El oscuro libro de la luminosidad humana
aldo luis novelli
El oscuro libro de la luminosidad humana
Del libro inédito: “Heridas del naufragio” - 1985
Después del naufragio, patalée largo tiempo, me aferré a la tierra, respiré profundo, reconocí el lugar y ante la inevitable realidad, tomé la decisión... S.O.S Alrededor de esta sombra una multitud de palabras turbias en rostros desbocados, reviso mis bolsillos no encuentro ningún rescate melancólico, apuro el último trago de white horse y arrojo la botella vacía a ese mar de gente, la arrojo vacía y ese es mi mensaje.
Por las ruinas Despareja vida de mar en mar, nada cambia en el centro del centro otra orilla hay, y yo sumergido en ella con el agua hasta los dientes, mirando a travĂŠs de turbios cristales, que empaĂąan los pasos y manchan de sombras el cristalino de tus ojos.
Un tiempo sin voz Mis pies se apoyan en baldosas movedizas, la calle gris es un océano inquieto, camino y se ríen payaso sin roja nariz sin zapatos ni gracia, o niño asustado en la caminata lunar, aferrándose al aire como aliento imprescindible para seguir respirando, aunque más no sea por el rabillo del ojo.
Poker de sombras, en una mano apuesto todas mis fantasías, como siempre en un bluf imposible, la realidad gana la partida. solitario Algo me dice que no estoy jugando bien este dichoso juego, yo arrojo botellas con papelitos y él siempre me devuelve nostalgias saladas. Este maldito juego hace espuma los más tenues recuerdos, y el vacío que me crece en la garganta se está llenando de fantasmas de sal.
Del libro inédito: “Delicias de la vida cotidiana de la vaca” - 1987
La Vaca Hay un animal que está exento de luchas de mordiscos amorosos de tarascones de odio contra sus pares o impares, que no sueña el mar infinito, que no se refleja en el agua de la noche ni se enamora de la luna. Hay un animal que pasta todo el día en sus olvidos y rumia soledades de espanto. Hay un animal que se parece tanto a sí mismo que ya no se mira en el oxidado espejo del tiempo. Este animal que no habla ni ríe, que no goza sus desquicios: es el hombre de este siglo moribundo.
Trenes Hay trenes enloquecidos que entran en mi cabeza por los ojos del deseo, ay, mis trenes enloquecidos que entran en tu delicia por el deseo de los ojos, ahh, y trenes enloquecidos que entran en los ojos en el cuerpo y en el alma por los asesinos del deseo.
Rostros Millones de rostros en mi sangre invaden la noche, resisten mis párpados homicidas mi boca reseca de lunas, y en la saliva flotando sin rumbo infinitas bestias sucesivas corroen la ansiedad de mis testículos, cuando entro en mí como un fantástico tren de increíbles abismos.
Me esperan Hoy nací desde atrás de los sueños, hoy llegué aleteando pesadillas remotas enmascarado en una túnica roja acosado por palabras desangradas. Ayer fuí mar sal y tumulto ayer nacía sudando ansiedades y me asesinaron inconscientes desvelos furtivos depredadores. Hoy nací en un vuelo violento planeando pájaros al cielo brisa y ráfaga de luces sobrevuelo la tierra húmeda y caliente, pero sé que abajo me espera babeando en sus colmillos el perro asesino y hambriento.
Del libro inédito: “Camino cansado entre cuerpos” - 1989
el lado oscuro del cristal ciertas horas de la tarde tienen una monotonĂa habitual/ el rito gastado de tomar la tarjeta nĂşmero 50 introducirla en la mĂĄquina delatora y salir... del otro lado del cristal todo igual: mujeres gordas aplastando sapos con sus tacones altos niĂąos viejos degollando una paloma malherida y la luz de la luna atravesando el rostro de espantapĂĄjaros moribundos.
de pie acá están las historias todas las historias del agua/ allí van como un río dorado. acá estoy/ de pie frente al hueco blanco insaciable y obsceno/ acá/ en la soledad del baño estoy meando todas las noches de cerveza.
lobo sobre mi cabeza un รกguila rapaz/ da vueltas y vueltas. yo le ofrezco mi espalda disfrazado de cordero.
hambre me tragué la luna de un tirón/ sorbí cinco estrellas y dos nubes negras/ me comí una pierna/ los pechos y un ojo de mi hembra y aún tengo hambre de este mundo.
strip-tease los sonidos se entrecruzan/ giran y se desnudan lanzando pájaros negros contra la pared/ trazos de piel y pelos vaginales estimulan el poblado espejo de la estantería. hay rastros de sudor y alcohol en la barra umbrosa que me sostiene. algo me dice que el descuartizador de Milwaukee preparó el espectáculo.
buenos aires I una penumbra amarillenta se difunde por el cuarto/ por la ventana entreabierta entra una luz verde y roja intermitente. sentada sobre la cama una mujer cuelga sus piernas. frente al espejo manchado de รณxido revive escenas de seducciรณn o su propio cuerpo erguido en otra piel/ y entre jadeos ahogados y sudores solitarios recupera goces para esta ciudad casi muda.
Del libro inédito: “De mitos, leyendas y otras canchereadas criollas” 1991
El vino de Dios Baco me precede. - Sé que estas allí hijo del vino y la noche - me dijo, - extraño hombre de mil identidades, pequeño poeta dionisíaco o borracho sin sentido entre relojes -. - Sé que estás ahí creyéndote a salvo del mundo; de la miseria absurda de este mundo; en un pedazo de la noche escribiendo poemas salvadores o recorriendo la ruta del vino en las fantasiosas bacanales de los viernes -. Sé que en tu carro a motor tirado por cuatro panteras negras, oculto entre manzanas y álamos recorrés los caminos del valle acompañado de sátiros inofensivos y silenos demasiado viejos, buscando licenciosamente las ménades tríadas y coras de la ruta 22. - También sé que descendiste a los infiernos buscando la sombra del padre - me dijo. - Que después del secuestro y la tortura naciste dos veces, aquella noche del fusilamiento de la voluntad, pero eso no te da derecho a usurpar mi nombre -. - Sé que estás allí ahora fatuo semidiós de las sombras, creyéndote Rimbaud, Vallejo o Bukowsky y apenas sos un hombre despedazado entre la poesía y la sucia realidad - me dijo.
Las líneas de Nazca de su cuerpo Como las misteriosas figuras de Nazca he dibujado su cuerpo sobre el desierto esférico del mundo. Nadie lo verá sino en miles de años. Por su vagina descomunal transitan hombres, mujeres sueños, barcos, aflicciones, poemas y caballos. Pero ellos no lo saben. Como los antiguos Nazcas, momifican a los viejos, decapitan a sus hermanos y tienen goces efímeros. Su delicia inabarcable es solo para mí. Solo yo la poseo en sueños rojos o en lujuriosas vigilias nocturnas. Solo yo veo su cuerpo de arcilla y neón desde mi propio cielo, el inmutable cielo de las ansias.
El sueño de José En el sueño de José, María era virgen. El construía muñecos de madera y ella comía manzanas rojas y bebía jugos de sol. En el sueño de José sus muñecos cobraban vida y María jugaba con ellos sobre la hierba, ellos rodeaban a María y le contaban secretamente al oído lujuriosos relatos que encendían su cuerpo. José hacía muñecos con alma que le ofrendaba a Dios por el amor de María, mientras ella calcinaba las serpientes que se enroscaban en su cuerpo tembloroso. Una tarde elegida Dios se compadeció y la cubrió con su agua mansa. En el sueño de José, María aún era virgen.
Del libro inédito: “Animal urbano” – 1992
Aunque me nieguen, esto también es un poema Sé que estoy en un límite extremo. Sé que más abajo no hay nada o casi nada que se pueda disfrutar. Sé que debo luchar contra la adversidad con el culo lleno de burbujas y el falo desbordante de líquidos lunares. Sé que ellos, poetas de fina imagen y simbólica gramática, me han negado más de tres veces - pero no todo está perdido sé que en el fondo de nuestra humanidad somos arduos trogloditas, simples animales salvajes y allí todos mordemos esas palabras como la carne cruda y tibia de un animal recién cazado.
Vallejo solo nomĂĄs Quiero escribir y me sale espuma pero por el culo. Miralo al tipo viejo, desgreĂąado y borrachĂn, se cree un artista haciendo burbujitas por el culo frente al espejo de la pieza.
Proceso Sanguinarias miniaturas de luz elĂŠctrica articuladas sobre la piel, y todo por gritar rebeldĂas en aĂąos de mortal afasia.
