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La levita la comparsa de Cristianos y Miguel Villar

Los años 1995 y 1996 fueron los momentos de despedida del Maestro Villar. Miguel Villar había estado dirigiendo la banda de la Unión Musical entre los años 1966 y 1978, pero la relación con Sax y con sus fiestas, la que consideraba su musa, no iba a terminar nunca. Es por eso que ahora recordamos esos últimos homenajes y reconocimientos al creador del folklore sajeño.

¿Cuál fue la última composición del Maestro dedicada a Sax? ¿Cómo hizo la comparsa de Cristianos para que perdurara el nombre del Maestro Villar?

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En 1995, la comparsa de Cristianos de Sax, en la cena homenaje a la mujer, nombraron socio de honor al Maestro Villar por su contribución a la música festera, un merecido homenaje del que tenemos constancia tanto por el diploma que se le entregó, y que está depositado en el legado del archivo histórico Municipal de Sax, como por una fotografía de la colección de José

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Miguel Villar Durbán, hijo del Maestro, donde se ve a Miguel Villar dando un discurso en esa cena, y también por la fotografía aparecida en el programa de fiestas del año 1996.

La comparsa de Cristianos tenía ya en ese momento varias piezas compuesto por el Maestro Villar, como «El Picayo, «Pepeús», «embajador cristiano», «Peña l’Ull» y «El pelailla», además de haber sido el que recupero la partitura de la llamada cristiana de las embajadas. A pesar de este gran repertorio de Villar, esa noche de homenaje se iban a presentar dos piezas más, y aún Maestro compuso para un grupo de miembros de la comparsa la que fue su última pieza dedicada a Sax.

Este homenaje sorprendería al Maestro, pero este también sorprendería a los Cristianos al estregarles la obra «Cristianos de Sax». Además, entregó al Ayuntamiento, representado por la alcaldesa María de los Frutos Barceló, en representación de todos los sajeños, el pasodoble «Añoranza Sajeña». Esta última composición estaba fechada en Gandía y llevaba una dedicatoria que decía: Con mucho cariño dedico esta composición a todos los sueños, con los cuales conviví durante doce años (1966-1978) y guardo un grato recuerdo de mis añoranzas, por este querido pueblo de Sax.

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Estas no serían las últimas composiciones dedicadas a Sax. Miguel Villar dedicó gran parte de su vida para componer casi un centenar de piezas musicales dedicadas a Sax entre himnos, pasodobles, marchas, dianas, fantasías, una misa y un poema sinfónico. La gran cantidad de piezas dedicadas a Sax se completaría con una muy especial. La última sería la encargada por el cuartelillo de La Levita, de la comparsa de Cristianos, en 1996. Supone, así, uno de los grandes tesoros de la mística sajeña compuesta por Miguel Villar. La comparsa de Cristianos, aún queriendo que el legado y el recuerdo de Miguel Villar perdurará aún más en Sax, fue la que propuso al ayuntamiento que le dedicaran una plaza a este Maestro. Al final, en 1996, se pondría el nombre de este a la plaza situada entre las calles San Francisco y la Avenida de los reyes Católicos.

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