Crónicas de un SALTO desconocido Aporte para un Turismo Cultural, Histórico y Patrimonial
Homenaje al Centenario del Abastecimiento de Agua y Saneamiento en Salto 1917 - 2017
Por Alberto J. Eguiluz
El Río Uruguay proveyó, primero y siempre, las necesidades elementales de la población, con su agua dulcísima, liviana y opalina que deja un légamo transparente en el fondo de las tinajas…
El Aguatero Agüita fresca traigo del río, para que tomen todos los días. ¡aguateroooooo! *** ¡Agua, agüita para las damas bonitas!. *** Soy el aguatero; reparto el agua que al gran río voy a buscar. Es agua dulce para lavarse, preparar mate y amasar.
Los “aguateros” eran populares y servían todo el año, anunciándose con el cencerro pendiente del collar de los bueyes. Las tinajas, suplían también, las necesidades, aguardando a la sombra del corredor o de la madreselva el agua llovediza.
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Crónicas de un SALTO desconocido El aljibe fue cosa tardía, que apareció, allá por el año 60 y tantos. Toda esta agua, era el agua de beber, naturalmente, pues, la que requería la faena casera, y el baño, y el riego de las plantas, era agua de pozo manantial, “pozo de Balde”, de los que cada casa tenía uno, de 15 o 20 varas, calzado de piedras y ladrillos, tapizado de helechos. Junto al pozo estaba el cuarto de baño – que hemos de llamar así – un reparo de cañas y lienzos, sin techo; una media tina para bañadera, unas tablas para no ensuciarse los pies. La sirvienta llenaba la tina por la mañana, y para la tarde, a las 4 o 5, el sol – el buen sol salteño – había templado el agua discretamente…
¡ Lejos estaban los cuartos de baño perfectos de hoy, brillantes de esmalte, y los aparatos de calefacción instantánea!. -2-
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Crónicas de un SALTO desconocido El agua del Río Uruguay no obstante ser agradable y potable, en términos generales, esta recargada _ las más veces – de materias organizadas, y la forma de captación, imperfecta y primitiva, aumentaba los inconvenientes de su uso, del punto de vista de la higiene estricta. Teniendo en cuenta tales circunstancias, La Junta Económico Administrativa celebró en 1866, un contrato con la firma Laverge y Compañía “para extraer de la canal del Río Uruguay agua limpia y pura, a fin de llenar las necesidades de la población”. Transcurridos trece meses sin que la casa contratante hubiera dado cumplimiento ni a las primeras cláusulas de su compromiso, la Corporación Municipal declaró caducado y nulo el contrato y, con fecha de 16 de Septiembre de 1868, elevó al Ministerio de Gobierno la solicitud del conocido vecino de arraigo, Dr. Tomás L. Gomensoro, referente a un nuevo plan de suministro de agua potable. No habiendo resuelto nada la superioridad, insistió la Junta sobre el asunto, por nota del 25 de Febrero de 1869, pero tampoco se obtuvo resolución en ningún sentido y la tentativa se malogró también.
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En 1888 el ingeniero Melville Hora se presentó al Poder Ejecutivo con otro proyecto de aguas corrientes; los estudios estarían prontos a los 6 meses de otorgada la concesión y los trabajos se concluirían en el plazo de un año. Los precios debían ser los mismos que en Montevideo; habrían dos fuentes públicas y el monopolio de la empresa duraría 30 años. La concesión caducó sin que nada se formalizara. Los señores José Moullié y Agustín J. Cibils, en 1893, volvieron sobre el negocio. No excedería el precio de los 1.000 litros de 1 peso oro; se surtiría gratuitamente al Hospital de Caridad, a la fuente de la Plaza Treinta y Tres y a otra que pudiera construir la Junta en la Plaza Nueva. Además se establecerían cuatro hidrantes de uso público, uno en el puerto, otro de cada plaza principal, y otro en el punto más céntrico del Pueblo del Cerro. -4-
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Crónicas de un SALTO desconocido Quedó en proyecto la deseada obra, como todas las demás.
“El agua del Río Uruguay, dice un informe de los médicos del Salto de 1868, tal cual se le suministra a la población, puede causar una enfermedad, principalmente en la estación de verano”. El peligro, no estaba, ni estuvo nunca, en el río. Los aljibes, envenenados por la filtración de los pozos negros, encerraban el peligro terrible, que luego se concretó en la fiebre tifoidea, que estallaba en epidemias violentas año por año y tendía a estacionarse, endémica.
