Diario primera jornada

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DIARIO DE OBSERVACIÓN

Lunes 3 de septiembre de 2016

Hoy, primer día de observación en el jardín de niños “Estefanía Castañeda” mi equipo y yo llegamos puntuales a la institución, preparados en cuestión material y metodológica para la semana en curso; como primer acción, acudimos a presentarnos ante la directora,

haciéndole saber, nuestro

arribó y nuestras mejores intenciones en términos laborales. Así pues comenzaba nuestra primera jornada de observación y prácticas del tercer semestre en la licenciatura en educación preescolar, lo cual llenaba de alegría, regocijo, nerviosismo y miedo a la vez, por lo que se nos pudiese presentar en los subsecuentes días. Los niños entraban enérgicos y algunos más, un tanto adormilados por la hora de entrada, ingresaban a sus salones para formarse y marchar hacia el acto cívico, correspondiente al día lunes, los honores a la bandera; las maestras organizaban a sus respectivos grupos en los lugares asignados, de la plaza principal del jardín de niños y cada uno de mis compañeros y yo, nos colocamos junto a nuestro grupo, anteriormente establecidos por la directora. Los tambores y trompeta, sonaban fuerte y firmemente, por la pequeña banda de guerra conformada por niños de la institución, quienes valoraban su trabajo tomando la debida compostura y siguiendo las órdenes del maestro a cargo. Al sonido de los mismo, la escolta se dispuso a dar su recordó, por lo cual todos los presentes, saludábamos con respeto y los niños cantaban fuertemente los coros correspondientes al momento de los honores.


Terminado el acto, se cedieron los micrófonos a una maestra en particular, la cual hablo sobre un tema importante hoy en día, el bullyng, argumentando que uno de los niños de primer grado había sido víctima de acosos y violaciones a sus derechos, por parte de un grupo de niñas de tercero, lo cual llenaba de indignación a la maestra a cargo de ellas, y por lo tanto, se buscaba, ponerlas en evidencia frente a toda la escuela, con el fin de ofrecer una disculpa al niño ofendido; toda la escuela observo lo que ocurría y se prometió no volver a incidir, ningún niño en tales hechos. Se dio el permiso para romper la formación y cada grupo acudió a su respectivo salón. Educadamente salude a la educadora del tercero B, la maestra titular del grupo en que se me asigno para la jornada, y cordialmente me recibía. La educadora comenzó la clase, identificando la fecha en el pizarrón con ayuda de los niños, posteriormente, acudimos al salón de música; al llegar al aula especialmente adecuada para la clase, ya se encontraba un grupo ahí, por lo cual se nos impartió clase a dos grupos y la atención se perdía un poco en cuanto a el alboroto de los niños. Comenzaron entonces, repasando los coros correspondientes a los honores a la bandera pues la maestra argumentaba que confundían la letra de un coro con otro, o no sabían a cabalidad el significado de lo que estaban cantando, por lo cual, los cantaron varias veces hasta aprendérselos de la mejor manera posible. Termino la clase y los grupos nos dirigimos a nuestros respectivos salones, los niños se mantenían con un carácter alegre. Al estar nuevamente en el salón de clases, repartió a los niños unas hojas con la fecha del día en transcurso, con la finalidad de que, a manera de


pase de asistencia, anotaran su nombre en ella, consigna que mantiene como una rutina en su práctica diaria. Después de ello, la maestra dio a cada uno de los niños un número, para que posteriormente se formaran en orden ascendente, partiendo del número 1, y así repasaran su conteo. Se llegaba la hora del desayuno, y la maestra quince minutos antes de las 11, llevo a los niños a lavarse las manos para poder desayunar; cada niño en su mesa de trabajo prosiguió tomando sus alimentos, mientras que los que no tenían linche, acudían con la señora encargada de la cocina para avisar que ellos desayunarían con comida de la institución, la cual se les lleva diariamente hasta el salón de clases. En punto de las 11 de la mañana sonó el timbre, anunciando el permiso para poder salir al recreo y jugar con los demás niños del jardín; las maestras tomaron su lugar asignado en la guardia diaria, la cual se sortean, previamente, con la finalidad de vigilar y cuidar a los niños en todo lugar y momento, tratando de evitar un accidente entre ellos. Los niños gustosos salían a divertirse, algunos en la plaza principal, otros en el área de juegos, pero todos lo hacían con la plena alegría, característica de un niño. Al entrar nuevamente a las clases a las once y media de la mañana, la maestra se percató de que un juguete faltaba en su mesa, el cual, había guardado a una de sus alumnas para evitar un extravió; por lo cual comenzó a buscarlo y pedir información en el grupo sobre él, al darse cuenta de que ningún niño respondía, pregunto si podía revisar sus respectivas mochilas, a lo que cada niño contesto que sí. Después de terminar y no obtener resultados, uno de los niños argumento que había visto en la hora del recreo a un niño ajeno al grupo tomándolo, por lo que


