Meseta de Artigas su construccion

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Esta Charla no sería completa, si en ella faltasen algunas palabras referentes a Don Nicanor Amaro, Presidente de la Comisión del Monumento, y uno de los hombres más entusiastas y decididos realizadores de esta Obra.

Don José Pedro Amaro proveniente de las islas Canarias, llega a tierras uruguayas, con una colonia de inmigrantes que se establecen inicialmente en la localidad de Malbajar, departamento de Durazno, allí transcurre la juventud de Don Nicanor Amaro, hombre independiente. Desde pequeño se había ausentado de su casa para aventurarse a recorrer nuestra campaña, en estas aventuras, llegó a pasar varios momentos difíciles, pero cuando la cosa apretaba y no tenía plata para su sustento, se enrolaba en las filas militares, tal es así que llegó a estar en varias campañas, estuvo incluso en la Batalla de Quinteros. En la que se salvó por saber leer y escribir. Cuando falleció su padre, don Nicanor quedó encargado de administrar los bienes de la familia. Pero cuando pensó en emanciparse, llego el momento en que tuvo que tomar esa decisión, como recorría mucho todas las costas del Uruguay y decía que no había cosa más linda que esa parte de la meseta, fue ahí donde quiso el destino que después levantara su casa. Don José Pedro Amaro


CAMPOS DEL HERVIDERO, sus ANTECEDENTES: Desde principios del siglo XVIII, los campos conocidos como; de la zona del Hervidero, pertenecían al señor Juan Bautista D`Argain quién se las vende luego al doctor Cándido Juanicó rico hacendado del sur del país, poseedor de la estancia con una extensión de 33.000 hectáreas, limitada por el Río Uruguay al Oeste, el río Daymán al Norte y el arroyo Chapicuy chico por el Sur. El 28 de octubre del año 1879, el doctor Cándido Juanicó decide vender estas tierras a Don Pedro Piñeyrúa, quién decide establecer un Saladero, en el cual trabaja inicialmente con Don Nicanor Amaro. De acuerdo a relatos dejados por Don Mario Devincenzi, quién decía que en pleno levantamiento de Aparicio Saravia, en el verano de 1870 don Nicanor decide realizar su mudanza proveniente de los campos de Malbajar en el departamento de Durazno, donde había pasado su primera infancia, hasta los campos de Guaviyú se realiza, allá por los meses de enero, febrero, durante largos días, pleno verano, bajo un sol abrazador del norte uruguayo, circulaban por la solitaria campiña de nuestro país, un convoy de cuatro carretas, seguidas por su ganado.

En la primera carreta viajaba la familia de Amaro, integrada por su esposa doña María Ancel, sus primeros dos hijos José María y Francisco y sus hermanas Gregoria y Carmen Amaro. En las cuatro carretas de esa mudanza legendaria venían todas las pertenencias que poseían en Malbajar. De acuerdo a la escritura del 25 de noviembre de 1885. Don Pedro Piñeyrúa declara que ese campo que pertenecía a la sociedad establecida con don Nicanor Amaro se fundó el que fuera el Saladero más importante de Paysandú. Cansado ya Don Pedro Piñeyrúa y poseedor de una importante fortuna, decidió terminar sus días yéndose a vivir a Europa. De acuerdo a la escritura firmada el 30 de setiembre de 1893. Al disolverse esta sociedad Don Nicanor quedó como único propietario, y administrador de todos los bienes, del campo del Hervidero, Vinculado, por lazos de parentesco, Don Nicanor pasa luego a tener su residencia en la Ciudad de Salto


