alicante, España


“El problema de saber de qué modo viviríamos en una sociedad que no conociera el hambre, ni la explotación, ni el trabajo, en una sociedad en la que todas las personas, sin excepción, pudieran dar rienda suelta a su creatividad, despierta en nosotros la imagen de un entorno radicalmente distinto de todo lo que hemos conocido.” Constant Nieuwenhuys



¡AVISO! Este trabajo, al haberse desarrollado durante todos estos meses de forma conjunta con el

tomo Diarios de Virgen del Remedio. Saliendo Saliendo, tiene partes que son iguales al otro tomo y partes que son únicas en cada uno.

El tomo Diarios de Virgen del Remedio. Saliendo utiliza el color MAGENTA para marcar aquel texto que es único en su tomo.

El tomo Diarios de Virgen del Remedio. Entrando utiliza el color AMARILLO para marcar aquel texto que es único en su tomo.

Para facilitar su lectura y que no sea repetitivo para quien considere ambos tomos, se avi-

sará en los apartados que exista contenido común. En dichos apartados, se considerará que

el texto de color negro es común a ambas investigaciones y el texto de color AMARILLO es exclusivo en este tomo.

En los apartados que NO aparezca el aviso, el color negro del texto es EXCLUSIVO en cada tomo.

Este aviso se mostrará en los siguientes apartados: ABSTRACT LA COMPLEJIDAD DE UNA CONVERSACIÓN



AGRADECIMIENTOS A Carlos, por acompañarnos siempre en este arduo proceso y por hacer cuestionarnos cualquier reflexión. Por apreciar y apoyar cada paso y por dedicarnos todo el tiempo que

necesitáramos. Por enseñarnos a estimar esa gran sensibilidad que él tiene y adoptarla en nuestras formas de vida.

A Susi, por apoyarnos y comprender nuestras inquietudes casi sin nombrarlas. Por apre-

ciar la complejidad, animar a que sigamos hacia delante y guiarnos en todo momento. Por creer en nosotras siempre y por transmitirnos ese optimismo que nos inundaba de ilusión después de cada una de sus tutorías.

Le doy las gracias a todos los habitantes de Virgen del Remedio, pues sin ellos este trabajo no habría podido *ser*.

A Gabby, por ayudarnos casi sin conocernos y por dedicarnos su tiempo de manera desinteresada.

A mi familia, por haber creído siempre en mí y por los innumerables debates sobre barrios marginales en la mesa a la hora de comer.

A Jorge, mi arquitecto, por la ayuda y los consejos.

A mis amigos del grado, sepan unos más y otros menos, por saber que podía contar con ellos siempre que lo necesitara.

A mis amigos de siempre, por creer en todo lo que hago y estar orgullosos de mí siempre. A Nerea, mi compañera, por ser soulmates y todo lo que eso conlleva.



ÍNDICE ABSTRACT

17 p.

PREÁMBULO

23 p.

UNA RETROSPECCIÓN: RETROSPECCIÓN: evocadora, pretérita, recapituladora

27 p.

LA COMPLEJIDAD DE UNA CONVERSACIÓN

41 p.

ENTRANDO

59 p.

¡AVISO!

¡AVISO!

¡AVISO!

Y tras la gran cena, la olla queda vacía el suelo se convierte en el protagonista para ir a dormir…

62

p.

Cuando el espacio interior de Haddad se convierte en una incógnita y esto puede dar paso a otros modos de habitar fuera de él

68

p.

¿No será la expresión artística el medio para averiguar el misterio de aquello donde un lugar se convierte en hogar?

74

p.

Cómo la Oficina de la Mesa Comunitaria se transforma en un palco en el que la presidenta de LABOR divaga sobre las creaciones del exterior y cómo a María Eva estas acciones le recuerdan a los Picoteos compartidos

79

p.


p.

86

Cuando Nelo Curti entra y el palco se convierte en un lugar donde debatir sobre las actividades que hacen de Virgen del Remedio un lugar más especial, si todavía cabe

p.

90

Después de ponerse el batín de estar por casa y la chistera, Nelo sale a la calle para comenzar su acción afterpoética que trata de generar un espacio familiar y navideño…

p.

97

Cuando el exterior que rodea a Curti se convierte en una parte interior de él mismo

p.

103 Cuando, gracias al confinamiento por el COVID-19, una nueva cuenta de

p.

106

p.

112 Tras toparse Ruxi con el cura Ginés, una oleada de recuerdos le invaden y le

p.

119

p.

123 La música se ha convertido en un modo de expresión común en Haddad y

Instagram creamos y esta, además de convertirse en la representación del barrio, nos permite curiosear el interior de las casas Gracias a la videollamada con Corde y cómo conectamos, nos hizo entender un poco su modo de vida y la de muchos otros también, como la de Ruxi, que se encontraba confinado en casa

hacen trasladarse al pasado, cuando callejeaba por el barrio y escuchaba los cantos de los traperos de Virgen del Remedio Cuando Haddad se convierte en uno de los traperos más conocidos del barrio y sus cantos inundan los espacios, lo que, con ello, algunos lugares públicos se convierten en estancias habitadas (y por tanto privadas)

sus vecinos y, ahora, las vidas de los habitantes se cruzan en el Parque Pedro Goitía, donde nos encontramos con otros modos de expresión en la familia Okoye


REFERENCIAS

149 p.


El espacio, que horas antes parecía un comedor repleto de aromas especiados, se convierte en una habitación conformada por un colchón gigante. Y tras la gran cena, la olla queda vacía el suelo se convierte en el protagonista para ir a dormir…

una forma de vivir que da mucha tranquilidad

Esa forma de vida que le “da mucha tranquilidad” nos acerca a su modo de sentir la vida, a su intimidad. ...existe un insignificante cuidado por la imagen del hogar... Cuando el espacio interior de Haddad se convierte en una incógnita y esto puede dar paso a otros modos de habitar fuera de él

Posiblemente, estas prácticas vienen dadas por las situaciones complicadas con las que un barrio como este tiene que lidiar

El hogar no está en el interior de una vivienda, sino en los lugares que la rodean y en la gente que los habita con él. No será la expresión artística el medio para averiguar el misterio de aquello donde un lugar se convierte en hogar?

Cómo la Oficina de la Mesa Comunitaria se transforma en un palco en el que la presidenta de LABOR divaga sobre las creaciones del exterior y cómo a María Eva estas acciones le recuerdan a los Picoteos compartidos

..existe una concienciación por parte de los vecinos sobre las problemáticas del barrio y una energía para llevar a cabo acciones que mejoren las condiciones de Virgen del Remedio Cuando Nelo Curti entra y el palco se convierte en un lugar donde debatir sobre las actividades que hacen de Virgen del Remedio un lugar más especial, si todavía cabe

Estos son espacios que hemos decidido que sean nuestros, donde nosotros podamos hablar, dialogar, compartir, debatir, transformar... Con el tiempo y la creatividad de cada vecino, se crean situaciones que acaban siendo inherentes al lugar en el que se desarrollan. ...que se genere una idea y sentimiento de comunidad, una red de personas que s e vinculan entre sí; y eso ocurre no solo a nivel de asociaciones, sino también entre los más jóvenes. Después de ponerse el batín de estar por casa y la chistera, Nelo sale a la calle para comenzar su acción afterpoética que trata de generar un espacio familiar y navideño…

...es algo habitual en Virgen del Remedio encontrarse a gente vistiendo en la calle ropa de casa. ¿Es que existe una extensión del interior de sus viviendas, que sale a la calle y allí se queda? ¿Por qué expone algo que está relacionado con un momento íntimo? ¿será porque el exterior forma una parte muy importante para él y es casi igual de fundamental que su casa?


ÍNDICE DESARROLLADO: DESARROLLADO: hipótesis, conclusiones y personajes

Cuando el exterior que rodea a Curti se convierte en una parte interior de él mismo

Cuando, gracias al confinamiento por el COVID-19, una nueva cuenta de Instagram creamos y esta, además de convertirse en la representación del barrio, nos permite curiosear el interior de las casas

Su habitación actúa como un contenedor de cosas; pues esta contiene objetos por todas partes.

El hecho de que su armario no tenga puerta hace imaginar cómo ese espacio interior del armario no tiene límites, se extiende hacia el resto de la habitación, inundando toda esta de ropa, bolsos y otros objetos que se utilizan en el día a día. Gracias a la videollamada con Corde y cómo conectamos, nos hizo entender un poco su modo de vida y la de muchos otros también, como la de Ruxi, que se encontraba confinado en casa hola vecino, adiós vecino.

Tras toparse Ruxi con el cura Ginés, una oleada de recuerdos le invaden y le hacen trasladarse al pasado, cuando callejeaba por el barrio y escuchaba los cantos de los traperos de Virgen del Remedio

La plaza, aunque esté en el exterior, se siente como un interior. Cuando Haddad se convierte en uno de los traperos más conocidos del barrio y sus cantos inundan los espacios, lo que, con ello, algunos lugares públicos se convierten en estancias habitadas (y por tanto privadas)

...podríamos decir que las paredes de su verdadero hogar podrían ser estas, las de la plaza, las de la calle.

...existe una necesidad de contar aquello que está ocurriendo, más allá de lo que se cuenta en los periódicos o diferentes medios de comunicación. no encontramos su intimidad en ese interior de vivienda que nos ha sido imposible de visitar, sino en su música, en sus acciones del día a día y, al fin y al cabo, donde desarrolla todo esto: en la calle. ...la creatividad se ha convertido en el modo de vida de muchos de los habitantes del barrio...

La música se ha convertido en un modo de expresión común en Haddad y sus vecinos y, ahora, las vidas de los habitantes se cruzan en el Parque Pedro Goitía, donde nos encontramos con otros modos de expresión en la familia Okoye.

...existe un mismo objetivo: el de estar y el de crear, el de dejar huella.

La vivienda cambia totalmente cuando su familia al completo no está... ...la olla contiene todo aquello que se necesita... Los roles, que se pueden apreciar en el acto de la comida, cambian en función de quien habita la casa.



RESUMEN ¡AVISO!

Vivimos en una sociedad donde los límites fronterizos parecen cada vez más difusos. Esto se aprecia en ciudades donde el índice de inmigración está en constante crecimiento. En Alicante, más concretamente en Virgen del Remedio —barrio que se vincula al área de barrios marginales de la Zona Norte— conviven multitud de personas de diversas etnias y culturas.

Este lugar humilde se estudia teniendo en cuenta principalmente a sus habitantes, con el objetivo de darles voz más allá de los límites de la propia barriada, entender las distintas realidades que se mezclan y reúnen en los diferentes espacios de este y apreciar cómo estos van modificándose debido a quienes lo habitan en cada momento. Por ende, este Trabajo Final de Grado pretende narrar distintas situaciones en las que los ciudadanos de Virgen del Remedio se ven inmersos en su día a día, revelando sus modos de vida y entendiéndolos como generadores de espacios que son habitados y construidos por quien los pisa. Son los propios ciudadanos, mediante su expresión artística, quienes formulan —en este trabajo—las hipótesis y conclusiones sobre lo que les rodea, desde los problemas que intentan solventar.

Este trabajo se convierte en un manifiesto para todas esas personas que recrean dichos espacios mediante la energía que sale de sus propias entrañas y a través de los distintos modos de expresión: música, pintura, poesía, performance, ir a hacer la compra de la semana, salir adelante con escasez de recursos… En definitiva, la cotidianeidad de todos y cada — 17 —


uno de los habitantes de Virgen del Remedio se convierte en energía generadora de acciones que cambian la percepción de tanto los espacios interiores como los exteriores, siendo estos, en ocasiones, permutados.

Diarios de Virgen del Remedio. Entrando se sumerge en algunas concepciones de la intimidad con el objetivo de comprender las vidas de sus habitantes, sus culturas y sus costumbres. Se consideran, sobre todo, los modos de vida en el interior de espacios donde uno no está expuesto al resto del mundo (a no ser que se quiera exponer o lo hagan sin darse cuenta).

— 18 —

Palabras clave: Virgen del Remedio, barrio marginal, modos de vida, expresión, cotidianeidad, interior


RESUM

Vivim en una societat on els límits fronterers pareixen cada vegada més difusos. Açò s’aprecia en ciutats on l’índex d’immigració està en constant creixement. A Alacant, més concretament en Verge del Remei—barri que es vincula a l’àrea de barris marginals de la Zona Nord— conviuen multitud de persones de diverses ètnies i cultures. Este lloc humil s’estudia tenint en compte, principalment als seus habitants, amb l’objectiu de donar-los veu més enllà dels límits de la pròpia barriada, entendre les distintes realitats que es mesclen i reunixen en els diferents espais d’este i apreciar com estos van modificant-se degut als que ho habiten en cada moment.

Per tant, este Treball Final de Grau pretén narrar distintes situacions en què els ciutadans de Verge del Remei es veuen immersos al seu dia a dia, revelant les seues formes de vida i entenent-los com a generadors d’espais que són habitats i construïts per qui els xafa. Són els propis ciutadans, per mitjà de la seua expressió artística, els que formulen —en este treball— les hipòtesis i conclusions sobre el que els rodeja, des dels problemes que intenten resoldre. Este treball es converteix en un manifest per a totes eixes persones que recreen els espais per mitjà de l’energia que ix de les seues pròpies entranyes i a través dels distints modes d’expressió: música, pintura, poesia, performance, anar a fer la compra de la setmana, eixir avant amb escassetat de recursos... En definitiva, la quotidianitat de tots i cada un dels habitants — 19 —


de Verge del Remei es converteixen en energia generadora d’accions que canvien la percepció de tant els espais interiors com els exteriors, sent estos, de vegades, permutats. Diarios de Virgen del Remedio. Entrando es submergeix en algunes concepcions de la intimitat amb l’objectiu de comprendre les vides dels seus habitants, les seues cultures i els seus costums. Es consideren, sobretot, les formes de vida en l’interior d’espais on un no està exposat a la resta del món (llevat que es vullga exposar o ho facen sense donar-se compte).

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Paraules clau: Verge del Remei, barri marginal, formes de vida, expressió, quotidianitat, interior.


ABSTRACT

We live in a society where the boundaries seem increasingly blurred. This can be seen in cities where the immigration rate is constantly growing. In Alicante, more specifically in Virgen del Remedio —a neighborhood that is linked to the slum area of the Northern Zone— a multitude of people of different ethnic and cultural backgrounds live together. This humble place is studied taking into account, mainly, its inhabitants, with the objective of giving them a voice beyond the limits of the neighborhood itself, of understanding the different realities that are mixed and gathered in the different spaces of this one and of appreciating how these are modified due to those who inhabit it at every moment. Therefore, this Final Grade Project intends to narrate different situations in which the citizens of Virgen del Remedio are immersed in their daily lives, revealing their ways of life and understanding them as generators of spaces that are inhabited and built by those who walk on them. It is the citizens themselves, through their artistic expression, who formulate —in this work— the hypotheses and conclusions about what surrounds them, from the problems they try to solve.

This work becomes a manifesto for all those people who recreate those spaces through the energy that comes from their own entrails and through the different modes of expression: music, painting, poetry, performance, going to do the shopping of the week, getting ahead with scarce resources... In short, the daily life of each and every one of the inhabitants of Virgen del — 21 —


Remedio becomes energy that generates actions that change the perception of both indoor and outdoor spaces, being these, sometimes, permuted.

Diarios de Virgen del Remedio. Entrando, you will be immersed in some conceptions of intimacy with the objective of understanding the lives of its inhabitants, their cultures and their customs. It is considered, above all, the ways of life inside spaces where one is not exposed to the rest of the world (unless one wants to expose oneself or does so without realizing it).

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Key words: Virgen del Remedio, slum area, ways of life, lifestyles, expression, everyday nature, interior.


PREÁMBULO

En esta etapa universitaria —como estudiantes de arquitectura— hemos vivido juntas no solo como compañeras, sino como amigas. Creo que esto es algo importante porque considero que hemos congeniado muy bien académicamente hablando. No es tan fácil encontrar alguien con quien trabajar en grupo, depende de muchos factores como los intereses comunes, la facilidad de adaptarse, el compañerismo… Todo esto es algo que hemos encontrado la una en la otra de una forma totalmente fortuita. Es por ello que, realizar el Trabajo Final de Grado de manera conjunta, nos parecía una buena decisión. Desde el principio hemos tenido unos intereses comunes que se han ido ampliando conforme el trabajo se ha ido desarrollando. Por lo que, este TFG, a día de hoy, podemos decir que se ha ido conformando en base a unos intereses iniciales: la importancia de las personas en la arquitectura y la voz que estas deberían tener para la toma de decisiones, sin marginar ni excluir.

Leyendo y volviendo a leer este trabajo me vienen a la mente muchos momentos y situaciones concernientes a su realización. Veo reflejado en él muchos intereses de superación, ganas de aprender, altibajos y momentos de euforia… Estos últimos son generados principalmente por percibir cómo el barrio nos ha acogido y por el interés mostrado por cada uno de los vecinos en tender la mano a dos desconocidas de otros barrios para que pudieran conocer Virgen del Remedio. Nos ha sorprendido de manera grata la amabilidad y las ganas de participar. A pesar de las dificultades vividas por el COVID-19, ha sido un gran descubrimiento ver la involucración de estas personas y, de esta manera, hemos podido comprender y entender el barrio por medio de diferentes conversaciones también vir— 23 —


tuales.

No obstante, no solo hemos podido empaparnos de las actividades realizadas por cada uno de ellos y de manera conjunta con el resto de sus vecinos, sino que, hemos profundizado y comprendido Virgen del Remedio a través de las diferentes realidades individuales. El COVID-19 nos ha dado la oportunidad de poder estar en dos sitios a la vez: en nuestras propias casas y, en cierto modo, nos hemos introducido en la de ellos. Nos han abierto las puertas sin pregunta alguna, dispuestos a conversar el tiempo que fuera necesario. Las videollamadas han sido una gran oportunidad para trasladarnos al interior de sus viviendas, pudiendo incluso ver objetos imprescindibles para cada familia. Tras los diferentes descubrimientos, ambas nos dejamos llevar y comenzamos poco a poco a introducirnos en una gran cantidad de vidas, las cuales hemos conocido por medio de multitud de conversaciones. Llegaban momentos en los que teníamos que parar para reflexionar sobre lo que ya

conocíamos, puesto que, así, intentábamos buscar un orden para aquello conocido; sin embargo, nos resultaba de lo más arduo. Aunque he de decir que yo he cambiado mucho con respecto a este tema, me he apoyado mucho en Alba para dejar de visualizar el trabajo con una estructura ya conformada desde el primer día. Alba consiguió, tras muchas videollamadas entre nosotras, que nos dejáramos fluir sin considerar una estructura previa, ya que, de esta manera, no estaríamos condicionadas por un planteamiento inicial que podría alejarse del entendimiento del barrio, sino que, conociendo Virgen del Remedio de una manera intuitiva y teniendo en cuenta las distintas referencias bibliográficas, poco a poco iría generándose una estructura que estuviera acorde con aquello que se estudiaba.

Por lo tanto, esta investigación no puede comprender unos límites estrictos, pues bien, trata sobre diferentes modos de vida y, al igual que los diferentes modos de vivir y comportarse son tan complejos como diversos — 24 —


e inciertos en sí mismos, este trabajo no podía limitarse y debía dejarse sorprender ante cualquier acontecimiento. Además, para que el lector pueda introducirse en la historia de la misma manera en la que nosotras lo hemos hecho, intentamos transmitir cómo lo hemos experimentado poniendo en contexto todas esas vidas, detallando aquellas pequeñas cosas de las personas que nos han ayudado a entender el barrio tal y como ahora lo entendemos. Personalmente, esto, para mí, ha sido un gran descubrimiento y, además, una forma en la que me he sentido muy cómoda trabajando. Realmente, creo que este modo de hacer nos define perfectamente a Alba y a mí. Esta es la parte que aparece en letra cursiva, la que denominamos escritura pretérita (escritura descriptiva). En ella, recapitulamos la información adquirida por parte de los habitantes y la contamos en presente, puesto que estas son las situaciones concretas que han pasado en el barrio, pero no son únicas y, además, siguen ocurriendo en el día a día.

En el apartado Una retrospección: evocadora, pretérita, recapituladora se puede apreciar el modo en el que hemos realizado el trabajo en su conjun-

to, dejando que el lector se vaya familiarizando con el tema a desarrollar hasta llegar al final. Así como en este primer apartado se puede entrever la forma en la que nosotras nos sentimos cómodas expresando aquello que hemos recopilado y dado forma. También se puede ver como hemos llevado a cabo esta investigación, mostrando la importancia de todas estas conversaciones. Por otra parte, necesitábamos una forma de ordenar todas las ideas —una constelación teórica que, conforme más leíamos, más crecía—. Todas las referencias utilizadas, que tantos quebraderos de cabeza nos ha llevado, se han conformado como una escritura evocadora (escritura reflexiva) que nos ha permitido reforzar los argumentos del propio barrio y de nuestro entendimiento hacia él en los diferentes autores que creemos que han sintonizado con nuestros intereses. Al igual que la información que hemos ido adquiriendo ha ido dando forma a los asuntos a medida que avanzá— 25 —


bamos, creemos que no se pueden aislar las hipótesis (aquellas que aparece con diferente tipografía) y las conclusiones (la que aparece resaltada con la letra en negrita) del transcurso del trabajo —esta parte es a la que llamamos escritura recapituladora—, pues tienen que aparecer de manera fluida a lo largo del texto ya que estos han ido apareciendo según íbamos conociendo más sobre el barrio Virgen del Remedio. Esto es así puesto que son los habitantes los que han ido aportando su visión, sus problemas, las ventajas de vivir en este barrio y las desventajas y por ello, son ellos quienes proponen las propias hipótesis y conclusiones. Nerea Vera Fernández

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UNA RETROSPECCIÓN: EVOCADORA, PRETÉRITA, RECAPITULADORA ¡AVISO!