la maestra fue a la dirección y a cada uno de los salones del jardín de niños con la firme intención de encontrar a aquel acusado; a razón de ello, la educadora me dejo a cargo del grupo, contándoles un cuento, en particular tome las cosas con el profesionalismo debido y seguí las indicaciones de la muestra, obteniendo buenos resultados. Al regreso de la maestra, todos nos preguntábamos si tal acción habría sido fructífera, sin embargo aún no se sabía quién había sido ni donde estaba el juguete. Sonó el timbre de salida, y las mamas, papas y tutores de los niños comenzaron a llegar, así que la maestra se vio en la necesidad de hablar con la madre de la niña, dueña del juguete perdido, platicándole las circunstancias, la madre abierta al dialogo, tomo lo ocurrido de una muy buen manera, por lo cual no llego a mayores tal hecho. Así entonces uno por uno fue recogiendo sus cosas y saliendo del jardín de niños. Antes de partir de la institución acudí a la dirección y así concluía mi primer día de observación en el jardín de niños.


Martes 4 de septiembre de 2016

El día de hoy se comenzaron las actividades con la activación física, impartida por el maestro especializado en ello, conocida como “rutina”, para lo cual, tocado el timbre, los niños formaban filas en la plaza principal del jardín. Comenzaron por ejercitar una por una las partes del cuerpo, para después finalizar bailando una agitada pero bonita canción. Al retorno al salón de clases, pusieron como diariamente la fecha en el pizarrón, con ayuda de los niños, para continuar con el pase de lista, escribiendo el nombre respectivo, por cada niño en una hoja de papel. Como siguiente actividad, la educadora, solicito la tarea, previamente requerida, la cual consistía en dibujar o pegar treinta objetos diferentes, en su libreta, comenzó a revisarla una por una, y con el apoyo del niño, evaluando su habilidad para contar hasta el número treinta registrando los resultados. En vista del poco tiempo con él se cuenta en el salón de clases la maestra me pidió ayuda para auxiliar a algunos niños y avanzar rápidamente, a lo cual no tuve objeción. Aun no terminábamos de revisar las tareas, cuando el maestro de educación física, fue por los niños pues la hora de la clase de educación física había llegado; los niños emocionados salieron a la cancha y la maestra con ellos. Durante la clase estuvieron trabajando motricidad, jugando con pelotas y sosteniéndolas con diferentes partes del cuerpo con ayuda de su equilibrio. Seguido de ello, se les dio jabón a los niños con el objeto de que se lavaran las manos para continuar con el desayuno.


En el recreo la maestra me pidió apoyo en el área de juegos, por lo cual, pude observar muy de cerca el ambiente de los niños. Al termino del recreo, regresamos al salón de clases y la maestra prosiguió a darle cierre a la actividad, incompleta de un día antes, la cual consistía en formarse en torno al número que las tarjetas indicaban, y para finalizar la actividad debían ordenarse por estatura, recibiendo nuevamente un número, el cual guardaría para posteriores actividades. Después la maestra continuo jugando a “pares y nones” formando un circulo con todos los niños y dándoles indicaciones de formar equipos dependiendo del número que la maestra indicase. Obteniendo muy buena respuesta por parte del alumnado, sonó el timbre y los padres y tutores, comenzaron a llegar por sus niños. Entregados los alumnos, pedí autorización a la educadora, para hacerle unas breves preguntas a manera de entrevista, obteniendo excelentes respuestas y enriqueciendo mis conocimientos en torno a la práctica profesional en el preescolar, cerrando así, el día laboral.


Miércoles 5 de septiembre de 2016

Al amanecer del día de hoy, se registró un clima frio y de baja neblina por lo que la matricula en el jardín de niños se vio afectada; al llegar a mi respectivo salón de clases, la maestra ya se encontraba ahí, por lo que le ayude a organizar varios materiales para después recibir a los niños; no imagine que los niños se ausentarían de tal modo, pero para mi sorpresa, los niños presentes en clase, eran 12, de los 22 que asisten normalmente. Sin embargo, lo anterior, no fue motivo por interrumpir las actividades tanto en el jardín como en el salón de clases, así entonces comenzó una nueva mañana de aprendizajes donde los niños, enérgicos saltaban por doquier, asistimos a la rutina diaria de ejercicios, donde después de calentar el cuerpo para evitar torceduras o lesiones, proseguimos bailando para despertar a las diferentes partes de nuestro cuerpo. Al término de esta, marchamos en orden hacia el aula, donde la maestra como es de costumbre, empezó con las actividades diarias, anotando la fecha en el pizarrón con ayuda de los niños y cada uno de ellos, plasmando su nombre en las hojas de pase de asistencia diaria. Al término de la actividad, la maestra organizo a los niños en un círculo, en el cual discutieron y definieron varios conceptos sobre las semillas, hojas e insectos que conocían, a lo que la mayor parte de los niños respondió con gran interés puesto que la maestra sabía perfectamente como causar conmoción en ellos. Como segundo momento la maestra formo equipos con el alumnado, dándoles diferentes consignas a cada uno de ellos, donde uno de los equipos saldría a los espacios verdes del jardín a recolectar insectos, otro


