ALEJANDRINA IBARRA ÁVILA
Reconstruir la innovación para seguir peleando por la mejora de la educación -Juan Manuel Escudero Muñoz. La educación ha de ser entendida siempre como una actividad innovadora relacionada con el cambio y la transformación social. Si ello no fuera así, no merecería ese nombre y, además, la educación perdería su propia esencia y el ingrediente utópico que encierra su campo semántico, así como su propia identidad, desconectada de los tiempos y demandas sociales y de los individuos a los que pretende servir y transformar. La reflexión pedagógica sobre las reformas y los- cambios en educación viene insistiendo desde hace tiempo en que la razón y pasión renovadora no goza, precisamente desde hace algún tiempo, de los mejores caldos de cultivo para desplegarse con optimismo y sentido de la posibilidad. La reflexión pedagógica y social más elaborada y sistemática sobre este universo de términos y significados nos remite, por su parte, a un territorio en el que al lado de las connotaciones positivas nos encontramos con muchos y diversos interrogantes, controversias y bifurcaciones. Paradójicamente, al mismo tiempo que culpan a la educación de casi todos los males que nos aquejan. Procuran alinearla con imperativos económicos y tecnológicos que tienden a amarrarla con trabas y restricciones que no hacen sino ahondar en su crisis de legitimidad, eficiencias y eficacias, tal como ellos han decidido definirlas y por medios de los esquemas de gobierno y racionalización que se empeñan en imponer para lograrlas.
Como bien ha dicho Hargreaves (1996), lo que le ocurre a la educación y las respuestas de cambios y mejoras en ciernes son una buena muestra de las tensiones, conflictos y posibilidades que nos está deparando la transición entre la modernidad y la ampulosa postmodernidad. En sentido amplio, el espacio de la escolarización muestra una vez más su enorme vulnerabilidad a movimientos de fondo importan tes en el escenario social, cultural y político más amplio La educación ha de ser entendida siempre como una actividad innovadora relacionada con el cambio y la transformación social. Como ya sabemos al pasar de los años las cosas y las necesidades van cambiando vamos entrando a un mundo donde la educación debe ser vista como algo más que una educación tradicional, transformarse e innovarse al paso de las necesidades de la sociedad en general, especialmente a la de los alumnos, para hacer un uso flexible y útil de la curricula establecida. Las necesidades cambian, los alumnos parecen venir ya conectados con la tecnología, no podemos limitarlos de información ni rezagarlos con prácticas tradicionalistas el juego como estrategia ya no es suficiente hay que ir más allá proponer actividades que ellos resuelvan buscando sus propios medios que sean retadoras pero no imposibles.