Mayo de 2021, Alicante. Alba se encuentra en la ducha aturdida tras haber dormido cinco horas. Una canción de Lana Del Rey inunda el cuarto de baño cuando, de repente, la canción deja de sonar. Asoma su cuerpo y extiende el brazo dejando unas gotas caer sobre el suelo. Seca sus manos mojadas con la toalla para no mojar el móvil: es Nerea. Nerea permanece impaciente en su coche esperando a que Alba salga de su casa. Lentamente entrelaza los dedos entre su pelo haciendo pequeños movimientos relajantes: los nervios, que no le dejan pensar con claridad, nublan sus ideas. En menos de media hora deberían encontrarse con la Mari en Monforte para recoger los licores que habían acordado. A las 12:30h tienen que estar listas para ir al tan esperado evento. No pueden ir con las manos vacías y piensan en llevar algo típico de sus alrededores. Saben—por lo que Corde les ha dicho—que el alcohol siempre es bienvenido.

—¡Ya era hora! Llevo esperando un montón de tiempo aquí, no quiero llegar tarde—dice Nerea con la voz acelerada.

—No te preocupes, la Mari nos ha comprado el alcohol para ahorrar tiempo. —¿No estás nerviosa? Yo me muero de vergüenza, solo conocemos a Corde y ella estará con su familia. ¿Cuánta gente habrá en la fiesta? — 27 —


Polígono de Rabasa. Nerea mira el móvil y marca las 23:04. El lugar es oscuro, apenas alumbrado por cuatro farolas con luz muy tenue. Aunque haya caído la noche, el ambiente es cálido y la luz de la luna alumbra sus mejillas sonrojadas. Las chicas han salido del pabellón y se encuentran sentadas en la vasta acera de la calle interminable y despejada. Apenas quedan los coches de los invitados. Alba envuelve las rodillas entre sus brazos y Nerea cruza sus piernas. Embriagadas por unas copas de más y unas cervezas de jengibre entre sus manos, empiezan a conversar.

—¡Chin chin, Alba! ¡Por nosotras! —dice Nerea con la voz un tanto vehemente.

—¡Ay, Nerea! Qué felicidad.

—¡Vaya conexión! —armonizan y se ríen por la complicidad del momento.

—No puedo creer que una videollamada para el TFG haya derivado en esta situación—Las dos, mirando hacia el frente, empiezan a recordar...

Obligadas a estar separadas unos cuantos meses, Nerea y Alba se ven en la tesitura de trabajar de forma virtual, pudiendo, de esta manera, disfrutar de la aventura que quisieron emprender juntas. Alba se encuentra sentada cómodamente en el sofá del patio de su casa, debajo del toldo para que la luz del sol no le impida ver con claridad la pantalla de su portátil. Mientras tanto, Nerea está sentada en su cama porque quiere estar en un lugar más informal y diferente al que acostumbra a frecuentar diariamente cuando está trabajando. Con el portátil sobre sus piernas recibe la videollamada de Alba. Ambas, puntuales ante la quedada y nerviosas por conocer gente — 28 —


nueva y ante las expectativas que tenían sobre esta persona, incluyen en la conversación a Corde. Después de hablar largo y tendido y convertirse en la conversación más larga que habrían tenido hasta entonces, la videollamada termina sobre las nueve y media de la noche. Alba llama rápida e impacientemente a Nerea para conocer sus sensaciones. Nerea se acerca a la cámara con una sonrisa que inunda su cara.

—Te conozco más hija mía, madre mía, te conozco más...—dice Alba mientras se ríe felizmente.

—Me ha encantado Alba, me ha encantado— Nerea está muy emocionada, no sabe cómo expresar todas las sensaciones que recorren su cuerpo en ese momento. Lo único que hace es sonreír y llevarse las manos a la cara mientras continúa hablando—. Ha sido una conversación realmente fructífera. Totalmente inesperada. Me lo he pasado súper bien. —Ya, yo también. Me duelen hasta los mofletes de reírme.

—Hemos conectado muchísimo, ¿eh? —dice Nerea, ya un poco más serena. —La verdad es que sí. Por ejemplo, ayer, que terminamos más o menos a la misma hora, estaba muy cansada, pero hoy era como si fuésemos amigas. Ha sido una conversación en la que ha habido mucha conexión, como si tuviésemos una amistad ya formada, riéndonos y hablando sobre nuestras vidas.

—Yo sigo sin creérmelo. Es que, cuando acabe la cuarentena, me quiero hacer amiga de ella. Amiga de salir por el barrio, conocer a sus amigas y amigos, si me invita a su casa, ir, y que venga a la mía. Es increíble. —Ya, ha estado muy bien. Y encima nos ha invitado a una comu— 29 —


nión— Alba y Nerea se ríen.

—Alba, ¿no te pasa que había momentos en los que traspasabas la pantalla del ordenador y te sentías en su casa? Porque yo en alguna situación me he sentido así.

—Sí, sí, totalmente. De hecho, a ti se te ha ido la conexión y mientras tanto me estaba enseñando la ropa que llevaba puesta, me ha explicado que tienen como costumbre ponerse unas faldas típicas de Nigeria. También me ha enseñado el traje de su graduación, que tenía unas telas muy bonitas, la verdad. Diferente a lo que estamos acostumbradas a ver. Ha sido como si estuviese en su casa, yo sentada en la cama y ella enseñándome ropa. De tal confusión que tenía casi le preguntó si me dejaba probármelo. —Qué pena que se me haya ido el wifi, me habría encantado verlo… A mí me ha pasado cuando se ha levantado para enseñarnos la olla en la que cocinan cuando están todos. Como si nos fuese a decir que hoy cenábamos en su casa, incluso me ha venido a la imaginación el olor a mil especias distintas, como nos decía Gabby. Creo que nunca, detrás de una pantalla, he sentido tanta cercanía.

—Yo tampoco —dice Alba con la mirada pensativa—. Estoy orgullosa de nosotras, de cómo estamos afrontando las conversaciones, y, sobre todo, de lo que nos están aportando a nivel personal. La embriaguez hace que la emoción se multiplique. Sus ojos presentan un brillo especial.

—Pero no nos olvidemos de que también hemos tenido momentos bastante duros, aunque ahora no les demos importancia, también han — 30 —


formado parte del trabajo.

—¿Te acuerdas de la noche en la que estaba súper agobiada porque no sabía por dónde iba a ir nuestro trabajo?

—Sí… lo pasamos bastante mal, pero ese momento fue el punto de inflexión. Ahora vemos todo lo bueno ¡eh!, pero también hubo momentos de sentirnos perdidas, sin encontrarle sentido a todo lo que estábamos haciendo y que nada acababa de encajar con nosotras y nuestros intereses. —Es normal Nerea… teníamos mucho, pero nada a la vez, era difícil ordenar todas esas ideas y experiencias que ya habíamos vivido.

—Bueno, ya sabes que yo a veces necesito mucho orden y tener las cosas bastante claras, y con nuestro trabajo ha sido muy difícil. —¡Menos mal que conseguiste adaptarte al caos que teníamos montado! Por suerte tuvimos ese punto de inflexión y el trabajo dio un giro brutal, todo empezaba a encajar. Ha habido noches de estrés, pero también de inspiración, ¿eh?

Tras dos meses de intenso pero fructífero trabajo en la universidad, las chicas se encuentran confinadas en sus casas debido a la pandemia mundial por el COVID-19. Más relajadas de lo normal, viven este momento inesperado y característico de sus vidas como una ocasión para la lectura y la reflexión. Nerea, más morena de lo normal en esta época, yace cada día en su mesa de escritorio para atrapar esos pequeños rayos de sol que se cuelan por la ventana. Mientras tanto, sostiene en sus manos un libro escaneado y descargado de internet, que ella misma ha impreso desde casa. Tiene a su lado derecho un marcador color salmón, un lápiz y un taco de post-its para hacer los apuntes necesarios sobre lo que lee. Alba, sin embargo, suele pasarse una parte del día y gran parte de la noche en la cama leyendo con la — 31 —


tablet de su madre con la pantalla en modo noche para que no se le canse la vista; ella subraya y hace comentarios dentro del PDF. Una de esas noches, Alba se encuentra un tanto inquieta debido a la emoción que muchas veces le produce leer, quiere dormir, pero su mente no deja de dar vueltas.

[whatsapp a las 3:16 de la mañana. 5 de abril de 2020]

Albi: Nerea… no puedo dormir. He estado hasta hace poco leyendo el libro de La Intimidad y es que me encanta… Me ha agitado tanto el alma que estoy demasiado despejada como para dormir. Te escribo por aquí porque ahora me siento inspirada y no quiero desaprovechar este momento. Me doy cuenta de que nuestra inclinación por las necesidades y sentimientos de las personas es muy grande… este libro muestra lo más profundo de cada persona, que es la intimidad. Es muy filosófico, como a mí me gusta, pero de verdad, cuando te pongas con él te va a interesar y vas a saber llevarlo a la realidad de nuestro trabajo. Hay que pensar cómo llegar a

entender esas intimidades que, aunque sean mayoritariamente ocultas y no las vayan a compartir con nosotras, podemos trabajar con lo que nos transmiten y expresan. Esto puede enriquecer mucho el trabajo y darle un punto de vista personal que se centra en cada persona, que es lo que de verdad nos apetece. Supongo que estarás durmiendo, así que ya me dices qué te parece cuando lo leas. [whatsapp a las 8:47]

Nere: Buenos dííías!! ay, me has alegrado el día. Yo siempre te he dicho que lo más importante en la arquitectura para mí son las personas y muchas veces no se tienen en cuenta. Así que me parece una idea genial. He avanzado bastante el libro del Situacionismo y el de La sociedad del espectáculo y me doy cuenta de que está muy relacionado con el barrio. Ahora — 32 —


que he leído más sobre esto, creo que, al igual que tenemos que hablar y analizar situaciones individuales de cada persona (que tendría que ver más con la intimidad que tú dices), sería importante hablar del contexto sociopolítico y cultural que influye de manera directa en los habitantes. Es que, es verdad, veo muchísima relación con lo que nos han contado los vecinos del barrio sobre el desinterés del ayuntamiento y todo lo que estoy leyendo. Es muy fuerte cómo el Poder es capaz de dejarles de lado de esa forma, todo tiene un porqué, y ellos lo sienten y lo saben, se ve en su música. Mira, te voy a pasar una canción de Petit Haddad que habla justo de eso. [whatsapp a las 9:30]

Nere [audio]: ¡Alba! Estaba en la ducha y se me ha ocurrido una idea para la exposición. Ya sé que me vas a decir que estoy loca por pensar en esto quedando aún tanto tiempo, pero mejor lo dejo por aquí y así no se me olvida. He pensado que, para el día de la exposición, si ya podemos salir a la calle porque se ha acabado el confinamiento, podríamos grabar algo allí. Sería genial, y podemos quedar con algún vecino. Ah bueno, y si pasamos de fase juntarnos para poder estar juntas, aunque tengamos que estar separadas y demás… [whatsapp a las 9:32]

Albi: Ay, me gusta mucho la idea. A lo mejor podemos preparar una parte de la exposición yendo un día antes para no arriesgarnos el mismo día de la presentación. —Chicas, ¿qué hacéis ahí sentadas? ¿Por qué no entráis a bailar? A mover esos culos nenas —dice Corde con un tono muy entusiasta. — 33 —


—Estábamos hablando de cómo empezó todo, Corde. Ay, es que cuando bebemos nos volvemos nostálgicas—contesta Alba con un tono amable y cariñoso. —Estamos muy felices de estar aquí contigo, de que nos hayas invitado, nos ha encantado lo cálido que es el ambiente y cómo nos ha recibido tu familia, tus amigos y… ¡todo el mundo! —Yo flipé cuando tuvimos aquella conversación, me transmitisteis buen rollo desde el principio, os prometí que por mucho tiempo que pasara no se me olvidaría invitaros, y mirad dónde estáis. Qué pena que solo vivierais un mes en el barrio, nos lo habríamos pasado bien—. Añade Corde. —Ya. Tampoco te conocíamos ahí. Pero fue guay para conocer a los vecinos y ver cómo se relacionan entre ellos.

Alba y Nerea emprenden su primera visita a Virgen del Remedio inundadas por el deseo de conocer más y por el miedo ante lo desconocido. Arriesgándose ante las opiniones negativas de sus familiares y amigos, decidieron vivir en el barrio durante un mes. Todo comenzó un día en la Universidad de Alicante. El cielo estaba gris y la lluvia y el viento dejaban un paisaje frío cuando la nostalgia se apoderó de las chicas. Recordaron el momento en el que vivieron en otro país y enseguida se dieron cuenta de la importancia de habitar un lugar para conocerlo a fondo. Espontáneamente se sentaron en la sala blanca y comenzaron a buscar precios para el alquiler de una vivienda en Virgen del Remedio. Lo que empezó siendo algo absurdo, acabó como una experiencia vital para el desarrollo de su trabajo.

—Madre mía Nerea, ya estamos aquí. ¿Ahora qué? —irrumpe Alba en el silencio del piso frío y desocupado. —¡Cuidado! la maleta… — 34 —


—Ay, ay, me has puesto nerviosa. Pues voy a empezar a organizar esto un poco, ¿no? Venga, vamos a dejar las cosas en el salón y vemos cómo nos organizamos —Nerea empieza a llevar las cosas, Alba le sigue y comienzan a hacer de aquel lugar, algo más personal—. A ver si cuando esté todo más o menos decente invitamos a los vecinos a un picoteo. —Nerea, me muero de hambre y he visto por la ventana un kebab, ¿quieres bajar, compramos uno y de paso damos una vuelta?

—A ver, no me gustaría dejar esto así. Pero vamos. ¿Has avisado ya a tu madre que todo bien? No quiero que le dé un jamacuco a la mujer…—Nerea se pone la chaqueta y coge las llaves para salir.

—Sí, sí, la pobre está que no da crédito, encima mi hermano no para de decirle que cómo se le ocurre dejarme venir a vivir aquí, que cuando él venía aquí con sus amigos siempre había movida. —Vaya tela, yo me voy a llevar el ordenador por si acaso. Mi ma-

dre dice que mientras llevemos cuidado no tiene por qué pasar nada. Pero claro, nos ha costado tan barato el piso que a saber si nos entran a robar nada más salir por la puerta…—Nerea coge el ordenador, Alba hace lo mismo y salen de su nuevo, pero todavía ansiado hogar. El rellano, que conectaba las dos viviendas por planta, era más frío que el interior de la casa. Había una luz tenue en la pared que medio cubría el espacio. Las contrahuellas de la escalera eran más altas de lo común y demasiado estrechas (para lo que ellas estaban acostumbradas y para cargar la maleta de veinte kilogramos que cada una había subido una hora antes). Naturalmente, no había ascensor, la capacidad era minúscula y la casa estaba en el último piso. Salen del edificio y se sumergen en un nuevo episodio: las calles. — 35 —


—¡Mierda! el kebab está cerrado… voy a buscar dónde podemos ir —Nerea saca el móvil. —Joder, ¿en serio? Pero si no es tan tarde. Me da un poco de miedo Nerea… está oscureciendo—. Alba mueve su cabeza de un lado hacia otro de manera insistente, como si tratara de buscar algo. —Anda, deja de ser paranoica, vamos por aquí—. Nerea hace un amago de moverse y coge del brazo a Alba para que le siga. Empiezan a recorrer las calles de la zona—. Alba, creo que es aquí.

—Pero vamos a ver Nerea… Hemos andado muchísimo, ¿no? —Ah, no sé. ¿Dónde está el bar Lola y Javi?

—Pero si estamos en el mismo sitio que antes, ¿qué coño pasa aquí? ¿Lo han cambiado de sitio?

—No, no. Lola y Javi, Lola y Javi, es enfrente.

—¿Y por qué ya no está? ¿ves? Pintor Pérez Picasso. Hemos vuelto al mismo sitio. Ahora el kebab está abierto. —Anda, vamos a entrar…

Corde abandona la escena ante la conversación infinita en la que están inmersas Nerea y Alba.

—Han pasado tantas cosas desde entonces… quién nos lo iba a decir. Nos ha cambiado literalmente la vida —dice Alba filosóficamente. —Sí, estoy muy contenta de haber decidido hacer el trabajo juntas, al final llegamos a ese punto común. — 36 —


Un día cálido y soleado, en pleno mes de julio de 2019 al entrar la tarde, Alba y Nerea pasean por la orilla de la playa del Postiguet. La brisa alicantina del Mar Mediterráneo roza sus cuerpos y acaricia sus mejillas. En ese mismo instante se encuentran en un ambiente cómodo y relajado, entonces aprovechan para buscar un lugar tranquilo, en la escasa sombra que brinda un día de verano. Encuentran el sitio idóneo, a los pies del mar, en el espigón que se encuentra justo debajo del Hotel Meliá. Ellas, sentadas en las rocas, se permiten el placer de poder disfrutar del sonido relajante e inspirador del romper de las olas, que las lleva a conversar sobre su Trabajo Fin de Grado.

—Vaya tela Nere, no me creo que no tengamos que recuperar ninguna asignatura en julio —dice Alba mientras inclina su cuerpo ligeramente hacia delante y gira la cara mirando a Nerea. No puede contener la sorpresa y la emoción. Los ojos se abren más de lo normal y su boca muestra una sonrisa nerviosa entretanto, le tiembla la parte inferior del labio. —Ya, yo tampoco. Me siento demasiado feliz.

—Segundo verano como estudiantes universitarias que no tenemos que recuperar, parece que hemos cogido el ritmo.

—¿No te inquieta lo que ocurrirá el año que viene? Nos queda lo más importante para acabar la carrera —dice Nerea con la mirada perdida entre las olas. Su cara ha cambiado de tener una gran sonrisa en la cara y ahora está un tanto cabizbaja, frunciendo el ceño y algo agobiada pensando en esta situación —. No sé cómo afrontar el TFG. —No sé por qué, pero la verdad es que no mucho. De hecho, ¿no crees que podríamos hacerlo juntas? Hemos trabajado muy bien durante la carrera y creo que hacemos buen equipo. — 37 —


—La verdad es que sí —fija la mirada en Alba y los ojos le brillan—, alguna vez me lo he planteado, pero no se me ocurrió decírtelo. —No sé realmente sobre qué podríamos hacerlo, pero seguro que hay algo que nos interese a las dos y cuanto antes propongamos un tema mejor, por lo que nos han comentado nuestros amigos.

—Ya sabes que yo llevo dándole vueltas a un tema bastante tiempo. Cuando vi las propuestas del año pasado me gustó mucho el tema que propuso Carlos Barberá, el profesor que nos dio clase en Compo 1: Formas de domesticidad arriba, abajo, a derecha e izquierda. Creo que su propuesta encaja bastante conmigo y es por eso por lo que me interesa: la manera de habitar el interior de las viviendas, los modos de vida, la diversidad… Sinceramente, me gustaría hacer un TFG en el que de verdad me sienta involucrada, con trabajo de campo, contacto muy directo con las personas y con las diferencias culturales que existen entre nosotros. —Es verdad, me acuerdo de que me lo comentaste. A ver, a mí eso

no me disgusta, podríamos leer de nuevo la propuesta y sacar el punto de interés de ambas. Me parecería interesante ver cómo las personas adaptan las viviendas según las diferencias culturales. Además, las viviendas en cada país están diseñadas para una población específica, y aquí en España se diseña para nosotros sin tener en cuenta otras costumbres y culturas. —Me estoy emocionando tan solo de pensarlo, esto podría derivar incluso en un proyecto que fuese mucho más allá de un análisis. De un proyecto de verdad.

—Nerea, ¡mira!, correo de Susi. Justo cuando nosotras estamos hablando sobre el TFG. —¿Qué nos dice? —Dice Nerea intentando abrir su correo electrónico rápidamente. — 38 —


—Nos ha contestado a la propuesta que le hicimos.