IMPORTANCIA DEL SALADERO Dueño de una de las mayores fortunas del país, de su tiempo quedaron como fruto de su laboriosidad sus estancias en Artigas, Corrientes y Hervidero. En este último establecimiento, el 1º de marzo de 1900, había iniciado las actividades de un saladero, que levantara en la desembocadura del arroyo Hervidero. Nicanor Amaro, falleció intestado en Montevideo, a avanzada edad, en su residencia veraniega de Pocitos, calle Ramón Masini 61 de la antigua numeración, el 16 de diciembre de 1902. Sus restos recibieron sepultura en el cementerio de Salto, dos días después. En el Archivo Municipal de Paysandú, en los años 1904 y desde 1907 a 1911. En Abril de 1904, faenó 4.367 vacunos; en febrero de 1910, 2.903; en mayo de ese mismo año, 4.893. Los propietarios del saladero, faenaban sus propios ganados. En 1911, el saladero pertenecía a José María Amaro. Había fundado la Asociación Rural de Salto, de la que fue su Presidente hasta el momento de su muerte, y organizó la Asociación Feria Departamental y presidió por dos períodos consecutivos, la Junta Económico-Administrativa salteña. Generoso y altruista, había hecho construir dos pabellones en el Hospital de Caridad de Salto y las calles y plazas de dicha ciudad habían sido reparadas y hermoseadas, en gran parte, de su peculio particular. Hasta hace poco tiempo los propietarios de la Estancia del Hervidero, situada en la 4° sección judicial del departamento de Paysandú, eran la Señora María Luisa Amaro de Gutiérrez, nieta de Nicanor Amaro, y sus hijos Luisa María Gutiérrez Amaro, Beatriz María Gutiérrez Amaro de Prat y César Juan Gutiérrez Amaro. Al fallecimiento de la señora de Gutiérrez Amaro, el casco del establecimiento pasó a ser propiedad, desde 1988, de César Juan Gutiérrez Amaro.


Homenaje a Don Nicanor Amaro Allá por el año 1894, era Presidente de la Honorable Junta Económica y Administrativa el Sr. Nicanor Amaro, fuerte hacendado y saladerista a quién el país debe el primer monumento erigido para honrar la memoria de nuestro héroe máximo, el Gral. José G. Artigas. Monumento erigido en la Meseta del Hervidero, lugar donde se alzó el pueblo de Purificación que fue residencia del héroe y Cuartel General de las Fuerzas de la Libertad. Cuando a Don Nicanor le parecía que había necesidad de llevar a cabo alguna obra de carácter social o edilicia, que no admitía dilaciones, llamaba entonces a reunión a sus compañeros de Junta y les exponía sencilla y claramente - como buen criollo que era - los motivos de sus miras. - Hay que arreglar tal calle o tal camino; o hay que ayudar a la Comisión del Hospital, o la Comisión de Damas de Beneficencia está sin recursos, decía y agregaba confiado y bonachonamente, por eso los he citado a Ustedes, mis amigos, y espero que me comprendan y presten su ayuda. Don Nicanor Amaro Más de una vez no faltó quién le hiciera ver, que las arcas de la Comuna estaban exhaustas, - a lo que contestaba siempre Don Nicanor con esa bondadosa energía que lo caracterizaba: - No importa; yo creo, de que en casa todavía tengo algunos pesos... en fin, haremos lo que nos sea posible...

Residencia de Don Nicanor Amaro en la ciudad de Salto


MESETA DE ARTIGAS - Génesis y el porqué de su denominación Meseta de Artigas conocida también como Castillo del Bautista

El geógrafo español Andrés de Oyarvide, anotó en su diario la siguiente descripción de la zona, en oportunidad del viaje que hiciera en lancha en marzo de 1796 - hace 219 años - aguas abajo por el Uruguay, desde el establecimiento misionero del Salto Chico, situado en la banda occidental del río. Poco tiempo después de haber cruzado la desembocadura del Aranguá (actual Daymán), dice Oyarvide: “Desde el principio hay restingas de piedras por ambas orillas y más por la del este, angostando el río, y forman por la estrechez del canal, que está como al tercio sobre la occidental, grandes hervideros, por lo que a este lugar dan este nombre; a la 1 milla ½ se angosta el río como a 150 toesas, y sale de la costa del oeste un alto de piedras lavadas, negras y gruesas, que llaman el Muelle, e inmediato a él, por su parte del este, es el pasaje; como 180 toesas más abajo hay una restinga alta de peñas cuasi a medio río y más cerca de la orilla del este, y pasamos al este de ella, aunque por el oeste también se pasa, y poco abajo enfrente hay un arroyo que llaman del Hervidero, en donde se acaba el peligro de estas restingas y pasaje, y sigue la costa oriental alta de piedra tajada”.