Estoy tocando Guitarra, piano y saxo estoy tocando esta noche y no hay nadie escuchando, no hay nadie en mi pieza a las 4 de la matina de un viernes santo, araĂąo la guitarra y toso me duele el pecho y no hay nadie en la casa, deslizo mis dedos virtuosos por las teclas y bebo vino oscuro y grito y no hay nadie en la calle, aspiro el cigarrillo y suena un bajo de saxo que se arrastra por las paredes, me tiro en la cama las sombras aplauden y beben y rĂen y no hay nadie en el mundo a las 4 de la matina de un viernes santo.
Animal urbano Soy un animal que se alimenta de lujuria y oscura pasión. Por mi sangre corre el veneno de la ira y un instante me consume enteramente. En noches de luna subo a los techos y aúllo, les aúllo a las hembras en celo ocultas en la certeza de sus dormitorios. Soy un animal urbano deslizándose cuasi borracho por umbrías mesas de una ciudad desdichada. Soy un animal miserable y genial en un mundo miserable, y desde aquí lo estoy gritando.
Orden y limpieza Saco planchado, camisa impecable pantalón recto perfecta la raya pañuelo limpio y debidamente doblado cara afeitada al ras, pelo corto cabeza en alto uñas limpias respiración profunda y no olvidarse peine, llaves, birome, 38 corto, reloj billetera, documentos, interrogador eléctrico, carné, foto del hijo y libreta de apuntes. Todo bajo control un beso a la esposa y a trabajar con fervor.
Amores casi eternos al fin de la modernidad El tipo entra a la disco y se detiene un instante para que su cuerpo se aclimate a esa atmósfera densa avasallada de sonidos, humo y cuerpos. Se abre paso hasta la barra y mientras bebe un trago escudriña ese micromundo abigarrado en éxtasis continuo, hasta descubrir unos ojos que lo observan. Apura el trago y se acerca a ella - vamos?- y se deslizan a la pista. Quiso decirle algo, pero la música atronaba. Bailaron por dos horas se hablaron con los ojos y las piernas. Agotados, transpirados, saciaron una cerveza - nos vamos? - dale -. Afuera el frío les golpea la cara - cómo te llamás? - Laura y vos? - Mario, vamos a un telo? - dale - ¡Taxiii! -, y parten a hacer un mundo mejor a combatir la soledad del siglo a saciar de gozo un instante de la eternidad.-
Del libro inédito: “Demorando el ocaso” – 1994
Elegía tercera (melancolía) Mirar detenidamente el ciprés que crece en el vidrio de la ventana, ver la leve mutación del verde de sus hojas, adivinar el cambio de las estaciones por el color de los rostros que pasan, oír el silencio de mi cuerpo cuando se detiene un instante el corazón preparándose para un nuevo impulso. Y sentir los ocres tardíos cada vez más intensos de los dulces senos del atardecer.
Elegía sexta (ira) Todo está en equilibrio inestable. El sol brilla, o el cielo se nubla y la lluvia moja lo sólido. Estático esperando una vibración con el alma agazapada acechante. El leve vuelo de una mosca su sucio vuelo, provoca una perturbación una incesante violencia en mi sangre. Y con las armas del furor destruyo las paredes y las apariencias vuelo los techos del caserío quemo los árboles incendio la ciudad y desvío el curso de los ríos. Congelo el movimiento del mundo durante un instante. La eternidad necesaria para que mi espíritu se recomponga y todo siga su curso normal.
Elegía séptima (perversión) Nunca hice estragos en la luna, jamás me embarqué en un viaje a la maldad. Una ventosa tarde sureña solté el hilo de un barrilete y pinché un globo ajeno. Me obligaron a bajar al infierno me desnudaron y golpearon torturas al alma y risas perversas escupían sobre mí. Todo fue en vano. Dibujé un sol en la pared y su cuerpo en el piso de cemento, y en esa celda oscura dormí abrazado a su tibieza.
Elegía octava (ceguera) Era primavera y la madreselva del patio comenzó a desprender sus hojas sin explicación alguna. Ella, fue apagando sus ojos mirando esa planta hasta quedar irremediablemente ciega. El hacha en mi mano cortó los rosales y las magnolias volteó el ciprés y derribó los álamos hasta destruir completamente el jardín. Frente a la madreselva dejé caer el hacha, y quedé impávido ante el mundo y su interminable ceguera.
Del libro inédito: “Pasajeros del vacío” – 1996
Almuerzo Qué se plantea la mosca cuando me mira? Su diminuto cerebro solo le ordena comer defecar y procrear o se pregunta por su alada existencia y por la mía, en este mundo chato y desparejo. Qué piensa cuando detenida sobre el cielorraso me observa almorzar? hará especulaciones mentales sobre mi hambre para calcular su futuro almuerzo?. Nada es tan simple en la mente de los humanos nada es tan complejo en la vida de la mosca, pero en este mediodía solitario me debato entre la caridad cristiana y las posibles formas del prójimo, me debato entre invitarla a mi mesa o saciar con liberal indiferencia mi hambre privada.
Fablar Hablo, no para dejar de callar no para expulsar el terror de la muerte que es silencio infinito. hablo en la calma de las noches para saber quién soy, para reconocerme en el resplandor del velador sobre un papel garabateado. hablo cuando todos callan cuando todos sueñan y nadie me oye (aunque íntimamente espero que ella me escuche). hablo conmigo y hablo con mis otros. hablo hasta caer en la ruina de los ojos anhelando que la noche responda.
Voces Son mis voces que gritan su dolor. Son ellas que se emocionan con la luna cuando el silencio se amotina en los otros. Son las mismas que en la noche profunda forman una tribu de palabras desconocidas que se levantan en pie de guerra en al abismo de mi garganta. Son esas voces que gritan su pavura mientras otros, allĂĄ afuera se alimentan de oxidadas brĂşjulas y de la astucia de los mudos.
Invasión Han venido de las regiones ocultas. Arrastran tras de sí una isla recóndita: la isla del recuerdo. Son hombres elementales mujeres inaugurales en la faz de la tierra, son todos ellos yo mismo en la prisión del tiempo. Son ellos los que me exigen que los nombre.
Todo Todo blanco o negro todo siempre o nunca todo siempre así o asá todo tiempo ido o futuro o presente perdido o justo ahora todo vendrá o no vendrá o fue o será o es o estuvo todo dolor o alegría cicatriz o carcajada toda herida abierta sangrando o sangre invisible del alma todo dolor humano o animal placentero o injusto o inevitable o si o no o tal vez o sin embargo sin embargo la muerte la muerte muertísima la necesaria la del nefasto camaleón o la injusta la terrible la muerte inocente la malamuerte la ausente o la presente la olvidada en los campos de muerte la inevitable la tremenda la muerte del amor o el amor el amor que no muere que resiste que salva el amor que falta que puja que empuja el amor que levanta que nace que renace que revive que sana el amor todo todo nunca o siempre todo blanco todo negro todo gris siempre y nunca todo gris todo.
Del libro édito: “Agonistas del fin del mundo” - 1998
Tránsito y llegada El tren había agotado una porción de infinito a cansino ritmo sobre el metal de incontables moneditas. Chirridos de acero y un pitazo inmemorial anuncian el fin de la travesía. Al bajar el último escalón la oxidada aridez del paisaje invade los ojos del viajero con el filo helado del viento del sur.
La leyenda Ella, que concibió la historia del mundo antes de que fuera mundo, que llamó rosa a la flor cuando su perfume aún no había invadido la poesía de los románticos, que bajo un cielo impresionista dijo Dios y Dios se hizo.
Al sur del Colorado ( y al norte tambiĂŠn) Hay un rĂo de sangre que corre entre nuestros pies, y nosotros seguimos buscando estĂşpidamente pececitos de colores.
Cacería Hubo un tiempo que fue hermoso... rodaban bolitas de vidrio por la pendiente y se perdían entre piedras rojas y verdes, después corríamos por los montes de jarilla hasta alcanzar al terrible dragón que escapaba entre los matorrales desprendiendo la cola. Otras veces, horqueta en mano pecho hinchado iniciábamos la cacería más peligrosa, como viejos baquianos de 11 años acompañados por Capitán el más valiente del grupo, seguimos el rastro alámbrico de la serpiente, rodeabamos el monte de alpatacos y con el espanto hecho valor le clavábamos la horqueta, las manos retemblando uno la cabeza el otro la cola gritos desesperados al de la bolsa y atada con una soga más larga que nuestro terror emprendíamos el retorno triunfal con una culebra de 17 centímetros. Y como en la bucólica canción ...fui libre de verdad.