Se abrazan efusivamente —inusual acontecimiento entre las chicas excepto en momentos de esta índole— tras haber recordado momentos importantes e imprescindibles para sus vidas y para la realización del TFG. Se separan y advierten las carcajadas que se mezclan con la música de fondo que surge por la puerta entreabierta de la nave. Deciden entrar para seguir disfrutando de la noche. Tras una larga conversación en la calle las chicas están más serenas. Es entonces cuando aprecian la cantidad de personas que hay dentro del recinto. El ambiente es amigable, todos se ríen, beben e incluso comen. La circulación de personas es incesante y empiezan a darse cuenta de que conocen a más gente de la que pensaban. Este momento les permite darse cuenta de que las hipótesis que lanzaban un año atrás, las estaban viviendo en primera persona una vez más: se sienten parte de las actividades desarrolladas por todos, donde unos ayudan a otros, hablan sin cesar y ríen. Alba se retira de la zona de baile y se acerca a las sillas de plástico blancas del fondo. Nerea sigue bailando y aprendiendo los bailes típicos de Nigeria, cuando se da cuenta de que Alba no está, gira la cabeza y la descubre al fondo entre platos y vasos de plástico medio vacíos. Se acerca a ella. —¡Me muero de sueño! —atisba Alba.

La noche del jueves ha empezado a formar parte ya del día siguiente, son las cinco de la mañana y vuelven andando a casa de Alba. —Voy a ponerme la alarma, aunque hayamos quedado por la tarde—enuncia seriamente Nerea mirando el móvil. Ha vuelto su comportamiento responsable al darse cuenta de todo lo que tienen que hacer al día siguiente.

El viernes tienen un meeting con Marta —socióloga urbana del centro 14— en el centro social Unamuno de Virgen del Remedio para terminar de preparar el evento cultural que se desarrollará allí y que formará parte de su — 39 —


TFM. Marta cuenta con las chicas para cualquier actividad que se realiza y ellas no dudan en pedirle ayuda. Gracias al movimiento de los vecinos y la constante insistencia de mostrarlo al exterior, el Ayuntamiento de Alicante ha empezado a fijarse —aunque no lo suficiente— un poco más en estas iniciativas; la creatividad es persistente y el objetivo es lograr más compromiso por parte de entidades a participar y colaborar para que mejoren tanto las condiciones de vida como la imagen que se tiene hacia ellos.

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LA COMPLEJIDAD DE UNA CONVERSACIÓN ¡AVISO!

“El término complejidad no puede más que expresar nuestra turbación, nuestra confusión, nuestra incapacidad para definir de manera simple, para nombrar de manera clara, para poner orden en nuestras ideas.”

Edgar Morin, Introducción al pensamiento complejo

Compleja es la palabra, para nosotras, que mejor se aproxima a la definición de esta investigación sobre las formas de vida y las realidades de los habitantes del barrio Virgen del Remedio. Todo lo que conocemos y plasmamos en este trabajo es un compendio de sucesos que ocurren. El hecho de que este trabajo se base en algunos acontecimientos puntuales y otros permanentes en el tiempo hace que la relación de dichos sucesos esté íntimamente ligada con el lugar y con las personas que lo habitan. De esta manera, cada conversación que se da o se analiza puede tener relaciones (o no) directas (o indirectas) con otras de la misma índole, o diferente. Esto hace que el entendimiento sobre el barrio y sobre quién lo habita sea ilimitado a la vez que complejo. El conocimiento sobre Virgen del Remedio —y lo que acontece en él— es parcial y no se puede dar en su totalidad. De alguna manera, quien permanece en él, más lo conoce y, por ello, nos sentimos ancladas a la opinión de las personas que lo habitan y lo viven cada día. Muchas veces, pensamos que la complejidad se da cuando existen métodos científicos que requieren de arduos procesos para obtener un resultado final, creyendo que la simplicidad de las cosas no requiere procedi-

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mientos complejos. Generalmente, ni siquiera nos planteamos buscar la complejidad en nuestro contexto más próximo, “no hace falta creer que la cuestión de la complejidad se plantea solamente hoy en día, a partir de nuevos desarrollos científicos. Hace falta ver la complejidad allí donde ella parece estar, por lo general, ausente, como, por ejemplo, en la vida cotidiana.” (Morin, 2011, p. 87). Nuestro trabajo se centra en lo que ocurre en esa cotidianeidad, aquello que cada habitante transmite sobre su día a día y creemos que es necesario considerar cada uno de estos aspectos, aunque el hecho de ordenarlos nos resulte casi imposible.

Gran parte de la información que contiene este trabajo se basa en las opiniones y, por tanto, percepciones de diversas personas que han aportado su visión sobre el barrio. Así como, otra parte de la información viene dada por nuestra propia experiencia en el barrio. Creemos que esta es la manera más veraz de conocer Virgen del Remedio —con todo lo que esto implica—. Además, numerosos son los estudios urbanos, proyectos de mejora, propuestas de participación ciudadana, análisis sociológicos, antropológicos, psicológicos…, pero el asunto se torna más arduo cuando intentamos acercarnos al lugar desde la cotidianidad, es decir, desde la cercanía hacia el habitante.

De esta forma, este trabajo trata de mostrar fragmentos sobre lo que ocurre en Virgen del Remedio, basados, fundamentalmente, en nuestra propia experiencia —y siendo estos, una ínfima parte de aquello que vemos— que, a su vez, está manipulada por las distintas opiniones y conductas que los vecinos del barrio nos han transmitido a lo largo de estos últimos meses. Gracias al contacto que hemos podido mantener con los habitantes del barrio, mediante, sobre todo, la expresión artística en sus redes y las conversaciones espontáneas que hemos compartido, observamos que los habitantes manifiestan inquietudes propias y protestas ante lo que les rodea. Creemos que estas opiniones muestran el barrio desde un punto de vista más cercano, el cual pretende contar las verdades que se acercan a la

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propia naturaleza del lugar.

Mientras en contextos científicos se intenta eliminar todo lo individual y singular para llegar a leyes generales, la literatura considera la distinción de cada persona, ensalzándola; “la novela, [...] nos mostraba seres singulares en sus contextos y en su tiempo.” (Morin, 2011, p. 87). La vida —entendiéndose esta por el conjunto de muchas y diferentes vidas que se recrean constantemente— está llena de variedad y confusión, y es a veces, en los libros, en el cine…, donde se muestra de manera más espontánea lo que ocurre en nuestro día a día y, de esta forma, nos aproximamos de forma más precisa a las realidades de cada uno.

Ese embarullo de cuestiones que es la vida, se presenta con claridad, por ejemplo, en la película Vidas cruzadas (Altman, 1993), que recoge varios relatos del escritor Raymon Carver. Este film está lleno de detalles, acciones cotidianas y sucesos que nos involucran en el mundo de cada uno de los protagonistas, en el interior de sus casas y lo ordinario de sus días.

Altman muestra los deseos, las inquietudes, anomalías, rarezas, vicios y virtudes de los personajes, que se apoderan de la empatía del espectador, puesto que cada uno de nosotros hemos experimentado alguna situación similar (Negrete, 2016). Cada historia que se cuenta en la película Vidas cruzadas podría estar dividida de tal manera que fuesen películas diferentes, puesto que cada una de las historias—que relatan situaciones personales de ciudadanos americanos— se presenta como si continuase en sus ámbitos propios. Esto es lo que ocurre en nuestra investigación: se muestra, por una parte, esa continuidad en el ámbito privado, que siempre es infinita (en el tiempo y en el espacio) y, por otra, lo que ocurre en el barrio Virgen del Remedio, con todas esas historias diversas y múltiples, que se cruzan entre sí. Es entonces, eso que aparentemente parece simple —lo que se encuentra en la vida cotidiana— lo que se nos resulta difícil de comprender cuando

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intentamos hacerlo: “al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico.” (Morin, 2011, p. 32). Esta forma de trabajar nos ha hecho darnos cuenta de que el azar también ha jugado un papel importante en el trabajo, tanto en la forma en la que hemos ido desarrollándolo, como la sucesión de los acontecimientos. “En un sentido, la complejidad siempre está relacionada con el azar” (Morín, 2011, p. 60) y nosotras no imaginábamos que un once de marzo de 2020 se declarara una pandemia mundial. El azar ha sido, pues, un factor muy importante para la realización de este trabajo. Si este tipo de acontecimientos no hubiesen sucedido, este TFG habría seguido otro camino y, quizás, no estaríamos aquí, hablando de esto. Además, creemos que la manera de adquirir conocimiento sobre un lugar y los hechos que ocurren en él requiere de tiempo. Pues bien, “todas las inferencias realizadas a partir de la experiencia, por tanto, son efectos de la costumbre y no del razonamiento. La costumbre es pues, gran guía de la

vida humana”. (Hume, 1980, p. 68). Hay muchas formas de llegar a obtener conocimiento sobre las cosas, pero, en este caso, creemos que es mediante la experiencia del día a día, la mejor manera de conocer un barrio. Los propios habitantes, tanto las personas mayores como los jóvenes, tienen una percepción específica del barrio porque lo frecuentan constantemente. Esto nos lleva a pensar que aquellas personas que han tenido la oportunidad de vivir las calles de Virgen del Remedio, de recorrer de manera asidua sus espacios y de hacer vida en él, quizás podrían acercarnos a un entendimiento más concreto sobre este.

Tenemos que asumir que el hecho de que este trabajo esté basado en la conversación se relaciona de forma directa con nuestra manera de ser y hacer, y con nuestros intereses. Siempre he pensado que la mayor fuente de inspiración y conocimiento son las personas. Debido a mi ansia por conocer, me encanta relacionarme con gente nueva y charlar de forma ex— 44 —


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Soulmates. Podríamos decirlo en español: almas gemelas, pero no tendría el mismo significado. Para nosotras, este término tiene cabida en inglés por el momento de nuestras vidas en el cual apareció. A veces pasa que, aunque una palabra con su traducción venga a significar prácticamente lo mismo, no llega a encajar con uno mismo por mucho que se quiera, y es exactamente eso lo que nos pasa. Nosotras ya sabíamos desde hace tiempo que tenemos una conexión especial, pero no es hasta que te lo dice alguien externo a ti y a tu círculo habitual de amigos, que no lo llegas a interiorizar. En este caso, fue una amiga que conocimos estando de Erasmus, Katarina, que nos definía con esta palabra. Creemos que explica nuestra relación perfectamente. A soulmate is someone with whom you share a close friendship and deep personal understanding. It’s like a best friend, but more. It’s the one person in the world that knows you better than anyone else. It’s someone who makes you a better person, well, actually they don’t make you a better person...you do that yourself because they inspire you. (“Soul mate”, 2017). Nos entendemos de una forma especial, difícil de explicar, pero como dice José Luís Pardo, “la intimidad no está hecha de sonidos sino de silencios, no tenemos intimidad por lo que decimos sino por lo que callamos, ya que la intimidad es lo que callamos cuando hablamos.” (Pardo, 2004, p. 55) 2

“La noche de Berlín” es la forma en la que un argentino que pernoctaba en el mismo hostal que nosotras llamó a la manera en la que se sale de fiesta

tendida, con una cerveza en la mano, dando un paseo, con conversaciones hasta el amanecer… como sea. Por el placer que esto me produce, pienso que, en parte, esto puede ser un problema porque quiero aprender constantemente —en cada momento compartido con las personas que me rodean—, llevándome incluso, en cierto modo, a la obsesión. Sin embargo, concretamente, en este trabajo, esto ha sido un aspecto más bien positivo. A lo largo de nuestras vidas como soulmates1, hemos compartido infinitos momentos conversando. Esto es importante porque las dos, desde un momento determinado de nuestra relación, fuimos muy conscientes de que somos amigas por lo que una le aporta a la otra, y desde entonces ha sido así. Nos consideramos ambiciosas y, aunque no se pueda tener un conocimiento absoluto de todo lo que nos rodea, hacemos lo posible por saber más en cada momento. El día a día lo entiendo como una posibilidad de conocimiento, lo que me lleva a intentar huir de los prejuicios impuestos por nuestro contexto cultural y así entender — de manera más próxima—, aquello que, hasta entonces, era ajeno a mí.

Además, considero que cualquier opinión debe ser escuchada, puesto que ninguna es ni mejor ni peor, simplemente diferente. Recordamos un viaje que hicimos juntas a Berlín hace dos años con gente que no conocíamos mucho o prácticamente nada;

Tras haber evitado varios días la noche de Berlín2 y sin tener ni idea hasta entonces de qué se trataba, al tercer día el grupo se encontraba comiendo en una terraza del barrio judío. Todos se sentían frescos y coleantes, menos Pilar. Ella sí que había experimentado aquella —desconocida por ellos, pero conocida por los demás— noche de Berlín. Pilar parecía exhausta pero entusiasmada por volver a salir aquella noche, aunque no tenía mucho interés en compartirlo con el resto. Tras la intriga por conocer aquello que ella no parecía muy interesada en contar, Alba y Nerea intentaron acercarse a ella — 45 —


sin aparentar prejuicios ni aprensiones. Al final, Pilar transmitió cierta seguridad repentina y empezó a mostrarles la causa de tanto misterio: había salido con el argentino que dormía en la misma habitación del hostal que ellas y les confesó que, como si de un crimen se tratara, ella se drogaba. Nerea y yo nos hemos querido mantener ajenas al mundo de las drogas debido a contextos individuales e inherentes a nosotras mismas. Esto nos lleva a asumir que tenemos una conducta naif ante esta cuestión: somos desconocedoras y por tanto sin experiencia en cuanto a drogas se refiere. Sin embargo, hicimos un esfuerzo en batallar contra nuestra ignorancia prejuiciosa y, sin ponernos de acuerdo —de forma verbal3—, empezamos a escuchar atentamente todos los beneficios que las drogas pueden tener sobre las personas. Lo que con Pilar aprendimos fue, en primer lugar, a dejar nuestras condiciones personales a un lado y, en segundo, que las drogas pueden proporcionar un sentimiento y un conjunto de emociones que no podrías vivir en ningún otro estado. Esa noche nos drogamos4. La intención principal por la que aludo a esta experiencia es porque creo que, desde que nos conocemos, hemos desarrollado —y seguimos haciéndolo— la habilidad de la empatía, entendiendo esta como la capacidad de captar intuitiva y emotivamente al otro5. Sin embargo, como dice Monteagudo en Intersubjetividad, interculturalidad, identidad. Empatía y reconocimiento de la alteridad en la comprensión del otro, pensamos que, además de ponernos en la piel del otro emotivamente, traspasamos este instinto biológico y adquirimos, además, la habilidad para entender la vida de las personas desde un punto de vista que hasta entonces era ajeno a nosotras. Nos desvinculamos de nuestros ideales y de nuestros sentimientos para percibir y comprender, en cierta medida, lo que el otro siente, lo que se denomina en términos filosóficos como alteridad

Asimismo, también hemos desarrollado la habilidad de la conversación — 46 —

en Berlín y con la cual pretendía cautivarnos para salir con él aquella noche. Diferenciaba Berlín como dos ciudades totalmente diferentes, “Berlín de noche” y “Berlín de día”, argumentando que, si no salíamos esa noche, tendríamos que volver a viajar una vez más tan solo para conocer la otra cara de la ciudad. Tal era la expectación que creó en nosotros, que nos miramos y, sin decir ni una sola palabra, todos sabíamos que aquella noche conoceríamos “la noche de Berlín”. 3

“Solo quienes tienen intimidad pueden «entenderse con una mirada» o «decirse cosas sin necesidad de hablar»: cada uno sabe lo que el otro quiere decir, le suena.” (Pardo, 2004, pp. 114-115) 4

Este acontecimiento podría ser —o no— real.

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Percibimos y comprendemos las emociones cuando vemos una situación específica, por ejemplo, una persona que llora o que vemos su tristeza, por nuestra condición biológica, comprendemos al otro. (Pintos, 2010).


como instrumento de conocimiento, casi sin darnos cuenta —una vez más la estábamos llevando a cabo en un momento importante de nuestras vidas, donde se ofrece la oportunidad de contar todo aquello que está dentro de nosotras como arquitectas, justo antes de acabar el grado: el TFG—. Por otra parte, cabe destacar que, durante la investigación, este conocimiento empírico se ha apoyado en diferentes lecturas que creemos que sintonizan con nuestro trabajo y con nuestros intereses, al igual que otras muchas, que también hemos descartado. A su vez, nos permiten contemplar el mundo desde una visión más amplia.

Cuando decidimos estudiar las formas de vida y realidades de un determinado grupo de personas que viven en un barrio tan singular como es Virgen del Remedio, estábamos haciendo, de forma inconsciente, pero a la vez intuitiva, lo que llevamos haciendo al fin y al cabo desde hace muchos años: conocer y crear mapas mentales por medio de la conversación. Lo pusimos en práctica en nuestra primera visita y así los hemos hecho hasta el último día, convirtiéndose, pues, en la manera en la que se ha desarrollado el trabajo.

El proceso llevado a cabo para el conocimiento de dichas formas y realidades ha ido cambiando y desarrollándose constantemente. Nos hemos adaptado a los sucesos, a los cuales hemos tenido que enfrentarnos durante los siete u ocho meses que ha durado nuestro TFG. En primer lugar, cabe destacar —ya que es importante tener en cuenta este aspecto para la realización del trabajo— que tanto en el mes de enero como prácticamente todo febrero, hemos tenido la oportunidad de visitar Virgen del Remedio de manera presencial. Esto nos ha permitido recorrer las calles y los rincones del barrio, conocer a las personas que lo recorren y el ambiente que se respira y nos transmite. Además, en este primer periodo hemos tenido la posibilidad de tener encuentros con diversas personas, que de una manera u otra están ligadas a este barrio. — 47 —


La primera visita la entendemos como La visita. A finales de enero decidimos pasar un día completo en Virgen del Remedio;

El día empezó a las ocho y media de la mañana cuando Alba cogió su coche para ir a casa de Nerea. Allí, las dos, nerviosas por la incertidumbre y el comienzo de una nueva etapa, cogieron el tram dirección San Vicente para recorrer ese tramo (desde Garbinet hasta Virgen del Remedio) con el objetivo de conocer el flujo de movimientos entre una parada y otra. Al bajar del tram, avistaron la cantidad de niños enérgicos con sus padres y madres, que iban en dirección a los distintos colegios que hay por la zona, y la actividad que hay: desayunos, movimientos ajetreados a pie o en coche, sosiego en las puertas de los comercios... El ambiente inundaba aquel lugar de dinamismo. Durante todo el día, ocurrieron sucesos que determinan, en parte, y hoy, la concepción del barrio. En su paso por Virgen del Remedio estuvieron recorriendo sus calles, muchas de ellas completamente vacías, con fachadas desgastadas pero repletas de ápices de color que se manifestaba entre los barrotes de las barandillas de los balcones y que traspasaban los cristales de las ventanas. Esto les hacía sentirse acompañadas a pesar de ser las únicas paseando por allí, como si, aunque en la calle no hubiera absolutamente nadie, cada vivienda les dijera: “aquí dentro sí que hay vida, mucha vida”. Visitaron la Mezquita y la Asociación de Vecinos de Virgen del Remedio. En ambos lugares tuvieron la oportunidad de mantener una conversación relajada y distendida con aquellas personas que ofrecieron parte de su tiempo para mostrar visiones diferentes sobre el barrio. En la Mezquita pudieron hablar con Mohamed y su padre, y en la Asociación de Vecinos con María Eva, personas totalmente encan— 48 —


tadoras. Las conversaciones se extendieron de tal manera que incluso en la Mezquita, la gran cordialidad del joven y su padre los llevó a invitarlas a comer y a tomar té. En otras ocasiones —en esos dos meses— han visitado otros lugares para conocer y hablar con diversas personas: ASPRODER y Pablo, la Parroquia de Virgen del Remedio y el cura Ginés, el Centro Gastón Castelló y África y Rosa, la casa de Khadim y Khadim y Gabby, y distintos rincones del barrio y Gabby. Cada lugar y situación más diferente que el anterior. Esto les hacía ver la importancia de la heterogeneidad de los espacios en Virgen del Remedio y cómo este hecho refleja la vida y circunstancia de cada persona en particular. Empezando por el lugar de culto de los musulmanes, todas y cada una de las charlas se han desarrollado en lugares y ambientes totalmente distintos, lo que ha permitido enriquecer el trabajo en aspectos diferentes, pero siempre valorando y considerando esas visiones personales y realidades singulares.

Y LLEGÓ EL COVID-19 A principios de marzo, tras la efusividad producida por los diferentes encuentros ya realizados y los que quedaban por realizar, una situación daría paso a los meses más inquietantes del primer cuarto del siglo XXI. Dicha circunstancia se les escapaba las manos concediéndoles —sin ni siquiera saberlo— la oportunidad de que el trabajo diera un giro inesperado. La pandemia mundial por Coronavirus llega a España en marzo de 2020 para quedarse más de lo esperado. El Estado de Alarma y la parada prácticamente total del país y del mundo, la imposibilidad de salir de nuestras casas y, con ello, el impedimento de — 49 —


relacionarnos con personas fuera de la unidad familiar ha sumado otro factor de complejidad al trabajo. En este punto, los acontecimientos suceden de una forma nunca vista ni experimentada por nosotras —lo que necesitábamos era seguir visitando el barrio y hablando con gente que teníamos en mente (por recomendaciones de terceros o por intuiciones personales)—. A pesar del problema que esto suponía para nuestro trabajo de campo —que trataba de introducirnos en el barrio de una manera más cercana, conocer a sus habitantes, observar cómo estos se comportan y fluyen por él, y actuar como propias vecinas—, decidimos convertir dicho obstáculo en una oportunidad.