En esa época la Meseta de Artigas era conocida con la denominación de Castillo del Bautista, “por su figura” y en homenaje a su propietario Juan Bautista D`Argain y Chapicoí, por los indígenas (del Guaraní Chapí, toda cosa despuntada, es decir, un llano en la cumbre de una altura, según la definición de una meseta y coí, doble, gemelo, quizá por las tres barrancas escalonadas, cuyas laderas parecen caer perpendicularmente sobre el Uruguay, de las cuales la más elevada es la Meseta de Artigas. O también, coi concurrir, reunirse y por extensión, lugar de reunión.


En el ACTA del 15 de junio de 1894, se fija el 19 de junio, natalicio de Artigas para colocar la PIEDRA FUNDAMENTAL

La piedra fundamental se puso el 17 de abril de 1894

En el ACTA del 20 de junio se narra el acontecimiento del día anterior, poniendo énfasis en la inclemencia del tiempo y sin embargo el fervor de todas las personas que se hicieron presentes. También narra sobre la misión enviada desde Paysandú con la presencia del historiador don Setembrino Pereda. Hicieron uso de la palabra, por la Comisión Pro Monumento, los señores Devincenzi; Diego Martínez por el Gobierno Nacional, Don Bernardo Silva y Rosas como Jefe de Policía y Don Benito Solari por la ciudad de Salto. Luego de la parte oratoria, el numeroso público asistente respondió con fervorosos abrazos en emotiva actitud de patriotismo.

También narra la colocación de la Caja colocada en su contenido y la colocación de la piedra de 40 centímetros de arista con una simple inscripción-. “1894 José Gervasio Artigas”. El contenido de la Caja de Plomo sería: el original del Acta fundacional; un ejemplar del Diario “ECOS EL PROGRESO” y “LA PRENSA”; 4 monedas de plata de 1 peso, 0,50 centésimos, 20 centésimos y 10 centésimos respectivamente, y una moneda de aluminio conmemorativa de la Exposición de Chicago de 1893.

Los datos que se recaban en el libro de Larroche, en que se menciona el Monumento como obra de Azzarini que fue inaugurado el 25 de agosto de 1899. También nos informa que en el Diario “ECOS DEL PROGRESO” fue denunciado el robo del cofre colocado. En 1894.


Cuadro del Pintor Manuel Larravide, que se expone en el Palacio �Gallino� de Bellas Artes de Salto


El colosal monumento del Hervidero PROYECTO DEL INGENIERO CARLOS HONORÉ EL BUSTO: SUS DIMENSIONES SIN IGUAL EN EL MUNDO El monumento nacía con un impulso de “gran obra”, y el ingeniero Honoré, a quien se encomendó el proyecto original, bien que lo entendió ... Propone desde el inicio una escultura de grandes dimensiones, porque asentada sobre la meseta, se decía entonces, “una estatua de tamaño natural habría sido ridícula en esa posición. Un monumento algo mayor, insignificante”. En línea con una tentación por la desmesura que daría en el futuro varios ejemplos (la sede del Banco de la República, etcétera...), el proyecto se presentará con seductora monumentalidad como una escultura inmensa y “habitable”... En tres ediciones consecutivas (6, 7 y 8 de noviembre de 1894), el diario “El Día” da cuenta de la propuesta de Honoré, incluyendo amplia documentación gráfica. Según ese texto, “Adoptado y

