Número 113 - Álbum Letras Artes

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ARTE N

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Pisarro X Giacometti X Amrita Sher-Gil X Dalí Shangri-La X PhotoEspaña X Frantisek Drtikol


Padre, 2001, Vivan Sundaram

AMRITA SHER-GIL En el fuego de los dioses Joaquín Lledó

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omo en uno de los fascinantes fotomontajes realizados por su sobrino Vivan Sundaram, aquel en el que Amrita, vestida a la manera hindú, se mira en un espejo en el que se refleja ella misma, pero vestida de europea, la vida y la obra de esta genial pintora crean la perfecta imagen de una alquímica unión de contrarios, siempre deseada pero siempre imposible. Tanto su vida como su obra son la apasionada historia de amor entre Oriente y Occidente, entre la India y Europa, entre una radical modernidad y una tradición milenaria.

ndaram 1995, Vivan Su r, ia il m fa um Caja cinco: Alb

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SHANGRI-LA Carlos García de Olalla

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ealmente Shangri-La, el mítico paraíso perdido en los valles del Himalaya donde sus habitantes viven en paz y son felices, es tan solo el lugar de ficción que aparece en la novela Horizontes perdidos, o existió en realidad? ¿Es posible que exista un lugar en el mundo donde sus habitantes vivan aislados en completa armonía con la naturaleza, en paz consigo mismos y con sus vecinos, felices tanto material como espiritualmente? Posiblemente no, aunque me niego a renunciar al sueño de que ese mundo perdido, ese mundo que perdimos, no pueda existir. Los británicos han sido un pueblo que, desde siempre, ha dado grandes viajeros y aventureros. Todos conocemos las fascinantes vidas de T.E. Lawrence, Richard Burton y tantos y tantos otros

que dedicaron sus vidas a sobrepasar la última frontera. Uno de esos viajeros fue Samuel Davies que, en el siglo XVIII, fue el primer occidental en entrar y dibujar el reino perdido de Bhutan. Nacido en las Indias occidentales en 1760, Samuel Davies se formó en el Reino Unido, donde se había trasladado a vivir a la muerte de su padre. La llamada de Oriente, sin embargo, era algo irresistible para él y regresó a India en 1778, con apenas dieciocho años cumplidos. Pocos son los detalles que sabemos de su vida, salvo que era un investigador y un excelente pintor que se alistó en el ejército para ver cumplido su sueño: conocer el mundo. Warren Hastings, el embajador del Imperio Británico en Tibet y Bhutan, le reclutó para que se uniese a la expedición capitaneada por Samuel Turner que se adentró en Tibet y Bhutan en 1783, 34



El puente de Charing Cross, Londres, 1890 National Gallery of Art, Washington

CAMILLE PISARRO Ana Rimblas Mira

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a oportunidad de contemplar por vez primera en España una retrospectiva de la obra pictórica de Camille Pissarro, el único pintor que participó en las ocho exposiciones del grupo impresionista celebradas en París entre los años 1874 y 1886. La muestra recorre cronológicamente, a través de 79 lienzos, el desarrollo artístico de Pissarro desde su llegada a Francia en 1855 procedente de las Islas Vírgenes, hasta su muerte, acaecida en 1903. La ideología libertaria del pintor le llevó a creer en la creación de una cooperativa de artistas, y aunque ésta finalmente nunca se constituiría, su generosidad y espíritu colectivo le llevo desempeñar un importante papel de mentor, maestro y amigo de Monet, Renoir, Sisley, Degas, Cézanne, Gauguin, Seurat, Signac, Caillebotte y Guillaumin entre otros artistas. Aunque la temática más recurrente en su obra son los paisajes y escenas rurales, en concreto aquellos que describen los alrededores de París, Louveciennes, y especialmente Pontoise y Éragny, donde residió durante largas épocas, y donde se concentra la mayo-

Autorretrato, 1903 donación de Lucien Pisarro 42



Impresión de África, 1938, Boijmans Van Beuningen, Rotterdam

D ALÍ Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas Federico Echevarría

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n gigante que porta entre las yemas de sus dedos el huevo del fénix, el germen del arte del siglo XXI, o un embaucador sin escrúpulos ni moral que supo aferrarse a la cornucopia de la fortuna? ¿Quién es Dalí? Como dice Pere Ginferrer en un texto del catálogo de esta exposición: "Su principal cualidad, la mejor, la que está por encima de todas, incluso de las facultades plásticas, es la inteligencia". Y por supuesto, ahí está su propia respuesta: "Sí, estoy convencido de ser el salvador del arte moderno, el único capaz de sublimar, de integrar y de racionalizar imperialmente, embelleciéndolas, todas las experiencias de los tiempos modernos, dentro de la gran tradición clásica del realismo y del misticismo que constituyen la misión suprema y gloriosa de España". Dalí es en verdad el genio de la lámpara. Un titán gnóstico que ilumina con la sagrada llama de su talento las espesas tinieblas de este gris y pobre mundo, convirtiéndolo en la gruta del místico teso-