Atardece en el desierto En el óleo del horizonte el filo morado de las bardas fractura un cielo de óxido y arcilla. Las gárgolas del tejado despliegan sus pétreas alas y sus ojos encienden de luna el ocaso. Sentado a la mesa entre vapores de guiso y agua hirviente pincho insectos sobre un cartón, y al clavar un alacrán que se retuerce me siento un cazador sin escrúpulos, como los que vendrán en poco tiempo.
Tres Amigos Dos soles rojos y siete lunas plateadas iluminaban las tardecitas de mi pieza, el desierto estático de mi ventana se oxidaba lentamente contra las bardas, y las negras cigüeñas patagónicas iniciaban su danza nocturna. Batman entra por la puerta y me dice en tono enérgico - ¡vamos te necesitamos Superman nos espera! y allá vamos los tres a salvar el mundo una vez más. Ni Alonso Quijano ni Ernesto Guevara mis camaradas revolucionarios fueron un millonario y un extraterrestre y yo mutaba caóticamente: Acuamán, Ringo, Cochís Daniel Boone, Meteoro o Rojitas, siempre hubo un traje brillante donde enfundar mis delirios. Ni molinos de viento enloquecidos ni generales asesinos, cardos rusos rodantes y lagartijas histéricas eran los enemigos más visibles. Repentinamente, una sirena demasiado real rompe el encanto, debajo del cono del luz un vaso de vino tinto, varios puchos retorcidos medio rostro recalentado, la mano temblando miro hacia abajo y juego sobre la hoja con dos pelos que no resistieron los avatares de la nostalgia.
Batman se aleja a toda velocidad El velador sigue encendido sobre ciudad Gótica, las liebres patagónicas se han extinguido definitivamente, la danza nocturna de las cigüeñas es un movimiento mecánico y rutinario y la placita de tierra y arcilla ha quedado demasiado lejos. Ya no importan los soldaditos de plomo tirados debajo del tamarisco, ni el vómito de madrugada que se mezcla con los charcos de petróleo. La cama gira y planea por el aire, bajo un pie, para frenar su vuelo alcohólico contra la fría baldosa de la pieza, apoyado en los azulejos del baño orino relucientes colores de ginebra y tiro por el hueco del inodoro ojos de gato, lecheras y gastadas pininas. Es la primera borrachera, y la infancia se ha escondido tan bien que nunca más pude encontrarla.
Del libro inédito: “Tratado elemental de alquimia” y “Curso iniciático de magia” - 1999
Alquimia del hombre común La mezcla básica es elemental un puñado de hierbas varias un vaso de whisky (importado si es posible) y dos cafés bien cargados, después hay que agregarle componentes más exóticos, un poco de sexo otro tanto de preocupaciones banales malas comidas peores sueños algún trabajo mal pago, una pizca de ética, bastante de egoísmo y muchas, muchas horas de televisión. Entonces se mezcla todo se lo agita bien se lo desparrama por cualquier ciudad y se sienta a esperar. Seguramente alguno irá a brillar entre la oscuridad reinante.
Signos El pájaro voló un trazo efímero de plumas dibujó su nombre en el aire. Años después un barco abandona un puerto sucio, la estela gris en el agua forma aquella palabra que no logro reconocer.
Grandezas de la magia Eso de decir ABRACADABRA y que aparezcan cientos de conejos de una galera negra o que baje el puente levadizo que lleva al castillo, es indudablemente para grandes magos. Para mĂ, un simple iniciado me basta con girar el picaporte de mi casa y lograr sorprender a sus habitantes.
Cataclismo Jugaba con las bolitas de vidrio tirado en el cuadrado de tierra del viejo paraíso frente a mi casa, ¡ quemada, te la quemé !, me paré en un salto de alegría y gozo y cuando toqué el suelo el mundo comenzó a girar y a girar rápido, cada vez más rápido y se hundieron las casas, los almacenes, el barrio el paraíso del frente de mi casa y emergieron rascacielos, hipermercados, espectaculares shoppings y se encendió de imágenes terribles el radioteatro de las tardecitas.
Del libro inédito: “tierra de prodigios” – 2001
Un país de alas rotas Una lluvia densa y obscura que nunca termina de caer, queda suspendida entre la atmósfera y los sueños rojos de la gente. Los pájaros giran en círculos hasta caer en loco tirabuzón estrellándose contra los vidrios afilados de las propiedades. Cuando no caen cuando vuelan en círculo vicioso van perdiendo lentamente el color luego las formas quedando reducidos a insípidos o repugnantes arácnidos.
Un país de desamor Hace falta un gran desamor para matar un hombre, para clavarle un cuchillo en el vientre revolviéndoselo entre las tripas. Demasiada abominación para arrojar un hombre al vacío desde la inmunidad de un avión por la patria y la salvación de la raza. Hace falta mucha pasión para matar al otro que nos observa inquisidor cada mañana desde el espejo del baño.
Del libro inédito: “Batman y el enmascarado” - 2002
El enmascarado I Allá viene el enmascarado corriendo escapa con desesperación, detrás lo persigue la multitud con ansias de linchamiento. Pensar que en otra época fue un superhéroe y ahora huye con pánico de sus infatigables perseguidores: capitalistas obsesivos totalitarios de toda laya burgueses bien pensantes mujeres frígidas imbéciles pacatos y dictadores genocidas. Exhausto, agotado de escapar se detiene, gira enfrenta la turba y se quita la máscara, - ¡ es NOVELLI ! – gritan con asombro y todos se dispersan asustados.
El enmascarado II Después de intentar salvar a 17.853.410 personas bajo la línea de pobreza a 6.740.917 personas de la miseria absoluta el enmascarado entra a la casa va al baño, orina y frente al espejo, se quita la máscara. - ¿Que hacés allí aldo novelli, con esa cara de derrota? – me pregunta. - Todas las noches bebiendo vino barato con borrachines arreglando el puto mundo desde los 17 ¡y todavía no salvaste a nadie, boludo! – me dice. - ¡Es que cuando sea un gran poeta podré cantarlo para todos y entonces los hombres libres empuñarán la palabra en sus manos y saldrán a combatir por un mundo nuevo! – le contesto eufórico. - ¿Poeta?. Poeta hubo uno solo y lo traicionaron y lo acribillaron en medio de una selva, iluso –. - Mejor te vas a la cama y no sueñes con esa mierda que mañana tenés que lavarte los dientes otra vez -.
El enmascarado IV El enmascarado termina la faena del día entra al bar observa en la oscuridad los movimientos controla posibles acciones criminales mira a las chicas apoyadas en la barra se acerca a la pista de baile la mujer que se desnuda musicalmente le hace una seña con la mano invitándolo él la rechaza se sienta en la barra pide un vodka sin hielo suspira se quita la máscara alguien grita desde el fondo: ‘hey novelli! sacate la máscara de poeta ya todos saben que sos un borrachín putañero’.
El enmascarado VII Mis amigos son superhéroes superfashions superbuenos mis amigos se la saben todas y nunca se equivocan, ni mean fuera del tarro ni siquiera cuando votan se equivocan. Mis amigos son superhéroes son de la desaparecida Liga de la Justicia increíbles salvadores del mundo, les presento a mis amigos: el engreído Linterna Verde con sus maestros sabelotodos, el boludo agrandado de Superman que le voy a convidar un chicle de kriptonita para que reviente de una vez por todas, el ridículo hombre halcón llevando al enano ese de Atom colgado del cogote, la reventada de la mujer maravilla, el náufrago de Acuaman que se la pasa buscando un sirena por los siete mares y termina con cada bagre que ni les cuento, y el maricón de Batman que se besuquea con Robin en la baticueva. Mis amigos no me invitan nunca a sus fiestas ni me convocan para salvar al mundo mis amigos no saben que este enmascarado que recorre los bares de la ciudad es en realidad aldo luis novelli el mejor poeta de la cuadra.
Del libro édito: “La noche del hastío”- 2003
En la Tasca Sentado a esta mesa bebiendo un vino que no saboreo charlando con alguien al que no oigo y según dicen es un poeta del norte, ella a dos mesas de distancia habla y ríe sin pudor, goza plenamente de esos momentos en que las miradas la rodean, ella, que no sabe dónde estalla la soledad o cuántas ausencias me trago en este vaso de vino, ella que no sabe de la angustia de los ojos cuando su cuerpo se torna borroso.
Perros y ratas La noche acaricia el lomo de los perros que se encorvan molestos entre la basura. Una rata roe con insistencia un tronco mugroso que flota en el charco de la esquina. La calle está desolada. Cuando abro la puerta, tambaleándome el reloj de la pared murmura las cinco de la madrugada. Como de costumbre, caminaré por la casa como un ladrón nocturno, y cuando entre a la pieza ella seguirá con los ojos cerrados aunque recién entonces, se dormirá sin dolor.