equipo hojas, otro tierra y otro alguna semilla. Los niños se encontraban muy contentos por poder y poder encontrar alguno de esas materias y animales que la maestra había solicitado. Yo en particular acompañe al equipo de los insectos por órdenes de la maestra, sinceramente me causan un miedo grande tales bichos, sin embargo logre controlarlo. Tomamos las muestras requeridas

llegamos al salón, donde el timbre

sonaba fuertemente anunciando la salida al recreo, por lo que todos acudimos al baño, con la finalidad de lavarnos las manos e ir a desayunar. En días anteriores acompañe y apoye a la educadora titular del grupo en su guardia cotidiana, donde se posiciona en un lugar del jardín en el recreo, previamente organizado, para cuidar a los niños en todo momento evitando accidentes o averías. Al término del recreo y regreso al salón, los niños se mantenían emocionados esperando la siguiente consigna, la cual consistía en dibujar una de cada muestra que se recolecto aquel día. Los niños después de observar detenidamente todas las muestras recolectadas,

pudieron

ir

a

plasmarlas

en

su

cuaderno.

De tarea encargamos a las padres de familia recolectaran alguna de las materias antes mencionadas en un frasco e investigaran un poco de aquello para compartirlo en clases. Y así llegaba a su fin el tercer y ultimo día de observación, puesto que los dos subsecuentes días, serian de prácticas, lo cual nos llenaba de nerviosismo.


Jueves 6 de septiembre de 2016

Hoy por la mañana y a primera hora, nos dimos cita mi equipo y yo en el jardín de niños, mucho más temprano de lo normal, pues se trataba de nuestro primer día de practica educativa, y con ello la necesidad de prever situaciones o buscar la puntualidad para la preparación del material y/o organización de mesas. Nos encontrábamos con sentimiento en constante confrontación debido a que de la misma manera en que nos asustaba, dar una clase en su totalidad, de la misma manera, en que no aguantábamos las ganas por llevar a cabo las practicas correspondientes. Narrado lo anterior, comenzó mi mañana con la rutina de ejercicios en el jardín de niños, inicié contextualizando al niño, referente a lo que habíamos analizado en un día anterior, referente a los insectos, prosiguiendo con la exposición de láminas informativas y ejercicios dinámicos, ilustrando a los insectos que podrían vivir en sus casas, a lo que los niños, en su mayoría, respondieron de manera favorable. Como actividad reforzadora del aprendizaje, de esta mañana, los niños, divididos en equipos, dibujaron en las láminas, el lugar de desarrollo del respectivo insecto, así como lo referente a la alimentación del mismo, lo cual les lleno de agrado. Sin embargo, el tiempo contemplado para las actividades, estaba sujeto al horario del grupo, y debido a que, les correspondía la clase de música, no agregue una actividad más. La maestra encargada de ese curso, no llego al jardín de niños, por lo que tuve que actuar y adecuar, alguna actividad,


continuando así, con la exposición por parte de los alumnos con sus obras. Los niños, comenzaron a perder la atención y al cabo de unos minutos nadie hacia caso; comprendí la esencia de la planeación y el llamado “plan b” para ese tipo de circunstancias, sin embargo logre controlarlo. Cumplido el tiempo de clases, sonó el timbre de salida, por lo cual los niños fueron a jugar después de haber desayunado. Yo acudí al lugar correspondiente de guardia, platicando con la maestra sobre lo anterior. Después del recreo, acudimos al salando computación para después tomar la clase de inglés, donde el maestro, en ambos casos, trabajaba los valores de la empatía y solidaridad. Así culmino mi primer día de prácticas, que respecto a los comentarios de mi educadora y noción propia, no había estado mal, en ninguna circunstancia,

solamente

debía

reforzar

varias

cosas.


Viernes 7 de septiembre de 2016

Hoy, segundo y último día de la jornada de observación y práctica educativa, no podíamos dejar de sentir nostalgia por ser la última vez en asistir al jardín en algún tiempo; acudimos como de costumbre media hora antes de las 9 de la mañana, hora indicada para la entrada de los niños. Comenzamos asistiendo a la rutina diaria dirigida por el maestro de educación física para continuar con la clase, de física también, los niños se mantenían atentos a las consignas del profesor, quien de manera amable estricta les decía que hacer. Al término de la clase, llevamos a los niños formados hasta el salón de clases donde, previamente ya había organizado las mesas y preparado mi material para la clase posteríos. Comenzamos hablando de la semilla y sus fases, a lo que los niños respondían favorablemente interesados en el crecimiento y desarrollo de la misma. Posteriormente se les dio una hoja donde debían reacomodar las fases de la semilla, identificándolas con un número, para después colorearlas. Para finalizar con las actividades de esta mañana, se les reprodujo un video interactivo acerca de lo que son las semillas el cual les gustó mucho. Pude evaluar los conocimientos adquiridos de los niños, a través de rubricas, las cuales en su mayoría tuvieron un resultado favorable. Al término del día, la maestra me evaluó, tomando en cuenta mis dos previas prácticas, y resultando buenos comentarios acerca de ella, lo cual me reconforto.


Asi entonces, agradecimos la hospitalidad y cordialidad tanto de la direcciĂłn como por parte de la planta docente y partimos del jardĂ­n de niĂąos.


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