Évariste Galois: el joven eterno. Por José Acevedo Jimenez. 25/10/2014.
Como presagiando el infausto desenlace, la noche anterior al duelo, Galois se apresuró a terminar el manuscrito que lo convirtió en uno de los matemáticos más importantes de todos los tiempos. Seguro de lo que había escrito, el joven matemático confió su último trabajo a un amigo íntimo. Auguste Chevalier, el amigo de Galois, de alguna manera debía contactar a Gauss o Jacobi para que dieran su opinión respecto al manuscrito; “no acerca de la veracidad, sino sobre la importancia de estos teoremas” como, cercano a las puertas de la muerte, escribiera el mismo Galois en su misiva. Y es que, según Galois, aquellos dos prominentes matemáticos eran los únicos capaces de entender “el embrollo” algebraico que había dejado para la posteridad. Pero, se equivocó al pretender acaparar la atención de aquellos gigantes, pues, el caprichoso destinó resolvió que su revolucionaria obra fuera aprobada por un matemático de jerarquía menor, comparada con la de Gauss y Jacobi.
Fragmento de una de las cartas de Galois, fuente de la imagen: culturacientífica.com
El augurio del joven francés no estuvo alejado de la realidad. El 30 de mayo de 1832, Évariste Galois perdió el duelo que a la mañana siguiente le arrebató
la vida. Pero, aquella no fue su única visión sobre los acontecimientos futuros relacionados con su persona; confiado en que algún día sería parte de la posteridad, refiriéndose a su teoría, escribió: “Después de esto habrá, espero, gentes que encontrarán provechoso descifrar todo este lío.” 11 años después de su muerte, en 1843, el genio del joven eterno fue finalmente reconocido cuando Joseph Liouville examinó el manuscrito dejado por Galois.
Évariste Galois nació el 25 de octubre de 1811 en Bourg la Reine, Francia. Las investigaciones de Galois dieron origen a lo que se conoce como: Teoría de Grupos y Cuerpos de Galois.
Aunque, en el 203 aniversario de su nacimiento, en estas cortas líneas dedicadas a su memoria, hemos iniciado hablando de su legendaria muerte, íntimamente ligada a su historia, en verdad, nuestra intención ha sido la de celebrar la vida de aquél matemático que permanecerá por siempre joven.
Évariste Galois, fuente de la imagen: he.wikipedia.org
Las últimas palabras de Galois, agonizante, a su hermano Alfredo fueron: “¡No llores! Necesito todo mi coraje para morir a los veinte años”… hoy, no lloramos por ti Galois, por el contrario, celebramos tu ascenso al Olimpo de los Inmortales…lugar donde te encuentras junto a: Euler, Gauss, Newton, Arquímedes, Pitágoras, Euclides, Jacobi y todos los aquellos matemáticos que han dejado su huella indeleble en la historia de las matemáticas.