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Crónicas de un SALTO desconocido El caso, por lo demás, se reproducía en muchas poblaciones de la República y el saneamiento de las ciudades del interior llegó a ser un urgente problema administrativo. El Gobierno contrató para estudiar y solucionar el problema a un grupo de técnicos ingenieros franceses, que prepararon los planos completos y detallados de las obras, aprobadas después por el Ministerio de Obras Públicas (1911). Tras una licitación frustránea, la empresa norteamericana Ulen Contractin y Co., ajustó con el Gobierno, la ejecución de las obras de aguas corrientes y alcantarillas del Salto, Paysandú y Mercedes (Febrero de 1916). Una prolija combinación financiera, a base de la emisión de bonos especiales, sirvió de base al contrato, debiendo costar las obras completas unos cinco y medio millones de pesos. El 27 de Julio de 1916 se iniciaron las obras en el Salto, y el 1° de Diciembre del año siguiente el Ministerio respectivo las recibió por terminadas. 1º de diciembre de 1917 al 1º de diciembre de 2017 van los 100 años del Abastecimiento de Agua y Saneamiento en la ciudad de Salto.
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Las obras construidas en nuestra ciudad fueron calculadas para una población de 46.000 habitantes, aunque no cuente en la actualidad con población que exceda a 30.000. La toma de agua se hizo en el Río Uruguay, y se utilizó también el río para vertedero de las cloacas, existiendo unas 3 millas, corriente arriba, entre el primer punto y el segundo. Las obras proyectadas por los técnicos franceses fueron modificadas en muchos detalles de construcción, por ser necesario – a causa de la guerra europea que impedía el transporte de ciertos materiales – ajustarse a un plan desarrollable dentro del industrialismo norteamericano. Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz
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Crónicas de un SALTO desconocido Comenzaron las obras por la instalación de la fábrica para hacer los tubos del alcantarillado, construyéndose un total de más de 40.000 metros, además de cuatro sifones de doble tubo – de 0,80 m – para salvar el cauce de los arroyos Sauzal y de los Hornos.
La usina principal, departamentos de bombas, filtros, decantamiento, etc., están situados sobre las barrancas del río en el Salto Chico. La maquinaria de las bombas es un doble juego capaz de desarrollar cada uno 150 caballos y elevan las aguas a un nivel de 75 metros. Los estanques de sedimentación están construidos de hormigón y se dividen en dos compartimientos. Cada estanque tiene su cámara de mezclar y el proceso de sedimentación se realiza en 6 horas. Deposítanse las aguas clarificadas en pozos también de hormigón de 15 metros de superficie por 6 de profundidad capaces de contener 945.000 litros. -8-
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Crónicas de un SALTO desconocido Una completa instalación de talleres, de reparación, laboratorio de análisis, usinas de luz eléctrica y oficinas administrativas completan los establecimientos del Salto Chico. Dos enormes depósitos de acero situados uno en el Cerro y otro cerca de la Casa de Aislamiento, reciben de las bombas el agua que distribuirán las tuberías.
Mide cada depósito 30 metros de altura, siendo el diámetro del mayor 9 metros y 7 el de menor. Ambos están provistos de una escalera espiral, de acero que termina en un balcón circular, rodeando las tapas, también de acero. Contienen ambos depósitos 5.184.000 litros de agua filtrada y pronta para el consumo, habiéndose calculado el gasto diario de la ciudad salteña en 8.406,00 litros. Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz
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La red de tuberías es de hierro fundido americano, con diámetro variable entre 0,60 y 0,10 m formando un total de 38.000 metros incluyendo la tubería madre que va del cuerpo de bombas a los depósitos de contención. En todas las bocacalles del barrio comercial, se instalaron bocas de incendio, a chorro, y donde el poblado no es tan denso la distribución se hizo proporcionadamente. Fuera del servicio domiciliario una serie de hidrantes de cierre automático, colocados en postes de hierro que sirven para abastecer las necesidades de la población humilde, están repartidos en toda la ciudad, habiendo asimismo 4 hermosas fuentes públicas, última palabra en punto a higiene. El servicio de caños de desagüe y cloacas, sirve como el de aguas a toda la planta de la ciudad, y se adapta igualmente al arrastre de líquidos servidos y al de las aguas pluviales.
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Crónicas de un SALTO desconocido Siete vertederos especiales adaptados en sitios convenientes bastan para vaciar, en los caños, el exceso de agua que pudiera provenir de las aguas muy copiosas. Toda esta completa instalación, se gobierna por administración dependiente de una oficina central del Ministerio de Obras Públicas Bibliografía: José M. Fernández Saldaña y César Miranda “HISTORIA GENERAL DE LA CIUDAD Y EL DEPARTAMENTO DEL SALTO” Montevideo. Imprenta Nacional 1920. Páginas 139 a 146.
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ABASTECIMIENTO DE AGUA Y SANEAMIENTO Al comienzo el pozo manantial, “pozo de balde”, calzado de piedras y ladrillos, cumplió un rol fundamental. En lo posible cada casa tenía uno, utilizando de allí el agua que requería la faena casera, el baño y el riego de las plantas. El agua para beber se conservaba en tinas, las que por lo general contenían agua de lluvia. El aljibe que también cumplía la función de aquellos, apareció allá por los años 1860 y tantos.