Primer homo El poeta dice: 'mientras sostengo este mentón milenario', y yo apoyado en mi mano derecha, siento un peso ancestral que me conmueve, me sobrepasa, imaginar la infinita sucesión de padres que me han dado ser, pensar - en un acto imposible en los perversos, los justos, enloquecidos y humanos ancestros que me conformaron hasta llegar al primer homo, a ese semihombre y mediobestia que desoyendo todo discurso científico sobre su primitivo cerebro, en este instante, hace millones de años: se sienta en la roca a descansar su sexo mira la hembra acostada en la tierra y piensa en mí aquí sentado, en una desvencijada silla descansando del sexo de mi hembra, garabateando un papel en esta pastosa noche de verano, mientras él, apoyado en aquella roca sostiene absorto su mentón casi animal.
Orgía Descorro con cuidado las frazadas como si destapara la olla buscando la tibieza que resta de sus cenas de soledad. Suavemente me deslizo en la cama para no romper los sueños que provocan esa sonrisa en su rostro. Toco su pierna con mi mano y la alejo rápidamente inmóvil quedo mirando la oscuridad del techo. El traqueteo del reloj agujerea el silencio empedrado que rodea este fugaz encuentro amoroso. Un momento después, ya sin conciencia levemente me duermo. Ahora su cuerpo es una orgía de íntimas danzas es una dulce marea de jugos compartidos.
Todas esas opiniones Tenía razón Montale observando la saliente en el muro no se equivocaba Ezra con la usura Pavese era un maestro navegando los mares del sud hasta Henry Kisinguer hablaba aparentemente bien, pero todas esas opiniones son el vuelo de una pluma en la tormenta, cuando la noche refleja tu cuerpo desnudo te acurrucás a mi lado y tu lengua susurra nuestras palabras más secretas.
Visita La fui a ver con alguna excusa - hola como estás - me dijo y pasé a su living. Tomamos un café y charlamos de nada y de todo. La verdad, que mientras hablábamos estaba especialmente preocupado en descubrir si estaba sola, si no había nadie en las habitaciones. Estaba contándome sobre las últimas aventuras del hijo menor, pero yo solo pensaba en levantarle el vestido arrancarle con violencia la tanga (que se traslucía con el sol) y penetrar en su delicia dulce y mojada, así, sentado como estaba y ella cabalgando con fervor sobre mis piernas. Después nos despedimos con un beso - no te pierdas - me dijo, al salir. Justo a mí, pensé que siempre me pierdo cuando la veo.
Por estas cosas Al final de este verso empezaré a amar/ no será un vuelo de garzas en el resplandor de la tarde, no/ no será una imagen tan bella este amor de palabras transpiradas, me conformo con una lluvia nocturna golpeando los cristales en esta viscosa noche de verano, me conformo con un poco de tabaco un poco de lluvia y algo más que eso/ de algún vino oscuro, sucede que me provoca la sintaxis de este verso casi tanto como la gramática de tu cuerpo, y todo esto considerando/ que no soy un don Juan de la palabra ni siquiera/ un amante latino de bibliotecas deshabitadas, pero aún así me deshago sin remedio por tus pechos encendidos por tu ombligo luminoso/ por tus nalgas inexplicables. Por estas cosas/ me desvivo en la soledad de la noche, por estas cosas doblego la palabra muerte hasta hacerle morder su propia cola. Por estas cosas/ y unas pocas más al final de este verso empezaré a amar.
Hablando de ciertas cosas Ahora hablo de otras cosas, de razones dudosas para sostenerme de ciertas ideologías descoloridas, de algunos hombres envueltos en niebla o mujeres un poco agotadas de amar y de esos mundos desparejos y absurdos. Ahora hablo de otras cosas y no sé si soy claro. Hay una deshilachada humareda en mis palabras ya no me sale -mi querido César- espuma por la boca, ya no cabalgo como el viento palabras desbocadas azotando su lomo para meterles vehemencia, ni siquiera corro el colectivo cuando está escapando de la esquina, lo dejo pasar con cierta displicencia. No estoy hablando de la incipiente vejez o del interminable cansancio de la lucha, nada tan sabio o valeroso nada de eso mi viejo amigo, ahora hablo de otras cosas y no sé realmente, si soy claro.
Del libro inédito: “Nada que decir” - 2004
Manzanas rojas Y si ella viniera hoy dejaría de beber iría a comprar manzanas rojas arreglaría la luz de la pieza me lavaría los dientes sacaría las medias de abajo de la cama cambiaría las sábanas me perfumaría la barba y finalmente me iría a jugar al póker con los amigotes de siempre.
El espejo de la pieza El espejo refleja el mundo cielo o locura. Tu ojo pintado para el cine mi barba desteĂąida la frente del que no llega esa puerta que se cierra. Y a mĂ desaforado con una mujer imposible.
El sueño del poeta Cuando el poeta lee hay aplausos a rabiar algunos histéricos abucheos inaudibles gritos y ovaciones, tipos enloquecidos y vítores demenciales, y dicha sea la verdad: el poeta no lee muy bien, ni sus poemas son para enardecer a vastas concurrencias y mucho menos el tipo es un poeta tocado por la fama o los honores de sus pares. Pero hay que reconocerlo nobleza obliga cuando el poeta lee hay energúmenos contra el alambrado (dispuesto especialmente para cuidarlo) oyentes fanáticos con ojos desorbitados y manos desesperadas golpes en las mesas y cerveza volando por el aire. Es una bacanal romana en medio de un mundo que se cae a pedazos. Un solo detalle colabora en esas circunstancias en que leo mis dolientes artefactos como si fueran grandes poemas dos elegantes señoritas muy agraciadas o sea, un par de hembras que rajan la tierra del inmenso salón se van desnudando a medida que los espectadores aplauden y reclaman interminables bises.
¡Felices Fiestas! Felices Fiestas! Esa tarde eran siete cuatro varones y tres niñas jugando a la mancha sobre el montículo. Después de un largo rato transpirados de cansancio cuando el sol brillaba sobre latas vacías de tomate sintieron voraces mordidas en el estómago y se sentaron a buscar algo comestible. Natalia, la mocosa de cinco años la de piernas como palitos de helado encontró un pedazo de guirnalda dorada la enlazó formando un efímero corazón brillante y le gritó a sus amigos: ¡Felices Fiestas!, ¡Felices Fiestas! y rió con picardía como un esmirriado ángel de alas rotas.
A orillas del Mahavavy Estoy aquí sentado en el comedor como si estuviera en Madagascar empapando mi mirada en las aguas del Mahavavy, y aunque se que ese río que corre entre la pieza y el televisor, es pura ilusión siento las gotas frías del agua golpeando mi cara mientras observo a lo lejos las goletas en persistente vaivén. Tal vez sea esto; y no este poema, ni todos los anteriores ni los infinitos poemas que se escribirán; la misteriosa e inalcanzable poesía.
Del libro inédito: “Una mínima luz en la noche” - 2005
iluminaciones de pie en medio del desierto, miro hacia arriba y me invade un cielo negro perforado de minúsculos destellos desaparecidos en tiempos de la crucifixión. en ese instante cruza lo oscuro una extraña piedra luminosa, siento el blanco terror de un misil asesino. - no, aún no es el momento – pienso. - debe ser un satélite espía -. no, tampoco es esa fría mirada del imperio. su estela de partículas forma una imagen mística. azorado temblando como una brizna de eternidad, por primera vez en dos mil años percibo la iluminación de aquella estrella tan fugaz.
milagro fui al río una tarde llevaba una botella de vino dos libros y un atado de cigarrillos. me senté cerca de la orilla tomé un sorbo de la botella y abrí el libro en la hoja marcada. un pájaro púrpura aleteando sobre el agua se posó en la tierra y caminó hacia mí. lo observé sorprendido cuando me habló en lengua de pájaro, me contó de las increíbles formas de las nubes, de los colores del cielo más allá de nuestra mirada, de una luz que brilla con tanta intensidad que ha enceguecido a muchos. me invitó a volar más allá de las montañas a penetrar en cavernas de luces plateadas, a besar la luna en su espejo hasta diluirse en el océano. le dije que no, que seguiría escribiendo poemas y bebiendo vino en la orilla del río, tan sólo esperando que algún día la poesía realice el milagro.
la mujer del baño la palabra es sanadora y la poesía salva. a.l.n.
abrió la ducha caliente puso la tapa en la bañera y se desnudó rápidamente. se quedó mirando como el agua iba llenando ese blanco ataúd mientras la inudaba el vapor. salio del baño fue hasta el escritorio a buscar el cuter y vió sobre la repisa un libro de poesía lo abrió en una hoja cualquiera y leyó un poema sin darse cuenta abrió la mano cayo el acero afilado al piso mientras seguía leyendo. leyo sin detenerse desde ese día hasta hoy.
