Feliz para siempre
Esta es la historia de una princesa, quien desde niña, noche tras noches idealizaba el día de su boda, el príncipe azul que la rescataría de una
torre
encantada, la vida que llevarían juntos, los viajes que realizarían, las noches en que privatizarían el sueño por platicar largas horas y hasta el amanecer, de los regalos que le haría, del sueño realizado, de un sinfín de año raciones. Con el inevitable transcurrir del tiempo, llego a la edad casadera y mientras todas sus amigas, primas y hermanas habían contraído nupcias, ella no tenía ni la más mínima esperanza de hacerlo, perdía el apetito, el insomnio formaba una característica típica en sus noches, no salía a cantar con las aves, no cocinaba deliciosos pasteles, simplemente dejaba de resplandecer. Sus padres preocupados, no dudaron un segundo en comenzar una búsqueda de tan anhelado príncipe azul pues su hija perdía a cada minuto las ilusiones; no tardaron mucho en encontrar prospecto, un joven gallardo, atento y muy atractivo; príncipe de un reino vecino, estaba en edad de escoger consorte, debido a ello, los padres rápidamente arreglaron la boda, la princesa no soportaba tal emoción, brincaba por todos los rincones, ansiaba con tal fervor la llegada de su boda que en múltiples ocasiones suplicaba se adelantara la fecha, sin importar, si estuviese listo
el
banquete
o
no,
o
enterados
ya
todos
los
invitados.
Así pues se llego la ceremonia, la princesa lucia como una verdadera flor; altiva, ufana, radiante ¡feliz! Su negro cabello, lucía un hermoso tocado de joyas, su blanco vestido, resplandecía desmesuradamente, aun que mucho menos que su persona, su velo, delgado como una fina telaraña, yacía sobre su bello rostro, y bajaba por su espalda hasta llegar 3 metros después de ella, todo fue perfecto, el sueño
que
siempre
había
querido
realizar.
Se mudaron a un bello castillo y como era de esperarse pasaron la luna de miel sin despegarse un momento el uno del otro, sin embargo esos lacónicos momentos, no duraron toda la vida como ella lo esperaba, el príncipe fue
cambiando radical e irrevocablemente de carácter, gritaba, coceaba, mantenía una postura prepotente, nunca en la vida alguien la trato como él lo hacía. Desconsolada pedía a las estrellas una solución, un hechizo que lo hiciera volver a la normalidad, que le devolviera al hombre con el que se caso y que ese terrible maleficio saliera de su hogar. Y desesperada hizo todo lo que estuvo a su alcance, gotas de azar, ramas de bergamota, almejas trituradas, todo cuanto le recomendaron,
pero
nada
funcionaba.
Pasaron años y años sin que el problema se solucionase, al contrario cada día se acrecentaba, trataba con vehemente estupor hablar con él, obteniendo no mas que
habladurías
que
lastimaban
su
corazón.
Un día de sol apremiante, de fresco aire que dispersaba el olor a rosas del jardín por todo el castillo, la princesa decidió salir al pasear a los jardines de derredor, caminaba descalza en el pasto, pues era uno de sus más grandes placeres que, desde ya hace mucho tiempo había dejado en el olvido, se poso debajo de un árbol y viendo el castillo de frente y a lo lejos reflexiono en la vida que llevaba, en todo cuanto tenia y aun con todo eso no lograba ser feliz, respiraba la tranquilidad que ese sitio le transmitía y una ráfaga de cruda realidad llenaba sus ojos de lagrimas, era imposible y recriminadle que estuviese dejando pasar su vida de tal forma, con todo cuanto tenia por vivir , por todo cuanto tenía que luchar, ese hermoso
reino,
ese
bello
jardín…
Se dio cuenta de que el príncipe no era quien tenía cautiva su felicidad, se dio cuenta de todo lo que había dejado pasar, de que el verdadero carácter del príncipe siempre fue así, de lo equivoca que había sido su vida, de los sueños que tenía que cumplir, de que erróneamente espero a ser feliz al estar casada sin darse cuenta que siempre lo fue, y lo que creía como su felicidad fue lo contrario a lo que esperaba, de que la felicidad no radica en una persona, si no en el bienestar de tu corazón, de que un esposo no era nada en su vida, de que no se necesita de un príncipe azul para ser feliz para siempre…