“Se vende preciosa finca, situada en la calle Valentín (hoy Lavalleja), entre Daymán (Hoy calle Artigas ) y Uruguay en el paraje más céntrico de la población, construcción sólida y con mucho gusto, y en cuanto a comodidades cuenta con catorce espaciosas piezas, rico aljibe, dos hermosos patios, quinta con arboleda frutales y forestales, parrales, un pozo de agua potable y demás comodidades necesarias en una casa…” (“ Avisador”, 19 de enero de 1892)
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Crónicas de un SALTO desconocido LOS AGUATEROS
Una mención muy especial merecen los “aguateros”, que constituían populares figuras de aquellos años pasados. Servían todo el año, anunciándose con el cencerro pendiente del collar de los bueyes… Documentos Municipales sobre el servicio de Aguateros. Las autoridades Municipales cuidaban que este servicio se realizara en buenas condiciones y cumpliera con las medidas de higiene que le caso requería. Viendo la necesidad de comprobar la forma en que se cumplían los servicios de aguateros y el lugar donde se proveían de agua, es que el primer Intendente Municipal Don Marcelino Leal solicitó un informe al Inspector de Salubridad. (6 de febrero de 1911) En el mes de Marzo del mismo año, el mencionado Inspector de Salubridad llamado Juan Giorgi, envía al Intendente Municipal otro Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz
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Crónicas de un SALTO desconocido informe similar al anterior. Como él lo expresa lo acompaña un “cróquis, en el cual se halla establecido lo que expongo en esta información”.
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Crónicas de un SALTO desconocido Después del estudio correspondiente el Intendente Municipal de Salto adoptó la siguiente resolución: Salto, Marzo 25 de 1911.
“Teniendo en cuenta la Intendencia, lo difícil que se hace la tarea, tanto a las autoridades municipales como policiales, vigilar las condiciones y forma que se hace la provisión de agua por los aguateros destinada al consumo público y vivamente interesada en cortar los abusos que se cometen y reglamentar este servicio, se resuelve:
Sr. Intendente de Salto, Dr. Marcelino Leal 1° - Prohíbese en absoluto desde la aprobación de la presente resolución la extracción de agua para el consumo público en el espacio del Río Uruguay comprendido entre los Astilleros de Mihanovich y el Saladero La Conserva. 2° - A fin de facilitar a los aguateros el reparto de agua a domicilio, se ha acordado con el señor Pons Palet, la siguiente tarifa: a) Por medias pipas y medios bocoy hasta la cantidad de 250 litros $ 0,05 cts. b) Por pipas de 250 a 500 litros $ 0,08 cts. c) Por bocoy de 500 a 700 litros $ 0,10 cts. Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz
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Crónicas de un SALTO desconocido 3° - Fíjese como tarifa máxima para la venta al público, dentro del radio comprendido entre el Puerto y la Plaza 18 de Julio, la suma de $ 0,03 cts. Por balde de 2 a 13 litros.
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Crónicas de un SALTO desconocido 4° - Desde la Plaza 18 de Julio a las afueras, la tarifa máxima será de $ 0,04 cts. El balde, pudiendo efectuar la Intendencia este servicio, con los carros de riego de que dispone, siempre que los aguateros no se comprometan a efectuarlo, para lo cual la Intendencia gestionará del señor Pons Palet las facilidades que estime conveniente. 5° - Ningún aguatero podrá expender agua al público sin un permiso especial de la Intendencia, para lo cual abrirá un Registro donde se haga constar, nombre y domicilio del interesado, número de carros que dispone para el servicio, así como la capacidad de los recipientes para la conducción del agua.
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Crónicas de un SALTO desconocido SERVICIOS DE AGUAS CORRIENTES La necesidad de proporcionar agua potable a la población salteña, fue vista por nuestras autoridades desde mediados del siglo pasado. Lamentablemente, los diversos proyectos presentados y contratos celebrados fracasaron en varias oportunidades. A modo de ejemplo citamos que en 1866, la Junta Económica Administrativa celebró un contrato con la firma Laverge y Cía. “… para extraer de la canal del Río Uruguay, agua limpia y pura, a fin de llenar las necesidades de la población”. Esto no fue cumplido al igual que en otros intentos sucesivos.
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Crónicas de un SALTO desconocido SERVICIOS DE O.S.E. (Obras Sanitarias del Estado) Por Ley del 29 de diciembre del año 1915, se aprobó el contrato celebrado entre el Gobierno y la empresa norteamericana Ullen Contracting Company de Chicago, para la construcción de las obras de saneamiento de la capital salteña. Comprendíase en la misma ley las obras a realizarse en las ciudades de Paysandú y Mercedes, todas las cuales correspondían a un plan confeccionado por el capacitado técnico francés E. Impeaux. El 27 de Julio de 1916 se iniciaron las obras y el 1° de diciembre de 1917, el Ministerio respectivo recibió las obras terminadas. La usina principal, departamentos de bombas, filtros, decantamientos, talleres de reparación, laboratorio de análisis, etc.
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Antigua Sede de Aguas Corrientes del año 1917 - 20 -
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Sede actual de OSE 2017
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Vista del planchas de remates
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Edificio de Aguas Corrientes, visto desde Concordia en el año 1917
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Creciente de Abril del año 1959
Placa indicando hasta donde llegó la creciente del año 1959
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