Dalí escribiendo, 1941, Eric Schal Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres

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Proyecto para una plaza, 1932, Colección Peggy Guggenheim, Venecia

GIACOMETTI “Terrenos de juego” Alejandro Stock

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l juego del arte. El gran juego. Una invitación a participar que en realidad es un vértigo. Pues cuando asentimos, cuando nos dejamos fascinar y participamos, fatalmente descubrimos que más y más nos aproximamos, más y más la obra reduce su corporeidad y la ciñe a una verticalidad que la hace impalpable, lejana, inaccesible y misteriosa. El taller del artista -ese taller que aquí, en esta lograda exposición, es uno de los elementos protagonistas- puede ser minúsculo, pero sus coordenadas nos sugieren un espacio inabarcable, inalcanzable, utópico. Como si sus cuatro esquinitas fueran, la primera, los milagrosos orígenes de la saga de los Giacometti1, la segunda, la visión que del artista y su taller tuvieron los otros -a lo largo de su vida Giacometti fue fotografiado por Man

Ray, Arnold Newman, Ernst Scheidegger, Henri Cartier-Bresson y muchísimos otros grandes fotógrafos-, la tercera, los encuentros fundamentales André Masson, que le introdujo en el grupo surrealista, en el Café de Flore, donde el escultor inicia su fecunda relación con el dramaturgo Samuel Becket y donde conversa con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir-, y, finalmente, cuarta y última esquina, la propia obra del artista, nunca totalmente realizada, en definitiva inalcanzable. Durante más de cuarenta años Alberto Giacometti vivió y trabajó en el taller de un complejo de barracas en la calle Hippolyte Maindron, 46, cerca de Montparnasse. Se accedía a él desde un patio interior a través de una puerta de madera situada en la pared norte, junto a una ventana que ocupaba el resto de la pared. La orientación norte garan56



Zarin. Instalación de video monocanal, 2005. Shirin Neshat. Escrito sobre el cuerpo Espacio, Fundación Telefónica

PHOTOESPAÑA Magalí Berenguer

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omo siempre, pero hoy aún más, una auténtica proeza. PhotoEspaña 2013, la XVI edición del Festival internacional de fotografía y artes visuales, presenta 74 exposiciones con la obra de 328 artistas de 42 países. Y aunque las fechas oficiales son del 5 de junio al 28 de julio, muchas de las exposiciones continuarán abiertas en agosto y septiembre. En su tercer y último año como comisario Gerardo Mosquera, tras haber elegido como tema el rostro y luego el lugar, opta ahora por el cuerpo. Así, bajo el título Cuerpo. Eros y políticas, el festival aborda la diversidad con que la fotografía ha tratado uno de sus grandes temas: el cuerpo humano. El cuerpo tatuado de los Maori o el de ese personaje fotografiado por Robert Doisneau, que fue tatuando la historia de su propia vida sobre su piel, los cuerpos como soporte del gran libro de la literatura iraní de Shirin Neshat, el cuerpo como despojo de la violencia en las imágenes de Fernando Brito o el cuerpo como medida de todas las cosas en la fotografía abstracta y geométrica. 64



Sombras, 1928, MDA, Praga

FRANTIŠEK DRTIKOL Desnudos modernistas, 1923-1929 Jesús Tablate Miquis "¿Hay luz de un lado? La sombra debe encontrarse del otro. Y más poderosa es la sombra, más fuerte surgirá la luz". Diario de František Drtikol, diciembre de 1914

Drtikol se especializó en el desnudo y el retrato, géneros en los que se mostró influenciado por el romanticismo y el simbolismo. En esa época aparece por primera vez la figura de Salomé, que no dejó de fascinarlo en toda su obra. Durante los años veinte, el estilo de Drtikol sufrió transformaciones decisivas: comenzó a preocuparse más por el espacio –que fraccionó con formas geométricas de dimensiones humanas-, ensanchó las posibilidades arquitectónicas de la luz, hasta plasmar una dramaturgia casi expresionista, y redujo sus desnudos a los torsos y los miembros. 74



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