Miércoles 22 de marzo de 2017
Este miércoles, mi equipo y yo, tuvimos la fortuna de regresar al jardín de niños “Estefanía Castañeda” puesto que, en el, desarrollaremos nuestras prácticas el resto del semestre; por lo cual, acudimos puntuales a la cita, presentándonos ante las educadoras de nuestros respectivos grupos y agradeciendo la apertura. Iniciamos el día con la actividad física, cotidiana por la mañana, los niños se mostraban enérgicos y emocionados con respecto a nuestra llegada, por lo que se dispersaban y no centraban su atención al 100% en las indicaciones, emitidas por el maestro de educación física, en la medida de lo posible, integre a los niños a las actividades físicas. Después de ello nos dirigimos en una fila al salón de clases, donde la maestra, me presento nuevamente a los niños, quienes argumentaban que sí, se acordaban de mi persona, aviso que estaría observándolos y que evitaran jugar o distraerme de mis tareas. Los saludo, contenta, acomodándolos, sentados frente al pizarron, después de no haber estado con ellos, por casi quince días, pues su participación en un curso, impidió que es diera clases rutinarias, así que el grupo fue dividido con maestras del jardín de niños, evitando así, que los niños perdieran clases y retrasaran su proceso de aprendizaje. Como primera actividad, la maestra, entrego a los alumnos, hojas de asistencia con las tres últimas fechas del presente mes, donde los alumnos, anotarían su nombre, practicando con ello, su escritura. Finalizado lo anterior, la educadora prosiguió, contándoles varios cuentos clásicos, los cuales estaban ilustrados en un libro de texto, el cual, cada niño mantenía en sus manos.
Los niños se mostraban muy interesados en los relatos de su maestra, y participaban en los distintos cuestionamientos que ella mencionaba. Al terminar los cuentos, los niños identificaron la idea central de cada una de las historias, así como los personajes principales. Se llegó la hora del recreo y los niños acudieron al baño a lavarse las manos, para después desayunar en su salón. Al término del mismo, asistimos a la clase de inglés en el aula de medios, donde el maestro proyecto varios videos y trabajo pronunciación por medio de canciones. Seguido de ello, les dio la clase de computación en el mismo salón, los niños se encontraban inquietos y salían mucho al baño, por lo que la maestra opto por detenerlos, hasta la salida. Así termino el día de trabajo, despidiendo a los niños, quienes gustosos, saludaban a sus padres.