En un primer intento de reconducir el trabajo y no permanecer estancadas, tuvimos la idea de crear una cuenta de Instagram6 para el barrio con la finalidad de conocer a sus habitantes, observar sus vidas (y todo lo que ello conlleva) a través de lo que muestran en las redes y formar parte activa de la propia comunidad. La cuenta de Instagram pretendía ser un referente para el barrio en cuanto a expresión artística se refiere

(algo que, según los vecinos, es algo común entre los más jóvenes de allí); y conseguir seguidores para mantener una interacción. De esta manera, los habitantes —que se hallaban confinados en sus casas como el resto de la población— enseñaban a los usuarios (y a nosotras) su día a día durante el confinamiento, sus intereses, sus relaciones sociales y familiares y, al final, ambientes y espacios interiores de sus viviendas. Esta decisión se debe al aumento en la utilización de las redes sociales, entre las que está Instagram —una plataforma que se ha convertido un punto principal de información y expresión, junto con otras como Twitter y Facebook—. El confinamiento de la mayoría de la población permite que los usuarios dispongan de más tiempo y estén más pendientes de las redes sociales que habitualmente y, por lo tanto, también de nuestra nueva iniciativa. Nos adentramos en el uso de Instagram con un punto de vista diferente al que acostumbramos a utilizar —subir fotos o stories y ver lo que los — 50 —

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@movirgenmoart es una cuenta de Instagram creada debido a la situación inesperada y repentina del COVID-19 y la obstinación por querer conocer de forma personal el barrio. Esto nos llevó a desarrollar una cuenta de Instagram como medio on-line de conocimiento. Sentimos que, de esta manera, pertenecemos a esta comunidad debido a la interacción con los habitantes del barrio. Así, también queremos dar a conocer lo que está sucediendo en el barrio a las personas que no lo conocen o tienen una imagen equívoca de este. @movirgenmoart https://www.instagram.com/movirgenmoart/


demás muestran de ellos mismos sin ningún fin especial más allá del ocio y el aburrimiento—. En este caso nos sirve como medio de comunicación y análisis.

El haber creado una cuenta de Instagram para personas que prácticamente no conocíamos nos llevó a estereotipar el público que dicha cuenta iba a tener: el objetivo era crear un perfil que llamara la atención de forma visual de un grupo de personas muy determinado. Para ello, contamos con la ayuda de Gabby, un amigo del barrio, que nos ayudó a ponernos en contexto y a conocer un poco más el estilo de calle y el lenguaje común. Era muy importante conectar desde un primer instante con los habitantes y Gabby, que conocía a muchos de ellos de primera mano y durante bastante tiempo, nos dio consejos de cómo diseñar el feed y cómo transmitir los valores que tendría la cuenta. Más adelante iríamos desestereotipando y conociendo cada vez un poco más lo que cada vecino expresaba mediante sus perfiles de Instagram.

En primera instancia, realizamos encuestas sobre pensamientos y preocupaciones en torno al barrio y sus vecinos. Esta fue la primera aproximación a los habitantes durante el Estado de Alarma, a la cual le siguen otros muchos meses de contacto virtual, sin nosotras saber cuánto duraría ni que, al final, sería la única forma que tendríamos de comunicación. Por otra parte, cada día y con la interacción de la cuenta de Instagram, hablamos y conocemos de manera indirecta a sus seguidores: conversaciones por mensajes directos, comentarios en publicaciones, historias, publicaciones y sus pies de página, biografías, etcétera. Consideramos que se trata de un trabajo minucioso por el hecho de poder conocer a las personas que nos ofrecen apoyo, las que viven en el barrio y sus alrededores, las que no viven en él, pero se sienten parte de este e incluso las personas que no conocen prácticamente nada de Virgen del Remedio. El uso de la cuenta de Instagram y el paso del tiempo ha dado resultados — 51 —


beneficiosos y, además, nos ha permitido utilizar nuevos medios de acercamiento a los vecinos, consiguiendo así conocerlos mejor. Aunque movirgenmoart nos haya servido —de manera virtual— para saber más sobre el barrio y sobre un grupo específico de habitantes, como lo son los jóvenes, hemos utilizado otros medios que nos ofrecen información de forma más inmediata.

Nos convertimos, de esta manera, en sujetos participantes de lo que ocurre en el barrio y nos sentimos parte activa de él. Hemos realizado, en primer lugar, videollamadas para mantener un trato más directo y personal con personas de distinta etnia, edad, pensamiento, inquietudes y situaciones vivenciales. Por otra parte, llamadas telefónicas en el caso de las personas que han presentado ciertas inseguridades al mostrar su imagen. En segundo lugar, hemos realizado conversaciones de mensajería instantánea (vía WhatsApp) con quien no se ha atrevido a presentar su cara ni su voz, quizás por timidez o cualquier otro motivo. Por último, mediante la cuenta @movirgenmoart se ha creado una iniciativa para compartir distintas opiniones de algunos habitantes de Virgen del Remedio, las cuales tratan sobre inquietudes personales, denuncias sociales y reflexiones sobre el barrio. Lo interesante de esta última iniciativa llamada Conversaciones en la Virgen es que acerca a todo espectador a las diferentes perspectivas, compartiéndolas con todos —vecinos que son del barrio y los que no— y conversando con quien esté interesado en que haya una retroalimentación.

La multitud de personas únicas y la variedad de medios de conversación dota al conocimiento de una complejidad que hace que este trabajo no pueda entender de verdades absolutas. Es por ello por lo que entendemos que cada persona tiene su propia y, por tanto, única realidad y que existe una realidad común que condiciona a todas esas otras realidades individuales (Altman, 1993). Así, entendemos que esto aporta un punto de dificultad añadida. Las personas somos diferentes y creemos conve— 52 —


niente la concreción, evitando generalizar ante pensamientos y actos de las personas. Esto nos lleva a querer aproximarnos a las vidas propias y sus situaciones individuales, ¿sería esto una forma de aproximación a lo íntimo de cada persona? Nuestro interés por estos aspectos hace que nos olvidemos momentáneamente de la realidad común y nos centremos en la individual. Haber conocido Virgen del Remedio mediante la conversación nos ha hecho darnos cuenta de que, aunque se puedan deducir patrones sociales, cada persona es inherente de ella misma y de su contexto.

Por ende, no reducimos nuestro conocimiento a una mera cuestión de las personas, sino que “el estudio de cualquier aspecto de la experiencia humana ha de ser, por necesidad, multifacético” (Morín, 2011, p. 18). Es justamente esto a lo que queremos aproximarnos. Consideramos importantes todos los aspectos que tocan, limitan o rozan tangencialmente a una persona. Es por ello, por lo que un trabajo así ha de plantearse desde un punto de vista que analiza y considera cierta parte, asumiendo también todo aquello que no se capta por la infinidad del propio asunto.

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Así como la rueda es una prolongación del pie, el libro es una prolongación del ojo, la ropa, es una prolongación de la piel, el circuito eléctrico —el medio que utilizamos que es tecnológico— es una prolongación del sistema nervioso central. Cuando esas proporciones cambian, los hombres cambiamos. (McLuhan, 1969).

Otro punto para tener en cuenta es que los distintos formatos de comunicación que se han llevado a cabo se han incrustado en los mensajes que las personas quieren transmitir. Pues se produce una relación simbiótica en la que el medio influye en cómo se percibe el mensaje, ya que la tecnología pasa a formar parte de nosotros y tiende a manifestarse como una extensión del hombre7. Esto nos hace asumir que existe una diferencia entre la conversación que se podría haber tenido en persona a la que se ha llevado a cabo de manera online. Sin embargo, a pesar de que las conversaciones se hayan dado de distintos modos, y, en su gran mayoría, con la barrera virtual de por medio, todas nos han hecho viajar —tanto en el tiempo como en el espacio— al momento exacto al que ellos trasladan sus pensamientos, mostrándonos así parte de sus vidas. — 53 —


AQUELLO QUE NO SE VE, PERO QUE SE PERCIBE

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Mediante la conversación, muchos de los habitantes de Virgen del Remedio nos han transmitido sensaciones que ellos han experimentado en una situación determinada. Han expresado con gestos, voces entrecortadas, silencios más largos de lo normal y, también, mediante palabras, aquello que se escapa del entendimiento racional. Y aquí es donde encontramos lo extraordinario de las vidas, siendo esta la virtud de convertir lo ordinario en algo que va más allá, que se sale de lo normal puesto que cada vida es única y eso lo hace especial (Walker, 2010). Pues no hay nada más especial que liberarnos de vez en cuando de la realidad que nos concierne a cada una y encontrarnos con circunstancias personales de alguien ajeno a nosotras mismas. Circunstancias que están ocultas al ojo humano y al entendimiento racional, y que hay que recurrir a otros sentidos para percibirlas (Merlau-Ponty, 1966). “Si la complejidad no es la clave del mundo, sino un desafío a afrontar, el

pensamiento complejo no es aquél que evita o suprime el desafío, sino aquél que ayuda a revelarlo e incluso, tal vez, a superarlo.” (Morín, 2011, p. 24). Nosotras creemos que esta forma de pensar y de afrontar la infinidad de situaciones que nos ofrece el mundo y este caso, Virgen del Remedio, nos sitúa en un lugar donde la complejidad y el pensamiento complejo nos desconciertan y complican las ideas que tenemos en mente. Para nuestro análisis decidimos posicionarnos ante este pensamiento, desafiándonos a nosotras mismas y queriendo incluso superarlo. De cada situación no sólo consideramos el contenido que está sujeto al lenguaje, ese que se escucha o se lee, el que es común a gran parte de la población, aquel que tiene un carácter objetivo, sino que pensamos que es de vital importancia mantener un análisis sobre cuestiones encubiertas del barrio y de su gente, porque “el mundo es lo que vemos y, sin embargo, tenemos que aprender a verlo.” (Merleau-Ponty, 1966, p. 20). Aquello que no percibi— 54 —


mos a simple vista —que necesitamos buscar con más detenimiento, fijarnos en detalles que (en muchas ocasiones) son olvidados— puede llegar a tener igual importancia o incluso más. De aquí que no solo se vaya a tener presente lo evidente y lo tácito, sino el modo de expresar y de transmitir. Consideramos que percibimos realidades individuales como mundos subjetivos, incompletos, incoherentes pero llenos de tanta información y, por tanto, de un valor fundamental. Hemos puesto interés en generar ambientes agradables para conversar, situaciones informales que permiten estar cómodos a todos los participantes. Creemos que es importante esta posición para ayudar a que la conversación fluya y que, de esta manera, los temas tratados sean lo más sinceros posibles. Desde aquí, y haciendo referencia de nuevo al azar, podemos decir que este trabajo es solo una de las infinitas posibilidades que puede haber, puesto que es importante ser conscientes de que estas personas mantienen esas conversaciones con nosotras. Es una experiencia

que estamos viviendo en primera persona y nuestra posición y comportamiento propios influyen de manera determinante en las respuestas y en la dirección natural de la conversación. Si por un momento se cambiara uno de los diferentes factores que han influido para el desarrollo y la comprensión de los hechos —el lugar, el momento, los acontecimientos, el medio— el entendimiento y el aprendizaje habría variado.

¿Acaso podría considerarse Virgen del Remedio como es, hoy, sin la diversidad que predomina, sin la multiculturalidad y sin la multitud de actividades que se realizan? Nosotras pensamos que las personas que habitan el barrio hacen de Virgen del Remedio el lugar que es y, por lo tanto, no podríamos desvincular el barrio de sus habitantes, y viceversa. Nos interesa investigar más allá de lo visible, llegar a lo más recóndito de la sociedad, de las personas que la integran y sus comportamientos. Todo esto no podría ser estudiado sin un análisis exhaustivo basado en la complejidad de la conversación. El interés por comprender y relacionar — 55 —


las realidades complejas de cada persona nos permite entender el barrio Virgen del Remedio como una red de acontecimientos; personas, movimientos, actividades, sentimientos…, y todas ellas han de estudiarse sin distinción, ya que, si las aislamos, dejamos de entender lo que está ocurriendo alrededor, pues está íntimamente relacionado8. Pensamos pues, que, mediante la conversación, se puede llegar a la parte más humana de las calles y las viviendas de Virgen del Remedio, cuyo objetivo principal es que, tanto los propios vecinos del barrio como las personas ajenas a este, conozcamos las distintas opiniones, vivencias y relaciones que tienen sus habitantes con el lugar. De esta manera, este trabajo también sirve para manifestar las distintas opiniones (quizás lo más importante). Todas las conversaciones que ya han sido publicadas en @ movirgenmoart sirven para que, tanto los habitantes del barrio como el resto, entendamos cómo funciona Virgen del Remedio, que su imagen preconcebida por el resto cambie y, por último, fomentar la creación de una comunidad en el interior del barrio: “Jacobs defiende que la calle es una

auténtica institución social donde las comunidades locales se fortalecen a base del intercambio y el diálogo” (El País, 2016).

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“Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcelarizado, nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un pensamiento multidimensional. Nunca he podido eliminar la contradicción interior. Siempre he sentido que las verdades profundas, antagonistas las unas de las otras, eran para mí complementarias, sin dejar de ser antagonistas. Nunca he querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad.” (Morin, 2011, p. 23)


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Fig. 1. Las relaciones de la investigacion

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ENTRANDO

Un día de verano de 2019; Corde Okoye, tras haber pasado tres horas encerrada en la cocina de su casa haciendo puff-puff, rápidamente prepara una bolsa con los piscolabis, va a su habitación en busca de su bolso y no lo encuentra. Tras unos minutos, decide mirar debajo del montón de ropa que hay en su cama: ahí está; lo coge y se dirige a la puerta. Camina enérgicamente por Juan XXIII hacia Virgen del Remedio, pasando por Colonia Requena, donde se encuentra con su amigo de la infancia Naser. Se detienen en medio de la calle para hablar un rato. Naser adora ir a casa de Corde cuando su madre hace puff-puff, por lo que Corde abre su bolsa y le da un par de esas bolas fritas; Naser se lo agradece alegremente y se despide para seguir su camino hacia el parque Lo Morant. Corde, al llegar al edificio donde vive su tía, simplemente tiene que empujar la puerta para acceder al bloque, sube dos plantas andando y, al entrar a la casa, allí, en el interior, están sus hermanos Laura y Robert, sus primos de Madrid (que han venido unos días a estar con la familia) y los sobrinos de su tía. Su tía, repleta de sudor y con un delantal hecho con telas africanas, se encuentra en la cocina ajetreada y acompañada de Vero, la madre de Corde. En unas horas van a hacer reunión en torno a la mesa principal todos juntos para cenar. Mientras tanto, los primos están despejando el salón-comedor: deslizan los sillones hacia la pared, sacan de la cómoda, las colchas, las dejan sobre los sofás y preparan la mesa para la cena. Las cocineras — 61 —


empiezan a llevar la comida a la mesa del salón-comedor. Una olla de tamaño considerable protagoniza la mesa, rodeada de multitud de cuencos con salsas africanas, carnes y empanadillas de distintos tipos. Llega la hora de cenar y se sientan todos a disfrutar de la comida y la compañía. Horas después, tras una larga comilona, Corde y los primos recogen la mesa mientras Robert y Laura cogen los edredones para extenderlos sobre el suelo; crean una doble capa con la finalidad de que el suelo se convierta en una superficie mullida. El espacio, que horas antes parecía un comedor repleto de aromas especiados, se convierte en una habitación conformada por un colchón gigante.

Y tras la gran cena, la olla queda vacía y el suelo se convierte en el protagonista para ir a dormir. . . “En verano, por ejemplo, en casa de mi tía, nos juntamos los primos de su parte, los primos de mi parte y, a veces, vienen nuestros primos de Madrid. Estamos tres casas en una y, a lo mejor, solamente hay una cama libre, así que dormimos en el suelo con dos colchas y una almohada, si pillas una. Te levantas y no te quejas en absoluto por haber dormido en el suelo, porque te lo estás pasando tan bien que no te importa. Yo creo que es una forma de vivir que da mucha tranquilidad, porque si todo el tiempo estás pensando: “ay, un colchón…” pero no lo piensas, porque están haciendo un pedazo de olla de comida de la que todo el mundo come. O sea, no pasas hambre, no pasas frío, te diviertes… entonces, son cosas a las que no les das tanta importancia.” (“Conversación privada con Corde”, 2020).

La visión de Corde sobre una manera de vivir relajada nos hace reflexionar — 62 —


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Fig. 2. La casa de la tia de Corde

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en torno a la vivienda y su importancia. Cuando alude a su casa y al entorno donde pasa su día a día, en ningún momento habla de objetos físicos, si no, más bien, de lo que ocurre en torno a dichos objetos; no se centra en las paredes que encierra la casa, sino en lo que está ocurriendo en ella, en la casa como espacio donde ocurren cosas. Este tipo de preferencias hacen que veamos en Corde una inclinación hacia aquello que le rodea en su día a día. Esa forma de vida que le “da mucha tranquilidad” nos acerca a su modo de sentir la vida, a su intimidad1. La casa de la tía de Corde, desde ese día, cobró un aspecto diferente, era como si la alfombra gigante que cubría parte del salón, a partir de ese momento, pudiera convertirse cuando se quisiera en una cama para acomodar a quien lo necesitara. Los sobrinos ya no la ven igual; saben que allí tienen una cama donde yacer. La mesa también fue protagonista momentos anteriores, era la encargada de organizar quien allí estaba. Se generó un ambiente de tertulia que, después de ese día, ya no pudo ser eliminado jamás. La situación pasó a ser una acción que definía y cambiaba el lugar. Mientras tanto, cerca de la Plaza Argel (donde esa misma mañana la familia Okoye había comprado los alimentos para la gran cena), sin saber muy bien dónde, vive un chico francés de origen argelino al que se le suele llamar Petit Haddad. Haddad descansa despreocupado sobre el sofá, que tiene algún que otro agujero producido por la ceniza incandescente que, de vez en cuando, cae de los porros. Como de costumbre, está fumando hierba, lo que le lleva a divagar en torno a su vida, el motor de su música. La casa parece ahora inmensa en relación con las huellas del pasado, pues allí vivía una familia de cuatro: padre y madre con dos pequeños gemelos. Desde que la familia fue desahuciada por no poder pagar las facturas y Haddad la ocupara, la casa se ha tornado taciturna, pues de ella — 64 —

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“La capacidad de inclinarse o la metainclinación, es la intimidad. Una capacidad que constituye mi modo de sentir la vida y de la que no puedo desprenderme sin desprenderme de mí mismo.” (Pardo, 2004, p. 42).


solo emanan, de vez en cuando, algunas letras improvisadas. Petit Haddad es el único que habita la casa en este momento; su familia queda muy lejos, lo que nos hace imaginar que habita de una forma distinta a cuando solía vivir en su país de origen familiar. Desde el exterior —e intentando curiosear hacia el interior—, asoman algunos elementos sujetos a su casa que nos pueden dar pistas de cómo la habita. Estos se balancean al son del viento, golpeando levemente los cristales de las ventanas. En el exterior hace frío, y las sábanas y mantas, que cuelgan mojadas del tendedero, no parece que se vayan a secar con gran rapidez. Del tendedero solo penden unas pocas prendas: una sábana de un color crudo con algún que otro pequeño agujero, una manta tipo frazada de color marrón con motivo de leopardo y una sábana blanca con flores de diferentes colores, junto con un edredón a juego. También cuelga alguna prenda de ropa interior, aunque no en gran cantidad, ya que solo aparece la ropa de una sola persona. Todo el tendedero en sí —que, ahora, se convierte en un escenario para nosotros por cómo lo observamos desde fuera— adquiere un aspecto un tanto absurdo, puesto que este difiere con respecto a la imagen que Haddad muestra de él hacia los demás. Haddad, que presenta al mundo exterior (y en redes sociales) una imagen de él mismo muy definida saca a la calle (en su balcón) una parte muy íntima y más despreocupada. ¿Ocurre esto porque no le da importancia? ¿o es que nadie sabe dónde vive y, por tanto, no se le podría relacionar con estas prendas? Este aspecto hace que nos dé la sensación de que existe un insignificante cuidado por la imagen del hogar, ya que se trata, más bien, de elementos fun— 65 —


cionales, cuyo único cometido es ser utilizados para el desgaste diario de la casa. Me imagino, entonces, la casa de Haddad como un lugar que se utiliza para quien lo habita, evitando la reunión en el interior de esta vivienda. Asimismo, sin poder librarme de mi imaginación, fantaseo con los espacios de ese enigmático lugar, que anteriormente se colmaban de actividades infantiles y de tratos afectivos entre los miembros de la familia anterior. Concibo la totalidad del espacio con manchas de uso: ahora solamente se viven ciertos espacios de una casa que trató —en su pasado— de ser habitada en su totalidad. El mobiliario de la vivienda permanece donde estaba, aunque algunos elementos estén completamente desiertos, como, por ejemplo, un aparador gigante de color marrón oscuro que presencia el salón, el cual se ha convertido en una especie de criatura que adquiere presencia en todo el espacio, aunque su vida útil haya terminado hace tiempo. (Urraca, 2019). Sin embargo, esto, al ser solamente algo que surge de mi intuición, no es la única opción posible. En mi mente recorren infinidad de posibilidades, cada día llego a imaginarme2 algo nuevo.