Escritor El tipo iba caminando pensando en ella/ en la pulsera plateada bailando en su tobillo/ cruzó la calle pensando en ella/ en el mohín de su rostro cuando jugaba con él. Un camión con un semi de 38 metros de largo que venía a 140 Kmts por hora por el medio de la cinta asfáltica/ lo pasó por arriba como si fuera una bolsa de jugosas naranjas. El tipo se levantó y sin sacudirse la tierra ni enjuagarse la sangre que manaba de sus ojos/ siguió caminando pensando en ella. En esa mujer desconocida. Fragmentaria protagonista de sus peores desvelos.
reglas básicas (aunque siempre es mejor no seguir las reglas) para ser un buen poeta o seguimos el consejo del viejo Hank o debemos cumplir estas cinco reglas básicas: uno, escribir contra todo pronóstico dos, leer a otros sin envidia ni sumisión tres, poseer cierta sensibilidad y algo de talento, no demasiado cuatro, escudriñar detrás de las palabras y debajo también cinco, no ganar ningún premio los premios y esto es imprescindible ganarlos en el poker, los dados o el bingo familiar y gastar toda la guita en bebidas, mujeres y libros y esto también es imprescindible.
humos un grito de humos atraviesa el desierto del sur. un pĂĄjaro tinto vuela incendiado a contrasol. con los ojos invadidos de roja arcilla espero una mĂnima luz bebiendo inagotables dioses en cada vaso. como una huella fugaz el viento deshace su cuerpo en la arena de las bardas patagĂłnicas. hoy el mundo se reduce a un bar y un camino sin fin.
diminuto soy un ser diminuto pequeñísimo como un insecto apenas visible en el fárrago desesperado del mundo pero respiro, río y sufro aunque muchos me ignoren estoy aquí, frente a vos, frente a la multitud y digo mi humilde palabra al que quiera oir mi palabra precaria y revolucionaria al que no quiera oir digo mi palabra y la grito a los 4 vientos y a los 7 mares con ella hago un canto común y les canto las cuarenta a los déspotas.
hablando con ella en la franja de gaza yo solo quería escucharte pequeña amiga pero solo escuché un silbido penetrante y una violenta explosión inesperada. y entonces me quedé hablándole toda la tarde a tus bellos ojos negros abiertos como dos claveles melancólicos/ muy cerquita de tu cabeza arrancada de su cuerpo por un maldito misil del sionismo asesino.
la felicidad de volar estoy viajando en un viejo colectivo por la gran avenida y me siento extraĂąamente feliz lleva 250 kilos de trotyl debajo del piso y va a volar en mil pedazos por el aire mientras el corazĂłn me golpea enloquecido en el pecho. todos viajamos en un gran colectivo por la vieja avenida y vamos a volar libres por el aire en inalcanzable y eterna felicidad.
declaración de principios yo fui tú fuiste él fue ella también fue nosotros fuimos vosotros fuisteis ellos fueron todos fuimos alguna vez unos imbéciles de mierda.
aldea global Pinta tu aldea y pintarรกs el mundo L. Tolstoi
Mi aldea es una mierda.
la memoria
la memoria es una luz inviolable perdón solo eso quería recordarles.
Todo está guardado en la memoria. Leon Gieco
Del libro édito: “Mínimo Mundo” - 2006
matria la conocí una lejana mañana que flameaban banderas. hablamos en bares y bodegones durante un tiempo rojo. una noche en una calle oscura le acaricié los senos. nos amamos una tarde cerca del basural mientras sus hijos buscaban comida. sigo enamorado de sus despojos.
a Inés Manzano y Jorge Spíndola
amigos
a todos aquellos que alguna vez me golpearon el pecho
Juan y José nacieron en distintas ciudades. vivieron cuarenta años sin conocerse. una tarde cualquiera José con el corazón inmóvil cayó en medio del gentío. la gente miraba al tipo tirado y lograba esquivarlo. Juan se detuvo y se agachó a golpearle el pecho. cuatro horas estuvo en eso entre las sombras de una calle desolada hasta que el tipo abrió los ojos: - no sabía bien como se hacía esto...- dijo Juan. - bueno, tuviste tiempo de aprender- balbuceó José. desde ese día nunca más se vieron. nunca se olvidaron.
el preguntón descolocado
a Leonidas Lamborghini in memorian
el tipo preguntó por los pájaros desposeídos por las patas de esos pájaros que se lavan en la fuente. preguntó por los pájaros hambrientos por el pico de esos pájaros gritando 'no pasarán' en esta tierra piquetera. por los pájaros poéticos por las manos de esos pájaros escribiendo papeles sin fe ni sudor. el tipo preguntó por los pájaros por el vuelo de esos pájaros pichones que se embolsan la cara para escuchar la voz de Dios. preguntó por los pájaros por los ojos de esos pájaros al ver la íntima luz de una niña vejada por el patrón. por los pájaros por las alas de esos pájaros cuando sangra el ano de un niño violado por la respetuosa santidad. el tipo preguntó por los pájaros y se fue volando.
oscurantismo hubo un tiempo en que los pájaros dejaron de volar. fue un tiempo feroz. algunos iniciaron una guerra sucia otros se amaron por última vez. en esos días aciagos escribí furioso el primer poema para el resto del mundo.
a Ricardo Fonseca
deber cívico hoy voté. entré al aula oscura y me vi sentado frente a la maestra. el manual Estrada los lápices de colores, la goma dos banderas nos contaba de las invasiones inglesas del pueblo defendiéndose con aceite hirviendo. después me fui a casa herví el aceite y me hice unas buenas papas fritas.
a Roberto Goijman
genética en el núcleo de la semilla ya está diseñado el futuro árbol con sus frutos y sus leves flores hasta su más mínima hoja. en el ADN del hombre están escondidos sus sueños sus amores inconclusos sus mejores derrotas hasta su más infatigable utopía. la poesía es esa bella muchacha que abre la puerta un día cualquiera allí donde no había puerta.
milagro son las tres de la tarde. un perro camina por la calle levanta el morro huele el aire del pueblo. el hombre camina por la vereda ve al perro y entra a la iglesia. habla con dios o cree que habla le hace la pregunta hace veinte aĂąos que le hace la misma pregunta. al rato sale de la desolada iglesia mira la calle ve al perro montado sobre una perra. baja la cabeza da la vuelta decidido y vuelve a entrar. se arrodilla frente a ĂŠl extiende los brazos en cruz y se crucifica con una bala en medio de los ojos. desde ese dĂa la efigie del santo chorrea sangre tibia por las heridas de la frente.
brillarás
a ella
...he sido engendrado por el desierto alacranado y el viento del sur, mi poesía atraviesa el alma de las mujeres en pena y las vuelve sublimes. nada será como ha sido. otro signo las alumbrará. (y ella brilló como si fuera cierto).
danza final el poema es la adversidad. el poeta es un bailarĂn invisible entre sombras. o el poema es una luz roja girando en medio del camino y el poeta viaja herido de muerte dentro de esa ambulancia. la poesĂa se parece a esa ambulancia que cruza rauda la noche. el poema es finalmente un homicida y el poeta carga con su culpa ancestral.
Del libro édito: “Desierto” – 2007
I El dragón verde salió de las matas de jarillas y avanzó lentamente hacia mí. Miré a mi alrededor ningún compañero a la vista ningún superhéroe celestial que venga en mi ayuda. Estoy solo en medio del desierto estoy solo en el centro de mi infancia.
II Las cigüeñas buscan agua negra debajo de la áspera piel del desierto. Parapetado detrás de una duna de arena les disparo a esos pajarracos sin saber que mañana volarán a otras tierras. Hay un charco de sangre debajo de mis pies pero ellos solo ven a un pequeño cowboy del sur disparándole a esos incansables pájaros mecánicos.
III Hoy me levanté decidido a matar al inmenso dragón. Llevo mis mejores armas dos colt 45 plateados con las cachas marcadas una carabina Winchester de culata negra y la valentía exuberante de los tehuelches de ojos claros. Hoy me levanté decidido a matar a la terrible bestia, y supe finalmente que ella es inmortal, y me esperará por siempre entre la espinosa espesura del desierto.