realizado el proyecto del ingeniero Honoré, habríamos construido y erigido a la memoria de Artigas el mayor busto del mundo”. Y no había exageración en ello, porque el busto de referencia, con base de piedra y estructura metálica, tendría una altura de 28 metros, conteniendo en el nivel de acceso una “sala de honor”; sobre ella se sucederían otras dos salas de mayor IMAGEN DE PORTADA: plano de corte del tamaño, llegando por medio de una escalera central a una plataforma situada a 70 monumento proyectado por el ingeniero metros sobre el nivel del río. Desde allí, a través de los ojos de esa colosal imagen del patriarca - y de otras pequeñas ventanas convenientemente disimuladas -, los Honoré, incluido en la edición de el visitantes podrían disfrutar de una vista excepcional. Y sentirse Artigas por un diario "EL DIA" de fecha 07.11.1894 instante...


Vista parcial del cuadro del artista M. Larravide, apreciable en el “Palacio Gallino” de la ciudad de Salto (una vista de la meseta desde el río, que incluye el busto proyectado)

El monumento colosal del Hervidero PROYECTO DEL INGENIERO CARLOS HONORÉ EL BUSTO: SUS DIMENSIONES SIN IGUAL EN EL MUNDO Un “falso” paisaje de Manuel Larravide, también citado en la crónica y hoy apreciable en el Palacio Gallino de la ciudad de Salto (una vista de la meseta desde el río, que incluye el busto proyectado) da cuenta de la magnitud del EMPRENDIMIENTO y del “efecto grandioso” que preveían sus promotores. Pero “el monumento colosal” no llegaría a concretarse… por lo menos en los términos proyectados. A poco de hacer números la propuesta de Honoré quedaría descartada y en su lugar se erigiría la obra que hoy conocemos. Que a su vez, ¡buen trabajo dio!, llevando en carretas los bloques de granito para construir el fuste sobre el que descansa el bronce modelado por el genovés Azzarini. Finalmente el objetivo quedaba cumplido, alcanzándose incluso una altura mayor que la prevista por Honoré, aunque no su ambiciosa monumentalidad. Y siendo consecuente con el modelo que impusiera Valenzani, también ahora la mirada de Artigas se pierde en las llanuras argentinas...



Nace la idea Realizar un Monumento El 07 de junio de 1894, Los vecinos de Salto, reunidos en Asamblea Popular, en el local del Ateneo resolvieron de acuerdo a lo que consta en la lectura del Acta original:

“Con el fin y propósito de festejar el próximo diez y nueve de junio con motivo de las fiestas proyectadas en honor al General José Gervasio Artigas, acordaron por unanimidad y así lo dejan sentado en este documento, la erección de una modesta columna que se levantará en el paraje denominado Meseta de Artigas, Departamento de Paysandú, costa del río Uruguay; a cuyo efecto el Presidente de la Comisión Directiva de Fiestas, ciudadano Don Nicanor Amaro, hace donación del terreno necesario a la base del referido monumento contribuyendo a más con quinientas fanegas de cal, la arena correspondiente a ella para la mezcla, y aún más, arrimar al pie de la obra toda la piedra que se necesite en proporción a la mezcla que dona; naciendo tal proyecto de la voluntad unánime de esta Asamblea,” Esta primera ACTA, nos informa los nombres de los concurrentes. Entre ellos se destacan Feliciano Viera, Teófilo Córdoba, los generales Gregorio Castro y José Villar, Enrique Berro, Jaime M. Illia, Eduardo Forteza, Santiago Vázquez, Julio Delgado, José Lino Amorim, Pablo Williams, Carlos Siemmens, Pascual Errandonea, Aníbal, Arturo y Eduardo Chiázzaro, Aníbal y Alberto Semblat. Enrique Amorim y muchos otros que constituyen los entusiastas gestores de esta magna obra. A través de esta acta, conocemos sus decisiones como el de festejar el 19 de junio la ceremonia de erección de una columna conmemorativa así como la de nombrar la Comisión que trabajaría en dicho Proyecto. NICANOR AMARO Presidente MANUEL DEVINCENZI Vicepresidente MANUEL BICA Y MARTINEZ GARCÍA Secretarios MANUEL CAÑIZAS Tesorero