A pesar de haber intentado insistentemente visitar su morada, no lo hemos conseguido. Aquel sueño nos perseguía desde el segundo día que visitamos el barrio (cuando pasamos por delante de su casa y Gabby nos propuso entrar). No entendemos el porqué, pero Haddad, pese a que haya mostrado interés en conocernos y en mostrarnos su vivienda, no ha dejado finalmente que lo hiciéramos. Nos hemos citado varias veces con él, pero al final siempre ha habido evasivas. ¿Son estas evasivas plena casualidad? ¿tienen que ver con que Petit Haddad vive el día a día, sin darle importancia al mañana, lo que hace que se olvide de con quién queda? ¿o será que realmente no quiere mostrarnos su vivienda? Sea como sea, nos ha dejado en vilo, permitiendo que nuestra imaginación divague tanto que nos sea prácticamente imposible frenarla. — 66 —

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”También la imaginación es pensamiento de ver, pero pensamiento que no aspira a ejercerse, que no aspira a la prueba, a la plenitud, y que, por lo tanto, cree bastante a sí misma y sólo se piensa a medias. Así lo real se convierte en correlato del pensamiento, y lo imaginario está constituido dentro del mismo ámbito.” (Merleau-Ponty, 1966, p. 49).


B Fig. 3. El balcon de Haddad

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Se nos plantea, pues, el interior de su casa como un espacio intangible que viene dado por ese impedimento al entrar, cargado de misterio. No podemos tocarlo, ni verlo, ni saber qué es lo realmente cierto; solamente conseguimos intuir en base a lo que exterioriza de manera intencionada e involuntaria, de manera explícita e implícita. Entendemos, entonces, el piso donde pasa las noches y parte de los días como un espacio enigmático, para nosotras. ¿Qué ocurre para que esto sea así? ¿es secreto, solamente, para nosotras? ¿tiene algo que ocultar? El hecho de que se nos haya hecho imposible visitarlo, nos hace pensar, también, que hay algo en su interior que no puede ser visible a los demás o, por lo menos, a nosotras.

Cuando uando el espacio espacio interior de Haddad se convierte en una incógnita y esto puede dar paso a otros modos de habitar fuera de él Sin embargo, es cierto que no siempre el espacio interior de una vivienda es el que más refleja sobre quien lo habita. En ocasiones, hay otras señales que pertenecen a un mundo más exhibido (aquel que es accesible a los demás) pero que, tal vez, hace falta prestar más atención para percibir cuestiones menos visibles. “Es como una capa geológica profunda, una «cosa» invisible, que se halla en alguna parte dentro de ciertos cuerpos visibles, y se supone que lo único que hay que hacer es dar con el punto justo de observación” (Merleau-Ponty, 1966, p. 37). Se trata de contemplar aquellas «cosas» invisibles en cosas visibles, cosas que se encuentran entre nosotros en el día a día. Es por la tarde y Petit Haddad se encuentra en casa de su colega Bárbaro, más conocido en el barrio como BMB. Haddad le está narrando lo que ocurrió la tarde anterior: estuvo toda la tarde en Pavirre con sus colegas, se estaban marcando unos freestyles, fu— 68 —


mando y derrapando con las motos cuando, de repente, apareció la policía con unos perros y comenzaron a registrar si llevaban droga. Hubo un altercado entre ellos y uno de sus colegas grabó todo. Haddad le enseña el video a BMB, que comienza a mirarlo sentado en el sofá desgastado. Se levanta apresurado, va a una pequeña mesa que tiene en el salón, coge una libreta que tiene ahí, pero no encuentra el bolígrafo. Busca por todo el salón, pero es BMB quien lo tiene, está moviéndolo entre sus dedos, lo gira y lo pasa de una mano a otra sin que se le caiga. Haddad se lo quita, se sienta en la silla de al lado de la mesa y se pone a escribir: rimas, lugares del barrio, situaciones injustas… francés, argelino, español... Todos estos idiomas se entremezclan en una misma hoja de papel, se deja llevar durante toda la tarde con la ayuda de su amigo y, finalmente, sale un borrador de la canción #Charbonnerepisode2, a la que le sucederían otras canciones relacionadas con este enfado hacia la policía y hacia parte de la sociedad como, por ejemplo: Soy el mismo.

Parece ser que este tipo de prácticas musicales en las que se habla de las realidades de los habitantes del barrio es bastante común entre los jóvenes de Virgen del Remedio. Posiblemente, estas prácticas vienen dadas por las situaciones complicadas con las que un barrio como este tiene que lidiar. Son situaciones que abarcan vidas muy diversas, circunstancias muy poco conocidas —y, prácticamente, casi ocultas— para el resto de la población. La invisibilidad de ciertas circunstancias que son, incluso en ocasiones, infrahumanas, propicia que muchos de sus habitantes expresen aquello que les cuesta exteriorizar a través de otros medios. Haddad nos ha permitido conocer una parte más profunda sobre él; mediante la música nos transmite sus emociones y sentimientos, lo que hace que resuene en nosotros esa parte menos visible, expresándose aquello que hay oculto. “La intimidad de la lengua no se encontrará en ninguna — 69 —


Figs. 4. y 5. El videoclip de Haddad inspirado en hechos reales

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Haddad habla de #lacalle en su cuenta de Instagram (@15_haddad), apareciendo este hashtag en la mayoría de sus publicaciones, sean estas tomadas en el interior de una vivienda o en el exterior. https://www.instagram.com/15_haddad/

parte como en aquel ejercicio supremo del saborear las palabras que es la poesía —no tanto entendida como el género literario que lleva ese nombre, sino como la actividad creativa, artística o poética en general—, maestra del arte de las resonancias.” (Pardo, 2004, p. 125). Lo que él declara mediante su música tiene que ver, en gran parte, con su modo de ser y estar en el mundo y, esto, puede darnos pistas sobre su forma de vida. Él es un chico que habita la calle y parece que la mayor parte de su tiempo no lo pasa en el interior de su vivienda. La calle3, es decir, sus parques, plazas, calles, canchas y cualquier espacio público, se convierten en su verdadero hogar, junto con las personas que forman parte de él. Podríamos decir que, en este caso, el hogar no está en el interior de una vivienda, sino en los lugares que la rodean y en la gente que los habita con él.

CANCIÓN UN DÍA CUALQUIERA- Petit.Haddad x BMB (Haddad, 2020b) Petit Haddad mon pote, avec BMB a la maison…

… Me levanto por la mañana, un día normal como cualquiera Me bajo pa la plaza con cero euros en la cartera

Me dirijo para el bloque tres para llenar de droga la riñonera

En el barrio pensando en el money para meter comida en la nevera

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”El espacio íntimo solo existe si es recorrido, habitado, caminado y sentido por sus pobladores, solo si es decorado, figurado, cantado por sus habitantes.” (Pardo, 2004, pp. 161,162).

Nos da la sensación de que la vivienda es, para Haddad, un espacio interior para guarecerse del mundo exterior, para hacer necesidades básicas como dormir, comer, ducharse… pero, en cambio, lo que resta del tiempo —lo que realmente define la vida— lo pasa en la calle. Se convierte aquí la calle, ese exterior que es para todos, en algo propio de una persona. Es el usuario, en este caso, quien altera el uso del espacio público para convertirlo en parte de él mismo —y, en este sentido, privado e incluso íntimo4—. Esto, que, aparentemente, nos puede resultar extraño — 71 —


por cómo conocemos actualmente el día a día en nuestras vidas, puede ser el modelo para un modo de vida más libre5, para crear el hábitat de uno donde realmente se quiere, sin copiar los tipos actuales.

“El capitalismo moderno induce a renunciar a cualquier tipo de crítica con el mero argumento de que hace falta un cobijo, del mismo modo que la televisión es aceptada bajo el pretexto de que hacen falta información y diversión, lo cual induce a olvidar la evidencia de que dicha información, dicha diversión y dicha forma de hábitat no han sido pensados para la gente, sino sin la gente y contra la gente.” (Ivain, Kotanyi, & Vaneigem, 2006, p. 24). “Claro que hago vida en el barrio, no salgo de aquí, si estoy todo el día metido en el barrio. (...) Voy por plaza de Argel, por el parque de los monos, el parque los viejos, a veces por Juan XXIII. Por tos los laos, la verdad (...) También por la Plaza Orán bastante, (...). Mi día a día es abajo pa la placica,

con los colegas, me busco la vida” (Haddad, 2020a).

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“Nuestra primera tarea deberá ser la de permitir que la gente deje de identificarse con el entorno y con los modelos de conducta, lo cual es inseparable de la posibilidad de reconocerse libremente en algunas primeras zonas delimitadas para la actividad humana.” (Ivain, Kotanyi, & Vaneigem, 2006, p. 26).


Fig. 6. El hogar de Haddad

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¿No será la expresión artística el medio para averiguar el misterio de aquello donde un lugar se convierte en hogar? Atisbamos señales, gracias a su perfil de Instagram @15_haddad, que nos hacen observar que ofrece una visión de su hogar que está muy ligada al barrio en su totalidad. La mayoría de sus publicaciones son en la calle, mientras que solamente dos pertenecen al interior de una vivienda (sin tener la posibilidad de saber si es la suya o no). Además, a pesar de que esas publicaciones se desarrollen en el interior de una vivienda, no duda en marcar la ubicación de su barrio. Observamos que lo que realmente le da importancia es el lugar. El lugar como la “porción de espacio” (RAE, 2020) donde se desarrollan cosas, es decir, donde se desarrolla su vida6. No importan los límites que comprenden ese espacio, sino que es, más bien, el significado de ese lugar lo que le hace sentirse como en casa. Francia, Argelia y Virgen del Remedio7 le acompañan en su día a día y en su modo de ser y entender la vida. “La casa es el contenedor, la cáscara, de un hogar. Es el usuario quien alberga la sustancia del hogar, por decirlo de algún modo, dentro del marco de la vivienda. El hogar es una expresión de la personalidad del habitante y de sus patrones de vida únicos. En consecuencia, la esencia del hogar es más cercana a la vida misma que al artefacto de la casa.” (Pallasmaa, 2016, p. 16). Este sentimiento de lugar está altamente vinculado a las personas, testimonio sujeto a más vecinos del barrio. Son las personas que le rodean, sus hermanos8, los que ocupan esos lugares al mismo tiempo que Haddad.

Existe ese sentimiento de familia entre ellos, que fulgura en los espacios donde se reúnen, creando, entre todos, un espacio acogedor para ser habitado y sentirse como en casa.

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”Claro que hago vida en el barrio, no salgo de aquí, si estoy todo el día metido en el barrio. (...) Voy por plaza de Argel, por el parque de los monos, el parque los viejos, a veces por Juan XXIII. Por tos los laos, la verdad (...) También por la Plaza Orán bastante, (...). Mi día a día es abajo pa la placica, con los colegas, me busco la vida.” (Haddad, 2020a). Estos tres lugares son a los que Petit Haddad hace referencia constantemente en su perfil de Instagram (@15_haddad) y en sus canciones mediante símbolos, palabras, banderas y el lenguaje. 7

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Así llama Haddad a sus amigos. Una forma muy cercana y de vínculo con ellos.


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Fig. 7. La cuenta de Instagram de Haddad y sus pubilcaciones en la calle de Virgen del Remedio


Naser, tras pasar la calle que abarca la Plaza de Argel y percibir unos cuantos freestyles que surgen de alguna ventana, entra al parque Lo Morant por la entrada correspondiente a la Calle Almería y, al entrar, se cruza con una mujer de pelo castaño de mediana edad que corre apresurada en dirección contraria a Naser. Después de quedarse aturdido unos segundos, atisba un grupo de personas en el ágora. Unos días antes, Maribel, la mujer de pelo castaño de mediana edad, se encuentra en el interior de la oficina de la Mesa Comunitaria en la Plaza de Argel. El domingo es día de Picoteos compartidos y esta semana es el turno de la presentación de la Asociación de Vecinos Virgen del Remedio y de LABOR, asociación en la que Maribel es la presidenta. Maribel, nerviosa por todos los proyectos que tienen entre manos, está sentada en una silla de la gran mesa que cubre el espacio de la oficina cuando, de manera inesperada para ella, María Eva, presidenta de la asociación de Vecinos, entra por la puerta principal. Las dos mujeres tienen un buen trato puesto que ambas están muy implicadas en los proyectos sociales que el barrio desempeña y comienzan a conversar sobre la presentación que van a hacer sobre las dos Asociaciones el domingo en los Picoteos.

— ¡Hola Maribel! ¿qué tal? ¿has visto a Nelo? Estoy esperando a que llegue, supongo que estará de camino, hemos quedado para preparar los carteles de colores que llevaremos el domingo al parque Lo Morant. — Hola, María Eva. Pues no, no lo he visto. Llevo aquí desde hace un buen rato. Es que mira que me gusta esta oficina, eh. He venido a hacer unos papeleos para una nueva iniciativa llamada Mediación a cuatro bandas (“Plataforma Provincial de Voluntariado”, 2020), la cual pretende servir de mediación en los centros educativos, pero — 77 —


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Fig. 8. El interior de la oficina de la Mesa comunitaria y el exterior de la Plaza de Argel

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me quedo embobada mirando por la ventana. ¿No te parece mágica la Plaza de Argel? Me acuerdo de los buenos ratos que pasábamos en la mesa ahí fuera… y no puedo parar de observar cómo se utiliza en cada momento que pasa, ¡es tan diferente! — Maribel sonríe felizmente mientras se levanta de la silla mullida para mirar a través del doble cristal que desemboca en la plaza. Con una sonrisa de oreja a oreja, saluda con la mano a una mujer musulmana que se asoma entre las cortinas de su casa (en el edificio de al lado) para ver a sus hijos, que juegan en la plaza con un trozo de pan y las palomas. — Y que lo digas. ¡Este domingo es de Picoteos compartidos! ¿Has pensado ya el discurso? A mí me gustaría transmitir la gran función que tenemos en el barrio las distintas Asociaciones. 9

Virgen del Remedio es un barrio en el interior de la ciudad de Alicante, más concretamente en la Zona Norte#. Este barrio surgió a mediados de los 50 cuando hubo un incremento de la demanda de la vivienda debido a los flujos migratorios internos desde el interior de la península. Se crea, pues, un barrio periférico de clase trabajadora donde los alquileres son más bajos respecto a otras áreas de Alicante. Con el tiempo, esta zona se ha convertido en receptora de inmigrantes y personas con arduas situaciones en sus vidas.

Barrios Zona Norte Alicante es un término utilizado por el Ayuntamiento de Alicante, y ahora también arraigado a los alicantinos, con el fin de unificar a una serie de barrios de Alicante que se llaman vulnerables y con la existencia de conductas antisociales y/o delictivas (Ayuntamiento de Alicante, 2007). #

Cómo la Oficina de la Mesa Comunitaria se transforma en un palco en el que la presidenta de LABOR divaga sobre las creaciones del exterior y cómo a María Eva estas acciones le recuerdan a los Picoteos compartidos Los Picoteos compartidos es una actividad propulsada por la Mesa Comunitaria de Virgen del Remedio, donde se reúnen para comer, beber y charlar. Cada domingo, desde hace dos años, se presentan dos asociaciones vinculadas a la Mesa Comunitaria. El objetivo principal es compartir, ya sea una conversación, un baile, unas cervezas o una coca. Para impulsar dicho objetivo se llevan a cabo actividades que propulsan la reflexión, la conexión entre los vecinos y, al fin y al cabo, la conversación. Este tipo de acciones nos llevan a pensar que existe una concienciación por parte de los vecinos sobre las problemáticas del barrio9 y una energía para llevar a — 79 —


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Fig. 11. Madre musulmana desde el interior de su casa mirando a su hijo juga r en la Plaza de Argel

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Figs. 9 y 10. La Plaz a de Argel desde la Oficina de la Mesa comunitaria

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B Fig. 12. Maribel asomada a la ventana

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cabo acciones que mejoren las condiciones de Virgen del Remedio y alrededores. La presentación de asociaciones afiliadas a la Mesa Comunitaria, por una parte, informa de las operaciones que se desarrollan en estas zonas marginadas. Las demás personas, que en este momento toman el rol de público, escuchan con atención. Los Picoteos compartidos sirven, en parte, para informar al pueblo de la participación social que existe y lleva también a reflexionar sobre la problemática y debatir sobre soluciones o aportar aquello que pueda favorecer a ciertas situaciones en el barrio.

Aparece Nelo Curti: entra al interior de la oficina —con el pelo largo y rizado (un tanto alocado) y una chistera en la mano (parece que la llevaba puesta y se la acaba de quitar)—, sostiene con sus dos manos una bicicleta que ha subido por las escaleras y sonríe al entrar, al ver a las dos mujeres allí charlando. Nelo Curti es un chico uruguayo —de Paysandú— de treinta y nue-

Fig. 13. Nelo Curti entrando a la oficina de la Mesa comunitaria

ve años. Su vida ha dado muchas vueltas hasta llegar a lo que es su vida actual. Con los años, él y su familia recalaron en Alicante, donde, finalmente —y por cuestiones de la vida—, Nelo acabó viviendo en Virgen del Remedio: “barrio que no cambiaría por nada”. Es un hombre al que le gusta conocerse a sí mismo, recordarse de vez en cuando quién es y dedicar tiempo para él y para los demás. No se autoproclama poeta porque piensa que sería “un poco pedante”, pues considera que el título lo tienen que poner los demás. A Nelo no le gustan las injusticias y decide no quedarse callado ante ellas, las denuncia mediante su acción afterpoética —término que surge de la necesidad de tener una palabra que defina lo que hace, pues le parece que “la poesía no es el verso ni el poema, sino que se trata de encontrarla en lugares casi siempre cotidianos y en sus diferentes formas: teatral, música, performance…” (Curti, 2020). — 81 —


Fig. 14. Situaciones comunes en Virgen del Remedio

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— ¡Hola, chicas! ¿cómo va la preparación de los Picoteos? He actualizado el cartel para este domingo, y dice así: “Los terceros domingos del mes a las doce del mediodía nos juntaremos en el Parque Lo Morant para compartir un rato. Algo de comer y de beber, algo de arte, lo que hay en nuestro barrio, lo que podría haber, lo que debería haber…” (Cartel Picoteos Compartidos)—. Recita con una voz fuerte y clara Curti, que retumba entre las cuatro paredes que tiene la sala, gesticula como cuando recita poesía, con el énfasis que, de costumbre, suele hacer cuando está emocionado—. ¿Qué os parece? — Me gusta mucho, Nelo. Tenemos que ver cómo hacer que esta idea llegue a más gente. Es una pena que, con lo chula que es, tan poca gente la conozca—. Observa María Eva. 10

“Yo ahí voy a ser un poco autocrítico y diría que yo veo un potencial tremendo para que eso suceda, pero que cuesta. Muchas veces como que nosotros vamos a la nuestra a pesar de la convivencia cotidiana. Pero digo a nivel de crear una plataforma comunitaria fuerte.” Yo he estado por la mesa haciendo unos fines de semana culturales, con picoteas y la asistencia de gente no era masiva, se tiene que seguir intentando y venceremos esas timideces.” (Nelo, 2020).

Las personas que asisten a los picoteos son, en parte, insuficientes10 (Nelo, 2020). Por una parte, existe un interés por mucha de la población de la Zona Norte, pero también es cierto que la asistencia no es desmesurada. ¿Es esto causa de una mala gestión de comunicación de dichas actividades (desconocimiento por parte de los habitantes)? ¿o es, más bien, una cuestión de desinterés por parte de la mayoría de los vecinos de Virgen del Remedio?

— Considero que es muy importante planificar algún show o una batucada, ya que esto llama la atención de las personas que simplemente están paseando por el parque. Cuando lo hemos hecho, en otras ocasiones, existe una mayor afluencia. Yo creo que el tiempo puede hacer que estas actividades se conozcan más, se tomen más enserio y que, al final, ese espacio quede marcado de alguna manera por esas acciones.