IV Animales salvajes pueblan el desierto de mi pasado envueltos en la bruma de una tormenta de arena: el flaco Andrés, Maruchi el salteño el víbora Rubén, Roberto el asesino de palomas y el peor de todos la hermosa Andrea burlándose desde su sarcástica sonrisa. Algunos se camuflaron en el tiempo con la roja arcilla de las bardas, otros ya forman parte de la colorida fauna de reptiles y serpientes que a diario me rodea.
Del libro édito: “Estúpidos mirones de televisión” -2008
Yo soy el tipo Yo soy el tipo/ el bebedor de cerveza. El que vació revólveres en latas de cerveza en medio del desierto. El que se bebió las cervezas y escribió poemas alcoholizados en el oxidado pellejo de la arcilla. Yo soy el tipo que atravesó el desierto detrás de un luminoso oasis y cuando lo alcanzó/ se encegueció de espejismos. El que abandonó el desierto cuando el viento desparramó poemas con olor a cerveza y se vino a la ciudad. Yo soy el bebedor de cerveza el que navegó en barcas de cristal cuando todos reían a carcajadas bebiendo blancas bebidas en lujosas habitaciones. El que cantó la canción del infinito en un bar miserable del bajo de esta ciudad/ donde los bebedores de birra se tiran en la vereda con una bolsa en la cara a viajar por los bordes del paraíso. Yo soy el que se acostó con dos minas una noche y se despertó solo y sediento a beber una cerveza entre bardas rojas de un desierto amarillo.
Yo soy el tipo cansado de este mundo viejo de hipocresía y usura/ el perseguidor de una palabra luminosa que cure las llagas de infelices y hambrientos. Yo soy el bebedor de cerveza el que intenta la salvación o el desesperado perdón escribiendo sucios poemas plagiados a otros poetastros y poetitas en medio de esta ciudad de tristes corazones. El poeta in-mundo peleando en este mundo de absurdas razones para la miseria/ vate urbano o lenguaraz de baratija esparciendo bagatela poética a ingenuas mujercitas que lagrimean de emoción. Yo soy el que conoce el sabor de su sangre desde el día que nació/ y mi garganta conoce la sed antes que el sabor de una mujer. El que se junta con bardos y borrachos en bares pringosos y escucha su alcohólica musa y hace que les cree y se emociona al menos por un rato/ el tiempo necesario para fingirme poeta y tomarles una cerveza. Yo soy el que vio a Dios convertido en francotirador disparando sobre la cabeza de los creyentes desde la azotea de un bar en medio de la ruta. Yo soy el tipo que gritó revolución en medio de unos cuantos hijos de puta que honraron a la patria silenciando la palabra de hombres y mujeres
a punta de fuego y sangre mutilada. (perdรณn 30.000 voces desaparecidas). Yo soy el tipo/ el bebedor de cerveza.
Ciudad de ángeles Viajo por la ciudad plagada de gente que cree en la luz de la salvación/ en la luz de la televisión en la angelical protección de eléctricos objetos. Viajo por esta ciudad donde ángeles laburantes se cuelgan del bondi por asistir sin faltas a la libre esclavitud del sistema/ por ser ángeles sarmientinos sin ninguna regla de tres simple que los ampare o caminan entre las sombras de la madrugada para limpiar baños y escritorios de los pequeños funcionarios del infierno. Estúpidos ángeles blancos y torpes demonios corren a los bancos/ cajeros automáticos/ bancas virtuales a pagar los tributos del dios/ a depositar ahorros verdes para sostener a flote el gran arca de la perdición. Viajo por esta ciudad avasallada de ángeles y demonios cuando las sombras la protegen y ella abre sus piernas/ y las chicas de la calle inician el rito de enamorarse a primera vista/ y los trabas de la ruta muestran sus ahorros de años en un par de tetas perfectas a mis ansias ancestrales. Escudriño sus bares/ los más oscuros y hablo con sus parroquianos/ sus ángeles borrachos y bebemos vino barato y puteamos a los gobernantes y a sus putas madres. Casi todos los ángeles de la noche tienen un hijo que juega al fútbol como el Diego a los 12 años/ y lo van a llevar a la gran ciudad y entrará a jugar en Boquita y va a ser famoso
y cada uno de ellos será rico como el gran conductor de TV y se comprará un traje blanco y una Ferrari roja/ y cuando vengan los de la televisión los vecinos del barrio se morderán de envidia y todos vendrán a beber con él y a brindar por su hijo el famoso numero 10 del club más grande del mundo. ¡Eso es la felicidad! me decía un ángel changarín y me convidaba un trago de tinto desde el tajo del tetra. Y yo/ que sonrío compasivamente me pregunto en ese instante: ¿qué es la felicidad?/ miro a mí alrededor buscándola y empiezo a desesperar dominado por una religiosidad instantánea/ levanto los ojos al cielo y un angelito de yeso está meando justo arriba de mi cabeza/ entonces le doy otro trago a la cajita feliz y le digo a mi amigo: -tenés razón/ ¡eso es la felicidad!-. Y ahora ya nada importa ni la banca Morgan/ ni el FMI ni la CIA ni sus infames dictadores/ ni los títeres disfrazados de presidentes ni el genocidio en Irak/ ni el petróleo de destrucción masiva... Y alegres de vino y química/ brindamos por boquita y por su hijo famoso por el culo de Pampita y las tetas de Luciana y el mundo se recompone/ y el pringoso bar/ es una lujosa confitería en la cabeza de la estatua de la libertad/ y yo miro a mí alrededor y río río contento y feliz
porque finalmente encontrĂŠ esa loca loca loca FELICIDAD.
No puedo No puedo escribir/ no puedo y me duele el alma me duele el alma desde la tapa de los sesos hasta los huevos es que no puedo escribir/ no puedo y se me parte la cabeza y los ojos me arden me arden tanto que no aguanto más y con un cuchillo de cocina me arranco el derecho como si fuera una bolita de vidrio blanda como los relojes de Dalí y las mujeres de Picasso como las babas del diablo que caen por mi boca cuando no puedo escribir/ no puedo/ no puedo. Y entonces me vuelvo loco voy corriendo y saco la guita debajo del colchón llamo a mis amigos y les pido plata le robo los ahorros a mi vieja y salgo decidido a comprarme una AK47 o una Magnum 44/ paso por la iglesia y pido perdón negocio mi futuro cielo/ me cubro el hueco donde estaba el ojo con un parche negro y me voy a Mc Donalds y les grito donde están las hamburguesas de cartón y mierda que matan pibes ¡¡hijos de puta!! ¿dónde están? y empiezo a disparar como un desquiciado contra el payaso Roland y lo dejo perforado de lado a lado convertido en un guiñapo sanguinolento contra un cartel de una hamburguesa gigante y jugosa/ mientras los estúpidos mirones de televisión tragan apurados una Mc Nífica de doble queso y mierda picada. No puedo escribir/ no puedo y les digo ahora a ustedes: es mejor que abandonen esas hamburguesas que están tragando
que apaguen el televisor y se acerquen a sus hijos/ amigos/ hermanos o vecinos y les pregunten dulcemente: “que te pasa querido acá estoy para escucharte ¿decime por favor/ que vas a hacer con esa metralleta checa de vacío con una frecuencia de disparo de 600 balas por minuto que tenés escondida debajo de la cama?”.
Salvador green Desde hoy voy a darle un sentido a mi vida/ dejaré de beber como un desahuciado de fumar como un escritor solitario y de fornicar como un animal en celo. Voy a cambiar radicalmente mi vida. Ya basta de orgías desenfrenadas con mujeres sin fe de apostar a la muerte en cada golpe de dados de beberme el alba en alcoholes baratos entre borrachos y poetas fantasiosos. Me quitaré de la cabeza la idea de que el progreso fue un fracaso de que el mundo es un deshecho de esta ambición sin fin y que la llamada especie humana/ ha desaparecido definitivamente. Dejaré de escribir papeles inútiles que nadie lee intentando ganarme no se que cielo prometido/ el cielo está contaminado de misiles nucleares y los ángeles murieron carcomidos por la radiación. Ya no buscaré flores en el desierto para dárselas a ellas como ofrenda de amor. Voy a darle un vuelco a mi vida. Me afiliaré a los buenos de Green Peace formaré una fundación con artistas y deportistas preocupados por los animales/ y me dedicaré enteramente a salvar al peludo patagónico de las garras de los charanguistas. Si bien aún no es una especie en extinción pero si seguimos así/ pronto lo será el folklore los exterminara dentro de poco tiempo/ hasta usarán al quirquincho bola para jugar al fútbol playero. ¡No quiero ver ese día!