CONSTRUCCIÓN del Monumento de la Meseta, obra del Artista Escultor don Juan Azzarini

Busto de Artigas, fundido en piezas de bronce, con 5,60 mts. de altura. La columna interna que sirve de espiga al busto pesa 600 kilos y el propio busto arroja un peso de 3.000 kilos. Columna cilíndrica superior, que descansa sobre el fuste, Sus dimensiones son: 12,50 mts. de alto por 2,60 mts. de diámetro.

El fuste cilíndrico que reposa sobre este plinto tiene 5,20 mts. de altura por 4 mts. de diámetro zócalo de granito que mide 8,70 mts. de alto. Basamento de 7,30 mts. de altura; construido con piedras de la zona.


Juan Siccardi, el solitario armador del Busto de Artigas

El Busto de Artigas, su armado Sobre el pedestal de granito, a que ya hicimos referencia, quedó armado el busto de Artigas, tarea que no fue fácil, y esto que describimos a continuación es simplemente el relato que nos dejara su armador. Don Juan Siccardi.

El busto, obra del Profesor Don Juan Azzarini, fue fundido por Don Carlos Galbiatti en sus talleres montevideanos de “El Volcán”. La fundición del busto llevó mucho tiempo, empleándose en el trabajo, 5.000 kilos de bronce. Fue preparado en yeso por el señor Amadeo; el busto, mide 5,42 mts. de altura, siendo la magnitud de la base aproximadamente igual. Era pues, una obra de grandes proporciones, excesivamente compleja como para poder realizarla en una sola pieza, el armado en 40 piezas, estuvo a cargo de Don Juan Siccardi quién estuvo armándolo en el taller mismo, donde quedó expuesto al público, durante un mes. Muchas personas, desfilaron por “El Volcán”, para ver el gigantesco busto antes de que éste emprendiera la marcha hacia la Meseta de Artigas. Fue toda una obra maestra, que no pudo menos que asombrar a los montevideanos de fines del siglo XIX, y que aún hoy sigue asombrando a los que la observan. Como dijimos anteriormente, al cabo de un mes de exhibición en la capital, fue desarmado y embarcado para Paysandú, donde llegó por tren hasta Parada Daymán, y desde allí fue transportado en carreta hasta su lugar definitivo. Todo esto ocurría en diciembre del año 1898. Como anécdota, podemos agregar que cerca de la Meseta se encuentra un lugar, que hoy es conocido como el paso de la Carreta quebrada, el cual tuvo su origen debido a que fue allí, donde se quebró una de las carretas que transportaba las partes del Busto.


VIAJE HACIA LA INAUGURACIÓN - Viernes, 25 de agosto de 1899 Aquel viernes, 25 de agosto de 1899, a las nueve de la mañana, con cuatrocientos cincuenta pasajeros a su bordo, había zarpado del puerto de Salto, en medio de salvas, el vapor de las Mensajerías Fluviales del Plata, “Salto”, empavesado con banderas nacionales y gallardetes de señales. Llevaba al costado de babor, a unos doscientos metros, el vaporcito “Tangarupá”, que conducía al Jefe Político Dr. Silva y Rosas, el Juez Letrado departamental Dr. Devincenzi, el General José Villar, el Coronel Teófilo Córdoba y otras autoridades y personas de significación. A la hora 11, el “Salto” llegó frente a la Meseta y se repitieron las salvas desde el pie del busto monumental bronce, obra del genovés Juan Azzarini. A su alrededor, un piquete del 1° de Caballería hizo guardia de honor y la banda de ese cuerpo ejecutó el Himno Nacional. La banda del Siamo Diversi, hizo oír el himno a Artigas, del profesor Sesso. Después del almuerzo, la concurrencia se aproximó nuevamente al pie del monumento donde hicieron uso de la palabra además del Dr. Eduardo Martínez García, el Jefe Político de Salto, el Dr. Devincenzi, el señor Alberto S. Quintana, el joven Asdrúbal S. Delgado que “se iniciaba ese día sus lides tribunicias “ y el teniente Onetti.