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Fig. 15. Los Picoteos compartidos

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Fig. 16. Cartel de los Picoteos compartidos

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Figs. 17. y 18. Actividades llamativas en los Picoteos Compartidos

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Cuando Nelo Nelo Curti entra y el palco se convierte en un lugar donde debatir sobre las actividades que hacen de Virgen del Remedio un lugar más especial, si todavía cabe — Tienes toda la razón, Nelo. Mira que yo siempre digo que “hay que participar y que crear redes, configurar espacios que la gente decida que sean suyos, porque el territorio hay que pisarlo. Estos son espacios que hemos decidido que sean nuestros, donde nosotros podamos hablar, dialogar, compartir, debatir, transformar; nos encontramos y, cada vez que nos encontramos (...), sabemos que lo hacemos, y eso es muy fuerte y muy potente. (...) Yo siempre digo que somos la quinta columna dentro de todos los sistemas, porque hay gente que está todo el día reuniéndose, todo el día trabajando y yo digo ¿en qué? y es algo que no se sabe. Nosotros no, nosotros lo hacemos, y caminamos y ¿sabes por qué podemos caminar? porque confiamos, confiamos en nuestra gente, en la gente que está, simplemente por el hecho de que están en la primera línea. Porque han decidido que lo que están haciendo es mejorar la calidad y acompañar; y que esto sea parte de su forma de entender la vida, y eso es LABOR.” (Bianchi, 2020). Yo confío en ustedes y también sé, por muy feo que parezca decirlo, que ustedes confían en mí. La presidenta de Labor habla de la importancia de pisar el territorio para generar espacios para aquel que lo habita. Con el tiempo y la creatividad de cada vecino, se crean situaciones que acaban siendo inherentes

al lugar en el que se desarrollan. Es una creación en sí misma, una transformación del lugar, y el hombre es el causante de ello, el ente creador11. — Siempre tan inspiradora, Laura—. Dice María Eva entre risas—. Pienso que, como dices, poco a poco estamos consiguiendo que — 86 —

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“Dado que el hombre es producto de las situaciones que atraviesa, interesa crear situaciones no miserables, dignas de su deseo. Hasta ahora, los filósofos y artistas no han hecho más que interpretar de diversos modos las situaciones, pero de lo que se trata es de transformarlas.” (AA VV, 1976, p.10).


se genere una idea y sentimiento de comunidad, una red de personas que se vinculan entre sí; y me doy cuenta de que eso ocurre no solo a nivel de asociaciones, sino también entre los más jóvenes—. Los tres se quedan pensativos. De repente, el lugar, siempre saturado por la mesa gigante que ocupa la mayor parte del espacio y, ahora, repleto de papeles, se torna pensativo. Ha caído la tarde y el sol no aprieta con tanta fuerza, aunque la luz genera un ambiente muy acogedor, los niños siguen jugando fuera, las tiendas todavía permanecen abiertas y el movimiento en ellas es continuo debido a las últimas compras del día. El espacio ha dejado de llenarse de conversación y solo quedan los sonidos provenientes del exterior y chirridos de cajones abriéndose y cerrándose en el interior. Nelo Curti está buscando unas tijeras negras y azules que compraron el otro día, aunque no recuerda dónde las dejó, para cortar los carteles que colgarán de “El tendedero de ideas” el domingo. En los Picoteos compartidos se desarrollan otras actividades que dotan al

público de una cualidad de participantes activos en el lugar. Viéndolo desde este punto de vista, son los propios habitantes los que generan dicha actividad y los causantes de que esta perdure en el tiempo y en el lugar o no. Se entiende aquí, entonces, a los vecinos como los propulsores creativos de actividades que dotan al espacio de unas características específicas. Son estos los que crean una serie de situaciones. Una de las acciones que se ponen en marcha es El tendedero de ideas, esta iniciativa impulsa a generar un discurso en relación con el barrio y también es una manera de que la Mesa Comunitaria conozca aquellas cosas para que exista la posibilidad de ser vehiculizadas (o por lo menos intentarlo) en un futuro no muy lejano.

Allí, en el Parque Lo Morant, Naser se acerca al ágora, atisba un cartel que pone Picoteos Compartidos y decide permanecer un rato más allí mientras espera a que llegue su amigo Gustavito. Al — 87 —


Figs. 19, 20, 21 y 22. Tendedero de las idea s

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Fig. 23. Cartel Picoteos Compartidos en el parque lo Morant

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poco tiempo, vuelve la chica con la que anteriormente se había topado, por lo visto, había olvidado unos papeles de colores en la oficina. Bajo las sombras de los árboles y el sonido de la batucada y risas inocentes, niños juegan mientras padres y otros adultos charlan entre carcajadas y bocas rebosantes de comida. Entre los dos árboles, que dotan al lugar de un espacio refrescante, dos cuerdas a distinto nivel van de un árbol a otro; se crea un tendedero del que cuelgan tarjetas de tres colores, concediendo a estos espacios una vitalidad característica. Este no es el único lugar que se va llenando de vitalidad. Con la llegada de la Navidad algunos espacios se transforman: muchos de los balcones que sustentan los bloques antiguos de viviendas se convierten en vitrinas con luces colgantes, brillos y colores. Se respira un ambiente festivo y familiar que colma los interiores de las viviendas y, esto, se ve reflejado en las calles. Un exterior en el que aparecen de forma más directa signos navideños es en la calle Moncada. Esta vía, observándose a vista de pájaro desde las distintas viviendas que dan a esta calle, se colorea con árboles de Navidad, bolas, guirnaldas de colores y personas risueñas. Nelo Curti observa detenidamente el ajetreo con una gran sonrisa en la cara desde el balcón de su casa. Está sentado en una hamaca, con una sudadera, un vaquero y tapado con una manta para no pasar frío puesto que, a pesar de estar en su casa, se encuentra fuera. Se halla exhausto pero plácido tras un día agotador, pues ha estado conformando la instalación afterpoética que ahora preside toda su calle. La examina orgulloso con una cerveza en la mano, sabe que la acción ha dado sus frutos y ahora mismo tiene un pedacito del interior de su vivienda en el exterior. Unas cuantas horas antes, por la mañana, Laura, la pareja de Nelo, tiene que salir para hacer la compra de la semana y, además, pre— 89 —


parar las comidas para los siguientes días de Navidad y reuniones familiares. Pero antes va a ayudar a Nelo con la grabación de una nueva acción afterpoética. Ella no sabe muy bien de qué se trata, él tuvo la idea la noche anterior mientras estaba en la ducha, y no le ha dado tiempo a contárselo porque ella llegó a casa cuando Nelo ya estaba durmiendo. Laura le dice que se vista, que tienen que salir, y él va directo al perchero —que está en el recibidor—. Se pone la bata de color azul allí colgada, con unos cuantos hilos que penden de las costuras de los bolsillos —puede que sus gatos hayan estado jugando con esos descosidos—, se acomoda el pelo largo y rizado con las manos y se coloca también un sombrero negro dejando entrever algunos de sus tan característicos rizos. Cogen las llaves, abren la puerta de casa y se marchan.

Después de ponerse ponerse el batín de estar por casa y la chistera, Nelo sale a la calle para comenzar su acción afterpoética que trata de generar un espacio familiar y navideño. . . La calle Moncada recoge dos socavones y —junto con sus habitantes— espera a que el Ayuntamiento de Alicante haga algo al respecto. Tras no obtener respuesta, Nelo Curti, con su afán de contar aquello que considera injusto y a través de lo que mejor se le da (la afterpoesía), se ve obligado a convertir aquellos hoyos repletos de plástico y basura en un elemento muy preciado en esta época navideña: los árboles de Navidad. La situación que Nelo crea alrededor de los árboles me recuerda al momento en el que en mi familia decidía sacar el árbol de Navidad de una caja del trastero y el salón se convertía en un lugar donde la ilusión nos llevaba a todos a compartir la acción de poner el árbol. Esta situación es la que Nelo —quien, en este caso, es el encargado de sacar el árbol— trata de generar en mitad de la calle. — 90 —


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Fig. 24. La Navidad en la calle Moncada

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Figs. 25, 26 y 27. La gran familia decorando el arbol

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La calle ahora, además de contener vallas y agujeros, se convierte en un espacio agradable que invita a los transeúntes a quedarse. Los vecinos — al pasar por esta calle y verse identificados en esta acción tan cotidiana y familiar como es poner el árbol de Navidad—se sumergen en dicha acción y con ella se convierten en parte activa de la creación. Comienza a haber una participación conjunta para decorar los árboles y empieza a haber conexión entre todos los vecinos.

Nelo Curti, el afterpoeta del barrio, se encuentra caminando a lo largo de la calle Moncada. Es la tercera acción que lleva a cabo para denunciar los tres años que lleva el Ayuntamiento sin arreglar los socavones de su calle. Una cámara graba mientras él relata un discurso serio, directo y convincente, aunque con un toque irónico y sarcástico. A pesar de estar en medio de la calle, parece sentirse como en casa, pues lleva una vestimenta impropia en este contexto. Con un sombrero negro y un batín desgastado, poco sorprende a los vecinos que caminan por allí. En el batín se pueden ver los rasgos de su uso: costuras deshilachadas, color desgastado y pérdida de esponjosidad que ofrece un batín recién comprado.

Para nuestra sorpresa, no es la primera vez que vemos por la calle a Nelo Curti con este mismo outfit, lo que nos hace asumir que este es el motivo por el que no llama la atención de los transeúntes en Virgen del Remedio. No obstante, en realidad, es algo habitual ver a los habitantes de Virgen del Remedio pasear por la calle con vestimenta de estar por casa. Una etnia que relacionamos directamente con esta acción es la gitana, que generalmente y por lo que podemos apreciar quienes lo vemos desde fuera parece ser que no les importa salir a la calle o ir a comprar con el batín o las zapatillas de estar por casa. Además, son varios los vecinos más jóvenes y de otras etnias que han afirmado el hecho de “llevar chanclas con calcetines y nadie te va a mirar raro” (Naser, 2020). Este acontecimiento nos lleva a la conclusión de que es algo habitual en Virgen del Reme— 93 —


dio encontrarse a gente vistiendo en la calle ropa de casa. ¿Es que existe una extensión del interior de sus viviendas, que sale a la calle y allí se queda? “Probablemente hay un elemento que destaca en esta observación del espacio público desde el punto de vista de lo que ocurre en él: la indumentaria. Pensamos poco en ella, pero quizá sea la más clara, pues nos lleva a decir cosas como “ropa de estar por casa” o “¡vístete, que salimos!” (…). Las prendas de vestir distinguen por sí mismas estos espacios —basta pensar en el calzado— y dejan de paso entrever que la ropa de andar por casa diseña los interiores, mientras que la de la calle conforma el espacio público.” (Monteys, 2017, p. 84). En las tres acciones afterpoéticas, Nelo Curti aparece con la misma vestimenta, que generalmente asociamos al interior de una casa y que sirve para sentirnos cómodos y calentitos en invierno. Sin embargo, esta vez Nelo Curti la utiliza para estar en un ambiente distinto al que acostumbramos: la calle. Desde la primera hasta la tercera acción, Nelo ha cuidado con todo detalle esta cuestión. La única diferencia que llegamos a encontrar es que, en la segunda operación de los socavones, aparece, en su camiseta, un corazón cosido que, al verse tapado con la bata, aparece también en la capa más exterior: el propio batín. ¿Querrá Curti, con este gesto, exteriorizar y mostrar aquello más profundo y propio?

Con profundo12 nos referimos a aquello que no se muestra a los demás. Aquello que está en el fondo de nosotros, que forma parte de momentos íntimos que no siempre se comparten. Muchas veces es la casa quien acoge estos momentos. Sin embargo, mostrar el corazón, sacarlo fuera para que todo el mundo lo vea, al igual que salir a la calle con la bata desgastada de estar por casa, nos hace pensar que las dos acciones adquieren un objetivo común. ¿Por qué expone algo que está relacionado — 94 —

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“Esto de la intimidad es, según dicen, una cuestión de fondo” (Pardo, 2004, p. 29).


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esta En la calle se Figs. 28 y 29. como en casa

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le se esta Fig. 31. En la cal como en casa

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Fig. 30. Los soc avones se convier ten en arte y reivindic acion del pueblo

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le se esta Fig. 32. En la cal a cas en o com


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Fig. 33. Veo su corazon, lo mues tra...


con un momento íntimo? ¿será porque el exterior forma una parte muy importante para él y es casi igual de fundamental que su casa? Si fuera así, no nos tendría por qué resultar extraño ver a Nelo en medio de la calle llevando a cabo una acción tan cotidiana y familiar como es poner un árbol de Navidad, decorarlo y compartir momentos alrededor de él. 13

(Curti, 2017), (Curti, 2018a) & (Curti, 2018b). https://www.youtube.com/watch?v=0OVKCqHSgmY&t=116s

https://www.youtube.com/watch?v=-

QW1olEX8XV4&t=24

https://www.youtube.com/watch?v=I-gwyYEkSlI&t=5s

14

Ya no se hace referencia únicamente a la casa de Nelo Curti como espacio privado e íntimo, sino que, también se extiende hacia afuera. El hogar, aquel lugar que forma parte de uno y que, en este caso, no hace sólo referencia a un espacio entre cuatro paredes.

Nelo Curti considera injusto tener que lidiar cada día con los agujeros de la calzada de su calle. En su cotidianidad siempre están presentes dichos boquetes: cuando baja a comprar el pan, cuando coge la bicicleta para realizar una acción afterpoética o cuando se sienta en la terraza de su vivienda a contemplar el exterior. De esta manera, los socavones comienzan a formar parte de su vida personal y, por ende, del interior de su casa. El afterpoeta nos muestra, en distintos vídeos, los materiales necesarios para hacer el hormigón que algún día, con suerte, cerrarán esos dichosos huecos; esos materiales, tan propios de la calle, los lleva (y muestra a los demás) a su ducha, un lugar que, normalmente, recoge solamente situaciones personales. Si es cierto que la esencia del hogar es más cercana a la vida misma, el lugar donde ocurren estos problemas y donde Nelo realiza las acciones afterpoéticas forman parte, junto con su vivienda, de su hogar.

Cuando el exterior que rodea a Curti se convierte en una parte interior de él mismo ¿Qué conforma, entonces, el hogar de Nelo? La acción de los socavones de la Calle Moncada comprende tres momentos diferentes (uno en cada año), pero están unidos por un mismo hilo narrativo: mismos lugares, misma vestimenta y misma situación. Sin embargo, en los tres vídeos13 que muestran estas tres acciones se puede apreciar un elemento intermedio de conexión: el balcón. Este componente es fundamental, pensamos, para entender cómo Curti entiende su hogar14. La idea de confort en un lugar está traspasando de la casa a la calle pasando por este punto intermedio. Este — 97 —


es el único momento en el que podemos ver que Nelo muestra el batín y su sombrero dentro de casa, pero siendo este un espacio ambiguo porque está en su casa, pero muy cerca de la calle.

Por una parte, Nelo Curti introduce la calle en su casa, pues aparecen, en el interior de su vivienda, elementos propios de acciones que ha realizado en el exterior. Esto es una manera de manifestar la importancia que tiene para él aquello que se genera en el exterior, pues este forma parte de él y, por tanto, lo introduce en el interior de su vivienda, elemento que forma le pertenece, de manera inherente. Atisbamos elementos que nos hacen apreciar esta decisión, como los materiales para producir el hormigón que algún día tapará los socavones de la calle, u otras acciones que tiene pensado realizar o ya ha realizado en otras ocasiones en el exterior de su casa. Por tanto, el interior se llena con elementos que en un principio pertenecían a la calle pero que con el tiempo se acaban convirtiendo en una parte fundamental de su casa, puesto que hace cobrar vida a este interior tan suyo y repleto de vivencias. Desde el momento en el que Nelo decidió poner el árbol de Navidad en la calle Moncada, el salón de su casa se extendió hasta el exterior, unos cuatro o cinco metros en horizontal y otros ocho o nueve en vertical. Pero Nelo sabía que seguía estando allí y, además, lo estaba compartiendo con todos sus vecinos. Ese año su casa tenía un espacio que el árbol de Navidad no llenó. Ese año, el árbol cobró un aspecto distinto, pues se compartió esta creación con todos los vecinos y comenzó a pertenecer a otro lugar y a quien pasara por allí.

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Fig. 34. Los socavones forman parte de la casa de Nelo

Fig. 35. Los socavones forman parte de la casa de Nelo

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Fig. 36. La casa de Nelo

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Perplejas, sin creernos todavía como algo tan diminuto e invisible está de repente azotando al mundo, nos vemos sumergidas en una situación extraña e inquietante. Se declara pandemia mundial por el COVID-19. Trece de marzo, último día juntas en la universidad y con muchos planes por delante que nos mantienen entusiasmadas, alegres y eufóricas. De un día para otro, cambian nuestros planes dejando paso a tener que reinventarnos. Ahora la casa, un lugar que antes no habitábamos lo suficiente, permite que nos demos cuenta del privilegio que tenemos de salir de la calle, pero también del privilegio de tener un hogar. A partir de aquí, nos sumergimos en días dedicándonos tiempo: para nosotras, para nuestras familias, para pensar, leer y reflexionar. Se convierte en un tiempo para parar y ser conscientes de nuestras vidas y, en este caso (con el TFG), también de las de los demás. Esto hizo que buscáramos una solución que se adaptara a nuestro interés por el barrio y a la manera de hacer nuestro Trabajo Final de Grado. 16

A veces la ventana se ve desde fuera, de modo que el ojo se introduce en la habitación desde el exterior de una manera casi cinematográfica; en otras, la ventana se ve desde el interior y sirve de marco de la ciudad (Monteys, 2014, p. 122). 17

“El medio, o el proceso de nuestro tiempo (...) está remodelando y reestructurando los patrones de la interdependencia social y cada uno de los aspectos de nuestra vida privada.” (McLuhan, 1968, p. 8).

Una manera de compartir surgió también con la cuenta de Instagram @movirgenmoart que Nerea y yo creamos. Nerea, tan inesperada como siempre y con ideas igual de maravillosas que repentinas —que surgen de una ducha o de desvelarse en medio de la noche—, sugirió que no podíamos quedarnos paradas durante el confinamiento15 y que teníamos que crear alguna plataforma que nos permitiera entrar en el interior de todas esas casas que, de repente, poseían más vida que nunca.

Los balcones de las viviendas de Virgen del Remedio adquirían un aspecto diferente, los más jóvenes salían con sus altavoces e intentaban crear una especie de discoteca para compartir con el resto de los vecinos, que también se hallaban en sus ventanas16. Comenzaba a haber vida en algunos balcones que anteriormente solo estaban repletos de artilugios llenos de polvo sin utilizar, los vecinos salían a sus balcones a seguir manteniendo contacto entre ellos e incluso algunos vecinos del mismo bloque, aunque no estuviera permitido, se reunían en una misma vivienda para compartir momentos y salir al balcón todos juntos. Acciones como esta comenzaban, también, a compartirse en las redes y, con ello y con la llegada de la nueva cuenta de Instagram —que pretendía representar al barrio y unir a todos sus vecinos cuando estos se encontraban confinados—, estas se compartían con el resto de las personas, de vecinos y, al fin y al cabo, con nosotras. Con el afán por conocer a sus habitantes personalmente, comenzamos a interactuar con los seguidores de @movirgenmoart y a crear vínculos virtuales (pero también afectivos, a su manera17). Sentíamos que conocíamos a algunas personas puesto que compartían opiniones, pensamientos, situaciones cotidianas, partes de sus viviendas y, con ellas, familiares que participaban en los mismos espacios interiores. Pudimos apreciar trocitos de sus casas, repletos de objetos cotidianos y habitantes que vestían y se comportaban de forma natural (vecinos de Virgen del Remedio en pijama, batín, haciendo ejercicio con cualquier cosa que tenían por casa, rezando, etcétera). Comenzamos a iniciar conversaciones privadas con muchos de — 101 —


Figs. 37, 38 y 39. Los balcones cobran

la importancia de las calles durante el confinamiento

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@movirgenmoart https://www.instagram.com/movirgenmoart/

los seguidores, apreciando sus reacciones y percibiendo algo más sobre ellos. “Además de decir algo explícitamente, las palabras quieren decir algo más, algo que pasan como de contrabando, que dicen (o intentan decir) sin decirlo explícitamente, pero albergándolo en su interior.” (Pardo, 2004, p. 56). Una vez se creó dicho vínculo, nos lanzamos a crear un nexo más fuerte: una reunión virtual —por videollamada—. Corde fue una de muchas de las personas con las que hablamos. Con ella, la conexión fue especial.

Conocimos a Corde a través de su interés por @movirgenmoart. Corde nació en España y sus orígenes son nigerianos; ella es la última persona con la que mantuvimos una conversación online larga y tendida. Decidimos dialogar con ella por su interés hacia la cuenta de Instagram y porque eran cinco hermanos, de los cuales también conocíamos a uno de ellos: Robert. Son las seis y media de la tarde, un día a mediados de mayo, ya hemos cambiado el pijama de manga larga a algo un poco más fres-

quito. Alba lleva una camiseta de manga corta y Nerea, un poco más calurosa que ella, ya se ha atrevido a ponerse una camiseta de tirantes. Conversan entre ellas mientras suena el tono de llamada de Skype hasta que se da paso a la videollamada. Corde está sentada en su silla de escritorio color azul, enfrente de ella está su ordenador, por donde se comunican. A Alba y a Nerea les da la sensación de que detrás de la pantalla —que es, en realidad, detrás de ellas y, por tanto, lo que no pueden ver— hay una ventana, puesto que la luz emana de esa zona. Lleva un pañuelo rojo (su color favorito) en el pelo, dos moñitos y nos mira alegremente.