Seguirán muriendo de hambre niños en Bangladesh/ Tucumán o Etiopía continuarán muriendo mujeres y hombres del tercer mundo de enfermedades curables en el primer mundo/ pero sepan ustedes una cosa cuando desaparezcan los últimos sobrevivientes el peludo patagónico estará vivito y coleando y será gracias a mí el salvador green de la patagonia.
En el bar de la esquina El otro día estaba en el bar de la esquina tomando una cerveza mientras veía por enésima maravillosa vez el gol de Maradona a los ingleses/ entonces en la mesa de al lado alguien dijo: - miralo a ese negro villero la guita que hizo - y que querés/ hay que ser bruto y pegarle a una pelota para triunfar - y encima se floreó por el mundo con la camiseta del Che/ que vergüenza! - otro hijo de puta ese desgraciado/ menos mal que lo liquidaron - deberían volver los milicos - dijo otro - si así revientan a este negro drogón/ como reventaron a los terroristas - sí/ hay que matarlo/ así no habla más -. Yo tragué el sorbo de cerveza más caliente que haya tomado en mi vida y miré preocupado hacia el costado pensé que había descubierto una confabulación terroristamusulmana o a un grupo de mercenarios despiadados preparando un asesinato en el viejo bar de mi barrio pero me equivoqué. Eran cuatro señores muy elegantes de saco y corbata con autos caros y alarmas que espantan a los que se acercan tomando café en el bar prohibido de mi infancia. Eran cuatro típicos burgueses argentinos esos respetados hombres de bien integrantes de la maravillosa clase media argentina/ ésa que nos ha diferenciado siempre/ del resto de Latinoamérica. Eran cuatro señores con cara de tipos preocupados por los graves problemas del país arreglando los males de nuestro pueblo.
Muchachos/ esto no es un poema/ ni mucho menos esto es un grito de alarma en el querido bar de mi barrio hay cuatro tipos preparando un magnicidio.
Boquita Ayer vi unos tipos que iban en mionca gritando con banderas y contentos - debe haber ganado boquita – pensé. Y después pasó un colectivo lleno de tipos gritando con cara de felicidad - seguro que ganó boquita – dije. Y al rato tres camionetas cargadas al mango de tipos gritando casi desesperados - ¡que grande boquita! –. Y atrás venía un Valiant II aplastado por los tipos que venían adentro gritando como locos -¡ídolos!- les grité con la bolsa de pan y el tetra y levanté la mano con la “V” en alto/ y me puse contento de la alegría ajena y de mi propia alegría/ y justo pasó un Dodge Polara pintado bordó antióxido y un flaco asomado a la ventanilla gritó: ¡VIVA LOPECITOOO!... Y entonces me di cuenta que iban a morfar un chori y una coca al estadio Ruca-Che/ y me puse a pensar que si el conocimiento nos hace libres como decía ese griego charlatán/ la ignorancia nos para el hambre ¡CARAJO! y me sentí mal aislado del mundo afuera de la fiesta/ por esta maldita costumbre de querer saber más de lo necesario/ y enterarme que Lopecito
los va a echar a patadas y los mandarรก a comer ยกMIERDA! o tendrรกn que reventar al almacenero de la esquina para tomarse un torito tinto con fideos al tuco/ cuando el bueno de Lopecito... s e a p r e s i d e e e n t e.
Ella a pesar de todo Ella avanza sin descanso en el camino ella va atraviesa montes y llanuras bajo soles incendiados y lunas heladas y avanza el poeta se detiene afloja el ritmo a veces se confunde se sienta en la silla del poder pero ella no transa llega a la ciudad camina por calles nocturnas corre el Ăşltimo colectivo mira la luna con una mujer ciega habla con los mudos juega con niĂąos en el parque ladra junto a un perro callejero huele una rosa negra y sigue cruza las bocacalles sin mirar la atropellan la insultan la quieren arrestar pero ella sigue entra en el alma de un suicida y lo salva sube a las alturas habla con los dioses y discute con SatanĂĄs entra al cuerpo de un menesteroso y bebe vino barato se emborracha y se droga con los muchachos en la plaza
incendia gomas en la ruta reclama paz y pan pan y rosas verdad y justicia enfrenta la usura al poder de los totalitarios a torturadores y genocidas no quiere circo ni hueso ni vino agrio ella no se arrodilla no se vende grita sueños y libertad hace amigos sin tiempo compañeros entrañables reclama lo imposible cambia el mundo lo destruye y crea un mundo nuevo ríe y llora como un niño como un hombre libre como un sueño realizable y sigue adelante persigue utopías cabalgando unicornios navega los siete mares de la tempestad sobrevive y sigue sin tiempo para pausas tramposas para habladurías vulgares entra a los barriadas marginales a los barrios abandonados a la mala del diablo se interpone entre dos contrincantes y le disparan a la cabeza pero ella: la poesía no se inmuta solo sigue
debe llegar al final de un camino sin fin debe llegar a destino a la salvaciĂłn de todo hombre y mujer debe llegar al amor fundamental.
En medio de la ruta 22
al maestro Carlos Fuentealba fusilado por la policía neuquina
Una columna de gente avanza por la ruta 22 son cientos/ miles y se siguen sumando van cantando/ lanzando consignas al viento de a ratos bailan y ríen ríen como si el cansancio fuera una bendición son maestros/ profesores/ alfabetizadores/ alumnos que van en pos de un mundo mejor un mundo de hijos y padres con ansias de sabiduría para crear un mundo nuevo de hombres y mujeres libres. Esos maestros reclaman pan y libros esos alumnos reclaman palabras y sueños maestros y alumnos aprietan una tiza en la mano y el cielo del desierto del sur es un inmenso pizarrón de esperanzas aladas. Entonces aparecen los esclavos del poder con esos uniformes manchados de inagotable sangre desde hace mucho tiempo/ desde hacen tantas muertes y la orden del poder es: REPRIMIR “repriman a esos hombres y mujeres que muestran una luz en medio de la oscuridad/ y elijan a uno para escarmentarlos/ a uno que enseña en un barrio tomado por la necesidad en una villa con hambre de conocimiento y sed de justicia/ elijan a uno y FUSÍLENLO por la espalda a un metro de distancia apúntenle directamente a la cabeza destrocen esa cabeza que piensa y enseña ahí adentro se esconde el mayor de los peligros ahí adentro se esconde la LIBERTAD”.
Pájaros en el desierto Este bar me gusta tiene un aura a viejos delirios marcas en las mesas de amores perdidos manchas sangrientas de historias trágicas o de celos violentos y un inconfundible olor a fritanga. Este bar me gusta sin remedio. Hay pájaros en el vaso de cerveza que tengo en la mano/ están aleteando con frenesí se golpean contra el vidrio opaco que los encierra/ me divierto mirándolos/ pero mi sed es más grande que una manada de choiques en el desierto. Voy a beberlos beberá pájaros salvajes para aliviarme para salir a buscar mujeres pequeñas o grandes hembras pero locas amantes de los pájaros mujeres agrestes que vuelan sin destino o caminan sin tiempo. Los pájaros siguen vivos en mi cuerpo picotean mis vísceras beben de mi sangre/ estos pájaros silvestres me excitan se arremolinan en mis genitales elevan mi sexo al cielo/ tienen la tibieza de su vulva las alas como labios y el aroma de su piel desnuda. Estos pájaros hacen lo que quieren
con mis días y sus noches pero yo sigo bebiendo en este copetín al paso de esta ruta que cruza la tarde como un tajo en medio de la fría estepa/ sigo bebiendo hasta saciarlos de alcohol hasta emborracharlos de desolación/ mientras ellas allá afuera vuelan bajito esperando por mí.