Hervidero 1806 Aaron Arrowsmith (1750–1823) fue un geógrafo inglés y miembro de la prestigiosa familia Arrowsmith de geógrafos y cartógrafos. Raro mapa de Río de la Plata y las regiones del norte, y producido durante la invasión británica del Río de la Plata (A Map of Part of the Viceroyalty of Buenos Ayres 1806. London, Published by A. Arrow)

Pintura del Artista Carlos María Herrera, “Artigas en el Hervidero o Artigas en la Meseta del año 1911. Obra referencial de la iconografía artiguista


Ejemplar del Diario “LA PRENSA” del día 18 de Junio de 1894

Ejemplar del Diario “LA PRENSA” del día 20 de Junio de 1894


Factura de la “Botica del Indio”, donde estuvo en exposición, la Caja de Plomo de la Piedra Fundamental Ejemplar del Diario “LA PRENSA” del día 28 de Agosto de 1899



Una anécdota del Salto Viejo Sucedió una vez en ese mismo año de 1894 - que, a Don Nicanor le pareció que nuestra plaza principal - la de los “Treinta y Tres Orientales” - precisaba algunos arreglos, para que, al menos pareciera una plaza pública. En ese entonces nuestra hoy bellísima plaza, era un terreno con algunas hileras de paraísos, varias plantas de higuerones que eran la tentación de los chiquillos por sus dulces y sabrosos higuitos, que dieron más de un mal rato a la gente de kepi y machete, algunos bancos rústicos de piedra loza, algunos, muy pocos faroles a querosene y muchos yuyos y malezas, - pero que los salteños de aquella época la llamaban cariñosamente “Nuestra Plaza Vieja”. Bien, - con este motivo, Don Nicanor convocó a sus compañeros miembros de la Junta y les habló de la necesidad del arreglo de la Plaza, - es decir, de la necesidad de limpiarla de yuyos y malezas, agregándole algunos bancos más y obtener del concesionario del alumbrado público, señor González, el aumento de media docena de faroles más. Se discutió mucho, hubo alguien que hasta se acaloró, pero al final todos, contentos, guiados por el mismo afán de embellecer a este paseo, inspirados en generosa y noble buena fe y sano patriotismo localista, llegaron a un acuerdo, en el cual se resolvió que, para arbitrar recursos, se realizaría una kermesse en la misma plaza y para ese objeto se ideó la construcción de un gran tablado. A los pocos días de esta resolución, en la esquina Sur Este de la plaza, enfrente a la Jefatura, se empezó a levantar un artístico tablado, en el que se realizarían las fiestas. Llegó el día de la inauguración de los festivales. A la hora de iniciar la fiesta, todo lo más selecto de aquella entonces sociedad pueblerina, ocuparon un lugar de preferencia un tanto protocolar en el tablado; el Jefe Político y de Policía Coronel Don Teófilo Córdoba, el Juez Letrado Dr. Manuel Devincenzi - hijo político de Don Nicanor -, el Cura Párroco Presbítero Don Crisanto María López, el Inspector de Escuelas, el Rector de Aduanas, etc., gran número de damas y señoritas y muchos caballeros y jóvenes. Aquello fue un éxito. Todo el Salto pudiente, se volcó a la fiesta para contribuir a la medida de sus fuerzas, al embellecimiento de nuestra plaza principal. La Quermese duró varias noches y se arbitraron los recursos necesarios con los que se hermoseó nuestro principal paseo de antaño. Eduardo S. Taborda. Agosto de 1945.


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