Cuando, gracias al confinamiento por el COVID-19, una nueva cuenta de Instagram creamos y esta, además de convertirse en la representación del barrio, nos permite — 103 —


curiosear el interior de las casas Nerea se encuentra en el escritorio de su habitación. Tras un largo día en el que las chicas ya han hablado con otras tres personas, Nerea se ha cansado de estar tirada en la cama y ha cambiado de escenario. Alba, en cambio, sigue acostada en la cama con el pijama puesto, como todo el día. Se siente cómoda allí. La webcam del ordenador de Corde les permite atisbar, desde sus casas, una pequeña parte de su habitación, en la que ocurren, a simple vista, muchas cosas. El habitáculo, de paredes blancas, está repleto de objetos. A la derecha de las chicas (para ellas es la derecha, pero, para Corde, es la izquierda) hay un perchero repleto de bolsos y abrigos. Les da la sensación de que, en cualquier momento, todo ese barullo de tela caerá al suelo. En realidad, toda la visión que tienen de la habitación está abarrotada de ropa: parece que su armario no tiene puertas, por lo que pueden ver todo lo que hay en su interior. Además, a su derecha (la izquierda para ellas) se advierte la esquina inferior de su cama: está deshecha, lleva encima un edredón azul y una sábana de colores llamativos. Sobre la cama hay un bulto de ropa también. Conforme va desarrollándose la conversación, empiezan a sentir una conexión con Corde hasta el punto de sentir que están en su casa. Esto les hace conocer más a Corde, a ella, sus intereses y sus inquietudes. Conforme pasa el tiempo, van descubriendo modos de vida entorno a su día a día y a lo que realmente le da importancia. Alba y Nerea se sumergen en esa misma dinámica de dejarse llevar y hablar sobre las vidas de cada una, divagando y conversando sobre diferentes temas, gustos e inquietudes18. Justo detrás de ella, entre el armario y la puerta, hay una estantería que llega prácticamente hasta el techo y está repleta de libros. Su silla de escritorio también es azul (como el edredón) y tiene una — 104 —

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“...que entre el que habla y el que escucha se crea un círculo de cercanía, una sensación de cálida complicidad, un vínculo personal.” (Pardo, 2005, p. 26).


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Fig. 40. Corde nos recibe en su casa para conversar y mostrarnos su vida

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especie de pañuelo floral sobre ella. Da la sensación de que su habitación actúa como un contenedor de cosas; pues esta contiene objetos por todas partes. Además, el hecho de que su armario no tenga puerta hace imaginar cómo ese espacio interior del armario no tiene límites, se extiende hacia el resto de la habitación, inundando toda esta de ropa, bolsos y otros objetos que se utilizan en el día a día. Estos hechos, y los acontecimientos que Corde nos cuenta, nos hacen fantasear sobre lo que hay más allá de lo que vemos a través de nuestra pantalla del ordenador. Corde, durante la videollamada, sale varias veces de su habitación, dándonos pistas de cómo puede ocurrir el resto de la vivienda en base a los minutos que tarda en volver de otra estancia, hacia donde gira cuando sale, cuando grita a Robert que está en el salón y lo cerca que se escucha este, lo que nos hace idear el resto de la vivienda. Dejamos fluir nuestra intuición y construimos una imagen propia de cómo funciona su vivienda y su concepción de vivienda en base a lo que conocemos de Corde y lo que nos ha transmitido.

Gracias a la videollamada videollamada con Corde y cómo conectamos,

nos hizo entender un poco su modo de vida y la de muchos otros también, como la de Ruxi, que se encontraba confinado en casa La conversación con Corde fue de lo más enriquecedora, tanto para nuestra investigación como personalmente. Al final de esta, tuvimos, también, la oportunidad de conocer en persona a Robert. Con él, hasta entonces, solamente habíamos charlado mediante mensajes directos de Instagram. Es interesante cómo difiere la manera de conocer a una persona dependiendo del medio en el que se la conoce y cómo esto también se distingue en función de cómo es esa persona. Los hermanos se mostraron abiertos — 106 —


Fig. 41. La extens ion del armario

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en conocer y ser conocidos, en mostrar el interior de su vivienda y no dudaron incluso en ofrecernos dialogar con su madre y su tía. Tuvimos otras conversaciones que fueron igual de fructíferas y que contrastan fuertemente con algunas otras. Ciertas personas solo accedieron a hablar con la condición de que la charla fuera mediante llamada telefónica o WhatsApp, siendo la fluidez de la conversación, también, distinta*.

Con el Estado de Alarma las situaciones en el barrio —y, en realidad, en el resto de España— han cambiado. Ahora, las situaciones ocurrían a distancia, de manera más individual y en el interior de cada vivienda. Unas cuantas calles más al oeste, se encuentra Ruxi, un chico de procedencia china que vive en el barrio desde hace unos cinco años, en su casa, encerrado debido al confinamiento por el COVID-19. Es pronto, por la mañana, y recuerda con anhelo cómo hace unos pocos días, antes de que comenzara el Estado de alarma, Khadim, un buen amigo, le tocaba al timbre para que fueran a deambular por el barrio. Ahora ya no puede hacer eso, puesto que el Estado no lo permite. Ruxi, como si estuviera solo en su casa, se siente aburrido porque no tiene motivación para estudiar y ya no puede salir con sus amigos ni jugar al baloncesto, que es lo que ocupa la mayor parte de su tiempo normalmente, cuando no está en el instituto. Sus padres están viviendo en Castellón, por lo que Ruxi tiene que encargarse de los quehaceres de la casa, ya que su hermano pequeño, de diecisiete años, no ayuda prácticamente y, aunque sea por la mañana, hace apenas una hora que se ha ido a dormir. Después de recoger los cacharros de la cena de ayer y, al no poder quedar con sus amigos, Ruxi se sienta delante del ordenador para estudiar historia. Su ordenador, que se encuentra en el gigantesco salón —es gigantesco porque tiene que limpiarlo cada semana (“Conversación — 108 —

*Mirar siguiente página


19

“Yo no utilizo la tele, pero sí el ordenador. El ordenador está al lado de la ventana porque no hay otro sitio. Cuando juego al ordenador me da la luz de cara y eso no me gusta. “(“Conversación privada con Ruxi”, 2020). 20

“Yo vivo muy a gusto en mi desorden, pero mis padres no.” (“Conversación privada con Ruxi”, 2020). 21

“Yo vivo aquí en la calle Publicista José Tari en el tercer piso y no tengo ascensor. Vivo solo, subo y bajo con cierta elegancia. Hay que subir la compra, hay que bajar la compra, por poner el caso más sencillo. Entonces el movimiento de fuga de la gente de este barrio ha sido por culpa de los ascensores.” La propia experiencia de quienes viven en esta escalera nos hace entender cuáles son los problemas básicos por los que se van y es que las personas que hace dieciocho años podían subir y bajar escaleras sin ningún problema, muchas de ellas ahora son más mayores y no tienen la misma movilidad que años atrás, buscan un lugar con ascensor. Las familias más jóvenes que tienen hijos pequeños no quieren subir y bajar el carrito todos los días.” (“Conversación privada con Ginés”, 2020). “Me gusta mi casa, pero podrían poner ascensor” (“Conversación privada con Ruxi”, 2020).

“Hemos creado una asociación desde Cáritas, que es la Asociación Pavirre: Parroquia Virgen del Remedio. [...] Nosotros teníamos que abarcar objetivos civiles, como por ejemplo tener las subvenciones del Ayuntamiento. Hacemos 22

privada con Ruxi, 2020)—, se encuentra delante de una ventana. Unos cuantos rayos de sol entran directamente por el ventanal e impactan directamente en su cara. Así no puede estudiar19. Tras un rato con los ojos medio cerrados delante del ordenador, decide salir a comprar. “La idea que tengo de una casa es la de una máquina complicada, en la que cada día se avería alguna cosa [...] Vivir en una casa, en una casa auténtica, es un trabajo a jornada completa. El dueño de la casa es simultáneamente bombero de guardia (las casas arden constantemente, o se inundan, o el gas se escapa sin hacer ruido y, en general, explota); es un enfermero [...] nada supera la tortura de los libros que se mueven de manera misteriosa y autónoma, descolocándose a propósito, atrayendo polvo con sus lomos y su espesor magnético. El polvo penetra por el borde superior de las páginas, bichos diminutos se las comen con un ruido indescriptible; las páginas se pegan, el cuero se mancha, gotas de agua de las macetas con flores moribundas escurren sobre los grabados…” (Siza, 2014, pp. 143-145)

Entra en su habitación en busca de la mascarilla y su cartera y, al ver tal desorden, imagina lo que le dirían sus padres si estuvieran allí y vieran lo mismo que él…20, descarta aquel pensamiento de su cabeza —porque, en realidad, Ruxi se encuentra muy cómodo en ese alboroto, aunque pronto tendrá que ir ordenando todo un poco porque en unas semanas sus padres vuelven a casa para poder estar todos juntos en estos momentos— y sale al exterior. Al volver e introducirse de nuevo en su edificio, se topa con el cura Ginés, un poco exhausto con la mascarilla puesta, pues viene también de hacer la compra. Ruxi, que lleva la comida que ha comprado en una mochila, le ofrece ayuda con las bolsas y Ginés acepta entre risas21. El cura, que también es el organizador de Pavirre22, tiene relación con Ruxi porque este ha sido monitor de los campamentos que Pavirre organiza. Comienzan a hablar sobre las actividades de este verano, que — 109 —


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Fig. 42. Las conversaciones y sus modos

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se han tenido que anular puesto que no se ha podido llevar a cabo su preparación debido al Estado de Alarma. Suben tres pisos por las escaleras estrechas y poco iluminadas y por fin llegan a la planta donde vive Ginés. Ruxi le deja la compra encima de la alfombrilla que precede al interior de la vivienda del cura y sigue su camino, justo una planta más arriba, donde viven él y su hermano. Ginés es el cura de la parroquia del barrio, aunque no solo es conocido como sacerdote, sino por la labor que realiza más allá de temas religiosos. Es también el director de actividades y presidente de la asociación Pavirre. Ginés, es una persona clara hablando y con un pensamiento bastante abierto para la generación a la que pertenece. Tiene especial interés por una sociedad en la que existan lugares de encuentro. “No hay conflictos, no hay tampoco excesivos lugares de encuentro. Los únicos lugares de encuentro aquí son las asociaciones de padres de los colegios, la parroquia y los campamentos urbanos. No hay lugares de encuentro, esos son los lugares más interculturales. No os digo asociación de vecinos, ni asociación de mujeres, los lugares más interculturales de verdad con interrelación son esos, fundamentalmente.” (“Conversación privada con Ginés”, 2020). En el barrio prácticamente todos le conocen. Se tratan con mucha simpatía: hola buenos días, hola buenas tardes, aunque eso sí, a él le dicen hola vecino, adiós vecino. Reconoce que se llevan bien pero que, en estas comunidades, la relación vecinal está cambiando a cordialidad (“Conversación privada con Ginés”, 2020).

Tras toparse Ruxi Ruxi con el cura Ginés, una oleada de

recuerdos le invaden y le hacen trasladarse al pasado cuando callejeaba por el barrio y escuchaba los cantos de los traperos de Virgen del Remedio Cuando Ruxi abre la puerta de su casa y entra al interior, una nostalgia inunda su entorno. Sin sus amigos y las actividades que reali— 112 —

una actividad que se llama los Campamentos urbanos. [...]. Los niños que quieran, cuando acaban el colegio pueden, también durante el curso, venir al centro juvenil Pavirre. Es un centro que tenemos, a unos cien metros. Es un centro que está muy bien, un poco cutre, pero está muy bien. Entonces nosotros, allí en el centro, hemos elegido, como método educativo (para que sea educativo), el deporte. [...]. Cuando van a primero de bach, si quieren, porque se van yendo, pueden hacer el curso para ser monitores, entrenadores… y pasar a ser monitores o entrenadores. Entonces son voluntarios de Pavirre dentro de Pavirre. ¿Habéis entendido el proceso? Bueno, esta es nuestra tarea de promoción. Nos permite ayudar a que los chavales tengan algo, por una parte, durante el verano, que es lo más cutre, pues aquí en verano es horroroso ya que no tenemos la playa al lado.” (“Conversación privada con Ginés”, 2020).


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Fig. 43. El estrecho rellano con las bolsas de la compra de Gines

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za en el barrio en su día a día, su vida deja de cobrar tanto sentido. Aquello que Ruxi considera importante ha dejado paso a lo que sus padres quieren de él: estudiar. Con el confinamiento, sus únicas labores son las tareas del instituto, las de la casa, estar con el móvil y jugar con el ordenador. Haberse topado con el cura Ginés le ha hecho recordar los pasados dos años, cuando Ruxi era monitor de los niños de primero y segundo de primaria y se reunía constantemente con sus amigos. Eran épocas que le proporcionaban satisfacción, pues pasaba todo el día fuera de casa entrenando a los niños, haciendo deporte y con sus amigos23. Ahora nada de eso puede ser posible y, además, no puede dejar de pensar en que puede que en poco tiempo tenga que irse del barrio. Esto le preocupa y le ha llevado a enfrentamientos con sus padres, otra de las causas por las que no tiene mucha relación con ellos cuando estos vienen a Virgen del Remedio a pasar unos días.

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“Mi vida es simple, por así decirlo. Hago lo mismo todos los días. O estoy en el Pavirre, o estoy dando vueltas por el barrio, o en la paz.” (“Conversación privada con Ruxi”, 2020).

Los momentos que se daban antes de que comenzara el confinamiento

eran favorables para el barrio y sus habitantes. Los vecinos de Virgen del Remedio habitaban las calles y lo hacían como si esta fuera parte de ellos. El exterior se convertía en una parte fundamental (en ocasiones casi igual o más importante que el interior) del día a día de las personas, que se reunían con sus amigos y familiares y proporcionaban energía a los espacios24. Ruxi no se cansaba de hacer cada día el mismo recorrido hasta Pavirre. En su trayecto, pasaba por lugares que son conocidos por todos, y que acogen distintas actividades y personas en función del momento. Un lugar muy característico es la plaza de detrás de Pavirre, donde la gente se junta a «hacer cositas»25.

Esta plaza es, más bien, una plaza semi privada —pues el acceso no se aprecia a simple vista—. A pesar de que sea un lugar resguardado desde fuera, cuando Ruxi pasa por allí, a la vuelta de su estancia en Pavirre, puede apreciar algunas voces conocidas de jóvenes del barrio haciendo — 114 —

24

“Lo que más me gusta del barrio son los momentos que paso con mis amigos.” (“Conversación privada con Ruxi”, 2020). 25

“Detrás de Pavirre hay un polideportivo, de noche, ahí no hay luz y justo al lado hay como un centro de mayores, pues en esa zona pasa muy poca gente y está oscuro entonces van allí a fumar. Ahí dentro pasan cositas”. (“Conversación privada con Ruxi”, 2020).


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Fig. 44. La inmensa casa donde vive Ruxi

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Fig. 45. Foto de Khadim en el

D

Muro con Ruxi y mas amigos

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26

Por las mañanas, la plaza detrás de Pavirre acoge a las personas mayores que van al Club de Tercera Edad; que cuando acaban la jornada se trasladan al bar de la calle de al lado, donde pasan la tarde jugando a las cartas. Es el momento en el que la plaza queda vacía cuando da la bienvenida a los jóvenes que pasan las tardes grabando videoclips, componiendo freestyles, reuniéndose con los amigos y fumando (“Paseando con Gabby”, 2020). 27

El trap, muy conocido y popularizado actualmente, es el género más nuevo de todos. La palabra trap, en su primera traducción del inglés, refiere a una casa o lugar donde se consumen y venden drogas y, también, es la trampa que significa vender drogas y querer ser un artista famoso. (Dávalos, 2018). Es “un sonido oscuro y envolvente con letras de un estilo de vida callejero, gente que vive al otro lado de la ley y se muestra orgulloso de eso. El trap es cantar lo que conoces: no sentirlo como propio sino haberlo vivido. De ahí la identificación de tantos jóvenes: les están contando la verdad.” (Dávalos, 2018). 28

El drill, subgénero musical derivado del trap, habla del consumo de drogas y de la violencia entre las bandas de forma muy explícita. De hecho, to drill es una expresión usada para referirse a matar a alguien a tiros (González, 2018). Esta referencia se hace visible también en los videoclips de Petit Haddad y en su letra. 29

El registro lingüístico es un factor muy importante en la acción de este

algunos freestyles y un olor característico proveniente de la hierba que otras personas fuman en su interior. Sin embargo, percibe un ambiente muy distinto cuando transita por allí por la mañana26. A la plaza se entra por un callejón un tanto angosto que desemboca en un espacio abierto, aunque rodeado de otras infraestructuras. Cuando se accede al interior, solo existe un lateral que permite ver más allá, pues los otros tres están compuestos de fachadas de edificios de viviendas y del Club de Tercera Edad. El cuarto lateral, el más permeable de todos, deja contemplar —entre los árboles que hay esta parte— un campo de fútbol, que permite incluso descubrir la otra calle.

La plaza, aunque esté en el exterior, se siente como un interior (pues parece que han encontrado, en ese lugar, un sentimiento de hogar). Petit Haddad, un cantante de rap, trap27 y drill28 que vive en el barrio, acostumbra a habitar este interior con sus amigos para pasar el rato, para cantar unos freestyles o incluso para grabar algún videoclip. Ruxi lo conoce debido a las redes sociales y sabe cuándo es Haddad el que se encuentra en el interior de la plaza. Su voz característica, la energía para transmitir algunas realidades del barrio y la fuerza y dirección29 con la que las transmite hace que se le reconozca fácilmente. Además, este artista ha creado su personaje en redes sociales y en el barrio, por lo que es bastante conocido.

Ruxi está pasando cerca de la plaza cuando advierte algo a lo que ya está acostumbrado: unos cuantos cantos, un coro de fondo que charla y ríe y, también, un olor que se ha convertido en habitual. Haddad se encuentra allí, en el interior. Lo primero que ha hecho cuando se ha despertado ha sido fumarse un porro, comer algo y bajar a la placica con sus amigos, “lo mismo de siempre” (Haddad, 2020a). El ambiente de su salón no es comparable con el del interior de esta plaza. En la plaza se encuentra todo lo que define su — 117 —


de

Mayores

A

Centro Callecita para entrar

Virgen del Remedio

a la plaza

La plaza con sus limites

B

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A

Figs. 46, 47, 48 y 49. La plaza de detras de Pavirre

Colegas en la plaza un dia

cualquiera

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cantante, sus canciones están repletas de un argot propio de un estilo de vida callejero —utiliza una “jerga carcelaria” (Hernando Rábanos, 1993)—, en el que aparecen palabras que solo se conocen en una comunidad restringida: pericos, sapos, cheles. Igualmente, se utilizan palabras en otros idiomas, como la palabra hes (para referirse a disturbios, en este caso) en argelino y keuf (haciendo referencia a la policía) en francés. Este uso del argot deja muy claro al espectador el origen de la obra sonora: el narcotráfico, la criminalidad y el mundo francés y argelino: factores que configuran el entorno del artista y su propia cultura. Además, este recurso se utiliza con una finalidad críptica, donde solo aquellos que pasan por situaciones similares o pertenecen a un entorno parecido puedan entender de qué se trata. Sin embargo, a pesar de que estas palabras surjan como algo necesario para defenderse y sobrevivir, existe una motivación —por parte del cantante— al utilizarlas en la canción: generar cierto misterio esotérico con el objetivo de jugar con el espectador y de emplear palabras no conocidas e inventadas que dan placer y diversión. (Hernando Rábanos, 1993). 30

Así se expone a sí mismo en sus videoclips y en la letra de sus canciones.

31

“Las explicaciones antropológicas sobre las bandas juveniles —localizadas básicamente en contextos de exclusión, con adscripciones más permanentes y abarcativas de la vida cotidiana de los sujetos—, y las tribus urbanas —como proceso generalmente vinculado al ocio

día a día: sus amigos, su música y una atmósfera relajada donde pueden estar sin que nadie les moleste. Sin embargo, en ocasiones la policía se empeña en entrar a este territorio que en ese momento pertenece a Haddad y sus amigos y en alterar aquella tranquilidad que inunda ese espacio interior.

Cuando Haddad se convierte convierte en uno de los traperos más

conocidos del barrio y sus cantos inundan los espacios, lo que, con ello, algunos lugares públicos se convierten en estancias habitadas (y por tanto privadas) Petit Haddad es una persona de la calle, que baja a la placica y hace vida allí30: entre fachadas desgastadas, muros grafiteados y rodeado de su gente. Por ello, podríamos decir que las paredes de su verdadero hogar podrían ser estas, las de la plaza, las de la calle. Esta vida —propia de él y de, por lo visto, sus compañeros— se muestra con perspicuidad, como si se dijera esta es mi banda, este es mi territorio, míranos y ni se te ocurra

tocarnos31. Es su lugar, es su gente, y ese ambiente les pertenece, pues han creado situaciones en un espacio y, por ello, este, en ciertos momentos del día, les corresponde. “Las ciudades están llenas de huellas y cicatrices expresivas de ideales y estilos de vida pasajeros.” (Navarro, 2017, p. 119) Haddad se define muy en relación con su grupo de colegas, siendo estos una parte fundamental de su día a día y de los lugares que habitan. “Son comunidades efímeras, de composición cambiante, inscriptas localmente, desorganizadas y estructuradas en la cotidianeidad. La comunidad es una forma, y por lo tanto no se caracterizará tanto por un proyecto orientado a futuro como por la realización de la pulsión de estar juntos. Existe proximidad y se comparte un territorio real o simbólico.” (Padawer, 2004). La exposición de su modo de vida muestra un tono desafiante y amena— 119 —


de las clases medias, de existencia más efímera y pertenencia parcial en la vida cotidiana—, refieren a la dimensión simbólica de la vida social, y en particular son tributarias del concepto de culturas subalternas. Con ellas se quiere referir a las dimensiones expresivas de la experiencia social de los jóvenes a partir de la construcción de estilos de vida distintivos, localizados básicamente en el tiempo libre o los espacios intersticiales de la vida institucional.” (Feixa, 1998, pp. 84- 85 y 178-179).