Antes del final Estoy solo. Quiero escribir todas las páginas del mundo leer la cifra secreta oculta en el agua primordial cantar el canto nuevo de la nueva humanidad/ cantar sin tiempo un canto de lluvia y empaparme la cara y la sangre de agua fresca/ del agua clara que baja de la cima. Y me pregunto: ¿por eso estoy aquí? en medio del desierto rodeado de gente que no conozco. ¿Conozco esta gente? ¿me rodea y me habla a mí? ¿a quiénes hablan?. Quiero decir estos poemas con la voz de un pájaro y el zarpazo de un tigre. ¿Qué son estos poemas? ¿qué es eso que llaman poesía? Clasificar el mundo y sus objetos y ponerle número a cada cosa es la religión de los tiempos. Una legión de fanáticos caminan detrás de los objetos. El arte es el opio de los pueblos dicen los nuevos pastores ¿existe el arte? ¿el pueblo? ¿dónde están los pastores de este inmenso rebaño de ovejas?. ¿Por qué estoy aquí? ¿porqué aquí y no allá? allá donde el sol broncea el cuerpo de felinas mujeres o más allá/ donde el hombre inventa distintas muertes cada día/ todos los días. Estoy solo/ busco amor. Quiero ser el amado. ¿Me alcanzará? ¿Me alcanza esta soledad para escribir el poema total?/ ese aleph/ ese inalcanzable. ¿O el amor y el deseo de una dulce obrera del mercado
es el fin de todas mis utopías? naranjas papas y manzanas en sus manos sucias y sus jugos en mi cuerpo y sus ojos admirando mi palabra/ mis sombras/ mis castillos de humo. ¿Para qué nacer amar desamar y morir?. ¿para qué Dios de los vencidos? dime Dios ¿para qué? Quiero ser el amado/ el bienamado/ el más amado. ¿Y el paraíso terrenal/ la revolución/ la súper hembra/ el gran polvo? y buscarte en lo alto/ más alto que los fatuos cielos ¿dónde estás padre?. ¿Y los hombres/ la libertad/ los ideales supremos/ la loca utopía...?. ¿Qué hago acá en este punto infinitesimal del cosmos intentando trascender con palabras demasiado gastadas? ¿Y los hijos? ¿y esta sangre que me sucede como revolución ansiada? Hombre que inventa religiones/ mecanismos/ discursos/ fantasmagorías ¿porqué y para qué el poema? ¿dónde la poesía? ¿ese arco tensado entre dos estrellas ilusorias? ¿dónde la flecha que atraviesa esta eternidad de instantes? la poesía: esa oscuridad/ luz/ pensamiento/ genio encerrado en una botella/ todo y nada. ¿Detendrá mi palabra algún día la bala del suicida o el asesino? ¿es necesario el poema/ el poeta/ el inventado/ para detener esa bala? ¿justificará ese instante el poema?
¿la miseria del mundo/ el hambre/ la muerte sin sentido?. Estoy solo/ sin padres/ sin hijos/ sin amada en medio de la noche cósmica. Estoy temblando. Voy a morir. ¡Pero antes voy a salvarme!. ¡Antes escribiré el poema que frenará la bala de la infinita tristeza del hombre!.
Del libro inédito: “Arte poéticas humanas” - 2010
arte poética I poesía son las gotas de lluvia que golpean en las chapas del techo de la casilla de la villa que cuando termine la lluvia se incendiará por culpa de la conexión clandestina calcinando a dos niños de 4 y 6 años que estaban solos mientras la madre trabajaba haciendo la limpieza en la mansión del barrio privado que está separado de la villa por una muralla que levantaron al efecto.
arte poética II poesía son tus ojos que me miran cansados al final del día después de haber visto durante años a tantos hombres que abusaron de tu cuerpo.
arte poética III poesía es tu cuerpo desnudo en la oscuridad de la habitación cuando caminás descalza hasta el baño y revoleás tu pelo en el aire mientras afuera en la frenética calle invernal los pibes del barrio se tirotean con los policías del móvil policial que vino a buscarlos para llevarlos a robar al centro de la ciudad.
arte poética XI poesía es la sangre que corre por las piernas de una niña de doce años que desesperada empieza a llorar en la clase de biología porque no sabe de que se trata.
arte poética XII poesía es la última voluntad de un condenado a muerte que le pide a su verdugo que le de una palabra luminosa a cambio de su último suspiro.
arte poética XV poesía es esa mínima luz amarillenta en la pieza del fondo donde marita se cambia de ropa apurada porque se le hace tarde para llegar a la ruta donde trabajará toda la noche para poder comprarse ese par de zapatos que vió hace tres meses en la boutique del centro de la ciudad.
arte poĂŠtica XVII poesĂa es el llanto amargo de la turca cuando no hizo esa noche el billete necesario para guardar en la lata de duraznos hasta conseguir lo suficiente para operarse y que su gran amor ya no sienta vergĂźenza.
Del libro édito: “Rock en el desierto” – 2016
el ocaso de los ambiciosos hice horas extras y trabajé de noche en un lavadero para conseguir la guita necesaria entonces alquilé un martillo neumático coloqué un cartelito en medio de la calle que decía: “busco oro” y me puse a taladrar el asfalto. se acercaron un montón de curiosos. después de partir el asfalto agarré la pala corazón y empecé a cavar. vinieron la policía, la ambulancia y los bomberos. hice un pozo profundo que me tapaba completamente. vino un diputado de la nación un juez y el fiscal de turno. a los siete metros de profundidad en una palada apareció repentinamente una pepita de oro que brilló en el fondo oscuro terroso ORO! gritaron todos y se arrojaron de cabeza al pozo allí fueron curiosos transeúntes policías políticos paramédicos bomberos jueces y abogados. yo escapé por un tunel lateral que había cavado al efecto. ahora camino por el centro de la calle ríendo mientras revoleo por el aire mi brillante roca de pirita. el viento que acaricia el pasto
pesadilla adolescente a la edad de los sueños. buscando flores azules en el desierto como tus ojos para que sepas de mí para que me veas para que me ames a los diecinueve años. sueño inesperado en el tiempo del retorno me acerco a tu espalda y te alejas de repente hasta la otra esquina. “sabés lo que hace falta acá una mano dura eso/ una mano dura...” ay! país país que te hicieron!. ya la tuvimos te acordás? 30.000 desaparecidos el terror que persiste vos que cerraste la ventana para no ver… “pero si es Marito lo conocemos desde que nació porque se lo llevan en plena noche?” “basta, no te metas no seas estúpida en algo andaría” y vos cerraste la ventana. ay! país, país que te hicieron!.
corro desnudo por el desierto llevo una flor azul apretada en la mano para vos, para ver tus ojos brillar tus ojos que no son azules. - eran todos subversivos, terroristas eran, los milicos hicieron lo correcto – - eran pibes y pibas que querían un mundo mejor viejo – - tira bombas eran – - no es cierto, luchábamos por democratizar la universidad por la libertad de expresión por el amor libre por la maravillosa utopía de la igualdad entre los hombres – ay! país, país que te hicieron!. - y vos que hacías cuando te agarraron? – - repartía volantes en la calle – - y bueno, jodete, a la universidad se va a estudiar -. ay! país, país que te hicieron!. necesito el agua de tu boca una cerveza fría del viejo bar tengo sed de infinito y hambre de tu cuerpo mujer no escapes más mi hembra de líquidos sueños te voy a correr por todo el planeta para regalarte la única flor azul de este paraje desolado. “las madres de subversivos son subversivas hay que matarlas y matar a sus hijos en sus vientres antes que nazcan más subversivos”.
ay! paĂs, paĂs que te hicieron!. y hoy sigo aquĂ/ solo de pie en medio del desierto junto al viento que acaricia el pasto apretando en la mano esta flor azul ya marchita.
asado argentino a Mario Trejo in memorian hemos hablado toda la noche de lo humano y lo divino, arreglamos el mundo por enésima vez y lo desarreglamos en cada copa de vino, fue un asado anochecido entre viejos amigos que renovó su apetito a las tres de la mañana. hablamos de música celestial de pink floyd, del tango del arrabal y del tanguito de la cueva. de Nietzsche y el eterno retorno a las viejas palabras de hegel y la libertad de pensamiento de la revolución cubana, la igualdad y la eterna revolución argentina. discutimos sobre la fraternidad del futbol y nos separamos en dos bandos boca, los rolling, charly versus river, los beatles, spinetta. cuando nombramos a las mujeres y sus dones nos pusimos todos del mismo lado. finalmente hablamos de poesía acordamos que la palabra “perro” no muerde pero cuando es verdadera ladra muy fuerte y que siempre es mejor palabra en boca del bruto libre que el silencio del poeta ante la muerte. hasta que la madrugada nos encontró con los estómagos ahítos de carne roja y embriagadas nuestras almas de oscuros vinos.
las viñas - Y desde aquí se ve el pueblo la línea de tamariscos al fondo las dunas movedizas de la costa y el prodigioso mar hasta el horizonte – - éste es un buen lugar hijo aquí plantarás tu casa y engendrarás tus hijos, nada podrá dañarlos el mundo queda más allá donde la mirada no llega y sus manos sucias no te tocarán – luego bajaron el monte juntos hablando de la tierra, de las viñas de las uvas rojas maduras por el sol. y siguieron hablando por años por el camino que llevaba a la casa en la cima del monte hasta que el viejo murió. y aún así siguieron hablando de los nuevos retoños brillando al sol junto a los hijos del joven labriego y los nuevos hijos de los hijos y los hijos de los hijos de la tierra. //…fin.