Fig. 50. Videoclip Haddad en la plaza de detras de Pavirre

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B

Fig. 51. Haddad y su banda

DFig. 52. Agus (otro artista) y su banda

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Fig. 53. Ethan G (cantante del barrio)

y sus colegas

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zador, algo que parece que se quiera mostrar el enfado y la resignación hacia la sociedad, que les tacha de criminales. Una forma de decir “este soy yo, mírame, esta es mi realidad, y no me avergüenzo de ello”. Nos da la impresión de que quieren reivindicar aquello que ocurre, llegando a la gente para transmitir un mensaje de desasosiego. Se aprecia la disconformidad sobre su panorama y aparece una necesidad de denuncia, algo que también se explicita en sus canciones.

“Me siento vivir porque me estoy muriendo por aquello a lo que estoy inclinado, porque a ello tengo entregada la vida, porque tengo algo (eso por lo que me muero) por lo que dar la vida, algo que me hace gritar de placer o de dolor, algo que, si no me hace vivir, hace que vivir me merezca la pena (la pena de morir, de estarme muriendo, de saberme mortal).” (Pardo, 2004, p. 44) Lo que Had expresa en su música es aquello que define su vida y, por tanto, a él mismo. La rabia, la amenaza y la autoridad con la que se manifiesta muestra que, realmente, estos acontecimientos ocurren y que no hay otra solución que luchar contra ellos. Creemos que el hecho de que este barrio sea una zona donde los recursos son más limitados que en el resto de zonas de Alicante (y lo que ello conlleva) podría potenciar, de alguna manera, que la expresión se dé mediante la creatividad —como puede ser la música— debido a que este medio es efectivo para llegar al resto de población. Nos da la impresión de que existe una necesidad por parte de muchos de los vecinos de Virgen del Remedio de contar aquello que está ocurriendo, más allá de lo que se cuenta en los periódicos32 o diferentes medios de comunicación. Sin duda, pues, esto es algo más íntimo que otra cosa, aunque lo exponga al resto del mundo, pues en realidad no se acaba de apreciar. Finalmente, no encontramos su intimidad en ese interior de vivienda que nos ha sido — 122 —

32

“Si el objetivo es la transformación de la sociedad, la herramienta de combate es la creación.” (Nieuwenhuys, 2009, p. 34)


imposible de visitar, sino en su música, en sus acciones del día a día y, al fin y al cabo, donde desarrolla todo esto: en la calle. En realidad, la creatividad se ha convertido en el modo de vida de muchos de los habitantes del barrio, la cual llevan a cabo desde distintas perspectivas y disciplinas como la música, la pintura, la performance y la poesía. Los artistas, de forma común (puesto que se enfrentan a situaciones similares), tienen la misión de expresar y dar a conocer aquello que ocurre. “La propiedad creativa del suelo y de los medios de producción y la racionalización de la producción de bienes de consumo favorecen la transformación de dicha energía en actividad creativa.” (Nieuwenhuys, 2009, p. 14). Haddad, no siendo el único cantante, inmerso en su estilo de vida callejero, firma el barrio con su habitar cotidiano y con su sello como cantante, cantando sobre el barrio y las realidades que rodean su vida. Lo que también parece cierto, es que no existe una sola realidad en este barrio y que no está definido aquello que ocurre en el interior o en el exterior, pues no existe, en ocasiones, un límite entre ellos. Las acciones permutan, pasando algunas que normalmente se encuentran en el interior, al exterior. Y viceversa. La calle se convierte en casa, y la casa, a veces en calle.

La música se ha convertido en un modo de expresión común en Haddad y sus vecinos y, ahora, las vidas de los habitantes se cruzan en el Parque Pedro Goitía, donde nos encontramos conotros modos de expresión en la familia Okoye Mientras Haddad saca su día a día a la calle y comparte allí con su gente momentos como si se tratara de un interior, Corde crea situaciones comunes que no se centran solo afuera, sino también adentro, en el interior de las viviendas.

En esta ocasión, es por la mañana, a última hora, y Haddad cambia — 123 —


de plaza (puesto que esta no es la única que transita). Lo hace moviéndose casi hacia el barrio de al lado, en el límite entre Virgen del Remedio y Juan XXIII, el parque Pedro Goitía. Multitud de jóvenes acostumbran a transitar este lugar verde, escarpado y amable. Allí siempre hay gente, da igual que no quedes con nadie, que si vas, sabes que puedes sentarte con alguien a fumar un piti o a hablar un rato. (“Conversación con Corde”, 2020). Haddad, al entrar, atisba un grupo de chicos jugando al fútbol a lo lejos y a un conjunto de chicas bailando. Allí se encuentra Corde, que le encanta permanecer allí horas y horas cuando sus amigas vuelven de los países donde trabajan. Ha sido una mañana de trabajo dura, pues pronto se aproxima una comunión y tenían que ensayar el baile. La creación de una comunidad dentro del barrio, la lucha común y la producción de situaciones que propician la reunión, ya sean más privadas o más públicas, son creaciones y acciones que se repiten sin cesar, aunque se haga desde perspectivas muy distintas. Realmente existe un mismo objetivo: el de estar y el de crear, el de dejar huella.

Corde ya ha vuelto a su casa tras una mañana un tanto agotadora y, junto con su hermano Robert, intentan ocupar la casa con su presencia, algo difícil puesto que la gente que suele llenar la vivienda no está. Cordelia se encuentra en la cocina preparando la comida que en un rato ella y su hermano devorarán; han pensado en invitar a merendar a algunos amigos, esta es la ventaja de que sus padres no vivan actualmente allí (“Conversación con Corde”, 2020). A veces, Corde siente que su casa es demasiado grande para ella y su hermano, pero esto no es problema porque en el momento en el que necesita desahogarse, habla por su grupo de familia y hacen videollamada. En realidad, se ven con bastante frecuencia y lo único que echa de menos de que sus padres y demás hermanos vivan fuera — 124 —


es la ausencia de Obelé, el más pequeño de todos, puesto que es con el que más tiempo solía pasar ya que son muy iguales y les encanta hacer tonterías juntos. “Me acuerdo de que antes me quejaba porque yo, toda mi vida, he compartido habitación con mi hermana, y ahora estoy en el salón y digo «me voy a mi cuarto porque el salón es muy grande»”. (“Conversación privada con Corde”, 2020).

La vivienda cambia totalmente cuando su familia al completo no está, pues la mayoría de las habitaciones están vacías y únicamente son cuatro las estancias que se utilizan. Las demás, simplemente esperan inmovilizadas a ser habitadas de nuevo. La habitación de sus padres sigue intacta, la cama bien hecha y sin arrugas. En las mesitas de noche aún quedan objetos, signo de que, aunque sea de largo en largo, es habitada. El salón sigue teniendo vida e incluso parece que su familia siga viviendo allí de forma asidua, pues de la pared cuelgan cuadros y más cuadros de familiares y

antepasados que han formado una parte fundamental de esta comunidad de africanos. La cocina es el espacio más explotado. Corde suele dejarse llevar en él cuando su madre no está cerca dándole instrucciones de cómo preparar ciertas comidas. Realmente, a ella le encanta cocinar, y el único capricho que ansía cuando tenga casa propia es gozar de una cocina enorme. “Hay una costumbre cultural en África que dice: de tu casa, lo que tiene que estar siempre muy limpio es: la cocina, que es donde coméis, el baño, que es donde os limpiáis; entonces ya no se si es un pensamiento propio o inducido por mi familia, pero ahí está. Igual que mi amor por la cocina, yo me digo ¿realmente me gusta cocinar?, aunque yo creo que sí me gusta” (acaba riendo). (“Conversación privada con Corde”, 2020) Después de comer, Corde se zambulle de nuevo en la alargada y desordenada estancia para preparar la comida que servirá a sus invi— 125 —


B

lugares Fig. 54. Videollamadas que unen

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“Yo, cuando alguien viene a mi casa, lo primero que digo es: «lo primero que tienes que hacer es saludar, lo segundo, tienes que comer».” (“Conversación privada con Corde”, 2020).

tados esta tarde. En casa, los dos hermanos siguen las normas de siempre, casi de manera involuntaria: primero saludar, segundo comer33. Es curioso que lo primero que se advierte al entrar a casa de los Okoye es ese ligero aroma especiado por toda la casa que deja claro, desde un principio, quien preside la vivienda. La comida, al igual que el baile, es otro de los rituales en torno a la vida de Corde y está relacionado de manera directa con las fiestas. Las comuniones, una de las más significativas, requieren tiempo de preparación: desde años anteriores con la previsión de los gastos, hasta días antes con los preparativos de la propia celebración. La fiesta se acaba convirtiendo en un acontecimiento de todos y para todos puesto que los invitados participan de una manera u otra: los más jóvenes se encargan de preparar el local (generando, dentro de la preparación, una celebración), las madres de ir al mercado a comprar comida y de cocinar la noche de antes (festejándolo también) … Cada una de estas acciones, a su vez, crea otra mini celebración previa a la comunión y corona con “la fiesta del cierre” que se da el día posterior, cocinando aquello que ha sobrado y celebrando el final de este guateque de cuatro días.

Algo parecido ocurre con las fiestas a pequeña escala. La casa, en ocasiones, se convierte en el centro de reunión entre familias y amigos, brindando un ambiente diferente. La atmósfera en casa de los Okoye es también festiva cuando el resto de la familia vuelve de Inglaterra y, además, la cocina adopta un carácter diferente. Vero, madre y ahora también matriarca en la cocina, insiste en que Corde aprenda a preparar las salsas típicas de Nigeria. Sin embargo, algo cambia en Corde cuando Vero llega, pues “la mujer es portadora de toda una red de relaciones sociales y afectivas con aquellos con quienes se quiere establecer una alianza y es capaz de establecer esas relaciones en su nuevo ambiente.” (Espegel, 2016, p. 24): la cocina, repentinamente, se torna más ordenada (aunque solo por el momento) y aparece un nuevo elemento –ahora primordial–: la olla. — 127 —


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Figs. 55 y 56. Corde cocinera


y la familia Fig. 57. La comida en casa de Corde

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La olla es aquel refugio que recuerda a la familia: siempre se podrá recurrir a él. Es como el momento en el que Corde necesita de sus padres y hermanos, aunque estén lejos. La olla siempre está ahí, aunque no se utilice porque es demasiado para solo dos personas. Ese espacio inmenso donde caben mil y un sabores que evocan momentos pasados y alimenta a mil y una personas. El tamaño exacto para ser el centro de atención, para saciar a todos los invitados y no necesitar de una cama donde dormir. Porque la olla contiene todo aquello que se necesita34, ni una cama ni una televisión, simplemente la tranquilidad de tener aquello tan básico y necesario como la vida misma: la familia y la comida. “La domesticidad se podría definir como un conjunto de emociones percibidas que se relacionan con la vida familiar, con la intimidad y con la consagración del hogar. la casa no solo ofrece cobijo a estos sentimientos, sino que, involuntariamente, los incorpora en sí misma. De ser un refugio frente a los elementos o una protección contra los intrusos, la vivienda deviene contexto de una nueva unidad social compacta, la familia.” (Espegel,

2016, p. 34).

Es la olla y su contenido, a su vez, la cosa conectora entre las personas que se sientan a su alrededor. Permite vincular los sentidos de los individuos que la prueban y trasladarles de forma conjunta a un imaginario común. A este objeto se le suman otros muchos que tienen que ver con la cultura propia que les rodea: las fiestas, los bailes, Nigeria, las telas, la familia, los amigos, las trenzas, España… En este mismo sentido, la casa adquiere un carácter diferente en función de quién está en su interior y lo mismo ocurre con la olla. Existe un sentimiento de vacío en el contraste de cuando toda su familia está en su casa y cuando solo la habitan ella y su hermano Robert. Los roles, que se pueden apreciar en el acto de la comida, cambian en función de quien habita la casa. Su familia ha adquirido distintos roles debido a las — 130 —

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“La casa, como el fuego, como el agua, nos permitirá evocar, en el curso de este libro, fulgores de ensoñación que iluminan la síntesis de lo inmemorial y del recuerdo. En esta región lejana, memoria e imaginación nos permiten que se las disocie. Una y otra trabajan en su profundización mutua. Una y otra constituyen, en el orden de los valores, una comunidad del recuerdo y de la imagen. Así la casa no se vive solamente al día, al hilo de la historia, en el relato de nuestra historia. Por los sueños las diversas moradas de nuestra vida se compenetran y guardan los tesoros de los días antiguos. Cuando vuelven, en la nueva casa, los recuerdos de las antiguas moradas, vamos al país de la Infancia Inmóvil, inmóvil como lo Inmemorial. Nos reconfortamos reviviendo recuerdos de protección. Algo cerrado debe guardar a los recuerdos dejándoles sus valores de imágenes. Los recuerdos del mundo exterior no tendrán nunca la misma tonalidad que los recuerdos de la casa. Evocando los recuerdos de la casa, sumamos valores de sueño; no somos nunca verdaderos historiadores, como siempre un poco poetas y nuestra emoción tal vez solo traduzca la poesía perdida.” (Bachelard, 1975, pp. 35-36).


BFig.

58. Oda a la olla

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situaciones a las que han tenido que ir adaptándose…

Este día ha acabado con el paladar satisfecho para Corde y sus amigos, la satisfacción de una nueva canción recién salida del horno para algún cantante del barrio… Un día más para Ruxi, una nueva idea para Nelo cuya inspiración viene dada por Virgen del Remedio… Un día más, en este pequeño barrio en el que ocurren infinidad de cosas, la creación no desiste, la lucha tampoco, la ilusión por mejorar no decae, esta es, la esencia del barrio.

“La creatividad forma parte del orden natural de la vida. La vida es energía: pura energía creativa. (Cameron, 2019, p. 39). En justamente la casa colindante, en el otro lado de un tabique hue-

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Fig. 59. Corde y la olla en su habitacion

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Fig. 60. Flipando con la olla


co de casi quince centímetros de grosor, las cosas son muy distintas a lo que ocurre en el interior de la casa de Corde. Allí vive su amiga Nuria, que acoge a Corde con los brazos abiertos cuando esta va para que Nuria le haga las trenzas y su hermana practique con ella depilándole las cejas. Nuria se define a sí misma como “una negra de clase obrera”. Trabaja sin parar en su día a día intentando aspirar a algo mejor. Su familia no vive con ella y Nuria quiere conseguir dinero para irse a Estados Unidos a trabajar. Lo único que sabe, realmente, es que no le pueden arrebatar el conocimiento ante el mundo, el cual alimenta y crece día tras día con libros sobre filosofía, psicología, conspiracionismo y política. Su casa se encuentra taciturna, lo que ella adora. Está acostada en el sofá de su casa, tiene todos los quehaceres diarios hechos y comienza un capítulo nuevo de The midnight Gospel, cuando suena el timbre…

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Fig. 61. Pisando Virgen del Remedio


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FIGURAS

Fig. 1. Las relaciones de la investigación. Dibujo propio. Fig. 2. La casa de la tía de Corde. Dibujo propio. Fig. 3. El balcón de Haddad. Dibujo propio.

Figs. 4 y 5. El videoclip de Haddad inspirado en hechos reales. Haddad, P. (2020). Petit.Haddad - #CHARBONNEREPISODE2[Image]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=5db--LWU7Dg Fig. 6. El hogar de Haddad. Dibujo propio.

Fig. 7. La cuenta de Instagram de Haddad y sus publicaciones en la calle de Virgen del Remedio. Fotomontaje propio. Imágenes de https://www.instagram.com/15_haddad/

Fig. 8. El interior de la oficina de la Mesa comunitaria y el exterior de la Plaza de Argel. Dibujo propio. Figs. 9 y 10. La Plaza de Argel desde la oficina de la Mesa comunitaria. Fotografías propias.

Fig. 11. Madre musulmana desde el interior de su casa mirando a su hijo jugar en la Plaza de Argel. Fotomontaje propio. Fotografía propia. Fig. 12. Maribel asomada a la ventana. Fotomontaje propio. Fotografía propia.

Fig. 13. Nelo Curti entrando a la oficina de la Mesa Comunitaria. Dibujo propio.

Fig. 14. Situaciones comunes en Virgen del Remedio. Dibujos propios. Información de https://www.facebook.com/mesacomunitariavr & Arcaya, C., & Escudero, E. (2020). Antonio Colomina: “En la Zona Norte se pasa hambre. Barcala se olvida de que también somos Alicante.” Recu— 145 —


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Fig. 15. Los Picoteos compartidos. Dibujo propio.

Fig. 16. Cartel de los Picoteos compartidos. Mesa Comunitaria Barrio Virgen del Remedio. (2020). Recuperado de https://www.facebook.com/ mesacomunitariavr Figs. 17 y 18. Actividades llamativas en los Picoteos Compartidos. Mesa Comunitaria Barrio Virgen del Remedio. (2020). Recuperado de https:// www.facebook.com/mesacomunitariavr

Figs. 19, 20, 21. Tendedero de las ideas. Mesa Comunitaria Barrio Virgen del Remedio. (2020). Recuperado de https://www.facebook.com/mesacomunitariavr Fig. 21. Cartel Picoteos Compartidos en el parque Lo Morant. Mesa Comu-

nitaria Barrio Virgen del Remedio. (2020). Recuperado de https://www. facebook.com/mesacomunitariavr Fig. 24. La Navidad en la calle Moncada. Dibujo propio

Figs. 25, 26 y 27. La gran familia decorando el árbol. Curti, N. [teatroesquina]. (21 de diciembre, 2018b). III Acción Afterpoética Antisocavones calle Moncada [Youtube]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=I-gwyYEkSlI&t=1s Figs. 28 y 29. En la calle se está como en casa. La gran familia decorando el árbol. Curti, N. [teatroesquina]. (21 de diciembre, 2018b). III Acción Afterpoética Antisocavones calle Moncada [Youtube]. Recuperado de https:// www.youtube.com/watch?v=I-gwyYEkSlI&t=1s Figs. 31 y 32. Encuestas de https://www.instagram.com/movirgenmoart/ — 146 —


Fig. 33. Veo su corazón, lo muestra. Dibujo propio.

Fig. 34. Los socavones forman parte de la casa de Nelo. Nelo Curti. Conversaciones en la Virgen [Instagram: movirgenmoart]. Virgen del Remedio.

Fig. 35. Los socavones forman parte de la casa de Nelo. Curti, N. [teatroesquina]. (21 de diciembre, 2018b). III Acción Afterpoética Antisocavones calle Moncada [Youtube]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=I-gwyYEkSlI&t=1s Fig. 36. La casa de Nelo. Dibujo propio.

Figs. 37, 38 y 39. Los bacones cobran la importancia de las calles durante el confinamiento. https://www.instagram.com/movirgenmoart/

Fig. 40. Corde nos recibe en su casa para conversar y mostrarnos su vida. Dibujo propio.

Fig. 41. La extensión del armario. Conversación privada con Corde. (2020). [Online]. Casa.

Fig. 42. Las conversaciones y sus modos. Fotomontaje propio.

Fig. 43. El estrecho rellano con las bolsas de la compra de Ginés. Dibujo propio. Fig. 44. La inmensa casa donde vive Ruxi. Dibujo propio.

Fig. 45. Foto de Khadim en el Muro con Ruxi y sus amigos. https://www. instagram.com/khad_butler21/ Figs. 46, 47, 48 y 49. La plaza de detrás de Pavirre. Fotografías propias.

Fig. 50. Videoclip Haddad en la plaza de detrás de Pavirre. Fotomontaje propio. Imagen de Haddad, P. (2020). Petit.Haddad - #CHARBONNEREPISODE2[Image]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=5db--LWU7Dg — 147 —


Fig. 51. Haddad y su banda. https://www.instagram.com/15_haddad/

Fig. 52. Agus (otro artista) y su banda. https://www.instagram.com/xxagusdisxx/ Fig. 53. Ethan G (cantante del barrio) y sus colegas. https://www.instagram.com/izan_amin/

Fig. 54. Videollamadas que unen lugares. Dibujo propio.

Figs. 55 y 56. Corde cocinera. https://www.instagram.com/corde_okoye/

Fig. 57. La comida y la familia en casa de Corde. Dibujo propio. Fig. 58. Oda a la olla. Dibujo propio.

Fig. 59. Corde y la olla en su habitación. Fotomontaje propio. Imagen de Conversación privada con Corde. (2020). [Online]. Casa. Fig. 60. Flipando con la olla. Conversación privada con Corde. (2020). [Online]. Casa.

Fig. 61. Pisando Virgen del Remedio. Dibujo propio.

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ALBA+NEREA


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